Wilhelm Wundt

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Wilhelm Wundt

(Neckarau, actual Alemania,


1832 - Grossboten, id., 1920) Filósofo y
psicólogo alemán considerado el
fundador de la psicología experimental.
Hijo de un pastor protestante, vivió una
juventud entregada al recogimiento y al
estudio. Frecuentó la Universidad de
Tubinga, y luego, al cabo de un año,
pasó a la de Heidelberg.

Allí se doctoró en medicina en 1857, obtuvo la habilitación para la


enseñanza libre el año siguiente, y fue auxiliar del famoso Helmholtz, encargado
de las prácticas de fisiología. No parece haberse establecido entre ambos
intimidad o amistad. Inclinado cada vez más a los estudios filosóficos y
psicológicos, en 1874 fue llamado a Zurich, de donde al cabo de un año pasó a
Leipzig para ocupar la cátedra de Psicología en la Facultad de Filosofía.

Esta ciudad se convirtió en la segunda patria de Wundt y en el baluarte de


la nueva ciencia (la psicología experimental), que, precisamente gracias a la
actuación de Wilhelm Wundt, nació en el Instituto de Psicología Experimental
creado por él en 1879, incorporado primeramente a la Universidad, y más tarde,
en 1897, con sede propia.

En tal institución trabajó infatigablemente Wundt hasta su muerte a una


edad muy avanzada. Allí se formaron los discípulos que luego difundirían por todo
el mundo la psicología como ciencia independiente; entre ellos resultaron
particularmente célebres los alemanes Külpe y Lehmann, y los norteamericanos
Cattell y Titchener. El ejemplo de Leipzig fue imitado por doquier; numerosas
universidades fundaron la cátedra de psicología experimental y prepararon los
laboratorios correspondientes.
Wundt desarrolló una gran actividad; escribió no menos de cincuenta mil
páginas entre libros y artículos, en su mayor parte aparecidos en la
revista Philosophische Studien, órgano del Instituto de Leipzig convertido luego
en Archiv für die gesamte Psychologie. El maestro gustaba de invitar
frecuentemente a su propia casa-hospital a discípulos y auxiliares, a todos los
cuales facilitaba abundantes consejos y sugerencias referentes a la labor
científica, al par que aceptaba asimismo de ellos sus objeciones.

Edward Bradford Titchener

(Chichester, 1867-Ithaca, 1927) Psicólogo


británico. Estudió en Oxford y en Leipzig y
posteriormente se trasladó a EE UU, donde fue uno de
los máximos impulsores de la psicología experimental.
Llevó a cabo importantes investigaciones sobre las
emociones, la atención y los procesos cognitivos. Su
principal obra es Psicología experimental (1901-1905).
Destacan también Sensación y atención (1908),
Método de pensamiento (1909) y Manual de psicología
(1910).
William James

William James (Nueva York, 11 de enero


de 1842-Nueva Hampshire, 26 de agosto de
1910) fue un filósofo estadounidense con una
larga y brillante carrera en la Universidad de
Harvard, donde fue profesor de psicología, y
fue fundador de la psicología funcional. Era
hermano mayor del escritor Henry James.

Representó un influyente papel en la


difusión del pragmatismo. Por otra parte, su
pensamiento se relaciona con una doctrina que
él mismo llamó empirismo radical. Produjo por
un lado Principios de psicología (1890), obra monumental de psicología científica,
y por otro lado Las variedades de la experiencia religiosa (1902), por la que se le
considera como el fundador de la "psicología de la religión", culminación de una
trayectoria vital apasionante. Entusiasta investigador de los procesos subliminales
de la conciencia y de los fenómenos paranormales, escandalizó al mundo
científico de su tiempo cuando defendió el ejercicio libre de los healers
(curanderos o sanadores mentales) y de terapias como la mind-cure.
John Broadus Watson

(Greenville, Estados Unidos, 1878 - Nueva


York, 1958) Psicólogo estadounidense, fundador
del conductismo. Aunque se trasladó a Chicago
para estudiar filosofía, atraído por John Dewey y
el pragmatismo, muy pronto comenzó a
interesarse por la psicología. En 1903 obtuvo el
doctorado y empezó a trabajar como asistente
instructor en psicología animal.

