Literatura Guarani Py
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Literatura Guarani Py
GUARANÍ DEL
PARAGUAY
EL GUARANI Y SU MUNDO
R. B. S.
PROFETAS EN LA JUNGLA
L. C.
CAPITULO 1
III
IV
De la divina coronilla excelsa las flores del adorno de plumas eran (son)
gotas de rocío.
Por entre medio de las flores del divino adorno de plumas
el pájaro primigenio, el Colibrí, volaba, revoloteando.
VII
VIII
II
III
IV
VI
VII
VIII
A continuación,
el verdadero Padre Ñamandú
para situarse frente a su corazón hizo conocedora de la divinidad a
la futura
verdadera madre de los Ñamandú;
Karaí Ru Eté
hizo conocedora de la divinidad a quien se situaría frente a su
corazón
a la futura verdadera madre de los Karaí.
Jakaira Ru Eté, en la misma manera,
para situarse frente a su corazón hizo cono cedora de la divinidad
a la verdadera madre Jakaira.
Tupa Ru Eté, en la misma manera, a la que se situaría frente a su
corazón, hizo conocedora de la divinidad a la verdadera futura
madre de los Tupa
IX
CAPITULO III
La Primera Tierra
II
III
II Parte
CAPITULO IV
—Cuanto está por tomar asiento (nacer) un ser que alegrará a los
que llevan la insignia de la masculinidad, el emblema de la
feminidad, envía a la tierra una palabra-alma buena para que se
encarne, dijo nuestro Primer Padre a los verdaderos padres de las
palabras-almas de sus hijos.
—Por consiguiente, la que a nuestra tierra enviares palabra-alma
buena para que se encarne, en esta forma le aconsejarás
discretamente repetidas veces:
“Bien, irás tú, hijito de Ñamandú (de Karaí, Jakaira o Tupâ),
considera con fortaleza la morada terrenal; y aunque todas las
cosas, en su gran diversidad, horrorosas se irguieren, tú debes
afrontarlas con valor (grandeza de corazón).
II
El Diluvio
La Nueva Tierra
Ñamandú Ru Eté:
Bien, irás, mi hijo, y a Karaí Ru Eté dile (pregúntale) si él es
dispuesto a creer para su pequeña morada
terrenal.
Yo en ninguna manera estoy dispuesto a crear algo predestinado a
no perdurar; yo descargaría mi cólera sobre la tierra.
Porconsiguiente: “El no tiene intención de crear para su morada
terrenal”, dile.
CAPITULO VIII
CAPITULO IX
PARTE I
Plegaria
CAPITULO XI
VICTIMA:
He aquí que mi esposa se ha fugado con un hombre. Esta cosa
quiero que lo investigues. Si así se hace, será de mi agrado.
DIRIGENTE:
Está muy bien, hemos de investigar lo ocurrido. A sus soldados
: Bien, siendo así, ved a investigar. De donde los alcancéis traed de
vuelta a ambos.
DIRIGENTE:
¿Les dieron alcance, efectivamente?
SOLDADOS:
Sí, les alcanzamos, efectivamente.
DIRIGENTE
Pues bien, venid todos acá un momento; mozos, mozas, señores,
permitid que os dirija la palabra durante un momento.
¿Por qué motivo fue que os fugasteis? ¿Quién concibió
originariamente la idea de que os fugaseis? Esto es lo que quiero
que me expliquéis en buena forma.
LOS FUGITIVOS:
Por habernos amado mutuamente en buena forma es que hemos
procedido así.
FUGITIVO (A LA VICTIMA)
Y bien ¿si doy [mis objetos] volveremo s a vivir en buena
armonía?
VICTIMA:
En buena armonía hemos de vivir.
DIRIGENTE:
Siendo así, está arreglado el asunto.
El Homicidio
Tú, mi hijo, querrás casarte con una que tiene madre, que tiene
padre. Su madre, su padre, no querrán dar su hija a un sujeto
excesivamente pobre. Por consiguiente, debes esforzarte por
despertarte temprano, por ser activo en la ejecución de tu trabajo.
Unicamente así, cuando te cases construirás pronto una casa, harás
pronto una plantación. Si tu plantación es demasiado reducida,
no se regocijará, porque no querrá pasar hambre.Además,no querrá
vivir bajo un rancho destartalado.
Debes acordarte de nuestros primeros padres; únicamente en esta
manera prosperarás. Si te acuerdas de ellos como es debido,
aunque nuestros días tienen fin [señalado], los Primeros añadirán
repetidamente días a nuestra vida, alargándola. En cuanto el reflejo
de nuestro Padre penetre en la morada de las tinieblas, debes
recorrer los lugares oscuros esparciendo neblina, para que puedas
descansar tranquilo. Si no recorres [la vivienda] esparciendo
neblina, los seres invisibles que pululan por ahí nos molestan.
Por haber dispuesto que así fuera, debemos recorrer, esparciendo la
neblina por los alrededores de nuestra vivienda. Para que así
procediésemos fue que Jakaira Ru Eté creó el tabaco y la pipa una
vez que hubo conocido las futuras costumbres de los hombres;
habiéndolos creado con la intención de prestarles eficacia,
debemos darles fe.
No riñas a tu mujer por simples murmuraciones. Con tus
semejantes trata de vivir en armonía. En ninguna manera seas tú el
primero en enojarte. No remedes a tus semejantes: déjese en paz a
los tullidos, que los defectos que les afligen no son de incumbencia
de otros. Tú querrás tener hijos: aquel que se burló de sus
semejantes remedándolos suele tener hijos tarados. Debemos mirar
a nuestros semejantes haciendo caso omiso de sus defectos;
únicamente así engendraremos hijos sanos.
En esta forma aconseja a tu esposa en cuanto esté embarazada: —
No te burles de tus semejantes; mírales con sencillez, recíbeles con
hospitalidad, a fin de que nazca un hijo hermoso.
Cuando tengas un niño, no permitas que pase hambre, por tratarse
de quien ha venido para alegrar tu existencia. No has de castigarle;
has de apaciguarlo; no te enojes con tu hijo maltratándolo.
Unicamente así volverás repetidamente a ver un niño, y los niños
prosperarán.
Si la criatura padece de flatulencia, debemos friccionarla con
cenizas calientes; con esto suelen sanar.
Cuando intenta dar los primeros pasos, con tuétano de huesos de
venado debes friccionarle bien para que camine pronto.
Hallándose enfermo tu hijo y si ignoras qué remedios darle, debes
invocar, clamando, a los que le enviaron. Al invocarles, clamando,
debes utilizar la neblina (humo) para prueba manifiesta de la fe y
devoción que tienes para nuestros Primeros Padres. En esta forma
les invocarás:
—Me aflige el mal estado de mi hijo ¡ay de mí! mi Primer Padre,
mi primera Madre. Por esto es que te invoco, acordándome de ti,
Ñamandu Ru Eté, Ñamandú Chy Eté. Haz que los numerosos hijos
de corazón grande que tú albergas para ejecutar tus designios
cuiden de nosotros los que nos amamos y evita, por intermedio de
ellos, que nada ocurra. Tú, verdadero Padre Jakaira, esparce sobre
mí y mis compueblanos sin excepción la neblina, para impedir que
nada ocurra.
La mujer después de tener un hijo debe abstenerse de carne,
comidas irritantes, miel y sal. Durante una luna debe someterse a
régimen. Nosotros no debemos hacer trabajos pesados cuando
acaba de nacernos un hijo; en caso contrario, el niño se perjudica:
debemos vivir con cuidado.
El remedio del mal de las criaturas crece en el suelo. Esto lo debes
traer y aplicarlos repetidas veces al vientre de la criatura.
Luego del alero de la casa traerás tierra lavada por la lluvia y
volverás a aplicárselo al ombligo. Esto lo sana rápidamente.
Por temor a que los seres invisibles perjudiquen a las
criaturas,
traerás cera de abejas”kuñati” y harás velas que encenderas cerca
de su cabeza de noche a fin de que no le molesten.
Si la anfisbena aparece en nuestra vivienda, es para anunciar
desgracias para las criaturas. Cuando esto ocurre, debes matarla y
arrojarla hacia el poniente para que nada pase.
Las niñas púberes no deben tocar cosas gemelas. Si llegaran a
tocarlas, el Ser Furioso se esforzaría por trocar el alma buena. En
tales, casos, las mujeres en estado de concebir deben recelarse de
ellos, por temor a tener hijos imperfectos. Cuando nacen mellizos,
su madre no debe amamantarlos, sino arrojarlos lejos de sí.
CAPITULO XIII
CAPITULO XV
Amuletos - Filtros
Capitán Chiku
El jaguar y el zorro
Los dos cuentos que siguen son muy populares entre los
Mbyá de la joven generación; los incluyo en esta colección por
contener, entremezclados, elementos extraídos de mitos autóct onos
y cuentos paraguayos escuchados por los Indios en obrajes y
yerbales.
Mi lindo hermanito,
después de irte allende el Paraná
vuelve pronto.
¿En dónde te quedarás?
Me quedaré en el afluente del agua
angosta.
Ijeije!
La torcaza ¡pobrecita!
muerta su compañera,
a lo largo de los caminos
U!U!U!U!, dice.
Escucha el ladrar de los perros, mi
hijo, duerme, pues, ven. Duerme,
pues, niño, que tu padre va a traer
un venado moteado para tu
animalito;
y una oreja de liebre para tu collar;
y frutas moteadas de la espina para tus juguetes.
LA TIERRA IMPERFECTA *
*Esta versión, recogida por Pierre Clastres, es una variante de la que consigna
León Cadognan en el capítulo VII de Ayvú Rapytá.
YWYRA ÑE’ERY *
BARTOMEU MELIÁ
LOS YWYRA ÑE`ERY
LOS INFORMANTES
LEÓN CADOGAN
Saludos.
Vicente continúa:
Aconteció donde vivía Nuestra Abuela, en el Agua Genuina.
En el Agua Genuina.
Se ausentó (se refiere al informante a “nuestro paisano”) desde
donde se hallaba Nue stra Abuela.
¿Fue en esta tierra, en esta nuestra tierra, ya?
Dicen que fue en esta tierra, antiguamente.
Dicen que fue antes de deshacerse la tierra.
Pues esta es un sustituto de la tierra (es una tierra que fue
sustituida, reemplazada). Esta, dicen, existe después de haberse
deshecho ([aquélla]
Y aquella Nuestra Abuela, ¿en dónde es que vivía?
Dicen que Nuestra Abuela vivía en el futuro Centro de la Tierra.
El futuro Centro de la Tierra.
¿Qué hubo en dicho lugar?
Tenía una vara- insignia en la mano en aquel lugar, y en la tierra, en
nuestra futura tierra ella vivió, dicen; tenía [un] hijo Nuestra
Abuela, pero no tenía madre.
