Módulo - CONTRATOS MODERNOS
Módulo - CONTRATOS MODERNOS
Módulo - CONTRATOS MODERNOS
CONTRATOS MODERNOS
Introducción al tema:
Todo país debe buscar los medios que le permitan gestionar y aumentar el número de
empresas dentro de su territorio, sin embargo, el pago de grandes sumas de dineros en
tributos, procedimientos complejos, requisitos excesivos, nulos incentivos, en muchos
casos, como el nuestro, desincentivan su constitución, por ello, es necesario utilizar
ciertos correctores para que a través de normas legales se pueda solucionar este
problema.
pág. 1
1. EVOLUCIÓN HITORICA DE LA EMPRESA
Teniendo en cuenta a Vicuña (2012), la autora puede resumir de la siguiente forma toda
la evolución histórica en el siguiente cuadro:
pág. 2
2. CONCEPTO JURÍDICO DE EMPRESA
Según lo señalado por Rojas (2012), la empresa es una unidad productiva creada
y diseñada para la explotación de una actividad económica.
Desde el punto de vista jurídico mercantil podría definirse a la empresa como una unidad
patrimonial autónoma y compleja, en la que se integra un conjunto organizado de
bienes, derechos y deberes bajo la titularidad y organización del empresario, siendo su
finalidad más importante y prioritaria la producción de bienes y servicios para el
mercado, y su finalidad mediata es obtener utilidades para sus propietarios
Ramos (2000), establece que la empresa está conformada por un conjunto de personas
que se unen y organizan con el objetivo principal de lograr una fin común, que
obviamente excede a las posibilidades individuales de sus miembros y que solo podría
ser logrado mediante el esfuerzo cooperativo de todos los integrantes.
Montoya (1986), sostiene que debe definirse como empresa a toda actividad humana
que de un modo deliberado busca lograr algunas finalidades. Desde el punto de vista
económico, la empresa busca obtener ciertos beneficios a través de la organización de
sus elementos; la empresa es el resultado de la adecuada organización de los factores
de la producción: capital y trabajo, con el fin de obtener una utilidad. Comprende:
a los titulares (persona natural o jurídica), al personal directivo y de apoyo, y al
establecimiento.
Fernández (1998) , afirma que la empresa ocupa un lugar muy importante en el derecho
contemporáneo ello, gracias a su gran importancia social, económica y política, tanto
que se le considera y protege como sujeto de derecho, sin dejar de lado los elementos
o factores que la integran teniendo en cuenta que es una unidad de producción de
bienes y servicios.
3. CARACTERÍSTICAS DE LA EMPRESA
Sanromán (2008) afirma que viéndola como unidad económica de producción de bienes
y servicios, en toda empresa se pueden observar las siguientes notas características.
pág. 3
Para realizar sus actividades se apoya en recursos humanos, de capital, técnicos
y financieros.
Su propósito es la satisfacción de necesidades humanas y de consumo.
Planifica sus actividades con base en los objetivos que desea lograr.
Es una organización social muy importante que conforma el ambiente económico
y social de un país.
Se identifica como factor de crecimiento y desarrollo económico y social.
Al estar inmersa en un ambiente competitivo se le exige modernización,
racionalización y programación.
El modelo de desarrollo empresarial se sustenta en las nociones de riesgo,
beneficio y mercado.
Recibe influencia del contexto, ya sea político, social, cultural y desde luego
económico.
4. EL EMPRESARIO
La Empresa está conformada por tres importantes factores: Las personas; los bienes y
la organización; cabe precisar que en nuestra legislación la empresa puede ser
unipersonal, empresa Individual de Responsabilidad Limitada; SCRL, SAC.
Así pues, podemos afirmar que el empresario es el titular de la empresa, es decir que
es quien organiza el trabajo ajeno; vienen a ser aquel que ejerce una actividad
coordinadora, continuada y sistemática con habitualidad, con carácter de
profesionalidad encaminada hacia un objetivo
Uria (2002), señala que el concepto jurídico de empresario difiere del concepto
económico que le identifica con la persona que directamente y por si misma asocia,
combina, coordina los diferentes factores de la producción, interponiéndose entre ellos
para ajustar el proceso productivo al plan previsto anteladamente. Al derecho lo que le
importa en realidad es que el empresario ejercite en su nombre a la actividad
empresarial.
5. ELEMENTOS DE LA EMPRESA
pág. 4
Hundskopf, (2000) establece que los elementos de la empresa son cuatro, los mismos
que interrelacionados entre sí de forma funcional dan origen a la misma. Los elementos
a saber son:
Por su parte nuestro autor Montoya (2004), afirma, que los elementos integradores de
la empresa y sus signos distintivos son:
No podemos perder de vista, que una empresa puede realizar actividades en diversos
lugares de una misma población o en poblaciones diversas, en lo que denominamos
sucursales , a las cuales se les confiere cierta independencia económica.
pág. 5
o Marca: Sirve para distinguir en el mercado los productos o servicios de una
empresa, La marca puede consistir en la firma o el emblema del establecimiento.
6.CLASIFICACIÓN DE EMPRESAS
Según en qué aspecto nos fijemos, podemos clasificarlas de varias formas. Vicuña
(2012) realiza la siguiente clasificación:
Las empresas pueden clasificarse según Vicuña (2012), de acuerdo con la actividad que
desarrollen, en:
Servicio. Son aquellas que brindan servicio a la comunidad que a su vez se clasifican
en:
Transporte
Turismo
Instituciones financieras
Servicios públicos (energía, agua, comunicaciones)
Servicios privados (asesoría, ventas, publicidad, contable, administrativo)
Educación
Finanzas
Salud
pág. 6
b. Según la procedencia de capital
Empresas locales: son aquellas empresas que venden sus productos o servicios
dentro de una localidad determinada.
Regionales: son aquellas empresas que venden sus productos o servicios a
varias localidades o provincias de un país.
Nacionales: son aquellas empresas que venden sus productos o servicios dentro
de los límites de un país. Pueden tener sucursales en varias partes del país
Multinacionales o Transnacionales.
LECTURA COMPLEMENTARIA
LA EMPRESA Y EL EMPRESARIO
http://www4.ujaen.es/~cruiz/diplot-1.pdf
Una primera clasificación útil a efectos metodológicos agrupa las grandes áreas
funcionales en que se
pág. 7
divide el estudio de la empresa: el subsistema real, el financiero y el directivo.
Esta teoría define sistema como “conjunto de elementos de cualquier clase ( conceptos,
ideas, objetos, personas, etc,.), cumpliéndose que cada parte influye sobre el todo, pero
no de forma aislada respecto a los demás componentes del sistema. Además, cada
posible subsistema tiene las mismas propiedades que el sistema que lo contiene”.
Los problemas más importantes que afrontan las empresas desde la perspectiva
sistémica se resumen en los siguientes:
2.-Diseñar el sistema.
pág. 8
4.-Controlar los resultados.
LECTURA COMPLEMENTARIA II
LA EMPRESA Y EL EMPRESARIO
http://www4.ujaen.es/~cruiz/diplot-1.pdf
Existen una gran diversidad de autores que se han dedicado a perfilar la figura del
empresario. Sin embargo no han coincidido en sus características, debido entre otros
motivos al proceso evolutivo en que se ha visto inmersa la empresa y que ha llevado a
contemplar a ésta y la empresario en momentos distintos del tiempo.
interpreta de manera subjetiva los deseos de los consumidores, es decir trata de estimar
la demanda en base a un análisis y a un diagnóstico de la situación económica. En
segundo lugar, y de acuerdo con sus expectativas acerca de la realidad organiza y
ordena los factores productivos que se encuentran a su disposición.
Para Knight (1921), es la asunción del riesgo la característica principal del empresario,
ahora bien este enfoque considera la existencia de un riesgo de carácter técnico y
económico. El primero comprensible por llevar a cabo efectivamente la producción
esperada, que los productos se terminen y en las condiciones esperadas por el
mercado. El segundo explicativo de la incertidumbre asumida de que los ingresos
recibidos al final del proceso superen los costes tenidos para asegurar unas rentas a los
agentes del sistema. Sin embargo, parte de este riesgo lo asume el accionista. Es por
ello que Knight habla de dos actividades diferentes: el empresario el que asume el riesgo
y elige al que dirige y la del director, que da las ordenes y desempeña la función
organizadora.
Schumpeter, resaltó que el papel del empresario es la innovación, esto es, identificar y
realizar nuevas posibilidades o combinaciones en la actividad económica. Así, el
empresario que innova, consigue temporalmente unos beneficios extraordinarios
gracias a la situación de monopolio a la que accede. Atraídos por los considerables
márgenes de beneficio surgen los imitadores, lo cual hace que se reduzcan los
beneficios hasta alcanzar un nivel que no atraiga a nuevos competidores al sector. Para
Schumpeter la esencia de la función del empresario es la actividad innovadora y no la
asunción del riesgo. Ya que si fracasa quien soporta el riesgo es el capitalista con
independencia de que coincida con el empresario o no. El riesgo no es en ningún caso
un elemento de la función del empresario.
Galbraith quien en 1967 publicó el nuevo estado industrial, dónde introdujo el término
tecnoestructura. En las grandes empresas la figura del empresario no recae sobre una
sola persona sino en un gran número de técnicos profesionales (abogados,
economistas, ingenieros etc). Esto es así por que las decisiones que hay que tomar son
muy complejas. A esta organización dirigente Galbraith denominó tecnoestructura y son
los que verdaderamente gobiernan las empresas. En esta postura se pone de manifiesto
la separación entre propiedad y dirección de esta. La empresa y el empresario.
pág. 9
Que duda cabe que en las pequeñas empresas la figura del empresario coincide con la
del capitalista pero en las grandes empresas y con la aparición de las sociedades
anónimas estas figuras se van separando.
Fernández Pirla considera que existe una función común a cualquier enfoque y es que
el empresario, tanto sea el individual o colectivo, ha de tomar decisiones y
responsabilizarse de ellas para la consecución de unos determinados objetivos.
DERECHO EMPRESARIAL I
Elaborado por
Luis Guillermo Rojas Castillo
https://presys-proesad.upeu.edu.pe/materiales/CON-0475-0306_1363898051.pdf
Primer paso
Previamente se debe ir a los registros Públicos e iniciar una búsqueda por el nombre de
la empresa para evitar duplicidad, es decir puede ser que el nombre venga siendo ya
utilizado, lo que impide un nuevo uso; si el nombre está libre se efectuará una reserva
de nombre, el cual se da por treinta días, lapso en el cual se deberá efectuar toda la
tramitación de la constitución.
Segundo paso
pág. 10
lo transcribe a su Libro, dando un valor de documento público) copia de esa escritura
llamada partes se remite a los registros Públicos para su inscripción con la escritura
pública nace lo que conocemos como persona jurídica, un ente creado por el derecho
distinto a la persona natural que la origina.
Tercer paso
Queda claro de lo estudiado en este acápite que para que exista sociedad es necesario
un mínimo de dos o más personas naturales o jurídicas conforme lo dispone el artículo
4 de la LGS que estas personas convienen de manera voluntaria en aportar dinero o
bienes muebles o inmuebles para el ejercicio de una actividad económica con fin
lucrativo.
Referencias (bibliográficas)
pág. 11
Conclusiones de la primera semana
pág. 12
TEMA 02: SISTEMA CONCURSAL
Introducción al tema
Aquí juega un papel importante el derecho concursal el cual según el art I del título
preliminar de la LGSC tiene como objetivo principal buscar la permanencia de la unidad
productiva, la protección del crédito y el patrimonio de la empresa. Los agentes del
mercado procurarán una asignación eficiente de sus recursos durante los
procedimientos concursales orientando sus esfuerzos a conseguir el máximo valor del
patrimonio en crisis.
pág. 13
SISTEMA CONCURSAL
Bonfanti (1983) asevera que los procesos concursales son producto de la organización
legal y procesal de defensa colectiva de los acreedores , frente a la insolvencia del
comerciante
El art 1 de la Ley general del Sistema concursal señala que el objetivo principal es la
búsqueda de la permanencia de la unidad productiva, la protección del crédito y el
patrimonio de la empresa. Los agentes del mercado procurarán una asignación eficiente
de sus recursos durante los procedimientos concursales orientando sus esfuerzos a
conseguir el máximo valor del patrimonio en crisis.
Bajo esta visión podemos inferir que lo que busca la norma que apostar por la
supervivencia de las empresas nacionales y evitar que estas desaparezcan del
mercado, pues el cumplimiento de sus obligaciones tanto laborales, como tributarias,
permiten el desarrollo económico del país. La protección del patrimonio de las empresas
no debe ser afectad en épocas de crisis, puesto que su conservación permitirá el futuro
reflotamiento de la empresa, y la y dejar atrás la época de crisis.
Para que sea posible la existencia de un proceso concursal, se requiere en primer lugar
la existencia de acreencias impagas.
Polo (2002) define a la suspensión de pagos como aquella situación que resulta
anormal dentro del esquema empresarial, en la cual el empresario no puede hacer frente
a sus obligaciones con puntualidad.
Ahora bien, resulta imprescindible que logremos definir y tener en claro el concepto de
concurso, estado concursal y situación concursal de una empresa.
- Situación concursal: surge como una consecuencia de que el deudor , debido a la crisis
económica y financiera que lo aqueja, transitoriamente, no puede cumplir con sus
obligaciones, para lo cual conviene con sus acreedores refinanciar o reprogramar los
pagos pendientes, lo que en definitiva le permitirá recuperarse económicamente
y cumplir con sus obligaciones
pág. 14
a. Insolvencia
Velásquez (1994) la define como la situación de hecho en que se encuentra una persona
natural o jurídica cuando su pasivo excede a su activo y por tal motivo está imposibilitado
de atender el pago de las deudas.
Por su parte, Flores (1984), la conceptúa como la incapacidad de para una deuda
Aquí debemos dejar en claro, que la insolvencia, tal como hemos visto en todas las
definiciones arriba mencionadas, es básicamente la imposibilidad de pagar lo que se
debe, carece de relevancia la disposición ética del deudor de cancelarla o no, sino que
nos basamos en la objetiva imposibilidad de pagar, situación que podría presentarse por
diversas razones.
Ferrero (1993), señala que la insolvencia se refiere no solo al deudor que no paga a
ningún acreedor, sino también al que puede pagar a algunos dejando insatisfechos o
impagos a otros o al deudor que puede pagar todas sus deudas pero solo parcialmente.
b. Cesación de pagos
Kleidermacher (2001) afirma que la Cesación de pagos es una situación que afecta al
patrimonio con carácter generalizado y permanente, por el cual no se puede hacer
frente a las obligaciones
pág. 15
PRINCIPIOS GENERALES DEL PROCESO CONCURSAL
o Universalidad
A través de este articulo la ley concursal hace referencia al patrimonio total del deudor
garantizando así que los efectos del proceso de concurso recaigan sobre el integro de
los bienes del deudor sometido a sus efectos.
o Colectividad
Debemos recordar que la colectividad es la esencia del derecho concursal, pues como
lo hemos visto en líneas anteriores, el concurso , se origina con la concurrencia de
varios interesados que buscan la satisfacción de sus créditos, y es allí donde ingres el
sistema concursal como administrador del conflicto social que se genera como
consecuencia de la escasez de recursos para solventar la crisis financiera que atraviesa
la empresa.
Rojas (2002) afirma que el artículo resalta el carácter social que inspira la normatividad
concursal, y la necesaria postergación del interés individual de cada acreedor en
beneficio del interés colectivo representado en la denominada masa concursal,
entendiéndose como tal, al conjunto de acreedores reconocidos y que por lo tanto, se
encuentran hábiles para adoptar decisiones con respecto al destino del patrimonio del
deudor sometido a concurso .
o Proporcionalidad
pág. 16
Al otorgar un crédito, la persona que lo otorga pone su confianza sobre el deudor
y estima su posibilidad de pago. El nivel de confianza varía de acuerdo a la cuantía
del crédito y es el que definirá la participación del acreedor en las consecuencias del
proceso concursal.
