Trabajo Beni
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Nacional”
TEMA :
LA CULPABILIDAD E INIMPUTABILIDAD
ALUMNA:
BENIZABET QUISPE BALCON
DOCENTE:
URIOL VALVERDE VICTOR
CURSO :
DERECHO PENAL GENERAL
CICLO:
III
SATIPO – PERU
2018
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INDICE
1. Introducción
2. Causas de inimputabilidad
3. La Culpabilidad
4. El Dolo
5. Conclusiones
6. Bibliografía
Introducción
CAUSAS DE INIMPUTABILIDAD
1. Concepto y Definiciones.
El Dr. Julio Andrés Sampedro Arrubia dice "La inimputabilidad es la incapacidad del sujeto
para ser culpable siendo determinante la falta de conocimiento de la ilicitud y/o la alteración de la
voluntad, siempre y cuando ocurran en el sujeto al momento de ejecutar el hecho legalmente descrito".
Son varias las definiciones encontradas en torno a las causas de inimputabilidad. A
continuación veremos algunas de ellas que hemos podido encontrar:
El libro de Hernando Grisanti Aveledo nos dice: “La causas de inimputabilidad”, son los motivos que
impiden que se atribuyan a una persona, el acto típicamente antijurídico que haya realizado.
Para el profesor Jiménez de Asúa, son motivos de inimputabilidad la falta de desarrollo y salud de la
persona en su mente; así como los trastornos pasajeros de las facultades mentales que privan o
perturban en el sujeto la facultad de conocer el deber.
Monografía.com: Las causas de inimputabilidad son aquellas que si bien el hecho es intrínsecamente
malo, antijurídico, no se encuentra sujeto a delito, por no concurrir en él el desarrollo y la salud
mental, la conciencia o la espontaneidad.
Las causas de la inimputabilidad serán pues todas aquellas capaces de anular o neutralizar, ya
sea en el desarrollo o salud de la mente, en cuyo caso el sujeto carece de la aptitud psicológica para la
delictuosidad.
Sistema biológico o psiquiátrico: En este sistema simplemente se alude a la causa por la cual
el sujeto es inimputable, sin que se entre a decir por qué razón esa causa o fenómeno
enunciado constituye inimputabilidad. Se pone como ejemplo de este el Código Penal
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español de 1932, cuando en su artículo 8° num. 1° dice: “Están exentos de responsabilidad
criminal: El enajenado y el que se halla en situación de trastorno mental transitorio a no ser
que éste haya sido buscado de propósito para delinquir”.
Se alude a la demencia o enajenación o al trastorno mental transitorio como
fenómenos que constituyen inimputabilidad, pero no se dice por qué esa demencia o
enajenación o trastorno mental transitorio hace al sujeto inimputable.
En Venezuela, la situación del trastorno mental transitorio es inferior al Código
español; nuestro Código Penal no consagra de modo expreso el trastorno mental transitorio,
ni siquiera se refiere a él, pero existe el problema psiquiátrico y claro está que, a pesar de no
estar consagrado en el Código Penal venezolano vigente, hay que resolverlo, y se resuelve
aplicando las reglas siguientes: si el trastorno tiene base patológica, el agente estará exento
de responsabilidad penal, lo ampara la inimputabilidad consagrada en el artículo 62
(enajenación, enfermedad mental suficiente). Si el trastorno tiene base de tipo emocional, el
agente estará amparado por una causa de atenuación y no de exención, consagrada en el
artículo 67 del Código Penal venezolano vigente
Así mismo Edmund Mezger cita como ejemplo el Primer proyecto del gobierno de un
Código Penal para la confederación de Alemania del Norte: “Una acción no puede ser
considerada como crimen ni delito cuando la libre determinación de la voluntad del autor se
hallaba excluida al tiempo del acto”.
Sistema mixto: Frente a la unilateralidad de los dos sistemas anteriores, en los que sólo se
enuncia bien la causa o bien el efecto, el sistema mixto alude tanto aquélla como éste. Se
menciona entonces el fenómeno o los fenómenos que convierten al sujeto en inimputable
pero se explica a la vez por qué ocurre eso, es decir, se menciona la repercusión de la edad, la
perturbación mental o la desarticulación cultural en la comprensión y la voluntad del sujeto.