Hmm.
Fue su hijo, no más, el que fue con el objeto de sustentarla, de dar
de comer a su madre. . . antes de poblarse la tierra, antiguamente.
Hmm, por eso no más.
Eso ya no lo sé; esa es una cosa que yo no sé; fue un habitante del
agua (monstruo acuático) el que se lo llevó.
[Una] que tenía hijos, que tenía hijos, que tenía prole.
¿Semejante a qué era, cómo era?
Fue una “jagwarü” el que se la llevo, un jagwarü. . .
¿Adónde mismo lo llevó?
Lo llevo a su misma cueva, lo llevo a sus hijos para darles de
comer, pero no lo mató pero lo llevó con la cola; con la cola lo
enlazó y lo llevó.
A continuación, Vicente trata de persuadir a su mujer que habla
ante el micrófono: Bien,
pues, hablaos. Vicente
dice a su mujer:
Mañana ya viajeremos nuevamente al asiento de fogones de tu
abuela, prepara nuestras provisiones. Puedes preparar harina de
maíz tostado para irnos, para viajar mañana a fin de alcanzar
nuevamente mañana el poblado de tu abuela, de tu madre, de tu
padre. Es por eso, no más, que yo te estoy hablando ahora, a fin de
que podamos viajar cómadamente. . . Esta es una zopenca, no
puede hablar. . .
GWEMBE*
GUAIRA
CEDRO
DANZAS
OGWAU (CANTOS)
Nuestro Padre Papá ha ido al lecho del sol no del todo hermoso.
Nos obliga a sentarnos (recogernos) nuevamente.
Nuevamente ha dado la vuelta completa.
En todos los asientos de fogones, sin excepción,
nos obliga a sentarnos.
Nuevamente ha dado asiento,
a las sombras de su sol, no del todo hermosas.
Nuevamente ha dado una vuelta completa
haciendo que nos recojamos.
Bien están, mis padres:
para que a continuación de esto (como corolario, consecuencia de
esto)
en la morada de su reflejo
(día)
nos sea permitido erguimos,
por eso es que va [el sol] al lecho del día (o tiempo-
espacio)
en esta mismísima manera:
dejando de sacudir la base de su vara;
obligándonos por consiguiente a recogernos
en el lecho de la sombra de su sol no del todo benéfico
(atrayente,
hermoso)
KECHUITA
MAZAMORRA
TEXTOS DIVERSOS *
* * Pierre Clas tres aclara que en este Canto se trata no del Tupa del panteón
guaraní, sino de la figura transformada del mismo por los misioneros. Por ello la
amenaza final: “si yo recupero mi fuerza. . .”
¡Mi padre! ¡Ñamandú! ¡Tú haces que de nuevo me levante!
Igualmente, tú haces que de nuevo se levanten los Jeguakáva,
los adornados en su totalidad.
Y las Jachukáva, las adornadas, tú haces que de
nuevo ellas también se levanten en su totalidad.
Y en cuanto a todos aquellos a quienes no has proveído
de jeguaká, tú haces que también ellos de nuevo se levanten
en su totalidad.
Y he aquí: a propósito de los que no son tus
adornados, a propósito de todos ellos, yo pregunto.
Porque, en verdad,
yo existo de una manera imperfecta,
de naturaleza imperfecta es mi
sangre, mi carne, de naturaleza
imperfecta,
es espantosa, desprovista de toda excelencia.
Estando así dispuestas las cosas,
a fin de que mi sangre de naturaleza imperfecta,
a fin de que mi carne de naturaleza imperfecta,
se sacudan y arrojen lejos de ellas su imperfección:
rodillas plegadas, yo me inclino, para obtener un corazon valeroso.
Y sin embargo, oye: tú no pronuncias las palabras.
También, a causa de todo ello,
no es por cierto en vano que yo, en cuanto a mí,
necesito tus palabras:
las de las normas futuras de la fuerza,
las de las normas futuras de un corazón
valeroso, las de las normas futuras del fervor.
Ya nada, entre todas las cosas, inspira valor a mi corazón.
Ya nada me anuncia las normas futuras de mi existencia.
1
Y bien, puesto que es así, y bien, ahora,
aplico el oído en esta forma:
los huesos de la vara- ins ignia, la gran cosa no
pequeña, hago que estén atentos, Karai Ru Eté.
2
Puesto que es así, de esta manera,
en cuanto a las normas del decir restituido,
tú haras surgir numerosas palabras,
referentes a las normas de la obstinación,
tú harás surgir numerosas palabras.
3
Oye, hago que presten atención
los huesos de la vara-
insignia, los huesos del
bambú,
hago que presten atención, erguido.
4
En cuanto a todo es,
¿qué decis tú, Karai Ru Eté?
5
Oye:
Hago que estén atentos, invocando.
Después de quién sabe cuántas primaveras,
después de quién sabe cuántos inviernos,
en cuanto a las normas de mi fuerza, a las normas
de mi valor,
a las normas de la obstinación,
¿dirás tú las palabras en abundancia?
6
Puesto que es así,
tú harás que ellos pronuncien palabras abundantes
referentes a las normas de mi valor,
a las normas de mí fuerza,
concernientes a las normas de la obstinación,
a las normas de la completud.
Oye, hago que apliquen el oído.
Por todo eso, os conjuro,
decidme palabras abundantes, Karai Ru Eté, Karai Chy Eté.
7
Y es así que digo nuevamente,
yo que soy el que tú has adornado,
que es de ti que estoy de nuevo tratando de escuchar
a propósito de las normas para la fuerza,
hago que de nuevo estén atentos.
8
Gracias a todo eso, pues bien, yo te conjuro tú harás
que sean dichas abundantes palabras concernientes a
las normas para obtener la obstinación, concernientes
al futuro sitio de mi hogar,
reveladine todo eso, Karai Ru Eté, Karai Chy Eté.
9
En consecuencia,
es con mayor abundancia que tú harás decir las palabras
relativas a las normas de la fuerza;
ellas brotan de las normas del coraje,
las normas para atravesar
el mar maligno, espantoso,
el que escapa a cualquier excelencia,
el que es perfectamente inaccesible.
10
Tú, sin embargo, a partir de tu perfecta accesibilidad,
tú harás pronunciar las abundantes palabras
referentes a las normas de la obstinación,
y a tu morada, a fin de que yo pueda alcanzarla,
tú harás pronunciar las abundantes palabras,
Karai Ru Eté, Karai Chy Eté.
11
Puesto que es así,
hago que estén atentos,
no en vano hago que apliquen el oído,
los huesos de la vara- insignia, la gran cosa no pequeña.
12
Hago que estén atentos,
diles, yo te lo conjuro, las abundantes palabras
referentes a las normas del valor,
a las normas de la fuerza,
a las normas para obtener la obstinación,
a las normas para atravesar el mar maligno, espantoso.
13
Y es así, ciertamente,
a fin de que yo pueda atravesarlo,
el grande, el inmenso mar,
a fin de que yo pueda atravesarlo,
en cuanto a las normas de la Morada,
pronúncialas, yo te conjuro, las abundantes palabras.
14
En consecuencia,
puesto que hago que estén atentos,
¿por qué entonces no me pronunciáis las palabras abundantes,
vosotros que sois Karai Ru Eté, Karai Chy Eté,
a mí, que soy el que habéis adornado?
15
En cuanto a mí, que soy el que habéis adornado,
yo me mantengo atento,
y hago que ellos estén atentos,
los huesos del bambú, de aquella que habéis adornado,
los huesos de la vara- insigna, de aquel que habéis adornado.
1
Y bien he aquí, mis hermanos, mis hermanas,
para obtener las normas de la obstinación,
las normas de la completud, las normas de la completud,
para que lleguemos, nosotros, a la completud,
nos hemos levantado en el esfuerzo.
2
¿Cómo deberemos comportarnos, en realidad?
¿Qué dijo, en realidad, Ñande Ru Paparí?
¿Cómo vivió, en realidad?
¿Cómo Ñande Ru Paparí, para su propio ser futuro
ha sabido tan bien, en realidad?
3
Conforme a ello, vamos a comportarnos nuevamente,
mis hermanos, mis hermanas.
Gracias a ello ya nos levantamos en el esfuerzo
con la vara- insignia que Ñande Ru Karai
Eté ha concebido,
Nosotros la esgrimimos, nos agachamos, nos reincorporamos,
nosotros, los elegidos.
4
De nuevo él dirá las palabras, Karai Ru Eté:
¿de qué manera, antaño,
los que debían alcanzar la completud, se levantaban?
A propósito de las normas alimenticias,
¿cuáles, entre las numerosas palabras,
ha enumerado, antaño?
Las normas alimentic ias, las normas de la completud,
en cuanto a ellas, ¿cuáles ha dictado él, antaño?
5
Estas palabras, los elegidos la oirán de nuevo,
ellos han de orar, los elegidos.
En consecuencia, escucha lo que me han encomendado decir,
Karai Ru Eté, Karai Chy Eté:
los que no eran poco numerosos,
los destinados a la tierra indestructible, a la tierra
eterna que ninguna pequeñez altera,
todos ellos, tú has hecho que en verdad pregunten,
antaño, a propósito de las normas futuras de su
propia existencia.
E indudablemente, ellos los conocieron en su
perfección, antaño.
6
Las normas alimenticias,
él las ha elegido con cuidado, en realidad.
Después de eso, si nos invade el deseo
de no elegir los alimentos,
la completud no existirá jamás.
Se dice que fue dispuesto así, que los que han obtenido la
completud, ésos, antaño, han elegido los alimentos en su totalidad.
7
En consecuencia, nosotros los pocos numerosos compañeros
de fogón, indudablemente, no seremos avaros
en cuanto a la comida,
gracias al amor que sentimos
por nuestros pequeños hermanos, por nuestras pequeñas hermanas,
que comienzan a jugar sobre la tierra.
8
Por solicitud hacia sus vidas,
Karai Ru Eté les ha de decir, indudablemente, a ésos,
las normas para obtener la fuerza;
nosotros haremos, sin duda, que les sea distribuida,
por Ñande Ru Tenondé,
la manifestación de su solicitud,
a partir de la solicitud que él posee
nos apropiaremos de ella, así sea minúscula.
El nos la volverá perfectamente visible a nosotros,
nuestro padre Karai Ru Eté
a los que llevan el jeguaká, a los que llevan el jachuká.
9
En consecue ncia, a partir de este
momento, las últimas generaciones de
Jeguakáva,
si sienten el deseo de todas las cosas,
si sienten el deseo de consumir alimentos
numerosos y disímiles,
entonces, los últimos descendientes de los hombres
y de las mujeres
no se elevarán jamás a las normas de la completud,
a las normas de la fuerza.
