Pasiones Bibliográficas
Pasiones Bibliográficas
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BIBLIOGRÁFICAS
PASIONES
BIBLIOGRÁFICAS
Vint anys de la
Societat Bibliogràfica Valenciana
Jerònima Galés
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© De los autores
Edita:
Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés
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Imprenta Romeu
ISBN:
Depósito legal:
Sumario:
33
FERRANDO, Antoni / ESCARTÍ, Vicent Josep
Impremta i vida literària a València en el pas del
segle XV al XVI
GARZÓN, José A.
La búsqueda del santo Grial del Ajedrez 49
65
GOBERNA ORTIZ, Fernando
La biblioteca del ilustrado valenciano
José Ortiz y Sanz (1739 - 1822)
HUGUET, Jesús
Impremta i Premsa en el Castelló de l’inici del segle XX 74
HUGUET, Jesús
Tirant lo Blanch i els origes de la impremta valenciana 81
HUGUET CHANZÁ, José
La fotografía en los libros 86
MUÑOZ FELIU, Miguel C.
Bibliofilia y desamortización en la Valencia del siglo XIX 100
PONS ALÓS, Vicente
Insigne Decus. Impresores al servicio de la Catedral
de Valencia (1665 - 1935)
111
RAMÍREZ ALEDÓN, Germán
Las librerias de Vicente Salvá en Londres y París (1825 - 1849) 123
136
REIG FERRER, Ana Mª
Fuentes para el estudio de la imprenta valenciana: El archivo
familiar de los Monfort-Rius
REUS I BOYD-SWAN, Francesc
El sainet valencià 153
RODRIGO MANCHO, Ricardo / PÉREZ PACHECO, Pilar
La impremta valenciana de Brusola al voltant de 1814.
El paper polític dels col.loquis 165
SALA, Daniel
El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia,
patrimonio cultural inmaterial de la humanidad 177
186
SOLAZ I ALBERT, Rafael
L’Infernet de les biblioteques. Erotisme, prohibicions
valencianes i altres temes
SOLAZ, Rafael
Anals Valencians
Apéndices
206
GARZÓN, José A. / SOLAZ, Rafael
Memoria de las Jornadas de Bibliofilia 217
RAMÍREZ ALEDÓN, Germán
Dos décadas de publicaciones 221
CODINA BAS, Juan
Veinte años de excursiones, visitas y viajes 225
RAMÍREZ ALEDÓN, Germán
Huerta y contribución de la ciudad de Valencia 246
o Vint anys o
Pasiones bibliográficas 7
d’agrair-li novament la seua disposició. I per altra banda, l’edició d’aquest
llibre amb el títol de Pasiones bibliográficas, que arreplega articles
d’alguns dels socis en relació amb la bibliofília, el llibre i tot el seu món,
obra per a la qual es va nomenar un equip d’edició que l’ha fet possible.
Assenyalar, en aquest sentit, l’aportació feta per Fernando Báez, tot un
especialista en estudis sobre el món dels llibres i autor de reconeguda
solvència internacional.
Des d’ací volem agrair a tots aquells socis que al llarg d’aquests anys
han fet possible que “la Jerònima” continue endavant. També el nostre
agraïment a les impremtes i institucions que de manera desinteressada ens
han ajudat. A tots, gràcies.
8 Pasiones bibliográficas
AS Presentación
AS
Fernando Báez (*)
Escritor, activista, traductor, viajero
Pasiones bibliográficas 9
los diálogos de Platón, los tratados de Arquímedes, las obras de Aristóteles, la Divina
Comedia de Dante, las piezas de ese misterioso hombre que fue Shakespeare, Don Quijote
de Cervantes, Las mil y una noches y los cuentos de Borges, sólo por mencionar algunos
hitos.
La aparición de la escritura, por decir, supuso una transformación completa en la
memoria colectiva de una docena de civilizaciones fundadoras. De todas las actividades que
distinguen la cultura, la escritura es una de las más importantes porque es una herramienta
excepcional de organización social y de reafirmación. Como lo confirma la propia raíz
etimológica indoeuropea skribh-, la escritura hace un “corte, separación, distinción”.
Es un hecho evidente que todas las especies biológicas poseen sistemas de comunicación,
vocales, químicos, gestuales u olfativos; el hombre, en cambio, ha logrado representar
con el lenguaje sus procesos mentales más complejos y, de alguna manera, convertir los
sonidos y gestos en diversos signos visibles abstractos y convencionales que garantizan
la protección de sus tradiciones. El hombre es la única especie de casi seis millones que
existen que logró escribir. Si esto no es increíble, no sé qué pueda serlo.
De la escritura se llegó con prontitud a la necesidad de un soporte que fue el libro.
Borges, en una intuición fabulosa, señaló: «De los diversos instrumentos del hombre,
el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El
microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de su voz;
luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el
libro es una extensión de la memoria y de la imaginación».
El invento del libro comenzó como algo sagrado, en el interior de los templos donde se
pedía a los caprichosos dioses del pueblo sumerio un poco de clemencia ante las sequías
o inundaciones que ponían en jaque de forma permanente la riesgosa vida de los pueblos
y ciudades.
La formación de las ciudades y los imperios, es decir, la integración de un número
considerable de individuos en un sistema político, y su jerarquización en castas y en clases,
es paralela a la escritura y produce mareo pensar en sus costos en términos de poder. Tal
es, en todo caso, la evolución típica a la que se asiste, desde Egipto hasta China, cuando
aparece la escritura: fue una hazaña que se mantuvo como un secreto entre los anónimos
escribas que, sin saberlo, cambiaron para siempre la transmisión del conocimiento y
dieron sentido al mito de los orígenes: al igual que los hombres, los libros acabarían siendo
constituidos con barro y dotados de la magia del verbo.
Lo insólito en un mundo que sucumbe con frecuencia a los desastres naturales, accidentes
y guerras, es que esta fascinante tecnología de la memoria se mantuvo en el tiempo y
tenemos registros arqueológicos de que fue creada de nuevo y de modo independiente por
otras cuatro civilizaciones distintas en tres continentes: en África los egipcios hicieron
un aporte casi simultáneo, en Asia lo consiguieron los chinos (que luego aportarían nada
menos que el papel) y en América se impuso entre los aztecas y los mayas. Desde entonces,
hasta el siglo XXI el libro ha pasado por cinco fases: creación, consolidación, expansión,
popularización y digitalización.
10 Pasiones bibliográficas
En la crónica remota o en la actual, pasando por la inflexión aguda de la imprenta
en 1455, el libro ha llegado a ser una metáfora del mundo, como lo evidencia su éxito
comparativo. El libro resultó, así, una propuesta que intentó configurar el todo como
razón en contra de la certidumbre de lo imposible. Esa idea de que el libro era algo más
que una estructura física, que era una máquina para pensar capaz de proteger la memoria
colectiva o individual, culminó en el éxito de algunas metáforas poderosas que no pueden
ser desestimadas: el libro pasó a ser un talismán, un archivo de vida, un reflejo de la
naturaleza como parte de un espejo perdido, un símbolo del mundo o el mismo mundo,
la versión de un código de la vida como el genoma de la cultura, un sueño individual o
solitario y un peligro para los tiranos.
El libro llegó a ser concebido como un objeto tan sagrado que incluso algunos eruditos
dudaban que su forma pudiera ser la que cualquier humano puede leer: “En el cielo Dios
lee el libro del Talmud. Pero ¿Qué clase de libro es? ¿Se parece a los que usamos para
leer, hechos de pieles de carneros o de machos cabríos o de bueyes o de juncos extraídos
de las marismas de Oriente? Pero este está hecho de trozos de ropa vieja o cosas más viles
aún y escritos sus signos con plumas de aves o con cañas afiladas y con una tinta de la
más infecta clase”.
Es curioso, pero el erudito Ernest Cushing Richardson, en su excéntrica y olvidada
obra The beginnings of libraries (1914), contaba o recordaba un fragmento conservado
en lengua griega del sacerdote babilonio Beroso donde se exponía el mito sumerio del
diluvio y hay una alusión a Xisuthros, el hombre que sobrevivió a la gran inundación y
que tras conocer el destino fatal de la humanidad pensó en recolectar “una suma escrita
del inicio, progreso y conclusión final de todas las cosas”, decidió enterrar estos escritos,
construyó un barco y finalmente dejó instrucciones a sus descendientes de cómo buscar
esos textos, “y los encontraron en Sippar y pudieron habitar el mundo”.
Beroso, en otro fragmento, señaló increíblemente que la primera ciudad del mundo
se llamó Pantibiblion o “Todos los libros”. En la cronología mesopotámica la historia se
divide por el Abubu o diluvio, probablemente una crecida del Tigris y el Éufrates, que
aniquiló culturas enteras y quedó una nostalgia de ese acontecimiento recogido por otras
religiones
¿Una megabibiblioteca urbana? El rey Asurbanipal, cuya colección de libros
apareció enterrada en las ruinas bíblicas de la ciudad de Nínive (hoy se llama Kuyunjik),
estaba de acuerdo con esa idea: “Leí la escritura artificial de los sumerios y el oscuro
acadio, de difícil dominio, gozando de la lectura de las piedras anteriores al diluvio,
enfadándome tontamente, desconcertado ante la magnífica escritura […]” . Por lo que
sabemos, la excavación de Henry Austin Layard, en 1849, permitió llegar hasta las ruinas
de la biblioteca del Palacio de Asurbanipal, donde estaban más de 20.000 tablillas que
serían trasladadas a Gran Bretaña y depositadas en el Museo Británico y provocarían dos
valiosas consecuencias: el desciframiento del cuneiforme y el advenimiento de la prueba
de que existió una gran literatura en Mesopotamia que resume perfectamente el Poema
de Gilgamesh.
A la pregunta de qué es un libro, respondo como lo he hecho desde hace ya tiempo:
Pasiones bibliográficas 11
creo que el libro es ante todo una tecnología de la memoria cuyo contenido cultural
puede ser leído, oído o palpado debido a su presentación impresa o electrónica en forma
compaginada. La definición que ofrece del libro el Diccionario de la Real Academia debe
ser replanteada con urgencia en el siglo XXI.
El libro es un instrumento perfeccionado por la evolución cognitiva adaptativa
como resolución de una profunda necesidad social explícita de plasmar una guía más
duradera en la supervivencia en la transmisión de corriente de ideas, datos o narrativas.
El libro reafirma el lazo de identidad que proporciona el lenguaje y es un producto de
la cooperación asociativa; igualmente ha contribuido a ser la base fundamental de una
industria próspera en la que participan lectores, autores, editores, agentes, impresores,
correctores.
Elizabeth Eisenstein ha mencionado tres de los efectos más notables de la imprenta:
el empuje de la revolución científica, la Reforma protestante y el redescubrimiento de los
clásicos en la Italia del Renacimiento. Pero hay más: el poder del libro se ha manifestado
en la creación de obras que se hicieron sagradas desde sus tiempos manuscritos: entre
la Torá y el Talmud (judaísmo), la Biblia (cristianismo), el Corán (islamismo), los
Vedas (hinduísmo) sustentan nada menos que las creencias devotas de 4 mil millones de
personas. Esto sin contar la influencia prodigiosa de las Analectas de Confucio o el Tao
Te Ching de Lao-Tsé en los países asiáticos.
Desde una perspectiva social, no hay duda que cuatro libros han tenido un impacto
directo sobre grandes giros en la mentalidad de los pueblos a lo largo de décadas y
décadas: la Ilíada de Homero, La cabaña del tío Tom de Harriet Beecher Stowe, El origen
de las especies de Charles Darwin y el Manifiesto comunista de Karl Marx y Friedrich
Engels. Han sido tres revoluciones las que han modificado a la humanidad y cada una
tiene que ver con el libro: el paso de lo oral a lo escrito, el paso de lo escrito a lo impreso
y el paso de lo impreso a lo digital. En 2012, hay 192 países que son estados miembros de
la ONU y otros 10 países no reconocidos, y en todos hay presencia de libros, algo nunca
antes visto.
El libro impreso de tipo occidental usado en el 90% del mundo es una maravilla
cultural forjada por 5 civilizaciones y fue perfeccionado por 15 culturas: invención y
consolidación en Medio Oriente (Mesopotamia), sacralidad (judíos, cristianos, árabes,
persas, budistas), uso de pergamino y papiro (Egipto, Grecia y Roma), uso de numeración
y colofones, formato de códice (invento romano adoptado y perfeccionado por cristianos
de ocho naciones), papel (China y Persia), introducción de técnicas de edición (Alemania,
Italia, Francia) y avances tipográficos, maquinaria de impresión (Inglaterra). Un bien
cultural plural.
La evolución humana indica que todavía somos 99% de prehistoria y apenas 1% de
historia escrita. Y lo que sabemos, según los arqueólogos, se reduce a 30% de hallazgos
casi todos casuales: hemos perdido la pista hacia nosotros mismos. Edward Gibbon, en el
clásico Decadencia y caída del imperio romano (1776-1788), dedicó seis volúmenes de
quinientas páginas cada uno a describir en forma somera el equivalente a mil trescientos
años de historia occidental: casi doscientos dieciséis años por tomo. Es insólito todo lo
12 Pasiones bibliográficas
que puede decirse de apenas 1% de esa historia humana; es incuantificable, en cambio, la
cifra de obras que no podemos escribir por lo que se ha desvanecido sin dejar otra cosa
que un leve rastro.
De ahí la importancia de presentar este volumen titulado “Pasiones bibliográficas”
que tiene el lector entre las manos con el relato minucioso de historias paralelas que
contribuirán a explicar mejor la magnitud de ese patrimonio cultural fantástico, recuperado
en sus estudios, que son un aporte fundamental de la Societat Bibliogràfica Valenciana
Jerònima Galés a la memoria de España con decisión, tenacidad, apego a la tradición
bibliófila y profundidad.
Pasiones bibliográficas 13
-Estudios
z El libro debe z
superar al árbol
Vicente Chambó
U no de los acuerdos clave para poder realizar la edición Fábulas y cuentos del viejo
Tíbet (El Caballero de la Blanca luna ed. 2012) fue el establecido con la Societat
Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés (en adelante SBVJG) en tiempo y coyuntura
económica de mucha incertidumbre, por ello puedo afirmar que la edición vio la luz -en
modo y tiempo en que se produjo- gracias al entusiasmo y la aportación de la SBVJG y
en especial de su presidente Rafael Solaz, de su predecesor en el cargo Germán Ramírez,
-quien también me acompañó en una aventura editorial anterior- de Nicolás Bas y de
David Moratal, que destaparon la curiosidad por mi trabajo en una reunión de la junta
directiva celebrada en el archivo de José Huguet, que por unanimidad decidió apoyar la
iniciativa. Por ello, quisiera dejar en estas líneas mi testimonio de agradecimiento sincero
a todos los consocios y en especial a la junta directiva.
Cada proyecto editorial me lo planteo con la idea de aportar nuevos elementos que
potencien al libro como soporte de comunicación y transmisión de conocimientos,
pero también como espacio de creación e investigación sin escatimar tiempo en hacer
y deshacer para empezar de nuevo una y mil veces si no me satisface plenamente lo
realizado. Es importante explorar todos los territorios y las diferentes fórmulas y técnicas
con las que se puede realizar: tipografía móvil, offset, serigrafía, litografía, gofrado,
perforado, troquelado o producción de desplegables, por citar algunos ejemplos. Buscar
nuevas fórmulas de comunicación entre lector por un lado, y autor, ilustrador y editor
por otro, forman parte de la exigencia profesional del editor, y nada más satisfactorio que
hacer uso de códigos alternativos al propio texto e imágenes, que por sí mismos, –como
no podría ser de otra manera- son y deben seguir siendo a mi entender, los elementos más
importantes.
Los editores nacidos en los países desarrollados, tenemos la responsabilidad de no
ignorar, al menos por más tiempo, tres grandes problemas inherentes al ser humano y
Pasiones bibliográficas 15
muy relacionados entre sí que necesitan respuestas urgentes, el problema ecológico, el
problema energético, y el problema humanitario. Abrir debate e incidir sobre ellos, pasa
por tenerlos presentes en nuestras publicaciones. Ojalá la apuesta didáctica que propongo
pueda servir para ello, yendo más allá del placer de la lectura, la contemplación y el
análisis. Debo confesar, uno de los aspectos que más me preocupa de dichos problemas, es
la vida programada de los productos industriales, también conocido como obsolescencia
programada, y así me propuse incorporar al libro un elemento de reflexión al respecto.
Para ello, se me ocurrió hacer la estampación del ejemplar en una imprenta fabricada en
Berlín, capital de la antigua República Democrática Alemana antes de la caída del muro y
también principal ciudad industrial y tecnológica de los entonces países del COMECON1,
pues según las prácticas industriales de los antiguos países del este, las producciones
fabriles de vehículos, electrodomésticos y lógicamente también de imprentas debían tener
una vida de 25 años funcionando bien, frente a la idea de vida útil programada del aparato
que la sociedad de consumo propone (en general de 2 a 5 años), haciendo insostenible
el balance entre la materia prima que la madre tierra es capaz de producir y el consumo.
Lo cierto, es que dicha imprenta (Planeta, super variant), sigue funcionando -con las
revisiones y reparaciones lógicas del desgaste- en perfecto estado desde su fabricación
entre los años 1984-1989. Con ello, tenemos un ejemplo de que la fecha de caducidad
de dichos productos industriales viene impuesta por el mercado de consumo, e invita a
la reflexión y a generar debate. Valdría la afirmación del economista, filósofo y poeta
Kenneth E. Boulding (Liverpool, 1910-Boulder, Colorado 1993) para profundizar en la
cuestión: “Quien crea que el crecimiento exponencial puede durar eternamente en un
mundo finito, es un loco o es un economista”
Dando un paso más, me planteé reservar una parte del texto para imprimirlo con
tipografía móvil, en concreto con una imprenta Hispania, cuidando mucho que lo
impreso por una y otra imprenta no resultara estridente en la percepción del lector. Para
ello, tuve que hacer una exploración entre los diferentes tipos (letras) fabricadas con
plomo que pude encontrar y buscar su tipografía homóloga en formato digital. Una vez
localizadas con la ayuda de mi tipógrafo, me decanté por la tipografía Bodoni, aunque
-montando los moldes para imprimir- nos faltara una letra mayúscula que no diré, y hubo
que sustituirla por otra de una tipografía diferente. En cualquier caso, lo importante es
que había hallado en la tipografía Brooklyn digital su similar, la idea se podía llevar a la
práctica, dos tipografías y dos técnicas de impresión conviviendo en un mismo texto y en
un mismo libro, permitiendo crear un juego perceptible, y a su vez ayudando a reflexionar
sobre mis planteamientos. Por lo tanto, hay una parte del libro que se ha impreso con tipos
móviles de plomo, -letra a letra- a mano, con la intención de remontarnos más todavía a
las diversas técnicas con que se puede imprimir ¿Podrá el lector diferenciar lo impreso
por cada una de las técnicas empleadas y distinguir las páginas?
Tal vez creando este tipo de juegos de apreciación, o dicho de otra manera, invitando
a diferenciar, el lector quiera descubrir –con sensibilidad y tino- qué parte del texto se ha
realizado con tipografía móvil y qué parte no, o tal vez se platee buscar la letra que no
pertenece a su familia tipográfica, descubriendo entre la lectura y la sensación visual un
nuevo elemento de comunicación experimental en el libro.
1.- El Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME o Comecon) fue la organización de cooperación económica lide-
rada por la Unión Soviética y que integró a los países que quedaron bajo su bloque de influencia. Trató de fomentar
las relaciones comerciales entre estos países, para cuyo modelo económico se adoptó el de la URSS.
16 Pasiones bibliográficas
En ocasiones, me pregunto si con todo ello puedo incidir en modo alguno en los
hábitos de la sociedad de consumo, si lo realizado es demasiado complejo y absurdo para
hacer una edición cuyo coste de producción es necesariamente elevado por el cuidado y
tiempo que requiere su realización, y por lo tanto contradictorio con mi idea de llegar al
público con la necesidad de modificar hábitos de consumo y lectura y abrir el debate de
la sostenibilidad. Otras veces pienso que tal vez con detalles y creaciones de libros de
estas características si puedo influir mínimamente, aunque sea en una sola persona. Una
es más que ninguna, y por otro lado mi concepto de edición pasa por la voluntad de crear
un volumen que me sobreviva, capaz de reunir a varias generaciones a su alrededor. Solo
los libros especiales sobrevivirán, y con ello perpetuarán al árbol del que proceden. Los
recursos naturales son finitos, es algo que sabemos de la misma manera que conocemos
que algún día moriremos, y actuamos y vivimos como si los recursos fueran infinitos, así
como vivimos sin pensar en que la vida también acabará para nosotros cuando llegue el
momento, por ello en mis reflexiones siempre sale venciendo la idea que pequeños gestos
pueden ser importantes para mantener un planeta mejor.
Familiares y amigos han dedicado burlas y chirigotas a mi conducta firme en lo
que respecta a la separación y reciclaje de residuos domésticos, especialmente con la
aparición de reportajes que ponen a la luz hechos como los descubiertos en ciertas plantas
de vertidos, en las que una vez recolectados los distintos contenedores que separan, papel,
plásticos, o vidrio, acaban siendo mezclados por el propio camión que los carga, sin ser
reciclados posteriormente, acto lamentable que no debe desanimar en el empeño. Ante
ello, solo cabe denunciar y seguir haciendo lo correcto.
Como editor, todavía puedo aportar otros elementos para comunicarme, -al margen de
los códigos expuestos utilizados en las técnicas de impresión- como la creación de sellos
de fantasía inspirados en sellos reales, haciendo un guiño al correo tradicional y evocando
la belleza de piezas filatélicas singulares, o utilizando espacios como lo son las guardas
y el colofón, partes del libro muy interesantes para incorporar elementos surrealistas,
tanto literarios como iconográficos. Los elementos que custodian la obra, también son
espacios que me gusta aprovechar para conectar con el lector, en este caso, una caja
realizada a mano, con madera resistente, de roble, (me resultó inviable realizarla con
madera tibetana), o la encuadernación, válida para mostrar los colores de las banderas de
plegaria tibetanas2, o la presencia de uno de los seres legendarios míticos de la cordillera
del Himalaya, el Yeti, y la apariencia del color blanco nieve, que se oscurecerá con el
manejo del libro, al igual que las pisadas del hombre convierten la pureza de su blancura
en fango.
Otro de los desafíos que me plantea la edición es mostrar equilibrio entre lo
2.- Hay dos tipos de banderas de plegaria: las de tipo horizontal, denominadas lung ta (que significa “caballo de
viento”) en tibetano y las verticales denominadas darchor. “Dar” significa “para aumentar la vida, fortuna, salud y
dinero”, “cho” significa “todos los seres sensibles”. Las banderas de plegaria lung ta (horizontales) son las que más
hemos visto, poseen una forma rectangular o cuadrada y se encuentran unidas a lo largo de su borde superior
a una larga soga. Por lo general son colgadas en una línea diagonal de lo alto a lo bajo entre dos objetos (por
ejemplo, una roca y la punta de un mástil) en sitios elevados tales como arriba de templos, monasterios, estupas o
pasos en las montañas.
Las banderas de plegaria darchor (verticales) son por lo general un gran rectángulo solo que se adosa a un mástil a
lo largo de su lado más largo. Tradicionalmente, las banderas se encuentran en grupos de cinco, una por cada uno
de los cinco colores elegidos. Representan los 5 elementos en la cosmografía tibetana, y se disponen de izquierda
a derecha en un orden específico. Los elementos se encuentran asociados con diferentes colores en sus tradicio-
nes que simbolizan; Azul: cielo-espacio; Blanco: agua; Rojo: fuego; Verde: aire; Amarillo: la tierra.
Pasiones bibliográficas 17
tradicional y la creación contemporánea, lo estético y lo pedagógico (implícito en el
texto, ilustraciones y diseño). Poder ofrecer un universo por descubrir al lector sin
perder la armonía. Las páginas de Fábulas y cuentos del viejo Tíbet están dotadas de
un sinfín de minuciosidades y guiños -como voy contando- difíciles de percibir incluso
manejando mucho el ejemplar. Provocar el deseo del ser humano para perpetuar el
libro en su vida cotidiana es una búsqueda nunca satisfecha, siempre insuficiente. Es
obvio que crear debate y despertar interés alrededor de un libro es el mínimo que me
exijo como editor, y ¿no son las fábulas y cuentos la forma más popular para hacerlo
desde siempre, y además con los más jóvenes?
Expresadas algunas de mis inquietudes de editor,
como autor, he de confesar que hay una buena
dosis de sucesos y vivencias personales que me
han empujado a escribir y seleccionar el contenido
del libro, lo entenderán más adelante, en cuanto al
proemio, obedece a la necesidad de concluir la obra
en su concepto global, para lo cual, me resulta más
sencillo realizar personalmente la investigación que
hacer soportar mi disconformidad constantemente a
terceros, algo que sucede a menudo conmigo mismo, Dibujo de Carlos Domingo, fuente de
por lo que ponerme sobre el teclado y borrar o inspiración para crear un sello de fantasia
reescribir lo propio, me cuesta menos que hacerlo del Tibet
con un trabajo ajeno. En este caso, todo comenzó
cuando escribía el prólogo para una edición anterior, quería incluir un relato didáctico
sobre el origen de las fábulas y en la investigación me encontré con la hermosa historia
de Sirechuel, el rey de Persia que financió a su consejero, el físico Berzebuey para ir a la
India en busca de unas plantas que procuraban la inmortalidad. Así comienza el primer
capítulo de Calila y Dimna3, Al menos 10 años antes había tenido una tertulia con Ramón
Rodríguez Culebras (Cascueña, Cuenca, 1930-Castellón 2001) quien había encontrado
cierto paralelismo entre la crueldad de historias (como la de Judith y Holofernes, o
Jael y Sísera) incluidas en los llamados Speculum Humanae (mss. s. XIV-XV), con
algunos cuentos tibetanos. Relatos que a éste le habían llegado a través de unos monjes
lamaístas en un encuentro interreligioso de teólogos de varias confesiones. La cosa
ocurrió de forma anecdótica. Le pedí que me consiguiera estos cuentos tibetanos por
curiosidad, los mandé a traducir, y los comparé con una pequeña edición de Araluce4
-cuyo contenido leí, disfruté y compartí en muchas ocasiones- que había comprado en
el rastro de Valencia en un remoto domingo. Así sin querer empezó mi recopilación.
Los folios permanecieron en mi cajón varios años y resistieron tres mudanzas, hasta
que leí la historia que une a las fábulas con la búsqueda de la inmortalidad. Pensé
que las casualidades no existen, y debía hacer algo. En Tíbet se habría mantenido la
tradición oral muy pura por el aislamiento geográfico de su territorio, pero mantenía
buena comunicación con India a través de Sikim. Por otro lado, pensé en el riesgo
3.- Los orígenes del Calila y Dimna se pierden en la antigüedad, se trata de una de las primeras referencias de la
fábula del lejano oriente en el mundo europeo. La obra reúne fábulas y apólogos que en la India aparecen primero
en colecciones como el Panchatantra, o el Mahabarata. En el s. VI dC. el médico y filósofo persa Berzebuey tradujo
el Calila e Dimna al pahlevi, y Abdalla Ben Almocafa al árabe en el siglo VIII, de cuya traducción se hizo la castella-
na en 1251 por orden de quien sería Alfonso X el Sabio, a quién algunos críticos se la atribuyen.
.-
4 Cuentos tibetanos. Colección, los mejores cuentos de todos los países, nº 18. Publicaciones Araluce. 1936.
18 Pasiones bibliográficas
que correrían los cuentacuentos tibetanos que por costumbre reúnen a un numeroso
público a su alrededor. Cualquier reunión numerosa es incómoda para las autoridades
chinas. En la situación política actual podría considerarse una manifestación, por lo
tanto, sería disuelta, y la tradición iría desapareciendo, y al fin y al cabo, no hay labor
más gratificante para un editor que impedir que historias milenarias se pierdan. De los
diez u once primeros cuentos, pasé a recopilar muchos más, para ello ha colaborado
conmigo una mujer muy especial que ayudaba a ancianos pobres y desprotegidos de
las comunidades tibetanas desplazadas a Nepal, quién en una situación personal muy
especial me requirió mantener su anonimato para poder seguir su actividad en aquel
país sin “posible impedimento” de su única y muy lejana familia. Otra gran parte de
los relatos es fruto de un despliegue de contactos que me ha llevado mucho tiempo. El
criterio de selección es sin duda algo íntimo, me interesaban las historias carentes de
presencia religiosa, de por sí, la espiritualidad ya está presente en los cuentos y fábulas
de todo el mundo, y probablemente, esa carencia, le otorga más posibilidades de que
la fábula o el cuento tenga un origen más remoto, procedente de la tradición Bön5, la
más antigua del Tíbet y por lo tanto anterior al Lamaísmo.
Entre todo el material, fui depurando hasta las 29 narraciones que conforman la
obra, todas de tradición oral recopiladas y clasificadas en tres tipologías, (9) fábulas,
(11) cuentos tradicionales y (9) cuentos maravillosos. Especialmente, los cuentos
maravillosos son extraordinarios por sus características, ya que Tíbet era caldo de
cultivo de demonios. A juzgar por las antiguas leyendas y creencias populares, eran
mucho más numerosos los demonios que los propios seres humanos. En el imaginario
tibetano adoptan mil formas distintas, seres maléficos que viven en los árboles, en
las rocas, en los valles, en los lagos o en manantiales. De muchos de los cuentos
he llegado a reunir múltiples versiones, escogiendo y completando las más puras e
interesantes para la edición.
Según Alexandra David-Neel (1868-1929), “Tíbet está lleno de entes horripilantes
que persiguen a los hombres y a los animales para arrebatarles la vida y saciarse.
Vagan por gusto a través de las estepas y de los bosques, y el viajero corre peligro de
topar súbitamente con uno de ellos en cada recodo del camino”.
Estas creencias, han dado pie a un amplísimo repertorio de literatura oral
trasmitida de generación en generación, costumbre milenaria que en la actualidad no
está garantizada en Tíbet. El contenido literario, es un testimonio exquisito del saber
popular puro y poco contaminado de los tibetanos, aislados del mundo por la cordillera
del Himalaya hasta hace relativamente poco tiempo.
Pensé, que las fábulas y cuentos seleccionados debían tener una historia previa
como eje vertebrador entre la parte literaria, los mensajes de sostenibilidad, el debate
5.- El Bön es una antigua tradición chamánica y animista tibetana, anterior a la llegada del budismo cuya influencia
sobre las creencias del Budismo Tibetano influyó hasta el punto de crear una especie de sincretismo religioso. Para
el tibetólogo noruego Per Kværne, el término Bön designa tres tradiciones religiosas tibetanas distintas: en primer
lugar, una religión tibetana preexistente al budismo y que es suplantada por éste en los siglos VIII y IX, a conti-
nuación, una religión sincrética que aparece en el Tíbet en los siglos X - XI, tiempo en el que el budismo, después
de un período de decadencia, se propagó desde India para pasar a ser la fe dominante, y por último, el extenso
corpus de creencias populares, a menudo mal definidas, incluida la adivinación, que no son de origen búdico y son
comunes a los adeptos del bön o bönpos y a los budistas. Hasta hoy el bön sigue existiendo en Tíbet como religión
minoritaria.
Pasiones bibliográficas 19
sobre los problemas políticos e históricos del Tíbet y el amor al libro como elemento
aglutinador de todo ello. El guión, me exigía un relato didáctico, inédito y original, un
modelo diferente de proemio, más próximo a un relato breve, capaz de poner al lector
frente al misterioso Tíbet con el máximo rigor. Debería tener presente el concepto
de libro como pieza homogénea capaz de envolver tantas ideas. Con todo ello en
mi inconsciente nació Kunsang Tapontshang, la mujer tibetana que narra en primera
persona la historia y argumentos de los protagonistas, el valor de los cuentos, de la
tradición oral y describe muchos detalles del Tíbet místico y desconocido de principios
del s. XX hasta la huida del Dalai Lama en 19596.
En cuanto a las ilustraciones, la elección de Carlos Domingo (San Agustín-Teruel, 1969)
como ilustrador se produjo de forma natural. Mi relación con él viene de lejos, ha formado
parte de todos los proyectos colectivos que he comisariado, es interesante mencionar que
durante el tiempo que duró la selección de los textos, le aporté algunos cuentos y fábulas
que se descartaron con posterioridad, aunque para dichos relatos, Domingo ya había
realizado algunas ilustraciones. Finalmente dichas fábulas y cuentos fueron descartados y
sustituidos por otras consideradas más interesantes para la publicación, pero los dibujos
los conservé y les di vida en los personajes del mencionado relato inicial. Me resultaba
doloroso renunciar y dejar fuera la belleza y singularidad que vi en esos dibujos, así
que había que salvarlos. ¿Palabra pintada o pintura escrita? Siempre me pregunto si el
lector será capaz de identificar dichas imágenes y si es posible diferenciar entre la pintura
realizada sobre lo leído, o la narrativa inspirada en lo previamente pintado.
Domingo inicia su formación plástica en la facultad de Bellas Artes de San Carlos,
donde se licencia en 1993 (especialidad de pintura) y donde actualmente es profesor. En ese
20 Pasiones bibliográficas
mismo año realiza su primera exposición individual (Galería José Cataluña, Santander).
El primer reconocimiento destacado por su trabajo llega en la XIX convocatoria del
Premi Alfons Roig, cuyo jurado estaba compuesto por críticos como Román de la
Calle o Daniel Giralt-Miracle, también es premio senyera de pintura (2004) entre otros.
Posteriormente, trabajó en Vertical leve, una individual realizada en el Museo Valenciano
de la Ilustración y la Modernidad MuVIM de Valencia con motivo de dicha distinción.
Con las muestras: Você està aquí (Galería Valle Ortí, 2007), Superficie de revolución
(Galería Alejandro Bataller, 2011), o Preludio de una edición de fábula (El Caballero
de la Blanca Luna, 2011-2012) -por citar solo algunas- confirma su interés especial por
la relación del hombre con la naturaleza y su entorno. La composición de la obra de
Domingo, es una crítica al trato y abuso que confiere el ser humano a la naturaleza. Entre
sus ilustraciones, podemos ver animales tanto en miniatura como a página completa que
representan secuencias puntuales de los cuentos o fábulas. En muchas de ellas, desafía el
límite, como si las ilustraciones quisieran salirse de los lindes del papel que las custodia.
Para realizarlas ha utilizado soportes con tramas variadas, en algunas de ellas se aprecian
las marcas del papel verjurado. Todo ello, da muestra del ingenio de un lenguaje gráfico
excelente. La bondad de su estética, se emite en un código que puede ser sintonizado tanto
por los defensores de las proporciones áureas como por quien ve más allá de una simple
composición pictórica limpia. A la belleza en la pintura se la relaciona con manifestaciones
artísticas del renacimiento, pero cuando se le añade sanguina y mucha sutileza pertenece
a Carlos Domingo.
Compartir proyectos -en materia de arte contemporáneo- me ha permitido conocer
la obra y pensamiento de Carlos Domingo en profundidad, y un editor debe contar con
un valor seguro para afrontar una aventura con tantos planteamientos abiertos: el viejo
Tíbet, la tradición oral, la tipografía, la sostenibilidad, la plástica, la estética, y demás
territorios. A juzgar por el panorama digital, hacer un libro podría ser como internarse en
un territorio abrupto con climatología complicada, donde la relación entre ilustrador y
editor es definitiva.
Pasiones bibliográficas 21
Nicolau Primitiu
Gómez Serrano
y
y
i els inicis de
l’editorial Sicània
22 Pasiones bibliográficas
cinquanta títols, com ara la Gramàtica Valenciana (1950) de Manuel Sanchis Guarner
o les Rondalles Valencianes (1950-51) d’Enric Valor. Aquesta editorial, i el grup
d’escriptors que hi havia al darrere, es caracteritzava per impulsar la renovació estètica
dins del panorama literari valencià del moment. Per altra banda, trobarem l’editorial
Lletres Valencianes, al front de la qual se situava Ricard Santmartí que des de 1948
va aconseguir publicar dues desenes de llibres, entre els quals cal destacar A l’ombra
del Mongó (1949) de Maria Ibars o les Lliçons de gramàtica valenciana amb exercicis
pràctics (1951) de Carles Salvador. Aquesta editorial es caracteritzava per publicar obres
d’autors que seguien uns plantejaments estètics marcats pel seu conservadorisme, com
eren Carles Salvador i el grup d’escriptors que s’agrupaven al seu voltant dins Lo Rat
Penat. L’escassesa de recursos feia que cada autor s’haguera de pagar l’edició de l’obra,
i ocasionalment, determinades persones aportaven recursos econòmics per tirar endavant
els projectes més importants com l’Eucologi-Missal, el llibre del bon cristià de mossén
Vicent Sorribes Gramatge.3
Tot i això, Nicolau Primitiu considerava que a València calia una altra editorial que s’hi
dedicara, sobretot, a la publicació d’obres de caràcter popular, que arribaren fàcilment als
lectors i que ajudaren a consolidar el procés de recuperació lingüística encetat pels cursos
de llengua i cultura valenciana que, des de 1949, s’impartien a Lo Rat Penat. Així fou que
l’il·lustre valencianista, que en aquells moment tenia 78 anys, s’hi llançà en solitari a un
aventurat projecte editorial sense més suport que el d’un grapat d’amics com ara Emili
Beüt i Belenguer i Leopold Martínez, que l’ajudaven en la tasca de buscar impremtes i
vigilar l’edició, o de Carles Salvador, que s’havia de convertir en el corrector general,
però que la seua sobtada mort el juliol de 1955 ho va impedir, o Francesc Ferrer Pastor,
qui finalment s’encarregaria de la correcció gramatical de les obres.4
El projecte de Nicolau Primitiu venia a continuar i impulsar la tasca duta fins aquell
moment per l’editorial Lletres Valencianes, això sí, amb la necessària injecció de recursos
materials i humans que permeteren als autors oblidar-se’n del tema econòmic, i fins i tot
obtenir uns escassos guanys amb la publicació de l’obra. En aquest sentit, l’actuació de
Nicolau Primitiu va ser la d’un veritable mecenes, sabedor com era que una editorial que
publicara llibres en valencià havia de tenir necessàriament pèrdues econòmiques; és més,
en algunes ocasions, gran part de l’edició d’alguns llibres era regalada a les biblioteques i
centres d’ensenyament de tot el País Valencià amb la idea de donar a conéixer l’editorial
i dur a terme una tasca valencianista. Segons afirmava Nicolau Primitiu en una carta
adreçada a Enric Duran i Tortajada «el problema de l’escriptor valencià és difícil i li
cal una gran força de voluntat, com vos, per a persistir. No és poc, treballar, esforçar-se,
editar les seues obres i després cercar qui les compre; que venent-les totalment apenes
cobreixen les despeses materials, per ésser, ordinàriament, tirades curtes».5 Davant
d’aquesta perspectiva, Nicolau Primitiu considerava com una mena d’obligació moral,
d’acord amb el seu pensament valencianista, alterar aquesta desfavorable situació dels
3.- Sobre l’activitat d’aquestes editorials, vegeu Cortés (1995: 277-285) i Ballester (1992: 80-89).