Nuestro sistema legal, básicamente le exige a nuestro sistema concursal, dejar de lado,
por un momento, el trato igualitario entre los acreedores, especialmente cuando estos
tienen acreencias por conceptos laborales o alimentaria, garantizados, o tributarios.
COMPETENCIA
Carbonel (2009) explica que en el Perú, los procedimientos Concursales, se rigen bajo
la Ley General del Sistema Concursal (Leyes Nº 27809 y 28709)
pág. 17
PATRIMONIO SUJETO A PROCEDIMIENTO CONCURSAL.
No olvidemos además que el patrimonio tiene dos puntos distintos, los activos, que
están conformados por los bienes y créditos a favor de la empresa; y por otro lado,
tenemos el pasivo, conformado a su vez por las deudas de la empresa, la diferencia
entre ambos rubros arroja un saldo el cual constituye el patrimonio neto.
Un antiguo axioma jurídico señala que los pasivos se conciben como una prenda común
para los acreedores, puesto que todos los acreedores de acuerdo a su nivel de
preferencia se ven garantizados con los bienes que conforman el patrimonio del deudor,
que podrían embargar para cobrar su crédito.
Es así que nace una relación obligacional entre deudor y acreedores, en la que
se impone al obligado a satisfacer
Caballero (2012) en concordancia con la LGSC señala que cualquier deudor podrá
solicitar el inicio del Procedimiento Concursal Ordinario siempre que acredite
encontrarse en, cuando menos, alguno de los siguientes supuestos:
Esta solicitud escrita deberá expresar la petición de llevar a cabo una reestructuración
patrimonial o una disolución y liquidación, de ser el caso, teniendo en cuenta lo
siguiente:
pág. 18
El deudor también especificará los mecanismos y requerimientos necesarios para hacer
viable su reflotamiento, y presentará una proyección preliminar de sus resultados y flujo
de caja por un período de dos (2) años.
Que más del 50% de sus ingresos se deriven del ejercicio de una actividad
económica desarrollada directamente y en nombre propio por los mencionados
sujetos.
Que más de las dos terceras partes de sus obligaciones se hayan originado en
la actividad empresarial desarrollada por los mencionados sujetos y/o por
terceras personas, respecto de las cuales aquellos hayan asumido el deber de
pago de las mismas.
pág. 19
Una relación detallada de sus obligaciones de toda naturaleza, precisando la
identidad y domicilio de cada acreedor, los montos adeudados por concepto de
capital, intereses y gastos y la fecha de vencimiento de cada una de dichas
obligaciones. La relación debe incluir las obligaciones de carácter contingente
precisando en estos casos la posición de ambas partes respecto de su existencia
y cuantía.
La información referida tendrá una antigüedad no mayor de dos (2) meses de la fecha
de presentación de la solicitud; así como deberá reflejar las obligaciones del deudor
contenidas en el balance presentado según el literal referido y encontrarse conciliada
con el mismo;
Caballero (2012) en concordancia con la LGSC señala que si uno o varios acreedores
impagos cuyos créditos exigibles se encuentren vencidos, no hayan sido pagados
dentro de los treinta (30) días siguientes a su vencimiento y que, en conjunto, superen
el equivalente a cincuenta (50) Unidades Impositivas Tributarias vigentes a la fecha de
presentación, podrán solicitar el inicio del Procedimiento Concursal Ordinario de su
deudor. Sin embargo, el desistimiento de alguno de los acreedores que presentó la
solicitud, luego de emplazado el deudor, no impedirá la continuación del procedimiento.
Además, no podrán promover el Procedimiento Concursal Ordinario respecto de
deudores que se encuentren tramitando su disolución y liquidación, al amparo de las
disposiciones de la Ley General de Sociedades.
pág. 20
La solicitud deberá indicar el nombre o razón, domicilio real y la actividad económica del
deudor con una declaración jurada del acreedor sobre la existencia o inexistencia de
vinculación con su deudor.
LECTURA COMPLEMENTARIA I
Elaborado por
CARLOS DE LA PUENTE S.
http://servicios.indecopi.gob.pe/revistaCompetencia/castellano/articulos/otono20
11/CarlosDeLaPuente.pdf
Johnson (2000) desarrolló para el Banco Mundial una lista de criterios y de condiciones
que debería reunir un gestor para promover la confianza pública en el sistema concursal.
El listado incluía:
a) Que sea independiente de las partes y que sea capaz de actuar imparcialmente.
c) Debería estar asegurado contra las pérdidas del fraude, malversación u otra mala
praxis.
d) Debería estar sujeto a alguna forma de vigilancia y control, ambos en general y con
relación a casos particulares, para asegurar el mantenimiento de la competencia y la
corrección de las acciones y sus decisiones.
pág. 21
ii) estar sujeto a formas de vigilancia y control, es decir, que su labor debe
caracterizarse o traducirse en documentos que puedan ser auditables
(accountability);
iii) conocer la naturaleza del encargo que recibe y contar preferiblemente con
especialización sectorial; iv) ser capaz de valorar riesgos y tener una
perspectiva muy clara respecto de la administración de costos; y,
La LGSC establece el procedimiento a seguir para que una persona natural o jurídica
que aspire a ser considerada como Entidad Administradora o Liquidadora tramite su
solicitud ante INDECOPI. Los requisitos para acceder al Registro pertinente se
encuentran mencionados en el artículo 120.2 de la LGS
d) La contratación de seguros.
pág. 22
acreedores acerca del comportamiento administrativo empresarial esperado por los
actores de la gestión concursal (encargados de los procedimientos de liquidación), más
allá de las disposiciones vigentes en el país y que se refieren al marco legal contenido
en la Ley General del Sistema Concursal y normas complementarias.
La bibliografía relevante sobre los casos exitosos de liquidaciones, por ejemplo, es muy
escasa y salvo estudios globales realizados por el propio INDECOPI a inicios de la
década de los años 2000, no es sencillo encontrar documentación que, sobre la base
de identificar los parámetros y los factores claves de éxito, permita determinar cuáles
son los requisitos que los gestores de políticas públicas y los usuarios del sistema
consideran que un gestor concursal debe acreditar en materia de liquidaciones para
considerarse que ha cumplido una gestión exitosa al frente del ejercicio de sus
responsabilidades y no solamente que ha respetado la ley y sus normas
complementarias al momento de verificarse su desempeño.
Según una indagación particular del contenido de las resoluciones del Tribunal de
Defensa de la Competencia de INDECOPI que abarcó la revisión de diecinueve
resoluciones, es menester señalar que las sanciones a los gestores concursales han
fluctuado entre 1 y 15 UITs en función de la gravedad o importancia de los hechos
imputados.
pág. 23
LECTURA COMPLEMENTARIA II
Elaborado por
Erika J. Valdivieso
http://intranet.usat.edu.pe/usat/ius/files/2013/12/2013-
II_Doctrina_Erika_Valdivieso_Lopez.pdf
Será en los Estatutos de las ciudades italianas de esa época en el que el fallimento se
configura como el procedimiento de ejecución colectiva de un deudor común. La
normativa italiana de esa época se encuentra animada por un principio de carácter
público: la quiebra no constituye simplemente un asunto entre privados, sino que existe
un interest republicae en el fallimento de un deudor común. En este sentido, se
considera que el hecho - ilícito por principio – de la quiebra incumbe al Estado y su
represión y castigo serán una finalidad fundamental unida a la de la satisfacción de los
acreedores . Sin embargo esta coexistencia de intereses irá con el tiempo cediendo en
perjuicio del privado, convirtiéndose en una tarea del Estado la ejecución sobre el
patrimonio del deudor. Los parámetros de justicia que utilizaba el poder público para
resolver estas situaciones eran fundamentalmente la par conditio, igualdad de los
acreedores, universalidad del patrimonio colectivo y oficiosidad
pág. 24
interés privado de los acreedores” ha ido cediendo paulatinamente ante las distintas
soluciones preventivas de crisis empresariales, que ahora dan lugar preeminentemente
a la salvación de la empresa, la protección de las relaciones laborales y el interés
general.
Pero incluso para lograr estos nuevos objetivos del sistema concursal debe definirse
quién es el responsable, en primer lugar de conducir el proceso y en segundo lugar de
velar por los intereses de quienes intervienen en el concurso.
Uno de los pilares en los que se funda el sistema concursal es el principio de la “par
conditio creditorum” que se basa en la intención de no generar desigualdades entre los
acreedores cuando se presenta ante ellos una situación de insolvencia de su deudor
común. En este sentido, ALEGRÍA señala que, “una vez advertida la situación de
insolvencia, continuar admitiendo la ejecución individual podría beneficiar a los más
diligentes y perjudicar a los que llegasen después por cualquier causa, por esta razón,
y para restablecer la equidad, dada la circunstancia objetiva de la insuficiencia, la ley
crea un sistema de ejecución colectiva que ampara a todos los acreedores y comprende
todos los bienes en condiciones de igualdad de trato”. En este sentido, “la concursalidad
de un procedimiento implica que la consecuencia de la crisis de la empresa, sea
reparada mediante una regulación de todas las relaciones y o solamente esto, sino con
una regulación igual para todas las relaciones, salvo naturalmente las causas legítimas
de prelación, es decir, que las relaciones se presenten ya al concurso como desiguales”
La legislación concursal implementa este sistema a través del principio de igualdad, que
refleja la necesidad de que exista un tratamiento homogéneo para todos los acreedores
que se apersonen al proceso. Ni siquiera la mayor diligencia de un acreedor demostrada
en su capacidad de accionar anticipadamente, puede originar un beneficio a su favor
frente al resto de los acreedores y en este sentido, el primero en el tiempo no
necesariamente es el primero en el derecho. Como señala GARRIGUES, “una exigencia
de justicia, que armoniza perfectamente con la naturaleza social del derecho, impone -
en los casos de quiebra económica- una organización de defensa de los acreedores
como colectividad. Al estímulo individual y egoísta de la ejecución aislada, que premia
al que llega
primero, se opone un principio de equidad: el principio de que el régimen del azar o del
favor debe ser sustituido por el de la comunidad de pérdidas y el tratamiento igual para
todos los acreedores cuando el patrimonio del deudor no basta para satisfacerlos
íntegramente. Y es que en realidad puede afirmarse que nadie “gana” en un
procedimiento concursal, se trata en todo caso de una comunidad de pérdidas en la que
la ley no hace más que regular de la mejor manera con el objetivo de que las pérdidas
sean las mínimas tolerables.
pág. 25
aunque en la práctica sabe que es posible que este sufra alguna merma, debido
precisamente a la comunidad que ha formado.
Ahora bien, respecto de los demás, como se dijo, se aplica el principio de prelación
absoluta. El respeto a este principio es tan importante que el juez “puede negarse a
confirmar el plan, luego de aprobado por los acreedores, si se verifica que se le ha dado
un tratamiento discriminatorio a algún acreedor en comparación con otros
pertenecientes a la misma clase de créditos”
pág. 26
En este sentido Diez-Picaso señala que cualquier ruptura en la condición de igualdad
de los acreedores debe reunir tres características:
(i) Legalidad, en virtud de la cual solo se puede romper la igualdad de los acreedores
mediante la dación expresa de una ley.
(ii) Justificación, lo que implica la existencia de una causa suficiente basada en intereses
de política económica, social o política jurídica que justifique la ruptura de la igualdad de
trato.
Referencias (bibliográficas)
pág. 27
TEMA 03: CONTRATOS ATIPICOS
Introducción
pág. 28
CONTRATOS ATIPICOS
Chuliá (2012) afirma que “Son contratos atípicos los no regulados legalmente, aunque
esta los menciona reconociendo simplemente su existencia en la realidad social.”
Para el Diccionario de Derecho Civil son: “Los que se forman al margen de los
paradigmas, denominándose innominados o atípicos, siendo el fruto de la libertad que
inspira el derecho de obligaciones permite que al lado de aquellos que la Ley hace objeto
de consideración especial y solamente a una particular disciplina jurídica, pueden existir
otros que carecen de regulación específica (contratos innominados o atípicos)”.
Por su parte Puig (1946) los define: “Aquel que se sale de las líneas generales de las
figuras comúnmente recogidas por el legislador planteado el problema trascendente de
la determinación de su naturaleza jurídica y del régimen legal aplicable.”
El profesor Broseta (2013) establece que “Es necesario tener presente la existencia de
múltiples contratos atípicos mixtos que surgen con gran frecuencia y esplendor en la
realidad económica cuyas necesidades y desarrollo tratan de satisfacer, huérfanos de
todas regulación legal, (Contratos de cuenta de alquiler de cajas de seguridad, depósito
de dinero o valores, depósito de garantía crediticias, etc).
“Son contratos atípicos aquellos que no estando definidos por la legislación positiva
están reconocidos por la realidad social, y en ocasiones por Leyes especiales,
basándose en la libertad contractual y en la autonomía de la voluntad, rigiéndose por su
afinidad con otros contratos típicos, por los principios generales de las obligaciones y
contratos y subsidiariamente por los principios generales del Derecho.”
Según Arce (1985), "Contratos Atípicos son aquellos cuyo contenido no tienen
regulación o disciplina en la legislación.
Para Osorio (2010), Contratos Innominados son los que: "La ley no designa con
denominación especial, ni es objeto de una reglamentación que le individualice y
distinga de los demás, contrariamente a lo que sucede con los contratos nominados o
típicos.
A) PECUALIARIDADES
pág. 29
B) CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS ATÍPICOS.
Los criterios de clasificación para esta clase de contratos de acuerdo a Arevalo (1998)
son muy variados, y a veces confusas, pues en ellos se incluyen en algunas ocasiones
los que corresponde a los contratos múltiples o unión de contratos que en nuestro
concepto constituyen una institución distinta a la del contrato atípico.
Por otro lado no hay acuerdo unánime sobre la terminología de la clasificación por parte
de los autores.
a) Contratos atípicos puros: son los que tienen un contenido completamente extraño a
los tipos establecidos;
Con relación a las prestaciones de estos últimos, encontramos que existen tres clases
de contratos atípicos impropios.
b.2) Contrato Mixto: Son aquellos en los que ha determinado contrato típico le añaden
parte de un contrato o prestación de otro contrato típico.
b.3) Contrato de Doble Tipo: La totalidad de este contrato puede encuadrarse dentro
de dos contratos típicos,
En el ámbito del derecho mercantil, se les aplican, los principios de la buena fe y la teoría
del abuso legal, por lo que el intérprete tiene que investigar cuándo, bajo la apariencia
de una contratación atípico se pretende simular uno típico, pues hay una marcada
tendencia a disfrazar las composturas con fines impositivos o bien, para eludir
responsabilidades.
No obstante, con el fin de lograr resultados coherentes con este hecho, es necesario
crear cláusulas que terminan desnaturalizando la figura del acuerdo típico elegido, y es
ahí donde el intérprete debe poner especial atención a efecto de determinar lo realmente
querido por las partes, es decir la causa del pacto.
pág. 30
Estos tienen, básicamente, la misma naturaleza jurídica que los típicos, por lo que son
convenciones reconocidas por la ley como creadoras de efectos reglamentarias.
A ambos se les aplican principio de seguridad jurídica, y los mismos requisitos e
instituciones estipuladas para la materia contractual en general, pero difieren claro está
en su estructura aplicación y definición particular.
Larios (2001) afirmaba que “La organización de Naciones Unidas, por medio de su
comisión legal, ha venido trabajando en una especie de Código de Comercio Universal.
Regionalmente (América Europa) también ha surgido la inquietud de uniformalización,
sin que hasta la fecha se haya llegado a algo concreto”.
Delgado (2007) , afirma que “del renting se podría decir que es una ampliación
de la herramienta de financiación conocida como leasing. Tiene bastantes similitudes
pero el renting se diferencia principalmente en que todo, absolutamente todo, excepto
las sanciones administrativas, etc. y la energía que necesite el activo en cuestión para
su utilización (léase la gasolina en el caso de que sea un coche) corren a cuenta de la
pág. 31
empresa financiadora. Por lo que en la cuota resultante que deberemos pagar al
utilizarlo se recogerán todos los costes, como por ejemplo cambios de neumáticos, coste
del seguro, etc.
