Romita
Romita
Romita
Historia y Destino
Colección Monografías
Municipales de Guanajuato
Guanajuato 2010
Este libro se imprimió en los Talleres Gráficos de:
Padilla Hnos. Impresora, S.A. de C.V.
Oceano Indico 501 Col. Lindavista
A mi esposa
La Sra. Antonia Rangel S.
A mis hijos
Fausto, Sotileza, Erasmo y Ulises
A mis nietos: Daniel, Valeria, Diego y Krista.
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ROMITA
Historia y Destino
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En el primer plano, al lado izquierdo, aparece el caserío de la hacienda de La Laja. Sobresale la cúpula
de su ermita. Al frente, en medio, se observa la congregación de Silao. En lo alto, el la cresta del cerro
de La Bufa; entre las montañas de donde sale un río, está el Real de Minas de Guanajuato. Este
grabado lo realizó el español Juan de Cancelada; él manifestó que lo hizo por curiosidad. Apareció
publicado en Cádiz, el 16 de septiembre de 1810. Fecha
MONOGRAFÍA DE ROMITA
INTRODUCCIÓN
“Elhombrequenoconocesuhistoriaessiempreunniño.” Cicerón.
Son verdaderamente sorprendentes los cambios que han operado en el entorno social,
material y ambiental de nuestra comunidad, en el transcurso de apenas una generación, que es apenas
sólo un eslabón en la vida de un pueblo. La mía, cuya niñez floreció al mediar el siglo pasado. Al
finalizar la década de los cincuenta, Romita no contaba con ninguna carretera pavimentada, ni
siquiera la que nos conduce a Silao. Hoy tenemos carreteras a León, Irapuato, Silao, Doblado y
Cuerámaro. Está construida la primera etapa de la carretera Romita-Puerto Interior, con ocho
kilómetros que llevan hasta el Bajío de Bonillas. Hoy muchas comunidades rurales tienen caminos
asfaltados; y todas tienen escuelas, agua potable en los hogares, alcantarillado, y electricidad; jardines
de niños, centros de salud, calles pavimentadas y banquetas y servicio telefónico.
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Romita Historia y Destino
Las nuevas generaciones requerirían de los amplios vuelos de su imaginación, para visualizar
aquel Romita de campesinos con sombrero, pantalón de peto y huaraches (algunos andaban
descalzos).
Aquel Romita semi-rural de casas de adobe, con techos de carrizo y torta de lodo encima, que
en tiempos de calor eran hervideros de alacranes. Cuando el transporte era en cuaco o en jumento; y la
carga de cosas, a lomos de mulas. En el tiempo a que me refiero, era pasmosa la mortalidad de niños
por las llamadas enfermedades de la pobreza: anemias, gastroenteritis, tosferina, etc. Hoy los avances
en salud son innegables; se curan las enfermedades de casi toda la población. Y las esperanzas de vida
de los mexicanos se han ampliado. Tenemos un Romita que se transformó en apenas la vida de de una
generación. La de aquellos que ahora somos sesentones.
Los cambios en las formas de la tenencia de la tierra, con el reparto agrario hacia los años
treinta, y su secuela de violencia que enlutó cientos de humildes hogares; el bracerismo de los años
cuarenta; el impulso a la educación y los programas de salud pública, la modernización del comercio y
las profesiones, vinieron a conformar nuevos esquemas de desarrollo social.
Romita cuenta con rico acervo de tradiciones y costumbres, producto de sus creencias
religiosas; sus modos y patrones de conducta, recogidos de su tráfago cotidiano, siempre vivo,
siempre cambiante, en el anchuroso devenir de los años. Perduran la mayoría de esas tradiciones y
costumbres. Pero otras han caído en el olvido, quizá para siempre. Las costumbres y las tradiciones
forman parte del patrimonio cultural de un pueblo. Son elementos que le dan identidad y perfil
singulares ante otros grupos sociales. Cohesionan a los individuos en el alma colectiva y le marcan
derroteros en la búsqueda de su destino. Sabemos de cierto que un pueblo que pierde sus tradiciones,
está a un paso de perder su porvenir. Convendría entonces reflexionar sobre las causas que originan
la disminución de ese legado. Se pierde la riqueza cultural y se priva a las actuales y futuras
generaciones, del conocimiento y disfrute de añejas formas de convivencia social, diseñadas por
nuestro mayores, en el lento fluir de los años.
Romita nació bajo un diseño urbano elaborado por nuestros padres fundadores. El trazado
cuadricular, como tablero de ajedrez, con anchas calles que ellos planearon, permaneció inalterable
hasta los años ochenta. Hoy está rebasado por 45 colonias. La mancha urbana se expande incontenible.
Su crecimiento, al parejo con el poblacional, devora las áreas agrícolas. Son una amenaza real para las
reservas de agua, que en pocos años pondrían a los romitenses ante su verdadero Apocalipsis. Estos
dos problemas podrían cancelar las expectativas de desarrollo del municipio.
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Introducción
Considerando esa breve distancia al Puerto Interior, apenas el año pasado, por instrucciones
del gobernador Lic. Juan Manuel Oliva Ramírez, se inició la construcción de una carretera en busca de
espacios y oportunidades para nuestra fuerza laborante (está concluida en su primer tramo de 9 kms.).
Contando Romita en su territorio con vestigios arqueológicos provenientes de la Cultura Chupícuara,
y a diferencia del vecino Abasolo (Peralta) y Pénjamo (Plazuelas), no hemos desarrollado un plan de
descubrimientos que nos convierta en un destino del turismo cultural. No contamos siquiera con un
museo que resguarde los restos humanos de aquellos gigantes milenarios que aquí se descubrieron.
Aunque han pasado los años de esplendor de nuestra agricultura, ésta sigue siendo un soporte de la
economía, pero no tenemos, como Doblado, una incipiente industria agropecuaria.
Cercanos a Guanajuato capital, emporio turístico y cultural, no hemos aprovechado los cascos,
aún enhiestos después de cien años, de soberbias haciendas que nos legara el Porfiriato. Sólo ha
quedado a la economía romitense el apoyo de las remesas de nuestros migrantes; muy menguadas en
estos días pero muy importantes ante una agricultura en prolongada agonía; pero no hemos sabido
organizar a los paisanos para que inviertan en nuestro suelo y apoyen su desarrollo.
No puedo cerrar estás páginas sin expresar mi profundo agradecimiento al contador Don
Antonio Reyes Echeveste, presidente municipal de Romita, por la magnífica disposición para apoyar
esta encomienda. Si el fruto es de provecho y trae regocijo a mis conciudadanos, tendré felizmente
retribuidos mis esfuerzos.
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PRESENTACIÓN Y AGRADECIMIENTOS
“Nadieamaasupatriaporsergrandesinoporsersuya” Horacio.
Como arriba llevo dicho, este trabajo contiene muchas cifras, cuadros y estadísticas, tomadas de las
fuentes que en su lugar se indican. Pero quise intercalar algunas visiones de nuestro pasado, en forma de
relatos, que son narraciones un tanto desenfadadas, ligeras y picantes. Espero no lastimen la sensibilidad
de algunas personas. Sólo quise copiar el lenguaje popular, cual es. Se intercalan dichos y refranes,
colocados al azar, a veces sin relación con el tema tratado, porque están cayendo en desuso. Al menos las
nuevas generaciones no los conocen; ya casi no se usan en lenguaje cotidiano; y antes de que se borren del
imaginario cumún. Debo aclarar con verdad, que en los temas históricos sólo he recogido lo que han
escrito los autores que se citan. Poco he investigado porque no soy historiador y carezco de sus
herramientas, para incursionar en esa ciencia. Por ello agradezco cumplidamente al historiador licenciado
Don Isauro Rionda Arreguín, el apoyo que me prestó para la localización de materiales y consulta de textos,
que hicieron realidad esta obra.
Digo que en cuanto a los temas históricos, este trabajo contendrá sin duda alguna, muchas
imprecisiones. El pasado no se deja revivir fácilmente. He encontrado pocas fuentes documentales para
perfilar la historia de Romita, en el siglo XIX. Quienes aseveran que Romita no tiene historia, se equivocan
rotundamente. Todo conglomerado social tiene historia. Por modesta que sea. Los romitenses
participaron en todas las etapas históricas de nuestra Nación, como adelante veremos. Nuestro suelo fue
escenario de diversos hechos de armas. Investigar a fondo, es una labor para los historiadores, a quienes
admiro y respeto, y siento no militar en sus filas. La presidencia municipal no conserva documentos. Los
archivos que existían hasta 1911, fueron quemados por los revolucionarios.
Los gobiernos de la post-revolución poco o nada han dejado. Romita ha carecido de efemérides.
No conozco un trabajo anterior que haya recogido la tradición oral de los antiguos romitenses. Mis
informantes en este trabajo, a veces no coinciden en algún hecho, persona o fecha. He buscado la mayor
objetividad, con la mayor lealtad a los romitenses. Las deficiencias las asumo bajo mi entera
responsabilidad.
A mis informantes, romitenses que han alcanzado provecta edad y me han platicado sobre
aspectos del Romita ya lejano, en textos ya aparecidos en mi obra “Ecos de lejanas voces. Crónicas
romitenses de tiempos idos” (2006), Don Camerino Guerrero Ríos (101 años), Don Jesús Pérez (99), Don
Pedro Martínez (87), Don Emeterio Gamiño Yebras (84), Don Silvestre Ramírez Razo (81), Don Anastasio
Villegas Saldaña (85) Don Frumencio Azpitarte Delgado (84), Don Alberto Caudillo (83), Doña Loreto
Hernández López (88), Doña Lucita Rodríguez Viuda de Farías (83). José Luís Peñaflor Gamiño (a) “El
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Romita Historia y Destino
Pepas” (83), Don Francisco Aguilar Terrones (84), Don Andrés Chagoya (76), la Señorita Elisa García
Zamora (77), Don José Domínguez (73), la Señorita Lidia Castro Ortiz (66), digo a todos que la palabra
gracias, no abarca todo agradecimiento. Iguales expresiones de gratitud para mi esposa la señora Antonia
Rangel Sánchez, por su aliento en las tareas; para mi hijo Ulises, por el diseño de presentación y para
Brenda Elizabeth Ramírez, por su apoyo en la organización del trabajo.
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CAPÍTULO I
Posición geográfica.- La Ciudad de Romita, cabecera municipal, esta situada a los 101°31´07” de arco,
equivalentes a 6h 46m 4.5s de longitud, al oeste del meridiano de Greenwich y, a lo 20°52´12” de latitud
norte, tomando como base la torre de la parroquia. Su altura sobre el nivel del mar es de 1 788 m, en el
atrio del mismo templo.
Al iniciar el siglo XX, Romita tenía una población total de 18,125 habitantes, y la de su cabecera
era de 5,392 habitantes, cifras que en aquellos años recopiló el ingeniero Don Pedro González, en su
“Geografía del Estado de Guanajuato”. Sin embargo, para 1940, la población era apenas de 20,074
habitantes, según veremos más adelante.
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Romita Historia y Destino
Fue hasta el 8 de junio de 1856 cuando por decreto suscrito por el gobernador del Estado, Lic.
Don Manuel Doblado, que a Romita se le reconoció como municipio y se le dotó de su Ayuntamiento.
Se hizo coincidir su jurisdicción territorial civil, con la eclesiástica que tenía hasta ese momento. No
siempre tuvo la denominación de municipio. Ni se gobernó por un presidente.
Por decreto legislativo número 49, del 16 de mayo de 1885, que modifica varios preceptos de la
Constitución del Estado, Romita pasa a ser, partido. Lleva el nombre de Romita de Liceaga. El Estado
había quedado dividido en 5 departamentos, con sus cabeceras, y 31 partidos, con sus municipalidades.
Los departamentos eran: Guanajuato, León , Celaya, Allende y San Luís de la Paz. El departamento de
Guanajuato comprendía; a Guanajuato capital, La Luz, Silao, Romita, Irapuato y Salamanca, ésta con
su municipalidad Pueblo Nuevo.
Uno de los cambios más importantes en el sistema de organización territorial se dio a raíz del
decreto del 7 de diciembre de 1891, que suprimió de manera definitiva los departamentos y sustituyó la
denominación de de partidos por la de distritos. Producto de estas modificaciones, el 20 del mismo mes
y año, se publicó la Ley Orgánica para el Gobierno y Administración Interior de las Jefaturas Políticas
del Estado, que dividió la entidad en 31 distritos: XXIX.- Romita. Se gobernaban por un Jefe Político.
Esta denominación perduró hasta la post-Revolución, cuando ésa autoridad pasa a llamarse presidente.
En el siglo XIX, los estados y municipios cambiaban de denominación, según fuera el régimen
de gobierno de la República: si centralista, se llamaban departamentos; si federalista, era estados; la
cabeza de la autoridad municipal a veces fue alcalde, otras jefe político como en el Porfiriato; o
presidente, en la post-revolución.
¿cómo define la Ley Orgánica en vigor al municipio? Veamos: Artículo 2.- El Municipio libre es
una institución de orden público, base de la división territorial y de la organización política y administrativa
del Estado, constituido por una comunidad de personas, establecida en un territorio determinado, dotado de
personalidad jurídica y patrimonio propio, autónomo en su régimen interior y con libre administración de su
Hacienda.
I.3.- Geología Cuadro 1
% de la
Era Periodico Unidad litigica superficie
Roca o suelo
clave nombre clave nombre clave nombre municipal.
C. Cenozoico Q cuaternario Suelo (Al) aluvial 54.80
T-Q Terceario- Ignea Andesita 8.38
Cuaternario extrusiva Basalto 12.22
(b-bvb) basalto-brecha 0.18
Volcánica básica
(ta) toba ácida 4.49
Ignea (cz) Caliza 3.48
T terceario Extrusiva
Sedimentaria (ar) Arenisca 5.67
(ar-cg) Arenisca-conglomerado 10.78
Fuente: CGSNEGI. Carta Geológica, 1:250 000.
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Situación Física y Características del Ambiente
I.4.- Orografía
Todo el municipio de Romita pertenece a la provincia fisiográfica llamada Eje Neovolcánico, la
que a su vez abarca a la subprovincia denominada Bajío Guanajuatense, dividiéndose esta última en
cuatro tipo de regiones: sierra de laderas tendidas, lomeríos aislados, llanura de aluviones profundos y
lomeríos asociados a mesetas. Una gran porción del área municipal se distingue por ser de llanura con
aluviones profundos.
Las elevaciones montañosas más importantes se ubican en el extremo noroccidental de
Romita, donde se encuentran: Cerro El Coyote y el Cerro El Chino, en las inmediaciones del Jagüey y
San Gonzalo, con 1, 850 m.s.n.m; El Burro (ubicado en los límites entre San Francisco del rincón y
romita, considerado como zona Arqueológica; La Bola en las inmediaciones noroeste con el Municipio
de León; y otras alturas notables son: Cerro La Capilla, en San Isidro Ojo de Agua, con una elevación de
1, 750 m.s.n.m; Cerro El Mancerrú en la comunidad de San Clemente, con una elevación de m 1, 825
m.s.n.m; El Divisadero, entre San José del Paraíso y San Antonio Cerro Prieto, con una elevación de 1,
750 m.s.n.m; además de Los Portales y La Gavita. Se localizan además, parte de las cordilleras de Los
Salados, Tuna Agria, San Ramón, Luna del Muerto y Santa Ana del Conde.
Elevaciones principales Cuadro 2
NOMBRE LATITUD NORTE LONGITUD OESTE ALTITUD
Romita. Grados minutos Grados minutos msnm
Cerro El Picacho 20 47 101 44 2110
Cerro El Mancerru 20 49 101 33 1910
Cerro Bola 20 52 101 41 1900
Cerro El Coyote 20 54 101 37 1900
Cerro El Divisadero 20 44 101 39 1880
Cerro La Cruz 20 43 101 41 1860
Cerro La Capilla 20 47 101 39
El territorio municipal se encuentra rodeado de llanuras como las de San Felipe, en la región
septentrional y las de León, Silao e Irapuato hacia el poniente y el sur. Desde esas llanuras se elevan las
vertientes cercanas al territorio romitense siendo las elevaciones más cercanas el Cubilete, con 2,661
metros de altura y la Giganta con 2,939 metros de altura sobre el nivel del mar.
Los suelos del municipio son de textura limosa a arcillo-arenosa, con un pH de 6.8 a 8.9, de
origen inchú coluvial a aluvio coluvial. Un 87.69% de la superficie municipal se emplea en usos
agrícolas, 4.64% en pastizales y un 7.67% es de matorrales. La mayor parte del suelo del municipio es
destinado principalmente para uso agrícola (85%), una menor porción para actividad pecuaria y el
resto, es urbano y para otros usos.
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Romita Historia y Destino
I.6.- Hidrografía
El municipio de Romita está dentro de la región hidrológica Lerma-Santiago y de la cuenca
hidrológica Lerma-Salamanca, subdividiéndose el territorio en 4 subcuencas hidrológicas. La mayor
porción territorial es de la subcuenca Río Guanajuato.
Tenemos tres ríos principales en el Estado de Guanajuato, el Lerma, el Laja y el Turbio como
perteneciendo los tres a la red hidrográfica tributaria del Pacífico. Ninguno de estos tres ríos
transcurre por el territorio de Romita. Otros de menor longitud cercanos a nuestro territorio son el río
Guanajuato, el Silao y el río Irapuato.
Los ríos de Duarte y de Otates, que forman las presas y los bordos de Santa Ana del Conde, La
Sardina, La Sandía y Sauz de Armenta, reciben los arroyos de Talayote, California y Ojos de Rana para
bajar por Puerta de San Juan al río Turbio. Los desagües de las presas de Silao, vertidas sobre las de
Trejo, San Miguel y Santa Bárbara, hacen el arroyo de Tepalcates. Las presas más importantes, al sur
de Romita, son la de la Llave, la de San José y la Sardina.
Cuerpos de agua Cuadro 3
NOMBRE UBICACIÓN
P. La Gavia RH12Bd
P. La llave RH12Bd
P. La Sardina
Fuente: CGSNEGI. Carta Hidrológica de Aguas Superficiales, 1:250 000.
INEGI Carta Topográfica. 1:50 000
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Situación Física y Características del Ambiente
I.7.-Condiciones climatológicas
El clima predominante en el municipio es semicálido con lluvias en verano, contando con
zonas con climas semiseco y templado subhúmedo. La mayor parte del municipio goza de una
temperatura promedio agradable, ya que ésta oscila entre los 18-20 grados centígrados. Romita se
caracteriza por tener una cantidad aceptable de lluvia durante el año, ya que en la mayor parte del
territorio se registran lluvias promedio de 700-800 mm. Cabe mencionar que Romita cuenta con una
Estación Meteorólogica, dependiente de la SAGARPA y se localiza en la comunidad de La Gavia.
Climas
Tipo o subtipo Símbolo % De la superficie municipal
semicálido subhúmedo con ACwO 82.95
lluvias en verano, de menor
humedad
templado subhúmedo con C(wO) 0.35
lluvias en verano, de menor
humedad
Semiseco semicálido BS1h 16.70
I.8.- Flora
En la región se encuentran las siguientes especies. La flora del municipio está constituida por
especies forrajeras, tales como navajita, mezquite, pata de gallo, popotillo plateado, búfalo, retorcido,
moreno, tres barbas, lanudo, navajita filiforme y glandular, banderita, colorado, falsa grama y cola de
zorra. Además existen otras especies como huisache, gatuño, largoncillo, cuajiote, palo blanco,
pochote, órgano, garambullo, vara dulce, casahuate y nopal.
Como producto de sus condiciones medio-ambientales, Romita cuenta con amplísima gama de
diversidad biológica y en plantas vegetales tiene nopales, órganos, magueyes, mezquites, pirules,
huisaches, uña de gato, lampote, lampote cabezón, enredador, hiedra, manca coyotes, ojo de pollo,
hierba amarilla, romero de campo, escobilla, hierba de la víbora, mal de ojo de campo, alfombrilla de
campo, zacate, zacate grama, lechuguilla, gordolobo, lengua de vaca, hierba del venado, tepusa,
golondrina, gloria, sanguinaria, tronadora, jícama de campo, aceitilla, zacate Johnson, zacate tigrillo,
diente de león, capitana, chicalote, mala mujer, toloache, oreja de ratón, pepinillo. Aunque la lista es
vasta, mentiríamos al decir que está completa. Madre Natura ha sido pródiga con esta fecunda tierra.
Rebasa, desde luego, los límites de este trabajo, hacer la descripción científica de cada planta, su
aparición en las distintas estaciones del año, y sus cualidades, sobre todo medicinales, que muchas de
ellas las tienen. Queda a otros con más preparación y tesón que nosotros, esta gran tarea.
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Situación Física y Características del Ambiente
Humildemente sólo dejamos que esas alfombras de verdor y deslumbrante colorido invadan nuestros
ojos, al pasear en la fresca mañana, triscando a nuestro paso los tiernos tallos que saturan los sentidos
con su balsámico aroma.
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CAPÍTULO II
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
“La recaudación por el estado es de $17,805.22; por la Tesorería Municipal, $7, 613.44; por el Timbre,
$6,422.82, y por el Registro Civil, $ 1,412.25. se registran 624 nacimientos, 51 esponsales, 18 matrimonios y 800
defunciones”. Para darnos una idea de la capacidad adquisitiva de aquel dinero, diremos que una casa
mediana en el pueblo, costaba 100 pesos.
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Romita Historia y Destino
H. Ayuntamiento
Presidente
Municipal
Síndico Contraloría
Regidores Secretaría
Particular
Alumbrado Inspector
Sanitario
Rastro
Mercado
Unidad
Deportiva
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Administración Pública
PRESIDENTE
Juan Antonio Reyes Echeveste
SÍNDICO
Lic. Brenda Lee Arredondo Caudillo
REGIDORES
Profr. Jorge Zepeda Flores
Sra.. Ma. del Sanjuán Rangel Frausto
Sr. David Ramírez Marín
Profr. José Gómez Moncada
Ing. Q.F.B Ofelia Rangel Pacheco
Profa. Ma. Soledad García Rangel
Profr. J. Luz Morado Zaragoza
Ing. Adrián Ramírez Rocha
Relato histórico
¡ Queremos Ayuntamiento !
Pueblo había cumplido su mayoría de edad. Pero a sus 22 añotes no contaba con ayuntamiento.
Su problema más álgido era la seguridad pública (nada ha cambiado). En octubre de 1855, el Juez
Primero de Paz, Don Ignacio Soto Maldonado, pedía al gobernador del DepartamentodeGuanajuato“...
dar sus superiores órdenes para que la fuerza del Escuadrón de Lanceros . . . permanezca en este pueblo y se
ocupe de la persecución de los malvados, hasta su exterminio, pues como están al tanto de que no hay fuerza
alguna de Caballería en este lugar que los persiga, con toda confianza cometen toda clase de crímenes y
particularmenteelderobo.” El gobernador era Don Manuel Doblado.
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Romita Historia y Destino
Para que la demarcación civil se emparejara con la eclesiástica (ésta viene en el tema del
Santuario de Santa María de Guadalupe), los peticionarios argumentaban que la Vicaría del Pueblo de
Romita, administraba haciendas y ranchos, que debían regresarse, para que en el nuevo
ayuntamiento coincidieran una con otra; del partido de León: hacienda Jagüey con los ranchos
Portezuelo, Cañada de Muchachos, Rinconada, Soledad de Roa y Ranchito; de hacienda La Sardina, el
rancho Molino; de la Tuna Agria, rancho San José; de Los Ocotes, ranchos el Monte, Revolcadero, San
Francisco; hacienda de la Gavia, ranchos Viborillas, San Vicente, Santa Rosalía y Buena Vista. Del
partido de Piedragorda los ranchos Las Efigenias y Ojo de Agua.
Don Felipe Mucio Liceaga y cofirmantes, contaban 22 haciendas y ranchos, los que
pertenecían a este pueblo en lo eclesiástico y cuyo reconocimiento en lo civil demandaban, para
constituir el ayuntamiento. Según escrito del 28 de noviembre de 1855. Casi nada.
El Consejo de Gobierno del Estado consultó con las autoridades de León y Piedragorda. León
estuvo de acuerdo, pero los vecinos de Piedragorda mostraron oposición, adujeron que no se trataba de
dosranchos “...sinoseis.. .llamadosSantaIfigenia,Solís,Sn.Ramoncito,laMajada,Ojoderanaantiguamente
yahoraOjodeAguadelPuertecito,lodeAlfaroquellamanTablas,comprendiendoajuicioprudenteunaporción
detierra dedossitiosconcosademilhabitantes.Losvecinosdetalesranchosauxilianalacabeceralla(sic)enlas
funciones correspondientes a la Municipalidad, ya en los contingentes de sangre pedidos por el Supremo
Gobierno, ya en los auxilios que se piden por esta cabecera, los que separados gravan indudablemente a la
Municipalidad restante, estamos como se ve hoy día tan escasa de recursos tanto por la guerra y desordenes
cometidos en la revolución última, como por la escasez de hombres a causa de la emigración que hace a los
mineralesdelaLuzyGuanajuato.”
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Administración Pública
Tras un intenso cabildeo, el Sr. Doblado hizo suya la causa de los romitenses (recordemos que
él era originario de Piedragorda, que hoy lleva su nombre), y decretó la erección del ayuntamiento.
Conozcamos el decreto:
Art. 2º. El territorio de dicho partido se formará de los puntos que antiguamente tenía designados, y de las
haciendas y ranchos que deben segregarse del Departamento de León, y del partido de Piedragorda, conforme
al dictamen del consejo de gobierno de ocho de Marzo del presente año, con el objeto de que la jurisdicción civil
delnuevopartidoseestienda(sic)hastadondehoyllegalaeclesiástica.
Art. 3º. Se establece un Ayuntamiento compuesto de dos alcaldes, cuatro regidores y un síndico procurador,
popularmente electos, a cuyo efecto se procederá por el Jefe Político del Departamento de Guanajuato á dictar
las providencias necesarias, para que tenga lugar la elección con arreglo a las leyes, señalando los días en que
debaverificarse.
Art. 4º. El mismo Jefe Político pondrá en posesión al nuevo Ayuntamiento y demás autoridades del partido,
haciendoqueselevantenyarchivenlasactascorrespondientesenqueconstenesosactos.
Art. 5º. El mismo Jefe Político asociado con el de León, pondrá en posesión á las autoridades de Romita, de las
haciendas y ranchos, que ahora se agregan a su antigua jurisdicción, dando cuenta al gobierno del Estado para
suaprobación.
Por lo tanto mando se imprima, publique, circule y se le de el debido cumplimiento. Dado en Guanajuato á 8 de
Juniode1856.ManuelDoblado.SabinoFlores.Secretario.
¡Y se les concedió a los romitenses! Para cumplimentar el decreto del gobernador, el día 24 de
Junio de 1856, a las diez de la mañana, se reunieron en Romita, en la Sala Capitular de la Alcaldía, los
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Romita Historia y Destino
señores Lic. D. Vicente Rodríguez, jefe político del Departamento de Guanajuato, el S. Lic. D. Julio
Pedroza, jefe político del Departamento de León de los Aldamas, y los vecinos de aquí Sr. D. Felipe
Mucio Liceaga, jefe de partido (previamente designado por la Junta Electoral de Guanajuato), Sr. D.
Esteban Gasca, Alcalde 1º., Sr. D. Jesús Aguilera, alcalde 2º., Sr. D. Felipe de Santiago Liceaga,
regidor 1º., Sr. D. Fructuoso Quezada, 2º., Sr. D. Ygnacio Bonillas 3º., Sr. D. Esteban Amézquita 4º., y
síndico procurador el Sr. D. Feliciano Caudillo. Y D. José Ma. Rodríguez y Borja.
Para tomar posesión de sus respectivos empleos, tanto el jefe del partido como los miembros
del naciente ayuntamiento “. . . . se acercaron a la meza que estaba a la cabeza de la sala referida donde se
hallaban en sus asientos las autoridades políticas ya mencionadas, y sobre la meza un crucifijo con dos velas
encendidas y un atril que contenía el Libro de los Santos Evangelios y uno por uno de los señores a quienes se va
dar su correspondiente empleo, prestó su juramento bajo la forma de estilo -Juráis por Dios guardar y hacer
guardar las leyes generales de la República, y las particulares del Estado y cumplir bien y fielmente las
obligaciones del cargo que se os ha conferido- uno por uno contestó a su vez -Si juro,- y se le contestó -Si así lo
hiciereisDiososlopremieysioslodemande.”-
Siguieron emotivos discursos del jefe político de Guanajuato y del nuevo jefe del partido, pues
estaban rete contentos “. . . Concluido este acto, pasó la comitiva a la Sta. Iglesia parroquial de este pueblo,
donde fue recibida con mil repiques a vuelo de campanas y se cantó un Solemne Te-Deum por el Sor. Presbítero
D. Rafael Arizaga.” Los romitenses se habían salido con la suya. Es una lástima no hayamos agradecido
a Don Manuel Doblado su benéfica decisión en apoyo a nuestro pueblo. Ni una estatua, ni un
monumento, ni siquiera su nombre en alguna de nuestras calles. Que ingratos somos.
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CAPÍTULO III
ASENTAMIENTOS HUMANOS
Y CARACTERÍSTICAS DE LA VIVIENDA
III.1.- Asentamientos humanos
Nombre
del Población
municipio Localidad Nombre de localidad total
Romita 0 TOTAL MUNICIPAL 50580
Romita 1 Romita 19157
Romita 2 Los Amoles 691
Romita 3 Los Ángeles 320
Romita 4 San José de la Angostura 404
Romita 6 Belén de Gavia (Belén) 289
Romita 7 El Camaleón 411
Romita 9 El Carmen de Sánchez (La Ponzoña) 499
Romita 10 La Caseta 158
Romita 11 San Antonio Cerro Prieto (Cerro Prieto) 784
Romita 12 Ejido Colonia Juárez (Colonia Juárez) 256
Romita 14 La Cruz de Aguilar 526
Romita 15 El Escoplo 872
Romita 18 Gavia de Rionda 1384
Romita 19 Gavia de Rivas 295
Romita 23 El Jagüey 1330
Romita 25 Las Liebres 1066
Romita 27 Lourdes 477
Romita 28 Luz de Buenavista (Las Pulgas) 297
Romita 29 Luz de Silva 358
Romita 30 Maritas 358
Romita 31 El Mármol 468
Romita 32 Mezquite Gordo 1535
Romita 34 Monte de Hoyos 717
Romita 36 Los Ocotes 207
Romita 37 San Isidro Ojo de Agua 504
Romita 38 Ojos de Rana (La Rana) 233
Romita 41 El Paraíso 347
Romita 42 Pedregal de Barroso 293
Romita 43 Pedregal de Martínez 274
Romita 44 Pedregal de Rangel 121
Romita 51 San Antonio del Pochote 155
Romita 52 San Carlos del Jagüey 458
31
Romita Historia y Destino
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Asentamientos humanos y características de la vivienda
Servicios de la vivienda
Viviendas que disponen de sanitario exclusivo: 6,240
Viviendas con agua entubada: 8,614
Viviendas con drenaje: 5,703
Viviendas con energía eléctrica: 9,034
Viviendas con drenaje y agua entubada: 5,382
Viviendas con drenaje y energía eléctrica: 5,596
Viviendas con agua entubada y energía eléctrica: 8,288
Viviendas con agua entubada, drenaje y energía eléctrica: 5,286
Viviendas sin agua entubada, drenaje ni energía eléctrica: 65
Fuente: SNIM (Sistema Nacional de Información Municipial)
El municipio tiene censadas 9 mil 540 viviendas particulares de acuerdo al XII Censo de
Población y Vivienda. De éstas el 95.2% son casa habitación, y una mínima parte son departamentos o
vivienda en vecindad, 0.39%. En cuanto a los ocupantes de las viviendas de Romita, se puede decir que
la mayoría de reside en casa sola. Por otro lado el promedio de ocupantes en Romita es de 5.43 por
vivienda.
En cuanto a la tenencia de las viviendas el 86.8% son propias, por otro lado el 81.36% de las
viviendas del municipio tienen pisos diferentes a tierra, 85.2% tienen tabique en paredes y el 51.9%
con techo de concreto. Aunque los materiales predominantes en las viviendas de Romita son buenos
33
Romita Historia y Destino
los servicios de la red pública no cubren la demanda existente. De acuerdo a los resultados que
presenta el II Conteo de Población y Vivienda del 2005, en el municipio cuentan con un total de 10,418
viviendas de las cuales 10,293 son particulares.
Fuente: Enciclopedia de los municipios
34
CAPÍTULO IV
SERVICIOS PÚBLICOS
35
Romita Historia y Destino
desechos mediante la adecuada separación de los mismos. El ya conocido sistema de las tres erres:
reducir, recuperar y reciclar. El actual relleno sanitario se encuentra en un 90 %de su capacidad, lo que
obliga a pensar en otras alternativas, con soporte en las tecnologías de sustentablidad modernas.
Ha llegado el tiempo de cambiar los sistemas. De entrarle a la cuestión de la basura que no es
basura. En la separación de los desechos, orgánicos e inorgánicos, se encuentra una fuente inagotable
de riqueza. Utilizando los primeros para la elaboración de composta para el enriquecimiento de
suelos o la fabricación de tabiques u otras utilizaciones que propongan las nuevas tecnologías. Más
riqueza habrá en el caso de los segundos, pues mediante la separación para su reciclaje de papel y
cartón, vidrio, fierro, aluminio madera y plástico, por nombrar los más comunes. Todos son
susceptibles de reutilización. El municipio obtendría ingresos que hagan autosuficiente el servicio de
la recolección. Y podría haber excedentes. Pero sobre todo, se marcharía en la dirección correcta para
tener un medio ambiente con equilibrio sustentable. Debe darse ya el primer paso mediante la
asesoría de las personas competentes en la materia.
Relato
El Romita de antaño
“Elquedejovennoguarda, deviejoladra”
Al carecer el poblado de red de agua y drenaje, los servicios sanitarios eran criminales. Algunas
casas tenían sus excusados de madera, con su tapadera: al levantar ésta porque ya te andaba (hacer del
cuerpo), salía un olor que te perforaba la nariz, te noqueaba y te dejaba estampado en la pared. Y
cuando estaban repletos, como barquillos, sacaban el aromático contenido en barriles, los trepaban en
carros de mulas y los iban a vaciar, esparciendo su bouquet por las calles, a los tajos de las orillas. Los
cuatro tajos que libraban al poblado de inundaciones, cuando estaban secos, servían de guáter, sobre
todo a las familias de las orillas que no utilizaban el corral de la casa; era común ver, por las mañanas,
una hilera de señores allí acuclillados (quiere decir de aguilita); a sus espaldas, nubes de moscas les
hacían sombrita. A falta de aquellos excusados de madera, estaba el corral, pero te llevabas una vara o
un garrote, porque apenas te ibas poniendo de aguilita, por todos lados te acosaban los puercos, que
no te dejaban hacer en paz.
“Elquenaceparamacetanopasadelcorredor”
El pozo más viejo que se recuerda estuvo en jardín, en los años veinte, la gente del pueblo que
no tenía agua en su casa, la acarreaba de allí; el pozo estaba a un lado del ahuehuete, que asomaba
hacia la calle Real. Se sacaba el agua con una cubeta amarrada a un mecate. Después se le puso un
motorcito que mandaba el agua a la pila que estaba debajo del kiosco. Con un botecito llenaban los
“aguadores” sus cubetas y los botes mantequeros que cargaban con los “burros.” Así fue hasta los
años sesenta cuando las casas de la villa de Romita contaron con llaves (tomas domiciliarias), de agua
potable, como veremos.