10
El hombre, el Ñanderu, el que posee la completud
Ha elegido cuidadosamente la comida, sin duda;
en consecuencia, por no haber consumido los alimentos
en su totalidad,
el hombre, indudablemente, ha sido sus propias normas
11
Nosotros, que somos las últimas generaciones,
en adelante no nos abstenemos ya de nada,
nosotros no sabemos ya comportarnos.
Es por eso que utilizamos los instrumentos de los otros habitantes
de la tierra,
y que hasta la comida de los otros habitantes de la tierra,
nosotros, los elegidos, estamos poseídos por el deseo
de consumirla.
Karai Ru Eté, Karai Chy Eté
ya no quieren decir las palabras
para obtener las normas de la obstinación.
12
Incluso si es así, a nosotros los elegidos que observamos,
sin duda ellos harán decir de nuevo las palabras,
y puesto que es así,
nosotros los elegidos, nosotros los elegidos que
estamos atentos,
indudablemente observaremos cuidadosamente de nuevo,
a los que son las últimas generaciones, también a ellos,
de nuevo les dirán las palabras
Karai Ru Eté, Karai Chy Eté.
13
Puesto que es así,
a nosotros que somos los que elegimos la comida,
que es la comida de los habitantes de la tierra,
ellos les dirán las palabras en abundancia.
14
En cuanto a las que entre las mujeres son otras,
si vivimos sin verlas como objeto de admiración,
ellos les dirán las palabras en abundancia,
los que son Karai Ru Eté, Karai Chy Eté.
15
“Y bien, puesto que es así,
él ha alcanzado la completud, mi hijo.
Después de eso, mi hijo de naturaleza diferente,
vete sobre la tierra:
a los que son nuestros adornados, di las palabras
en abundancia, concernientes a las normas de la obstinación, a
las normas de la completud.
Puesto que es sin duda así,
puesto que de veras él se obstina y se yergue en el
esfuerzo,
nosotros haremos que él pronuncie verdaderamente
las normas relativas a su última morada,
las normas de la morada última, revelémosle:
hasta el inmenso mar
sin duda alguna él la atravesará, indudablemente”.
16
En consecuencia,
por pequeña que sea la amistad,
él no se convertirá en enemigo de sus propios compañeros
de hogar.
Si efectivamente, si no nos volvemos enemigos,
el que es nuestro padre, Karai Ru Eté,
nos hará sin duda dirigir las palabras
a Ñamandú Ru Eté,
las de las normas de la vida, de las normas de la completud.
17
En cuanto a los alimentos en su totalidad,
no dejemos volverse visible la avaricia;
la comida, la comida,
nosotros que vivimos como elegidos,
nosotros los elegidos con buena salud,
nosotros los elegidos queremos consumirla.
La comida de esta naturaleza,
a nuestros hermanos la ofrendaremos, en verdad,
la comida que es nuestra,
a nuestras hermanas la ofrendaremos,
desde luego, generosamente.
18
En verdad, es solamente de esta manera
que la amistad misma,
Ñande Ru Teno ndé podrá verla
verdaderamente. A partir de todo esto, en
verdad,
él establecerá las palabras
relativas a las normas de la obstinación.
19
Ahora sí,
en cuanto a la comida misma,
a causa del deseo que tenemos de mostrarnos avaros
con respecto a ella,
a causa de eso, ellos no dirán más las palabras
relativas a las normas de la perseverancia
a los que son objeto de su solicitud.
20
“Las normas de la solidaridad,
las normas de la amistad,
no las reciben más, mis hijos,
mis Jeguakáva, mis Jachukáva”.
He aquí lo que en verdad dijo Karai Ru Eté.
¡Escucha, oh Ñamandú!
Permítenos partir.
Haznos viajar sin incidentes.
Que tu hijo cuide de nosotros.
Que tus hijos cuiden bien de nosotros.
Haznos, luego, volver a partir sin dificultades.
Haz que viajemos sin dificultades, allá en la selva
adonde vamos.
A la mañana, ha znos de nuevo
partir. Haz que viajemos
nuevamente. Permítenos viajar y orar
de nuevo.
Partiremos después a través de la selva nuevamente.
Permítenos orar de nuevo a la mañana.
Haz que volvamos a partir bien.
Caminaremos de nuevo en la selva.
Haz que los niños se levanten con buena salud.
Y haz que regresemos a nuestra aldea
con excelente salud, junto a nuestras esposas.
ORACION ANTES DE LA CAZA
¡Escucha, Oh Ñamandú!
Que nosotros podamos hacer nuestra plantación.
Que nuestras siembras crezcan bien lo que
habremos plantado en tu nombre.
Oh, Ñamandú!
VllV f19 VM L
-
soixaL S O A J[
Considero que en esta segunda edición de Literatura Guaraní del
paraguay, es imprescindible comentar dos libros recopilados por
Carlos Martínez Gamba entre los mbya-guaraní de la Provincia
Argentina de Misiones. Y ello porque los textos transcriptos fueron
recogidos entre los mbya que han ido descendiendo desde el
Departamento del Guairá en Paraguay, siempre en busca de la
misma tierra sin mal, el anhelado yvy maraê`y. Martínez Gamba
explica en el prólogo del primero de esos libros que esos indígenas
pertenecían a las comunidades con las que había trabajado Don
León Cadogan en el Guairá, departamento del que ambos
compiladores son originarios. Ese pueblo trashumante y trasijado
continuó —esta vez hacia el sur— errando, con el mismo fervor
varias veces secular, a fin de poder recuperar los atributos perdidos
con la destrucción de la primera tierra, la perfecta, especialmente el
de la inmortalidad.
Madre de Dios.
SOBRAN LOS COMENTARIOS...
2.
3.
4.
1.
2.
3.
LEÓN CADOGAN
I
Erase mi abuelo grande absoluto, último, el Creador.
Antes que nada existiera, érase ya el Creador.
Ya antes de haberse colocado el centro de la tierra, érase el
Creador.
Ya antes de haberse extendido la tierra, érase el Creador.
Ya antes de haberse la tierra cubierto de pelusa, antes de existir los
bosques,
érase el Creador.
Ya antes de haber numerosas almas, érase el Creador.
Ya antes de multiplicarse las almas, érase el Creador.
II
Pues esta tierra la he levantado, dijo el Creador.
Por intermedio de Jasuká he levantado esta tierra, dijo el Creador.
Por intermedio del brillo de Jasuká he levantado esta tierra, dijo el
Creador.
Por intermedio de las llamas de Jasuká he levantado esta tierra,
dijo
Creador.
Por intermedio de Mba’ekuaá he levantado esta tierra, dijo el
Creador. ‘
Por intermedio de las llamas de Mba’ekuaá he levantado esta
tierra, dijo el
Creador.
Por intermedio de Jeguaká (adorno ritual que lleva el hombre en la
cabeza)
he levantado esta tie rra, dijo el Creador.
Por intermedio del brillo de Jeguaká he levantado esta tierra, dijo
el
Creador.
Por intermedio de las llamas de Jeguaká he levantado esta tierra,
dijo el
Creador.
Por intermedio del brillo de Ñanduá he levantado esta tierra, dijo el
Creador.
Por intermedio de las llamas de Ñanduá he levantado esta tierra,
dijo el
Creador.
Por intermedio de la Cruz he levantado esta tierra, dijo el Creador.
Por intermedio del brillo de la Cruz he levantado esta tierra, dijo el
Creador.
Por intermedio de las llamas de la Cruz he levantado esta tierra, dijo el
Creador.
III
Erase el Creador.
Efectivamente, yo hice que surgieran los cielos, dijo el Creador.
Por intermedio de Jasuká hice que surgieran los cielos, dijo el
Creador.
IV
Erase el Creador.
Ya he diseñado esta tierra, dijo el Creador.
VI
Erase el Creador
Aún no he hecho que esta tierra se multiplique, dijo el Creador.
Aún no he hecho que esta tierra resplandeciente se extienda, dijo el
Creador.
Aún no he hecho que esta tierra llameante se extienda, dijo el
Creador.
Aún no he hecho que, por intermedio de Jasuká, esta tierra
ensanche.
VII
Erase el Creador.
Aún no he divido (repartido) esta tierra, dijo el Creador.
(Continúa que aún no ha dividido esta tierra por intermedio de las
cinco divinidades, su brillo y sus llamas).
VIII
Erase el Creador.
Pues esta tierra, en verdad, se asemeja a la rodaja de un huso, dijo
el Creador.
Esta tierra se asemeja a la rodaja de un huso, esta tierra aún no es
gruesa, dijo el Creador
Aún no es gruesa esta tierra en que estoy pisando (pongo los pies),
dijo el Creador.
Aún no es gruesa esta tierra reluciente en la que descansanmis pies,
dijo el Creador.
Pues a esta tierra aún no he dado su forma, dijo efectivamente el
Creador.
Después de estas cosas, dijo el Creador, esta tierra esta próxima a
tener su forma, dijo efectivamente el Creador.
Por intermedio de Jasuká tendrá forma próximamente esta tierra,
dijo el Creador.
IX
Erase el Creador.
Bueno fue que se tuviera la intención de hacer que Jasuká se
encarnara (pusiera el pie)
Bueno fue que se tuviera la intención de hacer que el brillo de
Jasuká se encarnara.
Bueno fue que se tuviera la intención de hacer que las llamas de
Jasuká se encarnaran.
X
Erase el Creador.
Ya estoy aquí por repartir esta tierra, dijo el Creador.
Por intermedio de Jasuká estoy por repartir esta tierra, dijo el
Creador.
XI
Yo hice que esta tierra se enchanse, dijo el Creador.
Por intermedio de Jasuká hice que esta tierra se ensanchase, dijo el
Creador.
Erase el Creador.
Hizo el Creador que esta tierra se ensachara para sus futuros hijos.
Hizo el Creador que esta tierra se ensanchara para sus futuras hijas.
Hizo el Creador que esta tierra se ensanchara para los futuros hijos
de Jasuká.
Hizo el Creador que esta tierra se ensanchara para las futuras hijas
de Jasuká.
(Sigue diciendo que “hizo que esta tierra se ensanchara para los
futuros hijos y las futuras hijas” de Mba`ekuaá, Jeguaká, Ñanduá
y Kurusu o Mba`e Marangatú)
XIII
Erase el Creador.
Bueno fue que hicera ver esta tierra a los hijos de Jasuká.
Bueno fue que hiciera ver el brillo de esta tierra a los hijos de
Jasuká.
Bueno fue que hiciera ver las llamas
XIV
Erase el Creador.
Ya estamos pisando esta tierra, dijo el Creador.
Ya estamos pisando esta tierra reluciente, dijo el Creador.
Ya estamos pisando esta tierra llameante, dijo el Creador.
Ya estamos pisando esta tierra tronante, dijo el Creador.
Ya estamos pisando esta tierra perfumada, dijo el Creador.
Ya estamos pisando esta tierra reluciente perfumada, dijo el
Creador.
