El Tribunal Constitucional Plurinacional en Bolivia - (2012) (Cut)
El Tribunal Constitucional Plurinacional en Bolivia - (2012) (Cut)
El Tribunal Constitucional Plurinacional en Bolivia - (2012) (Cut)
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PLURINACIONAL EN BOLIVIA
Alcances y limitaciones
normativas
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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Alan E. Vargas Lima
EL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL
PLURINACIONAL EN BOLIVIA
Alcances
y limitaciones normativas
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
Título:
«El Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia»
Alcances y limitaciones normativas
Autor: Abog. Alan E. Vargas Lima
Imprenta:
“El Original San José”
c. Fornier Nº 25
Cel. Nº 712 619 88
Ciudad de El Alto
La Paz (Bolivia)
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Alan E. Vargas Lima
Dedicatoria
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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Alan E. Vargas Lima
Agradecimientos
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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Alan E. Vargas Lima
Presentación
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Alan E. Vargas Lima
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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Alan E. Vargas Lima
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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Alan E. Vargas Lima
Prólogo
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
Como no podría ser de otra manera, la referida Ley Nº 027 del Tribunal
Constitucional Plurinacional ha sido objeto de diversos estudios y análisis,
uno de ellos el realizado por el destacado Abogado Alan Elliott Vargas
Lima, cuyo resultado se plasma en el trabajo: «El Tribunal Constitucional
Plurinacional en Bolivia», que tengo el honor de prologar en esta
oportunidad.
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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«(…) Siempre que haya un conflicto inevitable entre lo jurídico y lo político,
nuestro deber nos colocará del lado del Derecho. Y a quienes les cuesta
aceptar la idea de que el Tribunal Constitucional puede invalidar actos del
(Órgano) Legislativo, les recordamos las palabras escritas por Alexander
Hamilton hace más de dos siglos: Esta conclusión no supone de ningún
modo la superioridad del Poder Judicial sobre el Legislativo. Sólo significa
que el poder el pueblo es superior a ambos, y que donde la voluntad de la
legislatura, declarada en sus leyes, se halla en oposición con la del pueblo,
declarada en la Constitución, los jueces deben gobernarse por la última, de
preferencia a las primeras…». EL FEDERALISTA . San José (Costa Rica): Edit.
Libro Libre, 1986. Pág. 203. Citado por: Pablo DERMIZAKY PEREDO. La tensión
entre Política y Derecho en la Justicia Constitucional. En: TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA (editor). Justicia Constitucional para comenzar
el Tercer Milenio. Revista Constitucional Nº 3. Sucre (Bolivia): Diciembre de
1999. Pág. 13.
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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«En cuanto a la pedagogía constitucional, es deber del Tribunal difundir el
conocimiento, la comprensión y la valoración de las normas fundamentales,
procesos necesarios para crear una conciencia constitucional indispensable
en la construcción de una sociedad justa y progresista. (…)». Pablo DERMIZAKY
PEREDO. Justicia Constitucional y Estado de Derecho. Segunda Edición.
Cochabamba (Bolivia): Editorial ALEXANDER, 2005. Pág. 11.
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Alan E. Vargas Lima
3
Valga ésta oportunidad, para dejar constancia expresa de agradecimiento por
la infinidad de conocimientos y criterios doctrinales uniformes y consistentes
sobre la Jurisdicción Constitucional en Bolivia, que fueron impartidos por
eminentes constitucionalistas bolivianos, como es el caso de los Doctores
José Antonio Rivera Santivañez, Jorge Asbún Rojas, Willman Durán Ribera
y otros, quienes por medio de sus brillantes exposiciones, desarrollaron algunos
temas constitucionales que son de su amplio conocimiento y dominio, y que
también eran de necesaria difusión entre nosotros, dentro del mencionado
Curso de Especialización, auspiciado por la Unidad de Postgrado de la UMSA
(Versión 2007). Es de recordar, que en aquel año de mi especialización en la
materia, escribí un pequeño trabajo de investigación acerca de las Sentencias
Constitucionales y su modulación en la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Boliviano, que por cierto fue calificado satisfactoriamente.
Ahora disponible en monografías.com: http://t.co/CHvfRf6F
4
Ahora puede consultarse mi Catálogo de Bibliografía Jurídica Boliviana de
Derecho Constitucional (2010), en el Blog Jurídico Tren Fugitivo Boliviano,
disponible en: http://t.co/dHdPcmWL
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
En esa época, también llegué a ser testigo del ataque sistemático sufrido
por los entonces Magistrados del Tribunal Constitucional, y el posterior
descabezamiento de ésta institución, debido a los afanes políticos
imperantes en el país, ocasión en la cual llegué a afirmar:
5
Así se encuentra descrito, en mi primer trabajo sobre el Sistema de Control de
Constitucionalidad en la Doctrina y la Jurisprudencia del Tribunal
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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Al respecto, puede consultarse el documento: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DE
BOLIVIA. El Tribunal Constitucional ante la Asamblea Constituyente. Sucre
(Bolivia): Imprenta Editorial Tupac Katari, 2006.
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Alan E. Vargas Lima
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«Para este efecto, la interpretación debe ser sistemática y finalista; la primera,
porque la Constitución es un todo armónico e integrado, donde cada parte
arranca o se refleja en las otras, lo que hace de la Constitución un sistema
coherente y unido. A esta interpretación se le llama también orgánica, porque
considera a la Constitución como un órgano vivo cuyas funciones se
coordinan y desarrollan recíprocamente. (…) La interpretación finalista o
teleológica tiene en mente el fin o telos de la Constitución que, como se ha
dicho, es la defensa y protección de los derechos fundamentales. Un
interpretación que se aleja de los principios y valores mencionados (la vida,
la libertad, la dignidad y la justicia) no será un instrumento adecuado para
la jurisdicción constitucional. Dos principios apoyan esta interpretación:
uno es el de la posición preferente (preferred position), que concede valor
preferente a los derechos fundamentales, declarando la inconstitucionalidad
de los actos que los lesionan, cualquiera sea su origen; y otro es el de favor
libertatis, que da preeminencia a la libertad individual y a todos los derechos
que de ésta derivan (…)». DERMIZAKY PEREDO, Pablo. Del Estado de Derecho
a la Justicia Constitucional. En: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA (editor).
IV SEMINARIO INTERNACIONAL: Justicia Constitucional (12 y 13 de Octubre de
2000). Memoria Nº 5. Sucre (Bolivia): Editorial Judicial, Marzo de 2001. Pág. 21.
9
En este sentido, «interpretar la Constitución es una función que fluye
naturalmente de la jurisprudencia a que da lugar el control de
constitucionalidad… (de ahí que) en la importante y difícil misión que explica
y legitima a un Tribunal Constitucional, su rol como intérprete último de la
Constitución es, quizá, el más importante de sus trabajos. La interpretación
del Tribunal Constitucional será una tarea constante, oportuna y activa, a
diferencia de la interpretación esporádica encomendada al Órgano
Legislativo (…)». Pablo DERMIZAKY PEREDO. Obra Citada. Pág. 11.
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RESUMEN
ABSTRACT
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
PALABRAS CLAVE
KEY WORDS
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NOTA PRELIMIN
NOT AR
PRELIMINAR
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Cabe tener en cuenta que la Constitución desde una perspectiva jurídica, es la
Ley Fundamental de todo el ordenamiento jurídico del Estado, cuyas normas
regulan el sistema constitucional, es decir, la forma en que se organiza y
estructura el Estado, proclamando a su vez los valores supremos y principios
fundamentales sobre los que se asienta el mismo Estado, consagrando los
derechos fundamentales y las garantías constitucionales para hacerlos
efectivos en favor de las personas, definiendo y delimitando la estructura
social, económica-financiera, jurídica y política, así como su régimen de gobierno
y los órganos a través de los cuales será ejercido el poder político, determinando
su organización y el ámbito específico de competencias de cada una de sus
instituciones. Por otro lado, y desde una perspectiva política, la Constitución
se define como un pacto social y político adoptado por el pueblo, y que fija las
normas y reglas básicas de convivencia pacífica para el desarrollo y la
construcción democrática de la sociedad; es decir que se trata de un
ordenamiento en el cual los derechos y libertades de los ciudadanos en relación
con las autoridades gubernamentales, se hallan protegidos a través de la
garantía de división del ejercicio del poder político, en una coordinación
separada de órganos y funciones estatales. En este sentido, el significado
político de la Constitución puede verse expresado claramente en el artículo 16
de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, cuando señala
que: «Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada
y la división de poderes determinada, no tiene Constitución». Cfr. José Antonio
RIVERA SANTIVAÑEZ. HACIA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN. Luces y Sombras del
Proyecto modificado por el Parlamento. Cochabamba - Bolivia: FUNDACIÓN
KONRAD ADENAUER, FUNDAPPAC y Oficina Jurídica para la Mujer, 2008. Págs. 7-8.
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
De ahí que –en la primera mitad del año 2010–, el conjunto de la ciudadanía
tuvo acceso a la publicación de prensa del Proyecto de Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional; iniciativa que, sumada a las anteriores
publicaciones de proyectos legislativos, pretendieron promover de manera
efectiva la participación ciudadana, que precisamente constituye una de
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En este sentido, un análisis crítico del referido Proyecto, fue oportunamente
remitido por el autor, mediante Nota de fecha 18 de junio de 2010, a conocimiento
de la Presidencia de la Cámara de Diputados, de la Asamblea Legislativa
Plurinacional de Bolivia, en ocasión del tratamiento y discusión del Proyecto
de Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional a nivel del pleno camaral.
(Documento disponible en: http://www.monografias.com/). Asimismo, una
versión preliminar del análisis que ahora se presenta, fue publicada en la Revista
de Derecho Público Nº 26 (Enero – Junio de 2011) de la Universidad de Los
Andes (Colombia), disponible para consulta gratuita en el sitio web: http://
derechopublico.uniandes.edu.co; posteriormente, en la Revista Electrónica
de Derecho de la UDABOL, disponible en el sitio web: http://lp.udabol.edu.bo/
revista/; y también en la Revista de Estudios Constitucionales, Año 9, Nº 2
(2011) de la Universidad de Talca (Chile), disponible en: http://www.cecoch.cl/
htm/revista/revista_9_2_2011.html. El presente trabajo es una nueva versión
corregida y ampliada con jurisprudencia constitucional relevante.
12
Debe recordarse que la Disposición Transitoria Segunda de la CPE (antes de
perder su vigencia al cumplimiento de su cometido) establecía que «la Asamblea
Legislativa Plurinacional sancionará, en el plazo máximo de ciento ochenta
días a partir de su instalación, la Ley del Órgano Electoral Plurinacional,
la Ley del Régimen Electoral, la Ley del Órgano Judicial, la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional y la Ley Marco de Autonomías y
Descentralización»; dicho plazo convencionalmente tenía duración máxima
hasta el día 22 de julio del año 2010, para que de ésta forma se culmine con la
«fase de adecuación» de las normas necesarias para el desarrollo de los
mandatos constitucionales.
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Para conocer algunos comentarios y observaciones preliminares al entonces
Proyecto de Código de Procedimientos Constitucionales, es de utilidad
consultar el reciente Libro de mi autoría: La Codificación del Derecho Procesal
Constitucional en Bolivia. Publicado en Saarbrücken – Alemania: Editorial
Académica Española, Abril de 2012 (ISBN: 978-3-659-00335-6). Ahora
disponible virtualmente en: https://t.co/XpaLG3gk
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I. DISPOSICIONES GENERALES DE LA
NUEVA LEY DEL TRIB
NUEVA UN
TRIBUNAL
UNAL
CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL
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En este sentido, cabe considerar que la interpretación de los derechos
fundamentales está regida por otros principios contenidos en los Pactos
Internacionales de Derechos Humanos que forman parte del bloque de
constitucionalidad. De ahí que, cuando el Estado incorpora a su derecho
interno el Derecho internacional de los Derechos Humanos, ese derecho interno
ya no queda cerrado en la Constitución, sino coordinado y compatibilizado
con el Derecho internacional, lo que significa entonces que se deben interpretar
las normas buscando un único sistema de derechos que sea armónico y
congruente, donde adquieren mayor vigor los principios de optimización y de
fuerza expansiva de los derechos humanos. Este criterio de interpretación se
encuentra previsto en los arts. 13.IV y 256 de la CPE. El primero de ellos sostiene
que «Los tratados y convenios internacionales ratificados por la Asamblea
Legislativa Plurinacional, que reconocen los derechos humanos y que
prohíben su limitación en los Estados de Excepción prevalen en el orden
interno. Los derechos reconocidos en la Constitución se interpretarán de
conformidad con los Tratados Internacionales de derechos humanos
ratificados por Bolivia». El segundo, art. 256 de la CPE, señala: «I. Los tratados
e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que hayan
sido firmados, ratificados o a los que se hubiera adherido el Estado, que
declaren derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, se
aplicarán de manera preferente sobre ésta. II. Los derechos reconocidos en
la Constitución serán interpretados de acuerdo a los tratados internacionales
de derechos humanos cuando éstos prevean normas más favorables».
Conforme a dichas normas, el tratamiento que la Constitución otorga a los
derechos es unitario y dinámico: Unitario porque concibe como de manera
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Al respecto es útil recordar que «un Tribunal Constitucional es una
jurisdicción creada para conocer especial y exclusivamente en materia de lo
contencioso constitucional, situada fuera del aparato jurisdiccional
ordinario e independiente tanto de éste como de los poderes públicos (…)».
Louis FAVOREU. Los Tribunales Constitucionales. Citado por Francisco
EGUIGUREN PRAELI. Los Tribunales Constitucionales en Latinoamérica. Una
Visión Comparativa. Buenos Aires – Argentina, FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER
- CIEDLA, 2001. Pág. 7.
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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De manera general se puede señalar que el Derecho Procesal Constitucional es
la disciplina del Derecho Público que estudia los diversos sistemas y modelos
de control de constitucionalidad, como mecanismos de defensa de la
Constitución; así como el conjunto de normas que regulan la estructura,
organización y funcionamiento de los órganos encargados de ejercer el
control de constitucionalidad, además de los procesos constitucionales a
través de los cuales se resuelven las controversias constitucionales de
acuerdo a los procedimientos legalmente establecidos para su tramitación.
Cfr. José Antonio R IVERA S ANTIVA Ñ E Z . Temas de Derecho Procesal
Constitucional. Cochabamba - Bolivia: Editorial KIPUS, 2007.
21
Aquí cabe recordar, que en la dinámica de las reformas y modificaciones del
sistema constitucional, en cuanto se refiere al control de constitucionalidad, el
Estado boliviano en su desarrollo histórico-legislativo, adoptó los diferentes
modelos que se conocen en la doctrina del Derecho Constitucional. Así en un
primer momento de su vida republicana (1826 - 1861), bajo la influencia del
liberalismo francés, configuró un modelo político de control de
constitucionalidad a través de un Consejo de Estado; en una segunda etapa
(1861 - 1994), adoptó el modelo americano, es decir, el sistema jurisdiccional
difuso de control de constitucionalidad a través de la entonces Corte Suprema
de Justicia; y finalmente en la tercera etapa (1994 hacia adelante), adoptó el
sistema jurisdiccional concentrado de control de constitucionalidad con la
atribución exclusiva del control a un órgano especializado proveniente del
modelo europeo, que fue denominado Tribunal Constitucional. Para constatar
la evolución del control de constitucionalidad en nuestro país, es de utilidad
consultar el ensayo de: José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. El Control de
Constitucionalidad en Bolivia. En: REVISTA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL.
Número 1. Sucre – Bolivia: Editorial Judicial, 1999. Págs. 45-86. Por otro lado,
un análisis exhaustivo sobre las bases doctrinales y las experiencias de los
sistemas de control de constitucionalidad predominantes en el mundo, así
como los antecedentes del control jurisdiccional en el caso boliviano, pueden
verse en: Marcel GALINDO DE UGARTE. ¿Tribunal Constitucional o Corte
Suprema? Una contribución al debate. Fundación Milenio. La Paz (Bolivia):
Producciones CIMA, 1994. Finalmente, los antecedentes del Debate Nacional
sobre la creación del Tribunal Constitucional en Bolivia, así como las tesis
favorables y contrarias acerca de su implementación en nuestro país, se
encuentran ampliamente detalladas en el trabajo de: Hugo GALINDO DECKER.
Tribunal Constitucional. La Paz - Bolivia: Editorial Jurídica ZEGADA, 1994.
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En este sentido, para el jurista mexicano, la Justicia Constitucional se concibe
como «el conjunto de procedimientos de carácter procesal por medio de los
cuales se encomienda a determinados órganos del Estado, la imposición
forzosa de los mandamientos jurídicos supremos, a aquellos otros organismos
de carácter público que han desbordado las limitaciones, que para su
actividad se establecen en la misma Carta Fundamental (…)», y en cambio
el concepto de Jurisdicción Constitucional comprende el estudio de «la
actividad de verdaderos tribunales, formal y materialmente considerados,
que conozcan y resuelvan las controversias de naturaleza constitucional de
manera específica, es decir que los citados tribunales están especializados
en la decisión de los conflictos de carácter constitucional». Héctor FIX-
ZAMUDIO. Veinticinco años de evolución de la Justicia Constitucional. México
D.F.: Instituto de Investigaciones Jurídicas – UNAM, 1968, Pág. 15.
43
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23
Gerardo M ONROY C ABRA . Necesidad e importancia de los Tribunales
Constitucionales en un Estado Social de Derecho. En: ANUARIO DE DERECHO
CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO – 2004. Tomo I. Montevideo - Uruguay:
Fundación Konrad Adenauer, 2004. Pág. 19.
24
Finalmente el citado autor español concluye señalando: «A nuestro entender,
el término justicia constitucional debe distinguirse del de jurisdicción
constitucional. El primero no está basado en una comprensión formal, sino
material, de tal manera que se refiere a la totalidad de la actividad judicial
de aplicación de la Constitución, ya sea realizada por tribunales
especializados o por tribunales ordinarios, ya sea practicada de manera
concentrada o difusa. El segundo en cambio, se corresponde con un
entendimiento formal, de tal modo que se identifica con un tribunal
especializado cuyo cometido es aplicar la Constitución (un tribunal o un
orden jurisdiccional, ya que no sería impensable la pluralidad orgánica y,
de hecho, la historia y el derecho comparado nos muestran algún caso de
jurisdicción constitucional especializada servida por más de un órgano, así
por ejemplo, el sistema previsto, aunque no llegó a ponerse enteramente en
práctica, en la Constitución española de 1931, o el vigente en la Unión
Europea, donde existen dos instancias que realizan la actividad del control
de adecuación de los actos y normas comunitarios a los tratados originarios
o Constitución Europea)». Manuel ARAGÓN REYES. La Justicia Constitucional
en el siglo XX. Balance y perspectivas en el umbral del siglo XXI. En el
Volumen: La Ciencia del Derecho durante el Siglo XX. México D.F.: Instituto
de Investigaciones Jurídicas – UNAM, 1998. Pág. 166.
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25
Humberto NOGUEIRA ALCALÁ. La justicia y los Tribunales Constitucionales de
Indoiberoamérica del Sur en la alborada del Siglo XXI. Cochabamba – Bolivia:
Editorial KIPUS, 2006. Págs. 30-34.
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III. EL CONTROL DE
CONSTITUCION ALID
CONSTITUCIONALID AD
ALIDAD
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Al respecto, cabe hacer notar que en el Derecho Constitucional Comparado se
suele aludir a la existencia de tres modelos originarios de jurisdicción
constitucional, con relación al control de la constitucionalidad de las leyes; se
trata de los denominados sistemas americano o «difuso», europeo o
«concentrado», y político. «(…) Sin perjuicio de la utilidad conceptual y
didáctica de esta caracterización, creemos oportuno precisar que la
clasificación de los sistemas de jurisdicción constitucional en los modelos
‘difuso o americano’ y ‘concentrado o europeo’, así como en sus variables
derivadas ‘mixta’ y ‘dual o paralela’, ha sido construida esencialmente con
base al control de la constitucionalidad de las leyes y normas. Ello hace que
actualmente tal clasificación resulte insuficiente, en primer lugar, por las
múltiples variaciones producidas en los países generadores de los modelos
originarios y en otros que lo han adoptado, así como por las peculiaridades
de las incontables fórmulas derivadas (mixtas o duales) surgidas; pero, sobre
todo, por el hecho trascendental de que la jurisdicción constitucional y los
tribunales (constitucionales) ya no sólo se ocupan del control de la
constitucionalidad de las leyes o normas, sino que también -y muchas veces
con mayor frecuencia y relevancia- ejercen la protección y la custodia de la
vigencia de los derechos constitucionales». Francisco EGUIGUREN PRAELI.
