Efect Os
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PAZ, Annherys
Universidad Rafael Belloso Chacín
RESUMEN
El estudio tiene como objetivo caracterizar la cultura como fuente de compromiso del capital
humano en las organizaciones modernas, donde la investigación conllevó a conocer los distintos
aspectos involucrados en el marco de la cultura organizacional, hacia un escenario de
responsabilidad y corresponsabilidad de la fuerza laboral en la consecución de los objetivos y con
ello, la productividad para mantener sus ventajas competitivas. En tal sentido, en este articulo se
demuestra la presencia de los elementos filosóficos como factor vinculante del compromiso del
capital humano con las organizaciones, mediante un proceso cognitivo, donde se interactúa el
modo de pensar del ente, con el pensamiento estratégico de la organización, donde reside la
identidad ética, como guía del comportamiento axiológico, para generar una proyección de
capacidades sostenible en el tiempo. Dicha investigación se realizó bajo un proceso analítico
teórico conceptual, sustentados bajos los principios de Robbins (2005), Kinicki y Kreitner (2003),
entre otros. Al respecto, el articulo hace referencia a la cultura como eje axiológico del capital
humano, caracterización y desarrollo de la cultura organizacional, así como su vinculación con el
compromiso organizacional. Dentro de este contexto, De acuerdo a lo anterior, la fuerte influencia
de la cultura interviene en que las compañías adquieren reputación en aspectos estratégicos como
la dirección de gestión, la innovación de los productos, las destrezas de los empleados, la
inclinación por estrategias financieras, y las negociaciones, el crecimiento por medio de
adquisiciones, una fuerte orientación hacia las personas o un énfasis poco usual en el servicio al
cliente y en su compromiso organizacional.
ABSTRACT
The study must like objective characterize the culture like source of commitment of the human
capital in the modern organizations, where the investigation entailed to know the different aspects
involved within the framework from the organizational culture, towards a scene of responsibility and
coresponsibility of the labor force in the attainment of the objectives and with it, the productivity to
maintain its advantages competitive. In such sense, in this I articulate demonstrates the presence
of the philosophical elements like binding factor of the commitment of the human capital with the
organizations, by means of a cognitive process, where the way is interacted to think of the being,
with the strategic thought of the organization, where the ethical identity resides, as guide of the
axiological behavior, to generate a sustainable projection of capacities in the time. This
investigation was made under conceptual a theoretical process analytical, sustained low the
principles of Robbins (2005), Kinicki and Kreitner (2003), among others. On the matter, I have
been articulating for reference to the culture like axiological axis of the human capital,
characterization and development of the organizational culture, as well as its entailment with the
organizational commitment. Within this context, According to the previous thing, the strong
influence of the culture takes part in which the companies acquire reputation in strategic aspects
like the direction of management, the innovation of products, the skills of the employees, the
inclination by financial strategies, and the negotiations, the growth by means of acquisitions, a
strong direction towards the people or a little usual emphasis in the service to the client and its
organizational commitment.
En la actualidad las organizaciones se han visto impactada por diversos factores del entorno, tales
como, político, sociales, económico, culturales, las cuales han incidido en el comportamiento del
capital humano en ellas, esto quizás se atribuye al impacto de la globalización de los mercados en
la gestión del negocio, sin embargo, está implicado la necesidad de optimizar los recursos
disponibles en la organización a fin de cumplir con los objetivos planificados y con ello la
productividad deseada.
En este sentido, la incorporación de los nuevos procesos de trabajo para mantenerse competitiva
en el mercado global, sugiere la idea de concebir a las organizaciones como culturas, donde los
miembros comparten el significado de un sistema, es decir, de un todo. Cuando una organización
se institucionaliza, adquiere vida propia, además de la de sus miembros.
Al respecto, Porras (1995), señala que las personas se comportan como lo hacen dentro de las
organizaciones, porque el medio ambiente en el que trabajan afectan su sentido de eficacia, (sus
creencias, sobre sus propias capacidades para comportarse de una manera particular en el
trabajo), lo resultados que esperan (considerar que sus comportamiento llevarán a resultados
particulares) y por último, el valor que da a los diferentes resultados se conciben como
consecuencia de los comportamientos señalados por el ambiente de trabajo.
