Vidrio Templado

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Vidrio templado

En artículos anteriores, hemos hecho referencia al vidrio laminado. Un vidrio de


seguridad resultante de la unión de dos o más vidrios con una o varias láminas, ya
sean resina, telas o el más habitual PVB. Junto a este tipo de vidrio, y dentro de la
categoría de vidrios de seguridad, se encuentra el vidrio templado, en el que
vamos a centrarnos en este artículo.

Vidrio templado

El vidrio templado es un vidrio aproximadamente cuatro veces más resistente


que el vidrio recocido y que en caso de rotura, rompe en fragmentos relativamente
pequeños.

Para ser considerado vidrio de seguridad, este tipo de vidrio tiene que cumplir los
requerimientos establecidos en la norma EN 12150, que establece una serie de
parámetros como el número de fragmentos en el que tiene que romperse el vidrio
o el tamaño máximo que debe de tener el fragmento más grande.

Proceso de fabricación del vidrio templado

El proceso de producción del vidrio templado consiste en calentar el vidrio a más


de 600 ºC para enfriarlo de forma rápida de manera que se cierren las superficies
del vidrio en un estado de compresión, quedando el centro en un estado de
tracción, tal y como se muestra a continuación.
Características del vidrio templado

El vidrio templado no se puede transformar, es decir, cortar, taladrar ni biselar.


Además, una vez templado, no puede ser modificado (grabado al ácido o pulido al
chorro de arena) ya que podría debilitarlo y causar daños prematuros.

El vidrio templado o vidrio reforzado es un vidrio que ha pasado por un tratamiento


de calor para que sea más fuerte y resistente. Este vidrio se utiliza para puertas,
cobertores de la ducha, puertas de chimenea y en cualquier parte donde se
necesite colocar un vidrio de alta resistencia.

El proceso para templar vidrio es muy similar al proceso para templar acero. Aquí
te mostramos los pasos necesarios para obtener un vidrio templado.
Cortar el vidrio de la forma deseada:

Es importante hacerlo antes de templar el vidrio, ya que el proceso de


templado puede debilitar el vidrio si se corta después, lo que incrementa las
posibilidades de que se rompa.

2. Revisar el vidrio para asegurarse de que no tenga imperfecciones:

Es necesario hacer este con mucho cuidado, ya que cualquier burbuja o


rajadura podría causar que el vidrio se rompa durante el proceso de
templados. Se es encuentra una imperfección, no se podrá someter al cristal
al proceso de templado.
3. Lijar los bordes del cristal para suavizarlos:

Esto eliminará cualquier borde espinoso o remanente de cristal que se pudiera


haber formado durante el proceso de cortado.

4. Lavar el vidrio:

Es necesario lavar perfectamente el vidrio para quitar cualquier grano, por


diminuto que sea, que pueda haber quedado después del lijado. También se debe
eliminar cualquier suciedad que pueda interferir en el proceso de templado.

5. Calentar el vidrio en un horno para templar:

Los vidrios deben ser colocados dentro del horno, ya sea de forma continua, o por
partes. Este tipo de horno alcanza temperaturas de más de 600 grados Celsius
(1,112 grados Farenheit). La temperatura estándar requerida por la industria es de
620 grados Celsius (1.148 grados Farenheit).
6. Enfriar el vidrio templado:

El vidrio caliente se debe someter a chorros de aire a presión durante unos


segundos y a distintos ángulos. El enfriamiento rápido hace que las superficies
exteriores del vidrio se enfríen y se contraigan más rápido que el centro, lo que le
da la fuerza característica del vidrio templado.

¿Dónde se recomienda el uso de vidrio templado?

El abanico de utilidades que tiene el vidrio templado es muy amplio y está


especialmente recomendado en aplicaciones con anclajes, como ocurre en el caso
de las puertas de paso y la mayoría de las mamparas de baño.

El Código Técnico de Edificación también permite su uso en otro tipo de


aplicaciones como las barandillas o las particiones de interior, aunque en estos
casos Guardian recomienda el uso de vidrio laminado que minimiza el riesgo de
caída del usuario en caso de rotura.

Además recomendamos el uso del vidrio templado en aplicaciones en los que el


vidrio pueda estar sometido a cambios bruscos de temperatura (estrés o choque
térmico). Por ejemplo en caso de tener un escaparate o ventana con sombra
como consecuencia de salientes o prolongaciones del edificio, la zona sombreada
estará más fría, con lo se pueden generar tensiones que originen rotura térmica
( por los diferentes coeficientes de dilatación). En estos casos se recomienda la
realización de un análisis de tensión térmica para determinar la necesidad de
templar el vidrio.

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