B. MANAGEMENT
Hernández (2009) explica que este contrato se desenvuelve cuando una sociedad
(controladora), se encarga del cobro de créditos del manejo de clientes, de brindar
asistencia técnica, administrativa, contable, jurídica, a otra sociedad denominada
cliente (controlada), a cambio de una retribución básicamente su función es que una
sociedad encarga a otra, el control y administración de su sociedad, pagando un precio,
es un contrato de servicios profesionales que responde a una estrategia de contratación
y construcción. El cliente contrata un servicio de coordinación y gestión de los procesos
constructivos que se desarrollarán mediante la desagregación en lotes o paquetes de
ejecución contratados por el cliente a empresas especializadas
C. UNDERWRITING
Villegas (1986) La doctrina considera que existe contrato de underwriting cuando una
entidad de créditos se obliga a prefinanciar la emisión de acciones u obligaciones
sociales de una sociedad anónima, para luego colocarlas en el mercado de valores. Una
sociedad mercantil anónima, en especial, puede tener necesidad de capital para su
actividad económica, por ejemplo aumentar el capital emitiendo acciones, emitir
obligaciones sociales o debentures, y recurrir a un préstamo que le podría dar una
institución de crédito; un banco o una sociedad financiera.
Martorell (1993) define el contrato de underwriting como “un instrumento jurídico que
permite canalizar la asistencia financiera requerida, mediante la suscripción de títulos-
valores emitidos por la sociedad emisora beneficiaria, por parte de terceros interesados
Hundskop (1989) sostiene que el underwriting "se trata de un contrato celebrado en una
entidad o intermediario financiero denominado underwriter y una institución, identidad o
sociedad emisora de valores mobiliarios, por el cual la primera se obliga a prefinanciar
a la segunda, parcialmente los recursos que se obtendrían como resultado de su
colocación y comprometiéndose a preocupar la colocación de tales valores en el
mercado primario, garantizando un total o parcial, suscripción por parte de los
inversionistas dentro de un plazo predeterminado, bajo el compromiso de adquirir en
firme el saldo de los valores no colocados en caso que al término del plazo quedaran
valores sin suscribir
Bravo (1997) afirma que "se trata de un contrato casi atípico, en virtud de la cual una
empresa financiera y una sociedad emisora de valores mobiliarios contratan a fin de que
la primera citada se obliga a financiar, prefinanciar y vender los valores emitidos por la
segunda traída a colocación
Borneo (2013), indican que el underwriting: "se trata de un procedimiento que bajo
diversas modaUdades permite que una entidad que actua en el mercado de capitales
anticipe a su emisor de titulos valores el producto de su futura colocaci6n entre el
publico."
D. POOL
pág. 32
Hernández (2009) adfirma sobre este contrato, que se presenta como un contrato atípico
que constituye un supuesto de colocación entre empresas que no llega a configurar un
joint venture, aunque tiene alguna similitud, en el pool los sujetos de derecho se
intercambian una cantidad de acciones a través de un procedimiento indeterminado de
forma que una participe en el capital accionado de las tras y viceversa, para pactar
ganancias o solo perdidas o ambas.
LECTURA COMPLEMENTARIA I
CONTRATACIÓN CONTEMPORÁNEA
Elaborado por
WALTER GUTIÉRREZ CAMACHO
http://vlex.com.pe/vid/contratos-atipicos-365586926
particular, con tal que vayan dirigidos a satisfacer intereses dignos de tutela según el
ordenamiento jurídico”.
Aquí cabe preguntarse si, pese a que nuestro ordenamiento no ha recogido un precepto
similar, igual el contenido de los contratos deberá ser de tal naturaleza que sea “digno
de tutela”. Siguiendo a BETTI, quien sostenía que lo que se aparta de la “conciencia
pág. 33
social” no merece esa tutela de la ley, SPOTA5 plantea que el contrato ha de cumplir
función económico–social, y que, por lo tanto, sólo corresponde amparar el convenio
atípico que no se aparta de esa función, que significa algo más que el mero capricho, o
lo fútil, aun permaneciendo dentro del ámbito de lo lícito. De este modo, no corresponde
aceptar una orientación que brinde eficacia a un contrato por el que alguno consienta, a
cambio de una contraprestación, en abstenerse de una actividad productiva o en un
desarrollo estéril de la propia actividad personal o en una gestión antieconómica o
destructiva de un bien sometido a su disposición sin que exista una razón socialmente
plausible, sino sólo para satisfacer el capricho o la vanidad de la otra parte.
Nosotros creemos que los límites de la libertad contractual y, por consiguiente, del
contrato atípico, no se sustentan tanto en aspectos morales, siempre discutibles, o
sociales, sino básicamente económicos. El contrato es una pieza fundamental de la
actividad económica, por ello encuentra su razón de ser en el mercado. Conviene
aclarar, como ya lo hemos hecho en otro trabajo6, que no somos partidarios de la
irrestricta autonomía privada dado que tampoco existe mercado perfecto.
Sin embargo, si bien se halla reconocida la libertad de determinación del contenido del
contrato, tal libertad no puede violentar el orden público económico, establecido también
en la constitución, ni ser un ejercicio abusivo de tal derecho, pues este no puede
proteger conductas disvaliosas.
Ahora bien, tanto la libertad de contratar como la libertad contractual serían meras
declaraciones líricas si parejamente a ellas no se reconociera los derechos que las
componen y que, en definitiva, integran estos conceptos. Tales derechos son:
b) Libertad para decidir con quién contratar o con quién no contratar (libertad de
contratar).
e) Libertad para usar las formas que las partes estimen convenientes.
Nos interesa ahora destacar tan sólo la libertad de configuración del contrato, pues ella
es la que revitaliza permanentemente el derecho de los contratos mediante la constante
creación de contratos atípicos. En efecto, como ya lo hemos afirmado, al amparo de la
pág. 34
libertad contractual, no es necesario que el contrato que celebren las partes pertenezca
al catálogo de tipos contractuales sancionados por la ley.
Puede tratarse de un contrato totalmente nuevo, siempre que no transgreda los límites
impuestos por la ley; las partes pueden incluso recurrir a los contratos típicos
“deformándolos” o combinándolos.
De esta manera, el Derecho reconoce que los tipos legislados no pueden agotar las
posibilidades de las partes cuando se hallan en el mercado, reina por tanto en el
Derecho de los contratos la libertad tipológica. En tal sentido, esta libertad no sólo sirve
a la economía, al movimiento de la riqueza y a la circulación, sino que permite disimular
Algunas cuestiones finales antes de concluir este punto. La primera, indicar que el
principio de la libertad de contratación, con categoría de “dogma” en la época
codificadora, está sujeto actualmente a muy sensibles limitaciones. Ciertamente esto no
quiere decir que la libertad de configuración del contrato haya perdido vigor, sino que, a
diferencia de lo que se pensaba antes, esta libertad, lo mismo que cualquier libertad, es
limitada. Eso queda patentado, por un lado, cuando comprobamos la manera cómo han
proliferado las prohibiciones ante las que ha de detenerse la iniciativa de los
contratantes, y por otra (lo cual tiene todavía más trascendencia), el legislador ha hecho
sentir su intervención en ciertas esferas de la contratación mediante la imposición, con
carácter imperativo, de cláusulas y condiciones.
Con todo, aún queda un amplio espacio a la iniciativa de los particulares para que
diseñen sus relaciones contractuales con arreglo a sus intereses y a las necesidades
del negocio. Si esta creación hace fortuna, porque responde adecuadamente al tráfico
que pretende regular y porque sintoniza con el sistema legal, tarde o temprano este
contrato se tipificará.
De otro lado, conviene precisar que la libertad contractual no les permite a las partes, ni
siquiera de mutuo acuerdo, alterar la naturaleza de un contrato típico por el hecho de
atribuirle una específica denominación o calificación, ya que la naturaleza de la relación
depende del contenido de las estipulaciones que integran el contrato.
En suma, tanto el concepto de contrato recogido en el art. 1351 del C.C., así como la
libertad contractual acogida en el art. 1353 ofrecen un amplio espacio para que los
contratantes puedan crear nuevos contratos. El sistema de libertad contractual sería
imposible sin el reconocimiento de un concepto genérico de contrato; de ahí la
importancia del artículo 1351 de nuestro Código. Puede en este sentido suscribirse lo
que afirmaban BUCKLAND Y MC NAIR, refiriéndose al sistema del Common law:
“Nosotros tenemos un derecho del contrato mientras que lo de ellos –los romanos– era
el derecho de los contratos”.
pág. 35
13 En efecto, junto con los contratos típicos nuestro sistema reconoce la libertad
negocial que, junto con el concepto de contrato y toda la parte general del contrato,
hacen posible que los particulares puedan concluir negocios que la ley no ha recogido
expresamente.
De este modo, frente a un contrato atípico, el juzgador debe actuar casi como legislador,
para construir la ley particular del caso planteado. En tal virtud, al margen de las distintas
reglas de interpretación recogidas por ley se debe tomar en cuenta:
b) “Cuando una cláusula es susceptible de dos sentidos, se debe más bien entenderla
conforme al que ha podido tener efecto, y no según aquel sentido que daría por resultado
no ser posible estipulación alguna”.
c) El nombre que las partes le den al contrato celebrado no tiene carácter vinculante. A
menudo, las partes suelen denominar al contrato que celebran de una manera que no
guarda relación con el contenido del contrato; en este caso, el contrato deberá
interpretarse atendiendo al tipo de relación jurídica que crea.
Queda claro que las anteriores son sólo algunas recomendaciones y no solventan el
problema de la interpretación del contrato atípico.
pág. 36
2. Aplicar las normas generales imperativas sobre contratos y obligaciones;
4. Aplicar las disposiciones correspondientes a los contratos típicos afines que sean
compatibles con la economía y la finalidad del contrato atípico.
De otro lado, un tema que merece especial interés en la interpretación de los contratos
atípicos es los usos y costumbres, sobre todo cuando hablamos de contratos
mercantiles.
En efecto, en materia de contratos de tipicidad social tienen especial relevancia los usos,
salvo que se trate de costumbre contra legem, pues en este caso, aun cuando se trate
de leyes supletorias, no podrán ser abrogadas por los usos y costumbres. Por
consiguiente, los usos y costumbres sólo tendrán virtualidad legal cuando no colisionen
con la ley, aun cuando ésta sea dispositiva. Esta misma es la tendencia seguida por
nuestro sistema legal, pese al texto del art. 2 de nuestro vetusto Código de Comercio:
“Los actos de comercio, sean o no comerciantes los que los ejecuten, y estén o no
especificados en este código, se regirán por las disposiciones contenidas en él; en su
defecto por los usos del comercio observados generalmente en cada plaza; y a falta de
ambas reglas, por las del derecho común” (art. 2). Del texto, podría colegirse que en los
contratos mercantiles atípicos los usos del lugar prevalecen sobre las normas generales
supletorias en materia de contratos y obligaciones. Tal interpretación es inadmisible si
se tiene en cuenta el art. 1353 del Código, que establece el ámbito de aplicación de las
normas generales sobre contratación, y que a nuestro juicio ha derogado tal dispositivo.
Referencias (bibliográficas)
pág. 37
6. Farina, J.(1999)- “Contratos Comerciales Modernos”. Ediciones Astrea. Buenos
Aires
7. Hernández J. (2009). La importancia de una recopilación de los nuevos
contratos atípicos mercantiles tesis para obtener licenciatura. Universidad de
San Carlos de Guatemala Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
8. Larios, C. (2001 ) Derecho internacional privado. Ed. Cholsamaj. Guatemala
9. Osorio, M. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Editorial
Heliasta S. R. L. Argentina.
10. Villegas, C. (1986). Compendio Juridico, tecnico y practico de la actividad
Bancaria. Ed. Depalma .Argentina:
11. Hundskopf, O. (1989). "Derecho Comercial". Universidad de Lima.
12. Martorell, E. (1993) "Tratado de los Contratos de Empresa". Ediciones Depalma.
Buenos Aires.
13. Puig, f. (1958). Tratado de derecho civil español: Tomo IV, obligaciones y
contratos: Vol. II, de los contratos en particular y demás fuentes de la obligación.
Editoriales De Derecho Reundidas.
pág. 38
Tema 04: CONTRATO DE LEASING
Introducción al tema
Diez ( 2004 ) afirma que el arrendamiento con promesa de venta, también conocido
como arrendamiento financiero o leasing, permite a las empresas industriales, agrícolas
y comerciales de todo tipo, así como a los no comerciales, de disponer de equipo,
maquinaria, aparatos y automóviles, solo durante su vida útil, sin necesidad de pagar su
precio de contado, ni de acudir a préstamos o créditos para tal fin; por otro lado, la tarjeta
de crédito, que permite a su tenedor – que prácticamente puede serlo cualquier persona
física o moral – adquirir sin necesidad de llevar dinero consigo ni de acudir a otras formas
de pago momentáneo, mercaderías y hacer uso de servicios de una amplísima variedad,
a tal punto que abarca casi todos los bienes de uso o consumo personal, doméstico y
en oficinas , así como numerosos servicios, principalmente de transporte y en forma de
suministros.
pág. 39
CONCEPTO
Farina (2005) afirma que este contrato nació en los Estados Unidos de América y adopto
su denominacion del verbo ingles to lease, que significa “arrendar” o “dar en arriendo”,
y del sustantivo lease, que se puede traducir por “arriendo”, “escritura de arriendo”,
“locación”. Lo correcto sería llamar a este contrato por su nombre en nuestro idioma,
pero ocurre que la denominacion inglesa “leasing”, traducida literalmente al español, no
aclara todo lo que ella significa según la costumbre en el comercio internacional, pues
se trata de un término al que se le atribuye un sentido jurídico que no coincide
exactamente con su significado idiomático; algo así como un valor entendido.
Muñoz citado por Bravo (2010), afirma que el Leasing se forma cuando la entidad
financiera se obliga a adquirir y entregar a su cliente bienes de capital para que los utilice
durante un plazo previsto y en consideración a su función económica, obligándose el
cliente a pagar un precio cierto en dinero a efectos de amortizar el valor de adquisición,
asumiendo los riesgos y vicios pudiendo adquirirlos una vez concluido el plazo
estipulado por el valor residual pactado en el negocio, o devolverlos en buen estado de
conservación previsto, al vencimiento del plazo de duración del negocio.
Vidal (1977), afirma que el Leasing es “un contexto mercantil en virtud del cual un
empresario, cumpliendo instrucciones expresas del presunto arrendatario, compra en
nombre propio determinados bienes muebles e inmuebles, para que, como propietario
arrendador, los alquile al mencionado arrendatario, para que este los utilice por un
periodo irrevocable a cuyo término tendrá la opción de adquirir la totalidad o parte de
estos bienes arrendados, por un precio convenido previamente con el propietario
arrendador, considerándose que todos los desembolsos que efectué el fututo
arrendador, no son por cuenta del presunto arrendatario hasta la iniciación del periodo
de arrendamiento
En España Rico (1979) lo define como “el contrato, en principio consensual, bilateral o
sinalagmático, oneroso y conmutativo, de tracto sucesivo y traslativo del uso y disfrute,
de derecho civil empresarial, atípico y especial, con valoración de la confianza y
conducta, por el cual una persona, natural o jurídica, cede los derechos de uso de un
bien propio en contrapartida de unas contraprestaciones, obligándose, además a ceder
al usuario una opción de compra”
pág. 40
inmuebles por una empresa locadora para el uso por la arrendataria, mediante pago de
cuotas periódicas y con opción a favor de la arrendataria de comprar dichos bienes por
un valor pactado.”
Arias (1996) define que el arrendamiento financiero es un contrato por el cual una
institución financiera debidamente autorizada concede a una persona natural o jurídica
el uso y disfrute de un bien de capital, adquirido por la mencionada institución al
fabricante o proveedor señalado por el interesado y al solo efecto de este contrato, en
el cual el precio se fija en relación con el costo del dinero en el mercado financiero,
comprendido el capital invertido por la institución que financia, más los intereses, los
gastos y el margen de beneficio de la misma. La duración de este contrato depende o
coincide con la vida útil probable del bien, aproximada generalmente a su periodo de
amortización fiscal. Sea a su financiación, sea durante el plazo del contrato, el
interesado y beneficiario tiene generalmente una opción para comprar el bien por su
valor residual.