“Airepordetrás,sóloelquesaleesbueno”
Ya cuando Don Cayetano Hernández era presidente (el período era de dos años), se
abrió otro pozo, ya con motor más grande; ese fue el segundo pozo en el jardín; tuvo
36
Servicios Públicos
cuatro hidrantes (llaves), en la pila del kiosco, que quedó cerrada, como aljibe, para que se surtiera la
gente. El primer pozo con bomba se construyó bajo la administración del señor Don Francisco Paúl (fue
el primer presidente municipal con período de tres años), también en el jardín. Hacia el año cincuenta.
Enviaba el agua hacia un aljibe de piedra, que estuvo en la parte posterior de la escuela Francisco I.
Madero. Después se instaló la primera red de agua potable, la "pequeña red". Iba del dicho pozo del
jardín a la calle Obregón (una cuadra), para luego cortar hacia la Carrillo Puerto (otra cuadra), para seguir
por la Peñaranda (otra más), para terminar en el hospital que estaba en construcción. La red se hizo para
que funcionara el hospital. era presidente Don Juan García Morales. Ya existía la Junta de Agua Potable
de Romita, que dependía de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, del gobierno federal. Antes se sacaba
agua de los pozos, nomás escarbando unos dos metros, y ya salía el agua. Para el regadío de los campos
había norias, con mulas dando vueltas, sacaban el agua que iba a dar a los surcos. El primer pozo
profundo para la agricultura, lo construyó Don Francisco Bedia en los años 30s., en predio de su hermana
Lupe, ubicado frente a la orilla sur del pueblo. Tenía una circunferencia de 10 metros y unos veinte de
hondo, todo recubierto de ladrillo. Era un redondel impresionante.
“Enlacasadeljabonero,elquenocae,resbala”
La “red mayor” de agua potable, con tubos de 3 y 4 pulgadas, se construyó bajo el mandato de este
mismo presidente, gracias a las gestiones de Don Alberto Chávez, médico leonés radicado aquí en ese
tiempo, ante el gobernador del estado Dr. Jesús Rodríguez Gaona. Partía del pozo del jardín y cubrió el
centro, llegaba hasta las calles de Ortega, Matamoros, Carrillo Puerto, Treviño, Berriozábal, Calle Huerta
(actual Lázaro Cárdenas). En ese tiempo la oficina de la Junta de Agua Potable, estaba donde termina el
portal Ocampo, esquina con calle Hidalgo (antes de la paletería de Don Chava y la tintorería Imperial) .
Las redes de agua y drenaje se instalaron en toda el área urbana, en la década de los sesenta, siendo
presidenta la Dra. Ernestina Chávez Loera y gobernador Don Juan José Torres Landa. Con el “Plan
Guanajuato.”
“Maldemuchos,consuelo de pendejos”
Hasta entonces las casas desaguaban sus aguas negras y jabonosas por los caños. Construidos bajo
los pisos, salían por debajo de las banquetas, para descargar a plena calle sus pérfidos aromas. Obviamente
los baños de regadera no existían. Tampoco los excusados tipo inglés (los de ahora). Por las mañanas los
señores se lavaban la cara en lavamanos (también llamados aguamaniles o palanganas) de peltre blanco,
montados en unos tripiés que soportaban en su parte inferior el jarrón, también de peltre blanco.
37
Romita Historia y Destino
38
Servicios Públicos
carnitas, chicharrones y moronga para un huateque, lo hacía en el corral de su casa. El primer abasto
(así le llamaba la gente al rastro), ya en debida forma, de acuerdo con los tiempos, estuvo la calle del
profesor Cándido Navarro. Al otro lado de la escuela Revolución Mexicana. Fue modernizado bajo la
administración del señor Juan García Morales. Ahí permaneció mucho tiempo, por el crecimiento de la
matanza y la cercanía con le escuela y la presidencia, se hacía necesario su reacomodo, lo cual sucedió
bajo la gestión administrativa que terminó el señor Frumencio Azpitarte Delgado, año de 1972.
Relato
El viejo abasto
Dio muy buen servicio, aunque por la sangre, las vísceras y las heces del menudo, sobrevolaban
enjambres de moscas que nublaban el cielo y los olores te cortaban el resuello (no había drenaje). La
matanza era generalmente los sábados. La carne se cargaba en carretillas, hacia los “despachos”, que así
les decían a las carnicerías. Llegaba mucha gente con cubetas para aparar la sangre (las señoras la
llevaban para la moronga o la rellena) que manaba de las bestias en agonía. Otros la bebían calientita:
hacían cuenco con ambas manos, al mero chorro y la llevaban directamente a la boca. Habrías de ver la
cara que les quedaba, (y la camiseta, si traían), como unos reverendísimos demonios. En 1972 se
inauguró el nuevo rastro, localizado entre la Asociación Ganadera y el Campo Deportivo (lugar hoy
abandonado); fue puesto en funcionamiento por el edil municipal Don Frumencio Azpitarte Delgado.
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Romita Historia y Destino
Relato
La luz “létrica”
“Faroldelacalleyoscuridaddesucasa”
Fue nuestro vecino León, el primero en contar con fuerza eléctrica en la república. En una
fábrica textil de esa población, operó la primera planta eléctrica, en 1879. Dos años después, en 1881,
la electricidad apareció como servicio público en la ciudad de México. La energía eléctrica llegó
primero como apoyo a las industrias, ya después se introdujo como un servicio de alumbrado público.
¿ cuándo llegó la energía eléctrica a Guanajuato y a Romita ? El licenciado Manuel M. Moreno nos
ilustra: “. . . Al efecto, en 1904 se constituyó la The Guanajuato Power and Electric Company . . . Bien pronto
quedaron terminadas las obras de instalación y transmisión, y así no sólo el distrito minero de Guanajuato,
sino los más apartados lugares del estado disfrutaron de los beneficios de la electrificación, mediante el
establecimiento de sub-estaciones que aparte de la principal, que estaba ubicada en la ciudad capital,
funcionaron en Irapuato, Pénjamo, San Felipe, León y otras poblaciones, según lo iban requiriendo las
necesidades del servicio y las demandas del público. . . . La repercusión que tuvo el aprovechamiento de la
energía eléctrica y su utilización en la agricultura, la industria y el comercio, así como en los menesteres
domésticos y en los servicios públicos, fue ostensible desde el primer momento, y su acción, como ya queda dicho,
fuedeterminanteeneldesarrollodelprocesoeconómicodelaentidad.”
De lo anterior podemos colegir que Romita quedó, en ese tiempo, inserta en ese proceso de
electrificación. Aunque no sabemos el día o año preciso de la llegada de la electricidad a nuestro
pueblo, es dable pensar que ello ocurrió entre 1904 y 1906. Hay quien asevera que fue en 1915. Desde
luego, su introducción fue paulatina: primero los edificios públicos, los portales, el jardín. Con todo, el
servicio de alumbrado era totalmente deficiente. Todavía hasta 1940, sólo había focos en las esquinas,
pero sólo dos cuadras a partir del jardín. Hacia 1950, todavía las orillas del pueblo estaban a oscuras.
Los cortes y apagones eran de casi diario, más cuando se acercaba una mediana tormenta (nada ha
cambiado, en tiempos del Internet, se corta la energía aunque no haya tormenta). Una anécdota: En los
cincuenta, el presidente Don Francisco Paúl, había ordenado construir el camellón que tuvo la calle
Hidalgo. De tramo en tramo, unos postes de cemento medio malhechos, soportaban en la punta unas
esferas blancas, que daban una luz opaca. Cuentan que al llegar del campo al pueblo, en la oscuridad
de la noche, el niño vio a lo lejos aquella bola luminosa. Le dijo a su padre: “Mira papa, la luna montada
enunpalo.” Le regañó el padre: “Noseapendejomihijo,eslaluzlétrica.”
40
Servicios Públicos
Ocupaba la mitad del atrio. Sólo llegaba hasta el callejón de Independencia y tocaba las espaldas
de lo que ahora es la escuela Leona Vicario. Hacia 1861 entraron en vigor las Leyes de Reforma y con ello
la secularización de los panteones o camposantos, como también se les llamaba. Sin embargo las
tumbas permanecieron allí durante mucho tiempo. Romitenses de la época me aseguran que todavía
hasta 1932, se pudieron ver los túmulos en ese lugar. Y hasta bien entrada la segunda mitad del siglo
pasado, algunas personas al atrio seguían llamándole el cementerio. Así son de tercas algunas
costumbres. Quitadas las tumbas, el padre Don Diego Santos, que había hecho su arribo a nuestra villa
en 1933, ponía su huerta en el viejo camposanto, sembraba maicito y frijolito de temporal. Se daban
buenas cosechas, en tierra bien abonada con tantos huesos, y claro, con la bendición de Dios. Lo malo
era que en días festivos de la parroquia, la gente se metía entre las cañas a ponerle más abono humano a
la tierra; era tanto abono que los pérfidos olores llegaban hasta la presidencia.
La Leyes de Reforma fueron promulgadas en Veracruz por el presidente Don Benito Juárez. El
Decreto de Secularización de Panteones es de fecha 31 de julio de 1859. Por encontrase la República en
guerra, se postergó su aplicación hasta el año de 1861. Establece lo siguiente en su Artículo 1ro. “Cesa en
toda la República la intervención que en economía de panteones, camposantos, bóvedas o criptas
mortuorias ha tenido hasta hoy el clero, así secular como regular. Todos los lugares que sirven
actualmente para dar sepultura, aún las bóvedas de las iglesias, catedrales, y de los monasterios de
señoras, quedan bajo la inmediata inspección de la autoridad civil, sin el conocimiento de cuyos
funcionarios respectivos no se podrá hacer ninguna inhumación. Se renueva la prohibición de enterrar
cadáveres dentro de los templos”.
En ejecución de las Leyes de Reforma, la autoridad civil destinó un espacio al sur-oriente del
caserío, para el nuevo panteón. Poco a poco se fueron construyendo sus bardas perimetrales de
mampostería y adobe montado sobre arcos de ladrillo, como aún puede verse. Su pared frontal y su
fachada se construyeron hacia 1923, siendo presidente municipal Don Francisco Bedia. Otros gobiernos
le han hecho reparaciones y remodelaciones. Tiene buena presencia. En los años 80s., durante la
presidencia de la maestra María Salinas se ordenó la ampliación del viejo panteón con un anexo, para
depositar no solo en tierra; también se levantaron los nichos de las gavetas y se le implementó con su
propio Descanso. Sin embargo, tanto el viejo panteón como su anexo, llegaron a su nivel de
saturamiento.
Esta última circunstancia llevó al gobierno municipal de Don Jesús Rocha Reyes, a buscar
nuevos espacios para el descanso eterno de nuestros fieles difuntos. Se localizó un espacio de tres
hectáreas frente a la carretera El Tejamanil-Irapuato, y allí se construyó el panteón nuevo, con el sistema
de gavetas, inicialmente se construyeron 1000 de éstas en la parte frontal; saturado, se han abierto más
gavetas en otros costados. Al quedar fuera del área urbana, esa misma administración municipal
gestionó la construcción los primeros 4 kilómetros de la carretera dicha. Claro, ahora hay que caminar
más con el cortejo fúnebre, pero obviamente, ya no se puede regresar al atrio de la parroquia.
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Romita Historia y Destino
Relato
El panteón Municipal
“Donde lloran está el muerto”
En los primeros tiempos de aquella comunidad de cristianos, no se le llamaba panteón, se le llamaba
camposanto. O cementerio, como todavía le dice la gente de antes. Porque a la gente nueva le
sorprende que el cementerio (el atrio) de nuestra parroquia, haya sido panteón. Como que esa
palabra cementerio, de tanto usarla sin pensar, perdió su significado; y al recordarles que un
cementerio es un panteón, se asustan. Se encontraba precisamente frente al templo, a unos pasos. Sólo
la gente de antes le sigue llamando cementerio a ese vasto solar. Pocos templos cuentan con un espacio
tan amplio como este Santuario Romitense. Porque el antiguo cementerio, hoy el atrio, abarcaba la
hoy escuela Leona Vicario.
“Cayendoelmuertoysoltandoelllanto”
En el interior de la parroquia, sobre todo en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, se
sepultaba a los muertos de familias pudientes o personas de vida piadosa. Al parecer existieron allí
unas como catacumbas o socavones donde hay muchos sepulcros. Hoy día se pueden ver las lápidas de
algunos de los sepultados en esa capilla. De buena fuente se nos garantiza que en esas catacumbas o en
lugar secreto del templo, reposan los restos del pundonoroso insurgente y héroe epónimo de Romita,
Don José María Liceaga.
“Elmuertoyelarrimadoalostresdíasapestan”
Al triunfo de los liberales, el gobierno reformista había dispuesto, en 1861, la secularización de
los panteones. De ello renegaba el cura Martín Ruiz (la disposición le tocó en Irapuato), que a
pretexto de la higiene pública, “...aúnelnombrecristianodecementerioocamposanto,lohancambiadopor
el gentílico de panteón, disparatado en el caso; por supuesto no hay tal higiene; lo que hay es la persecución del
catolicismo arrancándole hasta los cadáveres de sus hijos. En aquella época la Iglesia poseía aún los
cementerios . . . pero era un terreno vasto cercado apenas con ramas de espinos, y decíase que aún llegaron los
perros famélicos a desenterrar los cadáveres. (El cura Ruiz) . . . . . comprende que es muy conveniente alejar ese
peligro; y así, hace colecta, y echa mano de sus ahorros, y el camposanto se cierra con paredes sólidas que duran
hasta el día, aunque comienzan a derrumbarse, porque no está ahí la mano de la Iglesia que las sostenga y las
reedifique”. Esto hizo el cura Ruiz con el cementerio anexo a la capilla de San Antonio, en Irapuato.
Pero la secularización se aplicó en todas partes.
“Elmuertoalhoyoyelvivoalpollo”
En Romita las autoridades municipales destinaron para panteón el área de la esquina sureste
del pueblo. Se abardó el perímetro con unos arcos de ladrillos como base y encima paredes de adobes,
por todo el perímetro. Pero fue hasta 1923 cuando se le construyó su larga pared frontal, su fachada,
y su anterior descanso. Se plantaron los eucaliptos que de tan viejos el viento los derribó. Hace poco.
En su caída destruyeron más de cincuenta monumentos, causando gran estrépito; buen susto se
llevaron los difuntos, que vieron interrumpida su paz eterna.
42
CAPÍTULO V
SERVICIOS BÁSICOS
Relato
Las primeras escuelas
“Laletraconsangreentra”
Sabemos de cierto que ya en sus primeros veinte años de vida como pueblo, Romita tuvo una
escuela. En junio de 1856, al establecerse aquí el primer ayuntamiento, se recomendaba al regidor
comisionado de educación, el “. . . cuidar la asistencia y proveer a la escuela existente.” Pero ignoramos
la ubicación, el nombre (si lo tuvo) y quienes fueron los maestros. Durante los larguísimos años del
Porfiriato hubo en Romita dos escuelas públicas y dos particulares. A los dos sistemas concurrían 271
niños y 204 niñas, que suman 475 educandos. Al finalizar el Siglo de las Luces, se realizó un censo de
niños en edad escolar y arrojó la cantidad de 4, 577 infantes en edad escolar. Consecuentemente, sólo
el 10.57% de todos los niños asistían a aprender el alfabeto. Probablemente las escuelas particulares
estuviesen a cargo de la Iglesia. Algunos sacerdotes y catequistas también enseñaban a leer y escribir.
Las familias pudientes contrataban “mentores”, para la educación de los hijos. Era enseñanza a
domicilio.
43
Romita Historia y Destino
“Noconocenila O porloredondo”
Ya no es posible ubicar el lugar de las escuelas, ni podemos conocer los nombres de aquellos
apóstoles de la educación que iluminaron las mentes de los romitenses, hace más de un siglo. Es una
lástima. Pero la memoria colectiva si guardó algunos nombres de beneméritas maestras y abnegados
maestros, del Romita post-revolucionario.
Don Camerino Guerrero (nacido el 8 de agosto de 1908), nos dice que hacia 1916, había una
escuela, que ésta escuela ocupó el lugar de un antiguo hospital. Su directora fue la maestra Doña Sara
Sardaneta, enviada de Guanajuato. Aquí trabajó también la maestra Doña Rafaela Acosta Fuentes,
hermana de Don Marciano y Don Luís. Los romitenses ya mayores, recuerdan al profesor Don Ángel
Sánchez, su director hacia 1933. También se recuerda a la maestra Doña Ángela Navarro, que llegó de
Irapuato. En el portal Arteaga, se abrió la escuela de niñas donde impartieron clases las ameritadas
maestras Doña Delfina Quiñones y Doña Petrita Ríos. Otra maestra fue Doña Lupe, esposa de Don
Zenaido González, señor que puso a funcionar el primer cine de Romita. Sabemos de fijo que en ese
tiempo hubo dos escuelas llamadas Elementales, una de niños y otra de niñas.
De los años treinta se recuerda la escuela que le llamaban de Don Pedro Lona, porque ahí era la
casa de este destacado político y líder agrario, varias veces diputado (tuvo un hermano, Martín y un
primo, Cipriano, que también fue diputado). Don Anastasio Villegas Saldaña, romitense, 85 años,
Tacho para sus amigos, nos informa que esta escuela funcionó por órdenes del general Lázaro Cárdenas.
Se localizó en la calle García Pueblita, que después cambió su nombre por calle Emilio Carranza, (frente
a la ferretera de los Mata). Habla Don Tacho: “Recuerdo que los papás no dejaban asistir a esa escuela a los
niños, nos intimidaban, porque decían que los profesores eran comunistas declarados. Los niños procurábamos
no pasar por esa calle, porque los profesores nos agarraban y nos metían a la fuerza a los salones. En la escuela
tenían banderas de rojo y negro. Su nombre real era Escuela Federal Socialista. Y su director el profesor Don
Cirilo Zendejas. Se llegaba hasta el 4to. grado. Aquí se jugó el basket por primera vez, después este deporte se
cambió alacanchaqueestuvofrentealapresidenciamunicipal, porquelaescuela sefuecayendodevieja.”
Nacido el 27 de octubre de 1925, Don Frumencio Apitarte Delgado, abre los recuerdos de su
infancia: “Yo estuve en la escuela Leona Vicario, que primero se localizó en la calle Echeverría, antes de llegar a
la esquina con Aldama; tenía una salida frente a la capilla de Santa Cecilia. Ahí nos dio clases Doña Petrita, ella
atendía el 1ro. y el 2do. Era muy buena, traía fruta del huerto de su casa y a los alumnos que sabían la lección, les
regalaba granadas, naranjas, peras, o la fruta que había. En el 3er. Grado la maestra Coco (Socorro) Anguiano
(mamá del profesor José Luís Arredondo, Pepe que también fue presidente municipal); en el 4˚. año daba el
44
Servicios Básicos
profesor José Luís Arredondo, Pepe que también fue presidente municipal); en el 4º. año daba el profesor Pompeyo
Sánchez (hijo de Don Ángel), cuando daba porque le gustaba algo empinar el codo; en el 5º. Nos volvió a dar la
maestra Coco y en el 6º., porque ya era de seis años, nos enseño un profesor apellidado Balcázar. En esta escuela
también dio clases la ameritada maestra Doña Carmen Estrada, que se dedicó a la docencia como sesenta años,
también se retiró por la edad. Cuando la escuela se cambió a su edificio propio, frente a la presidencia, porque la
casa anterior era propiedad de Don Teodoro García, la siguió la maestra Carmen, la maestra Coco y la maestra
Sanjuana Anguiano, que no recuerdo en que año estaba. La maestra Petrita ya estaba jubilada, ya no le tocó la
nueva escuela. También estuvo un profesor al que le decían “El Escopeta”, no recuerdo su nombre. En los
cuarentas también trabajó una escuela que rentaba unos salones en la casa de Doña Ma. Luisa Bedia, en el portal
Ocampo (donde ahora está un banco), los niños salían al recreo allí al jardín. La directora fue la maestra Cruz
Estrada y también se desempeño la maestra Rita Rangel, que también fue maestra en la Escuela Normal de
Romita.”
“Por esos años estaba ya la escuela José María Liceaga (le decíamos la escuela a e i o u), y fue su director el
profesor Daniel Vázquez, que también fue presidente municipal en el período de 1944-45. Le decían “El
Huarache.” Él decía que era profesor, pero apenas sabía leer. Como presidente lo nombró un concuño que era
secretario de gobierno, en Guanajuato. Entonces se dijo que harían la escuela, que sería de dos pisos; pero se acabó
el apoyo de Guanajuato, el presidente no puso su parte, y nomás quedaron las paredes del primer nivel. Los techos
y lo demás se puso por cooperación del pueblo, el profesor Isidro Rivera Juárez (le decían “lechitas”), fungió como
tesorero de una junta. Buen dinerito sacó para la dicha construcción, sería en el año 50. La escuela empezó a
trabajar en tiempos del señor Don Francisco Paúl y era sólo para niños. Ahí trabajó también el profesor Isidro
Ortega Juárez (papá de Clementina y Elia), que fue presidente municipal y la maestra Carmen Ramírez, y más
queyanorecuerdo.”
En las primeras escuelas, el plan de estudios era de cuatro años. Muchos profesores no eran
normalistas, ya con la primaria que tuvieran; pero en las vacaciones asistían al Instituto de Capacitación
del Magisterio, en Guanajuato capital. Los cursos eran de un año, empezando en febrero y terminando en
Noviembre (andábamos de vagos toda la fiesta de la virgen y las posadas); y se tenía doble horario: de 9 a 12
y de 3 a 5 de la tarde. El profesorado era muy riguroso con la disciplina. Los castigos eran: tener a los
alumnos hincados, los reglazos, la varita de membrillo para azotar manos y piernas, los jalones de orejas
que ya mero se las despencaban; pero había otros verdaderamente diabólicos como el poner al niño (¡si
son unos angelitos!) arrodillado contra una esquina de la pared; hincarlos con los brazos abiertos y una
piedra en cada mano; otro era el de la sillita invisible que consistía en colocar al castigado en posición
como que iba a sentarse. . . pero sin silla, a ver cuanto aguantaba; y el campeón de todos (creo yo), que era
tenerlos parados buen rato en un hormiguero.
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Servicios Básicos
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Servicios Básicos
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V.1.5.-Nivel Secundaria
Colegio Guadalupe Telesecundaria 344 Telesecundaria 873
Escuela secundaria (privada) Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Rayon No. 1 Cerro Prieto La Angostura
Telesecundaria 463 Telesecundaria 874
Petra Ríos Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Escuela secundaria (pública) Pedregal de Barroso El Tejamanil
Esq. 5 de Febrero con Peñaranda
Telesecundaria 591 Telesecundaria 875
Secundaria Técnica NO. 31 Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Escuela secundaria (pública) San Clemente El Escoplo
Las Liebres
Telesecundaria 592 Telesecundaria 876
Telesecundaria 146 Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Escuela secundaria (pública) Loa Amoles Santa Efigenia
El Jagüey Telesecundaria 593 Telesecundaria No. 1015
Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Telesecundaria 147 Loma de Portillo San Miguel
Escuela secundaria (pública)
Santa Rosa de Rivas Telesecundaria 719 Telesecundaria No. 1017
Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Telesecundaria 148 Carmen de Sánchez Colonia San Francisco
Escuela secundaria (pública) Telesecundaria 720 Telesecundaria NO. 905
Gavia de Rionda Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Monte de Hoyos El Camaleón
Telesecundaria 234
Escuela secundaria (pública) Telesecundaria 721 Telesecundaria NO. 906
La Sardina Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Lourdes Cruz de Aguilar
Telesecundaria 235
Escuela secundaria (pública) Telesecundaria 722 Telesecundaria NO. 907
Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Mezquite Gordo San Gonzalo El Mármol
Telesecundaria 343 Telesecundaria 872 Telesecundaria NO. 908
Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública) Escuela secundaria (pública)
Cabecera Municipal San Isidro Ojo de Agua Tuna Agria
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Servicios Básicos
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Servicios Básicos
Cuadro 15
Tipo de consulta Número
Generales 80, 233
Especialidad n.d.
Intervenciones quirúrgicas 21
Usuarios activos de planificación
1,086
familiar
Fuente. SNIM, versión 6. 0
En cuanto al capital humano existente en el sector salud, el municipio cuenta con 21 médicos
generales y otros 2 en otras actividades, mientras que las enfermeras existentes en el municipio, 22
están en actividad y 2 están en otras actividades.
Población sin derechohabiencia a servicio de salud 43,156
Población derechohabiente a servicio de salud 7,739
Población derechohabiente al IMSS. 5,423
Población derechohabiente al ISSSTE. 2,314
Fuente: SNIM (Sistema Nacional Informativo Municipal)
Población
sin Población
Nombre de derecho Población con Población Población Derecho
habiencia derechohabiencia derecho derecho habiente
localidad a servicios a servicios de habiente del habiente del del Seguro
de salud salud IMSS ISSSTE Popular
TOTAL
MUNICIPAL 23722 26437 5058 2672 18589
Romita 7950 10956 3273 2268 5270
Los Amoles 245 446 0 0 446
La Cruz de
Aguilar 111 415 4 0 411
El Escoplo 271 599 3 0 595
El Jagüey 709 620 46 7 567
Las Liebres 280 779 323 113 385
El Mármol 124 344 9 0 335
Mezquite Gordo 618 880 303 70 519
San Clemente 297 545 5 19 508
San Gonzalo 112 429 1 0 429
San Miguel del
Guaricho 299 330 3 0 327
Santa Rosa de
Rivas 493 773 26 42 699
Colonia Rafael
Corrales Ayala 294 668 45 16 616
Fuente: INEGI: Censos y conteos 2005
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Romita Historia y Destino
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Servicios Básicos
sin defensas para resistir: diezmó sin piedad a los indígenas, verbigracia, en el año de “1576 . . .
Murieron más de las dos terceras partes de la población aborigen.” En la epidemia de 1643 “. . . De seis partes
de indios, murieron las cinco, en esta provincia. . . a cada paso se ven las ruinas de poblaciones que ayer fueron
y hoy no son. . . .las paredes están caídas, las calles solas y las ciudades asoladas. Apenas hay indios que aren
los campos y cultiven las sementeras, cuiden los ganados. . . .si suceden dos o tres pestes como cualquiera de las
pasadas,hemosdepreguntarcómoeranlosindios.”
Relata el Dr. J. Guadalupe Romero, refiriéndose a estos azotes: “El siguiente año de 43 una
horrible peste, la más horrible que ha habido desde los tiempos de la conquista hasta la época actual, tuvo
lugar entre la clase indígena. . . . .fueron tales los estragos que la ciudad de Tzintzuntzan (Michoacán), que
teníaveintemilindios,quedóreducidaadoscientos.”
En años de secas los campos eran de una cruel desolación (no había pozos profundos, en
algunas partes se dependía en absoluto del agua del cielo). Estos flagelos se presentaban en la
región de Guanajuato capital con más fuerza, por los hacinamientos de la población minera, pero
obviamente, alcanzaban también a los asentamientos cercanos. Las epidemias se exacerbaban por
la desnutrición, la falta de higiene y la promiscuidad. Les llovían las calamidades. La gente vivía en
casas carentes de ventilación y de todo servicio sanitario (allí adentro todos hacían de todo). La falta
de higiene era proverbial. Y claro, no había vacunas.
Tampoco había médicos y a veces ni curanderos. Después de las fiebres llegaban las
hambrunas. A veces éstas eran consecuencia de las sequías. A veces todo se les juntaba. “. . .1714.
Espantosa hambre a causa de dos años de intensa sequía y, por si fuera poco, hay peste de tabardillo (tifo).”
“. . . .1650. Este año es fatal para Silao: una sequía absoluta, un hambre espantosa, se sienten temblores de
tierra y hay fuertes ventarrones. Ocurren un eclipse de sol y dos de luna y aparece en el cielo un gran cometa.”
“. . .1692. La pérdida completa de las cosechas hace que se carezca en absoluto de víveres y el hambre causó
terribles estragos en los habitantes de todo el país.” “ . . 1692. Los silaoenses sintieron la llegada del Día del
Juicioalobservarseotroeclipsetotaldesol.”
¡Dios mío¡ Pero para que nada les faltara: “. . . 1760. Ahora el problema es de exceso de lluvias: se
pierden las cosechas y se inundan los pueblos. Silao es uno de los inundados.” Por si no fuera suficiente el
castigo, ¿su nieve, de qué la quieren? “. . . .1767. Cae en nuestra región una nevada, como no había
memoria.” “ . . . 1786. Rarísimo, una helada en agosto; se pierden las cosechas y hay hambre en la región.” Las
efemérides de León mencionan este hecho el día 27 de agosto, pero de 1785. “ . . . Una muy fuerte
helada destruyó todas las cementeras (sic) de cereales.” El hambre no se hizo del rogar y al inicio del
siguiente año: “. . . . A pesar de estas venéficas (sic) medidas fue tan espantosa el hambre, que por la tradición
conservada entre personas fidedignas, sabemos que las gentes recurrían a los muladares a recoger hasta los
pedazos de zuela (sic), que tostados, tomaban como alimento.” Y nuevo susto: “. . .1789. con estupor se
contemplaunaauroraboreal.”
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Romita Historia y Destino
En León y la región, la gente se puso a temblar: “. . . Los habitantes de esta villa observan por primera
vez la aparición de una aurora boreal, hermoso meteoro raro en nuestras latitudes; y que abarcó gran
extensión en el cielo del Continente Americano.” “. . . 1790. Grave escasez de agua por la falta de lluvias del
añoanterior.”
Estos elementos se complicaban por las eternas guerras en que vivía el país. Durante el siglo
XIX, nuestra nación padeció más de mil levantamientos en armas: revoluciones, rebeliones,
asonadas, motines. En la ciudad de Guanajuato las primeras vacunas se conocieron hasta el año de
1797. Tardarían más en llegar a Romita, porque eran escasas y porque faltaba personal preparado.
Las enfermedades, como jinetes del Apocalipsis, mermaban en mayor o menor grado a la población
infantil. La viruela golpeaba con rudeza a los niños. La tasa de mortalidad infantil oscilaba entre el
25 y el 30 por ciento de los infectados. Los que se salvaban, quedaban perpetuamente marcados por
las cacarañas. En medio de las fiebres, les reventaban las pústulas en la cara y el cuerpo. Cuando las
pústulas les reventaba en los ojos (alrededor), quedaban ciegos. Cacarizos, les llamaba la gente.
Había muchos cacarizos ciegos. Todavía en 1917 llegó una epidemia de tifo y al año siguiente
apareció la famosa “influenza española,” que redujo a casi la mitad los supervivientes de la
Revolución. Se dice que durante este conflicto armado, murió un millón de mexicanos.
“Estuvopeorelremedioquelaenfermedad”
Por esos andurriales era común ver gente ciega, rencos, paralíticos (niños que se
arrastraban o con muletas hechizas), tuertos, débiles mentales (o francamente locos), sordos,
sifilíticos, tísicos, contrahechos, mutilados o deformes como los jorobados, anémicos, pintos (por
el agua sin potabilizar, hermosas jovencitas con dientes amarillos), con chichotes en el cuello o la
cara; con sarna en la cabeza; de repente en misa, en el jardín o en la calle, alguno se convulsionaba
por los ataques (se azotaban contra el suelo, quedaban tirados con los ojos en blanco, la boca llena
de babas y espuma); y para agravar el cuadro, la embriaguez era otra plaga (quizá la fuga de una
dolorosa realidad); se veían borrachos tirados en las calles.
“Nopormuchomadrugaramanecemástemprano”
¿Cómo se curaban? Los médicos que había en Guanajuato capital “recomendaban el uso de
sueros y jarabes: agua de cebada mezclada con un poco de miel y vinagre o té de cebada con flor de
saúco. Para la tos y las deficiencias respiratorias, asociadas con severos casos de sarampión, se
recomendaba un jarabe de flores de violetas o de amapolas, azúcar y agua. Para los casos de
garganta o pecho cerrado se recetaban baños termales (sólo de las piernas) en los cuales el paciente
podía respirar el vapor caliente. Para la erupción provocada por el sarampión se sugería una
cataplasma de mendrugos de pan hervidos en leche y revueltos con azafrán y aceite de rosas. La
sangría como remedio se aplicaba sólo en los casos más graves. Durante la peor parte de la
enfermedad, el paciente debía ser alimentado tan sólo con caldos y atole.”
“Sentimientosdeparidaporquenoledantostadas”
En el Romita lejano, los partos eran atendidos por las comadronas o parteras, en la
propia casa, a falta de médicos y hospitales. Llegado el momento, casi siempre por la
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Servicios Básicos
noche (lo que de noche se hace, de noche nace), se buscaba a la comadrona y se le transportaba a
caballo o en burro, hasta el rancho. Era costumbre amarrar a la parturienta con un lazo, por debajo
de los senos; el lazo se pasaba por una viga del techo y se jalaba a la pobre señora que quedaba
colgando como piñata, con las piernas abiertas, hasta que salía el producto. Me comenta mi amigo
el Dr. Manuel Meza, que hace algunos años, mujeres de los ranchos le pedían que así naciera el bebé,
porque así las habían parido sus madres. Otras veces, acostadas las parturientas sobre un petate,
eran atadas de brazos y pies, jalando fuertemente hacia los lados; así amarradas con brazos y
piernas tirantes, permanecían no uno, sino dos o tres días, (sobre todo las primigestas, por ignorar
los síntomas), hasta que se oían los berridos del mocoso.
Por la costumbre, las mujeres de antaño guardaban la cuarentena, después del parto
(puerperio), no salían porque les fuera a dar un aire (se les iba la leche); cuarenta días guardaban
cama (con tanta cama las que engordaban eran las chinches), en cuarto semioscuro ('y nada de nada,
no se les vaya a hacer fácil, porque luego a la mujer se le desvía la matriz'); otras mujeres de la casa
les daban su caldito de pollo, las bañaban y despiojaban, les lavaban su ropita y los pañales, les
cubrían la cabeza con una pañoleta, bañaban al chilpayate. Así hasta el día de salir, derechito a la
parroquia, a presentar el niño y dar gracias. Algunas había, sin ayuda, que no se bañaban toda la
cuarentena. Para el último día, las otras mujeres ya les tenían preparadas sus tostadas, para
agasajarlas como era costumbre.
Otras mujeres se alquilaban para amamantar al crío, cuando la madre no tenía leche.
Cuando el niño crecía, para quitarle la chiche, la mujer se untaba sábila (otras se untaban chile); y
por el olor y el sabor, el bodoque le hacía fuchi. Se procuraba no cargar mucho al infante, para no
“embrazilarlo.” También había la creencia que cuando las mujeres estaban reglando, no debían
chupar limón o comer sandía.
Relato.
“Paraunoquemadruga,otroquenoduerme”
Todavía me vienen a buscar, aunque sea a medianoche. Que para una limpia, un niño empachado,
unas ventosas. Ya estoy muy vieja. Porque yo nací el día de San Bartolo, el día que el diablo anda
suelto, aunque ya la gente no cree en esas cosas. Nací en el año de 1920. En Irapuato, en un lugar
llamado El Sincón, afuera de Irapuato, allá me bautizaron y me confirmaron. Llegué aquí niña Yo
aprendí a curar viendo como lo hacían otras gentes, aprendí cuando era joven. Pero en todas las
curaciones la fe es la buena. Yo digo 'Virgen de Guadalupe, tu vas a aliviar y yo curo.' En el mal de ojo
es porque hay gentes que tienen la sangre pesada, mucha electrecidá en los ojos, miran a un niño y
se enferma, miran una planta y se seca, se les quedan viendo a los niños y ay están a llora y llora. Los
curo con dos blanquillos: los llamo por su nombre, les digo fulano de tal vente, tráete tu ropa, tu
cobija, tus zapatos, y si son mujeres le digo fulana de tal vente, tráete tu ropa, el rebozo y las
pantaletas; y le rezo y me dice: 'aquí voy con el ángel de tu guarda y el santo de tu devoción, júntate
con tu espíritu, vente, 'ay voy'.