XV
Erase el Creador.
Estamos apartándonos de esta tierra, dijo el Creador.
Estamos por apartarnos de esta tierra brillante, dijo el Creador.
XVI
Erase el Creador.
Pues ya estamos por abandonar esta tierra, pues esta tierra ya está
por deslizarse debajo de nuestros pies.
Esta tierra reluciente está por pasar debajo de nuestros pies.
Esta tierra tronante ya está por deslizarse debajo de nuestros pies.
XVII
Erase el Creador.
Dicen que dijo el Creador (o dijo, efectivamente): He reunido,
ciertamente, a los hijos de Jasuká; he reunido, ciertamente, a las
hijas de Jasuká.
Dijo el Creador: He reunido, ciertamente, a los hijos de
Mba’ekuaá; he reunido, ciertamente, a las hijas de Mba’ekuaá.
Dijo el Creador: He reunido, ciertamente, a los hijos de Jeguaká;
he reunido, ciertamente, a las hijas de Jeguaká.
Dijo el Creador: He reunido, ciertamente, a los hijos de Nanduá; he
reunido, ciertamente, a las hijas de Ñanduá.
Dijo el Creador: He reunido, ciertamente, a los hijos de la Cruz; he
reunido, ciertamente, a las hijas de la Cruz.
He reunido, ciertamente, a los hijos de la Cruz Llameante, a las
hijas de la Cruz Llameante.
XVIII
Dijo el Creador: Como flores de una misma planta son los seres de
los hijos de Jasuká; como flores de una misma planta es el ser de
las hijas de Jasuká.
Como flores de una misma planta es el ser de los hijos de
Mba’ekuaá; como flores de una misma planta es el ser de las hijas
de Mba’ekuaá.
Como flores de una misma planta es el ser de los hijos de Jeguaká;
como flores de una misma planta es el ser de las hijas de Jeguaká.
Como flores de una misma planta es el ser de los hijos de Ñanduá;
como flores de una misma planta es el ser de las hijas de Ñanduá.
Como flores de una misma planta es el ser de los hijos de la
Cruz, de las hijas de la Cruz.
XIX
Erase el Creador.
Los hijos de Tupâ ya se han revelado, dijo el Creador.
Las hijas de Tupâ ya se han descubierto, dijo el Creador.
(La misma fórmula prosigue con los hijos y las hijas de Jasuká,
Mba’ekuaá, Jeguaká, Ñanduá y la Cruz).
XX
Erase el Creador.
Los hijos de Che Ru se han revelado.
Las hijas de Che Ru se han revelado.
A los hijos de Jasuká se han revelado los hijos de Che
Ru. A las hijas de Jasuká se han revelado los hijos de Che
Ru.
XXI
Erase el Creador.
Si llevara a lugar visible a los hijos de Jasuká.
Si llevara a lugar visible a las hijas de Jasuká.
(La misma fórmula prosigue con los hijas y las hijas de Jesuká,
Mba’ekuaá, Jeguaká Ñanduá y la Cruz).
XXII
Erase el Creador.
Si llevara a lugar completamente despejado a los hijos de Jasuká.
Si llevara a lugar completamente despejado a las hijas de Jasuká
XXIII
Erase el Creador.
Si, hallándose ya en lugar completamente visible, les llamara el
Creador.
XXV
Erase el Creador.
Ya se cuenta del verdadero Piraguái, dijo el Creador.
Ya se cuenta que a Jasuká se le ha provisto de Piraguái, dijo el
Creador.
Ya se cuenta que a Jasuká brillante se le ha provisto de
Piraguái,
dijo el
Creador.
Ya se cuenta que a Jasuká Llameante se le ha provisto de Piraguái,
dijo el
Creador.
Erase el Creador.
Pues heme yo aquí, ciertamente, para dueño de todo ello, dijo el
Creador.
Para dueño de Jasuká, para due ño de Jasuká Brillante, para dueño
de Jasuká
Llameante.
XXVII
XXVIII
(Y termina):
Ya se oye distintamente que el Pájaro Eterno Privilegiado nos
habla.
Ya se oye distintamente que el Pájaro Eterno Privilegiado genuino
nos habla
XXX
XXXI
Aquí está el lugar en donde uno se adorna, aquí están los hijos de
Che Ru.
Aquí está el lugar en donde uno se adorna, aquí están las hijas de
Che Ru.
XXXIII
XXXIV
He aquí las puertas del Paraíso; he aquí las puertas brillantes del
Paraíso; he aquí las puertas llameantes del Paraíso; he aquí las
puertas tronantes del Paraíso.
XXXVI
XXXVII
XXXVIII
XL
XLI
XLIII
XLIV
XLVI
Erase el Creador.
He aquí Ñande Ruvichá (Nuestro Jefe).
He aquí Ñande Ru (Nuestro Padre).
He aquí en verdad, Ñande Ruvichá.
He aquí, en verdad, el Creador, habiendo tomado asiento con su
propio ser.
Erase el Creador, érase el Creador.
CANTO RITUAL DE TACUARA LLAMEANTE
DIVIANA GRANDE *
INTRODUCCION
[takuára:
II
IV
VII
Ven, para que puedas ver tu sitio debajo del árbol, Paca.
Ven, para que puedas ver tu sitio debajo del árbol,
Armadillo.
Ven, para que puedas ver tu sitio debajo del árbol, Acutí.
IX BENDICION DE LA
MIEL
X
LO QUE INDUCE A LOS ANIMALES (COMESTIBLES) A
MORIR EN
LOS BARREROS
XII
DE LO QUE SE AVERGÜENZA TUPICHA (ESPIRITU
FAMILIAR)
XIII
LO QUE BORRA EL PAPEL DE LOS ANIMALES
COMESTIBLES
XIV
XV
COMO SE CONVERSA CON EL DUEÑO DEL ARBOL
(TALLO) DE
LA NIEBLA (DUEÑO DE LA LLUVIA)
XVI
CANTO (PROFANO) DEL COLIBRI
EL AMOR MUTUO
KOTYHU
GUAHU
Para que los niños no se críen mal (de balde), al nacer los hijos de
Jasuká han de venir a la casa del jefe de la comunidad para que
imponiéndoles las manos, los bendiga, para que no se vean en
situaciones (enojosas) de conflicto (enojo, furia) quienes así
[hacen] se crían bien; no se verán en dificultades con sus prójimos
(semejantes) cuando sea mayor (hombre) no se verá (metido) con
maleficios (hechicería), no se verá frente a los Seres Inquietos,
tampoco se encontrará (atacado) por las víboras venenosas (los
hijos de la dueña de las víboras), tampoco se encontrará con los
tigres en el monte (habitantes malignos de la selva).
Antes de que el niño “se sienta” (tenga consciencia de su alma),
para esto está la bendición sobre él; para que habiendo crecido del
todo, si es hombre respete a su suegro y su suegra; si es mujer para
que respete al padre de marido (su suegro), para que respete a sus
propios cuñados. Habiendo sido así sabe escuchar atentamente,
acepta la palabra de su propio padre, de su madre, no es más
ignorante, sabe juzgar (igualar) las palabras de sus semejantes.
Parece que ahora es [de nuevo] costumbre como fue habitual
semejantemente (lo semejante de antes) para sus antepasados
(abuelos) primigenios. Esto es lo que se suele (es habitual de)
contar con los descendientes, esto es para que sea apreciado
justamente entre todos los vecinos; pata lograr la conformidad
entre todos los vecinos, para que no haya discordias
(sacudimientos, peleas) entre los vecinos, para que los hijos de
Tupâ no se encolericen (acaloren) luego, [sino] que en la fiesta
[chicheada] hablen ordenadamente (pongan las cosas en hileras).
Esparcidas todas estas palabras verdaderas (y perfectas) en un
principio había sido.
[Con] Nuestro modo de ser como fue el comienzo para que no nos
enferme cualquier cosa de balde (para que nada malo nos afecte),
hemos de concordarnos (conformarnos) de los lugares divinos
(cielo).
Está el tiempo (cielo, lugar divino) de Nuestro Abuelo Eterno, está el
tiempo (cielo) de Pa’i Kuara, está el tiempo (cielo) de Pa’i Ñamói.
Siendo esto así para todos, para que lo perfeccionemos (para que lo
hagamos bien), siendo así para que todas las cosas sean buenas
(como deben ser, perfectas). Existen muchos que ya no pueden,
entonces que ellos ni siquiera llamen (pronuncien su nombre). Ellos
ahora, aquellos quienes ya no pueden, si responden al tiempo, pone
sus pies la enfermedad. En verdad (en lo perfecto) en el tiempo
perfecto al asomar las plé yades has de levantarte cada mañana para
hacer tu bendición. Siendo así con el tiempo bueno (de la madurez)
al estar bien las cosas se ablanda la enfermedad. Esto es el tiempo de
ponernos alineados (para las ceremonias), así las palabras
acaloradas, todas las cabezas encolerizadas se hacen más bien
alegría. Esto fue luego al principio, para esto (para que sea así) no
se adorna el arco, Nuestro Abuelo Eterno mismo luego no lo adorna;
no hemos de adornar nuestras manos [con armas].
De esta manera en la gran fiesta (borrachera) no tenemos que ser
ignorantes (desconocedores de nuestra ley) para que no nos
levantemos coléricamente unos contra otros. Que de ninguna manera
se nos ocurra dejar (poner) de lado nuestra ley de los principios
(origenes).
Iluminemos como de costumbre a los tupâ tavyterâ.
Nuestro padre dice a nosotros cuando nos casamos:
“Ahora te traen, muchacho, la que va a ser tu adorno (tu esposa), ya
estás como para poder alegrarte plenamente con tu futura
descendencia.
He aquí, que, si tienes (llegaras a tener) hijo, estás ahora ya como
para mirarle (atenderle), ya eres persona casada tú, dentro de poco,
si voy a tu casa estate (seas) luego como de costumbre (se debe); que
[yo] no tenga que andarte atrás con palabras (colgarte detrás
palabras). Tú eres pues el dueño del tiempo (de los días, el
responsable) de los pequeños, dentro de poco cuando yo no esté
más, sé (está) tú para ellos luego como se debe (es de costumbre). A
(de) todas las plantitas (retoños) tú te quedas siendo ya como el que
ha de ser respetado, tu esposa del mismo modo (semejante a ti)
también tiene su modo de ser (su responsabilidad); entonces, mismo
si tú no estás, lo mismo que tú, también tiene su deber. Esto eres tú
(tú mismo eres); cuando las plantitas estén maduras tu misma esposa
ya ha de mirar (atender) todo, para hacer la cruz al medir la tierra
(para distribuir en ellas las cosas) ella también, y de allí ha de traer
para (ser rezado) rezar (sobre los productos que trae, lo que será
objeto de rezo), de esta manera se alegran los Jakaira, pues también
ellos son los orientadores (los introductores) de nuestra ley.