Los Tribunales Constitucionales en Latinoamérica. Una Visión Comparativa.
FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER - CIEDLA, 2001. Págs. 12 y 18.
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
cumplida por todos los órganos del poder público, por los gobernantes y
gobernados, así como también debe ser aplicada con preferencia a las leyes,
decretos y/o cualquier género de resoluciones27. Vale decir, que se trata
esencialmente de una verificación de la compatibilidad y conformidad de
las disposiciones legales, los actos, resoluciones y decisiones de los
gobernantes y autoridades, con los valores supremos, los principios
fundamentales, los derechos fundamentales y garantías constitucionales
de las personas, establecidos por la Constitución Política del Estado.
Sobre éste aspecto –siguiendo el criterio del jurista José Antonio RIVERA
SANTIVAÑEZ–, cabe señalar que el control de constitucionalidad, inicialmente
se estructuró como un sistema de control de la compatibilidad de las leyes
con la Constitución, habiéndose configurado –según la tendencia
racionalizadora del ejercicio del poder político–, como una reacción frente
a la primacía parlamentaria sobre la aprobación de las leyes; de tal forma
que actualmente, las disposiciones legales ordinarias, para alcanzar plena
validez legal, no solamente deben cumplir con la formalidad de ser
emitidas por el Órgano Legislativo, de acuerdo a un procedimiento
27
Se debe considerar también que «el control de constitucionalidad en su
naturaleza misma es una acción política, no sólo porque esa labor suele
estar encomendada a un organismo esencialmente político (como es el propio
Órgano Legislativo) o a un otro organismo especial (como es el caso del
Consejo Constitucional en Francia), sino porque el control importa una
revisión de los actos o decisiones adoptadas por las autoridades políticas,
pues en esencia, el control de constitucionalidad está establecido para
resolver las controversias constitucionales dentro del Estado, controversias
que tienen connotaciones políticas porque derivan del ejercicio del poder,
aunque la solución se la realiza por medio de criterios y métodos jurídicos.
En consecuencia, no obstante que el control esté a cargo de un organismo
jurisdiccional y sometido a procedimientos judiciales especiales, como dice
Loewenstein, el control de la constitucionalidad es, esencialmente, control
político y cuando se impone frente a los detentadores del poder es, en realidad,
una decisión política». José Antonio RIVERA S ANTIVAÑEZ. J URISDICCIÓN
CONSTITUCIONAL. Procesos Constitucionales en Bolivia. Segunda Edición
Actualizada. Cochabamba - Bolivia: Grupo Editorial KIPUS, 2004. Pág. 22.
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En similar sentido se ha pronunciado el Tribunal Constitucional de Bolivia
respecto de la inconstitucionalidad de las leyes, y a través de la jurisprudencia
constitucional contenida en la Sentencia Constitucional Nº 0009/2003 de 3
de febrero, ha establecido lo siguiente: «Que, este Tribunal, conforme a la
doctrina del Derecho Constitucional, ha establecido en su jurisprudencia
que una norma puede ser inconstitucional por la forma o por el fondo. En el
primer caso cuando en su elaboración, sanción y promulgación se infringe
el procedimiento legislativo previsto en la Constitución; y en el segundo
cuando su contenido es el que vulnera los mandatos de la Ley Fundamental.
Así se ha entendido a partir de la SC 082/2000 de 14 de noviembre que dice:
«... conforme lo ha precisado la doctrina constitucional una disposición
legal puede ser impugnada de inconstitucional por su origen o por su
contenido. En el primer caso, cuando en su elaboración y aprobación no se
han cumplido ni respetado los procedimientos establecidos por el texto
constitucional para tal efecto o se las ha elaborado y aprobado en una
instancia o por autoridad no establecida por la Constitución para tal efecto.
En el segundo caso, cuando la disposición legal, a pesar de haber sido
elaborada y aprobada conforme a los procedimientos y formas establecidos
por el texto constitucional contiene normas que son incompatibles con los
principios y normas de la Constitución Política del Estado.» Que, en un
Estado Democrático de Derecho, el procedimiento legislativo que da validez
constitucional a una Ley material no se reduce a las diferentes fases o etapas
que el legislador debe seguir para la formación de una Ley, desde la
presentación del proyecto hasta la promulgación y publicación, que en el
Sistema Constitucional boliviano están previstas en el Título IV, Parte
Segunda, Capítulo V, arts. 71 al 81 de la Constitución, al contrario comprende
también las condiciones de validez del acto legislativo, es decir, que el órgano
emisor de la Ley sea competente y desarrolle el procedimiento de elaboración
de una determinada Ley, como en el presente caso, en el marco de las normas
previstas para su legal funcionamiento«.
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José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. El Tribunal Constitucional Defensor de la
Constitución. Reflexiones sobre la necesidad de su consolidación y
fortalecimiento institucional. Sucre - Bolivia: GTZ - PADEP - AECI, 2007. Pág.
21. En este sentido, el Tribunal Constitucional de Bolivia, a través de su
jurisprudencia ha señalado que «el Estado Democrático de Derecho está
organizado sobre la base de los principios fundamentales, entre otros, de la
separación de funciones conocida también como el principio de división de
poderes, lo que implica la distribución de las competencias y potestades
entre diversos órganos estatales para el ejercicio del poder público, de manera
tal que esa distribución se constituya en una limitación para cada órgano
de poder el que sólo podrá ejercer las potestades que forman parte de su
competencia». En el marco del principio fundamental referido, que actualmente
se encuentra consagrado en la norma prevista por el art. 12 de la NCPE, el
Constituyente ha efectuado la distribución de funciones y competencias; así
la potestad legislativa, de control y fiscalización la tiene el Órgano Legislativo;
la función ejecutiva, administrativa y reglamentaria la ejerce el Órgano Ejecutivo
y el ejercicio de la potestad jurisdiccional la tiene el Órgano Judicial. Conforme
enseña la doctrina del Derecho Constitucional, la concepción dogmática de la
«división de poderes», ha sido superada en el constitucionalismo
contemporáneo con la adopción del concepto de la separación de funciones
que se sustenta en los siguientes principios: 1) la independencia de los órganos
de poder del Estado; 2) la coordinación e interrelación de funciones entre los
órganos; y 3) el equilibrio entre los órganos que se establece a partir frenos y
contrapesos; ello implica que los diversos órganos de poder del Estado no
desarrollan única y exclusivamente sus función esencial, también participan
en el desempeño de las funciones y labores de los otros órganos, en el marco
de las atribuciones y competencias conferidas por el Constituyente, así el
Legislativo participa en las labores del Ejecutivo aprobando el presupuesto
general de la nación, o ratificando los tratados internacionales, entre otros; de
su parte el Ejecutivo participa en las labores del Legislativo a través de los
mecanismos previstos en la Constitución, tales como la iniciativa legislativa, la
promulgación de la Ley, entre otras actividades. Al respecto puede consultarse
la Sentencia Constitucional Nº 0009/2004, de 28 de enero.
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Alan E. Vargas Lima
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
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«La nota esencial de una constitución rígida estriba en su superioridad
sobre los estatutos ordinarios. Tal superioridad se logra porque dichas
constituciones son modificadas por procedimientos diferentes a aquellos
por los que se dictan y revocan las demás leyes. En otras palabras, no es
necesariamente la implementación de un órgano constituyente sui generis
de elaboración de la constitución -diferente del parlamento ordinario- lo
que la hace rígida, sino la exigencia (para su enmienda o sanción) de un
trámite distinto y más severo que el procedimiento legislativo común. (…)
En resumen: el componente liminar para que pueda configurarse un engranaje
de control de constitucionalidad es la existencia (esto es, la vigencia real)
de uno o más tramos rígidos en la Constitución. Dichos sectores (o la
totalidad de la Constitución) no modificables por el procedimiento
legisferante ordinario, tienen supremacía constitucional y justifican, en
principio, invalidar al derecho infraconstitucional que se les oponga». Néstor
Pedro SAGÜÉS. Teoría de la Constitución. Buenos Aires - Argentina: Editorial
ASTREA, 2001. Págs. 432-434.
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Al respecto, el jurista José Antonio R IVERA S ANTIVAÑEZ con bastante
preocupación ha señalado que «de las normas constitucionales referidas, se
puede inferir que, a diferencia del sistema vigente, el procedimiento de
reforma es flexible; toda vez que la reforma se la encarará en un solo período
constitucional, y, en su caso, en una sola legislatura, mediante el
procedimiento legislativo que se aplica para la elaboración y aprobación
de las leyes ordinarias; pues la norma constitucional no hace referencia
alguna a un procedimiento especial para la discusión y aprobación de la
Ley de reforma constitucional; así, por ejemplo, no hace referencia alguna a
que la Ley sea sometida a más de una discusión y en legislaturas sucesivas;
ante esa situación, a contrario sensu se entiende que la Ley de reforma
constitucional será discutida y aprobada por una sola vez y en la respectiva
sesión o sesiones instaladas para el efecto; al no estar definida de otra
manera, también se entiende que solamente se reformará la Constitución
parcialmente con una sola y única Ley, ya no habrá necesidad de aprobar
una Ley Declaratoria de Necesidad de la Reforma y otra Ley de reforma
constitucional (…)». José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. H ACIA UNA NUEVA
CONSTITUCIÓN. Luces y Sombras del Proyecto modificado por el Parlamento.
Pág. 109.
56
Alan E. Vargas Lima
32
Así también, según señala Kelsen, «No es pues el Parlamento mismo con
quien se puede contar para realizar su subordinación a la Constitución. Es
un órgano diferente a él, independiente de él y, por consiguiente, también de
cualquier otra autoridad estatal, al que es necesario encargar la anulación
de los actos inconstitucionales, esto es, a una jurisdicción o tribunal
constitucional» (Hans KELSEN. LA GARANTÍA JURISDICCIONAL DE LA CONSTITUCIÓN.
La Justicia Constitucional. Traducción: Rolando Tamayo Salmorán.
57
El Tribunal Constitucional Plurinacional
Cochabamba (Bolivia): Grupo Editorial KIPUS, 2006. Es por ello que, «tomando
en cuenta el doble carácter del control de constitucionalidad, jurídico en su
objeto y político en sus resultados, es comprensible que el organismo
encargado del control en general y sus miembros en particular estarán
siempre expuestos a una serie de presiones de tipo político. Es frente a esa
situación que se requiere, por un parte, de un organismo independiente de
los órganos cuyas decisiones controla y, por otra, que los titulares del
organismo comprendan la magnitud de su labor así como su independencia,
la que deben practicarla y hacer prevalecer en todo momento, y con mayor
razón cuando se ejerza o pretenda ejercer presiones políticas sobre ellos.».
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL. Procesos
Constitucionales en Bolivia. Pág. 25.
33
«Para terminar, corresponde observar que la anhelada separación e
independencia del órgano de control en cuanto al órgano controlado, no
siempre se instrumenta del modo deseado. Por ejemplo, si un Tribunal Supremo
(órgano de control de constitucionalidad) puede ser removido por medio del
juicio político por el Parlamento (órgano controlado), o si precisa aquél la
confirmación o reelección de sus miembros por éste, en determinados plazos
o circunstancias, es obvio que no hay una conveniente situación de
independencia. Los mecanismos de designación y de remoción de los
integrantes de los órganos de control constitucional, sintetizando, son
decisivos para evaluar el grado real de autonomía de esos organismos».
Néstor Pedro SAGÜÉS. Teoría de la Constitución. Pág. 436.
58
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59
El Tribunal Constitucional Plurinacional
60
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34
«Para que nazca un completo sistema de control de constitucionalidad, por
ende, no basta que los órganos de control sean independientes de los órganos
controlados; es necesario, asimismo, que aquellos puedan sentenciar con
vigor jurídico el juicio de inconstitucionalidad. Si su pronunciamiento es
meramente indicativo, no obligatorio, el régimen desemboca a la postre en
un procedimiento de auto control, el cual no es del todo satisfactorio».
Néstor Pedro SAGÜÉS. Teoría de la Constitución. Pág. 436. «En definitiva, de
lo que se trata es que el organismo competente de ejercer el control de
constitucionalidad emita resoluciones que adquieran el carácter de cosa
juzgada y que sus declaraciones de inconstitucionalidad tengan un efecto
general o erga omnes, de manera que la disposición legal o la norma
incompatible con la Constitución sea expulsada (total o parcialmente) del
ordenamiento jurídico». José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ . J URISDICCIÓN
CONSTITUCIONAL. Procesos Constitucionales en Bolivia. Pág. 26.
61
El Tribunal Constitucional Plurinacional
35
Respecto a la base constitucional del efecto vinculante de las Resoluciones
Constitucionales, es de utilidad consultar el trabajo de: Jorge ASBÚN. Estudios
Constitucionales. Santa Cruz – Bolivia: COMUNICACIONES EL PAÍS, 2008. Págs.
73-116.
62
Alan E. Vargas Lima
36
Así por ejemplo, en el ámbito tutelar, mediante la Sentencia Constitucional Nº
0086/2006-R, de 25 de enero, se desarrolló la siguiente doctrina constitucional:
«La legitimación activa o ius postulandi es un derecho del titular de los
derechos fundamentales de interponer el recurso, constituyendo también un
límite para que terceras personas no interpongan el recurso a favor de los
titulares sin su consentimiento, o para que ellos no sean involucrados
injustificadamente. Tienen legitimidad activa para interponer el recurso de
amparo las personas naturales y las personas jurídicas que tienen la calidad
de víctimas, o dicho de otro modo, a quienes se les vulneró o amenazó un
derecho fundamental o garantía constitucional. (…)».
63
El Tribunal Constitucional Plurinacional
37
«(…) La acción popular de inconstitucionalidad se adoptó en las
Constituciones de Venezuela de 1858 (art. 113, núm. 8), Panamá de 1941
(art. 188) y El Salvador de 1950 (art. 96). La acción de inconstitucionalidad
es un derecho constitucional fundamental que legitima a cualquier ciudadano
para demandar ante la Corte Constitucional actos con fuerza de ley (llámese
ley, decreto con fuerza de ley, o los actos legislativos reformatorios de la
Constitución), así como también los referendos legislativos , las consultas
populares y plebiscitos del orden nacional, con el objeto de que se declare
inexequible (o inconstitucional), a fin de restablecer la supremacía de la
Constitución. (…) La acción se realiza por medio de la demanda de
inconstitucionalidad presentada por el ciudadano, de conformidad con el
artículo 241 numerales 1, 4 y 5 de la Carta. También se podrá considerar la
acción de inconstitucionalidad como un derecho subjetivo de la persona
humana (sujeto activo) frente al poder político (sujeto pasivo). En este orden
de ideas sería un derecho humano (…)». Ernesto REY CANTOR. Acción Popular
de Inconstitucionalidad. En: REVISTA IBEROAMERICANA DE DERECHO PROCESAL
CONSTITUCIONAL. PROCESO Y CONSTITUCIÓN. Nº 1. México: Editorial Porrúa, Enero-
Junio 2004. Págs. 117-128. Disponible virtualmente en: www.iidpc.org
38
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL. Procesos
Constitucionales en Bolivia. Pág. 26.
64
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39
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. Obra Citada. Pág. 28. En relación a éste aspecto,
y concretamente respecto a la competencia de la jurisdicción constitucional
frente a las resoluciones de la jurisdicción electoral, en la Sentencia
Constitucional 633/2002 de 29 de mayo, el Tribunal Constitucional ha dejado
65
El Tribunal Constitucional Plurinacional
66
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40
A propósito del tema, el meritorio jurista argentino (ahora desaparecido), Germán
Bidart Campos, indicaba que es posible realizar un desdoblamiento de la
interpretación constitucional en: a) interpretación «de» la constitución; b)
interpretación «desde» la constitución, en el siguiente sentido: «La
interpretación ‘de’ la constitución toma en cuenta las normas de la
constitución formal; diríamos que las interpreta en sí mismas, y en su plano.
La interpretación ‘desde’ la constitución desciende hacia abajo, o sea, hacia
el plano infraconstitucional. Empieza valiéndose de la interpretación ‘de’
la constitución y, una vez que la ha efectuado, la proyecta a las normas
inferiores a la constitución y la utiliza para interpretar, ‘desde’ la constitución,
todo el resto del orden jurídico derivado. Esta noción de una interpretación
‘de’ la constitución, y una interpretación ‘desde’ la constitución, se vuelve
importante cuando se vincula el tema de la interpretación constitucional
con el del control constitucional. En efecto, cuando en función de control se
averigua si normas inferiores a la constitución están o no de acuerdo con
ella, es fácil comprender que en la comparación entre normas
infraconstitucionales y normas de la constitución, se hace imprescindible –
primero– interpretar la o las normas de la constitución y, de ahí en más,
desplazarse ‘desde’ la constitución hacia la o las normas inferiores cuya
interpretación congruente con la constitución requiere haber transitado
antes todo el recorrido que, de modo desdoblado, acabamos de sintetizar».
Por otro lado, señalaba también que: «La interpretación constitucional
significa la interpretación de las normas que componen la constitución formal,
así como de las normas que, fuera de ella, tienen naturaleza o contenido
constitucional. La interpretación busca desentrañar el sentido de la
descripción efectuada por el autor de la norma; ello supone dos cosas: a)
que el intérprete retrocede mentalmente al momento de creación de la norma,
y a la voluntad creadora en igual momento; b) que el intérprete confronta el
sentido que a la norma le asigna la comunidad actual con el sentido que le
atribuyo el autor». Germán J. BIDART CAMPOS. Manual de la Constitución
Reformada. Tomo I. Tercera reimpresión. Buenos Aires - Argentina: EDIAR,
2001. Págs. 312-313. Ahora disponible en: http://es.scribd.com/doc/59158910/
67
El Tribunal Constitucional Plurinacional
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42
Cfr. José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. La Interpretación Constitucional y su
vinculatoriedad. En: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA (editor), Memoria
del VI Seminario Internacional: Justicia Constitucional y Estado de Derecho
(Sucre, 26 y 27 de junio de 2003).
70
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43
Algunos autores estiman que la expresión, «derechos humanos» o derechos
del hombre, llamados clásicamente derechos naturales, y actualmente derechos
morales, no son en realidad auténticos derechos protegidos mediante acción
procesal ante un juez-, sino criterios morales de especial relevancia para la
convivencia humana, y que en todo caso, una vez que determinados derechos
humanos se positivizan, adquieren la categoría de verdaderos derechos
protegidos procesalmente, transformándose en derechos fundamentales
vigentes en un determinado ordenamiento jurídico, lo que equivale a decir que
los derechos fundamentales son derechos humanos positivados por la
legislación interna de un determinado Estado. En otras palabras, lo anterior
significa que bajo la expresión «derechos fundamentales», se designa a los
derechos garantizados y reconocidos por la Constitución y, en cambio, la
denominación «derechos humanos» hace referencia a los derechos
proclamados y garantizados por las normas e instrumentos internacionales;
los primeros tienen como fuente de producción al legislador constituyente, y
los segundos, a los Estados y Organismos internacionales. Cfr. Willman R.
DURAN RIBERA. Principios, Derechos y Garantías Constitucionales. Santa
Cruz – Bolivia: COMUNICACIONES EL PAÍS, 2005. Págs. 99-100.
71
El Tribunal Constitucional Plurinacional
44
Una aproximación a la naturaleza y alcance de las funciones que desarrolla la
Defensoría del Pueblo en el Estado Plurinacional de Bolivia, a la luz de las
normas previstas por la CPE aprobada el año 2009, se puede ver en el trabajo
de mi autoría: «El Defensor de los Derechos Humanos en Bolivia y un informe
censurado». La Paz (Bolivia), 10 de diciembre de 2011, escrito en conmemoración
al 63º Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948
– 2011). Publicado en: «La Gaceta Jurídica», Bisemanario de circulación
nacional, en ediciones consecutivas desde fecha 16 de diciembre de 2011. Una
versión digital se encuentra disponible en Scribd: http://es.scribd.com/doc/
75218489
45
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. Reforma Constitucional en Democracia. En:
Análisis de la Reforma a la Constitución Boliviana, editado por la Academia
Boliviana de Estudios Constitucionales. Santa Cruz - Bolivia: Editorial EL PAÍS,
Noviembre de 2002. Págs. 5-8.