Dentro de este sistema bien podríamos citar el Código Penal alemán de 1871 y el de
1975. Expresa el último: “Obra sin culpabilidad quien, en la ejecución de un hecho a causa de
perturbación de la conciencia o por debilidad mental u otros disturbios anímicos, es incapaz
de comprender lo injusto del hecho o de conducirse según esta comprensión”.
Así mismo hay que destacar el artículo 19 del Código Penal Tipo para América Latina:
“No es imputable quien en el momento de la acción u omisión, y por causa de enfermedad
mental, de desarrollo psíquico incompleto o retardado, o de grave perturbación de la
conciencia, no tuviere la capacidad de comprender el carácter ilícito de hecho o de
determinarse de acuerdo con esa comprensión”.
Lo mismo puede citarse aquí, el Proyecto de Código Penal para la Argentina
elaborado por Sebastian Soler en 1961 y el Anteproyecto de Código Penal para Venezuela
redactado por los profesores Luis Jiménez de Asúa y José Agustín Méndez. Dicen así, en su
orden: “No es punible el que no haya podido comprender la criminalidad del acto o dirigir sus
acciones debido a insuficiencia de sus facultades, alteración morbosa, aunque sea transitoria,
de las mismas o a una grave perturbación de la conciencia”. “No es imputable quien a causa
de las perturbaciones morbosas de su mente, de su insuficiencia psíquica o de trastorno
mental transitorio, no ha podido, en el momento en que ejecutó el hecho comprender la
ilicitud de su acción o regular su conducta conforme a las normas del Derecho”, en nuestra
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legislación penal se ha aceptado como único fundamento político el concepto psicológico
puro.
No parece fundada sino en la autoría moral, no en la violación de un deber jurídico,
porque no sólo exige que el autor tenga conocimiento, quiera la acción, sino que además,
aprecie el valor jurídico-penal de dicho hecho, teniendo la convicción de su responsabilidad
jurídica.
En la Argentina, el Profesor Soler opina de distinto modo, porque dice que el Código
Penal acepta la teoría normativa o valorativa, esto es, presupone la vinculación del autor del
delito con el orden jurídico, y así, la culpabilidad consistiría en el menos precio del bien
jurídico que el delincuente sacrifica, y que tiene su expresión subjetiva en la conciencia que el
autor tiene de la criminalidad del acto.
Como se ve es casi imposible que el autor del hecho asocie el orden moral con el
orden jurídico; que cuando ejecute un acto, tenga conciencia de estar contenido en un
precepto jurídico prohibitivo; y que, en la denominada culpa inconsciente, rija la concepción
de Soler.
- Jurisprudencia:
1. Para la aplicación de las medidas previstas en el aparte único del artículo 62 de Código
Penal, debe, previamente, haberse considerado “loco o demente” al procesado. Dichas
medidas no pueden aplicarse a procesados que no se encuentren en tales circunstancias.
2. La eximente prevista en el artículo 62 del Código Penal “… es aplicable cuando el agente ejecuta la
acción hallándose dormido o en estado de enfermedad mental que, de igual manera que a la persona
dormida, lo prive de la conciencia o de la libertad de sus actos”. Esta circunstancia debe estar
comprobada plenamente en las actas procesales.
De acuerdo a lo visto con anterioridad podemos decir que las causas inimputabilidad son las
siguientes:
a) Falta de desarrollo mental: o sea la minoridad de la persona hasta los doce años. “no es
punible: el menor de doce años, en ningún caso”. Tampoco es punible “El mayor de doce años
y menor de quince”. (Artículo 69 del Código Penal de Venezuela).
