San Miguel Teotongo. Redes Sociales y Construcción de La Colonia en La Ciudad de México. El Caso Del Enclave Étnico Chocholteco en San Miguel Teotongo, Iztapalapa
San Miguel Teotongo. Redes Sociales y Construcción de La Colonia en La Ciudad de México. El Caso Del Enclave Étnico Chocholteco en San Miguel Teotongo, Iztapalapa
San Miguel Teotongo. Redes Sociales y Construcción de La Colonia en La Ciudad de México. El Caso Del Enclave Étnico Chocholteco en San Miguel Teotongo, Iztapalapa
Nicolás Gissi B.
Departamento Sociología y Antropología -
Universidad de Concepción, Chile
Resumen: el presente artículo tiene como propósito analizar el asentamiento chocholteco que se
ha desarrollado en la colonia San Miguel Teotongo, delegación Iztapalapa, entre 1970 y nuestros
días. Los chocholtecos, provenientes desde la región de la Mixteca Alta, en el estado de Oaxaca, y
específicamente del poblado de Teotongo, se reubicaron en una sección de esta colonia periférica,
siendo sus primeros habitantes y constituyendo un enclave étnico. De este modo, los inmigrantes
chocholtecos han luchado por el derecho a la ciudad, manteniendo su red étnica (horizontal y vertical)
e integrándose a la sociedad mexicana contemporánea. Asimismo, se han adaptado a la terciarización
de la economía mundial instalando negocios en sus propias viviendas, pasando de empleados a auto-
empleados.
Abstract: The purpose of this paper is to analyze the Chocholteco settlement that has been developed
in the San Miguel Teotongo colony, Iztapalapa, since 1970 to our days. The Chocholtecos, coming
from the Mixteca Alta in Oaxaca and specifically from the village of Teotongo, resettled in the
periferic village of San Miguel Teotongo, becoming their first inhabitants and establishing an ethnic
enclave. Holding their (horizontal and vertical) ethnic network and integrating themselves into the
contemporary Mexican society, the Chocholtecos immigrants have struggled for their right to the
city. They have also adapted to the world economy “thirderisization” (“terciarización”) creating
stores in their own homes, shifting from an employed to a self-employed status.
Palabras clave: redes sociales, chocholtecos, derecho a la ciudad, Iztapalapa, enclave étnico, auto-
empleo, movimiento etno-cultural.
Key words: Social networks, Chocholtecos, right to the city, Iztapalapa, ethnic enclave, self-employed,
etnocultural movement.
No buscaron, como otros grupos étnicos, la proximidad con su gente como estra-
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1
La Mixteca es una de las siete regiones del estado de Oaxaca (además de constituir parte de
los estados de Puebla y Guerrero), se ubica en la parte poniente de este estado y se subdi-
vide en Mixteca Baja, Mixteca de la Costa y Mixteca Alta. La colonia San Miguel Teotongo
formó parte del movimiento urbano popular (mup) —distante del Partido Revolucio-
nario Institucional (pri) y de toda instancia partidista— el que se encuentra inmerso en
las luchas de los habitantes de los diversos asentamientos en la periferia de Ciudad de
México por satisfacer sus necesidades e integrarse en la vida urbana y nacional, a través
del ejercicio de sus derechos económicos y sociales.
Redes sociales y construcción de la colonia en la Ciudad de México. 213
El caso del enclave étnico chocholteco en San Miguel Teotongo, Iztapalapa
Sobre esta cita son necesarios dos apuntes. Primero, ¿el anonimato como
forma de renunciamiento étnico? Pienso que con esta afirmación se vuelve a caer
en la confusión que Mitchell le criticaba, a principios de los años sesentas, a
quienes habían hecho investigaciones en ciudades africanas, señalando que:
muchos antropólogos que trabajan en las ciudades tienden[…] a formular sus pro-
blemas desde el punto de vista de teorías generales del cambio social, que gene-
ralmente resultan inadecuadas[…] su debilidad teórica radica en la confusión del
cambio situacional con el cambio procesual [1980: 61 (1966)].
2
Las cursivas son mías.
3
El término Teotongo, según López [2004] proviene de Xadeduxö, pueblo del Sol, palabra
de origen náhuatl. Sin embargo, de acuerdo con la Enciclopedia de los Municipios de
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ton-co, esto es, lugar del pequeño dios, de téotl, dios, ton, diminutivo y co, partícula
locativa [2007]. El municipio de Teotongo tiene una superficie territorial de 39,55 km2 y
una altitud de 2,060 msnm. Cuenta con 937 habitantes, de los cuales 42 serían hablantes
de lengua indígena [inegi, 2005]. Sin embargo, en 1995 había 1,154 habitantes, y según
cifras de las autoridades municipales, el municipio está conformado por 1,480 personas
[Caltzontzin, 2004 (2000)].
