El Plan Eterno de Dios
El Plan Eterno de Dios
El Plan Eterno de Dios
Watchman Nee
CONTENIDO
1. Introducción…………………………………………………………………….4
8. La obra de Cristo……………………………………………………………….28
Este tomo presenta una serie de diez mensajes tomados de algunas conferencias
dadas por Watchman Nee. Aunque no sabemos con certeza ni el lugar ni la fecha
en que se dieron estos mensajes, suponemos que se dieron en Shanghai en 1939.
El tema de estas conferencias fue el plan eterno de Dios. Los mensajes explican
las dos eternidades y el significado de dicho plan; explican la oración del Señor, a
Cristo como Hijo de Dios, el origen de Satanás, el propósito de la creación del
hombre y su caída y la obra de Cristo, todo ello desde la perspectiva del plan
eterno de Dios. En estos mensajes se saca a la luz la organización y los métodos
usados por Satanás, y concluyen con la revelación de la posición y la
responsabilidad de la iglesia en dicho plan.
Capitulo uno
INTRODUCCION
LA ETERNIDAD
Dios tiene un plan eterno, el cual preparó según Su voluntad. A fin de conocer
dicho plan, primero debemos saber lo que es la eternidad. La Biblia nos muestra
que la eternidad consta de dos partes, a las cuales llamaremos la primera
eternidad y la segunda eternidad (véase el diagrama).
La primera eternidad
La segunda eternidad
Leemos en Isaías 66:22: “Los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago
permanecerán”. Apocalipsis 21:1 también habla de los cielos nuevos y la tierra
nueva, y Apocalipsis 22:5 dice: “Por los siglos de los siglos”. Estos pasajes se
refieren a la segunda eternidad, la cual no tiene fin y va más allá del tiempo.
El plan de Dios fue diseñado antes de la fundación del mundo. ¿Qué clase de plan
fue éste? Primero, Dios amaba al Hijo. Juan 17:24 nos dice que el Padre amaba al
Hijo “desde antes de la fundación del mundo”. Segundo, predestinó a Su Hijo para
que fuera el Cristo “desde antes de la fundación del mundo” (1 P. 1:20). Por otro
lado, Efesios 1:4-5 dice que Dios nos escogió en Cristo y nos predestinó para que
fuésemos Sus hijos antes de la fundación del mundo. (El escogió hombres, pero
los predestinó para filiación). No solamente Dios predestinó a Su Hijo para que
fuera el Cristo, sino que también nos escogió en El y nos predestinó para filiación.
En 2 Timoteo 1:9 dice que Dios nos dio Su gracia “antes de los tiempos de los
siglos”, y en Tito 1:2 dice que Dios nos prometió vida eterna “desde antes de los
tiempos de los siglos”. Dios nos prometió que seríamos partícipes de Su vida.
Estos dos versículos nos dicen que Dios nos predestinó para que recibiéramos
gracia y vida a fin de participar de la filiación. Dios decidió hacer todas estas cosas
desde antes de la fundación del mundo.
El plan de Dios se cumple
desde la fundación del mundo
El plan de Dios fue propuesto antes de la fundación del mundo, pero se ejecuta
desde la fundación del mundo. Dios cumple Su plan en la esfera del tiempo.
¿Cómo realiza Dios Su plan? Apocalipsis 13:8 nos dice que el Señor fue inmolado
“desde la fundación del mundo”. También dice que nuestros nombres están
escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo. Hebreos 4:3 dice que
“Su obra creadora fue acabada desde la fundación del mundo”, y Mateo 25:34
habla del reino preparado desde la fundación del mundo. En el ámbito del tiempo
Dios crea todas las cosas, efectúa la redención por medio de Cristo, escribe los
nombres de los redimidos en el libro de la vida, les da vida eterna y, de este modo,
prepara Su reino.
LA ORACION
QUE EXPRESA LA VOLUNTAD DE DIOS
¿QUE ES LA ORACION?
La Biblia nos muestra lo que es la oración. En primer lugar, Dios tiene una
necesidad, un propósito. Segundo, por medio del Espíritu Santo, El pone este
propósito dentro del hombre, para que éste también sienta esta necesidad.
Tercero, el hombre responde a Dios expresando verbalmente este propósito por
medio de la oración. Y cuarto, Dios responde realizando Su obra y ejecutando Su
propósito. En esto consiste la oración.
Leamos algunos pasajes. En Mateo 9:36—10:1 dice: “Y al ver las multitudes, tuvo
compasión de ellas; porque estaban afligidas y dispersas como ovejas que no
tienen pastor. Entonces dijo a Sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas
los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que lance obreros a Su mies.
Y llamando a Sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos,
para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia”.
Según este pasaje, (1) Dios tiene compasión y salva, (2) desea que el hombre ore,
(3) el hombre ora, y (4) Dios envía hombres a laborar y a salvar.
En Ezequiel 36:37 dice: “Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la
casa de Israel, para hacerles esto; multiplicaré los hombres como se multiplican
los rebaños”. Según este versículo, (1) Dios aumentará los hombres en Israel; (2)
El desea que los hombres oren por este asunto, (3) los hombres oran por esto y
(4) Dios lo lleva a cabo.
Isaías 62:6-7 dice: “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día
y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni
le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la
tierra”. Según este versículo, (1) Dios desea que Jerusalén llegue a ser una
alabanza en la tierra; (2) El puso guardas; (3) los guardas oran, y (4) Dios cumple
el deseo de ellos.
En estos pasajes vemos que toda oración verdadera procede del corazón de Dios
y expresa Su deseo. La oración muestra que Dios tiene un deseo que quiere
cumplir. Sin embargo, no quiere efectuarlo directamente; desea que el hombre
coopere con El en la tierra. Por esta razón, le revela Su deseo y le da la comisión
de que ore. Cuando el hombre lo hace, Dios cumple Su deseo. Esto es lo que
significa la oración.
EL SIGNIFICADO DE MATEO 6:9-13
Primera sección
Debemos hacer tres peticiones específicas: que Su nombre sea santificado, que
Su reino venga y que se haga Su voluntad en la tierra como en el cielo. Las
palabras santificación, santidad y separación que encontramos en la Biblia, tienen
el mismo significado: apartar una persona o cosa para el uso exclusivo de Dios.