4.- Ens hem ocupat detalladament de tot el procés del funcionament de l’editorial en la nostra tesi doctoral (Climent
2008).
5.- Carta de Nicolau Primitiu a Enric Duran i Tortajada, 18 de desembre de 1953. Arxiu de la família Gómez Senent.
Biblioteca Nicolau Primitiu, Epistolari V 1950-55, pp. 201b-204b.
Pasiones bibliográficas 23
autors que escrivien en valencià, i es preguntava, «què podíem fer, amic poeta N’Enric
Duran?». A continuació en aquesta carta que indiquem, Nicolau Primitiu exposa al poeta
valencià quins són els seus projectes al respecte, presentats en cinc apartats que formen
el que anomena Pentàleg xi, en el qual deia que «calen lectors i aquests no eixiran en
nombre apreciable mentre tinguen dificultat en llegir», que «calen compradors i aquests
han d’eixir dels lectors», que «calen els llibres que s’heu valguen [ i ] premis als autors, als
venedors, als compradors», i «cal una editorial per accions que’s dedique exclusivament a
la cultura nostrada, tant valenciana com catalana i balear; preferentment, però, valenciana
que és on ha d’ésser la seu i des d’on ha de ramificar.6
Als pocs dies, el 29 de desembre de 1953, Nicolau Primitiu va remetre una altra
carta a Jordi Valor i Serra, l’escriptor d’Alcoi, en la qual li repetia les mateixes paraules
(Pentàleg xi) que a Duran i Tortajada, però, a més, concretava els projectes que tenia en
ment pel que feia a l’organització de l’editorial:7
En vista de tot açò, tinc en estudi un intent d’editorial que pose en pràctica
lo anterior començant per una espècie d’Enciclopèdia Valenciana8 en la qual
es tracten matèries variades: art, arqueologia, literatura, història, prehistòria,
literatura, geografia, medicina, higiene, agricultura, folklore...
Tinc lo projecte de que·s comence per tirades de dos mil, per a distribuir-
ne gratuïtament la mitat a biblioteques, escoles, mestres, metges, capellans, etc.,
d’una forma racional i metòdica per a que resulte beneficiosa propaganda i no
diners tirats al carrer.
Per ad açò ens cal fer un estudi comercial de la qüestió, que, fa temps, tinc
començat i no acabat, encara; puix que hi ha que aventurar uns mils de pessetes
per a un cert temps de lluita contra l’analfabetisme, la decadència i l’animositat,
i veure si es poguera arribar a equilibrar les despeses i els guanys, am lo qual
s’hauria aconseguit pujar lo primer escaló per a millors empreses.
Per això comptava, com és natural am la col·laboració dels renaixentistes de
cor, més que am els de butjaca, uns per a escriure atres per a ajudar en lo que
puguen deixant que lladren al costat del camí els que fan un nacionalisme petulant
i demoledor.
Per a començar precise deu originals inèdits, d’atres tants autors valencians que
tracten assumptes d’interés valencià; res d’art per l’art ni ciència per la ciència,
etc.; açò heu deixarem pels als genis i savis que·s situen en l’estratosfera i més
allà del bé i del mal; jo vaig al poble, que no pot elevar-se tan alt i que representa
6.- Com hem vist abans, en aquests anys Nicolau Primitiu elaborarà aquests textos que anomenarà Pentàlegs on
de forma esquemàtica reproduirà una sèrie de reflexions sobre temes molt diversos, tots ells relacionats amb el seu
pensament valencianista, i sobretot, sobre l’ús de la llengua en els diversos àmbits o l’edició de llibres.
.-
7 Carta de Nicolau Primitiu a Jordi Valor i Serra, 29 de desembre de 1953. Arxiu de la família Gómez Senent.
Biblioteca Nicolau Primitiu, Epistolari V 1950-55, pp. 222b-224b. Jordi Valor li va contestar el 17 de gener de 1954, i
feia unes consideracions sobre el projecte editorial proposat per Nicolau Primitiu. Aquest, per la seua part, li tornarà
a contestar el 9 de febrer de 1954 dient-li que «sou home més pràctic que no jo. Confesse que sempre he estat
un poc massa idealiste en los meus projectes, i que de vegades, després de molt de reflexionar també ha errat en
algunes decisions».
.-
8 Aquest projecte inicial de confeccionar una Enciclopèdia Valenciana va ser ràpidament oblidat per Nicolau
Primitiu, en vista de la magnitud de l’obra.
24 Pasiones bibliográficas
Nicolau Primitiu Gómez al su despatx de Massarrojos
Pasiones bibliográficas 25
Dies abans, però, Nicolau Primitiu ja havia rebut l’original del llibre Els somnis de
Jordiet de Leopold Martínez Vidal, per al qual Emili Beüt i Berenguer havia preparat el
pròleg. Aquest autor ja havia publicat dos llibrets, Les vacances de Jordiet i Pere Patufet,11
i ara, continuant la mateixa sèrie, presentava a Nicolau Primitiu el tercer. Segons confessa
Nicolau Primitiu «lo vostre treball ha tengut la virtut de remoure’m los humors», i li
recorda que tenia la idea de crear una editorial per a publicar llibres en valencià, però, «la
cosa és de tal transcendència que no acabava de fer-me l’ànim calgut per començar i lo
vostre treball i la vostra demanda m’han decidit a fer l’assaig».12 En aquesta carta Nicolau
Primitiu exposa a Leopold Martínez les condicions contractuals que li ofereix:
Per ad això vos compre lo dret de fer per mon compte la primera edició, de dos
o tres mil eixemplars, per tres mil pessetes en les següents condicions:
Mil pessetes entregades a la firma del contracte i dues mil en llibres de l’edició
del vostre treball am descompte del 40% del preu de venda. Podeu demanar fins
20 eixemplars de fil i la resta ordinaris i àdhuc tots ordinaris. Los llibres que vos
pertoquen podeu colocar-los en les llibreries de València capital a no menys preu
que’l que siga fixat am lo descompte màxim als llibrers del 30%; també podeu
regalar-los si us plau.
Una altra de les condicions que imposava a l’autor era l’obligació de corregir les
proves d’impremta, «d’acord am En Carles Salvador», que seria el corrector de la nova
empresa. Pel que feia als gravats, aquests anirien a càrrec de l’editor però no podien ser
fotografies. Respecte a la impressió, Leopold Martínez havia presentat a Nicolau Primitiu
un pressupost de 9.150 pessetes per 500 exemplars de l’obra, però a Nicolau Primitiu li
semblava aquest «un xic elevat», ja que feia un any havia demanat un pressupost d’iguals
característiques i li havien demanat 8.500 pessetes per 500 exemplars i 11.500 si la tirada
era de 1000 (en els dos casos amb l’edició de cent llibres en fil). En tot cas, Nicolau
Primitiu li demana que aconseguisca un pressupost de la impremta que elegisca ell mateix
a raó de 200 exemplars en paper de fil i numerats, i 2.000 exemplars «en paper offset o
atre semblant sens numerar».13 En la carta que comentem, Nicolau Primitiu detallava
aspectes relatius a la composició del llibre com ara que havia d’incloure «alguna regla
elemental que calga (açò serà cosa de Carles Salvador)», que després es convertiria en
el text «Indicacions ortogràfiques valencianes», i també «una o més fulles de color am
un índex dels mots poc freqüents o invulgars emprats en lo text am la correspondència
castellana i una definició en valencià (això serà cosa de Carles Salvador)», i que el text
definitiu es va convertir en «Vocabulari de les paraules d’ús poc freqüent emprades en el
present llibre, amb l’equivalència castellana». A més a més, li donava indicacions de com
havien d’anar separades les parts del llibre, els capítols, com havia de confeccionar el
colofó, etc., detalls ben precisos per a indicar a la impremta. Finalment, Nicolau Primitiu
li recorda a Leopold Martínez si hi havia «fet quelcom per a la censura», qüestió important
per als temps que corrien.
.-
11 Aquestes obres havien estat editades pel mateix autor el 1954, a la Impremta de Vicent Corell de València,
amb dibuixos d'Antoni Ferrer el primer llibre i de Lluís Nadal Romero el segon.
.-
12 Carta de Nicolau Primitiu a Leopold Martínez Vidal, 9 de març de 1955. Arxiu de la família Gómez Senent.
Biblioteca Nicolau Primitiu. Epistolari V 1950-55, pp. 370b-374.
.-
13 També havia d’aconseguir el pressupost de tres mil exemplars per decidir definitivament si n’editaria dos o
tres mil.
26 Pasiones bibliográficas
Com veiem, pel mes de març de 1955 Nicolau Primitiu ja tenia les qüestions de
l’editorial bastant enllestides, amb l’edició del primer llibre en marxa, però haurem
d’esperar encara fins el 18 de maig de 1955 per veure aparéixer als tallers tipogràfics
de Jesús Bernés la primera edició d’Els somnis de Jordiet, del qual es van editar 50
exemplars en paper de fil Ingres-Guarro il·luminats a mà i numerats de I a L, 150 de la
mateixa matèria numerats de l’1 al 150, i 2.000 en paper litos sense numerar. El llibre
incloïa a les darreres pàgines un «Vocabulari de les paraules emprades en el present llibre,
amb l’equivalència castellana», i unes «Indicacions ortogràfiques valencianes», que no
eren sinó unes normes bàsiques de lectura adreçades a persones castellanoparlants, i que
reproduïm tot seguit:
Per facilitar la lectura als que coneguen poc l’ortografia i la fonètica valencianes,
es donen a continuació algunes indicacions sobre diverses lletres.14
C, davant de e i de i, se pronúncia aproximadament com la s castellana.
Exemples: cendra-sendra, dècima-dèsima.
Ç, davant de a, o i de u, se pronúncia aproximadament con la s castellana.
Exemples: alçar-alsar, açò-asò, vençut-vensut.
J i tj, davant de a, o i u, se pronuncia aproximadament com la ch castellana.
Exemples: menjar-menchar, jove-chove, jurar-churar, mitja-micha, desitjos-
desichos.
G i tg, davant de e i de i, se pronuncia aproximadament con la ch castellana.
Exemples: argent-archent, girasol-chirasol, formatge-formache, heretgia-
herechia.
Ny se pronúncia aproximadament com la ñ castellana. Exemples: muntanya-
muntaña, any-añ, lluny-lluñ.
Ig, en final de paraula, se pronúncia aproximadament con la ch castellana.
Exemples: puig-puch, roig-roch, vaig-vach.15
Al mateix temps que preparava l’edició d’aquest primer llibre, Nicolau Primitiu es
va posar en contacte amb diversos escriptors i estudiosos valencians per tal d’oferir-
los l’editorial Sicània per publicar els seus llibres o per encarregar-los-en sobre temes
concrets.
El 5 de maig es posà en contacte amb Felip Mateu i Llopis per encomanar-li un llibre
sobre numismàtica o sobre història de València; el 22 de maig amb Manuel Millán Boix,
de Tarragona, per demanar-li si podia preparar un treball sobre algun tema castellonenc;
el 30 de maig encarrega a Antoni Igual i Úbeda la preparació d’un estudi sobre l’art
valencià; el 22 de juny es posa en contacte amb Domènech Fetcher Valls per encoratjar-lo
en la preparació d’un treball sobre prehistòria, i al dia següent, s’adreçarà a Julián San
Valero amb idèntica petició.
Altres autors amb els quals va contactar foren Baltasar Rull, Lluís Guarner, Joan
Lacomba o Sanchis Zabalza, la major part persones que d’una manera o altra estaven
14.- En llibres posteriors es va alterar aquesta introducció i deia el següent: «Per facilitar la lectura popular es
donen a continuació algunes indicacions principals sobre equivalència aproximada entre el valencià i el castellà».
15.- En llibres posteriors aquestes indicacions ortogràfiques acabaven amb aquest paràgraf: «Però, la millor cosa
per aprendre a pronunciar correctament és oir parlar als valencians que encara pronuncien bé a moltes parts del
Reialme, enfora del apitxat».
Pasiones bibliográficas 27
o havien estat vinculades al Centro de Cultura Valenciana o a Lo Rat Penat. Nicolau
Primitiu havia redactat un model de carta que reproduïa quasi textualment, en la majoria
dels casos, per a cada escriptor, alterant l’apartat en el qual s’adreçava de manera personal
a cada autor en concret per parlar dels estudis que aquest podia elaborar.
El 29 de juny de 1955 Nicolau Primitiu es va posar en contacte amb Enric Soler
i Godes i li va fer unes interessants reflexions sobre l’editorial Sicània, els propòsits
que esperava aconseguir, les dificultats econòmiques per a dur endavant el projecte, la
participació dels autors en el procés de confecció del llibre i els projectes de futur, amb la
creació de noves seccions. Nicolau Primitiu anomenarà
el text, que ens aporta tan valuosa informació sobre els
inicis de Sicània, Pentàleg xxxvii.16
En aquest text, Nicolau Primitiu confessava que
era ben conscient de les dificultats econòmiques del
projecte, però que estava disposat a perdre «alguns
milers de pessetes […] abans de poder arribar a una
possible consolidació» de l’editorial. Per aquest motiu
demanava la col·laboració dels autors, els quals havien
de demanar les llicències per editar l’obra, seleccionar
les il·lustracions i preparar un «vocabulariet dels mots
menys usuals». Per ajudar-lo en el projecte, Nicolau
Primitiu comptava amb la participació d’Emili Beüt i
Berenguer i Leopold Martínez i Vidal, «i atre que haurà
de substituir al plorat amic En Carles Salvador, per a
l’unificació i normalització del llenguatge».17 Pel que
feia al pagament als autors, la idea de Nicolau Primitiu
era que una part fos en llibres per tal d’implicar els
creadors en el futur de l’editorial. Finalment, les reflexions de Nicolau Primitiu acabaven
amb unes sentides referències al gran projecte cultural de la seua vida, la seua biblioteca,
la qual havia de servir «am los fons editorials, de capital fixe com a base per a sostindre
l’editorial». A més a més, cas d’haver-hi beneficis, aquests havien de servir per a «propulsar
l’ensenyança nacional nostrada: subvencions, premis, beques, bosses de viatge», i també
per a «incrementar, conrear i millorar la biblioteca, ampliant-la am seccions artístiques,
arqueològiques, etc. Un somni».
Efectivament, aquest era el seu somni, per al qual havia treballat durant anys i
anys, amb la idea de formar una gran biblioteca de temàtica valenciana, la qual s’havia
d’organitzar «per a l’estudi dels investigadors per a què siga quelcom funcional i útil al
nacionalisme» i per a «progrés de la cultura valenciana, tan universalment com calga».18
.-
16 Carta de Nicolau Primitiu a Enric Soler i Godes, 29 de juliol de 1955. Arxiu de la família Gómez Senent. Bibli-
oteca Nicolau Primitiu. Epistolari V 1950-55, pp. 453b-457.
.-
17 Com hem dit anteriorment, Carles Salvador tenia el compromís amb Nicolau Primitiu d’exercir de corrector
i revisor dels originals destinats a la publicació per Sicània, però, dissortadament, aquesta tasca gairebé no la va
poder dur a terme atès que el 7 de juliol de 1955, després d’una llarga i penosa malaltia, moria a Benimaclet, on
exercia de mestre, amb tan sols seixanta-dos anys. Vegeu Climent (2005).
.-
18 Tot i que és ben conegut, recordem que Nicolau Primitiu va construir durant anys una extraordinària biblioteca
28 Pasiones bibliográficas
En aquesta mateixa carta, Nicolau Primitiu també s’hi referia als problemes que tenia
a l’hora d’inserir publicitat en la premsa o ràdio, i li deia que «no podem emprar més
que d’una manera molt prudent i quasi limitant-nos a la recensió intranscendent de llibre
d’una manera molt silent i no sistemàtica; car des del moment que’ls pancistes afectats
de psicosis de separatisme, per mala fe més que per ignorància, sospitaren quelcom o els
semblés, s’havia acabat tot». Aquests entrebancs a l’ús de la publicitat obligava a Nicolau
Primitiu a establir un contacte directe amb els lectors, la qual cosa implicava l’elaboració
d’un fitxer de possibles compradors i de subscriptors, tal com veurem després.
A més d’aquests autors, el 23 de maig de 1955, Nicolau Primitiu es posà en contacte
amb Joan Fuster, persona aliena als cercles on generalment es movia Nicolau Primitiu,
i fins i tot, refractari a la participació en els actes organitzats des d’institucions com Lo
Rat Penat. En aquesta ocasió Nicolau Primitiu ofereix a l’escriptor suecà la possibilitat
de col·laborar en l’editorial naixent atesa l’admiració que, confessa, té pels seus escrits.
«Vos llegeixc am gust –afirma- car observe que la vostra crítica literària és encertada
i am la suficient independència de criteri, per ço que vos felicite». A partir d’aquesta
carta, Nicolau Primitiu i Joan Fuster inicien una interessant relació en la qual parlen dels
problemes que comportava la creació d’una editorial valenciana, dels criteris que l’havien
de guiar, els objectius previstos i les dificultats organitzatives.
Així, el 23 de maig de 1955, Nicolau Primitiu convida Fuster a participar en el seu
projecte editorial: «Si entra en els vostres càlculs col·laborar ja’m direu; si no vos convé
per qualsevulla cosa tingau present que jo no’m sentiré molest», li comunica amb total
franquesa.
Un parell de dies després, el 25 de maig, Joan Fuster contesta i li transmet la seua
satisfacció per la coincidència de plantejaments que sobre aquest assumpte mantenien
tots dos, i aprofita l’ocasió per exposar «extensament dels meus punts de vista sobre el
tema». Primer que res li fa saber que ell també havia mantingut contactes amb Adolf
Pizcueta i Francesc Soriano en mires a la constitució d’una editorial que publicara
llibres en valencià, encara que el projecte estava en bolquers i, especialment mancat dels
recursos econòmics necessaris per dur-lo avant. Ara bé, amb posterioritat, Joan Fuster
es comprometé a col·laborar en Sicània amb la publicació d’un llibre titulat «Prosistes
valencians antics. Crestomatia a cura de Joan Fuster», amb pròleg de Manuel Sanchis
Guarner. Dissortadament, però, aquest llibre no va arribar a publicar-se.
El ben cert és que després de nombroses contactes i consultes amb diferents
personatges valencians, Nicolau Primitiu Gómez va dissenyar un ambiciós projecte
editorial que abastava nombrosos temes, agrupats en un ampli número de col·leccions.
Dins l’editorial hi havia les Sèries de Sicània Prolífica, que fou la que més llibres edità,
nou en total, Sicània Poesia, Sicània Popular, Sicània Filològica, Sicània Religiosa,
Sicània Novel·lística, i altres com les Sèries Sicània Biogràfica, Opera Omnia, Històrica,
de temàtica valenciana o d’autors valencians, que conté incunables, manuscrits, publicacions periòdiques, fulls
solts i un impressionant conjunt d’obres valencianes des del segles xvi al xx , fins a superar. El seu somni era el de
crear una veritable biblioteca valenciana. Els seus hereus, la família Gómez Senent, formalitzaren el 1979 la dona-
ció de la seua biblioteca «per al servici de la cultura valenciana», i posteriorment, el 1986, la Generalitat Valenciana
establí els fonaments de la Biblioteca Valenciana en base a la Biblioteca Nicolau Primitiu. Posteriorment, el 12 de
febrer de 2010, el Consell va decidir que la Biblioteca Valenciana passara a denominar-se Biblioteca Valenciana
Nicolau Primitiu.
Pasiones bibliográficas 29
Literària, Antològica, Novel·la Social i Novel·la Històrica, que únicament publicaren un
llibre cadascuna. El problema era, òbviament, la limitada capacitat d’editar llibres que
podia tindre una editorial de les característiques de Sicània, on l’energia i la tenacitat
de Nicolau Primitiu i els seus col·laboradors, havien de suplir moltes de les mancances
existents.
Les dificultats, però, foren nombroses. La inexistència d’un públic lector en valencià,
la manca de canals de distribució o les dificultats de donar a conéixer els llibres editats
repercutien negativament en el número de vendes. Arribar a la gran majoria de la societat
valenciana es convertí en una feina impossible. Del primer llibre editat, El somnis de
Jordiet, se’n feu una distribució gratuïta a moltes de les biblioteques públiques valencianes
i a molts particulars, únicament a canvi de l’acusament de rebut de l’obra, la qual cosa
li permeté a Nicolau Primitiu confeccionar un extens fitxer de possibles compradors als
quals adreçar-se amb propaganda dels llibres editats.
Per altra banda, la censura s’aplicava inexorablement sobre moltes de les obres,
tot i la cura que s’intentava seguir. Fins i tot, ací a València, els implacables censors
exercien amb més eficàcia el seu treball; tant era així que, un hàbil Nicolau Primitiu,
enviava els catàlegs de propaganda juntament amb els llibres a Madrid on aprovaven
sense problemes allò que els buròcrates vernacles s’havien afanyat a prohibir ací. El juny
de 1955 li confessava a Enric Soler i Godes que a l’hora d’inserir publicitat en la premsa
o ràdio no la «podem emprar més que d’una manera molt prudent i quasi limitant-nos a
la recensió intranscendent de llibre d’una manera molt silent i no sistemàtica; car des del
moment que’ls pancistes afectats de psicosis de separatisme, per mala fe més que per
ignorància, sospitaren quelcom o els semblés, s’havia acabat tot».
Nicolau Primitiu va aconseguir amb enormes dificultats mantenir activa l’editorial
Sicània des de 1955 fins 1967, quan ja tenia noranta anys i les energies començaven a
fallar-li. En aquest període va publicar un total de vint-i-set llibres, alguns dels quals van
tenir una magnífica acceptació, mentre que altres no van assolir el favor dels lectors. En
aquest ventall de títols trobarem una barreja de gèneres, des de la novel·la, històrica o
social, fins la poesia, l’estudi historiogràfic o els llibres de divulgació. Qualsevol llibre
era vàlid per a Nicolau Primitiu en la seua idea d’arribar a un ampli sector de la societat
valenciana per tal d’elevar-lo culturalment, com li agradava dir, com a pas previ a la
recuperació de la nostra personalitat col·lectiva.
Pel que fa als autors i a les obres publicades, d’entrada podem constatar la gran
varietat existent en el reduït catàleg de Sicània. Així en la nòmina de Sicània trobarem un
grup d’escriptors que ja havien publicat diverses obres abans del 1936, com ara Carles
Salvador, Antoni Igual i Úbeda, Francesc Almela i Vives, Enric Soler Godes o Xavier
Casp, junt a altres jóvens promeses com eren en aquella època Beatriu Civera, Joan Valls
Jordà, Josep Mascarell i Gosp o Maria Ibars i Ibars.
Els estudis històrics de temàtica valenciana tenien molt bona acollida a l’època, i en
podem destacar València i el General Espartero (1956) i Biografies dels Reis de València
(1958) de Frederic Moscardó o El Duc de Calàbria i la seua Cort de Francesc Almela i
Vives, (1958).
30 Pasiones bibliográficas
La poesia estava ben representada
amb la publicació de Tast d’eternitat
(1960) de Joan Valls i Jordà, o del
poemari de Xavier Casp D’amar-te,
amor (1963), amb pròleg de Miquel
Adlert, i uns reculls poètics de Teodor
Llorente i de Vicent W. Querol, el primer
elaborat per Carles Salvador i el segon
per Lluís Guarner.
Pel que feia la narrativa, que
predominava per damunt de la resta
d’obres, s’ha de dir que Beatriu Civera
inicià la seua trajectòria novel·lística
amb Entre el cel i la terra (1956), i
posteriorment també publicarà Una dona
com una altra (1961), amb pròleg de
Manuel Sanchis Guarner; Maria Ibars es
consolidà com una magnífica escriptora
amb Vides planes (1962) i L’últim
serv (1965), i d’Antoni Igual i Úbeda
aparegué la novel·la història Delers de
jovença (1964).
Nicolau Primitiu Gómez Un capítol destacat tindran també
les obres pràctiques i de divulgació com
Parleu bé!, (1957), obra pòstuma de Carles Salvador, que encara estava enllestint poc
abans de la seua desaparició, amb pròleg de la seua filla, Sofia Salvador, o La missa
del poble (1959) de mossén Vicent Sorribes. Però per damunt de tot destaquen els
imprescindibles vocabularis de Francesc Ferrer Pastor, que tan important paper tingueren
en la difusió del valencià en aquells difícils anys. Primer el Vocabulari valencià-castellà
(1960), que inicià la Sèrie Filològica; després el Vocabulari castellà-valencià (1966),
i tot seguit el Vocabulari castellà-valencià i valencià-castellà (1967), la darrera obra
publicada per l’editorial Sicània, i segurament, una de les de major acceptació popular.
Per acabar, no podem deixar de recordar que, a més de la tasca realitzada en l’editorial,
el juliol de 1958, Nicolau Primitiu, encetava un altre projecte, l’edició d’una revista
cultural d’orientació valencianista, Sicània Mensual. En la iniciativa comptava amb la
col·laboració de Vicent Badia Marín com a director, i de nombrosos amics que s’uniren
al projecte, com ara Emili Beüt i Belenguer, Josep Giner i Marco, Enric Soler i Godes,
Vicent Sorribes, Jordi Valor i molts altres més.19
Tot i que les dificultats per engegar el projecte van ser abundants, amb molts esforços
19.- El 2001, amb motiu de la celebració de l’any Nicolau Primitiu Gómez, la Universitat de València va realitzar
una edició facsímil de la revista Sicània en la Impremta Palàcios, de Sueca, precedida per una introducció de Fran-
cesc Pérez i Moragón. Vegeu la nostra ressenya d’aquesta edició en Levante-EMV, 15 de març de 2002.
Pasiones bibliográficas 31
s’aconseguiren publicar 18 números que tingueren una bona acollida. La revista tractava
aspectes culturals de temàtica valenciana, i pretenia convertir-se en «sumario y guía
de cultura valenciana», tal i com s’indicava a la primera pàgina. A més a més, Nicolau
Primitiu hagué de véncer nombroses dificultats provocades per una fèrria i desesperant
censura, que només autoritzà publicar un 20% en valencià, i que fins i tot impedia incloure
publicitat en la revista per finançar les despeses o anunciar la publicació en altres mitjans.
El cas fou que el desembre de 1959, davant de tantes dificultats, Nicolau Primitiu decidí
deixar de publicar la revista.
Incansable, però, el 1961, Nicolau Primitiu Gómez encara promourà l’aparició
d’una revista literària, Nostres Faulelles. En aquest cas es tractava de publicar textos
literaris senzills que pogueren ser llegits per lectors poc avesats a la lectura en valencià,
i que foren entretinguts i econòmics. D’aquesta col·lecció s’editaren dèsset volums, que
aparegueren fins a 1966, on trobem a molts dels antics autors que ja havien publicat
llibres a Sicània, com Maria Ibars, Beatriu Civera o Josep Mascarell, juntament a altres
novells que trobaven una plataforma on donar-se a conéixer, com ara Bernat Garcia i
Aparici, Lluís Jordà o el jove Francesc Codonyer.
Només afegir que aquestes iniciatives, altament deficitàries econòmicament, les va
haver de suportar Nicolau Primitiu tot sol, amb el suport de la seua família, arriscant
el patrimoni personal. Realment, per a l’il·lustre valencianista tot era poc amb tal de
promoure l’acostament dels valencians i valencianes cap a la seua llengua i cultura,
actuant veritablement com un mecenes. Així, a la dècada dels seixanta, ens trobem un
Nicolau Primitiu de més de huitanta anys, amb una lucidesa extraordinària, i amb forces i
energies suficients per a esdevenir, com sempre ho havia estat, punt de trobada de persones
i moviments interessats en la defensa de la llengua i cultura dels valencians.
Referències bibliogràfiques:
–– Ballester, Josep (1992): Temps de quarentena (1939-1959), Eliseu Climent,
Editor, València.
–– Climent Martínez, Josep Daniel (2002): «L’edició facsímil de la revista «Sicània»»,
Posdata, Levante-EMV, 15 de març, p. 1-2.
- (2005) «Memòria de Carles Salvador». Posdata, Levante-EMV, 1 de juliol, p.1-2.
- (2008) L’obra valencianista de Nicolau Primitiu Gómez Serrano, tesi doctoral
dirigida per Emili Casanova i Antoni Ferrando. Universitat de València.
–– Cortés Carreres, Santi (1995): València sota el règim franquista (1939-1951),
València, Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana, Biblioteca Sanchis
Guarner, Publicacions de l’Abadia de Montserrat.
–– Pérez Moragón, Francesc (2002): «Nicolau Primitiu, editor», dins El somni de
Nicolau Primitiu: una realitat, València, Biblioteca Valenciana, p. 160-175.
- (2001): «Introducció» a l’edició facsímil de la revista Sicània (1958-1959),
València, Universitat de València.
32 Pasiones bibliográficas
Impremta i vida
literària a València
v en el pas del
segle XV al XVI
v
Antoni Ferrando
Vicent Josep Escartí
A l darrer terç del segle xv, València era, amb tota probabilitat, la ciutat de la
Corona d’Aragó amb més possibilitats d’acollir per primera vegada i, allò que és
més important, veure reeixir la indústria de la impremta. En contrast amb Barcelona i
Saragossa, València era una ciutat relativament pròspera i estable i, per tant, òptima per
a atraure impressors en busca de fortuna. Per dir-ho en paraules de Ricard Blasco «tot
conspirava, doncs, per a fer de València la receptora matinera de la novetat tècnica posada
a punt per Gutenberg»1. D’això, en tenim testimoniatge en els incunables que ens han
pervingut i en la documentació d’arxiu.
A causa dels estrets lligams econòmics, culturals i polítics amb Itàlia, no és arriscat
suposar que els primers introductors de l’art tipogràfica a València van ser impressors
procedents d’aquelles terres. Romeo de Lecea2 apunta que la impremta podia haver-se
conegut a València amb motiu del viatge i estada que hi efectuà, entre maig de 1472 i
octubre de 1473, el cardenal i bisbe de València Roderic de Borja, ja que en el seu seguici
hi havia com a mínim un tipògraf. Aquesta circumstància podria explicar així mateix la
utilització de les lletres de tipus romà en les primeres estampacions valencianes. Siga
com siga, l’opinió tradicionalment admesa és que el mercader alemany Jacob Vizlant,
representant de la poderosa companyia Ravensburger Handelsgesellschaft, hi va finançar
el primer establiment tipogràfic, almenys des de la segona meitat de 1473. Això és, si
més no, el que es dedueix de la documentació coneguda fins ara, cosa que no exclou la
1.- R. Blasco: “Síntesi històrica de la impremta valenciana”. Dins: La impremta valenciana. Valencia 1990, p. 52.
2.- C. Romeo de Lecea: “Amanecer de la imprenta en el reino de Aragón”. Dins: Historia de la imprenta hispana.
Madrid 1982, pp. 285-286.
Pasiones bibliográficas 33
possible instal·lació d’establiments tipogràfics anteriors, potser des de 1472. De fet, avui
tothom coincideix a assenyalar que, abans de l’aparició de textos importants, hi devien
circular papers impresos destinats a una vida efímera3, com ara butlles i calendaris, i
potser d’altres impresos provinents d’Itàlia, ja que és ben coneguda l’activitat comercial
dels catalans i dels valencians en matèria de llibres4.
No és el nostre propòsit entrar ara en la polèmica sobre la data d’introducció de la
impremta a Espanya o, més concretament, a la Corona d’Aragó. A Jordi Rubió, «el pugilat
per la primacia» entre les ciutats de València, Barcelona i Saragossa, ja li semblava «ociós»5.
En tot cas hi ha un fet innegable: és a València on s’edita la primera obra literària (Les obres
e trobes en llaors de la verge Maria), la primera obra de ficció (De duobus amantibus) i la
primera obra datada, concretament el 23 de febrer de 1475 (Comprehensorium), de tota la
península Ibérica. Tot plegat permeté a Pere Bohigas d’afirmar, en relació a les primeres
activitats editorials, que fins al 1480, «el número de impresos de Valencia por estas fechas
es superior al de cualquier otra ciudad de España»6.
Encara que Romeo de Lecea proposa situar la datació de Les Trobes el 1475, invocant
l’autoritat de Menéndez Pidal, per a qui els castellans i àdhuc els valencians som «tardos
en la realización de nuestros proyectos»7, semblen més convincents els arguments que
la daten, com és tradicional, el 1474. Atés que el virrei Lluís Despuig, convocant del
certamen, volia una repercussió immediata d’aquell acte, no es pot justificar la hipòtesi
d’un ajornament de l’edició, venint com venia de la màxima autoritat del regne i disposant
Fenollar, el març de 1474, de les obres concursants8.
Segons que ja va fer notar Joan Fuster, l’edició de Les Trobes amb lletres romanes,
no amb lletres gòtiques, com es feia als països germànics, era un reflex evident de les
«ambicions glorioses» de la primitiva impremta del país, lligada a la renovació cultural
que suposava el Renaixement9. I a la tipologia gràfica romana, clarament vinculada al
corrent humanista, encara podríem afegir el petit format del llibre, en quart, que venia
a ser el propugnat pels humanistes italians d’ençà de Petrarca10. Tanmateix, Les Trobes
posseeixen per a nosaltres un valor cultural molt més important que el merament tipogràfic.
I això per dues raons: en primer lloc, perquè les seues pàgines apleguen col·laboracions
poètiques de la més variada representació social del país, des dels nobles i els eclesiàstics
als estudiants i menestrals passant pels metges i els notaris, que el converteixen en el
llibre emblemàtic per antonomàsia d’un moment de plenitud cultural del regne de
València; i, en segon lloc, perquè entre els concursants apareixen les primeres figures
.-
3 C. Romeo de Lecea, ibid., pp. 261-262, i J. Rubió i Balaguer: Impremta i llibreria a Barcelona (1474-1553). Bar-
celona 1986, p. 8. - És traducció catalana de la seua Introducción a J. M. Madurell. – J. rubió: Documentos para la
historia de la imprenta y libreria en Barcelona (1474-1553). Barcelona 1955.
.-
4 Sobre aquest aspecte, vegeu J. rubió i Balaguer, ibid., pp. 21-22 i 27-63.- Ph. Berger: Libro y lectura en la
Valencia del Renacimiento. T. i. València 1987, pp. 209-302: i R. Blasco: “El comerç valencià de llibres”. Dins: La
impremta valenciana. València 1990, pp. 203-227.
.-
5 J. Rubió i Balaguer, ibid., p. 8.
.-
6 P. Bohigas: El libro español. Ensayo histórico. Barcelona 1961, p. 85.
.-
7 C. Romeo de Lecea (n. 3), pp. 280-282.
.-
8 Sobre l’organitzador i els participants, vegeu A. Ferrando: Els certàmens poètiques valencians. València 1983,
pp. 157-220.
.-
9 J. fuster: “L’aventura del llibre català”. Dins: Commemoració dels 500 anys del primer llibre imprès en català
(1474-1974). L’aventura editorial a Catalunya. Barcelona 1972, p. 7.
.-
10 Sobre les tesis postul·lades per Petrarca, vegeu A. Petrucci: “Typologie du livre et de la lecture dans l’ltalie de
la Renaissance: De Petrarque à Politien”. Dins: From Script to Book. Odense 1986, pp. 127-139.
34 Pasiones bibliográficas
de les lletres valencianes de l’època (Joan Roís de Corella, Jaume Roig, Bernat Fenollar,
Narcís Vinyoles, Jaume Gassull, Bernardí Vallmanya i Miquel Peres)11.
Entre aquests lletraferits, hi sobresurten, pel seu protagonisme social, dos: Joan Roís
de Corella, principal representant del cercle dels escriptors aristòcrates, i Bernat Fenollar,
secretari i organitzador material del certamen, potser el principal impulsor de la literatura
de caire burgés. Tots dos saberen traure partit de l’invent de Gutemberg per a divulgar la
producció pròpia i la dels seus respectius cercles.
