Historia Impuestos IVA

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

HISTORIA DE LOS IMPUESTOS AL CONSUMO EN CHILE DESDE


1920 Y AL VALOR AGREGADO

Esteban Escalona Caba

Magister (c) en Tributación,


Universidad de Chile.
Contador Público y Auditor.
Profesor Escuela de Contadores
Auditores de Santiago (ECAS).

RESUMEN

En diciembre de este año, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) cumple cuarenta años
desde su establecimiento en Chile. La decisión de implementarlo no fue un hecho
espontáneo que nació en la primera mitad de la década de los setenta; muy por el
contrario, su origen es el resultado de un largo proceso evolutivo iniciado en 1920, en
el cual intervinieron agentes económicos, culturales y sociales, tanto externos como
internos. Todos ellos fueron estructurando un sistema tributario que, durante gran parte
de su historia, privilegió aspectos recaudatorios por sobre otras consideraciones más
fundamentales o principios básicos de amplia aceptación para un sistema impositivo,
como son la simplicidad, eficiencia y equidad, hasta llegar a nuestra actual legislación.

A diferencia de otros impuestos, el Impuesto al Valor Agregado, no ha sufrido (desde


su publicación en el año 1974) grandes cambios. Los principales o más significativos,
se efectuaron en el año 1976, con la integración de los servicios al sistema del
impuesto al valor agregado y la eliminación de la larga lista de exenciones; entre otras,
a los bienes de los sectores primarios como agricultura, ganadería, caza, pesca y
minería, y personales. En el año 1987 ocurre una nueva gran modificación, al
integrarse a este sistema, la actividad de la construcción mediante la publicación de la
Ley Nº18.630.

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1.- INTRODUCCIÓN

Para encontrar algún antecedente histórico relativo a un tributo al consumo en Chile,


nos tendremos que remontar algunos siglos atrás, hasta la época colonial, donde la
“alcabala” (impuesto al consumo de origen español establecido en América en 1558 y
en Chile mediante la Real Cédula de 1591 1), gravaba la venta y permuta de bienes
raíces y muebles, venta de minas y fragmentos de buques y que se mantuvo vigente en
nuestro país, hasta mediados del siglo XIX.

También tenemos el impuesto de “Timbres, estampillas y papel sellado” (1874), que


establecía un “impuesto a los contratos de venta o enajenación de bienes muebles” y
que se mantuvo sin grandes modificaciones hasta 1921.

Posterior a la guerra del pacífico (1879), los ingresos fiscales se sustentaron en los
generosos impuestos del comercio internacional, como la exportación del salitre
(respecto del que Chile mantenía un absoluto monopolio). Ello generó gran estabilidad
en materia económica, permitiendo que el Estado se relajara en su intención de cobrar
mayores impuestos al consumo interno o renta a las personas. Los gobiernos de aquella
época (José Manuel Balmaceda y Jorge Montt), tuvieron los suficientes recursos para
llevar a cabo importantes obras, como la construcción de la línea férrea desde Iquique
hasta Puerto Montt, construcción de alcantarillados, dotación de agua potable y
pavimentación de calles. Esto generó además el consecuente incremento del número de
funcionarios públicos. Sin embargo, durante los primeros años del siglo XX, algunos
abogados ya realizaban críticos análisis sobre la fragilidad de basar los ingresos
fiscales en la producción del salitre. Incluso algunos propusieron restablecer la
contribución de Alcabala2, mientras que otros proponían mejorar el control de los
impuestos al tabaco y los alcoholes, como también crear impuestos para el consumo de
naipes, fósforos y bebidas artificiales. El abogado, Arturo Covarrubias Valdés, escribía
en 1906 lo siguiente:

“Pero es obra de previsión buscar desde luego rentas que reemplacen a las
entradas del salitre. Opiniones autorizadas han predicho el próximo

1Una vez terminada la Colonia, se continúa con este impuesto. El 17 de marzo de 1835 se
determina el momento de la contribución y los casos en que se aplica la alcabala, donde su
artículo 2° dice: “El derecho de alcabala será de un cuatro por ciento en los fundos rústicos i
urbanos de un tres por ciento en los sitios eriales i de un dos por ciento en las minas y busques”
(Arrizaga Rogel, Aníbal. “Conveniencia de restablecer la contribución de alcabala”. Santiago,
1915).
2Rogel Arrizaga, Anibal “Conveniencia de restablecer la contribución de alcabala”, Santiago,
1915, pág. 19. Biblioteca del Congreso Nacional.

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agotamiento de las salitreras. No será cuestión de veinte o cuarenta años,


pero puede serlo de un siglo. Más aún, puede ser cuestión de días si la
química industrial, que avanza a pasos ajigantados en la conquista de la
materia, llega a descubrir un sustituto de nitrato de soda, i un procedimiento
para obtener industrialmente, a bajo precio, el valioso abono que hoi
miramos como base de nuestro bienestar económico3”

Cual certero vaticinio, esta situación de bonanza económica basada en el salitre,


comienza su decadencia en 1913, con el inicio de la comercialización del salitre
sintético, descubierto un par de años antes por el químico alemán Fritz Haber. Es sólo
entonces que el Estado se ve en la necesidad de buscar recursos a través de los
impuestos internos4.

En el cuadro siguiente se puede observar la importancia que los impuestos generados


en comercio internacional, tuvieron para las arcas fiscales hasta el año 1924. Por
ejemplo, en el año 1883, estos generaban más de 65% de los ingresos que percibía el
estado por concepto de impuestos, cifra que disminuye drásticamente en el año 1947,
cuando las exportaciones del salitre eran mínimas y el sistema de impuesto a las
compraventas se comenzaba a consolidar.

Principales ingresos tributarios 1883-1947

Tipo de Ingreso 1883 1914 1924 1930 1940 1947

Importaciones 43,4% 38,4% 39,8% 34,6% 41,6% 19,1%

Exportaciones 25,1% 26,2% 27,4% 16,4% 0,4% 0,2%

Internos 12,2% 12,1 17,8% 36,7% 37% 55,5%

Otras Entradas 19,3% 23,3 15,0% 12,3% 20,4% 25,2%


Fuente: Sistema Tributario chileno, Oficina de Estudios Tributarios SII. Santiago, 1974.

La ley de “timbres, estampillas y papel sellado”, soporta sucesivos cambios menores


en los años 1909 (Ley N°2.219); 1910 (Ley N°2.288); 1911 (Ley N°2.476); 1912 (Ley

3Covarrubias Valdés, Arturo “Impuesto sobre el Tabaco” (Santiago, 1906), Pág. 5. Biblioteca
del Congreso Nacional.
4En esa época existían muy pocos impuestos de consumo, como el impuesto a la producción de
alcoholes; impuesto al tabaco y las barajas; impuesto a las entradas de circos, hipódromos y
teatros; timbres y estampillas.

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N°2.640) y en 1919 (Ley N° 3.482). En todas ellas, sin embargo, para que se hiciera
efectivo su devengamiento, la operación debía constar en un contrato. Ello fue
modificado gracias a la publicación de la Ley N°3.733 del 23 de febrero de 1921, que
ya no exigía la existencia de un contrato, sino que se aplicaba “a las compraventas
comerciales”, ampliando considerablemente el campo de imposición al agregar los
actos de comercio. He ahí su importancia histórica, pues al obviar el contrato para su
devengamiento, se puede considerar como un verdadero impuesto a las ventas de
índole general.

Esta ley también sufre una serie de modificaciones (principalmente en sus tasas y
exenciones), siendo la principal la del año 1956, fecha en que se publica la Ley
N°12.120 sobre impuesto a las compraventas y otras convenciones, la que sin
embargo, seguía manteniendo ese nocivo efecto de cascada y grandes exenciones. El
efecto de cascada, se produce cuando el impuesto no puede ser deducido o recuperado
por el comprador que participa en la cadena productiva, razón por la cual forma parte
del costo del producto y de la base imponible en cada transacción (gravando impuesto
sobre impuesto) hasta llegar al consumidor final.

Nuevamente vienen más modificaciones en tasas y exenciones, siendo la más


importante la incorporación del impuesto de cifras de negocios en el año 1966 (Ley
N°16.466) y el término del efecto de cascada en el año 1972 (Ley N°17.828) que
derivó finalmente, en el cambio por el sistema del Impuesto al Valor Agregado en el
año 1974 (D.L. N° 825). Este proceso termina en el año 1976, con la eliminación de
las principales exenciones (como a los libros y revistas y otras especies de consumo
primario) e inclusión del hecho gravado de los servicios 5. La eliminación del impuesto
de compraventas, a juicio de Hernán Cheyre, era completamente necesario pues “el
sistema tributario era ineficaz como herramienta para distribuir recursos, pues se
había desvirtuado a través de una amplia gama de franquicias, exenciones y
tratamientos especiales.” 6 Todas estas modificaciones estuvieron principalmente
orientadas a centrar en el mercado la responsabilidad de asignar los recursos en la
economía.

5Cabe destacar, eso sí, que en el año 1987 mediante la publicación de la Ley N°18.630, el
Impuesto a las Ventas y Servicios (D.L. N° 825) sufre otro gran cambio al incluir como hecho
gravado básico, la venta de bienes corporales inmuebles construidos total o parcialmente por una
empresa constructora o por un tercero para ella.
6Cheyre, Hernán:” Análisis de las Reformas Tributarias en la década 1974-1983”. Centro de
Estudios Públicos, Chile, 1986, pág. 1.

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2.- ANALISIS DETALLADO DE LA EVOLUCIÓN DEL IMPUESTO7.

2.1.- Etapa de 1921 a 1954. Nace el impuesto a las compraventas.


La Ley Nº 3.733 del 23 de febrero de 1921, sobre “Timbres, estampillas y papel
sellado”, en su artículo 7 N° 59 agregó como hecho gravado las "compra-ventas
comerciales" con un impuesto de 10 centavos por cada cien pesos. Esta modificación
realizada en el Senado, buscó eliminar la formalidad del contrato por escrito e incluyó
los actos de comercio, lo cual le dio una mayor flexibilidad al impuesto, siendo
considerado de esta forma como un verdadero impuesto a las ventas. El impuesto debía
ser pagado mediante estampillas8 inutilizadas cada día en el libro diario o por abonos
en la Tesorería respectiva dentro de los cinco días siguientes al término de cada
trimestre, o en su defecto, podía ser sustituido por el uso de papel sellado o timbre fijo
de valor equivalente (Artículo 12). El impuesto gravaba todas las transferencias de
especies efectuada en cada etapa de la cadena de comercialización, generando un
efecto de cascada.

Posterior a su promulgación, este impuesto sufrió una serie de modificaciones en sus


tasas, formas de pago y exenciones, entre otras; estas son las siguientes:

D.L. Nº 350 del 17/03/1925, que modifica la forma de pago del impuesto, disponiendo
que se pagara en estampillas si el monto de impuesto no excedía de $50 al mes o
dentro de los cinco primeros días del mes siguiente9. La Ley Nº 4.322 del 15/02/1928,
fijó un impuesto mínimo de $3 mensuales y que más tarde, mediante el artículo 4 del
D.F.L. Nº 119, del 30/04/1931, se elevaría a $6 mensuales, además de aumentar el
impuesto a las compraventas a 20 centavos por cada cien pesos. La Ley Nº 5.154 del
10/04/1933, nuevamente modificó las tasas, siendo en ese mismo año una de las
primeras grandes modificaciones, ya que mediante la publicación de la Ley Nº 5.277,
el día 30 de septiembre de 1933, y se agregaron las primeras exenciones masivas al
artículo 8 de la Ley N° 5.194:

7En ANEXO adjunto al presente estudio, se incluye línea de tiempo sobre historia de los
impuestos al consumo y el IVA.
8Impuesto al Timbre: Se controlaba mediante la utilización del papel sellado o estampillas
fiscales. El pago del gravamen se configuraba con la adquisición de estampillas que eran fijadas
y canceladas mediante un sello adherido a los contratos documentos, o facturas que
representaban el hecho generador del tributo.
9“Manual práctico al día EDIAR” impuesto a las compraventas Ley Nº 12.120. Contable Chilena
Editores. Pág.4. Año 1975.