Ser apartado significa ser santificado. En el momento mismo que nosotros o
alguien más nos aparta de lo común, somos santificados.
(3) Los santos. En Hechos 9:13 dice: “Señor, he oído de muchos acerca de este
hombre, cuántos males ha hecho a Tus santos en Jerusalén”. El término “santos”
indica que los discípulos son consagrados.
(4) La esposa, el esposo y los hijos. En 1 Corintios 7:14 dice: “Porque el marido
incrédulo es santificado por la mujer, y la mujer incrédula por el hermano; pues de
otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos”.
Vemos en este pasaje que el esposo y la esposa son santificados.
(1) La comida. En Levítico 21:8 dice: “Le santificarás, por tanto, pues el pan de tu
Dios ofrece”.
(2) Todo lo que Dios creó. En 1 Timoteo 4:5 dice: “Porque por la palabra de Dios y
por la intercesión [todo lo que Dios creó] es santificado”. Los versículos anteriores
nos muestran que tanto los alimentos como todo lo que Dios creó se puede
santificar.
(1) Jerusalén. En Mateo 4:5 encontramos la frase: la santa ciudad, lo cual indica
que Jerusalén fue santificada.
(3) El altar. En Mateo 23:17 y 19 leemos: “...el templo que santifica al oro ... el altar
que santifica la ofrenda”. Primero se afirma que el templo y el altar son
santificados, y luego, que al oro y a la ofrenda los santifican el templo y el altar.
(1) El Señor Jesús. En Mateo 4:10 dice: “Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás!
Porque escrito está: ‘Al Señor tu Dios adorarás, y a El solo servirás’”. El Señor
Jesús ante Satanás santifica el nombre de Dios.
(2) Enós. En Génesis 4:26 leemos: “Y a Set también le nació un hijo, y llamó su
nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová”.
Enós santificó el nombre de Dios delante de los hombres.
(5) Jacob. En Génesis 30:27 dice: “Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en
tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa”.
El nombre de Dios fue santificado por Jacob delante de Labán.
(6) José. Leemos en Génesis 39:9: “No hay otro mayor que yo en esta casa, y
ninguna cosa me ha reservado [Potifar] sino a ti, por cuanto tú eres su mujer;
¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” José santificó el
nombre de Dios delante de Potifar.
(8) Sansón. En Jueces 16:28 dice: “Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo:
Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta
vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos
ojos”. Sansón santificó el nombre de Dios delante de los filisteos.
(10) Pablo. En Hechos 27:22-23 Pablo se puso en pie y dijo: “Pero ahora os
exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre
vosotros, sino solamente la nave. Porque esta noche ha estado conmigo un ángel
del Dios de quien soy y a quien sirvo”. Pablo santificó el nombre de Dios delante
de sus compañeros.
Por lo tanto, santificar el nombre de Dios es hacer que Su nombre sea distinto
entre los demás nombres que no son Dios, tales como el diablo (Jn. 8:44), el
vientre (Fil. 3:19) y los ídolos (Is. 36:19).
“Venga Tu reino”
Segunda sección
Cuando un hombre se pone del lado de Dios para contender por Su nombre, Su
reino y Su voluntad, el enemigo lo ataca constantemente. Todo aquel que defiende
los intereses de Dios, será continuamente atacado por el enemigo. Es por esto
que necesitamos ser protegidos. Si no tenemos la protección de Dios, caeremos.
Dios nos protege en cuatro áreas.
La comida
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. Sin alimento, el hombre no puede
sobrevivir; no puede vivir para hacer la voluntad de Dios. El hombre no puede
ceder terreno al enemigo en el asunto de la comida. El versículo dice: “El pan
nuestro de cada día”. Puede ser que a un individuo no le falte nada, pero Dios
desea que el “nosotros” corporativo no carezca de nada.
El perdón de las deudas
La tentación
“Mas líbranos del maligno”. Esta es una oración que hacemos para ser librados de
Satanás.
Tercera sección
“Porque Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. Esta
sección menciona tres cosas que le pertenecen a Dios para siempre: El reino, el
poder y la gloria. Satanás finalmente será quitado de en medio. Las palabras “por
todos los siglos” indican que Satanás jamás prevalecerá. La expresión “Amén”
significa “sí”. Es como la firma y el sello en un documento.
Dios nos muestra reiteradas veces Su deseo de que el hombre ore. Isaías 45:11
dice: “Así dice Jehová, el Santo de Israel, y Su Formador: Preguntadme de las
cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis
manos”. Jeremías 29:12 dice: “Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí,
y yo os oiré”.
Muchos no desean orar. Dios mismo se asombra de ver qué los hombres no
intercedan. Isaías 59:16 dice: “Y vio que no había hombre, y se maravilló que no
hubiera quién se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia”.
Capitulo tres
Los versículos anteriores nos muestran que Dios tiene un plan eterno (Ef. 3:11).
Este plan es el misterio de Su voluntad (1:9), y por consiguiente el hombre lo
desconoce. La voluntad eterna de Dios es “hacer que en Cristo sean reunidas bajo
una cabeza todas las cosas, así las que están en los cielos, como las que están
en la tierra” (1:10); o sea que, la voluntad eterna de Dios consiste en que Cristo
sea la Cabeza de todas las cosas. Cuando esto suceda, todo lo que existe en el
universo expresará al Señor.
EL MISTERIO DE DIOS
¿Cuál es el misterio de Dios? Colosenses 2:2 nos dice que el misterio de Dios es
Cristo. La voluntad de Dios es que Cristo sea la centralidad de todas las cosas, y
que todo esté sujeto a Cristo, para que El sea la Cabeza de todas las cosas. En
Colosenses 3:11 dice: “Cristo es el todo, y en todos”. Y Colosenses 1:18 dice:
“Para que en todo El tenga la preeminencia”. En cuanto a este misterio, Efesios
3:6 dice: “Que en Cristo Jesús los gentiles son coherederos y miembros del mismo
Cuerpo, y copartícipes de la promesa por medio del evangelio”. Dios siempre
trabaja con esta meta en la mira. En la plenitud de los tiempos [o edades] (1:10),
El reunirá en Cristo bajo una cabeza todas las cosas, así las que están en los
cielos, como las que están en la tierra. Esto significa que todas las cosas serán
reunidas en un solo lugar y serán coronadas con el nombre de Cristo.