57
Romita Historia y Destino
Con los blanquillos voy haciéndoles crucecitas por todo el cuerpo y rezándoles. Vino una del
Mármol y me dijo cúreme a mi niño, fui con el doctor y no se quiere aliviar; 'pos cómo se va a aliviar si
está bien ojeado'. Los blanquillos se me tronaron en la mano, la yema se me hacía flor, la eché en un
vaso y se hacían para arriba como velas. La gente me tiene fe. Vino un señor y me dijo: cúreme de
espanto. Así es cuando no pueden dormir, están cansados, tienen sueños malos, están helados
helados, sienten que los andan matando, que se andan ahogando, están nerviosos, pero yo los curo.
Una doctora me mandó a su niña para que la curara, y se la curé. El doctor Meza también me manda
gente, porque él no cura cuando es mal de ojo. Les dice vayan con doña Bartola.”
“Lesandan buscandochichesalasvíboras”
Desde que éramos niños (ya no nos cuecen ni con leña verde), la vimos muy activa, por calles
y casas. Fue adquiriendo fama de curandera. Mi relatante es Doña Bartola Pérez Pérez, y le
pregunto ¿Cómo cura al niño al que se le cae la mollera, Doña Bartola? “Me traes al niño, le abres la
boquita y yo le voy metiendo el dedo, el gordo o este otro, con la yema sobre su paladar, empujo para
arriba, del celebro. Mientras esto hago, pongo mi boca sobre la mollera, y le sorbo, como si estuviera
chupando un limón, jalando para arriba; y así un rato. Se componen. Porque los niños que traen la
mollera caída, no pueden mamar bien su leche, no tienen fuerza en la boca, como que les chapalea,
pero no sorben la leche, andan muy tristes por la falta de alimento.” ¿Y porque se les cae la mollera,
doña Bartola? “Sucede porque los besan en la boca, a los niños no se les debe besar en la boca, les
hacen un daño. Por eso la boca les tiembla y les chapalea. Pero se componen, yo a ti te la compuse, te
trajo conmigo tu mama, venías rete ñango, y yo te compuse.” Me pongo a la defensiva. “Mejor me
retiro Doña Bartola, creo que no me quedó bien la mollera.”
“Críacuervosytesacaránlosojos”
“Para el niño con diarrea, que no se les puede cortar, les doy estomaquil, y lo chupan con un
limón. Lo mismo para la gente mayorcita, luego luego se les amarra el estógamo. Para las ventosas
(cataplasmas) se pone poquito alcohol en un vasito, se le tira el cerillo y así ardiendo, se le pasa el
vasito por la parte donde está el dolor; el vasito jala para arriba la carne, luego cuando se va
retirando, la piel queda mojada, porque ya se sacó lo malo. Vino una viejita que se cayó y no
aguantaba el pecho, y me dijo que ya no aguanto el dolor en el pecho, y le dije: quítese la ropa y le
empecé a pasar el vasito por el pecho, pero jaló una chiche toda para dentro del vaso; después me
dijo: 'ya me alivié, aunque mi chiche se metió en el vaso, pero me alivié.' El empacho lo curaba antes
con unos polvitos que me daba Don Manuelito Arroyo, el de la botica. 'Déme su ropa para lavársela.'
Y a cambio me daba los polvitos.
Los niños están sofocados, con un dolor en el estógamo. Se les empieza a sobar y sobar,
juntando el estógamo con las palmas de las manos, hasta que sale todo lo malo. Comen cosas que no
les caen y así se empachan. También les doy yerba del perro cocida. Vino un muchacho con mucho
hipo y zas y zas y zas, no lo dejaba estar. Le di una yerbita del perro con azúcar, le pasé una plancha
caliente con un trapo sobre el pecho; y se alivió. También les quebro las anginas. Vinieron de México a
que les quebrara las anginas: los Hidalgo vinieron a que les quebrara las anginas y de una vez
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Servicios Básicos
les di una limpia: les pongo una pomada en el pecho y en el cuerpo y les jalo la cabeza; luego les doy
una pastilla de Agin. Y se alivian. Antes el dolor de cabeza se lo curaba uno con chiquiadores, se
compraban en la botica; o se hacían de una yerba de mastuerzo, se cortaba y limpiaba con una
escobeta y se ponían en las sienes, y se les quitaba el dolor.
El reumatismo se cura con sábila calientita: se cortan las hojas a lo largo, se ponen sobre un
comal caliente y luego se untan en las piernas y las plantas de los pies. También los curo del latido,
que les da en la boca del estógamo, como cólico que no los deja estar; les dá por lo mal comido y
porque duermen boca arriba; se quita con cebolla morada asada, la hago parche y se los pongo ahí,
con un pedazo de bisté, se los amarro con una venda, y se les quita. A los que hacen mal de ojo, para
eso hay que aventar el blanquillo a la lumbre, con chiles en el comal y cuernos de chivo. A ése se le
devuelve el mal de ojo, se le saltan los ojos a él. Pero de eso ya no me acuerdo bien.
Antes los señores se ponían unos alambres en las canillas, que para que se les quitara la
flojera, que se les calentaban los brazos cuando iban a cortar alfalfa. El Bucle es una yerbita que
crece como chilito y tiene unas flores como campanitas, sirve para cuando uno tiene maldiorín.
También es bueno para el estógamo. Se da en los huertos, aquí en las casas. Tantas yerbitas y tantas
cosas que no acabamos.”
Relato
“Paratodomalmezcal,paratodobien,también”
La atención hospitalaria fue bien pobre en el estado de Guanajuato. Durante el Porfiriato
pocos municipios tuvieron un nosocomio. Sólo siete municipios, entre ellos San Pedro Piedra
Gorda, contaban con uno, y eran muy pequeños. La atención era tan deficiente que un dictamen de
la Cámara de Diputados decía: “....Consóloentraraunhospitalseenfermaelmássano,yconsóloasomarse
a las casas de dementes, el varón más cuerdo siente que su razón se oprime.” En aquellos años las
autoridades rentaban casas, que hacían las veces de nosocomio, sin equipo, instrumental ni
medicamentos, ni siquiera personal; ahí llevaban los muertitos de las frecuentes balaceras.
Don Camerino Guerrero, romitense nacido en 1908, nos cuenta que Romita tuvo un hospital
a principios del siglo anterior; se localizó en la calle Morelos, a un lado de la cárcel, donde después
se construyó la escuela federal. Otro estuvo en una casa, frente al Sistema de Agua Potable.
Realmente sólo se contó con hospital en forma hasta la década de los cincuenta. El presidente Don
Juan García, asesorado por el Dr. Don Alberto Chávez, leonés que en ese tiempo vivió entre
nosotros, dispuso la construcción de primer hospital, que se localizó en la calle Peñaranda, casi
esquina con Vicente Guerrero. Hubo necesidad de surtirlo de agua potable, y para ello se construyó
la primera red de agua y de drenaje (la pequeña red). Dotado del mínimo de infra-estructura
hospitalaria, dio un buen servicio a la población de entonces, 1957.
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CAPÍTULO VI
COMUNICACIONES Y TRANSPORTES
carros de tracción animal jalados por machos, caballos, burros o bueyes (dicho sea sin ofender a
nadie); estos carros, con ruedas de madera y revestimiento de fierro de dos metros de diámetro y
pesados ejes también de fierro, se arrastraban perezosamente, rechinando bajo su cargamento de
cristianos, costalera de semillas, animales de corral y variopinta clase de triques.
Hasta los treinta, que empieza el servicio de transporte inter-urbano colectivo, el transporte
era a lomos de nobles jumentos. Por el puente viejo, antigua salida a Silao, podía usted rentar un
burro (allí era el estacionamiento y los encontraba a su gusto), a 50 centavos por todo el día (sin
licencia de conductor ni tarjeta de circulación), para llevarlo a la vecina ciudad. Allá andaba
paseando muy a gusto en su pollino, hasta la hora de regreso.
“A caballoregaladonoseleveelcolmillo”
Se necesita mucha imaginación para ver el territorio de Romita sin las actuales carreteras y
sólo pocos, muy pocos caminos vecinales. Sólo los había entre las comunidades más importantes.
Todos de tierra, que en tiempos de lluvias eran unos atascaderos, incluyendo la única carretera de
brecha que había (salía por el puente viejo de mampostería que todavía hoy se ve, frente a la
confluencia de las calles Liceaga y 5 de Febrero para seguir el camino viejo), la que hoy lleva a Silao,
asfaltada hasta 1961. Casi 20 años antes, para la pavimentación de esta carretera, la presidencia
municipal, buscando reunir los fondos necesarios, impuso a los dueños de los camiones, la
obligación de separar por cada boleto del pasaje, que pagábamos nosotros, 5 centavos, para la
susodicha obra; eran unos boletitos de papel de china casi del tamaño de una estampilla; jamás se
informó a la población sobre el monto y el destino de lo recabado. La gente, tan mal pensada quién
sabe porqué, sospechaba que cada autoridad municipal cargaba con el santo y la limosna. Porque la
carretera tardó cuarenta años en construirse.
“Entremulaymulanomáslaspatadasseoyen”
Pero antes echemos un vistazo al transporte rural en aquellos ya lejanos años. El primer
camión de pasajeros, hacia 1931, de caja cuadrada, pequeña, fue el de Don Andrés Conejo,
adinerado comerciante que fue presidente municipal. Se llamaba “El Pegaso”. Hacía su recorrido
diario de Romita a Irapuato, ranchando. Por cierto, se dice que a un hijo de Don Andrés, llamado
José Hernández, fue muerto en un viaje, en el rancho “El Venado”. Lo mató uno de Jalisco, aunque
hay otra versión.
“Parasucasanohayburroflojo”
Hacia 1939 Don Rosalío García Meza (papá de mi amigo Trine), de la Gavia de Rivas,
operaba su camión llamado “El Campesino”, un Ford de ese año para pasajeros, de carrocería de
madera, de pequeñas dimensiones. Cubría su ruta que salía a las 5 de la mañana de la Gavia, pasaba a
Belén, luego al Camaleón, El Jagüey, Barretos, Rancho Nuevo, El Lindero, Los Tepetates, para llegar
a León. Pocas horas después iniciaba su camino de regreso. Su agotador periplo duraba casi todo el
día, pues llegaba a su lugar de origen a las 6 de la tarde. Este transporte dio servicio hasta 1949.
En 1954 empieza la segunda época de “El Campesino”, siguiendo su nueva ruta La Gavia-
Irapuato. De La Gavia venía a Romita y seguía hacia San Clemente, Santa Rosa, Vista Hermosa, El
62
Comunicaciones y transportes
Venado, El Potrero, la Noria de Camarena, Pozo Blanco, Arandas y llegaba a Irapuato; regresaba
horas después por el camino andado.
Desde los tiempos de la colonia española, los mineros guanajuatenses habían encontrado
una vía de comunicación con el occidente, viniendo de Guanajuato, pasaba por Romita y San Pedro
Piedra Gorda, hacia las regiones de los Altos de Jalisco. En aquellos años los romitenses
frecuentaban más el territorio de Ciudad Manuel Doblado (Puerta de San Juan). En 1945 había un
transporte diario que realizaba “El Palomo”, que salía temprano de aquella ciudad, seguía por La
Puerta de San Juan, Las Tablas, San Isidro Ojo de Agua, La Rana, Los Amoles, La Cruz de Aguilar, El
Mármol y Romita.
“Ábransevacasquelavidaescorta”
A estos transportes la gente les llamaba indistintamente “la corrida”, preguntaban si ya llegó
o si ya pasó “la corrida”. También existía “La Paloma”, que salía a las 5 de la mañana de Puerta de
San Juan y llegaba a Romita a las 9, subiendo y bajando pasaje en La Muralla, Santa Ifigenia, Monte
de Hoyos, Santa Rosalía, La Gavia y El Mármol. Emprendía su regreso a las 3 de la tarde. Al igual que
su compañero “El Palomo”, este transporte era administrado por la “Cooperativa Flecha Azul”,
pero con mejor servicio entonces.
“Dosaleznasnosepican”
Eran estos camiones Ford o International, muy grandes, voluminosas cajas de madera, con
largas bancas durísimas, en ambos lados y otra en medio, con largos tubos en lo alto como
agarraderas; tenían sus ventanitas que si estaban cerradas la gente se iba asando de calor; si las
abrían, con el polvo y el sudor de varias horas de viaje, al bajar ni sus madres los reconocían. Eran
los famosos “Guajoloteros” porque transportaban, además de las personas, toda clase de
animalitos, bultos de maíz, trigo, frijol, cajas y canastos de pan, cajas de refrescos, las sacas con el
mandado, huaraches, sombreros, jarciería, aperos de labranza y cuanto cupiera. Los domingos, con
frecuencia, llevaban algunos borrachitos, a los que trepaban empujándolos ante su airada
resistencia, iban vociferando y mentándole la progenitora a media humanidad, vomitando sapos y
culebras por todo el trayecto. Lleno el interior, los demás subían por una escalerita, se
encaramaban en el techo del camión que se movía pesadamente; copeteado, parecía increíble
llegara a su destino.
“Unclavosacaotroclavo”
La comunicación carretera de Romita-León, en 1936, también tuvo su “corrida”: “El
Venadito”, siendo su primer propietario un señor de León llamado Don Agustín López, por mal
nombre “El Sapo”, quien murió joven, después sus familiares siguieron con el camión; luego lo
vendieron a Don Salvador Frausto, papá del Mono, Jesús María y Chava el “Tetos.” Esto fue hacia
1936. Salía a las 6 de la mañana rumbo al Mármol, llegaba a Valenciana, Lourdes, La Oreja, San José
del Jagüey, Santa Ana del Conde, El Bajío (rancho que ya no existe), El Resplandor, San Juan de
Abajo y llegaba a León. Estaba en Romita de regreso a las 6 de la tarde. En época más reciente fue su
propietario Don Jesús Torres.
63
Romita Historia y Destino
Es preciso mencionar que este camión realizó la proeza de transportar la cabeza de Cristo
Rey, de Silao a la cima de la montaña. En tiempos de la construcción del monumento.
Ningún transportista, de Romita o Silao, había aceptado la encomienda, todos le zacateaban, por el
temor bien fundado, de caer en un profundo barranco. De sus últimos propietarios se recuerda a
los hermanos Francisco y Alberto Araujo Zepeda (mi cuñado).
“Lesdaspalosatuperro”
El la comunidad de El Jagüey vivió don Juan Gutiérrez, propietario de la famosa “La Barca de
Oro”. Allí iniciaba a las 5 de la mañana su itinerario que seguía por El Camaleón, Belén, Valenciana,
El Mármol y levantando su pasaje en Romita, a las 7 de la mañana, continuaba por el mismo camino
que “El Venadito”, para llegar a León, descansar allí y regresar a su puerto de salida.
“Detalpalotalastilla;ymásadentromásamarilla”
Otros transportes rurales hubo como “El Diamante”, propiedad de Don Salvador González,
camión modelo 50, y cubría una ruta similar a la de “El Campesino”, en su primera época, con su
destino a León. Otros camiones fueron la “Estrella de Oro” y el “As de Oros”, propiedad de Don
Pedro Gómez. “ElJúpiter”, de los hermanos David, Eliseo y Carlos Rocha.
Don Pedro Rodríguez, que le decían El Cotorro, tuvo un camión Ford, de caja de madera,
pequeño; su ruta era de Romita a Silao. Cobraba 50 centavos, de ida y vuelta. Esperaba a los
pasajeros para traerlos de regreso. Estos camiones no tenían batería; para encenderlos se les daba
crán. Entonces no había corrida a Guanajuato; para trasladarse a esta ciudad, se tomaba en la
estación de Silao un trenecito, le decían “La Burrita.”
“Perroqueladranomuerde”
Hacia 1938 ya contaba con dos camiones de carrocería de madera, algo cansados; a uno le
llamaban “el hígado” y al otro “la hiel.” Formada por los socios Refugio Arredondo “Cuco la Bola”
para sus amigos, Don Rosalío Castro, Don Antonio Calderón un señor llamado Fierritos, Juan
“Gordo” Rodríguez, Manuel Sánchez, Jesús Flores Estrada, David Ramírez Ibarra (papá de
Davisillo), Jesús Huerta y otros. Tuvieron su propio transporte de Romita a Silao, después de
Romita a la Puerta de San Juan. Nuestro informante Don Tacho Villegas, nos asegura: “Tenían
cochecitos Ford, modelos 30 o 31, al ver que los señores Farías estrenaron su buen camión y que no se daban
abasto con tanta gente que iba a Silao, se unieron, vendieron sus cochecitos y formaron la cooperativa, que al
principiosóloteníacorridaaSilaoyhastalaciudaddeGuanajuato”.
64
Comunicaciones y transportes
“Mientrasmásconozcoalagente,másquieroamiperro”
Un domingo del año 1937, los vecinos de Romita se quedaron pasmados, llenos de
admiración ante el flamante camión que presentaron al público los hermanos Miguel y Emilio
Farías Araujo. Era de caja mediana, como los de la época, carrocería de madera, todo de rojo.
Iniciaba el servicio de la línea “Non Plus Ultra.” Llevaba a la gente de Romita a Silao, cobraba 40
centavos viaje redondo, 25 el sencillo, y salía cuando se llenaba (nada ha cambiado). Y para regresar
esperaba a la gente; y ya todos, contados y sin faltar ninguno, hay viene de regreso. Los hermanos
Farías habían iniciado en el transporte público en los años treinta, con un taxi marca Ford, que
recogía el pasaje a domicilio.
Doña Lucita Rodríguez viuda de Farías refiere que en 1937, Don Luís I. Rodríguez era
gobernador del Estado. “Vino a una fiesta en el antiguo cine Victoria; los cooperativistas le pidieron
exclusivas para servicio inter-urbano. Tocando en la orquesta se encontraba mi suegro, Don Emilio
y le habló al gobernador, pidiendo que no dejara sin apoyo a otros. El gobernador dijo que no era su
intención perjudicar a nadie. Y también a los Farías autorizó tener camiones. Emilio y Miguel
discutían la conveniencia de realizar el servicio, porque la gente estaba acostumbrada a que el taxi
pasara por ella a domicilio. 'Si el camión está parado en un solo lugar, a lo mejor no se suben.' Se
arriesgaron y el éxito no se hizo esperar. El camión no se daba abasto. Ya al empezar la década de los
cuarenta, contaban con cuatro camiones: dos daban servicio a Silao; otro tenía la ruta a León, y el
otro a Irapuato, ranchando, no había ni siquiera carretera a Silao.”
Aquí interviene su hijo José Luís (Chito Farías), para contarnos una anécdota: “En aquellos
tiempos las señoras usaban vestidos muy largos. Como los camiones también llevaban carga de
costalera de maíz, frijol, cacahuates, que apenas dejaban espacio a los pasajeros, una vez una señora
llamada María Vargas, empezó a gritar que pararan el camión; todos se alarmaron; “´saquénmela,
sáquenmela,” gritaba la señora. El camión se detuvo y le tuvieron que ayudar a sacar de entre su
vestido una rata que se le metió. “Estaba bien grandota”, dijo Doña María, “por eso la tuve que
soltar.”
“En el año 46, continúa Doña Lucita, se nos quemó un camión, lo manejaba Maximino (el
Barrilito), de los que iban a Silao. Como cargaban un tanque de gasolina, porque se les acababa,
alguien le prendió un cerillo. Ardió completamente. Pero se le puso caja nueva y pronto volvió al
servicio. En 1948 mi esposo y mi cuñado Miguel, estrenaron los camiones chatos. Era una gran
admiración de la gente, porque ya eran camiones modernos. De la marca Internacional. La línea
Non Plus Ultra, todavía existe, los camiones los tiene José Manuel Reyes Razo, nieto de mi cuñado
Miguel.” Gratos recuerdos de Doña Lucita. Toda una época del transporte romitense, mejor que el
de ahora.
65
Romita Historia y Destino
Transportes La Alteña
“Aotroperroconesehueso”
En los años sesenta, se estableció en Romita una oficina (en la casa de Don Mario Rangel, en
la calle Juárez), de esta empresa, cuya ruta era hasta Guadalajara. Eran autobuses buenos, ya
modernos, cómodos, color verde. Con salidas diarias, a las 8 de la mañana; aquí estaban de regreso
a las 8 de la noche. La oficina era atendida por una hija de Don Blas Morales, Raquelita, hermana de
Jorge, mis primos. Dio muy buen servicio siguiendo el itinerario de Romita, Silao, León, Lagos, San
Juan de los Lagos, Tepatitlán y Guadalajara. Después de varios años de servicio desapareció, al
fusionarse con otras líneas.
Los Taxis
“Másvalepasoquedureynotrotequecanse”
Don Camerino Guerrero nació en la Loma de Portillo, en 1908. “Que día nació Don
Camerino” , le pregunto. “Cuando le pregunté a mi mama qué día había yo nacido me dijo: “No se el
día, sólo recuerdo que había calabacitas en el campo, estaban tiernitas.” Faltándole sólo dos años
para cumplir un siglo, Don Camerino tiene una claridad mental envidiable. De elevada estatura,
corpulento, ojos claros, conserva todo su pelo gris. Probablemente sea la única persona en Romita
que vio en 1915, el macabro suceso de los colgados del Jardín Hidalgo.
Me informa que el primer coche automóvil que circuló por estos lares, fue propiedad de Don
Santos García (después dueño y cantinero de La Bohemia). Primero lo tenía a su servicio particular,
luego a pedido de la gente lo hizo público. Fue en 1923. No recuerda la marca. Después llegó el
coche de Don Antonio Calderón, quien era el mecánico y chofer del señor cura Don Diego Santos.
Tuvo Don Antonio su propio auto que puso al servicio del público; era un coche Dodge modelo
1932. Todavía lo trabajaba en los cincuenta. Negro como un escarabajo, era inevitable recordar las
películas de Al Capone.
También los señores cooperativistas, fueron propietarios de un pequeño Ford modelo del 31,
de color gris. Trabajó del año 33 al 36 más o menos. Estos señores primero fueron taxistas y luego
cooperativistas. El taxi lo manejaban los mismos socios, una semana cada uno. Los hermanos
Farías habían tenido desde los años treintas, un taxi marca Ford, como ya vimos. Don Camerino
nos platica de éste y de un sinfín de temas, como adelante veremos.
“Arreyarre, miburritayanoquierecaminar”
Afirmo, con agrado, que en el inicio del tercer milenio, nuestro municipio está bien
comunicado. Sin embargo el transporte de Romita se estancó. Sorprenderá al joven lector saber que el
transporte de los años cuarenta era mejor que el actual. Sin carreteras ni caminos asfaltados, entre
horribles lodazales, aquellos vehículos dieron un buen servicio a los romitenses. La gente viajaba
encantada, hoy va renegando. Aquellos transportistas supieron interpretar el cambio de los tiempos.
66
Comunicaciones y transportes
El actual transporte inter-urbano quedó anclado en el pasado; sufre lenta agonía por severa
artritis reumatoide. Una verdadera rémora, el freno más ostensible para el desarrollo de la ciudad,
por la astronómica pérdida de tiempo. La fusión de líneas no ha beneficiado a los romitenses. Ha
existido incapacidad para implementar el transporte urbano, no obstante contar Romita con 45
colonias. Sin que haya preocupación de las autoridades municipales por ayudar a la población en
este penoso Vía Crucis. Aún más: han dejado en penosa incuria y abandono negligente la Central de
Autobuses, totalmente terminada desde hace varios años, contando con buenas carreteras de
apoyo.
1.- www.mapasméxico.net/romita-guanajuato.htlm.
2.- romita.wikipedia.laenciclopedialibre.
3.- mexico.pueblosamérica.com//romita.
4.- http:/romita.guanajuato.gob.mx/
5.- http:/.guanajuato.gob.mx/.../municipios.php
6.- http://proteccioncivil.guanajuato.gob.mx/.../romita.php
Antecedentes
Al finalizar el siglo XIX, Romita no contaba con telégrafo ni teléfono. Sin embargo, una de sus
comunidades, la hacienda de Mezquite Gordo, la más poblada (1040 habitantes) y más desarrollada,
si tenía estos servicios. Esta hacienda tenía una hermana, que era la de San Clemente (679 habitantes),
ambas propiedad de Doña Clementina Sanz de Ossio. Su administrador era tan diligente y visionario
que no solo construyó el canal de otra hacienda hermana, Trejo, hasta el Mezquite Gordo y de aquí
hacia San Clemente, para regar bien sus tierras. Había iniciado también la construcción
67
Romita Historia y Destino
de las vías del ferrocarril, de Silao a Mezquite Gordo, que sólo la llegada de la Revolución dejó
empezada.
Nos comenta el ingeniero Don Pedro gonzález, en su obra ya citada, que en estas haciendas,
por teléfono del gobierno se hace la comunicación rápida con la capital y el resto del país, y la hacienda de
Mezquite Gordo tiene tambiénsuteléfonoalamismacapital,tocandoSilao.
Todos los caminos son carreteros: el de Silao recorre 15 Km.; de León, por Santa Ana del Conde, 40, y
por la Sardina, 50; el de Irapuato, 38, y el de Cuerámaro, por Puerta de San Juan, 62. Para Piedragorda se
abrióuncaminorecto desde Guanajuato,que,pasandoporTultitlán y ElLobo, atraviesaelríoTurbiocerca
de PiedragordaporelexcelentepuentedeMaravillas”.
VI.2.4.- Periódicos
A Romita llegan todos los periódicos diarios que circulan en el Estado de Guanajuato: El
Correo, a.m., El Heraldo y El Sol de León. Aunque usted no lo crea, los romitenses de los años
cuarenta estaban bien informados, quizá mejor que ahora. Diariamente llegaban los periódicos de
la ciudad de México, La Prensa, El Universal y Excelsior (en tiempos de Don Porfirio llegaba,
aunque con días de retraso El Imparcial), que distribuía en buenas cantidades mi tío Don José
Estrada, hermano de la maestra Carmen. Se entregaban a domicilio. Claro, también se vendía el Sol
de León. Había pocas revistas: cómicas como el Pepín, que traía a los Supersabios; el Chamaco, que
traía a los Superlocos. Había una revista para las féminas: “Paquita”, con consejos para la familia.
Es penoso decirlo, pero hoy día en Romita no se venden periódicos de la capital. Ni uno solo.
Algo de historia
Según el Ingeniero Pedro Gonzalez en su obra ya citada, nos dice que a finalizar el siglo XIX
Romita ya contaba con teléfono: “por telefono del gobierno se hace la comunicación rápida con la Capital
y el resto del país, y la Hacienda de Mezquite Gordo tiene también su teléfono a la misma Capital, tocando
Silao”. Por cuanto hace al servicio telegráico, Romita solamente pudo contar con él, hasta los años 60. Esta
oficinasigueprestandosusserviciosalapoblación”.
68
CAPÍTULO VII
ACTIVIDAD ECONÓMICA
VII.-1.- Agricultura
La actividad más importante del municipio es la agricultura,
Romita tiene una extensión de 29 mil 239 hectáreas de uso agropecuario o
forestal y alrededor del 91.3% son ejidos. De la superficie sembrada en
1999-2000 el 99.2% fue cosecha (30 mil 838 has).
Población derechohabiente a servicios de salud Cuadro 17
CONCEPTO CLASE O SUBCLASE % DE LA SUPERFICIE
DESCRIPCIÓN MUNICIPAL
USO AGRíCOLA Mecanizada continua 57.67
Mecanizada estacional o de 24.04
tracción animal continua. 18.29
De tracción animal continua
USO PECUARIO Para el desarrollo de las praderas 58.87
cultivadas.
Para el aprovechamiento de la 41.13
vegetación natural diferente del
pastizal.
Fuente: CGSNEGI. Uso potencial, Agricultura, 1:1 000 000.
CGSNEGI. Uso potencial, Ganadería, 1:1 000 000.
VII.-1.1.- Especies de cultivo
Lo principales cultivos son maíz, sorgo, fresa papa y alfalfa. Algunas hortalizas, cebolla,
calabaza, pepino, jícama, chile en sus variedades, lechuga y zanahoria.
Agricultura y vegetación Cuadro 18
Concepto Nombre científico Nombre local Utilidad
AGRICULTURA Zea mays Maíz Comestible
87.69% de la superficie Phaseolus vulgaris Frijol Comestible
municipal Medicago sativa Alfalfa Forraje
Triticum aestivum trigo Industrial
PASTIZAL Buchloe dactyloides Zacate chino Forraje
4.64% de la superficie Aristida sp. Zacate tres bardas Forraje
municipal Muhlenbergia sp. zacaton Forraje
MATORRAL Opuntia sp. Nopal Comestible
7.67% de la superficie Prosopis laevigata Mezquite Leña
municipal Celtis sp. Granjeno Leña
Acacia farnesiana huizache Forraje
Fuente: INEGI Carta de uso del Suelo y Vegetación, 1:250 000 Nota: solo se mencionan algunas especies útiles.
69
Romita Historia y Destino
VII.-1.2.- Deforestación
El deterioro de los recursos naturales, tales como la deforestación, se ha agravado en las
últimas décadas, por lo que se requiere la implementación de medidas para su restauración. La
pérdida de cubierta vegetal fue originada por la tala inmoderada practicada por nuestros
antepasados, para el aprovechamiento de leña para combustible, al igual que el sobrepastoreo y el
crecimiento de la frontera agrícola, provocando la pérdida y la fragmentación del habitat, erosión,
disminución de infiltración y azolve de cuerpos de agua, causando esto el retiro de humedad.
VII.-1.3.-Aguas residuales
Las aguas residuales municipales y agrícolas provocan la contaminación de los principales
cuerpos dea agua; toda el agua residual que no se trata, representa un factor importante de riesgo
para la salud y para la contaminación de los suelos. Las aguas rsiduales generadas por la cabecera
municipal, corresponde a 2,779 m3, por día; y se carece de una planta tratadora de aguas. Sin
embargo, por el momento, no se encuentra en proceso un proyecto para la construcción de una
planta de ésa índole.
Las aguas contaminadas del Río Turbio cruzan el Valle de León; en esta región, se combinan
para el riego aguas limpias con aaguas negras de la ciudad de León. Estas últimas provienen de la
actividad de la industria de la curtiduría y tienen una gran cantidad de contaminantes,
principalmente cromo.
VII.2.- Ganadería
Romita ha ido perdiendo competitividad en este renglón. Después del auge que se registró
en los años sesenta, al mejorar el ganado vacuno con los métodos de inseminación artificial, con
semen de ganado de alto registro; la proliferación en ése entonces de los establos, los buenos
precios de la leche y la carne, al finalizar los ochenta, vino un declive que orilló a los ganaderos a
vender sus establos y al paulatino abandono de la actividad. La carestía de medicinas y alimentos,
por un lado, y la importación de lácteos del vecino país, por el otro, vineron a dar la puntilla a este
sector hasta casi hacerlo desaparecer.
Las mismas circunstancias se repitieron en la porcicultura; los buenos años no han vuelto a
ver la suya. No podemos afirmar que las otras especies estén en bonanza; el ganado caprino ha
disminuido y ya no se ven aquellos grandes atos del chiverío que iban a pastar a lomas y sementeras.
A pesar del buen precio que tiene el chivo en el mercado; falta un adecuado sistema de
comercialización que proteja al productor de los especuladores.
Actualmente existe interés por el borrego llamado peligüey, no productor de lana sino de
carne, por su fácil reproducción, su adaptación al medio, el bajo costo y variedad de su alimentación.
Pero tiene los mismos problemas de comercialización. Otro tipo de cultivo de animales, no han
tenido desarrollo significativo en Romita. Quizá la excepción sea la apicultura, que veremos en el
capítulo de industrialización.
70
Actividad Económica
VII. 2.1.- Tipos de ganadería: vacuna, porcina, caprina, caballar, la avicultura, la apicultura
Cuadro 18
71
Romita Historia y Destino
Los agaveros de los seis municipios del estado, se han unido en una organización gremial y
económica (una Sociedad anónima), que con la participación de todos y el apoyo de la SAGARPA,
inició la construcción de su propia fábrica, en terrenos donados por el municipio de Cuerámaro;
con un avance de un 80 por ciento, se ha detenido por la falta de apoyos financieros, tanto del sector
gubernamental como del sector privado. No así la comercialización del producto (maquilado en
plantas de Jalisco), y ya se cuenta con un tequila de excelente calidad, de agave de nuestra tierra, que
al darse a conocer empieza a tener demanda.
Romita ya cuenta con una planta de miel de abeja. que pronto deberá estar en pleno proceso
de industrialización. Nuestros apicultores han procesado un producto de alta calidad, digno de la
exportación, por su pureza, textura, color y exquisito sabor, gracias a una variada floración de
nuestros campos . Aquí también se necesita un mayor impulso para acelerar el despegue. Quizá
valdría la pena invitar a invertir a los paisanos de dentro y de más allá de nuestras fronteras, para
que trabajen como empresarios en sus propios lugares de origen.
No debe descuidarse la artesanía, que en otros tiempos dio ocupación a muchos talleres
familiares, como la cerería, la obrajería y la alfarería. En los últimos años ha destacado la artesanía
de la elaboración de piñatas, en comunidades rurales como Tierras Blancas y aledañas. El
municipio ha organizado exposiciones y encuentros de artesanos de este ramo y otras exposiciones
de artesanías. Éstas son muy importantes por la mano obra familiar que emplean. Puede hacerse
mucho en materia de comercialización, para proteger el ingreso familiar, como la búsqueda de
mercados competitivos.
VII.-3.1. Microregionalización
72
Actividad Económica
1.- Agregados pétreos. Realizar la explotación racional de los bancos de material, respetando las
leyes de protección al medio ambiente. El gobierno estatal deberá apoyar con estudios de mercado
y promociones para la inversión de estos materiales, útiles en la construcción y revestimiento de
caminos, terracerías y brechas en el municipio.
2.- Con relación a las Rocas Dimensionales. Buscar inversionistas y capacitar personal de la
lñoalidad para que realicen una explotación racional de la toba riolítica (cantera), para su
utilización en la elaboración de adoquines para pisos, bardas, fachadas, fuentes y figuras
ornamentales, así como apoyo para la búsqueda de mercados donde se venda lo que se produzca.
3.- Minerales No Metálicos. El feldespato potásico (ortoclasa), arcilla, calcita y arena sílica,
deberán estudiarse a detalle, para definir el potencial y determinar la calidad de los componentes,
qué representa mayor interés para su mejor utilización en la industria de la cerámica
principalmente, en la manufactura de porcelana vítrea y semivítrea, lozas paraa paredes, sanitarios,
lustres y esmaltes. Como se puede ver, recursos naturales tenemos, también tenemos el reto.
73
Romita Historia y Destino
74
Actividad Económica
circulación de mercancías, en todo el territorio patrio. Estos buenos personajes fueron borrados
del mapa de la actividad económica, por la aparición del transporte motorizado, a partir de los años
treinta. Desde luego, el expendio de productos, en gran parte, se daba en comercio semifijo, en vía
pública, tipo tianguis. Y el comercio ambulante, practicado por quienes llevaban sus mercaderías
por las calles, a pie o a lomos de bestia: barilleros, vendedores de leche de vaca, de leche de burra,
quesos, camote, quiote, aguamiel, pulque, calabaza y chilacayota, varitas de tejocote en dulce,
quiote y aguamiel, paletas y nieve, cal, pan, tamales, gorditas, alfalfa, frutas y verduras y otros
productos más. Lo que sí podemos reconstruir, con cierta precisión, es la ubicación de algunos
comercios en la primera mitad del siglo XX.