4
Se afirma que hubo una primera migración hacia Veracruz en los años 1913 y 1914, “cuan-
do llega una hambruna, no hay qué comer, entonces empieza a salir nuestra gente[…] y
salieron con toda la familia, se fueron y fundaron nuevos pueblos allá, Pueblo nuevo,
Rancho nuevo, hecho por puros paisanos, esa fue la primera migración que hubo de nue-
stro pueblo” (Teófilo).
Redes sociales y construcción de la colonia en la Ciudad de México. 215
El caso del enclave étnico chocholteco en San Miguel Teotongo, Iztapalapa
De este modo, entre 1970 y 1975 se empieza a poblar la colonia con vecinos
de origen chocholteca, quienes deciden reunirse en el espacio que se denomi-
naría Sección Teotongo en homenaje y recuerdo de su poblado en Oaxaca.7 Al
pulso fundacional de la colonia […] está anclado a un conflicto interétnico que escinde a
una comunidad tradicional. Entre 1940 y 1950 […] la minoría chocholteca fue despojada de
la mitad de sus tierras comunales por el vecino pueblo de Tamazalupa […] las dos
etnias oaxaqueñas entraron en conflicto” [1999: 23-24]. Aunque tal conflicto existió no
es reconocido como “el impulso fundacional de la colonia”; tampoco se trata de un conflicto
inter-étnico sino que intra-étnico: una disputa de límites entre los chocholtecos del pueblo
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8
La colonia San Miguel Teotongo está construida sobre “las faldas” del cerro Tetlamanche,
en la Sierra de Santa Catarina.
9
Ya en 1925 Burgess, uno de los destacados sociólogos de la Escuela de Chicago, escribía:
“La [auto] segregación ofrece al grupo, y consiguientemente también a los individuos que
lo integran, un lugar y un papel en la organización total de la vida urbana” [en Wieviorka,
1992, 133; similar planteamiento realiza Wirth, 1956 [1928], en Hannerz, 1986 (1980)].
218 Nicolás Gissi B.
La mayor parte de toda esta manzana, parte de la otra manzana que comienza
desde aquí enfrente, somos paisanos[…] la seguridad de las casas como de uno
mismo, porque digamos si a usted le llega a pasar algo, pos rápido auxilio a ver
qué pasa, o a alguien lo asaltan, rápido todos salimos a ver qué, qué broncas hay.
10
Este enclave chocholteco, de acuerdo a la distinción conceptual que realiza M. de Certeau
[2000: 129-134 (1990)], representaría tanto un “lugar” como un “espacio”. Este autor car-
acteriza al lugar como estar ahí, orden, estado; y al espacio como operaciones, recorrido,
acciones de los sujetos, pasándose en la vida cotidiana de un polo al otro de la experien-
cia, de lo estático a lo dinámico, cuyos sitios más representativos son las residencias y las
calles respectivamente [Delgado, 1999 y 2007], con mutua influencia.
Redes sociales y construcción de la colonia en la Ciudad de México. 219
El caso del enclave étnico chocholteco en San Miguel Teotongo, Iztapalapa
A veces como que nos criticamos y nos peleamos, y en cambio si usted vive con
gente que ni conoce, simplemente ‘buenos días, buenos días y buenos días’, y has-
ta ahí, y aquí no porque aquella y que esto y lo otro, y el que le hace caso le hace
caso, el que no, no, yo por mí, como vendo, me da igual un cliente, otro cliente,
otro cliente, vino, no vino, ya, da igual…para otras gentes son peleas, y siendo del
mismo pueblo pues como que luego, cuando vamos al pueblo, allá ‘manita, pa’ cá
y manita pa’ llá’, y pos luego esa manita a veces ni le habla a uno.