La epístola de Pablo a los Efesios nos revela lo que el Señor ha obtenido y lo que
obtendrá, desde el momento de Su resurrección hasta que vengan los cielos
nuevos y la tierra nueva. Debido a esto, nos muestra al Señor como la Cabeza de
todas las cosas en los cielos y en la tierra, pero no como la Cabeza de todas las
cosas debajo de la tierra, porque para entonces no habrá nada debajo de la tierra.
En Filipenses se nos muestra lo que El obtiene desde el tiempo de Su
resurrección hasta Su segunda venida. Por eso dice que en el nombre de Jesús
se doblará toda rodilla de los que están en “los cielos, y en la tierra, y debajo de la
tierra” (2:10). En la actualidad hay muchas cosas debajo de la tierra que todavía
están sueltas.
CONCLUSION
La meta de Dios es doble: primero, todas las cosas deben manifestar a Cristo, es
decir, Cristo debe ser la Cabeza de todas las cosas; y segundo, el hombre debe
ser como Cristo, teniendo Su vida y Su gloria. En la actualidad, hay muchos
creyentes en la tierra que están escasos de Cristo, y muchas cosas que
manifiestan a Satanás. Aún así, Dios logrará Su meta. Un día todas las cosas
manifestarán a Cristo. Tenemos que orar pidiendo que podamos ganar más de
Cristo y que podamos manifestarle más, a fin de que la voluntad de Dios se pueda
llevar a efecto pronto.
Capitulo cuatro
Vemos en Lucas 1:35 que cuando el ángel habló con María, se refirió al Señor
como el Hijo de Dios; asimismo, en Mateo 16:16 el Padre le reveló a Pedro que
Jesús era el Hijo de Dios. En Romanos 1:4 el Señor fue designado Hijo de Dios
por la resurrección, y en Juan 20:31, se muestra que una persona es salva y
recibe la vida de Dios en el momento en que cree en el Hijo de Dios.
EL SEÑOR ES EL CRISTO
En Lucas 2:11 los ángeles les declararon a los pastores que el niño que había
nacido era el Cristo. En Mateo 16:16 Pedro recibió del Padre una revelación y
conoció al Señor como el Cristo. Según Hechos 2:36, el Señor fue hecho Cristo
después de la resurrección, y según Juan 20:31, el hombre es salvo por creer que
Jesús es el Cristo.
EL HIJO Y EL CRISTO
SIGNIFICAN DOS COSAS DISTINTAS
Efesios 1:11 dice: “En El asimismo fuimos designados como herencia, habiendo
sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el
consejo de Su voluntad”. La palabra “consejo” también significa “plan”. En el plan
de Dios hemos llegado a ser “porciones” de Cristo; o sea que nosotros
conjuntamente, por estar en Cristo, llegamos a ser el Cristo. En 1 Corintios 12:12
dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los
miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también el Cristo”.
Este es el Cristo corporativo, compuesto de la Cabeza y el Cuerpo. Así que somos
el Cristo en el gran Cristo corporativo y hemos llegado a ser parte de El. Puesto
que el plan de Dios está en Cristo, también nosotros llegamos a ser parte del plan
de Dios.
Dios lleva a cabo Su plan en dos pasos: primero nos sujeta a Cristo, quien es la
Cabeza (Ef. 4:15); luego, sujeta todas las cosas a El (1:10). El plan de Dios incluye
a todo el universo. El reúne todas las cosas bajo Cristo como cabeza. Sin
embargo, Dios no lleva a cabo este trabajo de una manera directa; El actúa
primero en la iglesia, la cual es el Cuerpo de Cristo, sujetándola a la autoridad de
Cristo como Cabeza; y luego, actúa en todo el universo.
Capitulo cinco
Dios creó a los ángeles y al hombre con libre albedrío. Si los ángeles y el hombre
hubieran sido creados sin tal facultad, no habría sido posible que el Hijo recibiera
gloria, porque lo que está muerto no puede ejercer ninguna actividad. Si los
ángeles y el hombre, quienes fueron dotados de libre albedrío, hubieran permitido
que el Hijo fuera la Cabeza, el Hijo habría obtenido la gloria. Pero los ángeles se
rebelaron; el hombre cayó; y el plan eterno de Dios fue obstaculizado. La intención
original de Dios era expresar la gloria de Cristo por medio de todas las cosas,
especialmente por medio del hombre. Pero debido a la rebelión de los ángeles y a
la caída del hombre, el plan de Dios fue estorbado.
EL ORIGEN DE SATANAS
Ezequiel 28:11-19
Apocalipsis 12:4 nos dice que cuando Satanás se rebeló contra Dios, una tercera
parte de los ángeles lo siguió y se unió a su rebelión. En el idioma griego, la
palabra Satanás significa “el opositor”. ¿Cómo llegó Satanás a ser lo que es? ¿Por
qué se rebeló contra Dios? ¿Cuál es la historia de esa rebelión? Las respuestas a
estas preguntas las encontramos en Ezequiel 28:11-19 y en Isaías 14:12-20.
Estos pasajes nos dan a conocer detalles de la creación de Satanás, de su
posición original ante Dios, de su belleza, de su postrera rebelión y de su destino
final.
En Ezequiel 28:13 dice: “En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra
preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de
zafiro, carbunclo, esmeralda y oro”. El Edén que aquí se menciona, es diferente
del de Génesis 2:8. El Edén de este pasaje es la morada de Dios en los cielos.
Las piedras preciosas denotan la luz de Dios, y el oro representa Su gloria.
Satanás poseía todo esto. Si comparamos las piedras preciosas de su vestidura,
con las de las vestiduras de Aarón, vemos que Dios probablemente lo había
designado sacerdote (cfr. Ex. 25:7; 28:9-14).
“En medio de las piedras de fuego te paseabas”. Las piedras de fuego se refieren
a la luz de Dios. Esto muestra que él tenía una relación íntima con Dios. Según
Ezequiel 1:26 los querubines se hallan debajo del trono de Dios. El cuadro que
vemos en Exodo 24:10 y 17 confirma esto; lo cual significa que Satanás estaba
muy cerca de Dios.
En Ezequiel 28:15 dice: “Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que
fuiste creado”. Todo lo que Dios crea es perfecto. El versículo 15 agrega: “Hasta
que se halló en ti maldad”. La palabra “hasta” parece denotar un largo período.
