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Ensayo Del Comercio Exterior

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UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACION Y NEGOCIOS

INTERNACIONALES

El Comercio Exterior y su impacto en la economía del Perú

Por

Tarapoto, 2018
1. Introducción
El desarrollo económico de nuestra región incluido en este el Perú,
depende entre otras cosas, de decisiones económicas tomadas a nivel
regional y por ende de políticas económicas seguidas desde los
organismos decisorios del gobierno central; aun cuando el impacto de
las decisiones económicas son claramente discernible e identificable ya
que afecta en forma muy determinada a ciertos factores regionales, y las
políticas económicas es menos claro porque sus efectos son más sutiles
dada la aparentemente poco definida interrelación entre ellas y el
comportamiento económico de las regiones.

Sin embargo, las políticas seguidas por el gobierno central pueden tener
un mayor impacto que las decisiones tomadas a nivel regional, pues
ciertas herramientas utilizadas por aquel son más efectivas en afectar
más directamente la estructura de incentivos para producir las
herramientas utilizadas por las administraciones regionales.

Un caso claro de políticas manejadas por el gobierno central que afectan


en forma evidente el desarrollo de las regiones es aquel de las políticas
de comercio exterior, las cuales favorecerán o perjudicaran aquellas
regiones que tienen potencial exportador según el modelo de desarrollo
que el país escoja, sea uno que favorezca o no a la actividad de
exportación; es decir, la mayor o menor apertura de una economía al
comercio exterior será favorable o desfavorable para aquellas regiones
que participan en forma activa en la producción de bienes y servicios
cuyo principal comprador es el extranjero, antes que otras regiones del
mismo país.

En este sentido, podemos decir que la política económica peruana ha


fluctuado entre favorecer el modelo del desarrollo “hacia adentro” y uno
de desarrollo “hacia fuera”. Mientras que el primero basa el crecimiento
de la producción doméstica en la expansión del mercado doméstico, el
segundo pone énfasis en el mercado externo como la fuente de
crecimiento de la demanda por su producción, esto, aunque últimamente
debido a los recientes sucesos políticos desarrollados en nuestro país
se nota un estancamiento en cuanto a la reactivación económica,
aunque según los indicadores económicos estamos creciendo, pero
como ciudadanos de a píe no vemos el resultados.

Así, el primero le da especial importancia a la sustitución de


importaciones y el segundo considera clave para el éxito económico la
promoción de las exportaciones.

Dado que el Perú, por su ubicación geográfica, es considera como un


centro de enlace para la región, aprovechando al máximo el océano
pacífico y su interconexión con el atlántico por medio de las carreteras
interoceánicas, puesto que deberían estos cumplir con el objetivos de
sus construcciones, debido a ello, el objetivo del presente trabajo es
presentar una hipótesis sobre el impacto económico peruano en cuanto
a su comercio exterior aprovechando al máximo su ubicación geográfica
en la región.

2. Teoría Económica y la Relación con el Comercio Internacional


A fin de poder entender lo que es el comercio exterior y internalizarnos
en el impacto que este tiene con la economía del Perú, es muy
importante primero saber lo que son sus teorías así como su relación
con el comercio internacional, así entonces podemos decir que la
economía es la ciencia social que se ocupa de la asignación más
eficiente de los recursos (escasos) que poseemos para la obtención de
determinados objetivos y por otro lado tenemos que una teoría es un
conjunto de definiciones, supuestos e hipótesis acerca del
comportamiento de determinado fenómeno, de esto entonces tenemos
que la teoría económica es una ciencia social que estudia principalmente
de qué modo la sociedad elige emplear sus recursos limitados, que son
susceptibles de usos alternativos para producir bienes y servicios para el
consumo, presente y futuro. Adicionalmente, la teoría económica general
se ocupa de los problemas de una sola economía cerrada.
Todos los países, incluidos los más pobres, tienen activos, estos son los
humanos, industriales, naturales y financieros, que pueden emplear para
producir bienes y servicios para sus mercados internos o para competir
en el exterior. La economía nos enseña que podemos beneficiarnos
cuando esas mercancías y servicios se comercializan. Dicho de otra
manera, el principio de la ventaja comparativa significa que los países
prosperan, en primer lugar, aprovechando sus activos para concentrarse
en lo que pueden producir mejor, y después intercambiando estos
productos por los productos que otros países producen mejor; de esta
manera se establece el vínculo comercial entre los diferentes países.

En tal sentido, desde que el hombre tiene necesidades, surge el


comercio. Estas necesidades son las de comer, vestirse, protegerse, ya
sea de las inclemencias del clima o de otros. Al darse cuenta el hombre
de que no todo lo que tenía a su alcance era suficiente vio la manera de
cómo cubrir esa necesidad a través de otro, el cual si tuviera el acceso a
eso que necesitara, a esto se le llamo trueque.