Para esto se bendice la tierra. Esta es luego nuestra ley de los
principios”.
NUESTRO ABUELO GRANDE ETERNO
PA`I KUARA
EL LUGAR SAGRADO
era
poderoso, colocó el centro de la tierra de modo que no se
hunda;
estaba ensanchado (multiplicando) lo que ha de ser de uso de
(han
de usar) todos los Tupâ. El surgió al principio, estuvo surgiendo
para tener su propia naturaleza (modo ser). Mi Abuelo Grande
Eterno había sido, estuvo dando claridad a la tierra mi Abuelo
Grande Eterno había sido: “yo soy el que estoy levantándome yo
soy el que estoy naciendo (descubriéndome)”; en el principio,
cuando los Tup â no eran muchedumbre no se habían
hecho numerosos).
Nuestro Abuelo Eterno hizo la tierra por la [por amor de la ley
hizo] ley del amor lo hizo, para que no haya discusión (no
discutamos) unos con otros [para] todos los Tupâ, para todos los
hombres, para que nos amemos igualmente los unos a los otros.
Después de haber usado toda esta tierra vamos al otro mundo (a
morir) para llegar a lo de Nuestro Abuelo Eterno. Después de usar
ordenamente esta tierra nos desprendemos (nos morimos) para no
ir al lugar marcado para [de] los seres destructores (dueño de la
destrucción). Allí nos volvemos (hacemos) perfectos; después de
haber andado (andar) con confianza, después de haber usado
(usar) esta tierra adecuadamente (correctamente) llegamos a la
morada de Nuestro Abuelo; allí es que vamos a ser verdaderamente
perfectos.
NUESTRA COMUNIDAD
Mi Abuelo Grande Eterno [que] los Paî Tavyterâ, [que] todos los
semejantes Paî Tavyterâ, [que] todos los semejantes Paî Tavyterâ
(los habitantes de la verdadera morada(maloca )) no han de
comprar tierra, esto es lo contado ciertamente (mandado). Para que
todos los dioses estén con nosotros (invitados), no ha de ser bueno
luego que los Tavyterâ compren tierra, [sino] para usar todos
juntos de manera igual (igualitariamente). A los Paî Tayterâ ni
siquiera hemos de distribuir (lotear) la tierra. Por nuestra
ignorancia (desconocimiento), los hombres la enajenamos
continuamente uno a otro.
Hacemos de nuevo la genuflexión (alineados; hagamos en fila
nuestra genuflexión) trabajamos a igual, unifiquemos las palabras.
Es posible que usemos herramientas [de hierro] para el rozado.
Llega el tiempo oportuno (perfecto) en que comienzan de nuevo
los Jakaira las plantaciones. Junto con esto las sementeras serían
buenas. Una vez todo cumplido haremos el canto [religioso]. De
esta manera haremos progresar (llevaremos un poco más adelante)
nuestra comunidad, volvemos a adornar (honrando, cuando
adornamos) de nuevo a los Jakaira, somos felices todos juntos
(unos con otros). Estamos ya en el primigenio (tradicional). Ahora
de nuevo nos he mos encontrado en lo primigenio (con todo
cuanto es del origen).
TE Os
A P A PO K 1JViA
Se incluyen en un mismo capitulo los textos de estos dos grupos
guarani, que hacen parte de la misma parcialidad.
Los Apapokúva, de la frontera paraguayo-brasileña fueron
los primeros en librar sus textos míticos, gracias a la ya aludida
tarea de Kurt Nimuendajú. Además de las calidades literarias
intrínsecas, estos cantos tuvieron el mérito de revelar —a los no
Guaraní— la existencia de toda una literatura nutrida en los
valores y creencias propias, la vieja e indestructible voz
multitudinaria que los Guarani vienen cantando desde la raíz del
tiempo, y que es como el aliento que les confirma en la
certidumbre del propio ser colectivo. Esta es la importancia que
para los estudiosos posee el corpus recogido por Nimuendajú y
que fue traducido al español y al guaraní paraguayo (una
verdadera proeza de aplicación y de entusiasmo) por Juan
Francisco Recalde, quien lo dio a conocer en una edición de autor
tirada a 100 ejemplares mimeografiados, en 1944. Se puede ver
el carácter limitado, semiinédito de estos poemas, cuya
importancia es sin embargo enorme. La prueba del impacto
limitado es que mucho tiempo después, la comunidad nacional
(paraguaya) siguió nutriéndose de las falsedades creadas por las
construcciones reductoras de la colonia.
Casi 50 años después de Nimuendajú, Miguel Alberto
Bartolomé, recoge un corpus de la mitología entre otros miembros
de la misma parcialidad, conocidos como
Ava-Chiripá, autodenominados Ava-Katu-Eté (los verdaderos
hombres). Estos indios son considerados los más aculturados de
las cuatro parcialidades Guaraní del Paraguay oriental. Habiendo
integrado las Misiones durante 150 años, volvieron a la vida
selvática luego de la expulsión de los jesuitas. Actualmente
habitan en los departamentos paraguayos de Alto Paraná y
Caaguazú. Bartolomé los define así: “En estos momentos
constituyen el grupo guaraní más aculturado del oriente
paraguayo. Incluso, algunos de ellos han alcanzado situaciones
económicas similares a las del campesinado, llegando a poseer
caballos y animales de pastoreo, no siendo esta situación común a
las demás parcialidades. Pero si bien algunos de lo Chiripá se
desempeñan como peones rurales, la mayoría mantiene la
estructura de una vida tribal nucleados en torno a los Ñanderú:
Nuestro Padre (dirigentes shamánicos de gran prestigio). Incluso
aquellos que trabajan para los criollos, suelen regresar a la vida
comunitaria por ser aún más fuertes los lazos de solidaridad tribal
que los unen”. (Shamanisrno y religión entre los Ava-Katu-Eté).
Los textos recogidos por Miguel Bartolomé están muy
próximos —por la temática y la estructura del relato mítico,
como el autor lo explica en la introducción— a los transcritos por
Nimuendajú entre los Apapokúva.
Varios poemas cortos recogidos por León Cadogan entre
los Chiripá Yvy Pytá, en 1952, completan el material incluido. De
una factura part icular —como fragmentaria o resultado de un
leve trazo aislado— los Kotiú (“piropos, chanzas, requiebros que
se dirigen hombres y mujeres en medio de la danza”), y los guaú
(recitados que acompañan las danzas en una del mismo nombre),
son poemas que, como se puede ver, existen también en las
literaturas precedentemente tratadas.
Finalmente, se incluyen varios Kotiú recogidos y
traducidos por Bartomeu Meliá, y una versión del origen del
fuego, transcripta por Pierre Clastres.
R.B.S
LEYENDA DE LA CREACION
Y JUICIO FINAL DEL MUNDO *
(EL PRINCIPIO)
LEYENDA DE LA CREACION (LOS DE ARCO LARGO)
1
Ñanderuvusú vino solo, en medio de la oscuridad se dejó ver. Los
eternos murciélagos ya estaban allí y lucharon [con él] en la
oscuridad. Ñanderuvusú tenía el sol sobre el pecho. Y trajo el
eterno palo cruzado, lo colocó hacia Naciente, pisó encima,
empezó la tierra [a nacer]. Hoy día, el eterno palo cruzado quedó
como sostén de la tierra. Luego que él quite el sostén caerá la
tierra. Después trajo el agua.
2
Después Ñanderuvusú encontró Ñanderú Mbaekuaá a su lado. Y
Ñanderuvusú le dijo a Mbaekuaá: “¡Encontramos la mujer!”
Entonces habló Ñanderú Mbaekuaá: “¿Como habemos de
encontrar una mujer?” Ñanderuvusú habló: “¡La encontraremos en
la vasija!” Y él hizo una vasija de barro y cubrió la vasija.
Momentos después, Ñanderuvusú a Mbaekuaá: “¡Vete a ver la
mujer en la vasija!” Ñanderú Mbaekuaá fue a mirar; la mujer
estaba en la vasija. Y él la trajo consigo.
3
Después Ñanderuvusú hizo su casa, en medio del sostén de la
tierra. Y Ñanderuvusú le dijo a Mbaekuaá: “¡Vete a probar la
mujer!” Mbaekuaá se fue y probó la mujer. No quería mezclar su
semen con el de Ñanderuvusú y Nanderú Mbaekuaá colocó su
semen aparte. Y de una única madre se formo el hijo de
Ñanderuvusú y de Ñanderú Mbaekuaá, ambos dentro del vientre
materno. Luego después Nanderuvusú se fue.
5
Y Ñanderuvusú tomó la cadena de pecho, la calabaza de danza y
también el palo cruzado, la corona de plumas la colocó en su
cabeza. Salió, dio vuelta y se fue. Llegó al sendero del tigre
primitivo, hincó en el suelo el palo cruzado, desviando sus rastros
[de la persecución de su mujer].
6
Su esposa llegó de vuelta de la plantación, vino llegando a la casa.
Cuani llegó ya no estaba Ñanderuvusú. Su esposa tomó la calabaza
para agua, proveyó también de la tacuara [de danza], salió, dio una
vuelta [a la casa], se fue atrás de su esposo, se fue.
7
Después de ir un poco, su hijo pidió una flor. Cogió una flor para
su hijo, prosiguió. Después dio unos golpes sobre el alojamiento de
su hijo, y le preguntó a su hijo: “¿Por dónd e ha ido tu padre?”
— “Por aquí se ha ido”. Después de ir un poco, su hijo volvió a
pedir una flor. Cogió nuevamente una flor, ocasión en que le picó
una avispa. Entonces le dijo a su hijo: “¿Para qué fin, no
estando todavía en este mundo, quieres una flor y me haces picar
por una avispa?”
Su hijo se quedó enojado.
8
Y se fue de nuevo, llegó a [donde estaba] el palo cruzado.
Entonces preguntó de nuevo a su hijo: “¿Por dónde ha ido tu
padre?” —“¡Por aquí se fue!” Mostró el camino del tigre primitivo.
Prosiguió y llegó a la casa del tigre. La tigre-abuela le dijo: “¡Ven
aquí que yo te esconda de mis hijos, mis hijos suelen ser muy
desobedientes!”
La cubrió con una gran fuente.
9
Después de tardecita, sus hijos vinieron llegando, trayendo buenas
piezas de cerdo montés para su abuela. Los que llegaron atrasados,
nada mataron. Vinieron, llegando vinieron.
“¡Has estado muy afortunada, madre-abuela!” Luego saltaron
sobre la fuente, destruyeron la fuente; luego mataron a esposa de
Ñanderuvusú. Dijo la tigre abuela: “¡Desdentada estoy desde
hace rato, mis nietos! ¡Traedme los gemelos, sacadlos para mí,
ponedlos en agua caliente, que los voy a comer!”