Entre els que no van participar-hi, però que pogueren copsar els efectes multiplicadors
de la impremta a través d’una gairebé segura lectura de Les Trobes, voldríem destacar
en aquestes pàgines altres dos ciutadans de València, Martí Joan de Galba i sor Aldonça
de Montsoriu, destinats a la fama per haver preparat per a l’estampa dos voluminosos
manuscrits, que guardaven zelosament: el Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, i la Vita
Christi de sor Isabel de Villena. Tots quatre personatges omplen de glòria l’època incunable
de la impremta valenciana —que, seguint Philippe Berger12, allargarem fins l’any 1506—,
els dos primers com a escriptors i secundàriament com a editors, i els dos últims com a
editors, probablement amb afeccions literàries. El nostre objectiu, ara i ací, és examinar,
ni que siga molt breument, les activitats d’aquests quatre personatges relacionades amb
la impremta, que tanta transcendència tingueren en la consolidació de dues sensibilitats
estètiques ben diferents i en la fixació i modernització de la llengua. També subratllarem
com les classes dominants utilitzaren la impremta per a orientar els continguts i les formes
de la producció literària d’acord amb els seus interessos ideològics. Tota una altra qüestió,
que ara no farem sinó apuntar, és escatir les causes de la decadència literària del català
—tan estretament lligada a la seua escassa rendibilitat editorial—, que es produeix a
principis del segle xvi13.
2. Joan Roís de Corella i Bernat Fenollar: dos escriptors per a dos públics diferents
L’obra de Corella14 presenta dues facetes ben distintes: la profana, que conrea en els
anys de joventut, i la religiosa, que es concentra en els seus anys de maduresa. Testimonis
coetanis, no sempre procedents del seu cercle literari, confirmen que tant l’una com l’altra
gaudiren de la predilecció d’un bon nombre de lectors, fins i tot fora de l’àmbit aristocràtic.
I això, durant tota la seua vida, ja que, si bé els plagis que apareixen al Tirant podrien
haver estat incorporats encara per Martorell, és a dir, abans de 1464, les «poesies» de
què parla una senyora a Lo somni de Joan Joan, obra composta el 1496, semblen referir-
.-
11 Sobre l’agrupament literari dels participats al certamen de 1474, vegeu J. fuster: “Lectors i escriptors en la
València del xv”. Dins: Pactes, moriscos i capellans. Barcelona 1962 i València 1986, pp. 39-42 d’aquesta darrera
edició. Per a la biografia dels concursants, vegeu. Ferrando (n. 7). pp. 166-220. També fa referència a l’ambient
literari del moment Berger (n. 4), tom I, pp. 307-316.
.-
12 Ph. Berger, ibid., tom I, pp. 195-197. Berger parteix de 1473. Encara que la data de 1506 respon a criteris de
publicació editorial, també ens ha semblat pertinent des del punt de vista literari i tipogràfic, ja que fou precisament
l’any anterior que s’edità a València la Vida de santa Maqdalena en cobles. versificada per Jaume Gassull, un dels
principals animadors de la vida literària de l’època, que es pot considerar un veritable joiell de l’art tipogràfica per
la profusió i bellesa dels gravats i xilografies que duu. D’aquesta obreta hi ha una edició facsímil (València, 1987),
amb una transcripció filològica i una introducció per A. Ferrando.
.-
13 En relació a aquest moment, vegeu J. rubió i Balaguer: La cultura catalana del Renaixement a la Decadèn-
cia. Barcelona 1962: i Ph. Berger: “La crisi del català al País Valencià durant el segle xvi (Nou enfocament de la
qüestió)”. Dins: Segon Congrés Internacional de la Llengua Catalana (1986). Vol. viii. València 1989, pp. 305-311.
.-
14 Sobre la vida i l’obra de Roís de Corella, vegeu M. de Riquer: Història de la Literatura catalana. Vol. iv. Bar-
celona 1985, pp. 114-180; i l’Estudi preliminar de J. Carbonell a J. Roís de Corella: Obra profana. València 1983,
pp. 7-39.
Pasiones bibliográficas 35
se a les amoroses, és a dir, a les de l’època profana,
que romangueren inèdites15. La impremta arribà en
un moment en què Corella sembla que havia decidit
d’abandonar les vel·leïtats mundanes. I potser això, i
no cap censura inquisitorial, explica la seua possible
oposició a donar a l’estampa l’obra profana.
La primera vegada que Corella veié en lletra de
motle una de les seues obres és el 1474, amb motiu de
l’edició del certamen convocat per fra Lluís Despuig,
en què havia presentat una adaptació reduïda de la
seua Vida de la sacratíssima verge Maria. Com que
la seua composició apareix en segon lloc, immedia-
tament després de la del canonge Jordi Centelles, fa-
miliar del cardenal Roderic de Borja, és fàcil intuir-hi
l’alta consideració eclesiàstica de què ja gaudia. No
sabem si Corella tingué res a veure amb la iniciati-
va d’editar la Bíblia atribuïda a fra Bonifaci Ferrer
(1478). La seua condició de teòleg i predicador algu-
nes de les seues publicacions posteriors així ho po-
drien suggerir. En aquest sentit, no podem passar per
alt l’observació de Ramon Miquel i Planas que el text
del Psalteri publicat a València el 1480 sota la super-
visió de l’inquisidor general Jaume Borrell, sembla
molt acostada a la del nostre escriptor16 ni l’al·lusió
Primera pàgina de Lo Quart del Cartoixà
de l’inquisidor Joan del Monasterio a «sendos salte- (València 1495) de Ludolf de Saxònia en versió
rios de los trasladados por mestre Corella»17, un dels de Joan Roís de Corella
quals podria ser precisament l’editat el 1480.
Ara bé, la primera vegada que ens consta que Corella es relaciona directament amb
el món de la impremta, és el 1482, i no per a publicar alguna de les seues obres sinó el
Primer llibre del Crestià, de Francesc Eiximenis, que Lambert Palmart acabà d’imprimir
el 29 de gener de 1483. «a suasió, consell e instancia del molt reverend mestre mosén
Johan Ruys de Corella, mestre en sancta teologia, zelant la salut de les ànimes»18. Un
any més tard, també als tallers de Palmart, eixia a la llum el Dotzén llibre del Crestià,
d’Eiximenis i, encara que sembla una iniciativa de les autoritats municipals de València,
que autoritzaren l’editor a traure còpia del manuscrit que posseïen, no es pot descartar una
nova «suasió, consell e instància» del nostre Corella. A partir d’aquestes dades podem
extraure que la impressió del Primer del Crestià havia estat, segurament, un èxit editorial.
El primer llibre imprés de Corella, potser el 1485 i probablement a les premses
d’Alfons Fernandes de Còrdova —que havia treballat associat amb Palmart en la im-
15.- Riquer, ibid, vol. iv, p. 203.
16.- Riquer, ibid, vol. iv, p. 131.
17.- J. E. Serrano y Morales: Reseña histórica en forma de diccionario de las imprentas que han existido en Va-
lencia. València I898-1899, p. 155.
.-
18 Ibid., pp. 446-447.
36 Pasiones bibliográficas
pressió de la Bíblia—, és La vida de santa
Anna, «precioso librito, el más antiguo que
he visto de su tamaño»19, que fou dedicada
a Iolant de Montpalau, esposa del cavaller
Lluís de Castellví i germana de Beatriu,
esposa de mossén Joan Escrivà, mestre ra-
cional, i d’Isabel, monja de la Trinitat. No
sembla que s’arribàs a imprimir la Història
de la gloriosa santa Magdalena, adreçada
a Lionor de Flors, viuda del cavaller Fran-
cesc de Vallterra. Ignorem, en canvi, a qui
dedica la Història de Josef, fill del gran pa-
triarca Jacob, segurament editada cap als
darrers anys de la seua vida. Aquestes obres
hagiogràfiques, i possiblement d’altres de
desconegudes, redactades en estil «artit-
zat» i adreçades a esposes i viudes piadoses
de la noblesa, que les devien sufragar, són
el contrapunt laic a la Vita Christi de sor
Isabel de Villena, dedicada, com veurem,
a les monges de la Trinitat, procedents en
gran part de l’aristocràcia local20.
El juny de 1488, Lambert Palmart
editava «la excel·lentíssima obra sobre
Primera pàgina de Les Obres e Trobes en llaors
De la verge Maria, València 1474 la veríssima immaculada concepció de la
mare de Déu, a instància del noble mossén
Ferrando Díeç, prevere», aplec de textos
en prosa de diversos autors amb què el combatiu capellà valencià tractava de defensar la
creença immaculista. Entre aquests texts hi havia l’Obra del reverend mestre Corella e
vesió que véu a la porta de la Senyora Nostra de Gràcia, feta probablement per encàrrec
del devot i, no ho oblidem, «noble» mossén Dies. Per l’estil del pròleg, pel tipus dels
textos seleccionats i per la participació destacada de Corella, tampoc no sembla aliena
a la iniciativa de mossén Dies la «suasió, consell e instància» del nostre escriptor. Atés
que l’opuscle recull l’obra premiada en un certamen immaculista, l’autor de la qual és el
també noble mossén Bertomeu Dimas, hom podria veure en aquest certamen una replica
aristocràtica als certàmens burgesos que tant proliferaven llavors a València.
L’abril de 1490, Corella, no sabem si per defugir els possibles problemes amb la
Inquisició castellana, féu publicar a Venècia una de les seues versions catalanes del Saltiri21.
El text fou editat aparentment pel jueu alemany Joan Hertezog. Ignorem si hi tingué res a
veure el mercader alemany establert a València Joan Rix de Cura. El fet evident és que en
19.- M. Agulló i Fuster: Catálogo de obras en lengua catalana impresas desde 1474 hasta 1860. Madrid 1923, p.
319. (Hi ha edició facsímil. Barcelona-Sueca 1977).
20.- Riquer (n. 14) vol. iv, pp. 120-130.
21.- J. Roís de Corella: Psalteri. Introducció. Transcripció i actualització a cura de Joan A. López i V. Ribes i Palmero.
Barcelona 1985. Vegeu també la ressenya d’A. Ferrando a Caplletra 2. 1978, pp, 134-136.
Pasiones bibliográficas 37
l’inventari dels seus béns, realitzat l’octubre d’aquell any
mateix, hom registra 949 exemplars, segurament destinats
a la venda, la qual cosa revela l’èxit del llibre22, que hagué
de tenir un tiratge molt superior al del Tirant lo Blanc.
Els Salms gaudien, sense dubte, d’un bon mercat, però el
moment triat per a l’edició fou molt oportú, ja que la pesta
d’aquell «any de les morts» atià les inquietuds espirituals
i provocà una onada de literatura penitencial, de la qual és
també un bon exemple la publicació de l’Homelia sobre
lo salm De Profundis, de Jeroni Fuster23.
Tanmateix, la gran obra només per la qual Corella
hauria merescut ser pres a consideració en aquestes
pàgines, és la publicació —espaiada en cinc anys— de la
Vita Christi de Ludolf de Saxònia, popularment coneguda
com Lo Cartoixà. A la traducció catalana d’aquest
voluminós tractat, Corella hi degué dedicar una bona part
dels seus darrers esforços intel·lectuals perquè el conjunt
sobrepassa els 1500 fulls impresos. El 1495 eixia de les
premses de Pere Hagenhach i Leonard Hutz el volum de
Lo quart del Cartoixà (llançat al mercat en primer lloc,
per raons clarament editorials, car s’ocupa de la passió i
mort de Jesucrist), i aquell mateix any encara, Llop de la Xilografia de Lo Procés de les olives (Valèn-
Roca, el reeditava i s’encarregava de fer l’edició de La cia 1497) on apareix Bernat Fenollar
i els seus contertulis
terça part del Cartoixà. Tan gran fou el ressò del primer
volum, que Ferran el Catòlic s’hi interessà i, a través del
batle de València, en demanà un exemplar, el 149624. Portada de l’edició valenciana
de 1490 de Tirant lo Blanch
Aquell mateix any, i de les mateixes premses de
Hagenbach i Hutz, eixia al públic Lo primer del Cartoixà.
«a pregaries» de Jaume del Bosc, mestre Montesa mentre
que, el 1500 —ja mort Corella—, l’impressor Cristòfor
Koffman acabava l’obra amb la publicació de Lo segon
del Cartoixà25. Amb això, una de les més grans empreses
editorials de l’època incunable es donava per closa, tot
i que, a la mateixa València, el 1513, l’impressor Jordi
Costilla tornava a editar Lo quart i, a Barcelona, el 1518,
Joan Rosembach, «a despeses de Joan Trinxer, mercader
de llibres, ciutadà de Barcelona», feia el mateix amb Lo
primer del Cartoixà26.
38 Pasiones bibliográficas
Corella, en resum, va tenir una implicació cada vegada més activa en el món de la
impremta, i no solament com a conseller editorial, sinó com a editor pròpiament dit27. En
l’inventari dels seus béns, realitzat el 1497 arran de la seua mort, hom anotà la presència
de 780 volums de Lo primer i Lo quart del Cartoixà, nombre molt elevat d’exemplars, que
només es pot explicar si en finançà l’edició, probablement en col·1aboració amb Miquel
Albert28.
L’altre gran impulsor d’iniciatives editorials i sense dubte un personatge clau per a
comprendre la vida literària local és Bernat Fenollar, beneficiat domer de la Seu de València
i, des de 1479, capellà i mestre de capella del rei Ferran el Catòlic29.
Fenollar degué entrar en contacte amb la impremta en ocasió del viatge i estada
a València del cardenal Roderic de Borja, procedent d’Itàlia, ja que per la seua posició
eclesiàstica degué de tractar amb els acompanyants del bisbe valencià, entre els quals,
com ja hem dit, figurava almenys un tipògraf. No es pot descartar que fos seua la iniciativa
de dur a estampa les poesies presentades al certamen marià de 1474.· També fou per
aquestes dates, o en tot cas no més tard de 1474, que mossén Fenollar degué contactar amb
l’humanista barceloní Jeroni Pau30, dada interessant per a comprendre la gestació de les
Regles d’esquivar vocables o mots grossers o pagesívols. Un altre prevere valencià, mossén
Ferrando Dies, al qual ja hem fet referència en relació a Corella, potser captivat pel ressò
del certamen de 1474, recorregué a aquesta mena de concursos i la subsegüent edició de
les obres presentades per difondre la creença immaculista. Com a mínim en un d’ells, el de
1486, va participar de nou el nostre Fenollar31.
Però és sobretot a partir de la dècada dels noranta quan el nostre capellà desplega
una intensa activitat editorial: el 1493, gràcies al mecenatge de Jaume de Vila, publica,
en col·laboració amb Pere Martines Lo passi en cobles, dedicat a sor Isabel de Villena,
i com a colofó de l’opuscle reprodueix les Cobles contemplant en Jesús crucificat, fetes
en col·laboració amb Joan Escrivà, mestre racional del regne, i la famosa Oració a la
sacratíssima verge Maria tenint son fill Déu Jesúcrist en la falda, devallat de la creu,
de Joan Roís de Corella; el 1497 edita, a les premses de Llop de la Roca, Lo Procés de
les olives. en col·laboració amb Narcís Vinyoles, Joan Moreno, Jaume Gassull, Baltasar
Portell i el Síndic del Comú dels Pescadors; el 1499, a precs seus, Miquel Peres tradueix de
«llatí en valenciana prosa, segons lo Florentí» la Vida de santa Caterina de Sena; i és ben
probable que pertanguen a aquests darrers anys algunes de les seues peces de circumstàncies
aplegades en el Cancionero General d’Hernando del Castillo (València, 1511).
Lo Passi en cobles, les Cobles contemplant en Jesucrist crucificat, i Lo Procés de
les olives, totes editades en quart, si bé són materialment breus, apleguen alguns dels
millors versos religiosos i satírics de l’anonemada «Escola valenciana» i justifiquen a
bastament la fama i el prestigi que gaudí mossén Fenollar tant entre els cercles burgesos
.-
27 Un fill natural de Joan Roís de Corella. homònim seu, obtenia encara, el 1502, el permís dels jurats de Valèn-
cia per a estampar «una bella obra sobre lo Passis» que hauria deixat son pare (Riquer - n. 14 - vol. iv, p. 119).
.-
28 Behger: Libro y lectura... tom ii. València 1987, p. 428, nota 5.
.-
29 Sobre Bernat Fenollar, vegeu Riquer (n. 14), vol. iv, pp. 181-224 i Ferrando: Els certàmens... , pp. 171 -173.
.-
30 Vegeu la Introducció de M. Vilallonga a J. Pau: Obres. i. Barcelona 1986, p. 43.
.-
31 Sobre aquests certàmens, Ferrando: Els certàmens..., pp. 379-560.
Pasiones bibliográficas 39
com entre els aristocràtics. Això últim bé ho posen de manifest les seues col·laboracions
amb escriptors com Joan Roís de Corella, Joan Escrivà i Miquel Peres, així com la seua
dedicatòria de Lo Passi en cobles a sor Isabel de Villena. Com ha fet veure recentment
Albert Hauf, sor Isabel de Villena probablement redactà i dibuixà per a les seues monges
un Speculum animae, basat en la contemplació visual de les escenes de la passió de Jesús32.
Això permet conjecturar que tal vegada la iniciativa de Lo Passi en cobles podria haver
partit de la mateixa abadessa, ja que és el complement sonor perfecte de l’Speculum. En
tot cas, recordem que entre les monges de la Trinitat hi havia sor Maria Escrivà, filla de
mossén Joan Escrivà, el col·laborador de Fenollar en les Cobles contemplant en Jesús
crucificat.
La riquesa lèxica i la correcció gramatical i mètrica d’aquests versos i de molts altres
que van quedar inèdits, com els d’Escacs d’Amor, revelen una fina sensibilitat lingüística,
que, si bé li valgué les crítiques amistoses de Jaume Gassull a través de la Brama dels
llauradors de l’Horta de València contra lo venerable mossén Fenollar, fou obertament
reconeguda per Pere Miquel Carbonell en atribuir-li, juntament amb Jeroni Pau, l’autoria
principal de les ja esmentades Regles d’esquivar vocables o mots grossers a pagesívols.
3. Martí Joan de Galba i sor Aldonça de Montsoriu: dos editors per a dos públics
no tan diferents
Martí Joan de Galba i sor Aldonça de Montsoriu tenen en comú el fet d’haver quedat
dipositaris de dos manuscrits de valor literari excepcional, caràcter novel·lesc i gust
aristocratitzant, que, per circumstàncies ben diferents, decideixen de lliurar a la impremta
uns quants anys després de la mort dels seus respectius autors.
En el cas del Tirant lo Blanc33 avui sabem, gràcies a la publicació d’un document
del 2 de maig de 146534, que Galba l’havia retingut possiblement des de gener o febrer
de 1464, ja que devia ser un dels dos manuscrits que figuraven en l’inventari dels seus
béns, realitzat arran de la seua mort, ocorreguda probablement e1 27 d’abril de 1490,
figuraven dos manuscrits del Tirant, podem concloure que un d’ells era l’original de
Martorell. En efecte, aquest darrer devia ser el «llibre cubert de pergamí apellat Lo Tiran»
32.- A. Hauf: “Text i context de l’obra de sor Isabel de Villena”. Dins: Literatura valenciana del segle xv. Joanot
Martorell i sor Isabel de Villena. València 1991, pp. 91-124.
33.- Sobre Joanot Martorell i el Tirant, hom pot consultar Riquer (n. 14), vol. iii, pp. 306-395, i encara, id.: Aproxima-
ció al Tirant lo Blanc. Barcelona 1990. Per a la biografia de Galba, vegeu X. Renau: “Martí Joan de Galba”, a Serra
d’Or, núm. 375 (març, 1991), pp. 46-48. Pel que fa a l'edició del text, vegeu infra nota 37.
.-
34 J. villalmanzo/J. chiner; La pluma y la espada (en premsa). El document prové de l’Arxiu del Regne de Valèn-
cia, Governació, 2.314, mà 3. f. 113 r., i 2.317, mà 31, ff. 40 v., 42 v. , 44 v. i 46 v. Segons declaració de Galceran
Martorell feta el 24 d'abril, a Galba havia «pervengut hun libre appellat “Tiran lo Blanch”. lo qual és continuat en
xvii sisterns de full entregue, desligat, lo qual és de bona continent valor, lo qual és en béns de mossén Johanot
Martorell, quondam. cavaller e jermà del dit mossén Galceran Martorell». El 26 d'abril, Galba declara que tenia, en
«penyora per cent reals», el llibre «per qüerns» del difunt Joanot Martorell «apellat de “Tirant lo Blanch”» i tres dies
després manifesta que Galceran Martorell «no podria instar execució del dit libre, lo qual és de poca valor e no val
los dits cent reals que són stats mutuats o prestats sobre aquell, com sia cosa moble...,» i «màxime» quan «són
passats pus de xiiii o xv messes que lo dit en Martí Johan ten[i]e lo dit libre cum pacto et conditione que, si dins hun
any no pagava lo dit mossén Johan Martorell, lo dit libre fos del dit en Martí Johan, e d'aquí avant pogués vendre
aquell o retenir aquell axí com a seu propri; e per ço lo dit mossén Galceran no hauria ne ha dret algú de crèdit en lo
dit libre». Més encara, davant la pretensió de Galceran Martorell que «lo dit libre és stat prestat graciosament o en
comanda té aquell», Galba declara que «lo contrari parlant stà en veritat, ço és que no és stat prestat ne acomanat,
ans és stat penyorat per los dits cent reals», hagut compte que «lo dit mossén Johanot passava moltes necessitats
e lo dit en Martí Johan li prestava dinés sovent, la qual cosa no és ignorada per lo dit mossén Galceran Martorell».
40 Pasiones bibliográficas
—remarquem que Tiran és la forma que utilitza també Galceran Martorell en reclamar el
llibre a la justícia—, mentre que l’altre exemplar, «tot acabat, lo qual tenen per original
los estampadors», devia ser la còpia que n’havia tret Galba. També figurava en l’inventari
«una taula ab sos peus e petges sobre la qual escrivia lo dit defunt» i «una caixa» on
guardava llibres com les poesies d’Ausiàs March, Lo Crestià, la Vita Christi d’Eiximenis,
les Històries Troianes, Lo Merlí, el Carles Manyes i Flor de cavalleria. En una de les
clàusules testamentàries, Galba exigia el seu nebot i hereu universal Guerau de Galba,
de Barcelona, que «los dits llibres hagen de ser reservats e conservats [en lo castell de
Muntnegre, en lo Principat de Catalunya] per memòria e remembrança mia».
De tota aquesta documentació suara exhumada es desprén que: a) l’original de
Martorell va ser zelosament guardat per Galba durant vint-i-sis anys i és gairebé segur
que no va eixir mai de sa casa; b) l’únic manuscrit que el notari considera «acabat»
—expressió que podria significar «en versió definitiva»—, no és l’original de Martorell,
sinó la còpia que fan servir els impressors; c) la comparació entre el text editat el 1490 i
el que podrien contenir els vint-i-set sexterns del manuscrit original de Martorell, sembla
corroborar la hipòtesi que Galba no es limità a traure’n una còpia per als impressors sinó
que el sotmeté a una revisió que podria suposar la incorporació d’entre un 20 a un 25
per cent aproximadament del text definitiu; i d) contràriament al que afirmà en les seues
declaracions individuals, Galba atorgava un gran valor al manuscrit de Martorell, ja que
en prohibeix la venda al seu nebot i hereu.
A la vista de les afirmacions sobre l’extensió del Tirant que ens forneix el plet
interposat per Galceran Martorell i les que proporcionen els documents i textos ja coneguts
relacionats amb Galba, podríem concloure molt hipotèticament, amb Wittlin35, que «la
quarta part» de què parla el colofó de 1490, probablement redactat per Jaume de Vila,
podria referir-se, per una mala interpretació d’aquest, al percentatge de col·laboració de
Galba i no a la darrera part de l’obra. Això faria compatible la hipòtesi que Martorell
hauria deixat enllestit el Tirant amb aquella altra que considera que Galba el retocà amb
interpolacions i amplificacions que podrien suposar gairebé una quarta part del text
tal i com s’edita. En aquest sentit, el fet que Galba acceptàs un manuscrit del Tirant
«deslligat», que després cobrirà de pergamí, no implicaria provisionalitat o inacabament,
sinó més aviat la indigència econòmica del nostre autor.
Quan Martorell moria, probablement a mitjan abril de 146536, la impremta acabava
d’instal·lar-se a Subiaco, prop de Roma, i per tant, no és probable que el nostre escriptor
arribàs mai a sentir parlar de l’invent de Gutemberg, ni, menys encara, que s’imaginàs
l’èxit editorial i el ressò social d’aquell manuscrit seu imprés el 1490. Coneixem amb
prou detalls les gestions per a la publicació del Tirant. Hi trobem implicats, a més
de Martí Joan de Galba —que s’atribuïa o hom li atribuí una quarta part del text—,
l’impressor alemany Nicolau Spindeler i el comerciant també alemany Joan Rix de Cura,
que finançava l’edició. Abans, però, s’hi havien interessat dos empresaris valencians,
Joan Cerveró, escrivà del rei, i Lluís Bertran, mercader, i el llibreter convers Pere Trinxer,
els quals acabaren cedint els seus drets de participació en el projecte a Joan Rix de Cura.
35.- C. Wittlin: “Lectures de Tirant lo Blanc”. Dins: Symposion Tirant lo Blanc. 500 anys. Barcelona 1990. (en
premsa).
36.- Fins ara, hom suposava la data de la mort de Joanot Martorell el 1468 (Riquer (n.14), vol iii, p. 320).
Pasiones bibliográficas 41
El més curiós, i tràgic, del cas és que, durant el procés d’impressió, que havia començat
versemblantment l’agost del 1489 i acabà el 20 de novembre de 1490, moriren Martí Joan
de Galba i Joan Rix de Cura, de manera que no arribaren a veure impresa l’obra sencera37.
Tot això, que pot semblar anecdòtic, deixa com a incògnita potser irresoluble saber quina
fou, en realitat, la participació de Galba en la redacció o revisió de l’obra, ja que les
informacions del colofó contradiuen les afirmacions del Pròleg, on tot el text sencer és
atribuït a Martorell. La documentació exhumada fins ara permet algunes conclusions més
o menys sòlides, però no definitives.
Si la intervenció de Galba planteja greus problemes, la publicació del Tirant divuit
anys després de la introducció de la impremta a València suscita d’altres interrogants de
no fàcil resposta: ¿temia Galba les accions judicials dels hereus de Martorell o, més aviat,
no havia trobat suport per a una operació d’incertes perspectives econòmiques? Encara
que una hipòtesi no exclou l’altra, el fet que la previsió inicial d’editar quatre-cents
exemplars s’hagués ampliat, en el transcurs del procés d’impressió, a set-cents quinze38,
sembla indicar que l’absència de precedents editorials d’aquest tipus de literatura i la
considerable extensió del manuscrit podrien haver dissuadit altres possibles comerciants o
impressors d’arriscar-hi una inversió tan voluminosa com insegura. A més, també caldria
tenir present que el fracàs econòmic i la desgràcia política de Martorell i de la seua família
afegien un altre element negatiu més, de considerable pes social, a un projecte adreçat,
sobretot, a l’estament nobiliari, el qual s’hi veuria reflectit i, encara, podia somniar a
emular les gestes de l’heroi39. És clar, però, que la burgesia il·lustrada de la segona meitat
del segle xv també es deportava —com dirien els coetanis de Martorell i Galba— amb
els aspectes lúdics de la cavalleria i, per tant, podia endinsar-se en la lectura d’aquell text;
un text que el mateix Martorell no s’està d’aburgesar, allà on convé i encara que siga de
manera involuntària.
El resultat d’aquella edició, hem de creure que fou comercialment molt satisfactori,
ja que set anys després el Tirant era editat de bell nou a Barcelona, a les premses de Pere
Miquel i Diego de Gumiel. Ben aviat la fama del Tirant transcendí els reduïts límits del
mercat català, i, a principis del segle xvi, era traduït i publicat en castellà (1513) —pel
mateix Diego de Gumiel— i en italià (1538)40.
En el cas de la Vita Christi de sor Isabel de Villena41, una circumstància inesperada,
37.- En resumir les peripècies de l'edició valenciana del Tirant lo Blanc, seguim les darreres aportacions d’Albert
Hauf, que recull i comenta tota la documentació publicada fins ara, en la seua lntroducció a J. Martorell/M. Galba:
Tirant lo Blanch. Edició coordinada par Albert Hauf. Fixació del text per Albert Hauf i Vicent Josep Escartí. 2 vols.
València 1990, vol. i. pp. xiii-xxiv.
.-
38 Per a la problemàtica del suposat doble tiratge de l'editio princeps, vegeu Hauf (n. 37, pp. xxvi-xxxii).
.-
39 Sobre la lectura del Tirant com un manual per als cavallers, vegeu A. Hauf: “El parany historiogràfic. Notes al
pròleg del Tirant”. Dins: Saó (febrer, 1989), pp. 19-23.
.-
40 A més de la bibliografia citada a la nota 33, sobre les traduccions del Tirant vegeu J. Palàcios (ed.): Tirant
lo Blanc illustrated by Manuel Boix. New York 1988, pp. 9-30; i V. J. Escartí: “Llegir Tirant lo Blanch, cinc-cents
anys després”. Dins: La Rella, núm. 9 (en premsa). Per als problemes de transmissió textual, vegeu M. L. Indini/V.
Minervini: “Il viaggio di Tirante. Fortuna e infortuni di un romanzo cavalleresco”. Dins: Romanica Vulgaria 12. 1990,
pp. 5-66.
41.- Sobre la vida i l’obra de sor Isabel de Villena, vegeu Riquer (n. 14), vol. iv, pp. 313-344; J. fuster: “El món lite-
rari de sor Isabel de Villena, i Jaume Roig i sor Isabel de Villena”. Dins: Obra Completa. Vol. i. Barcelona 1968, pp.
153-210; i A. Hauf: “El món cultural d’Isabel de Villena, i Teologia i fantasia: la Vita Christi de sor Isabel de Villena i
la tradició de les Vitae Christi medievals”. Dins: D’Eiximenis a sor Isabel de Villena. Aportació a l’estudi de la nostra
cultura medieval. València-Abadia de Montserrat 1991, pp. 303-397. Pel que fa a l’edició del text: I. de villena: Llibre
42 Pasiones bibliográficas
la petició de la reina Isabel i de Castella al batle general del regne de València que li’n
trametés una còpia, féu que sor Aldonça de Montsoriu, abadessa en aquells moments del
monestir de la Trinitat —i successora immediata d’Isabel de Villena—, decidís donar a la
impremta el manuscrit, «perquè més prest a ses reyals mans pogués attényer42 i dedicar-li
l’edició. Aquesta dedicatòria figura en el pròleg de sor Aldonça, i en ella, la nostra editora
remarca que, el llibre, només sor Isabel «lo ha fet», «l’ha compost» i «ab elegant dolç
stil l’ha ordenat», tot i que sabem que aquesta no arribà a completar-lo. Aquesta triple
insistència de sor Aldonça, explicable en un context en què era ben difusa la barrera entre
l’originalitat i el plagi literaris, sembla una velada rèplica al Tirant, ja que no devia ser
tan evident, als ulls dels contemporanis, l’autoria exclusiva de Martorell reivindicada
en el pròleg i matisada en el colofó. L’interés de la reina Catòlica per la Vita Christi de
la seua parenta Isabel de Villena, potser caldria remuntar-lo als seus possibles contactes
personals amb ella, en ocasió de les visites reials a València, i a les possibles relacions
epistolars motivades per l’ingrés en la Trinitat de sor Maria d’Aragó, filla natural de
Ferran el Catòlic.
Encara convindria de destacar un altre aspecte lligat al procés d’edició de la Vita
Christi de Villena, i és que, mentre el text es va circumscriure a l’àmbit del monestir,
on havia nascut i per al qual havia estat redactat —no oblidem la intenció didàctica i
devocional d’aquesta obra43—, no es pot descartar que personatges com Corella, Fenollar,
Escrivà, Peres i el bisbe auxiliar de València Jaume Peres en coneguessen alguna mostra44,
i això permetria explicar en gran part les dedicatòries a l’abadessa amb què aquests
encapçalaren algunes de les seues obres. Tanmateix, quan, gràcies a les premses de Llop
de la Roca, l’obra de Villena transcendí els murs del monestir, la seua fama, reforçada per
la veneració i prestigi de l’autora, per la dedicatòria reial i pel «dolç stil» que anunciava
al pròleg sor Aldonça de Montsoriu, no cessa de créixer, i aviat se’n feren dues edicions,
una a València, el 1513, per Jordi Costilla —el mateix re-impressor de Lo quart del
Cartoixà traduït per Corella—, amb unes modificacions lingüístiques desaristocratitzants,
i una altra, el 1527, a Barcelona, per Carles Amorós45. El caràcter piadós i, per tant,
ideològicament conservador de la Vita Christi de sor Isabel, la combinació d’ambient
aristocràtic i llenguatge afectiu i planer, «en romanç perquè los simples e ignorants
puguen saber e contemplar la vida e mort del nostre redemptor e senyor Jesús», que
convenia tant a les monges de la Trinitat com a «tots los qui en aquesta breu, enutjosa e
transitòria vida viuen»46 i la major resistència femenina a la castellanització literària que
es produeix després de la unitat hispànica, expliquen la seua vigència en català almenys
fins a mitjan segle xvi, i la seua presència freqüent en els inventaris particulars de l’època.
Encara trobem l’obra de l’abadessa de la Trinitat, el 1561, a l’inventari dels béns que
pertangueren al duc de Sogorb Francesc d’Aragó, si bé en condicions poc presentables:
«un libre de empremta en llengua valenciana, intitulat Vita Christi, de la reverent abadesa
anomenat Vita Christi. Editat per R. Miquel y Planas. 3 vols. Barcelona 1916. L’editorial Del Cénia al Segura ha
editat un facsímil de l’edició prínceps (València 1980).
.-
42 Villena (n. 41), vol. i, pp. 5-7.
.-
43 Aquestes característiques ja les destaquen els autors citats a la nota 41.
.-
44 Hauf, diu, en aquest sentit: «no és exagerat d'imaginar que els mss. de moltes d’aquestes obres devotes
circulaven lliurement dins el cercle de devots i benefactors del monestir» (Teologia... — n. 41—, p. 310).
.-
45 Aguiló i fuster (n. 19), p. 291.
.-
46 villena (n. 41), p. 9.
Pasiones bibliográficas 43
de la Trinitat, ab unes cubertes de fusta y tancadures de cuyro vermell y caps de llautó,
molt vell y usat»47.
L’envelliment de la Vita Christi a mitjan segle xvi no concernia exclusivament als
exemplars conservats i a la llengua en què fou redactada. S’havia envellit també el món
que l’originà. Així com el Tirant era una novel·la de recreació nostàlgica d’un món
cavalleresc ja obsolet, així també la Vita Christi era com una novel·la de cavalleries a
la manera divina de sensibilitat plenament medieval. En certa manera, la Vita Christi era
la replica devota al mundà Tirant lo Blanc, del qual potser sor Isabel tenia referències.
El doctrinal de cavallers que és el Tirant esdevé en la Vita Christi doctrinal de dames
piadoses48. Ara bé, si el record del Tirant, malgrat haver-se deixat d’editar en català
després del 1497, subsistí més que el de la Vita Christi, això es deu en bona mesura al
fet d’haver estat traduït al castellà i a l’italià. Però això planteja una qüestió més aviat
d’història lingüística i cultural, que ara no és el moment d’abordar.
4. La impremta com a testimoniatge del canvi de signe de la cultura dominant
Les realitzacions editorials de Corella, Fenollar, Galba i sor Aldonça de Montsoriu
bastarien per elles mateixes per a qualificar d’esplendorosa l’etapa incunable de la
impremta valenciana. A través d’aquests quatre personatges representatius de dues
sensibilitats estètiques antagòniques, dels dos sexes, i dels diferents estaments socials
dominants, hom pot comprovar el dinamisme i la plenitud cultural de la València del
darrer quart del segle xv. Sense eixir-nos-en dels llibres ací considerats, hom pot fer,
en relació a les seues característiques materials, dues constatacions. En primer lloc, pel
que fa al tamany dels llibres, s’observa que els procedents d’iniciatives aristocràtiques
—les grans obres de ficció i les traduccions extenses— solen ser en foli, la qual cosa
els vincula clarament amb el llibre escolàstic —tant de matèries teològiques com de
gramàtica o de dret— i amb les compilacions dels Furs editades en aquell període49 o amb
la Bíblia valenciana de fra Bonifaci Ferrer, mentre que els produïts pels cercles burgesos
—generalment obres satíriques o de certamen— solen ser en quart. Una de les excepcions
més notables és la Vida de santa Anna, de Corella, que és en octau. El model d’aquest
opuscle, lluny de relacionar-se amb els presupòsits humanistes ja comentats més amunt,
caldria buscar-lo en els llibres d’hores de tradició medieval, en la mesura que eren llibres
devocionals, com ho és el Psalteri de Corella, que presenta el tamany del quart. En segon
lloc, tots aquests llibres, independentment del seu contingut i de la seua procedència
social, usaren els tipus gòtics, considerats de major prestigi per la seua vinculació a la
tradició medieval autòctona50. L’excepció més notable és Les obres e trobes en llaors de
la verge Maria que, com ja hem dit, va emprar les lletreries romanes. Però més que no
44 Pasiones bibliográficas
Gravat de l’edició valenciana
de 1513 de La Vita Christi de
sor Isabel de Villena on apareix
aquesta llegint el llibre a les
seues monges
Pasiones bibliográficas 45
i hagiografies: les versions o paràfrasis dels salms realitzades per Joan Roís de Corella
(1490), Jeroni Fuster (1490) i Narcís Vinyoles (1499); les traduccions i obres originals de
Miquel Peres Del menyspreu del món (1491), Vida de la santíssima verge Maria (1493),
La vida de santa Caterina de Sena (1499); Lo Passi en cobles de Fenollar-Martines i la
Contemplació en Jesucrist crucificat de Fenollar-Escrivà (1493); les Hores de la Setmana
Santa (1494); La revelació de sant Pau de Bernardí de Vallmanya (1495); els anònims
Vida de sant Honorat (1496) i Flos sanctorum (1496); el Vita Christi de sor Isabel de
Villena (1497) i els quatre volums de Lo Cartoixà de Ludolf de Saxònia en traducció de
Joan Roís de Corella (1495-1500), per citar els més coneguts. No cal dir que la major
part d’aquests voluminosos llibres religiosos, generalment redactats en l’estil «artitzat»
característic dels textos amb pretensions literàries de l’època, no anaven destinats al gran
públic sinó als sectors més benestants de la societat, amb temps d’oci per davant i amb
una formació cultural més o menys sòlida. De fet, la temàtica religiosa i l’estil «artitzat»
d’aquestes obres traeixen una deliberada abstenció del món coetani que practicava no
sols la noblesa nostàlgica d’un món perdut sinó també part d’una burgesia que cercava
d’apropar-se als hàbits de l’aristocràcia. Fou precisament en aquesta dècada d’autèntica
inflació religiosa, més exactament el 1498, que es procedí a la destrucció total de tots
els exemplars de la Bíblia valenciana (1478) atribuïda a fra Bonifaci Ferrer. El mateix
Corella, que col·laborava, o, pels seus probables orígens conversos, se sentia obligat a
col·laborar amb la Inquisició51, í que hagué d’editar el Psalteri a Venècia —o fer passar
que s’hi havia editat—, fou objecte d’una investigació doctrinal per part de l’inquisidor
general Joan del Monasterio en relació amb les seues versions dels salms.