Dentro de este marco, las organizaciones tienen su propia cultura, la cual constituye eje distintivo
de las demás, donde se incluyen, una visión de gerencia centrada en un capital humano, como
fuente protagónica de la identidad organizacional, los cuales se consolidan y comparten en el seno
de la vida empresarial; a su vez, la misma es compartida con su fuerza laboral, como actitud
estratégica, para generar valor, para propiciar ventajas competitivas como fuente de fortalezas
sustentables en el mercado donde se desenvuelven.
Bajo esta concepción, resulta importante orientar a los gerentes a comprender la formación de la
cultura en una organización, como se crea, sostiene y aprende, de forma tal, de prepararlo para
pronosticar los comportamientos del personal en su trabajo, en base a valores, creencias y normas
compartidas.
De esta forma, el conocer que piensan los empleados en una organización, permitirá desarrollar
una cultura arraigada en sus cimientos en base al esfuerzo común de sus empleados para alcanzar
sus objetivos. Para Chiavenato (2004),
Igualmente, Chiavenato (2004), presenta una extensa definición de la cultura vista desde dos
perspectivas diferentes, por un lado, es el conjunto de costumbres, civilizaciones y realización de
una época o pueblo y, por el otro, artes, erudición y demás manifestaciones sofisticadas del
intelecto y sensibilidad humana consideradas colectivamente.
De esta forma, el mismo autor Chiavenato (2004), la define como la percepción de los empleados,
de significados compartidos, de igual forma la mentalidad predominante en la organización, por
esta razón, la cultura condiciona la administración de las personas. En este sentido, una cultura
debe estar alineada al marco de las estrategias como compromiso interno y externo a ella
condicionada a una relación entre la estrategia organizacional y la departamental, formando
alianzas que faciliten la interacción e integración de cada individuo con ella para el alcance de los
objetivos programados, esta a su vez, debe de apoyarse en una filosofía donde se define la
organización acerca de cómo se deben asumir las prioridades; es decir, se trata de las razones por
la cuales el personal hace las cosas y de la manera como las hace.
Por su parte, Serna (1997) define la cultura organizacional, como la manera como las
organizaciones hace las cosas, como establece prioridades y le dan importancia a las diferentes
tareas empresariales. La cultura organizacional condiciona el comportamiento de las personas
dentro de las organizaciones, determinando el recurso, su enraizamiento, arraigo y permanencia.
Tomando como referencia los conceptos de los autores Robbins (2004), Chiavenato (2004) y Serna
(1997), la cultura representa el elemento integrador de las organizaciones y por ende, uno de los
factores determinantes en la eficacia del recurso humano para lograr los niveles de productividad y
el ambiente laboral para alcanzar los objetivos concebidos. A tal fin, cada Organización posee, su
propia cultura, tradiciones, normas, lenguaje, generadores de climas de trabajos propios de ellas,
es decir, poseen su propia identidad.
Por otra parte, los autores señalan que la cultura identifica a la organización, siendo intrínseca en
el comportamiento del individuo, es así, como al momento de un cambio organizacional, hará difícil
que los integrantes abandonen la forma como se han formado dentro de la organización.
De acuerdo a Zambrano, (2001), en el esfuerzo por crear nuevas y mejores opciones para el futuro
y la búsqueda del éxito organizacional, los investigadores relacionan el mismo con los valores y
compromiso de cada persona con la organización. De acuerdo a lo anterior, cabe destacar lo
fundamental para las organizaciones reconocer el impacto significativo que la cultura tiene en el
comportamiento de los empleados y en el éxito de la empresa para mantener sus ventajas
competitivas.
Al respecto, Davis (2000) afirma, la idea de la cultura organizacional es un tanto intangible, por
cuanto no puede verse, ni tocarse, sin embargo, está presente siendo penetrante su efecto sobre
todo lo que ocurre en la organización. Dada su importancia, el estudio de la cultura organizacional
evidencia el sentido de compromiso del capital humano con los valores organizacionales, lo cual
proporciona un signo de identidad del grupo, así como manifestaciones externas de
comportamientos visto y aceptado por sus miembros.
De la misma manera, estos cambios violentos y repentinos ocurridos en tan corto periodo de
tiempo dentro de la ciencia y arte gerencial de la época actual hacen repensar la necesidad de
adecuar la cultura de las organizaciones bajo una nueva definición, un nuevo esquema, una nueva
dirección, un nuevo enfoque, con el fin de adaptar al hombre de conocimientos y al hombre de
esfuerzos, en la correcta dirección hacia donde deben apuntar la visión, misión, objetivos
organizacionales, valores y ética, contribuyendo ésta a crear organizaciones inteligentes que
requieran de los más amplios sistemas y tecnologías de la información para la cada vez mas
acelerada toma de decisiones.
