Seguridad Humana

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De la construcción de la doctrina

de la dignidad humana a la elaboración


y aplicación del enfoque
de seguridad humana
José Thompson y Paula Antezana*

La intolerancia todavía está viva y goza de buena salud. Cuando


repasamos amargas noticias recientes, constatamos con sorpresa que
en pleno siglo XXI estemos hablando de intolerancia, del odio al otro,
de la Musti¿caciyn de persecuciones y masacres al amparo de supuestas
superioridades, inferioridades o diferencias que se perciben como
amenazantes o inaceptables en el fondo, la negaciyn de condiciyn de
ser humano al otro. (stos sucesos nos demuestran que la cuestiyn del
temor a la ³otredad´ y de la no aceptaciyn de todos como seres humanos,
dista de ser un tema superado y que sigue estando al centro de debates
políticos, antropolygicos y ¿losy¿cos en nuestros días.
La inseguridad, expresada en mil facetas, sea objetiva o sea percep-
ciyn, se extiende por el mundo, alcanzado dramáticas y alarmantes cifras
en la realidad de regiones como Centroamérica y el Oriente Medio.
$un con los logros macroeconymicos que exhibe buena parte de
América Latina, persiste en esta parte del mundo una desigualdad sin
paralelo y la pobreza sigue constituyendo una muestra de las de¿ciencias
de los esquemas de desarrollo.
En contraste con este cuadro, el planteamiento que se ofrece en este
artículo es el de la seguridad humana como un enfoque integrador,
* -osé 7hompson es costarricense, 'irector del Centro de Asesoría y 3romociyn
Electoral (CAPEL) y director adjunto para México y el Caribe de IIDH. Es
abogado especializado en Derecho Internacional y Derechos Humanos y
Catedrático mayor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica.
Paula Antezana es boliviana-costarricense, Licenciada en Derecho (Universidad
de Costa Rica). Es consultora especializada en temas laborales, de derechos
humanos, derechos de la niñez y la adolescencia. Desde mayo del 2010 se
desempeña como coordinadora del proyecto ³Desarrollo y promociyn del
concepto de seguridad humana en América Latina” que llevan adelante IIDH y
el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Costa Rica.
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articulador de diferentes rutas relacionadas con la vigencia de los


derechos humanos y una visiyn más integral del desarrollo, que giran en
torno a la dignidad de la persona y que de alguna manera se encuentran
en esta perspectiva. Inicialmente, se hará un esbozo de la construcciyn
de la doctrina de la dignidad humana, relacionada ciertamente con el
pensamiento humanista, para más adelante entrelazarla con algunos
saltos en la evoluciyn de los acercamientos a la seguridad, en sus varias
acepciones, para ¿nalmente establecer un cuadro de vinculaciones y
diferencias entre la seguridad humana y los derechos humanos como
hoy están concebidos y tutelados.
Y para hablar de estos temas tenemos que remontarnos por lo menos
histyricamente para ver de qué manera tanto los derechos humanos
como la seguridad humana son superadores de visiones mucho más
parciales, mucho más limitadas.

La construcción progresiva de la doctrina de la dignidad


humana
Los derechos humanos no se habrían desarrollado de la forma que
lo han hecho, de no haber hallado fundamento en la dignidad humana
como nociyn y como norte orientador. La apariciyn de antecedentes
axiolygicos de los derechos humanos está claramente relacionada con
la idea y la premisa de que la persona, el individuo, el ser humano,
tiene valor en sí mismo y que de ese valor intrínseco se deriva la
inexorabilidad de respetarle determinados atributos.
La primera pregunta que tenemos que responder en este caso es: la
condiciyn de ser humano, ¢qué acarrea" Esa es la pregunta inicial, la que,
desde el humanismo chino, precolombino, hindú o griego se formularon
muchos pensadores, y que en general han tratado de resolver de distintas
maneras a lo largo de la historia1.
¢4uién es un ser humano" y ¢qué signi¿ca ser un ser humano"
¢4ué facetas de la existencia deben ser consideradas como potestades

1 En este sentido ver, 7hompson, -osé, ³Fundamento histyrico-¿losy¿co de los


derechos humanos”, en: Cuadernos de Estudio. IIDH, San José, 1988; Picado
Sotela, Sonia, /DIXQGDPHQWDFLyQKLVWyULFD¿ORVy¿FD\MXUtGLFDGHORVGHUHFKRV
humanos. IIDH, San José, 2002; Nikken, Pedro, “El concepto de derechos
humanos”, en: Estudios básicos de derechos humanos I. IIDH, San José, 1994.
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necesarias derivadas de la condiciyn de ser humano" Ese concepto de


la inherencia, ¢en qué se materializa"
Un pensamiento de esta naturaleza sostiene que el ser humano es
una elaboraciyn más allá del cuerpo como ente físico y que la vida
es una construcciyn mucho más compleja que la mera existencia. Esa
comprensiyn requiere, por supuesto, la protecciyn de determinadas
esferas vitales, atributos, cuya denominaciyn fue cambiando a lo largo de
la historia. Originalmente llamados derechos naturales, posteriormente
nombrados derechos del hombre y ciertamente después denominados
derechos humanos, cada etapa, sin embargo, importa modi¿caciones
fundamentales y no meramente de nomenclatura.
Así, entre los griegos, la cuestiyn del valor del ser humano fue más
bien secundaria frente a los debates acerca de la justicia, por más de la
fuerza de la pieza teatral Antígona, hasta que los estoicos postulan más
sistemáticamente la idea de la “universalidad” de derechos, comunes
a todos las personas y estrechamente vinculados con la razyn, y abren
el camino para que hablemos más especí¿camente de la protecciyn de
los atributos del ser humano como respeto a “derechos”. De este modo,
penetramos en las distintas escuelas del jusnaturalismo, entendiendo
por tal el pensamiento que sostiene que los derechos esenciales de la
persona tienen validez con independencia de su reconocimiento por
parte de un ordenamiento jurídico determinado. En este sentido, se dice
que los “derechos” son “reconocidos” y no “creados” por los Estados
o por las legislaciones particulares y, en general, serían anteriores y
superiores a cualquier ordenamiento nacional.
La evoluciyn del jusnaturalismo conoce diferentes etapas, las
cuales se caracterizan por postular el fundamento de los derechos de la
persona humana con base en diversos factores: el estoico sostenía que se
hallaba en la razyn; la versiyn cristiana lo veía en Dios, por haber sido
el ser humano creado a su imagen y semejanza; la Escuela Clásica del
Derecho Natural lo planteaba con base en los dictados de la razyn, que
son los mismos que explican el “contrato social” que da vida al Estado.
La Escuela Clásica del Derecho Natural logra transformar los
temas acerca de cuáles son los atributos del ser humano en un debate
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esencialmente político, los postula también como el fundamento


de una (entonces revolucionaria) forma de gobierno y coloca los
“derechos del hombre” como la bandera de los movimientos políticos
que efectivamente surgen en torno a este pensamiento, y que terminan
instalando la democracia representativa y dotándola de una fuerte
legitimidad.
Conviene, en este repaso histyrico, marcar la trascendencia del
pensamiento de .ant en la construcciyn de la idea y concepto de
dignidad, en cuanto la dota de contenido al postular que el ser humano
es un “¿n” en sí mismo y, por tanto, no puede éticamente ser tratado
exclusivamente como un “medio”:
Todo hombre tiene un legítimo derecho al respeto de sus semejantes
y también él está obligado a lo mismo, recíprocamente, con respecto
a cada uno de ellos. La humanidad misma es una dignidad; porque el
hombre no puede ser utilizado únicamente como medio por ningún
hombre (ni por otros, ni siquiera por sí mismo), sino siempre a la vez
como ¿n, y en esto consiste precisamente su dignidad2.