Nota: En este segundo caso por falta de desarrollo mental el legislador condiciona la
inimputabilidad a la capacidad de discernimiento del autor, ya que textualmente dice así: “No es
punible el mayor de doce años y menor de quince años a menos que aparezca que obra con
discernimiento”. (Artículo 69 del Código Penal de Venezuela). Hay una presunción legal de que él
menor obra sin discernimiento, sin embargo, corresponde al Ministerio Público o a quien interesé
en alguna de las partes, demostrar ese discernimiento en la actuación del menor. Es una cuestión de
política criminal que se establece para frenar los hechos delictivos cometidos por menores de edad
bajo el amparo de que actúan sin discernimiento; por eso, se deja esa alternativa de demostrarla si
hay evidencia que las permitan.
Tampoco se procederá contra el sordo mudo en ningún caso que al cometer el hecho
punible no hubiere cumplido los quince años. Esta es una inimputabilidad absoluta. Pero sin
embargo, si fuere mayor de quince y menor de dieciocho, si obra con discernimiento entonces se le
aplicará la pena correspondiente al delito, (Artículo 72 del Código Penal de Venezuela), disminuida
en una tercera parte (Artículo 71 del Código Pena de Venezuela). Aquí estamos en presencia de una
imputabilidad disminuida.
Opción de Juez: Si resulta que el procesado obró de manera irresponsable, el Juez queda facultado
para dictar las medidas que fuere necesaria hasta que cumpla los veintiún años.
Artículo 69.- No es punible: el menor de doce años, en ningún caso, ni el mayor de doce y
menor de quince años, a menos que aparezca que obro con discernimiento.
El Tribunal tomará las medidas que considere oportunas respecto a la educación del
menor irresponsable, el cual será mantenido en adecuado establecimiento de educación o en
casa de familia de responsabilidad.
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Artículo 70.- Si el mayor de doce años y menor de quince fuere declarado responsable, la
pena correspondiente al hecho punible se convertirá en arresto, si fuere de presidio o de
prisión, con disminución de la mitad; así mismo se disminuirán por mitad las otras penas y
todas las que estuviere sufriendo cesarán al cumplir los veintiún años.
Artículo 71.- El que cometiere un hecho punible siendo mayor de quince años, pero menor de
dieciocho, será castigado con la pena correspondiente, disminuida en una tercera parte.
Artículo 72.- No se procederá en ningún caso contra el sordomudo que al cometer el hecho
punible no hubiere cumplido los quince años; pero si fuere mayor de esta edad y menor de
dieciocho años, se aplicaran las disposiciones del artículo anterior, si obra con discernimiento;
si no, se le declarara irresponsable, pero el Tribunal dictara las medidas que estime
conducentes respecto a su educación hasta que cumpla los veintiún años.
Sin embargo todas estas disposiciones se encuentran derogadas por el Estatuto de
Menores el cual establece sustraer a los menores del campo del derecho penal, donde los
menores tienen el derecho de no ser considerados como delincuentes, y no sufrir por las
infracciones legales que cometan, debiendo ser sometidos a procedimientos reeducativos, todo
esto debido a que los menores carecen de capacidad de derecho penal, sin embargo si para la
fecha del delito alcanzo la edad de los dieciocho años, pero no todavía la edad de veintiún años,
tal agente será penalmente imputable y responsable.
b) Falta de salud mental (Enajenación mental): Ha sido considerada como una forma de
inimputabilidad, incluso en el Derecho romano, en donde se le denominó “factua infelicitas”.
Los dividió en los siguientes casos:
o Estado mental “furiosus”
o Estado mental demens”
o Estado mental “mente-captus”
El furiosus era considerado como inimputable absoluta,a menos que realizara el acto
en un intervalo de lucidez mental.
En cuanto a los otros dos, se les consideraba las causas de la excitación o de
depresión con el fin de aplicarles atenuantes, que con otros nombres estudiaremos en el
Derecho Penal Moderno.
Para la medicina clásica se agrupaba en cuatro clases: los idiotas que es la falta
congénita de las facultades mentales. Los imbéciles que son aquellos a quienes se les detienen
el desarrollo mental, o desarrollo cerebral. Hay factores exógenos como el alcoholismo, las
drogas y otros psicotrópicos que hacen que el cerebro se detenga en su desarrollo en cualquier
edad.