En ese tiempo existió un mercadito de puestos de madera y techos de tejamanil o lámina,
localizado primero en la calle Juárez (la de la parroquia), luego en la calle Aldama (la de los
mesones), allí tenía su puesto Don David Lozoya, papá del Pillo Lozoya, mi amigo, que aparte de
fruta en rebanadas, alquilaba “cuentos” (revistas), que lucían montados en un cordel que iba de lado
a lado del puesto. Los más de los puestos, estuvieron en la primera calle Echeverría (la del Sr.
Arcadio), entre las calles Allende (ahí empezaba, la calle no estaba empedrada ni tenía banquetas,
en tiempos de lluvias andaban las marchantas entre el lodo) y calle Aldama (aquí terminaba).
En los puestos se vendía semillas como maíz, frijol, garbanzo; aguas frescas, jarcería,
huaraches sombreros, y cosas de hojalata, frutas, verduras y abarrotes. Por los lados estaba la venta
de ollas, cazos, cajetes, cántaros y cazuelas de barro. Los puestos se trasladaron a los locales del
primer mercado público, el Benito Juárez, cuya construcción empezó el presidente municipal Don
Jesús Flores Estrada y terminó en 1972 Don Frumencio Azpitarte Delgado. Este mercado fue
demolido y se construye uno nuevo.
VII. 6.2.- Los arrieros
En el México colonial e independiente, la economía tuvo en los arrieros a sus grandes
agentes comerciales. Gente muy respetable. Muy importantes en el transporte e intercambio de
mercaderías, de unas regiones a otras. Y de pueblo a pueblo, fueran vecinos o distantes, en recuas
de mulas y caballos matalotes, desfilando con pesados fardos, jaulas y huacales, tompiates, tercios y
costalera. A los arriero se les confiaban caudales para hacerlos llegar a su destino. Tan confiables
eran estas personas, que no sólo custodiaban alforjas y talegas. A ellos también se les confiaba la
custodia en los caminos de personas. Llevaban, para entregar en su destino, a señoras y señoritas
casaderas.
Siendo Don Manuel Doblado gobernador del Estado, había mandado construir una
carretera y el magnífico puente de Maravillas. Comunicaba a Guanajuato capital, con Piedragorda,
pasando por Silao y Romita. Romita fue punto de paso hacia Jalisco. A puro golpe de guarache,
transportaban el piloncillo, el azúcar, la sal, las naranjas de Atotonilco, el aguardiente, el arroz y
otros productos, de lugares tan lejanos como Colima y Tierra Caliente, en Michoacán. En jornadas
que duraban semanas. Siempre expuestos a los atracos de la cáfila de bandoleros que infestaban
75
Romita Historia y Destino
aquellos caminos del Señor. Cargaban su itacate y comían sus garnachas (tortillas untadas con
chile) caminando, porque "ya mis burros van muy lejos". Y pernoctaban a campo ras y si habÌa
suerte, en posadas y mesones, muy buenos algunos, los hoteles de entonces, previo el alimento y el
agua para las cansadas bestias.
La labor de los arrieros se vio interrumpida durante los años de la vorágine revolucionaria,
por la inseguridad de los caminos, infestados de bandoleros y legiones de léperos semidesnudos y
hambrientos. Y porque tampoco había qué comerciar. Los comerciantes de los pueblos dejaron de
vender. Cuando el hambre empezó a calar, al llegar la escasez de subsistencias, los que tenían, las
guardaron para sus familias. ¿Quien era el tonto que daría víveres por bilimbiques ? Pasados
aquellos sustos, los arrieros volvieron a su actividad, porque era muy necesaria Para los años
cuarenta del siglo anterior, estos agentes comerciales estaban en vías de extinción.
VII. 6.3.- Abasto
Romita cuenta con infraestructura de abastecimiento enfocada a los productos básicos,
pero se podría decir que es autosuficiente.
Cuadro 19
Tipo de comercio y/o abasto número
Tiendas DICONSA 7
Tianguis 1
Mercados públicos 1
Rastros mecanizados 1
Tiendas de autoservicio 4
Fuente: INIDEG, Compendios estadísticos municipales, 2001.
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CAPÍTULO VIII
TRADICIONES Y COSTUMBRES
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Romita Historia y Destino
La cera
“Nohaymásceraquelaquearde”
La cera escamada, que diera nombre y timbre de orgullo a la tradición de la Cera
Guadalupana, marcha en franco retroceso en nuestro municipio. Cada vez se ve menos la fina
artesanía del escame; entran muchas velas de cera blanca, pero casi huérfanas de adornos. Quizá
porque hay menos cera y miel. La entrada de la cera es precedida por el estruendo de las bandas de
música, repique de campanas y la cohetería. Se arremolina la multitud; entre aquel mar de cabezas
en las calles Juárez, Hidalgo y Allende, principales entradas, se acerca con lentitud la multicolor
procesión.
En algún punto, el Señor Cura la recibe. Va y regresa por el mismo camino bendiciendo a los
feligreses. Al frente, muy orondos, los señores Mayordomos, dignidad secular muy antigua que
designa a los responsables de las fiestas en cada Cuartel. Ellos las han hecho siempre, sin injerencia
alguna de la autoridad civil. Van entrando a tramos las músicas, las ofrendas, las velas, las flores, los
inditos, las danzas y el barullo de los toritos. Y la gente admirada comenta a diario: cuántas músicas,
cuántas danzas, cuántos toritos y cuántos castillos aporta cada Cuartel. Como que no se da crédito a
las Tarjas que los Mayordomos reparten a fines de Noviembre.
“Nitantoquequemealsanto,nitantoquenolealumbre”
Como parte de la Cera, es preciso mencionar el hecho verdaderamente conmovedor,
que no ha perdido vigencia: “las mandas” . Casi siempre mujeres, señora s o jovencitas,
transitan de rodillas la calle Juárez, pero algunas las inician desde el lugar de salida de
la Cera. Para pagar algún favor de la Virgencita, se van acercando ante el gentío silencioso
y expectante, respetuoso; con las rodillas a veces sangrando, posándolas sobre una cobija
doblada, con su vela en la mano, padeciendo este Vía Crucis, llegan ante la imagen sagrada casi
desfalleciendo. "Así ha de ser el favor recibidoî , comenta en voz baja la gente. Este sacrificio era
mayor en el Romita antañon, con sus calles empedradas. La “manda” se pagaba en partes, cuando
el dolor paralizaba a la "deudora".
Mayordomos, danzas, músicas y toritos, inditos con sus tompiates y huacales, huarachitos,
pintados en sus caritas unos bigotes alacranados, sombrero de palma o paliacate rojo en la cabeza.
Las mamás con rebozo y falda larga muy colorida, listones en las trenzas, van estrechando una
peribana o una canasta con fruta; mujeres con ramos o velas, señores con cirios pascuales, todo se
deposita frente al altar, convertido con tantos ramos en maravilloso vergel. Algunos mayordomos
llegan pandeándose por los copetines; resisten los regaños del señor Cura.Todos cantando con las
músicas: "La Guadalupana". Y van saliendo por las puertas laterales, para dejar espacio a cuantos se
arremolinan por entrar.
Casi sin dejar espacio a los asistentes, que en enjambre se mueven como marea humana, por
todos lados sin orden ni concierto, como rebaño sin pastor, por calles, jardín y portales, las
vendedoras de ponches con taguarniz (chinguirito); atole, tamales, fruta variada, cacahuates,
garbanza, cañas, naranjas y mandarinas, tostadas, enchiladas, tortas, fruta de horno, dulces; el
78
Tradiciones y Costumbres
Jardín y los portales han sido tapizados de puestos de mercaderías; tianguistas de toda suerte de
baratijas y juegos para esquilmar a los incautos, orillando a la gente a pasear trepados unos arriba
de otros. Cerrada la calle Real por el centro, venta de cena: tamales, atole, champurrado, enchiladas,
gorditas de trigo, por allí se acomoda toda suerte de vendimias; los juegos mecánicos y puestos de
dulces de variopinta clase, cajeta de membrillo, rollos de guayaba, natillas y jamoncillos, fruta
cubierta, sin faltar el alfajor y los barquillos de cajeta.
Las Danzas
“Lobienbailaoniquienmeloquite”
En el México precolombino las danzas eran muy importantes por su sentido religioso. En
torno a sus templos bailaban millares de individuos. En la época del virreinato la iglesia católica,
como no lo hizo en otras partes del mundo, permitió que en los atrios y hasta en el interior de los
templos, se ejecutaran los bailes paganos. Muy poco han variado la escenografía y los atuendos,
aunque muy pocos bailarines conozcan el significado de los rituales.
“Sisabenquelegustaelbaile,paraquéledanmaracas”
Entre las danzas más importante están las de Moros y Cristianos, que entre otras comprende
danzas tan importantes como las de la Conquista, Concheros, Azteca y muchas otras. En nuestro
medio las danzas que han perdurado son la Azteca y de los Concheros; la de los “Panaderos” se bailó
en Romita todavía en el primer tercio del siglo pasado. Hoy desaparecida en nuestro medio, se
ejecutaba por parejas, los danzantes van vestidos de blanco, con mandiles y palas; el panadero
mayor lleva en su pala la imagen de la Virgen, con la que se recoge el pan, que se reparte entre la
gente.
79
Romita Historia y Destino
Los Concheros
“Trayendonaguas,hastaundanzante”
Se calcula su origen hacia 1535-1539. Lleva al parecer esa denominación por ejecutar sus
ritmos con una especie de guitarra pequeña o mandolina sobre una concha de armadillo. Los
danzantes van con sus vistosos penachos (copilli) de plumas de pavor real o avestruz algunos, otros
de guajolote o gallina; la capa (tilmalli), a veces muy amplia, bordada con plumas, grecas y figuras
de lentejuela; llevan taparrabos (maztla), al frente una corbatilla de triángulos bordados; las
mujeres, falda corta y camisa de seda de colores fuertes, brazaletes de cobre o latón. Huaraches
(catli), que antes eran de suela de palo, en los tobillos un racimo de cascabeles, que antes eran del
guaje de una planta y ahora de metal; bajo las
rodillas cuelgan las corbatillas, muy
lentejueleadas. Sus pectorales con grecas de
lentejuela y abalorios. Sus variados
accesorios incluyen espejos, cascabeles, y los
antiguos instrumentos musicales: el
teponaxtle (tambora con caja vertical),
caracoles, huehuetl (tambor horizontal como
tronco de madera pegado al piso), sonajas,
pífanos o flautas de barro o carrizo.
Los Matlachines
80
Tradiciones y Costumbres
portan un penacho con plumas de gallina y en sustitución de las espadas (es una danza guerrera),
unos garrotes de madera de uña de gato que al entrecruzarse los bailadores y golpearlos entre sí, y
con el de los carrizos, dan el sonido peculiar de este ritual. Acompañan sus rutinas con tambora y
violín, flautas de carrizo, sonajas y tambor, según los lugares.
Empieza la rutina cuando cada bando va formando círculos. Al inicio, los combatientes toman
su lugar. Van en doble hilera, hacen chocar sus espadas (o palos). Ambas hileras pelean por parejas.
Al finalizar se vuelven a formar los círculos, los danzantes se llevan las manos a la boca para lanzar un
fuerte gorjeo, que es su grito de guerra. Siempre están presentes en las festividades guadalupanas.
Romita no tiene grupo de matlachines, nos visitan de otros municipios.
Los Toritos
“Pa´lostorosdeJaral,loscaballosdeallámesmo”
Sin las rejolinas y el desgarriate del torito,
faltaría la picaresca en que se refocila la raza, el
encanto de niños y adultos, la dicha completa de
todos. Al tono inconfundible de la chirimía (flauta
de carrizo) y el tamborcillo, el chasquido del látigo,
empieza el corredero. Es el imán del torito. De
fuerte raigambre popular en las festividades
guadalupanas, el torito va por las calles
atropellando a unos y tumbando a otros. El diablo
chasquea su látigo, el jorobante lanza un gorjeo
profundo.
“Más sabeeldiabloporviejoquepordiablo”
Es el alboroto de las “Dos de la Tarde”, con
la estruendosa cohetería y el melodioso doblar de
las campanas. Nos recuerda el que pudo ser el
origen de esta farsa y de estos personajes
estrafalarios: en una hacienda del Bajío, en el
festejo de una buena cosecha, el hacendado echó
un novillo al lienzo del lugar; entre la euforia que
disfrutaba la peonada, ocurrieron algunos
incidentes tragicómicos, que se reflejan es esta danza: el diablo conduce al toro frente al hacendado,
de origen español, con máscara blanca (personificado como el caballito), sale a escena tratando de
lazarlo; en una mano lleva la reata y con la otra sujeta las riendas; sin lograr su objetivo, entra en juego
el caporal (es al parecer mestizo, y lleva máscara oscura) es la mulita; realiza manganas y
faenas de charrería, pero no logra capturar al toro; una María del pueblo o molendera es l a
maringuía (otro autor sugiere que es la hija del hacendado, pretendida por el caporal), trata de
81
Romita Historia y Destino
distraer al toro para que no siga a la mulita; un indio (la de Romita no lo tiene, tampoco el viejito),
significando tal vez a la peonada; la borrachita entra al quite imitando el baile de la maringuía, pero
lo hace en forma grotesca, tambaleándose como una beoda que empina la botella a su bebé; un catrín
(roto pinche les decía el pueblo), deforme, es el jorobante (en Silao le llaman "moco"), supuesto
esposo de la borracha, llama la atención del toro con silbidos y gritos estruendosos, apoyándose en
su bastón, haciendo pandos a un toro cada vez más enfurecido; también en la danza de Silao aparece
un viejito o ermitaño, que al ver los esfuerzos de los anteriores, trata de someter al bicho con súplicas
y oraciones; tampoco logra llevarlo al corral.
En actitud contraria a éste, irrumpe el diablo, tronando su látigo, incitando al toro a cornar a
los demás hasta darles muerte. Van cayendo, uno por uno, en una persecución que es llamada la
rejolina, que cierra la danza. Cada uno en su momento, seducidos por la muerte (personaje que
tampoco aparece en el nuestro), responden de una manera particular, y al final bailan todos en una
ronda frente al toro y entre la muerte y el diablo”.
“Hay veces que el pato nada y hay veces que ni agua bebe”
Los toritos de Romita, cuentan con el caballito, con máscara de color claro, la mulita la lleva
negra o gris, pero ambos personajes con sombrero charro, chaquetilla y pantalón con chaparreras,
negro en un caso y claro en el otro, y una vara (ya no llevan reata ni hacen florituras) en la mano; la
maringuía, con máscara de rojos chapetes, con sombrero floreado, vestido y mandil, llevaba medias
de popotillo, su baile es de pasos cortos, pudorosos, y como toda dama respetable no interviene en
las rejolinas; la máscara de la borracha hace honor al personaje, en su cabeza un gorro de dormir,
con atuendo que es un disparate, lleva en su mano una botella vacía; ella no bebe, en el momento de
pandearse ante el toro, embroca la botella a su hijita: una muñeca de trapo atada a su cintura; muy
sencilla, como de cartón.
Con un largo moco de cócono, ovalada, es la máscara del jorobante, lleva elegante traje a
rayas, de catrín porfirista, bastón y bombín o chistera (sombrero de alta copa); y el diablo, que al
parecer viene de un infierno: la mitad de su máscara con sus cuernos, es verde, la otra mitad roja,
tonos que también dividen su traje, que es como mameluco de dos colores, rojo y verde, rematado
por larga cola; con sus manos desenrolla y truena su chicote que da pavor. Al inconfundible silbido
de la flauta y el redoble del tambor se arraciman todos: las madres acercan a sus hijos que pelan
tamaños ojotes ante los estrambóticos personajes.
Dos de la tarde
“Malempiezalasemanaparaelqueahorcanenlunes”
A esta hora, un intenso repique de campanas convoca a la gente a reunirse en el atrio de la
parroquia. La quema de cohetones ya no se realiza en el atrio, por la afectación a los muros del templo.
Pero se disparan desde las orillas del pueblo. Ya no se ve aquel espectáculo que consistía en poner en el
suelo del atrio, a todo lo largo, formando un cuadro, una línea de pólvora, y en trechos como de un metro,
un cohetón; se iba quemando la pólvora y estallaban los truenos, con el corredero y la rechifla del
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Tradiciones y Costumbres
peladaje. Así ardía todo el cuadro del atrio (antiguo cementerio). Durante una hora más o menos
están congregadas las danzas, toritos y músicas, divirtiendo a la multitud. De aquí parten por
diferentes rumbos hacia su cuartel, a las casas donde les darán de comer.
“Nosepuedechiflarycomerpinole”
Caso curioso menciono aquí, el de aquel atrabancado muchacho llamado Luís Pérez
Maravilla, le decían el “Resortera”; por los años cuarenta hacía su gracia de pararse de cabeza en lo
más alto del arco de la torre mocha de la parroquia. A las Dos de la Tarde, cuando el atrio y la calle
Juárez eran un hervidero de cristianos, todos con el resuello suspendido, todos con el “Jesús” en la
boca. Y aquel allá trepado, de cabeza. Otra de sus hazañas fue subir hasta la base de la cruz; por el
interior de la torre, hasta la última ojiva, por ahí sacaba el cuerpo, tratando de lazar la base circular.
Le tiró muchas lazadas pero no lo logró. Como pudo abrió un poco mas la ventanita; ya con medio
cuerpo en el vacío, tiraba nuevamente el lazo, sin lograr el objetivo. En tanto, en el atrio, la madre de
aquel “hombre araña”, gritaba en medio de su llanto y la muda expectación del gentío. Nutridos
aplausos le esperaban a su bajada. También le esperaban los gendarmes que presto le echaron el
lazo. Lo llevaron al bote, a dormir de cabeza.
Los Castillos
“Hayuntiempodetirarcohetesyotrodejuntarlasvaras”
A hora fijada al buen talante de los mayordomos, se encienden los juegos pirotécnicos; la
gente cuenta primero cuántos castillos son, para comparar con los otros cuarteles; también se
cuentan las bandas de música. La artesanía de los fuegos de artificio muestra señales de
agotamiento. Van desapareciendo las antañonas familias de coheteros. Pero la tradición y el gusto
de los romitenses por los castillos, están bien vivos y esperamos sigan así, aunque la pachorra de las
rueditas lanzando chispas de colores nos mantenga arrobados hasta la medianoche.
Las Posadas
Su origen se remonta a los inicios de la época virreinal. Al parecer fue a fines del siglo XVI,
en el pueblo de Acolman, donde los frailes agustinos levantaron un templo. En el exterior de los
templos se empezó a recordar el penoso andar de los Santos Peregrinos, que van de Nazaret a
Belén y que culmina con el nacimiento del Redentor.
Esta celebración salió de templos y conventos a calles y plazas, siguió luego por haciendas y
rancherías donde participaba la peonada. Se extendió a las casas de los ricos que tenían oratorio y
después a casas y barrios con altares levantados aunque fuera sobre una mesa. Otro antecedente
nos habla de las misas de aguinaldo, que los padres agustinos celebraban en sus conventos,
permitiendo a los fieles la sustitución de la música sacra por sones y bailes populares, en una
mezcla de culto con folclore. Hacia 1630 esta celebración navideña estaba en pleno auge y se
atribuye a sor Juana Inés de la Cruz la composición de algunos villancicos, aunque los
indígenas castellanizados hacían sus propios cantos como aquel que termina: “Festejen y
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Romita Historia y Destino
aplaudan / en aqueste día / La Posada hermosa / de José y María. / Ángeles y arcángeles, / Venid y cantad / hoy
enlaPosada/ quehayenmicorral”
La costumbre del baile en las posadas siempre se ha manifestado con vigor en todas las
etapas de la vida nacional. En calles, patios, corrales o jardines, el gusto de los mexicanos por mover
el bote siempre ha estado vivo. El riesgo en la actualidad es que el baile sustituya a todo lo demás.
Las Pastorelas
“Estoy derrengado porque me tumbó una burra, estoy zafado de la columna, me curaba un
viejito ciego, que era masajista, pero ahora anda charnego”, dice don Pedro, levantándose despacio.
“Yo fui hijo natural de Don Pioquinto Martínez, que era de aquí de Romita; y de María Isabel García,
de Santa Rosa. Me animaron para irme a trabajar a la Capital, y allá estuve unos meses, en las
canteras, haciendo covachas en el cerro, viendo meter los barrenos y luego las explosiones, para
derrumbar los cerros; pronto regresé a mi Romita. Tenía sembrada una parcela y ya estaba la
milpa.” Don Pedro Martínez García entró con pasión a las pastorelas, desde sus años mozos. Hoy
platica con nostalgia de lo que el tiempo y la desidia hicieron jirones.
La Navidad
“Sólolosguajolotesmuerenenlavíspera”
Para la Iglesia Católica, la Navidad tiene una doble proyección: recordar el inicio de la
redención con el nacimiento del Salvador, y acoger ahora al Señor que quiere nacer en el corazón del
hombre. Las dos proyecciones se colocan en el marco del proceso de salvación de la humanidad, es
decir, en el misterio pascual. El cenit de esta acción lo encontramos en su muerte y resurrección.
En Romita, como en todas partes, la Navidad la celebramos a partir del primer minuto del día
25 de Diciembre, aunque todo se prepara en las “vísperas” cuando mueren los guajolotes. Incluso la
Misa de Gallo, se ofrece el día 24, a las nueve de la noche; no ya a la medianoche, como en tiempos
anteriores, por eso se le llamaba “de gallo”, porque terminaba en la madrugada. Por la mañana del 25
se ofician las otras misas, cual corresponde a un día festivo. Celebrada la última posada, hacia las
nueve de la noche, se prepara el acostamiento del Niño Dios, y la cena.
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Tradiciones y Costumbres
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Romita Historia y Destino
“Debuenasintencionesestáempedradoelinfierno”
Estaba muy arraigada la costumbre de enviar tarjetas. Se enviaban aunque fuera a miembros
de la propia casa. Algunos guardaban las tarjetas (más cuando era de la prenda amada para la que se
había escogido el mejor mensaje), y otras las lucían encima de los nacimientos o del árbol de
navidad. Las eternas crisis económicas acabaron con esta sana forma de relación e intercambio
social.
La Misa de Gallo era solemne. Cantada y a veces de tres padres. Con sermón desde el púlpito
que el Señor Cura hacía más largo que el ferrocarril. Adelante, cerca del altar estaban los señores
de la Adoración Nocturna, la Tercera Orden, las Hijas de María y gente de otras cofradías. En el
“Coro”, que era aquel espacio que quedaba allá arriba, a nuestras espaldas (cerca del techo), tras un
barandal, estaba el órgano que azotaba el Cantor ( muchos años lo fue Bartolo Ramírez, el Chopo,
mi amigo). Este personaje no faltaba en las misas importantes, dejando oír su potente voz, que nos
hacía temer se estuviera resquebrajando el techo de la parroquia. Hoy han desaparecido el “Coro”
(el sitio), el órgano (ya no está arriba) y el Cantor con sus buenos latines.
Parvadas de chiquillos pidiendo su año nuevo, recorrían las casas comerciales para recibir
un puño de dulces. A sus mejores clientes, los comercios de los portales, regalaban calendarios;
sobre todo los famosos de Helguera, cada año un nuevo cromo, con motivos aztecas, con los
imponentes volcanes al fondo; o con motivos campiranos, eran dignos de colección. Si las
tienditas no tenían para más, de año nuevo le ponían a usted en el alcatraz, un puño más de arroz,
frijoles o azúcar, según, en lo que se llamaba “el pilón”. Este “pilón” lo acostumbraban algunos
comercios en todo tiempo.
Aquí recuerdo costumbres y formas de cortesía ya desaparecidas: las mujeres sólo podían
entrar al templo con la cabeza tapada con el rebozo, un velo o chal. Ocupaban sus lugares en las
bancas del lado derecho; los señores descubrían sus cabezas, llevaban el sombrero en la mano y
ocupaban las bancas del lado izquierdo. Ora sí que juntos pero no revueltos (“entre santa y santo,
pared de cal y canto” dijo el obispo cuando visitó aquel convento donde convivían monjes y monjas).
Los sacerdotes siempre oficiaban en latín y de espaldas a la gente. Se encaminaban al púlpito para
decir un fervorín o un sermón (sermón pasó a ser sinónimo de regaño), y mientras lo hacían
permanecían hincados. La confesión la recibían desde la tarde anterior; se veían largas filas de
mujeres frente a los confesionarios. Los sacerdotes visitaban a los enfermos y llevaban el viático y la
confesión de los moribundos. La gente se enteraba del paso del viático porque iba por delante un
niño batiendo una campanita; todos salían a ver, se hincaban y persignaban. Claro que eran otros
tiempos.
Los bautizos eran individuales y se podía bautizar a domicilio, cualquier día de la semana.
Antes del casorio los novios asistían a los rezos; se les tomaba el rezo para ver si habían aprendido.
Antes de la misa del matrimonio, los padres de los novios y los padrinos de bautizo les daban su
bendición, que la recibían hincados. También los padres daban la bendición a los hijos que partían a
otras tierras, enternecedora escena de mucho moco y llanto. Los ahijados saludaban a sus padrinos
besándoles la mano, casi de rodillas. Los padrinos les daban una moneda (si traían).
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Tradiciones y Costumbres
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Romita Historia y Destino
mascotas muy enjaezadas; unos con palomos o gallinas, otros con toda especie de pájaros en sus
jaulas; conejos, perros y gatos por allí se andan correteando, tumbando chiquillas que lloran sin
que nadie les haga aprecio; a otros se les sueltan los conejos o el puerco que allá va corriendo por
todo el jardín. Muchos señores llevan animales del ganado; chivos, bueyes, mulas y burros, y más.
Es verdaderamente lamentable la agonía de esta tradición. Se pierde la oportunidad de
enseñar a los niños el amor por nuestros hermanos menores, como los llamara el “poverello” San
Francisco de Asís. Y la importancia de los animales para el equilibrio del entorno natural. La apatía y
la ignorancia, el desdén de las autoridades encargadas de promover la cultura, que nunca terminan
de entender su significado y misión; y el descuido de las autoridades eclesiásticas, más preocupadas
por cosas meramente terrenas, echan por la borda este legado de nuestro ser social.
Las Mandas a la Virgen de San Juan
“Échalecopalalsanto,aunquelejumiéslasbarbas”
Tiempo de pagar mandas. Tiempo de sacrificio. Tiempo de pagar por los milagros o favores
recibidos. Hay que cumplirle a la Virgencita de San Juan de Los Lagos. Guiados por los sacerdotes,
al finalizar el mes de enero los romitenses salían en peregrinación, en grupos familiares, de amigos
o conocidos, y emprendían la larga marcha al famoso Santuario. Por la medianoche enfilaban hacia
la ciudad de León. Allí se incorporaban al torrente humano lleno de fervor, iluminado por la
esperanza y la fe de su creencia religiosa.
Pertrechados de cobijas y chamarras, las señoras enrrebozadas y con sombrero redondo, la
saca con el bastimento, tamales o gorditas o cuando menos tortillas con frijoles (les decíamos
hogaperros), el guaje con agua, el comalito para calentar los tacos, la olla o el pocillo para beber agua
por el camino, hacemos jornadas: la Cruces, la Mesa, las Siete Lomas, la Puerta del Llano, el Agua del
Obispo. . . . y por fin se ven las torres de la parroquia. Son recorrido de dos o tres días, según las
fuerzas de cada quien. Algunos se atizan sus fogonazos de canela con taguarniz. Llegar con pies
hinchados y ampollas reventadas, con el doble agobio del duro sol y el cierzo nocturno.
En muy lejanos años, desde las lomas más altas, los peregrinos contemplábamos el paisaje
arrobador de tantos lagos, aguajes por doquier, riachuelos cristalinos, de aquellos parajes
bordeados de mezquites y nopaleras. Abundante vegetación, hileras de árboles, saltaban aquí y allá
las liebres. Tantos depósitos de agua, dieron apelativo a esos pueblos: San Juan de los Lagos y Lagos
de Moreno. Hoy sólo queda la tierra yerma.
Ya de regreso al terruño hay que comentar la aventura: los que sufrieron espantos y
apariciones, sin faltar quien contara que sin saber le tocó acompañar a un difunto (o lo acompañó
éste), un alma en pena, porque había muerto sin pagar la manda. Alguno contaba que el difunto le
había ofrecido un buen dinero, para que terminara la manda por él. Los que llegaron con los
huaraches o los zapatos rotos. Al descansar, en las jornadas, no había que quitárselos, porque
después no les entraban.
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Tradiciones y Costumbres
Los que fueron asaltados por la cáfila de bandoleros que merodeaban los caminos. Se
recomendaba no separarse del grupo. Y los que no llegaron, muy amoscados, como el perro que se
tragó el jabón. Quizá el año que viene. Dios dirá.
El regreso, de verdadero contento. Libres ya del fardo que los agobiaba (la manda sin pagar),
ya descansados, vamos a comprar el alfajor, los rollos de guayabate, los jamoncillos, la cajeta de
leche de chiva, la cajeta de membrillo, la fruta cristalizada, hasta llenar la saca. Sin faltar los pitos de
barro, para regalar a los pequeños. Los camiones guajoloteros dejaban de ranchar esos días, para
hacer corridas diarias a San Juan. Hasta las cachas llegaba la Paloma, el Palomo, el Campesino, el
Venadito, el Diamante, el Pegaso, el Júpiter.
Al pasar por los ranchos se acercaba la chiquillada a pedir los pitos. Que las buenas gentes
les arrojaban desde las ventanitas del camión atiborrado como lata de sardinas. Ya en el calor del
hogar, hay que colgar el cuadro de la Virgen, regalar estampitas y rosarios. Se había pagado la
manda. Bendito sea Dios.
El Día de la Candelaria
Los levantamientos
Aparte de la celebración propia de este día, que recuerda a nuestra Señora de la Candelaria,
el 2 de Febrero es una fecha de promesas fallidas. Recordemos que el Día de Reyes, al partir la rosca,
a quienes toca el muñequito (si es que no se lo tragan que casi lo llevan atravesado en el pescuezo),
prometen hacer una tamalada con atole de sabores, invitando a todos los comelones ahí presentes.
¿Cuándo? El día de la Candelaria, dice con toda seriedad el del niño atravesado (en el gañote). Pero
esta promesa vale lo que se le unta al queso, porque el promitente se hace el occiso (es decir, se hace
rosca). Lo que si se cumple es la liturgia: en el templo una misa de advocación a la Virgen de la
Candelaria. En esta celebración se lleva a cabo la bendición de las semillas y de la velas (la bendición
de las candelas, que sirven para la hora de la muerte). Y los levantamientos de los niños dioses. Para
levantar al Niño se le canta igual que en el acostamiento, una cancioncilla con la misma música. Pero
cambia la letra.
Las confirmaciones
“HaycadavenidadeObispo”
En este día de la Candelaria se acostumbraba la visita pastoral del señor Obispo de la
Diócesis de León para confirmar a los niños. Eran las confirmaciones. “El Niño Dios es presentado
al templo.” El recinto se encontraba bastante concurrido, cada niño o niña con su padrino o madrina.
Estos debían regalar al infante la vela. Era un día muy importante, considerando que no todos los
años podía visitarnos el Obispo (sus otras visitas eran 'fraternas'); y si tardaba entonces eran cientos
de niños a confirmar. El templo se adornaba desde la entrada con un arco de flores y en el interior
había moños y guirnaldas de flores de papel con los colores de la Diócesis, blanco y amarillo. En
algunas ocasiones el Obispo era recibido a la entrada del pueblo por los niños de todas las escuelas y
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Romita Historia y Destino
desde luego, las autoridades civiles y eclesiásticas. Las casas se adornaban con grandes moños y
tiras de papel picado para celebrar tan fausto acontecimiento. "Cada venida de Obispo", decía
la gente, para referirse a una cosa que sucede de vez en cuando. Las confirmaciones podían
celebrarse en cualquier fecha, previa la plática que se daba a los padres, pues el mocoso apenas
sabía como se llamaba.
Domingo de Cascarones
Docenas de vendedoras de huevos de pascua, han colocado sobre el piso de los cuatro
costados del jardín, los canastos con su vistosa mercancía: cascarones rellenos de confeti o agua
florida (también los hay de harina para los traviesos que no faltan), pintados con mil figuras y
colores, tapados con su conito de papel pegado con engrudo. Pareciera que los cascarones son para
agradar a la señorita que ha robado la paz a nuestro corazón. Así es. Pero no se entregan en la
mano: se truenan en la cabeza de la tierna doncella. Circulando por el jardín, como es la costumbre
(entre las seis de la tarde y las nueve de la noche), en el kiosco la orquesta de Los Chopos
destrozando un danzón, los muchachos en un sentido y las muchachas por el otro, al encontrarse
estallan los huevitos sobre las cabezas, quedan unas como el arco iris de tanto confeti, otras
blancas como cebollas, por la harina.
Esta celebración profana tenía fecha movible, según el calendario de la Iglesia. Acaecía el
domingo anterior al Miércoles de Ceniza. Los cascarones eran un verdadero trabajo artesanal. Arte
efímero en cada pieza, diferente a todas en su dibujo y pintura. Son huevos de Pascua, decía la
gente, en el Domingo de Carnestolendas. Nosotros le llamábamos Domingo de Cascarones, en
tarde lozana y bella, de ilusiones que estallan en mil colores.
Miércoles de Ceniza
Esta conmemoración religiosa tiene también su aspecto profano, irreverente, como
veremos. La gente cree que el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma. Pero los cuarenta
días de ésta, se cuentan a partir del domingo anterior. El ayuno cuaresmal tenía lugar el miércoles,
porque no se consideraba conveniente hacer del domingo, el Día del Señor, un día de penitencia.
Con la imposición de la cruz de ceniza en la frente, el sacerdote nos recuerda que del polvo venimos
y al polvo regresaremos.
De la mañana a la noche, a cualquier hora, la feligresía se dispone, sin mayores preparativos,
a “tomar ceniza”. Largas filas frente al barandal, esperan que les pongan “un jesusito”, muy bien
hechecito y no una simple untada de ceniza con el dedo. Antaño, la costumbre de la gente mayor
era llevar la cruz de ceniza el mayor tiempo posible: así las viejitas presentaban al sacerdote una
frente muy brillosa, algo se ponían para que la crucita les durara un mes, el mismo que tardaban
en bañarse.
Pero también hay mucha irreverencia. Pocas liturgias se prestan tanto a la chacota,
como ésta de la imposición de la ceniza. ¿“Y tu ya fuiste a que te tiznen”? pregunta el
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Tradiciones y Costumbres
pícaro lenguaraz, haciendo con este vocablo juegos malabares, muy socorridos en la jerga
del peladaje. Pero la tradición sigue vigente, aun que haya disminuido el número de
feligreses y quizá la devoción y seriedad no sean las de antaño. El miércoles de
ceniza señala el inicio litúrgico de la penitencia pública, correspondiente a cada tipo de pecado:
ayunos, abstinencias, limosnas, hábito penitencial. Obliga ayuno y abstinencia de carnes. Marca el
inicio de los ejercicios cuaresmales.
Cuaresma y Cuaresmales
Era el período de la Cuaresma tiempo de oración, de vigilias y ayunos, de abstinencias (se
suspendían las bodas, la Gloria estaba cerrada, el altar no era visible). De no comer carne, aunque
hubiera para comprarla; pescado sí, pero pescado nunca hay, la gente no se hace a la costumbre
(huele muy feo, tiene escamas y muchas espinas; “a un señor se le atoró una espina en el cogote y
sólo se salvó de morir porque ofreció una manda a la Virgencita de San Juan de los Lagos”).