Esta idea es la piedra angular de la nociyn de dignidad de la persona


humana, que la dinamiza al indagar cuáles son las manifestaciones que
concretamente deben respetarse a un individuo para que se preserve y se
potencie esa dignidad y, por vía negativa, cuáles acciones, tratamientos
o condiciones son inadmisibles, por contrarias a esa dignidad.
A partir del siglo XX, nuevas corrientes jusnaturalistas surgen, desde
variaciones del existencialismo hasta el pensamiento social de la Iglesia
Catylica y, en general, hacen referencia al concepto de dignidad de la
persona humana, sin dejar de lado también los debates del humanismo
ateo que son especialmente interesantes porque plantean una perspectiva
totalmente distinta.
Al lado de esta evoluciyn conceptual, que ha ido modelando y
reforzando la nociyn de dignidad humana, los derechos humanos
avanzaron en su plano jurídico, pasando de ser proclamas aisladas a ser
declaraciones de aspiraciyn universal y moviéndose de lo declarativo a
2 Kant, Immanuel, )XQGDPHQWDFLyQ GH OD PHWDItVLFD GH ODV FRVWXPEUHV,
1785. Disponible al 24 de febrero de 2012, en: <http://www.philosophia.cl/
biblioteca/Kant/fundamentacion20de20la20meta¿sica20de20las20
costumbres.pdf>.
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lo exigible. Esta “progresividad”, como bien la denomina Pedro Nikken3,


se traslada a la esfera del constitucionalismo y por vía de su extensiyn,
siembra las bases para que se abra una protecciyn internacional
de los derechos humanos que, de nuevo, primero se mani¿esta en
declaraciones para más adelante plasmarse en tratados obligatorios que
después incluirán instrumentos, procedimientos y yrganos en caso de
violaciyn de los derechos reconocidos. Finalmente, el establecimiento de
complejos sistemas de protecciyn de los derechos humanos en el plano
universal y en varias regiones del mundo –Europa, América, África–,
genera una signi¿cativa jurisprudencia especializada en la materia que,
a su vez, inÀuye en la actualidad en la forma en que los ordenamientos
internos incorporan o no las obligaciones internacionales.
Sin embargo, el avance en el plano normativo no ha signi¿cado
que se haya agotado el terreno de la discusiyn axiolygica acerca de
los derechos humanos, ni acerca de las facetas en que se mani¿esta la
dignidad humana.
Hoy en día, lo que signi¿ca la expansiyn de los planos en que se
concretan los derechos humanos es que todavía tenemos discusiones
sobre cuáles son esos atributos del ser humano, a qué le damos o le
restamos valor. Temas tan centrales como cuándo empieza y cuándo
acaba la vida, tienen que ver con discusiones axiolygicas en torno a
los atributos esenciales del ser humano y, por lo tanto, asuntos tan
delicados como la concepciyn y la eutanasia son temas que hacen a una
discusiyn axiolygica sobre el ser humano y a partir de cuándo y hasta
cuándo puede hablarse de una persona como ser humano, y qué debemos
entender por vida, más allá de la mera existencia.
La diferencia es que tenemos un referente concreto en todas las
normas que se han adoptado, pero ellas también pueden ser objeto de
debate con base en concepciones y valores determinados.
También podemos hablarlo del plano sociolygico: en realidad
los derechos humanos son inspiradores de movimientos sociales y,
por lo tanto, muchas de las conquistas de los derechos humanos han

3 Nikken, Pedro, La protección internacional de los derechos humanos, su


desarrollo progresivo. Civitas Ediciones, Madrid, 1987.
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sido logradas por movimientos sociales que se levantaron a exigir


determinados atributos a lo largo de la historia y siguen haciéndolo
todavía hoy en día.
La construcciyn progresiva de los derechos humanos nos demuestra
que todavía hoy en día sigamos hablando de ellos, sigamos discutiendo
en todos estos planos, se levanten movimientos a favor de los derechos
humanos y se exijan nuevas convenciones, nuevas constituciones. Las
más recientes constituciones latinoamericanas son una buena demos-
traciyn de cymo los temas de los derechos humanos siguen estando
vigentes en el debate.
Y la idea misma de dignidad está relacionada con esta coincidencia
entre debates fundamentados ¿losy¿ca o jurídicamente.
La referencia a la dignidad en los instrumentos internacionales de
derechos humanos la hallamos desde la misma Declaraciyn Universal
de los Derechos Humanos (DUDH), en su Preámbulo y en sus artículos
1 y 23. Es frecuente que se le cite como criterio de interpretaciyn
del contenido o vigencia de los derechos individuales, en especial la
integridad física o la prohibiciyn del trabajo forzoso (así, artículos 5, ,
Convenciyn Americana sobre Derechos Humanos, en adelante CADH),
como derecho en sí mismo, como parte de la protecciyn a la honra o
el honor (artículo 11, CADH). Pero también se la detecta a la base de
debates acerca de la extensiyn de derechos ya reconocidos a nuevas
situaciones o la posibilidad de acordar la existencia de nuevos derechos.
La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(Corte IDH), en la misma línea que otros tribunales internacionales, ha
hecho uso frecuente de la expresiyn “dignidad humana”, en un sentido
estricto cuando habla de ataques a la vida y la integridad física, incluido
el límite que ella supone para acciones contra una persona privada de
libertad, o bien cuando se re¿ere a la honra y, más ampliamente, cuando
la ha elevado a criterio para la determinaciyn de las reparaciones debidas
en un caso cuando se ha establecido por el fondo la violaciyn de un
derecho especí¿co4.

4 Amezcua, Luis, “Algunos puntos relevantes sobre la dignidad humana en la


jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, en: Revista
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Un paso más allá lo ha representado la reÀexiyn de la Corte IDH


cuando habla del proyecto de vida y apunta a que en realidad, un ser
humano para desarrollarse plenamente debe no solamente existir sino
tener una perspectiva de realizaciyn por medio de su plan vital. Esta idea,
ligada en principio al tema de reparaciones en casos de comprobadas
violaciones a derechos en casos individuales y la apreciaciyn de los
daños sufridos5, ha ido adquiriendo una entidad más compleja, como
sucede con la mayoría de los asuntos en esta materia.
Cuando hablamos por ejemplo del ius cogens en materia de
derecho internacional, como la existencia de normas imperativas
especialmente atinentes a derechos humanos y al Derecho Internacional
Humanitario, en el fondo seguimos hablando de una tendencia hacia el
jusnaturalismo, aunque no esté plasmado tan abiertamente en los ins-
trumentos internacionales.
También es de mérito recordar que ha habido un tránsito de lo
local a lo nacional a lo universal. Conviene en este contexto recordar
que los otrora denominados “derechos del hombre” nacieron como
reivindicaciones frente al poder y, por lo tanto, como sujeto clásico de
violaciyn de derechos humanos seguimos teniendo al Estado. Ello no
obstante, ha surgido en el plano constitucional sobre todo la ¿gura de la
violaciyn de derechos humanos por parte de individuos o de empresas,
aunque se trata de una cosa relativamente reciente y que todavía está
lejos de ser homogénea en los distintos países.
4ueda retratada, entonces, una evoluciyn de los derechos humanos y
su ligamen con la nociyn de dignidad que sigue activa, en parte porque
aun con los avances normativos e institucionales que se han logrado, la

Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional, No. 8. Editorial Porrúa,


México, D.F., 2007. Disponible al 21 de febrero de 2012 en: <http://www.
corteidh.or.cr/tablas/r24334.pdf>.
5 En ese sentido, la Corte IDH se pronunciy por entender que el daño al proyecto
de vida “atiende a la realizaciyn integral de la persona afectada considerando
su vocaciyn, aptitudes, circunstancia y potencialidades y aspiraciones que le
permiten (a la persona) ¿jarse razonablemente determinadas expectativas y
acceder a ellas”. Corte IDH, Caso Loayza Tamayo vs. Perú, fondo, sentencia
de 17 de septiembre de 1997, Serie C No. 33. En sentido similar, Caso de los
“Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) vs. Guatemala, fondo, sentencia
de 19 de noviembre de 1999, Serie C No. 3.
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violaciyn de los derechos de las personas es cosa de todos los días y, con
distintas intensidades, de todas las latitudes; en parte, porque en el fondo
se trata de un debate inagotable. La variedad y diversidad de sus aristas
ha quedado también ilustrada en estas breves páginas, como testimonio
de un proceso que no se detiene y nos plantea, día a día, nuevos desafíos.