Dios no creó a Satanás, sino a un querubín. Después de que el querubín cayó,
llegó a ser Satanás, y la iniquidad que cometió introdujo el pecado en el universo.
“Por lo que yo te eché del monte de Dios”. La palabra “eché” denota que fue
expulsado como alguien que “se sobrepasa”, es decir, uno que va más allá del
lugar que le corresponde. Por esta razón, Dios lo echó y lo despojó de su dominio.
“Y te arrojé de entre las piedras del fuego”. Esto indica que la comunión se rompió.
Sin embargo, esto no significa que Satanás ya no puede ir a Dios, sino que la
comunión espiritual había terminado. Al ser echado del monte santo fue despojado
de su puesto administrativo, y ya no podía regir el universo. Al ser arrojado de
entre las piedras de fuego fue despojado de la comunión espiritual, y ya no podía
acercarse a Dios. La expresión “oh querubín protector”, se expresa como
recordatorio de su nombre.
El versículo 17 añade: “Delante de los reyes te pondré para que miren en ti”. Estos
reyes eran los ángeles que gobernaban el mundo junto con Satanás. Una tercera
parte de los ángeles siguió a Satanás, pero los ángeles que aquí se mencionan no
lo siguieron y todavía rigen el universo (El salmo 82 nos muestra que hay muchos
gobernantes en el universo).
Isaías 14:12-20
Este pasaje nos relata algunos hechos acerca de Satanás; los versículos del 12 al
14 describen su pasado, y del 15 al 20 nos hablan de su condición presente.
Leemos en los versículos 13 y 14: “Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo;
en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del
testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré,
y seré semejante al Altísimo”. El dijo: Yo subiré, levantaré, me sentaré, subiré y
seré semejante. Esta fue la causa de su caída. No fue un asunto sólo de su
corazón, sino de su voluntad. El cielo del versículo 13 es diferente del que se
menciona en el versículo 12. Este contrasta con la tierra, mientras que aquél está
“sobre las alturas de las nubes”, que es el centro administrativo de Dios, el lugar
desde el cual rige. La meta de Satanás es ser Dios. Su posición era mucho más
elevada que la de todos los arcángeles (Jud. 9); sin embargo, esto no lo satisfizo.
Génesis 1:1-2 habla del juicio que Dios pronunció sobre el mundo de aquella
época. Cuando la tercera parte de los ángeles se rebeló junto con Satanás, hubo
un cambio en el universo, por lo cual Dios lo juzgó severamente. En Génesis 1:1
dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Estos cielos incluyen a los
ángeles. Después de que Dios juzgó a Satanás, quien se había rebelado, la tierra
quedó desordenada y vacía, y las tinieblas cubrieron la faz del abismo.
El primer mundo que Dios creó era bueno (Job 38:7; Is. 45:18), pues Dios no es
Dios de confusión (1 Co. 14:33). Sin embargo, por causa del juicio que Dios
ejecutó sobre la tierra, ésta quedó desordenada y vacía (Jer. 4:23-26). En la Biblia
la tierra es el centro del universo, y en el futuro todo tendrá lugar aquí. Podemos
decir que la tierra es el escenario central del universo.
EL PROPOSITO DE DIOS
AL CREAR AL HOMBRE
En Génesis 1:28 leemos que después de que Dios creó al hombre, lo bendijo y le
dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread [o ejerced
dominio]” en todas las cosas. Por una parte, Dios desea usar la vida para acabar
con la muerte por medio de la multiplicación del hombre; por otra, le dio autoridad
a Adán para que ejerciera dominio. Esta posición y autoridad le pertenecían antes
a Satanás, pero ahora el hombre lo reemplazó.
En Génesis 2:15 dice: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto
de Edén, para que lo labrara y lo guardase”. Esto indica que ya había deterioro y
corrupción, pues era necesario que el hombre restableciera las cosas. De estos
dos pasajes podemos deducir que al crear al hombre, Dios tiene una intención
cuádruple: (1) multiplicar para poner fin a la muerte; (2) Señorear o ejercer dominio
para confrontar la insubordinación; (3) guardar para impedir los ataques; y (4)
labrar para eliminar la corrupción.
Génesis 2 nos muestra dos árboles: el árbol de la vida y el árbol del conocimiento
del bien y del mal (vs. 9, 16-17). El principio sobre el cual se basa el árbol de la
vida es depender de Dios, y el principio del árbol del conocimiento del bien y el
mal es ser independiente y estar separado de Dios. Satanás causó todo esto. La
voluntad de Dios se lleva a cabo en el cielo, mientras que la voluntad de Satanás
se efectúa en el aire, y el derecho de independencia del hombre se ejerce en la
tierra. Queda entonces por resolver ¿de qué lado está el hombre? Comer del árbol
de la vida significa unirse a Dios, pero comer del árbol del conocimiento del bien y
del mal significa unirse a Satanás.
EL SALMO 8
Al llegar al salmo 8, vemos una vez más que el deseo de Dios se relaciona con el
hombre; El desea que el hombre reine por El en la tierra. Hebreos 2:5-10 nos
muestra cómo el Señor cumple el salmo 8, mientras que 1 Corintios 15:24-28 nos
dice cuándo se llevará a cabo. El salmo 8 hace especial énfasis en la tierra (vs. 1,
9). También pone énfasis en el nombre y en el reino. En este salmo hay tres cosas
que concuerdan con Mateo 6:9-10: (1) El nombre de Dios es santificado; (2) el
reino de Dios viene y (3) la voluntad de Dios se hace en la tierra. El salmo 8 no
tiene que ver con los cielos nuevos y la nueva tierra, porque en los cielos nuevos y
en la tierra nueva no habrá mar. El salmo 8 se refiere al reino.
En el versículo 1 leemos: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre
en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos”. Nótese que la gloria de
Dios ha sido puesta sobre los cielos.
Vemos en el versículo 2: “De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la
fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo”.
Con relación a la edad del universo, el hombre es sólo un recién nacido, un niño
de pecho. La intención de Dios es ponerle fin a Satanás Su enemigo por medio del
hombre. En Mateo 21:16 el Señor cita este versículo cuando dice: “Perfeccionaste
la alabanza”. Esto denota que se trata de una guerra, una guerra espiritual.
