La Retroactividad de La Ley Penal en Bolivia
La Retroactividad de La Ley Penal en Bolivia
La Retroactividad de La Ley Penal en Bolivia
1. INTRODUCCION
Sin embargo, en Bolivia a partir de la vigencia de la Nueva Constitución Política del Estado , se
modificó sustancialmente el régimen de la extractividad de la ley penal, indicando en su art. 123 lo
siguiente: “La ley solo dispone para lo venidero y no tendrá efecto retroactivo, excepto en materia
laboral, cuando lo determine expresamente a favor de las trabajadoras y de los trabajadores; en
materia penal, cuando beneficie a la imputada o al imputado; en materia de corrupción, para
investigar, procesar y sancionarlos delitos cometidos por servidores públicos contra los
intereses del Estado; y en el resto de los casos señalados por la Constitución.”.
La anterior Constitución Política del Estado , en cuanto a la retroactividad de la ley penal en su art.
16 Indicaba: “…IV. Nadie puede ser condenado a pena alguna sin haber sido oído y juzgado
previamente en proceso legal; ni la sufrirá sino ha sido impuesta por sentencia ejecutoriada y por
autoridad competente. La condena penal debe fundarse en una ley anterior al proceso y solo
se aplicara las leyes posteriores cuando sean más favorables al encausado.”. (En este
artículo de la anterior Constitución Política del Estado indica: ley anterior al proceso, sin embargo
debiera decir, ley anterior al hecho, empero por el tema de estudio lo entenderemos como
sinónimo).
Ahora bien, tal cual se puede evidenciar, la retroactividad de la ley penal, antes solo estaba
permitido cuando la nueva ley penal era más benigna, sin embargo, ahora la ley penal también es
retroactiva en materia de corrupción, es decir, que si ahora se tipifican nuevos hechos delictivos,
los mismos darán lugar al procesamiento de muchas personas que cometieron hechos que antes
no estaban tipificados como delitos.
A partir de la Nueva Constitución Política del Estado y por mandato del art. 123 del mismo cuerpo
normativo, se promulgo la Ley No. 004 el 31 de marzo de 2010 por el Presidente del Estado
Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, la cual tiene por objeto establecer mecanismos, y
procedimientos en el marco de la Constitución Política del Estado, leyes, tratados y convenios
internacionales, destinados a prevenir, investigar, procesar y sancionar actos de corrupción
cometidos por servidoras y servidores públicos y ex servidoras y ex servidores públicos, en el
ejercicio de sus funciones, y personas naturales o jurídicas y representantes legales de personas
jurídicas, públicas o privadas nacionales o extranjeras que comprometan o afecten recursos del
Estado, así como recuperar el patrimonio afectado del Estado a través de los órganos
jurisdiccionales competentes (Art. 1).
Jiménez de Asua al respecto indica que “La vida de la ley se desenvuelve entre dos momentos: el
instante en que nace por promulgación y publicación y aquel en que muere por derogación”.
Ahora bien, cabe hacer notar que de la promulgación viene la ejecutoriedad y de la publicación
surge la obligatoriedad. Benjamín Miguel al respecto nos dice: “la promulgación es un acto jurídico
de derecho público mediante el cual el Presidente de la República o en su defecto el Presidente del
Congreso , ponen en vigencia una ley para que se tenga y cumpla como ley de la República. La
publicación es hacer conocer a los habitantes del país la existencia de una ley y que al mismo
tiempo le imprime la obligatoriedad, salvo disposición contraria de la misma ley”.
En cuanto al nacimiento de las leyes penales surgen algunos problemas, los cuales nos refieren a
la retroactividad e irretroactividad de la ley penal, como son: a) La aparición de leyes y delitos
nuevos que antes no existían; b) Leyes y delitos que desaparecen; c) Leyes y delitos que se
suceden.
La derogación de la ley penal equivale a su muerte, de ese momento pierde vigencia, las
tipificaciones que hace y las penas que señala pierden fuerza de ley y se convierten en historia
penal sin coercibilidad, exigibilidad y obligatoriedad.