De la seguridad del Estado a la seguridad humana


Antes de la creaciyn de la Organizaciyn de las Naciones Unidas, el
concepto dominante de seguridad estaba centrado en el Estado y en los
principios de la soberanía estatal, como fue articulado por el Tratado de
:estfalia de 148 y cuyas reminiscencias aún se mantienen.
Los temas de seguridad giraban en torno a la integridad territorial, la
estabilidad política, los arreglos militares y de defensa, y las actividades
econymicas y ¿nancieras relacionadas con las actividades militares. Se
entendía que los Estados perseguían el poder, lo cual implicaba el triunfo
de uno de ellos como resultado de la derrota del otro. Según estas ideas
tradicionales, el Estado monopolizaría los derechos y los medios de
proteger a la ciudadanía, se establecería y ampliaría el poder del Estado
y su seguridad con el ¿n de entronizar y mantener el orden y la paz7. La
historia ha demostrado que la seguridad del Estado no necesariamente
es la seguridad de las personas; las dos guerras mundiales han sido claro
ejemplo de ello.
En la DUDH de 1948 se proclama que “la libertad, la justicia y la paz
del mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca
y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la
familia humana”, con lo cual se establece claramente la centralidad del
ser humano. La Declaraciyn a¿rma, además, que
[E]l desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos
han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la

 Jolly, Richard and Deepayan Basu Ray, “The Human Security Framework on
National Development Reports”, UNDP, NHDR Occasional Paper 5. United
Nations Development Programme, 200, pág. 3.
7 Fernández Pereira, Juan Pablo, “Seguridad humana”, tesis doctoral. Programa
de Doctorado en Seguridad y Prevenciyn, Departamento de Derecho Público y
Ciencias Histyrico-Jurídicas, Universidad Autynoma de Barcelona, 2005.
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humanidad y que se ha proclamado, como la aspiraciyn más elevada


del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos,
liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra
y de la libertad de creencias.

Las frases “liberaciyn del temor y liberaciyn de la miseria”, incorpo-


radas en la Declaraciyn, fueron utilizadas por primera vez en la Carta
del Atlántico, suscrita el 14 de agosto de 1941 por el Primer Ministro de
Gran Bretaña, Winston Churchill, y el Presidente de los Estados Unidos,
Franklin D. Roosevelt. Estos conceptos, a criterio de Edward Stettinius,
Secretario de Estado de Estados Unidos de ese entonces, serían los
componentes integrales de la estrategia de paz de las Naciones Unidas:
La batalla por la paz debe ser librada en dos frentes. El primer frente es
el de la seguridad, en el cual vencer signi¿ca conquistar la libertad para
vivir sin temor, y el segundo es el frente econymico y social, en el cual
la victoria signi¿ca conquistar libertad para vivir sin miseria. Sylo la
victoria en ambos frentes puede asegurarle al mundo una paz duradera8.

Estas son las bases para la reconceptualizaciyn del concepto de


seguridad, el cual ya no se fundamenta en las nociones de soberanía,
territorialidad y poderío militar que fueron tradicionales, sino en lograr
la libertad del temor y la libertad de la miseria. También son las bases
para el establecimiento del derecho de los derechos humanos. Ambos
tienen como raíz común la búsqueda de la dignidad humana.
No obstante, la guerra fría, período que siguiy a la Segunda Guerra
Mundial, reforzy el concepto de seguridad centrado en el Estado, con
el agravante de la amenaza de un ataque nuclear por parte de cualquiera
de las potencias contendientes.
En América Latina se impuso la doctrina de la seguridad nacional
y los países de la regiyn, con algunas excepciones, vivieron las épocas
más difíciles de su historia, con sangrientas dictaduras, irrespeto de los
derechos humanos y la imposiciyn de sistemas totalitarios. El concepto
de seguridad fue asociado a esta nociyn de seguridad nacional.

8 Traducciyn libre, citado por: Sunga, Lyal S., “The Concept of Human Security:
Does it add Anything of Value to international legal theory or Practice"”, en:
3RZHUDQGMXVWLFHLQLQWHUQDWLRQDOUHODWLRQV. University of Innsbruck, Ashgate,
Austria, pág. 132.
14 Revista IIDH [Vol. 54

En esta época, el papel de las Naciones Unidas se centry en desarrollar


iniciativas e instrumentos para limitar la amenaza que representaban
los arsenales nucleares que almacenaba cada superpotencia, con el ¿n
de proteger a las personas y a las comunidades, teniendo a los Estados
como los responsables principales.
Con el ¿n de la guerra fría y la desapariciyn de la Uniyn Soviética,
la estrategia de las Naciones Unidas cambiy de la contenciyn a la
prevenciyn9. En el año 1992, el Secretario General emitiy el documento
An agenda for peace, peacemaking, and peace-keeping, cuya ¿nalidad
era fortalecer la capacidad de las Naciones Unidas para la diplomacia
preventiva, para lograr y mantener la paz. Sin embargo, el nuevo
contexto internacional presenta renovadas amenazas que ya no se
centran en las disputas entre los Estados, ni entre superpotencias, sino en
conÀictos internos –algunas veces apoyados por injerencias externas–,
amenazas al medio ambiente, aumento de enfermedades transmisibles,
desplazamientos masivos de poblaciyn huyendo de la violencia, de
la miseria o de la falta de oportunidades, aumento y so¿sticaciyn de
la delincuencia organizada transnacional, proliferaciyn de armas de
destrucciyn masiva, entre otros.
A la DUDH de 1948 se suman nueve instrumentos universales,
que cimentan el marco jurídico-conceptual de los derechos humanos:
universales, transnacionales, irreversibles, indivisibles y progresivos.
Estos instrumentos son:
‡ Convenciyn Internacional sobre la Eliminaciyn de Todas las Formas
de Discriminaciyn Racial (195).
‡ Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (19).
‡ Pacto Internacional de Derechos Econymicos, Sociales y Culturales
(19).
‡ Convenciyn sobre la Eliminaciyn de Todas las Formas de Discrimi-
naciyn contra la Mujer (1979)
‡ Convenciyn contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, inhu-
manos o Degradantes (1984).
9 Jolly, Richard and Deepayan Basu Ray, “The Human Security Framework on
National Development Reports”... pág. 3.
2011] Revista IIDH 147

‡ Convenciyn sobre los Derechos del Niño (1989).


‡ Convenciyn Internacional sobre la Protecciyn de los Derechos de
Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (1990).
‡ Convenciyn Internacional para la Protecciyn de Todas las Personas
contra las Desapariciones Forzadas (200).
‡ Convenciyn sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
(200).
En los años noventa, las Naciones Unidas, con el impulso de los
siete primeros instrumentos ya citados, que ya habían sido adoptados
en ese momento, va sentando las bases para la conceptualizaciyn de la
seguridad humana.
El Informe de Desarrollo Humano de 1994 constituye, en este
sentido, un punto culminante, donde se señala que
[L]a seguridad humana no signi¿ca ya contar con salvaguardias cuida-
dosamente erigidas contra la amenaza de un holocausto nuclear, una
probabilidad que se ha reducido grandemente al terminar la guerra fría.
En cambio, signi¿ca responder a la amenaza de la pobreza mundial que
atraviesa las fronteras internacionales en forma de estupefacientes,
VIH/SIDA, cambio climático, migraciyn ilegal y terrorismo10.

