El Estrés Profesional Del Cirujano
El Estrés Profesional Del Cirujano
El Estrés Profesional Del Cirujano
INTRODUCCION
La cirugía es un procedimiento invasivo, que por su misma naturaleza plantea una serie
de riesgos para el paciente por lo que se constituye en factor estresante. El estrés
quirúrgico es provocado por estímulos físicos, agresión sobre los tejidos, y síquicos, el
miedo a una situación desconocida que implica riesgos. Son factores de estrés la
internación, la cirugía, el acto anestésico, los procedimientos a aplicar, el dolor. El
grado de ansiedad generado por estos factores se relaciona además con la
personalidad del paciente y sus experiencias previas.
El médico debe adaptarse a las ansiedades y los temores que le despierta su trabajo, y
en ese sentido la cirugía conlleva un elevado estrés laboral. Por un lado, es estresante
la intervención quirúrgica en sí con sus complejidades técnicas y sus riesgos que
pueden comprometer la vida del paciente (así como para cada enfermo es difícil
abandonarse al cuidado de cirujanos y anestesistas y tolerar que su cuerpo y su vida
dependan de ellos, también para el médico es gravoso contener esa situación y asumir
la responsabilidad de trabajar en condiciones que implican un riesgo de muerte
potencial). Pero, por otro lado y dada la severidad de las dificultades psicológicas de
muchos pacientes quirúrgicos, agrega nuevos elementos de presión el tener que
afrontar el enojo, la hostilidad o las demandas irracionales e imposibles de algunos
enfermos mal adaptados.
Ahora bien, cuando la negación es muy marcada, el cirujano puede “desatender” sus
temores y precauciones, y estará entonces expuesto a cometer errores por minimizar
los riesgos de los procedimientos quirúrgicos o no percibirá ni evaluará con claridad los
signos y síntomas que señalen una complicación postoperatoria incipiente. También un
alto grado de negación o disociación le impedirá una adecuada captación del estado
psicológico de sus pacientes y minimizará sus eventuales consecuencias. La negación
puede acompañarse de otras defensas maníacas: con hiperactividad (que puede llevar
al cirujano a trabajar demasiado y sin descanso, y cometer errores por fatiga) y
sentimientos de omnipotencia (que pueden condicionar la realización de técnicas
quirúrgicas temerarias, por ejemplo).
Durante una internación hospitalaria, es frecuente que las enfermeras conozcan mejor
que los médicos los vaivenes del estado anímico del paciente. Ello es atribuible a que
mantienen con los enfermos un trato más prolongado, que incluye la intimidad del
contacto cotidiano con el paciente y sus necesidades corporales, compartir muchas
horas con él y su familia, y el hecho de ser las primeras personas que son llamadas
ante cualquier dolor o problema. Todo esto otorga una gran trascendencia a la calidad
que tenga la atención de las enfermeras; dicha atención puede ser fuente de
tranquilización y reaseguramiento para muchas personas que, por estar enfermas y
tener que ser operadas, suelen hallarse bastante desconcertadas o angustiadas.
Con las personas bien adaptadas no se presentan mayores dificultades, de forma tal
que en esos casos una conducta espontánea y amable y el sentido común durante la
atención de enfermería son de por sí suficientes. Pero la mala adaptación emocional de
un paciente puede condicionar distintas dificultades en su relación con las enfermeras.
En esos casos, una actitud profesional adecuada requiere el conocimiento de los
procesos psíquicos que determinan la conducta del enfermo, y también de la mejor
manera de abordarlos. Para cada modalidad defensiva hay actitudes que pueden
favorecer la adaptación y otras, entorpecerla.
Es bueno estar alerta sobre este tipo de problemática en los grupos de trabajo, y tener
presente que el concepto que un profesional forma de otro debiera estar guiado por
criterios profesionales y no por lo que dice el enfermo o sus familiares. Esos dichos
pueden ser pocos objetivos ya que están teñidos por las ansiedades y los conflictos
desencadenados por la enfermedad y la cirugía.