En Salmos 8:3 dice: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las
estrellas que tú formaste...” Debido a que este salmo fue escrito de noche, no se
menciona el sol.
En el versículo 5 dice: “Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste
de gloria y de honra”. En la creación, Dios hizo al hombre un poco inferior a los
ángeles. Sin embargo, la posición del hombre es más elevada que la de los
ángeles. Dios hizo al hombre un poco menor que los ángeles temporalmente (He.
2:5-10) a fin de coronarlo de gloria y honra. Esta es la meta de Dios. La corona es
símbolo de reinado. Ser coronado de gloria y de honra equivale a ser puesto en la
posición más alta para ser como Dios.
En Salmos 8:6-8 dice: “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo
pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del
campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los
senderos del mar”. Dios le dio autoridad al hombre para que ejerciera dominio
sobre todas las cosas, porque desea que el hombre le ponga fin al enemigo. Dios
dispuso esto desde la fundación del mundo, y se cumplirá en la era del reino (He.
2:5-10).
HEBREOS 2:5-10
Hebreos 2:5-10 es una cita del salmo 8 y una explicación del mismo. En el
versículo 5 leemos: “Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero”. Dios dio
al hombre, no a los ángeles, el mundo venidero, o sea, el milenio.
Los versículos del 6 al 8 dicen: “Pero alguien dio solemne testimonio en cierto
lugar, diciendo: ‘¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del
hombre, para que de él te preocupes? Le hiciste un poco inferior a los ángeles, le
coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de Tus manos; todo lo
sujetaste bajo sus pies’. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó
que no sea sujeto a El; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean
sujetas”. Esto indica que Dios le entregó el milenio al hombre.
Dice en Hebreos 2:10: “Porque convenía a Aquel para quien y por quien son todas
las cosas, que al llevar muchos hijos a la gloria perfeccionase por los sufrimientos
al Autor de la salvación de ellos”. “Por quien son todas las cosas” se refiere a la
fuente, mientras que “para quien son todas las cosas” se refiere a la consumación.
El hombre no puede ser el origen de todas las cosas, pero sí puede ser aquel para
quien existen todas las cosas. El hombre no puede ejercer dominio sobre el
universo debido a que Adán cayó, pero el Señor realizó la voluntad de Dios. El
está llevando muchos hijos de Dios a la gloria, que es lo que Dios desea.
PRIMERA EPISTOLA
A LOS CORINTIOS 15:24-28
En el versículo 25 dice: “Porque preciso es que El reine hasta que Dios haya
puesto a todos Sus enemigos debajo de sus pies”. El Señor reinará, y Dios
destruirá a todos Sus enemigos.
En el versículo 27 dice: “Porque todas las cosas las sujetó debajo de Sus pies. Y
cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a El, claramente se exceptúa
Aquel que sujetó a El todas las cosas”. O sea que Dios no está incluido entre las
cosas.
El versículo 28 añade: “Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces
también el Hijo mismo se sujetará a Aquel que le sujetó a El todas las cosas, para
que Dios sea todo en todo”. Este versículo es similar a Efesios 1:10. Dios el Padre
planeó una voluntad eterna, Dios el Hijo cumplió el propósito del Padre, y Dios el
Espíritu unió el hombre al Hijo.
Capitulo siete
Después de concluir cada uno de los seis días de la creación, Dios afirmó que Su
creación “era buena”, con excepción del segundo día, cuando creó el firmamento.
Esto se debe a que Satanás mora en los aires (Ef. 6:12). Aunque el capítulo tres
de Génesis describe la obra de Satanás, no menciona su nombre, sino el de la
serpiente. (La palabra hebrea que se traduce serpiente también significa
“resplandeciente”, lo cual indica que era bella y atractiva.) En las Escrituras, la
serpiente que fue maldecida es un símbolo de Satanás. Esto nos muestra que
Satanás siempre trabaja entre bastidores.
En Génesis 3:14 dice: “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste,
maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre
tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida”. Este fue el castigo
que se le dio a la serpiente, lo cual la ligó más a la tierra, y el hombre vino a ser su
comida (ya que Adán fue hecho del polvo). La serpiente sólo puede comer al
hombre y estar unida a él, de tal manera, que si Dios acaba con el hombre,
también puede acabar con la serpiente, puesto que los dos se hicieron uno. En
consecuencia, cuando Cristo juzgó a Adán en la cruz, también juzgó a Satanás. La
victoria que Satanás obtuvo, en verdad fue su derrota. Hay una gran diferencia
entre caminar con los pies y arrastrarse sobre el pecho. La serpiente se arrastra
sobre su pecho; es decir que está en estrecho contacto con la tierra y está atada a
la tierra. Pero el hombre camina sobre los pies, que son sólo una pequeña parte
de su cuerpo. Si Dios redime al hombre y a la tierra, Satanás quedará totalmente
despojado.
Recordemos tres asuntos importantes: (1) la voluntad eterna de Dios es que Cristo
sea la Cabeza; (2) Satanás se rebeló contra Dios, por lo cual Dios designó al
hombre para que peleara contra él; y (3) el hombre cayó. Dios desea cumplir Su
voluntad eterna, pero primero debe resolver dos problemas: la rebelión de Satanás
y la caída del hombre. En primer lugar, El debe eliminar a Satanás; y en segundo
lugar, debe resolver el problema de la caída del hombre. En el siguiente capítulo
veremos la forma en que Dios soluciona ambos problemas.
Capitulo ocho
LA OBRA DE CRISTO
Anteriormente dijimos que el plan eterno de Dios tiene como fin que Cristo sea
glorificado y sea Cabeza sobre todas las cosas. Cuando Satanás se rebeló y el
hombre cayó, Dios tuvo que intervenir para resolver estos dos problemas y poder
realizar Su plan eterno. Dios creó al hombre con la intención de que éste eliminara
y destituyera de su señorío a Satanás. Pero el hombre fue engañado y cayó.