A decir de Jiménez de Asua , la vigencia de una ley cesa: a) por otra ley posterior, que
expresamente deroga la primera, o que tácitamente la abroga, por tener disposiciones contrarias o
regular de modo completo la materia tratada en la anterior; b) por llevar en el propio texto o en el
de otra ley, de igual o superior rango, la fecha de su caducidad (leyes temporales; c) por haber
desaparecido el objeto, las circunstancias o privilegios personales que la dieron nacimiento.
En Derecho Penal tiene vital importancia la vigencia de la ley, ya que existen muchas
modificaciones en las relaciones sociales dependiendo al momento en el que nos encontremos.
Así, algunas conductas que en su momento se consideraban graves (trafico de alcohol en Estados
Unidos en los años 30), y que posteriormente son legalizadas. Por el contrario hechos que no
tenían mayor relevancia en el pasado en el presente se consideran graves y que además afectan a
la comunidad internacional (Narcóticos). Por tanto ese, precisamente, el problema de la vigencia
de la ley penal .
3. LA NO EXTRACTIVIDAD DE LA LEYES PENALES
3.1. CONCEPTO
Se excluye la aplicabilidad de una ley cuando el hecho ocurre antes o después de su vigencia. Con
esto afirmamos el principio de no retroactividad y no ultractividad. Tempus regit actum .
En derecho penal vale este principio, pero la propia índole restrictiva de libertad de las leyes
penales impone una excepción: retroactividad de la ley penal favorable .
Podemos fijar al fin la siguiente máxima: no extractividad de las normas penales más
restrictivas de la libertad. Con ellos queda planteado y casi resuelto el problema de la
retroactividad o ultractividad de la más favorable.
Según Quiroz y Lecoña , la retroactividad de la ley penal es la fuerza que tiene la ley sobre el
pasado, es decir, la calidad de retrotraer el reconocimiento de ciertos derechos que pertenecen al
pasado.
Asimismo por irretroactividad según los autores antes señalados, se entiende que la norma no es
regresiva, solo es aplicable en el presente y en el futuro.
Ahora bien, la irretroactividad de la ley penal, responde al principio de legalidad, con su exigencia
de lex praevia, la retroactividad de la ley penal más favorable para el reo no infringe el sentido
limitador de la potestad punitiva que corresponde al principio de legalidad. EL sujeto podría contar,
cuando actuó, con una determinada pena y, sin embargo, la aplicación retroactiva de la ley
posterior le deja sin castigo o le disminuye la pena. De ahí que esta clase de retroactividad
favorable no se oponga al significado liberal del principio de legalidad. Siendo así, resultaría
inadmisible seguir aplicando la ley anterior más desfavorable para el reo cuando, ya derogada, ha
dejado de considerarse necesaria para la protección de la sociedad .
Una de las manifestaciones materiales del principio de legalidad en el ámbito del Derecho Penal es
tanto la prohibición de dictar leyes con efectos retroactivos desfavorables como de aplicarlas a
hechos cometidos anteriormente a la entrada en vigencia de la ley, y de igual forma en el sentido
perjudicial para el afectado .
Luis Jiménez de Asúa en su Tratado de Derecho Penal, ha indicado tres teorías respecto a la
retroactividad e irretroactividad de le ley penal as cuales son.
5.1. IRRETROACTIVIDAD EN TODOS LOS CASOS
Se alega, además, que es incorrecto establecer distinciones y que no es lícito negar efecto
retroactivo a leyes más severas y otorgárselo a la ley más benigna.
Esta doctrina se formula diciendo que debe aplicarse la ley bajo suyo imperio se cometió el delito,
salvo en el caso en que la ley nueva sea más benigna. Es decir, que se establece, como regla
general, la no retroactividad de la ley nueva, y como excepción, la retroactividad de la nueva ley
más favorable. Esta es la doctrina imperante en los escritores y en las legislaciones
contemporáneas.
Nuestra legislación está acorde a esta teoría, con excepción de la retroactividad de la ley penal
desfavorable en materia de corrupción.