De esta manera, el concepto de seguridad humana rompe el paradig-


ma de seguridad basado únicamente en los intereses del Estado. Pero
esto no quiere decir que el Estado no deba asumir un papel central, por
el contrario, la seguridad humana complementa la seguridad del Estado
en cuatro aspectos, citados por el Informe Seguridad Humana Ahora:
‡ Su preocupaciyn es la persona y la comunidad en vez del Estado.
La seguridad humana no se enfoca en la agresiyn externa sino en
proteger a la gente de una serie de amenazas.
‡ Las amenazas a la seguridad de las personas incluyen aquellas que
no constituyen amenazas para la seguridad del Estado, en tanto
no ponen en riesgo los límites territoriales. La seguridad humana
implica proteger a la ciudadanía de los problemas ambientales, el
terrorismo, los movimientos poblacionales masivos, enfermedades

10 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 1994, pág. 4.


148 Revista IIDH [Vol. 54

infecciosas como el HIV/SIDA y otras condiciones de opresiyn y


privaciyn.
‡ El ámbito de los actores se amplía más allá del Estado, para incluir a
organismos regionales e internacionales, ONG y otras organizaciones
de la sociedad civil.
‡ Lograr seguridad humana incluye no solo proteger a la gente, sino
también empoderarla para que pueda protegerse a sí misma11.
Se ha dicho, con razyn, que si la seguridad humana supera la visiyn
restringida del Estado entonces reivindica la ciudadanía global, al no
poner el énfasis en la defensa de su territorio y de sus fronteras. De igual
manera habría que reconceptualizar el concepto de soberanía. Este punto
ha sido uno de los que más debate ha generado, pues muchos países
temen que invocando la seguridad humana “se introduzca el concepto de
intervenciyn humanitaria por la puerta trasera de las Naciones Unidas”12.
Por ello, en el informe sobre seguridad humana del Secretario
General de las Naciones Unidas del 2010 se aclara que el concepto
de seguridad humana “tiende a fortalecer la soberanía de los Estados
porque destaca los aspectos multidimensionales de la inseguridad
humana y, por lo tanto, de la inseguridad nacional”. Además, se hace
hincapié en que la seguridad humana no prevé el uso de la fuerza para
su aplicaciyn:
La seguridad humana está orientada al fomento de la capacidad del
gobierno y las instituciones locales y al fortalecimiento de su resiliencia
ante los nuevos desafíos en modalidades que se refuercen mutuamente
y sean preventivas y amplias13.

El Informe de 1994 de¿niy la seguridad humana a partir de dos


aspectos principales:
11 Commission on Human Security, Human Security Now, New York, 2003.
12 Benedek, Wolfgang, “Human Security and Human Rights Interaction”, en:
Rethinking Human Security, International Social Science Journal, Special Issue.
UNESCO, 2008.
13 Naciones Unidas, Seguridad humana, Informe del Secretario General, Asamblea
General, Sexagésimo cuarto período de sesiones, “Aplicaciyn y seguimiento
integrados y coordinados de los resultados de las grandes conferencias y
cumbres de las Naciones Unidas en las esferas econymica y social y esferas
conexas”, A/4/701, 8 de marzo de 2010.
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En primer lugar, signi¿ca seguridad contra amenazas crynicas como


el hambre, la enfermedad y la represiyn. Y en segundo lugar, signi¿ca
protecciyn contra alteraciones súbitas y dolorosas de la vida cotidiana,
ya sea en el hogar, en el empleo o en la comunidad14.

Establece como características esenciales, las siguientes:


‡ La seguridad humana es una preocupaciyn universal. Es pertinente
a la gente de todo el mundo, tanto en países ricos como en países
pobres. La intensidad de las amenazas puede variar de un lugar a
otro, pero éstas son reales.
‡ Los componentes de la seguridad humana son interdependientes.
Cuando la seguridad de la poblaciyn está amenazada en cualquier
parte del mundo, es probable que todos los países se vean afectados.
‡ Es más fácil velar por la seguridad humana mediante la prevenciyn
temprana que con la intervenciyn posterior.
‡ La seguridad humana está centrada en el ser humano.
Según este informe, las amenazas a la seguridad humana pueden
clasi¿carse en siete categorías, a saber:
‡ Seguridad econymica.
‡ Seguridad alimentaria.
‡ Seguridad de la salud.
‡ Seguridad ambiental.
‡ Seguridad personal.
‡ Seguridad de la comunidad.
‡ Seguridad política.
Posteriormente, la Comisiyn sobre Seguridad Humana de las Nacio-
nes Unidas, en su informe Human Security Now, de¿ne seguridad
humana de la siguiente manera:
[L]a seguridad humana consiste en proteger la esencia vital de todas
las vidas humanas de una forma que realce las libertades humanas y la
plena realizaciyn del ser humano. Seguridad humana signi¿ca proteger
las libertades fundamentales: libertades que constituyen la esencia de

14 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 1994.


150 Revista IIDH [Vol. 54

la vida. Signi¿ca proteger al ser humano contra las situaciones y las


amenazas críticas (graves) y omnipresentes (generalizadas). Signi¿ca
utilizar procesos que se basan en la fortaleza y las aspiraciones del
ser humano. Signi¿ca la creaciyn de sistemas políticos, sociales,
medioambientales, econymicos, militares y culturales que en
su conjunto brinden al ser humano las piedras angulares de la
supervivencia, los medios de vida y la dignidad15.

De esta de¿niciyn, y de otras similares, como la de Sabina Alkire1,


se pueden extraer elementos importantes:
1. La seguridad humana es deliberadamente protectora. Se reconoce
que las personas y las comunidades están amenazadas por eventos
o acontecimientos que están fuera de su control, como por ejemplo,
una crisis ¿nanciera, un conÀicto violento, una enfermedad como
el SIDA, una política nacional que recorte la inversiyn pública y
privada en salud, un ataque terrorista, escasez de agua, etc. Muchas
de estas amenazas pueden ser más destructivas cuando acontecen
en forma sorpresiva, por ello es importante reconocer las amenazas
antes de que ocurran. Así, el enfoque de seguridad humana urge a
las instituciones a ofrecer protecciyn de manera institucionalizada,
no reactiva o episydica, sino preventiva17.
2. La segunda clave de la seguridad humana es la habilidad de las
personas de representarse a sí mismas y a otras. El fortalecimiento
de esta habilidad es lo que diferencia la seguridad humana de
la seguridad del Estado, del trabajo humanitario e inclusive del
trabajo hacia el desarrollo. Las personas empoderadas pueden
demandar respeto a su dignidad cuando ésta es violentada. Apoyar
a la gente para que se represente a sí misma implica proveer
educaciyn e informaciyn, abrir espacios públicos de tolerancia al
disenso, fortalecer el liderazgo local y cultivar el debate público. El
empoderamiento Àorece al lado de la libertad de prensa, la libertad
de informaciyn, la libertad de conciencia y la libertad de asociaciyn
y participaciyn.
15 Commission on Human Security, Human Security Now... pág. 4
1 Alkire, Sabina, “A Conceptual Framework for Human Security”, Working Paper
2. Centre for Research on Inequality, Human Security and Ethnicity, CRISE,
4ueen Elizabeth House, University of Oxford, 2003, pág. 2.
17 Ibídem.
2011] Revista IIDH 151