Debido a esto, Dios tenía dos problemas que resolver. ¿Qué hizo entonces? Puso
fin a estos dos problemas por medio del Señor Jesús. Tengamos en cuenta la
obra del Señor en el plan de Dios; cómo resolvió los problemas que entorpecían
dicho plan y cómo lo llevó a cabo. El Señor efectuó la mayor parte de Su obra en
la cruz. Fue allí donde El quitó el pecado y puso fin a los pecadores. El nos
redimió del pecado y nos quitó de en medio a nosotros los pecadores. Este es el
aspecto aniquilador de la obra del Señor. Además de esto, El tomó el lugar de
Adán, es decir, el lugar del hombre, para oponerse a Satanás, resistirlo y
derrotarlo. El Señor, al ejercer Su voluntad como hombre, recuperó el poder y la
autoridad que Satanás tenía.
NACIO EN BELEN
Todo lo que ocurrió en la vida del Señor estaba dentro del plan de Dios y tenía
como objeto destruir a Satanás. Primero, El nació en Belén, es decir, adquirió un
cuerpo de carne y sangre (He. 2:14). El nació como hombre a fin de poder
derramar Su sangre y así perdonar nuestros pecados, y de ponerle fin a Satanás.
Dios deseaba que el hombre creado acabara con Satanás, quien nunca pudo
tocar la voluntad del hombre Jesús. En el caso de Jesús, el segundo hombre, Dios
obtuvo lo que no pudo obtener con Adán, el primer hombre.
Después de que Juan bautizó al Señor en el río Jordán, subió del agua, y una voz
de los cielos dijo: “Este es Mi Hijo, el Amado” (Mt. 3:16-17). Entonces el Señor fue
conducido por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo (4:1-11).
La primera vez que fue tentado, el diablo le dijo: “Si eres Hijo de Dios...” (v. 3), ya
que procuraba que el Señor abandonara Su posición como hombre y tomara la
posición de Hijo de Dios, que se hiciera semejante a Dios. Satanás se había
propuesto engañarlo, porque sabía que si el Señor le hacía caso en esto, perdería
Su posición y no podría enfrentarlo. Pero el Señor percibió el engaño de Satanás,
y le respondió: “No sólo de pan vivirá el hombre...” Aquí el Señor parece decir: “Yo
estoy aquí como un hombre, no como el Hijo de Dios. Aunque soy el Hijo de Dios,
tomo la posición de un hombre”. El primer Adán, quien era un hombre, quiso ser
Dios y fracasó. El segundo Adán, quien es Dios, estuvo dispuesto a permanecer
en la posición de hombre y triunfó. Sólo el hombre puede ejecutar el plan eterno
de Dios y derrotar a Satanás.
En la segunda tentación, Satanás parecía decir: “Si Tú eres un hombre según el
corazón de Dios, puedes lanzarte desde el pináculo del templo, porque Dios te
protegerá”. (En la tentación el amor está ausente.) La tentación le viene a uno
cuando no entiende la voluntad de Dios. La persona que desconoce intenta
cualquier cosa. Después de que el Señor se mantuvo firme en Su posición como
hombre, Satanás trató de separarlo de Dios completamente. Pero el Señor no
tentó a Dios, ya que sabía que estaba unido a Dios y no dudaba de El; así que no
aceptó la sugerencia de Satanás de lanzarse desde el pináculo del templo. En el
desierto en estas dos ocasiones, el Señor fue tentado a abandonar Su posición
como hombre y también a poner en duda Su unidad con Dios.
Tanto Juan 16:11 como Apocalipsis 12:11 indican que la cruz quita de en medio a
Satanás. El Señor fue clavado en la cruz en representación de varias entidades: el
mundo (Gá. 6:14) y el príncipe de este mundo. Para Dios, el mundo entero es una
sola entidad cuyo gobernante es Satanás. Cuando el Señor fue levantado en la
cruz, Satanás fue echado fuera (Jn. 12:31-33). Vemos en Juan 3:14: “Y como
Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre
sea levantado”. La serpiente de bronce (que representa el juicio) que Moisés
levantó muestra el juicio de Dios. O sea que El no sólo juzgó a los hombres, sino
también a Satanás. Cuando el hombre pecó y cayó, se hizo enemigo de Dios. En
Juan 8:44, el Señor dice: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo”. Cuando el
hombre siguió al diablo, se convirtió en linaje de la serpiente. Por consiguiente,
cuando el Señor fue crucificado, los descendientes de la serpiente fueron incluidos
en Su crucifixión. Igual que la serpiente de bronce, el Señor no tenía el veneno de
la serpiente. Como nuestro representante, El sufrió el juicio de Dios por nosotros
los descendientes de la serpiente. El llevó el pecado del hombre, aunque El mismo
no conoció pecado (2 Co. 5:21). La sangre del Cordero nos capacita para vencer a
Satanás (Ap. 12:11) debido a que el Señor como la serpiente de bronce vino a ser
un representante de los descendientes de ésta. Cuando El fue crucificado,
Satanás fue eliminado. Por lo tanto, el Señor obtuvo la victoria.
Cristo derrotó al enemigo al nacer, cuando fue tentado, al llevar una vida humana,
lo venció con la crucifixión, la resurrección y la ascensión. En la posición de un
hombre puso fin al enemigo, y por Su victoria, la voluntad de Dios se cumplió en el
hombre. Al llegar a ser un hombre, Cristo venció al enemigo y cumplió el propósito
eterno de Dios.
Capitulo nueve
LA ORGANIZACION, LA META
Y LOS METODOS
DEL REINO DE SATANAS
Lectura bíblica: Col. 1:13; Hch. 26:18; 2 Co. 2:11; Mt. 12:25-26
Estos versículos nos muestran que Satanás tiene un reino, que tiene autoridad y
que es muy engañoso. En Colosenses 1:13 y Hechos 26:18 se presentan
específicamente el reino y la autoridad. Muchos creyentes son engañados porque
desconocen las artimañas del enemigo. El Señor sabe que Satanás tiene un reino;
por eso cuando habla de un reino dividido contra sí mismo en Mateo 12, se refiere
a ese reino. En esta ocasión quisiéramos hablar de la forma en que está
organizado el reino de Satanás, de la meta de su reino y de los métodos que él
emplea para alcanzar su objetivo.
LA ORGANIZACION
DEL REINO DE SATANAS
La organización del reino de Satanás tiene dos aspectos: uno espiritual y otro
físico. Para edificar su reino, él usa materiales espirituales y físicos. En el aspecto
espiritual, usa a los ángeles corruptos y a los demonios, es decir, a los espíritus
malignos o inmundos; y en el físico, usa al hombre.