72
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46
Sin embargo, cabe hacer notar que muchos años antes ya se había expuesto la
necesidad de instituir en nuestro país, una Magistratura Nacional
especializada en materias de Derecho Público, en los siguientes términos:
«(…) Mientras pueda acometerse, mediante una radical reforma
constitucional, la creación de Tribunales especializados en materias de
Derecho Público vigorosamente autónomos, como lo son, por ejemplo en
Francia, el Consejo de Estado y el Consejo Constitucional, la alternativa es
diáfana para los agentes de nuestra justicia ordinaria: Someterse al imperio
de la ley o uncirse a la cuadriga. En otras palabras, imponer la libertad con
autoridad o cohonestar la autoridad sin libertad. Ser jueces o ser secuaces
Creo que no cabe duda frente al dilema. (…)». Julio Alberto D’AVIS. Control
Jurisdiccional y Estado de Derecho. Cochabamba - Bolivia: Editorial
Universitaria UMSS, 1968. Pág. 60. Así también, el entonces Ministro de la
Corte Suprema de Justicia, Dr. Ernesto Daza Ondarza, talvez pretendiendo abrir
el debate sobre la conveniencia o no, de adoptar en nuestro país una institución
de esa naturaleza, señalaba categóricamente que «el principio de supremacía
constitucional no dejaría de ser una mera declaración teórica, si la propia
Constitución omitiera establecer una garantía para hacerlo efectivo,
mediante el contralor de la constitucionalidad de la ley (…)»; en este sentido,
después de dar noticia acerca de la existencia de tres grandes sistemas al
respecto (contralor por un órgano político, un órgano judicial y/o un sistema
mixto), el mismo autor indicaba que la mayor parte de las Constituciones del
mundo ya habían adoptado el sistema del contralor jurisdiccional de la
constitucionalidad de las leyes, haciendo notar que dentro de este sistema,
algunos países europeos habían instituido el control por un tribunal especial,
agregando que: «Se debe al genio del notable tratadista Hans Kelsen, la
incorporación en la Constitución que redactara para Austria, de un tribunal
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47
René B ALDIVIESO G UZMAN . Derecho Procesal Constitucional. Tribunal,
Procedimientos y Jurisprudencia en Bolivia. Santa Cruz - Bolivia: Industrias
Gráficas SIRENA, 2006. Págs. 29-30. Algunos argumentos que sustentan la
posición adoptada por la entonces Corte Suprema de Justicia oponiéndose a
la incorporación de un Tribunal Constitucional en nuestro país, pueden verse
en: E XCMA . C O RTE S UPREMA DE J USTICIA . Bolivia hacia una Reforma
Constitucional. Debate Nacional sobre la Reforma a la Constitución Política
del Estado. Sucre (Bolivia): Editorial Judicial, 1993. Asimismo, y para una
revisión detallada de las posiciones favorables y contrarias, en el debate sobre
la creación del Tribunal Constitucional en nuestro país, puede consultarse
también el trabajo de: Hugo GALINDO DECKER. Tribunal Constitucional. La Paz
(Bolivia): Editorial Jurídica ZEGADA, 1994.
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48
En este sentido se ha pronunciado el jurista y ex Magistrado del Tribunal
Constitucional, José Antonio Rivera Santivañez, quien desarrolla su tesis
sosteniendo que: «por un lado, a través de la referida reforma constitucional
[1994], se ha creado el Tribunal Constitucional como el órgano encargado
del control concentrado de constitucionalidad y máximo intérprete de la
Constitución, lo que encuadra el sistema adoptado en el modelo europeo.
Pero por otra parte, el Constituyente no modificó el texto del artículo 228 de
la Constitución reformada, por cuyo mandato los tribunales y jueces, al
revolver un caso concreto dentro de un proceso judicial, tienen la obligación
de no aplicar las disposiciones legales que sean contradictorias o
incompatibles con las normas previstas en la Constitución, lo cual constituye
un acto de control de constitucionalidad y se encuadra en el modelo
americano del ‘judicial review’ o revisión judicial. A ello se añade -según
éste autor- el hecho de que por prescripción de las normas previstas por la
Constitución y la Ley N° 1836 del Tribunal Constitucional, los juzgados y
tribunales judiciales ordinarios ejercen el control de constitucionalidad, en
el rubro del control del ejercicio de los derechos fundamentales y garantías
constitucionales, conociendo y resolviendo los recursos de hábeas corpus y
amparo constitucional». José Antonio R IVERA S ANTIVAÑEZ. Recurso de
Inconstitucionalidad en Bolivia. Ponencia que se encuentra disponible para
consulta en la página web del Tribunal Constitucional de Bolivia: http://
www.tribunalconstitucional.gov.bo/ArticuloId-3.html. Así también pueden
consultarse otros trabajos en donde el autor sostiene el mismo criterio, así por
ejemplo: El Control de Constitucionalidad en Bolivia, publicado en: REVISTA
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Número 1. Sucre (Bolivia): Editorial Judicial,
Noviembre de 1999, Págs. 45-86; así como su estudio: Introducción a la Justicia
Constitucional en Bolivia, que como ponencia, se encuentra disponible en la
web del Tribunal Constitucional de Bolivia: http://
www.tribunalconstitucional.gov.bo/ArticuloId-10.html (marzo de 2002).
77
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49
Debemos recordar que inicialmente, el Dr. Jorge Asbún, en su estudio dedicado
a analizar la evolución y perspectivas del Control Constitucional en Bolivia,
afirmó de manera inequívoca que: «En Bolivia, la reforma de 1994, incorporó
a la Constitución a través de los artículos 116 y siguientes el modelo de
control concentrado de constitucionalidad, encargando al Tribunal
Constitucional, mediante el artículo 119, las siguientes atribuciones: control
de constitucionalidad, defensa de los derechos fundamentales, conflictos de
competencia interorgánicas y demandas respecto a procedimientos de
reforma constitucional». Jorge ASBÚN. Control Constitucional en Bolivia.
Evolución y Perspectivas. En: REVISTA CONSTITUCIONAL. Número 3. Sucre -
Bolivia: Editorial Judicial, Diciembre de 1999, Págs. 149-150.
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El Sistema de Control de Constitucionalidad vigente en Bolivia, ha sido
ampliamente analizado y expuesto por el ex-Magistrado Decano del Tribunal
Constitucional Dr. Willman R. DURAN RIBERA, en el Seminario Internacional
sobre Justicia Constitucional y Estado de Derecho; al respecto puede
consultarse la siguiente publicación: VI SEMINARIO INTERNACIONAL:
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
«La nota destacable está en que hay una diferencia en cuanto a los
efectos de la jurisprudencia ordinaria con la constitucional, pues la
primera si bien constituye fuente valiosa de orientación para que jueces
y tribunales tomen decisiones invocando la jurisprudencia de la Corte
Suprema, no es obligatoria. En cambio, la jurisprudencia constitucional
resulta obligatoria de acuerdo con el art. 44 de la Ley (Nº 1836) del
Tribunal Constitucional, en cuyo parágrafo I se dice: Los poderes
públicos están obligados al cumplimiento de las resoluciones
pronunciadas por el Tribunal Constitucional. Las sentencias,
declaraciones y autos del Tribunal Constitucional, son obligatorias y
vinculantes para los Poderes del Estado, legisladores, autoridades y
tribunales. Este carácter vinculante tiene su razón de ser, pues Bolivia
ha adoptado la forma de control concentrado de constitucionalidad, o
sea el modelo europeo. Ni siquiera podría calificarse como una
modalidad de control mixto como lo hacen algunos distinguidos juristas
del exterior. Sin embargo, el contexto configurado por la normativa
constitucional y la ley específica abona por este criterio.
Efectivamente, cuando el artículo 116-IV (de la Constitución de 1994)
nos dice que: el control de constitucionalidad se ejerce por el Tribunal
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René B ALDIVIESO G UZMAN . Derecho Procesal Constitucional. Tribunal,
Procedimientos y Jurisprudencia en Bolivia. Págs. 147-149. Considérese, que
similares normas se encuentran previstas tanto en la Constitución Política del
Estado, como en la Ley Nº 27 del Tribunal Constitucional Plurinacional.
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Un estudio reciente sobre la naturaleza jurídica y los alcances de la Acción de
Inconstitucionalidad en Bolivia, puede verse en el trabajo de mi autoría: La
Inconstitucionalidad de la Ley Corta ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional de Bolivia. La Paz (Bolivia), 22 de enero de 2012, escrito en
ocasión del Día de la Fundación del Estado Plurinacional de Bolivia. Publicado
en: «La Gaceta Jurídica», Bisemanario de circulación nacional, en ediciones
consecutivas desde fecha 24 de enero de 2012. Ahora, una versión digital se
encuentra disponible en Scribd: http://es.scribd.com/doc/78865196
85
El Tribunal Constitucional Plurinacional
53
Sobre éste aspecto, cabe anotar que el art. 31 de la Constitución Política del
Estado abrogada (CPEabrg) determinaba: «Son nulos los actos de los que
usurpen funciones que no les competen, así como los actos de los que ejerzan
jurisdicción o potestad que no emane de la Ley»; norma que se mantiene casi
idéntica en el texto constitucional vigente del año 2009, cuando en el art. 122
señala: «Son nulos los actos de las personas que usurpen funciones que no
les competen, así como los actos de las que ejercen jurisdicción o potestad
que no emane de la ley». La norma antes aludida fue introducida por primera
vez en la reforma constitucional de 1871 (art. 33), con un texto similar al que
actualmente conocemos, y permaneció casi inalterable en las diferentes reformas
constitucionales, constituyéndose en una garantía destinada a proteger la
«plena vigencia del ordenamiento jurídico (…) sancionando con nulidad el
86
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acto de la autoridad pública que obró sin poseer una condición esencial
para la ejecución de los actos públicos: la competencia y/o la jurisdicción».
Cfr. Jorge ASBÚN. El recurso directo de nulidad en la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, en: La Justicia Constitucional en Bolivia 1998-
2003, Tribunal Constitucional – AECI - Grupo Editorial Kipus, Cochabamba,
2003, p. 769. Ahora bien, cabe señalar que el art. 31 de la CPEabrg estaba
contenido dentro de las garantías de la persona, Título Segundo de la Parte
Primera de la CPEabrg, y el art. 122 de la CPE, está contemplado dentro del
Capítulo Primero, Garantías Jurisdiccionales, del Título IV de la Primera Parte
de la Constitución Política del Estado; consiguientemente, es una garantía
jurisdiccional que puede ser tutelada a través del recurso directo de nulidad;
recurso específico previsto actualmente en el art. 202.12 de la CPE, y que tiene
como objetivo, precisamente, dar vigencia a la garantía contenida en el art. 122
de la referida Ley Fundamental y, por ende, declarar la nulidad de aquellos
actos o resoluciones de quienes obraron sin competencia o ejerciendo
jurisdicción y competencia no emanada de la Ley. En este sentido, el art. 157 de
la nueva Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, desarrolla este recurso
al señalar que: «I.- Procede el recurso directo de nulidad contra todo acto o
resolución de quien usurpe funciones que no le competen, así como contra
los actos de quien ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la ley. II.-
También procede contra las resoluciones dictadas o actos realizados por
autoridad judicial que este suspendida de sus funciones o hubiere cesado».
Como se puede apreciar de la normativa glosada, el recurso directo de nulidad
surge como el mecanismo adecuado para contrarrestar los actos o resoluciones
de quienes usurpen funciones que no les competen, o de quienes actúen fuera
de jurisdicción o potestad que no emane de la ley. En esta perspectiva, y a
efectos de desfragmentar los supuestos de hecho previstos en el art. 31 de la
CPEabrg, y art. 122 de la CPE, para luego determinar los actos lesivos contra
los cuales procede el recurso directo de nulidad, a diferencia del ámbito de
aplicación del amparo constitucional, es importante consultar la jurisprudencia
establecida en la Sentencia Constitucional 0814/2010 de 2 de agosto.
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
54
En lo referente a la configuración actual de la Acción de Libertad y la ampliación
de su ámbito de protección en relación al habeas corpus anteriormente vigente,
cabe considerar los argumentos del Voto Disidente formulado en fecha 22 de
julio de 2010 por el Magistrado Marco Antonio Baldivieso, respecto al
entendimiento contenido en la Sentencia Constitucional 0451/2010-R de 28
de junio, en cuya oportunidad se ha señalado que la Constitución Boliviana
vigente, mantiene las características esenciales del hábeas corpus, consistentes
en: «(…) El informalismo, por la ausencia de requisitos formales en su
presentación; la inmediatez, por la urgencia en la protección de los derechos
que resguarda; la sumariedad, por el trámite caracterizado por su celeridad;
la generalidad porque no reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o
prerrogativa, y la inmediación, porque se requiere que la autoridad judicial
tenga contacto con la persona privada de libertad. Cabe hacer notar, sin
embargo, que la Constitución Política vigente acentúa algunas de las
características anotadas: 1. El informalismo, pues actualmente se amplía la
posibilidad de presentación oral de la acción de libertad, que antes estaba
reservada sólo a los supuestos en que la persona fuera menor de edad o
incapacitada, analfabeta o notoriamente pobre y; 2. La inmediación, ya que
la Constitución Política del Estado señala que la autoridad judicial, una
vez presentada la acción, debe disponer que el accionante sea conducido a
su presencia o acudir al lugar de la detención, última posibilidad que no
estaba contemplada en la Constitución abrogada y que es fundamental para
comprobar las condiciones en que la persona se encuentra privada de
libertad, especialmente cuando existe denuncia de torturas, tratos crueles,
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IV
IV.. PRINCIPIOS DE
LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL
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A fin de despejar cualquier duda sobre ésta norma, se debe aclarar que la
expresión «derechos humanos» no es en ninguna forma excluyente, sino más
bien omnicomprensiva, vale decir que se extiende a todos los derechos civiles,
políticos, económicos, sociales, culturales, incluyendo a los derechos colectivos
o de los pueblos indígenas. Esto, a propósito de un breve debate que se
registró en el Blog del Profesor Bartolomé Clavero, en el mes de mayo del
presente año 2012. Ahora disponible en: http://t.co/EPmGnbhC
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«(…) Kelsen consideraba al Tribunal Constitucional un legislador negativo,
ya que tiene poder de anular una ley, que es equivalente a dictar una norma
general, lo que es el acto contrario a la producción de normas legislativas
que concreta el Parlamento, sosteniendo que la anulación de una ley tiene
el mismo carácter general que la promulgación de una ley. La anulación es
sólo una promulgación precedida de un signo de negación; y ello busca
justificar y explicar el efecto erga omnes de las sentencias del Tribunal
Constitucional, la naturaleza constitutiva de la sentencia de
inconstitucionalidad y los efectos ex nunc de tales fallos, excluyendo la
fuerza retroactiva de los fallos. No compartimos la tesis de Kelsen del Tribunal
Constitucional como legislador negativo, en cuanto desconocimiento del
Tribunal Constitucional como órgano jurisdiccional, ya que cuando un
Tribunal Constitucional resuelve anular una ley no lo hace
discrecionalmente, sino que actúa ajustado a criterios jurídicos teniendo
como parámetro la Constitución, ejerciendo una función jurisdiccional como
los jueces, dentro del marco de un procedimiento iniciado a instancia de
parte legitimada para ello, con la única diferencia de resolver sobre la
supremacía constitucional que implica decisiones con consecuencias
políticas. (…)». Humberto NOGUEIRA ALCALÁ. La justicia y los Tribunales
Constitucionales de Indoiberoamérica del Sur en la alborada del Siglo XXI.
Págs. 77-78.
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José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. La Jurisdicción Constitucional en Bolivia.
Cinco años en defensa del orden constitucional y democrático. En: REVISTA
IBEROAMERICANA DE DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL. PROCESO Y CONSTITUCIÓN.
Nº 1. México: Editorial Porrúa, Enero-Junio 2004. Págs. 134-136. Disponible
virtualmente en: www.iidpc.org . En este sentido, la jurisprudencia constitucional
contenida en la Sentencia Constitucional 0186/2005-R de 7 de marzo, entre
otras. ha establecido que: «(…) el efecto vinculante de la jurisprudencia
constitucional, significa que la doctrina constitucional creada, así como las
sub-reglas extraídas de las normas implícitas de la Constitución y
consignadas en la ratio decidendi de la sentencia constitucional, tienen que
ser aplicadas obligatoriamente por este Tribunal y por el resto de los órganos
del poder público, por lo mismo, por los jueces y tribunales que forman parte
del poder judicial, en la resolución de todos los casos que presenten
supuestos fácticos análogos».
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Sin embargo, es importante tener en cuenta: «que la doctrina del Derecho
Procesal Constitucional plantea una excepción a la regla relacionada con
el principio de congruencia; y es que en el ámbito del control normativo de
constitucionalidad el Tribunal Constitucional tiene que efectuar una
contrastación de la disposición legal impugnada con la totalidad de la
Constitución, esto es más allá de las disposiciones o normas que el recurrente
hubiese impugnado; ello porque los efectos de la sentencia que declare la
constitucionalidad de la disposición legal impugnada, causa estado y tiene
efecto erga omnes, de manera que impide toda posibilidad de una nueva
impugnación, entonces el Tribunal Constitucional está obligado a realizar
el examen integral de la Constitución en el momento de efectuar el juicio de
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Cabe hacer notar que en el sistema de control de constitucionalidad vigente en
Bolivia, el legislador ha previsto expresamente que las decisiones del Tribunal
Constitucional serán adoptadas mediante votación por la mayoría de sus
miembros, según lo establecido en el artículo 29 de la nueva Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional.
66
Cfr. José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. La Jurisprudencia Constitucional y su
Fuerza Vinculante. En: Temas de Derecho Procesal Constitucional.
Cochabamba – Bolivia: Grupo Editorial KIPUS, 2007. Págs. 269-272. Así también
se puede consultar el trabajo de mi autoría, sobre Las Sentencias
Constitucionales y su modulación en la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Boliviano (2007), disponible en: www.monografías.com
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V. PRINCIPIO DE
SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
Así se hizo por ejemplo en el Artículo 3º de la misma Ley del TCP, cuyo
numeral 8, al hacer referencia a la seguridad jurídica, adopta como
valedera la doctrina jurisprudencial establecida en el Auto Constitucional
Nº 287/99-R de 28 de octubre, utilizándola como su fuente, dado que la
referida Resolución, a tiempo de definir el derecho a la seguridad jurídica
señaló que el mismo «representa la garantía de aplicación objetiva de la
Ley, de modo tal que los individuos saben en cada momento cuáles son sus
derechos y sus obligaciones, sin que el capricho, la torpeza o mala voluntad
de los gobernantes pueda causarles perjuicio». Debe considerarse además,
que éste derecho en el ámbito estrictamente judicial, implica también el
derecho a la certeza y la certidumbre que tiene la persona frente a las
110
Alan E. Vargas Lima
68
Es necesario hacer notar que actualmente el Tribunal Constitucional
Plurinacional ha realizado una modulación del referido entendimiento
jurisprudencial, en sentido de considerar a la seguridad jurídica, no como un
derecho protegible por vía de una acción tutelar, sino como un principio
inherente a todo el ordenamiento jurídico. Así por ejemplo, en cuanto a la
seguridad jurídica que fue invocada en su momento por los accionantes en un
proceso constitucional, como derecho fundamental, el Tribunal Constitucional
Plurinacional, a través de la Sentencia Constitucional 0096/2010-R de 4 de
mayo, estableció que: «…si bien la Constitución Política del Estado abrogada
(1994), en el catálogo de derechos fundamentales contenidos en su art. 7 inc.
a), establecía que toda persona tiene el derecho: ‘A la vida, la salud y la
seguridad’, a partir de lo cual, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
estableció la consagración del ‘derecho a la seguridad jurídica’ como derecho
fundamental, y en su mérito, ante la constatación de su vulneración, en
repetidas ocasiones otorgó la tutela del amparo. No obstante, al presente, y
en vigencia de la Constitución Política del Estado promulgada el 7 de febrero
de 2009, la seguridad jurídica, no se encuentra consagrada como derecho
fundamental, sino como un principio que sustenta la potestad de impartir
justicia emanada del pueblo (art. 178 de la CPE); y por otro lado, como un
principio articulador de la economía plural en el modelo económico
boliviano (art. 306.III de la CPE). Esta característica actual, es coincidente
con lo establecido por otra Constitución y Tribunal Constitucional, tal el
caso de España que en su Constitución en el art. 9.3, establece a la seguridad
jurídica como principio, y en su jurisprudencia, a través de la STC 3/2002 de
14 de enero, ha señalado que: ‘…la seguridad jurídica es un principio general
del ordenamiento jurídico y un mandato dirigido a los poderes públicos que
no configura, sin embargo, derecho fundamental alguno a favor de los
ciudadanos que pueda interesarse en el proceso constitucional de amparo.