Entonces, a partir de ahí podemos decir que apareció el comercio, desde


ese momento el hombre partió para establecer diferentes formas de
comercio. Al establecer diferentes formas de comercio, empezó a
reflexionar, a estudiarse a sí mismo y la manera de cómo mejorar a
través de él. Es así que se llega a tener uno de las varias definiciones de
comercio exterior como el intercambio de bienes, servicios y capitales
entre los diferentes países.

Los bienes que un país importa, pueden ser bienes que otros países
producen más barato que el país importador y/o bienes que el país
importador definitivamente no puede producir.

El comercio acentúa la competencia de los mercados, obliga a las


empresas a reducir sus costos y precios, y a modificar la producción con
nuevas tecnologías.
Remontándonos hacia años atrás, podemos encontrar que ni Platón,
Aristóteles o Santo Tomás de Aquino dijeron una palabra sobre el
comercio internacional. Ellos se refirieron a otros problemas o principios
relacionados con el orden económico, pero no al comercio internacional,
porque, en aquellas épocas, era considerado como un oficio vil.

Por eso, encontramos como los primeros antecedentes premodernos del


comercio internacional que fijan en el intercambio mediterráneo de la
baja Edad Media, en el que Génova, Venecia y Pisa ocuparon puestos
relevantes a raíz de las últimas cruzadas (siglo XIII), que activaron en
gran medida el tráfico en el Mediterráneo. Estas ciudades sirvieron como
puntos de enlace con Oriente. Entre los bienes que se comercializaban
estaban los bienes de lujo como el oro, la plata, la seda, especies y
productos de porcelana.

Este comercio medieval de alcance europeo, alcanzó un alto grado de


florecimiento a finales del siglo XIV, pero se vio muy afectado por la
presión de los turcos desde Oriente y en no menor medida por las
guerras europeas del siglo XV.

El gran salto hacia un futuro comercial mundial se habría de producir


hacia finales del siglo XV con el avance de los pueblos ibéricos en la ruta
de las Indias (Portugal) y de América (principalmente España). Fue
hasta fines de 1492 cuando nace el Comercio Mundial con el
descubrimiento de América, con lo cual se dio un desarrollo en España y
Portugal. Sin embargo, aún con el control de grandes territorios, ambos
países no se convirtieron en metrópolis industriales y comerciales,
resultado de ciertos factores políticos y sociales en el continente, dando
lugar a que Holanda surgiera como una nueva potencia comercial.

En el siglo XVI, el comercio internacional comienza a afirmarse, en


especial en Holanda, Francia y España. A partir de allí se inician las
primeras manifestaciones de un nacionalismo muy acentuado y, con ello,
las primeras teorías sobre el comercio internacional.
Es en ese entonces que nacen algunas teorías como la de la Visión
mercantilista del comercio. En esta teoría para los mercantilistas el
comercio entre naciones tenía sentido solamente si su ejecución
generaba un excedente en metales preciosos. La fuente de riqueza
estaba en el comercio mundial superavitario. Un país que tuviera un
exceso de exportaciones sobre importaciones, o sea, una balanza
comercial positiva, podía hacerle frente al pago de sus importaciones, y
además quedarse con un excedente de oro para el Estado. Lo contrario,
importaciones mayores a las exportaciones era considerado como
empobrecimiento. Por este motivo los mercantilistas recomendaban al
Estado que restringiera las importaciones y fomentara las exportaciones.
Para lograr este objetivo se establecieron aranceles elevados,
monopolios comerciales y navieros para determinados artículos, cuotas,
entre otros.

Otra teoría es las Ventajas absoluta y relativa. Aquí, Adam Smith filósofo
inglés, fue uno de los primeros pensadores del siglo XVII que ataco
abiertamente los controles al comercio internacional y lucho contra la
imposición de aranceles elevados, monopolios y prohibiciones propias
del periodo. Smith propuso varias teorías contra los argumentos
mercantilistas. La teoría de las motivaciones individuales que por muy
egoísta que sonara, resultaba de beneficio para la sociedad en general;
indicaba que el interés privado personal produciría un aumento del
progreso por cuanto las personas ahorrarían más con el propósito de
elevar su propia posición.

Este incremento del ahorro aumentaría la acumulación de capital de la


nación, que a la postre, si este exceso de capital se utiliza
eficientemente la producción de la economía aumentaría. Smith era un fiel
creyente de que el precio de los bienes estaba determinado primordialmente
por el costo de la mano de obra; pero si a este se le agregan los costos de
ventas y las ganancias darían como resultado lo que llamaba el precio natural.
Costos de oportunidad. Esta teoría indica que el costo de oportunidad es
la cantidad de un bien que se debe sacrificar para producir más de otro bien.