Hi ha historiadors de la cultura, com Philippe Berger, que creuen que la introducció de
la impremta no comporta un augment del públic lector, sinó més aviat una ampliació del
ventall de possibilitats de lectura dels sectors instruïts52. Certament, en un primer moment,
el clar predomini de textos llatins destinats a la formació d’escolars i d’eclesiàstics sembla
indicar que els receptors d’aquells llibres eren els mateixos que abans de la introducció
de la impremta. Ara bé, transcorreguts uns quants anys, el tiratge relativament alt de
llibres com el Tirant i el Psalteri de Corella, per citar dos dels textos de lectura preferida
de les dames valencianes, adduïts per un dels personatges femenins de Lo somni de Joan
Joan, deixa entreveure unes importants expectatives de creixement del públic lector,
un públic lector que començava a considerar la lectura individual com un plaer. Però,
per a la majoria dels burgesos, que s’estimaven sobretot la poesia satírica i la religiosa,
la literatura continuava sent una activitat col·lectiva. Si valoraven la versificació és
precisament perquè la lectura pública dels textos en vers n’afavoria la memorització i
l’intercanvi de comentaris. Aquesta és una de les claus explicatives de l’èxit de la poesia
de certamen en la València de les darreries del xv i principis del xvi, com també ho és de
la relativament escassa quantitat de textos satírics editats.
51.- J. Ventura: Inquisició espanyola i cultura renaixentista al País Valencia. València 1978, p. 110.
52.- Els grups que més practicaven l’hàbit de la lectura eren, òbviament, aquells que podien gaudir de temps d’oci
per dedicar-s’hi. Podeu veure els percentatges de lectors a la València de finals del xv i de la primera meitat del xvi,
a Ph. Berger: “La lecture a Valence de 1474 a 1504 (quelques donnés numériques)”. Dins: Melanges de la Casa de
Velázquez ii. 1975, pp. 99-118; id.: “La lecture a Valence de 1474 a 1560. (Evolution des comportaments en fonction
des milieux sociaux)”. Dins: Livre et lecture en Espagne et en France sous l'Ancien Régime. París 1981, pp. 97-110;
i encara, id.: Libro y lectura... (n. 4), tom i, pp. 351-388.
46 Pasiones bibliográficas
Encara que no aconseguís increments substancials de lectors, la introducció de la
impremta tingué unes repercussions notables en els vessants textual i lingüístic. En efecte,
si observem els primers llibres impresos valencians ens adonarem que sovint no fan
constar ni el lloc ni la data ni el nom de l’impressor i algunes vegades manquen del títol
i fins i tot del nom precís de l’autor. A partir dels darrers anys de la dècada dels setanta,
totes aquestes dades solen indicar-se sempre, i això ens permetrà d’obtenir unes valuoses
informacions sobre el text, infreqüents ens els manuscrits medievals. Per altra banda, la
introducció de la impremta contribuí a la fixació implícita d’unes pautes ortogràfiques
i d’uns criteris morfològics i a la modernització del lèxic, ja per incorporació de mots i
variants de la parla local, ja per adopció de neologismes i cultismes.
La desaparició de la cort pròpia i la pèrdua de la Cancelleria reial, que fins llavors
marcaven les pautes lingüístiques a seguir, afavoriren unes incipients actituds lingüístiques
disgregadores, que es manifestaven tant en l’ús de denominacions particularistes
—«valencià» al Regne de València, «català», amb abast semàntic restringit, al Principat—
com en la preferència per unes determinades formes locals a costa de les unitàries, dins
d’una estratègia global de modernització del llenguatge. En aquestes tendències va tenir
una considerable incidència l’actitud dels editors, reflectida sovint en els pròlegs i els
colofons. De fet, denominacions com «llengua valenciana» o «valenciana prosa» foren
consagrades literàriament pels editors53. Ara bé, aquests, si bé per una banda, en intentar
acostar el llibre al públic a què anava destinat directament, procuraven afalagar-lo usant
les esmentades denominacions particularistes, per altra banda, en haver de fixar l’original
i corregir-ne les proves d’impremta, havien d’adoptar uns criteris de depuració que
contribuïren a regularitzar i millorar la qualitat lingüística dels textos a imprimir. Les
Regles d’esquivar vocables o mots grossers o pagesívols redactades per Pere Miquel
Carbonell a partir de materials de Bernat Fenollar i Jeroni Pau, posen de manifest la
preocupació per reforçar les formes unitàries de la llengua enfront de les locals i per
elevar-ne la dignitat amb criteris cultistes. Les Regles no arribaren mai a ser formulades
en forma de tractat ni a editar-se, però, en aplicar-les Corella i Fenollar als seus escrits,
especialment als que foren divulgats per la impremta, deixaren sentir la seua influència
entre els seus coetanis i serviren de pauta per a les futures generacions en els segles de
l’anomenada «Decadència». Un dels elements de modernitat del Tirant és precisament
la seua llengua, que s’accentua sensiblement a partir del capítol 300, i en part podria ser
atribuïble a Galba54 o als impressors.
Les concessions localistes, onomàstiques o lingüístiques, no reeixiren a aturar el
procés de substitució del català com a llengua literària, ja que la crisi idiomàtica era
de caràcter sociolingüístic. Després de 1500, si bé encara es produeixen algunes
reedicions de les grans obres de les darreries del segle xv —la Vita Christi d’Isabel
de Villena i Lo Cartoixà de Corella, però no el Tirant— s’observa l’absència gairebé
.-
53 El tema és tractat monogràficament a A. Ferrando: Consciència idiomàtica i nacional dels valencians. Valencia
1980, especialment a les pp. 107-132. Entre les particularitats lingüístiques valencianes que reflecteixen els nos-
tres incunables podem destacar, si bé només com a tendència, la grafia x per a representar la palatalització de s
davant consonant velar (creixqué), els demostratius simples esta, estes, estos, les desinències -ixc/-eixc dels verbs
incoatius, la solució -ea del sufix -ITIA, la conjunció final per a que, els mots i variants formals com xiquet, aplegar,
oronella, espill. sancer. llauger. llançol, etc.
.-
54 Vegeu, en aquest sentit, les observacions de A. Ferrando: “Entorn de la llengua de Tirant lo Blanc”. Dins: Saó
(febrer, 1989), pp. 24-26.
Pasiones bibliográficas 47
total d’obres originals en català d’una certa volada literària que vinguen a ocupar el seu
lloc en l’activitat editora. Després de les guerres de Granada, el Rossellò i Nàpols, i
després del descobriment d’Amèrica, la noblesa local i fins i tot alguns sectors burgesos
entren en contacte amb la cort de la monarquia hispànica i amb l’aristocràcia castellana
i tendeixen a imitar literàriament la nova llengua àulica, el castellà55. La representació
valenciana al Cancionero General d’Hernando del Castillo (València, 1511) reflecteix
prou bé, des del punt de vista lingüístic, la nova actitud d’una bona part dels lletraferits
valencians de l’època. Els valencians, com la resta de la comunitat catalanòfona, havien
deixat de confiar en la seua pròpia llengua com a vehicle d’expressió cultural. El permís
d’exportació de llibres a Castella, concedit amb motiu de la publicació de la versió
castellana del Supplementum chronicarum mundi (1510), de Felip de Bèrgam, realitzada
per Narcís Vinyoles, permeté superar la profunda crisi de la indústria editorial cap a l’any
1510, però, això sí, convencé els editors i els impressors valencians de l’escassa viabilitat
comercial del llibre en català. No era cap fórmula retòrica la coneguda frase que Vinyoles
inclogué en el pròleg a l’esmentada versió: «osé alargar la temerosa mano mía para
ponerla en esta limpia, elegante y graciosa lengua castellana, la qual puede muy bien y
sin mentira ni lisonja, entre muchas barbaras y salvages de aquesta nuestra España, latina,
sonante y elegantíssima ser llamada»56. Després de la desfeta dels agermanats (1518-
1521), que accentuà el procés de castellanització literària, la major part dels pocs llibres
que s’editaran en català, seran reproduccions més o menys afortunades de clàssics (Jaume
i, Muntaner, Eiximenis, March, Roig, Fenollar)57, amb la particularitat que entre aquests
clàssics, qualificats de «llemosins», figuren escriptors, nobles i burgesos, transpassats en
dates relativament pròximes (March, 1459; Roig, 1478; Fenollar, 1516).
Amb la reproducció ocasional, gairebé sempre en llengua original i sovint per
iniciativa institucional, d’alguns dels clàssics valencians, la impremta valenciana
del segle xvi reflectí fidelment l’estat moribund d’una literatura, d’una cultura, que
acabava d’assolir moments de màxima creativitat i que, cinc segles després, es resisteix
a oblidar aquell passat gloriós i pugna per recuperar la normalitat sociolingüística
i literària que hem pogut constatar a l’època incunable de la impremta valenciana.
y
Text publicat a l’anuari
de la Fundació Gutenberg de Mainz
(Gutenberg-Jahrbuch) al 1992
.-
55 Sobre el primer moment de la decadència de la literatura catalana, vegeu M. Canher: “Llengua i societat
en el pas del segle xv al xvi. Contribució a l'estudi de la penetració del castellà als Països Catalans”. Dins: Actes
del Cinquè Col·loqui internacional de Llengua i Literatura Catalanes (Andorra, 1-6 d'octubre de 1979). Abadia de
Montserrat 1980, pp. 183-255.
.-
56 Per a l'edició completa d'aquest pròleg de Vinyoles i l'estudi de la seua actitud lingüística i literària, vegeu A.
Ferrando: Narcís Vinyoles i la seua obra. València 1978.
57.- Per l'estudi de les modernitzacions lingüístiques del Blanquerna i de la Scala Dei, vegeu B. Schimid: Les traduc-
cions valencianes del Blanquerna (Valencia 1521) i de la Scala Dei (Barcelona 1523). Estudi lingüístic. Barcelona-
Abadía de Montserrat 1988. Sobre l'edició valenciana del segle xvi de la Crònica de Jaume i, vegeu la lntroducció de
A. Ferrando/V. J. Escartí: El Llibre dels Fets de Jaume i. Introducció i adaptació al valencià actual de...(en premsa).
Sobre la crisi editorial del català al País Valencià, al segle xvi, vegeu Berger: “La crisi...” (n. 13).
48 Pasiones bibliográficas
La búsqueda
0 del
Santo Grial del
0
Ajedrez
José A. Garzón
Introducción
E L 15 de mayo de 1495 con los tipos góticos de Lope de la Roca Alemany, y con
la participación del librero Pere Trincher, se imprimió el Llibre dels jochs partits
dels schachs en nombra de 100, es decir el primer libro técnico de ajedrez impreso en el
mundo, una colección de 100 problemas. El título del libro nos revela también el nombre
y la naturalidad de tan innovador ajedrecista: “ordenat e compost per mi Francesch vicent
nat en la Ciutat de Segorb e criat e vehí de la insigne e valerosa ciutat de Valencia”.
No debe de sorprendernos que sea la fértil y creativa Valencia, en el atardecer del
siglo XV, la que otorgara al mundo la gran revolución del ajedrez, pues 20 años antes en
la misma ciudad había brotado el ajedrez moderno, como acredita el primer documento
con las nuevas reglas del ajedrez de la dama: nos referimos al poema Scachs d´amor
(Valencia, c.1475), obra de los poetas valencianos Bernat Fenollar, Francesc de Castellví
y Narcís Vinyoles. Aunque hoy la primacía temporal de Scacs d´amor, así como su
importancia (es el acta de nacimiento del ajedrez moderno) ha sido aceptada y difundida
por los principales especialistas contemporáneos, su tardía aparición —fue casualmente
descubierto en 1905 por el Padre Ignasi Casanovas y dado a conocer magníficamente en
pioneros trabajos por José Paluzíe en el bienio 1911-1912— impidió que la obra fuera
valorada por los grandes patriarcas de la Historia del Ajedrez como Von der Lasa o Van
der Linde.
En el poema de Fenollar, Vinyoles y Castellví hay aportaciones sin parangón para la
Historia del Ajedrez, pues a lo largo de sus 64 estrofas encontramos la primera descripción
mundial del movimiento actual de la reina o dama (estrofa 54), el primer reglamento del
ajedrez moderno y la primera partida íntegramente disputada con las mismas reglas de
Pasiones bibliográficas 49
hoy. El legado valenciano, vigente hoy en día, debe de llenarnos de orgullo a todos:
origen y difusión del ajedrez moderno, además en dos obras escritas en valenciano.
La culminación de la obra de Vicent que suponía un gran reto para los impresores al
tener que tallar, por primera vez1, 100 o más xilografías diferentes para los diagramas
de ajedrez, todavía era mucho mayor para el segorbino: hoy sabemos con toda certeza
que su obra era un manual de ajedrez moderno, y la mayoría de las composiciones se
resolvían con las nuevas reglas; reunir todo ese material con solo dos décadas de práctica
del nuevo ajedrez denota un talento creativo notable, o más bien, pura genialidad.
El libro que cambió la Historia del Ajedrez
Es tarea ímproba poder apresar en esta reseña la importancia del libro de Francesch
Vicent, especialmente cuando hemos dedicado dos monografías a la obra2, y un amplio
estudio en NEBEA3, planteándose, por tanto, en las líneas que siguen un ímprobo
esfuerzo de síntesis4. Un escaso reconocimiento, cuando no un atroz olvido, ha sido el
trato dispensado, a menudo, al manual que unía primacía temporal, la primera obra técnica
de ajedrez publicada en el mundo, y el mérito aún mayor de ser la obra que divulgaba,
extendía por todo el mundo, el nuevo ajedrez, concebido en Valencia dos décadas antes.
Todo esto no podía imaginarse a finales del siglo XVIII, cuando despierta en España
el interés por el estudio de los primeros libros dados a la imprenta, el llamado periodo
incunable. Coetáneos son los trabajos de Caballero5 y Méndez6, donde al fin se describe
el libro del segorbino.
Méndez indica, hecho que sobrecoge, que el libro “existe en la librería del monasterio
de Montserrate7, según nota del padre maestro Caresmar y padre maestro Rivas8”.
El precursor de la búsqueda del Vicent fue el insigne historiador y celebrado
1.- D´ELIA, Diego. “Sulla più testimonianza di un testo scacchistico a stampa: le bozze di stampa dell´incunabolo
“Arte de Axedrez” di Luis Ramírez de Lucena”. Culture del testo e del documento, 19/2006, pp. 81-98. Manziana
(Roma): Vecchiarelli Editore, enero de 2006. D´Elia indica que la matriz xilográfica de ajedrez fue creada en Valen-
cia en 1494-1495.
2.- GARZÓN, José A. En pos del incunable perdido. Francesch Vicent: Llibre dels jochs partitis dels schachs,
Valencia, 1495. Valencia: Biblioteca Valenciana, Colección Bibliofilia, 2001. La obra está accesible en la Biblioteca
Valenciana Digital (BIVALDI): bv2.gva.es. El regreso de Francesch Vicent. La Historia del nacimiento y la expansión
del ajedrez moderno. Valencia: Fundación Jaime II el Just, Generalitat Valenciana, 2005 (ediciones en español e
inglés).
3.- GARZÓN, José A., ALIÓ, Josep, ARTIGAS, Miquel. Nuevo Ensayo de Bibliografía Española de Ajedrez(1238-
1938). Valencia: ROM Editors, 2012. Sin duda nuestro trabajo más complejo, cuya feliz ejecución solo ha sido
posible por la confluencia de los 3 autores, 3 espíritus afines, unidos por una misma pasión. NEBEA es el acrónimo
del título, por el cual es citada habitualmente la obra, tal y como haremos en este mismo trabajo.
4.- La redacción de esta síntesis es tributaria del texto publicado en NEBEA, Obra 11.
5.- Cf. CABALLERO, Raymundo Diosdado. De Prima Typographiae Hispaniae, Roma: Antonio Fulgoni, 1793, pág.
54. Versión castellana de D. Vicente Fontán. Madrid: Oficina Tipográfica del Hospicio, 1865, pág. 93.
6.- MÉNDEZ, Francisco: Tipografía Española o Historia de la introducción, propagación y progreso del Arte de la
Imprenta en España. Madrid: Imprenta de la viuda de D. Joaquín Ibarra, 1796, tomo I, pág. 83. Hay una segunda
edición, corregida y adicionada por Dionisio Hidalgo, Madrid: Imprenta de las Escuelas Pías, 1861, pág.42.
7.- Se acepta, demasiado a la ligera, que el libro fue destruido en el incendio que sufrió la Biblioteca el 12 de octu-
bre de 1811, cuando las tropas napoleónicas asaltaron el Monasterio.
8.- La ficha se superpone prácticamente a la de Caballero, que reconoce también que su fuente es Benito Ribas,
padre archivero de Montserrat. A menudo se menciona otra referencia de la misma época dándole entidad de
noticia independiente: PANZER, George Wolfang. Annales Tipographici. Nuremberg, vol. III, 1795, pág. 60, pero el
mismo Panzer indica que toma la noticia de Caballero.
50 Pasiones bibliográficas
maestro alemán Tassilo von der Lasa, que intuye la
importancia del libro, pero sobre todo, contagia su
entusiasmo y la necesidad de la búsqueda a la erudita
escuela catalana que floreció a finales del siglo XIX:
Tolosa y Carreras, José Paluzíe, José Pin y Soler,
José Brunet y Bellet.
Un siglo después, siguiendo nuestra apresurada
síntesis, desde mediados de los 80 de la pasada
centuria, surge la labor de un gran investigador,
iniciando un camino de vindicación del Vicent,
que no tendrá ya retorno posible. Me refiero al
gran historiador ruso Yuri Averbakh y su histórica
reconstrucción9 —que el hallazgo del manuscrito de
Cesena validará por completo— del Llibre de Vicent,
estableciendo la total dependencia sobre él de los
Portada de la 5ª edición del libro
libros posteriores de Lucena (Salamanca, c. 1497;
de Damiano. El libro del misterioso NEBEA 12) y Damiano (Roma, 1512; NEBEA 17).
autor portugués llamado “Damiano” Esa dependencia dimana igualmente del importante
instaura por sí mismo el ajedrez papel que tienen los impresores de los dos primeros
moderno en Italia. El pequeño libro, en
sorprendente edición bilingüe (italiano libros, Lope de la Roca (Vicent) y Leonardo Hutz
y español) era un verdadero prodigio (Lucena), al que todavía encontramos en Valencia en
de síntesis, con teoría de aperturas 1495.
(7 reglas), primores (16) y juegos de
partido (72 problemas), y conoció 8 En 2001 aportamos10 una prueba contundente
ediciones en el periodo 1512-1564. Sin
que indicaba que la relación entre Hutz y Lope
embargo la obra apenas era original,
de la Roca en 1495 y en Valencia era mucho más
y su principal fuente, hoy lo sabemos
con certeza, era el libro de Vicent de
estrecha de lo que se pensaba: existió entre ellos, en
1495. Biblioteca Privada de Miquel
Artigas (Sabadell) las fecha previas a la edición del Vicent, un vínculo
contractual, en realidad ya detectado y probado por
Vindel11, planteando incluso que Lope de Roca hubiese trabajado en el taller de Hutz y
Hagenbach en Valencia, y en cualquier caso, Lope de Roca fue uno de sus sucesores,
seguimos a Vindel, ya que desde entonces estampa todos sus libros12 con la segunda
tipografía que habían empleado en Valencia de 1491 a 1495 Hagenbach y Hutz. Pero este
hecho sucesorio en la actividad impresora tiene una importancia crucial en la edición
9.- AVERBAKH, Yuri. “Zagadka utrachennoy knigi”, Nauka i Zhizn (Ciencia y Vida), nº 8 Moscú 1985, pp. 137-141.
El artículo fue traducido al español: “El misterio del libro perdido”, Revista Internacional de Ajedrez, Nº 65, febrero
de 1993, pp. 40-44. También del mismo autor: “¿Cómo atrapar a un gato negro en una habitación oscura?”, Re-
vista Internacional de Ajedrez, Nº 78, marzo de 1994, pp. 42-46. El camino emprendido por Averbakh, la casación
del Vicent con los libros posteriores de Lucena y Damiano era tan novedosa y atrayente, que suscitó posteriores
estudios. No podemos dejar de señalar una coincidencia maravillosa, cinco siglos antes de que Averbakh realizase
su estudio de casación, el mismo Francesch Vicent ejecutó idéntica labor, comparando su obra y la de Damiano,
como atestiguan la presencia de unos diminutos números en el ms. de Cesena, que nosotros detectamos, tanto en
los primores como en los juegos de partido. Lo nuevo no es sino el olvido.
10.- GARZÓN, op. cit., pp. 34-36.
11.- VINDEL, Francisco. El Arte Tipográfico en España durante el siglo XV. Madrid: Ministerio de Asuntos Exterio-
res. Vol. 3: Valencia, Baleares y Murcia, 1946, pp. XVIII y ss. Ver también: GARZÓN, 2001, op. cit., pp. 34-36.
12.- Esa letrería gótica de Hutz/Hagenbach aparece por ejemplo en la segunda obra impresa en Valencia por Lope
de la Roca Aesopus Fabulae, el 28 de septiembre de 1945.
Pasiones bibliográficas 51
de los libros de 1495 y 149713. Entre los numerosos documentos que exhumó Serrano
Morales14 sobre Lope de Roca (o de la Roca) es de suma importancia el que acredita la
firma de un contrato el 29 de octubre de 1494, entre los estampadores alemanes Lope de la
Roca y Gaspar Grez, y el Dr. Miguel Albert, con una duración estipulada de 16 meses, para
imprimir libros. Como el propio Serrano Morales subraya, el contrato tuvo que rescindirse
para la impresión del Vicent, hecho verificado por la firma de un nuevo contrato el 30 de
mayo de 1495, con el mismo Dr. Albert, para la impresión de Lo quart del Cartoxà. Esto
avala suasoriamente la posibilidad de que el libro de Vicent se estuviese gestando en el
taller de Hutz, de donde habría salido la matriz xilográfica de ajedrez luego empleada
en Salamanca. Lope de Roca habría culminado la obra. Estas circunstancias explican,
asimismo, el decisivo papel de Hutz en la traducción del Vicent para su publicación en
Salamanca en 1497, empresa para la que estaría legitimado, por lo que no procede hablar
de plagio. La edición salmantina tiene pleno sentido al conocerse los problemas del librero
Pedro Trincher, que era quien debía comercializar la obra valenciana. Un documento dado
a conocer por el profesor Berger15, y al que nos hemos referido en trabajos anteriores16,
prueba que el librero había quebrado tan solo 3 meses después de la publicación del libro
de Vicent; también hay que ponderar la muerte de Lope de la Roca17, y sus causas y
consecuencias, que debió ocurrir a finales de 1497 o principios de 1498.
Por nuestra parte, nos encontramos ante una extraordinaria paradoja: mientras que
en el campo del ajedrez estábamos muy cerca de aclarar por completo el misterio del libro
de Vicent, en el estrictamente bibliográfico las dudas seguían existiendo, cuestionándose
incluso la propia edición del libro, pues, aunque rigurosa y fiable, contábamos solo con
una referencia única, relativa al ejemplar de Montserrat.
Este hecho fue combatido por el profesor Chicco18, entendiendo que era necesario
13.- El tema lo hemos tratado con detalle en 2005, op. cit., pp. 443-446 (441-444, ed. inglesa).
14.- SERRANO MORALES, J.E.: Reseña histórica en forma de diccionario de las imprentas que han existido en
Valencia, desde la introducción de la imprenta hasta el año 1868. Valencia: Imprenta de F. Doménech, 1898-99.
15.- BERGER, Philippe. Libro y Lectura en la Valencia del Renacimiento. Valencia: Edicions Alfons el Magnànim.
Institució Valenciana d´Estudis i Investigació, 1987, tomo 2, pp. 495-498.
16.- GARZÓN, op. cit., 2005, pp. 446. Con fecha 3 de agosto de 1495, Trincher entrega la dote a su mujer Isabel
Tenza en la forma de todos los bienes muebles que posee, pues según la legislación vigente era acreedora privi-
legiada. Era un fraude frecuente para librarse de los acreedores (Ref. Archivo de Protocolos del Colegio Corpus
Christi de Valencia, Protocolos de Francisco Trilles, sign. 1457). El dramático cuadro familiar se completa con los
problemas que tanto Trincher como su mujer, por su condición de judíos, tendrán a lo largo de los años con la Inqui-
sición (Cf. GARCÍA CÁRCEL, Ricardo. Orígenes de la Inquisición Española. El Tribunal de Valencia, 1478-1530.
Barcelona, 1976, pág. 301.Trincher fue condenado en 1528 y su esposa, Isabel, en 1524).
17.- Todavía de sus prensas salen dos obras, en 1497, vinculadas al círculo poético de Bernat Fenollar, encuader-
nadas en un solo volumen, Lo procés de les olives (colofón: 14 de octubre de 1497) con contribuciones de Fenollar,
Vinyoles, Jaume Gassul, Joan Moreno y Baltasar Portell y Lo somni de Johan Johan (Jaume Gasull; colofón: 25
de octubre de 1497), con una evocación al ajedrez, constante en los poetas valencianos de finales del siglo XV,
en ambas obras: Li dau escach per lo roc (1ª obra) y Vist que també al primer sus se troba mat (2ª obra) —muy
probablemente la estrofa aluda a la nueva dama, pues es la única candidata a dar mate con el primer jaque (sus)—.
Una tercera alusión a la pieza poderosa podría encontrarse en los siguientes versos de Vinyoles, en Lo procés:
“la ley de la dona es tostemps mudar/lo vell, per ser vell, la vol compotar”. La alegoría aludiría al gran poder de
desplazamiento de la pieza, y a la superación del juego viejo. Obsérvese el uso de tostemps, empleado también
por Vicent, como acredita el ms. de Cesena. Por último, el 17 de septiembre de 1498, se nombra en un documento
autorizado por el notario Casanova, a Francisca López, viuda de Lope de laRoca, impresor, difunto (Cf. SERRANO
MORALES, op. cit., pág. 503 y 580-581).
18.- CHICCO, Adriano. “Un fantomatico incunabolo sul giuoco degli scacchi”. L´Esopo, nº 3, 1979. Traducido y
publicado después en español: “Un incunable fantasma sobre el juego del ajedrez”. Esopo, Revista Trimestral de
Bibliofilia, nº 5, julio de 1992, pp. 29-36.
52 Pasiones bibliográficas
hallar una prueba adicional a la que nos habían legado los bibliógrafos antiguos. Esa
misma línea de investigación fue desarrollada años más tarde por Ricardo Calvo19. Sin
embargo, la posibilidad de que en dos referencias antiguas italianas, Cardano y Salvio,
se evoque al Vicent, alusión que en todo caso sería indirecta, como proponen estos
insignes eruditos, hay que descartarla hoy casi por completo20.
Por nuestra parte, tomamos conciencia de que era necesario, en un primer estadio,
afianzar al libro de Vicent primero en el campo bibliográfico y luego en el de la Historia
del Ajedrez. Presentamos aquí un bosquejo21 de los documentos y pruebas, directas y
nominales, que garantizan no solo la primacía temporal del incunable valenciano, sino
incluso su contenido:
1. Una compraventa de 30 ejemplares del libro22, a cargo de Pere Trincher, el 29 de
enero de 1496
2. Carta de Josep Vega a Juan Antonio Mayans, fechada el 15 de noviembre de 1783.
Se trata de la primera descripción completa del libro23, y la referencia más remota a la
existencia de un ejemplar en la Abadía de Montserrat
3. Descripción del libro de Montserrat por el erudito José Vargas Ponce24, en agosto
19.- CALVO, Ricardo. “Un misterioso incunable valenciano”, Letra Internacional, nº 57. Madrid, julio-agosto de
1998, pp. 29-32.
20.- Cf. GARZÓN, op. cit., 2005, pp. 358-363 (pp. 355-361, ed. inglesa). Salvio (1634) menciona un tratado que,
junto a otros, habrían sido utilizados por Michele di Mauro para preparar su duelo contra Tommaso Caputi: “prende
il Bove (Boi), il Ruy Lopes e il Carriera /L´Alemanni, il Girone (Cerón) e gl´erranti”. La identificación de L´Alemanni
con el Vicent, en el supuesto de que Salvio hubiese confundido al impresor del libro, Lope de la Roca Alemany, con
el autor, nos parece excesivamente forzada y lo más probable es que se refiera al libro de Selenus (1616) publicado
en alemán. La otra pista procede de Girolamo Cardano (1501-1576), autor de un libro de ajedrez hoy perdido. En
una obra posterior, De rerum varietate, describe la solución que había encontrado para solventar el problema de
trazar una pieza negra en un casilla negra, problema no resuelto, siguiendo a Cardano, en un libro español impreso.
Parece claro que Cardano se refería a alguna de las numerosas ediciones del Damiano (libro en español e italiano),
que además en algún caso presenta el problema referido y no al libro de Vicent. Hoy sabemos con certeza que las
xilografías son las mismas, o a lo sumo son el patrón, del libro de Lucena; por lo tanto, los diagramas eran nítidos.
21.- Para un estudio in extensus de estos documentos ver mis trabajos anteriores: GARZÓN, 2001, pp. 87-102;
GARZÓN, 2005, pp. 363-383 (pp. 361-381, ed. inglesa).
22.- El profesor Philippe Berger dio la noticia de esta venta en 1987 (Cf. BERGER, Philippe. Libro y Lectura en la
Valencia del Renacimiento. Edicions Alfons el Magnànim. Valencia: Institució Valenciana d´Estudios i Investigació,
1987, tomo 2, pp. 425-426). El 29 de enero de 1496 el librero Pedro Trincher, uno de los dos impresores del Vicent,
vende diversos libros al terciopelero Johan Pérez y entre ellos sin ninguna duda 30 ejemplares del libro de Vicent.
Esto pone fin de forma inexorable a todas las conjeturas sobre la edición del libro y su primacía temporal. En el
documento, conservado en el Archivo del Reino de Valencia (Protocolos, Jaime Salvador, sign. 2013) se indica que
Trincher vende “trenta jochs descachs”, junto a otros libros de aprendizaje, encontramos otra obra impresa por Lope
de Roca, el mismo año 1495 (6 de noviembre), Lo quart del cartoxà (six cartoxans, se anota en el documento).
Vemos que ambos libros son designados, como los otros que integran la venta (baceroles, parts, francels; abece-
darios, libros de gramática y manuales de lectura, respectivamente), por su nombre comercial: jochs descachs, car-
toxans. El legajo (f. 96v-97r) fue consultado por nosotros personalmente en la preparación de NEBEA y nos permite
confirmar la exactitud de la venta de 30 ejemplares del Vicent, así como la fiel trascripción del profesor Berger.
23.- La carta ha sido reproducida en NEBEA, pág. 75. Se conserva en la Biblioteca del Real Colegio del Corpus
Christi de Valencia (Patriarca), sign. GM (Gregorio Mayans) 790.
24.- Para un estudio en detalle ver: GARZÓN, 2001, pp. 98-99 y GARZÓN, 2005, pp. 365-367 (pp. 363-364, ed.
inglesa). En agosto de 1799 el erudito gaditano José Vargas Ponce (1760-1821) realiza una visita al monasterio de
Montserrat en compañía de Carlos Posada, canónigo de Tarragona. Para un hombre ilustrado como Vargas Ponce,
amigo personal de Jovellanos, uno de los atractivos de la visita es la contemplación de la célebre biblioteca, de
la que tenía noticias. El manuscrito de Ponce, conservado en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia en
Madrid, fue publicado por Cebrià Barault (“Viatge de Joseph Vargas Ponce a Montserrat l´any 1799·”. Miscellania
Barcinonensia 7 (nº XVIII), 1969, pp. 7-37).
Pasiones bibliográficas 53
de 1799. De la misma se infiere que se encuentra, al hojear el libro, con la intitulación
“De la Dama”25 en la cabecera de muchos problemas
4. Una venta de un ejemplar del libro en Barcelona, en torno a 191326
El descubrimiento en 1995 del manuscrito de Cesena, por parte del profesor Pratesi27,
terminaría por resolver el misterio tras una espera de cinco siglos que parecía no cesar
nunca, y acreditar el contenido del libro de Vicent28, asunto que tratamos con todo detalle al
estudiar nosotros el manuscrito (NEBEA 16). En el códice, pensamos que obra del propio
Vicent, se encuentran copiados los 100 problemas del libro de 1495, sobreviviendo en 4
problemas la redacción original en valenciano, con expresiones corrientes en la Valencia
de finales del siglo XV. Al casar este estilo con la redacción de Lucena se vislumbra un
escenario inesperado: el libro de Lucena era, antes de que se añadieran los 50 problemas
medievales29, una traducción literal del libro del segorbino, encontrándose esos giros
expresivos, al realizar la traducción inversa, al menos en otros 45 juegos; en realidad en
todos los casos en los que procede el comentario o la precisión técnica en cuestión.
Con el libro de Francesch Vicent se da carta de naturaleza al nuevo ajedrez, brotado en
Valencia —la misma ciudad en la que se imprimió— 20 años atrás. Se da paso a la edad
moderna del ajedrez, con la divulgación del ajedrez de la dama por todo el mundo (al
món, que dijo Vicent, en su obra), pues el tratado es un monumento al nuevo juego: hoy
sabemos que 79 problemas del libro se plantean con las nuevas reglas.
25.- Textualmente, dice Vargas Ponce: “embelesado en la inspección de estos cuadros gasté mucha parte del
tiempo que destinaba a la librería (...) urgiendo la hora, solo registré en las 158 ediciones anteriores a 1500, como
más notables”. Procede Vargas con su emocionante relato y pasa a describir once impresos incunables, y entre
ellos, el número 10, el libro de Vicent: “Vicente Francisco, sobre el juego de damas, en Valenciano, 1 tomo, 4ª, por
Antonio López de la Roca, 1495”.
Se trata sin ninguna duda del incunable ajedrecístico de Vicent que seguía en Montserrat en 1799. A un erudito
como Vargas no se le escapa, su singularidad, belleza y rareza. Al estar escrito en valenciano, hecho que verifica,
y del poco tiempo que dispone, trabucará la ficha, centrándose en su contenido. Al hojear rápidamente el libro se
encuentra con los diagramas técnicos. No le confunde, al evocar al juego de damas, el hecho de que este juego
se encuentra en pleno auge en España en el siglo XVIII, sino la verificación, página, tras página, de una leyenda
inequívoca en el encabezado de los diagramas: “ De la Dama”, que casi seguro venía en 79 páginas del libro. Esta
indicación, difícil de discernir entonces incluso para un ajedrecista, que alude a las 2 formas de jugar a finales del
siglos XV en España (De la dama, del viejo), le hace pensar, las razones son poderosas, que está ante un libro
del juego de damas. Pero como señalamos en una conferencia en Segorbe, en junio de 2004, con la presencia
del campeón mundial, Vishy Anand, Vargas Ponce nos ofrece un vívido testimonio ocular del contenido del libro
de Vicent, con casi todos los problemas consignados de ajedrez moderno (De la Dama). Siguiendo con nuestro
proceder habitual, en NEBEA consultamos directamente el texto de Vargas Ponce, gracias a que fue localizado
(Legajo 9/4183 (1), Colección Vargas Ponce) por la Bibliotecaria de la Real Academia de la Historia, Doña Esther
González-Ibarra, a quien queremos mostrar nuestro agradecimiento que hacemos extensivo, por su amable ayuda,
a la Dra. Carmen Manso Porto, de la misma institución.
26.- Trataremos todas las vicisitudes de esta compraventa más adelante al describir el “Premio Internacional Von
der Lasa para la búsqueda del libro de Vicent”. Recomendamos al estudioso la lectura de la extensa nota 148 de
NEBEA (6 páginas), en la que los autores presentamos importantes novedades que acreditan esta venta.
27.- PRATESI, Franco. ”Il Manoscritto Scacchistico di Cesena”. Scacchi e Scienze Aplicate. Suplemento del nº 2,
fascículo 15, 16 páginas. Venecia, 1996.