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"La venta de artículos de primera necesidad hecha por comerciantes que solo
vendan al consumidor y que únicamente trafiquen en dichos artículos..."

Esta exención, que se hace efectiva en la etapa final de la cadena, es aplicable a


productos considerados de primera necesidad, y que la propia ley señala; tales como:
harina, pan, trigo, frejoles, yerba mate, sal, pescados, entre otros.

En el año 1934, mediante la dictación de la Ley Nº5.434, se fija el texto definitivo de


la ley de timbres, estampillas y papel sellado, se refunde todas las disposiciones y se
agregan nuevas exenciones, entre ellas a las “compraventas de ejemplares de diarios y
periódicos” (Art.8 Nro.20). Sin embargo, esta ley queda derogada dos años más tarde,
mediante la publicación de la Ley N° 5.786 (02/01/1936), y que fue, hasta esa fecha,
la primera gran transformación al sistema tributario, estableciendo un impuesto
“a la internación, producción y cifra de negocios”. Con esta modificación quedaron
gravados el importador (Artículo 1°) y productor (Artículo 2°) con una tasa del 5% y
los servicios o cifra de negocios 10 (Artículo 4°), con tasa del 1,5% de la suma perciba
por el servicio. Además en el artículo 10° se restringió las exenciones a ciertos
productos de primera necesidad, y se agregó la exención a los “libros, diarios, revistas
y papel de imprenta destinado exclusivamente a la impresión de diarios o revistas”
(letra e, del artículo10). Esta ley es un cambio importante, ya que no grava todas las
etapas, sino que solamente a los fabricantes, industriales o proveedores, por los bienes
que ellos hubieren producido, elaborado o transformado, como también a los
importadores.

La Ley Nº5.786 sufrió pequeñas modificaciones posteriores mediante otros cuerpos


legales, como la Ley Nº 5.991 del 18 de enero de 1937; la Ley Nº6.773 del 05 de
diciembre de 1940; la Ley Nº6.915 del 29 de abril de 1941, todas las que
posteriormente fueron refundidas mediante la dictación del D.S. Nº 2.722 del
18/08/1943, que fijó el texto actualizado de la “ley sobre impuesto a la internación,
a la producción y a la cifra de negocios”. Este impuesto recaía sobre la transferencia
hecha por los fabricantes, industriales o proveedores de las especies por ellos
producida, elaborada o transformada, pero con una tasa muy superior, del 23%. Este
impuesto se mantuvo vigente hasta el año 1954, en que se publica la primera ley
sobre impuesto a las compraventas, establecida en la Ley Nº 11.575, y que a la
postre, sería el inicio de nuestro actual sistema impositivo.

La Ley Nº 11.575 del 14 de agosto de 1954, se promulgó durante el gobierno del


presidente Carlos Ibáñez del Campo, y llegó a remplazar el ineficiente impuesto a la

10Gravaba a las personas naturales o jurídicas que por razones de negocios, prestasen servicios
de cualquier especie recibiendo por ello un pago.

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producción, establecido en el Decreto Supremo Nº2.722. Este impuesto a las


compraventas, se originó con la idea de que fuera una herramienta para enfrentar el
agudo desfinanciamiento del Estado11. El mensaje presidencial enviado el día 09 de
marzo de 1954, en la 65ª sesión extraordinaria del Congreso Nacional, reconoce que el
impuesto existente no había sido capaz de ajustarse a la realidad económica e
inflacionaria del país, además de recargar el gravamen sobre aquellos sectores de fácil
control “planteándose así la paradoja de que la imposibilidad de localizar a los malos
ciudadanos que burlan los impuestos, obliga a aumentar el peso a los contribuyentes
que cumplen con el Estado y el país”. También el mensaje presidencial hace mención
al efecto de cascada: “el objetivo principal que se persigue al plantear estas
modificaciones, es hacer menos oneroso el gravamen para el consumidor. Como ya se
expresó, el Impuesto de Producción al repetirse aumenta el precio de los artículos, sin
que siempre se traduzca en un mayor rendimiento del impuesto…”

Las principales modificaciones se enfocaron en cambiar la tasa por una general del 6%
para la primera venta efectuada por fabricantes, industriales o proveedores de los
artículos que hubieren producido, elaborado o transformado y una tasa del 3% para las
ventas posteriores de tales objetos en sus sucesivas etapas de comercialización.
Además se creó una tasa especial del 10%, para las especies calificadas como
suntuarias. Se comenzó a gravar todas las etapas de comercialización de los bienes
afectos al tributo, produciendo un fuerte efecto en los costos, volviéndose de esta
forma, desde el punto de vista de la extensión del área imponible del impuesto, al
antiguo sistema de la Ley de timbres y estampillas del año 192112, y contrario a lo
propuesto en el mensaje presidencial, se agudizó el efecto de cascada. Respecto a las
exenciones, la Ley N°11.575, amplió considerablemente la nómina de artículos de
primera necesidad o de consumo habitual como fideos, sémola, fécula de maíz
(maicena); porotos, lentejas, garbanzos, arvejas, pan, leche, sea en estado natural,
desecada, condensada, pasteurizada, evaporada o en polvo; frutas y verduras frescas;
medicina y algodón para usos medicinales, drogas, especialidades farmacéuticas y
antibióticos, entre otros. Una de las mejoras que significaron un adelanto de lo que son
nuestras actuales normas, es el considerable acortamiento del plazo de pago del
impuesto establecido en la anterior ley de 90 días, a tan solo dentro de los primeros 15
días de cada mes. Además estableció la obligatoriedad a los minoristas de emitir
comprobantes por todas las operaciones no inferiores a cincuenta pesos, siendo
sancionado su incumplimiento con multas, incluso clausura de hasta por treinta días.

11Oficina de estudios Tributarios, Informe de la Oficina de estudios Tributarios, Análisis


evaluación alternativas de reforma, 1960, Santiago, pág. 469.
12Manual práctico al día EDIAR” impuesto a las compraventas Ley Nº 12.120, contable chilena
editores. Pág.7. Año 1975.

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Todas estas modificaciones construirían los cimientos de la ley Nº 12.120 que estaría
en vigencia por casi dos décadas, hasta la publicación del Decreto Ley Nº 825 en
diciembre del año 1974.

2.2.- Etapa de 1956 a 1971. Instauración de los primeros conceptos modernos


del impuesto.

2.2.1.- Ley Nº 12.120 del 30 de octubre de 195613.


Esta ley que duró hasta el año 1974, mantuvo los aspectos básicos de la anterior ley
publicada en 1954; sin embargo, desde el punto de vista jurídico, su dictación
estableció las primeras bases de nuestra actual legislación al ampliar el ámbito de
aplicación del tributo y definir un ordenamiento del concepto “hecho gravado”, como
también a los restantes elementos del tributo, al darle mayor precisión a su definición:

“Artículo 1.- Las compraventas, permutas o cualquiera otra convención a


título oneroso que sirva para transferir el dominio de bienes corporales
muebles, de una cuota de dominio sobre dichos bienes o de derechos reales
constituidos sobre ellos, sea cual fuere su naturaleza, pagarán un impuesto
del 24% sobre el precio o valor en que se enajenen las especies respectivas,
cuando el vendedor o tradente sea el productor de los bienes…”

Como se puede observar, además de la compraventa de bienes corporales muebles, que


era el único título traslaticio gravado en la ley anterior, el artículo 1° de la Ley Nº
12.120, dejó gravada las permutas, disposición que extendió el campo de imposición,
ya que el gravamen pasó a aplicarse a todas las convenciones, nominadas o no, que
sirvieran para transferir el dominio de bienes corporales muebles. Se gravaron las
devoluciones de aportes y las adjudicaciones de bienes corporales muebles 14, o de
derechos reales constituidos sobre ellos y se incluyó dentro del campo de aplicación
del tributo, a las convenciones celebradas en el extranjero en el caso de que versaren
sobre bienes situados en Chile.

13El 18 de agosto de 1956 se publicó en el Diario Oficial, la Ley N° 12.084, cuyo artículo 1° fijó
el texto de la ley de impuesto a las compraventas y otras convenciones independizándolo del
Decreto Supremo N° 2.722. El artículo 7° de la Ley N° 12.084, facultó al Presidente de la
República para “publicar el referido texto en forma independiente dándole numeración de ley”,
lo que se hizo en el Diario Oficial el día 30 de octubre de 1956, correspondiéndole el N° 12.120.
14Actualmente se encuentran establecidas en el Artículo 8 de la Ley sobre Impuesto a las Ventas
y Servicios.

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Respecto a las tasas, se aumentó el número de especies de carácter suntuario


(automóviles, y station wagons, receptores de Tv, equipos de aire acondicionado de
uso no industrial, entre otros15) manteniendo la tasa del 10%. Se mantuvo además la
tasa general del 3% que afectaba la primera venta efectuada por los fabricantes o
industriales. Se establecieron tasas especiales, del 5% y 10% según los casos, para los
consumos efectuados en fuentes de soda, restaurantes, bares y otros negocios similares,
aplicables a todos los productos que se vendieren en dichos establecimientos, aunque
se tratare de especies declaradas exentas expresamente del impuesto en otras
disposiciones de la ley. Se crearon tasas diferenciadas para la gasolina, kerosene y
otros hidrocarburos, estableciendo para estos productos una modalidad especial de
tributación conforme con la cual se hizo recaer en las empresas distribuidoras,
productores o importadores la obligación de retener y enterar en arcas fiscales el
impuesto calculado sobre un precio único de venta.

Respecto a las exenciones, el artículo 18 de la Ley Nº 12.120, nuevamente amplió la


nómina de productos de consumo básico, como el agua potable, arroz, cebollas,
cuadernos y textos escolares, escobas, medicamentos, libros, textos y cuadernos
escolares, diarios y revistas destinados a la lectura, jabón y escobillas para lavar ropa,
leña y carbón vegetal, mariscos, entre las más de setenta especies incluidas, además de
exenciones a ciertos productos en las provincias de Chiloé, Tarapacá, Antofagasta y
Atacama. Otra exención importante fue la del suministro de comidas efectuado al
personal de establecimientos industriales o comerciales durante las jornadas de trabajo.
Se eximió a las cooperativas de consumo del 50% del impuesto en las operaciones de
distribución que realizaren con sus socios.

Sobre la administración del impuesto, se generaron mecanismos de fiscalización que


permitieron mejorar el control de los impuestos, como el cambio de sujeto 16 (Art. 20)
llevar libros auxiliares de ventas y la tasación de las operaciones, normas que se
mantienen hasta nuestros días. Se creó un registro obligatorio (Art. 37) para todos los
contribuyentes afectos al gravamen, al cual debían inscribirse dentro de los dos meses
siguientes a la fecha en que inicien sus operaciones o actividades gravadas. Además se
facultó al Servicio de Impuestos Internos para tasar los precios o valores de las
especies afectas cuando, a su juicio, el precio convenido o fijado a las especies
contratadas fuere notoriamente inferior al corriente en plaza para las mismas especies
(Art. 55°) y se prohibió a los notarios y demás ministros de fe autorizar instrumento
15De acuerdo con los patrones de consumo vigentes a la época, dichos bienes eran normalmente
adquiridos sólo por grupos sociales de más altos ingresos.
16Esta sería la primera referencia de la ley sobre el establecimiento del cambio de sujeto. (N.A)
Actualmente se encuentra establecido en el art.3 de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y
Servicios.

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alguno que deje constancia de contratos afectos a los impuestos de la ley sin exigir
previamente el recibo de pago de la contribución respectiva.

Sin embargo, los sucesivos cambios que buscaban mejorar la recaudación fiscal, y que
fueron realizados hasta el año 1974 (año en que se instauró el IVA en Chile), no
lograron el efecto esperado. Ello ocurrió por las excesivas exenciones y franquicias,
que buscaban la progresividad del sistema mediante la eliminación del gravamen a
todos los productos básicos y que en la práctica solamente complejizaron los procesos
de fiscalización y funcionamiento de la recaudación sobre los hechos y bienes
gravados.17 Otro punto en contra, era el efecto de cascada el cual afectaba los precios
de los productos, en mayor cuantía, para aquellos con procesos más largos o mayores
etapas hasta llegar al consumidor final. El efecto de cascada fue eliminado en el año
1972, mediante la publicación de la Ley Nº 17.828, que eliminó el sistema plurifásico
de la Ley Nº 12.120, por un tributo dual que gravaba solamente dos etapas de
comercialización: la primera efectuada por el productor o importador, y la venta al
consumidor o usuario final, con tasas del 17,5% y 4%, respectivamente.