Entonces, llegamos a la conclusión de que el libre comercio es una tendencia


que se ha generalizado a nivel internacional y es consecuencia del proceso
de globalización. El comercio mundial ha crecido enormemente en los últimos
años y todo esto gracias a los avances tecnológicos que han agilizado los
medios de pago, las negociaciones a distancia, los seguros, etc. Y también ha
crecido por los tratados y acuerdos de libre comercio que se firman entre
empresas, naciones y grupos de naciones ya sea a nivel regional o mundial.

Todo esto tiene unas importantes consecuencias en una nación dependiendo


de su nivel de desarrollo, de la protección interna que esta le ofrezca a sus
empresarios, del nivel de desarrollo de sus socios comerciales así como de el
tamaño del mercado de estos y muchos otros factores que hacen que estas
consecuencias no sean las mismas en todos los países que abren sus
fronteras.

En la actualidad, las teorías del comercio internacional tienen sus orígenes


en el pensamiento mercantilista.

Los Mercantilistas decían que la acumulación de metales preciosos era


la base para que un país alcanzara un nivel de poder determinado,
dándole gran importancia al atesoramiento de grandes cantidades de
metales. Situación por la cual confundieron el atesoramiento con la
riqueza (inventario de bienes durables y de consumo, recursos naturales
y habilidades humanas).

Concibieron a las exportaciones como un ingreso de metales preciosos y


a las importaciones como la salida de estos de su territorio. Por lo cual
establecieron medidas proteccionistas, restringiendo las importaciones
vía imposición de aranceles y fomentando las exportaciones a través de
subsidios a la producción
3. Modelo de Desarrollo en el Perú
A inicios de la década de 1990, el Perú cambió su modelo de desarrollo,
urgido por circunstancias apremiantes. De allí en adelante hay muchas
críticas sobre este modelo, sin embargo nace de allí una pregunta, ¿Por
qué el modelo económico peruano permanece a pesar de las críticas del
socialismo local, de las crisis internacionales y de los sucesivos
gobiernos de izquierda y de centro posteriores a su implementación?.
Pues la respuesta es simple, y esta es sencillamente porque funciona. El
crecimiento demostró ser el mejor instrumento para combatir la pobreza.
Se ha sostenido en una agresiva inserción en la globalización, en un
intenso proceso de modernización empresarial y en la persistencia de
estables reglas de juego, pero también en una convicción de que sin
instituciones y orden interno, y buenas relaciones en el entorno regional,
no puede gestarse una economía sana.
Entonces, para darle futuro y sostenibilidad, lo que queda es enganchar
el crecimiento coyuntural a cambios estructurales de segunda
generación.

Sin embargo, ante el triunfo en las elecciones generales del año 2011
del comandante Ollanta Humala, para muchos peruanos significaba el fin
de este modelo económico, este debido a los constantes mensajes que
repetía en sus discursos de campaña, donde de manera explícita
criticaba el modelo económico y decía que lo iba a poner fin al modelo
económico llamado ‘neoliberal’, aplicado en el país desde 1990.

Un 31 por ciento lo había apoyado en la primera vuelta de esos comicios


cuando Humala esgrimía el mensaje de La gran transformación, título de
su plan de gobierno original y cuyos contenidos no admitía ninguna
duda: era una ruptura con el modelo implantado en la década de 1990. Y
no solo eso: era un retorno al modelo prevaleciente hasta fines de la
década de 1980. Con otra frase, pero la misma esencia. Pocos días
antes de asumir el mando, el electo presidente Humala envió una clara
señal de que la “gran transformación” la atravesaría él mismo: ratificó al
presidente del Banco Central de Reserva del Perú y nombró como
ministro de Economía y Finanzas nada menos que al viceministro del
mismo sector del gobierno saliente.

Entonces, este era solo el inicio de lo que sería, días después, la clara
señal de que el modelo vigente tendría aún más vida. A un año de
asumir el poder, en su mensaje del 28 de julio de 2012, ratifica que sigue
por la línea del modelo económico, a pesar de sus seguidores de su
gobierno de izquierda en que todo momento apoyaban el cambio del
modelo económico.

Por décadas el Perú estaba de crisis en crisis. Durante más de treinta


años, todo “mensaje a la nación” de un presidente o de un ministro de
Economía dejaba en claro la frase “ajustarse el cinturón” para significar
que había que prorrogar las esperanzas de desarrollo. Ante ello, la
palabra paquetazo se añadió a la versión peruana del diccionario de la
lengua. Se convirtió en algo desagradable por parte de muchas
personas que cada tanto los autos se agolparan en las estaciones de
gasolina para “llenar los tanques” ante cada gasolinazo con el que el
gobierno iba paliando las crisis presupuestarias, con lo que ajustaba al
alza el precio de los combustibles.