Asimismo, se agregó que, en la realidad jurídica nacional actual, se debe
tener claramente establecido que ‘la seguridad jurídica’ al ser un principio,
no puede ser tutelado por el recurso o acción de amparo constitucional que
tiene por finalidad proteger derechos fundamentales -no principios-,
reconocidos por la Constitución, las normas internacionales de derechos
humanos reconocidos y/o ratificados por el país (que conforman el bloque
de constitucionalidad) y las leyes; sin embargo, por su reconocimiento
constitucional, no puede ser inobservado por las autoridades jurisdiccionales
111
El Tribunal Constitucional Plurinacional
112
Alan E. Vargas Lima
70
La Constitución es la Ley suprema y fundamental del ordenamiento jurídico
del Estado, que consigna normas que regulan el sistema constitucional, es
decir el modo y forma en que se organiza y estructura el Estado, en su triple
dimensión: la axiológica, la dogmática y la orgánica; lo que supone la procla-
mación de los valores supremos y principios fundamentales; la consagración
de los derechos y garantías constitucionales de las personas; así como la
delimitación de la estructura social, económica, financiera, jurídica y política,
lo que significa la definición de la forma de Estado, el régimen de gobierno, los
órganos a través de los cuales se ejerce el poder político, su estructura y
organización, definiendo quienes lo integran, cómo se eligen o designan y
cuáles son sus funciones y atribuciones. Es Ley Suprema, porque se sitúa por
encima de toda otra disposición legal que integra el ordenamiento jurídico del
Estado. Es Ley Fundamental, porque tanto las disposiciones legales ordina-
rias emanadas del Órgano Legislativo, como del Órgano Ejecutivo, así como
los órganos de los gobiernos autónomos y las autoridades públicas, judiciales
y/o administrativas, tienen su fundamento y fuente de legitimación en las
normas de la Constitución. Cfr. José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. ¿ Hasta dón-
de reformar la Constitución?. REVISTA OPINIONES Y ANÁLISIS. Nº 78. Temas
para la Asamblea Constituyente. La Paz – Bolivia: FUNDEMOS Y FUNDACIÓN
HANNS SEIDEL STIFTUNG, 2006. Pág. 44.
113
El Tribunal Constitucional Plurinacional
71
En este sentido, con relación al contenido y alcances del referido principio
fundamental, la jurisprudencia constitucional contenida en la Sentencia
Constitucional 0066/2005 de 22 de septiembre, entre otras. ha establecido
que: «Este principio garantiza y posibilita la realización material de los
principios acuñados por la Constitución; nace de la cualidad específica de
la Constitución, como base, sustento y marco que informa todo el sistema
114
Alan E. Vargas Lima
115
El Tribunal Constitucional Plurinacional
72
Es de utilidad consultar el trabajo de mi autoría: «A dos años de vigencia
(2009 - 2011): ¿Cuál es el sendero que nos señala la Nueva Constitución
Boliviana…?». Ahora disponible virtualmente en Scribd: http://es.scribd.com/
doc/63250188
73
Resaltamos necesariamente el carácter normativo de la Constitución, en razón
de que ésta norma jurídica, además de tener mayor jerarquía y preferencia en
su aplicación por parte de todas las autoridades y particulares obligados a su
observancia, contiene un conjunto de principios, valores, derechos y garantías
que en consonancia con los instrumentos internacionales sobre derechos
humanos conforman el bloque de constitucionalidad, y que son de aplicación
directa para la resolución de conflictos concretos entre los ciudadanos y
habitantes de todo el territorio nacional, dado que sus disposiciones
principalmente están destinadas a regular la organización del poder público,
las atribuciones de las autoridades públicas, las competencias de las
instituciones estatales, así como también a reconocer expresamente los derechos
fundamentales, deberes y obligaciones de todos los ciudadanos bolivianos,
junto a las garantías para su estricto cumplimiento. Al respecto cabe recordar
que el carácter normativo de la Ley Fundamental, fue puesto de relieve por el
Tribunal Constitucional Español, institución colegiada que en su momento
señaló que la Constitución es una norma, pero una norma cualitativamente
distinta de las demás, por cuanto incorpora el sistema de valores esenciales
que ha de constituir el orden de convivencia política y de informar todo el
ordenamiento jurídico. (Al respecto, pueden consultarse las Sentencias de 31
de marzo de 1981 y, de 28 de abril de 1982, en http://
www.tribunalconstitucional.es/es/Paginas/Home.aspx).
74
Consideramos válida la denominación de «Nueva Constitución Política del
Estado» (NCPE), no sólo porque ése haya sido el nombre oficial con que se
publicó el documento, sino principalmente en razón de que sus disposiciones
116
Alan E. Vargas Lima
llevan contenidos muy innovadores, dando lugar a una evolución dentro del
constitucionalismo boliviano, siendo que no se enmarcan en forma restringida
dentro de la corriente del constitucionalismo liberal ni tampoco encuadran
exclusivamente dentro del constitucionalismo social, y asimismo su estructura
normativa difiere en gran forma de todas las anteriores reformas constitucionales
efectuadas hasta el momento.
75
«Empero no todas las normas de la Constitución se aplican inmediatamente,
pues ello depende de la naturaleza jurídica y la clase de las normas
constitucionales; por ello se ha ingresado a un proceso de transición o de
tránsito de un sistema constitucional a otro. En el proceso de transición, el
Órgano Legislativo deberá expedir un conjunto de leyes que desarrollen las
normas de la Constitución para hacerlas aplicables; ese proceso debe ser
ordenado y pacífico; ello exige de la construcción de acuerdos y consensos
entre todos los sectores sociales. Para ello es importante que se socialice el
contenido de la Constitución promulgada el 07 de febrero». José Antonio
RIVERA SANTIVAÑEZ. El Nuevo Sistema Constitucional del Estado Boliviano.
Artículo que puede verse en el Libro colectivo: Estudios sobre la Constitución
aprobada en enero de 2009. Cochabamba - Bolivia: Grupo Editorial KIPUS,
2009. Pág. 10.
117
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118
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76
Allan R. BREWER-CARÍAS. La ilegítima mutación de la Constitución y la
legitimidad de la jurisdicción constitucional: La reforma de la forma federal
del Estado en Venezuela mediante interpretación constitucional. Ponencia
presentada al X Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional. Lima –
Perú (16 al 19 de septiembre de 2009). Las ponencias del Congreso, ahora están
disponibles virtualmente en: http://congreso.pucp.edu.pe/
derechoconstitucional2009/index.html
77
Cfr. Eduardo GARCÍA DE ENTERRÍA. La Constitución como norma y el Tribunal
Constitucional, Civitas, Madrid, 1991.
119
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78
SENTENCIA T-06/92 M.P. Ciro Angarita Barón Cfr. Título II, capítulos 1, 2 y 3 de
la Constitución Política de Colombia.
120
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79
Cfr. Título II, capítulos 1, 2 y 3 de la Constitución Política de Colombia.
80
Cfr. Título II, capítulo 4 y título VIII, capítulo IV, en particular el artículo 241 de
la Constitución Política de Colombia.
81
SENTENCIA C-445/96 M.P. Hernando Herrera Vergara.
121
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124
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VI. TITULARIDAD DE LA
TITULARIDAD
INTERPRET
INTERPRETAACIÓN CONSTITUCIONAL
CONSTITUCIONAL
82
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL. Procesos
Constitucionales en Bolivia. Pág. 70.
125
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83
«Según la doctrina constitucional, la Constitución contiene diversas clases
de normas, como las axiológicas (que consagran los valores supremos y
principios fundamentales), dogmáticas (que proclaman los derechos
fundamentales y garantías constitucionales), y las orgánicas (que regulan
la organización del Estado y el ejercicio del Poder Público). Ello supone
que la interpretación constitucional está vinculada con el orden axiológico,
lo que obliga a los intérpretes apliquen no solamente la lógica jurídica, sino
también los principios básicos de la argumentación». José Antonio RIVERA
SANTIVAÑEZ. Obra Citada. Pág. 72. Por otro lado cabe considerar que «esta
diferencia entre la interpretación jurídica ordinaria y la constitucional
deriva de la naturaleza específica de las disposiciones fundamentales, que
con independencia de los diversos significados que se han otorgado a la
Constitución como ordenamiento jurídico supremo, podemos caracterizarlas
como las disposiciones que establecen las reglas de conducta de carácter
supremo y que sirven de fundamento y de base a todas las otras disposiciones
del orden jurídico, aún cuando existen excepcionalmente ordenamientos
como el británico, y el del nuevo Estado de Israel, en los cuales, al menos
desde el punto de vista formal, no existe una división precisa entre las
disposiciones ordinarias y las fundamentales, tomando en cuenta que emanan
de los mismos órganos de creación jurídica y a través del mismo
procedimiento». Héctor FIX-ZAMUDIO. Algunos aspectos de la interpretación
constitucional en el ordenamiento mexicano, ahora en el Volumen:
Comunicaciones Mexicanas al VIII Congreso Internacional de Derecho
Comparado. México, 1971.
126
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127
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84
«En efecto, considerando que la jurisdicción constitucional concretiza y
otorga un contenido normativo a las cláusulas generales y abstractas de la
Constitución, al dar sentido y alcance del texto constitucional que fija en
sus sentencias, el Constituyente le reconoce, a esa interpretación, un rango
normativo de efecto vinculante para la toma de decisiones para el resto de
los órganos jurisdiccionales y, generalmente, esa interpretación se utiliza
como un criterio orientador respecto de las autoridades legislativas y
administrativas». José Antonio R I V E R A S A N T I VA Ñ E Z . J U R I S D I C C I Ó N
CONSTITUCIONAL. Procesos Constitucionales en Bolivia. Pág. 84.
85
Al respecto, el tema de la Interpretación Constitucional y su vinculatoriedad,
ha sido ampliamente analizado y expuesto por el ex-Magistrado José Antonio
Rivera Santivañez, en ocasión de realizarse el Seminario Internacional sobre
Justicia Constitucional, en conmemoración del 5º aniversario de la instalación
del Tribunal Constitucional de Bolivia. Disponible ahora en: TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA (editor), Memoria del VI Seminario Internacional:
Justicia Constitucional y Estado de Derecho, (Sucre, 26 y 27 de junio de 2003).
128
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86
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. El Tribunal Constitucional Defensor de la
Constitución. Págs. 58-59.
129
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87
Francisco FERNANDEZ SEGADO. LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA. La
Ley número 1836 de 1º de abril de 1998, del Tribunal Constitucional. México
D.F.: Instituto de Investigaciones Jurídicas – UNAM, 2002. Pág. 49.
130
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88
Norbert LOSING. La Jurisdiccionalidad Constitucional en Latinoamérica.
Traducción de Marcela Anzola Gil. Madrid – España: Konrad Adenauer Stiftung
y Editorial Dykinson, 2002. Pág. 246.
131
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132
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133
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89
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. El Nuevo Sistema Constitucional del Estado
Boliviano. Pág. 45.
90
«(…) Esta norma (Art. 196) está inequívocamente orientada a asegurar la
supremacía del nuevo orden, tal cual fue pensado y registrado «literalmente»
por los asambleístas. Aparentemente, se sucumbió a la seducción del
«textualismo» riguroso, muy propio de los tiempos colonialistas, lo que
limita el descubrimiento de principios y valores superiores que entraña una
norma constitucional. La Constitución, como norma jurídica superior, debe
ser y reflejar el marco de coincidencias posibles, en el que cabe la pluralidad
de opciones y variantes culturales y políticas que no puede agotarse en su
134
Alan E. Vargas Lima
Por otro lado, el método gramatical o literal es aquel en el que para atribuir
el significado de la norma interpretada se acude al texto literal y gramatical
que usa el constituyente para la configuración de la norma constitucional.
Sin embargo, éste método presenta al menos dos dificultades identificadas
claramente por el jurista José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ: i) la primera
consiste en el hecho de que el texto no siempre refleja el sentido o
significado de la norma, ello en razón de que durante los debates
135
El Tribunal Constitucional Plurinacional
91
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. HACIA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN. Luces y
Sombras del Proyecto modificado por el Parlamento. Cochabamba – Bolivia:
FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER, FUNDAPPAC y Oficina Jurídica para la Mujer,
2008. Pág. 149.
136
Alan E. Vargas Lima
general, vale decir que son propiamente «principios», antes que normas
o reglas específicas, y precisamente la indeterminación de sus
formulaciones es un rasgo característico de las disposiciones de principio.
Además de ello, se debe considerar que los principios no pueden ser
entendidos simplemente a la letra, vale decir en forma textual, dado que
la interpretación literal de un principio no tiene más efecto que el de privarlo
de todo contenido prescriptivo, convirtiéndolo en inutilizable para la
aplicación del derecho.
Por otro lado, se debe tener presente también que la Constitución requiere
una interpretación evolutiva, misma que consiste en atribuirle al texto
constitucional un significado diverso del «histórico», es decir, diferente
del significado que tenía a momento de su creación. Ello, implica asignarle
también un significado siempre mutable o cambiable, para de esta forma
adaptar el contenido normativo a las constantemente cambiantes
exigencias políticas, jurídicas y/o sociales de la realidad. Como se puede
ver, ésta doctrina resulta tanto más persuasiva cuando el documento
constitucional de que se trata es más permanente en el tiempo (como por
ejemplo, la Constitución Federal de los Estado Unidos que data de 1787,
vigente hasta ahora con diversas enmiendas)92.
92
Riccardo GUASTINI. Estudios de Teoría Constitucional. México D.F.: Instituto
de Investigaciones Jurídicas – UNAM, 2001. Págs. 263-264.
137
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138
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140
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141
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93
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL. Procesos
Constitucionales en Bolivia. Págs. 80-82. De manera complementaria a lo
anterior, se debe hacer referencia también al Principio de Fuerza Normativa
de la Constitución, en virtud del cual «La interpretación constitucional debe
encontrarse orientada a relevar y respetar la naturaleza de la Constitución
como norma jurídica, vinculante in toto y no sólo parcialmente. Esta
vinculación alcanza a todo poder público (incluyendo, desde luego, a este
Tribunal) y a la sociedad en su conjunto«. EXP. N.° 5854-2005-PA/ Sentencia
del Tribunal Constitucional del Perú, ahora disponible virtualmente en: http://
www.tc.gob.pe/jurisprudencia . Sobre los Principios inherentes a la
Interpretación Constitucional, también se ha señalado que: «La Constitución
al ser una ley de características muy peculiares, requiere además de los
métodos de la interpretación utilizados para la interpretación de la legalidad
ordinaria, la utilización de principios propios de la interpretación
constitucional, entre ellos, el principio de unidad de la constitución, que
parte de la idea de que la Constitución es una unidad, y por tanto, no puede
142
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143
El Tribunal Constitucional Plurinacional
94
Domingo GARCÍA BELAUNDE. La Interpretación Constitucional como problema,
ahora en: La Constitución y su dinámica, disponible virtualmente en:
www.garciabelaunde.com/biblioteca.htm
144
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146
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X. PRINCIPIO DE
CONSERVACIÓN DE LA NORMA
CONSERV
95
«Entonces, este principio consiste en que el Tribunal Constitucional, si a
tiempo de realizar el juicio de constitucionalidad de una disposición legal
impugnada, encuentra que la misma tiene diversas interpretaciones, de las
cuales una es incompatible con la Constitución y otras son compatibles,
147
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148
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XI. PRINCIPIO DE
COSA JUZGAD
JUZGADA A CONSTITUCIONAL
CONSTITUCIONAL
149
El Tribunal Constitucional Plurinacional
De tal manera, la cosa juzgada implica que los hechos que fueron objeto
del proceso, en el que se emitió una sentencia, no pueden ser
nuevamente objeto de controversia. Y cabe advertir, que la cosa juzgada
no es un efecto de la sentencia, sino propiamente una cualidad de ella;
por lo mismo, se materializa en la aplicación del principio non bis in idem96;
es decir, en la prohibición de juzgar dos veces la misma cuestión o
sancionar los mismos hechos.
96
En cuanto a los alcances del principio «non bis in idem»; es decir, la prohibición
de doble sanción y por ende doble juzgamiento por los mismos hechos, la
jurisprudencia constitucional contenida en la Sentencia Constitucional 0506/
2005 de 10 de mayo, entre otras. ha establecido que: «…El principio non bis
in idem implica, en términos generales, la imposibilidad de que el Estado
sancione dos veces a una persona por los mismos hechos. En la doctrina y
jurisprudencia española, el principio implica la prohibición de imponer
una doble sanción, cuando existe identidad de sujeto, del hecho y del
fundamento respecto a una conducta que ya fue sancionada con anterioridad.
En el principio se debe distinguir el aspecto sustantivo (nadie puede ser
sancionado doblemente por un hecho por el cual ya ha sido absuelto o
condenado) y el aspecto procesal o adjetivo (nadie puede ser juzgado
nuevamente por un hecho por el cual ya ha sido absuelto o condenado). En
este sentido, existirá vulneración al non bis in idem, no sólo cuando se
sanciona sino también cuando se juzga nuevamente a una persona por un
mismo hecho. Este principio no es aplicable exclusivamente al ámbito penal,
sino que también lo es al ámbito administrativo, cuando se impone a un
mismo sujeto una doble sanción administrativa, o cuando se le impone una
sanción administrativa y otra penal pese a existir las identidades antes
anotadas (sujeto, hecho y fundamento). Conforme a esto, no existirá violación
al principio non bis in idem, cuando alguna de las identidades no se presenta;
por ejemplo, cuando el sujeto a quien se le imponen las sanciones,
administrativa y penal, no es el mismo, o cuando se trata de hechos diferentes
o, finalmente, cuando el fundamento de ambas sanciones es distinto. La última
distinción es la que ha sido analizada con mayor detenimiento por la
doctrina; llegándose a establecer que cuando no existe identidad de
fundamento entre la sanción administrativa y penal, en atención a que en
ambos casos se protegen bienes jurídicos diferentes, es factible que se pueda
sancionar un mismo hecho en forma doble: aplicándose la sanción penal y,
por otra parte, la sanción administrativa. Esta posibilidad ha sido reconocida
en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Español, al admitir la
150
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dualidad de sanciones cuando las normas que las imponen contemplan los
mismos hechos desde la perspectiva de un interés jurídicamente protegido
diferente al de la primera sanción impuesta, o también, que tengan su
fundamento en una relación jurídica diferente entre sancionador y
sancionado. (STC de 10 de diciembre de 1991, Núm. 234/1991. Recurso de
Amparo Núm. 1473/1989). De acuerdo al último entendimiento, las sanciones
administrativas-disciplinarias, se basan en un vínculo jurídico diferente entre
sancionador y sancionado, pues existe una relación de supremacía de la
Administración respecto al administrado, teniendo la sanción administrativa
- disciplinaria un fundamento específico. Así, tratándose de funcionarios
públicos que con una misma conducta vulneran dos ordenamientos jurídicos:
el penal y el administrativo, es posible aplicar una sanción penal y otra
administrativa - disciplinaria, dado que esta última tiene un fundamento
diferente, cual es preservar el buen funcionamiento de la Administración. En
similar sentido, la jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia,
ha señalado que es posible, sin vulnerar el non bis in idem, que una persona
pueda ser objeto de dos o más sanciones de naturaleza diferente por la
comisión de un mismo hecho, siempre que con su conducta se vulneren
distintos bienes jurídicos tutelados, y que la imposición de las sanciones
esté a cargo de autoridades de diferentes jurisdicciones (Sentencia C-529/
01). En Bolivia, el principio del non bis in idem, si bien no encuentra
reconocimiento constitucional autónomo, encuentra protección como
elemento de la garantía del debido proceso, establecida en el art. 16 de la
CPE (abrogada)«. Cabe hacer notar que actualmente, la Nueva Constitución
Política del Estado, ha reconocido de manera autónoma el principio del non
bis in idem en el art. 117 parágrafo II que señala: «Nadie será procesado ni
condenado más de una vez por el mismo hecho. La rehabilitación de sus
derechos restringidos será inmediata al cumplimiento de su condena».