Las desarmonías son generadas muchas veces por las obligaciones que
implican las redes densas. Al respecto, Bauman sintetiza ambos aspectos, ne-
gativo y positivo, de la concentración espacial:
11
La Escuela de Manchester analizó del mismo modo este “poder de la etnicidad en la
vida urbana” del continente africano. Como afirma Hannerz: “Se puede considerar la
preferencia por las personas de la misma etnia, en las situaciones en las que había elec-
ción [como puede ser en las relaciones de vecindario y/o de trabajo], sobre todo como
una cuestión de confianza. Cuando el origen cultural era similar o idéntico, las personas
podían suponer, como Barth [1969:15] lo expresa en su análisis de la etnicidad, que esta-
ban jugando sus juegos interaccionales según las mismas reglas” [1986: 175-176 (1980)].
12
En enero de 1975 se llevó a cabo un censo en la colonia. De acuerdo al lugar de nacimiento,
un 22.8 por ciento procedía de Puebla, un 15.7 por ciento de Oaxaca, un 14.2 por ciento de
Michoacán y un 11.5 por ciento del Distrito Federal. Los demás estados no alcanzaban al
6 por ciento [Navarro & Moctezuma, 1989].
220 Nicolás Gissi B.
Se empezaron a hacer reuniones con los señores que querían que la colonia se
llamara nada más San Miguel, pero nosotros ya lo teníamos registrado en Toluca
por Teotongo, ya después de tres reuniones, en un pirul grandote, un árbol, ahí
se hicieron las reuniones, después de las tres reuniones se llegó a un acuerdo que
se quedara con los dos nombres, vino un representante de Toluca dijo, “¿por qué
no lo dejan San Miguel Teotongo?, qué les quita a ustedes?”. Entonces “por noso-
tros no hay ningún inconveniente”, entonces ya dijeron ellos “pos que se quede
así”[…] inclusive un maestro, que vivía acá atrasito, que era según director de una
escuela por Los Reyes [La Paz, Estado de México], ese nos tiró duro también, que
“son unos indios, que cómo va a ser posible que unos indios vengan aquí a impo-
ner lo que ellos quieren”, pero lo decía porque según él se sentía muy preparado el
señor, pero no era como lo pensó, le dimos vuelta, je.
Sin embargo, no hay consenso respecto al por qué el nombre San Miguel.
Algunos señalan que se debe a que los “otros” colonos eran originarios de San
Miguel Tulancingo, Hidalgo; otros afirman que se debe a que, además de Alfre-
do Castillo, hubo un segundo fraccionador de nombre Rosario Espinoza, quien
sería originario de San Miguel Allende, Guanajuato, por lo que sus “clientes”,
conocidos como “los migueles” (y residentes en otras secciones, sobre el eje 6),
habrían defendido el nombre de San Miguel para la colonia; otros, en fin, dicen
que se debe a que, pese a ser originarios de diversos estados, la mayoría de los
colonos eran fieles de San Miguel Arcángel. Navarro & Moctezuma [1989] tam-
bién señalan la existencia de estos dos líderes entre los fraccionadores ilegales
o “clandestinos”,13 quienes al generar una relación de lealtad con sus clientes,
habrían formado dos bandos entre los colonos. Al respecto, Rufino (chocholte-
co, 59 años) afirma:
Esta zona se denomina Sección Teotongo porque somos pura gente del poblado
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El grupo que llegó a residir en la actual sección cci fue precisamente una
invasión dirigida por la Central Campesina Independiente (cci), y provenían
desde ciudad Nezahualcóyotl. Estos “paracaidistas” habían llegado a la colo-
nia tras haber presionado por la adquisición de un predio, demanda que se
les habría gestionado a cambio de realizar labor electoral a favor de Cándido
Méndez, líder del cci en Nezahualcóyotl [ibid.]. La señora Reina (mestiza, 57
años) es una de las pocas vecinas (si no la única familia) de la sección Teo-
tongo que no proviene de Oaxaca. Ella es originaria del estado de Hidalgo y
señala que el conflicto14 inicial sobre el nombre se extendió respecto a quién
sería el santo patrono de la colonia:
Yo me acuerdo que había personas de un pueblo que se llama San Miguel, y en-
tonces empezó el pleito, porque ellos querían que se llamara San Miguel y los
oaxaqueños querían que se llamara Teotongo, los camiones que venían del centro
decían Teotongo, no decían San Miguel, hasta que ya se armó la bronca grande,
entonces ya, yo creo que para poner paz dijeron “no pues, que se llame San Miguel
Teotongo”, y así se quedó, es más aquí en la iglesia estaba señor Santiago, porque
ése es el santito que tienen y veneran en Teotongo, y ellos lo tenían aquí, la iglesia
antes no más eran dos lotes, pero uno era de don Antonio [López, chocholteco, de
Teotongo], pero después la gente le echaron bola y le quitaron los dos, por eso la
iglesia es tan grande, cambió el santo porque ganaron los de San Miguel [Hidal-
go?] y trajeron su santito, San Miguel Arcángel.