28.- Cf. NEBEA, OBRA 16 (Manuscrito de la Biblioteca Malatestiana de Cesena; sign. Ludi Varii, Ms. 166.74), pp.
109-117.
29.- Recordemos que el libro de Vicent tenía 100 problemas y el de Lucena 150. Nuestra investigación ha acre-
ditado que se abandonó un proyecto primigenio en castellano, con también 100 problemas, estadio totalmente
tributario del libro en valenciano, al adicionar 50 problemas medievales, muy probablemente porque el axedres de
la dama no estaba plenamente arraigado en Castilla.
54 Pasiones bibliográficas
Acto de presentación del “Premio Von der Lasa”, con algunos de los impulsores del Premio. De
izquierda a derecha: Rafael Solaz Gallego (Librería Anticuaria Rafael Solaz), Francisco Tortajada
(Ayuntamiento de Segorbe), Rafa Ferrando, José A. Garzón, Rafael Solaz Albert (SBV Jerònima
Galés) y Cristóbal Grau (Ayuntamiento de Valencia). Foto: gentileza de VLC Noticias
Pasiones bibliográficas 55
formidables trabajos al respecto de mediados de los 80—, propuse el asunto, y de forma
unánime decidimos que la idea se daría a conocer en la Mesa Redonda y que además el
premio llevaría, en justo homenaje, el nombre de Von der Lasa.
Con los años, las dificultades que todos conocemos, en tiempos difíciles para la
filantropía o el mecenazgo, iban retrasando la culminación del premio. Muy de tarde
en tarde, con su habitual elegancia, Ulrich Schädler, entre otros, me preguntaban por
el avance de las gestiones. Por mi parte, el compromiso adquirido ante la comunidad
ajedrecística, ante la cultura española, en septiembre de 2009 se enclavaba en el lema
pacta sunt servanda.
Tengo que consignar que de forma espontánea, un grupo de amigos, cuyo rasgo común
es la empatía, y su compromiso con la cultura, de forma espontánea y desinteresada, me
comentaban, vistas las dificultades, que ellos querían, personalmente, apoyar el premio.30
Con este equipaje, con estos amigos y el respaldo de los Ayuntamientos de Valencia y
Segorbe31 nace el Premio Internacional “Von der Lasa”, una singular propuesta cultural,
una iniciativa privada con el apoyo institucional, que pretende recuperar el primer tratado
de ajedrez moderno publicado en el mundo, impreso en Valencia el 15 de mayo de 1495,
por Lope de la Roca y Pere Trincher.
Un proyecto del siglo XXI que nos traslada a los lejanos días de la Ilustración,
en procura de recuperar una de las mayores joyas culturales españolas de todos los
tiempos.
Para concluir, quisiera subrayar algunos rasgos singulares del Premio. Las bases, muy
detalladas32, se han elaborado en tres idiomas: español, alemán e inglés. La cuantía del
premio es de 18.000 €, y su vigencia se extiende hasta el 15 de mayo de 2015. El premio
no persigue una quimera. Hoy sabemos con toda certeza que el librero de Barcelona
Salvador Babra vendió un ejemplar del Vicent a un coleccionista americano en 1913.33
La venta, tal y como hemos demostrado en trabajos anteriores, está respaldada por
una fuente de honradez acrisolada como es el famoso librero y bibliógrafo Antonio Palau
i Dulcet (1867-1954), y reforzada por los testigos que menciona en una carta que dirige
a Joan Ventura Sureda, residente en Nueva York, con el ruego de que busque el libro en
los Estados Unidos. La misiva está fechada en 1952, y Palau menciona a dos testigos,
30.- Hablo de Rafael Solaz Albert, conocido autor y bibliófilo; su hijo Rafael Solaz Gallego, en cuya librería se alum-
bró el premio; Rafa Ferrando, astrónomo, algunos de cuyos hallazgos en las noches segorbinas, le han concedido
el privilegio de bautizar asteroides, rindiendo homenajes —él que en apariencia no es un ajedrecista— al mundo
del ajedrez (Asteroide Vicent; Asteroide Karpov). Mención aparte merece el apoyo de mis dos grandes amigos
Josep Alió y Miquel Artigas; los tres ahora hemos unido nuestro destino con la obra común: Nuevo Ensayo de
Bibliografía Española de Ajedrez. Dos prestigiosas asociaciones de coleccionistas nos han dado su respaldo, tan
importante en ese premio; hablo de la Ken Whyld Association y nuestra Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima
Galés.
31.- De forma expresa, mi agradecimiento a los concejales de ambos consistorios Cristóbal Grau y Francisco
Tortajada.
32.- Las bases están accesibles en la web: www.origenvalencianodelajedrez.com.
33.- Dado su interés, la prueba de la existencia de un ejemplar que alcanzó el siglo XX, y que con toda certeza
existe en nuestros días, remitimos al extenso estudio de acreditación de la venta que hemos presentado en trabajos
anteriores: Cf. GARZÓN, 2001, op. cit, pp. 106-112 y 171-187; GARZÓN, 2005, op. cit., pp. 367-382; y muy espe-
cialmente en NEBEA, 2012, op, cit., nota al pie 148, pp. 521-527.
56 Pasiones bibliográficas
igualmente con una reputación fuera de duda. Palau comenta que la venta ocurrió 40 años
atrás, y que el librero de Barcelona Salvador Babra34 poseía un ejemplar del incunable
de Vicent, que vendió a un coleccionista americano que personalmente se desplazó a
Barcelona en un yate, pagó el precio convenido, y se fue con el preciado tesoro. Los
testigos, el famoso escritor José Pin y Soler (1842-1927) y el bibliófilo de Reus, Pablo
Font de Rubinat (1860-1948) llegaron a tener el incunable de Vicent en sus manos. En el
caso de Pin y Soler, experto ajedrecista, y autor de un notable libro de ajedrez35, en el que
por cierto cuenta con verdadero entusiasmo la historia del libro de Vicent, la posibilidad
de un error de identificación de la obra hay que descartarla por completo.
En una obra anterior, Memorias de un librero catalán (1867-1935), Palau ya se
había referido al episodio de la venta del incunable de Vicent, lo que deviene en otra
confirmación de la fecha de la transacción, pues Palau indica que un amigo suyo fue a
visitar a Babra a la Calle Méndez Nuñez, y allí, en un paquete, estaba el libro de Vicent;
al preguntarle por el comprador, Babra comentó “El nombre no se puede decir. Es un rico
cliente de América del Norte”. Dado que Babra tiene su negocio ya en la Calle Canuda en
1915, la venta tuvo que ser anterior a esa fecha.
Con estos presupuestos, emerge con fuerza la figura del principal coleccionista de
libros de ajedrez, el americano John Griswold White (1845-1928). El hecho de que
tuviese otra pasión junto al ajedrez, como era la navegación, hace que el relato de un
americano que viene en un yate a Barcelona, compra el libro y se hace a la mar, que
parecía pintoresco, cobre verosimilitud. Hay que aclarar que el libro no se encuentra en el
gran santuario ajedrecístico que es la Biblioteca Pública de Cleveland, donde hoy se aloja
la colección White de libros de ajedrez y damas.
Un punto de inflexión en nuestras pesquisas lo motiva la “incorporación a la búsqueda”
de nuestro colega de la KWA, Michael Negele. Pude conversar con él sobre el tema
largamente en su visita a Valencia en mayo de 2011. Como su compatriota Tassilo von der
Lasa a finales del siglo XIX, las vicisitudes, mejor, la tragedia del libro de Vicent le cautivó
por completo, pertrechándose de información ante un próximo viaje a Cleveland.
Entre las grandes aportaciones de Negele está la exhumación de tres cartas36
preservadas en la Biblioteca Pública de Cleveland, en las que al fin se prueba la relación
comercial entre White y Salvador Babra, al parecer un año antes de la venta del Vicent.
En una de las cartas, fechada el 18 de julio de 1912, el gran historiador de ajedrez
H. J. Murray le informa a White que en el Manual de Paluzíe —el tomo 3º, con la 5ª y
6ª parte se imprimió en 1912; ver NEBEA 85— se describe un manuscrito medieval de
ajedrez, con problemas, en posesión de Salvador Babra. Pocos días después, White le
contesta, que ya conocía el asunto y que de hecho Salvador Babra le ha mandado dos
fotografías del manuscrito. Este método de trabajo de Babra es relevante, pues es casi
seguro que también mandó dos páginas del libro de Vicent un año después a potenciales
34.- Salvador Babra fue un librero y también bibliófilo que siempre se rodeo de una aureola de misterio inquietante,
pero gozaba también de una notable reputación. Todas sus transacciones, incluidas las más insólitas, como la ven-
ta de las 2 únicas páginas conservadas de la Biblia Valenciana (1477-78) han sido sólidamente documentadas.
35.- NEBEA 79.
36.- Las cartas han sido reproducidas en NEBEA, pp. 522-523.
Pasiones bibliográficas 57
compradores. Las pesquisas de Negele siguieron dando frutos, pues documenta un viaje
a Europa de White, un tanto secreto, en el otoño de 1913 (del 27 de septiembre al 6 de
octubre).
Más reveladora es otra carta encontrada con posteridad por Negele, se trata ni más ni
menos de la misiva que White manda a Babra el 3 de mayo de 1912; la misma confirma el
relato de Palau, pues va dirigida a Salvador Babra, Calle Méndez Nuñez, 11, Barcelona;
en ella menciona la recepción de las fotografías, y propone la mediación del famoso
anticuario londinense, Bernard Quaricht, pues no se ponen de
acuerdo en el precio. El contexto de esta correspondencia parece
indicar que la venta no fructificó; lo que ponía de manifiesto
la necesidad no ya de priorizar la búsqueda del escurridizo
incunable, sino la de un señuelo: el ms. medieval del grupo
Civis Bononiae que Babra había vendido casi en las mismas
fechas, y con mucha probabilidad, a la misma persona a la que
vendió el libro de Vicent.
Es poco conocido, entre los estudiosos, que también lleva
un siglo en paradero desconocido este manuscrito medieval
que todavía estaba en poder del misterioso librero Babra en
1912, según refiere Paluzíe. Eso nos había llevado a propugnar,
desde hace años, que era preferible centrar la búsqueda en
el manuscrito, y no en el libro que produce desazón a los
bibliófilos desde finales del XVIII; es decir, el hallazgo del
manuscrito conduciría al libro. En el proceso de compilación
de NEBEA —quiero pensar que por los criterios que los autores
nos hemos autoimpuestos en la obra, pues todos los libros y
manuscritos se estudian tras consulta directa con el original—,
se ha localizado el manuscrito, hoy conservado en la Biblioteca Manuscripts and Archives Division.
The New York Public Library.Astor,
Pública de Nueva de York37, y las pesquisas nos conducen a Lenox, and Tilden Foundations.
otro egregio coleccionista americano Gustavus A. Pfeiffer Ms.158, folio 22r
(1872-1953), y a un posible cambio de manos del incunable a El redescubrimiento de este manus-
mediados del siglo XX. crito, tras una década de búsqueda,
plantea nuevos escenarios e invita
G.A. Pfeiffer, fue un coleccionista y mecenas, que donó su al optimismo respecto a la futura
preciada colección de libros de ajedrez a la NYPL, en varias aparición del Santo Grial del ajedrez.
etapas, en concreto este manuscrito en 1952. Aunque en el Al describir el manuscrito en 1912,
entonces en poder de Salvador Babra,
fondo antiguo de la biblioteca neoyorquina se encuentran obras José Paluzíe ya repara en que varios
estimables (entre ellas, los libros de Reyna (1549), Ruy López diagramas carecen de las piezas (ver
(1561), Damiano (ed. de 1564), Tarsia (1584) y Gianutio (1597), imagen), lo que unido a la inusual
no hay indicio alguno de la presencia del libro de Vicent. presencia de 3 diagramas en cada
página, posibilitó la localización del
Sin descartar en absoluto a White como comprador, la opción ms. en la NYPL, con motivo del trabajo
de campo realizado por los autores de
de que Pfeiffer fuese el “rico cliente americano” de Babra se NEBEA.
convierte en prioritaria, lo que plantea la existencia de un nuevo Gentileza de la Biblioteca Pública de
Nueva York
37.- Manuscripts and Archives Division, sign. NYPL, MA 158.
58 Pasiones bibliográficas
poseedor del libro a mediados del siglo XX. Esta nueva pista ha sido ya explorada, en
primera estancia en NEBEA, dando inesperados frutos que más abajo comentaremos, y
estamos convencidos de que la búsqueda del incunable puede resolverse, ahora sí, en el
momento más inesperado.
Sirvan estas líneas como una demanda internacional de ayuda, rogando la difusión del
premio, y confío en haber podido transmitir la importancia de recuperar no solo el primer
libro técnico impreso en el mundo sobre ajedrez, más importante aún, hoy se sabe con
certeza absoluta, la obra que divulgaba por todo el mundo el Axedres de la Dama, que
había nacido en Valencia 20 años antes.
Un nuevo testimonio valenciano de ajedrez moderno
Supone un avance significativo poder realizar las pesquisas con nombres concretos de
coleccionistas americanos de principios del siglo XX. La aparición del Ms. Babra en la
NYPL, confirma, asimismo, la pista americana.
En NEBEA, la búsqueda en el entorno Pfeiffer conllevó un inesperado hallazgo, un
nuevo ejemplar del libro de Lucena (Salamanca, c. 1497) hasta entonces desconocido, pues
no figura en ninguno de los censos de incunables en bibliotecas americanas, y tampoco
en el repertorio Incunabula Short Title Catalogue de la British Library. Este ejemplar,
que también tiene el exlibris de Pfeiffer se preserva en The Metropolitan Museum of Art,
también en Nueva York. Las razones por las que este libro fue a parar allí, y no a la NYPL,
no están claras. Nuestra búsqueda en el Museo dimanaba del hecho de que Pfeiffer había
donado a la institución su magnífica colección de piezas de ajedrez (años 1953-1954).
Con todo, el encontrar entre los fondos un ejemplar del libro de Lucena fue una sorpresa
mayúscula. Además, este ejemplar tiene una singularidad remarcable pues parte del texto
de la obra se ha completado de forma manuscrita, incluidas dos portadas38, en un trabajo
de gran fineza en la ejecución. Lo primero que había que descartar por completo, dado
que era un ejemplar que nadie había estudiado, que se tratase de un ejemplar hibrido entre
un Vicent y un Lucena, pues hoy sabemos que eran dos libros casi idénticos, con la única
variación del idioma, pero sobre todo por las circunstancias ya descritas que concurren
en este ejemplar. El pésimo estado en el que se encuentra la obra no nos permitió un
acceso total a sus páginas, aunque ya inferimos que se trataba solo de un desconocido
ejemplar del incunable salmantino, con mutilaciones, especialmente al principio de la
obra, y completado de forma manuscrita.
Con nuestra obra, NEBEA, ya a disposición de los grandes especialistas
contemporáneos, y con el Premio von der Lasa ya convocado, queremos agradecer la
ayuda, de nuevo, a Michael Negele, y a Larry List, ambos miembros de la KWA. El hecho
de que List resida en Nueva York ha sido crucial. En la “autopsia” que realizó, en consulta
directa, al ejemplar de Lucena del METMUSEUM tenemos ya con toda certeza que
descartar la posibilidad de que sea, al menos parcialmente, un Vicent. En la investigación
a menudo se recorren caminos en apariencia estériles, pero con la satisfacción de que ya
nadie tendrá que recorrerlos.
Pasiones bibliográficas 59
La posibilidad de que un ejemplar se completase con otros mutilados (y a partir de ahí, la
posible confusión entre dos obras parecidas) no tiene que parecernos rebuscada. De hecho,
el venturoso hallazgo del que ahora vamos a dar fe, dimana de ese hecho constatado.
En Nueva York se encuentra otro ejemplar de la obra de Lucena —que con el tiempo,
va perdiendo la rareza39 que tenía a mediados del siglo XIX—, en concreto en la Pierpont
Morgan Libray40; este ejemplar es muy interesante pues se detectan bastantes notas
manuscritas, que testimonian anteriores poseedores. En NEBEA, tras realizar las oportunas
consultas a los bibliotecarios de la PML41, llegamos a la conclusión de que este ejemplar,
que perteneció a Heredia, se formó integrando tres ejemplares incompletos de tres grandes
bibliófilos: Nicolás de la Cruz Bahamomente, Conde Maule; José Miró y Vicente Salvá.
Esto aclararía el enigma del ejemplar de Salva, que se creía en paradero desconocido.
Larry List, gentilmente, se ofreció a realizar un examen minucioso de este singular
ejemplar. A la hora de poder establecer un criterio sencillo para distinguir un Vicent de un
Lucena, en el caso de un ejemplar mutilado, con los mismos diagramas y estructura del
texto, basta con recurrir al principio de los enunciados en cada problema: en castellano
(Lucena) todos los problemas empiezan con: “El blanco...”; en valenciano (Vicent), habría
que buscar la estructura: “Lo blanch”; sencillo, pero concluyente.
La sorpresa en el ejemplar de la PML no llegaría en el texto impreso, sino en las
notas manuscritas, al final de muchos problemas, pues están escritas en valenciano, por un
ajedrecista de finales del siglo XV42 o a lo sumo los primeros años del siglo XVI.
En realidad, se trata del tercer testimonio técnico de ajedrez moderno en valenciano,
tras Scacs d´amor, el Llibre de Vicent (preservada su redacción original en el ms. de
Cesena, c. 1502), y, por lo tanto, habría que incluirlo entre los documentos tempranos del
nuevo ajedrez, erigiéndose además en otra prueba documental del origen valenciano del
ajedrez moderno, pues el anónimo ajedrecista valenciano está totalmente familiarizado
con la nuevas reglas, e intenta convertir varios problemas antiguos en modernos.
Estas anotaciones técnicas al menos43 aparecen en 16 juegos de partido, y permiten
confirmar los términos técnicos en uso en valenciano en un texto coetáneo al llibre de
Vicent: lo blanch (la expresión buscada), negre, lans, treta, xeque, mat, cabal (también
caval), rey, roch, peó, arfil, (también orfil), dama (en dos ocasiones dona), joch, casa
(cases), fals, asegurats. Más relevante aún es la confirmación de giros expresivos que
39.- En NEBEA, obra 12, nota al pie 193, relacionamos 22 ejemplares. Junto al ejemplar de la PML damos a co-
nocer otro ejemplar que recientemente se ha incorporado a la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid,
sign. BH FG 1754. Este ejemplar procedía de la biblioteca privada del doctor Francisco Guerra.
40.-Sign. ChL 1746; LMP 668.
41.- Según comunicación personal del bibliotecario John Bidwell en el ejemplar se encuentran los exlibris de He-
redia y Richard Bennett. Para un estudio in extensus de las vicisitudes y poseedores antiguos de este ejemplar,
ver: NEBEA, 2012, pp. 532-533, y, sobre todo, la argumentación respecto a que se trata, al menos parcialmente,
del ejemplar Salvá.
42.- En todo caso el terminus post quem lo marca, por razones obvias, la publicación del libro de Lucena (c. 1497);
pero dado que el anónimo ajedrecista valenciano parece conocer las dos formas de jugar, el viejo
y el nuevo axedres de la dama, cuya coexistencia en Valencia no creemos haya alcanzado el siglo XVI, lo más
probable es que se trate de un ajedrecista que acaba de adquirir la obra y realiza las anotaciones tras su lectura y
análisis. Este ajedrecista se decanta por completo por el ajedrez moderno, luego lo veremos, pues convierte varios
problemas del viejo en de la dama.
43.- Hay que tener en cuanto que es un ejemplar formado por 3 copias diferentes.
60 Pasiones bibliográficas
sabemos eran habituales en valenciano a finales del siglo XV, y que también conocemos
a través del ms. de Cesena, que se tradujeron de forma literal en la obra de Lucena: aquest
joch se done por força; mas si el negre juga derō en A. no se pot dar; nos pot donar lo
mat que lo negre se defense; Si volen que sie de la dama posan; al costat dellatre cabal;
singular joch; que es molt soptil joch. Todas estas expresiones las encontramos literales
en castellano en el libro de Lucena, y sabemos por el ms. de Cesena que estaban presentes
en el libro de Vicent.
Pero lo más relevante es que en 4 ocasiones el anónimo ajedrecista cambia el enunciado,
convirtiendo problemas del viejo en modernos, lo que confirma, que aunque conoce las
dos modalidades de juego, su clara inclinación por el ajedrez moderno.
De regreso a la Abadía de Montserrat, agosto de 1799
Ya vimos que cuando Vargas Ponce se encuentra en la Abadía de Montserrat, en
1799, con el libro de Vicent, los diagramas, pero sobre toda la leyenda presente en la
parte superior de la mayoría de ellos, “De la Dama” le confunde y piensa que es un
tratado del juego de damas, juego en pleno auge en España a finales del siglo XVIII;
pero como decía Voltaire, incluso el error es sutil, y en realidad nos testimonia que
esta ojeando un tratado de ajedrez moderno. Sin embargo, no teníamos una prueba
documental del nombre que a la nueva modalidad se le daba en valenciano. En el
manuscrito de Cesena, que como sabemos es tributario del libro de Vicent, la fórmula
está abreviada44.
44.- Rª es la fórmula abreviada de alla rabiosa, que es como se denomina al nuevo ajedrez en Italia a principios del
siglo XVI; también el autor del ms. de Cesena alude al nuevo ajedrez de la dama con la abreviatura “D.”. La antigua
modalidad se abrevia con pª, en alusión de al partido (viejo).
Pasiones bibliográficas 61
Lucena 95 (corregido*) Lucena 132 (corregido)
(*) Sustituye “viejo” por “de la dama” y cambia el alferza blanco en d7 por un alfil que mueve en
estilo moderno, pero establece la condición, como dijimos arriba, que el alfil negro mueva en estilo
antiguo. El mate en 4 lo tiene que dar el peón: 1.Td8 Ae8 2.Cc6 Ac6 (en estilo antiguo) 3.dc6 a4
4.c7#. Este hecho, la coexistencia en un mismo problema del ajedrez moderno y del viejo apenas
tiene ejemplos conocidos, aparece en Damiano 20 (Vicent 32, en nuestra reconstrucción de 2005),
donde, como aquí, la dama es moderna y el alfil conserva el movimiento antiguo
62 Pasiones bibliográficas
libre es/ En loch de la dona posan orfil negre e no pot juguat sino dei casa en casa
l´orfil”. Esta técnica de composición, alferzas convertidos en alfiles modernos, plantea
una hipótesis, respecto al nacimiento del ajedrez moderno y el cambio de reglas, que
ya habíamos avanzado hace años46. Evidentemente esto concierne solo a la génesis y
dotación de nuevos atributos al movimiento de las piezas. Sin ninguna duda, la nueva
dama reemplaza, no solo en ubicación, sino también conceptual y simbólicamente,
al viejo y misérrimo alferza; tras ello el nuevo juego adquiere dimensiones creativas
insospechadas.
Un epílogo inconcluso
En años recientes se ha avanzado más que en los dos últimos siglos en la búsqueda del
incunable de Vicent. Entendemos que el Premio Von der Lasa es el acicate internacional
para que esa búsqueda tenga un feliz término. Es connotativo que la búsqueda, en
paralelo, que propugnamos desde hace una década, del libro de Vicent y el ms. Babra,
y que ofrecía a priori las mismas opciones en cuanto a la prontitud del hallazgo, haya
dado sus frutos con la localización del manuscrito en la NYPL. Pudo haber aparecido
el libro antes, pero en esta partida desigual que disputamos contra el destino, al parecer
este lleva las piezas blancas…aunque está perdiendo la iniciativa. La enorme sorpresa
de las anotaciones técnicas, en valenciano, de un ajedrecista coetáneo —tal vez un
rival— de Francesch Vicent, en el ejemplar del libro de Lucena de la PML, además
de que supone el descubrimiento de otro testimonio temprano de la práctica del nuevo
ajedrez, lo que en sí tiene una notable importancia, perfectamente habría podido tener
aún más trascendencia, en caso de alguna alusión explícita. Son hallazgos primorosos,
fruto del esfuerzo personal, y la ayuda desinteresada de estudiosos como Negele o List,
y lo importante es que se ha creado un clima no ya similar, sino superior, al que existió
en aqesta manera primo de roch en la negra e diu xaque e lo negre piunlo ab lo cabal q (por) força apres jugue lo
blanch del caval pintat a la negra al costat del altre cabal e diu xeque e mate”. La variante que propone, quitando
el rey blanco lo que le permite eliminar la condición de que los caballos negros estén asegurados, demuestra que
conoce el antecedente medieval, ya presente en el Libro de los Juegos de Alfonso X el Sabio (Sevilla, 1283; NEBEA
1), y que nos encontramos ante un perito ajedrecista.
Lucena 17: “aquest caval encara que sie pintat negre es blanch”. Advierte un error en la impresión del caballo blan-
co, negro en el libro de Lucena, en el famoso problema árabe atribuido a Abú-Naam.
Lucena 18: “mas si el negre juga derō en A. no se pot dar desta manera mas puede hombre jugar de cavalo en d
apres del mesmo en .c. apres del mesmo en b e diu mate o en a prenent lo roch de manera que be jugant lo blanch
nos por defensar lo negre fen en la manera que diu”. Añade las letras “d” y “A” en el diagrama.
Lucena 35: “encara que l´orfil ney sie tanbe se done”. Parece referirse a la posibilidad de que también se cumple el
enunciado si el alfil mueve en estilo moderno
Lucena 56: En el enunciado incorpora “diu fals”, es decir falaz: “diu fals que nos pot donar de la manera que diu nes
pot donar enlōmo be jugant lo negre”.
Lucena 77: incluye la intitulación: “de la dama.3”, antes de la solución (este problema ocupa dos páginas).
Lucena 84: “nos pot donar lo mat que lo negre se defense gugant de caval en e y d”. Escribe la letra “e” en el
diagrama en la casilla e6.
Lucena 116: “singular”.
Lucena 117: “singular joch”.
Lucena 133: “aquest jocs se pot donar ab sis trates”. Lástima que no de la solución, pues con la exigencia de dar
jaque con un peón y mate con el otro arreo (en jugadas adyacentes) se necesitan 7 lances.
46.- GARZÓN, 2001, op. cit., pp. 164-166. En esencia, se trataría de lo siguiente: 1- Una pieza fue abandonada por
completo, el alfil medieval; 2- Se creó una pieza completamente nueva, la dama; 3- Hubo una única evolución: del
viejo alferza surgió el nuevo alfil. La idea es novedosa, si se quiere revolucionaria, pero está dotada de una gran
cohesión interna, y con abundantes ejemplos en los tempranos documentos del nuevo ajedrez. Además, en reali-
dad el alfil moderno no “alarga” el movimiento del medieval, que movía a base de saltos, y que solo tenía acceso
a 8 casillas; en cambio sí que “estira” el movimiento del alferza a lo largo de la diagonal, y tiene acceso al mismo
número de casillas, a lo largo de la partida, 32.
Pasiones bibliográficas 63
en Cataluña en el periodo de transición entre el siglo XIX y el XX, bajo el impulso de
Von der Lasa, que contagió la necesidad de la búsqueda del Vicent a la erudita escuela
catalana: Tolosa y Carreras, Pin y Soler, Brunet i Bellet, José Paluzíe, José S. Fábregas.
Esta búsqueda, que hemos impulsado con todas nuestras energías, y grandes sacrificios,
sobrevuela por encima de todos nosotros, y con el nuevo escenario de la constante
digitalización de documentos antiguos, en cualquier lugar del orbe, creemos que puede
tener a corto plazo una venturosa resolución.
No es un libro cualquiera; se trata de un tesoro bibliográfico patrimonio de la
humanidad, con la gran revolución del ajedrez atrapada en sus páginas, y cuyo legado ha
llegado inmarcesible hasta nuestros días. Todos los esfuerzos consagrados a esta empresa,
la búsqueda del Santo Grial del ajedrez, merecen la pena. Las últimas jugadas, el aspecto
que presenta hoy la posición, las piezas sobre el tablero, invitan a la esperanza.
64 Pasiones bibliográficas
La biblioteca
del ilustrado valenciano
José Ortiz y Sanz
O (1739 - 1822) O
Fernando Goberna Ortiz
Pasiones bibliográficas 65
edición de Basilea de 1538, y la Introducción a
la Sabiduría, en la traducción en verso hecha en
1791 por su amigo Pedro Pichó y Rius, el cual fue
el director del Seminario Patriótico de Educación
de la ciudad de San Felipe (Xàtiva).
Dejaré aparte también los libros de sus estudios
posteriores, primero en la Universidad de Valencia
(cursos de filosofía tomística), y asimismo los
que le sirvieron para obtener el título de doctor
en derecho canónico y civil en la Universidad
de Orihuela, así como los de teología para su
preparación al sacerdocio. Posteriormente a estos
estudios Ortiz recibió las órdenes mayores el año
1768 el mismo año en el que fueron aprobados, por
el rey Carlos III, los estatutos de la Real Academia
de Nobles Artes de san Carlos (Valencia). Con
esta Academia estuvo muy relacionado, ya que en
los años anteriores a su ordenación, y debido a la
inclinación que sentía por el dibujo, Ortiz acudió
a los cursos organizados por la Junta Preparatoria
para el establecimiento de dicha Real Academia;
allí comenzó a interesarse por la arquitectura y, sin
duda, fue cuando comenzó a estudiar los tratados
que dicha junta tenía, entre estos la versión Don José Ortiz y Sanz
italiana de la obra de arquitectura de Vitruvio que
había preparado el marqués Berardo Galiani, impresa en Nápoles en 1758, la obra de
Vignola sobre los cinco órdenes de arquitectura en la edición de Roma del año 1732,
la obra de arquitectura de Sebastián Serlio en la edición Veneciana de 1663, y algunos
tratados más. La pasión de Ortiz por la arquitectura, y sobre todo por Vitruvio, tuvo su
inicio por entonces pero aún no tenía medios económicos para comprar libros.
Estos los tuvo cuando, después de su ordenación, sirvió de ecónomo en varias
parroquias de la diócesis de Valencia entre los años 1768 y 1774, años en los que también
opositó a curatos en la propia diócesis. Fue entonces cuando comenzó a formar su primera
biblioteca, y así, seguramente, visitó en diversas ocasiones las librerías de estos años en
Valencia: la de Salvador Fauli junto al Real Colegio del Corpus Christi, la de Ferrer de
Orga en la calle de las Barcas, la de Estevan frente al horno de Salicofres, la de Monfort
cerca del Temple y algunas más. Su principal interés por entonces eran los tratados de
arquitectura.
Su nombramiento, en 1774, para ser vicario mayor de la parroquia Santa María, cuyo
templo era la Colegiata, de la entonces San Felipe (Xàtiva), iba a suponer para él, entre
otras cosas, una mayor posibilidad para adquirir libros. De vicario mayor en esta población
estuvo hasta el año 1778, año en el cual se fue a Italia, durante estos cuatro años le pudo
ayudar, para conseguir alguno de estos tratados de arquitectura, el librero establecido por
66 Pasiones bibliográficas
entonces en dicha ciudad José Villanueva, el cual era de origen aragonés, estaba casado
con la italiana Catalina Astengo y era el padre de los hermanos Villanueva: Jaime,
Joaquín Lorenzo, y Lorenzo, los cuales serían posteriormente amigos del propio Ortiz.
En una célebre cita suya en el prólogo de su versión española de la obra de Vitruvio
(Imprenta Real, 1787), aparte de explicar los motivos que le llevaron a ir en 1778 a
Italia cuando era vicario mayor en esta Colegiata, menciona que un año antes, en 1777,
había iniciado la traducción de dicha obra teniendo como obras fundamentales, que ya
eran de su biblioteca, las tres siguientes: la de Guillermo Philandro, impresa en Lyon en
1552, muy apreciada de Ortiz por los doctos comentarios que contenía sobre dicha obra
de Vitruvio, la de Daniel Barbaro impresa en Venecia en 1567, y la que ya he citado del
marqués Berardo Galiani impresa en Nápoles en 1758, los dos primeros en un formato
de 4o, y el de Galiani de gran formato.
Ortiz partió de San Felipe para ir a Italia el 11 de agosto de este año de 1778. Había
vendido las pertenencias que tenía en su casa de San Felipe para obtener un dinero
que creía sería suficiente para una estancia de dos años allí, su objetivo era estudiar
allí los monumentos arquitectónicos de la antigüedad que describía Vitruvio, así como
los códices de dicha obra que había en la Biblioteca Vaticana, cosa, sin la cual, le era
imposible llevar a cabo una buena versión española de la misma. En su equipaje llevaba
tan sólo estos tres libros y, quizá, algunas guías de ciudades como Roma o Nápoles, el
resto de su biblioteca la debió vender quizá al mismo librero Villanueva.
Llegó a Roma el 26 de septiembre de este mismo año, después de un largo viaje el cual
aprovechó para visitar, con fines a su estudio, aquellos monumentos de la antigüedad
romana que se encontraban en Sagunto, Tarragona, Nimes y otras ciudades.
Los dos años que el suponía suficientes, no lo fueron por la cantidad de conocimientos
que fue adquiriendo sobre la obra de Vitruvio. En este tiempo hizo muchos dibujos, llevó
a cabo dos viajes a Nápoles, visitando las ciudades de la antigüedad, descubiertas en
los años anteriores cuando reinaba allí el rey Carlos, de Pompeya, Herculano y Estabia,
y otros lugares de interés para sus fines, así como los templos griegos de Posidonia o
Pesto cerca de Nápoles. El menciona que se sintió iluminado al ver tantas bellezas, y
fue entendiendo, paso a paso, todo lo que Vitruvio explicaba en su obra. Naturalmente
también adquirió libros y láminas de grabados, en lo que podemos considerar la
formación de su biblioteca en su etapa italiana.
En 1781 su situación en Roma era muy apurada, sus últimos recursos económicos
se habían terminado con la impresión, allí en Roma, de una obrita escrita en latín en
la cual explicaba algunos temas de la obra de arquitectura de Vitruvio especialmente
difíciles, es la conocida por el inicio de su título latino: Abaton reseratum, impresa
en la imprenta de Michaelis Angeli Barbiellini que estaba en la Piazza della Minerva
cerca del Panteón, esta obrita llevaba, además, un grabado en la portada hecho por su
amigo, el también valenciano, Pepe Camarón, uno de los pensionados en Roma que,
por entonces, tenía allí la Real Academia de San Fernando (Madrid). La impresión
de esta obrita era muy importante para él ya que así podía poner de manifiesto lo que
podía hacer respecto a la versión española, y así poder solicitar una pensión al rey
Pasiones bibliográficas 67
Carlos III. Dicha pensión se le concedió finalmente con fecha de 23 de octubre de 1781
(documento firmado por el conde de Floridablanca en nombre del rey Carlos III en San
Lorenzo del Escorial). Para que esto fuera posible intervinieron José Nicolás de Azara,
encargado de los asuntos de España con la Santa Sede (el embajador aún era el conde
de Grimaldi, luego lo sería el propio Azara), y en Madrid el oficial de la secretaria de
Estado Eugenio Llaguno y Amirola, ambos buenos conocedores de la obra de Vitruvio
y del valor de lo que Ortiz estaba haciendo.
Poco antes de su regreso a España, en la primavera de 1784, Ortiz escribió una
repuesta, en italiano, al bibliotecario en la ciudad de Parma, padre Ireneo Affó, por los
comentarios que este había hecho sobre su obra Abaton reseratum en una biografía,
publicada en 1783 en Parma, sobre monseñor Bernardino Baldi célebre erudito italiano
del siglo XVII que en sus escritos había tratado sobre la arquitectura de Vitruvio; pues
bien, en esta respuesta de Ortiz, publicada un año después de su regreso a España en la
Imprenta Real (Madrid)2 comenta que poseía su libro por haberlo comprado al librero,
muy conocido en Roma, Gaetano Macini por el precio de 35 bayoqui, moneda que
equivalía aproximadamente a tres paulos y medio (un paulo eran 10 bayoqui) (Ortiz
recibía de la pensión que se le había concedido 15 escudos al mes, que equivalían a
150 paulos, por lo tanto con dicha pensión, que se le pagaba en el Palacio de España,
pudo adquirir en este tiempo bastantes libros y láminas, sobre temas muy diversos ya
que Vitruvio, autor de la época del emperador Augusto, trataba en su obra sobre todos
los conocimientos de la antigüedad). El problema que tuvo, al prepararse para regresar
a España en la primavera de 1784, fue que no podía llevar consigo la biblioteca que
había ido formando, así que regaló la mayoría, el menciona que lo hizo al propio José
Nicolás de Azara, y también al convento de los padres trinitarios calzados (españoles)
del la via Condotti, adyacente a la Plaza de España, a los cuales tenía que agradecer
su ayuda durante su residencia en Roma, y el haberle permitido frecuentar la sala de
estudio de dicho convento3. No obstante, los tratados sobre la obra de Vitruvio los
llevó consigo en su viaje de regreso; sobre estos tratados dice, en el prólogo de dicha
versión española, que los tenía todos, con alguna excepción como el de la versión
alemana, y entre los que tenía estaba la primera edición impresa, que era la conocida
por la de Juan Sulpicio del año 1485, así que, con la excepción de los tres citados que
había traído de España, todos estos los tuvo que comprar en Italia. Estos tratados están
mencionados en el Catálogo de 1816, además de algunas guías de ciudades de Italia que
también lo están y que asimismo compró en Italia, en concreto son la Guida angélica
per Roma, en un tomo en 16o impresa en 1709, una Guida per Napoli, pozzuolo etc.. ,
en un tomo en 8o que no indica el año de impresión, una Guida per Milano, también en
8o del año 1739, y otra de Torino en 8o en la cual tampoco indica el año de impresión.