Los maníacos, que son aquellos que padecen de alucinaciones, creencia de sensaciones
inexistente de los sentidos, especialmente la vista y los oídos. Los alucinados creen oír voces
que les hablan, ven fantasmas y hasta llegan a decir que hablan personajes que han muerto
muchos años atrás y sienten unas androlatria por ellos. Padecen incluso de toxicofobia y creen
sentir venenos en sus comidas; creen en las falsas ilusiones que pueden ser generales o
“polimanías” o simplemente parciales o “monomanía”.
El maníaco alberga ideas de personajes que les han abandonado, o ideas ya
obsoletas que desea actualizar a su manera y a su gusto para sentirse bien ante la creencia de
que todos los demás se las aceptan como ideas maravillosas de su ingenio. Las ideas de
maníaco flotan en su espíritu, sin orden ni lugar como pensamientos incontrolables y dirigen su
conducta con tanta irresponsabilidad, por absurdas e incongruentes que sean. La manía puede
ser crónica, aguda, recurrente o continua.
En la manía recurrente, la causa puede durar días, semanas o meses, pero algunas veces son de
corta duración y el enfermo recobra la razón y aparece como una persona nueva, distinta y
hasta conciliador, virtudes estás que desaparecerán luego para presentarse con el perfil de
enfermo mental que realmente es. Por su puesto que el maníaco es muy peligroso por cuanto
se convierte en un excelente esposito mitomaníaco.
Finalmente la demencia se caracteriza por la incoherencia de leguaje, habla sin tener
conciencia de lo que dice; padece de una incongruencia que nunca coordinan y lo ataca la
amnesia.
Los artículos del Código Penal venezolano son muy claro al señalar lo siguiente:
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Artículo 62.- No es punible el que ejecuta la acción hallándose dormido o en estado de
enfermedad mental suficiente para privarlo de la conciencia o de la libertad de sus actos.
Sin embargo, cuando el loco o demente hubiere ejecutado un hecho que equivalga en un
cuerdo a delito grave, el tribunal decretara la reclusión en uno de los hospitales o establecimientos
destinados a esta clase de enfermos, del cual no podrá salir sin previa autorización del mismo
Tribunal. Si el delito no fuere grave o si no es el establecimiento adecuado, será entregado a su
familia, bajo fianza de custodia, a menos que ella no quiera recibirlo.
Artículo 63.- Cuando el estado mental indicado en el artículo anterior sea tal que atenúe en alto
grado la responsabilidad, sin excluirla totalmente, la pena establecida para el delito o falta se
rebajara conforme a las siguientes reglas:
3.- En lugar de la de presidio, se aplicara la de prisión, disminuida entre dos tercios y la mitad.
2.- En lugar de la prisión, se aplicara la de arresto, con la disminución indicada.
3.- Las otras penas divisibles se aplicaran rebajadas por mitad.
c) Defensa subjetiva: De acuerdo a lo señalado por el Dr. José Rafael Mendoza, la defensa
subjetiva se refiere en la jurisprudencia venezolana en forma imprecisa, en la llamada defensa
putativa, que se equipara a la legítima defensa objetiva. (Penúltimo aparte del artículo 65 de
Código Penal Venezolano). Los estados subjetivos son: Incertidumbre, temor y terror.
Artículo 65.- No es punible:
1.- El que obra en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, autoridad,
oficio o cargo, sin traspasar los límites legales.
2.- El que obra en virtud de obediencia legítima y debida. En este caso, si el hecho ejecutado
constituye delito o falta, la pena correspondiente se le impondrá al que resultare haber dado la
orden ilegal.
3.- El que obra en defensa de propia persona o derecho, siempre que concurran las circunstancias
siguientes:
a.- Agresión ilegitima por parte del que resulta ofendido por el hecho.
b.- Necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla.
c.- Falta de provocación suficiente de parte del que pretenda haber obrado en defensa propia.
Se equipara a legítima defensa el hecho con el cual el agente, en el estado de
incertidumbre, temor o terror traspasa los límites de la defensa.
d.- El que obra constreñido por la necesidad de salvar su persona, o la de otro, de un peligro
grave e inminente, al cual no haya dado voluntariamente causa, y que no pueda evitar de otro
modo.
¿Qué es la incertidumbre?