3. Protecciyn y empoderamiento se refuerzan mutuamente. Las


personas protegidas pueden ejercer diferentes opciones y las
personas empoderadas pueden evitar algunos riesgos y demandar
las mejoras correspondientes al sistema de protecciyn.
4. La seguridad humana debe proteger un núcleo vital o “esencia vital”,
como lo denomina la Comisiyn sobre Seguridad Humana. En este
concepto están comprendidos los derechos fundamentales que se
agrupan en tres grandes conjuntos: supervivencia, medios de vida y
dignidad. A cada uno de estos conjuntos corresponde una serie de
derechos políticos econymicos, sociales y culturales, contemplados
en los diferentes instrumentos de Derecho Internacional. La Comi-
siyn sobre Seguridad Humana enfatiza que no es posible realizar
una enumeraciyn taxativa de los derechos contemplados en estos
conjuntos, pues dependerá de cada caso en particular y por eso el
concepto de seguridad humana es dinámico.
El informe del Secretario de las Naciones Unidas señala que
[L]a seguridad humana pone de relieve la universalidad y la primacía de
un conjunto de libertades que son fundamentales para la vida humana y,
como tal, no hace distinciyn alguna entre los derechos civiles, políticos,
econymicos, sociales y culturales por lo que hace frente a las amenazas
a la seguridad de manera multidimensional y amplia [...] La seguridad
humana se basa en un entendimiento fundamental de que los gobiernos
mantienen la funciyn primordial de asegurar la supervivencia, los
medios de vida y la dignidad de sus ciudadanos18.

En la supervivencia, los medios de vida y la dignidad de la


ciudadanía, están comprendidos los derechos y las libertades que
conforman esa “esencia vital”. En cada caso concreto habrá que
determinar de cuáles derechos y libertades especí¿camente se trata y
habrá que articular procedimientos para operativizar esta determinaciyn
en situaciones concretas por parte de las instituciones responsables y
para las poblaciones particulares19.

18 Naciones Unidas, Seguridad humana, Informe del Secretario General, Asamblea


General, Sexagésimo cuarto período de sesiones... pág. 8.
19 Alkire, Sabina, “A Conceptual Framework for Human Security”... pág. 2.
152 Revista IIDH [Vol. 54

Las amenazas a que hace referencia el concepto de seguridad


humana, ya no son amenazas contra el Estado, sino contra la persona.
Esta es una derivaciyn importante del cambio de paradigma que implica
el concepto de seguridad humana.
Para Alkire las amenazas críticas son aquellas que ponen en peligro
el núcleo de las actividades y funciones de las vidas humanas. Estas
amenazas pueden sobrevenir de manera inesperada –como un colapso
econymico–, pero no necesariamente, pues lo importante es su carácter
trágico. La característica de omnipresente (o generalizada) signi¿ca
que la amenaza es a gran escala y/o que puede repetirse una y otra vez.
Como ya se dijo, el Informe sobre Desarrollo Humano de 1994 hacía
una clasi¿caciyn de las amenazas en siete categorías20: econymica,
alimentaria, salud, ambiental, personal, de la comunidad y política.
Estas siete dimensiones han sido utilizadas por diversos informes
sobre desarrollo humano que han analizado la realidad nacional o
regional desde la perspectiva de la seguridad humana. Jolly y Ray,
quienes estudiaron varios de estos informes, concluyen que si bien tomar
en cuenta estas siete dimensiones asegura una perspectiva amplia, el
enfoque, análisis y conclusiones producen poca informaciyn nueva, por
lo cual concluyen que no aportan nada nuevo. Son más bien elementos
novedosos y particulares de cada regiyn –como la educaciyn en las Islas
Salomyn y los componentes de la “segurabilidad” en Letonia o de la
capacidad legal en Bangladesh– los que añaden valor a la metodología21.
Por otro lado, en Colombia el proyecto sobre seguridad humana
auspiciado por el Centro de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Regional (UNCRD), elabory una metodología para medir la situaciyn
de la seguridad humana tomando en cuenta las diferentes dimensiones y
sus indicadores precisos para cada uno22, como lo demuestra la siguiente
tabla:
20 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 1994.
21 Jolly, Richard and Deepayan Basu Ray, “The Human Security Framework on
National Development Reports”...
22 Centro de las Naciones Unidas para el Desarrollo Regional (UNCRD), “Análisis
de la situaciyn de la seguridad humana en Bogotá-Cundinamarca”, actualizaciyn
2009, Bogotá, 2009, pág. 9.
2011] Revista IIDH 153

Dimensión
de seguridad Indicador (es)
humana
Tasa de desempleo.
Porcentaje de población con necesidades básicas
Económica
insatisfechas (NBI).
Porcentaje de analfabetismo.
3RUFHQWDMHGHSREODFLyQGHVD¿OLDGDDODVHJXULGDG
Salud
social.
Personal Tasa de homicidios por 100.000 habitantes.
Porcentaje de viviendas en riesgo ambiental.
Ambiental
Porcentaje de viviendas afectadas por desastre natural.
Alimentaria Porcentaje de la población en miseria por NBI.
Número de personas desplazadas por municipio/
Comunitaria
localidad, receptor y expulsor.
Número de violaciones al derecho internacional
Política
humanitario.
Fuente: Centro de las Naciones Unidas para el Desarrollo Regional (UNCRD), “Análisis de
la situaciyn de la seguridad humana en Bogotá-Cundinamarca”.

Aplicando esta forma de mediciyn de la seguridad humana a la


regiyn de Bogotá-Cundinamarca, y basándose en fuentes secundarias,
el estudio concluyy que
[L]a seguridad humana en la regiyn se mani¿esta de dos maneras.
Seguridad humana de carácter coyuntural, reÀejada en índices relati-
vamente bajos de la tasa de homicidios y de las violaciones al DIH
(Derecho Internacional Humanitario), acordes con las dimensiones
personal y política. Este fenymeno se vio impulsado por políticas
de carácter nacional como la Seguridad Democrática, que llevy al
repliegue de los actores armados presentes en la zona. Por otro lado,
inseguridad humana de carácter estructural, que se reÀeja en los
altos índices de pobreza y miseria por NBI, no a¿liaciyn al SGSSS
y demás indicadores correspondientes a las dimensiones econymica,
alimentaria, ambiental y de la salud23.

Este es un ejemplo de la aplicabilidad del concepto de seguridad


humana en el cual se utilizaron todas las dimensiones de las amenazas
sugeridas por el Informe sobre Desarrollo Humano de 1994, mientras
que en los ejemplos citados por Jolly y Ray algunos países establecieron
otras amenazas con base en su contexto particular.

23 Ibídem, pág. 70.


154 Revista IIDH [Vol. 54

Sin embargo, también ha habido críticas a la amplitud con que se


de¿nen las amenazas a la seguridad humana. Un estudio brasileño,
concluyy que
El concepto nuclear de seguridad humana debería ser la protecciyn de la
violencia organizada o armada que es capaz de amenazar la estabilidad
de las instituciones democráticas locales, y/o la seguridad física de la
poblaciyn. Por consiguiente, las crisis humanitarias relacionadas con
la hambruna, las epidemias, los desastres naturales o ecolygicos no
deberían estar incluidas en un concepto más focalizado de seguridad
humana24.
Una posiciyn similar es asumida por el Informe sobre Desarrollo
Humano para América Central 2009-201025, que equipara el concepto
seguridad humana al de “seguridad democrática” del Tratado Marco
de Seguridad Democrática suscrito por los países centroamericanos en
1995, y advierte que tanto la amplitud del concepto como su apertura a
incluir “nuevas amenazas”, “se prestaron a que en reuniones sucesivas
del SICA y de la Comisiyn de Seguridad se fueran añadiendo elementos
a la (in)seguridad regional que de hecho desdibujan más la idea y por
tanto di¿cultan la cooperaciyn entre los siete países miembros”2. Este
informe se centra en la seguridad ciudadana, reconociendo que se trata
de un concepto más restringido que la seguridad humana porque se ¿ja
apenas parcialmente en uno de los siete componentes de la seguridad
humana, ya que excluye los daños causados por la naturaleza y porque
considera sylo un tipo de acciyn humana – los delitos contra la vida, la
integridad y el patrimonio.
También un estudio de UNESCO considery la necesidad de
establecer un enfoque o elemento que pueda servir de punto focal para el
concepto de seguridad humana en las diferentes dimensiones y niveles,
y propuso que el mismo sea la violencia27.