Además de estos libros llevaba en su equipaje todo su trabajo de seis años en Italia: sus
manuscritos y dibujos; así que, durante el viaje, debió de sentir mucha intranquilidad
por si perdía o le robaban el mismo.
2.- Risposta dell`Abate D. Giuseppe Francesco Ortiz, al P. Ireneo Affó alla censura fatta al su libro Abaton, Stam-
peria Reale, MDCCLXXXV.
3.- Se pueden consultar los memoriales y demás escritos de Ortiz en el ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL: Es-
tado, leg. 3.244.
68 Pasiones bibliográficas
En 1784, ya en Madrid, y hasta que se publica su vitruvio Español en 1787 Ortiz
se mantendrá en la ciudad con las escasas ayudas que le va consiguiendo Eugenio
Llaguno y Amirola ya que la pensión que el rey Carlos III le había concedido era para
que terminara su trabajo en Italia. Así, habita un cuarto de una casa de casero de calle
de la Cava Baja de Melendro, muy popular en aquellos años pues pasaban por la misma
muchos carreteros ya que era la entrada a Madrid de los que venían de Toledo, Segovia,
Guadalajara o Valencia; había también muchas posadas. En el invierno de 1785 Ortiz
escribía a Eugenio Llaguno sobre las condiciones en las que residía en Madrid y sobre
a lo que se había reducido su biblioteca, en un momento en el que, además había muerto
su padre allí en su pueblo natal Ayelo de Malferit, el cual había ido mitigando en
parte sus necesidades enviándole dinero y comestibles, sobre esto dice Ortiz en dicho
escrito: << añadese a esto el quebranto de su salud oxigenado de hallarse desabrigado
de cuerpo y habitación, sin esteras, sin lumbre, sin vidrieras en las ventanas (por no
quererlas poner el dueño de la casa) y lo que es peor, sin libros, que son todo su
divertimento. Sin que sea necesario decir palabra de la cama y demás muebles >>. A
medida que los trabajos para la impresión, y de grabado de las láminas, de su Vitruvio
avanzaron en la Imprenta Real su situación mejoró; también fueron importantes las
relaciones que mantuvo por entonces con el secretario de la Real Academia de San
Fernando, el valenciano Antonio Ponz, que fue, además su amigo.
En marzo de 1786, cuando estos trabajos están ya terminando, Eugenio Llaguno
le escribe dándole tranquilidad ya que se le iba a continuar pagando una asignación,
además le daba la grata noticia de que podía ir de su parte a la librería de Sancha
y elegir los libros que deseara por valor de 1.500 reales. La conocida librería de
Antonio Sancha estaba en la Aduana Vieja, y en ella eligió Ortiz varios libro que están
mencionados también en su Catálogo de 1816, son los siguientes: la célebre edición de
la Historia Naturalis de Plinio con las notas de Harduino (año 1723); la edición greco
– latina de la Geografía de Estrabón (año 1707); la descripción de Grecia de Pausanias
(año 1696); la edición greco – latina de la historia romana de Dionis Classii con la
notas de Fabricii en dos tomos (año 1750); la de Valerius Maximus con notas en 8o (año
1670); las Notes Atticae de Gellii, en 16o (año 1651); y la edición de De bello Trajano
de Dictes Cretensis y Dares Frigius con notas, en 8o (año 1702).
La publicación de su Vitruvio, que Ortiz dedica al rey Carlos III es un acontecimiento
para la cultura española y sin duda es una de las mejores obras editadas en los años
de este reinado. Sin duda fue un un gran momento de la Ilustración en España; en el
prólogo de su Diógenes Laercio (Imprenta Real, en dos tomos años 1791 y 1792), Ortiz
dejó por escrito lo siguiente: << Desocupado de la impresión de mi Vitruvio español
el año 1787, el excelentísimo Señor conde de Floridablanca, por carta fechada en San
Ildefonso a 29 de julio del mismo año, mandó me emplease en aquel trabajo que fuese
más propio a mi inclinación y gusto literario, hasta que su excelencia dispusiese otra
cosa >>; no se puede expresar de mejor manera lo que significó la Ilustración del
reinado de Carlos III.
Muchos fueron los proyectos y publicaciones de Ortiz, algunos los pudo conseguir
y otros lamentablemente, y por diversos motivos, no lo fueron, entre estos últimos
Pasiones bibliográficas 69
estuvo su Viaje Arquitectónico Anticuario de España, del cual tan sólo publicó su
Descripción del Teatro Romano de Sagunto (Imprenta Real, 1807), obra que da idea
de lo que podía haber sido este proyecto suyo si lo hubiera podido hacer, en cuanto al
estudio de los monumentos de la antigüedad en España.
Su residencia en Madrid llegó hasta el año 1804, fueron veinte años en los que
publicó entre otras importantes obras, sus comentarios y anotaciones a Historia de
España del padre Mariana en la conocida edición valenciana de Monfort, su versión
española de la obra de arquitectura de Paladio, o su Compendio Cronológico de la
Historia de España. Se le otorgaron los títulos de académico de las de San Fernando,
y de la Real Academia de la Historia, así como de la de San Carlos en Valencia,
además de otros4. Hecho sin duda importante para que pudiera adquirir libros fue su
nombramiento de oficial de la Real Biblioteca en 1792, ya que le permitió vivir con
mayor holgura económica; así de su anterior vivienda en la Calle Baja de Melendro
se trasladó, en octubre de 1791, a una mejor en la plazuela del Barranco en el barrio
de San Ginés, vivienda que estaba a un paso de la Real Biblioteca, así como del Real
Palacio y del teatro de los Caños del Peral (Ortiz era, por cierto, muy aficionado al
teatro); poco después, en 1793, coincidiendo con la boda de su sobrina Josefa5 con el
grabador Tomás López Enguídanos, pasó a residir en la que sería su última residencia
en Madrid, la de la calle de La Estrella número 2 en un edificio conocido en el Madrid
de entonces con el nombre de Armas, era una calle adyacente a la calle de San Bernardo
a un paso de la plaza de Santo Domingo. En esta vivienda tuvo Ortiz su biblioteca
reunida durante estos veinte años en Madrid. Fue una biblioteca hecha de sus compras
en las librerías de entonces en Madrid, así la de Antonio de Castillo, situada enfrente
de las Gradas de San Felipe el Real al inicio de la calle Mayor con la Puerta del Sol;
la de Gómez muy cerca de la anterior; la de Sancha que ya he comentado estaba en la
Aduana Vieja; las varias de la calle de Carretas, entre estas la de Repullés en la cual
se imprimiría y publicaría su tomo VII de su Compendio Cronológico de la Historia
de España, la de Antonio Fernández en la cual se imprimió la primera versión de su
tragedia, teniendo como modelo la de los autores clásicos griegos, Orestes en Sciro; y
la de Gómez Fuentenebro en la que se imprimiría la segunda versión de esta tragedia
para la cual el grabador Tomás López Enguídanos hizo un grabado.
El rey Carlos IV le nombró deán de la Colegiata de San Felipe en 1802, aunque
no se trasladó a residir en Xàtiva hasta dos años después, en 1804; el motivo fue que
se estaban acabando de imprimir, por entonces, algunas obras suyas allí en Madrid.
En San Felipe tuvo su casa en la calle de Santo Domingo, muy cerca de la Colegiata
y al lado del convento de Santo Domingo; dicha casa se conserva aún hoy en día
aunque muy reformada. Allí trasladó su biblioteca desde Madrid y es la que está
4.- Los principales fueron: título de académico de honor por la arquitectura de la Real Academia de Nobles Artes de
San Fernando (año 1787), oficial de la Real Biblioteca (año 1792), bibliotecario honorario de dicha Real Biblioteca
(año 1799), académico supernumerario de la Real Academia de la Historia (año 1801), socio, y miembro de la
Real Sociedad Económica de Amigos de País de Valencia (año 1802), académico de honor por la arquitectura de
la Real Academia de San Carlos (año 1803), y académico de merito de la Real Academia de Nobles Artes de San
Fernando (año 1806).
5.- Josefa Ortiz, su sobrina, le había atendido en Madrid desde que, en 1788, ya que cuando estaba en San Felipe
tratando de iniciar su proyectado Viaje Arquitectónico Anticuario de España, había enfermado gravemente por una
recaída en las fiebres palúdicas enfermedad que, casi con toda seguridad, había contraído en Italia.
70 Pasiones bibliográficas
Una página del catálogo Nota en las guardas. Biblioteca de Rafael Solaz
Pasiones bibliográficas 71
Con motivo de los trabajos de impresión en la Imprenta Real de su Descripción del
Teatro de Sagunto (publicado en el año 1807), Ortiz viajó desde San Felipe a Madrid
en dos ocasiones, en 1806 y en 1807, en ambos viajes aprovechó para comprar libros.
Del primero de estos viajes hay un comentario de Ortiz a propósito de esto en su obra
Carta Misiva del Dean de Xàtiva á Don Vicente Pla y Cabrera8, y así dice que estando
en Madrid en febrero de 1806 leyó en el Diario de Madrid, en el del día 15 de ese mes,
la reseña de la obra D. Juan Bautista Erro y Azpiroz: Alfabeto de la lengua primitiva de
España … , y que, según lo publicado en dicho diario en dicha obra probaba que la lengua
vascongada había sido en algún tiempo la universal de España. La curiosidad le pudo,
ya que desconfiaba de que el autor le hiciera creer lo que jamás había creído sobre este
asunto, así que se dirigió a la librería de Antonio Castillo en donde se vendía (como ya
he dicho estaba en las llamadas gradas de San Felipe el Real); en el camino hacia dicha
librería se encontró con su amigo Juan Antonio Conde, bibliotecario de la Biblioteca
Real y también académico de la Real Academia de la Historia, célebre arabista y gran
conocedor de las lenguas muertas y vivas como el mismo Ortiz dice; y fue entonces
cuando, al explicarle a donde iba y el motivo, le disuadió de gastar mal su dinero ya que
el libro de Erro no contenía más que boberías y buenos deseos.
Ortiz se trasladó a Valencia a mediados de 1816 y en esta ciudad residió hasta su
muerte ocurrida el 21 de diciembre de 1822. En este periodo, la mayor parte del tiempo
residió en una vivienda de la calle de Serranos número 4, y a esta trasladó su biblioteca.
Durante estos años publicó algunas obras aunque también sufrió censura por ser los años
del período absolutista, tal y como explica en las primeras páginas de la mencionada
Carta Misiva. Asimismo pudo comprar libros en sus visitas a las librerías de la Valencia
de entonces como la ya citada de Monfort, la de José Ferrer de Orga en la calle de las
Barcas número 13; la de don Diego Mallen, librero francés establecido en Valencia, que
estaba en la calle de San Vicente; la de Manuel Muñoz en la plaza de San Agustín; la
de Domingo y Mompié en la calle Caballeros número 48; la de Cabrerizo, librero que
comenzaba a tenerla por entonces y que estaba junto al Colegio del Patriarca, o la del
comerciante de libros Justo Pastor Fuster que la tenía en la calle Correjería, de quién Ortiz
dirá lo siguiente en la mencionada Carta Misiva, obra publicada en la de Manuel Muñoz
ya en el Trienio Liberal (es un comentario respecto a la manera por la cual llegó a sus
manos la copia de la inscripción romana hallada en una lápida en la calle del Almudín, de
la propia Valencia, en el año 1808, copia hecha por el que fuera su amigo, y condiscípulo
del dibujo en aquellos cursos de la Junta Preparatoria para establecer en Valencia la Real
Academia de San Carlos, Antonio Suarez, el cual había estado presente cuando tuvo lugar
el hallazgo de dicha lápida en aquel año), dice Ortiz: << y dicho su papel vino á manos
de D. Justo Fuster, comerciante de libros de esta ciudad, muy amante de las verdaderas
glorias de su patria. Este sujeto, y amigo mío, habiendo sabido mi intención, me ha
franqueado el escrito de Suarez … >> 9 .
Por último decir que la recuperación de la Constitución de 1812 en el comienzo del
8.- Carta Misiva del Dean de Xátiba á Don Vicente Plá y Cabrera, Administrador de Rentas en la Ciudad de Se-
gorbe. Dase en ella la interpretación de una lápida romana hallada en Valencia año 1807, Valencia, Imprenta de
Manuel Muñoz y compañía, 1820, p. 54 – 55.
9.- Op. Cit., p. 2.
72 Pasiones bibliográficas
Trienio Liberal en 1820 fue recibida por Ortiz con gran agrado, y lo expresó en sus
escritos de estos últimos años de su vida. Recientemente he podido identificar plenamente
una obra de este periodo escrita por Ortiz, con el seudónimo de Crecencio Cidron, escrita
a propósito de los decretos del año 1820 sobre supresión de algunos conventos en España,
medida del gobierno con la cual estaba de acuerdo Ortiz, la obra fue publicada por la
imprenta de José Ferrer de Orga en 182110, por cierto que, en este mismo año, recibió el
encargo del gobierno político de Valencia para que hiciera los inventarios de los libros
de los conventos suprimidos, labor en la que colaboraron también el erudito Jaime
Villanueva, y el eclesiástico, y poeta, Juan Nicasio Gallego.
Ortiz murió el 21 de diciembre de 1822 en la residencia de su sobrina e hijos de esta,
en la calle de Trinquete de Caballeros. Su sobrina, siguiendo las indicaciones de su tío,
puso entonces a la venta la mayor parte de la su biblioteca, ya que su situación económica
era muy apurada, e incluso su tío había dejado algunas deudas, todo coincidió, además,
con la vuelta del absolutismo de FernandoVII; y así que en el Diario de la Ciudad de
Valencia que imprimía Brusola, el lunes 13 de Octubre de 1823, se publicó el siguiente
anuncio:
En la calle de Trinquete de Caballeros, casa número 14, cuarto entresuelo, se
venden obras sueltas de la Libraría que fue de D. José Ortiz, dean de S. Felipe,
estarán de manifiesto los índices y los libros todo los días no festivos desde las
diez de la mañana, hasta las dos de la tarde.
En este anuncio se hace referencia a unos índices y no al Catálogo de 1816, quizá estos
índices, luego completados, son los que están en el manuscrito citado de la Biblioteca
Nacional. La biblioteca en su conjunto era ciertamente muy importante, allí tenía los
tratados de arquitectura de Vitruvio, Paladio y otros; una colección bastante completa
de códigos españoles, las obras de los principales historiadores, las obras de los clásicos
greco-latinos en sus mejores ediciones, los clásicos españoles también en sus principales
ediciones, obras de lingüística, numismática, epigrafía, de descripción de monumentos
de la antigüedad, de viajes, obras de sus contemporáneos, la mayor parte eruditos amigos
suyos, diccionarios, muchas obras francesas (el mismo dejó a su muerte varias traducciones
del francés), un grupo de obras recogidas en el Índice, es decir prohibidas (él tenía licencia
por ser académico de la Real Academia de la Historia), muchas de estas relacionadas
con la historia de la Iglesia católica y su reformismo, también muchas publicaciones
periódicas (el mismo publicó escritos en el Diario de Madrid, y también en el Diario de
Valencia), asimismo, obras sobre la historia de Valencia o de tema valenciano, obras de
filósofos como Pascal, Malebrache, Locke, Descartes y otros, y también obras italianas.
Las obras de su biblioteca más apreciadas por Ortiz, seguramente fueron los tratados
sobre la obra de arquitectura de Vitruvio; le acompañaron toda su vida y con ellos comenzó
su gran aventura intelectual, una de las más interesantes, sin duda, de la Ilustración
Española.
10.- Lleva por título: Conversación Familiar entre Fr. Fidel y su P. Guardian, del convento de N., tenida día 18 de
Agosto de 1820. (el único ejemplar que conozco de esta obra está en la Biblioteca Nacional).
Pasiones bibliográficas 73
Impremta i Premsa en
E
el Castelló de l’inici del
segle XX E
Jesús Huguet
Els inicis
Durant dos segles, les terres castellonenques estaran mancades d’establiment fixos,
encara que la publicació de llibres originats ací siga habitual però impresos a València o
74 Pasiones bibliográficas
a altres llocs. És el cas de la Regla primera de la Gloriosa Madre Santa Clara, y cons-
tituciones de las Monjas Capuchinas de Castellón de la Plana, comunament considerat
el primer llibre imprés de temàtica específica de la ciutat de Castelló, publicat en 1696 a
València. O el bellíssim, editat per la viuda d’Antoni Bordasar a València en 1750, Idea
de la perfecta religiosa en la vida Venerable Madre Sor Josepha Maria Garcia, primera
hija del Real Convento de Capuchinas de la Villa de Castellón de la Plana en el Reyno de
Valencia, y Abadesa que murió del mismo.
Pasiones bibliográficas 75
En qualsevol cas és la impremta, també el periòdic, del Boletín Oficial de la Provincia
de Castellón de la Plana la que des de 1 de setembre de 1834 presenta una continuïtat i
estabilitat que propicia la consolidació de la impressió a Castelló. Manuel Estellés fou el
primer impressor del butlletí provincial, el qui el posà en marxa. Estellés era un conegut
professional que des d’almenys 1823 regentava un taller a Sagunt. A penes dos mesos
després de l’aparició del Boletín, Estellés, deixa el càrrec d’editor a Pedro Gutiérrez, que
al número de novembre d’aquell any ja apareix en els crèdits.
Impremta i premsa
La relació impremta-premsa serà fonamental per a l’establiment dels primers tallers
gràfics a la nostra terra. El Eco de Castellón (1850), El Eco del Mijares (1857), El Maes-
trazgo (1858), El Mensajero (1858), La Crónica de Castellón (1860), El Porvenir de Cas-
tellón (1860), La Revista Castellonencia (1864) i d’altres a la capital, i El Gallo (1830), El
Celtíbero (1849), La Revista Segorbina (1862) a Sogorb; el Boletín del Ejército Real de
Aragón, Valencia y Murcia (1837), estampat per Pedro Gutiérrez a Morella; El Progreso
Vinarocense (1864) a Vinaròs; o El Volante de la Guerra (1874) a Vistabella, afavoriren,
entre molts altres fulls i revistetes, l’aparició de tallers d’impressió. Probablement el cas
més singular siga el de la impremta carlina de Vistabella, Imprenta Real del Ejército del
Centro, que generà una producció considerable de papers durant el període que les parti-
daris de D. Carlos dominaren aquelles terres.
El magnífic, i tantes vegades esmentat, treball de Ribelles Comín5 o els més desco-
neguts, però per això no menys valuosos, de Jordi Romeu i Maria Luisa Villora6 o els
diversos estudis presentats als congressos d’història comarcals de la Plana, remarquen
eixa relació tan estreta entre premsa i impremta.
Eixa relació i la creença que la primera impremta castellonenca era la del Boletín
Oficial de la Provincia anaven unides per la transcendència i característiques del butlletí
oficial. Cal dir que, als seus primers anys, el Boletín era sens dubte el més important mitjà
de transmissió d’informació de la província. En la primera guerra carlina, per exemple,
publicava els partes de guerra i les notícies que arribaven del front. Els lectors podien
seguir l’evolució de la guerra en les seues pàgines. El Boletín va inaugurar posteriorment,
ja en 1892, tallers propis a la Casa de Beneficència, a l’agost, i des del mes d’octubre
d’aquell any va deixar d’editar-se per empreses privades i es va imprimir a la Imprenta
Provincial.
Algunes impremtes rellevants
.-
5 Intereses económicos, agrícolas, industriales y mercantiles de Castellón con la historia del puerto del Grao y
del periodismo provincial. Ribelles Comín, José. Imprenta de F.J. Alves. Barcelona, 1905.
.-
6 La Prensa en el País Valencià: El caso de Castellón (1900-1930). Romeo i Llorach, Jordi. Revista Estudis
d’Història Contemporània, núm. 4. Universitat de València.
Las p ublicaciones periódicas de Castellón de la Plana –hasta 1900– existentes en la Biblioteca Pública de la
ciudad. Villora Reyero, Mª Luisa. Revista d’Estudis d’Història Contemporània, núm. 3. Universitat de València.
76 Pasiones bibliográficas
A Morella en 1868, a més del cas esmentat de Pedro Gutiérrez, ja treballava Francesc
Xavier Soto, que editarà un llibre cabdal de la història de la ciutat: Morella y sus aldeas
de José Segura Borreda.
A Albocàsser, en 1856, Lorenzo García editarà uns Goigs de la Verge de la Misericòr-
dia de la Font de l’Avellà de Catí.
A Castelló, Vicent Civera (1858), Martín Masústegui (1858), Vicenta Vilar, vídua de
V. Perales (que imprimirà les obres teatrals de Josep Merelo y Casademunt Tres carabas-
ses en un pomell i Un bateig en Borriana, ja exercia en 1858), els germans Rovira (1860),
Antoni Cardona (primer tot sol i després associat amb Ordoñez, ja impria en 1868), Fran-
cesc Gil (1869) o Josep Armengot són alguns dels establiments que començaren a treba-
llar a la segona meitat del segle XIX.
Un cas rellevant és el de Joan Botella Carbonell. Encara que nascut a Orce (Granada)
era fill de l’impressor alcoià Francesc Botella Jordà que en 1861 tenia una impremta a
Dènia. Joan Botella, abans de complir els trenta anys, ja havia instal.lat a Vinaròs un ta-
ller. Els anys 1882 i 1883, encara a Vinaròs, editarà el periòdic Mediterráneo7 i la revista
Bromas y veras. Amb el segle es traslladà a Vila-real on fundà la primera impremta de la
ciutat, i en la que editaria llibres tan reconeguts com la Historia de Villarreal de Benito
Traver. Morirà a València en 1918 però diversos tallers, dirigits pel fill, especialment el
que encara porta el seu nom a Xàbia continuaran la seua pulcra manera d’estampar.
Algunes de les empreses creades ho serien en funció d’una actuació puntual. És el
cas de la impremta del Diario de la Plana, fundada el 1898 pel reverend Antonio Faulí,
que seria el seu director, José Matutano Osset i pel conegut lletraferit i polític Salvador
Guinot, que faria les funcions de redactor en cap. En principi de les quatre pàgines del
periòdic se n’aprofitaren dues del Diario Catalán de Barcelona, mentre que les altres dues
s’imprimien a Castelló. Però ben aviat s’instal.là un bon servei d’informació d’agència
que afavorí la impressió completa a uns nous tallers ací. Aquest periòdic, que se subtitu-
lava católico, fou l’iniciador i propagador de la pelegrinació nacional, el 17 de maig de
1899, al sepulcre de sant Pascual Bailón a Vila-real. En la redacció col.laboraren destacats
intel.lectuals castellonencs, amics i correligionaris molts d’ells de Guinot, com José Ro-
cafort Bolado, Josep Simon i Josep Ribelles Comín.
Com indicava abans, una de les característiques més sorprenents de les arts gràfiques a
aquestes terres és la que propicia el protagonisme d’una vila menuda, com ho és el cas de
Vistabella. El pretenent carlí a la Corona espanyola, D. Carlos, encomana a Josep García
Andreu, que posteriorment exercirà de registrador de la propietat a Gandia, que bastira
una impremta al poble per tal de publicar un periòdic que servira de portaveu del Real
Ejército del Centro. En setembre de 1874 apareixia El Volante de la Guerra, que un any
després es transformaria en La Vanguardia, i amb eixe nom seria dirigida per l’escriptor
Maximilià Thous. La Impremta Real de Vistabella va durar el que els periòdics esmen-
tats: en 1875, cinc mesos després de l’aparició de La Vanguardia tancaven el diari i la
impremta.
7.- Com pot clarament deduïr-se el nom del mitjà de comunicació actual més difós per les comarques castellonen-
ques ja ve de lluny, i de Vinaròs. No va ser cap novetat que als anys quaranta del segle XX s’aprofitara el nom per
encapçalar el diari.
Pasiones bibliográficas 77
Les primeres dècades del segle XX
El segle XX serà el de major activitat i esplendor d’impremtes i periòdics. Només a la
ciutat de Castelló, en les primeres dècades, s’editen les següents publicacions periòdiques,
algunes cal dir-ho d’efímera existència: El Abstemio; Acción Católica Femenina; Los An-
geles; Arte y letras; El Batallador; Boletín Informativo de la Cámara Oficial de Comer-
cio, Industria y Navegación; Boletín Oficial de la Provincia de Castellón; Boletín de la
Sociedad Castellonense de Cultura8; Castellón Automovilista; El Centinela; El Clamor;
El Criterio; La Cruz de Castellón; El Cruzado; El Chorizo Japonés; Diario de Castellón;
Diario de la Mañana; Diario Liberal de Castellón; La Escuela; Eva; La Faràndula; He-
raldo de Castellón; Hoja del Lunes; La Hoja Oficial de Castellón; La Juventud Alegre; La
Lealtad; El Levante; El Liberal; Libertad; El Maestrazgo; Mijares; Los Programas; La
Provincia; La Provincia Nueva; Rebeldia; El Regional de Castellón; República; Revista
de Castellón; El Tio Paco; El Tradicionalista; Unión Ibérica, i La Veu de la Plana. I tot
això sense pretendre ser exhaustius encara que assenyalant que algunes capçaleres són
totalment estranyes al mateix enunciat que posteriorment usaran (ja a partir dels anys
quaranta) algunes empreses editores que aprofitaran noms antics per presentar productes
diferenciats sense lligam amb els que anteriorment portaven el mateix nom.
També a Burriana, Vila-real, Benicarló, Vinaròs, Onda,.....es publicarien revistes, set-
manaris o periòdics alguns dels quals van tenir certa importància9.
Bàsicament tres són les temàtiques que dominen a més, evidentment, de la informa-
ció d’actualitat el contingut de les publicacions: la política, la religió i l’humor.
Les publicacions polítiques abasten tot l’arc ideològic, del carlisme (El Maestrazgo)
a l’anarquisme (Agitación), del liberalisme romanonista (El Liberal) o el maurista10 (La
Lealtad) al anticlericalisme integrista (Rebeldia). Una proposta tan castellonenca com
el cosi propiciarà edicions a favor i en contra no solament en la capital, també a altres
poblacions es publicaran, com a la Vall d’Uixó on apareixerà un periòdic combatent (El
Anticosiero) de la proposta política conservadora dirigida per Fabra.
La religió, a més de les puntuals fulles parroquials algunes de les quals tenien un dis-
seny i format elogiable (cas de la d’Onda que ostentava una capçalera amb un perfil del
poble amb el castell molt ben interpretada), presentava un munt de publicacions que ana-
ven de les pròpies d’organitzacions o associacions religioses (El Obrero Católico, órgano
de los Consejos de los Círculos Católicos de Obreros)11 a les més estrictament ortodoxes
i eclesials (La Cruz de Castellón , per exemple).
Crida l’atenció el considerable volum d’edicions humorístiques. La proliferació de
.-
8 Conegut també com el Butlletí de la Societat Castellonenca de Cultura, nom amb el que editarà alguns llibres
i catàlegs.
.-
9 AGITACIÓN, l’òrgan de la Confederació de la CNT-AIT castellonenca, per exemple, s’edità successivament a
Benicarló, Vinaròs i Castelló.
.-
10 El maurisme a Castelló va tenir una certa incidència, només cal recordar el graffiti que encara pot llegir-se a
la pared migera de la Casa dels Caragols.
.-
11 No estaria de més recordar la importància que en el món laboral van tenir les orientacions religioses a molts
pobles de la provincia. Cooperatives i encara certa influència política –per exemple Salvador Martí el conegut com
“Diputat de la brussa”- en foren bona mostra.
78 Pasiones bibliográficas
revistes satíriques era evident a tot el territori valencià. Algunes com La Traca han es-
devingut un referent d’eixe tipus de publicacions12. També a Castelló, a les darreries del
XIX, El Blua; L’Infern; Lucas Gómez, El Marchaler de Castelló; El Frare o El Farol
foren exponent rellevant d’un sentit de l’humor en el que es barrejava la crítica social,
religiosa i política amb elements més lleugers i pegats al cos (aquells que en l’època es
denominaven psicalíptics). Ja al XX setmanaris com El Chorizo Japonés (només el nom
ja és manifestació de les intencions jocoses) o El Tio Paco continuarien una sana tradició
que servia per desfogar-se d’una excessiva passió per les baralles polítiques o els aldarulls
religiosos a més de ficar, com sempre ha ocorregut, de volta i mitja a la classe dirigent
del municipi.
La cultura en general, especialment les lletres, la literatura, no està absent. El Boletín
de la Sociedad Castellonense de Cultura, i més concretament el seu suplement Mijares,
en són bona mostra com també Artes y letras (que informava sobre espectacles i esdeve-
niments culturals a la ciutat i voltants). En l’apartat d’informació sobre espectacles i acti-
vitats públiques hi destacava la revista quinzenal Los Programas. Ocasionalment lletres i
posicionament ideològic anaven explícitament enunciats: Piedad y Letras.
Crida l’atenció l’existència de publicacions especialitzades en professions, pràctiques
o activitats d’allò més diverses: Castellón Automovilista (No precisa especificació del
públic a qui anava dirigit); La Escuela (òrgan de La Asociación Provincial y de la Federa-
ción de Levante del Magisterio Nacional de 2ª Enseñanza); La Razón (revista de la maço-
neria castellonenca13) o Revista de Castellón (on es tractaven temes científics i literaris
però també agraris, industrials i mercantils), i potser el més peculiar de tots El Abstemio
(òrgan de la lliga antialcohòlica espanyola).
Evidentment són els periòdics generalistes els majors i millors mitjans de comunica-
ció i informació de la vida puntual dels pobles: Diario de Castellón; Diario de la Maña-
na; Heraldo de Castellón; Libertad; La Provincia Nueva; República; El Clamor; Diario
Liberal de Castellón; La Provincia o El Regional de Castellón. Malgrat que en ocasions
tindran una vida efímera lligada als interessos mercantils o polítics dels seus editors i
propietaris, cosa que propicia ocasionalment que la premsa que ens arriba des de València
tinga una incidència sovint superior a les pròpies edicions locals.
Sens dubte les revistes apareixien i desapareixien amb una certa celeritat però d’alguna
forma eren manifestació d’unes inquietuds que posteriorment propiciaven altres publica-
cions semblants o en certa manera hereves. Vicente Traver en Antigüedades de Castellón
de la Plana ho explicita quan afirma que:.........revista Ayer y hoy, 1902-190, indeciso
ensayo de revista erudita, local y comarcal, que fué el prematuro precedente del Boletín
de la Sociedad Castellonense de Cultura nacido en 1920......
Sens dubte la història d’un territori no pot deslligar-se de les manifestacions i produc-
cions que tant la premsa com la impremta han generat, però sobre tot no pot esperar-se
12.- Joan Fuster parlava que en els moments de major difusió La Traca arribà a tirar més de dos-cents mil exem-
plars. Una quantitat fabulosa en aquells primers anys del segle XX i encara ara.
.-
13 Notables ciutadans i polítics castellonencs estaven relacionats amb la maçoneria, per exemple
Gonz´lezChermà i potser el mateix Gasset.
Pasiones bibliográficas 79
un futur més ple sense tenir present els fonaments que pel desenvolupament cultural i
social d’eixe poble han propiciat els tallers gràfics i els mitjans de comunicació. Ara en
ple segle XXI, quan sembla que l’era Gutenberg no solament ha estat substituïda per la
Mac Luhan sinó que també aquesta ha estat superada per la de Bill Gates o el MP3 (dins
d’uns mesos aquests també estaran excedits), cal meditar sobre el valor d’unes eines que
foren essencials (encara ho són evidentment) com ferramenta expressiva però també com
element de coneixement del propi individu (persona o poble) i de sensibilització vers la
pròpia essència col.lectiva i singular.
80 Pasiones bibliográficas
Tirant lo Blanch
E
i els origes de la impremta
valenciana E
Jesús Huguet
1.- Les mostres paralleles son: La producción efímera de la impremta (cromos i retallables); La Impremta Popular
Valenciana (auques, romanços i alleluies); L’Alfabet del Tirant; Els cartells valencians de la democracia; El Llibre
Valenciá; la illustració i el gravat; i l’art de l’escriptura, a més a més el Museu e la Impremta i de l’Obra Gráfica,
situat al Monestir de Sta. María del Puig, als voltants de València, está integrat al circuit de visites que sobre l’orige
de la impremta s’ha recomanat als col.legis que en gran nombre visiten l’exposició central. A més d’una exposició
sobre el paper reciclat.
2.- Segonss Martí Riquer.
3.- LUCIEN FEBVRE / H.J. MARTIN: L’apparition du libre. Paris 1958
Pasiones bibliográficas 81
Es evident que el Tirant ha estat una de les primeres novel.les-totals, com afirma
Vargas Llosa, i que la seua influencia en autors com Ariosto, Bandello, Shakespeare o
Cervantes (que la qualificà com a millor obra del món en el seu gènere) és manifesta i,
des de l’òptica estrictament literària, cal considerar-la com una de les novel.les cabdals
del segle XV. Però no ho es menys que, des de l’estricte caire de producte de la impremta,
gaudeix d’uns trets que la fan model alhora que exemple de tot el procés d’expansió i
acceptació del nou art d’imprimir.
El set d’agost de 1489 dos valencians. Joan Cervelló, escrivà, i Lluís Bertrán , mercader,
i el llibreter alemany establert a València, Pere Trinxer, signen un contracte amb el també
alemany Nicolau Spindeler, “mestre de fer llibres d’estampa”, per tal d’editar un original
de títol Tirant lo Blanc, enllestit per Martí Joan de Galba però originàriament escrit (en
tot o en part) per Joanot Martorell. Posteriorment, el trenta de setembre de 1489, els
Cervelló, Bertrán i Trinxer cedeixen els seus drets contractuals al mercader alemany Joan
Rix de Cura, qui pacta amb Spindeler l’ampliació a set-cents quinze exemplars l’edició
prevista de cuatre-cents. El vint de noviembre de 1490 s’acaba d’imprimir quan ja només
resta en vida, dels interessats, Nicolau Spindeler (Rix de Cura mor el vint-i-quatre de
setembre, apenes unes setmanes abans de la finalització del Tirant).
No es pot considerar casual la presència de tants noms germànics al Tirant, i en general
als primers anys de la impremta valenciana. Les guerres i lluites religioses al centre
d’Europa, i sobre tot el saqueig de Magúncia, escampen els deixebles de Gutenberg del
bressol de l’art d’imprimir.
En contrast amb la recessió econòmica general de l’Occident d’Europa, València
viu, la segona meitat del segle XV, un dels períodes més brillants de la seua història.
Convertida en capital económica, social i cultural de la Corona d’Aragó, esdevé la ciutat
més poblada de la Corona i de tota la Península Ibèrica cristiana4, i lloc de destinació
d’alguns impressors i comerciants alemanys temerosos de la difícil i bel.licosa situació
als seus punts d’orige, i desitjosos d’instalar-se a ciutats amb gran empenta econòmica
però també obertes als nous corrents de llibertat i democratització del coneixement que
significava l’invenció de Gutenberg.
Els primers anys de la impremta valenciana
Però la peripecia de la impremta valenciana ja era menys aventurada i incerta el
1490, l’any de l’edició prínceps del Tirant, perque ja gaudia d’una història, potser curta
però remarcable, d’almenys setze anys. En 1474 s’hi publicava Les Trobes en Llaors
de la Verge María, considerat durant molt de temps el primer llibre editat a la Península
Ibèrica; i malgrat les discussions sobre la preeminència de ser-ne o no el primer (els
Sinodales de Segovia s’hi publicá probablement, l’any 1472, i encara poblacions com
Saragossa, Barcelona i Sevilla pretenen haver editat abans), Les Trobes presenta unes
característiques peculiars que ens el mostren, si més no, com el primer producte del
primer projecte auténtic i ambiciós d’una industria impressora estable a la Península.
4.- Només Granada, llavors encara islámica, tenia major quantitat d’habitants que València. Mentres Barcelona
estaba pels 30.000, Saragossa en tenia 20.000 i la Ciutat de Mallorca apenes aplegava als 15.000, València tenia
un cens de 75.000 habitants, les darreres dècades del segle XV.
82 Pasiones bibliográficas
Mentres els altres llibres que li discuteixen la preeminència responen a necessitats
.-vehiculars eclesiàstiques o administratives. Les Trobes, se’ns presenta com un decidit
projecte literari i d’ampli espai destinatari. El format de taca (151 x 75 mm.) i l’ús de
lletra romànica demostren una clara voluntad d’accedir al major nombre posible de
lectors nous. Si la lletra gòtica i les grans dimensions eren continuació de les formes dels
manuscrits anteriors, destinats sobretot a monestirs o biblioteques reials i conventuals,
el format reduít i la lletra de fàcil assimilació pels neo-lectors eren la millor presentació
posible per introduir-se en un àmbit lector nou. Per altra part, el contingut de l’obra (un
recull dels poemes d’un extraordinari certamen poètic dedicat a la Verge María) permetia
una popularitat i una àmplia circumscripció de probables interessats.
Amb tot, com ja assenyalavem abans, la impremta valenciana és deutora en gran
mesura de l’aportació técnica i económica d’alemanys instalats ací o nou-vinguts.
Jacobo Vitzlant, agent a València de la Gran Companyia Comercial de Ravensburg,
crida Lambert Palmart5, alemany com ell, per tal de posar en activitat un taller d’impressió.
En 1474, com sabem, publiquen Les Trobes, en 1475 el Sallusti i el Comprehensorium,
primer llibre amb data i colofó de la impremta española. En 1477 la Tertia Pars Summe
Sancti Tome, primera obra al colofó de la qual apareix el nom de Palmart. Entre 1477
i 1478, Palmart, editará una de les publicacions més pol.lèmiques de la impremta
valenciana, La Biblia de fra Bonifaci Ferrer. Fins l’any 1493 estarà en actiu Palmart a
València. Mentre que a la seua mort a Jacobo Vitzlant el substituirà el seu germà Felip,
un entusiasta editor.