Días de comer lentejas y sopa de habas, tortitas de camarón con nopalitos, torrejas y
capirotada. Altares a las dolorosas, aguas frescas, botes de trigo germinado, papel morado, el aire
cálido, saturado de las fragancias de tantos ramos de flores. Días sin fiestas ni borlotes. La Semana
Mayor enmudecían las campanas, ni un solo repique, hasta que se abría la Gloria, que era la mañana
del Sábado Santo. Las cantinas cerraban sus puertas y no se escuchaba la música de las sinfonolas.
Ni de los radios en las casas.
Es un tiempo de preparación intensiva para la Pascua. Para la Iglesia la Cuaresma es un
Itinerario que lleva al cristiano a celebrar y vivir la Pascua del Señor. El templo rebosaba de fieles,
adultos y jóvenes. Al inicio de la cuaresma desde la parte superior del altar, se descolgaba un
cortinaje morado que todo lo cubría, imágenes, nichos y capelos; se oficiaba pegado a este manto
(sucedía lo mismo con los altares menores), que sólo se levantaban hasta el Sábado Santo o de
Gloria sublime, triunfal, en que se abría la Gloria, para recibir a nuestro Salvador.
Viernes de Dolores
"Dénos lágrimas de la Virgen" "Van los niños pidiendo sus vasitos de agua fresca o nieve.
Niños y adultos mitigan el bochorno pegajoso de la tarde, cerca del altar de la Dolorosa. El viernes
anterior a la Semana Santa, se saca una mesa o unas cajas de jabón o algo parecido para montar el
altar, que es como una base piramidal; con todos los arreglos que la imaginación pueda dar.
Predomina el color morado o lila, que es el color de la penitencia; del mismo color es el vestido con
manto de tafetán de la Dolorosa. Son siete escalones, que según la tradición evocan los
sufrimientos de María: la huída a Egipto, la pérdida del Niño Jesús por tres días, el camino del
Calvario, la Crucifixión, la muerte de Jesús, al bajarlo de la cruz y ponerlo en sus brazos, y la soledad
que sintió al dejar a su hijo en el Santo Sepulcro. El altar es “rico en simbolismos religiosos y de la
creatividad mexicana, reveladora e identificadora de nuestra cultura y manera de ser."
El altar va cubierto de papel de china morado; encima más papel blanco picado, con
muchas filigranas. Bien distribuidos los tiestos de flores, palmas, ramas de mostaza, rosa
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Romita Historia y Destino
morada, claveles rojos y blancos. Gladiolas blancas y rojas en búcaros con listones, manojos
de manzanilla, botecitos con trigo germinado y canastitos con naranjas. Clavados en éstas, se
alzan unas banderitas blancas. Sobre la pared, en el fondo morado, en arco que va de lado a lado,
unos corazones rojos atravesados por un par de espadas de plata. De cada corazón sobresale una
llama ardiente.
En medio, la escultura o el cuadro de la Virgen, y a sus pies unas veladoras. En los altares de
los ricos se ven cortinas de encajes, bocados o lienzos de manta. Unas esferas de vidrio de colores
morado, amarillo y verde, 'aguas vivas del cielo' que simbolizan las lágrimas de la Virgen. En los
altares de los pobres, hay riqueza de flores, de la pródiga floración abrileña. En todos, el delicioso
aroma de lis y azucena. Altares bellísimos, tradición palpitante.
En Romita, para esta celebración, previamente se designan los domicilios donde estarán
los 14 altares, uno por cada misterio. Los padres de la iglesia los visitan y en unión del vecindario
entonan rosarios y jaculatorias. Recuerdan las estaciones del Vía Crucis. Y luego le entran a las
“lágrimas de la Virgen.” Hay aguas de horchata, chía, alfalfa, piña, naranja y de otros sabores. Y las
nieves raspadas, para delicia de todos los que se acercan al altar. Si el altar se encuentra en el
interior de la casa, ésta permanece con las puertas abiertas para recibir a todos. Sólo se pide a
cambio una oración.
La Semana Santa
Domingo de Ramos
En chundes, tompeates y huacales, a lo largo del atrio, las vendedoras ofrecen finos
arreglos de palmas trenzadas en ingeniosas combinaciones: de cruces, del Santísimo, un cáliz, una
custodia, y otras más; unas verdes y otras oreadas y secas, en cada una va el alma de nuestras
mujeres campesinas. Los feligreses llegan al templo para que les bendigan sus palmas. Dice la
gente que las traen de muy lejos, de Tierra Caliente. Los campesinos traen unas palmas muy altas,
de esas caseras. Todo nos recuerda la entrada de Jesucristo a Jerusalén.
Ha empezado la Semana Mayor, con el Domingo de Ramos. Llega Cristo para llevar a cabo
su Misterio Pascual. Se aclama a Cristo Jesús. Durante la misa mayor de este día, a las doce, se
realizaba la Bendición de las Palmas, con una procesión por el templo y el atrio. Largas horas de
rezos en calor sofocante, atmósfera embriagante de flores, los marros de manzanilla y
hierbabuena; hincados o sentados en el suelo. Salen con las palmas para sus casas, con ellas
adornan las paredes de sus humildes jacales. Otros las prenden en las puertas, por dentro, o en la
puertita del ropero, junto a estampas de santos y la Magnífica.
Exprimiendo la imaginación echemos un vistazo retrospectivo al Romita de nuestros
abuelos. Hacia 1865, el cura Martín Ruiz promovió en nuestra parroquia la celebración de la
Semana Santa, con los pasos de rigor: eran el Lavatorio, las Siete Palabras y el Pésame a la
Virgen; y las procesiones, que eran: del Prendimiento, Tres Caídas y Santo Entierro. Estos
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Tradiciones y Costumbres
actos de profunda devoción, requerían de mucho sacrificio, pues las ceremonias eran muy
largas: las Tres Caídas duraban tres horas, bajo el sol primaveral con sus rayos de plomo.
El prendimiento
Pero vayamos por partes, como dijo el descuartizador. Después del Domingo de Ramos y la
bendición de las palmas, esperábamos al miércoles. Este día, por un anacronismo (un acto un poco
desfasado), se realizaba la liturgia del Prendimiento. Se escenificaba por la noche, en el interior del
templo: con ramas de árboles en las hileras de bancas, y con laureles y bugambilias, azahares,
manzanilla y otras plantas, se recreaba un pequeño Huerto de los Olivos. Al centro la efigie
(escultura) de Cristo, y a los lados los soldados romanos, en vivo, toscamente vestidos con percales
brillantes, hacían la detención. Allí aparecía Judas con la escarcela, sonando los 30 denarios (que
eran treinta corcholatas). Fue hasta la llegada del padre Sandoval que se corrigió el error de hacer el
Prendimiento antes de los actos del Jueves Santo.
Los soldados romanos le prenden y conducen la efigie del Señor a la capilla de Lourdes; va
con su túnica púrpura, atadas las manos con cadenas, vendado de los ojos, la sangre mana de su
corona de espinas. Queda tras unas rejas que dan atrio. A cada lado un centinela romano. La gente
pasa a rezar ante el ”Divino Preso.” Las viejitas se dan golpes de pecho con fervor, besan y se
santiguan con tiernos lloros, toman el cordón o el borde de la túnica del “Preso, para limpiar sus
lágrimas. Otros se hincan para besar las cadenas que sobresalen de los barrotes.
Jueves Santo, el lavatorio
Este día se consideraba la terminación penitencial de la Cuaresma. Hay misa por la mañana.
Pero la función más impresionante es el Lavatorio. Recuerdo nítidamente cómo el cura Diego
Santos, en misa de la institución de la Eucaristía y la institución del sacerdocio, a las seis o siete de la
tarde, hacía el Lavatorio a doce ancianos. Era gente del pueblo llano, gente del pueblo pobre.
Sentados en hilera, el sombrero en el piso, por un lado, despojados de sus huaraches, el sacerdote
lavaba los pies de cada uno; los secaba con un lienzo que le presentaba el sacristán o un monaguillo
y luego de ungirlos con el óleo, besaba los pies. Conmovía el acto de humildad del oficiante.
También había Lavatorio para niños y jóvenes. Después de la misa se depositaba el
Santísimo en los altares, en las capillas, para recordar el trayecto de Jesucristo. Por la noche se
visitaban las capillas de Santa Cecilia, de San Buenaventura, La Santa Cruz (por el panteón), San
Vicentito, y el oratorio de las madres del Colegio Guadalupe. A la salida, a cambio de la limosna le
daban a usted pan bendito, un ramito de manzanilla, escapularios o un pedacito de estambre.
El Jueves Santo celebra la Cena del Señor, y la institución de la Sagrada Eucaristía. El
Concilio de Letrán proclamó que en Cristo hay dos naturalezas, divina y humana, unidas en una sola
Persona que es el Verbo Divino. Consagración de los Santos Óleos. En otras ciudades: misa de la
Cena del Señor, Oficio de Tinieblas y Hora Santa, para conmemorar que en el Huerto de los Olivos el
Señor sudó sangre, por los pecados de los hombres por los que iba a morir.
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Romita Historia y Destino
Desde la tarde de este día se cierran los comercios, hasta el sábado. Este día obligaba
baño, que duraría por el resto de la semana, ya que en días santos no era conveniente bañarse
(algunos no lo creían conveniente ningún día del año). Si lo hacías, te estabas lavando con la sangre
de Cristo. Por la noche un gentío recorre la calle Juárez y el jardín. Damas de alto copete, con largos
vestidos de razos, tricot o terciopelos, van entre las mujeres del pueblo que lucen limpias, sus
vestidos de muselinas o manta blanca, muy almidonadas, con exquisitos bordados en punto de cruz
o cuadrillé, faldas cortas adornadas con encajes, se ven muy bien con el rebozo sobre sus hombros
desnudos. ¡Cuánta dignidad hay en la pobreza!
Viernes Santo El Vía Crucis
Con la efigie de Jesús sobre pesada tarima que levantan los señores del Gremio de
Cargadores, con ásperas vestiduras de silicios y flagelos, para mayor penitencia. Es el llamado
Vía Crucis, o las Tres Caídas. Empieza más o menos a las diez de la mañana. Olas humanas entre
puestos de aguas frescas, botes de nieve, fruta de horno. La procesión viene por la calle Juárez,
iniciando en la esquina de Allende. Se encaminará hacia la parroquia. A medio camino se
encontrará con la Virgen, ella con atuendo morado, su dulce mirada al cielo; a su lado la Samaritana
y las efigies de otras santas. En cada una de las 14 estaciones los padres hacen un fervorín. La
vehemencia de las palabras carga el momento de intenso dolor, incontenible el llanto del gentío.
Las mujeres empapan su rostro en lágrimas que secan con el rebozo. La plataforma o tarima tiene
una trampilla, permite jalar por debajo el cuerpo del Señor, que parece caer con la cruz a cuestas.
Las siete Palabras. “Ecce Homo”
Por la tarde, a las seis, el gentío está de nuevo en el atrio para escuchar los fervorines de las
Siete Palabras. Cerrada la puerta del templo, enfrente se levanta el tapanco para el sublime
momento de la Crucifixión. Asisten las cofradías, con sus insignias: los señores de la Adoración
Nocturna (no en función), con sus grandes escapularios; la Asociación de la Vela Perpetua, la Santa
Escuela de la Cruz, las Hijas de María. Pero el acto más desgarrador, el que embarga de angustia y
tristeza a los fieles, es el de las Siete Palabras. Los sacerdotes predican con mucho dramatismo,
caen las palabras al fondo del corazón, se desata el llanto incontenible de las mujeres, llenas de
aflicción, con la vista fija en la Madre de Dios. Con cohetones se anunciaba la muerte del Salvador.
Las palabras dramatizadas del sacerdote nos hacen ver un cielo ensombrecido, rompiendo en
rayos terribles en medio de una borrasca. Luego la gente se recoge en sus casas. Desoladas las
calles del pueblo, sin un alma siquiera, ni siquiera un sonido.
El Viernes Santo la Iglesia no celebra un funeral, sino la muerte victoriosa del Señor. Es un
día de amorosa contemplación del sacrificio de Cristo. Este era día de riguroso ayuno y abstinencia.
El cambio de los tiempos ha afectado sobre todo al fervor religioso, la mística de recogimiento, la
reflexión y el arrepentimiento, el respeto a la liturgia y el significado profundo de la pasión y
muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Este día obliga ayuno y abstinencia de carnes. En otras
parroquias de otras ciudades hay Oficio de Tinieblas, Adoración de la Santa Cruz, Sermón del
Descendimiento, Ejercicios de las Agonías del Señor. Gran riqueza de liturgias.
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Tradiciones y Costumbres
El pésame a la Virgen
Retirado el tapanco y la cruz que estaban frente a las puertas del templo, estas se abren ahora
de par en par. Los fieles encuentran colocado frente al altar mayor, justo en el centro, debajo de la
cúpula, un sarcófago o vitrina en cuyo interior reposa el cuerpo del Salvador del mundo. Vela el
cuerpo tendido la Dolorosa, con vestido negro, aureola de brillantes rayos, en su rostro la
expresión de una terrible angustia. La gente va pasando absorta en el cuerpo allagado, la sangre
manándole de las heridas, se le pueden observar las costillas desnudas. Rezan y se santiguan. De pie
o de rodillas observan luego a la Virgen y le rinden culto, con las expresiones del más dulce amor y
recogimiento reflejados en sus rostros.
Sábado de Gloria
Sábado Santo de la Sepultura del Señor
En tiempos anteriores los actos litúrgicos de la Semana Santa terminaban con la apertura de
la Gloria. Por la mañana del sábado, a las ocho se celebraba la misa mayor, que en la liturgia
significa la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo (su elevación al cielo fue 40 días después). El
morado es el color de la cuaresma. A los asistentes al templo nos resultaba impresionante el
levantamiento de aquellos larguísimos mantos morados, que durante la cuaresma habían ocultado
altar mayor y menores, nichos y efigies, y todas las imágenes.
De morado también eran los ornamentos del sacerdote, durante cinco domingos. De lo alto
del coro resurge la voz profunda del cantor que invade la nave. Durante la función se bendicen el
Fuego Nuevo, el Cirio Pascual y el Santo Crisma, para muertos y bautizos del año litúrgico siguiente.
El enervante olor de tantas flores, del incienso y los cirios pascuales, saturaban el recinto.
Ocupando sus lugares de todos los sábados, los hombres mayores de la Adoración Nocturna; por los
lados, las otras asociaciones religiosas. No quedaba espacio para más feligreses.
Con las primeras campanadas, los papás ponen a saltar a su hijos o los jalan de los brazos
hacia arriba: que para que crezcan. En oleadas, gente va, gente viene todo el día por el templo y por el
jardín. Embisten toda clase de golosinas. Las sinfonolas revientan los boleros de moda.
Recordamos que durante los días santos no hubo repique de campanas. Callaron, después de la
misa de ramos. Una semana sin campanas. Amarrado el badajo, descansaron mudas como una tapia.
Se convocaba a los actos litúrgicos con enormes matracas, que ametrallaban la quietud del poblado.
Desde lo alto del campanario, las hacían girar unos señores con vestimenta de Barrabás. Sonaban
las matracas durante la procesión del Vía Crucis. Con el tiempo llegamos a asociar el sonido de las
matracas con el silencio de los días de guardar.
El paseo de las reses
Por las calles del jardín (no existía la zona peatonal) y las principales, las estridencias de la
tambora, la tuba, los platillos, y de toda la banda de música, precedían el desfile de las
reses. Era por la mañana. Cada tablajero exhibía sus mejores bestias. Recordaban
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Romita Historia y Destino
a la gente que había terminado la abstinencia carnal. Acabó la vigilia. Muy adornados con papel de
china de colores, los carniceros llevan los bichos partiendo plaza. Los llevan al matadero. El rastro
se encontraba al lado de la hoy escuela Revolución Mexicana. Y allí va la caterva de harapientos y
descalzos tras la música y los toros. Una estampa digna de Goya. Ya en el abasto (antiguo rastro) la
gente compraba las tripas, la sangre para la rellena (moronga), y el menudo que desde ahora, ya
limpio, se dejaba serenar en agua con cal, para el almuerzo del domingo.
La quema de los “judas”
Este día, hacia el mediodía, después del paseo de los toretes, por los portales paseaban unos
monotes de cartón: eran los “judas.” Los comerciantes regalaban cosas para colgar a los monigotes.
Se hacía escarnio de alguna persona del pueblo. Todo aquel que se hubiera emborrachado en días
santos (días de guardar), hubiera puesto a tocar la sinfonola o hubiera proferido palabrotas
(mentado la madre), era quemado como “judas”. Se les colgaba un letrero con el nombre del
pecador. Los monos dichos llevaban pólvora y cohetes por todos lados. Eran colgados con sogas
tirando de una pared a otra, como piñatas. Las figuras horrendas, verdaderos endriagos,
representando al architraidor, se mecían sobre aquel mar de cabezas. Al estruendo de la cohetería,
estallan las risas y gritos y sombrerazos de los mirones que se empujan y arrebatan las cosas que se
desprenden del monigote. Jirones de cartón quemado se esparcían por los vientos, en una nube de
humo de pólvora. La felicidad completa. Se daba vida a una tradición que la “modernidad” tronó
quizá para siempre.
Domingo de Resurrección y Ascensión
Pascua de la Resurrección del Señor
La liturgia celebra el acontecimiento pascual como el Día del Señor. Este es el domingo que
da sentido a todos los domingos del año. Es el día del triunfo del Señor. Hoy se asiste a la Misa de
Pascuas, que es de máxima solemnidad. Sólo señalaré que también inician los 50 días de Pascua, que
es la fiesta de Pentecostés. Y acerca de la Ascensión del Señor, nos dice el padre Luís Butera Vullo “. . .
A partir del IV siglo, cuando empezó a prevalecer el criterio litúrgico de la repartición cronológica,
siguiendo las indicaciones de Lucas, se rompió la unidad de la quincuagésima pascual para insertar
la fiesta de la Ascensión al cuadragésimo día. Diez días después, se celebra la fiesta de la venida del
Espíritu Santo.”
La llegada de la Santa Cruz
Doña Lorenza Castro Gordillo debe haber tenido algunos méritos piadosos: porque
unos religiosos la hicieron depositaria de una cruz bendita. Habían llegado a Romita unos
frailes, posiblemente franciscanos, y traían tres cruces, de madera negra, de un metro y
medio, aproximadamente; tres cruces sin mayor trabajo de ornato, más bien austeras. Los
religiosos seguían un largo peregrinar, dejando a su paso aquellos emblemas del
cristianismo. Su visita despertó una oleada de fervor espiritual; e inició una tradición que
pervive entre los romitenses. Aunque pocos recuerdan la presencia aquí de aquellos piadosos
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Tradiciones y Costumbres
varones. Ello aconteció en el año de 1905, en la época del Porfiriato. La gente olvidó la llegada
de las cruces y los misioneros, pero no se ha interrumpido la celebración del 3 de Mayo (de ello dan
constancia los albañiles, con buen juego de garganta).
Otra cruz fue destinada al 'descanso' del panteón, hasta que se donó la casa donde se
levantaría su actual capilla (última calle de Mariano Escobedo) y ahí se le venera en su día. La última
cruz la colocaron los frailes en lo alto del cerro de Manserrú (de Maese Roa), ignorándose hoy cuál
fue su destino. Doña Lorenza nunca dejó de honrar aquella distinción; cada 3 de Mayo le hacía su
altar, en el interior de su casa, le adornaba los brazos con bandas de papel de colores y le rodeaba de
flores y veladoras. Pasaba la gente a expresar su devoción. De otra fuente sabemos que cuando
llegaban “Misiones”, al pueblo, los religiosos regalaban cruces o efigies de madera, como recuerdo.
Vicente Raya Morado, bisnieto de Doña Lorenza, nos dice que la señora había nacido en 1870
y alcanzó centenaria edad, pues murió en 1968. Fue ella la que estableció la primera casa de
huéspedes que hubo en Romita, la legendaria “La Paloma”, por cuyo título se conocería por
siempre a su dueña. La casa de huéspedes abrió sus puertas posiblemente en la década de los treinta.
40 años después todavía recibía a los viajeros. Entonces fue casa muy vasta, abarcaba desde la casa
de Chente (también aquí estuvo una entrada o salida de uno de los túneles que dieron origen a la
leyenda del Becerro de Oro), a la casa de Doña Eva González, inclusive (antes fue la casa de un
zapatero llamado Don Perfecto González); e incluía también el lugar donde se construyó el primer
aljibe del pueblo, en la vieja escuela Francisco I. Madero. Que curioso, se olvidó la visita de los
frailes. Pero a La Paloma no la hemos olvidado. “Por ancá La Paloma”, dice la gente.
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Romita Historia y Destino
En Romita fueron las escuelas primarias las organizadoras de esta festividad. Desde abril,
en una como “caja escolar”, ahorrábamos para los regalos. Una vajilla, un botellón, de cristal o de
barro, una olla de peltre. Envueltos en papel celofán, con su moño. La víspera, nos encerraban a
dormir en los salones de la escuela, para madrugar. Con la alborada y en camiones de redilas
repletos de niños, se recorría el pueblo. Cientos de voces cristalinas quebraban el sosiego de la
noche. Se cantaba a grito pelón, por todas las calles, sin instrumentos ni aparatos de sonido. Hasta el
amanecer. Ya en la escuela cada niño tomaba su regalo para la mamá. Besos y una que otra lagrimita.
De rato iniciaba la misa en el templo. Algunas familias hacían la visita al panteón, a depositar flores
y oraciones en la tumba de la madre muerta.
El día señalado, en teatro con telón de sábanas colgando; o en el patio de la escuela, bien
barrido y regado, con adornos de papel crepé formando cadenas y guirnaldas, o papel de china
picado, de colores ofensivos, se presenciaba el festejo. Bajo la amarillenta luz de unos foquitos,
lento se deslizaba el “Programa”. Duraba horas. Cada grado presentaba bailable, coro y recitación.
Sin faltar el discurso del señor director o la directora, (“. . . ¡ porque Madre sólo hay una ¡”), que era
de mortal aburrición. Los bailables muy del gusto de la gente: “Las pompas ricas” “Las
bicicletas”(con vestuario a la usanza porfiriana); “las Alteñitas”, “Las pelonas”, “De Torreón a
Lerdo”, “El zopilote mojado”, “Jesusita en Chihuahua” (con vestuario del tiempo de la revolución),
para finalizar con el imperdonable “Jarabe Tapatío.” Así terminaban las madres su día, rendidas de
cansancio.
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Tradiciones y Costumbres
A México llegó esta celebración, gracias a una iniciativa del periodista Rafael Alducín,
promovida por El Excelsior. El 10 de mayo de 1922, se celebró por primera ocasión. Mayo es un mes
emblemático: como sabemos, es el mes dedicado a la Virgen María, es el mes de las flores. No es de
extrañar que un día de este mes, fuera destinado a todas las madres.¡ Felicidades a todas las madres !
La Fiesta de la Espiga
En el mes de mayo, cuando los trigales cubrían de oro los campos (¡dichosas eras, dichosos
días¡) se celebraba la Eucaristía. Del trigo viene el pan y el pan y el vino son el cuerpo y la sangre de
Cristo. Gente de la iglesia asevera que la celebración de la Vigilia de Espigas, es muy antigua, se
remonta a los tiempos del pueblo israelita que seguía a Moisés. En Romita la festividad es de tiempo
inmemorial. Era una procesión fuera del templo, nocturna. Hacia las 10 de la noche, del atrio de la
parroquia partía hacia los campos de trigo. Hombres y mujeres con velas y ramitos de espigas,
acompañaban a los sacerdotes que llevaban el Santísimo, en medio de rezos y cánticos, en un
camión (troca) adornado con flores y desde luego, tercios de espigas. Se visitaban varios ranchos
trigueros, que había muchos. Se celebraba la misa y se agradecía al Señor por las buenas cosechas. A
esa hora, en algunos campos las máquinas trilladoras, que eran estacionarias, estaban en plena
faena. Costalera repleta de granos. Campos con hileras de gavillas. La gente comía gorditas de trigo
y dulce de piloncillo, muy polveadas y pachoncitas, con ollas de atole champurrado de garbanzo, de
exquisito aroma. La gente pobre aprovechaba para entrarle a la pepena. Aún se celebra, pero ha
perdido su antiguo esplendor. Debido en parte a la debilidad de nuestra agricultura, ahora se ven
muy pocos campos de trigo.
“QuetemantengaSanIsidroLabradorquetieneyuntaspropias”
Arar y depositar la simiente; recoger la bendición de los frutos de la tierra. En la tierra se
mecía la cuna, y en la tierra se abriría la puerta hacia el descanso eterno. Para nuestros lejanos
abuelos la tierra era su vida. Los campesinos tenían su santo patrono, San Isidro Labrador, patrono
también de la villa de Madrid, España, donde nació el año de 1070. Se le atribuían muchos milagros
a este santo jornalero, que murió en 1130 y fue canonizado hasta 1622, por el Papa Gregorio XV. En
Romita, cuando la sequía asomaba su rostro cruel, era sacado de su capilla y paseado en andas por
campos y sementeras; cantos, trisagios y rogaciones implorando la providencia de las lluvias. Si
hay cosechas, es deber llevar al santito las primicias.
Vestido a la usanza humilde de sus devocionarios: camisa y calzón de manta blanca, con
sencillos bordados, algunos dibujos en cuadrillé de vivos colores, huaraches, faja amarilla,
sombrerito de palma; y muy propio de él, el báculo de peregrino y su guaje de agua. Nunca faltaba en
los ranchos la efigie del santito, resguardada por curiosos capelos. Nuestros abuelos, digo, lo amaban.
A fines del Siglo XIX, la nave de nuestra parroquia quedaba prensada por elevados arcos; quizá para
contrarrestar los empujes laterales del edificio. Después, en medio de esos pares de arcos, se
construyeron las capillas, de la Virgen de Lourdes, al oriente; y la de San Isidro, al poniente. Su
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Romita Historia y Destino
escultura ahí ha estado siempre y ahí debe estar, fieles al propósito de nuestros mayores. El 15 de
Mayo, su día, por la tarde llega de algún barrio la procesión de San Isidro. Aunque languidece, como
nuestra agricultura, la tradición sobrevive.
Correr el palomo
El olvido cruel ha cerrado sus puertas a esta tradición, propia de niños y jóvenes. Hasta los
años cuarenta, se hacía para el 24 de junio, “el mero día de San Juan”, y a veces el día de San Pedro y
San Pablo. Muy temprano una caterva de adolescentes se juntaba a las puertas del domicilio de
algún Juan, y pedían “correr el palomo.” Ante el griterío salía el tal Juan y a uno de los mocosos le
entregaba un palomo o un pollo. La pequeña turba daba tiempo a que el agraciado con el animal
tuviera tiempo de correr, varios metros adelante. Iban enseguida tras él; alguno lo alcanzaba y le
quitaba el animal; y luego la pelusa seguía a éste otro. Hasta que el más corredor se quedaba con el
premio. Llegaba a su casa con el animal, ya desplumado, nomás para echarlo a la olla. Lo mismo
sucedía en cada casa donde había un Juan, que son casi todas, y todas tenían corral. Por todo el
pueblo se veían los grupos de jovenzuelos corriendo. Las plumas bamboleando con el suave viento.
La Asunción de María
Las Graditas
Antiguamente esta festividad no se dio en Romita. Porque aún no se instituía. Fue hasta 1950,
cuando el Papa Pío XII, la decretó como dogma de fe: “Al final de su vida terrena, la Inmaculada
Madre de Dios, María siempre Virgen, fue llevada en cuerpo y alma, en gloria celestial.” El día 15 de
Agosto se celebra la festividad de la Asunción de María. Con misa solemne a las 12:00 horas. Los 15
días anteriores se celebran las “Graditas.” Que significan la subida gradual de la Virgen al cielo. En
otras partes se acostumbra poner a la Virgen en una cama; la cama va subiendo un escalón cada día.
El día quince la Virgen muere; se le cambia la cama por un féretro, y se le hace un velorio (velar a la
Virgen). Ahora las familias hacen las Graditas en diferentes casas y después de rezar ante una
imagen, se agasajan con la comida que ofrece la que le toca.
100
Tradiciones y Costumbres
En tiempos idos, el Jardín Hidalgo se saturaba de tricolor para las fiestas septembrinas.
Las autoridades municipales (con más responsabilidad y entrega y menos preocupadas por los
sueldos), cultivaban con entusiasmo el hondo sentimiento de unidad nacional. Bien adornado el
tapanco en la parte norte del Portal Ocampo, para los actos cívicos. Por un lado el trono de la reina
de la villa; por otro la tribuna para las recitaciones y los coros. Bajando el tapanco estaban los
Chopos con sus atriles, para los números musicales; siempre eran algunos valses: “Tristes jardines”,
“Dios nunca muere”, “Recuerdo”, “Sobre las olas”, y otros.
Todos los árboles lucían banderitas tricolores, el kiosco portaba guirnaldas en sus
columnas; y de poste a poste de las callejuelas del jardín, suspendidas las cromáticas tiras de papel
de china picado. En sus esquinas se levantaban altos cipreses hechos de madera, profusamente
cubiertos de banderitas, como varas de tejocotes chorreando dulce. Paseaban las bicicletas con
banderitas y reguiletes en los manubrios (ninguna quedaba sin arreglar), vestidas las ruedas con
tiras de papel tricolor.
A las seis de la mañana, acto del izamiento de bandera, las bandas de guerra van por las calles
principales despertando a la gente. A las 10, las bandas de música llegadas de los ranchos, solazando
en el kiosco a perezosa concurrencia, con el retumbo de la tuba, los platillos y la tambora. A las seis
de la tarde se arría la bandera, también con asistencia de bandas de música y de guerra, con
estruendo de cámaras. Por la noche, tronaba en estallidos multicolores el castillo, elevando con el
humo penetrante de la pólvora, la fantasía de nuestra buena gente pueblerina.
Durante estas fiestas, se realizaban carreras de atletismo y de bicicletas, a todo lo largo del
campo deportivo, con carreras de encostalados, burros, y carreras de zancos y de caballos. De los
ranchos acudían a correr sus pencos. Hay puerco encebado, palo encebado o cucañas, se echan a
volar globos gigantes de papel, con fuego en su interior. El 16 por la tarde, por el Jardín y sus calles
laterales, se hacía el combate de flores, a pie. Con la quema de un castillo (y el rapto de varias
doncellas), finalizaban las fiestas patrias.
12 de Octubre
Los maestros de las escuelas preparaban los coros, las recitaciones y los bailables. Cantábamos a
voz en cuello la “América inmortal, sublime luz que al mundo alumbrarás, siempre serás la salvación,
América inmortal.” Era el Día de la Raza, el Descubrimiento de América. Se recordaba a Don Cristóbal
Colón, pero no a los indígenas sojuzgados. Era el Día de la Raza, pero no se recordaba a Don Jerónimo
de Aguilar, el padre del mestizaje. Como fuere, era un día de mucho movimiento en las escuelas. Y en
todo el pueblo, porque en ésta fecha se coronaba a la reina de la Villa de Romita. Vistosos carros
alegóricos para la reina y sus princesas, desfilaban por todo el pueblo. Por disposición del Papa León
XIII, en un día como éste pero del año de 1895, se coronó la Virgen de Guadalupe, en la ciudad de México.
Es la única imagen en el mundo que ha sido coronada como reina de una nación. También un 12 de
101
Romita Historia y Destino
Octubre, pero de 1946, se coronó por segunda ocasión la Virgen de nuestro santuario parroquial,
como adelante veremos.
Todos los Santos y Fieles Difuntos
El culto a los muertos nos viene desde los tiempos del Imperio Azteca. Entre los habitantes
de la nación mexica no existía el temor a la muerte. El acto de morir alcanzaba una máxima
significación entre los habitantes de este pueblo inteligente: la muerte ceremonial, la muerte
gloriosa, la muerte en la guerra o en la piedra de los sacrificios. Las exequias eran distintas según se
tratara de un guerrero o quien moría en la piedra de los sacrificios, con el derecho de pasar
directamente al Ilhicatl Tonatiuh, morada del Dios Sol. Cuando moría un personaje destacado, se le
cubría con ricas mantas, joyas de oro y plata, se le colocaba en la boca una piedra de esmeralda
(chalchihuitl). También llevaba alimentos, vestidos, máscaras, idolillos y otras cosas; y un perro de
color leonado, atado por el cuello con un hilo de color rojo. Este perro guiaba el alma del difunto por
peligrosos lugares del infra-mundo azteca.
En la época de la conquista española el culto a los muertos adquiere otras modalidades. La
celebración se lleva a cabo el día 2 de noviembre. Variando el lugar o la región, se levantan los altares
y ahora en el lugar de los antiguos idolillos, se colocan santos y vírgenes. La celebración cristiana de
Todos los Santos y Fieles Difuntos, conserva elementos de las ceremonias indígenas; se ven las
flores de cempasúchil y tamales de maíz. La celebración tiene un ambiente festivo. No se limita a
sólo levantar el altar, sino que tiene otras significaciones.
En Romita esta tradición ha consistido, desde tiempos lejanos, en la visita al panteón
municipal. Según versiones, el primer panteón del pueblo estuvo en lo que hoy es el atrio de la
parroquia, se le llamó hasta hace poco el “cementerio.” El Día de Muertos, se asiste a la misa de
difuntos. Previo a la visita al panteón, hay que comprar la corona o las flores. Ya desde el día de
Todos los Santos, la calle Juárez, por ambas aceras, hervía de vendedores de coronas, grandes o
pequeñas, según el difunto. Coronas siempre naturales, de zacate, barba de peña y flores moradas,
bordeadas con gajos de una penca de palma, como dientes grandes. Ninguna familia faltaba al
panteón, pues todos tenemos cuando menos un deudo a quien llevar flores. . . y una oración.
Los alfeñiques
“Elmuertoalasepulturayelvivoalatravesura”
Estaba muy viva la artesanía del alfeñique. Los alfeñiqueros romitenses dominaban la técnica
de elaborar figuras con ingredientes preparados con mucho secreto: pasta de azúcar glass mezclada
con grenetina, se le agrega sabor de esencias naturales; se le da color con tinturas vegetales: verde
limón o amarillo huevo; se hacen placas que se extienden o barras delgadas y retorcidas, y se recortan
antes de que endurezcan; se van formando las calaveras con el nombre en la frente de algún
conocido(a), y gallinitas, puerquitos y toda la fauna del corral. Allí estan las frutitas de colores, platitos
de comida, utensilios del hogar, y más figuras. Las calacas de dulce traducen una actitud de
menosprecio o burla del mexicano hacia la muerte. En alguno de los portales se
establecían estos artífices del azúcar, no de manera exclusiva en el Día de Muertos, sino algún otro.
102
Tradiciones y Costumbres
Sobre arreglos de papel de china de colores, en esas mesas también se encontraban túmulos
o “entierros”, alteros de ataúdes que eran cajitas negras, con ventanita en la tapa, del otro extremo se
jala un hilo y una calavera asoma para asustar a los niños. Cargando con su ataúd de juguete, el niño
se iba familiarizando con la muerte. La falta de atención de las autoridades para cuidar lo
genuinamente nuestro, está acabando con esta manifestación del folclor romitense. Al parecer sólo
queda aquí una alfeñiquera, Doña Margarita Rojas.
Para mitigar el cansancio de la visita al panteón, las familias se reunían en sus casas para
comer calabaza en tacha o chilacayota y guayabates. Las que tenían el modo pues cenaban el
“fiambre.” No faltando el típicamente mexicano “pan de muerto”, una torta grande con dos canillas
atravesadas, espolvoreadas de azúcar granulada y su rica fragancia de anís; se acompaña con
chocolate o atole de guayaba.
