El Liderazgo de Una Iglesia
El Liderazgo de Una Iglesia
El Liderazgo de Una Iglesia
INTRODUCIÓN:
Jamás encontraremos en la Biblia la figura del líder cristiano como un jerarca que
se sienta en el poder para mandar a un grupo de súbditos, quienes tienen la
responsabilidad de acatar todo cuanto el jefe ordene. Por el contrario, bien
establecido dejó el Maestro que los puestos de privilegio son plataformas de
servicio. Su ejemplo nos dice que él no vino a ser servido, sino para servir, aun y
cuando es el Señor de todo.
1. Asumir la visión.- Nadie debe trabajar para su propia visión. Dios llamó un
pastor y le ha dado una visión. Todos debemos ajustarnos a ella. Hagamos
nuestra la meta y empeñémonos por lograrla. Dios se agrada de una Iglesia
unida y no aprueba ningún tipo de división en el cuerpo.
2. Desarrollar la lealtad.- Un líder desleal es infame. Traiciona a sus
autoridades y a quienes confiaron en él para un cargo. No difamemos a
nuestra Iglesia ni a nuestros demás líderes, levantemos la imagen del
Señor, de su pueblo y de sus siervos. Sembremos lealtad y la cosecharemos.
Practicar la fidelidad.- Vivamos fielmente lo que predicamos o seremos
3. señalados y avergonzados a la hora que no esperamos. Seamos líderes
diezmadores y apoyadores de la obra de Dios. Cumplamos nuestras
promesas. Cerremos la puerta a la influencia del devorador en nuestro
liderazgo.
Mostrar la ejemplaridad.- seamos ejemplo en amor, fe, conducta, espíritu
4. y pureza. Presentémonos a la grey como ejemplos de buenas obras.
Marquemos la pauta a seguir para las generaciones que vienen tras nosotros.
Seamos imitadores de Cristo para que la gente vea algo digno de imitar en
nosotros.
III. LO QUE DEBE PREDOMINAR EN NUESTRAS REALCIONES DE
LIDERAZGO.