2.2.2.- Modificaciones posteriores a la Ley Nº 12.120. (Entre 1957 a 1965)


Entre los años 1957 a 1965 se realizaron una serie de cambios a la Ley N°12.120 que
buscaron modificar el hecho gravado, aumentar tasas, entre otras modificaciones. Sin
embargo, no fue hasta el año 1966, en el que se realizaron cambios importantes,
incorporando a la ley los servicios y ampliando el hecho gravado a “los contratos y
convenciones”.

A continuación se señalan las modificaciones antes aludidas:

i. Año 1957, las Leyes Nº 12.428 y Nº 12.434, elevaron la tasa general del
impuesto, desde el 3% a un 4% y luego a un 15%.
ii. Año 1958, la Ley N° 12.861, hizo aplicable el impuesto de la Ley Nº 12.120 a
las tintorerías industriales y al arreglo o reparación de calzado y ropa usados.
La Ley N° 12.954, elevó las tasas del impuesto a la gasolina y otros productos
derivados del petróleo.
iii. Año 1959, se realizó una sola modificación mediante la Ley N° 13.305, que
entre otras, estableció una tasa especial del 1% para las transferencias de
ganado, aves, trigo y otras especies, derogó la tasa especial del 40%
establecida en la primera transferencia de artículos de tocador y se
restringieron las exenciones del artículo 22 de la Ley Nº 12.120.

17Cheyre, Hernán: “Análisis de las Reformas Tributarias en la década 1974-1983”. Centro de


Estudios Públicos, Chile, 1986, pp. 8.

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iv. Año 1960, el D.F.L N° 249, hizo extensivo el impuesto de compraventas a las
estamperías industriales y a las reparaciones de cosas corporales muebles y
suprimió la tasa especial del 15% creada por la Ley N° 12.428, para las
champañas, vinos y licores expendidos en restaurantes y otros
establecimientos. El D.F.L N° 260 del 04 de abril, redujo los tributos que
gravaban al gas y energía eléctrica, mientras que la Ley N° 14.171 del 26 de
octubre, agregó a la Ley N° 12.120 el artículo 3°Bis, el cual estableció un
impuesto del 15% a la primera transferencia de bebidas analcohólicas y aguas
minerales, agregando además el artículo 11°Bis que establecía una presunción
de ventas mínimas.
v. Año 1961, se publicaron las Leyes N° 14.572 y N° 14.634, que establecieron
un impuesto especial al gas licuado de petróleo y modificación a la
presunción de impuesto mínimo, respectivamente.
vi. Año 1963, las Leyes N° 15.248, N° 15.263 y N° 15.386, establecieron
aumentos en las tasas, como de las bebidas alcohólicas a un 25%, la tasa
general del impuesto de compraventas a un 6% y un 18% la tasa aplicable a
los artículos suntuarios, mientras que la Ley N° 15.386, estableció un recargo
de un 20% a las tasas del 1%, 2% y 25%, las que quedaron en 1,2%, 2,4% y
30%, respectivamente, como también aumentó a un 14,4% y 0,6% las tasas
del impuesto especial al gas licuado.
vii. Año 1964, se publicó la Ley N° 15.478, que alzó a un 12% la tasa aplicada a
los productos vendidos en restaurantes, bares, tabernas, cantinas, clubes
sociales, y negocios similares, como cabaret, boite y quintas de recreo. La
Ley N° 15.561 publicada el día 4 de febrero, estableció que las cooperativas
debían pagar el impuesto establecido en el inciso penúltimo del artículo 1° de
la ley N° 12.120 de 1956. Ley N° 15.564 publicada el 14 de febrero, derogó a
partir del 01 de marzo de ese mismo año, el impuesto mínimo a las
compraventas. Finalmente la Ley N° 15.575 publicada el 15 de mayo, dejó
afecta a impuesto la enajenación de establecimientos de comercio y fijo una
tasa de 18% para las transferencias de champañas, sidras y licores vendidos
en locales de primera clase, además de crear una tasa del 10% y 8% para
transferencias de vinos.
viii. Año 1965, la Ley N° 16.250, publicada el día 21 de abril, dejó gravado con el
impuesto de compraventas, con tasa del 12% a los productos que
anteriormente estaban afectos al impuesto adicional de azúcar, además de
elevar el mínimo para emitir boleta, pasando de E° 0,20 a un 1% del sueldo
vital, escala A) del departamento de Santiago.

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2.2.3.- Ley Nº 16.466 del 29 de abril 1966.-


Esta ley vino a remplazar el texto completo de la Ley N° 12.120 de 1956, eso sí,
manteniendo el mismo número, e introdujo un importante cambio a las compraventas,
al introducir el impuesto de cifra de negocios, contenido hasta entonces en el D.S.
N°2.772 de 1943 y que pasó a llamarse como “impuesto a los servicios”, el cual
seguía manteniendo su individualidad propia como un gravamen independiente del de
compraventas en el Título II denominado “De los servicios, negocios y prestaciones
afectas a impuesto”.

Respecto a las compraventas, esta ley no introdujo mayores modificaciones al hecho


gravado del impuesto, manteniéndose en general, de igual forma que la Ley Nº 12.120
de 1956. Quizás el más importante es el establecimiento del impuesto de compraventas
en los contratos de confección o instalación de especialidades que adhieren a un bien
raíz, y cuya imposición no aparecería claramente establecida bajo la ley anterior. En
igual situación quedaron las adjudicaciones y devoluciones de aportes efectuadas en
liquidaciones de sociedades y comunidades. Respecto a las tasas, además de la tasa
general del 6%, se establecieron tasas especiales a las compraventas de ciertas
especies, como del 12% para los receptores de radio, prismáticos, artículos de tocador.
Además se estableció una tasa del 20%, para especies como joyas, piedras preciosas o
pianolas. El artículo 4° dejó gravadas las primeras ventas u otras convenciones que
versen sobre determinados artículos con tasas del 60% (barajas), Aguas minerales
(35%), Neumáticos de fabricación nacional 18% o piscos 6%, entre otros artículos
detallados.

Posterior a la publicación de la Ley N°16.466 (que se mantuvo con el número de Ley


N° 12.120 pero de 1966), se realizaron una serie de modificaciones, que como había
sido la costumbre, se limitaron principalmente en cambiar tasas, agregar nuevas
exenciones. Además se estableció el impuesto único e impuesto adicional a la
compraventa de diferentes bienes y servicios, se gravaron nuevas operaciones como
los ingresos obtenidos por los canales de televisión, hasta llegar al año 1972 cuando se
termina nuevamente con el impuesto en cascada de la Ley N° 12.120. Las leyes
mencionadas durante este período son:

i. Año 1967, la Ley N° 16.617 publicada el día 31 de enero, subió del 6% a un


7% la tasa general del impuesto. Ley N° 16.640 publicada el día 28 de julio,
estableció exenciones del impuesto a las compraventas de maquinarias,
insumos agrícolas y abonos nacionales cuando el productor actúe como
vendedor o tradente.
ii. Año 1968, la Ley N° 16.480 publicada el día 24 de mayo, realizó una nueva
modificación a la tasa general estableciéndola en un 8%. Se agregó un nuevo

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inciso al artículo 2°, al someter al impuesto de compraventas los contratos de


mandato celebrados entre el productor o mayorista y el comerciante
encargado de vender directamente al consumidor; se establecieron una serie
de formalidades respecto de mandatos para la venta, permuta, consignación o
transferencia a cualquier título de vehículos motorizados, haciendo
solidariamente responsable del pago del impuesto de compraventas al
vendedor y al comerciante que intervengan en el respectivo contrato. El
Decreto de Hacienda N° 949, del 30 de mayo, estableció un impuesto
especial para la primera compra o adquisición de televisores nuevos. El
Decreto de Hacienda N° 954 del 30 de mayo, estableció un impuesto único
de compraventa sobre la primera transferencia de automóviles y otros
vehículos motorizados armados en Chile. El Decreto de Hacienda N° 1068
del 08 junio, estableció un impuesto de compraventa que afectaba la primera
transferencia de cemento, agregando una nueva letra al artículo 4° de la ley.
Ley N° 17.073 del 31 de diciembre, estableció la exención del impuesto de
compraventas, las transferencias realizadas entre industriales establecidos en
el departamento de Arica.
iii. Año 1969, Ley N° 17.254 del 10 de diciembre, gravó con el impuesto a los
servicios, los ingresos percibidos por los concesionarios de los canales de
televisión y a las empresas exhibidoras cinematográficas por concepto de
avisos y propaganda comercial. Ley N° 17.267 del 23 de diciembre, además
de modificar algunas tasas, estableció un impuesto único del 27% a las ventas
de gas licuado de petróleo efectuada por empresas productoras. La Ley N°
17.272 del 31 diciembre, dejó afecta con una tasa adicional del 4,6%, la
primera transferencia de automóviles y otros vehículos motorizados nuevos,
con excepción de los camiones y camionetas.
iv. Año 1970, la Ley N° 17.363 del 02 de octubre, estableció exención del
impuesto de compraventas para las frutas deshidratadas y para todas las
ventas u otras convenciones que sirvan para transferir el dominio que versen
sobre aguas termales o sus productos o subproductos. También incluyó una
exención a los servicios termales por los ingresos percibidos de la actividad
hotelera, termal y crenoterápica. Ley N° 17.393 del 03 de diciembre,
estableció una exención del impuesto a los servicios, a las inserciones o
avisos que se publiquen o difundan en relación con el derecho a respuesta,
tratándose de abusos de publicidad. Además se estableció un impuesto
adicional del 4% respecto de los ingresos percibidos por empresas
radioemisoras, periodísticas, televisión, cinematográficas y otras, por
concepto de avisos y propaganda que difundan.
v. Año 1971, con la Ley N° 17.404 del 09 de febrero, se modificaron tasas del
impuesto a las compraventas que afectaba a la venta de máquinas fotográficas

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y filmadoras. La Ley N° 17.416 del 09 de marzo, gravó con el tributo de


compraventas las entregas de bienes corporales muebles que los partícipes de
una asociación o cuentas en participación hagan al gestor de la misma, se
hicieron otras modificaciones, como a la tasa adicional de la primera
transferencia de automóviles y otros vehículos motorizados nuevos, que se
subió a un 7,6%. La Ley N° 17.457 del 23 de julio, realizó aumentos de tasas.
D.F.L N° 5 del 01 de octubre, refundió los diversos impuestos que afectaban
a las sucesivas transferencias del vino, dejando exenta del impuesto a las
compraventa. El D.F.L N° 6 del 14 de octubre, refundió los diversos
impuestos que afectaban a las sucesivas transferencias de la cerveza,
dejándola exenta del impuesto a las compraventa. D.F.L. N° 7 del 14 de
octubre, refundió los diversos impuestos que afectaban a las sucesivas etapas
de comercialización de los fósforos, dejándolo afecto a un tributo único de
compraventa con tasa del 12%, aplicado en la venta al público. D.F.L N° 8
del 14 de octubre, refundió los diversos impuestos que afectaban a las
sucesivas transferencias de las bebidas analcohólicas, dejándolo afecto a un
tributo único de compraventa con tasa del 35%, aplicado sobre el precio de
venta al público. D.F.L N° 9 del 14 de octubre, refundió las diversas tasas que
afectaban a los helados y el café soluble, en sus sucesivas etapas de
comercialización, fijando tasas únicas afectas al público del 21% para los
helados y 13,5% para el café. El D.F.L N°10 del 14 de octubre, refundió las
diversas tasas que afectaban a las sucesivas etapas de comercialización de los
neumáticos de fabricación nacional en un tributo único de compraventa con
tasa del 21% aplicable a la venta al público.