97
José Antonio R IVERA S ANTIVAÑEZ . Los efectos de las sentencias en el
ordenamiento jurídico interno. En: Temas de Derecho Procesal
Constitucional. Págs. 346-347.
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155
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Es necesario hacer notar aquí, que el tema del carácter vinculante de las
resoluciones del contralor de la constitucionalidad, siempre fue el principal
motivo de discordia y repudio de que ha sido objeto el Tribunal
Constitucional en Bolivia, en razón de la incomprensión de las autoridades
en el ámbito político y en la jurisdicción ordinaria, respecto de la naturaleza
jurídica de las decisiones del Tribunal Constitucional y su calidad de
supremo intérprete de la Constitución, que el constituyente del año 1994 -
en ocasión de la reforma constitucional efectuada en aquella época- le
había asignado implícitamente al momento de crearlo e incorporarlo para
tal efecto en el ordenamiento constitucional.
156
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98
La propuesta de la Corte Suprema de Justicia de modificar los alcances del
artículo 44.1 de la Ley 1836 tenía el siguiente texto: «Art. 44.- Vinculación y
coordinación. I. Los poderes públicos están obligados al cumplimiento de
las resoluciones pronunciadas por el Tribunal Constitucional. Las
sentencias, declaraciones y autos del Tribunal Constitucional, son
obligatorias y su efecto vinculante está limitado a lo dispuesto por el art.
121-II de la Constitución Política del Estado«. Como se puede ver, la
modificación planteada intentaba limitar el carácter vinculante de las Sentencias
del Tribunal Constitucional al caso concreto, a partir de una incorrecta
interpretación de la norma prevista por el art. 121-II de la Constitución (1994),
y un inadecuado entendimiento de los efectos de las sentencias que se
confunde con el carácter vinculante.
157
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(…) En ese sentido, antes que nada debemos decir que en el desarrollo
cultural de la humanidad se han desarrollado tradicionalmente dos
sistemas completamente contrapuestos uno al otro. El primero, el
sistema anglosajón, denominado también derecho consuetudinario o
160
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99
Mayores detalles sobre éste debate y sus fundamentaciones, pueden verse
en: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA (editor). El carácter vinculante de
las Resoluciones del Tribunal Constitucional. Resumen de la intervención de
la Corte Suprema de Justicia y del Tribunal Constitucional en la Audiencia
Pública realizada el 19 de mayo de 2004, a convocatoria de la Comisión Mixta
de Constitución, Justicia, Policía Judicial, Ministerio Público, Derechos
Humanos y Régimen Electoral del Honorable Congreso Nacional. s/e. Sucre -
Bolivia, Junio de 2004. 32 pp.
161
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100
Mediante la Sentencia Constitucional 1426/2005-R, de 8 de noviembre, el
Tribunal Constitucional fundó una línea jurisprudencial que establece que los
únicos límites a la aplicación de la jurisprudencia constitucional en el tiempo lo
constituyen la cosa juzgada formal y material, y en derecho penal cuando el
entendimiento jurisprudencial es perjudicial al imputado. En consecuencia, de
manera general se puede afirmar que las sentencias pronunciadas por el Tribunal
Constitucional, al constituirse en un medio por el cual la Ley Fundamental
desplaza su eficacia general, no están regidas por el principio de irretroactividad
de las leyes, previsto en la Constitución Política del Estado; sino que tienen
validez plena en el tiempo, lo que significa que los razonamientos de las
resoluciones constitucionales pueden ser aplicados en los procesos que están
en curso, es decir, en aquellos que no tienen calidad de cosa juzgada, sin
importar que los hechos a los que ha de aplicarse el entendimiento
jurisprudencial hubieren acaecido con anterioridad al pronunciamiento del
Tribunal Constitucional. Es importante poner de relieve este aspecto, ante la
aparición de algunas voces infundadas que propugnan la «obsolescencia de
162
Alan E. Vargas Lima
163
El Tribunal Constitucional Plurinacional
102
Tómese en cuenta que ésta, y todas las demás Sentencias Constitucionales
citadas en el presente trabajo, se hallan disponibles virtualmente en la página
web del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia: http://
www.tribunalconstitucional.gob.bo/
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CONCLUSIONES
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171
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ANEXO I
¿JUSTICIA EN BOLIVIA?
Discurriendo con la coca(*)
(*)
Artículo de opinión publicado en: «La Gaceta Jurídica», Bisemanario de
circulación nacional, en fecha 16 de marzo de 2012. Ahora disponible en el Blog
Jurídico Tren Fugitivo Boliviano: http://alanvargas4784.blogspot.com/; y una
versión digital en Wattpad: http://www.wattpad.com/3737941. La imagen
corresponde a la #caricatura del día en Cosa Seria de #Abecor (Abel Bellido
Córdova): Página Siete (2012). Post en Twitter, de fecha 15 de marzo de 2012.
Relevado desde http://mobile.twitter.com/pagina_siete/status/
180359643510484993
173
El Tribunal Constitucional Plurinacional
CONSULTA DE FALLOS
174
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(*)
Algunas de esas nuevas explicaciones, fueron expresadas a través de un Artículo
escrito por el Magistrado Gualberto Cusi, en donde ratifica su firme idea de
consultar a la hoja de coca para administrar la justicia boliviana, por considerar
que es un derecho que tienen todas las naciones y pueblos indígena originario
campesinos. Este artículo fue reproducido en el Portal Web: http://
www.opinion.com.bo/ del Diario Opinión de Cochabamba, en fecha 17 de
marzo de 2012. Ahora disponible en: http://t.co/dnnbHDB4
175
El Tribunal Constitucional Plurinacional
RELIEVES CONCRETOS
176
Alan E. Vargas Lima
(*)
Sobre éste tema, la Revista Oxígeno, en el mes de abril del presente año 2012,
publicó una entrevista en la que el Magistrado Gualberto Cusi –considerando
la lectura de la coca como «método»–, reitera: «leo coca para aplicar la CPE
con más sabiduría…». Asimismo, y tratando de reivindicar su cosmovisión
aymara, agrega: «En la justicia occidental sólo interesa la persona como tal,
sin considerar a los otros integrantes de la comunidad que no tienen
importancia. La justicia occidental no da respuestas a las demandas de la
sociedad» (sic), con lo que muestra una vez más su desconocimiento respecto
a los actuales mecanismos de protección de los derechos económicos, sociales
y culturales, así como los derechos colectivos o de los pueblos, además de
negar toda efectividad a las instituciones del sistema judicial en Bolivia,
resultando mucho más ilógica todavía su postulación como Magistrado del
TCP, una «institución de carácter moderno y colonial…» (sic), según sus
palabras.
177
El Tribunal Constitucional Plurinacional
178
Alan E. Vargas Lima
ANEXO II
179
El Tribunal Constitucional Plurinacional
SITUACIÓN NORMATIVA
180
Alan E. Vargas Lima
181
El Tribunal Constitucional Plurinacional
(*)
De acuerdo a los Fundamentos Jurídicos contenidos en la Sentencia
Constitucional Nº 0045/2006 de 2 de junio, la teoría del bloque de
constitucionalidad surgió en Francia, extendiéndose luego a los países
europeos, siendo asimilada en Latinoamérica; dicha teoría expone que aquellas
normas que no forman parte del texto de la Constitución, pueden formar parte
de un conjunto de preceptos que por sus cualidades intrínsecas se deben
utilizar para develar la constitucionalidad de una norma legal; así, las
jurisdicciones constitucionales agregan, para efectuar el análisis valorativo o
comparativo, a su constitución normas a las que concede ese valor supralegal
que las convierte en parámetro de constitucionalidad; de ahí que, en Bolivia, la
jurisdicción constitucional ha concedido al bloque de constitucionalidad un
alcance perceptible en la Sentencia Constitucional Nº 1420/2004-R, de 6 de
septiembre, estableciendo lo siguiente: «(...) conforme ha establecido este
182
Alan E. Vargas Lima
SOLUCIÓN ILÓGICA
Por otro lado, es difícil saber quién fue la persona de mente retrógrada, a
quien se le ocurrió hacer creer a la población esta fórmula: «Pena de
Muerte = Seguridad Ciudadana» (¿?), dado que siendo conceptos tan
distintos en sus alcances, es algo absolutamente ilógico suponer que la
reimplantación de la pena de muerte, nos brindará seguridad ciudadana;
o viceversa, que la seguridad ciudadana tiene como base fundamental la
eliminación de los delincuentes (idea que tampoco puede ser considerada
una solución eficaz), cuando en realidad, su base fundamental es (o
debería ser) el respeto a los derechos y garantías constitucionales. Esto
me recuerda a la falaz idea que tuvieron algunos (o muchos) de nuestros
con-ciudadanos al pensar que la Asamblea Constituyente (que para
algunos, no pasó de ser una divina comedia) le pondría fin a todos los
problemas de crisis social, económica, y política, que atravesaba Bolivia
en los años posteriores a la crisis de Octubre de 2003.
183
El Tribunal Constitucional Plurinacional
184
Alan E. Vargas Lima
y de facto que se apoderó del país, lo cual se encuentra entre las más
deplorables anécdotas del desarrollo histórico-legislativo de Bolivia.
Esta redacción del texto original del Código Penal Boliviano, fue
posteriormente modificada por la Ley Nº 1768 de Reformas al Código
Penal (1997), dada su abierta contradicción con el derecho a la vida
consagrado expresamente por la misma Constitución, que es una norma
de aplicación preferente en virtud de la supremacía constitucional; y cabe
hacer notar que dicha «preferencia», no debe ser entendida como opcional,
que permita a las autoridades, jueces o tribunales, optar alternativamente
entre la Constitución y una Ley, Decreto o Resolución y, en su caso,
aplicar las normas legales ordinarias frente a la Constitución, sino que
debe entenderse en el sentido de prelación, es decir, que la norma
constitucional tiene primacía para ser aplicada frente a las otras normas
legales ordinarias, por lo tanto, siempre se aplica primero la Constitución,
luego las leyes, conforme al rango que tengan, después los decretos
supremos, resoluciones supremas y así sucesivamente.
INCONSTITUCIONALIDAD EVIDENTE
185
El Tribunal Constitucional Plurinacional
186
Alan E. Vargas Lima
POLÍTICAS NECESARIAS
Por otro lado, mientras las teorías partidarias de la pena de muerte sostienen
que es la única pena que posee eficacia intimidativa para luchar contra la
gran criminalidad, el argumento más sólido y consistente utilizado por las
modernas corrientes abolicionistas de la pena capital, señala que la pena
de muerte es irremediable, por cuanto no ofrece recurso alguno contra el
posible error judicial en cualquier caso. Todas las demás penas, aún las
más duras y severas, permiten una reparación en caso de error judicial,
mas la pena capital no permite reparación alguna. Este es el argumento
más sólido y consistente esgrimido por Hans Von Hentig, quien dice que
el error judicial, en caso de aplicación de la pena de muerte, es
definitivamente irreparable, además de carecer absolutamente de toda
eficacia intimidativa.
187
El Tribunal Constitucional Plurinacional
188
Alan E. Vargas Lima
ANEXO III
(*)
En fecha 27 de octubre de 2011, el contenido de éste análisis, fue oportunamente
puesto en conocimiento de la Presidencia de la Cámara de Diputados, de la
Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, a fin de coadyuvar en el
tratamiento y discusión del Proyecto de Ley que apruebe el «Código de
Procedimientos Constitucionales» a nivel del pleno camaral. Una versión
preliminar, fue publicada en: «La Gaceta Jurídica», Bisemanario de circulación
nacional, en ediciones consecutivas desde fecha 1 de noviembre de 2011.
Ahora disponible virtualmente en el Blog Tren Fugitivo Boliviano (http://
alanvargas4784.blogspot.com/); y una versión digital en Scribd: http://
es.scribd.com/doc/71152736.
189
El Tribunal Constitucional Plurinacional
190
Alan E. Vargas Lima
Años más tarde, y siguiendo éste criterio, fue el maestro mexicano Héctor
Fix Zamudio -discípulo del jurista español Niceto Alcalá Zamora y Castillo-,
quien se ocupó de desarrollar y sistematizar el Derecho Procesal
Constitucional como una disciplina jurídica especializada; de ahí que su
primer trabajo fue su Tesis de Licenciatura en Derecho, elaborada en
1955, y denominada «La garantía jurisdiccional de la Constitución mexicana
104
Revista Estudios Constitucionales, Año 7, N° 1, Santiago (Chile) 2009, pp. 13-
58. Disponible virtualmente en http://t.co/ePxFTYyn
191
El Tribunal Constitucional Plurinacional
105
FIX-ZAMUDIO, Héctor. La garantía jurisdiccional de la Constitución mexicana
(Ensayo de una estructura procesal del Amparo). Facultad de Derecho,
UNAM, 1955, 180 páginas, defendida en enero de 1956; obra de la cual fueron
publicados dos de sus Capítulos en la Revista La Justicia en 1956 y luego el
contenido completo en su obra El juicio de Amparo, Editorial Porrúa, México,
1964, pp. 5-70.
106
FIX-ZAMUDIO, Héctor. Breves reflexiones sobre el concepto y contenido del
derecho procesal constitucional, en FERRER MAC-GREGOR, Eduardo. Derecho
procesal constitucional Tomo I. Tercera edición (México, D.F. Ed. Porrúa,
2003), p. 197.
192
Alan E. Vargas Lima
Además del aporte doctrinal del citado jurista mexicano -junto a otros que
se han destacado por sus aportes en el estudio de ésta disciplina en
Latinoamérica-, cabe hacer referencia también al desarrollo institucional
que se ha generado para promover la difusión de la naturaleza jurídica y
los alcances de ésta nueva disciplina especializada del Derecho; en este
sentido -según la noticia que nos brinda el profesor Humberto Nogueira
Alcalá, cuyos datos y citas textuales reproducimos aquí-, en 1991 fue
creado el Centro Iberoamericano de Derecho Procesal Constitucional, el
cual fue reformulado en 2003 bajo la denominación de Instituto
Iberoamericano de Derecho Procesal Constitucional, junto con la realización
del Primer Encuentro Iberoamericano de Derecho Procesal Constitucional,
y conjuntamente a las VII Jornadas Argentinas de Derecho Procesal
Constitucional, en la Pontificia Universidad Católica de Nuestra Señora
del Rosario (Rosario – Argentina).
193
El Tribunal Constitucional Plurinacional
Por otro lado, el impulso por el estudio y análisis jurídico científico del
Derecho Procesal Constitucional ha encontrado un canal importante en la
creación de la Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional107
con el patrocinio del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal
Constitucional, siendo editada por la Editorial Porrúa de México. Asimismo,
el Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano108 ha establecido
una sección de la Revista dedicada al Derecho Procesal Constitucional,
como también la Revista Estudios Constitucionales del Centro de Estudios
Constitucionales de Chile, tiene declarada como área de desarrollo de
contenidos y análisis el derecho procesal constitucional. No puede dejar
de mencionarse, en el ámbito Iberoamericano el esfuerzo desarrollado
por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de España, dentro
del cual bajo la dirección de Francisco Fernández Segado, se publica el
Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional109.
194
Alan E. Vargas Lima
195
El Tribunal Constitucional Plurinacional
111
De lo referido, se puede deducir que los principales características de un Código
son: a) Orgánico, porque un Código constituye un conjunto orgánico cuyas
partes que lo componen se encuentran estrecha y perfectamente
interrelacionadas entre sí; b) Sistemático, porque las diversas normas de que
está compuesto, se encuentran ordenadas sistemáticamente, permitiendo su
aplicación eficaz, además de facilitar su estudio; y, c) Uniforme, porque un
Código encierra en su contenido normativo, todas aquellas disposiciones
destinadas a regular un solo ámbito específico del Derecho; en consecuencia,
se puede decir que la implementación del Código de Procedimientos
Constitucionales en Bolivia, constituye la Codificación del Derecho Procesal
Constitucional, de reciente data en nuestro país. Sobre éste aspecto doctrinal,
un capítulo dedicado al fenómeno de la Codificación, puede encontrarse en:
TERRAZAS TORREZ, Carlos. Derecho Civil Boliviano (Parte General conforme
al Programa Oficial de Estudios de la Facultad de Derecho). La Paz (Bolivia):
Talleres Gráficos – UMSA, 1958. Págs. 47-56.
112
ROMERO SANDOVAL, Raúl. Derecho Civil. (según los Apuntes de Derecho Civil
Boliviano del Prof. Dr. Raúl Romero Linares). La Paz (Bolivia): Editorial Los
Amigos del Libro, 1983. Pág. 61.
196
Alan E. Vargas Lima
Cabe recordar, que son precisamente éste tipo de cuestiones las que se
pusieron en discusión, en ocasión de aquel tan conocido debate doctrinal
que se sostuvo entre el Profesor de la Universidad de Heidelberg, Thibaut,
y el Representante de la Escuela Histórica, Savigny a comienzos del
siglo XIX en Alemania, sobre la conveniencia o inconveniencia de la
Codificación 113. No obstante, y como corolario de esa confrontación
ideológica entre éstos precursores de la Ciencia del Derecho, la necesidad
de la Codificación se impuso favorablemente en diversas partes del mundo
(excepto en los países que se rigen bajo el sistema jurídico del Common
Law), tanto así, que actualmente la mayoría de los países civilizados han
puesto en vigencia sus respectivos Códigos en diferentes materias.
113
«En 1814, THIBAUT publicó un famoso escrito denominado De la necesidad
de un Derecho Civil para toda Alemania, preconizando la unificación y
codificación del Derecho alemán. Impresionado por las virtudes del Código
Napoleón de 1804, creyó que esa labor codificadora provocaría la unidad
de los pueblos alemanes, ya que el Derecho -decía- ejerce una acción
correctiva sobre la sociedad y se impone a los hábitos e inclinaciones de los
hombres. Este escrito tuvo resonancia en todos los círculos alemanes; empero,
le salió al frente SAVIGNY, Jefe de la Escuela Histórica, quien refutó las
ideas de THIBAUT en el no menos célebre escrito titulado De la vocación de
nuestro siglo para la legislación y la ciencia del Derecho, alegando que
siendo el Derecho un producto del alma popular, que va continuamente
formándose y elaborándose, no puede ni debe fijarse en las fórmulas rígidas
de un Código; que la codificación detiene este proceso de formación del
Derecho y ahoga sus fuentes originarias; y que si a pesar de ser codificado el
proceso de creación popular continúa, resulta ya inútil la codificación, la
que ha sido superada por las nuevas producciones espontáneas del pueblo;
por último, aún no se había alcanzado la suficiente madurez jurídica, ni
formado el lenguaje necesario para emprender esta obra de codificación.
(…)». ROMERO SANDOVAL, Raúl. Obra Citada. Pág. 62.
197
El Tribunal Constitucional Plurinacional
114
ROMERO SANDOVAL, Raúl. Obra Citada. Pág. 63. Algo similar puede decirse
respecto a las Leyes de desarrollo constitucional -me refiero a las cinco normas
denominadas «Leyes Fundamentales» o estructurales-, que si bien en éste
último tiempo, fueron aprobadas con bastante celeridad en cumplimiento al
plazo perentorio establecido por las Disposiciones Transitorias de la
Constitución, sin embargo, esta circunstancia ha puesto al descubierto que
las mismas no fueron elaboradas guardando compatibilidad con la Nueva
Constitución Boliviana aprobada en enero de 2009. Para un análisis de la
normativa constitucional y sus leyes de desarrollo, ahora puede consultarse el
trabajo de: DURÁN RIBERA, Willman. La Constitución vigente y sus leyes de
desarrollo. ¿Guardan compatibilidad con la idea Estado de Derecho?