Sólo me resta comentar que en mérito a la importancia de esta festividad, el 7 de noviembre
del 2003, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), reconoció la riqueza de esta tradición mexicana como “Patrimonio Oral e Inmaterial de
la Humanidad.”
La Inmaculada Concepción de María
Por su parte, el Papa Pío IX, en 1854, decretó el dogma de la Inmaculada Concepción de
María. “En el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios
omnipotente, y en atención a los meritos de Cristo Salvador del género humano, la Virgen María fue
preservada exenta de toda mancha de culpa original.” Esta festividad se celebra el día 8 de
diciembre. Misa solemne.
Las Cofradías.
La Adoración Nocturna
Toda la noche rezaban y cantaban. Se tiraban una pestañita y volvían al ritual, hasta la misa
de cinco. Finalizaban con un rosario las siete horas del ritual. Comulgaban en la misa. Habían
iniciado a la 9:30 de la noche anterior. Toda la noche permanecía expuesto el Santísimo. También
estaba su bandera, propia de la sección correspondiente a este Santuario de Guadalupe. Y sus
insignias de la asociación religiosa: es el Apostolado de la Adoración Nocturna.
Don Silvestre Ramírez Razo, nacido en Romita el 31 de diciembre de 1928, nos explica: “Esta
Archicofradía surgió en Romita en 1935, constituida por el señor cura Diego Santos. Éste párroco había
llegado dos años antes. Se compone de Turnos y Secciones (llevan el nombre de algún santo o misterio);
los turnos son cambios de personas de los grupos participantes; y rezan alternadamente, una hora cada
grupo. Anteriormente el turno del 1er. sábado del mes correspondía a la capilla de Mezquite Gordo y el
2do., a Santa Rosa de Rivas. Estos turnos desaparecieron, quiz· por falta de cofrades.
Los restantes turnos del mes son en la parroquia de aquí. Los grupos eran de
aproximadamente 40 personas, casi todas de edad, o viejitos, pues. Hoy sólo hay ritual los sábados
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Romita Historia y Destino
3ro. y 4to., de cada mes. Los turnos de adoradores se clasifican en activos, honorarios, tarcisios e
ineses; éstos últimos son adoradores infantiles, niños o niñas; a éstas se les llama 'inesitas'.” Don
Silvestre es gente de la iglesia. De cuerpo delgado, ojos pequeños muy vivos, nariz prominente,
platica con emoción. Pertenece a la Adoración Nocturna y es además Ministro. Entre otras tareas
propias del ministerio, lleva la comunión y el consuelo a los enfermos.
La Asociación nació en Roma, en 1809. El Papa Pío VII, ordenó su erección canónica el 23 de
diciembre de 1815. Su iniciador fue Don Santiago Simbaldi, canónigo en Santa María in Vía Lata. Su
objeto es la adoración del Santísimo Sacramento, por las noches, en el Jubileo de las 40 horas, que
son continuas. Se puso bajo el patrocinio de la Santísima Virgen y San Pascual Bailón. A México
llegó el 5 de febrero de 1900. Se hacen guardias y oraciones en reparación y desagravio de los
ultrajes que a Jesucristo prodiga la humanidad.
“El gremio también tiene su sección de mujeres: son las Honorarias de la Adoración
Nocturna, aunque ellas rezan de día: los domingos tercero es su turno de adoración y dura de las 11
de la mañana a las 12, en que empieza la misa. También se expone el Santísimo. Igual comulgan en la
misa con que termina su ritual. Hay unas 100 mujeres adoradoras. En Las Liebres hay adoración
femenil por la tarde, a las seis, y luego a las siete, es la misa.”
La Tercera Orden
La anterior y ésta, son las cofradías de mayor significación en la vida espiritual de la Iglesia.
Como su nombre lo indica, es una Orden, la Tercera Franciscana. Su fundación se atribuye
precisamente al “poverelo”, el hermano San Francisco de Asís. Tiene ya largo rato. Para conocer sobre
ella me entrevisto con Don Emeterio Gamiño Yebras, persona que le ha dedicado casi 60 años de su
vida. Don Eme alterna su 'profesión', con su trabajo de agricultor. Más que la edad, el duro trabajo del
campo ha marcado huellas en su rostro cetrino. Unos lentes oscuros ocultan los ojos que fueron
cafés, marchitos hoy por la nostalgia de los años. Muy emotivo, platica: “Yo ingresé como en 1940 a la
Orden, ésta ya tenía unos diez años aquí. La trajo el señor cura Don Diego Santos. Cuando yo entré había unos
150 profesantes inscritos. Muy pocos faltaban. Pueden 'profesar', porque los terciarios somos una orden, no
unaasociación, hombresymujeres.”
104
Tradiciones y Costumbres
Nacido el día 19 de enero de 1926, aquí en Romita, casó con Doña María Reyes Lozano
Carmona, originaria de Santa Rosa de Rivas. Son cabezas de prolífica familia. Don Emeterio habla
con propiedad, busca las palabras precisas, refleja una mente ordenada. Recuerda con claridad los
sucesos más destacados de la vida de su iglesia, así la ya lejana Coronación de la Virgen (este año se
cumplen 64 de tal suceso), así el paso y las obras de los sucesivos curas que en Romita han sido. De
su tiempo, desde luego. “Cuando había 'Misiones', al terminar, los sacerdotes nos entregaban unas
cruces, como recuerdo. Tengo el dato preciso de la fundación de la Orden. Fue el 27 de noviembre de
1921, según primera Acta que existe en los libros. Recuerdo que hacia 1932 el cura parroquial era
Don Marcos García. Al año llegó el párroco Diego Santos, a hacerse cargo del curato. Oí hablar del
cura Huerta, del cura Saavedra, un padre Jesús Zárate, no era cura era cooperador, vicario de la
parroquia.”
“Los rituales de la Orden, son las responsabilidades a cumplir diariamente, por semana, mes
y anuales. Los pasos para ordenarse son tres: el candidato hace solicitud por escrito; a ver si se le
admite. Se ponía a consideración de lo que hasta antes del Concilio Vaticano se llamaba
'Discretorio.' Ahora es una Mesa Directiva, de un Consejo. En el segundo paso se le advierten las
reglas de la fraternidad terciaria. Está a prueba durante tres meses, mínimo. Se le da formación
inicial. Pasando esos tres meses, el candidato está listo para la segunda etapa, esperará de un año a
tres; en ese tiempo se le pregunta sobre su disposición para profesar; si dice que sí, viene la
'ordenación', que es de por vida; la capacitación es permanente. La ordenación era distinta antes del
Concilio, antes asistía un franciscano, eso era riguroso; o un diocesano; entre los actos de la misa se
hacía la 'profesión'; ahora la puede hacer el sacerdote o un ministro, que es un seglar. Antes se
llamaba 'pro-ministro', ahora es el 'vice-ministro.' Quien preside es el jefe de nuestro grupo, el
ministro. Debe estar presente el Consejo actual, de nosotros, que antes era el “Discretorio.” Yo veo
que el Concilio trajo algunas cosas buenas, pero otras, no. Después del Evangelio viene la ceremonia
de recepción, en la que el profesante dice al sacerdote o ministro: 'Yo prometo', y debe cumplir con
las reglas toda la vida. Se compromete uno a vivir dentro de la Orden.”
“Ahorita somos como unos 55, pero activos y responsables, sólo unos 25; del 2000 para acá,
sólo ha habido dos ordenaciones. Todos asisten a la festividad anual del 4 de octubre, en el
novenario de San Francisco. Hombres y mujeres. Nuestros distintivos han cambiado, antes y
después del Concilio, son: un como escapulario con un cuadro por delante y otro a espaldas, con
tirantes; ahora de cualquier tela, pero que sea café; el cuadro de adelante tiene cinco signos, con
forma de corazón, que son las cinco llagas que le aparecieron en el cuerpo a San Francisco.
El de atrás, sólo lleva una cruz. Complementa esto una cuerda que ciñe la cintura,
doblada, le cuelgan tres nudos, que corren hacia abajo. Esta cuerda es blanca. Los
nudos significan: la virtud, la obediencia, la humildad y la pobreza. Esto no es invención de algún
pontífice. Cristo mismo le dijo a San Francisco que éstas eran las insignias para quien quisiera
seguirle a él, seguir la norma y ajustarse a ella. Vestimos así en los actos solemnes. Somos seglares y
hacemos vida normal.”
105
Romita Historia y Destino
“Ha habido cardenales terciarios y un Papa, Juan XXIII. El cura Diego Santos era terciario.
Antes lo fueron Don Zeferino Reyes, papá de Don Luís y el padre Paco, que también lo es. También
Don Pedro Maldonado y Don José María Frías, que fue dueño de la hacienda del Mármol. Don
José María Maravilla, papá de Doña Cota. Y el papá de Doña Margarita, que era Don Ángel
Fernández. Ahora llevan una crucecita que se llama la 'tua'. También tenemos estandarte, un
escudo con las manos enlazadas de Cristo y las de San Francisco. Y el crucero, que es la Cruz de
Jerusalén, la que lleva cinco cruces pequeñas, en cada extremo. La primera orden está formada por
sacerdotes y religiosos hombres. Son los legos, que no son sacerdotes, hacen vida conventual, pero
no pueden confesar ni consagrar.
La segunda orden son las Clarisas, que antes se llamaban 'Damas Pobres'. Hacen vida de
convento, de retiro. Y la tercera orden que son religiosos y seglares, más otros que son eclesiásticos.
La Virgen María es la Patrona de las tres órdenes. Hubo otras asociaciones, han ido desapareciendo:
así la Asociación Guadalupana, Las Hijas de María (que existe), Los Veladores del Santísimo
(velaban de día), la Asociación de la Virgen del Carmen. Y la Acción Católica, en la que había las
damas, las mujeres solteras, los jóvenes y otros.” Don Emeterio lamenta la falta de vocación para
ingresar a la Orden, cuyo número se va reduciendo cada día. “Ya nos falta Doña Crucita (Doña Cruz
Sánchez, mi suegra, q.e.p.d.) que era muy noble, de vida ejemplar, muy digna de la Orden. Ya vamos
quedando pocos.”
Los Maitines
Don Emeterio también nos platica sobre estos actos litúrgicos que cayeron en desuso. Los
hubo al parecer hacia 1935. Eran lecturas y oraciones de vísperas, se realizaban a las 11 de la noche
del día anterior a una celebración importante. Asistían hombres y mujeres. Se oraba y se recitaban
salmos. Intervenía el 'Cantor', que era Bartolo, el Chopo. Si estaba arriba, en el coro, el diálogo era
cantado con el sacerdote oficiante, se contestaba uno a otro, en latín; si estaba abajo, la gente
participaba en los cantos. Y agrega Don Emeterio que los maitines sucumbieron a las reformas del
Concilio. Sabemos que en otras partes los maitines son actos litúrgicos que se realizan por la
mañana. (Maitines viene del latín: matutinus, de la mañana. Primera de las horas canónicas que
antiguamente se rezaba y en muchas parroquias se reza todavía antes del amanecer. Diccionario
Enciclopédico Salvat). Los romitenses preferían desvelarse, a levantarse temprano. Lo cierto es que
los maitines desaparecieron.
106
CAPÍTULO IX
LAS COSTUMBRES
(Los usos lugareños)
107
Romita Historia y Destino
como el enervante huele de noche, crisantemas, camelinas (bugambilias) de mil colores, la sutil
azucena, la azalea, azucena, la azalea, la hoja elegante (venenosa), agapandos, crotos, aralias,
siempreviva, mandevila, coleo, penta, lirios, filodendros (rododendros), la maravilla, la flor de
Mayo y las alcatraces ofreciendo al cielo sus copas de plata y la retama de tallo ramoso adornado
con el sol de sus flores.
“Faroldelacalleyoscuridaddesucasa”
Plantas y flores de resonancias poéticas como las gardenias de sensual fragancia, rosas
púrpuras de embriagador bouquet, heliotropos, jacintos, lilíes, violetas, petunias, gladiolas, alelíes,
dulcamaras, dársena italiana, pensamientos, nomeolvides, obeliscos; y el plúmbago, que pone en el
verdeclaro del corredor pinceladas de cielo azul. Algunas con exquisitos nombres femeninos:
hortensia, belén, margarita, rocío; con nombres excéntricos: millonaria, pecosa, teléfono, camarón,
farolillo, mimosa o vergonzosa, aralia chanflera, arete, sapo, garra de tigre, helecho leidi.
“Loquedenochesehace,denochenace”
Plantas medicinales las encontraba usted en macetas o a ras del suelo o en arriates: la
hierbabuena, el te de limón, cuachalalate, toronjil, tila, pasiflora, ruda, yerbanís, cedrón, hinojo,
cincollagas, gordolobo, el estafiate y la manzanilla; hierbas de olor para sazonar los platillos: el
orégano y el tomillo, el comino, hojas de laurel, menta, anís estrella, el ajo, la mejorana. Y cerca de las
puertas, discretamente, las albahacas para espantar la mala suerte.
“Elbuenjuezporsucasaempieza”
Muchos corrales estaban abardados con ejércitos de órganos y nopales y espinudas ramas
de huizaches. Grandes o chicos estos corrales eran verdaderas Arcas de Noé: hospedaban chivos y
borregos, vacas y becerritos, puercos, conejos, gallos que anuncian el nuevo día ( excepto cuando
están catarrientos, pues entonces en vez de su triunfal ki ki ri kí, les sale un co co ro có como
chisguete aguardentoso); palomas, paloma torcaz, gallinas y patos, guajolotes para la víspera, y los
bravos perros, escandalosos vigilantes que “no muerden, nomás te arrancan el pedazo”. Gracias a la
abundancia de floración las colmenas tenían alimento y los colotes rebosaban de pencas de cera y
miel. Por allí en un rincón recargada la garrocha, carrizo largo con arponcillo para jalar el fruto. Los
árboles, multifamiliares de variados nidos, cobijaban también a las lechuzas, que en el insondable
misterio de la noche, con sus tétricos graznidos, espantaban el sueño de las almas inocentes.
“Laquedefiadoseviste,enlacalleladesvisten”
Sólo las casas elegantes tenían pisos de mosaico, muy coloridos y con muchas figuras. Las
más tenían pisos de baldosa, cuando menos a la entrada, el corredor y los cuartos principales; las
baldosas se pintaban de cuando en cuando: se compraba el manojo de lechuguilla que servía de
brocha y el colorante, llamado congo rojo, de un tono intenso. Sus ventanas de madera tenían
protección de barrotes de fierro con filigranas.
“Delárbolcaídotodoshacenleña”
Toda la ropa de la familia cabía en el ropero (pocas personas tenían más de dos
mudas). Fabricados por carpinteros locales, altos y pesados (los roperos; y a veces también los
carpinteros), con sus espejos en las puertas laterales y los cajones. Guardábase en un cajón, muy
108
Las Costumbres
envuelto en blanquísimo lienzo, un Cirio Pascual, que hincada y rezando jaculatorias y trisagios,
encendía la gente asustada por las tormentas, desatadas con fuertes truenos, relámpagos y centellas.
Para proteger la ropa de la polilla, gorupos, jejenes y otras niguas, se ponía entre la ropa
bolitas de naftalina, blancas, muy duras y de penetrante olor. En medio, y arriba de estos cajones,
otro compartimiento también con puerta y espejo en cuyo interior se guardaban la brillantina
Palmolive o Glostora, la crema de concha nácar, el fijapelo, la vaselina, linimentos, horquillas y
pasadores, peinetas de carey de la abuela; peines, glicerina, agua de benjuí, un botecito de crema
Teatrical o Nivea, el jabón del Tío Nacho o jabón del Perro Agradecido, para la caspa; un alhajero,
perfume de espliego, la pomada de la Campana, mentolato, carbonato, las hojitas azules de orozuz
para golpes y moretones, agua oxigenada, mercurio y yodo para curar las heridas.
Por allí estaba un curioso recipiente, pequeño, de cristal, que llamaban “lavaojos”, que
servía precisamente para este fin y lo utilizaban sobre todo los crudos, que amanecían con los ojos
rojos como conejitos blancos. Todo esto en medio de estampitas de santos y oraciones (que nunca
faltara la Magnifica), rosarios, escapularios y palmas benditas.
De las paredes destacaban los óvalos de los retratos de los abuelos, descoloridos por la
pátina del tiempo, que un día fueron a blanco y negro o sepia. Cuadros de la Última Cena o San
Martín Caballero y los calendarios de Helguera, con estampas de los volcanes de México y de los
emperadores aztecas, y otros motivos campiranos. Sobre una repisa, un florero con agua rancia y
flores marchitas junto a la veladora iluminando a la Virgen de Guadalupe, honda devoción de los
romitenses.
“Lesaliólocomidoporloservido”
Por algún rincón colgaba el depósito de zinc blanco, con su cánula y su jeringa para las
lavativas. Una banca a la entrada y sillas de madera muy pintadas con otras bajitas de cordeles de
yute. Las camas de tablas de madera, encima un petate, fabricadas por los carpinteros locales, con
duro colchón de borra, con una sola almohada a todo lo ancho, redonda como un tronco que cubría
la cabecera. Debajo de la cama la bacinilla de peltre, para las necesidades nocturnas (nadie se
arriesgaba a salir de noche al excusado o al patio, para que le fuera a dar un aire) y al amanecer
algunas bacinicas (o “tazas de noche”, como les llamaban las personas elegantes), estaban como
barquillos. Para evitar pisar el suelo frío al bajar de la cama, estaba la zalea, cuero de oveja o carnero
conservando la lana, curtido por los mismos señores de la casa que conocían muy bien la técnica.
Los techos eran muy altos, de la llamada bóveda catalana, con vigas y baldosas y un grueso
recubrimiento de mezcla. Un poco más abajo del techo, de un bastidor de madera que lo circundaba,
se sostenía el “cielo raso”, de manta pintada de azul o sin pintar, ya abombada y sucia que más
parecía una nube gris; este “cielo” casi siempre lucía grandes manchas por las goteras (los niños
decíamos que lo habían orinado los ratones). Hacia las calles apuntaban las canales Las paredes
exteriores se pintaban, arriba un color y de otro el guardapolvo, a la altura de un metro sobre el piso,
preparar la llegada de las fiestas patrias o la fiesta de la Virgen. Pocas casas tenían banquetas y eran
de piedra, ladrillo o baldosa, y por debajo, hacia la calle, los caños vertían su agua sucia. Se tocaba a
las puertas de madera con un aldabón de fierro, que figuraba una mano.
109
Romita Historia y Destino
“Lesaliómáscaroelcaldoquelasalbóndigas”
Las casitas humildes, de desnudas paredes de adobe y puertas y ventanitas de madera de
mezquite, (otras sólo tenían un hoyo en lo alto, como claraboya) sólo recibían una lechada de cal y
sus techos eran de teja o de carrizos con gruesa capa de lodo encima. En tiempos de calor, hervidero
de alacranes; una de estas techumbres alojaba más alacranes que el estado de Durango. Reflejo de
la modestia de sus habitantes, por allí colgaban los arreos o guarniciones de las bestias de carga y
los tiros de las yuntas, la jarciería: arciones, collarines, suaderos, aparejos, yugos, cinchos, frenos, y
en los rincones, las rejas de los arados, los aperos de labranza y los fierros para herrar.
Del suelo de tierra sobresalía una horqueta de mezquite para el cántaro del agua y
colgando por un lado la olla con la que todos bebían; los guajes, las jícaras y por otro lado el otate
que era una especie carrizo muy largo con afilada punta de fierro llamada chuzo, para arrear la
yunta de los bueyes. Del tejaban colgaba una cuerda y atado a ésta un cajón de carrizo que mecía al
morrito, evitando se lo almorzaran las ratas. Por allí en el corral descansaba la artesa, que era una
como canoa de madera de mezquite y servía como tina para el baño sabatino de toda la familia.
Por las tardes, las señoras se sentaban en el quicio de la puerta a despiojar a sus críos:
entresacaban el bicho de la maraña de pelos, lo ponían sobre la uña gorda y con la otra lo tronaban;
ambas uñas les quedaban rojas. Alumbraban sus noches con velitas de cebo o aparatos de petróleo.
Ropa y cosas de valor se guardaban en un vetusto baúl con muchas correas y hebillas como
herrajes. Y enrollados y en un rincón los petates, para arrebujarse por las noches en el sueño
reparador (servían también para fabricar más niños).
IX. 2.- La bendición de las casas
“Diosnocumpleantojosnienderezajorobados”
Al ocupar una casa se cumplía con la costumbre de la bendición. Llegaba el sacerdote estola
al cuello, un niño llevaba el agua bendita y el aspersorio. Se rezaba y bendecía hasta el último rincón,
para librarla de los malos espíritus. Terminaba la ceremonia y se despedía al oficiante dándole la
limosna. Dichosas casas pueblerinas, sin nada que turbara la paz de su dulce sosiego, hospitalarias
y discretas, velando el íntimo decoro de modestas familias, en la monótona espiral de días y días
iguales a sí mismos. En el patio, la mecedora donde el abuelo descabeza la imperdonable siesta, a
sus pies el perro fiel reposa con las patas tirantes. En los corredores, las jaulas con el incesante
rebullicio y la interminable polifonía de las aves canoras.
En sus ventanas, tras los barrotes que aprisionan sus sueños, las señoritas en edad de
merecer, susurran sus secretas ilusiones. La señora a veces zurce, a veces desliza sobre la
ropa su plancha de pesado fierro con carbones ardientes en su interior o calentada sobre las
brazas de un anafre. Luego va a la alacena para preparar la merienda. En el corral el señor desgrana
maíz en la piedra y lleva rastrojo y agua a los animales. Vacías se ven las calles en la pachorra de la
tarde. Y mis ojos se cubren con un velo de nostalgia por un Romita que se fue para no volver jamás.
IX. 3.- Los cines
El primer cine que hubo en Romita fue el de Don Zenaido González. Empezaban los años
veinte. Se localizó en la calle Aldama, desde donde termina la cantina La Consentida, hasta donde
110
Las Costumbres
está la forrajera de Mencho Bedia (inclusive). Ahí fue la casa de Don Zenaido. Había un espacio
muy grande y ahí pasaban las películas que ahora son de museo. Era cine mudo. Como era una
novedad, asistían las buenas familias romitenses. Después vimos cine, aunque ocasional, en los
mesones, el de Don Juan Valdez y el de Don Félix Falcón. Estos cines eran muy deficientes, porque
las películas se cortaban o se quemaban y se tardaba mucho rato el cácaro en repararlas. Mientras
era un chifladero del peladaje, y hartas groserías y mentadas de madre.
A los mesones no asistían mujeres. No había sillas, por lo que muchos se sentaban en
ladrillos, piedras o en el suelo vil. Otras ocasiones nos sentábamos en vigas o tablones de madera
montados sobre unos ladrillos (montados los tablones y las vigas, no uno). A veces los burros se
soltaban y ahí andan entre la gente. Como el piso era de tierra, lo regaban a cubetadas de agua, y
pues allí anda uno sacando los huaraches del lodo.
Decían que a la entrada, al pagar los diez centavos, te daban un garrote, para espantar las
ratas. Mientras se reparaba la película o el aparato, se prendía el foco; en tanto la gente comía cañas,
garbanzos, semillas o cacahuates, en bestiales cantidades. Al terminar la función aquello era un
muladar. Muchos entraban al cine con tacos, güilotitas fritas o patitas de puerco para cenar; otros
llevaban niños que entraban gratis, y hasta los perros.
Como no había dónde hacer (del uno o del dos), cualquiera nomás se paraba y allí aventaba
el chorro de orines, donde cayeran. Por eso el cine apestaba. La raza no tenía educación. Casi todos
se tiraban pedos, muy sonoros y tan fuertes que hasta sacudían la pantalla, que era una sábana
blanca colgando amarrada de las cuatro esquinas. Si usted le reclamaba a uno de estos pícaros su
apestoso proceder, de inmediato le contestaba: “Que me perdone el que no tenga por donde.” Yo
creo que por eso era raro que asistieran mujeres.
Después, cuando el cine Victoria, en los años treinta, había bancas en doble hilera con
asientos individuales, plegables. El piso era de cemento. Estaba mejor, ya asistían las señoras y las
señoritas. Pero los mingitorios, muy apestosos a orines y caca y a mucha criolina que les echaban
para lavarlos. Ardían las narices. Otro problema era que antes la luz eléctrica se iba muy seguido. Y
pues hasta ahí llegaba la función, porque a veces tardaba dos o tres días en regresar. Algunos
esperaban dos horas a ver si acaso. Se iban mentando madres, porque el diez de entrada, no lo
regresaban. Desde el inicio quedaban advertidos.
De todos modos era muy bonito ir al cine, más cuando ya veíamos películas mexicanas con
sonido (aunque era tan malo que casi no se entendían los diálogos), de charritos, de Tito Guízar; la
gente se apasionaba y al escuchar las canciones (“Allá en el rancho grande”), se soltaba el griterío,
que se escuchaba en todo el pueblo. Toda la pelusa también nos soltábamos a puro grito pelón,
cuando veíamos agarres a balazos, y más cuando caía muerto el malo. Después, toda la semana nos
platicábamos la película.
El cine Victoria era propiedad de Don Andrés Conejo, quien lo manejó en los años treinta.
Después, en los cuarenta, lo rentó a un empresario que venía de Guanajuato capital llamado Carlos
Rodríguez. Este señor pasó el equipo (ignoro de quien sería el mobiliario), a Don Jesús Hernández,
que le decían “Jesús Cachuchas”, porque era raro ver en aquellos años a uno con cachucha, cuando
111
Romita Historia y Destino
todos usaban sombrero. Don Jesús duró unos veinte años con el cine allí. Después lo cambió a una
parte del mesón grande, donde forman esquina las calles Peñaranda y Carrillo Puerto, porque hasta
allá llegaba el mesón. Con él estaba su hijo Cirilo Hernández Chávez, mi excondiscípulo y amigo.
En la década de los cincuentas, la cosa ya fue mejor. Ya había cine casi toda la semana, con
dos funciones: la de la tarde y la de la noche. Con películas mexicanas y americanas. Siempre estas
eran más difíciles para la gente, pues la mayoría no sabía leer. Por eso les encantaban las películas
de cómicos como el gordo y el flaco, Chaplin, los tres chiflados y otros con mucha gracia, que tenían
a la gente a risa y risa. Los domingos había matinée, desde las 10 de la mañana. Íbamos puros
muchachos y niños; pasaban películas por episodios, uno cada domingo. Nos emocionaban los
episodios de Flash Gordon y el Llanero Solitario.
El Cine Victoria tenía un aparato de sonido con bocina de campana, muy potente, se
escuchaba en todo el pueblo. Anunciaba las películas que iban a pasar. Para esto también se
repartían los “programas”, para cada función. A las cinco de la tarde empezaba el sonido, tocaba
canciones muy bonitas: de Juan Arvizu, del Trío Guayacán, Los Diamantes y luego de Los Panchos.
Este cine ya contó con planta propia, para cuando se cortaba la luz, que era casi diario, sobre todo en
tiempos de lluvias. Había un poco más de orden. Los domingos empezaba la función con un
noticiero. En el entreacto pasaban los avances o “cortos”, como les llamaba la gente. Tenía una
gradería arriba que le llamaban “la galería”, o “la gayola.” Era de madera y cuando se cortaba la cinta,
la pelusa pateaba y soltaba un mentadero de madres, con un ruido peor que el del quinto infierno.
Ya no se cortaban tanto las películas. Eran de estreno. Las había de gansters y cabareteras. Como no
había fijón, también los niños entrábamos.
En los años cincuenta, ahí vimos a las rumberas Meche Barba, Rosa Carmina, Ninón Sevilla,
Amalia Aguilar y la Tongolele, que salían en pelotas y se soltaba el chifladero de toda la gallera, con
la baba en la boca (del peladaje, desde luego). Vimos a Juan Orol, Tito Guízar, Agustín Izunza,
Joaquín Pardavé; poco después, apareció el pachuco Tin Tan y su carnal Marcelo. Fue el tiempo de
Pedro Infante y Jorge Negrete. Nos emocionaban mucho las canciones de José Alfredo Jiménez. El
cine Victoria estuvo funcionando hasta por el año sesenta. Ahí se efectuaban los bailes de
competencias para la elección y coronación de las reinas de las fiestas patrias. Siendo presidente
Don Juan García, para la coronación de las reinas se presentaba la Orquesta Sinfónica de la
Universidad de Guanajuato. En la coronación de Nina Muñoz, asistió, aparte de la Sinfónica, el
pianista de renombre internacional Gerahrd Muench, alemán. Había cultura en las fiestas patrias.
Después, en los años setenta el cine lo operaba una familia de Guanajuato de apellido Dorado. Tenía
un sonido pésimo, pero eso sí, se veía horrible.
IX. 4.- Los mesones
“Lacabrasiempretiraalmonte”
Deben haber empezado a funcionar desde el surgimiento de la congregación. Signo de los
tiempos, cubrían la necesidad de alojamiento de los viajantes y sus transportes. Su ubicación, a unos
cuantos pasos del jardín, nos habla de la importancia que tuvieron. En lugares como Guanajuato
capital los hubo excelentes, de cinco estrellas. Aquí, en los portales estaban las cantinas para que los
sedientos refrescaran el gañote. Enfrente, los mesones. La Laja era punto de paso hacia el occidente,
112
Las Costumbres
saliendo de Guanajuato, y continuando por Piedragorda; hacia Atotonilco, Jalisco o Tierra Caliente,
Michoacán. Sus rutas estaban diversificadas.
Así, los mesones fueron importantes, desde el Siglo XVIII y hasta la primera mitad del XX,
la versión antigua de los modernos hoteles. Estos tienen estacionamiento para autos, aquellos
tenían pesebres para burros, mulas y caballos. Los mesones eran los lugares donde pernoctaban
los arrieros, los actuales agentes viajeros. Sólo que los anteriores conducían la recua y el
transporte de mercaderías. Llegaba usted a uno de estos establecimientos y pedía alojamiento
personal y alimento para las bestias. Una vez pagado el servicio, descargaba las mercaderías y
luego soltaba los animalitos que de inmediato se juntaban con sus congéneres (los de las bestias, no
los de usted). Y usted se metía a la fondita para que le sirvieran un caldo de res, caldo rojo de huesos
de puerco o frijoles de la olla con arroz. Con unas buenas gordas (me refiero a las tortillas, no a las
mesoneras). Por la noche se tiraban a dormir en petates (los viajeros; también las mesoneras),
donde las chinches los levantaban en peso, o en camastros de paja, repartidos a lo largo de aquellos
galerones.
Terminada la Revolución y hasta mediados del siglo pasado, todavía estaban en
funcionamiento los dos mesones de Romita, quizá no los más antiguos, pero sí los que
sobrevivieron. El mesón más grande (el actual Salón Falcón), abarcaba la mitad de la manzana y
llegaba, por su parte posterior, a la calle de Carrillo Puerto; y a la de Peñaranda, por un costado (en
esta parte se montaba la placita de toros, luego, ya en los años sesentas funcionó el cine de Don Jesús
Hernández, “Cachuchas”). Un antiguo propietario de este mesón fue Don Secundino (o Enrique)
Rodríguez; en los años posteriores fue de Don Félix Falcón, quien se lo dejó a Doña Felipa, mamá de
Don Antonio (papá de Javier y sus muchos hermanos) y el Golondrino, Lorenzo Falcón. Se llamaba
“Mesón Posada de San Juan de Dios.”
El otro mesón, menos extenso pero más cerca del jardín, tuvo como antiguos propietarios a
los Ledesma, se recuerda a Don Arcadio y a un señor de no grata memoria, Don Matilde. Los
Ledesma vendieron a Don Juan Valdez. Este señor trasladó su propiedad a Don Camerino Guerrero
Ríos, quien lo atendía con su esposa Doña Narcisa. Don Camerino conserva parte de esa propiedad.
Dejó de ser mesón hace muchos años. No tenía nombre. Don Camerino recuerda los saqueos y las
trifulcas que se armaban en los mesones, que terminaban con muertitos.
IX. 5.- Los quehaceres y los oficios
“Alquenaceparabueydelcielole caenloscuernos”
Apenas cantaba el gallo, se abrían las puertas de los corrales y por las calles de las orillas se
levantaban, como tornados, enormes polvaredas. Con mucho alboroto y descomunal concierto de
balidos, se anunciaba el paso arrollador del chiverío, siempre con hambre voraz. Aparecían los
enormes hatos que los cabreros (chiveros), a pié o en burro, con los infaltables perros, llevaban a
pastar por campos y mezquiteras. Y de las nopaleras siguen por los arroyos y las sementeras.
Abundancia de hatos y abundancia de pastos en los distantes lomeríos, fertilizados a diario con las
negras municiones de las cabras y las boñigas de las reses (que cuidaban los boyeros). El ganado era
corrientón, pues sólo hasta 1965 llegó la técnica de la inseminación artificial, mejorando la raza con
semen de ganado de alto registro.
113
Romita Historia y Destino
“Alquenaceparatamal,delcielolecaenlashojas”
El pequeño poblado era autosuficiente: las parcelas producían granos, legumbres, verduras
y forrajes para el ganado; todo muy bueno y fresco, sin química ni manipulación genética; huevo,
carne y leche fresca; variedad de frutos en los huertos. Nadie moría de hambre por holgazán que
fuera. Aquí se fabricaba todo para cubrir la ínfima gama de necesidades de la gente. Casi toda la
ropa se hacía en casa: camisas y calzones de manta y cabeza de indio, delantales, manteles,
servilletas, sábanas y colchas (poco se acostumbraban las cortinas), realizados por manos
diligentes. En todas las casas las señoras y las jovencitas sabían coser, bordar, tejer con ganchillo o
en los aros o punto en cruz o cuadrillé, utilizando a veces una máquina Singer de pedales, del
tiempo de los dinosaurios. Sólo hasta la década de los cuarenta se mandaban hacer, con los dos o
tres sastres que había, las camisas, pantalones, corbata y cuartelera para los conscriptos del
servicio militar. Los mismos sastres cortaban los trajes de los señores pudientes (se usaba mucho
más el traje en aquel tiempo que en la actualidad), previa selección de los casimires que vendía el
mismo sastre.
“Paraunroto,undescosido”
Los vestidos de las señoras y las señoritas eran tarea de las costureras. Las costureras hacían
los trajes sastre para las señoras. Tomábanse antes las medidas para el canesú. En las tiendas de los
portales se seleccionaban las telas: raso, tul, tusor, terciopelo, satín, tricot, seda y sedalina, lino, el
fino tul para velos y mantillas, organza, popelinas, y las más elegantes, de organdí. En las mismas
casas comerciales la gente de pocos recursos compraba sus telas: la manta para camisas y calzones
(los calzones de los varones caían hasta la rodilla, se ataban con dos cordones largos, que se
cruzaban dando varias vueltas a la cintura), de cabeza de indio, dril, cambaya, popotillo, jerga o
bayeta.
“Piedraqueruedanocríamoho”
En algunos corrales por allá por el rumbo del panteón, los alfareros fabricaban con barro
lavaderos, macetas y columnas, ollas, cántaros, cajetes. Luego los cocían en sus hornos, todo con una
técnica muy primitiva. En sus talleres, los obrajeros cardaban la lana de borrego para tejer cobijas,
muy rasposas, en telares rudimentarios, tan gruesas y pesadas que amanecía uno cansado. Este
oficio de las cobijas también desapareció. Los coheteros, en su peligroso cuantas veces trágico oficio,
manejan la pólvora para los castillos, los cohetones, los toritos (también los toritos de pólvora están
casi en desuso), y las cámaras para las alboradas. Y también hacían los judas para tronar el Sábado
de Gloria, (tradición que agonizó y murió), dedicados a quienes se emborrachaban o ponían la
sinfonola en días de guardar.