Chuliá (1999) explica que en primer lugar, hay que partir de la idea de que el leasing es
una denominación genérica y convencional que agrupa toda una gama de posibilidades:
a) La palabra leasing deriva del verbo inglés “To Lease”, que significa dar o tomar en
arrendamiento como hemos dicho. Se ha utilizado en la práctica anglosajona para
denominar contratos de naturaleza económica diversa.
b) Tienen en común el hecho de que una empresa arrienda a otra por un periodo de
tiempo prefijado uno o más bienes inmuebles a cambio del pago periódico de un
determinado canon.
Para Sánchez (2012), es «aquel contrato en que determinada entidad financiera (la
llamada sociedad de Leasing) adquiere una cosa para ceder su uso a una persona
durante un cierto tiempo, la cual habrá de pagar a esa entidad una cantidad periódica
constante variable». Lo define por tanto como un contrato distinto de arrendamiento
aunque tampoco puede equipararse para la venta a plazos.
Chuliá (1999) lo define como «contrato por el cual la sociedad de leasing cede mediante
una renta periódica cuya cuantía incluye la amortización parcial del objeto, a la empresa
financiera, el uso de un bien duradero, mueble o inmueble durante un periodo
irrevocable, con la opción de compra al final del mismo, por un precio residual
previamente fijado».
Vidal (1989) lo define como «contrato mercantil en virtud del cual un empresario,
cumplimentando instrucciones expresas del presunto arrendatario, compra en nombre
propio determinados bienes muebles o inmuebles para que, como propietario
arrendador, los alquile al mencionado arrendatario para que este los utilice por un precio
irrevocable a cuyo término tendrá la opción de adquirir la totalidad o parte de estos
bienes arrendados, por un precio convenido previamente con el propietario arrendador
son por cuenta del presente arrendatario hasta la indicación del periodo de
arrendamiento».
pág. 41
Por tanto lo podemos definir como «contrato atípico y mixto (arredramiento opción de
compra) en el que intervienen generalmente tres partes: proveedor, compañía de
leasing o arrendadora y usuario-arrendatario, y que tiene por objeto el uso de un bien
por parte del arrendatario, a cambio del pago de cánones periódicos a la compañía de
leasing, y al que se puede añadir una opción de compra al final del periodo. Asimismo
la compañía arrendadora ha adquirido del proveedor, y previa su selección por el propio
usuario, el bien objeto del contrato».
IMPORTANCIA
Pero la importancia del arrendamiento financiero según Arias (1996) no se limita a ser
un valioso instrumento de crédito; también favorece a los proveedores de bienes
principalmente maquinarias y equipos, al colocar su producción a través de la compra
que hace la entidad financiadora.
SUJETOS INTERVINIENTES
La ley peruana exige requisitos para que las empresas del Sector Publico puedan actuar
como arrendatarias o locatarias. En efecto, el Art. 16 señala que deberán previamente
dar cumplimiento a los requisitos y aprobaciones requeridas a esas entidades para la
adquisición de bienes.
pág. 42
sociedades especializadas en contratos de leasing que por sus mismas
naturales son fiscalizadas de una manera especial, dado que intervienen en la
capacitación de fondos en el mercado financiero. En la práctica las empresas
locadoras tienen departamentos especializados en contratación financiera.
CARACTERÍSTICAS
c) ONEROSO; Hay prestaciones reciprocas con beneficios económicos para las partes,
se excluye la gratuidad.
g) NOMINADO; Con la sanción de la ley 24.441, el contrato resulta nominado (art. 1143,
Cód., Civil), considerándose típico.
pág. 43
i) FORMAL; La ley 25.248 prevé la forma escrita y la instrumentación por escritura
pública para los inmuebles y la instrumentación por instrumento público o privado para
los demás bienes.
CLASES DE LEASING
Rodríguez (2015) explica que las clases de leasing son las siguientes:
b) Leasing operativo.- Es una modalidad que permite que el usuario pueda devolver
los bienes objeto del contrato por haber devenido en obsoletos para recibir a cambio
otros más modernos. Normalmente en estos contratos se faculta a favor del arrendatario
de poder solicitar la terminación del contrato en cualquier momento.
Otra característica del contrato es que se acompañan muchas veces una serie de
servicios exclusivos a favor del arrendador, tales como el mantenimiento de los bienes,
su reparación, asistencia técnica, etc
Por razones metodológicas según Arias (1996) es necesario separar las diferentes
etapas en que se divide el contrato hasta su celebración y ejecución.
En una primera fase está la tratativa entre el posible usuario o tomador y la empresa
financiadora. Esto desde luego presupone que el pretendido usuario sepa con exactitud
qué es lo que desea y de quien lo desea. En otros términos está el bien o bienes
(equipos) que requiere para sus negocios u operaciones y la empresa que lo
proporcionara, sea vendiéndolos, sea fabricándolos. Todo esto supone un detenido
análisis de las características propias del mercado donde el usuario utilizaría la
mercadería que requiere, así como las calidades técnicas de etas, su precio y sus
posibilidades rentables, entre otros aspectos. Igualmente tendrá que considerar el
capital que necesitara para hacer la inversión y sus alcances crediticios.
Una vez establecidas las condiciones antes enunciadas, el interesado toma contacto
directo o indirecto con la entidad que lo va a financiar, se trate de un banco o de una
empresa financiera especializada en arrendamientos financieros. Surge, de
consiguiente, una solicitud del interesado presentada al posible financiador.
En una tercera fase aparece la posible financiadora, que desde luego no otorga el
crédito sin más trámites sino que hace estudiar la operación en sus diferentes aspectos:
pág. 44
mercado, solvencia económica del solicitante, la capacidad e idoneidad de sus
funcionarios operativos, la posible rentabilidad del negocio y otros factores similares.
En una cuarta fase la entidad financiadora somete la solicitud con sus correspondientes
informes al órgano pertinente, que ordinariamente es su Directorio. Este, a la vista de
toda de la documentación presentada y de las investigaciones actuadas, presta su
conformidad al financiamiento. Puede suceder que uno de los requerimientos de la
empresa que financia es el otorgamiento de una garantía por parte del usuario, aunque
en la práctica no es usual, habida cuenta de que la financiadora es la propietaria del
bien que se da en leasing. Desde luego no puede descartarse que la entidad crediticia
exija una garantía, sea personal o real.
Surge entonces un contrato cuyos sujetos son el proveedor, de una parte y la entidad
financiadora, de la otra parte, pues como es bien sabido en el arrendamiento financiero
la propiedad del bien adquirido o fabricado es del financiador y no del usuario. Nada
impide, desde luego, que el usuario intervenga también en este contrato, habida cuenta
que es quien escogió al proveedor y quien en definitiva corre los riesgos del contrato de
arrendamiento financiero. En esta fase es necesario tener sumo cuidado en la
contratación, particularmente en lo que se refiere a la calidad del bien que proporciona
el proveedor y del tiempo oportuno de la entrega de la mercadería.
Pasada esta fase entramos ya al cumplimiento mismo del contrato, cuya parte más
importante para la financiadora es el precio o alquiler que deberá pagarle el usuario.
Esto supone, por cierto, que la entidad financiadora haya calculado debidamente el
riesgo de la operación, para lo cual y como se dijo anteriormente realiza todos los
estudios y análisis que sean necesarios. También es esencial establecer cuál será el
precio definitivo de la maquinaria o equipos, pues como bien sabemos, uno de los
factores fundamentales del arrendamiento financiero consiste en la opción de compra
que tiene el usuario y de donde resulta el precio residual, o sea la cantidad que tendrá
que pagar el usuario a la financiadora, para cubrir el saldo faltante, deduciendo las
cantidades ya pagadas por concepto de alquiler.
Bravo (2010) explica que las diferencias existentes entre el contrato de leasing con
otras figuras es la siguiente
pág. 45
bienes consumibles a cambio de que se le devuelvan otros de la misma especia, calidad
o cantidad.
Escobar (1984), critica esta postura, considera al Leasing fuera de marco jurídico del
arrendamiento; afirma que si bien las formas poseen algunos elementos en común, el
Leasing enmarca elementos esenciales (termino inicial y cláusula de opción de compra)
el arrendamiento carece de los elementos citados, y de faltar estos se desvirtúa el
carácter económico-financiero de la institución en colación.
Varios autores se han encargado de explicar los derechos y obligaciones que asisten
a las partes intervinientes de un contrato de leasing según Arias (1996) estas son:
A. Derechos de la locadora
1. Conservar la propiedad del bien con todos sus atributos, conforme a la Ley
peruana Art. 4.
2. Exigir el aseguramiento de los bienes por parte de la arrendataria, fijando sus
condiciones mínimas.
3. No responder por los vicios y daños que se produzcan o generen los bienes.
4. Hacer efectivas las penalidades que puedan haber sido contempladas en el
contrato.
5. Solicitar la inscripción del contrato.
6. Inspeccionar los bienes entregados a la arrendataria y exigirle las reparaciones
y el mantenimiento correlativos, así como su debido uso.
7. Cobrar las cuotas periódicas fijadas en el contrato así como el valor residual, en
caso de que se ejercite la opción de compra que tiene la arrendataria.
8. Exigir la rescisión del contrato la arrendataria falte al pago de dos o más cuotas
consecutivas o se atrase en el pago en más de dos meses. Exigir igual rescisión
si la arrendataria no paga el valor residual en el plazo que se pacte, al ejercitar
su opción de compra.
9. Los demás derechos que se fijen en el contrato, dado que en este tema funciona
plenamente la autonomía de la voluntad, siempre en la medida que no se atente
contra una norma de orden público.
pág. 46
B. Obligaciones de la locadora
C. Derechos de la arrendataria
D. Obligaciones de la arrendataria
1. Hacer un debido uso del bien de acuerdo con lo estipulado en el contrato. Esta
sobreentendido que tendrá que efectuar todas las reparaciones que se requieran
para su adecuado funcionamiento.
2. Efectuar el pago de las cuotas periódicas.
3. Contratar los seguros establecidos en el contrato.
4. Efectuar el pago del valor residual, en caso de ejercitar su opción de compra.
5. Responder por los daños y perjuicios que cause el bien o bienes a partir del
momento en que los recibió, sea de la locadora sea directamente del fabricante
o proveedor.
6. Devolver el bien o bienes a la terminación del contrato, salvo que este haya sido
prorrogado o que la arrendataria haya hecho uso de su opción de compra. La
misma obligación existirá en caso de rescisión del contrato, por incumplimiento
del usuario o arrendataria.
pág. 47
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL LEASING
El Leasing ofrece muchas ventajas que hacen atractivo su empleo. Sus aspectos
positivos son mayores tanto en números como en importancia que los factores
negativos.
Entre las principales ventajas que enmarca el Leasing Bravo (2010) establece las
siguientes:
El leasing permite obtener una financiación por la totalidad del valor de adquisición del
bien seleccionado, sin deducciones o reducciones de ninguna naturaleza. Esta
característica configura al Leasing como un contrato ventajoso si efectuamos el
parangón con otros medios de financiación, en los cuales la asistencia crediticia se limita
a una porción del valor necesitado, debiendo el deudor sufragar el saldo restante con
fondos propios.
pág. 48
El empleo del Leasing conduce al empresario a incrementar el volumen de sus medios
de producción. Esto ha de permitir que el equipamiento o renovación contratada
incremente la capacidad o producción de la empresa.
h) Flexibilidad operativa
- Exigencias de la producción
- Plazos de financiación
- Modalidades contractuales
a) Onerosidad de la financiación
La fluidez del cambio tecnológico puede incidir desfavorablemente para el dador como
para el tomador, en merito a las estipulaciones contractuales convenida y suscritas.
pág. 49
La duración económica de un bien es insegura, en virtud de estar constantemente
expuesta a los efectos de las innovaciones tecnológicas. Esta inseguridad se acrecienta
en los casos de equipos de alto costo.
LECTURA COMPLEMENTARIA I
Contrato de Leasing
Elaborado por
Pojan Yang
http://www.ub.edu.ar/investigaciones/tesinas/38_yang.pdf
Con relación a este punto, Farina opina: La necesidad de equipamiento de las empresas
debe conciliarse con la necesidad cada vez mayor de un capital circulante, tratando de
evitar un gran endeudamiento que puede tener una consecuencia paralizante. Los
avances tecnológicos de nuestra época determinan la obsolescencia- en poco tiempo-
de equipo y maquinarias, lo que impone la necesidad del reequipamiento permanente
de la empresa, para no perder la clientela y el mercado. El leasing aparece así como el
instrumento adecuado para lograr ese reequipamiento que, generalmente, necesita de
grandes capitales que no pueden sustraerse del proceso productivo, pues permite
reemplazar equipos obsoletos o ya envejecidos sin acudir a la compraventa, sino a esta
original forma de locación que es el leasing.
pág. 50
pero en otro sentido esta atada o cautiva a una determinada línea tecnológica y a las
exigencias de la empresa proveedora, aun cuando en la actualidad se ha superado
bastante el tema por el desarrollo de las denominadas tecnologías compatibles ( aunque
se sigue manteniendo cautivo al cliente adquirente mediante otros recursos, v.gr.,
service adicional, seguros, repuestos, accesorios, etc...)
Otro punto de vista importante, lo asume el Dr. Barreira Delfino, quien manifiesta: El
negocio financiero del leasing constituye una modalidad de financiación muy interesante
para permitirle a las empresas industriales, comerciales y de servicios acceder a la
obtención y/o modernización de su equipamiento operativo, en condiciones
comparativamente muy ventajosas. Sin embargo, su desarrollo no ha tenido la
expansión lograda en otras latitudes, principalmente porque aun no se ha
conceptualizado definitivamente su figura como contrato autónomo y de caracterologia
propia, arrastrando ello cierto grado de incertidumbre sobre la seguridad jurídica de las
relaciones emergentes del contrato. Este contrato esta regido sustancialmente por
principios financieros y no por reglas tradicionales relativas al simple intercambio de
bienes materiales. Fácil resulta apreciar que el leasing interpreta una necesidad
corriente y que permite contar, bajo un sistema de erogaciones periódicas, con bienes
y equipos que se requieren para un menor desenvolvimiento y mas rápido progreso
económico. Asimismo configura una alternativa mas de financiación para tomar
decisiones de inversión, posibilitando mayor agilidad en la obtención de los bienes
necesarios para el equipamiento y crecimiento de las empresas.
pág. 51
alternativas de financiación, posibilitara la modernización y eficiencia de la
estructura productiva general. Por ello, el leasing se ha transformado en la
técnica de financiación mas espectacular de los últimos años, en razón de ser
el medio mas apto y económico para adaptar la estructura de la empresa a las
innovaciones derivadas del avance tecnológico. Por ende, no resulta
desacertado sostener que la practica del leasing lleva implícita la garantía de
expansión y modernización.
pág. 52
d- canalización del ahorro publico
Balance de su desenvolvimiento
pág. 53
leasing este consumo se ve revitalizado. El leasing permite equiparar y renovar,
en tiempo oportuno, la estructura productiva de una país, incidiendo
directamente en el desarrollo de las industrias proveedoras de los bienes de
capital. La potencia económica de un país depende del grado de evolución de
su industria de bienes de capital y equipo. Confirma lo expuesto el hecho de que
en los países mas desarrollados industrialmente es donde el leasing ha tenido
mas rápida acogida y evolución.
Esta inicial coincidencia contrasta, sin embargo, con las muy disimiles concepciones
doctrinarias sobre la calificación jurídica que corresponde asignar al contrato de leasing,
en una diáspora conceptual que sin embargo se disuelve a la hora de visualizar y definir
la función económica que corresponde al leasing. Así, por ejemplo se ha señalado que
el leasing: a- es una forma de financiar la incorporación de bienes de capital al
patrimonio del tomador ( Highton, Elena; Mosset Iturraspe, Jorge; Martin y Rivera, Julio,
reformas al derecho privado. Ley 24441, Rubienzal- Culzoni, Santa Fe 1995) b- pone al
alcance del empresario los bienes de capital que necesita, sin inmovilizar capitales o
esfuerzos financieros que puedan afectar el cronograma de los compromisos
presupuestados ( Barreirta Delfino, Leasing...cit, t 1, p.105) c- habilita un canal de
financiamiento alternativo al tradicional, que permite al empresario procurarse bienes
instrumentales al ejercicio de su actividad, sin improductivas y costosas inmovilizaciones
de capital y con la posibilidad de sustituir sin mayores complicaciones bienes obsoletos
tecnológicamente por otros mas avanzados( Buonocoure, Il leasing cit, p 605). d- Es un
contrato de empresa que cumple una función de crédito, siendo la financiación un
elemento esencial de la figura (Nicolau, Noemi, el leasing. Algunos aspectos jurídicos.
