Composicion de La Masa Comun
Composicion de La Masa Comun
Composicion de La Masa Comun
Son bienes propios de los cónyuges: Los que pertenecen al marido y a la mujer para
el momento de la celebración del matrimonio, así como también los que durante el
matrimonio adquieran por donación (salvo que esta donación se haya realizado con
ocasión del matrimonio), por herencia, legado o por cualquier otro título lucrativo. Son
también bienes propios de cada cónyuge la plusvalía de dichos bienes, así como las
cosas personales tales como vestidos, joyas y otros enseres u objetos de uso personal
o exclusivo de la mujer o del marido.
● De igual forma se hacen propios del respectivo cónyuge los siguientes bienes
adquiridos durante el matrimonio:
● Por permuta con otros bienes propios del cónyuge. (La permuta es un contrato
mediante el cual uno de los contratantes se obliga a transferir al otro la propiedad de
una cosa, a cambio de que éste le de la propiedad de otra.- Es decir, es el cambio de
una cosa por otra, sin que en la operación entre en juego el dinero, a menos que sea
necesario para equilibrar el valor de las cosas cambiadas).
● Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el respectivo
cónyuge y con dinero de su patrimonio. (El Retracto es el derecho que tiene una
persona según la ley, para adquirir la propiedad de una cosa enajenada a un extraño
dentro del plazo y demás condiciones establecidas en la convención).
● Por dación en pago hecha al respectivo cónyuge por obligaciones provenientes
de bienes propios.
● Los que adquieran durante el matrimonio a titulo oneroso, cuando la causa de
adquisición ha precedido al casamiento.
● La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños personales o
de enfermedades, deducidas las primas pagadas por la comunidad.
● Por compra hecha con dinero proveniente de la enajenación de otros bienes
propios del cónyuge adquirente.
● Por compra hecha con dinero propio del cónyuge adquirente, siempre que haga
constar la procedencia del dinero y que la adquisición la hace para sí.
También pertenece como bien de cada cónyuge, los bienes donados o dejados en
testamento conjuntamente a los cónyuges con designación de partes determinadas por
el donante o por el testador, y, a falta de designación, por mitad.
Cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de sus propios bienes; pero no
podrá disponer de ellos a título gratuito, ni renunciar herencias o legados, sin el
consentimiento del otro. Los actos de administración que uno de los cónyuges ejecute
por el otro, con la tolerancia de éste, son válidos.
● Los bienes adquiridos por título oneroso durante el matrimonio, a costa del
caudal común, bien se haga la adquisición a nombre de la comunidad o al de de uno de
los cónyuges.
● Los obtenidos por la industria, profesión, oficio, sueldo, o trabajo de alguno de
los cónyuges.
● Los frutos, rentas o intereses devengados durante el matrimonio, procedente de
los bienes comunes o de los particulares de cada uno de los cónyuges.
También pertenece a la comunidad el aumento del valor por mejoras hechas en los
bienes propios de los cónyuges con dinero de la comunidad, o por industria de los
cónyuges. La ley presume que pertenecen a la comunidad todos los bienes existentes
mientras no se pruebe que son propios de alguno de los cónyuges.
DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA COMUNIDAD CONYUGAL:
Cada cónyuge podrá administrar por sí solo los bienes de la comunidad que hubiere
adquirido con su trabajo personal o por cualquier otro título legítimo; la legitimidad en
juicio para los actos relativos a la misma, corresponderá al que los haya realizado. Se
requerirá el consentimiento de ambos cónyuges para enajenar a título gratuito u
oneroso para gravar los bienes gananciales, cuando se trate de inmuebles, derechos o
bienes muebles sometidos al régimen de publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de
compañías, así como aportes de dichos bienes a sociedades. En estos casos la
legitimación en juicio para las respectivas acciones corresponderá a los dos, en forma
conjunta.
Ahora bien, los actos cumplidos por el cónyuge sin el necesario consentimiento del otro
y no consentido por éste, son anulables cuando quien haya participado en un acto de
disposición con el cónyuge actuante tuviere motivo para conocer que los bienes
afectados por dichos actos pertenecen a la comunidad conyugal.
La acción para intentar la nulidad del acto corresponde al cónyuge cuyo consentimiento
era necesario, y caducará a los cinco años contados desde la fecha de la inscripción del
acto en el Registro Inmobiliario sí trata de inmuebles o en los de la sociedad sí se trata
de acciones, obligaciones o cuotas de participación. Esta acción se trasmitirá a los
herederos del cónyuge legitimado si este fallece dentro del lapso útil para intentarla.
Para el caso de no proceder la nulidad, el cónyuge afectado sólo tendrá acción contra el
otro por los daños y perjuicios que le hubiere causado. Esta acción caducará al año de
la fecha en que ha tenido conocimiento del acto, y, en todo caso, al año después de la
disolución de la comunidad conyugal.-