10
Los llevaron para el agua caliente. Después los pusieron en el agua
caliente. Después tocaron: se había enfriado el agua caliente.
Después: “¡Pisadlo en el mortero!” Los llevaron y los pisaron.
Después se les estiró el pescuezo. “¡Llevadlos debajo de las
brasas!” Y los llevaron de nuevo a poner. Luego tocaron en las
brasas: enfriadas nuevamente estaban.
11
Y Ñanderykeý ya abría un poco los ojos. Y la tigra abuela dijo:
“¡Habían sido animales domésticos, mis nietos! ¡Llevadlos sobre
el cedazo al sol, nietos!”
Y los llevaron sobre el cedazo al sol. No había pasado mucho rato
que, Ñanderykeý, comenzaba a incorporarse. Tyvyry ya
comenzaba a gatear. Lue go al oscurecer, casi ya se levantaba del
todo. Ya se va a pedir el aparato para matar pajaritos: “¡hazme mi
flecha de matar pajaritos, tío!” Ahí el tigre hizo la flecha de matar
pajaritos para él. Fue por el patio, ensayándose a matar
maripositas.
12
Cuando ya se hizo más fuerte, se iba por al s capueras, matando
algunos pajaritos, con su hermano. La tigre abuela le dijo: “De este
lado no debéis ir, de este otro podéis jugar, nietos míos”. Después:
“¿Con qué motivo nos dijo la tigre abuela, por aquí no debéis ir a
jugar, hermanito mío?”
“¡Vamos sí, a ver lo que hay!”
Entonces se fueron con su hermanito.
13
Y encontró un yacú. Lo flechó; vino cayendo. Y dijo: “¿Por
qué me flechaste, procurando, para la que mató a su madre, comida
de cacería?”
“¡Chúpame sí la herida de tu flecha!”
Entonces le chupó la herida de su flecha, curando de nuevo al
yacú, prosi guiendo camino con su hermanito.
14
Y vino el papagallo.
Y él contó en seguida:
“¡Alla, aquella abuela es la que ha matado a tu madre!” Entonces
lloró su hermanito: “¡habíamos perdido nuestra madre al venir al
mundo!”
15
Después se fueron Ñanderykeý con su hermanito, bajaron a un
pequeño lago. “¡Lavé monos la cara, hermanito mío, de lo
contrario la tigre abuela se apercibirá de que hemos llorado!”
Después se lavaron y cuando terminaron de lavarse, los bordes
del lago se alejaron cada vez más. Luego a su hermanito; “¡basta
de lavarse, estos lugares los vamos a dejar!”
16
Luego después, Tyvyryí ya quería matar. Después encontró la
carcasa de su madre e hizo su madre.
Tyvyryí quiso mamar, su madre se esfumó nuevamente. . . Es por
esta circunsta ncia que las mujeres no tienen los pechos
iguales.
17
Después se fueron de nuevo a la casa de la tigre-abuela. Se fueron
llegando “¿Por qué tenéis los ojos tan hinchados, aquí llegando,
nietos?” —No, no es eso, las avispas nos han picado”. —“Estáis
viendo: Ahora de ese lado, vayais, os decía siempre”.
18
Después se fueron de nuevo a matar pajaritos. Hacia donde he
dicho encaminaron de nuevo. Tyvyryí quiso mamar: “¡Ya no
podemos rehacer nuestra madre, hermanito; voy a hacerte frutas!”
Luego pisó sobre un árbol. Pisó bajo el árbol e hizo vapurü.
Tyvyryí probó la tal cosa, y le dijo el hermano mayor:
“¡Tiene la semilla muy grande!”
19
Después prosiguió, nuevamente pisó sobre el árbol, e hizo
guaviraeté. Lo probó nuevamente: “¡Tiene mucha pulpa
nuevamente, también esto, hermano!”. Después volvió a pisar
sobre la madera e hizo guavirayú.
Probó de nuevo:
“¡Esto sí tiene gusto dulce! (me parece
dulce!”)
20
Después prosiguieron, llevando guaviraeté, y guavirayú. El
guavirayú que habían llevado lo escondieron de la tigre-abuela; el
guaviraeté que hat llevado lo dieron a la tigre-abuela.
21
Y ellos volvieron siempre de nueva a la capuera, hicieron una
trampita, armándola con una espiguita de maíz. Después vino el
tigre: “¿Qué cosa estáis haciendo aquí?” —“Hemos hecho una
trampita, tío”. “¡Esta cosa vale nada, aquí no cae nada!”
Arrojó la trampita.
Después Ñanderykeý la trajo de nuevo, la montó de nuevo en
su sitio. Otro [tigre] de nuevo vino:
“¿Qué estáis haciendo?”
“A mi hermanito lo estoy haciendo jugar”. —“¡Esta cosa no vale
nada, aquí no podrá caer!”
Arrojó de nuevo su trampita, Ñanderykeý la trajo de nuevo, la puso
en su sitio.
22
Después: “¡Vamos a dormir al oscurecer al pie de nuestra trampita,
hermanito!” Después se fueron, hicieron fuego cerquita de la
trampita y vigilaron. Después al amanecer hizo bajar una gruesa
vela en la trampita. Después a su hermanito: “¡algo ha bajado en
nuestra trampita, hermanito!” Fueron a examinar la trampita,
tocaron en la cuerda [que sostiene el peso]. Estaba bien tensa la
cuerda. También ya se veía el abismo eterno.
23
Después al amanecer volvió el tigre: “¿No ha caído nada en tu
trampita, nieto?” “No, nada ha caído”.
Después dijo el tigre: “¡Es una cosa mal hecha, en que nada puede
caer!” “¡Siendo así, entra a probar nuestra trampita!” Entró y cayó
el tigre en la trampita. Lo sacó y lo arrojó al abismo. Después vino
otro:
“¿Ha caído algún ratón en tu trampita?” Luego le contestó: “No ha
caído”. Después: “Esto está mal hecho, nada caerá en él”.
“¡Si eso es así, entra a probar nuestra trampita!” Entró,
cayó
también. Después, los que venían atrás, ya se apercibían del mal
olor de las respectivas deyecciones. Fue sacándolos y arrojándolos
en el abismo, se encaminaron, se fueron.
24
Después, ahora sí: “Vamos adelante hermanito”. Se fue a llevar
guaviraeté a la tigre-abuela.
“¿De dónde lo habéis traído, nietos míos?”
“Lo hemos traído del otro lado del manantial”. —“¿Habéis traído
mucho, nietos míos?”
—“Hemos traído mucho de allí”. —“¡Mañana iremos y los haréis
caer para nosotros!”
Entonces la tigre hembra preñada:
“¡Si ya no hubiera sido de noche yo hubiera ido enseguida, mañana
temprano iremos!”
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“En la tierra vais a morir todos. Ya no debéis
volver.
Ahora quedaos aquí”.
TEXTOS AVA-KATU-ETÉ *
“Nosotros sabemos que para que existiera esta tierra, había uno
que sería nuestro padre. Ñanderú Guazú es el que sería nuestro
padre. El vino del poniente, vino por esta nuestra tierra y se fue
hacia el oriente. Se fue hacia el oriente por un sendero abierto en la
selva. Se fue rompiendo ramas y follaje para que hubiera sendero.
Ñanderú Guazú ya había planeado toda esta tierra. Ya la había
colocado sobre el Yvyrá Yoasá (Palo Cruzado). La forma en que
nosotros habitaríamos esta tierra ya había sido pensada por él.
Ñanderú Guazú no estaba solo, Ñanderú Mbae Kua’a estaba con
él...
II. APARICION Y CULPA DE LA MUJER
. . .Entonces ella se fue por uno de esos senderitos. Para esa época
ya Kuarahy hablaba desde el interior del cuerpo de su madre.
Tomó entonces ella su ayó (canasto) y se fue detrás de Ñanderú
Guazú. Se fue la mujer por el camino y mientras iba caminando le
preguntaba a Kuarahy si era bueno el camino que seguía. Kuarahy
era como el guía de ella. Después de un tiempo llegaron hasta el
cruce de dos caminos. La mujer de Ñanderú Guazú no sabía cuál
camino seguir. Ya estaba por elegir uno de los caminos, cuando su
hijo le habló desde el vientre: —Vamos a seguir ese, vamos a ir
yendo por ese camino más cerrado, vamos a ir derecho, —así le
habló Kuarahy a su madre. Así la iba guiando por los caminos.
. . .Un día Kuarahy le dijo a Yacy: —Por qué será que nuestra
abuela no quiere que vayamos al Cerro Azul, vamos a ir a
descubrir qué es lo que hay allá, vamos a subir uno por cada lado
del cerro y vamos a matar a todos los pájaros que veamos, el
primero que los ve tiene que matarlos. Fueron entonces los dos al
Cerro Azul y comenzaron a matar todos los pájaros que veían.
Mataron así a un yacú que les quiso hablar pero ellos no le dejaron,
lo mataron antes de que pudiera hablar. Pero Ñanderú Guazú había
envido un mensajero. Ese mensajero era un parakaó (papagallo),
un parakaó que hablaba. El parakaó estaba parado en la punta de
un árbol seco. Cuando Yacy lo vio, preparó su arco y le tiró una
flecha para matarlo, pero le erró porque Yacy nunca tuvo muy
buena puntería. Kuarahy preparó su arco entonces y le tiró una
flecha para matarlo, pero esta vez fue la primera que Kuarahy erró
un tiro. Cuando la flecha le pasó por el lado el parakaó dijo:
—Dejáos de matar pájaros, están dando de comer a la que mató a
vuestra madre. Se arrepintió entonces Kuarahy y también se
arrepintió su hermano Yacy. Después el parakaó habló de nuevo:
—Ustedes quieren mucho a su abuela, pero ella los quiere mucho
porque mató a vuestra madre. Desespera dos quedaron Kuarahy y
Yacy ante esas noticias.
Para que quedara el Mbore (tapir) sobre la tierra, cuentan que fue
Ñanderú a la selva con sus flechas. Anduvo y anduvo por la selva
hasta que escuchó un ruido, algo dijo: ¡Chá! ¿Qué será eso?, se
preguntó y fue a buscarlo, fue y vio, se le acercó. ¡Chá!, se escuchó
otra vez y Ñanderú se acercó más aún. Entonces vio un gusano, un
enorme gusano. Entonces también Ñanderú dijo: ¡Chá! y ¡Chá!
dijo de nuevo el gusano. Entonces dijo el hombre: Le haré un
chiquero. Hizo un gran chiquero y lo dejó allí dentro. Después de
mucho tiempo volvió al lugar y ya estaba más grande el futuro
tapir. Ya se le veían el comienzo o imitación de las patas (ohá
engapama). Volvió [Ñanderú] a su casa y después de mucho
tiempo regresó y ya lo encontró parado y convertido en Tapir. Por
eso nuestros antepasados decían que Mbore es el producto del
gusano del waa-poy (higuera silvestre).