24 Szaby de Carvalho, I. y R. Corrra, “Brazilian Perspectives on Human


Security, Policy: Issues And Actors”, vol. 20, no. 8. Centre for Policy Studies,
Johannesburg, 2007.
25 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010:
abrir espacios a la seguridad humana y el desarrollo humano. Colombia, 2009.
2 Ibídem, pág. 388.
27 Fuentes, Claudia F. y Francisco Rojas Aravena, Promoting Human Security:
Ethical, Normative and Educational Frameworks in Latin America and the
Caribbean. UNESCO, Paris, 2005, pág. 52.
2011] Revista IIDH 155

Entonces, ¢debe el concepto de seguridad humana concentrarse en la


seguridad ciudadana y dejar de lado las otras amenazas" Este ha sido un
debate recurrente, sobre el cual se ha escrito mucho. Se han delineado
dos posiciones, cuyos representantes más emblemáticos han sido Canadá
y Japyn, países que han desarrollado y aplicado el concepto de seguridad
humana como una orientaciyn para su política internacional. Canadá ha
favorecido una perspectiva más restringida o acotada de la seguridad
humana, de¿niéndola como la libertad de las amenazas a los derechos
de las personas, su seguridad y su vida28. Por su parte, Japyn propugna
por una visiyn amplia de la seguridad humana, teniendo presente tanto
el elemento de “libertad del miedo”, como de “libertad de la miseria”.
Independientemente de cuál posiciyn se adopte, es importante
recordar que el origen del concepto de seguridad humana responde
a la necesidad de visualizar la seguridad no sylo como ausencia de
conÀicto. Desligar el concepto de seguridad humana de los elementos
de carácter socieconymico y político supone revertir una de las líneas
de avance teyrico que desembocaron en la gestaciyn del concepto.
Además, se pierde la visiyn integral que relaciona la violencia física
con factores de pobreza, desigualdad, falta de oportunidades. Como
dice Pérez de Armiñyn, “el enfoque restringido no es capaz de captar el
carácter complejo, sistémico y multidimensional de estas realidades, ni
de proponer un paradigma de auténtica seguridad para las personas que
las sufren”29. Además, así como los derechos humanos son indivisibles,
la seguridad humana también lo es, no puede haber libertad del miedo
si no hay libertad de la miseria y tampoco se concibe la libertad de la
miseria sin la libertad del miedo.
28 En el 2000, el gobierno canadiense crey el Human Security Program, con el
cual asigny 10 millones por año –del 2000 al 2004– para apoyar el liderazgo
diplomático y la incidencia en políticas con los objetivos de: protecciyn a civiles,
operaciones de apoyo a la paz, prevenciyn de conÀictos, rendiciyn de cuentas y
seguridad pública. Foreign Affairs and International Trade Canada, “Summative
Evaluation of the Human Security Program”. Disponible a febrero de 2012
en: <http://www.international.gc.ca/about-a_propos/oig-big/2004/evaluation/
human_security-securite_humaine.aspx"lang eng>.
29 Pérez de Armiñyn, Karlos, “El concepto y el uso de seguridad humana:
análisis crítico de sus potencialidades y riesgos”, en: Revista Cidob D’afers
Internacionals, Seguridad humana: conceptos, experiencias y propuestas, .
Fundaciyn CIDOB, Barcelona, s.f.
15 Revista IIDH [Vol. 54

En el documento ¿nal de la Cumbre Mundial de 2005, párr. 143, los


jefes de Estado y de Gobierno se re¿rieron a la seguridad humana de
la siguiente manera:
Subrayamos el derecho de las personas a vivir en libertad y con
dignidad, libres de la pobreza y la desesperaciyn. Reconocemos que
todas las personas, en particular las que son vulnerables, tienen derecho
a vivir libres del temor y la miseria, a disponer de iguales oportunidades
para disfrutar de todos sus derechos y a desarrollar plenamente su
potencial humano30.

De esta forma, los jefes de Estado y de Gobierno dieron un avance


signi¿cativo hacia la institucionalizaciyn de la seguridad humana en el
nivel de las Naciones Unidas, entendiendo como tal el derecho a vivir
libres del temor y la miseria. En ese mismo año, el Secretario de las
Naciones Unidas de entonces, Ko¿ Annan, añadiy una nueva libertad
al concepto de seguridad humana: la de vivir en dignidad, pues “si
bien la libertad para vivir sin miseria y la libertad para vivir sin temor
son fundamentales, no resultan su¿cientes. Todos los seres humanos
tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto”31. De esta manera,
se establece claramente una vinculaciyn directa con el concepto de
dignidad a que se hizo referencia.

La relación triangular: seguridad humana, derechos


humanos y desarrollo. Vinculación pero no identidad
La indivisibilidad del concepto de seguridad humana lleva a otro
aspecto fundamental: la relaciyn triangular que se establece entre
seguridad humana, derechos humanos y desarrollo, tres conceptos que
se complementan mutuamente, aunque desde sus propias perspectivas.
En ese sentido, el Secretario de las Naciones Unidas señala en su
informe sobre seguridad humana del 2010:

30 Naciones Unidas, Documento Final de la Cumbre Mundial 2005, Asamblea


General, Sexagésimo período de sesiones, A/RES/0/1, 24 de octubre de 2005.
31 Naciones Unidas, “Un concepto más amplio de la libertad. Desarrollo, seguridad
y derechos humanos para todos”, informe del Secretario General de las Naciones
Unidas, decisiones propuestas a los Jefes de Estado y de Gobierno en septiembre
de 2005.
2011] Revista IIDH 157

[N]ingún país puede tener desarrollo sin seguridad ni seguridad sin


desarrollo, y no tendrá seguridad ni desarrollo si no se respetan los
derechos humanos. Esa relaciyn triangular aumenta el reconocimiento
de que la pobreza, los conÀictos y la insatisfacciyn de la sociedad
pueden fomentarse entre sí en un círculo vicioso.

A criterio de Benedek, la superposiciyn entre seguridad humana,


derechos humanos y desarrollo humano se debe a su fuente común:
la dignidad humana32, a la que dedicamos buena parte del inicio de
este artículo. En ese tanto, la seguridad humana exige el avance en la
satisfacciyn de los derechos humanos así como del desarrollo humano.
Al respecto, Pérez de Armiñyn realiza dos observaciones importantes:
La primera es que todo avance en esta direcciyn exige la implementaciyn
de políticas públicas redistributivas que garanticen derechos y un cierto
bienestar a la poblaciyn, lo cual justi¿ca una revalorizaciyn del papel
del Estado frente al mercado. La segunda radica en que el discurso de la
seguridad humana, en la medida en que integra tanto derechos humanos
como cuestiones de bienestar socioeconymico, puede contribuir a
subrayar la importancia que tienen los derechos socioeconymicos (como
los derechos a la alimentaciyn, a la salud, a la educaciyn, etc.), relegados
a un segundo plano teyrico e institucional por el pensamiento liberal
y por el sistema internacional en su conjunto, los cuales priorizan los
derechos civiles y políticos33.