Su problemática en el ámbito inmobiliario, en L.L. 1987-b-957). Las referencias
precedentes, no obstante su interés para comprensión de la figura, agotan su función
en el campo descriptivo, ya que ni el concepto legal del contrato de leasing del art. 1 de
la ley 25248, ni otras disposiciones del nuevo marco normativo ( por ej: art. 2 ley 25248,
en relación al objeto del contrato) acotan el contrato al ámbito empresario o a la
adquisición de bienes de capital.
pág. 54
Referencias (bibliográficas )
http://www.csj.gob.sv/BVirtual.nsf/1004b9f7434d5ff106256b3e006d8a6f/20d44d
6d6dbd90c5062571df00558dd7?OpenDocument.Recuperado el 04/02/2015
CONCLUSIONES
Una de las ventajas más importantes del leasing es que permite a la empresa
accede a importantes beneficios tributarios que ayudan a agilizar el retorno de la
inversión, asimismo, le permite dar a la persona una respuesta rápida a las
nuevas oportunidades de inversión.
pág. 55
TEMA 05: FACTORING
INTRODUCCIÓN
La premisa básica del factoring, según Tancara (2012) es la adquisición de cuentas por
cobrar, consistente en facturas, contra recibos, títulos de crédito, etc., de parte de una
empresa llamada o denominada Factor, a cambio de proporcionar liquidez inmediata a
la compañía cedente de estas cuentas. Esto evita, a la empresa cedente de mantener
cuentas por cobrar y le da la posibilidad de incorporarlos rápidamente a su actividad
productiva.
Larios (2001) por otro lado, define al factoring como el Contrato por el cual una entidad
financiera se obliga frente a una empresa a adquirirle todos los créditos que se originen
normalmente y de una manera constante en su negocio , por venta de mercaderías
y durante un período de tiempo expresamente convenido, pero pudiendo reservarse la
facultad de seleccionar esos créditos y abonar por los mismos un precio fijado mediante
una proporción establecida obre su importe .
Cabanellas (1994) define el Contrato de factoring diciendo: “es una operación de crédito,
de origen estadounidense, que consiste en la transferencia de un crédito mercantil del
titular a un factor que se encarga, contra cierta remuneración o comisión, de obtener el
cobro, cuya realización se garantiza. Constituye, pues, una comisión de cobranza
garantizada”.
pág. 56
CONCEPTO, NATURALEZA, PECUALIARIDADES Y CONTENIDO
Para Villegas (1986) el factoring es un contrato que patentiza la prestación de una serie
de servicios por parte de una entidad financiera o «factor», a un determinado cliente a
quien fundamentalmente le provee de financiación, mediante la compra de la cartera de
créditos que este posee y que proviene de financiación, mediante la compra de la cartera
de créditos que este posee y que provienen de sus ventas, además de otros servicios
complementarios administrativos o contables.
El tratadista Farina (1999) afirma que el término inglés Factoring está tomado de
«factor» y agrega que según el diccionario de la Real Academia Española «factoraje»
significa empleo y encargo del factor, o sea el auxiliar del comerciante autorizado para
traficar en nombre y por cuenta del proponente para auxiliarle en los negocios.
De la Cuba (2006) la define como: “aquella operación donde una empresa trasmite, con
o sin exclusividad, los créditos que tiene frente a terceros como consecuencia de su
actividad comercial, a un factor (empresa financiera), el cual se encarga de la gestión y
contabilización de tales créditos, pudiendo asumir el riesgo de insolvencia de los
deudores de los créditos cedidos o no (“con o sin recurso”) así como la movilización de
tales créditos mediante el anticipo de ellos a favor de su cliente; servicios desarrollados
a cambio de una prestación económica que el cliente ha de pagar (comisiones,
intereses, gastos, etc.) a favor del factor”.
Cabanellas (1994) define el Contrato de factoring diciendo: “es una operación de crédito,
de origen estadounidense, que consiste en la transferencia de un crédito mercantil del
titular a un factor que se encarga, contra cierta remuneración o comisión, de obtener el
cobro, cuya realización se garantiza. Constituye, pues, una comisión de cobranza
garantizada”.
El factoring es para Herrera (1998) “un servicio especializado de crédito y cobranza que
permite a la empresa mejorar su administración, sus recursos y su productividad, por
medio de la recuperación de la cartera, la eliminación de riesgos en las ventas a crédito
y la disposición de recursos en forma instantánea”.
Avellaneda (1996) afirmaba que el factoring es una operación de servicios cuya función
principal es garantizar al pago de las cuentas por cobrar de otras empresas. Para esto
el financista, o factor, mantiene un departamento de crédito que reúne referencias sobre
clientes y, con base en estas y en su correspondiente y correcta evaluación, puede
rechazar cierta clase de cuentas que considere riesgosas o por el contrario, aceptarlas
directamente. El sistema factoring es continuo, es decir, a medida que aparecen nuevas
facturas estas son compradas por el factor o financista, con base a un análisis previo
del deudor. En tal caso, el valor se abona a la cuenta del girador mediante la venta de
las cuentas por cobrar, de esta manera, la empresa que las vende, procura liberarse de
los gastos de mantener un departamento de créditos y cobranzas. En este caso de que
se haya convenido el derecho de rechazo, a menos que la empresa esté dispuesta a
asumir el riesgo por su propia cuenta; inversamente, cuando las ventas se pactan sin
pág. 57
derecho a rechazo el financista o factor asume tanto el riesgo de pérdida como los
gastos inherentes a la cobranza”
Las ventajas que Arias (1999) puede señalara con respecto al uso de este contrato son
las siguientes:
PARA EL CLIENTE
b) La mayor liquidez que supone el anticipo de fondos que el foco puede efectuar con
cargo a los créditos que el cliente le ha cedido.
c) El traslado de los costos que supone el mantener una estructura para el otorgamiento
de créditos y su cobranza (personal especializado, análisis de los riesgos, etc)
d) El traslado de los riesgos derivados de la con cesación de los créditos ante posibles
moras o incumplimientos.
CLASES
b. Nuevo estilo de factoring: Un servicio más amplio que la anterior ya que interviene
en la gestión administrativa, a través del estudio de solvencia de deudores, gestión
integral de cobros y servicios de contabilidad.
pág. 58
e. Factoring al vencimiento: El factor paga al cliente el importe de los documentos a
su vencimiento. En este sentido, el cliente no recibe un financiamiento sino que se
asegura que al vencimiento recibirá el monto de total sin asumir riesgo de no pago y sin
la necesidad de recurrir a cobranzas.
h. Factoring Internacional:
Se divide en:
CARACTERES PRINCIPALES
b) Bilateral, Pues cada uno de los contratantes se hace prometer una prestación y
promete otra a título de contrapartida de aquella.
Son los contratos uniformes, especie de contratos tipo que se prolongan en el tiempo.
Esta fórmula negocial se asemeja bastante al contrato por adhesión cuando el contrato
tipo ha sido elaborado por uno de los contratantes sin ninguna participación del otro y la
adhesión se realiza a este formulario.
pág. 59
f) Innominado, En sentido estricto, en cuanto carece de una regulación legal especifica.
i) Conmutativo, Las ventajas que surgen para ambas partes son ciertas desde el
momento en que se formaliza el contrato; no certeza numérica en las ventajas ni en las
obligaciones asumidas, pero si conocimiento de la importancia económica que el
negocio representa para ellas.
Bravo (1998) señala que el Factoring enmarca los siguientes caracteres estructurales:
a) La tarifa de facturación;
pág. 60
OBLIGACIONES Y DERECHOS DE LAS PARTES
1) Ceder al factor todos los créditos conforme las modalidades pactadas. El cliente
se compromete a transferir al factor todos los créditos aprobados por este, y que resulten
del suministro de mercaderías o prestación de servicios designados en el contrato.
3) Someter a la aprobación del factor todas las operaciones de venta que sus
compradores le proponga.
7) Pagar al factor los créditos cuya ejecución, en caso de impago no haya autorizado.
9) Entregar al factor los poderes y documentos que fueran necesarios para la gestión
de cobro de los créditos, sin interferir en ella.
1) Recibir los pagos que le haga el factor como contrapartida a una de sus
obligaciones más importantes, cual es cedes los créditos en la forma convenida.
3) Autorizar los procedimientos judiciales contra los deudores, cuando así se haya
convenido.
pág. 61
OBLIGACIONES DEL FACTOR
1) Pagar el precio por los créditos que le hayan sido cedidos, en la forma y plazo en
que se hubieran pactado, entregándole en el momento del abono una relación por
duplicado de los créditos objeto del contrato.
2) Asumir el riesgo de insolvencia de los deudores cuando los créditos hayan sido
aprobados previamente por él, no ay en estos casos recurso contra el factoreado; la
insolvencia debe ser imputable al deudor.
4) Realizar anticipos al cliente, a petición de este, sobre los créditos cedidos y en los
porcentajes convenidos.
5) Prestar los servicios que hubiera asumido en el contrato, como los de investigación
y clasificación de los créditos, control de riesgo, contabilidad, gestión de cobranza,
estudio de mercado, entre otros.
1) Investigar, comprobar y, en su caso, aprobar los créditos del cliente con sus
compradores.
3) Cobrar la retribución que hubiera pactado, integrada por la comisión y los intereses.
Diaz (1994) explica muy didácticamente las diferencias existentes entre el factoraje y
las figuras de Cesión de Créditos y el Descuento de títulos de crédito.
pág. 62
LECTURA COMPLEMENTARIA I
Elaborado por
Jésica Mazzeo
http://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/5156/mazzeofactoringliquidezparalasempre
sas.pdf
pág. 63
las instrucciones del factor, en cuanto a clientes con quienes puede contratar, según la
calificación de aquel; condiciones de pago concebidas y formalización de facturas y
otros documentos, y, especialmente, se obliga a pagarle una comisión. Eduardo Chuliá
Vicént y Teresa Beltrán Alandete (1996) consideran al factoring como: “un contrato
mercantil (debido a que como partes intervinientes está la compañía de factoring que
necesariamente tiene que adoptar forma de sociedad anónima y el cliente o cedente
que necesariamente es un comerciante), atípico (puesto que no está regulado en la
legislación española y las disposiciones legales que le hacen referencia son sólo de
orden fiscal), mixto (porque en su desarrollo intervienen las figuras jurídicas de
arrendamiento de servicios; gestión de cobro de documentos, títulos valores, facturas,
etc.; y de descuento de capital, por el que la compañía anticipa todo o parte de los
créditos que recibe), y de asunción de créditos (ya que la compañía de factoring le exige
al cliente que le ceda los créditos de cuya gestión de cobro se hace cargo)”. Por otro
lado, Max Arias Schreiber (1999) considera al factoring como un contrato financiero y
de colaboración complejo, pues, según dice, en él concurren tanto un arrendamiento de
servicios como una comisión de cobro, una asunción de créditos y una asunción pro
nuptio. Refiere además que en términos 21 generales se le ha considerado (al factoring)
como un contrato de financiación, cita seguidamente las ideas de Eduardo Cogorno
señalando que, para dicho autor, este contrato no se relaciona con ningún otro, sino que
es un contrato especial de naturaleza propia que puede ser encuadrado dentro de los
contratos de crédito. Comenta, por último, cómo es que al factoring se le ha considerado
tanto un contrato preliminar o preparatorio (por el cual el cliente se obliga a ofertar al
factor los créditos que surjan de su actividad empresarial) como un contrato definitivo
(sosteniéndose que este instituto entraña una cesión global de créditos existentes y
futuros, no se produce pues dos momentos distintos sino uno solo). Por su parte, José
Benito Fajre (1999), expresa su desacuerdo con todos estos calificativos. El factoring,
para él, no puede ser considerado como una cesión de créditos, porque el factor no sólo
recibe créditos en cesión, sino que también presta servicios que son típicas obligaciones
de hacer. Además, dice, el factoring crea una relación duradera y tiene una finalidad de
garantía cuando hay asunción de riesgo. Entiende este autor que, por tales detalles, el
factoring tiene un objeto más amplio y por ello tampoco puede ser considerado un
contrato de crédito o financiero, máxime considerando que no existe la obligación de
restitución propia de estos contratos, si es que el factor ha asumido el riesgo por
incobrabilidad. Finalmente nos dice que las mencionadas obligaciones de hacer,
normalmente consistentes en servicios de gestión y apoyo técnico, determinan que ni
siquiera se le pueda catalogar como un contrato de garantía. Ulises Montoya Manfredi
(1998) también critica las categorías que sobre la naturaleza jurídica del factoring se
han esbozado. No lo considera un contrato de crédito, porque el sujeto-objeto de la
calificación crediticia no es el cliente factorado sino los clientes de éste y porque en la
apertura del crédito el deudor debe devolver el dinero objeto del contrato, lo que no
ocurre en el factoring. Se distingue del descuento en que en éste sólo se admite títulos
de crédito como objeto del contrato mientras que el factoring puede llevarse a cabo con
cualquier documento representativo de deuda y obligación de pago, además que en el
factoring la transferencia de documentos es definitiva y el factor no puede exigir al cliente
factorado el pago incumplido por el obligado. Además, opina Manfredi, que también
resulta inexacto asimilar el factoring al contrato de cesión de créditos, porque lo que se
transmite es la entrega de la factura correctamente endosada que cumple la finalidad
de servir de garantía del crédito concedido. El problema de la determinación de la
naturaleza jurídica del factoring radica en que ésta es una figura contractual muy amplia,
que puede contemplar diversas prestaciones; ello dificulta delimitar con precisión en qué
consiste su esencia, pero sin duda, en circunstancias o casos específicos, reunirá
algunas de las características atribuidas por los autores mencionados. El factoring es
un contrato atípico, fuertemente influenciado por la cesión de derechos (lo que permite
invocar supletoriamente las normas de este contrato), pero que tiene también elementos
de la locación de servicios y del mutuo (lo cual permite superar los límites que impondría
una aplicación 22 rigurosa de las normas de la cesión de derechos para poder alcanzar
pág. 64
los fines propios del factoring), y que persigue dos finalidades: ser instrumento para
obtener liquidez inmediata y ser un procedimiento que alivia la labor administrativa de la
empresa asistida. Es necesario insistir en que el factoring es un contrato atípico, pues,
a pesar de que la ley de entidades financieras 21.526 artículos 21 y 24, inciso d)
reconoce a los bancos comerciales y financieras la posibilidad de otorgar anticipos sobre
créditos provenientes de ventas, adquirirlos, asumir sus riesgos, gestionar su cobro y
prestar asistencia técnica y administrativa, tal mención no importa una regulación
integral del contrato.
LECTURA COMPLEMENTARIA II
Elaborado por
http://cybertesis.uach.cl/tesis/uach/2009/fjc764r/doc/fjc764r.pdf
DESCRIPCIÓN DE LA FIGURA
Intentar esbozar un concepto de esta operación, que pueda abarcar todos los supuestos
de hecho que quedan comprendidos en la misma, es una cuestión en extremo compleja,
al no existir un cuerpo normativo a nivel nacional que la regule, siendo uno de aquellos
contratos que tienen su fuente de origen en la costumbre mercantil y sobre la cual muy
poco se ha dicho y estudiado a nivel doctrinal. Algunos autores han incluso afirmado
que no se trataría de un contrato propiamente tal, bien de una operación económica. Es
así como Sandoval López , considera que el factoring, a pesar de ser calificado de
contrato por la doctrina, es en realidad una operación compuesta por diversos actos
jurídicos unidos para un fin económico determinado.
pág. 65
serie de actos jurídicos singulares que persiguen en su conjunto cumplir con un
determinado fin económico. El hecho de no existir norma legal que regule esta figura da
lugar en la práctica a interesantes controversias que intentaremos analizar
someramente.
La anterior descripción nos permite apreciar que existen dos momentos jurídicos bien
definidos, que se representan en la celebración de los respectivos contratos de factoring
y el posterior de cesión de créditos. En el primero de ellos, se establecen las pautas
generales por sobre las cuales las partes operarán en el futuro, pautas redactadas a
nuestro entender de un modo promisorio, en las cuales el cliente ofrece una cantidad de
créditos sobre los cuales es titular, los que se encuentran contenidos en una carta anexo
individualizándolos y comprometiéndose a transferir el dominio sobre dichos títulos en
el correspondiente contrato de cesión de créditos respectivo. Además se pacta la
facultad que tiene el factor, para analizar dichos créditos y determinar cuáles serán en
definitiva aceptados y estarán contenidos en la cesión, facultad de carácter discrecional,
sin obligación de argumentar las razones por las cuales acepta o rechaza los referidos
títulos. A continuación, una vez aceptados por el factor una cantidad de los créditos
ofrecidos, las partes proceden a celebrar el contrato de cesión de créditos, para dar
efectiva transferencia de los mismos. En dicho negocio, el cliente cumple su obligación
adquirida al momento de celebrar el contrato de factoring, la cual era transferir el dominio
de los anexados créditos, mientras que por su parte la empresa factora entregará al
cliente una determinada suma de dinero correspondiente a un tanto por ciento del valor
total de los créditos cedidos9 . Esta entrega de dinero es fundamental, debido a que es
el objetivo perseguido por el cliente, es decir, obtener financiamiento o liquidez respecto
de los títulos sobre los cuales es titular pero que en tal momento no son exigibles.
pág. 66
mencionados instrumentos, lo cual tiene un gran atractivo para las pequeñas empresas
que no cuentan con el capital o tiempo suficientes para perseguir el cobro de sus cuentas
por cobrar y prefieren encargar dicha labor a una entidad especializada10 . Sin embargo,
dichas modalidades que al parecer pudiera revestir esta operación financiera, han de
ser consideradas a nuestro juicio como pactos accesorios al contrato en el primer caso
y como un diferente contrato, en el segundo. En aquellas hipótesis en las cuales además
del servicio de financiamiento, la empresa de factoring se obliga a realizar otras
prestaciones al cliente, que pueden ser: estudios de mercado, análisis de la clientela,
servicios contables, etc. nos estamos enfrentando a situaciones que no representan la
generalidad de las operaciones de factoring que se realizan en nuestro país. Estas
prestaciones deben ser consideradas como ya dijimos, accesorias a la operación
principal las cuales en todo caso serán parte integrante de la operación, pero que en
ningún caso han de considerarse como parte esencial del factoring y por ende deben
ser excluidas de una definición que pretenda abarcar la generalidad de los supuestos
de hecho sobre los cuales opera esta figura.
Referencias (bibliográficas)
pág. 67
Etcheverry, R (1987). Derecho Comercial y Economico - Parte General. Edt.
Astrea.
Farina, J.(1999)- “Contratos Comerciales Modernos”. Ediciones Astrea. Buenos
Aires
Hernández J. (2009). La importancia de una recopilación de los nuevos
contratos atípicos mercantiles tesis para obtener licenciatura. Universidad de
San Carlos de Guatemala Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
Hundskopf, O. (1989). "Derecho Comercial". Universidad de Lima.
Larios, C. (2001 ) Derecho internacional privado. Ed. Cholsamaj. Guatemala
Martorell, E. (1993) "Tratado de los Contratos de Empresa". Ediciones Depalma.
Buenos Aires.
Osorio, M. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Editorial
Heliasta S. R. L. Argentina.
Puig, f. (1958). Tratado de derecho civil español: Tomo IV, obligaciones y
contratos: Vol. II, de los contratos en particular y demás fuentes de la obligación.
Editoriales De Derecho Reundidas.
Villegas, C. (1986). Compendio Juridico, tecnico y practico de la actividad
Bancaria. Ed. Depalma .Argentina:
Borneo, J. y Barreira D, (1992). Contratos bancarios modernos. Ed. Lexis Nexis.
Buenos Aires,
Llerena A. (1995), “Leasing: una alternativa para el desarrollo empresarial”,
artículo publicado en el Diario “El Peruano” del 15 de mayo de 1995.
Conclusiones
pág. 68
TEMA 06: CONTRATO DE FRANCHISING
INTRODUCCIÓN
Esta nueva figura contractual constituye para Arias (1999 una gran solución para el
consumidor, pues lleva hasta los lugares más apartados, determinados productos y
servicios de prestigio, a precios aceptables y que no se podrían conseguir con otros
medios de distribución. En efecto, la franquicia es sinónimo de confianza y calidad.
pág. 69
EL CONTRATO DE FRANQUICIA
Esta nueva figura contractual constituye para Arias (1999) una gran solución para el
consumidor, pues lleva hasta los lugares más apartados, determinados productos y
servicios de prestigio, a precios aceptables y que no se podrían conseguir con otros
medios de distribución. En efecto, la franquicia es sinónimo de confianza y calidad.
Bravo (1997) señala sobre franchising que se denomina como tal al método de
cooperación entre una compañía que ofrece una franquicia por una parte, y otra o
muchas compañías que actúan como franquiciadas, por la otra. Para el franquiciante
esto involucra, primeramente la propiedad de un nombre de comercio, de símbolos
distintivos, de una marca de comercio o servicio, asi como Know How que son confiados
al Franchising.
Pedreño citado por Chuliá (1999) «El franchising es un sistema comercial en que el
“franchiser” (en terminología inglesa) vende una franquicia al “franchiser” por medio de
la cual este podrá distribuir los productos o servicios objeto del contrato de franquicia».
Rodríguez (2015) «el término “franhising” se utiliza para designar una amplia gama de
acuerdos de índole comercial que se caracterizan porque un empresario (a quien
llamaremos el «concedente»), poseedor de un producto o servicio o un proceso
productivo e incluso una marca de producto o servicio, da a una tercera persona física
o jurídica (a quien llamaremos el «concesionario») el derecho a comercializar, el
producto, o el servicio o la marca, o bien a realizar un idéntico proceso productivo bajo
la misma fórmula o concepto empresarial (el denominado «blueprint»), a cambio de un
canon. Este canon puede consistir en una tarifa fija o en un porcentaje —generalmente
decreciente— sobre las ventas u otras formas de royalty. Generalmente el concesionario
viene obligado a adquirir asimismo suministros, materias primas, «Know-how» o
productos a comercializar del propio concedente o de quien el concedente designe. Pero
sobre todo, el concesionario se integra en una organización empresarial configurada
bajo un patrón singular y unos estándares y distintivos rigurosamente uniformes y
homogéneos dotada generalmente de un escesivo y valioso fondo de comercio».
A. CARACTERES JURIDICOS
Según Arias (1999) el contrato de franquicia incluye variados matices contractuales. Sin
embargo podemos señalar como sus principales caracteres jurídicos, los siguientes:
1. Es un contrato complejo.
2. Es bilateral, ya que en sus relaciones existen los sujetos que hemos mencionado
con anterioridad
3. Es un contrato atípico, pues en el Perú no está regido por una normativa Legal
4. Es un negocio jurídico especial con tendencia a ser ubicado dentro de la
contratación mercantil.
pág. 70
5. Es un contrato principal, pues no depende de otro contrato que le sea
Precedente.
6. Es constitutivo, pues crea una situación jurídica determinada y no tiene los
caracteres singulares de los contratos modificativos, regulatorios y resolutivos.
7. Es de prestaciones recíprocas, ya que cada uno de los sujetos está obligado con
relación al otro.
8. Es oneroso, pues cada una de las partes sufre un sacrificio, compensado por
una ventaja y genera, de consiguiente, enriquecimiento y empobrecimiento
correlativo.
9. Es conmutativo.
10. Es de duración y ejecución continuada.
11. Comporta en cierta forma una operación de cambio, dado que su objetivo es
propiciar la transferencia de bienes y servicios y en suma, la circulación de la
riqueza y la multiplicación del trabajo.
12. Es consensual, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 1352 del Código Civil
Es "lntuitu personae". En efecto, el factor confianza es fundamental en este
contrato.
B. CLASES DE FRANQUICIA
Diaz (1994) refiere que el Centro Francés de Comercio Exterior distingue tres tipos de
franquicia: industrial, de distribución y de servicios.
pág. 71
Son derechos del franquiciador:
Para F. Casa y M. Casabo citados por Chuliá (1999) los compromisos por este contrato
de opción son los siguientes:
Para el franquiciador:
- Coste del local: alquiler (precio por metro cuadrado, traspaso), compra, leasing.
- Coste de la decoración.
- Gastos de instalación.
pág. 72
- Plan de formación técnico-comercial ‘que va a poder recibir el franquiciado-
candidato.
b) Para el franquiciado:
Si el rehúse se produce por parte del candidato, la cantidad pagada como garantía
queda para el franquiciador, y si el rehúse lo produce el franquiciador, se devuelve, no
solamente la cantidad adelantada como garantía sino además un montante (a
especificar en el precontrato) como indemnización.
Respecto al contrato, estos mismos autores consideran que debe de constar de:
c) Motivación para la firma del contrato, que por parte del franquiciador constará de la
red de franquicia, con direcciones y responsables; y por parte del franquiciado sus
circunstancias personales, explicando si es titular de alguna explotación comercial, y los
intereses que pueda tener en otra franquicia.
g) Cláusulas de arbitraje.
Los autores que han tratado la franquicia, señalan como una de las principales
características que el franquiciador-empresario tiene que estar en posesión de una serie
de signos distintivos que individualicen su negocio o sus servicios, como pueden ser:
marca, nombre comercial, diseños, etc...
pág. 73
E. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL FRANCHISING
Bravo (1997) señala que el contrato de franchising es muy conveniente para las partes
celebrantes, obviamente todo contrato presenta ciertas ventajas y desventajas para los
contratantes, a continuación describimos las mismas para cada uno de los participantes
pág. 74
VENTAJAS PARA EL FRANQUICIADO
F. CLAUSULAS ESPECIALES
Entre las cláusulas que sirven de marco de este contrato, Etcheverry (1987) afirma que
tienen especial relevancia las relativas a:
Es así que se delimitará con precisión y certeza el territorio donde operará el uso de la
marca que ampara tanto el producto como el servicio.
En ese orden de ideas," las partes contratantes precisarán con toda exactitud y detalle
la tecnología a emplearse, incluidos en el caso concreto los insumos que deba aportar
el franquiciante tanto en lo relativo a cantidad como a calidad.
pág. 75
f) COLABORACIÓN. Cumplimiento por parte del franquiciado de todos los recaudos
legales tendientes a posibilitar la utilización de la franquicia dentro del territorio
convenido.
En el franchising Etcheverry (1987) señala que se pueden destacar tres etapas que
corresponden a:
b) Una vez cumplida esta etapa, procede la celebración del contrato en cuyo mérito se
decide la fijación del territorio, el producto y/o servicio a brindarse, la exclusividad con
que realizará el servicio y/o se fabricará el producto y las demás condiciones a que habrá
de sujetarse su cumplimiento para asegurar la explotación que se persigue. Ello implica
no sólo autorizar el uso de la marca o nombre del producto y/o servicio sino también
proveer el know how y toda la información necesaria para permitir la producción, oferta
y venta del bien o servicio motivo de la franquicia.
c) En ese orden de ideas tanto el otorgante como el tomador deben cumplimentar las
obligaciones y deberes que les impone el contrato, cuyas características determinan la
necesidad de una regulación lo más detallada posible en beneficio de las partes
contratantes y del éxito del negocio.
Elaborado por
Diez de Castro
http://www.aedem-virtual.com/articulos/iedee/v10/103071.pdf
pág. 76
Balance social de la franquicia
El sistema de franquicia presenta una serie de ventajas generales tanto para la sociedad
como para la economía de un país que son relacionadas en las distintas publicaciones
sobre la materia. Algunas de las más destacadas son las siguientes (Díez y Galán 1998):
Modernización de las estructuras comerciales, crecimiento de la economía, creación de
nuevas empresas, empresas estables, aumento del empleo, fomenta la investigación y
desarrollo, posibilita el acceso de personas sin experiencia al primer empleo, acceso del
comerciante a las nuevas tecnologías, etc.
No obstante, la franquicia incorpora en sus contratos una serie de cláusulas que van en
contra de la libre competencia como son: imposiciones de precios, exclusividad
territorial, exclusividad de distribución, cánones, requerimientos del contrato, etc. Por
estas razones, en algunos países la franquicia tiene oposición por parte de entes
sociales como, por ejemplo, asociaciones de consumidores. En este campo se investiga,
desde una perspectiva de interés general, los aspectos positivos y negativos de la
franquicia.
Deben reseñarse los aspectos más relevantes o de mayor impacto que sirvan para
justificar la existencia de la franquicia, siempre bajo la premisa de que los aspectos
positivos superen a los negativos, es decir, el balance sea favorable. Uno de los estudios
pioneros en este campo es el de Hunt (1972) que enumera como ventajas económicas
y sociales de la franquicia las oportunidades que proporciona a empresarios
independientes, ratios de éxito elevados, aumenta la competencia, etc.
El contrato de franquicia
pág. 77
El problema es que tal información sobre el franquiciado no está disponible (Katz y
Owen, 1992). En este campo la investigación se realiza analizando una muestra
representativa de contratos de franquicia mediante la cual puede ponerse de relieve la
asimetría o no de los contratos, omisiones en el contrato, condiciones de renovación,
cláusulas no conformes a derecho, abusivas, etc. Uno de los objetivos de estas
investigaciones consistirían en determinar el contrato óptimo. Lafontaine y Shaw (1996)
intentan averiguar si los franquiciadores tratan de conseguir un contrato óptimo.
Para ello analizan la estructura del contrato de franquicia tratando de ver si hay
diferencias entre los contratos que ofrece un franquiciador al comienzo de su actividad
y posteriormente cuando ha logrado una mejor posición en el mercado. Los resultados
muestran que no es frecuente la realización de dichos ajustes en las cláusulas.
Ventajas económicas-sociales
Uno de los factores principales que justifican el apoyo que los entes públicos prestan a
la franquicia es que crea empresas con grandes posibilidades de éxito y, por tanto,
empleos estables que proporcionan beneficios a la colectividad en forma social y
económica. Las investigaciones en este campo analizan y ponen de manifiesto la mayor
tasa de éxito del sistema de franquicia frente al comercio independiente, aunque es un
tema controvertido ya que algunos estudios llegan a conclusiones divergentes. Ayling
(1988) llega a la conclusión que en el Reino Unido, la supervivencia de un negocio de
franquicia en un periodo de 10 años es del 80% frente a un pequeño negocio
independiente que sitúa alrededor del 20%. Castrogiovanni, Justis y Julian corroboran
un estudio ampliamente citado del Departamento de Comercio de EEUU que establecen
el fracaso de las establecimientos franquiciados en un 4 %, introducen como variable
que afecta al ratio de éxito, la edad del franquiciador. Como estudio que llega a
conclusiones contrarias, cabe citar el de Bates (1995) que analizando el período 84-87
estima un mayor ratio de fracaso de las cadenas de franquicia frente a los negocios
independientes.
Ética en la franquicia
Todas las asociaciones de franquicia tienen entre sus fines impulsar y desarrollar el
sistema de franquicia. Uno de los elementos claves para conseguirlo es velar por un
comportamiento ético del poderoso (franquiciador) en sus relaciones con el débil (el
franquiciado) y esto se plasma en el código deontológico de obligado cumplimiento para
sus asociados. Estos códigos tratan de ser un marco en el que se intentan describir las
buenas prácticas entre las relaciones franquiciador y franquiciado. Preble y Hoffman
examinan los códigos de conducta de asociaciones de franquicia pertenecientes a 21
países, en términos de su origen, contenido y aplicación de las disposiciones en ellos
incluidos. Estiman que alrededor del 75% de los códigos examinados incluyen la
iniciación, acuerdo escrito (contrato), implantación y término de la relación entre
franquiciador y franquiciado. Aunque el mayor énfasis se centra en las etapas de
iniciación e implantación, que parecen ser los momentos en los que se dan mayores
dilemas éticos. El principal punto débil que se detecta en los códigos revisados es su
aplicación, es decir, parece que no se ha logrado, en muchos casos, un mecanismo
propulsor del cumplimiento de las normas de conducta redactadas. Creemos que una
línea de investigación interesante en este campo es la búsqueda de un modelo que
proporcione unos códigos éticos apropiados, que mejore las relaciones entre todos los
integrantes de la franquicia, y además ofrezca los mecanismos necesarios para que
esas normas sean puestas en práctica en el mundo real y no se queden sólo en buenas
palabras, sino que se transformen en hechos y buenas prácticas entre los componentes
del sistema de franquicia.
pág. 78
Franquicia favorece la competencia
Hemos visto anteriormente que uno de los factores que esgrimen los colectivos que
están en contra de la franquicia es que el contrato incorpora cláusulas que chocan con
las leyes de defensa de la competencia. Sin embargo, consideramos que la franquicia
también favorece la competencia ya que permite a pequeños empresarios
expansionarse y competir con empresas de mayor dimensión. La franquicia permite la
creación de una red de empresas que pueden competir con las grandes empresas,
además, requiere menores inversiones para abrir nuevos puntos de venta lo que
posibilita el acceso de nuevos competidores en el mercado. Una revisión de algunas de
las más importantes franquicias existentes en el mundo nos indica que en sus orígenes
eran pequeñas empresas que crecieron y se expansionaron utilizando esta fórmula
comercial. Este campo de investigación no desarrollado, a nuestro entender, puede ser
fuente de importantes trabajos.
Ventajas sociales
Relacionamos a continuación algunos de los temas sociales que han sido o pueden ser
objeto de investigaciones. El acceso de la mujer al mundo empresarial ha sido siempre
más dificil que el de los varones. Algunas franquicias están concebidas especialmente
para que el franquiciado sea una mujer (perfumería, cosméticos). Dant, Brush e Iniesta
(1996) afirman que en el período 1986-92 la proporción de unidades franquiciadas
regidas por mujeres creció un 68%. Mientras que el crecimiento de cadenas regidas por
mujeres fue mucho más bajo. Por otra parte no hay polarización de la mujer
franquiciadora en ningún sector específico. Igualmente podemos añadir en este sentido
que en determinados países o regiones en los que las minorías étnicas o inmigrantes
pueden tener dificultades, la franquicia puede ser una forma de llegar a ser empresario
o lograr un empleo (restauración y hostelería). La investigación en estos temas no ha
corroborado totalmente estas ventajas sociales de la franquicia.
Inconvenientes sociales
pág. 79
solo al franquiciado sino también la posición social y contractual de sus empleados. Por
último los franquiciadores pueden tener comportamientos oportunistas respecto a los
franquiciados, ya que realmente y en la práctica son los que imponen las condiciones
tanto de royalties, cánones de entrada y otros pagos que deben realizar los
franquiciados, que si quieren entrar en la cadena de franquicia no tienen más remedio
que aceptar las condiciones que les imponen los franquiciadores (Díaz-Bemardo, 2000).
LECTURA COMPLEMENTARIA II
Elaborado por
Hesbert Benavente Chorres
http://www.scielo.cl/pdf/iusetp/v14n2/art12.pdf
pág. 80
posición dominante, es decir, si el titular que transmite su secreto de empresa no podrá
dominar al receptor del secreto, ni viceversa; sin embargo, algo que parece tan obvio,
simplemente no ocurre en la realidad, debido que, las personas buscan que el acto a
realizar les reporte el mayor provecho o beneficio posible, es factible incluso, que se
valgan de su posición (dominante) en el acto o negocio, que busquen restar autonomía
o independencia a la otra parte, en suma, ejercer abusivamente su derecho. Todas estas
posibilidades viables se verían favorecidas con un orden legal que presente lagunas o
vacíos, es decir, si tal sistema no regula tal cosa, entonces, pensando en voz alta, podré
emplearlo en mi provecho, incluso mediante abuso, fraude o engaño. Asimismo, se
verían beneficiadas con ordenamientos legales que ni protegen al nacional, ni menos al
extranjero (peor aún si sólo protegen al extranjero). Estas disfuncionalidades se verían
minimizadas, por no decir, desaparecidas, con una legislación que regule el objeto, así
como, vea a los intervinientes como iguales; es decir, ni “A” vale más porque es nacional,
ni “Z” tiene más derecho porque proviene de una empresa transnacional (ambos son
iguales, tienen la misma independencia, oportunidad; en suma, libertad de decisión con
quién y en qué forma configuran el acto o negocio jurídico). - Brinda poder de
negociación.- Al legislar el Know How, permitirá, en el caso que se transfiera los secretos
de empresa, un poder de negociación para las partes intervinientes en la transferencia;
es decir, el marco legal reduciría situaciones de abuso en caso se contrate por adhesión.
En efecto, precisé en otro acápite que la transmisión contractual de conocimientos
técnicos reservados se realizaba (por lo general) a través de la contratación por
adhesión, originando que el negocio contractual no sea libre y equilibrado para una de
las partes. Por lo tanto, una legislación reguladora-preventiva permitirá un grado de
equidad entre ambas partes, la cual se traduce en el poder de negociación en el proceso
contractual. Al respecto, la “OMPI” ofrece la siguiente apreciación: “se recomienda un
marco jurídico, que permita encontrar un equilibrio justo entre los intereses de las partes
y el interés público o del Estado”. 78 - Uniformiza criterios.- Al regular positivamente el
Know How, se debe tener en cuenta, instrumentos legales internacionales reguladores
de esta figura jurídica, ya sea por recabar la experiencia de sistemas legales de otros
países, así como, unificar criterios legales, puesto que, la mayoría de negocios jurídicos
cuyo objeto es un secreto de empresa, se realizan entre partes de diferentes países,
por lo tanto, a fin de evitar fallos legales inejecutables en un país, se debe estandarizar
la legislación de los conocimientos técnicos reservados, ya sea a través de los sistemas
legales locales, o bien, a través de un tratado internacional (multinacional o al menos
latinoamericano). Esto conllevaría a evitar paraísos legales de impunidad para aquellas
personas que han cometido actos ilícitos en perjuicio de otros. En suma, una legislación
internacional uniforme es una meta que los legisladores, juristas y todos aquellos que
participan en el mundo jurídico, anhelan. Por ejemplo, el Perú al dictar la “Ley de
Comercio Electrónico”, los legisladores se basaron de la “Ley Modelo” de UNCITRAL,
debido que, se trató de evitar controversias o diferencias con los instrumentos legales
de otros países que han regulado esta figura jurídica, máxime, si el comercio electrónico
se realiza entre partes de diferentes países. 79 Finalmente, entre otros motivos que
fundamentan la necesidad de legislar el Know How, se pueden citar a los siguientes: a)
elimina la incertidumbre sobre la validez y/o eficacia jurídica de los secretos
empresariales, b) se establecen las formas, así como, los impedimentos legales, en el
empleo del Know How y, c) se sancionarían conductas antisociales y delictivas, las
cuales, incidan .en los conocimientos técnicos reservados
Farina (1999) afirma que es el «Negocio jurídico en virtud del cual una de las panes
(transferente) se compromete a poner a disposición de la otra parte (adquirente o
receptor) los conocimientos técnicos constitutivos del know-how de modo
definitivo, desprendiéndose de ellos en todo o en parte, o bien a comunicar dichos
conocimientos, posibilitando su explotación por un tiempo determinado, a cambio de
una contraprestación determinada normalmente en forma de cantidad de dinero
calculada como porcentaje sobre producción o venta».
pág. 81
Vicént Chuliá, son de "naturaleza civil; se basa en que no se dan cita las características
que permitirán calificarlo como contrato de compraventa mercantil, ya que el adquirente
de la tecnología no compra con el ánimo de lucrarse con la venta, y destina el know-
how para uso propio, por otra parte, el arrendamiento de cosas —que tiene gran
semejanza con estos contratos no está regulado en el Código de Comercio, y las normas
generales aplicables a estos contratos, son del Código Civil. “.
Bravo (1997) el Know How, es un contrato innominado ídem atípico a través del cual
una parte conviene con otra el otorgamiento de un conocimiento industrial, tecnológico,
etc, de carácter secreto.
Por su parte, Massaguer (1989) brinda una definición más extensa de esta figura
contractual, dándole mayor énfasis a las prestaciones que la misma genera. En ese
sentido, para el jurista español la “Licencia de Know How” - término empleado por el
autor en vez de contrato de Know How – es aquel negocio jurídico celebrado entre
personas físicas o jurídicas, en virtud del cual, una de ellas (el licenciante) titular de un
Know How (el Know How licenciado) autoriza a su contraparte (el licenciatario o
receptor) a explotarlo durante un tiempo determinado y, con este fin, se obliga a ponerlo
en su efectivo conocimiento, y en virtud del cual, el licenciatario o receptor, se obliga por
su lado, a satisfacer un precio cierto en dinero o en especie, fijado normalmente en
forma de suma de dinero calculada en función del volumen de fabricación o ventas de
producto s o servicios realizados con el empleo del Know How licenciado.
Las características peculiares que enmarca el Know How en palabras de Bravo (1997)
son las siguientes:
d) El Know How es un contrato formal, debe constar por escrito en un documento previa
estipulación de las clausulas pertinentes y licitas.
pág. 82
g) El Know How es atípico e innominado puesto que es una modalidad de contratación
que no ha sido regulada ni reglamentada por nuestro ordenamiento jurídico, ídem no se
le ha definido específicamente.
Los conocimientos que componen el Know How de acuerdo a lo establecido por Bravo
(1997) consistirían en los siguientes:
Chuliá (1999) afirma que al momento de celebrar un contrato de Know How se generan
derechos y deberes para las partes contratantes, dentro de los cuales tenemos
b) Exigir que el licenciatario guarde secreto de los conocimientos que transfiere y este
derecho a la confidencialidad, en caso de no ser respetado, le dará la facultad de exigir
al licenciatario la reparación de los daños y perjuicios, incluyendo el daño personal.
pág. 83
DERECHOS DEL LICENCIATARIO.
a) Transmitir el know how. El licenciante está así obligado a poner en conocimiento del
licenciatario todo el bagaje de información que sea necesario para que éste pueda
ponerlo en práctica.
pág. 84
f) El licenciatario puede obligarse también, mediante los llamados “acuerdos enlazados”
o “tying arrangements”, a adquirir del licenciante determinados bienes, equipos o
servicios.
Referencias Bibliográficas
pág. 85
laborales y previsionales; la normativa del Código Civil y del Código de Comercio
en materia de interpretación de los contratos, reglas generales, formas,
responsabilidad, resolución y similares.
Para Alterini (1998) el joint venture consiste en la asociación temporal de dos o más
sociedades para realizar operaciones civiles o comerciales de gran envergadura
económico-financiera, con objetivos y plazos limitados, dividiéndose la labor según
aptitudes y posibilidades y, soportando los riesgos respectivos, de acuerdo con los
pactos que se hagan entre ellas. En este tipo de acuerdo implica una combinación de
recursos, de la más diversa naturaleza, para realizar un específico objetivo económico.
En cuanto a las formalidades del contrato, el artículo 411 Código de Comercio nos indica
que en materia mercantil, los contratos no están sujetos a formalidades especiales para
su validez, haciendo la salvedad de que se trate de contratos bancarios, bursátiles, de
seguros o fideicomiso, o los que necesariamente deban otorgarse en escritura pública
o requieran algunas formas o solemnidades necesarias para su eficacia.
Hernández (2009) establece el elemento personal del contrato en dos ramas la primera,
es una entidad que se une para la explotación, la segunda son las personas individuales
nacionales e internacionales que participan en dicho contrato, realizando una meta
común. La unidad real, se presenta como los recursos que cada uno aporta para realizar
la actividad pactada, con esto permite realizar negocios comunes que se desarrollan en
aquellas naciones carentes de capital y tecnología. La sección formal, se presenta con
la libertad de forma, de acuerdo a esta formalidad es muy simple para aplicar a este
tratado cualquier tipo de transacción debería constar por escrito en este tipo de negocio
donde hay aportaciones dinerarias y no dinerarias.
pág. 86
DEFINICIÓN
Para Maguiña (2003) el Joint Venture, es también conocido como empresa de riesgo
compartido, empresa con participación, empresa conjunta o co-inversión de riesgo.
Galva (2011), por su parte, retoma las definiciones dadas por el tratadista Rowly en su
obra “Modern Law of Partnership” de las cuales se extraen las siguientes:
“Joint venture es una asociación de dos o más personas para realizar una única
empresa comercial con el fin de obtener una utilidad”… “Es una asociación de personas
físicas o jurídicas que acuerdan participar en un proyecto común, generalmente
específico, para una utilidad común combinando sus respectivos recursos, sin formar ni
crear una corporación o el estatus de una sociedad en sentido legal, el cual también
establece una comunidad de intereses y un mutuo derecho de representación dentro
del ámbito del proyecto sobre el cual cada venturer (socio) ejercerá algún grado de
control”
“El origen de la expresión nos guía a una empresa común, al respecto se le puede
traducir como aventura común en el sentido de asumir un riesgo común de ambas partes
a la hora de afrontar un negocio conjunto
Por otro lado, Le Pera (2001) define al Joint venture de la siguiente forma:
“Combinación especial de dos o más personas, sean corporativas, físicas o de otro tipo,
en la cual se busca obtener utilidad de una específica aventura pero sin la necesidad
de una real partnership o designación corporativa”.
Continúa el autor Le Pera (2001) indicando que para definir la figura del joint venture:
“Parece suficiente decir que ella resulta aplicable a toda asociación que sería
considerada una partnership de no ser por la limitación de su alcance o propósito a la
consecución de una última y final transacción comercial, independientemente de la
naturaleza legal de la transacción que a ella se refiere
Willinston (1959), define el contrato de joint venture como una asociación de personas
físicas o jurídicas que acuerdan participar en un proyecto común, generalmente
específico (ad hoc), para una utilidad común, combinando sus respectivos recursos, sin
formar o crear una corporation o el status de una partnership en sentido legal, el cual
acuerda también establecer una comunidad de intereses y un mutuo derecho de
representación dentro del ámbito del proyecto, sobre el cual cada venturer ejercerá
algún grado de control.
pág. 87
ELEMENTOS PERSONALES REALES Y FORMALES
CARACTERISTICAS
Para Osorio (1999) las siguientes, pueden definirse como caracteres que se le pueden
atribuir a un convenio de joint venture:
d) Se crean órganos de administración que velan por conseguir los objetivos planteados
en el contrato.
pág. 88
NATURALEZA JURÍDICA
“El derecho personal solo puede reclamarse de una persona cierta y que por un hecho
suyo o por disposición de la ley haya contraído la obligación correlativa”.
En un contrato de Joint Venture, se establece una relación entre las partes contratantes,
la cual no constituye necesariamente una sociedad ni una asociación en el sentido
estricto, debido a que se trata de un esfuerzo conjunto para alcanzar un objetivo
determinado.
En cuanto a las formalidades del contrato, el artículo 411 Código de Comercio nos indica
que en materia mercantil, los contratos no están sujetos a formalidades especiales para
su validez, haciendo la salvedad de que se trate de contratos bancarios, bursátiles, de
seguros o fideicomiso, o los que necesariamente deban otorgarse en escritura pública
o requieran algunas formas o solemnidades necesarias para su eficacia Haciendo
referencia sobre este punto de su naturaleza jurídica en relación a la falta de una
caracterización estandarizada para su constitución o la necesidad de seguir
determinadas formas, se acota la polémica de Briones y Herrera (2000), donde se
señala que: “No existe un patrón generalizado para su constitución, lo que determina la
existencia del joint venture es la naturaleza de la empresa que el mismo pretende llevar
a cabo, independientemente de la forma que se adopte. Las formas que se escojan son
producto de las necesidades del comercio”.
CLASIFICACIÓN Y TIPOLOGÍA
pág. 89
Joint Venture Contractual: Consiste en una relación contractual que no da origen
a una nueva entidad jurídica. Pragmatismo, flexibilidad, autonomía, son
características inherentes a este Joint Venture. Está ligada al sistema jurídico
del "Common Law".
Joint Ventures Nacional: Son las creadas por socios con idéntica nacionalidad y
dentro de su país de origen.
pág. 90
MOTIVOS PARA LA FORMACIÓN DE UN JOINT VENTURE
A) Ventajas
Este contrato según Rodríguez (2013) ofrece las siguientes ventajas en su uso
pág. 91
Servirse del know how y manejar mayor información.
Ganar nuevos asociados de negocio.
Es un medio que facilita la realización de proyectos y el logro de una gran
concentración de recursos financieros, económicos, tecnológicos y de
conocimientos y habilidades para la realización de proyectos de construcción a
gran escala y de todo proyecto de implique grandes esfuerzos.
B) Desventajas
Rodríguez (2013) afirma que este contrato presenta únicamente las siguientes
desventajas:
Elaborado por
NORKA LÓPEZ ZAMARRIPA
pág. 92
de manera muy particular con el arbitraje comercial internacional, todo ello en la
búsqueda de sustraerse al control que sobre sus flujos de intercambio puedan ejercer
los Estados nacionales. De esta forma, los Estados buscan la unificación legislativa
sobre una determinada materia, para dichos procesos de homogeneización, se han
adoptado distintos tipos de mecanismos. El más tradicional de ellos, es, sin duda, el de
los tratados internacionales. Mediante estos instrumentos internacionales, los Estados
convienen en adoptar normas comunes, buscando en ello la unificación legislativa.
Dichos instrumentos suelen ser el resultado del trabajo de foros u organismos de
carácter regional o global, a modo de ejemplo en materia de comercio internacional se
encuentra la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
UNCITRAL. El éxito o fracaso de estos instrumentos depende, en primer lugar, del
número de Estados ratificantes; en segundo, de su efectivo conocimiento y aplicación
por parte de los jueces nacionales, una vez ratificados; y, por último, de la interpretación
uniforme que se vaya desarrollando en los distintos países en donde hayan sido
ratificados. Uno de los mejores ejemplos de un tratado de derecho mercantil
internacional que ha adquirido gran aceptación en la práctica, y ha recogido también un
importante número de ratificaciones, es sin duda la Convención de las Naciones Unidas
sobre los contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías Sin embargo, existe
una gran cantidad de instrumentos de este tipo que nunca logran una aplicación efectiva
y extendida , hasta tal punto que un sector de la doctrina ha denunciado un exceso de
cantidad y defecto de calidad en los tratados. Debido a ello, se han intentado otras vías
de homogeneización. De esta manera, se ha venido implementando el mecanismo de
las leyes modelo, a través de las cuales se busca una armonización entre sistemas entre
sistemas jurídicos, en lugar de la referida unificación. El mecanismo consiste en ofrecer
a los Estados un texto que sirva como guía para realizar reformas a su derecho interno,
de tal modo que se vaya aproximando su contenido al de los demás países que sigan
el mismo proceso. En materia mercantil internacional, la UNCINTRAL ha elaborado
importantes leyes modelo, como la Ley Modelo sobre Comercio Electrónico, de 1996,
que por la novedad del tema ha servido de importante referencia para varios países en
lo que al mismo se refiere. No obstante, este método también ofrece inconvenientes, ya
que los legisladores locales tienen la plena libertad de adoptar el texto modelo en el
grado que crean oportuno, pudiendo además introducir correcciones o agregados, todo
lo cual hace que el resultado comparativo entre las distintas legislaciones pueda ser
finalmente bastante disímil. En lo que tiene que ver con la esfera privada, ha sido un
tema recurrente en los últimos años, para la doctrina especializada, el debate sobre la
supuesta resurrección de la llamada lex mercatoria. Esta denominación, que en su
utilización primigenia sirvió para designar a “una forma de regulación jurídica surgida de
la clase mercantil, en su fase de nacimiento y expansión durante la Edad Media, como
una forma de respuesta ante la incapacidad del derecho romano de colocarse como
fuente normativa de frente a una actividad que tendía a desarrollarse en espacios
jurídicos muy amplios(…), hoy en día se estaría refiriendo, de manera análoga, a los
modernos principios generales del derecho comercial internacional, surgidos éstos de
la práctica mercantil y fuera del alcance del poder regulatorio de los derechos
nacionales. Los trabajos del instituto de derecho privado UNIDROIT son mencionados
como una de las fuentes más importantes de esta nueva lex mercatoria; de manera muy
particular: los Principios relativos a los contratos de comercio internacional “Principios
UNIDROIT”, publicados originalmente en 1994 y reformulados, posteriormente, en 2004.
De esta manera, los principios UNIDROIT van tomando fuerza como reglas aplicables
a los contratos mercantiles internacionales, no solamente por parte de tribunales
arbitrales sino también por parte de jueces y tribunales ordinarios, nacionales e
internacionales. Evidentemente, los Principios UNIDROIT tienen claras características,
no poseen ninguna fuerza vinculante, y su aplicación esta condicionada a que las partes
involucradas hayan pactado en el respectivo contrato que aquellos fungirían como
normas de derecho aplicable ya sea de manera exclusiva o en complemento con un
derecho nacional. Pero además, según el propio preámbulo del texto, los mismos
pueden ser utilizados para interpretar o complementar instrumentos internacionales o
pág. 93
leyes nacionales de la materia, siendo igualmente aptos como modelo para legisladores
nacionales e internacionales, esto es, como si fueran una ley modelo. Los procesos y
mecanismos citados, apuntan en esencia a conseguir un objetivo principal: la reducción
de la incertidumbre jurídica que genera una contratación internacional. Incertidumbre
que esta proveída por el hecho de que, al parecer un elemento extraño en la transacción,
domicilio, residencia, nacionalidad, lugar de cumplimiento del objeto, entre otros, surge
la duda acerca de cuán es la jurisdicción competente, qué derecho será aplicable y, en
última instancia, cómo se interpretarán las reglas a ser aplicadas. Problemas que
tradicionalmente, al menos los dos primeros, recaían bajo la esfera de soluciones del
derecho internacional privado de cada país; en el caso específico del derecho aplicable,
bajo el método de los conflictos de leyes. PEREZNIETO CASTRO afirma: “la concepción
tradicional asigna al derecho internacional privado el estudio del método de los conflictos
de leyes”, lo cual en cierto modo representa una idea ya demasiado restrictiva, puesto
que hoy en día “el objeto del derecho internacional privado es el estudio de los diversos
métodos que se emplean para la resolución de problemas derivados del tráfico jurídico
privado internacional” , entre los cuales se encuentran, además del método conflictual
tradicional: a) las normas de aplicación inmediata, que son normas obligatorias, de
orden público para el derecho internacional privado, que impiden la aplicación del
derecho extranjero o la disposición voluntaria de particulares sobre las mismas, y que
están generalmente vinculadas con la organización financiera estatal. b) las normas
materiales y el derecho uniforme que son normas de origen interno que resuelven
directamente el fondo del asunto derivado del tráfico jurídico internacional, y normas
establecidas en instrumento internacional que regulan las relaciones jurídicas de los
particulares desarrolladas en el ámbito internacional; c) la lex mercatoria; y d) las normas
referidas a conflictos de competencia judicial destinadas a determinar la competencia
de los jueces ante un caso internacional. conflictos de competencia judicial destinadas
a determinar la competencia de los jueces ante un caso internacional.
1. Instrumento jurídico a través del cual dos o más personas acuerdan constituir un Joint
venture. Estamos en este caso ante lo que se conoce como el Joint venture agreement,
en la doctrina anglosajona, y contrato de base o contrato Joint venture, en la doctrina
latinoamericana.
2. Se identifica con los mismos términos a la operación que deriva del contrato,
utilizándose en este caso la expresión “la joint venture”, que se aplica además a la
sociedad creada como medio para la ejecución del acuerdo, (la sociedad conjunta), en
los casos en que así ocurra (joint ventures societarios o corporativos). La diferencia
semántica en el uso de los términos puede provocar confusiones. Más aún si
contemplamos el hecho de que ni siquiera en la doctrina tal distinción resulta clara. La
figura del Joint venture, tiene su propio origen, se encuentra en la figura de la partnership
del derecho anglosajón y de la cual constituye una variación, sin el ánimo de formar una
sociedad, a pesar de enfatizarse en la figura los elementos de riesgo y control. En efecto,
el Joint venture, es un acuerdo de voluntades con el propósito de conseguir objetivos
específicos, manteniendo la autonomía de los participantes, excluyéndose por ello la
pág. 94
existencia de la affectio societatis. Incluso, cuando son creadas sociedades para atender
las necesidades del Joint venture, las denominadas Joint venture corporations o
sociedades conjuntas, éstas son entendidas como medio y no como fin, debiendo ser
consideradas como derivadas del contrato principal, el Joint venture agreement o
contrato de base. La figura se encuentra ubicada dentro del género de los contratos de
colaboración, que son aquellos por virtud de los cuales una parte efectúa determinada
actividad a favor de otra, o bien, ambas partes la realizan de manera recíproca, para
lograr la finalidad pretendida, generalmente a cambio de una contraprestación, no
necesariamente en dinero.
LECTURA COMPLEMENTARIA II
Elaborado por
Beatriz Bermejo Sánchez
La descripción debe ser lo suficientemente amplia para permitir un crecimiento del Joint
Venture, pero lo suficientemente clara y precisa, para que los contratantes estén de
acuerdo en los propósitos y metas de esta nueva empresa.
La finalidad de establecer esta cláusula es el poder guiar las acciones futuras de los
colaboradores con respecto a la empresa, y darles una base clara a los colaboradores
para poder medir el desempeño del Joint Venture, y ayudarlos a determinar si la
empresa sigue su rumbo original o si se está desviando de los propósitos o metas
originalmente pactados.
Otra de las finalidades de esta cláusula es también la de poder distinguir entre el trabajo
del Joint Venture y las actividades que los colaboradores realizan en sus empresas de
manera independiente, lo que ayudará en un futuro a los colaboradores evitando
probables disputas en lo que a sus empresas se refiere.
En los acuerdos preliminares, los contratantes deben establecer que por medio de la
nueva empresa, ellos van a aportar recursos, productos y tecnología, a un mercado el
cual en respuesta a esto los ayudará a comercializar los productos de sus propias
empresas, fuera del Joint Venture.
Los acuerdos colaterales o auxiliares, reglamentan las relaciones entre los contratantes
y el Joint Venture, es decir, establecen todos los puntos relacionados con las
pág. 95
aportaciones de cada uno de los colaboradores, las normas de operación de la nueva
empresa, y todos los demás aspectos relativos a la misma.
pág. 96
En sí la manera en que la Sociedad se va a constituir les brinda a los colaboradores un
marco acerca de las reglas que van a regir a la sociedad, la manera en que se van a
distribuir las ganancias, y su responsabilidad dentro de la misma.
Es de suma importancia que el Joint Venture cuente con un capital suficiente para poder
asegurar a los consumidores, terceros y a la empresa que estará en condiciones de
cumplir con sus obligaciones en el momento que estas mismas se presenten.
ADMINISTRACIÓN
2) Todo lo referente al manual operativo que regula la forma en que todas las
operaciones se llevan a cabo.
pág. 97
Los colaboradores de común acuerdo deberán nombrar a determinadas personas para
que constituyan la Administración Operativa, la cual se encarga de preparar el
presupuesto anual, el presupuesto para la operación, presupuestos en relación al
Capital, y todo lo referente al plan de operación.
Con la finalidad de brindar protección a los colaboradores del Joint Venture, dentro de
este contrato se determina que el Consejo de Dirección de la empresa, tomará
decisiones respecto a los presupuestos anuales, empleados clave, desarrollo de
productos y acuerdos en los que medien pagos que excedan de un mínimo establecido
por los colaboradores.
Estas decisiones deberán de ser unánimes, y deberán estar presentes todos los
miembros del Consejo de Dirección. Cabe mencionar que los miembros de este
Consejo, son nombrados dentro del Contrato de Joint Venture, y normalmente el número
de miembros es en relación al número de colaboradores, teniendo una participación
proporcional en las decisiones de la empresa. Pero recordemos que como se mencionó
al inicio de este Trabajo, no hay contratos de Joint Venture que sean iguales, ya que
son el resultado de un proceso de negociación entre las partes.
Requerimientos Legales
Sabemos que cada país tiene normas distintas y específicas en relación a los actos de
comercio, la inversión extranjera y la Constitución de las sociedades, razón por la cual
en el contrato de Joint Venture y en los documentos colaterales, después de un
minucioso estudio se tiene que establecer todos los preceptos aplicables al caso
concreto, de manera que todos los requisitos legales se cumplan y la Constitución de la
Sociedad y el Joint Venture sean válidos.
En los casos en los que se trata de asuntos relacionados con el desarrollo de tecnología,
se tiene que pactar la forma en que esta tecnología será registrada, a nombre del Joint
Venture o a nombre de uno de los colaboradores, y que pasaría en el caso de disolución
de la Sociedad, si uno de ellos se quedaría con los Derechos, o si los dividirían entre los
colaboradores o cualquier otra forma en que los colaboradores hubiesen quedado de
acuerdo.
Otra de las cláusulas que debe contener el contrato es la relativa al pago de impuestos,
en donde se debe considerar, que cada país tiene sus propias normas en lo que a pago
de impuestos se refiere, por lo que se deberá establecer a cargo de quien corre la
obligación de cubrir el pago de impuestos, si a uno de los colaboradores, o a la empresa,
pág. 98
y de qué manera se hará. De la misma manera se debe establecer si se harán
deducciones de impuestos a las ganancias de los colaboradores antes o después de
haberlas entregado, etc.
CLAUSULA DE MONEDA
Se debe fijar en el contrato el tipo de moneda que se tomará como base para todas las
transacciones referentes al Joint Venture, esto es con la finalidad de brindar seguridad
a los inversionistas y sobre todo a los extranjeros cuando el Joint Venture se realizará
con un colaborador de un país en donde el tipo de cambio puede variar en cualquier
momento
EXTINCIÓN
3. Por vencimiento de duración del contrato, cuando el mismo fue celebrado a plazo
determinado.
Por el retiro, fallecimiento o quiebra de alguno de los colaboradores que pudiera originar
la imposibilidad de efectuar el objeto del contrato, teniéndose en especial consideración
que la relación en el Joint Venture es “intuitu personae”.
Referencias Bibliográficas
pág. 99
Hernández J. (2009). La importancia de una recopilación de los nuevos
contratos atípicos mercantiles tesis para obtener licenciatura. Universidad de
San Carlos de Guatemala Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
Hundskopf, O. (1989). "Derecho Comercial". Universidad de Lima.
Larios, C. (2001 ) Derecho internacional privado. Ed. Cholsamaj. Guatemala
Le Pera, S. (1997), Joint venture y sociedad. Edt. Astrea. Buenos Aires
Maguiña , R. (2003). La Globalización. Editorial Universidad Nacional Agraria de
la Selva, Tingo María, Perú
Martorell, E. (1993) "Tratado de los Contratos de Empresa". Ediciones Depalma.
Buenos Aires.
Osorio, M. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Editorial
Heliasta S. R. L. Argentina.
Puig, f. (1958). Tratado de derecho civil español: Tomo IV, obligaciones y
contratos: Vol. II, de los contratos en particular y demás fuentes de la obligación.
Editoriales De Derecho Reundidas.
Villegas, C. (1986). Compendio Juridico, tecnico y practico de la actividad
Bancaria. Ed. Depalma .Argentina:
Borneo, J. y Barreira D, (1992). Contratos bancarios modernos. Ed. Lexis Nexis.
Buenos Aires,
Llerena A. (1995), “Leasing: una alternativa para el desarrollo empresarial”,
artículo publicado en el Diario “El Peruano” del 15 de mayo de 1995.
Rodriguez , J. (2003). Sociedad Conjunta. Join Venture. Edt, Civitas. Madrid
CONCLUSIONES
pág. 100