Es una situación psíquica en que el ánimo de la persona queda en suspenso por el
ataque de que es víctima. Esa incertidumbre para el actor es creadora de una reacción
inmediata que lo impulsa a actuar o a obrar inmediatamente, porque su estado anímico le
indica que para luego es tarde. La reacción debe ser inmediata en cuestión de fracción de
segundos que le son vitales o le pueden resultar mortales. Ante la incertidumbre no hay tiempo
de buscar alternativas y por lo tanto se actúa bajo un impulso que no admite otra conducta.
¿Qué es el temor?
El temor es el miedo, no es cobardía, sino un estado de ánimo que se apodera de la
persona ante un peligro inminente que lo atemoriza de tal modo, que inhibido de sus actos
volitivos, actúa conforme a lo que primero piensa hacer lo que es necesario para salvarse de un
ataque. Allí juega un papel muy importante la psiquis del individuo, y el psicólogo debe hacer
un examen para determinar su cuadro psicopatológico, su conducta frente al peligro y cómo
puede reaccionar para defenderse según la propia personalidad del que pretende defenderse.
El Dr. Jiménez de Asúa lo denomina: Miedo Insuperable.
d) Omisión por miedo insuperable: Hay que partir del artículo 73 de Código Pena venezolano, que
señala: “No es punible el que se incurra en alguna omisión hallándose impedido por causa
insuperable”.
El artículo 73 antes citado, divide en dos partes esta omisión:
Causa legítima o insuperable: El legislador utiliza una conjunción disyuntiva que se
interpreta como una alternativa que es equivalente una o la otra. De tal modo, que la causa
legítima o insuperable es lo mismo.
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Artículo 73: No es punible el que se incurra en alguna omisión hallándose impedido por causa
legítima o insuperable.
La inimputabilidad se apoya precisamente en la causa legítima e insuperable, lo
cual se traduce en un impedimento que da motivo a la omisión irremediable. Ejemplo: Quien
por enfermedad comprobada no puede asistir al llamado de la autoridad, queda exento de
responsabilidad porque su omisión obedece a una causa legítima o insuperable.
Por lo tanto, la omisión que la ley castiga es aquella que se origina en la falta
consciente y libre por parte de la persona.
Es de advertir que en la omisión por causa insuperable, también se considera el
miedo como factor justificante en caso de omisión. Según el Dr. Mendoza, “puede el miedo
influir para que se omitan actos que deben ser cumplidos de acuerdo con deberes legales. –
Pero no es apreciable la eximente del artículo 73 Código Penal venezolano, en aquellos delitos
que exigen acción, ni en los que exigen una serie de actos que determinen acciones voluntarias
penadas por la ley, ni cuando la excusa insuperable que imposibilite el cumplimiento de un
precepto legal, haya dependido de la voluntad del procesado que la alega”.
La Culpabilidad
1. Concepto y Definiciones:
En nuestra investigación hemos encontrado diversas definiciones referentes a la culpabilidad,
que como bien es sabido conforma el quinto elemento del delito, e indica la exigencia de una relación
psíquica entre el sujeto y su hecho, siendo sus formas o especies el dolo y la culpa.
Aunque todas estas definiciones se asemejan, hemos querido anexarlas con el fin de
enriquecer más nuestro trabajo, los cuales iremos citando a continuación:
Enciclopedia Jurídica OPUS: “la culpabilidad”, Cualidad o condición de culpable. Así como la
antijuridicidad es un juicio que atañe al lado externo del hecho perpetrado, la culpabilidad se
refiere al lado o aspecto interno o psicológico de él.
Enciclopedia Microsoft Encarta 2004: “la culpabilidad”, es otro elemento del delito, de tal
forma que se puede afirmar que no hay pena sin culpa (nullum crimen sine culpa). Con
carácter general, existe culpabilidad cuando existía la opción de haber actuado de forma
diferente a como se hizo, lo cual supone situar en el fundamento de la misma a la libertad y
exige la imputabilidad.
Monografía.com: “la culpabilidad”, es la relación directa que existe entre la voluntad y el
conocimiento del hecho con la conducta realizada.