2.3.- Etapa de 1972 a 1974. Término del efecto cascada y preparación para
instaurar definitivamente el Impuesto al Valor Agregado en Chile.
Los cambios efectuados durante los años 1972 a 1974, fueron el resultado de diferentes
estudios realizados por el Servicio de Impuestos Internos y asesores internacionales,
entre los cuales se cuenta al profesor John Due (Universidad de Harvard). Entre los
defectos más sobresalientes del impuesto a las compraventas, se encontraba su
compleja estructura de tasas y sobretasas especiales, con más de cuarenta alícuotas
diferentes, y el nocivo efecto de cascada. Los estudios determinaron que este efecto
incentivaba la integración vertical de las empresas, ya que de esa forma evitaban los
altos costos que les significaban soportar el impuesto a las compraventas y, que a la
postre, ese incentivo solo terminaría perjudicando la productividad de las empresas
nacionales, desalentando además su especialización. Otro de los defectos del efecto
“en cascada” era la desigualdad, ya que el beneficio de la integración vertical para
abaratar costos, era un mecanismo que, por sus complejidades administrativas,

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

jurídicas y económicas, prácticamente estaba completamente vedado para las empresas


más pequeñas. Por otra parte, lo complejo de este sistema, hacía que se incentivara la
evasión fiscal18 mediante la utilización de los comisionistas intermediarios, para así
saltarse las sucesivas etapas de comercialización, existiendo una evasión de más del
45%. Sin embargo, se siguieron manteniendo la gran cantidad de exenciones,
tratamientos especiales y franquicias, que según Felipe Lamarca 19, eran más de 108,
además de las que existían repartidas en otros 173 cuerpos legales distintos.

Año 1972, se realizó la principal modificación mediante la Ley N° 17.828 del 08 de


noviembre20, que introdujo fundamentales modificaciones al impuesto de
compraventa al sustituir el impuesto “en cascada” por un nuevo sistema en el cual
el impuesto pasó a gravar sólo dos de las etapas de comercialización de los productos,
cuya finalidad era gravar a los consumidores finales con una tasa total del 21,5%: la
primera venta efectuada por los productores o importadores con una tasa del 17,5% y
la venta final con tasa del 4%, efectuada al consumidor o usuario. Si el productor o
importador vendía directamente al consumidor final, dejaba gravada las ventas con la
tasa de 21,5%. De esta forma, sea cual fuese la forma en que se hubiese distribuido la
mercadería (independiente de las etapas de la cadena), ésta llegaba al público
recargada con un impuesto final de 21,5%. La idea era reestructurar el sistema
derivando el impuesto hacia uno de producción. Anterior a ella, la Ley N° 17.654 del
12 de mayo, fijó una tasa del 22% para la venta al público a la primera transferencia
de productos de chocolatería, además de una tasa adicional del 14% para las pinturas,
entre otras modificaciones de tasas. Además, el día 7 de noviembre se realizaron
diferentes modificaciones que buscaban refundir diversos impuestos a ciertas especies,
tal y cual lo venía haciendo desde el año anterior, con la finalidad de reducir la gran
cantidad de tasas existentes hasta esa fecha y así comenzar a “sanear” el sistema
tributario. Con este objetivo se publicaron las siguientes: D.F.L N° 7, que refundió
tasas de los artículos de tocador; D.F.L N° 9, que refundió tasas de los discos
fonográficos; D.F.L N° 11, que refundió tasas de las radioelectrolas y receptores de
radio; D.F.L N° 12, que refundió tasas de los artículos de fantasía; D.F.L N° 13, que
refundió tasas de los equipos de aire acondicionado, refrigeradores importados,
máquinas fotográficas, entre otras especies: D.F.L N° 14, que refundió dentro de la

18
Marcel (1986) señala que la evasión del impuesto a las compraventas, predecesor del IVA, era
“sumamente elevada”, citando para ello trabajos que arrojaban valores estimados “fluctuando
entre un 40% y hasta un 80% de evasión”.
19Lamarca, Felipe: “Evolución y perspectivas del sistema tributario en Chile” Documentos serie
Investigación N°57. Departamento de Economía, Universidad de Chile.
20Las
instrucciones sobre la aplicación de la Ley N° 17.828, aparecen comentadas en la Circular
N°159 del 31 de diciembre de 1972.

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

Ley N° 12.120, artículos como géneros, telas, tejidos, tapices, alfombras, entre otras
especies similares; D.F.L N° 15, que refundió las diferentes tasas que afectaban a las
películas; D.F.L N° 16, que refundió las diferentes tasas que afectaban a la sidra de
manzana y otras frutas.

2.3.1.- Ley N° 17.940 del 06 de junio de 1973.


Estableció tasas diferenciadas, sustitutivas de la tasa general del 17,5%, para las
primeras ventas que recayesen sobre una extensa nómina de especias calificadas como
suntuarias (50%) y semisuntuarias (25%), las que quedaron afectas, además, con la
tasa del 4% en su venta al consumidor. Se amplió al ámbito de aplicación de la tasa del
4% incluyendo dentro de las operaciones afectas, a las ventas realizadas por
intermedio de consignatarios que tuviesen la calidad de comerciantes, entre otras
normas.

2.3.2.- Decreto Ley Nº 95 del 24 de octubre 1973.


Esta nueva modificación a la Ley N° 12.120, introdujo un cambio significativo al
eliminar el impuesto del 4% aplicado a las ventas al consumidor. A partir del 1 de
noviembre de 1973, pasaron a quedar afectas, las ventas efectuadas por productores o
importadores de los bienes producidos o importados con el ánimo de reventa. La Tasa
general del 17,5%, fue elevada por este Decreto a un 24%, manteniendo como base
imponible el precio o valor de los bienes transferidos por los productores e
importadores.

2.3.3.- Decreto Ley Nº 292 del 30 de enero 1974.


Este es el último cambio, previo a la publicación del D.L 825 de 1974, y que continuó
con la tendencia de simplificar la estructura tributaria del impuesto a las compraventas.
Entre los cambios más significativos se encuentran dejar excluidos del impuesto las
compraventas efectuadas por particulares (a excepción de las que versen sobre
automóviles y otros vehículos usados); se amplió el concepto de “productor” a las
personas que reparen bienes corporales muebles y para las que presten servicios
industriales que digan relación directa con el proceso y su calificación, quedó a juicio
exclusivo del Servicio de Impuestos Internos.

Respecto a las tasas, se reintegraron a la tasa general (24%) alrededor de doscientos


artículos que durante la segunda mitad de 1973 tributaron con arreglo a diferentes tasas
especiales.21 Generalmente estas especies correspondían a bienes calificados por la
anterior ley como “suntuarios”, como géneros y telas importadas, tapices y alfombras,

21“Manual práctico al día EDIAR” impuesto a las compraventas Ley Nº 12.120, contable chilena
editores. Pág.187.

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prismáticos, estampillas y monedas de colección, entre otros bienes. Sin perjuicio de lo


anterior, se siguieron manteniendo tasas especiales como para el azúcar (15%);
cemento (11%), entre otros bienes y las exenciones.

Sobre la administración del impuesto se realizaron una serie de modificaciones que


buscaron perfeccionar los medios de control del tributo. Entre estas modificaciones se
encuentran el haber precisado el campo de la obligación en la emisión de facturas y
boletas:

"Las personas que celebren cualquier contrato o convención de los


mencionados en los Títulos I o II de esta ley, deberán emitir facturas o
boletas, según el caso, por las operaciones que efectúen, siempre que no sean
inferiores al uno por ciento de un sueldo vital mensual, pudiendo redondearse
al décimo superior. Esta obligación regirá aun cuando en la respectiva etapa
de comercialización de los productos o de prestación de los servicios no se
apliquen los impuestos de esta ley, y aun cuando se trate de convenciones que
versen sobre bienes o servicios exentos de dichos impuestos." (Artículo N° 34
de la Ley 12.120)

Además se adecuó la reglamentación del registro general de contribuyentes de la Ley


N° 12.120 al nuevo sistema de impuesto dividiéndolo en 5 categorías distintas donde
los contribuyentes debían inscribirse (art.37º):

Categoría A: Registro general de comerciantes.


Categoría B: Registro de pequeños comerciantes.
Categoría C: Registro de productores.
Categoría D: Registro de prestación de servicios.
Categoría E: Registro de prestación de servicios industriales.

2.4.- Estructura tributaria de la Ley Nº 12.120 hasta el 31 de diciembre de


1974
Hasta antes de la publicación del Decreto Ley Nº 825, el impuesto a las compraventas
contaba con 42 artículos distribuidos en siete Títulos, además de seis artículos
transitorios.

Título I. De las transferencias afectas a Impuesto.


Título II. De los servicios, negocios y prestaciones afectas impuesto.
Título III. De las exenciones.
Título IV. Del sujeto.
Título V. De la base imponible.

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Título VI. De la declaración y pago.


Título VII. Normas generales de procedimiento.

Además contenía tres impuestos perfectamente caracterizados:

i. Impuesto a las ventas de productores, cuyo hecho gravado básico se


encontraba en el inciso primero del artículo 1º;
ii. Impuesto especial a la transferencia de gasolina, kerosene y otros
hidrocarburos, establecidos en el artículo 10º de la ley, y
iii. Impuesto a la adquisición de divisas establecido en el artículo 9º de la ley, que
gravaba toda compra o adquisición de monedas extranjeras.

El hecho gravado seguía soportado en el productor, según el artículo 1º de la ley,


siendo una atribución del Servicio de Impuestos Internos, calificar el concepto de
productor:

“Artículo 1.- Las compraventas, permutas o cualquiera otra convención a


título oneroso que sirva para transferir el dominio de bienes corporales
muebles, de una cuota de dominio sobre dichos bienes o de derechos reales
constituidos sobre ellos, sea cual fuere su naturaleza, pagarán un impuesto
del 24% sobre el precio o valor en que se enajenen las especies respectivas,
cuando el vendedor o tradente sea el productor de los bienes…”

Sin perjuicio de ello, de acuerdo al propio artículo 1º, además de la tasa general del
24%, existía una del 8% (que mantenía el efecto de cascada) que gravaba las
relaciones comerciales entre productores y una tasa del 50% que afectaba a los
artículos calificados como suntuarios.

La Ley Nº 12.120, a pesar de sus constantes modificaciones, seguía manteniendo la


larga lista de exenciones reales22 y personales23 establecidas en el artículo 18º, a bienes
de consumo masivo, tales como: agua potable, aguas termales, sus productos y
subproductos, frutas y verduras frescas, frutas deshidratadas, papas, cebollas, ajos,

22Aquellas que estaban establecidas principalmente a bienes de consumo básico, como


alimentos, salud y educación.
23Son aquellas establecidas a favor de una empresa, persona o institución o de ciertos actos y
que, hasta 1974 se podían dividir en: aquellas que liberan del impuesto a los titulares de la
franquicia cuando éstos actúan como vendedores (ASMAR o FAMAE) o compradores
(Bomberos, Ferrocarriles del Estado, municipalidades, casa de moneda), o exenciones a las
ventas como las compras efectuadas por el titular del beneficio (Corporaciones de Vivienda o
Cooperativas).

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

porotos, lentejas, garbanzos, huevos, ganado, aves, trigo, arroz, sal, harinas de cereales
o de legumbres, carne fresca, congelada o deshidratada, y el azúcar que se importe por
las provincias de Chiloé, Aysén y Magallanes para el consumo de dichas zonas;
Carbón mineral, carbón vegetal, salitre, yodo, leña, sorgo-grano y alimentos para aves
y animales; pescado, algas marinas, mariscos y crustáceos frescos y congelados
destinados al consumo humano, excepto erizos, ostras, langostas y centollas; libros,
textos y cuadernos escolares, diarios y revistas destinados a la lectura; cigarrillos,
cigarros y tabaco elaborado, los que pagarán sólo el impuesto especial sobre el precio
de venta al público; productos biológicos, bioquímicos o químicos para uso en
animales o aves, que se elaboren en el país; además de maquinarias agrícolas
destinadas a ser usadas exclusivamente en la agricultura, fertilizantes, abonos de
producción nacional, semillas certificadas, maíz y pesticidas, siempre que se efectúen
por o a instituciones fiscales, semifiscales o de administración autónoma, institutos que
estén financiados con recursos del Estado, cooperativas agrícolas, cooperativas
vitivinícolas, cooperativas campesinas, cooperativas de la Reforma Agraria o por
intermedio de uniones o federaciones de esas mismas cooperativas; entre otras
exenciones.