Materiales espirituales
Satanás mismo:
Apocalipsis 12:9
(1) El dragón (Ap. 12:3-4, 9), quien engaña a todo el mundo. Se le llama “el
tentador” en 1 Tesalonicenses 3:5. Tiene siete cabezas y diez cuernos, y es muy
poderoso.
(2) La serpiente (Gn. 3:1-15), la cual seduce e incita al hombre para que peque y
caiga.
(3) El diablo (Ap. 12:9), término que significa “acusador” o “calumniador”. El nos
acusa delante de Dios y nos calumnia delante de los hombres.
(4) Satanás (Ap. 12:9), que significa “adversario”, se opone a Dios y se rebela
contra El.
(6) Beelzebú (Mt. 12:24), cuyo significado es “señor de las moscas”, atormenta y
perturba al hombre.
En Apocalipsis 12:4 se nos dice que una tercera parte de los ángeles cayó y se
unió a la rebelión de Satanás contra Dios. Junto con ellos, Satanás organizó el
reino de tinieblas. Estos son “los gobernadores del mundo de estas tinieblas” a
quienes se refiere Efesios 6:12, y los principados y potestades de Colosenses
2:15.
En Salmos 82:1 también se hace referencia a estos ángeles cuando mencionan “la
reunión de los dioses” y los “dioses”. Ellos fueron enviados por Satanás para
gobernar en el mundo y atormentar a los hombres. En los versículos del 1 al 4,
Dios los reprendió por sus injusticias, y en el versículo 5 se nos dice que ellos no
prestaron atención. Los versículos del 6 al 7 hablan del juicio y castigo que Dios
les infligirá, y el versículo 8 es la oración del salmista.
Daniel 10:13-21 menciona a dos príncipes perversos, los cuales son ángeles que
gobiernan, es decir, son los principados y potestades que están bajo el mando de
Satanás. Este pasaje revela que detrás de cada nación hay un ángel que manipula
la política encubiertamente de parte de Satanás.
Los demonios
(4) adora ídolos (1 Co. 10:20-21; Ap. 9:20; 2 Cr. 11:15; Lv. 17:7; Dt. 32:17).
Una persona puede ser poseída por más de un demonio (Mr. 16:9), pero un
demonio únicamente puede morar en un cuerpo humano a la vez. Los ángeles
malignos son los gobernadores de este siglo, mientras que los demonios atan al
hombre, lo atormentan, lo llevan a la locura y los inducen a adorar ídolos. Cuando
los demonios se unen a los ídolos, incitan a los hombres a que los adoren, y los
privan así de adorar al Dios verdadero.
Materiales físicos
En 1 Juan 5:19 dice: “El mundo entero yace en poder del maligno”. Satanás es el
príncipe de este mundo, y el mundo entero, incluyendo al hombre, se encuentra
bajo su dominio. Para causarles daño a hombres comunes, él sólo necesita soltar
a los demonios; pero ante hombres piadosos como Daniel, quienes son
absolutamente uno con Dios, el enemigo necesita llamar a los príncipes. Por
supuesto, Dios también envía ángeles para proteger a dichos hombres.
La meta constante de Satanás es llegar a ser Dios y ser adorado como tal. A fin de
lograr esto, estableció un reino extremadamente organizado. Por una parte, él
controla todos los materiales que contiene dicho reino; y por otra, procura
edificarlo en la tierra. El sabe bien que Dios establecerá Su reino en la tierra, y por
eso ha tratado de adelantarse para establecer el suyo. Génesis 6 revela la forma
en que Satanás corrompió a los hombres que Dios había creado. En Génesis 11
instigó a los hombres a que se unieran en rebelión contra Dios. Estos
construyeron la torre de Babel procurando hacerse un nombre para sí mismos. En
Egipto, Satanás usó a Faraón para perseguir a los israelitas (Ex. 1:8-22). La gran
imagen descrita en Daniel 2:31-43 representa los reinos de esta tierra, los cuales
fueron establecidos por Satanás. Estos reinos exaltan a los hombres, se rebelan
contra Dios y se oponen a Su reino, el cual, en aquella época, era Israel.
(3) Arrebata la palabra de Dios que los hombres han escuchado para que olviden
lo que oyeron (Mt. 13:19).
(4) Produce imitaciones, tales como la religión y las reglas morales (1 Ti. 4:1-3).
Satanás sabe que Dios aborrece la carne. Así que él finge odiarla; así que induce
a los hombres a abstenerse de comer carne y de casarse. El también se apodera
del corazón de los hombres promoviendo la cultura y la ciencia, creando confusión
para convencer a los hombres de que son ineptos y creando una paz ficticia para
encubrir sus tinieblas.
(4) Ocupa el corazón de los hombres y lo hace codicioso (Hch. 5:3). Esto nos
muestra que no es fácil separar a Satanás del dinero.
Todos debemos estar alerta ante las obras de Satanás. Cuando algo nos sucede,
no debemos preguntarnos qué es, sino de dónde proviene. No importa si el asunto
es bueno o malo, sino el origen. Todo lo que Satanás hace tiene como fin
acrecentar su poder, su reino y su autoridad. El hace todo lo posible por oponerse
a Dios. El agota todas sus tácticas y emplea todos sus mensajeros a fin de lograr
una cosa: apoderarse de los hombres. Pero a quien más teme él es a las
personas que hacen la voluntad de Dios. En la actualidad, la meta de Dios es
obtener a los hombres a fin de que destruyan todas las obras de Satanás;
mientras que la voluntad de Satanás, es poner a los hombres de su lado para que
se opongan a la voluntad de Dios. Esta es una guerra entre dos tronos. Dios
desea que los hombres destruyan la voluntad de Satanás, mientras que Satanás
desea hombres que destruyan la voluntad de Dios. Que el Señor nos muestre
claramente el reino de Satanás, su organización y sus maquinaciones perversas.
Quiera Dios hacer de nosotros personas que amen solamente Su voluntad para
que podamos poner fin a Satanás, Su adversario.
Capitulo diez
LA POSICION Y
LA RESPONSABILIDAD
DE LA IGLESIA
LA IGLESIA ES LA PROLONGACION
DE LA POSICION Y LA OBRA DE CRISTO
Ya vimos lo que son la obra del Señor, el reino de Satanás y su intención maligna.