Publicado en Revista Boliviana de Derecho, Nº 11, Santa Cruz de la Sierra
(Bolivia), Enero 2011. Ahora disponible virtualmente en: http://
www.scielo.org.bo/pdf/rbd/n11/a02.pdf
198
Alan E. Vargas Lima
3. La técnica de la Codificación
199
El Tribunal Constitucional Plurinacional
Por otro lado, se debe procurar también que las normas a ser insertadas
en el nuevo Código, sean adecuadas a la realidad nacional, lo que implica
una mínima valoración y evaluación de los usos y costumbres, sociales y
jurídicas, las características demográficas del país y sus conexiones
territoriales, el nivel cultural, grado de instrucción y el sentimiento de justicia
constitucional en la comunidad boliviana, el estado actual de los conflictos
normativos, tutelares y/o competenciales que se resuelven ante la
jurisdicción constitucional, las soluciones adoptadas por la jurisprudencia
constitucional existente y la medida de su efectividad y cumplimiento, las
experiencias en el ejercicio de la judicatura constitucional, en la práctica
profesional y en la cátedra universitaria inclusive, así como la necesidad
de promover el desarrollo jurídico legislativo en el país, considerando en
todo momento el estado actual de las ratificaciones y adhesiones del
Estado Plurinacional de Bolivia a los diferentes Instrumentos Internacionales
(Tratados, Convenios y/o Declaraciones) que garantizan y promueven
los Derechos Humanos en el mundo, sin dejar de lado los avances
200
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201
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202
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Esas son en líneas generales, las ideas centrales que por ahora sustentan
la Exposición de Motivos, cuya brevedad no dice nada respecto a los
verdaderos orígenes y actual desarrollo de la jurisdicción constitucional
en Bolivia115.
115
Al respecto, cabe recordar que en la dinámica de las reformas y modificaciones
del sistema constitucional, en cuanto se refiere al sistema de control de
constitucionalidad, el Estado boliviano en su desarrollo histórico-legislativo
adoptó los diferentes modelos que se conocen en la doctrina del Derecho
Constitucional. Así en un primer momento de su vida republicana (1826 –
1861), bajo la influencia del liberalismo francés, configuró un modelo político
de control de constitucionalidad a través de un Consejo de Estado; en una
segunda etapa (1861 – 1994), adoptó el modelo americano, es decir, el sistema
jurisdiccional difuso de control de constitucionalidad a través de la Corte
Suprema de Justicia; y finalmente en la tercera etapa (1994 hacia adelante),
adoptó el sistema jurisdiccional concentrado de control de constitucionalidad
con la atribución exclusiva del control a un órgano especializado proveniente
del modelo europeo, que fue denominado Tribunal Constitucional. Un breve
análisis sobre los alcances, implicaciones, y consecuencias del modelo de
control político, así como del modelo de control jurisdiccional de
constitucionalidad, y su evolución en Bolivia desde 1826 hasta 1967 puede
verse en: GALINDO DE UGARTE, Marcel. ¿Tribunal Constitucional o Corte
Suprema? Una contribución al debate. Fundación Milenio. La Paz (Bolivia):
Producciones CIMA, Julio de 1994. Asimismo, para constatar la evolución del
control de constitucionalidad en nuestro país, puede verse: RIVERA SANTIVAÑEZ,
José Antonio. El Control de Constitucionalidad en Bolivia. Artículo publicado
en la REVISTA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Número 1. (Sucre – Bolivia: Editorial
Judicial, 1999). Págs. 45-86. Finalmente, cabe considerar que un estudio sobre
el Sistema de Control de Constitucionalidad vigente en Bolivia, ha sido
ampliamente analizado y expuesto por el ex-Magistrado Decano del Tribunal
Constitucional Dr. Willman R. Durán Ribera, en el Seminario Internacional sobre
Justicia Constitucional y Estado de Derecho, realizado en nuestro país; al
respecto puede consultarse la siguiente publicación: VI SEMINARIO
INTERNACIONAL: Justicia Constitucional y Estado de Derecho (Sucre, 26
y 27 de junio de 2003). Memoria Nº 7. Sucre (Bolivia): Editorial Tupac Katari,
2003. Págs. 187-202.
203
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204
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cada una de sus normas y las soluciones mejor adoptadas para regular
los diferentes institutos que debe comprender el nuevo Código Procesal
Constitucional en Bolivia.
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207
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116
Publicado en la Revista de Derecho Público Nº 26 (Enero – Junio de 2011) de
la Universidad de Los Andes (Colombia). Disponible para consulta gratuita en
el sitio web: http://derechopublico.uniandes.edu.co; y ahora también en Scribd:
http://es.scribd.com/doc/59549454
208
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117
De acuerdo a los Fundamentos Jurídicos contenidos en la Sentencia
Constitucional Nº 0045/2006 de 2 de junio, la teoría del bloque de
constitucionalidad surgió en Francia, extendiéndose luego a los países
europeos, siendo asimilada en Latinoamérica; dicha teoría expone que aquellas
normas que no forman parte del texto de la Constitución, pueden formar parte
de un conjunto de preceptos que por sus cualidades intrínsecas se deben
utilizar para develar la constitucionalidad de una norma legal; así, las
jurisdicciones constitucionales agregan, para efectuar el análisis valorativo o
comparativo, a su constitución normas a las que concede ese valor supralegal
que las convierte en parámetro de constitucionalidad; así en Bolivia, la
jurisdicción constitucional ha concedido al bloque de constitucionalidad un
alcance perceptible en la Sentencia Constitucional Nº 1420/2004-R, de 6 de
septiembre, estableciendo lo siguiente: «(...) conforme ha establecido este
Tribunal Constitucional, a través de su jurisprudencia, los tratados,
convenciones o declaraciones internacionales sobre derechos humanos a
los que se hubiese adherido o suscrito y ratificado el Estado boliviano forman
parte del bloque de constitucionalidad y los derechos consagrados forman
parte del catálogo de los derechos fundamentales previstos por la
Constitución.»; entendimiento ratificado en la Sentencia Constitucional Nº
1662/2003-R, de 17 de noviembre, en la que se expresó que: «(...) este Tribunal
Constitucional, realizando la interpretación constitucional integradora,
en el marco de la cláusula abierta prevista por el art. 35 de la Constitución,
ha establecido que los tratados, las declaraciones y convenciones
internacionales en materia de derechos humanos, forman parte del orden
jurídico del sistema constitucional boliviano como parte del bloque de
constitucionalidad, de manera que dichos instrumentos internacionales
tienen carácter normativo y son de aplicación directa, por lo mismo los
derechos en ellos consagrados son invocables por las personas y tutelables
a través de los recursos de hábeas corpus y amparo constitucional conforme
corresponda». Disponible en: http://www.tribunalconstitucional.gob.bo/
209
El Tribunal Constitucional Plurinacional
Ahora bien, para mejorar y optimizar las normas que debe contener el
Proyecto de Código, se deben considerar qué principios deben regir los
procesos constitucionales, dado que los mismos están dirigidos a señalar
la forma en que deben interpretarse las normas procesales que se
aplicarán a los conflictos jurídico-constitucionales, constituyéndose en la
base sobre la cual debe construirse todo proceso constitucional ajustado
a las reglas mínimas del debido proceso, como garantía de legalidad. En
este sentido, los principios procesales son entendidos como las directrices
o líneas rectoras dentro de cuyo marco deben desarrollarse las distintas
instituciones del proceso constitucional.
210
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118
Los principios que aquí se mencionan brevemente, y otros inherentes al
desarrollo del proceso como tal, se encuentran ampliamente detallados en:
CASTELLANOS TRIGO, Gonzalo. Proceso Ordinario, Sumario y Sumarísimo. Tarija
(Bolivia): Talleres Gráficos Gaviota del Sur S.R.L., 2010. Págs. 15-36.
211
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119
Además de lo referido anteriormente, los Principios de Economía Procesal y
Celeridad, son algunos de los principios procesales recientemente
desarrollados por la jurisprudencia constitucional en el siguiente sentido: «Los
principios de economía procesal y celeridad se encuentran íntimamente
relacionados, pues, a través del primero se busca la celeridad en la solución
de los litigios para impartir pronta y cumplida justicia. En ese sentido, la SC
0400/2005-R de 19 de abril, señaló que el «…principio de economía procesal
que tiene como objeto evitar que el trabajo del juez se vea duplicado y que el
proceso sea más rápido, consiste, principalmente, en conseguir el mayor
resultado con el mínimo de actividad de la administración de justicia. Con
la aplicación de este principio, se busca la celeridad en la solución de los
litigios, es decir, que se imparta pronta y cumplida justicia…». En el mismo
sentido se pronunció, la SC 0803/2005-R de 19 de julio. Actualmente, la
Constitución Política del Estado, en su art. 178. I establece «La potestad de
impartir justicia (…) y se sustenta en los principios de independencia,
imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad,
gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la
sociedad, participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos».
Conforme a dicha potestad, la administración de justicia, en las diferentes
jurisdicciones y en la justicia constitucional, debe ser oportuna y sin
dilaciones, buscando efectivizar los derechos y las garantías
constitucionales. Además del principio anotado, el art. 180.I de la CPE,
hace referencia a los principios procesales de gratuidad, publicidad,
transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia,
eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e
igualdad de las partes ante el juez; principios que no son únicamente
aplicables a la jurisdicción ordinaria, sino también a otras jurisdicciones
como la indígena originaria campesina, la agroambiental y también, claro
está, a la justicia constitucional. Sobre los principios de eficacia y eficiencia,
la jurisprudencia constitucional contenida en la SC 0010/2010-R de 6 de
abril, estableció: «…El primero de ellos (eficacia) supone el cumplimiento
de las disposiciones legales y que los procedimientos deben lograr su
finalidad, removiendo, de oficio, los obstáculos puramente formales; este
principio está íntimamente vinculado con la prevalencia del derecho
sustancial respecto al formal y el principio de verdad material. El segundo,
(eficiencia), persigue acortar el tiempo de duración de los procesos y obtener
217
El Tribunal Constitucional Plurinacional
una mayor certeza en las resoluciones, de manera que las personas puedan
obtener un oportuno reconocimiento de sus derechos». Por otra parte,
conviene también considerar que -por la naturaleza, fines y funciones de la
justicia constitucional- la interpretación que se efectúa en sede constitucional
recurre a diferentes métodos o criterios, partiendo de los que clásicamente
fueron formulados por Savigny: gramatical, histórico, sistemático de contexto
y teleológico y, de manera específica, los principios propios de la justicia
constitucional, como el de unidad de la Constitución, de concordancia
práctica o de equilibrio moderado y de interpretación conforme a la
Constitución y, de acuerdo a Peter Haberle, el de interpretación favorable a
los derechos de la Ley Fundamental, así como el derecho comparado»
(Sentencia Constitucional 0178/2011-R, de 11 de marzo de 2011).
218
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120
En este sentido, en referencia concreta al Principio de Celeridad Procesal, la
jurisprudencia constitucional contenida en la Sentencia Constitucional Nº
0099/2006 de 18 de diciembre, entre otras. ha establecido lo siguiente: «El
art. 16 de la CPE (abrogada) concordante con el art. 116.X de la misma Ley
Fundamental, resguardan el derecho al debido proceso, que entre una de
sus garantías otorga el derecho a ser procesado sin dilaciones indebidas, a
cuyo efecto todas las disposiciones adjetivas tienen los plazos por los cuales
deben regirse estrictamente los administradores de justicia, a fin de evitar el
retardo de justicia. Al respecto, el Tribunal Constitucional, se pronunció
sobre la celeridad procesal vinculándola al derecho que tiene el procesado
a la conclusión del proceso en un plazo razonable, como un derecho
fundamental, al señalar en la SC 101/2004, de 14 de septiembre: «Si bien
nuestra Constitución no establece de manera expresa el derecho fundamental
del imputado a la conclusión del proceso penal dentro de un plazo razonable,
de manera implícita lo consagra al proclamar en forma genérica que la
‘celeridad» es una de las…condiciones esenciales de la administración de
justicia’, entendimiento que se extrae del contenido del art. 116.X
Constitucional. Nos parece que una interpretación en sentido contrario
sólo podría tener sustento si se aceptara que tal proclamación carece de
significado, lo que no es posible tratándose de una norma jurídica, y aun
más, de la norma fundamental del país, siempre cargada de significado y
fines. A su vez, la normativa internacional sobre derechos humanos (los
Pactos), que según la doctrina de este Tribunal integran el bloque de
Constitucionalidad y por tanto tienen rango constitucional (Así SSCC 1494/
2003-R, 1662/2003-R, 69/2004, entre otras), de manera expresa reconocen
tal derecho, conforme a lo siguiente: 1) Convención Americana sobre
Derechos Humanos (art. 8.1) ‘Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por
221
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222
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223
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121
RIVERA SANTIVAÑEZ, José Antonio. La Jurisdicción Constitucional en Bolivia.
Cinco años en defensa del orden constitucional y democrático, ahora en:
REVISTA IBEROAMERICANA DE DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL. PROCESO Y
CONSTITUCIÓN. Nº 1. (México: Editorial Porrúa, Enero-Junio 2004). Págs. 134-
136. Disponible virtualmente en: www.iidpc.org. En este sentido, la
jurisprudencia constitucional contenida en la Sentencia Constitucional Nº
0186/2005-R de 7 de marzo, entre otras. ha establecido lo siguiente: «(…)
Cabe señalar que el efecto vinculante de la jurisprudencia constitucional,
significa que la doctrina constitucional creada, así como las sub-reglas
extraídas de las normas implícitas de la Constitución y consignadas en la
ratio decidendi de la sentencia constitucional, tienen que ser aplicadas
obligatoriamente por este Tribunal y por el resto de los órganos del poder
público, por lo mismo, por los jueces y tribunales que forman parte del poder
judicial, en la resolución de todos los casos que presenten supuestos fácticos
análogos. Sin embargo, corresponde aclarar que esa aplicación obligatoria
de la jurisprudencia constitucional está sujeta a la regla de la analogía,
vale decir que los supuestos fácticos de la problemática resuelta mediante la
sentencia constitucional en la que se crea la jurisprudencia sean análogos
a los supuestos fácticos de la problemática a resolverse mediante la sentencia
en la que se aplicará la jurisprudencia o el precedente obligatorio; desde
otra perspectiva, se puede señalar que cuando no existe la concurrencia de
la analogía entre los supuestos fácticos no puede exigirse la aplicación de
la jurisprudencia o el precedente obligatorio. De otro lado, se debe también
aclarar que la jurisprudencia con efecto vinculante es la que contiene la
ratio decidendi de la sentencia constitucional, es decir, aquellas partes que
consignan los fundamentos jurídicos que guarden una unidad de sentido
con la parte resolutiva, de tal forma que no se pueda entender ésta sin la
224
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225
El Tribunal Constitucional Plurinacional
Por otro lado, debe resaltarse además la norma proyectada para asegurar
la difusión informativa del contenido de la Resolución Constitucional
adoptada respecto a las partes del proceso, que será comunicada el
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122
Recientemente, el Tribunal Constitucional de Bolivia, considerando el deber
del Estado de garantizar a toda persona el eficaz ejercicio de sus derechos,
eximiéndole del cumplimiento de formalismos procesales, también ha visto
pertinente analizar el aspecto procesal en la tramitación de la actual Acción de
Libertad, y la posibilidad de su presentación en forma oral, cuya
fundamentación y sub-reglas aplicables pueden verse en la jurisprudencia
constitucional contenida en la Sentencia Constitucional 0128/2011 de 21 de
febrero. Ahora disponible virtualmente en la página web del Tribunal
Constitucional: http://www.tribunalconstitucional.gob.bo/
229
El Tribunal Constitucional Plurinacional
230
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231
El Tribunal Constitucional Plurinacional
232
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ANEXO IV
ANEXO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL
PLURINACIONAL Nº 0300/2012, SOBRE
EL TIPNIS Y LA CONSULTA PREVIA EN
BOLIVIA
233
El Tribunal Constitucional Plurinacional
234
Alan E. Vargas Lima
SALA PLENA
Expedientes: 00157-2012-01-AIA
00188-2012-01-AIA (acumulado)
Departamento: La Paz
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a) Expediente: 00188-2012-01-AIA
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Alegan también que, entre los derechos más importantes que la Ley
Fundamental y las normas internacionales reconocen a favor de los
pueblos indígenas está el derecho a la consulta previa, libre e informada
sobre toda medida legislativa o administrativa susceptible de afectarles
y, por tanto, antes de la aprobación de la Ley 180, debió haberse
consultado previamente a los pueblos indígenas habitantes del territorio
y, al no hacerlo han violado por omisión legislativa los arts. 7, 11.I y II, y
en especial el art. 30.II.15 de la CPE.
b) Expediente: 00157-2012-01-AAI
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El citado artículo indica que esta Ley tiene por objeto convocar al proceso
de consulta previa, libre e informada de los pueblos del TIPNIS; sin
embargo, desde el 2006 se han realizado actos gubernamentales,
administrativos y legislativos -antes descritos- que vulneran lo dispuesto
por el art. 30.II.15 de la CPE; pues la Ley 222 recién es emitida cuatro
años después de haberse tomado la decisión para la construcción del
tramo carretero y dos años después del inicio de la ejecución del contrato;
no existiendo, por tanto, una consulta previa, es decir anterior o anticipada,
pues la misma, según el art. 4 de la referida Ley, versa sobre la construcción
de toda la carretera y no sólo sobre el tramo II, en consecuencia para que
la consulta de toda la carretera sea realmente previa el gobierno debió
primero rescindir el contrato con la empresa Constructora OAS Ltda., y
suspender los trabajos de los tramos I y III -que al presente se encuentran
en plena fase de construcción- y dar inicio a un estudio de factibilidad.
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Norma que indica que para «Lograr un acuerdo entre el Estado Plurinacional
de Bolivia y los pueblos indígena originario campesinos Mojeño-Trinitario
Chiman y Yuracaré, sobre los siguientes asuntos: a) Definir si el Territorio
y Parque Nacional Isiboro Sécure TIPNIS debe ser zona intangible o no,
para viabilizar el desarrollo de las actividades de los pueblos indígenas
Mojeño-Trinitario, Chiman y Yuracaré, así como la construcción de la
carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos». El contenido de este inciso
viola directamente el art. 14.V de la CPE, debido a que aspectos como la
intangibilidad del TIPNIS y la no construcción de la carretera ya fueron
definidos por la Ley 180, por lo que la realización de la referida consulta
significaría hacerla depender de ésta, desconociendo su carácter de
cumplimiento obligatorio.
Sostienen además que el art. 4 inc. a) de la Ley 222, lesiona los derechos
de los pueblos indígenas con relación al art. 13 de la CPE, que establece
que los derechos reconocidos por esta Constitución, aparte de ser
inviolables, universales, interdependientes e indivisibles, son progresivos,
por lo que el carácter de intangibilidad al haber sido reconocido como un
derecho propio de los pueblos y comunidades indígenas Mojeño-Trinitario,
Chiman y Yuracaré, ya fue establecido en la Ley 180, por lo que no existe
nada que definir en la referida consulta previa.
241
El Tribunal Constitucional Plurinacional
A su vez argumenta que la Ley 222 vulnera lo establecido por el art. 30.III
de la CPE, norma que establece textualmente: «El Estado garantiza,
respeta y protege los derechos de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos consagrados en esta Constitución y la ley»; debido
a que dispone de manera arbitraria una consulta posterior, cuando ya sus
derechos fueron vulnerados, existiendo un contrato de obra y financiamiento
brasilero por más de $us 332 000 000 (Trescientos treinta y dos millones
de dólares estadounidenses), que se encuentra en plena ejecución.
En cuanto a los arts. 8 que establece el plazo y 9 que refiere a las etapas
del proceso, sostienen que la vulneración constitucional es flagrante,
debido a que el plazo y las etapas deben estar definidas a partir de la
propia institucionalidad indígena, de sus normas, sus usos y costumbres,
sus formas de organización y sus autoridades naturales, tal y como lo
define no solamente el art. 2 de la CPE, sino la normativa internacional,
especialmente la de la OIT y la Organización de Naciones Unidas (ONU),
en Convenios expresos.