Los pacientes con trastornos por estrés postraumático agudo después de accidentes,
cirugía de urgencia o internaciones graves en terapia intensiva, tienen una gran
necesidad de relatar y revivir los momentos traumáticos pasados. Es de gran utilidad
que la enfermera destine un tiempo para esas conversaciones, que pregunte y
promueva al paciente a recordar y establecer una secuencia, una historia de todo lo
acontecido. Permite así la descarga afectiva del enfermo abrumado por la angustia, y lo
ayuda al control psíquico de todos los elementos traumáticos que los amenazaron o lo
amenazan todavía.
Por último, es perjudicial seguir las conversaciones de pacientes con crisis psicóticas
como si se compartiera su misma y alterada visión de las cosas, porque al agregar
elementos alejados de la realidad se puede contribuir a empeorar la beligerancia o las
ideas delirantes; tampoco se debe responder a sus conductas agresivas. En los casos
en los que predomina la confusión mental de base orgánica, además de la corrección
del factor orgánico específico es útil intentar una permanente reubicación en la realidad
de tiempo y espacio. Como tienen trastornos de la atención y la memoria, esta
reubicación debe ser repetida: informarles dónde están, por qué, para qué y explicarles
todo lo que se va a hacer. Son importantes también las medidas ambientales que
contribuyan a mejorar su sentido de orientación: mantener una luz tenue durante la
noche, contacto con objetos o personas familiares, etcétera.
La mejor actitud es nunca criticar la regresión, y acompañar cada paciente desde los
momentos más regresivos en los que parece muy dependiente y demandante,
cuidándolo y protegiéndolo más, para luego -cuando el enfermo ha mejorado en su
posoperatorio y ya su regresión es menor- cambiar gradualmente la forma de tratarlo y
adecuarla a su mayor grado de autonomía y autoafirmación personal.
Cuando hay una adaptación familiar normal frente al estrés preoperatorio, la ansiedad
del paciente es conocida y compartida por el grupo; constituye todo un tema y ocupa un
“lugar” en la familia. También cada integrante puede reconocer y tolerar su propia
preocupación, sin recurrir a conductas defensivas rígidas.
Las familias más normales tienen con respecto al cuidado del paciente un
funcionamiento naturalmente autorregulado, y su presencia es gratificante. Atienden al
operado de una manera flexible, a veces lo acompaña un integrante del grupo, a veces
otro, y saben captar las necesidades del enfermo (cuándo dejarlo solo, cuándo estar en
silencio, cómo tranquilizarlo cuando sufre).
En cambio, las familias más aglutinadas suelen ejercer una acentuada sobreprotección,
con roles fijos (siempre la misma persona cuida de forma exagerada y asfixiante al
paciente, a quien jamás lo deja solo). Tampoco permiten un adecuado manejo de la
atención médica y de enfermería: controlan permanentemente la tarea de las
enfermeras en busca de errores, o verifican el goteo del suero o los horarios de
administración de los medicamentos. En muchas ocasiones, detrás de estas actitudes
existe fuerte ambivalencia, y junto al amor y los aparentes cuidados solícitos hay
reproches, agresión o sentimientos de culpa; no es raro que, de pronto, ello derive en
conflictos y peleas, y por etapas el enfermo sea abandonado en mayor o menor grado
por su familia.
Otras dificultades durante la internación pueden deberse a los cambios de roles en las
familias; por ejemplo, la enfermedad y la cirugía suelen forzar a una persona muy
independiente aceptar un rol de dependencia indeseada y mal tolerada, y eso puede
complicar o agravar relaciones familiares básicamente conflictivas en lo que respecta al
tema de la dependencia y la autoridad..
CONCLUSIÓN
Es muy importante, conocer los distintos roles a ser cumplidos alrededor del paciente
en la cirugía para poder mantener este como unidad biopsicosocialaxiologico. Tanto los
profesionales de la salud, como familiares tienden a tener distintas reacciones frente a
los mecanismos de defensa naturales del paciente en cuestión.
El cirujano convive con el estrés, la mayor parte de los cirujanos padece estrés leve o
moderado, estrés provoca desequilibrio emocional.
WWW: http://sicoar.com/psiconat/acheron/acheron.htm
ENFERMERIA QUIRURGICA Módulo 1 Tucumán – Argentina Año 2008
http://www.medicosecuador.com/librosecng/articuloss/1/aspectos_psicologicosa.
htm