Por otra parte, el estilo de gestión y el conjunto de miembros de un grupo se combinan para
proyectar la cultura de cada organización y a los objetivos de la misma. A tal fin, la cultura
organizacional es el reflejo del equilibrio dinámico y las relaciones armónicas del conjunto de
subsistemas. Entre estos subsistemas el equilibrio puede ser estable, discontinuo o simplemente
tenso, dependiendo de la coincidencia y del acoplamiento que se promueva en todas las
dimensiones de la organización. Con base a lo anterior, se puede inferir el concepto de cultura
como el reflejo total de los ajustes que se proponen los subsistemas filosóficos y el actitudinal.
De igual forma, la cultura organizacional describe parte de su ambiente interior la cual puede
afectar la forma que las personas interpretan las circunstancia e incluso pueden influir en sus
esquema para organizar y retener información para enfocar sus actos. Para Robbins (2004) en las
culturas fuertes, los valores centrales se sostienen con intensidad y se comparten ampliamente.
Cuando los miembros aceptan los valores centrales y mayor es su compromiso con los mismos,
entonces mayor o más fuerte será la cultura.
Por tanto, la cultura fuerte tendrá una gran influencia sobre el comportamiento de sus miembros
porque la intensidad y el grado alto en que se comportan crea un clima interno de control
conductual.
2. CARACTERIZACIÓN DE LA CULTURA
Según Kinicki y Kreitner (2003), la cultura organizacional es el conjunto de de supuestos
compartidos e implícitos, que se dan por sentadas en un grupo, el cual determina la manera en que
el grupo percibe sus diversos entorno, piensa respecto de ellos y reacciona a ellos mismos.
1. Innovación y corre riesgos. Grado en que se alienta a los empleados para desarrollar
nuevas formas de ejecución de las funciones organizacionales.
5. Orientación a los equipos. Grado en que las actividades laborales se organizan en equipo
mas que individualmente.
6. Agresividad, es el grado en que las personas son osadas y competitivas, antes que
despreocupadas.
Por su parte Chiavenato (2002), señala toda cultura se caracteriza de acuerdo a tres diferentes
niveles: artefacto, valores compartidos y presunciones básicas:
a. Artefacto:
Constituye el primer nivel de la cultura, el más superficial, visible y perceptible. Corresponde a los
elementos concretos que cada uno observa, escucha y siente cuando se encuentra con una
organización. De igual forma, incluye los productos, servicios y estándares de comportamiento de
los miembros de una organización.
De igual apreciación Kreitner y otros (2003), señalan los artefactos observables es el nivel mas
visible, la cultura representa artefactos observables. Cuando se observa en las oficinas de una
organización, se puede notar como se visten las personas, como hablan y de que hablan como se
comportan y que es importante y pertinentes para ellas. Los artefactos son todos los elementos o
eventos que pueden indicar visual o auditivamente como es la cultura de la organización.
Los símbolos, las historias, los héroes, los lemas y las ceremonias anuales son ejemplo de
artefactos. Por su parte, Gordón (1997) identifica coincidencialmente dentro de este nivel los
patrones de comportamiento, tecnología, enunciado de la misión, héroes y heroínas, los mitos,
rituales, ceremonias y disposiciones físicas.
De igual forma, Shein (citado por Stoner y otros, 1996), sugiere que los artefactos reúnen lo
relacionado a los procesos y estructuras visibles de la organización; incluye productos y servicios e
incluso conductas de los miembros del grupo. Siendo más específico:
a. Procesos: son una serie de labores que se realizan dentro de la organización para alcanzar los
objetivos de la misma.
En tal sentido, la cultura organizacional sirve para integrar a sus miembros además de ayudarlo a
adaptarse al ambiente externo, conseguir desarrollar una identidad colectiva, y un conocimiento del
modo en que se puede trabajar efectivamente en equipo. Por consiguiente, se explica que la
cultura organizacional, viene a ser una guía de la relación de trabajo diaria y determina las formas
en que las personas se comunican, logrando un comportamiento aceptable asignando el poder y el
status.
b. Valores compartidos
Según Chiavenato (2004) constituyen el segundo nivel de la cultura. Son los valores destacados
que se tornan importantes para las personas, los cuales definen las razones para hacer lo que
hacen. Por cuanto, sirven como justificaciones aceptadas por todos los miembros. Así mismo, el
autor Chiavenato (2004) identifica los valores compartidos en base a la filosofía de la organización,
las estrategias y objetivos que conlleven las justificaciones compartidas.