14
Al respecto, Moctezuma advierte en 1975 la presencia de: “prejuicios étnicos y locales, que
siguieron existiendo (por ejemplo entre michoacanos y ‘oaxacos’)” [1999: 48].
222 Nicolás Gissi B.
el paso de los años deciden dedicarse a uno u otro de los oficios conocidos y
se especializan, pasando a ser “trabajadores calificados libres”, siendo deno-
minados muchas veces como “maestros” [Lewis, 1973 (1961); Adler-Lomnitz,
2006 (1975)], y finalmente adquieren sus propios negocios.
En el caso particular de los chocholtecos destaca el rubro de los farma-
céuticos (propietarios de las farmacias), donde el oficio se ha transmitido en-
tre paisanos, a partir del primero que se dedica a este rubro. En un cálculo
espontáneo, Evodio suma más de 50 en la Ciudad de México; solamente en la
sección Teotongo hay cuatro. Evodio (chocholteco, 70 años, también vecino de
la calle Benito Juárez) señala que “el conocimiento[…] lo adquirimos de él[…]
con la escuela de este pariente”:
Otro paisano estuvo hace muchos años, él fue el primero que tuvo la farmacia y
ahí trabajó este pariente y ya de ahí se desvió el ramal[…] el primero fue un pa-
riente que está en San Juan, Pantitlan, Zaragoza, tiene más tiempo de dedicarse a
esto, hubo otros antes pero yo nunca conviví con ellos, ahí estuvimos trabajando
con él, y de ahí salió el ramalaje de otras personas, el conocimiento él lo adquirió
de otra persona, y yo y otras personas de Teotongo lo adquirimos de él, y aquí
estamos, todos los que nos dedicamos a esto, con la escuela de este pariente, y
mi hija aprendió aquí en la casa[…] mi hija tiene su farmacia aquí adelante, ellos
trabajan con las mismas personas que yo.
proveer ya ese producto, de ahí el laboratorio, Falte por ejemplo, lo refinan, y los más
grandes son transnacionales, estamos hablando de Kaiser, Bayer, muchos, antes eran
muy independientes, pero se han fusionado, lo venden al mayorista, el distribuidor,
aquí en México Saba es una casa muy grande económicamente, Nadro, nacional de
drogas, y el otro Basan, yo trabajo con Nadro y Marsan, y el mayorista llega aquí, venta
de mostrador, y al frente está el consumidor, aquí termina, este producto a lo mejor
está hecho en Alemania, en Inglaterra, en Estados Unidos, viene al distribuidor, llega
a la farmacia, y nosotros al consumidor, esa es la cadena que hay respecto al medi-
camento, y todo lo que se relaciona a la farmacia[…] los distribuidores ya no son
Redes sociales y construcción de la colonia en la Ciudad de México. 223
El caso del enclave étnico chocholteco en San Miguel Teotongo, Iztapalapa
los años cincuenta ha habido esa idea de organizarse[…] el fin que se persigue es
de aportar algo para allá, trabajan[…] con las autoridades porque así debe ser, si
hay una obra para el pueblo debe trabajar la autoridad municipal de allá con el co-
mité de la organización de aquí para solventar gastos según el proyecto que haya.