Me espanta inevitablement
e el canto del kúi-kúi.
Veo mis huellas
en todos los caminos de los
hombres después de haber matado
al muchacho torpe.
KOTYU
1
De tardecita – cita
cantan los pájaros
de tardecita - cita.
2
Mi collar, mi collar
lo llevaste, pájaro;
mi collar lo llevaste pájaro,
mi collar lo llevaste,
lo llevaste, pájaro.
3
Vinimos recorriendo los parajes
en donde abunda la fruta chica.
Son esos parajes los que siempre recorremos.
Es por esos parajes
que siempre me trae,
por esos parajes en donde abunda la fruta chica.
4
Vámonos sin rumbo, pues, dice el pájaro,
mientras va atardeciendo, pues, dice el pájaro.
De tardecita - cita, dice el pájaro.
Vámonos pues sin rumbo - rumbo,
dice el pájaro.
KOTYU *
Me voy, ya me voy,
no me volverás a ver. . .
* La versión chiripá del origen del fuego, recogida por Pierre Clastres, muestra
elementos diversos de aculturación: caballos, hombres blancos, fósforos. Al
mismo tiem po confji -ma la desconfianza de los indios hacia el blanco.
Los autodenominados Aché, conocidos en Paraguay con el nombre
de Guayakí, son considerados como proto-Guaraní o Guaraní
arcaicos. El parentesco lingüístico, así como otros rasgos de su
cultura permite incluirlos en la gran familia Guaraní, aunque los
elementos de la cultura material Aché los ubica como hombres del
paleolítico.
R. B. S.
UN PUEBLO QUE CANTA SU MUERTE
LA CACERIA EN LA ACTUALIDAD
LAS TRADUCCIONES
LAS CANCIONES
MARK MÜNZEL
CANCION DE AIRAGI *
1
Aquellos Aché que fueron,
ya en la tierra sin mal
ataron sus flechas hermosamente eternas
con fibras de pindó.
Mientras el astil de nuestras flechas
—ahora sin sangre—
lo cantan con escarnio y con odio.
2
Semejante a un Aché
el excelente pájaro cazador
se volvió un Aché.
El que me perforó el labio,
el de la flecha con pluma de cañón
blanco,
* Airagi significa “Persona cuya alma tiene algo de Tayra (muchacho) bárbaro”.
Su nombre cristiano “Leocadio Pereira”, para é1 mismo impronunciable. Llegó
a la Colonia a los 16 años; ahora tiene 31. Esta canción representa una huida
pero no al recuerdo del pasado, sino a la esperanza de un futuro extraterrenal. El
cantor inicialmente transformado en su anciano padre, se convierte ahora en un
difunto más jo ven. El cantor encontrará a sus hermanos en Más Allá, donde “ya
no serán amansados”. Los antepasados lo recogerán “por medio de una cuerda
liana” hacia el “Centro”: el sol.
siempre acertaba;
nosotros lo hemos dejado atado por el monte,
entre los de antes, ahora nuestros enemigos.
4
El que es semejante a un Aché,
y nunca es joven
—el coatí—
no nos lo dejan ver
abrazando los árboles,
morada de los nuestros,
— ¡y qué lindo era!
5
Semejante a un joven Aché
el cuerpo estrepitoso del tapir
—que había sido un Aché,
no nos lo dejan ver.
Las hermanas de nuestra propia sangre,
como si no fueran nuestras
las hemos dejado.
Llevamos hacha,
la afilamos,
hacemos trabajo de blanco.
Eh, las mujeres caminan arrastrándose,
no nos hablan
—¡pero todo ha de ser perfecto al fin!—
6
Cómo se arreglará,
ya lo escuché:
arrebataremos esos armadillos maravillosos
—esas niñas cuya sangre todavía no ha fluido.
Nosotros uno a uno
nos volvemos blancos;
nosotros que no trabajábamos la chacra
—ya no somos,
cazadores ya no somos,
peones somos.
Nuestro papá grande
uno a uno nos quiere mandar
a la chacra;
incluso aquellos Guayakí
en el mismo monte,
ya no pueden erguirse altivos.
7
Un cuerpo como el mío moreno,
no se vuelve de pronto blanco manso;
como el cuerpo yo soy
en el lugar del gr an papá,
no he de ser asentado tan de pronto.
8
Con el hacha del que fue mi padre,
yo que soy él,
encontramos de nuevo el árbol,
inmensa colmena llena de panales
de blanca miel;
yo, ese viejo.
Y a mí, ese viejo hambriento de nuestra gente,
las mujeres que vamos a sacar,
estando allí las grandes colmenas rebosantes,
gritan: “¡Mirad, vosotros, nuestra gente!”
Y la miel en las manos, las mujeres a cuestas
—y todo ha de ser perfecto al fin!
9
Esa es mi canción muy indignada:
un extraño se esfrega con nuestras mujeres,
nada semejante a como gustan ellas
el dulce líquido de la flecha del Aché.
El extraño no las conmueve como nosotros,
pero el llanto de las mujeres remueve sí
nuestros antiguos lugares.
Golpeándolas,
las macanas de los antepasados les hablan,
al igual que nosotros lo hacíamos antes,
a esas mujeres que ya no son poseídas
por los verdaderos cazadores
como nosotros;
detrás de nuestros numerosos antepasados,
ahora nuestros enemigos,
huirán no pudiendo ya permanecer asentadas.
10
Yo y mi perforador de labio,
yo soy él,
—ese hermoso batir ruidoso de alas,
la pluma de pájaro de cañón blanco
en la flecha.
11
Oh mis finadas hermanas,
figuras de mujer de hermoso sexo,
saludad con el hermoso saludo de lágrimas,
no cantéis canciones de escarnio
contra el desvirilizado, el descazadorizado.
Oh mis hermanas,
figuras de mujer de sexo fallecido,
vosotras hablasteis, sí,
vosotras saludasteis
con el hermoso saludo de lágrimas
a mi perforador de labio —él soy yo—
cuando puso el pie y el asta de flecha
sobre el derribado pájaro jacú,
vosotras saludasteis
al de tembetá nuevo,
que juntaba lo perforado por el asta de la flecha,
lo atrapado en la trampa.
12
13
Nuestro gran papá
a nosotros nos habló el guaraní que amansa,
ya estando en el lugar de él;
las mujeres de nuestra gente,
cuando tuvieron miedo,
huyeron hacia lo bueno.
Yo soy un cuerpo capturado de papá
siendo muchacho blando,
por eso llevo el hacha en la chacra,
la afilo,
y hablo el guaraní del amansado
tras las huellas de mi papá Pereira.
Pero tras las huellas de las mujeres de nuestra gente
de augusto sexo inmortal,
me voy trasladando,
como por una cuerda de liana,
hacia el centro.
Mie ntras tanto llevo el hacha en la chacra
la afilo,
ya no soy macho, soy manso.
14
Ese caparazón de armadillo
—niña impúber, nuestra gente—
como en los tiempos de papá,
lo he de capturar.
Llevo el hacha a la chacra,
y al afilarla,
suelo vislumbrar
gente como nosotros
que nunca han sido asentados;
esto es lo que he de contar a papá.
CANCION DE XAXUBUTAWAXUGI *
1
Ahora
lejos ya me voy
para desaparecer
junto a mis hermanos en la tierra de mis hermanos.
3
Las mujeres blancas inocentes
con quienes podríamos juntarnos,
magníficos osos hormigueros son ya
— ¡y qué hogar será!
4
Yo toqué en otro tiempo
el flujo fuerte de sangre de
mi ahijada niña mujer,
con quien no debo juntarme.
Pero mi cuerpo ya no tiene aguante.
5
Mi tío materno que fue,
hombre grande,
oso hormiguero magnífico, se abrió paso hacia la luz, y se
llevará mi ánim yo aplastado feliz bajo la tierra.
6
Aquel que no era mi hermano,
en su cabello un gran calvero
aquel que cantaba suspirando
hace mucho tiempo
es oso hormiguero.
7
Mi ahijada, niña-
mujer, su sangre yo
lamí,
mi cuerpo todo estremecido
por mi ahijada;
ya ha sido del todo lamida,
ya ha sido del todo llorada.
8
Mi único tío materno
Ya lo he llorado mucho,
sus cantos de escarnio ya cesaron para mí.
9
A mí me llevará el amargo pájaro
horrible,
según su costumbre;
sobre mi tumba cuidadosamente barrerá
y sus cantos de escarnio me harán mucho bien.
10
Como nosotros, pero mejores,
los difuntos con su grande cara de toro,
siguen erguidos y altivos
mirando a los Aché.
11
Los Aché ya tienen
un mañana hermoso,
ya que aquellas con quienes podemos juntarnos
cantaron hace tiempo,
cantaron,cantaron,
hace tiempo ya.
12
De aquel que con odio
me quiere herir
yo ya hablé,
yo ese hermoso cuerpo,
sitio ya muerto para canciones de escarnio.
13
El que no llegó a ser mi ahijado,
su pene blanco inocente,
ya es oso hormiguero que no llego a ser grande,
sobre su tumba
yo ya he barrido para su felicidad plena.
14
La que en naciendo me levantó en sus brazos,
mujer que no es de nuestro grupo
alta y augusta anciana,
con quien yo no podía unirme,
¡cómo se extinguió su cantar!
¡cómo se extinguió su canción de escarnio!
15
De mi madre,
con quien yo no puedo juntarme,
ya siento su acariciante palpar
con que me saludará.
16
Yo todavía no he sangrado
de la sangre inferida
por quien es como nosotros y es magnífico.
17
Mi hijo único, sí,
como yo pero más bello,
ya mucho ha sangrado
mordido por c diente grande.
18
Nuestros enemigos, con tembetá aún,
están acechando el gran ronquido
y ya están dispuestos a la fuga.
19
Este mi único tío materno,
oso ho rmiguero erguido,
él vigila a mi compañero
que quiere herirme.
20
Mi ahijado,
hombre grande,
que hace tiempo se puso el tembetá,
ha dejado de alimentarme.
21
Vosotras, nuestras sobrinas,
vuestro generoso sexo
hizo llegar los jaguares,
estabais fuera de nuestra posesión,
¡oh que lejano todo eso!
22
Ese lindo hombre
capturado por mí,
Ya está en el tiempo pasado.
23
Yo mismo,
solo y sin nadie en el mundo,
hombre de rugiente flecha grande,
hace tiempo me odian.
24
Las mujeres con quienes podemos juntarnos,
que ya eran muy viejas,
con quienes queremos hacer casa,
hace tiempo lejos huyeron ya.
25
Mi tío materno,
hombre grande,
huyó con nuestras flechas
hace tiempo.