Lambert Palmart no solament es el primer impresor del que tenim noticia certa a
la Península Ibérica6, si no que a més a més fou mestre del primer impresor espanyol
conegut, Alonso Fernández de Cordoba, el qual treballa junt a l’alemany fins 1477 en
que s’independitzà i publicà la Summula Confessionis i, posteriorment, els Comentarios
a los Salmos de David (1484) i el Tractatus contra Judeos (1486), traslladant-se després
a Múrcia on continuà amb l’art d’imprimir, art que va mantenir el seu fill Francisco que
va tenir taller a Salamanca.
Després de Palmart7 i Fernández de Córdoba, fins a les darreries el segle XV, trobem
exercint a València els impressors Nicolau Spindeler (1489) ; Marti Pasquasi (1489);
Joan Rosenbach (1491); Francesc de Padua (1493); Pere Hagenbach (1493); Leonard
Hutz (1493); Joan d’Orlanda (1494); Gasspar Grez (1494); Pere Trinxer (1495); Lope de
la Roca (1495); Joan Jofré (1498) i Cristòfol Cofman (1499), majoritàriament alemanys,
5.- Tradicionalment s’ha situat junt al Portal de Valldigna, al Barri del Carme, el lloc on Palmart montà el seu taller
d’imprimir; però el profesor Pèrez Contel el situa fora del nucli amurallat de la ciutat de València, concretament al
marge esquerre del riu Túria, al carrer de la Volta del Rossinyol ( a les espatlles de l’actual Museu de Belles Arts).
Crec que no pot menysprear-se la teoría del profesor Pèrez Contel perque a la Volta del Rossinyol tenia la seua
vivenda familiar Palmart, i possiblement els atifells per fondre i imprimir, malgrat que al Portal de Valldigna, al centre
de la ciutat medieval, potser tinguera una mena d’oficina de contractació (per dir-ho e termes moderns).
6.- Juan Prix, el suposat impresor de Segovia, podría ser-ne el primer si definitivament se confirma el seu treball
pel bisbe Juan Arias Dávila.
.-
7 Abans de Palmart no pot dir-se que València fos una ciutat sense ninguna tradició estampadora. Probablement
en l’interés de Vitzlant i Palmart alguna cosa va tiindre que vore amb la tradició xilográfica valenciana. Sobre tot en
la impressió xilográfica de naïps, on els valencians gaudiren de gran fama. Un dels poetes que intervenen al certa-
men reflectit a Les Trobes, Joan Sant Climent, era de professió fabricant de naïps, i quí sap si la seua professió va
influir per trencar les malfiances d’aquelles que encara no s’en fefiarien de lart d’imprimir?.
Pasiones bibliográficas 83
com se dedueix pels cognoms, però també hi ha algún italiá, bretó, flamenc i espanyol.
El treball dels impressors gairebé sempre será per encàrrec de comerciants que
exerciran d’una mena de proto-editors, i que serán decisius per l’assentament a la ciutat
dels itinerants impressors; fins i tot, en ocasions, serán els propis mercaders els qui criden
als mestres d’estampar per tal d’inicar l’activitat d’impremtar (cas de Jacobo Vitzlant
i Lambert Palmart, com hem vist). També en aquest apartat es important la presencia
germánica puix als Vitzlant (Jacobo i Felip) cal afegir Rix de Cura i (encara que d’orige
italià), el soci d’aquest, Jaume de Vila. A aquests editors estrangers, veïns de València,
aviat sel’s unirán valencians com el notari Miquel Albert que des del 1493 inicia una
ambiciosa producció, en la que trobem llibres com el Repertorium Perutile de Pravitate
Hereticorum et Aposstatarum (1494), Lo Quart del Cartoxà de Joan Roís de Corella, i
Cordial de l’Anima de Bernardí Vallmanya (1495). I com Gabriel Lluís Arinyo, que
finançá algunes obres del taller de Fernández de Cordoba.
En un llistat, no gaire exhaustiu, de la producció de la impremta valencana des de
l’apacició de Les Trobes a la fí del segle trobaríem alguna de les obres més considerables
de la producció editorial peninsular de tots els temps: en 1474 Les Trobes, imprés per
Lambert Palmart; 1475 el Sallusti i el Comprehensorium (Palmart); 1477 la Tertia Pars
Summe Sancti Tome (Palmart) i la Summula Confesionis (Fernandez de Córdoba) ; 1478
La Biblia de fra Bonifaci Ferrer; 1482 Els Furs (també impressos per Palmart); 1483, el
Primer Llibre de lo Crestià, d’Eiximenis; 1484 Regiment de Princeps, també de Francesc
Eiximenis i Comentarios a los Salmos de David, imprés per Fernández de Córdoba;
1485, Tractatus contra Judeos (Fernández de Córdoba); 1487, L’Obra de la Sacratíssima
Concepció (Palmart); 1490 Tirant lo Blanch, de Joanot Martorell (Spindeler), el Regiment
Preservatiu i Curatiu de la Pestilència, de Lluís Alcanyís, i el Psalteri de Roís de Corella;
1491 Menyspreu de Món, de Joan Gerson, traduïda per Miquel Pereç, i estampada per
Joan Rosenbach; 1493 , Furs Nous fets per lo Cristianissim e Molt Alt Senyor Rei Don
Fernando (Hagenbach i Hutz); 1494, Repertorium Perutile de Praviate Hereticorum et
Apostatarum, editat per Miquel Albert; Vida de la Sacratíssima Verge María, de Miquel
Pereç: 1495,Lo Quart del Cartoxá, de Roís de Corella; Cordial de l’Anima, de Bernandí
Valmanya, tots dos editats per Miquel Albert; Llibre dels Jocs Partits del Schachs, de
Francesc Vicent; 1497, Lope de la Roca, que a pesar del seu castellanitzat nom era
alemany, imprimeix el llibre de Bernat Fenollar, El Procés de les Olives; Lo Somni de
Joan Joan, de Jaume Gasull; Vita Chrsiti, de sor Isabel de Villena; i en 1499, el darrer
impresor germànic arribat a València, Christòfol Cofman, estampará el llibre d’Eiximenis,
Regiment de la Cosa Pública; i Narcís Vinyoles veu editada la seua Omelia sobre lo
Psalm del Miserere.
L’inici del segle XVI
Philippe Berger8 en parlar dels vint-i-cinc impressors que exerciren a València entre
1474 i 1560, en cita vuit d’espanyols, set d’alemanys, dos flamencs, tres francesos, un
savoiá y quatre de difícil adscripció encara que se decanta per un rige espanyol, Tot i
remarcant que al segle XV, l’època dels precussors del nou art, són els alemanys qui
84 Pasiones bibliográficas
majoritàriament porten endavant la producción editorial valenciana, mentres que a partir
de 1499 se frena l’aparició de germànics a la impremta valenciana.
Malgrat que el nombre d’impressors estrangers, excepte de alemanys continuará
creixent serán sobre tot nacionals qui bastiran mes impremtes des dels primers anys
del segle XVI. Diego de Gumiel, Duran Salvanyac, Joan Baldoví, Antoni Sanahuja,
Gabriel Ribes, Martí d’Esparsa, Miquel Prats, Alvaro Franco, Bartolomé Lorenzana,
Juan Crisóstomo Garriz i Diego de la Torre serán alguns dels que al llarg d’aquest segle
s’afegiran a l’anterior nòmina d’impressors.
Durant aquest segle, la impremta valenciana continuará produint algunes obres ben
destacades com La Vida de Sancta Magdalena en Cobles, de Jaume Gassull en 1505;
La Vida de Sant Vicent Ferrer, de Miquel Pereç (1510); Lo Plant de la Verge María, de
Miquel Ortigues (1511); i sobre tot Blanquerna, de Ramon Llull, imprés amb gravats
destacables de Joan Jofré el 1521.
Però l’esplendora València del XV, a causa de la Guerra de les Germanies i, també, de
les condicions emanades del descobriment del Nou Mon, a poc a poc, i malgrat ser encara
per molts anys centre de la impremta peninsular, vorá minvar la seua privilegiada posició
i com emigren cap a d’altres indrets (la impremta americana, per exemple, será filla de la
valenciana) molts dels impressors que s’havien establert o aprés l’ofici a València.
Pasiones bibliográficas 85
4 La fotografía 4
en los libros
Desde entonces fue una aspiración universal el encontrar un método que permitiera
su impresión en los libros. Así vemos que, el 1 de mayo 1843 la Sociedad Económica
de Amigos del País de Valencia ofrece el título de socio de mérito y 2.000 reales de
premio al que descubriera y manifieste el modo de grabar con perfección por cualquier
método los dibujos obtenidos por el daguerrotipo. El interés era evidente, pues si bien la
composición de textos estaba perfectamente consolidada, un dibujo solo se podía integrar
junto a los textos mediante su grabado aparte como xilografía y las fotografías no se
podían imprimir.
86 Pasiones bibliográficas
Joseph Nicéphore Niépce Louis-Jacques-Mandé Daguerre
quien consiguió perfeccionar el sistema con su fotograbado tramado por medio del cual
las fotografías se descomponen en puntos más o menos juntos y numerosos, invisibles al
ojo humano y que son los que dan la sensación de grises o negro, siendo el sistema que
se usó durante todo el siglo XX.
Por ello los primeros libros con fotografías tuvieron que realizarse a base de fotografías
pegadas. Talbot fue el inventor de la fotografía sobre papel. En 1835 había conseguido
imágenes de poca calidad, a las que no dio importancia, pero al enterarse que Daguerre
estaba preparando la presentación de sus daguerrotipos, en enero de 1839 las envió,
al Royal Institute, para demostrar su primacía en el descubrimiento, aunque tuvo que
continuar investigando, hasta que en 1841 consiguió bastante perfección patentando lo
que llamó calotipos, de kalos, bello, aunque no se conseguía la perfecta nitidez de los
daguerrotipos que triunfaron de momento.
Talbot abrió un taller de fotografía para expandir su sistema en su propiedad de
Reading y en 1843 viajó a París para promoverlo, pero la dureza de sus patentes impidió
su propagación, que solo se produjo a partir de 1852 en que en carta abierta al The Times
renunció a sus derechos y su sistema pudo expandirse sin problemas.
El intento de difundir las imágenes fotográficas se inició en 1841 por Lerebours con
la publicación de Excursions daguerriens, serie de láminas coleccionables, con dibujos
realizados copiando fotografías.
Entre1844 y 1846 Talbot decidió propagar sus logros editando un libro en seis
entregas que recogiera originales de algunas de sus obras, que tituló The Pensil of Nature
Pasiones bibliográficas 87
William Henry Fox Talbot Pascual Pérez Rodríguez, quien utilizó el
sistema de Talbot en su Álbum del Cabañal
88 Pasiones bibliográficas
El Lápiz de la Naturaleza. Primer libro con fotos pegadas Talbot
Pasiones bibliográficas 89
(El lápiz de la naturaleza). Por supuesto estaba aún lejos el invento del fotograbado y por
ello el procedimiento consistió en un libro con veinticuatro fotos originales pegadas, de
las cuales casi la mitad representan edificios e incluso un bulevar de París y otros son
reproducciones de obras de arte, bodegones, etc. Solo en uno aparecen personas junto a
una escalera de madera y todos incluyen una explicación en la que pretende mostrar las
múltiples aplicaciones de la fotografía y está considerado como el primer libro fotográfico
del mundo. Es curioso que el segundo libro que publicó fue Talbotype Ilustrations to the
Annals of the Artist of Spain en 1845, en una edición limitada de 25 ejemplares, que es el
primer libro dedicado exclusivamente a propagar obras de arte, en este caso españolas.
En realidad no fue el tercer libro de Europa, pues pocos meses antes Blanquart-Evrard
había iniciado la publicación del Album photographique de l´artiste et de l´amateur, que
se vendía por entregas mensuales y que contenía cada una tres fotografías acompañadas
de datos diversos. Pascual Pérez no tendría noticia de ello y es por lo que piensa ser
el tercero en Europa, lo que no tiene mayor importancia, pues se encuentra entre los
primeros y sin duda es el primer libro de fotografías de España. Desgraciadamente no se
ha localizado ningún ejemplar del mismo.
Por lo que se refiere a Valencia nos interesan Laurent, que se instala en Madrid en
1857 y se dedica a fotografiar y vender copias, gracias al cual hemos podido realizar el
libro Las fotografías valencianas de Laurent con imágenes de 1870, y la casa Lévy que
reúne las fotografías de esta empresa que componen el Valencia en 1888, ambos editados
por el Ayuntamiento de Valencia.
90 Pasiones bibliográficas
Talleres de la casa Lévy fills et Cia.
Pasiones bibliográficas 91
En éste último libro se incluye un amplio trabajo de investigación, realizado en París,
sobre la casa Lévy, que resumimos brevemente. Inició este archivo fotográfico Charles
Soulier quien trabajó asociado con A. Clouzard en 1855, obteniendo amplio reconoci-
miento, siendo los primeros fotógrafos en obtener y vender reproducciones de las calles
de París.
Pero el futuro llegó con la aparición del fotograbado. A partir de ese momento, ya
es raro el uso de copiar las imágenes por un grabador. Hacia 1890, un carnet titulado
92 Pasiones bibliográficas
Pasiones bibliográficas 93
Recuerdo de Valencia aún contiene 12 grabados copiados de fotos de Laurent, mientras
que Hauser y Menet, en 1897 editó un carnet Recuerdo de Valencia de 12 fototipias con
imágenes que después comercializó como postales y del que encontramos una segunda
edición con tapas diferentes. Más tarde se encuentran otros carnets recuerdo, como el de
la Batalla de flores de 1903 y otros.
En julio y octubre de1897, el fotógrafo Ángel edita dos cuadernos impresos por Alufre,
cada uno con doce de sus fotos, y la Imprenta Doménech otro, cuaderno anunciador,
con imágenes diferentes de Ángel y entre los anuncios encontramos un dato importante,
que en la calle Colón 52, bajo, está instalado el taller de fotograbado de Joaquín Catalá.
También el Círculo de Bellas Artes publica otro cuaderno de diez fotos con el título
Boda árabe. Grupos de la mascarada, que nos completa la anterior información, pues está
impreso por el Taller de fototipia de A. Hernández, en la calle Espinosa, 8. Pensamos que
son la primera fototipia y fotograbador valencianos.
Por lo que se refiere a los libros, con fotograbados valencianos, encontramos tanto
españoles como extranjeros. En una Guía biográfica y comercial de Valencia, de 1893
se presentan breves biografías de personajes con su foto. En 1895, Roselles, poesías de
Joseph Bodría incluye el fotograbado del autor y Lo Rat-Penat en su Llibre d´or presenta
los fotograbados de la Reina de los Juegos Florales y así continúa en los años siguientes.
En 1899 una Historia de Utiel de Miguel Ballesteros ofrece fotograbados de fotos
anónimas.
Pero la obra cumbre de estos libros es el Panorama Nacional publicado entre 1896 y
1898 en dos lujosos tomos, de 34x27 cms. editados por Hermenegildo Miralles, Barcelona,
que incluye 15 imágenes de Valencia, 4 de Alicante y 1 de Orihuela con grabados de gran
calidad y fotografías de Laurent, Lévy, Antonio García y Bernat Plá.
94 Pasiones bibliográficas
Pasiones bibliográficas 95
Wood editada en Londres, y de 1902 un librito de la colección Geografía popular de
España. Valencia, de Bastinos, Barcelona, que mezcla dibujos y fotograbados; de 1903 es
la obra del prolífico A. Calvert Impressions of Spain, editada en Liverpool.
Poco antes aún aparece algún libro como Aragon et Valence, de 1901, de Madame
Dieulafoy, publicado por Hachette, París, que incluye un dibujo copiado de una fotografía
de tres valencianas de Lévy, pero prácticamente es el final de este uso.
Numerosos son los libros con imágenes de Valencia que se publican en los años
siguientes, de los que solo destacamos España artística y monumental en dos tomos,
editados por M. Seguí con fotografías de Laurent y Esplugas, de hacia 1905, Espagne de
Henri Guerlin, de 1906, con fotografías originales del autor, L´Espagne et le Portugal
illustrés de P. Jousset de 1910, de Larousse, París, con fotograbados de Valencia, Elche,
Calpe, Cofrentes, Aitana y Millares, de Laurent, Hauser y Menet, Jansou, M. Soler y
Gómez Durán y Spain de A. Calvert, de 1911, que en su segundo tomo dedica 55 páginas
a la Comunidad Valenciana con numerosas fotografías de Laurent y Lévy de gran calidad.
96 Pasiones bibliográficas
monumentos, los campesinos labrando la tierra, los obreros trabajando en las fábricas,
todas las manifestaciones de la vida intelectual y material, la industria, el comercio, las
artes, los medios de locomoción y de transporte, los cantos populares, las tradiciones, las
leyendas, las fiestas públicas, las intimidades de los hogares, las alegrías y el dolor, las
virtudes y los defectos.
Pasiones bibliográficas 97
Guia Settier
Las primeras fotografías valencianas que se han reproducido impresas las encontramos
en la Guía Settier de 1866, aunque naturalmente aún no como fotograbados sino copiadas
de originales fotográficos y representan el Miguelete, la portada gótica de la Catedral, las
Torres de Serranos y los Santos Juanes. Tienen un interés especial pues se corresponden
con fotografías de Pascual Pérez y probablemente son las primeras fotos sobre papel
reproducidas en España, ya que fue éste quien introdujo el sistema de Talbot en nuestro
país. Los originales se conservan, siendo propiedad de la Real Academia de Bellas Artes
de San Carlos.
98 Pasiones bibliográficas
Debido a su propiedad de rechazar las tintas grasas según esté más a menos embebida de
agua ello reproduce los distintos tonos de la imagen, pero con el inconveniente de que la
gelatina se degrada durante la impresión y que como máximo se podían imprimir unos
500 ejemplares. Por ello y ante el perfeccionamiento del fotograbado se dejó de utilizar.
Federico Alcácer en la Gran Vía 10 (antes en Feliz Pizcueta 28)
José Gamón en Espartero 5 (en 1909 en Horno del Hospital)
José García en Cocinas 14
Oraw-Raff en Colón 28
José Pallarés en Bajada de San Francisco 31 (su imprenta)
y Estanislao Vilaseca en la calle Salvador 29 y el Taller en la de Alboraya 18
Hoy en día, ha llegado a tener tal importancia que de fotografía en los libros hemos
pasado a los libros de fotografía, que iniciados por Braun y Alinari en el siglo XIX
con las primeras ediciones de lujo sobre ciudades y obras de arte. En la actualidad nos
presentan las mejores fotografías de un autor, resumiendo de una forma coherente el valor
y significado de su obra, con imágenes de la máxima calidad, siendo expresión de las
máximas posibilidades a que puede llegar la fotografía impresa.
t
Pasiones bibliográficas 99
Bibliofilia
x y desamortización x
en la Valencia
del siglo XIX
Miguel C. Muñoz Feliu
Universitat Politècnica de València
“[...] la mayoría de ellos pasaron a los estantes de los modestos literatos y de sabios profesores
que nos han devuelto con creces su censurable rapacidad, dándonos obras originales y en
ocasiones, tan notables, que a ellas se debe el renacimiento de nuestras letras y el progreso
que se viene sintiendo en las ciencias y en la cultura pública, durante estos últimos cincuenta
años. Las bibliotecas de Salvá, de Gallardo, de Barrantes, del Duque de Osuna, del Marqués
de Morante y del Conde de Torrejón, entre otras que pudiéramos citar, fueron las que más se
enriquecieron con los libros de los conventos [...]”
DÍAZ Y PÉREZ, Nicolás. Las bibliotecas de España en sus relaciones con la educación
popular y la instrucción pública. Madrid: Tipografía de Manuel G. Hernández, 1885, p. 154
B uena parte de los libros o manuscritos que forman nuestro actual patrimonio biblio-
gráfico pertenecieron en otro tiempo a alguna institución de carácter religioso. Las
librerías de conventos y monasterios habían sido, tanto en la Edad Media como en los
siglos XVI y XVII, lugares privilegiados de tesaurización del saber.1 Generosas dona-
ciones y legados de todo tipo de bienes, incluyendo valiosos impresos y manuscritos,
llegaban a las comunidades religiosas. Asimismo, muchos de los intelectuales de dichas
épocas fueron monjes o religiosos que necesitaban acceder a libros y fuentes escritas
para poder desarrollar su trabajo. No es pues raro que las bibliotecas del clero regular de
finales del siglo XVIII conservaran fondos y piezas de gran valor.
1.- El uso de los términos librería y biblioteca que hacemos en este estudio corresponde con el sentido que ofre-
cían estos vocablos a principios del siglo xix. El Diccionario de la lengua castellana de la Real Academia Española
(RAE) en su edición de 1803 definía librería como la “biblioteca, o conjunto de libros que tienen para su uso los
cuerpos, o las personas particulares", mientras que el término biblioteca en sentido estricto se aplicaría a “la que
es muy numerosa y está destinada para el uso público”. Tamaño y uso público marcaría la diferenciación de estos
dos vocablos según la RAE, lo que es también visible en la terminología utilizada por las fuentes de la época que
emplean el término librería para las colecciones bibliográficas de las comunidades religiosas, mientras que reser-
van el de biblioteca cuando hablan de las nuevas bibliotecas públicas creadas por los gobiernos ilustrados primero,
y por los liberales después.
2.- Orellana, Marcos Antonio de. Valencia antigua y moderna. Valencia: Librerías Paris-Valencia, 1985-1987. Re-
prod. facs. de la ed. de: Valencia: Acción Bibliográfica Valenciana, 1923-1924, vol. 1, p. 526.
3.- Villanueva, Jaime. Viage literario a las iglesias de España [Archivo de ordenador]. Valencia: Faximil Edicions
Digitals y Biblioteca Valenciana, 2001, carta XXXIII, p. 132.
4.- Ibídem, carta XV, p. 113-114.
5.- Alcina Franch, José. La Biblioteca de Alfonso V de Aragón en Nápoles. Fondos valencianos. Valencia: Biblioteca
Valenciana, 2000, vol. 1, p. 195.
6.- Beramendi, Carlos. El País Valenciano a finales del siglo XVIII. Edición, introducción y notas de Emilio Soler.
Alicante: Instituto Juan Gil-Albert, 1994, p. 112.
7.- Villanueva, Jaime. Op. cit., carta XXIX, p. 45-52.
Tampoco faltaron murmuraciones sobre sustracciones llevadas a cabo por los oficiales
o comisionados participantes en la recogida de efectos. Al comisionado encargado de
recoger los efectos de la Valldigna, articulistas en la prensa le acusarían de haber huido a
París con preciosos manuscritos miniados.16
12.- La disposición, con fecha de 25 de agosto de 1835, está trascrita en: Gascón Pelegrí, Vicente. El real monas-
terio de Santo Domingo, capitanía general de Valencia. Valencia: Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia,
1975, p. 262. Es publicitada en diversos periódicos como el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia de 28 de
agosto de 1835 o El Mercantil Valenciano, de 26 de agosto de 1835. Sólo los escolapios se salvaron de esta
supresión generalizada.
13.- Real Decreto, de 11 de octubre de 1835, de supresión de comunidades religiosas (Gaceta de Madrid, nº
292, de 14 de octubre de 1835), Real Decreto, de 9 de marzo de 1836, de supresión de conventos y monasterios
(Gaceta de Madrid, nº 444, de 10 de marzo de 1836) y Ley sobre extinción de monasterios, conventos, colegios,
congregaciones y demás casas de religiosos de ambos sexo, en la Península e islas adyacentes (Gaceta de Madrid
nº 977, 4 de agosto de 1837).
14.- ADPV. Fondo Gobierno Civil, c.1., caja 49. La intervención se haría finalmente en mayo de 1836.
15.- El primer liberalismo: l’aportació valenciana. Catálogo de la exposición comisariada por Germán Ramírez Ale-
dón. Valencia: Direcció General del Llibre, Arxius i Biblioteques, 2001, p. 205. La correspondencia concreta, objeto
de estudio por parte de este investigador, permanece inédita.
16.- El Fénix: semanario valenciano de literatura, artes, historia, teatros, etc., domingo, 31 de agosto de 1845, nº 48.
Noticia recogida en la sección “Recuerdos de Valencia”. Firma: J.Mª.Z., seguramente José María Zacarés.
kg, la inmensa mayoría papel de los libros “viejos” de los conventos y monasterios. No
mediaron inventarios previos ni valoraciones cualitativas de lo vendido.
En cuanto a la Universitat, que había reabierto su nueva biblioteca en enero de 1837,
se despreocupó de estas ventas y a partir de febrero de 1837 sólo reclamó algunas decenas
de obras.20
3. La bibliofilia valenciana del siglo XIX
Historiadores valencianos como Almela y Vives o Antonio Igual Ubeda han tratado
el tema de la bibliofilia valenciana. Así, Almela recoge en su Pomell de bibliòfils va-
lencians algunos de los más destacados como los Salvá, Juan Churat, Salvador Sastre
o Serrano Morales, quienes formaron importantes colecciones bibliográficas de fondo
antiguo.21
Basta leer algunos de los pasajes de esta obra para darse cuenta de que la constitu-
ción de estas colecciones se encontró con un ambiente favorecido por la presencia de un
mercado en el que los libros antiguos y de ocasión, los libros “viejos”, se ofrecían como
gangas. Así cuando Almela trata la figura de Joan Churat i Saurí (1835-1894), “l’home
de brusa”, éste describe cómo Churat “a sovint visitava les ‘paraetes’ de llibres vells on
adquiriria tots els papers i volums que li interessàven i per als quals encara li restaven
monedes baix la seua brusa de treballador”.22 Precios bajos y abundancia que, segura-
mente, tienen mucho que ver con la llegada a este mercado de obras como las desecha-
das, perdidas o robadas durante el proceso desamortizador y que permitieron a personas
muy humildes como Churat hacerse con colecciones bibliográficas importantes.
20.- Puede verse una visión de conjunto sobre el papel del liberalismo en el panorama bibliotecario en: Muñoz Feliu,
Miguel C. “Liberalismo, desamortización y política bibliotecaria. El caso valenciano”. Anales de Documentación nº
9, 2006, p. 133-141. Podrán encontrarse más detalles en la tesis doctoral de este mismo autor, de próxima lectura
en la Universitat de València, titulada “Bibliotecas y desamortización en la ciudad de Valencia (1812-1844)” cuyo
director es el Dr. Vicent Pons.
21.- Almela y Vives, Francesc. Pomell de bibliòfils valencians. Castellón de la Plana: Sociedad Castellonense de
Cultura, 1929.
22.- Ibídem, p. 79-80.
23.- Igual Ubeda, Antonio. Historiografía del arte valenciano. Valencia: Institución Alfonso el Magnánimo, 1956, p.
69.
24.- Muñoz Feliu, Miguel C., Martínez Ortega, Mª Carmen. “Los Sacristán: comercio y coleccionismo en la Valencia
del siglo XIX”. Archivo de Arte Valenciano, 2014 [en prensa].
25.- BSM. Legajo nº 6817.
26.- AUV. Biblioteca universitària, caixa nº11/3.
35.- Por ejemplo, Real Orden circular, de 20 de agosto de 1838, del Ministerio de la Gobernación, encargando el
exacto cumplimiento de las disposiciones vigentes, prohibitivas de la salida del reino de pinturas, antigüedades y
otros objetos artísticos (Gaceta de Madrid, nº 1384, 31 de agosto de 1838).
36.- Fernández Pardo, Francisco. “La gran evasión: andanzas de Lord Taylor por España para formar la Galería
Española del Louvre”. En: El museo desaparecido. Dispersión y destrucción del patrimonio artístico español. Vol. II.
Desamortizaciones (1815-1868). Madrid: Fundación Universitaria Española, 2007, p. 167-184.
37.- Paz, Julián. “La misión Tirán en España y los documentos de Simancas existentes en París”. Revista de Archi-
vos, Bibliotecas y Museos 12(6), junio de 1905, p. 420-428.
38.- Tramoyeres Blasco, Luis. “La Biblia valenciana de Bonifacio Ferrer, una hoja incunable del Apocalipsis”. Revista
de Archivos, Bibliotecas y Museos, 21 (1909), p. 234-237.
t
110 Pasiones bibliográficas
Insigne Decus.
Impresores al servicio de
la Catedral de Valencia
w
(1665 - 1935)
w
Vicente Pons Alós
Universitat de València
1.- Tanto el catálogo colectivo del patrimonio bibliográfico español como el catálogo colectivo del Patrimonio biblio-
gráfico de la Comunidad Valenciana las cataloga con el encabezamiento: Calendarios litúrgicos-pastorales. Ade-
más de las epactas, la diócesis de Valencia publicó en la segunda mitad del s. XIX y primeros del XX otro auxiliar
litúrgico bajo el epígrafe de: Kalendarium perpetuum in usum archidioceseos Valentine, que editado en formato 4º
incluía la información más esencial de la epacta.
11.- ACV, Leg. 302 y Leg. 1631 (Libro de nombramientos), fols. 198 v. y 208 v. Sobre el Impresor Benito Monfort y
la Catedral vid. BAS MARTÍN, N., “La Imprenta ilustrada: Benito Monfort y la Catedral de Valencia”, en: La Catedral
Ilustrada, vol. II. En prensa. Sobre este impresor en general vid. GUASTAVINO GALLENT, G., La imprenta de Don
Benito Monfort (1757-1852). Nuevos documentos para su estudio. Madrid 1943; RUIZ LASALA, I. D. Benito Monfort
y su oficina tipográfica (1757-1852). Zaragoza 1974.
12.- (1773) ACV. Leg. 6701-8; El Cabildo de la S.I. M. de Valencia contesta a las proposiciones del señor Diputado
Rico en la sesión de 11 de abril de este año (1822).
13.- Concordia otorgada por S.M. por la S. Iglesia Metropolitana de Valencia… (1775) (ACV. Leg. 6700-14).
14.- Impresor también del arzobispo imprime: Advertencias pertenecientes a las ceremonias del Coro de la S.I.
Metropolitana de Valencia por los señores cacnónigos y demás residentes.
15.- Cfr. BAS MARTÍN, N., Los Orga: una dinastía de impresores en la Valencia del s. XVIII. Valencia 2005.
16.- Con el nombramiento del canónigo de Valencia Francisco Pérez Bayer como director de la Real Biblioteca,
Manuel Monfort, impresor e hijo de Benito Monfort, fue designado responsable de la imprenta y obrador de fun-
dición. A él y a Juan de Santander se le debe la publicación en 1787 de las: Muestras de los nuevos punzones y
matrices para la letra de imprenta executados por orden de S.M. y de su caudal destinado a la dotación de su Real
Biblioteca, obra muy relacionada con el Manuel Typographique de Pierre-Simon Fournier (Cfr. CORBETO, A., Tipos
de imprenta en España. Valencia: Campgràfic, 2011, 140-141).
9
española en el exterior
9
Germán Ramírez Aledón
Universitat de València
3.- Albert Forment, José Martínez: la epopeya de Ruedo ibérico, Barcelona, Anagrama, 2000; en línea: http://
elpais.com/diario/2007/11/06/opinion/1194303610_850215.html ; http://www.ruedoiberico.org/articulos/index.
php?id=38 Las ediciones de Ruedo Ibérico han sido dispuestas para el lector en la web http://www.ruedoiberico.
org/intro/.
4.- Juan Goytisolo, “Homenaje a Ruedo Ibérico”, El País, 6-11-2007.
5.- Nicolás Bas, Libros y lecturas en la correspondencia entre Cavanilles y el librero parisino Fournier (1790-1802),
Madrid, Julio Ollero editores, 2014 ( Premio de Bibliografía de la Biblioteca Nacional 2011).
6.- Ana Martínez Rus, “La Librairie Espagnole de León Sánchez Cuesta en París (1927-1936)”, en Prensa, im-
presos, lectura en el mundo hispánico contemporáneo: homenaje a Jean-François Botrel, coord. por Jean-Michel
Desvois, Université Michel de Montaigne Bordeaux 3, 2005, págs. 109-121.
7.-Ana Martínez Rus, “La industria editorial española ante los mercados americanos del libro 1892-1936”, Hispania:
Revista española de historia, Vol. 62, nº 212, 2002, págs. 1021-1058.
9.- El exilio español en Londres analizado por Vicente Llorens, Liberales y románticos. Una emigración española en
Inglaterra (1823-1834), México, El Colegio de México, 1954 (1ª ed.); Valencia, Castalia, 1979 (3ª edición aumenta-
da); Manuel Moreno Alonso, La forja del liberalismo en España. Los amigos españoles de Lord Holland, 1793-1840,
Madrid, Congreso de los Diputados, 1997 y más recientemente Juan Luis Simal, España y el exilio internacional,
1814-1834, Madrid, CEPyC, 2012, Cap. 5.
10.- Jules Romain Tardieu, Martin Bossange, 1766-1865, Paris, Impr. Jouaust, 1865; C. Reig, op. cit., pp. 121-122.
11.- C. Reig, op. cit., pp. 96-97. Llorens dijo que Salvà pudo contar “con el apoyo de amigos ingleses” para montar
la librería. Esta cuestión ya la analizamos en nuestro estudio “El exilio liberal valenciano (1823-1830). Algunas no-
tas biográficas”, en Actes del 2on Congrés Recerques. Enfrontaments civils: postguerres i reconstruccions, Lleida,
2002, Vol. I, págs. 601-614.
12.- Se refiere al anuncio publicado en los Ocios, III, nº 11, febrero 1825, pp. 152-154.
13.- Marliani era un político, hombre de negocios y escritor español de origen italiano, que nació en Cádiz en 1795
y falleció en Florencia en 1873. En España fue senador, después pasó a Italia donde fue elegido diputado de la
Emilia en 1859. Fue autor de varias obras de Historia de España. Marliani era muy próximo a las posturas políticas
de Salvá, como se muestra en las cartas que cruzaron en 1836 en torno a los cambios de gobierno anteriores
al pronunciamiento de los “sargentos de La Granja”, es decir, dentro de un liberalismo progresista democrático.
Vid. Sobre su vida y pensamiento, Carlos Nieto Sánchez, “Manuel Marliani: un progresista desconocido”, Trienio.
Ilustración y Liberalismo, n º 54 (nov. 2009), pp. 23-42; Isabel M. Pascual Sastre, “El exilio voluntario como una
manifestación de la fraternidad política: Manuel Marliani y su lucha por la monarquía liberal”, Trienio. Ilustración y
Liberalismo, n º 60 (nov. 2012), pp. 5-39.
14.- Los fragmentos de cartas que se citan aquí proceden del Epistolario de Vicente Salvá y Pérez.Vol. I. Años
1805-1836, cuya edición preparamos desde hace años.
15.- Carta de Vicente Salvà a Manuel Marliani (Londres, 27 de julio de 1826) y respuesta de Marliani a Salvà (Mar-
sella, 15 de agosto de 1826).
16.- A Catalogue of Spanish and Portuguese books, with occasional literary and bibliographical remarks by Vincent
Salvá, Spanish and Classical Library, 124, Regent Street, London, M. Calero, Spanish printer, 1826, 226 pp.
17.- A Catalogue of Spanish and Portuguese books on sale by Vincent Salvá, 124, Regent Street, Part II, London,
A. Harrow printer, 1829, 225 pp.
18.- E. Benito Ruano, “De la emigración política...” y M. Moreno, M., La forja del liberalismo..., págs. 388-391.
19.- Carta de Vicente Salvà a Pepa Mallén (París, 1 de mayo de 1830).
20.- Corrijo con esta nota la atribución que hice en mi artículo citado a Adolphe Bossange como protector de Salvá,
cuando en realidad fue el padre, Martin Bossange.
21.- Se refiere, sin duda, al Canónigo de la Catedral de Valencia, Antonio Roca Pertusa, hermano del marqués de
Malferit señor de Ayelo, (+Valencia, enero 1823). Estudió Filosofía, leyes y cánones en la Universidad de Valencia,
fue académico de la Real de San Carlos y llegó a juntar una selecta biblioteca, apreciada por el reducido círculo
de los ilustrados valencianos. Sobre él hay un estudio en marcha de Fernando Goberna Ortiz, dentro del proyecto
La Catedral ilustrada.
«No hemos podido encontrar la importancia de las tiradas de sus ediciones pues
los registros de depósito legal rara vez facilitan este dato después de 1825. Pero
el propio Salvá nos da una indicación a este respecto en la Advertencia al lector
de su Catálogo de 1840. De hecho, agradece a sus lectores su fidelidad que le han
conducido a realizar cuatro o hasta cinco tiradas de algunos libros, aunque, según
dice, la primera ya suele ser de consideración. Desgraciadamente no se señala
la cantidad de esta primera tirada. Pero ya que una impresión normal consta en
aquel entonces de quinientos ejemplares, una tirada importante podrá fácilmente
alcanzar mil o mil quinientos, incluso dos mil»26.
25.-Vid. C. Reig, op. cit., pp. 125-131.
26.- Aline Vauchelle-Haquet, “Vicente Salvá. Un filólogo, librero y editor español en París (1830-1849)”, en Manuel
García (ed.), Exiliados. La emigración cultural valenciana (siglos XVI-XX), Valencia, Conselleria de Cultura, 1995,
Vol. I, pp. 99-112 (la cita en p. 104).
27.- Aline Vauchelle-Haquet, Les ouvrages en langue espagnole publiés en France entre 1814 et 1833, Université
de Provence, Aix-en-Provence, 1985, pp. 57-68, cita en p. 37.
