1 La Construcción de La Frase y La Armonía
1 La Construcción de La Frase y La Armonía
1 La Construcción de La Frase y La Armonía
DE LA FRASE Y LA ARMONÍA
Hemos dicho que, en castellano, la construcción de la frase no está sometida a reglas fijas,
sino que goza de libertad y holgura, y que el orden de las palabras se gobierna más por el
interés psicológico que por la estructura gramatical sintáctica; por ello, aparte de las normas
estudiadas de construcción sintáctica y lógica, conviene ahora tener en cuenta las reglas
concernientes a la armonía de la frase.
Ejercicios
De acuerdo con esta regla, corríjanse las frases siguientes, escribiéndolas de nuevo. No
altere las frases que crea correctas:
1. Corregid las faltas que hayáis tenido en vuestros escritos con la máxima atención.
2. Isabel I de Castilla dio ejemplos de gran entereza de ánimo a los españoles.
3. Este libro tiene una serie de ejemplos interesantísimos en sus páginas.
4. Mi padre ha comprado un coche de carreras muy elegante a Luis.
5. El leñador cortó un enorme y voluminoso tronco de encina en quince minutos.
EJEMPLO: "He clasificado por países todos los sellos que me regalaste", en vez de: "He
clasificado todos los sellos que me regalaste por países".
Ejercicios
De acuerdo con esta regla, corríjanse las siguientes frases, escribiéndolas de nuevo:
1. Le dijo que en casa del alcaide no entrase.
2. Se ha hecho rico: es una de las grandes fortunas de la ciudad, hoy.
3. Tengo mucha prisa: mi mujer me espera para ir al teatro a las siete.
4. A lo lejos, el mar; y, sobre la azul superficie de las aguas, los "snipes" se divisaban.
5. He estudiado toda la orografía del país por regiones.
Tercera regla: Evítense la cacofonía, la monotonía, las repeticiones inútiles, las asonancias
y consonancias.
a) Cacofonía: Repetición desagradable de sonidos iguales o semejantes.
EJEMPLO: El rigOR abrasadOR del calOR me causaba un gran dolOR.
b) Monotonía: Empleo frecuente de muy pocos vocablos; pobreza de vocabulario.
EJEMPLO: "Me OCUPO DE mis hijos. DE las bellezas del Quijote, DE cazar, DE
política...,". Lo procedente y correcto -para evitar todas estas preposiciones DE, tan
repetidas-, es decir: "Me OCUPO de mis hijos, ESTUDIO las bellezas del Quijote.
CAZO. Me DEDICO a la política...".
c) Repeticiones:
d) Asonancias y consonancias: La prosa tiene su ritmo; pero han de evitarse en ella las
asonancias y consonancias, es decir, lo que en verso se llama "rima". Han de evitarse
también en la prosa los períodos rítmicos cortos, casi simétricos, "que suenan a
verso".
EJEMPLO DE CONSONANCIA: "Llegó a mi OÍDO un armonioso SONIDO".
EJEMPLO DE RITMO DE VERSO: "Gorjeaban los pájaros ocultos - en las copas
oscuras de los árboles". (Valle Inclán)
Otro ejemplo de Valle Inclán cuando, en "Sonata de Otoño", escribe, en prosa, la
siguiente estrofa rítmica, con asonancias: "la voz de un viejo - que entonaba un cantar
- y la rueda de un molino - resonaba detrás".2
Ejercicios
En las siguientes frases subraye las cacofonías, los elementos que producen monotonía
y las asonancias. Separe con barras (/) los períodos con ritmo de verso.
1. La carretilla de Carmen no cabía en la cabina.
2. Es penoso pensar que Pedrito no perciba el peligro de jugar a la pelota en la calle.
3. Según tú, no debo secundar a Luis, porque seguramente que se ha equivocado al
seleccionar sus pruebas de semilla.
4. Cualquiera puede llegar a ser un gran hombre, sin estar dotado de un gran talento ni
de un ingenio superior, con tal que tenga un juicio sano y una cabeza bien organizada.
5. Hay el talento natural y el talento adquirido; el talento para las ciencias y el talento
para las artes. Y también el talento para vivir sin dar golpe.
6. Para aliviar al contribuyente, es preciso hacer grandes rebajas y grandes reducciones
en los presupuestos; y también conviene dar al pueblo grandes facilidades para el
comercio y para que se funden grandes industrias.
7. "Al verla discutiendo las condiciones de un caballo de carreras no se sabía si era una
dama rastacuera, o una aventurera". (Valle Inclán: "Cofre de sándalo".)
8. "En las tardes doradas, paseando en la solana y durante las noches largas, bajo el
temblor de la vela que se derrama". (Valle Inclán: "La guerra carlista".)
9. "¡Con cuánto dolor ahora, cosas piadosas, os dejo para tornar viejo y triste al lugar
donde nací!" (De Ricardo León.)
10. "Antes de irme, he sentido pasar por mi frente un soplo de terror". (De Ricardo
León, en "Comedia sentimental".)
Para Albalat la armonía radica "en el sentido musical de las palabras y de las frases
y en el arte de combinarlas de un modo agradable para el oído".
Es indudable que, frente a los que sostienen que cada cual escribe como quiere
(romanticismo impresionista), sigue siendo verdad que la armonía es el gran secreto de los
grandes escritores, una cualidad esencial del arte de escribir. Nuestro Cervantes es un buen
ejemplo de ello. Y como demostración, basta releer el discurso de D. Quijote a los cabreros
(cap. XI de la I parte de la inmortal obra), donde la profundidad de pensamiento va expresada
en frases de limpia y musical armonía:
...En las quiebras de las peñas y en los huecos de los árboles formaban su
república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano, sin
interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo...
Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia; aún no se había
atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas
piadosas de nuestra primera Madre, que ella, sin ser forzada, ofrecía por
todas las partes de su fértil y espacioso seno lo que pudiese hartar,
sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían.
La armonía -según Albalat-se funda en el genio de la lengua, en las exigencias del oído,
que también tiene su gusto como la imaginación tiene el suyo.
"Hay que abstenerse de toda rudeza en el sonido, de todo tropiezo, de toda disonancia
marcada, salvo que, para mantener estos sonidos o palabras, haya razones de relieve, de
originalidad u otros motivos de belleza literaria".
EJEMPLO: "... Y extático ante ti me atrevo a hablarte". (Espronceda)
En este verso, ya clásico, el poeta ha repetido conscientemente los sonidos en "t". Es un
efecto voluntario, querido: lo que, en Preceptiva Literaria se llama "aliteración".
En cambio, resulta antiestético la siguiente expresión:
"No; no hay nada que Narbona no niegue cuando nosotros nos negamos"
1
Gonzalo Martín Vivaldi: “La construcción de la frase y la armonía”, Curso de redacción. Editorial Pueblo y
Educación, La Habana. 1980, pp. 213-216.
2
Ejemplos citados por Julio Caceres en su obra “Critica profana”