Esta doctrina propugna la aplicación en todos los casos de la nueva ley punitiva. Se la denomina
teoría de la retroactividad absoluta o incondicional. Se justifica por los clásicos que defienden esta
tesis, porque las leyes son instrucciones dada por la ley vigente al tiempo del proceso. Otros
afirman que la ley es la expresión de los justo en un determinado momento, que corresponde al
progreso social, y por ello debe aplicarse la ley nueva. La doctrina formulada no distingue, en lo
fundamental, entre ley más severa y más benigna.
Luis Jiménez de Asua nos dice que los casos en los que puede presentarse la retroactividad de la
ley penal son cuando: a) la nueva ley establece un tipo de delito antes no existente; b) la nueva ley
suprime un tipo de delito que antes existía; c) la nueva ley, manteniendo el tipo, introduce, en
cuanto le concierne, modificaciones que agravan o atenúan sus consecuencias.
Debemos entender que si en una nueva ley penal se introduce un nuevo tipo penal, el mismo no
debe ser sancionado si es que en la ley penal anterior no se consideraba delito, ya que lo contrario
supondría una violación flagrante al principio de legalidad de los delitos y de las penas.
Cuando la nueva ley no considera como punible un acto castigado como delito por la ley anterior
derogada, los hechos cometidos bajo el imperio de la ley antigua se estiman como si ya no
estuviesen penados; es decir, que nos hallamos ante la excepción de tempus regit actum, y se
reconoce la retroactividad de le ley penal más benigna.
Esto sucede cuando una ley penal sanciona una conducta, y la misma con el paso del tiempo y con
la modificación de la ley penal, al momento de procesar al que cometió el hecho ya no constituye
delito, estamos frente a la ultractividad de la ley penal favorable, es decir, que rige la ley anterior en
beneficio del procesado o del reo.
Puede ocurrir que una ley nueva, manteniendo el tipo de delito, sea tan solo modificativa de la
precedente. Estas modificaciones pueden referirse a los principios generales, ora al contenido del
delito, o bien a sus consecuencias. En conjunto la nueva ley puede ser más favorable o más
perjudicial para el encausado, en el primer caso se aplicara el principio de la retroactividad de la ley
penal más benigna; y en el segundo caso el encausado será juzgado con la anterior ley, entonces
estaremos frente a la ultractividad de la ley penal.
El principio de legalidad fue altamente desarrollado por Cesare Beccaria en su obra “De los delitos
y de las penas”, y él escribía: “…solo las leyes pueden decretar las penas de los delitos y esta
autoridad debe residir en el legislador, que representa toda la sociedad unida por el contrato social.
Ningún magistrado (que es parte de ella) puede con justicia decretar a su voluntad penas contra
otro individuo de las misma sociedad.”.
El principio de legalidad se expresa, en su aspecto formal, con el aforismo nullum crimen, nulla
poena sine lege, procedente, pese a su formación latina, de Feuerbach, quien vino a reflejar y
precisar una de las conquistas centrales de la Revolución francesa.
Según Susana Huerta Tocildo , puede afirmarse que la prohibición de retroactividad de las normas
desfavorables obedece ante todo a la función de la garantía de la seguridad jurídica atribuida al
principio de legalidad penal, la exigencia de reserva absoluta de la ley en este ámbito no constituye
una consecuencia derivada de la idea de seguridad jurídica, sino un postulado indisolublemente
unido a la función de garantía de libertad individual, asimismo asignada a dicho principio desde el
mismo momento en que fue gestado.
A partir de estas premisas, la doctrina penal se muestra pacifica al considerar que ese doble
significado del principio de legalidad queda perfectamente reflejado en al siguiente fórmula: nullum
crimen, nulla poena sine lege praevia, scripta, stricta et certa. Con ella se expresan, en forma
sintética, las distintas exigencias que integran el contenido esencial del referido principio: 1)
Reserva absoluta de ley en sentido formal; 2) Irretroactividad de las normas penales
desfavorables y retroactividad de las favorables; 3) Exigencia de tipicidad y consiguiente
exclusión de la costumbre y de la analogía como fuente de delitos y penas; 4) Exigencia de
taxatividad en la descripción de las conductas típicas.