Según Vela Treviño: “la culpabilidad”, es el elemento subjetivo del delito y el eslabón que
asocia lo material del acontecimiento típico y antijurídico con la subjetividad del autor de la
conducta.
Según el libro de Alfonso Reyes E. “la culpabilidad”, es la ejecución de hecho típico y
antijurídico por alguien que lo hizo como resultado de operación mental en la que
intervinieron consciente y libremente las esferas intelectiva, afectiva y volitiva de su
personalidad.
Según los libros de Luís Jiménez de Asúa y Hernando Grisanti Aveledo: “la culpabilidad”, en
su más amplio sentido puede definirse como el conjunto de presupuestos que fundamentan
la reprochabilidad personal de la conducta antijurídica.
Según las guías del profesor Pastor Alberto Palacios S (Profesor de la U.F.T): “la culpabilidad”,
es la mayor o menor reprochabilidad que se le puede hacer a una persona natural por una
acción típica delictuosa, antijurídica e imputable.
2. Naturaleza de la culpabilidad
Existen dos vertientes o teorías fundamentales que tratan de explicar la culpabilidad como
elemento del delito; la primera una teoría normativa, y la segunda una teoría psicológica.
A continuación, iremos estudiando cada una de estás teorías:
La teoría normativa: Concibe la culpabilidad como un hecho psicológico valuado con arreglo a una
norma, mediante un juicio tendiente a decidir si ese comportamiento, que significa un apartamiento
objetivo del Derecho, es subjetivamente reprochable al autor por implicar dentro de su posibilidad de
actuar de otra manera, una infracción a su deber de actuar como el Derecho se lo exigía. No es el
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hecho psicológico como tal, sino su valoración, en relación a la exigencia de una norma, lo que da
significado a la doctrina de la culpabilidad. Sus características principales pueden ser formuladas de un
modo general:
a. El contenido de culpabilidad no se agota por los elementos psicológicos contenidos en el dolo
y en la culpa.
b. La culpabilidad es un juicio formulado sobre una situación de hecho, generalmente
psicológica, a consecuencia del cual la acción es reprochable.
c. Es el conjunto de aquellos presupuestos de la pena que fundamentan, frente al autor, la
reprochabilidad de la conducta antijurídica con lo cual la imputabilidad deja de ser un
presupuesto de la culpabilidad para serlo de la pena.
d. Son objeto de estudio, dentro de la culpabilidad, todas las causas que la excluyen, como
elemento de juicio para decidir si ha habido o no una motivación normal.
e. El dolo y la culpa son sus elementos.
f. También lo son para la afirmación del juicio de reproche, las causas de exclusión de la
culpabilidad.
Esta concepción estudia la culpabilidad dentro de los vastos campos de la reprochabilidad, la
exigibilidad, las motivaciones y la caracterología, o personalidad del delincuente. Reprochabilidad es la
cualidad de la acción que posibilita hacer un reproche personal al autor, porque no la ha omitido; o
como dice Carrara, para que una acción pueda ser legítimamente declarada imputable a su autor, se
requiere que pueda echársela en cara como un acto reprobable. Para que una acción pueda ser
reprochable su omisión debe ser exigible. Si el hacer contrario a la norma provoca un juicio de
culpabilidad, esa norma desatendida debe tener un contenido de exigibilidad. La concepción
normativa de la culpabilidad requiere presupuesto de hecho, sin los cuales no es posible construirla, y
entre esos elementos apriorísticos, situados fuera de la culpabilidad, se halla la motivación normal; o
dicho de otro modo que el sujeto actúe sin óbices que le impidan o tuerzan el razonamiento o la cabal
comprensión del acto y de las consecuencias sobrevinientes. Cuando esa motivación es anormal, es
decir, cuanto está fuera del razonamiento o de la cabal comprensión del acto, queda excluida la
culpabilidad.