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a) Expediente: 00188-2012-01-AIA
b) Expediente: 00157-2012-01-AIA
a) Expediente: 00188-2012-01-AIA
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b) Expediente: 00157-2012-01-AIA
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En cuanto a la supuesta vulneración del art. 108 de la CPE, por parte del
citado art. 4 inc. a), los accionantes aseveran que se estaría infringiendo
248
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Sobre la vulneración del art. 13 de la CPE, por parte del art. 4 inc. a),
planteado por los accionantes, sostiene que el Estado por el contrario
está cumpliendo con la obligación de promover la consulta
correspondiente para evitar la vulneración de derechos constitucionales.
Referente a la lesión del art. 403 de la CPE, se tiene que la Ley 222, es
armónica con este artículo constitucional, y desarrolla los mandatos
imperativos de los arts. 30.II.15 y 403 de la Ley Fundamental, garantizando
la plena vigencia de las normas constitucionales.
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II. CONCLUSIONES
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II.1. Los accionantes Miguel Ángel Ruiz Morales y Zonia Guardia Melgar,
Diputados de la Asamblea Legislativa Plurinacional, demandan la
inconstitucionalidad de los arts. 1.III, 3 y 4 de la Ley de Protección del
Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (LPTIPNIS), cuyo
texto es el siguiente:
(…)
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1. Preparación de la consulta:
c. Notificación previa.
d. Publicidad de la consulta.
3. Resultados de la Consulta:
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Conforme a ello, el vivir bien, está concebido como principio, pero también
como fundamento último de los valores; lo que supone, entonces que la
parte axiológica y principista de la Constitución Política del Estado está
orientada, dentro de la pluralidad que caracteriza al Estado, a la
consecución del buen vivir que implica un cambio de paradigma en todos
los ámbitos: El buen vivir conmina a repensar el modelo civilizatorio
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máximo como límite para formular la referida acción, por lo que el simple
transcurso del tiempo no extingue el derecho de someter a control de
constitucionalidad aquellas disposiciones infra constitucionales que
contradicen o infringen las valores supremos, principios fundamentales y
los derechos y garantías constitucionales y las normas orgánicas previstas
en el texto constitucional.
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´1. Los pueblos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y recursos
que tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra forma utilizado o
adquirido.
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por las tierras, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan
poseído u ocupado o utilizado de otra forma y que hayan sido confiscados,
tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo
e informado´(las negrillas nos corresponden).
Por otra parte, debe considerarse que la actual organización territorial del
Estado, de acuerdo al art. 269 de la CPE, comprende a los ´departamentos,
provincias, municipios y territorios indígena originario campesinos´; territorios
que deben ser reconocidos de manera integral, pues de acuerdo al art. 403
de la CPE, comprenden áreas de producción, áreas de aprovechamiento y
conservación de los recursos naturales y espacios de reproducción social,
espiritual y cultural.
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El art. 6.2 del Convenio señaló que: ´Las consultas llevadas a cabo en
aplicación de este Convenio deberán efectuarse de buena fe y de una manera
apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o
lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas´.
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Por su parte, la Constitución Política del Estado reconoce en el art. 30. 15),
el derecho: ´A ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en
particular a través de sus instituciones, cada vez que se prevean medidas
legislativas o administrativas susceptibles de afectarles´, añadiendo
posteriormente que ´se respetará y garantizará el derecho a la consulta
previa obligatoria, realizada por el Estado, de buena fe y concertada, respecto
a la explotación de los recursos naturales no renovables en el territorios que
habitan´.
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A los dos supuestos anotados, debe añadirse un tercero, que fue establecido
jurisprudencialmente por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en
el Caso del Pueblo Saramaka v. Surinam, en el que reconoció el derecho al
consentimiento cuando ´(…) cuando se trate de planes de desarrollo o de
inversión a gran escala que tendrían un mayor impacto dentro del territorio
Saramaka, el Estado tiene la obligación, no sólo de consultar a los Saramakas,
sino también debe obtener el consentimiento libre, informado y previo de
éstos, según sus costumbres y tradiciones. La Corte considera que la
diferencia entre ´consulta´ y ´consentimiento´ en este contexto requiere de
mayor análisis».
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existencia, valor, uso o goce del territorio al cual tienen derecho los integrantes
del pueblo Saramaka, a menos que el Estado obtenga el consentimiento
previo, libre e informado de dicho pueblo…» (el subrayado es propio).
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Por otra parte, la consulta de buena fe, exige «ausencia de cualquier tipo
de coerción por parte del Estado o de agentes que actúen con su autorización
o aquiescencia … La buena fe también es incompatible con prácticas tales
como los intentos de desintegración de la cohesión social de las comunidades
afectadas, sea a través de la corrupción de los líderes comunales o del
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Ello implica en los hechos, que el contenido de la Ley 180, es decir sus
elementos dispositivos, serán definidos dentro del proceso consultivo a
realizarse al cumplimiento de la Ley 222, y a los alcances de la presente
Sentencia; por lo tanto, siguiendo ese orden de ideas tenemos que: la
Ley 180, -por efecto de la Ley 222-, no puede ser materializada de manera
inmediata, ya que sus efectos se encuentran supeditados, a la realización
de la consulta y que su naturaleza, objeto y alcance sean definidos
conjuntamente el Estado y los pueblos indígena originario campesinos,
en los términos de buena fe y concertación ya referidos.
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Ello en virtud a que el proceso de consulta debe garantizar que los pueblos
indígenas se involucren en el proceso de toma de decisiones, y que su
participación sea efectiva e influyente dentro de un proceso de diálogo
intercultural que garantice por encima el respeto a los principios y normas
de la Constitución y los tratados internacionales.
A partir del análisis del art. 6 del Convenio 169 de la OIT, el analista peruano
Juan Carlos Ruiz Molleda, en relación a la jurisprudencia comparada y
desarrollo doctrinario del Tribunal Constitucional del Perú señala como
principios jurídicos constitucionales del derecho a la consulta los
siguientes:
a) La buena fe,
b) La flexibilidad,
c) Objetivo de alcanzar un acuerdo,
d) Transparencia; y,
e) Implementación previa del proceso de consulta
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Y añade que ello «Además generaría que la consulta se lleve a cabo sobre
los hechos consumados, pudiendo relevarse con esto una ausencia de buena
fe. En todo caso, las condiciones de los hechos pueden determinar ciertas
excepciones, aunque estas siempre serán revisadas bajo un examen estricto
de constitucionalidad debido a la sospecha que tales situaciones generan».
a) El acceso a la consulta;
b) El respeto de las características esenciales del proceso de consulta; y
c) La garantía del cumplimiento de los acuerdos arribados en la consulta.
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Dado que los art. 1 y los 3, 4 inc. a) y 9 de la Ley 222, están referidos en
su contenido a establecer el proceso y procedimiento de la consulta, se
procederá a realizar el test de constitucionalidad en el contexto de dichos
artículos.
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1. Preparación de la consulta:
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3. Resultados de la Consulta:
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POR TANTO
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FUENTE: http://prensa.tribunalconstitucional.gob.bo/archives/1606
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTAD
ONSULT A
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ÍNDICE TEMÁTICO
DEDICATORIA .........................................................................................5
AGRADECIMIENTOS ..............................................................................7
PRESENTACIÓN ....................................................................................9
PRÓLOGO ...........................................................................................15
PALABRAS PREVIAS DEL AUTOR .........................................................21
RESUMEN ...........................................................................................29
NOTA PRELIMINAR ...............................................................................33
I. DISPOSICIONES GENERALES DE
LA NUEVA LEY DEL TCP ...........................................................37
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CONCLUSIONES ................................................................................169
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NOTAS
(*)
Abogado en ejercicio de la función pública en el Gobierno Autónomo Municipal
de La Paz (GAMLP), habiéndose desempeñado en calidad de Autoridad
Sumariante (Gestiones 2009 – 2010). Ha cursado y aprobado satisfactoriamente
la Especialidad en Derecho Constitucional y Procedimientos Constitucionales
por la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA); y el Diplomado en Derecho
Procesal Civil por la Universidad de Aquino – Bolivia (UDABOL – Sede La
Paz). Autor de los Libros: «El Derecho al Medio Ambiente en la Constitución
Política del Estado Plurinacional de Bolivia», publicado con el apoyo de la
Liga de Defensa del Medio Ambiente (LIDEMA – 2011); «La Codificación del
Derecho Procesal Constitucional en Bolivia», publicado con el apoyo de la
Editorial Académica Española (EAE – 2012). Ha sido designado Docente de la
Universidad Privada Franz Tamayo (UNIFRANZ – Sede La Paz), y actualmente
se desempeña en calidad de Asesor Legal dependiente de la Dirección Jurídica
del GAMLP. Es Responsable del Blog Jurídico: Tren Fugitivo Boliviano (http:/
/alanvargas4784.blogspot.com).
1
«(…) Siempre que haya un conflicto inevitable entre lo jurídico y lo político,
nuestro deber nos colocará del lado del Derecho. Y a quienes les cuesta
aceptar la idea de que el Tribunal Constitucional puede invalidar actos del
(Órgano) Legislativo, les recordamos las palabras escritas por Alexander
Hamilton hace más de dos siglos: Esta conclusión no supone de ningún
modo la superioridad del Poder Judicial sobre el Legislativo. Sólo significa
que el poder el pueblo es superior a ambos, y que donde la voluntad de la
legislatura, declarada en sus leyes, se halla en oposición con la del pueblo,
declarada en la Constitución, los jueces deben gobernarse por la última, de
preferencia a las primeras…». EL FEDERALISTA . San José (Costa Rica): Edit.
Libro Libre, 1986. Pág. 203. Citado por: Pablo DERMIZAKY PEREDO. La tensión
entre Política y Derecho en la Justicia Constitucional. En: TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA (editor). Justicia Constitucional para comenzar
el Tercer Milenio. Revista Constitucional Nº 3. Sucre (Bolivia): Diciembre de
1999. Pág. 13.
2
«En cuanto a la pedagogía constitucional, es deber del Tribunal difundir el
conocimiento, la comprensión y la valoración de las normas fundamentales,
procesos necesarios para crear una conciencia constitucional indispensable
en la construcción de una sociedad justa y progresista. (…)». Pablo DERMIZAKY
PEREDO. Justicia Constitucional y Estado de Derecho. Segunda Edición.
Cochabamba (Bolivia): Editorial ALEXANDER, 2005. Pág. 11.
3
Valga ésta oportunidad, para dejar constancia expresa de agradecimiento por
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14
El texto del Proyecto de Código de Procedimientos Constitucionales, fue
publicado por la Comisión Europea para la Democracia a través de las Leyes
(Comisión de Venecia) en su Opinión Nº 645/2011 de fecha 4 de octubre de
2011. Ahora disponible virtualmente en: http://t.co/tDQhYFN6
15
En este sentido, cabe considerar que la interpretación de los derechos
fundamentales está regida por otros principios contenidos en los Pactos
Internacionales de Derechos Humanos que forman parte del bloque de
constitucionalidad. De ahí que, cuando el Estado incorpora a su derecho
interno el Derecho internacional de los Derechos Humanos, ese derecho interno
ya no queda cerrado en la Constitución, sino coordinado y compatibilizado
con el Derecho internacional, lo que significa entonces que se deben interpretar
las normas buscando un único sistema de derechos que sea armónico y
congruente, donde adquieren mayor vigor los principios de optimización y de
fuerza expansiva de los derechos humanos. Este criterio de interpretación se
encuentra previsto en los arts. 13.IV y 256 de la CPE. El primero de ellos sostiene
que «Los tratados y convenios internacionales ratificados por la Asamblea
Legislativa Plurinacional, que reconocen los derechos humanos y que
prohíben su limitación en los Estados de Excepción prevalen en el orden
interno. Los derechos reconocidos en la Constitución se interpretarán de
conformidad con los Tratados Internacionales de derechos humanos
ratificados por Bolivia». El segundo, art. 256 de la CPE, señala: «I. Los tratados
e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que hayan
sido firmados, ratificados o a los que se hubiera adherido el Estado, que
declaren derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, se
aplicarán de manera preferente sobre ésta. II. Los derechos reconocidos en
la Constitución serán interpretados de acuerdo a los tratados internacionales
de derechos humanos cuando éstos prevean normas más favorables».
Conforme a dichas normas, el tratamiento que la Constitución otorga a los
derechos es unitario y dinámico: Unitario porque concibe como de manera
integral a los derechos humanos y fundamentales, y dinámico, porque el
catálogo de derechos siempre estará abierto, en constante evolución. Este
criterio de interpretación tiene diversas consecuencias y funciones, siendo la
fundamental, que el exegeta no puede arbitrariamente efectuar la interpretación
de los derechos y sus garantías, sino que debe buscar el sentido de los mismos
en las normas contenidas en Pactos Internacionales sobre derechos humanos.
Una de las consecuencias más relevantes, de este criterio interpretativo está
vinculada con las cláusulas de interpretación de los derechos, que se
encuentran contenidas en los tratados sobre derechos humanos, como el
principio pro hómine y el de interpretación progresiva. Sobre los alcances
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también las condiciones de validez del acto legislativo, es decir, que el órgano
emisor de la Ley sea competente y desarrolle el procedimiento de elaboración
de una determinada Ley, como en el presente caso, en el marco de las normas
previstas para su legal funcionamiento«.
29
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. El Tribunal Constitucional Defensor de la
Constitución. Reflexiones sobre la necesidad de su consolidación y
fortalecimiento institucional. Sucre - Bolivia: GTZ - PADEP - AECI, 2007. Pág.
21. En este sentido, el Tribunal Constitucional de Bolivia, a través de su
jurisprudencia ha señalado que «el Estado Democrático de Derecho está
organizado sobre la base de los principios fundamentales, entre otros, de la
separación de funciones conocida también como el principio de división de
poderes, lo que implica la distribución de las competencias y potestades
entre diversos órganos estatales para el ejercicio del poder público, de manera
tal que esa distribución se constituya en una limitación para cada órgano
de poder el que sólo podrá ejercer las potestades que forman parte de su
competencia». En el marco del principio fundamental referido, que actualmente
se encuentra consagrado en la norma prevista por el art. 12 de la NCPE, el
Constituyente ha efectuado la distribución de funciones y competencias; así
la potestad legislativa, de control y fiscalización la tiene el Órgano Legislativo;
la función ejecutiva, administrativa y reglamentaria la ejerce el Órgano Ejecutivo
y el ejercicio de la potestad jurisdiccional la tiene el Órgano Judicial. Conforme
enseña la doctrina del Derecho Constitucional, la concepción dogmática de la
«división de poderes», ha sido superada en el constitucionalismo
contemporáneo con la adopción del concepto de la separación de funciones
que se sustenta en los siguientes principios: 1) la independencia de los órganos
de poder del Estado; 2) la coordinación e interrelación de funciones entre los
órganos; y 3) el equilibrio entre los órganos que se establece a partir frenos y
contrapesos; ello implica que los diversos órganos de poder del Estado no
desarrollan única y exclusivamente sus función esencial, también participan
en el desempeño de las funciones y labores de los otros órganos, en el marco
de las atribuciones y competencias conferidas por el Constituyente, así el
Legislativo participa en las labores del Ejecutivo aprobando el presupuesto
general de la nación, o ratificando los tratados internacionales, entre otros; de
su parte el Ejecutivo participa en las labores del Legislativo a través de los
mecanismos previstos en la Constitución, tales como la iniciativa legislativa, la
promulgación de la Ley, entre otras actividades. Al respecto puede consultarse
la Sentencia Constitucional Nº 0009/2004, de 28 de enero.
30
«La nota esencial de una constitución rígida estriba en su superioridad
sobre los estatutos ordinarios. Tal superioridad se logra porque dichas
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leyes, decretos y otras normas vigentes; que falle en las demandas, a instancia
de parte, sobre inconstitucionalidad de las mismas normas; que conozca, de
oficio o a denuncia, sobre la ilegitimidad de los nombramientos de altos
funcionarios de Estado, etc.». CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO (Con
Introducción, Notas, Comentarios y Concordancias por el Dr. Pablo
Dermizaky Peredo). Segunda Edición. Cochabamba – La Paz, Bolivia: Editorial
Los Amigos del Libro, 1992. Pág. 39. Esta sentida necesidad, también fue
manifestada públicamente en ocasión del Foro sobre la Reforma Constitucional
en Bolivia, auspiciado por la Academia Nacional de Ciencias Jurídicas,
oportunidad en la cual el entonces H. Diputado Nacional, Dr. Benjamín Miguel
Harb, abogando por la creación de nuevas instituciones, insistía en que: «Para
una adecuada organización del Poder Judicial y vigencia de un Estado de
Derecho es imprescindible crear el TRIBUNAL CONSTITUCIONAL a fin de
que vele por la correcta aplicación de la Constitución, formule opiniones
sobre la constitucionalidad de las leyes, decretos, ordenanzas municipales y
otros, y de los proyectos de los mismos; se pronuncie fallando en casos de
recursos por inconstitucionalidad, cuya validez debe ser erga omnes y no
sólo para la parte demandante; conocer y fallar en casos de conflictos de
competencia y de poderes, dirimir los conflictos de jurisdicción y competencia
entre el gobierno nacional y los departamentales, entre municipalidades y
entre otras autoridades». EXCMA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. La Reforma
Constitucional en Bolivia. Hacia una Constituyente. Sucre (Bolivia): Editorial
Judicial, 1992. Pág. 92. Posteriormente, estos criterios se verían plenamente
reflejados en el Anteproyecto de Reforma Constitucional (1992), elaborado
por el mencionado Diputado (ahora desaparecido), como miembro del Consejo
Nacional de Reforma y Modernización del Poder Judicial. En dicho documento,
se propuso incorporar a la Constitución, un Capítulo especialmente dedicado
a configurar un Tribunal Constitucional en los siguientes términos: «El Tribunal
Constitucional es la más alta institución de puro derecho de la República,
encargado de preservar el imperio, la vigencia y el cumplimiento de la
Constitución, compuesto de tres miembros: uno designado por la H. Cámara
de Senadores de la terna que eleve la H. Cámara de Diputados, uno nombrado
por el Presidente de la República que presidirá el Tribunal Constitucional,
y uno nombrado por la Corte Suprema de Justicia elegido por dos tercios de
votos en sesión de Sala Plena». C O N S E J O N A C I O N A L DE R E F O R M A Y
MODERNIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL. Anteproyecto de Reforma Constitucional
1992. H. Benjamín Miguel Harb. La Paz - Bolivia: Centro de Informática del
Consejo Nacional de Reforma y Modernización del Poder Judicial, 1992. Pág.
49.
347
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47
René B ALDIVIESO G UZMAN . Derecho Procesal Constitucional. Tribunal,
Procedimientos y Jurisprudencia en Bolivia. Santa Cruz - Bolivia: Industrias
Gráficas SIRENA, 2006. Págs. 29-30. Algunos argumentos que sustentan la
posición adoptada por la entonces Corte Suprema de Justicia oponiéndose a
la incorporación de un Tribunal Constitucional en nuestro país, pueden verse
en: E XCMA . C O RTE S UPREMA DE J USTICIA . Bolivia hacia una Reforma
Constitucional. Debate Nacional sobre la Reforma a la Constitución Política
del Estado. Sucre (Bolivia): Editorial Judicial, 1993. Asimismo, y para una
revisión detallada de las posiciones favorables y contrarias, en el debate sobre
la creación del Tribunal Constitucional en nuestro país, puede consultarse
también el trabajo de: Hugo GALINDO DECKER. Tribunal Constitucional. La Paz
(Bolivia): Editorial Jurídica ZEGADA, 1994.
48
En este sentido se ha pronunciado el jurista y ex Magistrado del Tribunal
Constitucional, José Antonio Rivera Santivañez, quien desarrolla su tesis
sosteniendo que: «por un lado, a través de la referida reforma constitucional
[1994], se ha creado el Tribunal Constitucional como el órgano encargado
del control concentrado de constitucionalidad y máximo intérprete de la
Constitución, lo que encuadra el sistema adoptado en el modelo europeo.