Ahora bien, en cuanto a la exigencia de una lex praevia se expresa la prohibición de retroactividad
de las leyes que castigan nuevos delitos o agravan su punición: es preciso que el sujeto pueda
saber en el momento en el que actúa si va a incurrir en algún delito o en alguna nueva pena. Este
aspecto del principio de legalidad afecta a su sentido de protección de la seguridad jurídica. No
esta prohibida, en cambio, la retroactividad de las leyes penales más favorables, que vienen a
suprimir algún delito o a atenuar su pena .
Según Santiago Mir Puig , el principio de legalidad exige distintos aspectos y/o garantías: La
garantía criminal, la garantía penal, la garantía jurisdiccional y la garantía de ejecución, que todas,
además, prohíben la retroactividad de la ley penal desfavorable, además se debe imponer ciertos
requisitos a la norma jurídica las cuales son: lex praevia, lex scripta y lex stricta.
a) La garantía criminal exige que el delito se halle determinado por la ley (nullum crimen sine
lege).
b) La garantía penal requiere que la ley señale la pena que corresponda al hecho (nulla poena
sine lege).
d) La garantía de ejecución requiere que también la ejecución de la pena se sujete a una ley que
la regule.
f) La exigencia de lex scripta indica que la fuente de los delitos y de las penas debe estar
plasmado en una norma escrita, desde luego, excluida la costumbre, y tampoco basta cualquier
norma la misma debe tener el rango de ley emanada del Poder Legislativo, por el principio de
reserva de la ley en materia penal.
g) La exigencia de lex stricta, impone un cierto grado de precisión de la ley penal y excluye la
analogía en cuanto perjudique al reo (analogía in malam partem).
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su art. 15 indica: “Nadie será condenado
por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivos según el derecho
nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de
la comisión del delito. Si con posterioridad a la comisión de delito la ley dispone la imposición de
una pena más leve, el delincuente se beneficiara de ello”. Este instrumento legal igualmente
prohíbe la retroactividad de la ley penal desfavorable, sin embargo, permite y prevé la posibilidad
de la retroactividad cuando la nueva ley penal es más benigna.
En cuanto a la retroactividad de la ley penal el art. 123 de la CPE nos indica: “La ley solo dispone
para lo venidero y no tendrá efecto retroactivo, excepto en materia laboral, cuando lo determine
expresamente a favor de las trabajadoras y de los trabajadores; en materia penal, cuando beneficie
a la imputada o el imputado; en materia de corrupción, para investigar, procesar y sancionar los
delitos cometidos por servidores públicos contra los intereses del Estado; y en el resto de los casos
señalados por la Constitución”.
Según el Autor Wilder Quiroz , el presente artículo, amplia la concepción clásica dualista de
retroactividad de la ley, abriendo la posibilidad de juzgar a los ex funcionarios por delitos de
corrupción. Entonces a partir de este texto constitucional, debemos entender que la retroactividad,
no solo será entendida como aquella institución benefactora para las personas en materia laboral y
penal, sino también para el Estado en materia de corrupción de funcionarios.
Nuestro ordenamiento jurídico esta conforme establece el art. 410 de la CPE, está conformado por:
1) La Constitución Política del Estado, 2) Los tratados internacionales, 3) La leyes nacionales, los
estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto de legislación departamental, municipal e
indígena 4) Los decretos, reglamentos y demás resoluciones emanadas de los órganos ejecutivos
correspondientes. El bloque de constitucionalidad está integrado por los Tratados y Convenios
Internacionales en materia de Derechos Humanos y las normas de Derecho Comunitario,
ratificados por el país.
EL art. 13 in fine de la CPE, indica: “Los derechos y deberes consagrados en esta constitución se
interpretaran de conformidad a los Tratados internacionales de derechos humanos ratificados por
Bolivia. Asimismo, el art. 256 del mismo cuerpo legal indica: “Los tratados e instrumentos
internacionales en materia de derechos humanos que hayan sido firmados, ratificados o a los que
se hubiera adherido el Estado, que declaren derechos más favorables a los contenidos en la
Constitución, se aplicaran de manera preferente sobre esta”.