Es importante tener en cuenta, como lo hace el informe Human


security now, la Declaraciyn de Derechos Humanos de Viena (1993),
que enfatizy en la universalidad e interdependencia de los derechos
humanos. Estos derechos deben entenderse de manera comprehensiva
–civiles y políticos, así como econymicos y sociales– como han sido
proclamados por las convenciones y protocolos que derivan de la DUDH
de 1948.
Derechos humanos y seguridad humana se refuerzan mutuamente.
La seguridad humana ayuda a identi¿car los derechos que están en
peligro en una situaciyn particular. Los derechos humanos ayudan a
contestar la pregunta: ¢cymo se promueve la seguridad humana" La

32 Benedek, Wolfgang, “Human Security and Human Rights Interaction”...


33 Pérez de Armiñyn, Karlos, “El concepto y el uso de seguridad humana: análisis
crítico de sus potencialidades y riesgos”... pág. 11.
158 Revista IIDH [Vol. 54

nociyn de deberes y obligaciones complementa el reconocimiento de


la importancia ética y política de la seguridad humana34.

El Informe sobre Desarrollo Humano de 1994 enfatiza en el vínculo


entre seguridad humana y desarrollo humano:
El desarrollo humano fallido o limitado provoca un aumento de
la privaciyn humana, la pobreza, el hambre, la enfermedad o las
disparidades persistentes entre comunidades étnicas entre regiones, en
el acceso al poder y la oportunidad econymica. A su vez, esto puede
provocar la violencia35.

Sin embargo, a pesar de la íntima relaciyn entre estos tres conceptos,


es importante tener en cuenta que no son sinynimos, pues cada uno
tiene su propia especi¿cidad. El desarrollo humano es un concepto
más amplio que la seguridad humana, entendido como un proceso de
ampliaciyn de la gama de opciones de que dispone la gente, mientras que
la seguridad humana signi¿ca que la gente puede ejercer esas opciones
en forma segura y libre, y que puede tener relativa con¿anza en que las
oportunidades que tiene hoy no desaparecerán totalmente mañana3. La
seguridad humana se centra en las amenazas, mientras que el desarrollo
se centra en las causas que generan esas amenazas.
La seguridad es un derecho humano en sí mismo, consagrado de
diversas maneras en los diferentes instrumentos de derechos humanos
que ya han sido mencionados. Sin embargo, desde la perspectiva
de la seguridad humana, ésta se convierte en una condiciyn con
un sentido de urgencia para abordar un núcleo vital de amenazas
críticas y omnipresentes o generalizadas. Algunas violaciones a los
derechos humanos cali¿can como amenazas a la seguridad humana,
pero no todas. Por ejemplo, la supresiyn de la libertad de credo no
necesariamente sería una amenaza a la seguridad humana, aunque sin
duda es la violaciyn de un derecho humano37.

34 Commission on Human Security, Human Security Now... pág. 10.


35 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 1994, pág. 3.
3 Ibídem.
37 Owen, Taylor, “The Uncertain Future of Human Security in the UN”, en:
Rethinking Human Security, International Social Science Journal, Special Issue.
UNESCO, 2008, pág. 12.
2011] Revista IIDH 159

Hay, por supuesto, amenazas muy reales, generalizadas y graves que


no involucran per se derechos humanos, como es el caso de los desastres
naturales: un terremoto, un huracán, pueden afectar a poblaciones
enteras sin que necesariamente se vea implicada una violaciyn de
derechos humanos.
Por otra parte, los derechos humanos son un elemento que añade
a la legitimidad del enfoque de seguridad humana, en tanto la lista de
tratados y convenciones de que son parte los Estados es larga y en la
mayoría de los casos coincide con el grueso de la lista que de manera
ejempli¿cativa dejamos expresada páginas atrás. En realidad, asumir la
nociyn de seguridad humana es una manera de dar cumplimiento a las
obligaciones internacionales derivadas de la más general de “respetar
y garantizar” los derechos humanos reconocidos en los instrumentos
internacionales.
De su lado, la seguridad humana busca plasmarse, no en reivindica-
ciones jurídicas, como suele ser el caso con los derechos humanos, sino
en políticas y proyectos concretos, determinados en funciyn de una
realidad en donde es esencial el temor fundado, ante la falta de vigencia
efectiva de derechos asumidos constitucional e internacionalmente.

Una nota sobre el contexto latinoamericano


en la actualidad
El Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina
y el Caribe del 2010, señala con contundencia que ésta es la regiyn más
desigual del mundo. A pesar de los avances en desarrollo humano y
la disminuciyn de la pobreza en diversos países, “las cifras agregadas
ocultan importantes desigualdades, entre las que destacan la territorial y
la que existe entre grupos y entre las diversas dimensiones del desarrollo
humano”38. Las desigualdades de género, etnia y raza son marcadas en
la regiyn en cuanto a empleo, salud, educaciyn, y en general un mayor
índice de pobreza. Asimismo, la desigualdad también se reÀeja en el
ingreso per cápita, acceso a infraestructura y servicios básicos.

38 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010:


abrir espacios a la seguridad humana y el desarrollo humano... pág. 2.
10 Revista IIDH [Vol. 54

Según datos de CEPAL, un promedio del 10% de los hogares más


ricos recibe más del 30% del total del ingreso, el 40% más pobre recibe
sylo 10%. Brasil, Chile y Colombia son los países donde la inequidad es
más marcada: el 10% más rico recibe más del 40% del total del ingreso.
En términos generales, el 20% más rico de la poblaciyn tiene ingresos
que son 23 veces mayores que aquellos de los quintiles más pobres, y
en algunos casos, como en Bolivia, es de 50 veces mayor39.
Pero, además, la regiyn también se destaca tristemente en el mundo
por sus altos niveles de violencia, particularmente Centroamérica, que
tuvo 29,3 homicidios por cada 100.000 habitantes en el 2004, mientras
en Sudamérica fueron 25,9% y en el Caribe 18,1%40. Y, como sucede
con los datos sobre la desigualdad, es la violencia contra las mujeres la
principal cara escondida de la inseguridad ciudadana en la regiyn, a tal
punto que en Centroamérica según el estudio de opiniyn que realizy el
PNUD, ni siquiera se lo percibe como parte del “problema del crimen”.
Desde la perspectiva de la seguridad humana, este contexto presenta
una serie de vulnerabilidades y de amenazas que deben ser determina-
das y analizadas desde el ámbito nacional, pero también desde el
subregional y el regional.
No obstante, el pasado reciente, marcado por la doctrina de la
seguridad nacional, ha signado fuertemente a la regiyn y a pesar de
que se han logrado avances signi¿cativos para superar esa concepciyn,
se observan avances y también retrocesos que constituyen los grandes
dilemas actuales en materia de seguridad humana.
En cuanto a los avances, hay que mencionar las iniciativas regionales
y subregionales para incorporar la seguridad humana en la agenda
pública. Desde al ámbito regional de la Organizaciyn de los Estados
Americanos, la Declaraciyn sobre Seguridad en las Américas, del 28
de octubre de 2003, se rea¿rma que

39 Fuentes, Claudia F. y Francisco Rojas Aravena, Promoting Human Security:


Ethical, Normative and Educational Frameworks in Latin America and the
Caribbean... pág. 97.
40 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010:
abrir espacios a la seguridad humana y el desarrollo humano...
2011] Revista IIDH 11

[E]l fundamento y razyn de ser de la seguridad es la protecciyn de la


persona humana. La seguridad se fortalece cuando profundizamos su
dimensiyn humana. Las condiciones de la seguridad humana mejoran
mediante el pleno respeto de la dignidad, los derechos humanos y
las libertades fundamentales de las personas, así como mediante la
promociyn del desarrollo econymico y social, la inclusiyn social, la
educaciyn y la lucha contra la pobreza, las enfermedades y el hambre.