26
ya viejo,
fui en otro tiempo fuerte.
27
La que fue mi esposa,
el calor de la mujer grande y lozana
ya murió;
su cuerpo ya muerto que hubiéramos podido traer,
siendo aún lozano,
ya no le tenemos más.
28
Las que son
semejantes a los Aché,
mujeres nuestras cuñadas,
ya no huirán por el camino,
se transformaron en aquel
29
Yo mismo
solo y sin nadie en el mundo,
tengo ya el hermoso hoy.
CANCION DE KANEXIRIGI
Nosotros, Aché que éramos,
ya no salimos nunca más
por entre las columnas de la selva.
A nuestro gran papá,
con su gorro de jefe,
aunque haya dejado de vivir,
ya no io dejaremos nunca más.
2
Ahora,
por entre las columnas de la selva,
ya no nos abastamos nunca más.
Ahora,
las madres fueron
—grandes osos hormigueros—
lejanas las hemos dejado para siempre.
3
Ahora,
de nuestro Padre Grande,
de su vasta casa cándida como el
sol, han desaparecido las largas
esteras.
4
Ahora,
mis hijas están ya en casas grandes, blancas.
Ya nunca más
nos saludamos con el hermoso saludo de lágrimas.
5
Nuestras hijas
están ya en casas grandes de señores,
ya han sido totalmente amansadas.
6
Ahora ya
nuestras madres, mujeres esbeltas,
fueron sepultadas.
Magníficos osos hormigueros,
ya han sido totalmente abandonadas.
7
Ahora,
nuestros padres que fueron,
ya magníficos osos hormigueros son,
lejanos fueron dejados atropelladamente.
8
Nuestras hermanas que fueron,
ya son multitud de mujeres,
con su gorro de jefe, aunque haya dejado de vivir, ya no io
dejaremos nunca más.
ya son osos hormigueros magníficos,
ya fueron dejadas totalmente,
y eran numerosas.
9
Nuestras madres bajitas,
ya magníficos osos hormigueros son, ya
son osos hormigueros magníficos,
lejanas fueron dejadas atropelladamente,
ya felices ellas.
10
Ahora,
nuestras ancianitas bajitas,
ya engrandecidas,
ya fueron dejadas totalmente,
y eran numerosas.
11
Ahora,
gran papá,
nuestro gran papá
dueño del maíz,
su casa es grande, él manda sobre todos nosotros ya.
12
Por entre las columnas de la selva
yo ya no me abasto nunca más,
¡un gran montón para el maíz de papá! Ya no lo dejamos nunca
más.
Ya no lo dejo nunca más.
13
Ahora,
Papá ya es grande,
Ya no lo dejo nunca más.
14
Por entre las columnas de la selva
ya no cargamos nunca más
los recipientes robados a los blancos
en nuestros cestos.
15
Ahora, nuestras
hijas, lindísimas
mujeres
¿la tierra grande no las cubrió?
Yo que ya no estoy por entre las columnas de la selva,
todavía nada sé que me sosegue.
16
Ahora,
nuestras hijas,
mujeres en su plenitud,
ya están en casas grandes de señores
que les gruñen para que numerosas trabajen
el trabajo del blanco.
17
Nuestras hijas,
muchachas bonitas ya,
ya están en casas de grandes señores,
amansadas totalmente con tanto gruñido.
18
Con nuestra mamá
en su grande casa cándida como el sol,
se tienen numerosas hijas nuestras.
19
1
Nuestros abuelos, nuestros abuelos,
los hemos dejado lejos
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
3
Los de nuestra gente,
los nuestros,
nosotros deportados lejos
los hemos dejado,
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
4
Nuestras abuelas,
la grande tierra las cubre,
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
5
Esos jaguares de blancos
tienen las mujeres expuestas a ser presas ya;
aquellos que hacían el camino del blanco;
magníficos seres ya son, ya se ha extinguido
el viril y hermoso conjuro
contra jaguares y blancos.
6
Esos jaguares de blancos
tienen las mujeres expuestas a ser presas ya;
magníficos seres ya son
aquellos que huían el camino del blanco;
nosotros huidos lejos
los hemos dejado,
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
7
Esos jaguares de blancos
tienen las mujeres expuestas a ser presas ya;
magníficos seres ya son
aquellos que huían el camino del blanco;
ya no están de píe las columnas,
los árboles los hemos dejado lejos,
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
8
Nuestros abuelos, nuestros abuelos,
los hemos dejado lejos
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
9
Los antepasados de tiempos lejanos,
columnas que eran,
magníficas espinas dorsales,
ya se extinguió su grito viril.
10
Nuestros padres
que ya han sido osos hormigueros,
nuestros padres
que ya han sido osos hormigueros,
sus cráneos
los hemos dejado lejos,
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
11
Nuestros antepasados, nuestros antepasados,
los hemos dejado lejos,
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
12
Nuestras abuelas muy viejas,
nosotros deportados lejos
las hemos dejado,
la cabeza doblada sobre los brazos cruzados.
CANTO DE KYBWYRAGI *
1
Sobre el camino de mi presa, la vi
y me quedé acechando.
2
Yo en ei tiempo en que era Aché, yo solía hacer acopio de
animales grandes con mi flecha.
3
A los solitarios yo los hería.
4
5
Yo cuando era Aché
solía matar venados.
6
A los venados solía herirlos.
7
Yo cuando era Aché,
yo era cazador verdadero
allá en nuestro país,
y animales grandes solía yo matar.
8
Pecaríes chicos yo solía herir.
9
Yo no acumulaba pecaríes chicos,
uno a uno
yo solía herir a los pecaríes chicos.
10
De pecaríes grandes
yo solía hacer acopio.
11
Yo soy aquel que solía
matar osos hormigueros.
12
Lo matado a golpes,
aquel de la raya grande,
bravo y solitario,
esa carga pesada yo llevaba.
13
Lo matado a golpes, por mí,
— ¡y qué gordo era!—
esa carga pesada yo llevaba,
yo solo, yo que entonces era un
muchacho. Yo cargaba sobre mí
al feroz pesado solitario.
Yo lo cargaba sobre mis espaldas,
de lejos.
Yo lo cargaba sobre mis espaldas,
yo diestro y afortunado cazador
con la presa sobre mis espaldas.
14
15
Yo solía matar animales grandes,
yo solía matar osos hormigueros.
16
Al tapir en la trampa
yo lo derribé.
17
Con la flecha yo no lo fleché,
en la hermosa trampa nueva
yo solía derribar
al tapir.
CANCION DE MUJER *
Las personas como nosotros, son ellos a los que los Blancos
han deportado,
y desde entonces, las deportaciones
generan siempre
nuevas deportaciones.
REENCARNACION DE PURANGI
R. B. S.
NUESTROS ANTEPASADOS
CAPITULO 1
En medio del hondo silencio y de la gran noche milenaria que
rodea a los astros, sólo el Sol despide áureos destellos.
Desde este astro, su luminosa morada, Tupâ observa el universo
entero con ojos escrutadores que ven a través de las sombras y de
las cosas. Una débil nube de amargura parece envolver el brillo
maravilloso de su mirada. Acaso le infunde alguna tristeza la
soledad infinita que le circunda.
Después, Tupâ da por celebradas sus nupcias con Arasí.
Conságrale enseguida como Madre del Cielo y le fija por morada
la Luna, blanca y tenue mente resplandeciente, como
copo gigantesco de algodón flotante en el espacio.
Un tibio calor circunda a la tierra. Un vaho caldeado, que se escapa
de las aguas agitadas, se desliza presuroso y siseante; y, allá a lo
lejos, el trueno, como un heraldo de guerra, anuncia con su ronco
estertor una recia tempestad. Relámpagos prolongados se suceden
con intermitencia, iluminando el ámbito, y todo el orbe parece
moverse en pasmódica convulsión. Las nubes se agrupan y
dispersan como corderos enloquecidos de un fantástico rebaño. . .
De improviso, rásgase el cielo con la fugitiva quebrada luminosa
de un rayo, y, poco a poco, como perlas desengarzadas de un
collar, caen los granizos sobre la faz de la tierra. Los elementos,
dirigidos por una mano monumental y bárbara traban la más
formidable batalla que haya conmovido jamás la lid del
universo!. . .
Como al anochecer, rompiendo la densa cortina de las sombras,
comienza a caer la lluvia con su agua purificadora y fecunda.
Primero caen grandes gotas que a la luz fugaz de ios relámpagos
cobran extrañas fulguraciones, y luego, se precipitan las aguas
copiosamente en torrente incontenible.
Hasta los pies del cerro, que se alza en medio de la planicie como
una admo nición, llegan las aguas, blanquecinas a la
distancia, llenas de espumajos. La Luna, entre unas nubes que
corren veloces, cabeceando como veleros desorientados, asoma
su faz sonriente y blanca.
Ya cerca del amanecer, el cielo despéjase por completo y aparece
limpia y brillante la superficie toda de la tierra.
LA CREACION (YÑEPYRU) **
No había caminos
en la gran noche del principio.
Sólo Ñanderuvusú conocía el camino,
Ñanderuvusú omoñepyrú
iñypyrú ***
**Piedra Negra.
Pero Ñanderuvusú
los ahuyentó con una palmada
de la que brotaron las estrellas.
Luego Ñanderuvusú
trajo el eterno palo cruzado
la insignia misteriosa de su poder
parecida a una estrella
de cuatro grandes brazos relucientes
que muestran a los vientos su dirección
y al tiempo la medida
de sus cuatro estaciones, sus edades
le verano y de escarcha, de hoja seca y de flor.
Ñanderuvusú se inclinó
con el rostro hacia el Naciente,
puso el mundo en el eje de la estrella,
y entonces la morada del Hombre quedó hecha,
y estará firme como el primer día
hasta que Ñanderuvusú
arranque el sostén celeste
para que el mundo vuelva a precipitarse en la nada. . .
EL PRIMER HOMBRE (ÑANDERU ARANDU) *
La primera mañana,
como una garza hiriendo con sus alas la piedra,
amaneció volando sobre el mundo
desde la noche antigua hasta los hombros
del Gran Padre.
La voz de Ñanderuvusú
llenó el mundo de grandes suspiros.
Ñanderú-Arandú
—el Hombre que siente el tiempo, el primer Hombre—
sintió bajo sus dedos deslizarse
las vértebras suaves de su edad,
como una tenue fiera que le
lamía los pies comiéndoselos
casi sin sentirlo,
como la cerrazón come las piedras.
Subido en la rama más alta del árbol más alt
buscaba la faz de Ñanderuvusú
con sus ojos opacos,
pero sólo podía ver el gran sol de su pecho
de donde el día manaba a borbotones
resplandecientes.
NACIMIENTO DE KUÑA *
Ñanderú-Arandú
bajando los ojos hasta el barro,
ignorante de su sabiduría pregunta: