Historia Del Perú

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alsmfañmfañlasasdasaasdasdasdasdasdasas
dagasdasasfklHistoria del Perú
La historia del Perú abarca de masdasdasdjaskfajskfjasfkjanera continua más de
13 milenios de ocupación humana.1 Los primeros grupos humanos habrían llegado hacia
fines deasdasdasgadgasdasf la glaciación wisconsienseASDASDASDASDhacia
el XI milenio a. C.como cazadores-recolectores, cuyos descendientes empezaron a
desarrollar la horticultura avdcxzc21123123123123123123123123hacia
el VIII milenio a. C.. A partir de entonsdaarces se dio inicio un escalamiento enfdasfas la
complejidad social y cudasdasdassdadsltural de los pueblos de la región, qASDASDue dio
nacisdbvfdvmiento al Antiguo Perú. Hacia el IV milenio a. C., aparecieron en la costa
central las primeras sociedades con arquitectura monumental que tejieron una extensa red
de comercio vinculando productos de la Amazonía y las costas ecuatorianas. Conformaron
la cultura Caral-Supe, desvanecida hacia el 1800 a. C. mientras daba paso a nuevas
poblaciones en la costa al norte y sur, albores del surgimiento de Cupisnique y al posterior
fenómeno de Chavín, un importante centro cultural que articuló las sociedades
agrícolas de su época hasta el 200 a. C..
Chavín fue sucedida por los primeros Estados militarizados de las culturas Moche al norte
y Nazca al sur, surgidos en paralelo al ascenso de Tiahuanaco en el Altiplano. Hacia el
año 600, surge en la zona de Ayacucho la cultura Huari, cimentada en desarrollo de
la andenería para el cultivo del maíz, la cual mostró un desarrollo
urbanístiasdasdaaasgasfasfco y una notable influencia Nazca y Tiahuanaco. Huari se
expandió progresivamente por los Andes al norte hasta Cajamarca. A inicios
del II milenio el poder político se fraccionó dando origen varios estados centralistas
como Lambayeque y Chimú en el norte y Chincha en el sur. Este último articuló una vasta
red de comercio desde el Ecuador hasta el Altiplano. En 1438, el Imperio incaico inicia su
expansión hasta dominar, hacia el siglo XVI, el territorio más extenso en el hemisferio
occidental.
En 1532, aconteció la Conquista del Perú, conducida por Francisco Pizarro con apoyo de
algunos pueblos disidentes del incanato, sucedida por las guerras civiles entre
conquistadores hasta el definitivo establecimiento del Virreinato del Perú en 1572. La
llegada de los españoles y la era colonial significó la introducción de la Iglesia católica y un
intenso mestizaje entre españoles, indígenas y negros trasladados en calidad de esclavos
desde África. Durante el siglo XVII, la explotación minera dominó la
economía mercantilista del virreinato, especialmente alrededor de Potosí.
La implementación de las agresivas Reformas Borbónicas en el siglo XVIII fomentaron
sucesivas rebeliones que desembocaron en la violenta Rebelión de Túpac Amaru II (1780-
1781). La invasión francesa en España fomentó las ideas libertarias en el Perú, que
declaró su Independencia en 1821 y la consolidó en 1824 con la ayuda de los movimientos
libertadores del sur y del norte.
Tradicionalmente, la historia peruana ha sido dividida en las
épocas Precolombina, Colonial (a partir de la Conquista) y Republicana (tras la
Independencia).

Índice
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 1Periodo Lítico
 2Periodo Arcaico
 3El Antiguo Perú
o 3.1Precerámico Tardío
o 3.2Periodo Formativo (1800 a. C. y 200 a. C.)
o 3.3Culturas Regionales
o 3.4El Imperio Huari
o 3.5Estados Regionales Tardíos
o 3.6El Imperio incaico: Tahuantinsuyo
 3.6.1Los incas legendarios
 3.6.2Los incas históricos
 3.6.3Civilización incaica
 4Invasión
o 4.1Invasión del Perú (1532-1572)
 4.1.1Catástrofe demográfica
o 4.2El Perú virreinal y el ciclo de la plata
 4.2.1Las guerras civiles entre los conquistadores
 4.2.2El orden virreinal
o 4.3El siglo XVIII
o 4.4De las Cortes de Cádiz a la Emancipación
 5República
o 5.1Primera época republicana
 5.1.1Independencia del Perú (1821-1826)
 5.1.2La iniciación de la República (1826-1842)
o 5.2La Era del Guano
 5.2.1La anarquía militar (1842-1844)
 5.2.2El apogeo republicano (1845-1866)
 5.2.3Crisis económica y hacendaria (1867-1879)
 5.2.4La guerra con Chile (1879-1883)
o 5.3La Reconstrucción Nacional (1884-1895)
o 5.4La República Aristocrática (1895-1919)
o 5.5El Oncenio (1919-1930)
o 5.6Entre democracias y dictaduras
 5.6.1Gobiernos militares (1930-1939)
 5.6.2Intermedio democrático (1939-1948)
 5.6.3El Ochenio de Odría (1948-1956)
 5.6.4Intermedio democrático (1956-1968)
o 5.7Gobierno militar (1968-1980)
o 5.8Historia reciente
 5.8.1Los años 80
 5.8.2Los años 90
 5.8.3El siglo XXI
 6Véase también
 7Referencias
 8Bibliografía
 9Enlaces externos
Periodo Lítico[editar]

Pinturas rupestres de una de las cuevas de Toquepala, cuya antigüedad se ha calculado en 9000
años.

Artículo principal: Periodo Lítico Andino

La etapa más extensa de la historia peruana es la que precede a la conquista española


del siglo XVI. Las evidencias más antiguas de seres humanos en el Perú permiten suponer
que el hombre llegó hace unos quince mil años procedente de otros continentes, a finales
de la última edad glacial, en el pleistoceno para ser más exactos.
Los primeros peruanos, organizados en bandas y clanes, eran cazadores y recolectores.
La caza de camélidos sudamericanos en las zonas alto andinas (especialmente
guanacos); y la pesca y recolección de mariscos en la costa del océano
Pacífico (aprovechando la riqueza biológica de la Corriente de Humboldt) fueron sus
principales actividades económicas. También elaboraban herramientas de piedra tallada.
Los vestigios más importantes de esa época han sido hallados en los siguientes
yacimientos:

 El Guitarrero I
 Piquimachay (fase Ayacucho)
 Chivateros
 Jayhuamachay I
 Toquepala
 Paiján
 Tres Ventanas
 Lauricocha.

Periodo Arcaico[editar]
Artículo principal: Arcaico Temprano

La primera parte del Arcaico, conocido como Arcaico Temprano, se extiende del 8.000 al
3.500 a.C.
Luego del retiro progresivo de los glaciares, los cazadores de camélidos y cérvidos
colonizaron las punas y los valles altoandinos. Las condiciones climáticas similares a las
actuales aceleraron el proceso de domesticación de las plantas y animales. Aparecen así
los primeros horticultores seminómadas, pero sin dejar de lado la caza y la recolección. En
la costa, la actividad predominante era la pesca y el marisqueo.
El progresivo descubrimiento de la agricultura permitió una economía cada vez más
sedentaria. Las primeras chozas, descubiertas en la costa (Chilca, Paracas), son de
material con origen vegetal (Plantas oriundas), posteriormente serán de piedra y barro.
Aparecen también los primeros tejidos rudimentarios. Se dan en este contexto los primeros
casos de arquitectura ceremonial con carácter monumental, de artes figurativas y de
intercambio de productos entre regiones e incluso de zonas más alejadas (conchas
Spondylus).
Las evidencias más tempranas de cultivo de plantas en el Perú provienen de los siguientes
sitios:

 Nanchoc, en el valle del Alto Saña, departamento de Cajamarca, hacia


el VIII milenio a. C., donde se hallaron restos de calabazas o zapallos loche cultivado
hacia el 6000 a. C.
 El Guitarrero II, en la vertiente occidental de la Cordillera Negra, departamento de
Áncash, con restos de cultivos de pallares y frijoles.
Otros sitios importantes de esta época son los siguientes.

 Santo Domingo de Paracas, en la península de Paracas, donde se hallaron los restos


del primer pescador con red de América, constructor de la aldea más antigua del Perú.
Es el primer horticultor de la costa andinoamericana.
 Telarmachay, abrigo rocoso de la sierra central, en el departamento de Junín, con
restos del primer domesticador de camélidos (llamas y alpacas) de América.
 Tres Ventanas, en la sierra de Huarochirí del departamento de Lima, con vestigios de
la domesticación de camote, olluco y calabaza.
 Chilca (Pueblo 1), en el pampa de Chilca, en la costa central, sur de Lima, con restos
de una pequeña aldea con chozas y entierros.
 Piquimachay (fase Jayhua y Chihua), cerca de Ayacucho, sierra sur, con restos del
primer criador de cuyes de América; cultivo de quinua y calabaza.
 Jayhuamachay II, también cerca de Ayacucho, con evidencias de cultivo de achiote y
crianza de camélidos.
 Cerro Paloma, en el valle de Chilca, en la costa central, sur de Lima, donde se hallaron
restos de aldeas superpuestas, así como numerosos entierros humanos.

El Antiguo Perú[editar]
Artículo principal: Antiguo Perú

Precerámico Tardío[editar]

Pirámides en Caral.
El Altar del Fuego Sagrado en Caral.

Artículo principal: Precerámico Tardío

En la segunda mitad del Arcaico, conocido como Arcaico Tardío y que se extiende de
3.000 a 1.800 a.C. se caracteriza principalmente por la aparición la arquitectura
monumental con los primeros centros administrativos-ceremoniales o templos. Aparecen
organizaciones más complejas de tipo presuntamente teocrático. Los ciclos agrícolas,
dominados por sacerdotes astrónomos, debieron dotar a estos de mucho poder.
En Huaca Prieta, en el valle de Chicama, costa norte en La Libertad, se halló el primer
textil precerámico del Perú y de América, así como mates pirograbados.
Los primeros templos surgen en la costa central y nor-central; y en la sierra central.
Generalmente son pirámides escalonadas, con plazas circulares hundidas, unas veces
adheridas al monumento y otras desligadas de él. Hacia el final del periodo aparecerán las
primeras construcciones con planta en forma de U.
Los templos o centros administrativos-ceremoniales relevantes de esta etapa
son Kotosh, El Áspero, La Galgada, Bandurria, Punkurí, Sechín Bajo, Cerro Sechín, El
Paraíso, y, especialmente, Caral.
Hacia el 3200 a. C. surge la civilización Caral en la costa central peruana. Una de sus
ciudades más antiguas, Caral, tenía pirámides de piedra, plazas ceremoniales y altares en
torno a fuego sagrado, diseños complejos que evidencian un dominio magistral en el uso
del espacio. Sus habitantes tocaban música con flautas de dos bocinas.
Desde entonces, a lo largo del territorio peruano se sucedieron una serie de tradiciones
culturales que originaron Confederaciones, Reinos e imperios durante casi cuarenta siglos.
Periodo Formativo (1800 a. C. y 200 a. C.)[editar]
Artículo principal: Formativo Andino

Vista del Templo Nuevo o Castillo de Chavín: Pórtico de las Falcónidas


Cabeza clava en su ubicación original, uno de los muros del Templo Nuevo de Chavín.

El periodo Formativo se subdivide a la vez en tres:

 Formativo Inferior (1800 - 1500 a.C.).


 Formativo Medio (1500 - 700 a.C.).
 Formativo Superior (700 - 200 a.C.).
Convencionalmente, se fija el inicio del Formativo con la aparición de la cerámica,
evidencias de la cual se han hallado en los siguientes sitios:

 Tutishcainyo, en la selva amazónica (Ucayali), hacia 1900 a 1700 a.C.


 Fase Wairajirca de Kotosh, en la sierra (Huánuco), hacia 1850 a.C.
 Las Haldas, en la costa (Áncash), hacia 1800 a.C., y
 Ancón, en la costa (Lima), en 1600 a.C.
Otros logros significativos de esta época son el cultivo del maíz, la construcción de
grandes acueductos, el desarrollo de la textilería y de la orfebrería. En el aspecto político
surgen las jefaturas o señoríos que concentran el poder.
Sin embargo, la principal característica de este periodo es la aparición de
la arquitectura monumental y de gran envergadura. Los centros ceremoniales suelen
abarcar áreas más extensas que las de sus antecesoras del periodo arcaico. Los planos
de sus templos o santuarios suelen tener la forma de la letra “U” invertida: una
construcción central y dos construcciones en los lados laterales, alrededor de plazas
circulares o rectangulares.
Las mayores expresiones monumentales que destacaron durante los inicios del Formativo,
algunos de los cuales se mantuvieron vigentes en la siguiente fase, fueron:

 Huaca La Florida, situada en el valle del Rímac (Lima).


 Cardal, que se ubica en el valle de Lurín (Lima).
 Las Haldas, cerca de Casma (Áncash), al borde del Océano Pacífico.
 Pampa de las Llamas-Moxeke, en el valle de Casma. Lo conforman dos monumentos
o pirámides: Moxeke y Huaca A (o Huaca de las Llamas).
 Sechín Alto, en Casma, es un complejo enorme, tal vez el más grande del Formativo,
con un templo piramidal de plataformas superpuestas como monumento principal.
 Cerro Sechín, entre los ríos Sechín y Casma, cerca del anterior, célebre por sus
monolitos de sus fachadas, con representaciones en relieve de sacerdotes-guerreros y
cuerpos mutilados (hacia 1500 a.C.).
 Huacaloma, situado en la cuenca del Crisnejo (Cajamarca).
Monolito hallado en una de las plataformas ceremoniales de Kuntur Wasi.

En el Formativo Medio, surge la cultura Cupisnique, en la costa norte, que lleva a la


cerámica andina a sus primeras cimas artísticas. De la misma área de influencia es el
complejo de Caballo Muerto, en el valle del Moche (La Libertad), siendo su principal
monumento la Huaca de los Reyes. También destacan Punkurí y Cerro Blanco, en el valle
de Nepeña (Áncash).
Empieza a construirse el santuario de Chavín de Huántar, en la sierra de Áncash,
colindando con la ceja de selva (hacia 1200-1000 a.C.). Destacan también los sitios de la
costa central, siendo el más importante Garagay (Lima). En Cajamarca se construye el
canal de Cumbemayo y surgen los centros ceremoniales de Pacopampa y Kuntur Wasi. En
la cuenca de Titicaca se desarrolla la Cultura Chiripa.
A partir del 900-800 a.C. se observa en el mundo andino integraciones religiosas y
políticas sin precedentes. Los templos locales fueron abandonados y se impuso Chavín de
Huántar como centro de culto de prestigio suprarregional. El llamado Templo o Castillo de
Chavín se convirtió en centro de peregrinación de todas las culturas andinas (hacia el
800 a. C.). Ha dado su nombre a todo un horizonte cultural (Cultura Chavín) que es bien
conocido por sus representaciones artísticas de seres que mezclan atributos de jaguar,
serpiente y ave en forma humanizada, comúnmente conocido como el “dios felino”.
Representaciones de dicho dios y sus variantes se hallan en diversas esculturas o
monolitos chavines: el Lanzón monolítico, la Estela de Raimondi, el Obelisco Tello,
la Estela de Yauya y las Cabezas clavas. La influencia de dicho santuario fue tan
acentuada a tal punto que el cronista español Vásquez de Espinoza (1630), dos milenios
después, escuchó que había sido este un antiguo "santuario de los más famosos de los
gentiles".
Hacia el Formativo Superior, se desarrollan diversas expresiones culturales regionales,
con fuerte influencia de Chavín. En la costa sur surge el pueblo agricultor y pescador
de Paracas, cuyos bordados multicolores son algunos de los objetos de arte más
preciados del antiguo Perú. En el altiplano del Titicaca, la Cultura Pucaráimplementa
exitosamente un sistema de cultivo de campos elevados rodeados de agua (camellones o
waru waru) que permitía la agricultura en las frías planicies alto andinas.
En el final de este período, hacia el 400 y 200 a.C., la presión de las poblaciones vecinas,
que se filtraron desde la periferia, provocó el abandono de los templos y de varios centros
regionales menores.
Culturas Regionales[editar]
Acueductos subterráneos de Cantalloc, Nazca.

Intermedio Temprano, entre los siglos II a. C. y VI d. C.


Hacia el 200 a.C. la civilización andina había evolucionado a formas políticas más
complejas. La agricultura se hizo extensiva, construyéndose grandes irrigaciones
sobre los desiertos de la costa norte y central e ingeniosos acueductos subterráneos
en la costa sur. Las
sociedades Moche, Nazca, Recuay, Cajamarca, Vicus, Limay Tiahuanaco (esta con
capital en un gran centro ceremonial del mismo nombre en el norte de Bolivia) son las
más conocidas y exitosas de este período. La mayoría de ellas parece haber estado
regida por sofisticadas élites guerreras que alentaban la producción de objetos de arte
de gran calidad, que son considerados algunas de las obras más importantes del arte
americano precolombino (especialmente la alfarería moche, nazca y recuay; el tejido
nazca, la joyería moche, el arte lítico tiahuanacota).

Tumba del Señor de Sipán.

 La cultura moche se desarrolló entre 200 a 700 d.C., en el valle de Moche, y se


expandió por los valles del norte del Perú. Fue una sociedad clasista en la que los
sacerdotes ejercían un rol importante. En 1987 se descubrió la fastuosa tumba
del Señor de Sipán, un gobernante moche del siglo IV d.C., en el valle de
Lambayeque. La cerámica moche, escultórica y realista, es considerada como una
de las mejores de las culturas precolombinas, destacando los llamados huacos
retratos, en los que expresaron los diversos estados de ánimo de una persona. En
cuanto a la arquitectura, destacan sus pirámides de adobe conocidas como
las Huacas del Sol y de la Luna. Resalta también su orfebrería, de avanzada
técnica, como se denota en la joyería desenterrada del Señor de Sipán.
 La cultura nazca se desarrolló básicamente en los valles del actual departamento
de Ica, alrededor del siglo I y entró en decadencia en el siglo VII. Su centro estaba
ubicado en Cahuachi. Es de destacar su cerámica policromada, decorada con
figuras de hombres, animales, plantas, etc., así como su arte textil. Pero lo más
impresionante de esta civilización es su red de acueductos, que constituye una
verdadera hazaña de su ingeniería hidráulica, así como los trazos gigantescos
efectuados en las Pampas de Nazca, conocidos como Líneas de Nazca, cuyo fin
aún se discute.
 La cultura recuay se desarrolló en la sierra del actual departamento de Áncash,
entre los años 200 d.C. a 600 d.C. Su expresión cultural más llamativa es su
litoescultura, destacando los célebres monolitos Recuay, bloques de piedra de
forma casi cilíndrica, esculpidos aparentemente para representar a guerreros de
rango elevado. Su cerámica representativa la conforman los pacchas, cántaros
ceremoniales con la particularidad de ostentar un caño por donde era vertido el
líquido del recipiente.2
 La cultura cajamarca tuvo su centro cerca de la actual ciudad de Cajamarca, en la
sierra norte del Perú, desarrollándose entre los años 200 a 800 d. C. Tuvo
características peculiares, destacando en textilería, metalurgia y cerámica; esta
última es muy original y sofisticada. Su ceramio típico es un vaso trípode o con
tres patas. Los cajamarcas solían enterrar a sus difuntos en nichos excavados en
la roca, conocidos generalmente como “ventanillas”, como las de Otuzco.
 La cultura vicús, se desarrolló en el actual departamento de Piura, al norte del
Perú, entre los años 300 a.C. y 500 d.C. Destacaron en metalurgia y orfebrería,
llegando a dominar diversas técnicas para fundir y trabajar los metales, como el
uso de moldes, el dorado de metales, soldadura, aleación, laminado, recorte y
amalgama. Trabajaron especialmente el cobre, el oro y el cobre dorado. Su
cerámica se caracteriza por su aspecto macizo y rústico, así como su tendencia
realista y naturalista.3

Huaca Pucllana, en el distrito de Miraflores, Lima.

 La cultura lima se desarrolló en los valles de Chillón, Rímac y Lurín, en el


actual departamento de Lima, entre los años 100 y 700 d.C. Sus principales
centros fueron Maranga (la ciudad de adobitos), la Huaca Pucllana y el santuario
de Pachacámac (primera fase); y en su fase final, Cajamarquilla. Su arquitectura
se destaca por el uso de pequeños ladrillos de adobes, así como de tapiales, a
base de los cuales construyeron elevadas pirámides.4 Para ampliar el terreno
agrícola, los lima realizaron en el valle del Rímac obras monumentales
de ingeniería hidráulica, cuyos restos se pueden ver hoy día en el río Surco y el
canal de Huatica. Su cerámica se divide cronológicamente en dos estilos: el
estilo interlocking o Playa Grande, caracterizado por su decoración en forma de
pez o serpiente entrelazadas; y el estilo Maranga, con su fase final Nievería, que
se caracteriza por estar modelada en diversas formas, con fino acabado y
elegante decoración.5

La Portada de Sol, en Tiahuanaco.


 La cultura tiahuanaco se desarrolló en el altiplano o meseta del Collao, entre los
actuales países de Perú, Bolivia y Chile. Su centro estuvo en Tiahuanaco o
Tiwanaku (al sur de la actual ciudad de La Paz y cerca al lago Titicaca), que se
constituyó en un importante centro religioso y urbano, hacia donde iban en
peregrinación multitudes de personas. Destacan allí imponentes construcciones
arquitectónicas, como la pirámide de Akapana, el Puma Punku, Kalasasaya, el
templete semisubterraneo, entre otros. Ejemplos de su litoescultura son los
monolitos Bennett y Ponce, y especialmente, la Portada de Sol, con la imagen del
dios de los báculos, después llamado Viracocha.6 La técnica arquitectónica
tiahuanaco sería aprovechada posteriormente por los incas. Esta cultura,
inexplicablemente, colapsó hacia el año 1100 d.C.
El Imperio Huari[editar]
Horizonte Medio, entre los siglos VI y XII.
Artículo principal: Cultura Huari

Diversos trastornos climáticos (sequías del siglo VI y fenómenos del Niño fuertes
en el siglo VII) afectaron negativamente a las culturas costeñas. Parece ser que
las culturas serranas se adaptaron mejor a la nueva situación porque las de la
costa iniciaron cierta decadencia. El Estado Tiahuanaco alcanza una enorme
influencia por todo el sur peruano, el norte chileno y buena parte de Bolivia. En la
sierra sur peruana, la cultura huarpa de Ayacucho se vio fuertemente influenciada
tanto por el esplendor de las creencias y rituales de Tiahuanaco como por el
intercambio comercial con los nazca de la costa, hasta generar un proceso cultural
original, desarrollando un tipo de urbanismo desconocido hasta entonces en los
Andes. Pronto los ayacuchanos hicieron de la ciudad de Huari su centro,
dotándola de grandes templos, calles ortogonales y sistemas de canales de agua
dentro de la ciudad. Los huari, aprovechando las laderas de los cerros, iniciaron
un tipo de agricultura de bancales o andenes en las montañas a una escala nunca
antes vista. Así generaron los excedentes económicos suficientes para emprender
la expansión de sus dominios y cultura.

Vista de las ruinas de Huari, en Ayacucho.

La cultura Huari se expandió entre el 600 y el 900 d.C.


hasta Cajamarca y Lambayeque por el norte y hasta la frontera con Tiahuanaco (a
la altura de Sicuani y Moquegua) por el sur, construyendo redes de caminos y
popularizando sus formas de gobierno y su estilo de ciudad. Muchos consideran
por ello a Huari como el primer imperio andino. Como huella de este proceso está
la difusión de la iconografía propia del sur, en particular de los diseños de
inspiración Tiahuanaco. Importantes centros huaris en territorio panandino
fueron: Wiracochapampa (La Libertad), Pachacámac (Lima), Huilcahuaín (Callejón
de Huaylas, Áncash), Huarihuilca (Junín), Piquillacta (Cuzco), Cerro
Baúl (Moquegua), Castillo de Huarmey (costa de Áncash).
Hacia el 900 d.C. empezó la decadencia de Huari, por razones que nos son
desconocidas. Las diferentes regiones del imperio se fueron independizando del
poder de la capital y finalmente esta quedó abandonada y acabó siendo
saqueada. Luego de desaparecer el poder imperial las grandes ciudades fueron
abandonadas y en muchas regiones se regresó a la vida basada en aldeas poco
desarrolladas. Otras regiones, sin embargo, se embarcaron en un nuevo
florecimiento regional fundándose de esta manera los reinos y señoríos del
periodo Intermedio Tardío tales como Lambayeque, Chimú, Chancay, el
señorío Ichma, el señorío chincha o el proto señorío Inca. Sin embargo, los
enfrentamientos entre estos señoríos no acabaron y la formación de ejércitos,
batallas e intentos de conquista continuarían siglos después.
La ciudad sagrada de Pachacámac, un gran centro de peregrinación de la costa
central, que con los huari había alcanzado gran esplendor, tras la decadencia de
estos se alzó como centro del señorío Ichma (Lima).
Estados Regionales Tardíos[editar]
Período Intermedio Tardío o Período de los Estados Regionales, siglos del XI al
XV
Tras la caída de Huari, el espacio político en el antiguo Perú se recompuso y
surgieron una serie de estados y señoríos independientes.
En la costa norte, florecieron las culturas lambayeque y chimú, que se disputaron
la hegemonía de la región. Los chimús se impusieron, creando un poderoso reino
que se expandió hasta Tumbes por el norte y Huarmey por el sur. En la costa
central, florecieron los señoríos chancay e ichma. Este último fue protector del
célebre santuario de Pachacámac, en el valle del Rímac. En la costa sur, el
señorío chincha se constituyó en un poderoso estado que se expandió por los
valles del departamento de Ica, llegando incluso más al sur; asimismo, contó con
una numerosa flota de balsas con la que comerció a lo largo de la costa del
Pacífico.
El altiplano del Titicaca, luego de la caída de Tiahuanaco (hacia 1100 d.C.), vio el
surgimiento de los reinos aymaras, como los collas y los lupaca, cuyas
economías estaban dominadas por la ganadería de camélidos sudamericanos. En
la sierra nororiental, florecieron los chachapoyas. En la sierra central y sur, el
vacío creado por la desaparición de Huari fue llenado por una serie de
federaciones de ayllus o clanes macro familiares cuya economía, completamente
agraria, tenía fuertes tintes militares y estaba marcadas relaciones rituales. Entre
estos pueblos estaban los huancas, los pocras, los chancas y
los quechuas del Cuzco. Estos últimos fundaron el Curacazgo Inca.

Tumi con la representación de Naylamp. Cultura lambayeque


 La cultura lambayeque, llamada también Sicán, se desarrolló
aproximadamente entre los años 700 y 1350 d.C., entre los valles de Motupe y
Jequetepeque, en el departamento de Lambayeque. Su máximo esplendor lo
tuvo entre los años 900 y 1100 d.C. Una leyenda antigua atribuía su origen a
la llegada de un guerrero misterioso llamado Naylamp, que arribó por vía
marítima. Los lambayeques fueron maestros consumados en orfebrería,
mejorando a los moche en lo que respecta al acabado. Ejemplos acabados de
este arte son las máscaras funerarias y los cuchillos ceremoniales o tumis,
con la imagen de Naylamp. En el plano arquitectónico, construyeron grandes
complejos de adobe, como las pirámides de Batán
Grande, Túcume, Apurlec y Chotuna-Chornancap. En tiempo reciente, se
descubrió la tumba de un importante personaje de esta cultura, al que se
denominó como el Señor de Sicán.7

Un muro del Palacio Tschudi en Chan Chan, capital de los chimú.

 La cultura chimú, surgió entre los valles de Chicama, Moche y Virú, en el


actual departamento de La Libertad. Herederos de la cultura moche, hacia el
año 1200 construyeron una ciudad que llegaría a ser la más grande del
subcontinente: Chan Chan, cerca de la actual ciudad de Trujillo. La dinastía
de Tacaynamo, que los gobernaba, emprendió pronto la conquista de los
valles cercanos. Hacia 1450 el Reino Chimú había alcanzado su máxima
expansión, llegando sus fronteras hasta Ecuador por el norte y hasta el valle
de Pativilca en la costa central. Los chimús destacaron en metalurgia,
trabajando el oro con la técnica del moldeado de piezas, logrando trabajos de
extraordinario arte y belleza.
 La cultura chancay se desarrolló en los valles de Chancay y Chillón
del departamento de Lima. Se destacó por su arte textil, tanto por la variedad
de productos utilizados como por su temática y color. En particular, es de
resaltar sus gasas, hiladas con gran habilidad y alta calidad artística. Su
cerámica representativa lo constituyen los llamados cuchimilcos, que son
cántaros de forma ovoide con rostros humanos.8
 El cultura ichma, tuvo su centro en los valles de Lurín y Rímac (Lima), siendo
su principal centro ceremonial Pachacámac, donde se elevaba un templo en
honor a la deidad del mismo nombre. Otros centros importantes de esta
cultura fueron Armatambo,9 Maranga (la ciudad de tapia)10 y Mateo Salado,11
todos en el valle del Rímac, donde elevaron pirámides de tapiales, con rampas
de acceso.12 Continuadores de la cultura lima, los ichma aprovecharon y
mejoraron la excelente red de canales o acequias que heredaron.
 La cultura chincha se desarrolló en los valles del departamento de Ica,
teniendo su capital en Chincha. Los chincha crearon un nuevo estado
sustentado en el comercio de caravanas de llamas y balsas que navegaban la
costa del Perú y Ecuador. Su importancia se mantuvo hasta la época incaica y
se sabe que durante la captura del inca Atahualpa en Cajamarca por los
españoles, el señor de Chincha se hallaba presente con su propio séquito,
acompañando al inca, a quien rivalizaba en suntuosidad.13 En 1545, el
cronista Pedro Cieza de León escribió que «cuando el marqués Don Francisco
Pizarro (...) descubrió la costa de este reino [Perú] por toda ella le decían que
fuese a Chincha, que era la mayor (provincia) y [lo] mejor de todo».
 La cultura chachapoyas se desarrolló en la cuenca del río Utcubamba, en
el departamento de Amazonas. Los chachapoyas, llamados los pueblos de las
nubes, construyeron grandes ciudades de piedra de estructura circular
(como Gran Pajatén y Kuélap). Rasgo distintivo de esta cultura fue el entierro
de sus personajes en mausoleos excavados en paredes rocosas de
barrancos, como los hallados en Revash, así como el uso de sarcófagos
antropomorfos de gran tamaño, como los hallados en Carajía. Entre los
investigadores de esta cultura destaca Federico Kauffmann Doig.14

Restos arqueológicos de Tunanmarca, posible capital de los huancas.

 Los huancas fueron un numeroso grupo étnico que formaron un estado en el


valle del Mantaro, en las provincias de Jauja, Concepción y Huancayo del
actual departamento de Junín. Su capital fue probablemente Tunanmarca. Fue
un pueblo guerrero, cuya economía se apoyaba en la agricultura en valles y
quebradas, y en la ganadería de camélidos en las tierras altas o punas. Se
transformó en uno de los más poderosos señoríos de los andes centrales,
pero sucumbió ante la invasión de los incas.
 Los reinos aimaras se formaron en el altiplano del Titicaca al desaparecer el
estado tiahuanaco, desarrollándose entre los siglos X y XV. Se trata de
los lupacas, pacajes, collas, collaguas, omasuyos, canas, canchis y ubinas. Se
expandieron hasta Arequipa y Antofagasta por el occidente y las selvas
bolivianas y el noroeste argentino por el oriente. Su legua común era
el aimara o jaqi aru. Su economía se basada en la ganadería de camélidos
sudamericanos (llama y alpaca) y en la agricultura de variados productos en
distintos pisos ecológicos. Rasgo distintivo de su cultura fueron sus torres
sepulcrales o chullpas.
 Los chancas, formaban un grupo étnico que tuvo su centro en Andahuaylas,
en el actual departamento de Apurímac. Fueron feroces guerreros que vivían
agrupados en aldeas y se dedicaban a la agricultura, el pastoreo de camélidos
y la caza de vicuñas. Se asociaron con varias tribus, con las que formaron una
temible confederación. Se expandieron hacia Ayacucho y Huancavelica e
intentaron conquistar el estado cusqueño, sufriendo una derrota aplastante a
manos de los incas en 1438, hecho que marcó el inicio de la época imperial
incaica.15
El Imperio incaico: Tahuantinsuyo[editar]
Artículo principal: Imperio incaico
Expansión del imperio Incaico.

La civilización inca o incaica, pináculo de la civilización andina, floreció entre los


siglos XV y XVI. El término «inca», que originalmente significaba «jefe» o «señor»
y que era el título dado al monarca (Sapa Inca) y a los nobles de sangre imperial,
acabó por designar globalmente al pueblo o etnia que forjó esta gran civilización.
Los incas extendieron su área de dominio en la región andina abarcando grandes
porciones territoriales de las actuales repúblicas de Perú, Bolivia y Ecuador, así
como partes de Argentina, Chile y Colombia. Tomaron de los diversos pueblos o
naciones anexados (unos 200) muchas expresiones culturales y la adaptaron a su
realidad estatal, difundiéndolos en todo el territorio de su imperio y dándoles un
sentido de unidad cultural. Todo ello pudieron lograrlo gracias a una acertada
organización política y administrativa.
La historia de la formación del Imperio Inca ha sido reconstruida con dificultad, ya
que los pueblos andinos carecían de una escritura propiamente dicha. Los
cronistas españoles recogieron noticias histórico-legendarias, de boca de algunos
nobles incas.
Los incas legendarios[editar]
Según una leyenda transmitida por el Inca Garcilaso de la Vega, el fundador de la
dinastía inca fue Manco Cápac, que, junto con su esposa Mama Ocllo, salió
del lago Titicaca, enviado por su padre el Sol para fundar una ciudad destinada a
civilizar y unificar el mundo andino. La pareja real llegó hasta la región del
actual Cuzco, donde se hundió una varilla que llevaban consigo, señal que el Sol
les daba indicándoles el sitio donde debería realizarse la fundación. Otra leyenda
(posiblemente la que más se ajusta a la tradición inca), menciona a Manco Cápac
como integrante de un grupo de cuatro hermanos y sus esposas, también de
origen solar, que salieron de las ventanas o grutas del cerro Tamputoco, al
sudeste del valle de Cuzco. Manco eliminó primero a sus hermanos, tras lo cual se
estableció con sus hermanas y algunos parientes en el valle de Cuzco. Sus
sucesores consolidaron el dominio inca en el valle (Curacazgo Inca) y empezaron
a enfrentarse a los pueblos vecinos: Sinchi Roca, que solo fue un jefe militar
o sinchi; Lloque Yupanqui, que llegó a concretar alianzas con distintos pueblos
circundantes, iniciando la llamada Confederación Inca; Mayta Cápac, que logró
una victoria sobre los alcahuizas; Cápac Yupanqui, que venció a los
condesuyos; Inca Roca, que venció a otros pueblos vecinos; y Yahuar Huaca,
cuyo gobierno fue breve y sucumbió a manos de los condesuyos; y Viracocha,
que salvó al Estado inca logrando triunfar sobre los pueblos hostiles y
emprendiendo luego expediciones victoriosas.
La verdad histórica que se desentraña de estos relatos es que los incas habrían
sido una etnia (posiblemente quechua), que hacia el siglo XIII d.C. llegaron al valle
de Cuzco, procedente de la región adyacente al lago Titicaca (altiplano boliviano).
Una teoría postula que los incas serían herederos del antiguo imperio huari. En el
valle del Cuzco se habrían mezclado con algunos pueblos y expulsado a otros. En
el siglo siguiente, lograron imponerse a las poblaciones más cercanas al valle
cusqueño y paulatinamente extendieron sus territorios, combatiendo a sus
enemigos collas (del altiplano, en la actual Bolivia) y chancas (de las actuales
regiones de Ayacucho y Apurímac), en unión con sus aliados quechuas.
Siguiendo con el relato legendario, con la muerte de Viracocha se iniciaron las
disputas por el trono. El sucesor legítimo fue depuesto por su hermano Cusi
Yupanqui, que adoptó el nombre de Pachacútec (el que transforma la tierra) y
encabezó la defensa del Cuzco sitiado por los chancas, logrando el triunfo. Este
episodio, que ocurrió hacia el año 1438, marcó el inicio del periodo imperial
incaico, es decir, el de las grandes conquistas.
Los incas históricos[editar]

El Inca Pachacútec.

Con Pachacútec (1438-1471) se inició el periodo histórico de los incas, conocido


también como el Período Inca Imperial, pues, siguiendo el concepto occidental, al
anexarse a muchos pueblos o naciones, el estado Inca se convirtió en Imperio.
Por el norte, Pachacútec sometió a los huancas y tarmas, hasta llegar a la zona de
los cajamarcas y cañaris, estos últimos en el actual Ecuador. Por el sur sometió a
los collas y lupacas, que ocupaban la meseta del altiplano. De otro lado, mejoró la
organización del estado, dividiendo el imperio en cuatro regiones o suyos, por lo
que fue conocido como el Tahuantinsuyo (cuatros suyos). Asimismo, organizó a
los chasquis (correo de postas) e instituyó la obligatoriedad de los tributos.
El hijo y sucesor de Pachacútec, Túpac Yupanqui (1471-1493), ya había actuado
como general durante el reinado de su padre, sometiendo al reino Chimú,
sofocando la resistencia de los chachapoyas y avanzando por el norte hasta Quito.
Ya como monarca, quiso incursionar en la selva (región de los antis), pero una
rebelión de los collas lo obligó a desviarse hacia el Collao. Sometió a algunos
pueblos del altiplano y del norte argentino. Más al sur, amplió las fronteras del
imperio hasta el río Maule en Chile. Incluso, según una versión, habría llegado
más al sur, hasta el río Biobío. En el aspecto administrativo, mejoró la recaudación
de los tributos y nombró visitadores o gobernadores imperiales (tuqriq), dando así
a sus dominios una organización centralizada.
El hijo y sucesor de Túpac Yupanqui, Huayna Capac (1492-1525), fue el último
gran monarca inca. Durante su gobierno, continuó la política de su padre, en
cuanto a la organización y fortalecimiento del estado. Para conservar los territorios
conquistados tuvo que sofocar en forma sangrienta continuas sublevaciones.
Derrotó a los rebeldes chachapoyas y anexionó la región del golfo de Guayaquil,
llegando hasta el río Ancasmayo (actual Colombia). Estando en Tumibamba, en el
actual Ecuador, enfermó gravemente de viruelas, epidemia que trajeron los
españoles y sus esclavos negros, que por entonces deambulaban por las costas
septentrionales del Imperio. Antes de morir, Huayna Cápac designó como sucesor
a su hijo Ninan Cuyuchi, pero este falleció también víctima del mismo mal. Otro de
los príncipes imperiales, Huáscar, impuso entonces sus derechos al trono y se
coronó en el Cuzco, mientras que en la región de Quito, Atahualpa (hijo de
Huayna Cápac con una palla o princesa cuzqueña), con el apoyo del ejército y de
la población local, se rebeló contra la autoridad de Huáscar, reclamando para sí el
Imperio. Entre ambos hermanos y sus respectivos partidarios se desató
una guerra civil que finalizó con el triunfo de Atahualpa en 1533. Huáscar fue
apresado y su familia exterminada. Atahualpa marchó al Cuzco para ceñirse
la mascapaicha o borla imperial, cuando en el trayecto, en Cajamarca, fue
sorprendido por los conquistadores españoles bajo el mando de Francisco Pizarro.
Civilización incaica[editar]
Artículo principal: Civilización incaica

Machu Picchu.

La organización política incaica fue una de las más avanzadas de la América


precolombina. Tuvo una monarquía absoluta y teocrática. El Sapa Inca o
simplemente, el Inca, era el máximo gobernante, uniéndose en su persona el
poder político y el poder religioso. El imperio adoptó el nombre de Tahuantinsuyo,
es decir, los cuatro suyos o regiones, concordantes con los cuatro puntos
cardinales.
La base de la organización social del Imperio incaico estuvo en el Ayllu, que puede
definirse como el conjunto de descendientes de un antepasado común, real o
supuesto que trabajan la tierra en forma colectiva y con un espíritu solidario. En el
Imperio todo se hacía por ayllus: el trabajo comunal de las tierras (tanto las del
pueblo mismo como las del Estado); las grandes obras públicas (caminos,
puentes, templos); el servicio militar y otras actividades.
La propiedad de la tierra y el trabajo en el Imperio incaico se desenvolvió en base
del sentido comunitario o interés colectivo. Las tierras eran repartidas por el
Estado (se dividían en tierras del Sol, tierras del Inca y tierras del pueblo). El
trabajo era obligatorio. Existió un amplio sentido de cooperación y ayuda mutua:
se trabajaba en la comunidad o ayllu (ayni); en las tierras del Inca y del Sol
(minka); y cuando lo requería el estado, en obras públicas, en las minas, en las
plantaciones de coca, etc. (mita). Existía el sentido de reciprocidad, según el cual,
el hombre o la mujer “debían” al Estado una parte de su trabajo que entregaban
cuando les era requerido. Por su parte, el Estado “debía” recíprocamente a cada
productor una serie de beneficios que iban desde la protección y los servicios
públicos, hasta los regalos y concesiones especiales.
La sociedad estuvo organizada a base de clases sociales. Existían dos clases muy
diferenciadas: la Nobleza y el Pueblo. En cada una de estas clases había diversos
niveles. La nobleza se dividía en nobleza de sangre (la familia del inca,
conformada por el auqui o el príncipe heredero, la coya u esposa del Inca, entre
otros) y nobleza de privilegio (integrada por gente recompensada por sus
meritorios servicios, ya fuesen militares o de otra índole). El pueblo estaba
integrado por los hatunrunas (la gran masa de campesinos), los mitmaqkunas o
mitimaes (grupos étnicos trasladados de un lugar a otro, según conveniencia del
Estado) y los yanacunas o yanaconas (personas asignadas a tareas especiales,
como el servicio doméstico).

Andenes en la villa de Písac, en el Valle Sagrado de los Incas.

La economía inca se basó en la agricultura que desarrollaron mediante técnicas


avanzadas, como las terrazas de cultivo llamados andenes para aprovechar las
laderas de los cerros, así como sistemas de riego heredados de las culturas
preincas. Los incas cultivaron maíz, yuca, papa, frijoles, algodón, tabaco, coca,
etc. Las tierras eran propiedad comunal y se trabajaban en forma colectiva.
Desarrollaron también una ganadería de camélidos
sudamericanos (llama y alpaca). Por los excelentes caminos incas (Cápac Ñan)
transitaban todo tipo de mercancías desde pescado y conchas del Pacífico hasta
sal y artesanías del interior.
La arquitectura se cuenta entre las expresiones artísticas más impresionantes de
esta civilización incaica. Destacan templos como los de Sacsayhuamán (mal
llamada fortaleza) y Coricancha, los palacios de los Incas en el Cusco y los
complejos estratégicamente emplazados, como Machu
Picchu, Ollantaytambo y Písac.
La ciudadela de Machu Picchu, considerada una de las siete maravillas del
mundo, fue descubierta científicamente en 1911 por el estadounidense Hiram
Bingham. Está ubicada a casi 2400 metros de altura, en la provincia de Urubamba,
departamento del Cusco, en pleno Andes Amazónicos. Se trata de un conjunto de
palacios, torreones militares (sunturhuasis) y miradores, que se elevan entre los
picachos Machu Pichu (cumbre vieja) y Huayna Pichu (cumbre joven). Es sin duda
una de las realizaciones más impresionantes de la ingeniería a nivel mundial.
Pocas obras como esta muestran tanta armonía con el entorno natural. Fue
construido, según todas las probabilidades, en el reinado de Pachacútec, en el
siglo XV. Actualmente es uno de los sitios arqueológicos más importantes del
mundo y el principal destino turístico del Perú.16
Otro ejemplo notable de la ingeniería incaica es el Cápac Ñan o Camino Principal,
de una longitud estimada de 6.000 km y que servía de enlace a una red articulada
de caminos e infraestructuras construidas a lo largo de dos milenios de culturas
andinas precedentes a los incas. Todo este conjunto de caminos, de más de
20 000 km, vinculaba diversos centros productivos, administrativos y
ceremoniales, teniendo como centro a la ciudad del Cuzco, donde, como la Roma
antigua, todos los caminos confluían.
El arte textil incaico se caracteriza por sus tejidos con diseños geométricos
o tocapus y por la fineza de su técnica. Destacaron también sus tapices y sus
mantos de plumas.
La cerámica incaica tiene dos formas típicas: el aríbalo (cántaro) y el quero (vaso),
aunque este último existió desde la época huari y era confeccionado también en
madera y metal.

Invasión[editar]
Invasión del Perú (1532-1572)[editar]
Artículo principal: Conquista del Perú

Óleo de Juan B. Lepiani que representa la Captura de Atahualpa en Cajamarca.

El 16 de noviembre de 1532, el triunfador de la guerra de sucesión


incaica, Atahualpa, se encontró con los españoles en la plaza de Cajamarca.
Pizarro le había invitado para entrevistarse con él, pero ello no era sino un argucia
para tenderle una emboscada.17 Atahualpa todavía no se había coronado como
Inca, hallándose precisamente en camino al Cuzco, donde planeaba ceñirse
la mascapaicha o borla imperial. Previamente, había ordenado la matanza de los
nobles u orejones cuzqueños afines a Huáscar, tarea que cumplieron sus
generales quiteños Rumiñahui, Challcuchimac y Quisquis.18
Los españoles, con ayuda de los grupos étnicos opuestos a la dominación
cusqueña o simplemente opuestos a que Atahualpa fuera el gobernante en lugar
de Huáscar, se apostaron de manera estratégica por toda la plaza de Cajamarca.
Así, entró Atahualpa, llevado en andas, seguido por el curaca de Chincha, también
en andas debido a su importante condición como aliado del imperio, con su
enorme séquito y algunos guerreros, mientras que el grueso del ejército se quedó
en las afueras de la ciudad. El sacerdote dominico Vicente de Valverde fue el
portavoz de los españoles, que demandaron al Inca que se sometiera a la
voluntad del Rey de España y se convirtiera al cristianismo, siguiendo la fórmula
del Requerimiento. El diálogo que siguió ha sido narrado de forma diferente por los
testigos. Según algunos cronistas, la reacción del Inca fue de sorpresa, curiosidad,
indignación y desdén. Atahualpa exigió más precisiones, por lo que recibió de
manos de Valverde un breviario, al que revisó minuciosamente. Al no encontrarle
significado alguno, el Inca lo tiró al suelo. A una señal, los españoles atacaron al
Inca y a su séquito, matando a centenares de indígenas.19 Tras esta matanza de
Cajamarca, Atahualpa fue puesto en prisión, donde ofreció llenar una sala con
objetos de oro y dos con objetos de plata, a cambio de su libertad, lo que los
españoles, codiciosos, aceptaron.20
En 1533, los españoles, desconociendo la promesa de libertad que habían hecho
a Atahualpa, lo sometieron a juicio, acusándolo de idolatría, poligamia, incesto, de
haber asesinado a su hermano Huáscar y de tramar la muerte de los españoles.
De la manera más arbitraria, el Inca fue condenado a la pena de estrangulamiento,
que se cumplió en la noche del 26 de julio de 1533, en la plaza de Cajamarca,21
hecho que constituyó un detestable crimen que la misma corona española habría
de condenar.

El saqueo de Coricancha(Templo del Sol del Cuzco), por parte de los conquistadores
españoles. Cuadro del pintor peruano Teófilo Castillo.

Los españoles y sus aliados indígenas recorrieron el imperio hacia el sur,


utilizando los magníficos caminos incaicos, siendo recibidos entusiastamente por
los huancas en la ciudad de Jatun Xauxa (Jauja). Tras enfrentarse con éxito a las
tropas atahualpistas, arribaron al Cuzco el 14 de noviembre de 1533, ciudad a la
que sometieron al pillaje.22 Luego impusieron a Manco Inca (hijo de Huayna Cápac
y uno de los pocos sobrevivientes de la matanza perpetrada por los atahualpistas)
como nuevo gobernante de un imperio ya desmembrado.23 Esta inicial alianza de
Manco Inca y otros nobles cusqueños con los españoles, se entiende debido a
que, probablemente, creyeron que estos eran un grupo étnico más llegado desde
tierras lejanas y que a la larga los podrían someter cuando ya no los necesitaran.
Esta élite no tenía forma de saber que a la larga el juego de favores con estos
primeros invasores se les escaparía de las manos con la llegada de más
españoles, por la desconfianza que se originaría entre ellos y de su falta de unión
frente a una fuerza extranjera.
Efectivamente, Manco Inca no tardó en enfrentarse a los españoles al darse
cuenta de la verdadera entraña de estos invasores, muy ávidos de metales
preciosos e inclinados a cometer villanías y a faltar la palabra empeñada. Así, en
1536 puso sitio al Cuzco, cercando a un grupo de españoles y sus aliados
indígenas, y a la vez envió parte de su ejército, al mando de Titu Yupanqui, a sitiar
la recientemente fundada población española de Lima, además de enviar una
expedición "de castigo" contra los huancas por su "traición" al imperio. Tras meses
de asedio, los españoles y sus aliados rompieron el cerco del Cuzco y tras tomar
la fortaleza o templo de Saqsayhuamánrecuperaron el control de la ciudad. Los
ejércitos del inca que atacaban Lima, también se desbandaron (1538).24
Túpac Amaru I, el último de los incas de Vilcabamba, ejecutado en la Plaza de Armas
del Cuzco el 24 de septiembre de 1572.

De todos modos, la rebelión de Manco Inca constituyó una verdadera guerra de


reconquista incaica, en la que perecieron unos dos mil españoles y muchos miles
de indígenas de uno y otro bando, lo que prueba fehacientemente que la conquista
española no había finalizado en Cajamarca en 1533. Hasta mediados del siglo XX,
era tópico común sostener que los españoles, pese a su inferioridad numérica,
habían triunfado gracias a su superioridad técnica, al uso de las armas de hierro y
de los caballos o por el auxilio divino, pero este mito fue desmontado por el
historiador peruano Juan José Vega,25 quien resaltó el importante papel cumplido
por las etnias dominadas por los incas, como los huancas, los chachapoyas,
los cañaris, quienes apoyaron en masa a los conquistadores españoles, siendo en
realidad los verdaderos artífices de la victoria española.
Al perder su autoridad y su imperio, Manco Inca se retiró a su reducto
de Vilcabamba, en las selvas al norte del Cuzco. Allí, él y sus descendientes,
conocidos como los incas de Vilcabamba, resistieron hasta 1572, año en que el
último de ellos, Túpac Amaru I, fue finalmente capturado y trasladado al Cuzco,
donde fue ejecutado.26
Catástrofe demográfica[editar]
Sin embargo, el acontecimiento más importante de estos años es la dramática
disminución de la población que se registró en los Andes Centrales. Durante los
años de la Conquista y los primeros del régimen colonial, grandes epidemias
(enfermedades traídas por los europeos para los que los andinos no tenían
defensas naturales) asolaron la población de los Andes. Se cree que el mismo
Huayna Cápac (y su primer heredero nombrado, Ninan Cuyuchi, cuya imprevista
muerte habría desatado la guerra civil incaica) murieron de viruela. De hecho, los
cronistas de la conquista (Cieza de León, por ejemplo, en su recorrido por la costa
peruana) registran testimonios de un masivo despoblamiento de los territorios
andinos. Algunos cálculos27 sugieren que la población andina habría sido de 9
millones antes de la invasión europea y que 100 años después sólo era de 600 mil
habitantes. A ello habría contribuido también una baja en la tasa de natalidad
producto de los profundos cambios sociales que caracterizaron la etapa siguiente.
El Perú virreinal y el ciclo de la plata[editar]
Artículo principal: Virreinato del Perú
Ilustración del siglo XVIII que representa la decapitación de Gonzalo Pizarro, jefe de la
rebelión de los encomenderos de 1544.

Las guerras civiles entre los conquistadores[editar]


Por las Capitulaciones de Toledo, que Pizarro había firmado con la corona
española en 1529 se establecía que este podía gobernar en nombre del Rey todas
las tierras al sur (hasta 250 leguas) de Tumbes. Posteriormente, el otro líder
conquistador, Diego de Almagro, obtendría el mismo estatus en los territorios al
sur de la gobernación de Pizarro. Sin embargo, el límite estaba cerca del Cuzco, lo
que hizo que uno y otro bando reclamaran la posesión de la capital del Imperio
incaico. Ello fue el inicio en 1538 de una larga etapa de luchas intestinas entre los
conquistadores, donde no sólo se disputaron territorios sino derechos
(encomiendas) y privilegios, a veces sólo entre ellos, a veces contra la corona.
Se dividen estas guerras civiles entre los conquistadores en cuatro grandes
bloques:

 La guerra entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro el Viejo (1537-1538),


que culminó con la victoria pizarrista en la batalla de las Salinas.
 La guerra entre Diego de Almagro el Mozo y Cristóbal Vaca de Castro (1541-
1542), que culminó con el triunfo de los pizarristas y partidarios del Rey unidos
contra los almagristas, en la Batalla de Chupas.
 Las guerras de Gonzalo Pizarro (1544-1548), que se alzó contra la corona
española encabezando a los encomenderos, siendo finalmente derrotado.
Conocida también como la Gran Rebelión, se subdivide en tres guerras:
 La guerra de Quito (contra el Virrey Blasco Núñez Vela).
 La guerra de Huarina (contra Diego Centeno).
 La guerra de Jaquijahuana (contra Pedro de la Gasca).
 La guerra de Francisco Hernández Girón (1553-1554), otro líder de
encomenderos que finalmente fue derrotado en la batalla de Pucará.
Las dos primeras fases se pueden resumir como una disputa entre los bandos de
almagristas y pizarristas, estos últimos alineados finalmente en torno al
representante de la Corona, el visitador Vaca de Castro. Mientras que las dos
fases siguientes se definen claramente como la rebelión de los encomenderos en
contra de la Corona española, motivada por algunas leyes u ordenanzas que iban
contra sus intereses: en el caso de la rebelión de Gonzalo Pizarro, por la
supresión de las encomiendas hereditarias, y en el caso de la de Francisco
Hernández Girón, por la supresión del trabajo personal de los indios, entre otras
razones.
La Corona española finalmente impuso su autoridad, estableciendo que el Perú
sería un Virreinato del imperio español. Así se estableció una corte en Lima, la
ciudad fundada por Pizarro en la costa central del Perú, donde una serie de
40 virreyes gobernaron ininterrumpidamente buena parte de Sudamérica entre
1544 y 1824. A partir del último tercio del siglo XVIII se fueron creando nuevos
virreinatos con territorios escindidos del virreinato peruano (Virreinato de Nueva
Granada y Virreinato del Río de la Plata).
El orden virreinal[editar]

Iglesia colonial construida sobre un templo inca en Vilcashuamán, Ayacucho.

Mapa «Perv. Mar del Zvr». Cartógrafo: Guiljelmus Blaeuw. (1635). Edición Príncipe.
300 ejemplares.

La sociedad virreinal era conservadora y clasista. Los hijos de españoles nacidos


en América (los criollos) tenían en un principio menor estatus que los propios
españoles, y estaban impedidos de acceder a los más altos cargos. Debajo de
ellos, en la escala social, estaban los indígenas y los mestizos. Sólo
los curacasandinos conservaron parte de sus antiguos privilegios y merecieron
instituciones especiales como escuelas para hijos de nobles. Se importaron
esclavos de África ecuatorial y fueron colocados en el último escalón de la
sociedad.
Algunas instituciones incas fueron mantenidas pero corrompidas en perjuicio de la
población andina. La mita, por ejemplo, se usó de excusa para el reclutamiento sin
retribución de personal para el trabajo en las minas y las haciendas. Pero no
fueron los únicos problemas de los andinos: Durante el gobierno del
virrey Francisco de Toledo (1569-1581) se hizo reorganizaciones forzosas de las
comunidades andinas en pueblos llamados reducciones de indios. Además la
religión católica fue impuesta a la población andina en medio de una agresiva
evangelización caracterizada por la destrucción sistemática de santuarios y
símbolos religiosos (Extirpación de idolatrías).
El mercantilismo imperaba y el libre comercio no fue permitido sino hasta
mediados del siglo XVIII, lo que no impidió la existencia del contrabando de
manera abundante. El centro comercial por excelencia era la aduana del Callao,
puerto de Lima, desde donde se enviaba a España (vía Panamá) la plata extraída
de las minas de plata de Potosí. De hecho fue la extracción de metales la actividad
económica más lucrativa de la economía colonial pero fueron importantes también
la agricultura (en grandes heredades controladas por ricas familias y órdenes
religiosas) y la industria textil (obrajes).
Desde los tiempos de los conquistadores se fundaron nuevas ciudades algunas de
las cuales alcanzaron un gran esplendor registrado en la riqueza de sus templos,
como Arequipa, Huamanga (Ayacucho), Huancavelica, Trujillo, Zaña y las
refundadas ciudades incas de Cuzco y Cajamarca.
El siglo XVIII[editar]

El cacique José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaru II, que dirigió
la gran revolución indígena de 1780.

En el siglo XVIII, se liberalizó parcialmente la economía. Al abrirse todos los


puertos sudamericanos al libre comercio, Lima perdió parte de su poder
económico y sus clases dirigentes entraron en franca decadencia.
Como en tiempos de los incas, hubo diferentes insurrecciones contra el poder
establecido. Las grandes insurrecciones de Juan Santos Atahualpa en la selva
central (1742–1756), la del curaca José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II,
en 1780 y la continuación de esta por Túpac Katari en el Alto Perúdesestabilizaron
el orden colonial y determinaron severísimas represiones de parte de las
autoridades. Es entonces cuando el virreinato empieza a militarizarse y los
virreyes se preparan para afrontar los tiempos turbulentos de la independencia.
De las Cortes de Cádiz a la Emancipación[editar]
En 1810 y tras la invasión y usurpación del trono de España por parte
de Napoleón Bonaparte, las colonias americanas establecieron juntas de gobierno,
leales a la monarquía, que a la larga no fueron sino el primer paso a la
independencia, debido al cambio político al régimen liberal en España. Sin
embargo en el Perú, el poderoso virrey José Fernando de Abascal deshizo uno
por uno los intentos independentistas que iban surgiendo en el territorio de su
virreinato:

 La primera revuelta de Tacna encabezada por Francisco Antonio de Zela.


 La segunda revuelta de Tacna encabezada por Enrique Paillardelli y Julián
Peñaranda.
 La rebelión indígena de Huánuco (1812), en alianza con criollos y mestizos,
entre los que se hallaba Juan José Crespo y Castillo.
 La rebelión del Cuzco de 1814, que encabezaron los hermanos Angulo y el
brigadier Mateo Pumacahua, entre otros, que fue vasto movimiento
independentista que sacudió todo el sur del virreinato peruano.
Abascal también frenó las tres expediciones enviadas por la Junta de Gobierno
de Buenos Aires a través del Alto Perú. Pero hizo mucho más, pues desde Lima
dirigió con éxito la contrarrevolución sobre los movimientos juntistas surgidos
en Chile y Quito. El Virreinato del Perú se convirtió así en el bastión del poderío
español en Sudamérica y fue necesario que confluyeran allí las dos corrientes
libertadoras surgidas en los extremos del continente, la del Norte (encabezada por
el venezolano Bolívar) y la del Sur (encabezada por el rioplatense José de San
Martín).

República[editar]
Artículo principal: Historia republicana del Perú

Primera época republicana[editar]


Artículo principal: Historia del Perú entre 1821 y 1842

Independencia del Perú (1821-1826)[editar]


Artículo principal: Independencia del Perú

José de San Martín.

Tras el fracaso de las rebeliones de provincias y de las conspiraciones de los


patriotas en Lima, en 1820 el escenario se tornó favorable a la independencia. Se
produjo el desembarco en Paracas del general rioplatense José de San Martín al
mando de las tropas de la Expedición Libertadora del Perú enviada
desde Chile por el director supremo Bernardo O'Higgins luego de haber
consolidado la Independencia de aquel país. El desembarco se inició el 8 de
septiembre de 1820 y continuó los días siguientes.28 San Martín instaló su cuartel
en Pisco y recibió el apoyo de la población. Enseguida, envió una expedición hacia
el interior del país al mando del general Álvarez de Arenales, quien pasó
por Ica y Huamanga (ciudades que juraron sus respectivas independencias) y
llegó hasta la sierra central, donde derrotó a una división realista en Cerro de
Pasco, el 6 de diciembre de 1820.29
Tras permanecer en Pisco casi dos meses, San Martín ordenó el reembarque del
Ejército Libertador, que se inició el 24 de octubre de 1820. Días antes, el 21, dio
un decreto estableciendo la primera bandera del Perú y el primer escudo del Perú,
que posteriormente serían modificados por Bolívar, aunque la bandera conservó
sus colores originales: el rojo y el blanco.30
La expedición libertadora enrumbó hacia el norte, pasando frente al Callao, para
finalmente desembarcar en el puerto de Huacho, a 170 km al norte de Lima. El
ejército libertador avanzó hasta el poblado vecino de Huaura, donde estableció su
cuartel general.31 Fue en Huaura donde por primera vez San Martín proclamó la
independencia del Perú, en noviembre de 1820, desde un balcón que hasta hoy se
conserva como joya histórica.32
Desde el momento del arribo de la Expedición Libertadora al Perú, sucedieron
importantes hechos que favorecieron los planes sanmartinianos de la
Independencia. Primero, la independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de
1820.33 Luego, la captura de la fragata española Esmeralda y el paso del
prestigioso batallón realista Numancia a las fuerzas patriotas,34 suceso este último
que fue posible gracias a la labor incansable de los patriotas de Lima, entre ellos
el célebre José de la Riva Agüero.35
Otro suceso importantísimo, fue la Independencia de todo el Norte del Perú,
obra de los patriotas locales, de manera pacífica. La primera ciudad norteña en
jurar su independencia fue Lambayeque, el 27 de diciembre de 1820.36 Luego, la
ciudad de Trujillo (capital de la Intendencia del mismo nombre), a instigación de su
intendente, José Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, lo hizo el 29 de
diciembre de 1820. Sucesivamente hicieron lo
mismo Piura, Cajamarca, Chachapoyas, Jaén y Maynas.37 El mismo San Martín
reconoció posteriormente que si no hubiera sido por el apoyo masivo del norte
peruano, se habría visto en la necesidad de volver a Chile para reorganizar sus
fuerzas, ya que estas eran inferiores a las fuerzas virreinales. Queda así claro que
el apoyo de los peruanos fue fundamental y decisivo para lograr la Independencia
Hispanoamericana. Posteriormente se difundiría el llamado “mito de la
independencia concedida”, según el cual la independencia peruana fue concedida
por los ejércitos libertadores argentino-chileno y grancolombiano,
desconociéndose el aporte peruano.38

Proclamación de la Independencia del Perú, por parte del general José de San Martín.

El virrey Joaquín de la Pezuela entabló negociaciones con San Martín, las mismas
que se realizaron en Miraflores, pero que culminaron en fracaso.39 Finalmente el
general español José de la Serna, tras un pronunciamiento militar contra Pezuela
(Motín de Aznapuquio), asumió el gobierno del Virreinato.40 El nuevo virrey se
entrevistó personalmente con San Martín en la hacienda Punchauca, pero
igualmente no se llegó a ningún acuerdo.41
Lima, la capital virreinal, se vio amenazada por el avance del ejército libertador y el
acoso de las montoneras patriotas, estas mayormente conformadas por hombres
andinos, y que, dicho sea de paso, constituyen otro ejemplo del aporte valioso de
los peruanos a la Independencia.42 A comienzos de julio de 1821 se vivía en Lima
una tremenda escasez de alimentos, debido precisamente al asedio de las
montoneras, que cortaron las vías de comunicación con el exterior.43 Las tropas
realistasno contaban con recursos y los patriotas ya habían conseguido
importantes victorias al interior del país, en tanto la población entera reclamaba la
presencia del Libertador.
Ante la situación adversa, La Serna abandonó Lima y se dirigió hacia la sierra.
San Martín ingresó a Lima en la noche del 12 de julio de 1821. El cabildo de Lima
firmó entonces el Acta de Independencia del Perú el día 15 de julio, independencia
que San Martín proclamó en una ceremonia pública el 28 de julio (fecha que
desde entonces se celebra como Fiestas Patrias).44
Sin embargo, la proclamación de la independencia fue meramente un acto formal,
ya que las fuerzas realistas continuaron dominando las regiones más extensas,
más pobladas y más ricas del país: la sierra central y todo el sur peruano
(incluyendo el Alto Perú), teniendo como nueva capital virreinal al Cuzco.45
Tras proclamar la independencia del Perú, San Martín asumió el mando político
militar de los departamentos libres del Perú, bajo el título de Protector, según el
decreto del 3 de agosto de 1821. Su gobierno se llamó el Protectorado del Perú.
Dio al estado peruano su primera bandera y escudo, su himno nacional, su
moneda, su administración primigenia y sus primeras instituciones públicas.
Asimismo, creó la Biblioteca Nacional del Perú, dio libertad a los hijos de los
esclavos negros y abolió el tributo indígena. Pero faltaba dar una Constitución
Política y mientras tanto, impuso un Reglamento provisorio, reemplazado después
por un Estatuto.46
El 27 de diciembre de 1821, San Martín convocó por primera vez a la ciudadanía
con el fin de que eligiera libremente un Congreso Constituyente, con la misión de
establecer la forma de gobierno que en adelante regiría al Perú, así como una
Constitución Política adecuada.47 En lo personal, San Martín era partidario de la
Monarquía Constitucional, aunque la mayoría de los peruanos simpatizaban con la
forma republicana de gobierno, al estilo de los Estados Unidos.

Pintura que representa la instalación del Primer Congreso Constituyente del Perú en la
capilla de la Universidad de San Marcos el 20 de septiembre de 1822.

El problema mayor para San Martín, era, indudablemente, la guerra contra los
realistas. Hay quienes le han reprochado el no emprender una ofensiva total sobre
los realistas, como lo había hecho en Chile, pero el Libertador tenía sus razones.
En primer término, era consciente de la inferioridad numérica de sus fuerzas,
comparada con la de los virreinales. Estos dominaban el interior del país, desde
Jauja hasta el Alto Perú, y sumaban un total de 23.000 soldados, la mayoría
hombres andinos. San Martín solo contaba con 4.000 efectivos. Un importante
triunfo para los patriotas fue la rendición de las fortalezas del Callao, el 19 de
septiembre de 1821, cuyo jefe, el mariscal peruano José de la Mar, se sumó a la
causa patriota.48 Mientras tanto, el virrey La Serna reorganizaba sus fuerzas en la
sierra central y sur del Perú y en el Alto Perú, desde donde realizó incursiones
sobre la costa, destruyendo un ejército independiente en la batalla de Ica o de La
Macacona, el 7 de abril de 1822.49
De otro lado, desde el norte, el Libertador Bolívar avanzaba triunfante, ganando
territorios para la Gran Colombia. Precisamente, un ejército combinado argentino-
peruano y grancolombiano obtuvo el triunfo en la batalla de Pichincha, el 24 de
mayo de 1822, que selló la independencia del territorio de la antigua Presidencia
de Quito (actual Ecuador). Esta región, junto con la Provincia Libre de Guayaquil,
pasó a formar parte de la Gran Colombia, a instancias de Bolívar.50
Producida así la confluencia de las dos grandes corrientes libertadoras de
Sudamérica, San Martín viajó a Guayaquil para entrevistarse con Bolívar. Durante
esta entrevista, ambos discutieron a puerta cerrada importantes cuestiones sobre
la empresa libertadora, pero sin llegar a ponerse de acuerdo. San Martín retornó al
Perú, desilusionado y convencido de que debía retirarse para dar pase al
Libertador del Norte.51
El 20 de septiembre de 1822 se instaló el primer Congreso Constituyente del Perú,
compuesta por 79 diputados (elegidos) y 38 suplentes (para los territorios
ocupados por los realistas). Entre sus miembros se contaban los más destacados
miembros del clero, el foro, las letras y las ciencias. Ante este Congreso, San
Martín renunció al protectorado y se dispuso a abandonar el Perú. Como
Presidente del Congreso fue elegido el diputado por Arequipa Francisco Xavier de
Luna Pizarro.52 Las Juntas Preparatorias las presidió el célebre precursor Toribio
Rodríguez de Mendoza.53

José de la Riva Agüero, primer Presidente de la República del Perú.

Los legisladores empezaron por entregar el poder ejecutivo a un grup

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