Como se pude apreciar, la Ley Nº 12.120, a pesar de sus cambios continuaba con
problemas como el concentrar su tributación en la etapa productora, lo cual obligaba a
definir con exactitud el concepto de fabricante lo cual en muchos casos era muy difícil
definirlo así como también el sujeto del impuesto (principalmente en aquellos procesos
productivos donde era imposible determinar la finalización del proceso industrial). Por
otra parte, la tasa del 8% aplicada entre productores, continuaba con el efecto de
cascada. Mención aparte debemos darles a las exenciones a las compraventas como a
los servicios establecidas en la Ley Nº 12.120 y un sinnúmero de disposiciones
dispersas, que dificultaban la administración de los impuestos y los precios finales de
los productos, todo lo cual derivó en aplicar un revolucionario sistema que se hizo
efectivo mediante la publicación del Decreto Ley Nº 825, “Ley sobre Impuesto a las
Ventas y Servicios”, publicado en el Diario Oficial el día 31 de diciembre de 1974.

3.- LEY DE IMPUESTO A LAS VENTAS Y SERVICIOS

3.1.- Decreto Ley Nº 825, publicado en el Diario Oficial el día 31 de


diciembre de 1974.
Este impuesto aplicado por primera vez en Francia en el año 1956, ya estaba siendo
usado en el año 1970 por la Comunidad Económica Europea, y en Latinoamérica, por
Brasil, Ecuador, Uruguay y Argentina, por lo que sus beneficios económicos y
tributarios, eran ampliamente conocidos. Antes de su implementación, existían

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

diversos estudios que promovían un cambio, como los realizados por el profesor de
Harvard, John Due, junto a profesionales del Servicio de Impuestos Internos,
formándose además una comisión de reforma tributaria 24, la cual señaló que :

“…en el caso chileno es de vital necesidad la implementación de un régimen


impositivo que no cree dificultades entre los sistemas de producción, ya sea
con inversiones intensivas de capital o con utilización preponderante de
mano de obra. Pues, un sistema diferente al valor agregado, los bienes de
capital vuelven a ser gravados cuando su valor se costea en los productos,
impidiendo la uniformidad de la carga impositiva con respecto a los
productos elaborados en industrias que utilizan en mayor medida el
trabajo…”

Este impuesto tenía una serie de características que lo enarbolaban como uno
altamente rendidor y simple de aplicar. Características como la traslación, plurifásico,
gravar solamente el mayor valor de cada operación, el usar el método financiero de
impuesto contra impuesto, lo recomendaban para ser aplicado en Chile, ya que gracias
a éstas características, se podría eliminar los efectos en los costos de los intermediarios
de las cadenas productivas, que el anterior impuesto propiciaba.

Se configuró un nuevo hecho gravado y el concepto de vendedor (artículo 2, Nro.1 y


2), que se aplicaba a todas las etapas de la cadena de ventas de bienes corporales
muebles realizadas en el territorio nacional y de las importaciones, dando origen a los
conceptos de IVA débito y crédito fiscal, basada en el sistema de sustracción de
“impuesto contra impuesto”, siendo por ello un impuesto al consumo (el consumidor
final es quien sufre el menoscabo patrimonial), manteniéndose el principio de
neutralidad respecto de los partícipes en la cadena de producción. La tasa aplicada fue
del 20%, tanto para las ventas como para los servicios. Se recomendó que la tasa fuera
igual para efectos de permitir una posterior integración de ambos tributos (los servicios
se encontraban en el título IV de la Ley), además de “evitar interpretaciones
maliciosas de algunos hechos gravados para trasladar la imposición a la tasa más
favorable”. Respecto de las exenciones (artículo 13º), se eliminó una gran cantidad de
ellas manteniendo las del sector primario, como agricultura, ganadería, caza, pesca y
minería. Sin embargo, el propio proyecto dejó establecido que dicha exención sería por
cinco años, “tiempo en el cual se cree factible una recuperación total del sector

24
El profesor John Due, autoridad mundial sobre impuestos a las ventas, junto a su equipo
realizaron entre 1969 y 1970, diversos estudios sobre la Ley Nº 12.120. La comisión de Reforma
Tributaria estuvo integrada por funcionarios del Servicio de Impuestos Internos y de
ODEPLAN.

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primario tanto en aspecto económico, como en su organización, de manera que podrá


integrarse al sistema general del gravamen”.

Como fue señalado, los servicios no quedaron integrados al sistema del IVA,
manteniéndose en el Título IV del D.L. Nº 825 (“Impuesto a los Servicios”) con una
tasa del 20% y del 8%, que dependían del tipo de servicio, siendo en la práctica muy
similar al tratamiento de la Ley Nº 12.120. Esto significaba que para determinar el
hecho gravado, solamente había que buscar en la larga lista de más de veinte servicios
establecidos en los artículos 47º, 48º y 49º del D.L Nº 825. La exclusión de la
generalidad de los servicios del sistema del IVA, implicó seguir con uno de los
principales efectos negativos de la ley anterior, el efecto acumulativo. De esta forma se
desvirtuó uno de los principales objetivos de la reforma recién establecida, pues
quedaron fuera (y por lo tanto sin derecho al crédito fiscal) una serie de servicios que
tenían importante incidencia en los precios finales, como lo es la propaganda y
publicidad, regalías por uso de marcas y patentes, entre otros.

En lo que respecta a la administración del impuesto, se estableció el registro a base del


Rol Único Tributario, para lo cual se tomaron las bases que existían en el Servicio de
Impuestos Internos. Por la descripción del hecho gravado, el número de contribuyentes
aumentó en forma considerable a partir de 1975, pasando de 50.000 a más de
250.000.Se consideró que gracias a las características y ventajas del impuesto al valor
agregado, daría excelentes resultados a pesar del fuerte aumento.

La nueva estructura de la Ley de Impuesto a las Ventas y Servicios, contaba con 87


artículos en 6 Títulos, además de 5 artículos transitorios:

Título I. Normas Generales


Título II. Impuesto al Valor Agregado
Título III. Impuesto Especiales a las Ventas.
Título IV. Impuesto a los Servicios.
Título V. De la Administración del Impuesto.
Título VI. Normas Derogatorias.

3.2.- Modificacionesposteriores al Decreto Ley Nº 825 de 1974.


Con posterioridad a la publicación del Decreto Ley Nº 825, se realizaron una serie de
modificaciones durante el año 1975, siendo las principales el D.L. Nº 910 publicado en
el Diario Oficial el día 24 de febrero que dejó gravada todas las importaciones
habituales o no (Art.8 letra a) y creó nuevas exenciones del artículo 13º; el día 15 de
mayo se publicó en Diario Oficial el D.L. Nº 1.017 que, entre otras modificaciones,
aumentó del plazo de declaración y pago del impuesto, hasta el día 20 de cada mes y

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amplió las exenciones a las especialidades farmacéuticas; el D.L. Nº 1.024 publicado


el día 16 de mayo, que derogó gran parte de las exenciones a las especies primarias del
art.13º, letra A) Nº 1 y 2, subsistiendo solamente las exenciones a la leche, trigo, pan
corriente, verduras, hortalizas, y frutas en estado fresco y natural, y a los libros,
diarios, y revistas destinadas a la lectura; y el D.L. Nº1.244 publicado el día 8 de
noviembre, que permitió recuperar a los exportadores el IVA asociado a los fletes
utilizados en su actividad de exportación y permitió la liberación de llevar libro de
compras y ventas a los pequeños contribuyentes.

3.2.1.- Decreto Ley Nº 1.606 del 03 de diciembre de 1976.


Este cuerpo legal sustituyó el texto de la Ley sobre el Impuesto a las Ventas y
Servicios, contenida en el artículo 1º del D.L. Nº 825, de 1974. Así, vino a corregir dos
de los principales vicios que aún se mantenían: falta de integración de los servicios al
IVA y el exceso de exenciones.

Respecto a los servicios, el D.L. Nº 1.606 suprimió el gravamen del 8% para la


prestación de determinados servicios e incorporó mediante el artículo 8º del nuevo
texto, a los servicios dentro del impuesto al Valor Agregado (Título II de la ley) junto
con las ventas. Además se eliminó la lista de servicios gravados por una definición de
servicios, la cual no dejaba gravada con IVA los servicios comprendidos en el Artículo
20 Nº5 de la Ley sobre Impuesto a la Renta, los que en la anterior ley estaban gravados
según la letra ñ) del artículo 47º.

La definición de “servicio” contemplada en la modificación es deficiente y compleja,


generando una serie de interpretaciones por parte del Servicio de Impuestos Internos
(más que en las ventas), muchas de ellas sobre un mismo tipo de servicio, causando
confusión entre los contribuyentes. El problema en la definición de “servicio” se haya
en que para llegar a ella, se debe acceder a otro cuerpo legal, como son los números 3
y 4 de la Ley sobre Impuesto a la Renta. Cabe recordar el cambio de criterio en los
Juegos de Azar hace más de quince años, o las recientes modificaciones a los criterios
de “suministro de servicios” o el hecho gravado de los servicios prestados por los
“gimnasios”. Más extraño aún es el hecho gravado de los servicios en los cuales se
mezclan servicios afectos y exentos, o los servicios prestados por laboratorios. Esta
defectuosa definición de “servicio” es algo que se debe subsanar y que debió incluirse
en la presente propuesta de reforma tributaria.

Además reestructuró algunos hechos gravados que estaban en las letras b), c) y g) del
anterior artículo 47º del D.L 825, incluyéndolos en el nuevo artículo 8º de la ley, y que
son los siguientes:

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i. Arrendamiento, subarrendamiento, usufructo o cualquiera otra forma de


cesión del uso o goce temporal de bienes corporales muebles, inmuebles
amoblados, inmuebles con instalaciones y/o maquinarias que permitan el
ejercicio de alguna actividad comercial o industrial y de todo tipo de
establecimientos de comercio.
ii. El arrendamiento, subarrendamiento o cualquier otra forma de cesión del uso
o goce temporal de marcas, patentes de invención, procedimientos o fórmulas
industriales y otras prestaciones similares; y
iii. El estacionamiento de automóviles y otros vehículos en playas de
estacionamiento u otros lugares destinados a dicho fin.

Respecto a las exenciones, se eliminaron todas aquellas relacionadas al sector


primario, como agricultura, ganadería, caza, pesca y minería, como la leche en estado
natural, recombinada o en polvo, pan corriente, trigo y harina de trigo destinada a la
fabricación de pan, verduras, hortalizas y frutas en estado natural y fresco, libros,
diarios y revistas destinados a la lectura, entre otras.

Finalmente la mayoría de los cambios efectuados por el D.L. Nº 1.606, obedecieron a


la necesidad de adecuar a la estructura del IVA, los servicios recién integrados. Como
por ejemplo las modificaciones a la base imponible, y a la composición del crédito
fiscal a que tienen derecho los contribuyentes del impuesto, ya que la anterior ley
solamente daba la posibilidad de ocupar el crédito fiscal por “los servicios prestados
por el vendedor con motivo de la venta afecta a impuesto”. De la misma forma se tuvo
que adecuar a las nuevas disposiciones los nuevos conceptos de “servicio” y
“prestador de servicio”.

Además de lo anterior se creó un nuevo artículo 27º que permitía el reajuste del
remanente de crédito fiscal, pues la anterior norma que se encontraba en el artículo
25º, no permitía dicha posibilidad.

Las modificaciones realizadas determinaron la siguiente estructura del Decreto Ley Nº


825, en la que se incluyeron los servicios en el Título III, o se eliminó el título V y VI,
entre otros:

Título I. Normas Generales


Título II. Impuesto al Valor Agregado
Título III. Impuesto Especiales a las Ventas y Servicios
Título IV. De la Administración del Impuesto.