De igual forma, Shein (citado por Stoner y otros, 1996), señala para este nivel las razones para
explicar el porque de lo que se hace en la organización, para lo cual afirma que en la mayoría de
las culturas organizacionales pueden encontrar el origen de los valores adoptados en los
fundadores. Es decir:
a. Estrategias: Son los medios que ayudan a la organización a alcanzar sus objetivos.
En este mismo sentido, Chiavenato (2004, p.145) “las organizaciones deben agregar valor
continuamente a lo que hacen, para ser competitivas”.
Complementando este punto el autor (2004) sugiere, el valor puede medirse desde las siguientes
perspectivas:
2. Valores personales: ideales y expectativas que las personas asumen como esenciales y
primordiales.
3. Valor para el accionista: retorno que el accionista percibe y evalúa en sus inversiones y
transacciones financieras en la organización
En consecuencia, el comportamiento basado en estos valores beneficia a la sociedad, a la
empresa y a la economía en la cual se encuentra inserta. Los principios forman la base de la
confianza y cooperación, también contribuye a la moral de los empleados, por cuanto, es
especialmente, importante el sentido de orgullo, pertenencia e identidad por parte de los miembros
de los equipos de trabajo en su productividad y actitud general, más aún cuando define los valores
éticos como estilo de vida.
Por tanto, la cultura se caracteriza por el conocimiento adquirido para interpretar su experiencia y
generar comportamientos. En líneas generales, la cultura forma parte de la variedad de
significados en función de los cuales por estipulados en la filosofía de la misma, se consideraran: la
preparación académica de los empleados, el aprendizaje continuo, el compromiso organizacional,
la responsabilidad. De esta forma, los valores tienden a persistir en el tiempo incluso cuando
cambian las personas dentro de la organización.
c. Supuestos Básicos
Constituye el nivel más íntimo, profundo y oculto de la cultura organizacional. Son las creencias
inconscientes, percepciones, sentimientos y presupuestos dominantes en las personas. La cultura
prescribe la manera de hacer las cosas en la organización.
Basados en los aportes de los autores Chiavenato (2004), Shen (citado por Stoner y otros, 1996) y
Gordon (1997), explican la composición de la cultura en un nivel visible, donde se encuentra los
estilos de conducta, las normas grupales que inducen una actuación grupal y otro no visible, donde
se encuentra los valores compartidos, intereses y metas compartidas por la mayoría de las
personas, los modos de conducta del grupo, son duradero en el tiempo, muy a pesar de los futuros
cambios de sus integrantes, ya que forman parte de la preparación laboral, siendo estos difícil de
cambiar basados en creencias, reemplazables solo a través del tiempo, luego de inducir cambios
en el primer nivel.
Por cuanto, los supuestos básicos, son valores organizacionales que se toman por un hecho con el
paso del tiempo, al ser los supuestos que guían el comportamiento organizacional. Cuando son
adoptados en forma generalizada por los empleados, resulta inconcebible un comportamiento
basado en los valores incompatibles con esos supuestos. Es decir, los supuestos básicos que
subyacen la cultura organizacional no son observables y constituyen el centro de la misma cultura.
Del presente análisis se puede inferir tomando como referencia los aportes de los citados autores,
su coincidencia en los diversos niveles que convergen en la cultura, siendo los niveles no visibles
lo de mayor dificultad para establecer un cambio en su personal debido a su raíz basada en
creencias rituales y personales, siendo mas sencillo, iniciar la propuesta de cambios bajo los
niveles visibles de la cultura.
A tal efecto, la cultura resalta como plataforma organizacional donde los empleados crean una
percepción subjetiva global de la organización con base en los factores como el grado de tolerancia
al riesgo, el énfasis sobre el sentido del grupo y el apoyo a las personas.
Los aportes expuestos afirman que todo lo que interviene en el vínculo, desarrollo, procesos y
entorno de la organización puede afectar la percepción de los miembros de la misma, por cuanto,
cada organización desarrolla un conjunto central de conocimientos, supuestos y reglas implícitas
para gobernar el comportamiento diario del capital humano en el lugar de trabajo.