A ello, la convivencia social tenía a la violencia como gran telón de


fondo, para referirse solamente a lo que vino desde 1960, en esta
década se vivía con el temor al golpe de Estado, en la década de 1970
se sufrió la amenaza de las deportaciones y el “delito de opinión”, y en la
década de 1980 con el terrorismo marxista-leninista-maoísta que tanto
daño hizo al Perú, y que dicho sea de paso en nuestra actualidad ya
están saliendo libres. La situación no parecía tener retorno, pero el Perú
encontró una salida, no perfecta, no completa, pero salida al fin. La
década de 1990 marcó ese punto de inflexión. Y es que dese ese
entonces el Perú empezó a levantar cabeza y como se dijo
anteriormente ni el mismo cambio de gobierno socialista que tuvimos
anteriormente lo quisieron cambiar porque significaba un retroceso en
nuestro desarrollo.
Ante ello, el Dr Adolfo Chiri, en la revista Minería y Energía, sostuvo que
el país necesita desarrollar en forma intrínseca un modelo de desarrollo
para obtener una mejora de la economía, como lo han hecho otros
países del sudeste asiático.

Ante esto dijo: “Hay un avance en la economía del país, pero no en la


velocidad en que necesitamos para poder estar dentro del sistema de la
economía mundial, y estar a tono con los países del sudeste asiático”.
Es decir, estoamos en camino pero nos falta mejorar.

Además, señaló que el Perú requiere direccionar su desarrollo, y para


ello dijo se necesita realizar de forma intrínseca un “modelo de
desarrollo”. “Creo lo que necesitamos es madurez intelectual, es una
exigencia que cada uno de los peruanos tenemos que aprender”.

Entonces, tomando las palabras el Dr. Chiri, podemos ver que a fin de
poder lograr el desarrollo de nuestra nación, requerimos el esfuerzo de
todos, sin distinción de banderas políticas, sin embargo en la actualidad
lo que se está notando es una pugna por el poder, con el único objetivo
de ganar réditos y robarse la plata del Perú, como se esta viendo en la
actualidad.

4. La economía de la costa del pacífico dentro de la economía peruana


A este punto, podemos decir que de acuerdo a las revisiones de análisis
económicos de diversos medios electrónicos, vemos que las cien
ciudades más grandes del Pacífico suman un 20% del Producto Bruto
Interno (PBI) mundial y varias de ellas son latinoamericanas.

Con una población de 722 millones de habitantes, estas capitales de la


economía del Pacífico van desde una de las ciudades más pobladas del
mundo como la Gran Tokio con 37 millones, hasta islas que crecen en
torno al juego y los servicios como Macau (574 mil habitantes),
generando una riqueza equivalente a casi US$22 billones, es decir,
superior al PBI de la primera potencia mundial, Estados Unidos.

Este vibrante polo de crecimiento global se consolidó en los últimos 15


años de la mano de China.

Entre el año 2000 y la actualidad, la producción de estas 100 áreas


metropolitanas se expandió un 75% con un notable impacto social,
el PBI per capita creció un 45%, el empleo un 42%.

Los grandes centros urbanos de América Latina en el Pacífico se han


beneficiado del dinamismo comercial de esta zona, en especial por el
lugar central que ocupan en los intercambios con China y Asia, pero
también por los fuertes lazos con Estados Unidos.
Entonces, una medida del dinamismo que ha tenido en años recientes la
zona del Pacífico es comparar su desempeño con el de la economía
global. El PBI del Pacífico creció un el 3,5% frente al 2,5% de la
economía global.

Ahora bien, ha habido un cambio económico global hacia el Este y el Sur


del planeta con el proceso de urbanización e industrialización de Asia. Y
esto continúa adelante a pesar de los recientes problemas económicos
de China. En las primeras 20 ciudades, 16 son chinas.

De las 100 ciudades identificadas por el informe, 49 pertenecen a China,


19 están en Japón, Corea del Sur y Taiwán, 12 en Norteamérica, siete
en el sudeste asiático y América Latina, y seis en Australia y Nueva
Zelanda.

En la élite de las primeras 20 grandes urbes por ritmo de crecimiento de


su economía se encuentran San José y Riverside en Estados Unidos,
Ciudad Ho Chi Minh en Vietnam y Medellín, la ciudad latinoamericana
con mejor desempeño en ese índice.
La presencia de Medellín y Bogotá como ciudades del Pacífico
sorprende a los colombianos que siempre las han percibido como urbes
andinas, y en cualquier caso mucho más cercanas a la economía del
Atlántico que a la del Pacífico, esto a pesar de ser el único país de
Sudamérica con costas en ambos océanos, la tendencia desde
principios de siglo ha perfilado a las dos capitales económicas de la
nación, Bogotá y Medellín, cada vez más hacia el Pacífico, junto con el
resto del país.

Con un aumento del PBI per cápita del 4,3% y una creación de empleo
del 3,5%, Medellín se ubicó en el duodécimo puesto de las 100 grandes
urbes del Pacífico.

Las capitales tienen este privilegio de concentrar gran parte de los


servicios de un país. Lima, en el puesto 76, Santiago de Chile en el 84 y
Ciudad de México en el 87 confirman este lugar privilegiado. La gran
diferencia con Bogotá es la que hay entre el desempeño que tuvo
Colombia el año pasado y el que registraron Perú, Chile y México.