La vigencia del nuevo texto, comenzó a regir a parir del 1 de enero de 1977 y posterior
a ella se siguieron realizando otras modificaciones de menor grado, destacándose la

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

incorporación de la actividad de la construcción al sistema del IVA, en el año 1987,


mediante la publicación de la Ley Nº 18.63025; la creación del Artículo 27Bis, en el
año 1987, mediante la publicación de la Ley Nº 18.634; y la creación del artículo 8
letra m), en el año 1995, mediante la Ley Nº 19.398 y la reciente publicación de la Ley
Nº 20.727 de enero de 2014, sobre Factura Electrónica.

3.2.2.- Ley Nº 18.471 del 27 de noviembre de 1985.


Esta ley en su artículo único, da origen al artículo 27° bis, que establece el mecanismo
de devolución anticipada del remanente de crédito fiscal originado por compras de
activo fijo. Para llevarla a cabo, los contribuyentes deben acumular por seis o más
períodos, remanente de crédito fiscal, y su objetivo es el de anticipar el uso que el
contribuyente hará de esos créditos en el futuro, cuando genere los débitos en sus
ventas o prestaciones de servicios. La redacción original del artículo 27 bis, establecía
lo siguiente:

“Los contribuyentes gravados con el impuesto del Título II de esta ley y los
exportadores que tengan remanentes de crédito fiscal, determinados de
acuerdo con las normas del artículo 23, durante seis períodos tributarios
consecutivos, originados en la adquisición de bienes corporales muebles
destinados a formar parte de su Activo Fijo, podrán imputar ese remanente
acumulado en dichos períodos, debidamente reajustado de conformidad con
lo dispuesto en el artículo 27, a cualquier clase de impuesto fiscal, incluso de
retención, y a los derechos, tasas y demás gravámenes que se perciban por
intermedio de las Aduanas u optar porque dicho remanente les sea remanente
les sea reembolsado por la Tesorería General de la República. En el caso que
en los seis períodos tributarios señalados se originen créditos fiscales en
adquisiciones distintas a las anteriores o en utilizaciones de servicios, el
monto de la imputación o de la devolución se determinará aplicando al total
del remanente acumulado, el porcentaje que represente el Impuesto al Valor
Agregado soportado por adquisiciones de bienes corporales muebles
destinados al Activo Fijo en relación al total del crédito fiscal de los seis
períodos tributarios.

Los contribuyentes señalados en el inciso anterior que realicen ventas o


prestaciones de servicios y, en dicha oportunidad, se determine que han
importado o adquirido bienes corporales muebles afectos a operaciones
gravadas y exentas, excluidas de estas últimas las exportaciones, cuyos
remanentes no fueren imputados o devueltos en la forma proporcional que

25Publicada en el Diario Oficial el día 23 de julio de 1987.

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

determina el reglamento o se determine que se ha efectuado una imputación u


obtenido una devolución del remanente de crédito fiscal superior al que
correspondía de acuerdo a la ley o a su reglamento, deberán devolver el
exceso debidamente reajustado de acuerdo con el artículo 27, adicionándole
al débito fiscal en la primera declaración del Impuesto al Valor Agregado.
De igual forma deberá devolverse el remanente en el caso de término de giro
de la empresa.

Para hacer efectiva la imputación a que se refieren los incisos anteriores, los
contribuyentes deberán solicitar al Servicio de Tesorerías que se les emita un
Certificado de Pago por una suma de hasta el monto de los créditos
acumulados, expresados en unidades tributarias. Dicho certificado, que se
extenderá en la forma y condiciones que establezca el Reglamento, será
nominativo, intransferible a terceras personas y a la vista, y podrá
fraccionarse en su valor para los efectos de realizar las diversas
imputaciones que autoriza la presente disposición.

Para tener derecho a obtener la devolución de remanente de crédito fiscal,


los contribuyentes que opten por este procedimiento no deberán estar
adeudando al Fisco suma alguna por cualquier clase de impuesto fiscal,
incluso de retención, o por derechos, tasas o demás gravámenes que se
perciban por intermedio de las Aduanas, circunstancia que deberá constar en
una declaración jurada que deberán presentar a la Tesorería General de la
República. No regirá esta limitación tratándose de deudas que corresponden
a cuotas por pago diferido de derechos de Aduanas.

Para los efectos de la devolución a que se refiere este artículo, el Tesorero


General de la República deberá exigir, previo al reembolso, garantías o
cauciones cuya naturaleza y monto guarden relación con la devolución
solicitada en la forma y condiciones que establezca el Reglamento.

La infracción consistente en utilizar cualquier procedimiento doloso


encaminado a efectuar imputaciones y obtener devoluciones improcedentes o
superiores a las que realmente corresponda, se sancionará en conformidad
con lo dispuesto en los incisos segundo y tercero del N° 4 del artículo 97 del
Código Tributario, según se trate de imputaciones o devoluciones. La
tramitación de los procesos por estos delitos se sujetará a las normas del
artículo 163 del Código Tributario y la excarcelación de los inculpados se
regirá por lo dispuesto en el inciso segundo de la letra f) de dicho precepto,
cuando se trate de devoluciones.

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

La no devolución a arcas fiscales de las sumas imputadas o devueltas en


exceso según lo prescrito en el inciso quinto de este artículo, y que no
costituya fraude, se sancionará como no pago oportuno de impuestos sujetos
a retención o recargo, aplicándose los intereses, reajustes y sanciones desde
la fecha en que se emitió el Certificado de Pago que dio origen al derecho a
la imputación, o desde la fecha de la devolución en su caso.".

Una de las falencias de este artículo, se encontraba en el inciso segundo, que no


establecía la obligatoriedad de devolver el remanente solicitado, lo cual fue modificado
años más tarde, en el año 2001, mediante la publicación de la Ley Nº 19.738.

3.2.3.- Ley Nº 18.630 del 23 de julio de 1987, incorporación de la actividad


de la construcción.
La incorporación de la actividad de la construcción al régimen del Impuesto al Valor
Agregado, y por ello la venta de bienes corporales inmuebles por parte de una empresa
constructora, se llevó a cabo en el año 1987, mediante la publicación en el Diario
Oficial de la Ley Nº 18.630. Hasta esa fecha, el hecho gravado básico de venta
establecido en el artículo 2º Nº1 del D.L. Nº 825, no consideraba las operaciones sobre
inmuebles. Su redacción era la siguiente:

“Por “venta”, toda convención independiente de la designación que le den


las partes, que sirva para transferir a título oneroso el dominio de bienes
corporales muebles. De una cuota de dominio sobre dichos bienes o de
derechos reales constituidos sobre ellos, como, asimismo, todo acto o
contrato que conduzca al mismo fin o que la presente ley equipare a venta.”

Además la definición de vendedor no consideraba a las empresas constructoras:

“Por “vendedor” cualquier persona natural o jurídica, incluyendo las


comunidades y las sociedades de hecho, que se dedique en forma habitual a
la venta de bienes corporales muebles, sean ellos de su propia producción o
adquiridos de terceros. Corresponderá al Servicio de Impuestos Internos
calificar, a su juicio exclusivo, la habitualidad.

Se considerará también “vendedor” al productor oi fabricante que venda


materias primas o insumos que, por cualquier causa, no utilice en sus
procesos productivos.”

En la práctica, la Ley Nº 18.630, implicó realizar nuevas modificaciones a la


definición del hecho gravado de venta, del artículo 2º, donde se incluyó después de

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

muebles, lo siguiente: “las ventas de bienes corporales inmuebles de propiedad de una


empresa constructora construidos totalmente por ella o que en parte hayan sido
construidos por un tercero para ella”. Además se modificó el concepto de vendedor
agregando a las empresas constructoras.

Por su parte, el artículo 8º letra e), dejaba gravado solamente los “Contratos de
instalación o confección de especialidades26”, señalando explícitamente que: “En
ningún caso este impuesto afectará a los contratos generales de construcción o
edificación”, situación que también fue revertida mediante la publicación de la Ley Nº
18.630, que incluyó a los contratos generales de construcción. De esta forma, a partir
del año 1987, las empresas constructoras dejaron de ser consumidores finales frente al
IVA, cuyo efecto inmediato fue el de no incluir dentro de sus costos el impuesto
soportado en los insumos, bienes de capital y contratación de servicios, traspasándolo
al consumidor final.

Para mitigar el traspaso del IVA al consumidor final, el artículo 5º de la Ley Nº 18.630
de 1987, modificó el artículo 21º del D.L. Nº 910 de 1975, incorporando a las
empresas constructoras a dicha franquicia tributaria, siempre que construyeran y
vendieran inmuebles con destino habitacional27, construido mediante contrato general
de construcción, que no sea por administración. La rebaja del 65% del IVA Débito
Fiscal establecido en dicha franquicia, permite que solamente se traspase un 35% del
débito fiscal al comprador final. Además permite apoyar a las empresas constructoras
mediante el derecho a deducir de sus pagos provisionales mensuales de la ley de la
renta, el 65% del IVA débito fiscal restante, generado en dichas ventas.

Otros artículos afectados con la inclusión de la actividad de la construcción:

i. El artículo 8º también se vio afectado con la integración de la actividad de la


construcción al agregar “las promesas de venta de bienes corporales
inmuebles…”28 además se agregaron “los aportes y otras transferencia,

26Circular Nº 33 del 15 de marzo de 1976.


27Según la Circular Nº 26 de 1987, debe entenderse por inmueble para la habitación, aquellos
que principalmente se construyen como vivienda aceptándose dentro de ésta calificación, en
forma restrictiva, otro tipo de dependencias con que cuente dicho inmueble, siempre que sean
necesarias y tengan relación directa con la habitación propiamente tal.
28Actual artículo 8 letra l) del D.L. Nº 825.

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retiros y ventas de establecimientos de comercio…”29 y “la adjudicación de


bienes corporales inmuebles…”30
ii. Artículo 9º, además se modificaron las normas sobre el devengamiento del
IVA en los contratos generales de construcción y de instalación de
especialidades y en las ventas o promesas de venta de inmuebles.31
iii. Artículo 11º, donde se señaló quienes son sujetos del impuesto en los
contratos de construcción.
iv. Artículo 16º, se agregó la letra g) que especifica la Base Imponible en las
adjudicaciones.
v. Artículo 17º, que determina la base imponible de la venta de inmuebles.

3.2.4.- Ley Nº 18.634 del 05 de agosto de 1987


El artículo 33º de la Ley en comento, introduce cambios al artículo 27 bis, incluyendo
dentro del concepto de activo fijo, a los bienes importados en virtud de un contrato de
arriendo con o sin opción de compra, siendo la siguiente redacción:

"Para los efectos de lo dispuesto en este artículo se entenderá que forman


parte del activo fijo, los bienes corporales muebles importados en virtud de
un contrato de arrendamiento con o sin opción de compra, respecto del
impuesto pagado en la importación, siempre que dichos bienes, por su
naturaleza y características, correspondan a los que normalmente se
clasifican en el citado activo.".

3.2.5.- Ley Nº 19.738 del 19 de junio de 2001.


Esta ley que se creó con el objetivo de combatir la evasión tributaria, produce cambios
en aquellos artículos sobre los que se habían detectado maniobras de evasión y por lo
tanto se estaban prestando para abusos de la norma. Respecto del IVA, sufrieron
modificaciones los siguientes artículos:

3.2.5.1.- Artículo 8º letra m)


Una de las fuentes de evasión recurrente, se encontraba en la compra de bienes
contabilizados como activo fijo, los que luego de pasado un año se vendían a un socio,
gerente, dueño o cualquier persona ligada a la empresa.

El anterior artículo 8 letra m), señalaba lo siguiente:

29Actual artículo 8 letra k) del D.L. Nº 825.


30Actual artículo 8 letra c) del D.L. Nº 825.
31Actual artículo 8 letra f) del D.L. Nº 825.