“Elmuertoyelarrimado,alostresdíasapestan”
Sentados en silla de cordelería de yute o en tarimas a las que ponían encima un costal
doblado, los fabricantes de cestería cortaban y alisaban el tule o tejían la palma para fabricar
canastas para el mandado, huacalitos para los niños que iban de inditos, tompeates, chundes, los
colotes para la pencas de miel de las colmena, que eran cestos de mimbre o tule, cilíndricos, altos; los
había con tapa que la gente usaba para guardar la ropa. Los canastos para el pan o las tortillas; y con
los carrizos hacían jaulas y huacales. Oficio en vías de extinción, ya no se hacen canastas para el
mandado, sólo canastos para los panaderos.
114
Las Costumbres
En otros patios de las orillas del pueblo, los adoberos, arriscado el pantalón y con las plantas
de los pies, batían la mezcla (tierra con estiércol y paja) para hacer los adobones, tabiques, ladrillos
y tejas; levantaban el horno y se quemaba con estiércol y rajas del mismo corral, mientras los
adoberos, con caras ennegrecidas por el humo, se atizaban unos fogonazos de mezcal para aguantar
el duerme-vela de la larga noche. Los fines de semana por la quema del adobe, por todas partes se
veían negras columnas de sofocantes humaredas (que por cierto dieron infamante nombre a un
barrio negro de mi ciudad, allá por el puente viejo).
En hornos alimentados con tercios de leña, se quemaba la cal en piedra, que era sacada de las
caleras de mi padre, allá por las lomas cercanas a Silva, se llenaban las enormes barcinas y se les
transportaba a lomos de burro. Luego de sacarla del horno, se rociaban con cubetadas de agua para
hidratarla (valga la redundancia), escuchándose el crepitar de las piedras al quebrarse bajo nubes de
blanco vapor. En los huertos de las casas estaban los colotes que hospedaban las abejas, repletos de
miel. Los enjambres volaban buscando nuevo nicho y la gente, previamente preparado el cajón de
colores o el colote, les llamaba haciendo sonar fuertemente hojadelatas, campanitas o utensilios de
la cocina. En muchas casas se fabricaban las velas: en una rueda de madera suspendida del techo, con
clavos o ganchillos alrededor, de éstos colgaban los pabilos, a cada pabilo se le iba derramando la cera
líquida, que de un caso hirviente se tomaba con un pocillo; como si fuera molde, la vela iba tomando
su forma. Igual se fabricaban los cirios pascuales. También se derramaba la cera líquida sobre
pequeños moldes para hacer las figuras del escame, a todo lo que daba la imaginación de auténticos
artífices anónimos: delicadas filigranas, flores de escarcha y hasta barcos con sus banderitas
tricolores. Lástima que la fina artesanía del escame, sin apoyos de ninguna índole, haya
prácticamente desaparecido de nuestro municipio.
“ADiosrogandoyconelmazodando”
Para un niño no hay cosa más grandiosa que observar el trabajo de una fragua. Ver con ojos
de plato la llamaradas que se levantan al resoplido del fuelle, desprendiendo miles de chispas, nos
parecían como juegos pirotécnicos. Una sucursal del infierno. Los fierros calentados al rojo vivo,
para luego moldearlos a mazazos y ver la nube de vapor que levantan al sumergirlos en el agua.
Toda una aventura. En aquel Romita semirural, había muchas fraguas. Su trabajo era indispensable
para el herraje de caballos, ruedas para carros, fabricación de machetes, azadones, arados y otros
aperos de labranza. Buen herrero fue Don Tranquilino Vela, que tuvo su fragua en la penúltima
esquina de la calle Hidalgo.
“Enlacasadelherrero,azadóndepalo”
El ensamble de aquellas enormes ruedas de fierro (al rojo vivo), con el aro de madera, para
hacerlas embonar con los rayos, y que estos quedaran bien ajustados al eje (una bola grande y
pesada de la madera más dura), era un trabajo de extraordinaria precisión. Demandaba la pericia de
aquellos carpinteros, poseedores de una ciencia antiquísima. Los carros de tracción animal
requerían de estas ruedas de dos metros de altura, para que no se atascaran en aquellos lodazales.
Los Méndez eran excelentes carroceros; utilizaban mucho la sardina (serrucho muy largo jalado en
vaivén por dos sujetos, uno por cada lado), para cortar los troncos de madera. Era muy difícil
trabajar la madera de mezquite, por su dureza. Y aquí los carpinteros brillaban con luz propia. Y
daban un espectáculo gratuito a la gente sin quehacer.
115
Romita Historia y Destino
“Entremuchoselmuertopesamenos”
La gente de oquis se ponía a contemplar el diestro manejo de aquel serrucho gigante, el uso
del berbiquí, la garlopa, la escuadra, el formón, la sierra, la pegadura. Los maestros carpinteros se
distinguían porque siempre llevaban un lápiz montado en una oreja. Los secretos de esta técnica
pasaban de padres a hijos. Buenos carpinteros fueron, desde el Siglo XIX, don Mariano Zamora,
Don Tiburcio Estrada; más recientes, Don Merced Arévalo y Don Francisco Méndez (estos dos
últimos llegados de San Clemente). También aquí en Romita tuvo carpintería Don Juan Pérez, papá
de Don Víctor Pérez, este último amigo de mi padre; se localizaba en la calle Allende, donde ahora
está la “Zapatería Aurora”; pero obviamente hubo muchos más. Los carpinteros romitenses, aparte
del trabajo de las dichas ruedas y carrocerías, fabricaban todo lo que eran muebles (no existían las
mueblerías): puertas, roperos (los antiguos, tan altos como anchos), trasteros, alacenas, las
cómodas para guardar ropa, mesas y sillas, burós, camas. Hasta los marcos ovales o cuadrados para
los retratos. Pero donde desplegaban su mayor destreza era en los finos trabajos de la parroquia y
las capillas, los ornamentos eclesiásticos, nichos, bancas, reclinatorios, pedestales, atriles, puertas,
tripiés para floreros y candelabros, y las cosas del altar.
“Alquenuncahausadohuaraches,lacorrealesacasangre”
Los aguadores acarreaban el agua para las casas, un viaje por un “dos” (había monedas de a
dos centavos), desde la pila del jardín. “El Chaquetas”, era uno de estos aguadores. Los viejos pozos
de los patios caseros se habían secado y sólo hasta 1950, se tendió una parte de la red del agua
potable. Estos trabajadores cargaban el “burro” (así le llamaban), sobre hombros y cuello; era un
palo como la tranca de la puerta, alargado, de cualquier madera resistente, de un metro de largo, de
cuyos extremos pendían las cuerdas y de estas sendos botes mantequeros con el líquido. Con un
botecito se sacaba el agua de la pila que estaba debajo del kiosco del jardín para llenar botes y
cubetas. Allí cerca de un ahuehuete (años veinte) estaba el vetusto pozo del que se surtían las
familias del centro del poblado, las que no tenían pozo propio (el agua de muchos pozos no servía
para beber porque era alcalina y olía mal), o ya se había secado (en ocasiones, al secarse el pozo, se
utilizaba como excusado), llegaban con una cubeta y un cordel de apenas un metro y medio que era
la profundidad que tenía. Luego, hacia los años cincuenta se le puso un motorcito que daba dos
pulgadas del vital elemento y sólo surtía pocas horas cada día.
“Tantopecaelquematalavaca,comoelqueleagarralapata”
Aunque usted no lo crea, los romitenses de los años cuarenta estaban bien informados,
quizá mejor que ahora. Diariamente llegaban los periódicos de la ciudad de México, La Prensa, El
Universal y Excelsior, que distribuía en buenas cantidades mi tío Don José Estrada, hermano de la
maestra Carmen. Se entregaban a domicilio. Claro, también se vendía el Sol de León. Había pocas
revistas: cómicas como el Pepín, que traía a los Supersabios; el Chamaco, que traía a los Superlocos.
Había una revista para las féminas: “Paquita”, con consejos para la familia. Es penoso decirlo, pero
hoy día en Romita no se venden periódicos de la capital. Ni uno solo.
Había curiosos oficios, eventuales, uno era el del señor que castraba puercos: llevaba unos
cuchillos cortos, muy afilados que sacaba de un molotito. Otro señor tenía la especialidad de operar
a las reses entripadas; usaba una como aguja, que permitía la salida gradual del aire del animal
inflado, evitando se desgarran los tejidos y tronara la bestia. Otros señores sabían operar a los
116
Las Costumbres
tapados por las tunas. Usaban unos palillitos para ir sacando las semillitas, hasta que el tapado
arrojaba todo el chorro. Cuidando no le cayera en la cara (al operador, claro). ¡Y el más insólito¡
muchachos que se dedicaban a espulgar a mujeres de la vida alegre. La paga era en especie. Estos
eran trabajos a domicilio.
“Nohayquementarlasogaenlacasadelahorcado”
Temprano despertaban al vecindario los gritos de los vendedores de camote o la “rais
calientita” con dulce de piloncillo. En la calle Juárez (la de la parroquia), bajo un robusto laurel de la
India, se apostaban las vendedoras de camote, atole y gorditas de horno, de chile y de dulce. Para
despachar al cliente, contaban con su “mano” de papel de envoltura (todavía no aparecía nada de
plástico). En los portales, sobre todo los domingos, don Tanila vendía charamuscas y trompadas;
don Lázaro Valdéz, gordo gordo, recibió fama de su garapiñado, sus pepitorias y los puerquitos (de
pan). Tenía su estanquillo casi al empezar el Portal Degollado, frente a la tienda de Don Cayetano
Hernández. Doña Mariquita espantaba las moscas a sus jamoncillos; una señora ofrecía el epazote
de rosa y otras confituras; las vendedoras de nieve tenían su puesto en el portal Zaragoza, frente a la
tienda “El Céfiro.” Por allí estaban unos carritos con fruta de horno.
“Alodadoylofiadonuncamehanarrejolado”
Tendidos al piso los cacahuates, las semillas (pepitas) y los garbanzos, te los llevabas en
alcatraces de papel periódico. Un señor levantaba el carrizo con las “varitas” de tejocotes
escurriendo el rojo dulce. No faltaban los vendedores de paletas (dos de agua o una de leche por un
centavo) y barquillos, de agua o de leche. En las fiestas del pueblo la gente acababa con cerros de
cañas (cañas y no barañas, gritaba Chayo Arévalo, amigo mío), arpillas de naranjas y mandarinas,
jícamas, lechugas, costalera de cacahuates y garbanza calientita.
“Cadaquiensacasusantoylobesa”
Al mediodía, envuelto en una nube de moscas, pregonaba su humilde mercancía el vendedor
de quiote y aguamiel, ésta la cargaba en un guaje y daba de beber a los cristianos en una jícara.
Soplaba su pífano (caramillo) el afilador de cuchillos y tijeras; cargaba un pequeño tripié al que iba
engarzada la piedra de esmeril, la hacía girar con una manivela, sacando chispas de la hoja del
cuchillo o las tijeras. A la sombra de las aceras, sentado sobre pequeña tarima, clavando tachuelas
que sacaba de su boca, con la alezna y el hilo de cáñamo en las manos, estaba el zapatero remendón,
el callejero. La gente nunca abandonaba un par de zapatos sin haberle cambiado varias veces sus
medias suelas y tapas. En los años cuarenta había en la villa nuestra varios hospitales para calzado.
Buenos zapateros fueron Don Bernardo Guerra, en la calle Herrera, Don Layo Corralejo, por allá
por la calle Vicente Guerrero, Don Perfecto González, en la calle Rayón, Don Porfirio, en calle
Echeverría casi esquina con Carrillo Puerto. Por la calle Morelos, casi al terminar, estaba una
reparadora de calzado que atendían unos señores conocidos por “Los Micos” (así han de haber
estado los pobres). Entre esos familiares del orangután, estaba un señor que al que le decían “El
Patasecas”, que le soplaba a la botella que era un primor, todo un poema; comentario al canto, su
trabajo era sacar los botes de orines de las cantinas y regarlos en la calle (no existía el drenaje),
esparcir criolina en el mingitorio, que eran precisamente esos botes, regar aserrín y virutas en el
piso para limpiarlo; por su trabajo, bebía las sobras de las botellas y al mediodía se recetaba su
caldito de camarón. Pero les decía que la necesidad es la madre del ingenio y aquellos lamesuelas
trabajaban con tanta destreza, tan fina la cirugía, que dejaban como nuevos unos zapatones que ya
117
Romita Historia y Destino
llevaban muchos remiendos, varios cambios de suelas completas y medias suelas y tapas,
irreconocible su color original por tantas raspaduras ganadas en las cruentas batallas por la chuleta.
Un compadre que tengo se dolía de que sus zapatos apenas le habían durado 12 años. ¡ Ah caray ¡
¿No son muchos años compadre ? No, los anteriores me duraron 18 añotes.
“Panduroperoseguro”
Por las calles polvorientas, sudando la gota gorda, de su cruz de palo, el varillero colgaba los
listones de colores, elásticos, hilo lacre, resortes, broches de presión, medias de seda y de popotillo,
y estambres. A veces cargaba con un canasto en cada brazo, con un revolotillo de bisutería. Con un
tintineo va anunciando su paso el vendedor de baratijas y de su cajón sobre el pecho, con una tira
amarrado al cuello, saca agujetas, peines de peluquero y escarmenadores (peine ancho con fila de
dientes por cada lado, muy menuditos, que servía también para sacar las liendres), seguros,
perfumes, polvos para la cara, crema de concha nácar, chaquiras, lentejuelas, peinetas de carey,
agujas, alfileres y prendedores de sololoy.
En su carretón tirado por mulas, todas las mañanas, el vendedor de alfalfa pesaba las arrobas
en una romana. También pasaban por las calles, arreando sus burros, los vendedores de cal.
Siempre se necesitaba la cal para la mezcla del albañil y para el nixtamal. Si era un vendedor de
granos, entonces medía su mercancía por cuarterones. Y si era leche la mercancía, entonces se
trataba de cuartillos. Un almud equivalía a un doble cuarterón y cada uno de éstos equivalía a dos
litros. El vendedor de quesos cargaba a las espaldas un cajón de madera mediano, sostenido al
cuello con unas cuerdas, al abrirlo se veían acomodados entre hojas verdes, más blancos que la luna,
los quesos de leche de chiva. Muy olorosos y exquisitos.
“Cuandoveaslabarbasdetuvecinocortar, ponlastuyasaremojar”
El pueblito tuvo, desde siempre, varias peluquerías. Recordamos en los cuarenta las de Don
Lauro Oliva, Don Luís Ledesma, Don Juan Oliva Estrada. Don Lauro, ante el desencanto que
mostraban los clientes al verse de tal modo trasquilados, los consolaba diciéndoles: “peor venías.”
Pero un pelado (en el estricto sentido de la palabra; y en el otro también), al oír esa contestación, no
le pagó lo debido a Don Lauro, sólo le dio un “cinco”; “falta” le dijo el rapabarbas; “peor es nada”, le
espetó el sinvergüenza. Por la calle Hidalgo estuvo la peluquería de Don Juan Vargas. El corte de
pelo costaba 10 centavos y la rasurada (sólo se rasuraban de cuando en cuando los viejitos), igual
cantidad. Sólo se usaban tijeras, navaja, una maquinita (que el peluquero hacía trabajar con ambas
manos) y un peine. En el tocador había brillantina, alcohol, talco de arroz y una brocha en su pocillo.
La silla era de madera muy dura, sin más; y para rapar a los niños le ponían encima un cajoncito
(encima de la silla, no del mocoso); por un lado del respaldo colgaba una tira de cuero, en la cual el
fígaro frotaba la navaja. Poca higiene había en estos establecimientos: lo tapaban a usted con una
manta (con buen trabajo se adivinaba que había sido blanca), ya muy percudida en la parte del
cuello, siempre húmeda por la enjabonadura de la nuca. Aunque el peluquero la sacudía, usted veía
subir y bajar los piojos. Pero usted nada podía decir, porque no sabía si esos piojos que subían y
bajaban, eran ajenos o eran los propios. Los peines ennegrecidos por la mugre, entre los dientes
llevaban pegadas las liendres. Los jornaleros llegaban con el pelo muy largo, un mazacote de greñas,
polvo y sudor. Para que entrara el peine y la tijera, el peluquero sorbía un trago de agua hasta inflar
sus cachetes; y con su propia boca les rociaba la maraña de alambres y púas. Los peluqueros de la
época también desempeñaban el fúnebre servicio de rasurar a los difuntos, fieles a la costumbre,
118
Las Costumbres
para la toma de la fotografía (del difunto, no del peluquero). Así llegaban muy rasurados al otro
mundo. Obviamente, era rasurada a domicilio, antes de ocupar el estuche.
“Cuandodigoquelaburraesparda,esporquetengolospelosenlamano”
Aunque usted no lo crea, en aquellos tiempos deambulaba por las polvorientas calles el
vendedor de leche de burra. A pedido sobre todo de las bellas damas, que se esmeraban en cuidar su
hermoso cutis, entregaba medio cuartillo por dos centavos. También cargaba un pocillo para
quienes bebían de inmediato la leche espumosa y calientita, terminada de ordeñar de la consorte
del jumento ( un conocido profesor romitense, decía que su mamá lo había criado con leche de burra.
Por ello la gente le decía “Lechitas” o “el Bebeleche” o francamente “Profesor Leche de Burra”).
Había la creencia de que era curativa: para la anemia, la tisis, ataques, mal de pinto y otras; de burra
blanca para unas enfermedades y la de burra negra, para otras (quién sabe la de burra pinta). Las
mamás daban tanta leche de burra a sus hijos, que al poco tiempo empezaban a rebuznar (los
mocosos, no las madres); aunque algunos maloras decían que si el niño rebuznaba, no era por la
leche, sino por la semejanza con el padre (algunos no rebuznaban porque nunca aprendieron la
tonada).
“Andeyocalienteyríaselagente”
Estudios fotográficos los hubo desde tiempos muy lejanos. Desde el Siglo XIX. Ahora es
muy difícil saber quiénes fueron aquellos fotógrafos y dónde estaban ubicados los estudios.
Analizando fotografías antiguas, nos damos cuenta del gusto de los romitenses por guardar
testimonio de bautizos, bodas, y otros retratos; pero sobre todo, de la costumbre de fotografiar a los
fallecidos, en sus cajas, (se inclinaba la caja, para que saliera el cuerpo entero del difunto) rodeados
de los familiares cercanos. Igual se fotografiaba a los niños fallecidos. En la primera mitad del Siglo
XX, se recuerdan los estudios que trabajaron, uno en la calle 16 de septiembre, esquina con calle
Rocha (en la que después fue la casa del señor Rafael Sánchez). Lo atendía un señor que venía de
Irapuato (no hemos podido precisar su nombre), sólo se recuerda que ahí también trabajaba como
fotógrafa su hija, de nombre Julia. La fotografía de los Trejo tuvo una primera época, de mediados
de siglo; que operó el papá de Don Joaquín; y ahora, estaba ubicada en el mismo lugar, en casa que
fue propiedad del sacerdote David Chagoya. Otro estudio funcionó en la calle Herrera, cerca de la
calle Real, frente a la casa de Don Daniel Chagoya. Por allí estuvo en los años cincuentas, el
consultorio del Dr. Alberto Chávez, distinguido médico leonés que aportara beneficios a Romita.
A los actuales refrescos, en Romita les llamaban “sodas”, en tiempos de María Canica. Hubo
dos fábricas de sodas. Una operó en casa de Don Antonio Sánchez, ubicada en calle 16 de
septiembre esquina con calle Herrera. Estas gaseosas eran todas de un solo sabor, de limón, y había
que beberlas de inmediato, porque de rato se hacían como gelatina (unos las dejaban hacer gelatina,
luego les ponían agua. . . y volvían a hacer soda). Cada soda costaba 5 centavos. Otra fábrica de sodas
la trabajó un señor que se llamaba Salvador, que llegó de Guanajuato y trabajaba en la Oficina de
Rentas, esposo de Doña Lupe González Yebras; la sodería se ubicó a la calle de la presidencia (calle
Morelos), donde años después estuvo la nevería “La Alaska.” Funcionaron hasta la llegada de los
refrescos, que surtían de León; las primeras marcas fueron la “Coca cola”, el “Pep”, de sabor de
naranja, y el “Hit”, que era de uva. El primer concesionario de la Coca cola aquí, lo fue Guadalupe
Chávez, (a) el Pichirilo. Para su distribución por el pueblo utilizaba un carretón tirado por un
caballo. Lupe se fue y jamás volvió.
119
Romita Historia y Destino
También en los años cuarenta existió una fábrica de jabón, que trabajó un señor llamado
Don Jesús Cuéllar. En la esquina de Aldama con Peñaranda, donde ahora tiene su sabroso negocio
de barbacoa Rosita Falcón, ahí se procesaba el jabón. Decía la gente que lo hacían con sebo de los
animales. En unos peroles se cocía el sebo y luego lo derramaban caliente en unos moldes, como
ladrillos. Se dejaban enfriar toda la noche y al siguiente día ya habían endurecido. El jabón se vendía
ignoran las causas de su desaparición.
IX: 6.- El baño sabatino
“Nomásfaltaqueunperromemié”
No existía la costumbre del baño diario o frecuente. Las familias se bañaban los sábados (lo
necesitaran o no). Previo a este trance, la gente se santiguaba y encomendaba a Dios. No había un
sitio en la casa destinado exclusivamente para baño. Se utilizaban los cuartos y hasta la cocina. Si
era tiempo de calor a los niños nos bañaban en el patio o en el corral. El agua se calentaba en botes
sobre el fogón o los tenamastes; se llenaban cubetas, cajetes o cántaros para mediar con la fría. Se
cerraban puertas y ventanas y se tapaban todos los resquicios para evitar las corrientes de aire (¡que
no te vaya a dar un aire colado!); se aseguraba el jabón corriente, para varios untos, y el de olor para
el unto final. Para la caspa se usaba el jabón del Tío Nacho o del Perro Agradecido. Antes de
empezar el ritual, bien armados de valor, se untaba uno saliva en las orejas, como si se fuera a lanzar
a una alberca, para evitar un resfrío. Se iba tallando y enjuagando por partes: primero la cabeza,
varios untos; los sobacos, luego un brazo, bien tallado, sobre todo los codos, y luego el otro, hasta
que quedaran ambos igual de claros. Se continuaba con las otras partes del cuerpo, fijándose bien
que cada parte quedara bien limpia.
“Lacáscaraguardaalpalo”
Después de tanto rato, se necesitaba renovar el agua caliente y volverla a mediar con agua
fría. Había que sacarse la cerilla de las orejas. Rebajarse con un cuchillo callos y callosidades,
curarse los juanetes, sacarse los ojos de pescado, cortarse las uñas con unas tijeras. Se despiojaban,
escarmenaban las liendres, se cortaban los pelos de narices y orejas. Las señoras se untaban cara,
brazos y manos con crema o glicerina, se depilaban las cejas y enchinaban las pestañas. Con peine
grande de concha nácar alisaban pacientemente su cabello, largo y sedoso, les llegaba a la cintura.
Los señores usaban brillantina o fijapelo en el peinado (por el aceite de la brillantina, el sudor y el
polvo, dejaba uno la almohada como el laso del cochino); se rasuraban y recortaban el bigote.
Aquella persona que salía del baño, era bien distinta de la que había entrado. Como que había
recuperado su color. Se sentía uno más livianito.
Tan larga era la ceremonia del baño, que siempre era necesaria la asistencia de otra persona,
que apoyara en este sacrificio (mi tía Lupe realizaba este ritual en cuatro horas). Y en tinas de lámina,
lavaderos o artesas, iba desfilando toda la familia. Largo rato estaba uno amonado ahí, enredado en
la toalla, para enfriarse. Se vestía uno con la misma ropa. Sólo hasta el día siguiente, domingo, era
muda de ropa. Después del baño procuraban no salir a la calle por ese día, para evitar los cambios
bruscos de temperatura y no exponerse al sol para que no les salieran fogazos. Entre la tarde y la
noche del sábado, todos habían cumplido con el obligación semanaria de la higiene corporal.
120
CAPÍTULO X
Estatuas y Monumentos
Los individuos de todas las sociedades, de todos los tiempos, han reconocido y homenajeado
a los personajes que lucharon por su independencia y libertad. A quienes han conducido a sus
pueblos a estadios superiores de progreso y de elevación de la dignidad humana, les han construido
estatuas y monumentos, parques y jardines que son el ornato de las ciudades. Calles y edificios
públicos llevan los nombres de sus mejores ciudadanos, aquellos que han abanderado sus mejores
causas. Así ha sido desde la antigüedad clásica, Roma y Grecia, por ejemplo. ¿Cómo les recordamos
a las nuevas generaciones que un día hubo ciudadanos, hombres y mujeres, de heroísmo y
sacrificios extremos, que dieron su vida por legarnos esta Patria? Además, son motivos de ornato
que embellecen las ciudades y sus habitantes los exhiben con orgullo. En Romita estamos casi
huérfanos de estos elementos que indican los niveles de la civilización de una urbe.
121
Romita Historia y Destino
122
Monumentos: Históricos y Arquitectónicos
Sigo en estos apuntes la obra del arquitecto Gerardo Gregorio de la Rosa Falcón, de su tesis para
obtener la Maestría en Restauración de Monumentos, y quien tuvo a su cargo los trabajos de
remozamiento y reforzamiento de nuestro templo parroquial, en 1985, por encargo del Presbítero
Don Francisco Reyes Padilla. Comenta este autor que en 1716, Don Pedro de Cervantes, vecino de
la Congregación de Silao, se pronuncia en el sentido de fundar una capellanía en la hacienda de
labor nombrada La Laja de la que es propietario: “. . . Tengo deliberada (intención) de . . .fundar. . . una
capellanía de misas rezadas que se digan anual y perpetuamente por mi ánima. . .” Al parecer en esta fecha
se encontraba en construcción la capilla. En el lugar que ocupó esta capilla seguramente, siguiendo
la tradición, se levantó el nuevo templo, tomando como base lo construido. Había la costumbre de
aprovechar lo existente, para la realización de sucesivas etapas constructivas.
Ciertamente, es en 1743 cuando Don Joaquín de Arizaga, arrendador de la hacienda,
menciona que ahí se encuentra una capilla dedicada a Ntra. Sra. de Guadalupe, y se veneran otros
santos. En ese tiempo era propietario de la hacienda el Regidor Capitular del Cabildo de la villa de
Guanajuato, Don Juan Antonio Quintana. Con apoyo en esto se puede colegir que la capilla de La
Laja, se construyó en la primera mitad del siglo XVIII, dado que la capilla quedó, junto con otros
bienes, sujeta a avalúo: “...porfinymuertedelRegidor ySargentoMayorDonJuanAntoniodeQuintana.”
En ese tiempo éste señor era el propietario del inmueble. Don Juan Antonio Quintana, era
Regidor Capitular del Cabildo de la villa de Guanajuato. He aquí la descripción de la capilla:
“. . . (cuenta) con sus ornamentos y alhajas siguientes: ornamento blanco con estola y manípulo, una alba
nueva y otra vieja, una arca consagrada y unos manteles maltratados y corporales; un cáliz y una patena y
vinajeras de plata; un misal; un cuadro de Ntra. Sra. de Guadalupe que sirve en el altar donde se dice la misa
con su marco dorado que es la patrona de la hacienda. Una imagen de San Francisco Xavier con azucenas y
diadema de plata; una imagen de San Pablo de talla; una imagen de Nuestro Señor crucificado; una imagen
deNtra.Sra.deRosario,consuniño,ambosconcoronadeplata ...”
123
Romita Historia y Destino
Se dice que la capilla era de adobe y cubierta a base de viguería y tejamanil. El templo actual
es de mampostería, planta de cruz latina y cubierta de bóveda de crucería. Las medidas de aquella
capilla eran de 15 metros de largo por 5.5 metros de ancho. Estas medidas no corresponden al
templo parroquial actual, que es de mayores dimensiones. Al parecer esta capilla se encontró
donde ahora está el salón de actos del templo parroquial.
Se tienen noticias de que el actual templo se empezó a construir a los inicios del Siglo XIX. Y
se debe a la iniciativa de Don Juan José Plascencia, su “. . . fundador, director” ¡ síndico general de las
limosnas de este sanctuario de N. SS. Ma.! “Patrona de Guadalupe, (lo era) don Juan José Plascencia, quien
murió el 8 de enero de 1810”. En ese tiempo la hacienda de La Laja era una vicaría fija, en la
jurisdicción del curato de Silao. En ella se contaba con dos ministros que ahí vivían.
Pero en 1826 llega el fraile dieguino Don Manuel Amorrosta, quien con mucho empuje
emprende la completa renovación del Santuario de Guadalupe. Hombre de decisiones, pide la
separación del curato de Silao, considerando que Romita ya es un pueblo con 15 mil habitantes, y
cuenta con “. . .un buen camposanto, una escelente (sic) iglesia parroquial, un relox público y una pequeña
capilladedicadaaSanAntonio.”
Contando con elementos suficientes, nuestro Santuario de Guadalupe, se separó del curato
de Silao y se convirtió en curato independiente. En 1864 es elevado al rango de Parroquia.
Recordemos que por Bula del 23 de enero de 1863, el Papa Pío IX, erigió a la ciudad de León en
capital diocesana (dejó de depender de la Diócesis de Michoacán), y el 12 de julio es consagrado en
el Santuario Metropolitano de la ciudad de México, el primer obispo Sr. Dr. D. José María de Jesús
Diez de Sollano y Dávalos. La jurisdicción de la parroquia tenía los siguientes límites: al norte, con
la Parroquia de Santiago Apóstol, de Silao; al noroeste, con la Parroquia de San Miguel, en León; al
poniente, con la Parroquia de San Pedro Piedra Gorda; y al sur, con la Parroquia de San Cayetano, de
Irapuato. Su primer cura Don Ignacio Licea y el primer vicario fijo fue Don Guadalupe Castorena y
el primer. Ambos firmaban los libros de actas parroquiales (nacimientos, matrimonios,
defunciones).
124
Monumentos: Históricos y Arquitectónicos
Por diferentes inscripciones encontradas en varios sitios del templo, se puede afirmar que
su construcción se realizó en distintas etapas (estas construcciones son más largas que la cuaresma).
Hacia 1865, se puede marcar el inicio de la primera torre. Otra, de 1878, posiblemente se refiere a la
etapa de la introducción de los elementos gotizantes. Al parecer la construcción, en el costado
oriente, de la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, se realizó en 1897. El conjunto parroquial se
integraba de la siguiente manera: la nave principal, una sacristía, dos capillas (San Isidro al
poniente, y Virgen de Lourdes al oriente), la casa cural tenía seis sinuosos departamentos y tres
corrales. Antes de que se levantaran estas dos capillas, hubo dos arcos en su lugar. Quizá para
contrarrestar los empujes laterales del edificio.
125
Romita Historia y Destino
X.4.- La Presidencia
Calle Morelos. Al fondo la presidencia. El camellón tuvo palmas y una fuente en medio,
década de los 40.
Es muy antigua la sede del poder civil de Romita. Su construcción se levantó casi desde los
primeros años de la fundación. No ha sido posible fijar la fecha, se encuentra perdida en la niebla
del pasado. Si alguien la sabe, que la diga. Queda esa labor a los historiadores. No siempre se le
presidencia. El ingeniero Pedro González, en su obra Geografía Local del Estado de Guanajuato, en el
capítulo del “Distrito Romita”, nos refiere que “. . . las Casas Consistoriales fueron establecidas desde la
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Monumentos: Históricos y Arquitectónicos
erección del pueblo.” Recordemos que esto sucedió por decreto del 29 de Abril de 1832 y que ahí se
mencionaba que el gobierno y los habitantes del lugar tomarán “. . .las providencias que juzgue
convenientes a efecto de que se realicen en su totalidad las promesas de aquel vecindario, sobre construir
cárceles de ambos sexos, cuartel para la milicia cívica y los demás locales públicos indispensables”. Los
romitenses cumplieron sus ofrecimientos y ya para 1856, al erigirse el Ayuntamiento, las
autoridades llegadas de Guanajuato con tal motivo, sesionaron en la Sala Capitular, que en esto se
traduce las llamadas Casas Consistoriales (ver el tema: ¡Queremos Ayuntamiento!).
Al instituirse el primer ayuntamiento (1856), ejercían la autoridad dos alcaldes: el señor Don
EstebanGasca, Alcalde 1º., y el señor DonJesúsAguilera, Alcalde 2º. El señor DonFelipeMucioLiceaga,
fue Jefe de Partido (previamente
designado por la Junta Electoral de
Guanajuato). Ya en el Porfiriato, a
nuestro municipio se le designó
Distrito.
127
Romita Historia y Destino
El edificio de la
presidencia no muestra la
edad, por los frecuentes
remozamientos. Casi todo el
interior ha cambiado.
Incluso su pequeña
escalinata ha sufrido
modificaciones. No tanto su
fachada o frontispicio.
Tampoco su vieja Sala de
Cabildos. Sin ser la joya de la
corona, la construcción
tiene un aire jovial y
simpático. Quizá no le
encontremos un estilo
arquitectónico definido (no
le alcanzó para tanto), pero
no carece de gracia y señorío.
En el frontispicio, tres arcos
ojivales nos reciben. De Calle Morelos. Camellón con palmas. Décadas 30 y 40.
inmediato, el acceso al
pequeño portal, puerta en medio y ventana a cada lado. Su pequeño barandal.
Sus paredes son altas, como muralla o fortaleza, como corresponde a los tiempos de su
nacimiento. Tres ventanas por el lado que da a la inspección de policía. Donde también está la cárcel
de varones. La cárcel de mujeres se encontraba por la otra calle, la del general Cándido Navarro,
entre la otra entrada de la escuela Francisco I. Madero y el viejo rastro. Después estuvo esta cárcel
en una casa particular, en la tercera calle de Hidalgo). Seguimos con el edificio de la presidencia, que
ya no tiene el paramento que coronaba el edificio (arriba del pretil, le daba mayor altura, como
fortaleza), quitado tal vez para darle más vista a los adornos y basamento del asta de la bandera.
Cuando se planeó la erección del pueblo, el atrio de la parroquia llegaba hasta la presidencia; sin la
escuela de por medio. En esta parte se localizó el primer cementerio del pueblo. Así fue hasta el
primer tercio del siglo anterior.
“Alojodelamoengordaelcaballo”
Hacia los años veinte en el Portal Zaragoza (hace algunos años los portales tuvieron placas
con sus nombres, al igual que las calles, ninguna autoridad se ha preocupado por reponerlas, es la
causa que la gente no sabe sus nombres), estuvo la tienda de ropa de los Acosta, familia proveniente
del rancho de Mezquite Gordo. De ésta familia era Doña Rafaela Acosta, maestra de primeras letras
128
Monumentos: Históricos y Arquitectónicos
de la escuela federal y hermana de don Marciano, Don Francisco, Eduardo y Luís, los dos primeros
con buenos negocios comerciales en Silao; el percal y otros géneros era su venta principal. Las telas
se exhibían colgadas de un cordel que iba de pilar a otro. Este negocio fue anterior a la tienda “El
Céfiro”, de Don Fidel Rodríguez, que todavía existe, con venta de ropa, bonetería y abarrotes. Por
allí tuvo su tienda de venta de maíz, Don Eligio Ramírez, papá de Sano, el peluquero.