En 1907 ingresó en el plantel académico de la Universidad Johns Hopkins, en la


que permanecería hasta 1920, e inició sus estudios sobre los procesos
sensoriales en los animales. Su convencimiento de que las referencias a los
contenidos de la mente y a la conciencia no podían someterse a ningún criterio
objetivo y suscitaban una problemática seudocientífica lo llevó a la utilización de
los únicos datos objetivos existentes en el análisis psicológico, es decir, aquellos
que proporcionaba la conducta exterior.

Watson adquirió gran notoriedad gracias a la publicación en la Psychological


Review de su artículo Psychology as a Behaviorist Views It (La psicología según la
concibe un conductista, 1913), en el que por primera vez se establecían de
manera radical los principios característicos del conductismo: rechazo tanto a la
noción de conciencia como al método introspectivo, y explicación de la conducta
únicamente en términos de estímulos (proporcionados por el ambiente) y de
respuestas «de naturaleza por entero fisicoquímica», cuyo estudio debía llevarse a
cabo en el laboratorio.

En 1914 publicó Behavior: An Introduction to Comparative Psychology (Conducta:


una introducción a la psicología comparada), donde postulaba la observación
directa de la conducta con el objetivo de hallar conexiones entre ella y la fisiología
subyacente. Las tesis de John B. Watson, ampliadas mediante estudios
comparados de psicología animal y humana en Psychology from the Standpoint of
a Behaviorist (La psicología desde una perspectiva conductista, 1919), hallaron su
más acabada formulación en Behaviorism (Conductismo, 1925), que incluía una
compleja teoría acerca del desarrollo del aprendizaje a través del
condicionamiento. Aunque Watson abandonó en los años 20 el ejercicio de la
psicología para centrarse en sus negocios, su influencia perduraría en destacados
especialistas norteamericanos.

En un primer momento, Watson reconoció la importancia de las tendencias innatas


de la conducta, postura que modificaría, no obstante, en posteriores trabajos, en
que dio más importancia al ambiente en la formación de la conducta. Cuando nace
un nuevo ser, su repertorio de conductas es limitado; ni siquiera posee instintos. A
partir de su reducido bagaje, el niño irá adquiriendo normas de conducta debido al
aprendizaje o condicionamiento, y también gracias a su desarrollo motor. En este
elaborado proceso, que culminará en la maduración de la edad adulta, el ambiente
social desempeña un destacado papel, y el período infantil tiene crucial
importancia.
Burrhus Frederic Skinner

(Burrhus Frederic Skinner; Susquehanna, 1904 - Cambridge,


Estados Unidos, 1990) Psicólogo estadounidense. Obtuvo el
doctorado en psicología por la Universidad de Harvard en 1931, y
continuó sus investigaciones en la misma universidad como
asistente de laboratorio de biología con el profesor Crozier; en
1936 empezó a trabajar como profesor en la Universidad de
Minnesota, donde permaneció nueve años.

En 1938 Skinner publicó su primer libro, Las conductas de los organismos, y tras
un breve período en la Universidad de Indiana, se estableció en Harvard (1948).
Influido por la teoría de los reflejos condicionados de Pavlov y por el conductismo
de John B. Watson, Skinner creyó que era posible explicar la conducta de los
individuos como un conjunto de respuestas fisiológicas condicionadas por el
entorno, y se entregó al estudio de las posibilidades que ofrecía el control
científico de la conducta mediante técnicas de refuerzo (premio de la conducta
deseada), necesariamente sobre animales.

Entre los experimentos más célebres de Skinner cabe citar el adiestramiento de


unas palomas para jugar al pimpón, la llamada caja de Skinner, todavía hoy
utilizada para el condicionamiento de animales, o el diseño de un entorno artificial
específicamente pensado para los primeros años de vida de las personas.

Su conductismo radical levantó abundante polémica en su país, y alcanzó una


fama notable con la publicación de la novela Walden 2 (1948), en la que
especulaba sobre una sociedad futura totalmente programada con técnicas de
ingeniería de la conducta.En su ensayo Más allá de la libertad y la dignidad
(1971), Skinner defendió que tales conceptos resultaban en último término
perniciosos para la sociedad, y que la única manera de alcanzar una convivencia
óptima pasa necesariamente por aplicar unas técnicas adecuadas en el diseño de
la conducta de sus miembros.

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