Wisdow (1998, p.3) señala que “la cultura organizacional desarrolla una serie de códigos que
alimentan o suprimen ciertos tipos de comportamientos, ofreciendo ofrecen a los empleados
estabilidad y familiaridad”. De acuerdo a lo anterior, Del Moral (2000, p.294), establece que existen
actores importantes en el desarrollo de la cultura organizacional, a saber:
1. La comunicación, como proceso que permite trasladar dicha cultura de generación a otra.
2. La percepción individual y grupal, de cómo se asimila y llega formar parte intrínseca de los
individuos.
Por cuanto, se puede reafirmar que la cultura organizacional se ejerce a través de la comunicación,
se basa en la información, es percibible, y como punto de importancia, tiene una marcada
influencia e interrelación con el sentido de pertenencia o membresía de la comunidad humana
organizacional. Por su parte, Gross y Shimchman (citado por Kreitner y Kiniki, 2003 p. 597),
sugieren el siguiente modelo de desarrollo de una cultura cohesiva dentro de la organización,
según se ilustra en la siguiente figura 1:
Según Kreitner y otros (2003, p.36), “la cultura organizacional puede ser el motor de las actitudes
de los empleados y de la efectividad y rendimiento organizacionales”.
En este mismo marco de ideas, Kreitner y otros (2003) señala, diversos estudios muestran que la
cultura organizacional se correlaciona estrechamente con el comportamiento y actitudes de los
empleados. A tal fin, el autor ilustra un ejemplo a esta afirmación donde las culturas constructivas
guardan relación positiva con el compromiso en el trabajo, la intención de permanecer en la
organización y las innovaciones, y resulta negativas con la evitación de trabajo.
Así mismo, Kreitner y otros (2003) señala el contraste a esta afirmación, la cual la cultura pasiva-
defensiva y agresiva defensiva tuvieron correlación negativa con la satisfacción en el trabajo, la
intención de continuar en la organización. Estos resultados hacen suponer que los empleados
parecen inclinarse por organizaciones que estimulan la interacción y el trabajo con otros de manera
que les ayude a satisfacer sus necesidades de crecimiento y desarrollo, afectando su compromiso
con la organización. En este mismo sentido, el autor señala, que los resultados de varios estudios
muestran congruencia entre los valores del individuo y la organización, relacionado estrechamente
con el compromiso de la organización, satisfacción en el trabajo, intenciones de renunciar y
rotación de personal.
De igual apreciación, Robbins (2004), señala, la cultura sirve como un mecanismo que crea sentido
y permite el control, que orienta y da forma a las actitudes y comportamientos de los empleados.
Para este autor, la cultura es un término descriptivo, distinguiendo esta apreciación del concepto de
satisfacción laboral.
Bajo este esquema Robbins (2004), afirma que en investigaciones de la cultura se ha tratado de
medir como ven los empleados a su organización. ¿Fomenta el trabajo en equipo? ¿Premia las
innovaciones? ¿Reprime la iniciativa? Por su parte la satisfacción laboral trata de medir las
respuestas afectivas al entorno social. Se ocupa de lo que sienten los empleados de acuerdo a sus
expectativas de la organización, sistemas de recompensas, entre otros. De acuerdo a lo anterior, la
cultura organizacional es descriptiva y satisfacción laboral es evaluativo.
De acuerdo con esta apreciación suministrada por los autores Kreitner y Kinicky (2003) y Robbins
(2004), los empleados se forman una impresión subjetiva general de la organización de acuerdo
con factores tales como el grado de tolerancia a los riesgos, preferencia por los equipos y apoyo a
las personas. Esta percepción se convierte, de hecho en la cultura o personalidad de la
organización. Estas percepciones favorables o desfavorables influyen en la satisfacción de los
empleados, y lo hacen con mayor intensidad cuando mas fuerte sea la cultura.
5. A MODO DE CONCLUSIÓN
Por lo general, las acciones estratégicas de una compañía reflejan sus rasgos culturales y sus
valores directivos. En algunos casos, las creencias y la cultura centrales de una compañía incluso
dominan la selección de movimientos estratégicos. Esto se debe a que los valores y las creencias
relacionados con la cultura se impregnan tanto en la forma de pensar y las acciones de la dirección
que condicionan la manera como la empresa responden a los acontecimientos externos. En este
mismo orden de ideas, la cultura organizacional viene a ser un marco de referencia sobre como
manejar los proyectos estratégicos y que tipos de movimientos estratégicos se aceptarán o
rechazarán.