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“La venta de bienes corporales muebles o inmuebles que realicen las


empresas antes de doce meses contados desde su adquisición y no formen
parte del activo realizable efectuada por contribuyentes que, por estar sujetos
a las normas de este Título, han tenido derecho a crédito fiscal por la
adquisición, fabricación o construcción de dichos bienes”

La modificación a la letra m), que para los bienes inmuebles amplió los plazos y
requisitos para quedar gravados, buscó evitar o desmotivar que cualquier persona
ligada a una empresa, comprara activos a través de ellas para su uso personal. Antes de
la modificación de la letra m) del artículo 8º, las empresas compraban un activo fijo,
hacían uso del crédito fiscal, y luego vendían después de un año de haberlo adquirido,
sin quedar afecto a IVA. Para el caso de los bienes corporales inmuebles, se mantuvo
el plazo de doce meses. La redacción instaurada por la Ley Nº 19.738, y que se
mantiene hasta la fecha, es la siguiente:

“La venta de bienes corporales muebles que realicen las empresas antes de
que haya terminado su vida útil normal, de conformidad a lo dispuesto en el
N° 5 del artículo 31 de la Ley de la Renta o que hayan transcurrido cuatro
años contados desde su primera adquisición y no formen parte del activo
realizable efectuada por contribuyentes que, por estar sujetos a las normas de
este Título, han tenido derecho a crédito fiscal por la adquisición, fabricación
o construcción de dichos bienes. La venta de bienes corporales inmuebles o
de establecimientos de comercio, sin perjuicio del impuesto que afecte a los
bienes de su giro, sólo se considerará comprendida en esta letra cuando ella
se efectúe antes de doce meses contados desde su adquisición, inicio de
actividades o construcción según corresponda.

3.2.5.2.- Artículo 27ºbis


Como mencionamos anteriormente, el artículo 27ºbis, tenía un vacío relacionado con
la falta de restricciones que asegurasen la devolución del remanente de crédito fiscal
entregado en forma anticipada, en caso de que el contribuyente generase ventas
exentas o no afectas en fecha posterior de la devolución. De hecho, era recurrente que
contribuyentes que adquirían bienes corporales inmuebles, generaban solo ventas
afectas a IVA para computar el 100% de su remanente. Y luego, cuando ya habían
percibido la devolución del remanente, realizaban las verdaderas actividades las cuales
estaban exentas o no afectas a IVA. Por lo anterior, el inciso segundo fue cambiado
por el de la Ley Nº 19.738, que estableció que los contribuyentes que hayan solicitado
la devolución anticipada de su remanente de IVA crédito fiscal, deberán restituir
dichas cantidades, o partes de ellas, si tales activos fijos no son utilizados, o son
utilizados parcialmente, en la obtención de ingresos afectos a IVA.

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

La redacción del inciso segundo, que se mantiene hasta la fecha, es la siguiente:

“Los contribuyentes señalados en el inciso anterior, restituirán las sumas


recibidas mediante los pagos efectivos que realicen en Tesorería por
concepto del Impuesto al Valor Agregado, generado en la operaciones
normales que efectúen a contar del mes siguiente del período al cual esas
sumas corresponden. En el caso de que en cualquiera de los períodos
tributarios siguientes existan operaciones exentas o no gravadas, deberán
adicionalmente restituir las sumas equivalentes a las cantidades que resulten
de aplicar la tasa de impuesto establecida en el artículo 14, que se determine
de multiplicar las operaciones totales del mes por la proporción de
operaciones gravadas usada para determinar el crédito fiscal en el mes de
adquisición del activo fijo que originó la devolución y restar de dicho
resultado las operaciones afectas del mes. A los contribuyentes que no hayan
realizado ventas o prestaciones de servicios en dicho período de seis o más
meses, se les determinará en el primer mes en que tengan operaciones si han
importado o adquirido bienes corporales muebles o inmuebles o recibido
servicios afectado a operaciones gravadas, no gravadas o exentas
aplicándose la proporcionalidad que establece el reglamento, debiendo
devolver el exceso, correspondiente a las operaciones exentas o no gravadas,
debidamente reajustado en conformidad al artículo 27, adicionándolo al
débito fiscal en la primera declaración del Impuesto al Valor Agregado. De
igual forma, deberá devolverse el remanente de crédito obtenido por el
contribuyente, o la parte que proceda, cuando se haya efectuado una
imputación u obtenido una devolución superior a la que corresponda de
acuerdo a la ley o a su reglamento, y en el caso de término de giro de la
empresa. Las devoluciones a que se tengan derecho por las exportaciones, se
regirán por lo dispuesto en el artículo 36.”

Con esta modificación, si una empresa usó una proporción originaria del 100%, para
obtener luego una devolución, entonces si tiene solo ventas afectas, su devolución será
cubierta sólo con los pagos de IVA de su actividad afecta. Si en cambio, después de la
devolución sólo realiza operaciones exentas, ésta será cubierta exclusivamente con los
débitos adicionales, restituyendo de esta forma la totalidad de la devolución.

3.2.5.3.- Artículo 36º IVA Exportador.


Los trámites y solicitud de devolución, antes de la publicación de esta ley, se
realizaban en Tesorería la cual remitía los antecedentes al Servicio de Impuestos
Internos, para que éste sometiera a revisión y fiscalización la solicitud y determinar o

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no la devolución. Por ello, al ser un trámite innecesario, se agregó después del punto
final del inciso primero el siguiente párrafo:

“Las solicitudes, declaraciones y demás antecedentes necesarios para hacer


efectivos los beneficios que se otorgan en este artículo, deberán presentarse
en el Servicio de Impuestos Internos.”

Una anécdota de la Ley N° 19.738, fue la incorporación en el inciso primero del


artículo 23°, de una particular restricción para hacer uso del IVA crédito fiscal: que el
comprador pagase, a lo menos, el monto del impuesto a su proveedor. La redacción era
la siguiente:

“Artículo 23.- Los contribuyentes afectos al pago del tributo de este título
tendrán derecho a un crédito fiscal contra un débito fiscal determinado por el
mismo período tributario, en que el contribuyente pague una fracción del
precio o remuneración a lo menos equivalente al monto del impuesto que
grave la operación respectiva, independientemente del plazo o condición de
pago convenidos con el vendedor o prestador del servicio, el que se
establecerá en conformidad a las normas siguientes:”

Esta modificación al inciso primero del artículo 23º, buscaba una solución para los
proveedores de los grandes cadenas de supermercados o el retail (entre otros), quienes
tienen la costumbre de pagar a sus proveedores a los treinta, sesenta y hasta noventa
días después de haberse devengado el impuesto, provocando un grave problema de
liquidez a dichos proveedores. Sin embargo, por lo poco conveniente de la
modificación, por lo dificultoso de su control y poco aplicable, se suspendió dicha
norma mediante la publicación de la Ley Nº 19.747 (28 de Julio de 2001), suspensión
que en un principio era hasta el 31 de diciembre de 2002, siendo suprimida
definitivamente, mediante la publicación de la Ley Nº 19.840 del 23 de noviembre de
2002.

3.2.6.- Ley Nº 20.727 del 31 de enero de 2014.


Esta ley introdujo modificaciones, entre otras, a la Ley de Impuestos a las Ventas y
Servicios, en materia de factura electrónica, para de esta forma disponer las normas
que permitan la obligatoriedad de su emisión por parte de las grandes, medianas,
pequeñas y micro empresas.

El artículo 1° de la Ley N° 20.727, modificó el artículo 23°, sobre el crédito fiscal, y


los artículos 54° y 56° sobre los requisitos de las facturas, del D.L. Nº 825. Por su
parte, las normas transitorias, establecieron los plazos de aplicación de la

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obligatoriedad, que dependiendo del tipo de empresa, comienza el día 01 de noviembre


de 2014, con la obligatoriedad en su emisión por parte de las grandes empresas, hasta
el 01 de febrero de 2017, cuando termine de implementar con las microempresas.

Al artículo 23° del D.L. Nº 825 se le agregó el siguiente número:

"7º.- El impuesto recargado en facturas emitidas en medios distintos del


papel, de conformidad al artículo 54, dará derecho a crédito fiscal para el
comprador o beneficiario en el período en que hagan el acuse de recibo
conforme a lo establecido en el inciso primero del artículo 9º de la ley Nº
19.983, que regula la transferencia y otorga mérito ejecutivo a la copia de la
factura. Esta limitación no regirá en el caso de prestaciones de servicios, ni
de actos o contratos afectos en los que, por aplicación de lo dispuesto en el
artículo 55, la factura deba emitirse antes de concluirse la prestación de los
servicios o de la entrega de los bienes respectivos."

Este agregado al artículo 23°, permite el uso como crédito fiscal de aquellas
operaciones respaldadas en facturas electrónicas, solamente y en el período, en que el
comprador haya hecho reconocimiento del acuse de recibo 32 que, según la ley,
comenzará a regir desde el día 31 de julio del 2014.

El artículo 54°, que establecía la obligatoriedad del timbraje de los documentos, fue
remplazado en su totalidad por el siguiente:

"Las facturas, facturas de compra, liquidaciones facturas y notas de débito y


crédito que deban emitir los contribuyentes, consistirán exclusivamente en
documentos electrónicos emitidos en conformidad a la ley, sin perjuicio de
las excepciones legales pertinentes. Las guías de despacho y las boletas de
ventas y servicios se podrán emitir, a elección del contribuyente, en formato
electrónico o en papel. Con todo, los comprobantes o recibos generados en
transacciones pagadas a través de medios electrónicos tendrán el valor de
boleta de ventas y servicios, tratándose de contribuyentes que hayan optado
por emitir dichas boletas en formato papel, en la forma y condiciones que
determine el Servicio de Impuestos Internos mediante resolución. Tratándose
de contribuyentes que hayan optado por emitir boletas electrónicas de ventas
y servicios en que el pago de la respectiva transacción se efectúe por medios
electrónicos, ambos sistemas tecnológicos deberán estar integrados en la

32La Ley N° 19.983, en su artículo 9°, establece que el impuesto recargado en facturas
electrónicas darán derecho al crédito fiscal para el comprador o beneficiario, en el período en
que hagan acuse de recibo.

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forma que establezca el Servicio de Impuestos Internos mediante resolución,


de forma tal que el uso del medio de pago electrónico importe
necesariamente la generación de la boleta electrónica de ventas y servicios
por el contribuyente respectivo.

Tratándose de contribuyentes que desarrollen su actividad económica en un


lugar geográfico sin cobertura de datos móviles o fijos de operadores de
telecomunicaciones que tienen infraestructura, o sin acceso a energía
eléctrica o en un lugar decretado como zona de catástrofe conforme a la ley
Nº 16.282, no estarán obligados a emitir los documentos señalados en el
inciso primero en formato electrónico, pudiendo siempre optar por emitirlos
en papel. Para estos efectos, el Servicio de Impuestos Internos, de oficio o a
petición de parte, dictará una o más resoluciones, según sea necesario,
debiendo individualizar al contribuyente o grupo de contribuyentes que se
encuentren en alguna de las situaciones referidas, solicitando a los
organismos técnicos respectivos informar las zonas geográficas del territorio
nacional que no cuentan con los servicios o suministros respectivos y el plazo
durante el cual dicha situación se mantendrá o debiese mantenerse. Dicha
información deberá ser entregada por los organismos referidos en forma
periódica conforme lo solicite el Servicio de Impuestos Internos. Presentada
la solicitud de que trata este inciso y mientras ésta no sea resuelta, el Servicio
de Impuestos Internos deberá autorizar el timbraje de los documentos
tributarios que sean necesarios para el desarrollo del giro o actividad del
contribuyente. En todo caso, transcurridos treinta días sin que la solicitud
sea resuelta por el Servicio de Impuestos Internos, ésta se entenderá aceptada
en los términos planteados por el contribuyente. Con todo, tratándose de
lugares decretados como zona de catástrofe por terremoto o inundación, la
resolución del Servicio de Impuestos Internos deberá ser dictada de oficio y
dentro de los cinco días hábiles siguientes a la publicación en el Diario
Oficial del decreto de catástrofe respectivo, debiendo en dicho caso autorizar
el uso de facturas en papel debidamente timbradas que el contribuyente
mantenga en reserva o autorizar el timbraje de facturas, según sea el caso.

Los documentos tributarios que, de acuerdo a los incisos anteriores, puedan


ser emitidos en papel, deberán extenderse en formularios previamente
timbrados de acuerdo a la ley y contener las especificaciones que señale el
reglamento.