28.- Carta de Vicente Salvá a su hijo Pedro. París, 22 de junio de 1830 (Epistolario de Vicente Salvá y Pérez. Vol.
I. 1805-1836). También en Carola Reig, op. cit., p. 127.
29.- Sobre estas cuestiones, C. Reig, op. cit., pp. 180 y ss.
36.- Sobre la mentalidad burguesa hay una abundante bibliografía. Remitimos sólo a dos, una general y otra para
el caso valenciano: J. Fradera y J. Millán (eds.), Las burguesías europeas del siglo XIX. Sociedad civil, política
y cultura, Madrid, Biblioteca Nueva-Univ. Valencia, 2000; A. Pons y J. Serna, Los triunfos del burgués: estampas
valencianas del ochocientos, Valencia, Tirant Humanidades, 2011.
37.- C. Reig, op. cit., pp. 253-257.
38.- C. Reig, op. cit., pp. 279-285.
39.- Transcrito íntegramente en C. Reig, op. cit., pp. 286-303.
40.- Sobre los hermanos Auguste e Hippolyte Garnier, vid. Histoire de l’édition française, Paris, Promodis, 1985,
t. III, p. 168; http://histoire-bibliophilie.blogspot.fr/2013/05/revelations-sur-les-freres-garnier.html ; http://plgo.
org/?page_id=645 . Los hermanos Garnier también adquirieron los fondos de Delloye y Dubochet.
Introducción
2.- SERRANO MORALES, José Enrique, Reseña histórica en forma de diccionario de las imprentas que han exis-
tido en Valencia desde la introducción del arte tipográfico en España hasta el año 1868, con noticias biobibliográ-
ficas de los principales impresores. Valencia, Imp. de José Domenech, 1898-1899.
3.- GUASTAVINO GALLENT, Guillermo, La imprenta de don Benito Monfort (1757-1852), nuevos documentos para
su estudio. Madrid, CSIC, Instituto “Nicolás Antonio”, 1943, p. 8.
4.- José Huguet está estudiando a uno de estos familiares que pasó de grabador de la imprenta familiar a fo-
tógrafo.
5.- Para más información recomendamos las lecturas de BAS MARTÍN, Nicolás, Los Orga: una dinastía de impre-
sores en la Valencia del siglo XVIII. Madrid, Arco, 2005 y La Imprenta en Valencia en el siglo XVIII: Antonio Bordazar
de Artazu. Valencia, Ayuntamiento, 1997.
6.- SERRANO MORALES, José Enrique, Reseña histórica en forma de diccionario de las imprentas que han exis-
tido en Valencia desde la introducción del arte tipográfico en España hasta el año 1868 (edición facsímil). Valencia,
Ayuntamiento, 2000, p. 357.
1.1.2.2 Ramón Monfort Asensi, tercer hijo del fundador, sucedió a su hermano Benito
en 1788, tras la muerte de éste. Estaba casado con Mariana Blanch y tuvieron tres hijos:
Benito Monfort Blanch,7 Mª del Remedio y Ramona. Estuvo al frente de la imprenta
hasta 1806, cuando muere su hermano Manuel Monfort Asensi, dueño de la imprenta,
quien por disposición testamentaria nombra heredero de la imprenta a su sobrino Manuel
Monfort Roda, hijo primogénito de su hermano Benito. La imprenta pasaba al nieto
primogénito del fundador y seguía considerándose un bien proindiviso.
1.1.3 Manuel Monfort Roda (1770-1822), nieto del fundador e hijo primogénito
de Benito Monfort Asensi y de Cecilia Roda. Casó en primeras nupcias con Josefa Mª
Genovés Morera (1769-1813), el 3 de febrero de 1799, de cuyo matrimonio nacieron
7.- HUGUET CHANZÁ, José, Benito Monfort y Pascual Pérez, dos valencianos pioneros de la fotografía. Valen-
cia: Sociedad Valenciana de Historia de la Fotografía, 1990.
8.- Guastavino dice que fue el mismo Serrano Morales quien los escribió pero no lo podemos corroborar.
9.- De Manuel Benito, el hermano menor, tan sólo sabemos que sobrevivió a su madre, pues consta su hijuela en
la adjudicación de bienes. Catalina Rius casó en segundas nupcias con José Fornés, arquitecto, pero no tenemos
noticia de ningún hijo de este matrimonio. El arquitecto Fornés fue el encargado de hacer la valoración de las casas
en el inventario de bienes del difunto Manuel Monfort Roda.
10.- El 15 de marzo de 1858 firma el contrato de arrendamiento con Josefa Alera y Esparza, viuda de Don Ramón
Rodríguez, en el cual se detalla que le alquila: “toda la parte baja del edificio situado en esta Capital, Plaza de San
Jorge, número tres moderno manzana diez, lindante con el resto y parte alta dicho edificio y es la Hermita de San
Jorge, con casa y huerto de la misma procedencia y con la calle Vallet…”.
13.- REIG FERRER, Ana Mª, CHILET LLÁCER, Benedicta, CERDÀ BALLESTER, Josep, “L’Ermita de Llutxent:
història d’una fundació”, en Almaig. Estudis i documents. Vol. 28 (2012), pp. 102-106.
16.- La biblioteca del MuVIM fue inaugurada el 20 de octubre de 2004, siendo director del museo Román de la
Calle.
17.- La lectura de esta carta nos recordó La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura
francesa de Robert Darnton. México, Fondo de Cultura Económica, 2006.
Nota: Cal precisar que les cites textuals que acompanyen alguns números de les diferents
col·leccions, apareixen amb l’ortografia original.
d
de Brusola al voltant de 1814.
El paper polític dels col.loquis
F ernando VII arriba a València el 16 d’abril de 1814 i roman fins el 5 de maig, en que
emprengué el viatge cap a Madrid. Durant els vint dies d’estància en la ciutat del
Túria es va ordint, en l’obscuritat, el primer colp d’estat que afonaria la Constitució de
1812. En la superfície tot són celebracions, banquets i solemnes cerimònies religioses1,
però per sota sembla haver una conscienciosa planificació dels emissaris monàrquics en
combinació amb el partit reialista i amb el general Elío. L’infant Don Antonio s’avança al
rei en l’arribada a València per a «atizar la fragua de las intrigas que allí ardía» (Vayo, II,
16); probablement és en la seua tertúlia a aquesta ciutat on es planeja l’aniquilament de
les institucions liberals (Deleito y Piñuela, 1911: 161). L’acompanyen el reialista Pedro
Macanaz i l’arcedià Juan Escóiquz; tots junts treballen en una direcció inequívoca: la
conjura contra les institucions constitucionals2.
Es va creant un clima contrari al nou govern que va estar afavorit i alimentat per
la publicació de diaris, fullets i libels de tendència facciosa3 que, directa i clarament,
animaven les activitats conspiratives absolutistes; uns papers que coincidien amb
l’arribada dels diputats servils que redactaren el manifest del perses4. Destaca com
1.- Les festes, cerimònies i celebracions de la ciutat poden estudiar-se en la Memoria de Sidro Vilarroig (1814).
2.- Un exemple de la planificació del colp és el foment i la protecció –per part del rei– de les algarades reialistes a
la ciutat de València. L’esdeveniment del dia 2 de maig, en la plaça de la Constitució (antiga plaça de la mare de
Déu), on els oficials de l’exèrcit col·locaren una làpida amb el rètol de Real Plaza de Fernando VII, aviat fou imitat
en altres poblacions, la qual cosa indica que el motí ja estava en marxa. Aquest ultratge tindria la continuació, el dia
següent, amb la festa absolutista al Grau, i amb el decret del dia 4 de maig.
3.- Des de la convocatòria de les Corts, el 25 de setembre de 1810, ja circulaven publicacions incitant polèmiques
polítiques o politico-religioses que eren contestades amb virulència per escrits en defensa de l’Antic Règim.
4.- El manifest que envien a València està subscrit el 12 d’abril de 1814, tot just quan el rei és a Puçol. Fonamental-
ment, els diputats servils sol·liciten la derogació del text constitucional i el retorn a l’Antic Règim. Als poc dies (4 de
maig) el rei signaria, al palau de Cervelló, el memorable decret absolutista en el qual anul·la el text constitucional i
dissol les corts. En la mateixa data el rei ordena la presó dels diputats liberals. El decret es faria públic a Madrid el
dia 11 següent, havent-hi arribat ja el monarca.
9.- Molts del col·loquis coneguts i publicats són anònims, encara que també els hi ha amb signatura d’autors com
ara Carles Ros, Joan Baptista Escorigüela, Manuel Civera, Carles Leon o Vicente Branchat.
10.- Autors com Teodor Llorente, Agustín Durán, Juan Valera o Menéndez Pelayo, el qual els qualifica de «rudos y
chocarreros» en el preàmbul al volum de Poesies valencianes escrites per Teodor Llorente, València, 1880-81.
11.- Són peces que es convertirien en l’únic refugi imprès per a la llengua pròpia dels valencians, la qual simbolitza
en gran manera la identitat col·lectiva i una certa imatge diferencial; una llengua que perviu en el la llengua escrita
gràcies al fort component oral, que és la base d’aquestes obretes, en estar escrites en un registre col·loquial dialo-
gat i destinades a ser llegides públicament o representades.
12.- Per exemple, amb motiu del naixement dels infants bessons Carlos i Felipe (1784), la proclamació de Carlos
IV (1789), la beatificació de l’antic arquebisbe i virrei de València, Juan de Ribera (1796-97), les festes i processons
anuals en honor de San Vicent Ferrer o la visita de la família reial a València (1802).
13.- Max Cahner (2002 i 2005) ha estudiat com els col·loquis es van fer servir per a instar a l’allistament de tropa,
informar sobre el curs de la guerra, expressar l’odi contra els francesos i afrancesats, parlar de la fi de la guerra i de
la sortida de les tropes napoleòniques, i per a festejar l’arribada de Fernando VII.
14.- En castellà també publica la impremta de Brusola la peça: A. C. B., Coloquio conversación entre Blayo y la
tía Mechurla que refieren las hazañas gabachunas del Baron de Santa Bárbara y otros de Onteniente (Valencia,
Brusola, 1813). El Diario de Valencia (17 de abril de 1814) publica el diàleg entre Lorenzo y Pepillo, naturales de la
Villa de Madrilejos, que vienen directamente a ver la entrada del rey Fernando VII en Valencia, y con la comisión
de anotar cuanto se haga en la carrera, con la composición de calles, casas, arcos, altares y demás, para hacer de
todo un plan, y remitírselo a su cura, que es valenciano y amante de su rey.
15.- Envers 1811 publica el col·loqui Segon conversació que tinguereu Choro el Parrut, ordinari d’Almusafes y
Bonifacio Tolondro, Fiel de fechos del mateix poble, destinat a mantenir l’esperit patriòtic; segons Serrano y Mo-
rales (1898-99), la primera part d’aquest col·loqui està protagonitzada pels mateixos personatges: Conversació
que tingueren Choro el Parrut, ordinari d’Almusafes y Bonifacio Tolondro, fiel de fechos del mateix poble (Valencia,
Impremta del Diari, 1811). Dos anys més tard, l’eixida dels francesos de la ciutat se celebra amb Rafèlo de Pica-
sent ignora la novetat del dia 21 de chuliol añ 1813, y Tòni de Alcácer li explica el per qué y la causa del bullisio y
la alegría de la Ciutat de Valencia; i el mateix any una peça que critica la degradació dels costums nacionals per
la convivència amb els francesos, i les pretensions d'aparentar, Abaristo, Peó de Obrer de Vila ó Manobre, y sa
muller Doña Pepa Antonia la llabanera: ella vol Camisón, y tots los demés arreos de currutaca, y ell la persuadix á
que no convé por razon de estado y falta de pesetes; al qual cal afegir la Conversacio entre Sento, Tito y Quelo de
Payporta: pòsense à rahonar Cènto, Tito y Quèlo de Payporta, al eixir de Misa un dumenge, à la sóca de un marche
allí chitats, on es fa una denuncia contra els col·laboracionistes, especialment els que van actuar de comissaris de
la policia bonapartista.
i no calia dir que era la persona de Fernando VII qui reunia tots els compliments en
ser el millor i el més desitjat:
Pacalo: Y, en particular, al nostre
Fernando tan desichat,
que sols només nomenar-lo,
el meu cor no sé a hon està.
Aquesta unió entre Deu i el rei era presentada davant les capes més populars de la
societat —pels sectors més rancis i inamovibles— com un raonament incontestable, en
apel·lar directament a creences molt arrelades tradicionalment.
És ben cert que de l’època que ens ocupa també es compta amb col·loquis de tendència
antifrancesa i seguidors dels preceptes constitucionals (com els protagonitzats per Saro
Perrengue i el doctor Cudol, els coneguts personatges de Manuel Civera), però no es
menys cert que els elogis liberals d’aquestes peces prompte van quedar enterrats sota la
fèrria doctrina absolutista d’altres com el de Chilo i Pacalo; uns col·loquis el contingut
ideològic dels quals corre paral·lel al de la premsa més recalcitrant i sectària: que seguiran
la mateixa línia de favor celestial i bondat de la Providència que El Fernandino quan
considera al rei «iris de calma y bonança» i «ángel de las Españas»; i que compartiran
la sintonia de El Lucindo quan parla de l’entusiasme i felicitat dels valencians contents
d’abraçar, besar i victorejar el seu desitjat monarca, quan ficaran les capes a terra en
senyal d’humiliació.
En definitiva, la manipulació per la literatura dels què no llegien els periòdics, de
les classes socials més senzilles que buscaven en els col·loquis una estona de diversió i,
Daniel Sala
P uesto que estamos de aniversario al cumplir los veinte años de existencia esta
nuestra estimada, y ya no tan joven, Sociedad Bibliográfica ‘Jerónima Galés’,
desde aquellos años en que un reducido grupo de amigos, con nuestra común afición
al mundo de los libros, iniciamos la andadura de una nueva Sociedad para participarnos
nuestros hallazgos y dar a conocer las joyas bibliográficas que desde los comienzos de
la imprenta en Valencia, allá por 1474, dio al arte de Gutemberg tantos y tan conocidos
impresores, parece oportuno hacer referencia a otros aniversarios que en tiempos muy
recientes hemos celebrado en nuestra Comunidad recordando al pueblo valenciano la
universalidad de nuestra cultura que, como buenos valencianos, tenemos el derecho, y
deber, de preservar, propagar y pregonar para el aprecio de nuestra personalidad dentro
de la común historia de los pueblos de España. Y me refiero, claro está, a la celebración
del X Aniversario de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de
la Humanidad, auspiciada por la UNESCO allá en el año de 1993 y que incluyó entre
los bienes patrimoniales inmateriales al Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia,
institución que hunde sus raíces más allá del milenio y viene a ser rasgo distintivo del
pueblo valenciano y paradigma a imitar en lo que respecta a la justa y sabia distribución
de un bien tan esencial, y a veces tan escaso, como es el agua. Realmente, se trata de una
institución que, con la lógica evolución a lo largo de los tiempos, ha llegado hasta nuestros
días tan lozana como en sus orígenes, efectiva, admirada por propios y extraños de todas
las latitudes y que cada jueves congrega a su alrededor a quienes vienen a conocerlo,
estudiarlo, valorándole como bien patrimonial de primer orden.
Fue en el mes de julio del pasado año cuando la Plaza de la Virgen de nuestra ciudad
se vistió de gala para celebrar uno de los actos centrales de este décimo aniversario; allí
concurrieron los tres bienes inmateriales que, hasta el presente, figuran incluidos dentro
de la Lista representativa para la salvaguarda de este patrimonio: el Misteri d’Elx, la
valencianas, con las que se han firmado convenios de colaboración y en las que se están
realizando trabajos y estudios de alto nivel científico.
Y los actos se continuaron a lo largo del año 2013.
Las Jornadas del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebradas en el mes de mayo y
organizadas por la Consellería de Cultura de la Generalidad Valenciana, reunieron de
nuevo en Algemesí a todos los participantes presentándose diversas ponencias sobre
la gestión del patrimonio y cada uno de los bienes incluidos en la Lista… La visita al
Museu de la Festa coronó las actividades y estrechó, como era uno de sus objetivos, las
relaciones entre ellos.
Nuevamente, en los días 24, 15 y 16 de junio, bajo el patrocinio de la UNESCO,
tuvo lugar el IX Foro Valldigna bajo el título de Voz del Mundo y Patrimonio de la
Humanidad. IX Multaqa de las tres culturas, al que concurrieron las máximas autoridades
de la Consellería de Cultura y representantes de la UNESCO. El incomparable marco
de la Iglesia del Monasterio fue el escenario en el que se desarrollaron las ponencias
presentadas y las actuaciones de la Capilla del Misteri d’Elx y de la Muixeranga de
Algemesí con sus torres y danzas.
El 26 de septiembre fue en Valencia, Cap y casal, donde se desarrolló el encuentro,
en el corazón de la ciudad, plaza de la Virgen, y junto a la Puerta de los Apóstoles de la
Catedral, marco de actuación del Tribunal de las Aguas y en presencia de las máximas
autoridades autonómicas y municipales, en una jornada que permanecerá siempre en
metas que tus vestidos de seda en anocheciendo; escondeos afeitada de cien buxetas y tu
cara no quede contigo durmiendo.12
Arribats al segle XVII, no és gens inèdit dir que va ser pròdig en desgràcies: la pesta, la
depressió econòmica... L’Església continuava obstinada a afirmar que la causa d’aquestes
desgràcies fueron las sobradas ofensas a Dios, la inmoralidad, la deshonestidad y la mucha
irreverencia que havía… pronòstics apocalíptics que Francisco Gavaldà va incloure en la
Memoria de los sucesos particulares de Valencia y su reyno en tiempo de peste (1651).13
No nos demos a deleytes de la carne, vivamos con pureza y castidad. Las mujeres vírgenes
que tengan perseverancia y mantengan la castidad, alcanzarán la gloria divina.14
Un fet determinant ocorregut a Europa va ser el Concili de Trento i la seua famosa
regla setena de l’Índex: Es prohibeixen d’una manera absoluta els llibres que expressament
tracten, conten o ensenyen coses lascives o obscenes, que va donar començament a una
etapa de repressió sexual. És quan la Inquisició posa més cura i diligència en la censura
de la literatura que tracte o es referisca a la lascívia i propensió als plaers carnals:
En este índice se produce un cambio completo de política inquisitorial en
12.- Alfredo Morel-Fatio. Relación del viaje hecho por Felipe II en 1585 a Zaragoza, Barcelona y Valencia, escrita
por Henrique Cock. Madrid. 1876. p. 245.
13.- Una de les diferents mesures per aturar la pesta, va ser la de desterrar a totes les prostitutes que es trobaven
a València, en considerar que les seues pràctiques lascives eren les causants d'aquest càstig diví.
14.- Antonio Jordán. Sumario de la maravillosa vida de fray Domingo Sarrió. València. 1678.
15.- Martínez de Bujanda. Literatura e Inquisición. p. 583.(Cita arreplegada de María José Muñoz García, “Erotismo
y Celo Inquisitorial…”, op. cit.).
16.- Rafael Gayano Lluch. La Lírica y la Declamación en Valencia. València. 1944.
17.- Tal vegada es tractara d’una paròdia o variació de l’auto sacramental del mateix títol de Escarramán, obra que
es troba manuscrita a la Biblioteca Nacional i on intervenen diferents figures com La Lujuria, El Pecado, La Carne,
El Amor Divino i altres.
18.- Mossén Joan Porcar. Coses evengudes en la ciutat i regne de València (Dietari, 1589-1628).
19.- Índice último de los libros prohibidos y mandados expurgar. Madrid. 1790. p. XVIII.
El famós llibret La creu del matrimoni (1866), ja hem citat que va ser objecte de
prohibició. Aquesta falla tenia llibret i aquest va ser condemnat i prohibida la seua lectura
per l’arquebisbe Mariano Barrio Fernández, prohom religiós que s’afegia a l’estricta
vigilància amb les condemnes i penes canòniques pertinents. I és en eixe any quan des
de l’Arquebisbat s’actuà amb precisiò. Tot començà quan el 13 de març es va rebre al
palau arquebisbal un exemplar del fullet, escrit en castellà i valencià. El prelat donà a
llegir l’edició castellana al “sínodo de respetables personas” que trobaren en el llibret
chistes equívocos malsonantes, hiere y alienta a la impureza, a la lascivia, sembrando
la desconfianza para con la mujer y queriendo alejar del matrimonio (…) palabras y
escenas las más repugnantes que no pueden menos de ofender los oídos. Acabaren per
La carta pastoral emesa per l’arquebisbe alertant del contingut del fullet imprès a
Xàtiva relatiu a la falla de la plaça de la Trinitat, va ser impresa en l’oficina de Manuel
López i inserida en el Diario Mercantil de Valencia, del dissabte 17 de març de 1866.
També va ser publicada aquesta censura en un suplement del Boletín Oficial Eclesiástico
que, a més a més, condemnava que algun periòdic de la capital ho reproduïra en les seues
columnes del dia 17. En la prohibició
s’ordenava que qui tinguera algun
exemplar ho donara al rector o confessor
per ser remés a l’arquebisbat i ser destruït
o cremat. És per això que huí en dia són
del tot molt escasos els exemplars que es
coneixen.24
Una dècada després, en el ja citat llibre Fisiología del amor o guía de los amantes,
parlant del capítol Costumbres perjudiciales, es deia:
Los hombres se han hecho más retraídos con respecto al matrimonio, y
más escépticos en asuntos de amor. Pero no tienen ellos toda la culpa de este
cambio. La mayor culpa existe en la mujer por haberse salido de su propia esfera,
24.- Josep Navarro Cabanes. Un llibret de falla condenat per l’Arquebisbe. “Pensat y Fet”. 1924.
25.- La Ilustración Valenciana. València. 1883. p. 32.
28.- Fins a 1936 hem vist un llibret de la falla Marqués de Caro-Doctor Chiarri que va ser censurat per algunes
de les seues atrevides composicions. Després d’imprés es va haver de ratllar alguns dels versos, obra de Josep
Maria Bayarri.
29.- Quina seria la persecució i destrucció d’aquests llibrets que fins a l’actualitat és del tot estrany veure’ls a les
biblioteques públiques i privades, i a la venda en les llibreries antiquàries.
1.- Hace unos años la familia del fallecido bibliófilo vendió toda la magnífica biblioteca al desaparecido librero An-
drés Ortega (calle de la Nave). Tuvimos ocasión de comprar varios ejemplares que ahora forman parte de nuestra
colección.
2.- El volumen que nos ocupa no consta en la “Bibliografía de la Lengua Valenciana”, en los tomos relativos a los
siglos XV al XVII, de José Ribelles Comín. Tampoco en otros repertorios consultados: Vicente Ximeno, Rodríguez,
Justo Pastor, Aguiló… ni en la entrada “Dietari” en Enciclopedia de la Comunitat Valenciana.
l
Pasiones bibliográficas 215
-Apéndices
J
220 Pasiones bibliográficas
o Dos décadas o
de publicaciones de la
Societat Bibliogràfica Valenciana
Jerònima Galés
Germán Ramírez Aledón
L a SBV Jerònima Galés tiene fijados en sus Estatutos como uno de sus fines principa-
les “promover, divulgar, proteger y recuperar el patrimonio bibliográfico, especial-
mente el valenciano” (art. 4) y para ello desarrolla entre sus actividades las “ediciones no
venales de libros y folletos relacionados con la imprenta, el libro y la cultura valencianas”
(art. 5), además de otras actividades que se han ido poniendo en marcha en estas dos dé-
cadas desde su fundación.
Resultado de esa labor es el listado que ofrecemos de las publicaciones llevadas a cabo
por la Societat Bibliogràfica Valenciana (SBV) en los veinte años de existencia. Como
se ve, todos los títulos tienen algún tipo de vínculo con la imprenta, el mundo del libro
y la edición y la cultura valencianas, en sentido lato. Es la primera vez que se hace este
listado con la mayor cantidad de información sobre títulos, autores, características físicas
de la edición y tirada, todo ello ordenado de forma cronológica, lo que permite percibir
los diferentes ritmos editoriales en cada momento de su corta existencia como Societat.
Se distinguen tres etapas claramente marcadas por las diferentes presidencias. En la
primera (1996-2001), que se inicia bajo la presidencia de Manuel Bas Carbonell, se ob-
serva la mano experta de Antoni Espinòs quien junto a la imprenta Botella de Xàbia
dieron ese carácter tan propio de las primeras ediciones de la SBV. Una segunda etapa
(2003-2011), siendo presidente Germán Ramírez Aledón, contiene una variedad de títulos
que abarcan temas relacionados con la imprenta o con aspectos de la cultura e historia
valencianas, y donde la ayuda de la imprenta Mateu de Xàtiva dejó huella junto a otras
colaboraciones técnicas o de soporte, como las de Antoni Paricio, la imprenta Romeu,
Gráficas Ronda, el mismo presidente o Antonio Llopis. Por fin, la que se inicia en 2011,
con Rafael Solaz como presidente hasta hoy, que ha dado lugar a varios títulos, entre los
que destacan el plano de Cassaus y el presente libro de Actas de las Jornadas celebradas
en la Universitat de Valencia en marzo de 2014.
1996
Mariano de Cabrerizo, Memorias de mis vicisitudes políticas desde 1820 a 1836.
Valencia, Imprenta de D. Mariano de Cabrerizo, 1854. Estudio preliminar de Biel Sansa-
no. 38+XXIII+163 pp. 4º Intonso. En coedición con la Asociación Provincial de Libreros
de Alicante. Impremta Botella, Xàbia. ISBN: 84-605-4788-4. 600 ejemplares
(De los 600 ejemplares editados, 500 –numerados en arábigos- fueron dedicados a la Asociación Provincial de
Libreros de Alacant, y los otros 100 –numerados en romanos- a la Societat Bibliogràfica Valenciana.)
1997
Enric Navarro i Borràs, Poesies d’Ausias March. Selecció, pròleg, glossari I notes per
---. València, L’Estel. Sèrie Popular de Clàssics valencians, 1934. XVII+94 pp. Edició
facsímil amb estudi preliminar de Vicent J. Escartí. Amb la col·laboració de la Fundación
Cañada Blanch. Impremta Botella, Xàbia. ISBN: 84-605-6891-1. (¿? ejemplares)
1997
Col.loquis de la impremta d’Agustí Laborda. València, segle XVIII. 6 pliegos in ½ fol. de
4 páginas cada uno, en carpeta con viñeta en portada y colofón en contraportada. Impre-
mta Botella, Xàbia. 125 ejemplares
1998
Joan Fuster, Recuerdo y Juicio de Blasco Ibáñez en su centenario. LIX pp. Intonso.
Edició facsímil amb motiu del Centenari de l’edició de La barraca I l’Any Blasco Ibáñez.
Prólogo de Manuel Bas Carbonell. Impremta Botella, Xàbia. 300 ejemplares
s.a. [1998?]
Vicente Boix, El amor en el claustro o Eduardo y Adelaida. Cartas eróticas por D. ----,
Valencia, Imprenta de Jacinto Talamantes, 1838. 78 pp. Intonso. Edición facsímil por
Gráficas Ronda, Valencia. 148 ejemplares (99 numerados, 24 con las letras mayúsculas del abeceda-
rio y 24 con las letras minúsculas.)
1999
Francisco de Paula Martí Mora, Poligrafía o arte de escribir en cifra de diferentes
modos, arreglado a los métodos de varios autores antiguos y modernos… por D.----, Ma-
drid, En la Imprenta de Sancha, 1808, VIII+40+IV láminas. 8º Intonso. Edició facsímil
amb motiu del III Congrés Nacional d’Història del paper a Banyeres de Mariola. Impre-
mta Botella, Xàbia. 300 ejemplares
2001
Muestras de los caracteres y adornos de la Imprenta de Jaime Martínez, en Valencia.
Año de 1835. s. p. Edición facsímil (y coeditor) por Imprenta Luis Farinetti, Valencia, con
motivo del año Gutenberg. (¿? ejemplares)
2003
Estatuts de la Societat Bibliogràfica Valenciana “Jerònima Galés”, Impremta Mateu,
Xàtiva. Edició bilingüe. 16+16 pp. 4º menor. 300 ejemplares
2003
Nicolau Primitiu Gómez Serrano, El bilingüisme valencià. XVII+66 pp. Intonso. Edi-
ció facsímil de l’edició en la Impremta Josep Meliá, València, 1936. Estudi preliminar de
Josep Daniel Climent. Edició en col·laboració amb la Impremta Mateu, Xátiva. ISBN:
84-607-8253-0. 300 ejemplares
2004
Nicolau Primitiu Gómez Serrano, La llengua valenciana a l’escola. 68 pp. Edició fac-
símil de “Quaderns Divulgatius”, 1936. Impremta Crea 2 Estudios, Ontinyent. Estudi pre-
liminar de Josep Daniel Climent. Edició en col·laboració amb l’Ajuntament d’Ontinyent.
ISBN: 84-89195-17-X. 500 ejemplares
2004
Mariano de Cabrerizo, Colección de canciones patrióticas que dedica el ciudadano
Rafael del Riego y a los valientes que han seguido sus huellas el ciudadano ----, Valencia,
por Venancio Oliveres, 1822 [1823]. 120 pp., con partituras. 8º. Nota preliminar de Ger-
mán Ramírez Aledón. Mateu Impresores, Xàtiva. ISMN: M-69200-0747. 500 ejemplares
2005
François Lopez, Hacia una Historia de la lectura. Conferencia pronunciada el día 19 de
noviembre de 2004 en el Centre Cultural Bancaixa (Sala Cavanilles), de Valencia. Nota
introductoria de G. Ramírez y Presentación de Nicolás Bas. 33 pp. 4º mayor. Mateu Im-
presores con tipografía de Joaquín Ibarra, Xàtiva. ISBN: 84-609-8104-5. 300 ejemplares
2005
Vicente Salvá, La Bruja o Cuadro de la Corte de Roma. Novela hallada entre los manus-
critos de un respetable teólogo, grande amigote de la Curia romana por Don ---. París,
En la Librería Hispano-americana de la calle Richelieu Nº 60, 1830. 2 vols., con estuche:
148 pp.+96 (Estudio preliminar de Germán Ramírez Aledón). 8º. Con la colaboración de
Antonio Llopis Roig (Módulos). Gràficas Ronda, Valencia. ISBN: 84-609-7586-X. 300
ejemplares
2009
Francisco Almarche, Ensayo de una bibliografía de folletos y papeles sobre la Guerra
de la Independencia publicados en Valencia, 1808-1814, por ----. Extracto de las Pu-
blicaciones del Congreso de la Guerra de la Independencia, Tomo III. Zaragoza, 1910.
Estudio preliminar de Germán Ramírez y Vicente León; Índice onomástico de V. León.
LIV (estudio)+176(facsímil)+17 pp. (Índice s.p.). Martín Impressors, València. ISBN:
978-84-613-6105-2.150 ejemplares numerados a mano
2011
Pablo Carsí Gil, Cosas particulares, usos y costumbres de la ciudad de Valencia (1800-
1873). Estudio y transcripción de Rafael Solaz Albert. Prólogo de G. Ramírez. Diseño
portada de V. Chambó. 123 p. 4º. Romeu Imprenta, Catarroja. ISBN: 978-84-615-0771-9.
300 ejemplares
2012
La Biblia en imágenes adornada con grabados, Valencia, Imprenta de López y Compa-
ñía, 1841. 20+104 pp. 8º. Introducción de Rafael Solaz Albert. Romeu Imprenta, Cata-
rroja. 150 ejemplares
2012
Fábulas y cuentos del viejo Tibet. Proemio y selección de Vicente Chambó. Ilustraciones
de Carlos Domingo. Imprenta Albograph, Alboraia. En coedición con El Caballero de la
Blanca Luna. 461 pp+láminas en serigrafía. Intonso. Rústica en caja de madera diseñada
por J. Gallart. 75 ejemplares numerados a mano y certificado
2014
HUERTA Y CONTRIBUCIÓN DE LA CIUDAD DE VALENCIA, per FRANCISCO AN-
TONIO CASSAUS, editado per ASCENSI DUART, 1695. 487 x 681 mm. (Archivo JOSÉ
HUGUET). Título original en la Cartela: HUERTA Y CONTRIBUCIÓN/ Particular de la
Ciudad de Valencia que ofrece a la misma Ciudad y en su lugar/ a los Señores Jurados D.
Phelippe Martinez de la Raga, Domingo Creus Garses, Don/ Phelippe Cruelles Sanz de
la Llosa, Thomas Guelda, Juan Bautista/ Albert de Esparza, Pedro Pasqual Zuars y Bus-
tamante /Alexos Llobregat, Racional, y Joseph Perez y Sanchis, Sindico/ El P. Francisco
Antonio Cassaus, de/ la Compañía de Jesus. [Al pie] Ascensio Duarte/ la hizo en Valen-
cia Año 1595 (sic). Con la colaboración y ejecución técnica de Gráficas Romeu, Valencia.
(199 ejemplares para socios, de los cuales 99 sellados y numerados a mano en números arábigos.)
Apéndice nº 1
ENCUENTRO INTERNACIONAL DE BIBLIÓFILOS
Valencia, 23 y 24 de septiembre de 2001
PROGRAMA DE ACTOS
Domingo, día 23:
P
Pasiones bibliográficas 245
Huerta y contribución de la
7 ciudad de Valencia
7
Germán Ramírez Aledón
Universitat de València / Societat Bibliográfica
Valenciana “Jerònima Galés”
Referencias bibliográficas :
Cartografía Valenciana (Siglos XVI-XIX), Diputación de Valencia (Col. Imagen), Va-
lencia, 1997, pp. 180-181. Textos de A. Faus y otros. Comisario: Manuel Bas.
FAUS PRIETO, Alberto, “Teoría y práctica cartográfica en la Valencia preilustrada
(1681-1744). Las obras de Vicente del Olmo y Antonio Bordázar de Artazu”, Cuadernos
de Geografía, 48 (1990), pp. 183-202.
FAUS PRIETO, Alberto, Mapistes. Cartografia i agrimensura a la València del segle
XVIII, Valencia, Edicions Alfons el Magnànim, 1995, pp. 52-88.
FAUS PRIETO, Alberto, “El Plano de la Particular Contribución de Valencia de Fran-
cisco Antonio Cassaus (1695) y sus corolarios del siglo XVIII”, Cuadernos de Geografía,
86 (2009), pp. 219-240.
GARCÍA EDO, Vicente, Mapas del Reino de Valencia de los siglos XVI a XIX, Valen-
cia, Levante-EMV, 2004, pp. 110-123. + Carpeta de mapas y planos.
HERRERA, José Mª et alii, Cartografía histórica de la ciudad de Valencia, 1704-
1910, Ayuntamiento de Valencia, 1985.
LLOPIS, A. y PERDIGÓN, L., Cartografía histórica de la Ciudad de Valencia (1608-
1944), Universitat Politècnica de València, 2010 + 2 DVD.
ROSSELLÓ I VERGER, Vicenç M., “El mapa del regne de València de Cassaus
(1693). La seua filiació i descendència (¿És el més antic dels mapes moderns del País
Valencià?)”, en Homenatge al Doctor Sebastià Garcia Martínez, Conselleria de Cultura,
Educació i Ciència-Universitat de València, Valencia, 1988, Vol. II, pp. 177-199.
TORRES FAUS, Francesc, “La contribució de Francesc Antoni Cassaus”, Levante-
EMV, 24-5-1997, p. 46.
Reunits el dia 22 de març del 1994, a València, als locals de l’Hotel Inglés un nom-
brós grup de persones, convocades pels membres fundadors de la Societat Bibliogràfica
Valenciana Jerònima Galés, donen com a bona la convocatòria i comencen l’Assemblea
Constituent de la nomenada Societat amb el següent ordre del dia:
1.- Presentació del projecte
2.- Gestions legals
3.- Admissió de socis i nomenament de càrrecs
4.- Activitats, quotes i locals socials
5.- Precs i preguntes
Llegit i aprovat l’ordre del dia comença la sessió amb l’explicació, per part de Ma-
nuel Bas Carbonell, de la intenció i els objectius que volem obtindre amb la creació de
la Societat Bibliogràfica i que estan perfectament exposats als estatuts, que seguidament
aprovàrem per unanimitat.
Al mateix temps es féu una detallada exposició de tots els tràmits legals que s’havien
fet per legalitzar la Societat i que ja està inscrita al Registre de la Generalitat Valenciana.
L’Assemblea considerà necessari dotar-se d’una Junta Directiva que, segons votació
unànime, estaria integrada pels següents càrrecs i socis:
President: Manuel Bas Carbonell
Vicepresidenta: Francesca Aleixandre
Secretari: Antoni Paricio
Tresorer: Juan Bautista Codina
Vocals: Rafael Poveda, Antoni Espinós, Josep Palomero
A continuació es parlà de la necessitat de comptar amb un local social que ens perme-
tera reunir-nos periòdicament i planificar les activitats de la Societat, restant encarregat
el President per fer les oportunes gestions per aconseguir-lo. La quota dels socis quedà
establida en 8.000 pessetes anuals que es cobrarien per domiciliació bancària.
Com a activitat pròxima s’aprova de crear un premi anual, a entregar durant la Fira del
Llibre, en reconeixement del treball realitzat per persones, empreses o institucions per
a la difusió i la recuperació del llibre i el Patrimoni Bibliogràfic. Així mateix decidírem
editar, en format facsímil, el Cartell del Dret Foral i regalar-li un exemplar a les diferents
Institucions Valencianes durant les visites de presentació de la Societat que volem fer a
cadascun dels seus responsables màxims.
Sense més coses que tractar s’alça la sessió.
València, a 22 de març del 1994