La teoría psicológica: Este modo de concebir la culpabilidad situó el núcleo de ésta en el dolo y en la
culpa, es decir, en la vinculación de índole fundamentalmente psicológica entre el autor y el hecho. En
este caso la imputabilidad es un presupuesto de esas formas de ser culpable, y el error, la ignorancia y
la coacción son causas que las excluyen. Se le crítica que no puede explicar cómo la culpa
inconsciente, en la que falta la relación psíquica directa del autor con el resultado delictivo, es una
forma de culpabilidad; que, además, no siendo dentro de él graduable la relación psíquica del autor
con el resultado, no permite la gradualidad del dolo. En concreto, la imputabilidad sí es psicológica,
pero la culpabilidad es valorativa.
Jurisprudencia:
“…El concepto de la culpabilidad jurídico-penal, está definido en la fórmula
contenida en el artículo 61 del Código Penal venezolano, que define el sistema que rige en el
país: Nadie puede ser castigado como reo de delito no habiendo tenido la intensión de
realizar el hecho que los constituye, excepto cuando la ley se lo atribuya como consecuencia
de su acción u omisión”.
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Los reglamentos en cambio van dirigidos a cubrir una determinada disciplina o rama de la
actividad individual o social, a cautelar a señaladas empresas y pueden emanar de la autoridad y de los
particulares en las empresas privadas. Cuando se trata de una violación de los reglamentos, que
producen resultado perjudicial, basta la demostración de la trasgresión, sin necesidad de prueba de la
previsión o no de las consecuencias, porque el legislador ha previsto que, desarrollándose cierta
velocidad en el automóvil por las calles, puede causarse la muerte o atropello de las personas, y
prohíbe marchar a esa velocidad; por tanto, si el sujeto desacata el reglamento que contiene la
prohibición, se torna ipso facto responsable por culpa. No puede permitírsele que ante el Juez trate de
demostrar que no puede prever las consecuencias que debían derivarse del exceso de velocidad en la
calle, porque el Estado a previsto por él.
Las inobservancias pueden por sí solas constituir delito o falta y castigarse sin resultado
perjudicial; si ocasiona éste, procede la persecución por ambos, el resultado y la sola trasgresión, hay
concurso ideal de infracciones.
4. Causas de inculpabilidad.
Son aquellas que excluyen la culpabilidad, y por lo tanto el delito, y por consecuencia la
responsabilidad penal. Son las que impiden que se reproche a una persona imputable el acto
típicamente antijurídico que ha realizado.
La causa de inculpabilidad por excelencia es el error de hecho esencial e invencible. Y
decimos que es la fundamental porque casi todas las otras causas de inculpabilidad se fundamentan
en ésta.
Otra causa de inculpabilidad es la obediencia legítima y debida, consagrada en el ordinal 2do
de artículo 65 del Código Penal venezolano vigente (El que obra en virtud de obediencia legítima y
debida. En este caso, si el hecho ejecutado constituye delito o falta, la pena correspondiente se le
impondrá al que resultare haber dado la orden ilegal).
Otra causa es la no exigibilidad de otra conducta y, por último, las eximentes putativas, y
además el caso fortuito. Causas que desarrolláremos a continuación:
Error: El error es una causa de inculpabilidad eximente de responsabilidad penal, cuando estén
satisfechas las condiciones exigidas para ello.
En la psicología, se establece una diferencia entre ignorancia y error: la ignorancia implica la
total ausencia de noción sobre un objeto determinado, en tanto que el error implica una falsa o
incompleta percepción de la realidad. Pero esta diferencia no tiene relevancia jurídica; por ello, en la
ley da lo mismo hablar de ignorancia de la ley que de error de derecho.
Existen dos clases de errores que estudiaremos a continuación que son:
1) Error de hecho: Es el que recae sobre acontecimientos que ocurren en la vida real.
2) Error de derecho: Es el que recae sobre la existencia, la extensión, el alcance, la vigencia u
obligatoriedad de una norma jurídica.
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No exigibilidad de otra conducta: Es una teoría alemana, que pretende suplir algunos casos no
comprendidos en el estado de necesidad, y por consiguiente resulta una causa “supralegal de no
punibilidad, como ha sido denominada por la doctrina.
Esta teoría pretende establecer el principio de que el arbitrio judicial puede crear causas o
motivos excluyentes de culpabilidad y, por lo tanto, como dice el expositor Santaniello “la
tendencia de la no exigibilidad viene a comprometer la exigencia de certeza del Derecho”.