Como se puede ver de la revisión de estos tres principales artículos que los Tratados y Convenios
Internacionales en materia de Derechos Humanos, integran el bloque de constitucionalidad,
además que si un Tratado o Convenio en materia de Derechos Humanos declara algún derecho
más favorable que la misma constitución, este es aplicable de manera preferente en cuanto a la
Constitución.
De los dicho podemos concluir, que como lo dijimos anteriormente, los tratados internacionales en
materia de derechos humanos ratificados por Bolivia, prohíben la retroactividad de la ley penal
desfavorable, y solamente permiten la retroactividad de la ley penal más benigna.
Por tanto, siendo que los Tratados internacionales integran el bloque de constitucionalidad, y que
los mismos deben ser aplicados de manera preferente a la Constitución, la retroactividad de la ley
penal prescrita por la misma Constitución Política del Estado y desarrollada por la Ley No. 004,
Marcelo Quiroga Santa Cruz, sería inconstitucional y contrario al principio de legalidad.
Conforme se tiene de la revisión de este artículo, que si bien ha quedado parcialmente derogado
tácitamente por la disposición derogatoria de la Ley No. 004, la retroactividad de la ley penal está
prohibida, sin embargo se acepta la retroactividad cuando la ley penal es mas benigna.
9.3. LA LEY MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ, LEY No. 004, LEY DE LUCHA CONTRA LA
CORRUPCION, ENRRIQUECIMIENTO ILICITO E INVESTIGACION DE FORTUNAS
La Ley No. 004, Marcelo Quiroga Santa Cruz, promulgado el 31 de marzo de 2010, fue creada por
mandato del art. 123 de la CPE, el cual permite la retroactividad de la ley penal en materia de
corrupción, esta ley tiene por objeto prevenir, investigar, procesar y sancionar actos de corrupción
cometidos por servidores y ex servidores públicos en el ejercicio de sus funciones, personas
naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, públicas o privadas que comprometan o afecten
recursos del Estado .
Esta ley además de atentar contra los derechos y garantías fundamentales de las personas
reconocidas, por la misma constitución y por lo Tratados y Convenios Internacionales, va en contra
del Principio de Legalidad de los delitos y de las penas
Esta ley puede investigar, procesar y sancionar aquellos actos u omisiones que en el momentos de
cometerlo, no constituían delitos, sin embargo ahora pueden ser condenados por los actos
anteriores que realizaron y que además pudieron cometerlo hace muchísimo tiempo, ya que esta
clase de delitos son imprescriptibles.
En muchas ocasiones esta ley fue criticada, ya que indicaron que en esta ley empieza el Derecho
Penal del Enemigo, seguido por Gunter Jackobs, ya que esta ley estaba y está dirigida a investigar,
procesar y sancionar a ex funcionarios del Estado, los cuales cometieron actos u omisiones que en
momentos de cometerlo no constituían delito alguno, además que los mismos son de la oposición
del partido de Gobierno el cual se encuentra en el Poder.
10. CONCLUSIONES
La retroactividad de la ley penal, tal cual lo indica la doctrina, la jurisprudencia, los Tratados y
Convenios Internacionales, solamente debe proceder en casos de una nueva ley penal más
benigna y no así en aquellos casos en que la ley penal nueva sea desfavorable para el encausado.
La retroactividad de la ley penal en Bolivia, en primer lugar se acomoda a lo que estable la doctrina
y los instrumentos legales internacionales sin embargo, debemos indicar que en la legislación
Boliviana y concretamente en el art. 123 de la CPE, se permite la retroactividad de la nueva ley
penal desfavorable en materia de corrupción, lo cual es contrario a todo lo que estudiamos.
La retroactividad de la ley penal en Bolivia, como lo dijimos vulnera derechos humanos, los cuales
son parte integrante del Bloque de Constitucionalidad el cual proclama el art. 410 de la CPE, y que
además son de preferente aplicación con los derechos proclamados en la misma Constitución, por
lo que la retroactividad de la ley penal desfavorable, es inconstitucional.