El crecimiento del PBI per capita de Lima en el año 2014 fue magro
(0,7%), el del empleo un poco mejor (1,4%), en el marco de una
economía nacional que se desaceleró marcadamente (creció a un 2,4%)
respecto a los dos años previos.

El enfriamiento chino y el descenso de los valores de los commodities


impactaron mucho la economía peruana que, si se toma en conjunto el
período 2009-2014, se encuentra en el puesto 53, pero que el año
pasado descendió abruptamente al 76 en este concierto de grandes
urbes del Pacífico. Sin embargo como muchas otras capitales de la
región, esta se recuperará por su propia centralidad económica.

Esto pasa mucho en América Latina. Las capitales tienden a absorber


los recursos, las inversiones, el trabajo, la educación y perpetúan esta
disparidad con el resto del país.
Después, de una crisis política vivida en la actualidad en nuestro país, se
espera que con este nuevo gobierno del Sr. Vizcarra, se vuelva a
reactivar la economía, ya que en la actualidad está estancada, uno por
los problemas de corrupción y esto genera una desconfianza entre los
operadores económicos que ven que la inestabilidad política lo único que
genera es un retroceso en nuestra débil y alicaída economía.

Ante ello, Chile, Colombia, México y Perú acordaron formar la alianza en


el año 2011, el valor de los bienes enviados entre los países se ha
reducido en aproximadamente un tercio, a US$14.500 millones, según
estadísticas compiladas por las Naciones Unidas. Las exportaciones
desde la Alianza del Pacífico al resto del mundo disminuyeron cerca de
un 10 por ciento.

Estos cuatro países, que representan más de un tercio del producto


interno bruto y la población de América Latina, eliminaron los aranceles
de importación al 92 por ciento de los bienes, con promesas de reducir el
resto para 2030. Hasta ahora, la medida no ha logrado apuntalar el
comercio, que ha caído en América Latina debido a una desaceleración
global de la demanda de materias primas. La alianza ha sido arrastrada
aún más por una caída en las exportaciones de México, la mayor de las
cuatro economías, a sus socios sudamericanos.

México se ha centrado ampliamente en la explotación de las relaciones


comerciales con su vecino del norte, EE.UU., mientras que la Alianza del
Pacífico apunta a la integración económica, hasta el momento no ha
podido superar la desventaja de que los países que no son socios
comerciales naturales.

Con la caída del comercio, los países se han centrado en los servicios,
tales como las finanzas, el turismo y las telecomunicaciones, así como
atraer inversión extranjera, áreas en las que los analistas dijeron que es
más probable que vean ganancias en los próximos años.
La Alianza del Pacífico ha estado muy interesada en promover mayores
niveles de integración, no sólo para los inversionistas de los países
miembros, sino también dando espacio a los inversionistas extranjeros.
Los países captaron cerca de US$73.000 millones en inversión
extranjera directa en 2015, un 3 por ciento más de lo que recibieron el
año en que se anunció la alianza, según los datos más recientes del
Banco Mundial.

5. La política del comercio exterior y su impacto sobre la economía


peruana
Como consecuencia de un largo periodo de implementación de la
Estrategia de apertura comercial en la economía peruana se
caracterizaba por estar cerrada a la competencia externa, ya que se
presentaba un elevado proteccionismo a la industria local y una serie de
políticas macroeconómicas orientadas al ámbito cambiario, arancelario,
y crediticio haciendo más rentable la producción de bienes y servicios
para el consumo interno que los orientados hacia mercados externos, lo
que derivaba en un desempeño pobre de la industria local estancando
los niveles de comercio internacional y de participación de este en el
Producto Bruto Interno reduciéndolas en 3.36% en el periodo
transcurrido de 1970-1989.

Luego, en el periodo de implementación de la Estrategia de apertura


comercial se ve un perfil exportador especializado en los productos
tradicionales al representar un 71% de las Exportaciones Totales,
además de un reducido Índice de Apertura Comercial al mostrar al cierre
del periodo 18.7%, una Balanza Comercial generalmente deficitaria y un
crecimiento del comercio total mediocre principalmente en la última
década.

Tras una serie de malos resultados a inicios de los noventa, se


implementó la Estrategia de Apertura Comercial en el marco de un
conjunto de reformas estructurales destinadas a desmantelar las trabas
contra las importaciones y a promover las exportaciones. El paso de una
estrategia a otra puso de manifiesto en los primeros años la escasa
competitividad de la economía frente al contexto internacional generando
caídas en las Exportaciones Totales e incrementos en el Total de
Importaciones al inicio de las noventa, además de una caída en el
crecimiento del Producto Bruto Interno en 1990.

