El Libro Dimitrie Cantemir

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ESTAMBUL.

Dimitrie Cantemir: «El libro de la ciencia de la música» y las tradiciones musicales sefardíes
y armenias - Concierto de Jordi Savall.
("In memoriam" Montserrat Figueras).

Intérpretes: Hespèrion XXI con músicos invitados de Turquía, Armenia y Bulgaria - Director: Jordi Savall.
(http://www.alia-vox.com/)

Jordi Savall on Spotify: https://play.spotify.com/artist/3faEZ...

Jordi Savall on Facebook: https://www.facebook.com/JordiSavallO...

[Concierto celebrado el 7 de diciembre 2011, en el Ateneo Rumano de Bucarest - (Rumanía)].

"En la encrucijada de dos continentes, el europeo y el asiático, ESTAMBUL para los otomanos,
CONSTANTINOPLA para los bizantinos, es ya en la época de Dimitrie Cantemir (1673-1723) un
verdadero hito de la historia; a pesar del recuerdo y la presencia muy evidente de la antigua Bizancio, se
había convertido en el auténtico corazón del mundo religioso y cultural musulmán. Extraordinaria mezcla
de pueblos y religiones, no deja de atraer a viajeros y artistas europeos; Cantemir desembarcó en la
ciudad en 1693, a la edad de 20 años, primero como rehén y luego como representante diplomático de
su padre, que gobernaba Moldavia. Se convirtió en un famoso intérprete de tanbur, una especie de laúd
de mástil largo, y fue también un compositor muy apreciado por su obra Kitâb-ül ilm-il mûsikî (El libro de
la ciencia de la música), que dedicó a sultán Ahmed III (1703-1730).

Tal es el contexto histórico ante el que adquiere forma nuestro proyecto «El libro de la ciencia de la
música de Dimitrie Cantemir y las tradiciones musicales sefardíes y armenias». Queremos presentar las
músicas instrumentales "cultas" de la corte otomana del siglo XVII procedentes de la obra de Cantemir,
en diálogo y alternancia con las músicas "tradicionales" del pueblo, representadas aquí por las
tradiciones orales de los músicos armenios y de las comunidades sefardíes acogidas, tras su expulsión
del reino de España, en ciudades del Imperio otomano como Estambul o Esmirna.

En Europa occidental, la imagen cultural otomana nos ha llegado muy deformada por la larga lucha de
ese Imperio por avanzar hacia Occidente, lo cual nos ha hecho olvidar la riqueza cultural y, sobre todo, el
ambiente de tolerancia y diversidad que existía en el Imperio en esa época. Nos lo señala Stefan Lemny
en su interesante ensayo Les Cantemir al recordar «que, en realidad, Mehmed II perdonó la vida de los
habitantes cristianos tras la toma de Constantinopla; y, no sólo eso, ya que algunos años más tarde,
alentó el regreso de las antiguas familias aristocráticas griegas en el barrio llamado Fanar o Fener,
vestigio de la época bizantina». Más tarde, bajo el reino de Solimán --época dorada del Imperio—, los
contactos con Europa se intensificaron, al tiempo que se desarrollaron las relaciones diplomáticas y
comerciales. Como recuerda Amnon Shiloah en su excelente obra La musique dans le monde de l'islam:
«Aunque Venecia poseía una misión diplomática en Estambul, durante el siglo XVI, el Imperio se volvió
hacia Francia. El tratado concluido en 1536 entre Solimán y el "rey de los cristianos", Francisco I, fue el
factor decisivo de acercamiento que favoreció los encuentros. En esa ocasión, Francisco I envió a
Solimán una orquesta en señal de amistad. El concierto dado por ese conjunto parece haber inspirado la
creación de dos nuevos ritmos (compases), introducidos desde entonces en la música turca: el frenkcin
(12/4) y el frengi (14/4)».
El libro de la ciencia de la música de Dimitrie Cantemir, que nos ha servido de base como fuente
histórica para nuestra grabación, es un documento excepcional en muchos aspectos; ante todo, como
fuente fundamental de conocimiento de la teoría, el estilo y las formas musicales del siglo XVII, pero
también como uno de los testimonios más interesantes sobre la vida musical de uno de los países
orientales más importantes. Esa antología de 355 composiciones (de las cuales 9 pertenecen al propio
Cantemir), escritas en un sistema de notación musical inventado por su autor, representa la más
importante colección de música instrumental otomana de los siglos XVI y XVII que ha llegado hasta
nuestros días. Empecé a descubrir ese repertorio en 1999 durante la preparación del proyecto sobre
Isabel I de Castilla, cuando nuestro colaborador y amigo Dimitri Psonis, especialista en músicas
orientales, nos propuso una antigua marcha guerrera de esa colección como ilustración musical de la
fecha de la conquista de Constantinopla por parte de las tropas otomanas de Mehmed II".- (JORDI
SAVALL)

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