Ahora estudiaremos la posición y la responsabilidad que tiene la iglesia, la cual
ocupa un lugar muy importante ante Dios; su posición consiste en estar unida a
Cristo, y su responsabilidad es seguir peleando la guerra que Cristo peleó en la
tierra. Cristo, la Cabeza, ascendió, pero la iglesia, su Cuerpo, todavía está en la
tierra. La iglesia es la propagación de Cristo y, como tal, extiende Su posición y
pelea contra el enemigo de Dios.
En Efesios 1:20-23 vemos que el poder que operó en Cristo no sólo lo levantó de
los muertos, sino que lo hizo ascender a los cielos. Este poder es el poder de
resurrección. Por medio de la resurrección de Cristo, la iglesia recibió vida, y por
medio de Su ascensión, asumió la posición de autoridad y heredó el reino. Cuando
Cristo ascendió a los cielos, recibió la autoridad celestial que le permite traer los
cielos a la tierra para que Su voluntad sea hecha en la tierra así como se hace en
el cielo. La resurrección sola no basta; también es necesaria la ascensión. Cuando
permanecemos en la posición celestial, podemos trascender todas las cosas. Al
ascender a los cielos, el Señor subió por encima de todos los poderes del
enemigo, y Dios sujetó todas las cosas bajo Sus pies. Sin embargo, esto no se ha
manifestado plenamente.
En la ascensión, Cristo llegó a ser Cabeza de la iglesia y fue puesto sobre todas
las cosas (Ef. 1:22). El versículo 23 muestra claramente que la iglesia y Cristo son
inseparables. La iglesia está llena de la plenitud y la abundancia de Cristo. Dios
desea obtener un hombre corporativo; y la iglesia, conformada por los santos,
quienes están en Cristo, constituye el Cristo corporativo y es la combinación de
todas las pequeñas porciones de Cristo que tienen los santos. La iglesia, como
Cuerpo de Cristo, es la prolongación de El; así que, todo lo que pertenece a
Cristo, pertenece a la iglesia. La posición que Cristo alcanzó, es la posición de la
iglesia, y las obras que Cristo efectuó son sustentadas y perpetuadas por medio
de la iglesia.
LA IGLESIA ESTA ESTABLECIDA
ENTRE LA CRUZ Y EL REINO
LA IGLESIA EJECUTA
LA VOLUNTAD DE DIOS
EN LA TIERRA
La iglesia tiene una gran responsabilidad hoy en la tierra. Por un lado, tiene que
someter el poder de las tinieblas y continuar la guerra que Cristo sostuvo contra
Satanás; por otro, trae la voluntad de Dios a la tierra. Dondequiera que estemos,
debemos permanecer firmes. Al leer las noticias, debemos descubrir dónde está
operando el enemigo, para poder orar debidamente oponiéndonos a sus
actividades. En 2 Corintios 10:4 dice: “Las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas ante Dios para derribar fortalezas”. Y en Efesios 6:12
dice: “No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores del mundo de estas tinieblas, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes”. Nuestra oración debe ser
poderosa delante de Dios y contrarrestar el poder de las tinieblas. Para poder
reinar en el futuro, tenemos que aprender a gobernar hoy. Por el trono que está en
los cielos gobernamos los tronos de la tierra. Muchos creyentes desfallecen por no
ejercer la autoridad que tienen y por no orar para reinar sobre la situación política.
Tan pronto veamos la obra y el poder del enemigo en acción, debemos ejercer
nuestra autoridad para orar. Si en la tierra no hubiese creyentes, el mundo sería el
infierno. Tenemos que aprender a ejercer la autoridad victoriosa de Cristo, para
gobernar sobre el poder de las tinieblas.
Predica el evangelio
Todas las personas del mundo son cautivas de Satanás. Sin embargo, Dios quiere
que los creyentes rescaten a los cautivos por medio de la predicación del
evangelio. Cuando Dios recupera una persona, Satanás pierde una más. En 1
Timoteo 2:4 dice: “[Dios] quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
pleno conocimiento de la verdad”. Esto nos muestra que el evangelio forma parte
de la voluntad de Dios. Dios liberta a los hombres a fin de salvarlos y de
manifestar plenamente Su autoridad por medio de ellos. Dios quiere que
prediquemos el evangelio y que llevemos a cabo Su voluntad por medio del
mismo. Un creyente que no habla por Dios ni testifica, no hace valer la voluntad de
Dios.
Todo creyente tiene la capacidad de echar fuera demonios, porque esta acción
también lleva a cabo la voluntad de Dios. Si echamos fuera demonios por el
Espíritu de Dios, el reino de Dios ha llegado a nosotros (Mt. 12:28).
Por lo que sucedió en Hechos 19:13-16, vemos que cuando se trata de echar
fuera demonios, el enemigo sólo teme a los que no tienen ninguna conexión con
él. El reconoce a quienes no tienen nada que ver con él. En el reino de los
demonios, un nombre conocido tiene mucho peso. El diablo conoce y teme a
hombres que como Pablo se entregan incondicionalmente a Dios. Algunos
creyentes secretamente quisieran tener cierta asociación con el diablo, pero éste
se ríe de ellos, porque ellos no son sinceros en cuanto a hacer la voluntad de
Dios. Estos nunca podrán estremecer las puertas del Hades. El que se da a Dios
sin reservas y no tiene ningún vínculo con el diablo, puede hacer que la voluntad
de Dios se cumpla en la tierra.
Ora
La oración genuina es una labor llevada a cabo juntamente con Dios, para traer Su
reino y ejecutar Su voluntad en la tierra. Por consiguiente, la oración es una batalla
espiritual (2 Co. 10:2, 4; Mt. 6:10; Ef. 6:12). La oración derriba el poder de las
tinieblas y abre paso para que se haga la voluntad de Dios en la tierra.
No es del mundo
Nosotros no somos del mundo y estamos por encima de él (Jn. 17:16). Dios nos
libró de este mundo por medio de la cruz, para que seamos de El y para que
hagamos Su voluntad (Gá. 6:14). No debemos volver al mundo, ni regresar al
reino de Satanás, pues si no somos del mundo, Satanás no podrá hacer nada en
nosotros. Una vez que salimos del mundo, quedamos libres de la autoridad de
Satanás, de su dominio y de su reino. Sólo entonces se puede efectuar la voluntad
de Dios en la tierra.