Se reconoce que las amenazas, preocupaciones y otros desafíos a la


seguridad en el Hemisferio son de naturaleza diversa y alcance multi-
dimensional, y el concepto y los enfoques tradicionales deben ampliarse
para abarcar amenazas nuevas y no tradicionales, que incluyen aspectos
políticos, econymicos, sociales, de salud y ambientales. En diciembre del
2005 se crey la Secretaría de Seguridad Multidimensional (SSM) con
la misiyn de coordinar la cooperaciyn entre los Estados miembros para
luchar contra las amenazas a la seguridad nacional y de la ciudadanía.
Su misiyn responde a los objetivos y propysitos de la Declaraciyn sobre
Seguridad en las Américas, que se basa, entre otros, en el concepto
multidimensional de la seguridad, y en el principio de que el fundamento
y el propysito de la seguridad es la protecciyn de los seres humanos.
Desde el ámbito subregional, Centroamérica cuenta desde el año
1995 con el Tratado Marco de Seguridad Democrática, instrumento
que incorpora la visiyn y principios de la seguridad humana al tener
entre sus objetivos la consolidaciyn de Centroamérica como regiyn de
paz, libertad, democracia y desarrollo, así como el diseño de un nuevo
modelo de seguridad regional acorde con los principios y acuerdos del
proceso de Esquipulas, y que permitiera superar la doctrina de seguridad
nacional. El modelo se sustenta en la seguridad democrática (Estado
de Derecho, derechos humanos, reformulaciyn del papel de las Fuerzas
Armadas); seguridad humana (equidad, superaciyn de la pobreza), y
seguridad cooperativa (medidas de fomento de la con¿anza, percepciyn
de pertenecer a un solo espacio securitario y de que las amenazas en el
istmo son interdependientes).
A pesar de los aciertos de este Tratado, a veinte años de su vigencia
se considera que ha tenido un fracaso relativo debido a razones tanto
12 Revista IIDH [Vol. 54

internas como externas41. Entre las razones internas se señala la poca


participaciyn de la sociedad civil en su discusiyn y redacciyn, la falta
de un calendario de ejecuciyn de compromisos y la no rati¿caciyn del
Tratado por parte de Costa Rica y Panamá – países que expresaron serias
reservas respecto de la distinciyn poco clara entre defensa y seguridad
pública, y del eventual papel de las Fuerzas Armadas en materia de
seguridad ciudadana. Entre las causas externas está el debilitamiento
progresivo del proceso de integraciyn regional, y que el mismo se
redujera a su dimensiyn econymico-comercial; a los atentados del 11
de setiembre de 2001, que propiciaron un acercamiento de las agendas
de seguridad centroamericana y estadounidense, y a la emergencia de
“nuevas” formas de violencia y a un incremento sin precedentes de la
inseguridad ciudadana y del número de homicidios42. Se suele atribuir
estas “nuevas” formas de violencia casi enteramente a la apariciyn de
las maras o pandillas, por lo que algunos gobiernos han impulsado
políticas de mano dura que han signi¿cado un retroceso en los procesos
de desmilitarizaciyn que se habían iniciado años atrás.
En el nivel nacional, es importante resaltar la reciente Constituciyn
de la República del Ecuador, aprobada en el 2008, que en su Título
VII, “Régimen del buen vivir”, en la secciyn undécima, contempla la
seguridad humana, y su artículo 393 reza lo siguiente:
Art. 393.- El Estado garantizará la seguridad humana a través de
políticas y acciones integradas, para asegurar la convivencia pací¿ca
de las personas, promover una cultura de paz y prevenir las formas
de violencia y discriminaciyn y la comisiyn de infracciones y delitos.
La plani¿caciyn y aplicaciyn de estas políticas se encargará a yrganos
especializados en los diferentes niveles de gobierno.

El concepto de seguridad humana que se desprende de esta norma se


inspira en la ¿losofía comunitarista ancestral del “buen vivir” (Sumak
Kawsay) de los antiguos quechuas, y ha sido adoptado por la política

41 Urgell García, Jordi, “La seguridad (humana) en Centroamérica: ¢retorno al


pasado"”, en: Revista Cidob d’afers Internacionals, no. 7, Seguridad humana:
conceptos, experiencias y propuestas. Fundaciyn CIDOB, Barcelona, s.f.,
pág. 8.
42 Ibídem.
2011] Revista IIDH 13

multilateral del Ecuador y plasmada en su “Plan Ecuador hacia la


seguridad humana con paz y desarrollo”.
Como se puede ver de este rápido recorrido por el contexto lati-
noamericano, el concepto seguridad humana no es nuevo en la regiyn.
Sin embargo, aún falta mucho por hacer para dotarle de su contenido y
operatividad.
La principal tarea tal vez sea la de superar el paradigma de la
seguridad tradicional asociada a la seguridad del Estado. En Lati-
noamérica no hemos logrado aún esta tarea y una clara muestra son
la desigualdad y la violencia que permean y que no han podido ser
adecuadamente abordadas aún, al lado de los resabios autoritaristas que
suelen surgir con cierta frecuencia aprovechándose de la sensaciyn de
frustraciyn y desesperanza que por momentos predomina en la regiyn.

A modo de conclusión
Para terminar, debemos concluir que el debate acerca de la dignidad
humana, qué se contiene en ella y cuáles son sus manifestaciones
concretas, es interminable por de¿niciyn. Cuando vemos, por ejemplo,
el tema de discriminaciyn y exclusiyn, cada vez que creemos que hemos
“acabado” con alguna discriminaciyn, nos surgen otras y tenemos que
seguir pensando cada vez que de alguna manera hemos relevado o
superado alguna de ellas, ¢cuáles nos quedan pendientes" La diversidad
de nuestras sociedades es demasiado rica como para que pueda ser
reducida a unas cuantas categorías.
En los tribunales internacionales el tema de la dignidad de la persona
humana sigue siendo clave. El principio pro homine43 nos pide que
examinemos cuál es el contenido de la dignidad de la persona humana
que está involucrado en esa situaciyn y cymo lo podemos potenciar,
cymo esa interpretaciyn debe maximizar, por ejemplo, la relaciyn entre
43 Y aquí debemos citar a un ilustre jurista costarricense en materia de derechos
humanos, Rodolfo Piza Escalante, pionero en desarrollar esta teoría, que
es equivalente a la del principio pro reo en materia penal o pro operario en
materia laboral, y que signi¿ca que de diferentes interpretaciones posibles para
la aplicaciyn de una norma de derechos humanos hay que buscar aquella que
sea más expansiva y más amplia para la vigencia de esa instituciyn y no la más
restrictiva, como sí sucede en otras ramas del derecho.
14 Revista IIDH [Vol. 54

derecho interno y derecho internacional a la hora de aplicar un derecho


especí¿co en un caso determinado.
De esto, por ejemplo, han surgido consideraciones tan interesantes
como la que la Corte IDH hizo a propysito de que los derechos humanos
pueden estar contenidos en instrumentos que nada tengan que ver con
derechos humanos en su objeto inicial, como en el caso de la asistencia
consular que está contenido en la Convenciyn de Viena sobre relaciones
consulares, que dista mucho de ser un tratado de derechos humanos44.
Finalmente, proponer que el enfoque de seguridad humana quiere
ser una visiyn más amplia e integradora de la relaciyn entre desarrollo,
seguridad y derechos humanos, y que aspira a ser no solamente una
propuesta conceptual sino sobre todo una herramienta útil para, a partir
de desagregar sus elementos y dimensiones, buscar incidir en proyectos
reales, que afecten a gente real en situaciones de vulnerabilidad y que
permitan superar y al mismo tiempo desarrollar las capacidades del ser
humano. El éxito de algunos proyectos en este sentido es una luz de
esperanza para el futuro.

44 Corte IDH, El derecho a la información sobre la asistencia consular en el marco


GHODVJDUDQWtDVGHOGHELGRSURFHVROHJDO, opiniyn consultiva OC-1/99 del 1 de
octubre de 1999, Serie A No. 1.

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