La estrategia de Apertura Comercial ha contribuido beneficiosamente al


crecimiento económico en medida que ha permitido, con la eliminación
de las barreras arancelarias y proteccionistas en general, especializarse
de acuerdo a nuestras ventajas comparativas básicamente a través de
los productos tradicionales y productos manufactureros intensivos en
recursos naturales, es decir el crecimiento no solo estuvo basado en el
patrón primario exportador sino que además sean incrementado
considerablemente las exportaciones no tradicionales y manufactureras
que son las que mayor grado de valor agregado.

A pesar de que la Estrategia de Apertura Comercial ha resultado


beneficioso para el crecimiento económico con unos resultados mayores
a años pasados aún se ve una economía vulnerable a los sucesos
externos dada la gran importancia de la exportación de recursos
naturales sin valor agregado en nuestra economía, sucesos que
afectaron enormemente al crecimiento sostenido que se ha venido
dando en nuestra economía como los suscitados en los años 2009, 2013
y 2014.

En tal sentido, el comercio exterior tiene que ver con los momentos
históricos, culturales y económicos que vive el país en un contexto
internacional cambiante con crisis recurrentes. El contexto global que
enmarca el proceso de liberalización de las economías en desarrollo
como la economía peruana, a partir de los años noventa, se desarrolla
como un proceso de auge y crisis del comercio internacional
Entonces, en el contexto latinoamericano, destaca China como socio
estratégico en el destino de sus exportaciones, cuya desaceleración en
el crecimiento de su economía es motivo de preocupación,
principalmente para la economía peruana,

El proceso de liberalización comercial de la economía peruana,


implementado desde los años noventa, ha generado alta vulnerabilidad
del comercio exterior, en el contexto global actual, acentuado por la
composición y estructura del comercio altamente dependiente de las
exportaciones de productos primarios.
El presente estudio de investigación tiene por objetivo analizar, desde un
punto de vista crítico, el nivel de vulnerabilidad del comercio exterior
peruano, como resultado del proceso de liberalización de la economía,
en un contexto global de crisis recurrentes.

El Comercio exterior, desde mediados del año 2011, presenta una


contracción de las exportaciones, debido a la desaceleración de la
economía, por la crisis de los bonos soberanos europeos que representó
un problema más grande que la crisis hipotecaria de Estados Unidos.
Hacia 2012, nuestras exportaciones tradicionales habían caído -3.3% y
las no tradicionales habían reducido su ritmo de crecimiento a la tercera
parte de los años anteriores, esto debido a las limitaciones e
impedimentos para su participación en las cadenas de valor, tales como,
los costos y retrasos de transporte y los procedimientos aduaneros; los
derechos de importación y las prescripciones en materia de licencias; las
limitaciones de acceso a la financiación del comercio y el cumplimiento
de las normas. Siendo entonces ello una limitante en el impacto del
comercio exterior en nuestro país.

Por otro lado, durante la última década, han proliferado los vínculos
entre América Latina y Asia Oriental; de cuyos países hay mucho que
América Latina puede aprender en términos de estrategias de
crecimiento, basadas en las exportaciones, tales como, la basta
inversión pública en infraestructura que deriva en bajos costos logísticos
y elevado nivel de eficiencia, lo cual alienta la inversión local e
internacional, al mismo tiempo que genera una mayor competitividad.

Otra lección por aprender tiene que ver con el aumento de la


productividad de los factores de producción, como efecto de la inversión
de capital, las innovaciones tecnológicas y la capacitación de la fuerza
laboral.

Sin embargo, habría que precisar que el crecimiento no podría ser


sostenible si se ignoran temas como la desigualdad en el ingreso,
corrupción, transparencia, normas claras y un estado de derecho. En el
área comercial, China representa un socio estratégico para América
Latina.

En ello podemos ver que el intercambio comercial se caracteriza por


exportaciones de productos primarios y minerales, tales como, soja,
metales y petróleo de parte de América Latina, en tanto que las
importaciones concentradas en bienes manufacturados provienen de
Asia, estableciéndose un patrón de intercambio tipo nuevo centro-
periferia, donde claramente el nuevo centro es China.

La demanda de bienes primarios de parte de China obedeció a su


proceso de industrialización, lo cual condujo a un incremento de precios,
lo que significó una sustancial mejora en los términos de intercambio
para varios países latinoamericanos entre ellos el Perú.

El proceso de industrialización en China al pasar de bienes intensivos


en trabajo, como la confección, a sectores más intensivos en capital,
como los productos eléctricos y electrónicos, impulsaron fuertemente la
demanda de metales, asimismo el sector construcción y los proyectos de
infraestructura.

De otro lado, las exportaciones de América Latina compiten con una


diversificada fuente de abastecimiento de bienes primarios y minerales
hacia China, tales como, Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva
Zelandia y otros países vecinos del país asiático.

6. El comercio exterior peruano en el contexto global


La estructura y composición del comercio exterior peruano tiene un
patrón de especialización orientado a la exportación de productos
primarios y de bienes de poco valor agregado y la importación creciente
de bienes de alta y mediana tecnología, lo cual representa una de las
mayores debilidades de la economía nacional.