Este comité elige directiva cada tres años a través de una elección de usos y
costumbres: un integrante propone a otro y si hay consenso entre quienes
viven en la ciudad, la persona elegida suele aceptar el cargo. Junto a esta orga-
nización, Teófilo, Rufino, Calixto y Evodio (además de Genaro, quien vive en
Tlalpan) conforman el Grupo de Apoyo del Consejo Indígena Municipal Cho-
cholteco (cimchol), asistiendo periódicamente a las asambleas en Teotongo,
Oaxaca, con vistas a crear y generar nuevos proyectos de desarrollo para su
poblado. Este movimiento etno-cultural es dialéctico entre la pertenencia co-
munitaria o lo que Bartolomé denomina “identidad residencial” [2004 (1997)]
—local—16 y la identidad étnica —trans-territorial e incluso transnacional—.17
Al respecto señala Barabas [1999]: “En 1998 se observa una incipiente tenden-
cia a la reconstitución identitaria del grupo, aunque la pertenencia comunal
sigue siendo primordial en las lealtades” [op. cit., 168]. A principios de la déca-
da de 1970 ya hubo acciones en pro de fortalecerse material y culturalmente:
el nombre de Santiago Teotongo, en el contexto de una crítica a los excesivos
gastos de las mayordomías, se sustituyó oficialmente por el de Teotongo, res-
tándosele su rasgo católico. Como explica Teófilo:
Festejábamos con grandes fiestas a todos los santos que están en el templo, y el
mayordomo tenía que trabajar todo el año para juntar la lana y hacer la fiesta en
grande, para que vaya la banda de música, mientras los chamacos ahí están sin
comer, no tienen cómo vestirse, es decir el señor ya tenía en su mente que había
que quedar bien ante el pueblo para dar de comer a todos, aunque no dé de comer
a sus hijos, total es que ésa era nuestra mentalidad, la mentalidad de nuestros
padres, pero ya cuando nosotros fuimos creciendo ya vimos las cosas muy dife-
16
Mendoza [2005] afirma que los pleitos por la delimitación jurisdiccional entre los pueblos
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fueron diluyendo la identidad étnica chocholteca desde fines del siglo xviii, al mismo
tiempo que fortalecieron las identidades pueblerinas [2005: 395]. G. Aguirre Beltrán, a
mediados del siglo veinte, diferenciaba incluso entre los conceptos de paraje y de comu-
nidad. Señala que al aplicarse proyectos de mejoramiento económico resulta recomend-
able el consentimiento de las familias agrupadas en parajes, más que el de la propia co-
munidad, debido a su extraordinaria cohesión [en Montemayor, 2008: 76 (2000)].
17
Los chocholtecos no han sido una excepción respecto a la tendencia a emigrar hacia
Estados Unidos, donde también han constituido organizaciones para cooperar con sus
respectivos poblados de origen. De modo que los chocholtecos conforman hoy una “cul-
tura translocal” (no global ni universal) y la sección Teotongo de esta colonia un “barrio
diaspórico”, en los términos de Clifford [1999] (1997).
Redes sociales y construcción de la colonia en la Ciudad de México. 225
El caso del enclave étnico chocholteco en San Miguel Teotongo, Iztapalapa
De modo que se han ido eliminando poco a poco las fiestas, el alcohol
y los gastos que tendían a endeudar en demasía a los mayordomos. Vemos
que en este cuestionamiento de las tradiciones, cuando éstas perjudicaban a
la población de Teotongo, “los urbanos” organizados han desempeñado un
importante rol. En este paulatino movimiento étnico también algunas enti-
dades estatales han jugado un papel relevante durante la última década: las
autoridades municipales de Teotongo (como también de Ocotlán, Nativitas,
Buenavista y Monteverde) han retomado el proyecto de enseñanza oral del
ngigua, comenzando a implementarse la educación bilingüe en educación
preescolar y primaria a través de cursos impartidos por maestros bilingües
nombrados por sus respectivos poblados [Barabas, op. cit.]. Ahora bien, el
re-aprendizaje de la lengua conlleva al mismo tiempo un interés económico,
pues del conocimiento de su lengua dependen muchas veces las asignaciones
de recursos desde las instituciones del Estado. Al respecto, señala Teófilo:
motivo nos está costando trabajo ahora la cuestión de la lengua, el gobierno luego
no quiere soltar los recursos o los apoyos porque determinada zona no habla su
lengua materna, y nosotros ya hemos presentado algunos documentos a la Cámara
de Diputados y todo eso, entonces estamos demostrando que no se hace necesario
hablar la lengua, lo más importante es sentirse que somos indígenas, que descen-
demos de un grupo étnico que se llamó ngiba y que al llegar los españoles cambió
el nombre, nos pusieron chochos, y ahora estamos manejando chocholteco, se nos
hace urgente presentar una región para que lleguen los recursos económicos de
la Federación, y con que haya un porcentaje de personas que habla, aunque sea
mínimo, debe considerarse porque de ahí son, son nativos de esa región.
226 Nicolás Gissi B.
Agradecimientos
Agradezco a Francisca, Casilda, Evodio, Teófilo, Calixto, Rufino, Genaro y
Francisco su recepción en la colonia (y sección), así como el rico diálogo gene-
rado a partir del tema del presente texto, el cual forma parte de los resultados
de investigación de mi tesis de Doctorado. Desde agosto de 2006 mis estudios de
posgrado han sido financiados por la Universidad de Concepción, Chile, así
como por el Ministerio de Planificación (mideplan), Chile.
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