Pero por otra parte, el Constituyente no modificó el texto del artículo 228 de
la Constitución reformada, por cuyo mandato los tribunales y jueces, al
revolver un caso concreto dentro de un proceso judicial, tienen la obligación
de no aplicar las disposiciones legales que sean contradictorias o
incompatibles con las normas previstas en la Constitución, lo cual constituye
un acto de control de constitucionalidad y se encuadra en el modelo
americano del ‘judicial review’ o revisión judicial. A ello se añade -según
éste autor- el hecho de que por prescripción de las normas previstas por la
Constitución y la Ley N° 1836 del Tribunal Constitucional, los juzgados y
tribunales judiciales ordinarios ejercen el control de constitucionalidad, en
el rubro del control del ejercicio de los derechos fundamentales y garantías
constitucionales, conociendo y resolviendo los recursos de hábeas corpus y
amparo constitucional». José Antonio R IVERA SANTIVAÑEZ. Recurso de
Inconstitucionalidad en Bolivia. Ponencia que se encuentra disponible para
consulta en la página web del Tribunal Constitucional de Bolivia: http://
www.tribunalconstitucional.gov.bo/ArticuloId-3.html. Así también pueden
consultarse otros trabajos en donde el autor sostiene el mismo criterio, así por
ejemplo: El Control de Constitucionalidad en Bolivia, publicado en: REVISTA
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Número 1. Sucre (Bolivia): Editorial Judicial,
Noviembre de 1999, Págs. 45-86; así como su estudio: Introducción a la Justicia
Constitucional en Bolivia, que como ponencia, se encuentra disponible en la
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están obligados los servidores públicos y los particulares (arts. 9.4, 108
numerales 1, 2 y 3 y 410 de la CPE); b) La Ley, entendida no en el sentido
formal -como originada en el órgano legislativo- sino material, sin importar
la fuente de producción, abarcando, por tanto, a decretos supremos,
resoluciones supremas, la legislación departamental y municipal, a cuyo
cumplimiento también se obligan los particulares y los servidores públicos
(arts. 14.V y 108.1 de la CPE) (…)».
58
Respecto a la configuración constitucional de esta novísima acción de defensa,
con la finalidad de establecer sus fundamentos, su naturaleza jurídica y alcances,
la reciente jurisprudencia constitucional contenida en la Sentencia
Constitucional 1018/2011 de 22 de junio, ha establecido que: «a) Está
configurada procesalmente por la Constitución Política del Estado; b) Su
conocimiento y resolución es de competencia de la justicia constitucional;
c) Tiene como propósito la protección de derechos e intereses colectivos -y
difusos- reconocidos por la Constitución Política del Estado. Por otra parte,
la acción popular está integrada por una serie de actos de procedimiento
como la demanda, el informe, la audiencia, la resolución y posterior revisión
por el Tribunal Constitucional, que configuran un proceso constitucional
autónomo, de carácter extraordinario, tramitación especial y sumaria, en el
que se impugna la lesión de derechos colectivos o difusos, existe en tal
sentido una pretensión, partes discrepantes, un procedimiento específico
conforme al cual se desarrolla la acción, y un juez o tribunal que la resuelve.
Cabe resaltar que esta acción está prevista en nuestra Ley Fundamental
como una acción de defensa, entendiéndola como el derecho que tiene toda
persona -individual o colectiva- de solicitar la protección a sus derechos e
intereses colectivos -o difusos-; de ahí que también se configure como una
garantía prevista por la Ley Superior, con una triple finalidad: 1) Preventiva,
evitando que una amenaza lesione los derechos e intereses bajo su protección;
2) Suspensiva, por cuanto tiene como efecto hacer cesar el acto lesivo a los
derechos e intereses tutelado en la acción; y, 3) Restitutoria, por cuanto se
restituye el goce de los derechos colectivos afectados a su estado anterior».
Asimismo, respecto a su carácter subsidiario y el plazo de caducidad
establecido por el artículo 136, parágrafo I constitucional, en la misma Sentencia
Constitucional se ha establecido que: «(…) la acción popular no está regida
por el principio de subsidiariedad, lo que significa que es posible la
presentación directa de esta acción sin que sea exigible agotar la vía judicial
o administrativa que pudiere existir para la restitución de los derechos
presuntamente lesionados. Por otra parte, la acción puede ser presentada
en tanto persista la lesión o la amenaza de lesión a los derechos e intereses
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la Ley Nº 1836 del Tribunal Constitucional. Claro está que, el uso de esa
excepción debe encuadrarse a los límites generales que impone el principio.
Un ejemplo del uso de la excepción a la regla es la SC 101/2004 de 14 de
septiembre». José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. Temas de Derecho Procesal
Constitucional. Pág. 270.
65
Cabe hacer notar que en el sistema de control de constitucionalidad vigente en
Bolivia, el legislador ha previsto expresamente que las decisiones del Tribunal
Constitucional serán adoptadas mediante votación por la mayoría de sus
miembros, según lo establecido en el artículo 29 de la nueva Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional.
66
Cfr. José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. La Jurisprudencia Constitucional y su
Fuerza Vinculante. En: Temas de Derecho Procesal Constitucional.
Cochabamba – Bolivia: Grupo Editorial KIPUS, 2007. Págs. 269-272. Así también
se puede consultar el trabajo de mi autoría, sobre Las Sentencias
Constitucionales y su modulación en la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Boliviano (2007), disponible en: www.monografías.com
67
Así también, la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia (CPE),
prevé entre sus disposiciones (Artículo 13, parágrafo IV), que «Los tratados y
convenios internacionales ratificados por la Asamblea Legislativa
Plurinacional, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su
limitación en los Estados de Excepción prevalecen en el orden interno. Los
derechos y deberes consagrados en esta Constitución se interpretarán de
conformidad con los Tratados internacionales de derechos humanos
ratificados por Bolivia», y en complemento de lo anterior, también se ha
dispuesto expresamente que «El Estado garantiza a todas las personas y
colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz ejercicio de los
derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados
internacionales de derechos humanos» (Artículo 14, parágrafo III, NCPE), de
lo cual se puede inferir que el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia, a través
de la Constitución ha decidido seguir la tendencia de otorgar una jerarquía
constitucional con aplicación preferencial a los tratados y/o convenciones
internacionales que consagran derechos humanos a favor de los ciudadanos.
68
Es necesario hacer notar que actualmente el Tribunal Constitucional
Plurinacional ha realizado una modulación del referido entendimiento
jurisprudencial, en sentido de considerar a la seguridad jurídica, no como un
derecho protegible por vía de una acción tutelar, sino como un principio
inherente a todo el ordenamiento jurídico. Así por ejemplo, en cuanto a la
seguridad jurídica que fue invocada en su momento por los accionantes en un
proceso constitucional, como derecho fundamental, el Tribunal Constitucional
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Estado» (NCPE), no sólo porque ése haya sido el nombre oficial con que se
publicó el documento, sino principalmente en razón de que sus disposiciones
llevan contenidos muy innovadores, dando lugar a una evolución dentro del
constitucionalismo boliviano, siendo que no se enmarcan en forma restringida
dentro de la corriente del constitucionalismo liberal ni tampoco encuadran
exclusivamente dentro del constitucionalismo social, y asimismo su estructura
normativa difiere en gran forma de todas las anteriores reformas constitucionales
efectuadas hasta el momento.
74
«Empero no todas las normas de la Constitución se aplican inmediatamente,
pues ello depende de la naturaleza jurídica y la clase de las normas
constitucionales; por ello se ha ingresado a un proceso de transición o de
tránsito de un sistema constitucional a otro. En el proceso de transición, el
Órgano Legislativo deberá expedir un conjunto de leyes que desarrollen las
normas de la Constitución para hacerlas aplicables; ese proceso debe ser
ordenado y pacífico; ello exige de la construcción de acuerdos y consensos
entre todos los sectores sociales. Para ello es importante que se socialice el
contenido de la Constitución promulgada el 07 de febrero». José Antonio
RIVERA SANTIVAÑEZ. El Nuevo Sistema Constitucional del Estado Boliviano.
Artículo que puede verse en el Libro colectivo: Estudios sobre la Constitución
aprobada en enero de 2009. Cochabamba - Bolivia: Grupo Editorial KIPUS,
2009. Pág. 10.
75
Allan R. BREWER-CARÍAS. La ilegítima mutación de la Constitución y la
legitimidad de la jurisdicción constitucional: La reforma de la forma federal
del Estado en Venezuela mediante interpretación constitucional. Ponencia
presentada al X Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional. Lima –
Perú (16 al 19 de septiembre de 2009). Las ponencias del Congreso, ahora están
disponibles virtualmente en: http://congreso.pucp.edu.pe/
derechoconstitucional2009/index.html
76
Cfr. Eduardo GARCÍA DE ENTERRÍA. La Constitución como norma y el Tribunal
Constitucional, Civitas, Madrid, 1991.
77
SENTENCIA T-06/92 M.P. Ciro Angarita Barón Cfr. Título II, capítulos 1, 2 y 3 de
la Constitución Política de Colombia.
78
Cfr. Título II, capítulos 1, 2 y 3 de la Constitución Política de Colombia.
79
Cfr. Título II, capítulo 4 y título VIII, capítulo IV, en particular el artículo 241 de
la Constitución Política de Colombia.
80
SENTENCIA C-445/96 M.P. Hernando Herrera Vergara.
81
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL. Procesos
Constitucionales en Bolivia. Pág. 70.
82
«Según la doctrina constitucional, la Constitución contiene diversas clases
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El Tribunal Constitucional Plurinacional
2003).
85
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. El Tribunal Constitucional Defensor de la
Constitución. Págs. 58-59.
86
Francisco FERNANDEZ SEGADO. LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA. La
Ley número 1836 de 1º de abril de 1998, del Tribunal Constitucional. México
D.F.: Instituto de Investigaciones Jurídicas – UNAM, 2002. Pág. 49.
87
Norbert LOSING. La Jurisdiccionalidad Constitucional en Latinoamérica.
Traducción de Marcela Anzola Gil. Madrid – España: Konrad Adenauer Stiftung
y Editorial Dykinson, 2002. Pág. 246.
88
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. El Nuevo Sistema Constitucional del Estado
Boliviano. Pág. 45.
89
«(…) Esta norma (Art. 196) está inequívocamente orientada a asegurar la
supremacía del nuevo orden, tal cual fue pensado y registrado «literalmente»
por los asambleístas. Aparentemente, se sucumbió a la seducción del
«textualismo» riguroso, muy propio de los tiempos colonialistas, lo que
limita el descubrimiento de principios y valores superiores que entraña una
norma constitucional. La Constitución, como norma jurídica superior, debe
ser y reflejar el marco de coincidencias posibles, en el que cabe la pluralidad
de opciones y variantes culturales y políticas que no puede agotarse en su
propio texto. Las reglas de interpretación deberían ser más amplias y
contribuir a integrar la norma con la dinámica realidad social, por encima
de su mera versión gramatical. Esta restricción a los criterios de
interpretación constitucional es preocupante porque ni la voluntad del
constituyente fue razonablemente correspondida por la Asamblea
Constituyente de 2007, ni se conoce si los documentos, actas y resoluciones
de la Asamblea existen y son el resultado de un debate democrático». Eduardo
RODRÍGUEZ VELTZÉ. Órgano Judicial y Tribunal Constitucional Plurinacional.
En: Vicepresidencia del Estado Plurinacional – Universidad Mayor de San
Andrés – Instituto Internacional para la Democracia (IDEA) (editores) Miradas
(al) Nuevo Texto Constitucional. La Paz - Bolivia, 2010. Págs. 431-433.
90
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. HACIA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN. Luces y
Sombras del Proyecto modificado por el Parlamento. Cochabamba – Bolivia:
FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER, FUNDAPPAC y Oficina Jurídica para la Mujer,
2008. Pág. 149.
91
Riccardo GUASTINI. Estudios de Teoría Constitucional. México D.F.: Instituto
de Investigaciones Jurídicas – UNAM, 2001. Págs. 263-264.
92
José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL. Procesos
Constitucionales en Bolivia. Págs. 80-82. De manera complementaria a lo
anterior, se debe hacer referencia también al Principio de Fuerza Normativa
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93
Domingo GARCÍA BELAUNDE. La Interpretación Constitucional como problema,
ahora en: La Constitución y su dinámica, disponible virtualmente en:
www.garciabelaunde.com/biblioteca.htm
94
«Entonces, este principio consiste en que el Tribunal Constitucional, si a
tiempo de realizar el juicio de constitucionalidad de una disposición legal
impugnada, encuentra que la misma tiene diversas interpretaciones, de las
cuales una es incompatible con la Constitución y otras son compatibles,
debe mantener vigente en el ordenamiento jurídico la interpretación que
sea conforme a la Constitución, retirando solamente la parte de la norma
que es incompatible con la Ley Fundamental, lo que significa que el Tribunal
deberá emitir una sentencia modulada en cuanto a su contenido, ya sea
emitiendo una sentencia interpretativa, o una sentencia aditiva o
integradora, conforme corresponda. Este principio se constituye en el
fundamento jurídico para que la jurisdicción constitucional module sus
sentencias en cuanto a su contenido». José Antonio RIVERA SANTIVAÑEZ. Temas
de Derecho Procesal Constitucional. Pág. 269.
95
En cuanto a los alcances del principio «non bis in idem»; es decir, la prohibición
de doble sanción y por ende doble juzgamiento por los mismos hechos, la
jurisprudencia constitucional contenida en la Sentencia Constitucional 0506/
2005 de 10 de mayo, entre otras. ha establecido que: «…El principio non bis
in idem implica, en términos generales, la imposibilidad de que el Estado
sancione dos veces a una persona por los mismos hechos. En la doctrina y
jurisprudencia española, el principio implica la prohibición de imponer
una doble sanción, cuando existe identidad de sujeto, del hecho y del
fundamento respecto a una conducta que ya fue sancionada con anterioridad.
En el principio se debe distinguir el aspecto sustantivo (nadie puede ser
sancionado doblemente por un hecho por el cual ya ha sido absuelto o
condenado) y el aspecto procesal o adjetivo (nadie puede ser juzgado
nuevamente por un hecho por el cual ya ha sido absuelto o condenado). En
este sentido, existirá vulneración al non bis in idem, no sólo cuando se
sanciona sino también cuando se juzga nuevamente a una persona por un
mismo hecho. Este principio no es aplicable exclusivamente al ámbito penal,
sino que también lo es al ámbito administrativo, cuando se impone a un
mismo sujeto una doble sanción administrativa, o cuando se le impone una
sanción administrativa y otra penal pese a existir las identidades antes
anotadas (sujeto, hecho y fundamento). Conforme a esto, no existirá violación
al principio non bis in idem, cuando alguna de las identidades no se presenta;
por ejemplo, cuando el sujeto a quien se le imponen las sanciones,
administrativa y penal, no es el mismo, o cuando se trata de hechos diferentes
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Bajo este mismo criterio, el Tribunal Constitucional ha expresado el carácter
definitivo e incontrovertible de las resoluciones de amparo constitucional, a
través de las SSCC 1240/2001-R, 1387/01-R, 1190/01-R, y particularmente
en la Sentencia Constitucional 1249/2001-R de 23 de noviembre, señaló:
«Que, por otro lado es importante recordar que el Tribunal Constitucional
cumple la labor del control de constitucionalidad a través del conocimiento
y resolución de las acciones, demandas o recursos constitucionales, los que,
dada su naturaleza jurídica, tienen una configuración procesal especial
conforme prevén las normas de la Ley 1836, pues se tramitan en la vía de
puro derecho y en única instancia, por lo mismo contra las resoluciones
adoptadas por el Tribunal no procede ningún recurso ulterior alguno,
excepto la aclaración, enmienda y complementación que podrá ser efectuada
por el propio Tribunal Constitucional, de oficio o a instancia de parte. Que,
de lo referido se concluye que el sistema procesal constitucional adoptado
por la Constitución y la Ley 1836 para el ejercicio del control de
constitucionalidad, en resguardo del principio de la seguridad jurídica,
instituye la cosa juzgada constitucional, lo que significa que las sentencias
emitidas por el Tribunal Constitucional tienen carácter definitivo, absoluto
e incontrovertible, de manera tal que sobre el tema resuelto no puede volver
a plantearse nuevo litigio a través de recurso alguno, ya que expresamente
está excluida esa posibilidad por mandato del art. 121.I de la Constitución
y el art. 42 de la Ley 1836. En consecuencia, resulta inadmisible la
procedencia del amparo Constitucional como medio de impugnación y
revisión de una Sentencia Constitucional cuando ésta, por imperio de la
Constitución, ha adquirido la calidad de cosa juzgada constitucional. Que,
atendiendo a los fundamentos antes referidos se concluye que las personas
que plantean un recurso de amparo contra Sentencias Constitucionales
hacen un uso equivocado de la acción distorsionando su esencia y naturaleza
tutelar; pues es evidente que, como en el presente caso, el recurso no está
orientado a obtener protección efectiva de algún derecho fundamental o
garantía constitucional, sino que buscaba, contra lo dispuesto en la
Constitución y la ley, así como la doctrina constitucional sobre el tema,
crear una segunda instancia en la jurisdicción constitucional para lograr
la revisión y anulación de una Sentencia Constitucional. Por todo ello, los
jueces o tribunales de amparo, en estricto cumplimiento de las normas
previstas por el art. 121.I de la Constitución y art. 42 de la Ley 1836, no
deben admitir sino rechazar in límine los recursos de amparo constitucional
en los casos en los que sean planteados contra Sentencias Constitucionales
emitidas por el Tribunal Constitucional». Disponible virtualmente en la página
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(*)
Artículo de opinión publicado en: «La Gaceta Jurídica», Bisemanario de
circulación nacional, en fecha 16 de marzo de 2012. Ahora disponible en el Blog
Jurídico Tren Fugitivo Boliviano: http://alanvargas4784.blogspot.com/; y una
versión digital en Wattpad: http://www.wattpad.com/3737941. La imagen
corresponde a la #caricatura del día en Cosa Seria de #Abecor (Abel Bellido
Córdova): Página Siete (2012). Post en Twitter, de fecha 15 de marzo de 2012.
Relevado desde http://mobile.twitter.com/pagina_siete/status/
180359643510484993
(*)
Algunas de esas nuevas explicaciones, fueron expresadas a través de un Artículo
escrito por el Magistrado Gualberto Cusi, en donde ratifica su firme idea de
consultar a la hoja de coca para administrar la justicia boliviana, por considerar
que es un derecho que tienen todas las naciones y pueblos indígena originario
campesinos. Este artículo fue reproducido en el Portal Web: http://
www.opinion.com.bo/ del Diario Opinión de Cochabamba, en fecha 17 de
marzo de 2012. Ahora disponible en: http://t.co/dnnbHDB4
(*)
Sobre éste tema, la Revista Oxígeno, en el mes de abril del presente año 2012,
publicó una entrevista en la que el Magistrado Gualberto Cusi –considerando
la lectura de la coca como «método»–, reitera: «leo coca para aplicar la CPE
con más sabiduría…». Asimismo, y tratando de reivindicar su cosmovisión
aymara, agrega: «En la justicia occidental sólo interesa la persona como tal,
sin considerar a los otros integrantes de la comunidad que no tienen
importancia. La justicia occidental no da respuestas a las demandas de la
sociedad» (sic), con lo que muestra una vez más su desconocimiento respecto
a los actuales mecanismos de protección de los derechos económicos, sociales
y culturales, así como los derechos colectivos o de los pueblos, además de
negar toda efectividad a las instituciones del sistema judicial en Bolivia,
resultando mucho más ilógica todavía su postulación como Magistrado del
TCP, una «institución de carácter moderno y colonial…» (sic), según sus
palabras.
(*)
Artículo de opinión publicado en la Sección Tribuna Jurídica del sitio web de
la Revista Boliviana de Derecho (rBD): http://
www.revistabolivianadederecho.org/; y también en: «La Gaceta Jurídica»,
Bisemanario de circulación nacional, en fecha 6 de marzo de 2012 (la imagen
corresponde a esa publicación). Disponible en el Blog Jurídico Tren Fugitivo
Boliviano (http://alanvargas4784.blogspot.com/); ahora con versiones digitales
en Wattpad: http://www.wattpad.com/3657152; y también en Scribd: http://
es.scribd.com/doc/85185036
(*)
De acuerdo a los Fundamentos Jurídicos contenidos en la Sentencia
Constitucional Nº 0045/2006 de 2 de junio, la teoría del bloque de
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