La copia impresa en papel de los documentos electrónicos a que se refiere el


inciso primero, tendrá el valor probatorio de un instrumento privado

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Legislación Tributaria Aplicada Historia de los Impuestos al Consumo en Chile

emanado de la persona bajo cuya firma electrónica se transmitió, y se


entenderá cumplida a su respecto la exigencia de timbre y otros requisitos de
carácter formal que las leyes requieren para los documentos tributarios
emitidos en soporte de papel.".

Según el nuevo inciso primero, los documentos que tienen la obligatoriedad de ser
emitidos en formato electrónico, desde la aplicación de la ley, son los siguientes:

i. Facturas
ii. Facturas de compras
iii. Liquidaciones de facturas
iv. Notas de débito y de crédito.

La emisión de las boletas de ventas y servicios en formato electrónico, será optativo


para el contribuyente. Ahora, para aquellos contribuyentes que hayan optado por emitir
boletas en papel, los comprobantes de transacciones pagadas mediante medios
electrónicos (Ej: Redcompra), tendrán el valor de boleta de ventas, en la forma y
condiciones que determine el Servicio de Impuestos Internos; esto último, comenzará a
regir luego de un año de publicada la ley.

El inciso segundo del nuevo artículo 54°, establece excepciones a la norma,


permitiendo el uso de documentos tributarios en papel, para aquellos contribuyentes
que desarrollen su actividad económica en los siguientes lugares:

i. Sin cobertura de datos móviles fijos.


ii. Sin acceso a energía eléctrica.
iii. Decretada zona de catástrofe.
iv. Otras que pueda establecer el Servicio de Impuestos Internos.

Para lo anterior, el Servicio podrá de oficio o a petición del contribuyente, autorizar el


uso de documentos tributarios en formato de papel por un período de tiempo renovable
mientras mantengas alguna de las condiciones enumeradas anteriormente. El Servicio,
deberá dar respuesta dentro del plazo de 30 días hábiles; pasado ese plazo, se
entenderá aceptada la solicitud en los términos planteados por el contribuyente.

El artículo 56°, fue modificado en su inciso segundo, eliminado el inciso tercero y


remplazado el inciso cuarto (que pasó a ser tercero), quedando redactada de la
siguiente forma:

“La Dirección Nacional del Servicio de Impuestos Internos podrá eximir de


las obligaciones establecidas en los artículos anteriores a determinadas

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actividades, grupos o gremios de contribuyentes, a contribuyentes que vendan


o transfieran productos exentos o que presten servicios exentos, y a
contribuyentes afectos a los impuestos establecidos en esta ley, cuando por la
modalidad de comercialización de algunos productos, o de prestación de
algunos servicios, la emisión de boletas, facturas y otros documentos por
cada operación pueda dificultar o entrabar las actividades que ellos
desarrollan. En estos casos, la Dirección Nacional del Servicio de Impuestos
Internos podrá establecer otro tipo de control de las operaciones, que se
estime suficiente para resguardar el interés fiscal, sin perjuicio de lo
dispuesto en el inciso 3º del artículo 23º del Código Tributario.

El Servicio de Impuestos Internos podrá autorizar el uso de boletas, facturas,


facturas de compra, guías de despacho, liquidaciones facturas, notas de
débito y notas de crédito, que no reúnan los requisitos exigidos por la Ley y el
Reglamento, y que, a juicio de dicho Servicio, resguarden debidamente los
intereses fiscales, pudiendo autorizar la emisión en papel de los documentos
que deban ser emitidos en formato electrónico conforme al inciso primero del
artículo 54, mediante resolución en que se deberá expresar los fundamentos
por los cuales se concede dicha autorización e individualizar al contribuyente
o grupo de contribuyentes beneficiados y el plazo de vigencia de la misma, el
cual, en todo caso, podrá ser renovado sucesivamente en tanto se mantengan
las razones que originaron el otorgamiento de la autorización.

En los casos en que, de acuerdo a esta ley, los contribuyentes emitan boletas
en soporte de papel, la Dirección Nacional del Servicio de Impuestos Internos
podrá autorizar su emisión mediante máquinas registradoras u otros medios
tecnológicos.

Asimismo, la Dirección del Servicio de Impuestos Internos podrá autorizar,


por resolución fundada, a las personas naturales o comunidades integrantes
de determinados grupos o gremios de contribuyentes, para emitir boletas
nominativas en vez de facturas, cuando la actividad desarrollada por dichos
grupos o gremios sea de escasa importancia económica. Dichas boletas
deberán cumplir con los requisitos que la ley señala para las facturas, con
excepción del impuesto contenido en el Decreto Ley número 619, de 1974, y
darán derecho al crédito fiscal en los términos señalados en los artículos 23 y
siguientes.”

Finalmente las normas transitorias establecieron los plazos de aplicación de la factura


electrónica y definición, según el tipo de contribuyentes:

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Contribuyentes Ingresos33 Zona Fecha aplicación

Grandes Superiores a 100.000 UF 01 Noviembre 2014


Entre 2.400 UF y 100.000 Urbana 01 Agosto 2015
Medianos y Pequeños
UF Rural 01 Febrero 2016
Urbana 01 Febrero 2016
Micro empresas Menores s 2.400 UF
Rural 01 Febrero 2017

Los contribuyentes que pueden ser facturadores electrónicos, son aquellos que tengan
inicio de actividades vigente y que además sean de aquellos cuyas actividades
económicas, sean de aquellas establecidas en el artículo 20° de la Ley sobre Impuesto
a la Renta.

Sin lugar a dudas, la ley trae una serie de beneficios para los contribuyentes, como
mayor plazo para realizar convenios de pago con Tesorería, permite el ahorro en costos
de impresión, despacho y almacenamiento de documentos tributarios, ahorro de tiempo
en trámites en el Servicio de Impuestos Internos (Ej: timbraje), eliminación de la
pérdida de documentos, además permite diferir la declaración y pago del IVA, hasta el
día 20 de cada mes y finalmente libera a los contribuyentes de la emisión de las
declaraciones juradas 3327 y 3328.

3.3.- Tasas del IVA, desde el año 1974 a la fecha.


Una de las particularidades de nuestro IVA, es el poseer una tasa única, establecida en
el artículo 14°. En otras legislaciones, el impuesto al valor agregado o añadido, posee
diversas tasas que afectan en menor grado a bienes y servicios considerados
importantes o primarios.

Desde su implementación en el año 1974, la tasa del IVA ha tenido las siguientes
modificaciones:

Año Ley Nº Fecha Publicación Tasa

1974 D.L 825 31 de diciembre 20%


1988 18.720 23 de junio 6%
1990 18.985 28 de junio 18%
2003 19.888 13 de agosto 19%

33Los ingresos son en valores Netos.

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4.- CONCLUSIONES

En una primera etapa, hasta antes del descubrimiento del salitre sintético, las arcas
fiscales de nuestro país, pasaban por un período de bonanza que le permitía valerse
solamente de los generosos impuestos cobrados en la exportación del mineral
(recordemos de Chile era el principal productor a nivel mundial), como también de las
importaciones. Los impuestos masivos al consumo, salvo excepciones como a los
alcoholes, eran casi inexistentes. En una segunda etapa, y luego de la crisis del salitre,
se tuvo que buscar la forma de sustentar el déficit fiscal mediante el cobro de
impuestos. Así, en el año 1921se comienza a probar un tipo de impuesto masivo al
consumo: el impuesto a las compraventas comerciales. Sin embargo, este impuesto al
gravar cada etapa de comercialización sin derecho a rebaja alguna por las compras,
provocada el nocivo efecto de “cascada” y su consecuente efecto en los precios
finales. Además incluía una serie de exenciones a bienes de consumo de primera
necesidad, tales como: harina, pan, trigo, frejoles, yerba mate, sal, pescados, entre
otros. Este impuesto se mantuvo hasta el año 1956, fecha en que se promulga la Ley
Nº 12.120 (Impuesto a las Compraventas), siendo la tercera etapa y que se mantuvo
vigente (con variados cambios de tasas, metodologías y exenciones) hasta el año 1974.

En esta tercera etapa, si bien, la Ley Nº 12.120 mantuvo las mismas deficiencias de la
anterior, desde el punto de vista jurídico, su dictación y posteriores modificaciones,
establecieron las primeras bases de nuestra actual legislación al ampliar el ámbito de
aplicación del tributo y definir un ordenamiento del concepto “hecho gravado”, como
también a los restantes elementos del tributo. Además se introdujo el cambio de sujeto,
y la instauración de medidas administrativas como la obligación de llevar libros
auxiliares de compras y ventas, la obligación de inscribirse en un registro especial de
contribuyentes, obligación de emitir boletas y facturas, y el sistema de declaración y
pago simultáneo de impuestos, entre otras normas que se mantienen hasta nuestros
días.

Pero sin lugar a dudas, las deficiencias de esta ley se mantuvieron; como el efecto de
“cascada”, gran cantidad de exenciones a los productos básicos y franquicias, creados
sin una planificación o política general centralizada y que solo buscaban la
progresividad del sistema; complejidad en su estructura de tasas (llegaron a existir más
de cuarenta alícuotas diferenciadas), entre otras constantes y deficientes
modificaciones inspiradas solamente en buscar efectos recaudatorios, que
paradojalmente sólo mermaban esa esmerada recaudación. Pero de todos ellos, era el
efecto de “cascada”, el que más críticas acaparaba, pues además de afectar en los
precios finales de los productos, también distorsionaba la forma de organización de las
empresas forzando a muchas de ellas hacia una integración vertical. Todos los análisis

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concordaban en que este tipo de integración, basado solamente en objetivos de costo


tributario y no por consideraciones económicas reales, no podía a la larga sino
convertirse en un factor de reducción de la productividad de las empresas y de
desaliento de la especialización, con el consecuente detrimento de la eficiencia global
de la economía.

Así, se instaura en 1974, mediante el D.L. Nº 825 el Impuesto a las Ventas y Servicios,
impuesto que gracias a su neutralidad en los costos de los intermediarios de la cadena
productiva, fácil de fiscalizar y muy rendidor para las arcas fiscales, ya había probado
su eficiencia en diferentes países del mundo. De hecho, desde su implementación en
nuestro país, salvo contadas excepciones, es el que ha generado mayores recursos para
el Estado.

Una de las características de nuestro Impuesto a las Ventas y Servicios, es el de poseer


pocas exenciones, tasa única y el ser muy estable en materia de reglamentación. De
hecho, las principales modificaciones desde su publicación en el año 1974, han sido la
eliminación de la mayoría de las exenciones en el año 1976, la incorporación de la
actividad de la construcción, en el año 1987 y la obligatoriedad de facturar en forma
electrónica en enero de este año. Sin perjuicio de ello, no se han mejorado aquellas
graves deficiencias que se mantienen desde su origen. Una de ellas es la compleja
definición del hecho gravado “servicio”, que hasta la fecha mantiene al Servicio de
Impuestos Internos, en una constante e intrincada modificación de sus criterios, y a los
contribuyentes, en un vacío respecto a la interpretación de los servicios que ellos
prestan, debiendo pagar muchas veces, asesorías para determinar su obligación
tributaria. Respecto a la naturaleza del IVA crédito fiscal, si bien el Servicio de
Impuestos Internos, ha señalado que tiene carácter de personalismo, ello ha sido sin
mayores argumentos, por lo tanto aún queda definir si se puede disponer de él
libremente, como por ejemplo, en casos de procesos de reorganizaciones sociales.

Finalmente, el hecho de ser un impuesto regresivo y el que más recaudo otorga al


Estado es la crítica más recurrente al momento de proponer reformas, más aún en un
país con altos grados de desigualdad como el nuestro. El alto impacto que tiene el IVA
en los ingresos del Estado, es propio de países que van en camino al desarrollo lo cual
contrasta con la de países desarrollados en los que la recaudación por impuesto a la
renta sobre las personas físicas es proporcionalmente el doble que la de los impuestos
sobre el consumo. Todo ello nos debe llevar a reflexionar que tipo de impuesto al
consumo queremos alcanzar, para así obtener un sistema tributario que, además de
eficiente en la recaudación fiscal, sea más justo y equitativo.

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5.- ANEXOS

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6.- BIBLIOGRAFÍA.

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