En el Código Penal venezolano tiene motivos expresos de no punibilidad que responde al
concepto de la “no exigibilidad”. Por ejemplo: no es punible el encubridor de sus parientes
cercanos, y no es punible el testigo que incurre en falso testimonio para salvar a un amigo íntimo
o bienhechor (Artículos 257 y 243 del Código Penal venezolano)
Eximentes putativas: Cuando el agente obra con la creencia errónea, pero seriamente fundada en
las apariencias, en los antecedentes, en las circunstancias del caso concreto, de que está
amparado por una causa de justificación, cuando efectivamente tal causa de justificación no
existe, es decir, no lo ampara, porque no están satisfechas las condiciones exigidas por la ley para
que tal causa de justificación proceda. La eximente putativa se apoya en un error de hecho,
esencial e invencible en que ha ocurrido el agente, y en tales circunstancias el agente sólo está
amparado por una eximente putativa, una causa de inculpabilidad, también eximente de
responsabilidad penal.
La más comúnmente invocada de las eximentes putativas es la llamada defensa
putativa o inculpable, que se diferencia de la legítima, que, es el primer requisito, impretermitible,
de la legítima defensa; agresión ésta que puede ser actual o inminente, y que, objetivamente, no
existe en la defensa putativa o inculpable, pero el agente pudo pensar razonablemente que
estaba siendo objeto de una agresión, dadas las circunstancias y antecedentes del caso particular
y concreto.
Caso fortuito: Los hechos, obstáculos o causas que impiden al deudor el cumplimiento de la
obligación recibe en doctrina la denominación genérica de “Causa Extraña no Imputable” y
configuran el incumplimiento involuntario por parte del deudor, quien queda exonerado del
deber de cumplir la prestación (deber de prestación) y de la responsabilidad civil que el
incumplimiento de la prestación pueda acarrearle.
6. Encubrimiento: Es considerado como una figura delictiva que comete el que ayuda de cualquier modo
el autor de cualquier delito bien favoreciendo su ocultación a fin de que puede eludir la acción de la
justicia, bien mediante la adquisición de las cosas que han sido objeto de aquél, ya haciendo
desaparecer las huellas o elementos comprobatorios del hecho delictuoso con posterioridad a la
comisión de éste y siempre que no haya habido concierto anterior al delito ni haya contribuido a
llevarlo a ulteriores efecto.
7. Especies de culpabilidad: Son dos el dolo y la culpa.
Dolo: Tema que tocaremos posterior. Sin embargo podemos decir que es la intención más o menos
perfecta de hacer un acto que se sabe contrario a la ley.
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Culpa: Existe culpa cuando, obrando sin intención pero con imprudencia, negligencia, impericia en la
profesión arte o industria, o por inobservancia de los reglamentos, ordenes o instrucciones se
causa u ocasiona un resultado antijurídico previsible y penalmente penado por la ley.
Bibliografía
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Ossorio, Manuel y Cabanellas de las Cuevas, Guillermo. (2005). “Diccionario de Ciencias Jurídicas,
Políticas y Sociales”. Argentina. Editorial. Heliasta.
Múltiples autores. (1998): “Enciclopedia Jurídica OPUS”. Caracas-Venezuela. Editorial. Ediciones Libra.
Grisanti Aveledo, Hernando. (2005): “Lecciones de Derecho Penal”. Valencia-Venezuela-Caracas.
Editorial. Vadel Hermanos.
Mendoza Troconis, José Rafael. (1958): “Curso de Derecho Penal Venezolano”. Caracas-Venezuela.
Editorial. Librería Destino.
Caballero, Jorge Frias. “Teoría del Delito”. Caracas-Venezuela. Editorial. Livrosca.
Jiménez de Asúa, Luis. (1997): “Lecciones de Derecho Penal”. México. Editorial. Harla.
Reyes E, Alfonso. (2000): “Derecho Penal”. Bogota-Colombia. Editorial. Temis.
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Microsoft Corporation. (2004). “Enciclopedia Encarta”.
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