Por consiguiente, los valores éticos no sólo deben establecerse de manera explícita sino deben ser
un compromiso de la fuerza laboral para consolidar la cultura organizacional. De esta forma, la
creación de las estrategias habilitan las capacidades, organizacionales con los clientes externos e
internos a ella bajo la concepción de una filosofía de integralidad para mantener la identidad
mediante una proyección ética. Cuanto mejor sea la relación entre estas actividades y
características administrativas, más probables será que haya una ejecución estratégica visible para
alcanzar un beneficio rentable.
En este mismo sentido, los implantadores de las estrategias están al frente para promover en la
organización un ambiente efectivo que apoye su gestión. Cuando se implantan cambios
estratégicos importantes, la mejor manera que tiene un gerente de emplear su tiempo es dirigir
personalmente los cambios. Cuando sólo se implanta una aplicación estratégica, se necesita
menos tiempos y esfuerzo para alinear los valores y la cultura con la estrategias, por el presente
sigue conservando la función principal de impulsar y luchar por obtener mejoras continuas.
Por tanto, la cultura organizacional ha dejado de ser un elemento periférico en las organizaciones
para convertirse en un elemento de relevada importancia estratégica. Es una fortaleza que
encamina a las organizaciones hacia la excelencia.
En este mismo sentido, el éxito está determinado por la percepción de los empleados de los
elementos culturales, esto abarca el sentir y la manera de reaccionar de las personas frente a las
características y calidad de la cultura organizacional. El desarrollo de la cultura organizacional
permite a los integrantes de la organización ciertas conductas e inhiben otras.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Chiavenato, I (2004) “Gestión del talento humano”. Quinta Edición. Mc Graw Hill, Bogotá
Colombia.
Gibson, J; Ivancevich, J, y Donnelly, J. (1996) Las organizaciones (8va. Edición) Madrid, España,
Prentice Hall
Gil. I, Ruíz, L, y Ruíz. (1997) La nueva Dirección de persona en la empresa. Madrid España.
Editorial McGraw-Hill Interamericana de España. S.A.
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McDonalización de la cultura. →
Efectos de la Cultura en el
Marketing Internacional.
06SEP
¿Pero qué es la cultura? La cultura puede ser definida como formas de vida, creadas por
un grupo de seres humanos que se trasmiten de una generación a otra, manifestando
estas formas de vida por medio de las instituciones sociales como la las familiares,
educativas, religiosas, gubernamentales y comerciales.
Al estudiar la cultura se deben analizar aspectos como las actitudes, creencias y valores,
el idioma, la religión entre otras. A pesar de que existe una gran diversidad cultural
muchas empresas han encontrado formas distintas de lograr lo mismo, es decir ofrecer sus
productos en diferentes países, estas empresas han comunicado al cliente que comparten
y comprenden sus patrones culturales, utilizan un lenguaje adecuado para no ofender a los
consumidores, y un producto que se adapte localmente, por ejemplo la “pizza” es un
producto que puede venderse con facilidad solo cambiándole los ingredientes al gusto del
mercado, McDonald´s tuvo que enfrentarse a las diferencias culturales pero ha logrado
penetrar en el mundo gracias a su capacidad de adaptación a la cultura, ya que ellos
piensan a nivel global pero actúan a nivel local, próximamente se hablará del fenómeno
McDonalización de la cultura, mientras tanto se mencionará como ejemplo que en India
debido a sus costumbres alimenticias y al rechazo al consumo de carne de res, la empresa
se vió en la necesidad de crear una hamburguesa de carne de cordero a la que
llamó Maharaja Mac.
La cultura es un factor que puede llevarle al fracaso e incluso la muerte, cada individuo
poseemos nuestras creencias religiosas, costumbres etc , sin embargo como
profesionales en el área de marketing se debe ser capaz de “respetar” , el respeto no
significa el sacrificio de sus valores pero si se desea internacionalizarse como empresa se
debe entender que la cultura es algo sagrado e inherente a los pueblos, nunca piense que
su producto es perfecto y que cualquier persona lo comprará porque cada individuo es
especial y existen tantos gustos como colores, por lo tanto, lo más recomendable antes de
penetrar a un mercado internacional es analizar las adaptaciones que deben hacerse a las
herramientas del marketing para que logre la aceptación de los consumidores.