Esta estructura del comercio que caracteriza a la economía peruana


como primario - exportadora, aún no ha podido ser revertida; la misma
que viene desde el siglo XIX hasta finales del siglo diecinueve tres
cuartas de la población vivían inmersas en un régimen autárquico, y
cuyo sector comercial consistía en economías primarias de exportación
diseminadas por el territorio de la república.

El proceso de liberalización comercial de la economía peruana se inició


en 1990 con una reforma comercial, dándose inicio al proceso de
desmantelamiento del sistema proteccionista estructurado durante los
últimos gobiernos.

En 1991 se profundizó la reforma comercial estableciéndose una


estructura arancelaria simplificada de tres niveles (5%, 15% y 25%), de
las cuales el 81% correspondían a las partidas arancelarias del 15%.
Pasando el arancel promedio del 66% al 17% en el lapso de un año, con
una disminución en la dispersión de las tasas.

Simultáneamente se liberalizaron la cuenta corriente de la balanza de


pagos y la de capitales, optando el BCR por un sistema cambiario de
flotación sucia, con intervenciones permanentes a fin de evitar
fluctuaciones severas del tipo de cambio. Como parte del proceso de
liberalización comercial, en 1991 se eliminó el Certificado de Reintegro
Tributario (CERTEX), principal instrumento de promoción de
exportaciones no tradicionales desde finales de los setenta; siendo
reemplazado por el drawback, mecanismo de devolución de impuestos
pagados por los exportadores de productos no tradicionales, y que a
partir de 1995 equivale a 5% del valor FOB exportado a todos los
productos que en el año anterior registraron ventas al exterior por menos
de 10 millones de dólares.

En 1996, se crea una Comisión para Promoción de Exportaciones del


Perú (Prompex) como un organismo estatal autónomo con el objetivo de
promover las exportaciones de productos peruanos en el exterior.
Asimismo, se crearon los Centros de Transformación y Comercialización
(CETICOS) mediante los cuales, las empresas exportadoras quedan
exoneradas de todo impuesto, tasa, aportación o contribución, tanto
nacional como municipal, durante los 15 años posteriores al inicio de sus
operaciones.

Los CETICOS, fueron considerados Zonas Primarias Aduaneras, de tal


forma que las mercaderías que ingresen a dichos centras a través de Ilo,
Matarani o Paita, eran exentos de pago de derechos arancelarios y
demás tributos. Las exportaciones que prácticamente estaban
estancadas hasta 1993, iniciaron un proceso de crecimiento acelerado a
partir de 1994, alcanzando en el caso de las exportaciones tradicionales,
como el cobre, oro y harina de pesado, una tasa de crecimiento anual de
19.3%, como resultado de un aumento de 80% en el volumen de oferta
exportable durante 1990 y 1997; y en el caso de las exportaciones no
tradicionales la tasa promedio fue de 19.1%, sustentada en una mayor
diversificación de la oferta exportable. No obstante, el dinamismo
generado en las exportaciones se generó en déficit comercial entre 5.0%
y 7.3%.

Por otro lado, la participación de las importaciones se incrementó en casi


5 puntos porcentuales del PBI durante los noventa. Derivándose un
hecho importante, que la participación de las exportaciones más
importaciones en el PBI no llegó al 30%, a pesar de la apertura
comercial y el incremento de las exportaciones.

Durante el período 2005-2014, bajo un contexto externo favorable y una


política económica orientada a dar estabilidad de precios en la economía
peruana, la tasa de crecimiento promedio del PBI fue de 6.1% y un nivel
de inflación promedio de 2.9%. A pesar de la crisis financiera
internacional de 2008; después de registrar una contracción de -12% en
el año 2009, el sector exportador peruano tuvo un sorprendente
crecimiento del 33.3% y 29.4% en los dos años siguientes 2010 y 2011,
como efecto de la política contracíclica aplicada en la economía china,
vinculada a la inversión en infraestructura. Sin embargo, a partir del año
2012 comienza el declive en las exportaciones, -0.3% en 2012, -7.9% en
2013 y -9.6% en 2014, fundamentalmente en sectores industriales como,
el textil, confecciones y metalmecánica, los mismos que pierden
competitividad frente a los productos del Asia y enfrentan serias
restricciones al comercio en la región sudamericana. Además, la crisis
de los bonos soberanos europeos, genera una segunda desaceleración
de la economía, lo cual evidenció la necesidad de una mayor
diversificación de mercados de las exportaciones peruanas, ya que en el
año 2012, la tasa de crecimiento de las exportaciones tradicionales cayó
en -3.3% y en 10.0% las no tradicionales.

En el año 2014 la participación porcentual de las exportaciones en el PBI


retrocedió a 19.4% desde un 27.2% en 2011, regresando a la
participación porcentual del año 1978. La tasa de crecimiento del PBI se
desaceleró abruptamente a partir de 2014 alcanzando solo un nivel de
2.4% en este año, debido principalmente a condiciones externas
adversas, asociadas a la caída de los precios de las materias por el
cambio de modelo de China, un declive en la confianza interna y una
reducción de la inversión, asociados al cambio presidencial.

Además de las condiciones climáticas que afectaron, la industria


pesquera y, la ejecución del programa de inversión pública. Dando como
resultado una contracción de 4.8% en la inversión bruta interna y un
nivel de inflación de 3.2%.

En el año 2015, la Asociación de Exportadores del Perú (ADEX) alerta


sobre la crisis por la que viene pasando el sector exportador peruano,
convocando a las instancias gubernamentales a dar las políticas fiscales
y exoneraciones tributarias y laborales sobre las gratificaciones, a fin de
retomar el crecimiento. Ya que todos los sectores exportadores estaban
en rojo, incluso las agro exportaciones declinaron en -4.8% hacia abril de
2015.

El conjunto de las exportaciones no tradicionales, aquellas que


representan alrededor del 35% de la canasta total y donde descansa el
futuro de la diversificación productiva del país, tuvo una merma de 7.5%
en el período de enero a junio de 2015.

El pobre desempeño de las exportaciones no tradicionales tiene un


crucial diagnóstico en el índice de competitividad del World Economic
Forum (WEF), donde el Perú pasó de la posición 61 en el 2014 a la 65
en el 2015. El ránking IMD del Centro Mundial de Competitividad registra
un descenso para el Perú de 11 posiciones desde el año 2011.

Del puesto 43 cayó al 54. Como referencia, Chile se ubica en el puesto


35. El tema de fondo es la pérdida de competitividad en actividades
intensivas en mano de obra frente a productos del Asia; además de
enfrentar la contracción del mercado norteamericano y las restricciones
al comercio en Ecuador, Venezuela y Argentina, dejando de exportar
1,938 empresas y salieron de la actividad 1,822 empresas, lo cual
representa una pérdida de empleos y capacidad exportadora muy difícil
de recuperar

La agenda pendiente son los problemas tributarios, laborales y


logísticos, para lo cual se plantean reformas institucionales, la reforma
tributaria y la reforma laboral. No obstante, se considera que éstas
serían medidas de corto plazo, ya que en el mediano plazo se tiene el
fundado temor que no habrá retorno al crecimiento anterior, debido a la
reestructuración de la economía global cuyo centro de gravedad se
traslada a el Asia y debido también al agotamiento del modelo de los
TLCs bilaterales, los cuales ya no tienen el mismo impacto anterior
porque muchos países firmaron acuerdos con las principales economías
del mundo.

7. Conclusiones
Como conclusión llegamos a que una de las tendencias de la economía
mundial, es el alcance cada vez más global de las crisis
macroeconómicas, mostrando hasta qué punto las economías en
desarrollo y las economías emergentes dependen del proceso cíclico
originado en las economías desarrolladas y de los vínculos comerciales
y financieros y la importancia de las cadenas de suministro en la
propagación de las crisis.

La estructura y composición del comercio exterior peruano tiene un


patrón de especialización orientado a la exportación de productos
primarios y de bienes de poco valor agregado y la importación creciente
de bienes de alta y mediana tecnología, lo cual representa una de las
mayores debilidades de la economía nacional.

Si en el Perú, se tendría una tendencia a dar el valor agregado a los


productos y no ser simplemente exportadores, esto repercutiría mucho
más en la economía puesto que se generaría más puestos de trabajo ya
que se ha visto que enviamos materia prima y luego lo importamos el
mismo producto pero trasformado.

Referencias bibliográficas
Asociación de Exportadores del Perú (ADEX). (2015). Crisis exportadora.
¿Qué hacemos para reflotar el sector?, Rev. Perú Exporta N° 393, abril/junio,
Lima, Perú.
Asociación de Exportadores del Perú (ADEX). (2015b). Exportaciones para que
piquen, Rev. Perú Exporta N° 394, agosto, Lima, Perú.

Banco Mundial. (2015). Perú, Panorama General.

BOUBY, FRANCISCA. (1998). El TLC en el contexto de la globalización y


regionalización. El caso del Sector Automotriz Terminal Mexicano. Tesis de
Maestría, UNMSM, Facultad de Economía, Lima, Perú
CEPAL. (2015). Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el
Caribe. La crisis del comercio regional: diagnóstico y perspectivas, Naciones
Unidas, Santiago de Chile

Cornejo Enrique (1996). Comercio internacional, hacia una gestión competitiva.


Edit. San Marcos, Lima, Perú

Organización Mundial del Comercio (OMC). (2014). Informe sobre el comercio


mundial 2014. Comercio y Desarrollo tendencias recientes y función de la
OMC, Ginebra, Suiza

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