En la esquina de este Portal Zaragoza, con la calle Juárez, estuvo “La Universal” (donde
ahora está un banco y la caseta telefónica), de ropa y abarrotes, propiedad de don Zeferino Reyes,
oriundo también del Mezquite Gordo. Donde ahora está el negocio de los señores Bran, abría sus
persianas una famosa cantina, ahí se alumbraban con sus buenos tragos los funcionarios y
empleados municipales, llamada “La Montañesa”, del señor Jesús Rivera “Riverita”. Casi al centro
de este mismo portal, (donde después estuvo “La Única”, de Ramón Fernández, Ramoncillo), se
ubicó la antigua Botica Nueva, de Don Epifanio González, que se le quedó a su esposa Doña Lupe
Yebras, matrimonio prolífico: varones Epifanio, Jesús y Marcelino; mujeres Carmen, Celia, Chole,
Eva y Lupe.
La botica mudó de lugar a su actual ubicación en el Portal Degollado, ya como farmacia, fue
de Don Marcelino. Enseguida estuvo la tienda del señor Amado Delgado (su esposa fue Doña Luz
Huerta), que fue presidente municipal y no dejó buenos recuerdos (cuñado de la Chata Huerta), con
venta de abarrotes y vinos al copeo (el padre de Amado fue Don Miguel Delgado, dueño de la
cantina “El Sol”). Esta negociación (la tienda) pasó después a manos del señor Lucio Suárez (esposo
de la Chata Huerta) cuya gestión como presidente municipal se vio empañada por graves
escándalos.
Frente a esta tienda, bajo los arcos del portal, instalaba su venta de birria Don Pedro Estrada,
le decían El Tarengo, y su buen sazón, sobre todo el de su salsa, le dio fama en los pueblos
circunvecinos. Y en la esquina de este portal, con la calle Morelos, tuvo su negocio de ropa, telas y
pantalones de pechera Don David Rocha, negocio que muchos años después reabrió atendido por
Don Chuche, con el nombre de “La Mercantil.” Enfrente de este negocio, bajo el portal, ponía la
mesa para la venta de enchiladas, la “Negra” Teresa, hermana del Pepas. Después cambió la dicha
mesa frente a la cantina de Don Riverita, por el mismo portal; para continuar su peregrinar con la
mesa, ahora frente a la tienda de Don Cayetano Hernández (Tere dejó chiquito al Judío Errante).
“Palodadonidiosloquita”
Al inicio del Portal Degollado, haciendo esquina con la Calle Allende, se dice que estuvo la
tienda de abarrotes y semillas, del señor Don Jesús Cuellar. De cierto se recuerda la tienda de un
señor llamado Don Natividad Rodríguez, cuya venta consistía en abarrotes, vinos, arepas (que eran
redondas como donas), puchas (como coronas pequeñas, muy quebradizas, con caramelo encima),
y otras delicias (este señor murió asesinado con mucha saña, por robarlo, fue degollado, con manos
y brazos cortados a navajazos). Esto hacia los años treinta. Para los cuarentas ya era negocio de Don
Cayetano Hernández, (que también fue activo presidente municipal). Frente a esta tienda, estaba el
estanquillo de Don Lázaro Valdez, de quien ya hablamos, con su venta de pepitorias, garapiñado,
puerquitos, fruta de horno.
129
Romita Historia y Destino
“Chichedeabuela,engaña,peroconsuela”
Don Cayetano puso el negocio en manos de Don José López, con venta de abarrotes y
semillas. Por estos lugares, repegado a las paredes de este portal, ponía su mesita con patas de tijera
un vendedor de charamuscas y trompadas (así llamadas porque tenían la forma de un puño cerrado),
le decían Don Tanila Y también a lo largo del portal, cercano el Día de Muertos, lucían las mesitas
adornadas con papel de china picado de todos colores, de las vendedoras de alfeñiques: calaveras,
puerquitos, gallinitas y muchas más figuras. Artesanía que casi ha muerto en Romita (el poco
alfeñique que vemos, viene de Guanajuato).
“Muchoayudaelquenoestorba”
Mucho antes, a principios de siglo, a un lado de Don Natividad, se encontró la antigua
cantina “La Covacha”, propiedad del padre de Don Andrés Conejo. Años después, la Covacha se
hizo fonda. Sucede que Doña Agustina y su hermana Doña Sebastiana Gamiño Domínguez,
tuvieron cada una su fonda. La Covacha era de Doña Sebastiana, abrió más o menos en el 35. La
Jarochita era de Doña Agustina que la estrenó el 12 de octubre de 1946, el día de la coronación de la
Virgen. En ese lugar estuvo la Oficina de Rentas, ahí Don Baldomero vendía los timbres fiscales.
Doña Agustina fue la mamá de José Luís Peñaflor, alias “El Pepas” incorregible amigo. De 76 años,
alto, pelo quebrado, muy corpulento, hoy se le ve caminando todas las mañanas por las calles de
Romita. El Pepas dice que su color muy moreno se debe a que nació en Veracruz.
En Romita no debe haber quedado trabajo donde él no anduviera, ni lugar así fueran billares,
cantinas, arenas de box o lupanares donde no se metiera: coime, monaguillo, chofer, vendedor de
periódicos y revistas, instructor de conscriptos y bandas de guerra, su inquietud a todo lo llevaba.
Siendo joven se fue de mojado a los Estados Unidos; ahora está entre nosotros, ya jubilado. Su
hermana Teresa, alias “La Negra”, una belleza morena de cuerpo escultural, tuvo su venta de cena,
enchiladas con pollo y cecina, como ya vimos. Doña Agustina trabajó su fonda durante 45 años,
hasta 1990, en que vendió su propiedad a Doña Juanita Valtierra.
Al parecer antes de estas fondas hubo una talabartería, de un viejito que se llamaba Anacleto.
Años después aquí estuvo una pequeña tienda de ropa llamada “El Triunfo”, y enfrente, bajo los
arcos del portal, estaba el estanquillo (bonetería, bisutería) de los señores Acosta, Raúl y Heriberto.
“Haypendejosquedondelosponganestorban”
Al otro costado (hacia el norte), estaba “El Golfo de México” también conocida por “El
Buque” (porque tenía en su fachada una pintura, con barcos como carabelas que el tiempo y el polvo
se comieron). Era la tienda de ropa propiedad del español Don Baldomero Azpitarte Damborena,
oriundo de Balmaceda, España, padre de Don Frumencio. Vendía pantalones de pechera, camisas y
yompa (especie de chamarritas de mezclilla, para los trabajadores). Al principio del siglo Don
Baldomero había comprado esta propiedad al rico terrateniente Don Pedro Zaragoza, que vivía en
el portal de enfrente, en la esquina con calle Reforma.
130
Monumentos: Históricos y Arquitectónicos
“Denochetodoslosgatossonpardos”
Casi en medio de este portal abría sus puertas “La Nueva Era”, propiedad de Don Teodoro
García (acaudalado señor que había iniciado en el comercio a principios del Siglo XX, vendiendo cal
en los ranchos), negociación muy espaciosa, con su aparador al frente que todavía se ve; tenía de
todo, abarrotes, ropa, semillas, jarciería. También vendía mezcal que le llegaba a lomos de mulas, en
cueros de chivos que les llamaban “botas”, tres por cada lado de la mula, con capacidad de 10 litros
cada una, y en garrafas como damajuanas; estas garrafas venían en barcinas, con agarraderas,
como redes tejidas de varas o alguna fibra vegetal; de esas vasijas se vaciaba el mezcal en botellas de
a litro, botellas metidas también en redes, para facilitar su despacho a los gargantas de campeonato
(los sedientos, pues). El negocio era muy próspero. Se le quedó a un sobrino suyo, Don Guadalupe
García, cuya esposa e hijos (el Nene y hermanas) todavía lo conservan.
Después estaban los billares de Don Agustín Segura, padre del profesor Álvaro, mi amigo. Se
llamaban “Billares Segura”, donde el Pepas era coime. Al otro lado estaba la casa de una señora que
se llamaba Lola, la mamá de “Las Borrascas”, (en aquellos años no existía la cantina Acapulco),
Raquel (casó con David “El Sardo”, que estuvo en el ejército) y Eloisa. Tal señora vendía semillas
que ponía sobre un costal, en el suelo (el Pepas era el único que les llamaba pepitas, de ahí el apodo).
Las muchachas, algo fellecitas pero muy activas, tenían su venta de cena en un puesto fijo, de
madera, en el jardín, enfrente de la Nueva Era, algo grande y bien arreglado. Tenían sinfonola. A
un lado, como ya dije, aquí se cambió la Botica Nueva de Doña Lupe Yebras, mamá de Don
Marcelino. Al terminar este portal, esquina con calle Aldama, estuvo una paletería cuyo nombre y el
de su propietario se llevó el cierzo del olvido. En los cincuenta abrió “La Consentida”, cantina cuyo
dueño era “El Güero Antonio” García, que también fue cooperativista de la Flecha Azul. Bebedero
que todavía existe.
En el Portal Arteaga, en la esquina con calle Peñaranda, estuvo una cantina “La
Cumbancha”, allá por los años treinta, negocio que fue de Don Jesús Hernández (le decían Jesús
Cachuchas, que también trabajó el “Cine Victoria”). Don Jesús cambió “La Cumbancha” a la calle
Aldama, al otro lado de la Consentida, donde muchos años después abrió un restaurante muy
visitado por las parejas de enamorados: “La Elia.”
Después de “La Cumbancha” estuvo una cantina llamada “El Dios Baco”, y con el dios griego
del chupe llegaron los billares (tenían entrada por el portal y por la calle Peñaranda, rodeaban la
cantina); primero fueron sus dueños los hermanos Margarito y Gonzalo Lozano. Por los dichos
billares se pasaba hacia el fondo, a un lugar amplio, donde se montaba el ring para las peleas de box.
Después tuvieron de propietario a otro hermano, Don Eusebio (papá de mi amigo “Pilín” q.e.p.d., y
mi amiga la licenciada Alicia), la cantina cambió de nombre: “Montecarlo.”
A un lado (al centro del portal), estaba un magnifico negocio “La Constancia”, atendido por
Don Juan García Morales, de buenas obras y gratos recuerdos como presidente municipal. “La
Constancia” estuvo primero en la esquina de calle Reforma y calle Obregón (a donde muchos años
después regresó Doña Cecilia, “Chila”, hermana de Don Juan). “La Constancia” se distinguía por
vender buenos vinos en botella cerrada, y a “pico”, único lugar donde se compraban angulas y
131
Romita Historia y Destino
enlatados, ultramarinos, carnes frías, pan de caja, jamón y queso amarillo y de puerco, regalos,
chocolates. Lugar espacioso, hacia un lado estaban los reservados donde los novios se contaban las
pestañas; también tomaban nieve, cuando tenían las manos libres. Por allí junto a un pilar, la
sinfonola, para encender el romance.
Finalmente, en la esquina de este Portal, esquina con la calle Obregón, abrió sus persianas la
cantina de Don Jesús Caudillo (papá de la ahora dueña del restaurante, Olga con sus hermanos el
profesor Jesús y Estela, la licenciada). Muchos años después, Don Jesús puso la carbonería (se
usaba mucho el carbón, a falta de petróleo y gas).
El Portal Ocampo tenía en aquellos años un solo comercio; en la esquina con la calle Hidalgo,
estaba la fonda de Doña Chonita Araujo, esposa de Don Emilio Farías (¿Olaiz?), padres de Don
Miguel y Don Emilio, el Chino, antiguos transportistas, dueños de los camiones rojos “Non Plus
Ultra”; comentario al canto diré que Don Emilio padre fue un excelente músico. Años después en
este mismo lugar, vendía muy buenas paletas Don Salvador Pantoja (Don Chava). En los cincuentas
estuvo la primera tintorería, “La Imperial”, que se vio en Romita, sus propietarios eran de Silao.
El resto de este portal lo ocupaban las casas de Don Felipe Bedia de las Cajigas, oriundo de la
aldea de Pontejos, Santander, España, (donde ahora está Banamex y la farmacia de Doña
Guillermina). Enseguida estaba la casa de Don Eliseo Rocha, y al extremo, esquina con calle
Reforma, la casa de Don David, su hermano, que anteriormente fue propiedad de Don Pedro
Zaragoza, acaudalado propietario de la hacienda de Silva y en un tiempo dueño o arrendador de la
hacienda de San Clemente, a principios del siglo. De esta casa sobresalía una columna, como
chimenea de buque de vapor, que la gente decía que eran los baños de Don Pedro. Estas casas de
Don Felipe y Don Pedro, empezaban en el portal y ocupaban toda la manzana; una sola barda
altísima las rodeaba por la calle Hidalgo, la calle Mina y daba la vuelta por la calle Reforma.
Vale la pena recodar algunas negociaciones que aparecían cercanas al Jardín y a los portales.
En la calle Juárez, bajando de la parroquia, todavía está la jarciería, cuyo primer dueño fue un señor
de Silao llamado Brígido Hinojosa. Enfrente, donde ahora opera una paletería, estuvo la farmacia
de Don Antonio Chávez, señor que había venido de León; la trabajaba con su esposa, Doña Josefina
Herrera; fueron padres de Juan, Guadalupe (a) “El Pichirilo” (el primer cocacolero), Alberto,
Socorro (una muchacha muy bonita que después fue esposa de Don Virgilio Rodríguez) y Agustina.
Esta farmacia se cambió al portal Zaragoza, casi al centro (dejó de ser farmacia y Doña Josefina puso
un televisor, nos cobraban 10 centavos por pasar a ver; más o menos en 1953).
Luego, en la esquina de la calle Juárez y la Allende, hubo una casa comercial muy visitada por
los romitenses: “La Fraternal.” Fue propiedad de Don Isaac Rodríguez, hermano de Don Fidel, Don
Victoriano y Don Leobardo, invidente este último que tenía su puesto de verduras casi al empezar la
calle de Don Arcadio Echeverría). “La Fraternal” era tienda mixta: abarrotes y semillas, por un
mostrador; con un gran surtido de toda clase de telas en rollos colocados sobre estanterías; y
bonetería, por el otro. Entre la tienda y la casa de Don Matilde Ledesma, tenía la descarga y
bodegas para las semillas, con mucho movimiento. Una madrugada, al inicio de la década de los
132
Monumentos: Históricos y Arquitectónicos
sesenta, un trágico incendió abatió este espléndido negocio. Para sofocar el fuego se pidió la ayuda
del Heroico Cuerpo de Bomberos de León. A la entrada del pueblo una bomba volcó (se voló el
puente), muriendo en el percance cuatro bomberos. Un sentido recuerdo para esos héroes.
Merecen el bien de la Patria.
Seguimos por la calle Allende, a pocos pasos del Portal Degollado, un señor llamado Don
Adolfo Ramírez, despachaba en su tienda “La Parra”. Vendía abarrotes, vinos y jarciería. Quedó a
sus hijos Nacho, Héctor y Arturo (un recuerdo a mi amigo Arturo q.e.p.d.), todavía están ahí. En
esta misma acera, esquina con calle Echeverría (hoy “El Clavo”), estaba la tienda de Don Rosalío
Castro (Don Rosa), que entre otras cosas vendía el petróleo (único expendio de este tipo, barriles de
petróleo y gasolinas, aceites), para aquellas estufitas que vinieron a suplir las parrillas o anafres
de carbón y los fogones de leña. Su hijo y nieto, los Lambertos, continuaron con el negocio de los
energéticos.
Por esta misma calle, por la acera opuesta, frente a la escuela José María Liceaga (a e i o u), un
señor que ya conocemos, gordo, toda rapada su cabeza, muy apreciado por la gente, Don Lázaro
Valdez, vendía sus puerquitos de pan (de color café oscuro y con mucho carbonato); y los
garapiñados y fruta de horno, las pepitorias escurriendo miel, se te tiraba la baba. La gente le
llamaba “Lázaro Garapiñado.” Fue compadre de mi suegro Don Ladislao Rangel.
En los años revolucionarios, por la Calle Real, al parecer después casa de los Barrientos,
estuvo la cantina “La Galeana”, famosa por sus balaceras con muertitos. Ahí apagaban la sed los
empistolados líderes agrarios. Entre sus propietarios se contó Don David Rocha Mireles. Después
hubo otra Galeana, calle Rayón esquina Libertad, de Don Jesús López Villa, papá de Chuche y del Dr.
Fernando.
Por la calle Cándido Navarro, frente al Tlaco (moneda equivalente a una octava de un real)
de Queso, estuvo la cantina de Don Higinio Hidalgo, papá de Doña Tere, llamada (la cantina) el 5 de
Mayo. Cuando los amantes del pomo pedían a Don Higinio la botana, para acompañar la cervecita,
les decía: “No, pos si dando sal se pierde.” También en la calle Real, acera de enfrente de la Galena,
esquina con la calle Villagómez, estuvo la cantina de Don Darío García, se llamaba “El Lucero”,
donde ahora está una vinícola. Por esta misma calle, a unos pasos de la esquina, cayó balaceado
Don Manuel Morales, el más célebre de los pistoleros de aquella época. En la calle Allende esquina
con Berriozábal, estuvo la cantina de un señor al que le llamaban Nate “El Viejito”. En calle Real,
esquina con Herrera, entraban los parroquianos a la Bohemia, atendida por Don Santos García.
Bebercios que desaparecieron hace muchos años.
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CAPÍTULO XI
CULTURA Y RECREACIÓN
Ello ocurrió durante la gestión administrativa del señor Jesús Rocha Reyes, quien dejo
concluida la obra y sería el gobierno del Profr. Hilario Navarro Ríos el que entregara dicho centro
de estudios para el disfrute y crecimiento espiritual del pueblo romitense, toco a este escribidor ser
el primer director de la Casa de la Cultura. Se trata de una obra soberbia por la dimensión de sus
salones, siendo el de danza el más grande de todas las casas de su especie en el Estado, ciertamente
la construcción presento graves fallas que hubo necesidad de atender de inmediato para evitar que
alguna de sus partes se colapsara. Inicio sus actividades con los salones de danza folclórica juvenil e
infantil, música incluyendo el piano, dibujo y pintura, serigrafía, ingles y literatura universal. Al
finalizar el año 2000, este escribidor, en su carácter de Director, hizo la solicitud a las autoridades
municipales, la que fue aceptada para que la Casa de la Cultura llevara el nombre de una romitense
de excepción, en mérito a su amor por la educación y en particular por su arte musical. Me complace
decir con orgullo que la Casa de la Cultura lleva el nombre de esta singular romitense: Doña
Margarita Fernández López.
135
Romita Historia y Destino
Actualmente, La Casa de la Cultura cuenta con una pequeña biblioteca, una sala de
exposiciones, y 5 espacios en donde actualmente se imparten diversos talleres artísticos, tales
como:
Todos estos impartidos por la tarde comenzando a las 4:00 pm. También imparte talleres
culturales en otros espacios educativos, 2 veces por semana dependiendo del turno de la institución
ya sea vespertino o matutino:
Relato
De los dos grandes exponentes romitenses de la música, Don Emilio Farías Sr. y de Doña
Margarita Fernández, hablaremos más en extenso, en el capítulo denominado “Personas Notables”.
Haremos referencia aquí a otros músicos de los muchos que hubo en ése entonces. Sabemos de
cierto que por la década de 1930, el celo musical llevó a algunos romitenses a formar las primeras
orquestas. Con el señor cura Don Jesús Zárate, en el Salón Parroquial, el padre Marcos formó los
coros con jóvenes a quienes había organizado en la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (la
A. C. J. M.). Con Don Emilio Farías, Senior, (parece que su segundo apellido era Oláis) aprendieron
el solfeo quienes serían integrantes de la legendaria Orquesta Hidalgo, mejor conocida como
orquesta de “Los Chopos” (así le llamaron porque casi todos eran chaparritos, sobre todo Don
Bartolo y sus tres hermanos).
136
Cultura y Recreación
Los Chopos
La orquesta nació inspirada en las existentes en aquellos años en la Unión Americana.
Tocaban los ritmos de la época: charlestón, fox-trot, blues, jazz la música negra de Armstrong; y
siguiendo las modas, el danzón, el mambo y los chachachás. En el año de 1940 realizaron una gira
por la frontera norte, con presentaciones en San Luís Río Colorado y en lugares de Sonora. El éxito
les acompañó. Fue quizá la llegada del rock and roll y la aparición de los conjuntos con guitarras
eléctricas, quienes decretaron la desaparición de muchas orquestas. Llegó a su fin una época
romántica. Sólo nos queda la nostalgia.
Con Don Manuel Castro Castro como director, eran también saxofones: Antonio Lona, José
Castro, J. Ascensión Porras Galván (también ejecutaba el clarinete); J. Jesús Ramírez López
baterista, Eduardo Ramírez López trombón, J. Concepción Ruiz trompeta, Eusebio Trejo trompeta
segunda, Juan Caudillo Alvarado guitarra, J. Merced Ramírez trombón, y su hermano Don Bartolo,
el mero Chopo, durante muchos años tocó el órgano del coro de la parroquia; Mario Ramírez (que
aún vive), percusiones, y Julio Rocha en el contrabajo (tololoche). La orquesta tocaba en el Jardín
Hidalgo, jueves y domingos, en aquellas serenatas inolvidables, las tardeadas, que eran
costumbre; en fiestas cívicas, bodas y presentamientos. Nos alegró durante 20 años: de 1935 a 1955.
Elgallode“ElGrito”
Nos cuenta Don Emeterio Gamiño que para las Fiestas Patrias, todas esas noches, la banda
de música tocaba en el Jardín Hidalgo. Por allí andaba Teófilo, un solista que tocaba muy bien la
guitarra. Recuerdo que Teófilo tocaba en los “Gallos” que en las Fiestas Patrias ofrecía la
presidencia municipal; la noche del 15 de septiembre, después del “El Grito”. Los funcionarios que
habían presidido los actos cívicos, daban tres vueltas al Jardín, seguidos por los músicos; de allí
marchaban a la recepción que se ofrecía en los patios de la presidencia; había enchiladas y otros
antojitos para los invitados. Después de cenar, iniciaba el “Gallo”, que era salir a cantar por todas las
calles, en el fresco de la noche, pero con calor en el corazón. Hasta las cuatro de la mañana. La banda
de música ya ni se iba a dormir, se esperaban porque a las seis iniciaba la ceremonia de izamiento de
la Bandera, en medio del retumbo de potentes cámaras que sacudían al pueblo, participando todas
las bandas de guerra de las escuelas, la banda de música, autoridades y pueblo vil, en un recorrido
por las principales calles del pueblo.
Nos dice asi mismo, que en el año 32 había una orquesta llamada “Morelos”, anterior a los
“Chopos”, Ahí tocaba Don Macario Ledesma, padre de Miguel Ledesma, éste esposo de Doña
Pompeya Estrada (mi tía), tocaba el clarinete; eran parte también los hermanos Arévalo, Pancho y
Ramón, éste último fue juez municipal aunque tuvo otros cargos, tocaban corneta y trompeta;
ambos eran hermanos de Lola Arévalo, que duró una eternidad en el Registro Civil, muy política ella.
Julio Rocha tocaba el tololoche o contrabajo; Federico Alfaro era el baterista. Antonio Lona, hijo de
don Martín Lona, tocaba la trompeta y Emeterio Lona la corneta. Félix Rangel también tocaba el
contrabajo; J. Jesús Flores Estrada tocaba el contrabajo. Merced Ramírez tocaba tres instrumentos;
era hermano de Bartolo el Cantor, y de Eduardo y de Jesús. Siendo señor cura en ese tiempo Don
Marcos García.
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Romita Historia y Destino
“¡Toquenmúsicostrompasdehule!”
Al parecer sólo una comunidad agraria contó con su banda de música. Aparecía en las fiestas
del pueblo, la festividad de algún santo lugareño, la visita del Obispo o algún gobernante, reuniones
políticas, bodas y bautizos. Era la banda de música de Monte de Hoyos, que subsiste. En aquellos
tiempos de los corridos el músico invidente llamado Antonio Almanza, que tocaba el arpa, se hacía
acompañar de un tal Antonio Ramírez, con la guitarra; era pregoneros, cantaban corridos que ellos
mismos componían. Parece que eran de La Sardina.
Del mismo estilo, otro trovador, el “Cinco de Rellena”,así le decían porque era muy bajito,
cuadrado y muy moreno; tocaba el violín y la guitarra, igual traía a otro de compañía. El “Cinco”
cantaba horrible, con una voz muy aguardentosa, muy ronca; algunos para burlarse de él, le decían:
“Que bien canta Don Martín ”, les replicaba: “Y eso que tengo la tos.”
Va de anécdota: nos cuenta El Pepas que “en 1940 estaba aquí un padrecito llamado Luís, el
apellido no lo recuerdo, nos enseñaba el solfeo a los niños; joven él y bien parecido, su tez blanca resaltaba
sobre la negra sotana. A su cara nada más le faltaban las alitas, para que fuera un querubín. Varias Hijas de
María se habían prendado de él. Y fue precisamente la tarde de las Tres Caídas, que en el interior de la
parroquia, en pleno sermón, dos señoritas de dicha asociación, se deschongaron, una de ellas muy bonita; se
pepenó con otra de las trenzas, y allí se jalonearon; en medio de tanta gente se hizo el barullo. El cura Don
Diego Santos, que vio interrumpida su homilía, estaba muy enojado. Sólo una semana durá aquí el padrecito
Luís.Suguapurafuesudesgracia.Quiénsabeadóndelomandaríanaencenderpasiones”
Corrido de Romita
Romita de Liceaga
mi tierra más querida,
Porque bajo tu cielo fue lo que conocí.
Porque desde pequeño te quiero y te bendigo,
Y llevaré el recuerdo siempre, siempre de ti.
La reina guadalupana
que tienes en tu templo
Tan linda y poderosa, nadie podrá dudar,
que en el mes de diciembre
festejan un novenario
Todos los romitenses te alaban en tu altar.
Hay mi pueblito querido
Romita bendita no te he de olvidar
Y por doquiera que yo ande
Siempre con orgullo yo te he de cantar.
Con música y danzas y grandes alboradas
Y su cera encendida mas bella de admirar.
Charolas de regalos que adornan sus inditas
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Cultura y Recreación
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Romita Historia y Destino
Fruto de la visión urbanística de nuestros padres fundadores, con el diseño cuadricular del
pueblo, también se fijaron los espacios para los edificios públicos. Así para la iglesia como para la
sede del gobierno civil, y se planeó el lugar del jardín y los portales. Ya en “tiempos de Dios
omnipresente y el señor don Porfirio presidente”, como decía el poeta Renato Leduc, el jardín tuvo
su kiosco, de adobe y ladrillo, con techo, piso y escalera de madera. Los primeros árboles que se
sembraron en su alrededor fueron fresnos. Esa especie ornaba no sólo el parque, sino toda la Calle
Real. Hacia 1915, de todas las ramas de los fresnos gigantescos, colgaban decenas de cuerpos
140
Cultura y Recreación
inertes, de humildes campesinos. Era la justicia del Coronel Nicasio Jurado. Su monstruoso sentido
de la justicia.
Las bancas de granito, tenían grabados en el respaldo los nombres de quienes las
regalaron, personas o comercios o algún comité de fiestas patrias; igual se les veía alrededor del
kiosco y por ambos lados de sus amplias avenidas, le daban un aspecto de elegancia y señorío.
Desaparecidas de allí las condichas bancas, en los inicios de los sesenta, las fuimos a encontrar en
comunidades agrarias, donde las aprovechan bien, pues nunca las hemos visto desocupadas, ni de
día ni de noche.
Cuando el primer kiosco, el de adobe y madera, fue demolido, contaba la voz popular que
Don Teodoro García, Jefe Político, depositó, como primera piedra, una colección de monedas de
oro, su bautizo de metal, soberbios augurios de su buenaventura. Con postes y barandales de
fierro con filigranas, cúpula y marquesina de lámina, piso y escalinata (ésta daba hacia la esquina
141
Romita Historia y Destino
de la calle Hidalgo), de madera, remataba en dos columnas con macetas. Tenía una pila de agua en
su parte inferior, la surtía un motorcito, del pocito que estaba frente a la Calle Real. Después se cerró
toda esa parte baja del kiosco y se hizo aljibe. Le colocaron hidrantes por los lados. No ha de ser la
ingratitud de una flaca memoria, la que nos haga olvidar que de aquí, durante lustros, recogió
agua la gente, con humildes botecillos. Y que sobre esos prados emergieron los veneros de los
primeros pozos, que mitigaron la sed de aquellos romitenses.
Hacia 1958, cuando Don Juan García, sobrino de Don Teodoro, iba a levantar el nuevo
kiosco, ordenó dejar la colección de monedas en el mismo lugar. Y se asegura que allí están. Este
presidente de fines de los cincuenta, fue
gobernante probo que supo inscribir su
recuerdo en buenas obras. Lo hizo de concreto
y azulejos, con la escalinata como ahora la
vemos, frente al centro del Portal Arteaga, su
techo circular orlado, remataba en alto
macetón; de la base del macetón, del centro
hacia fuera, partían en gajos los coloridos
vitrales que irisaban el sol canicular. Era un
encanto ver la luz multicolor que bajaba del
techo, era un Kiosco con vida propia, candor
de la provincia mexicana, era orgullo de los
romitenses.
142
Cultura y Recreación
En las mismas trocas se trajo la cantera de Guanajuato para el barandal y la escalinata de kiosco.
Como albañiles trabajaron con Don Alberto, Juan López (a) el Rodailo y un tal Canuto, de apellido
que perdió la ingrata memoria. El kiosco es pentagonal, con cinco caras; llevó 5 cadenas para 5
castillos. El carpintero Vicente Fernández armaba la madera para los castillos.
Nacido aquí en Romita el 8 de abril de 1925, Don Alberto refiere que al cavar los hondos
cimientos, no se encontraron las monedas de oro, que según la conseja popular se habían
depositado en los cimientos del anterior.“No lo puedo afirmar bien, licenciado, porque aquel sábado,
Juan (Juan García, el presidente), nos ordenó dejar las cosas como estaban. Faltaba sacar el pilar ancho, que
ibaenmediodelkiosco.Nosrodeabanmontonesdetierra.EsefindesemanapusoJuan unospolicíasavigilar.
El lunes siguiente, al reanudar labores, nos percatamos que la demolición estaba más abajo y regado el
escombro. Extrañamente, nunca nos lo pudimos explicar, el presidente había ordenado que personas
distintas al equipo de albañiles metieran mano en la obra, el fin de semana. Nos llamó la atención el hueco
que dejó, algo como una cajita, que quedó en una parte del pilar demolido, como a metro y medio de hondo,
bien hecho el hueco, más pequeño que una caja de zapatos, con la mezcla pulida que se usaba antes. Algo
estuvo en ese hueco, nos dijimos. Nunca lo sabríamos. Nos quedamos muy pensativos. Ni modo de
preguntarle a Juan, era de carácter muy recio. Nos hubiera mentado la madre. A ustedes que les importa,
pónganse a trabajar. En esos días
anduvo vendiendo monedas de oro aquel
chofer que le decían Jesús 'el Cotorra'.
Quién sabe. No sabíamos que pensar.
Juan no tenía necesidad de vender.
Aparte del kiosco Don Juan hizo
muchas buenas obras, hizo rendir el
dinero. Alcanzó a hacer el hospital de la
calle Peñaranda, la escuela de niñas
Leona Vicario, parte del drenaje; y
remozó la presidencia; del viejo rastro (el
abasto, le decía) reparó el pórtico y puso
de cemento todo el piso, desde la entrada,
quedó más higiénico.” Don Alberto se
queda callado, quizá lo ahoga la
nostalgia por aquel hermoso kiosco
que él construyó hace más de 50 años.
Del que sólo quedaba una lamentable caricatura, en 2005, pintarrajeado, lleno de telarañas,
basura y ratas, en el peor de los abandonos, como nunca se había visto en su historia. El kiosko fue
remozado por órdenes del Ayuntamiento que encabezó el licenciado Felipe Durán Muñoz, en el
primer año de su gestión. Los romitenses que siempre hemos visto a nuestro Jardín Hidalgo, como
el centro de la vida social política y cultural de la comuidad, hoy nos sentimos orgullosos porque su
kiosko ha recobrado su dignidad, gracia y señorío.
143
CAPÍTULO XII
145
Romita Historia y Destino
El deporte más antiguo de Romita ha sido el Beis bol. Se juega desde los años veintes del
siglo pasado. Pero fueron solamente tres equipos los que escribieron la historia: el conjunto Liceaga,
el Aztecas y el Indios. Por el año cuarenta Don Pedro formó parte del equipo Liceaga. Había otro
equipo al que le decían Los Calaveras del Panteón. Otro equipo se llamaba Los Tigres. Existía una
liga. Don Pedro fue presidente de ella. Permaneció muchos años en el cargo. “En ese tiempo se decía
que Loreto Delgado tenía una acta firmada por el General Lázaro Cárdenas, que le daba el campo,
para el desarrollo del deporte. Pero Loreto era futbolista. Le dije a Porfirio Espinosa, sácale los
papeles a Loreto y vámonos a Guanajuato. A los tres días nos recibió el gobernador, no me acuerdo
quien era. Nos dijo: 'Estos papeles son magníficos, no se los suelten a nadie. Ustedes le están
haciendo un beneficio a la juventud de su pueblo. Cuenten conmigo, dentro de tres días tienen allá a
un representante de mi gobierno.
Esos terrenos eran de la finadita Vicenta Bedia (fallecida en 1936), que se los había dejado a
su hija Carmen, o algo así. Vino el representante del gobierno, habló con Don Francisco y le dijo que
no se opusiera, porque los terrenos se iban a expropiar. Como quiera que sea Don Pancho estuvo de
acuerdo, y los campos se nos quedaron para el beis bol. Porque del fut bol había brotes; se prendían
y luego se apagaban.”
“El equipo más antiguo que yo recuerdo fue el Liceaga. Yo duré largo rato como dirigente del
beis bol. Hasta que me fui a México, algunos años. Eso fue antes del año cuarenta. Los jugadores
más viejos que yo recuerdo fueron Pedro Hidalgo, Brígido Zepeda y Aniceto Flores; había más pero
ya se murieron, no me acuerdo de sus nombres. En el equipo Liceaga yo fui picher, Pancho Pérez era
cacher, Guadalupe Rangel primera base; Chencho Alcaraz segunda base, y su hermano José centro
fólder. Un chor stap Antonio Ramírez, era primo de El Marro; éste era tercera base. Fidencio
Venegas jugaba el último filder. José Valdéz jugaba el centro, y a veces jugaba de cacher Miguel
Valdéz; se fueron al norte y allá mataron a los dos hermanos. Jesús Orozco estaba muy joven, era
muy bueno; recuerdo que cuando fuimos a jugar a Lagos, vino de ellos un batazo largo, con ese nos
iban a ganar, pero Orozco vio la bola, se fue yendo para atrás, para atrás . . . y que atrapa la bola, sin
guantes, a pura mano limpia. Nosotros ganamos. Se fue a vivir a Ciudad Juárez. También jugaba
José Laureano, papá de Luz Laureano” .
“Yo los patrocinaba a todos ellos. Me fui otra vez a México y luego formé el Aztecas, ese
nombre se lo puse yo. Fue muy buen equipo, llegamos a jugar en Lagos de Moreno, Irapuato; de
León sólo nos faltaron unos tres equipos para recorrerlos todos; en Pastor Ortiz, Michoacán; y casi
siempre ganábamos. En San Miguel el Alto, por San Juan de los Lagos, también nos los echamos. El
equipo iba para arriba. A Silao siempre le ganábamos.
Después Francisco Mireles, se hizo dirigente del equipo Liceaga. Recuerdo que íbamos a
jugar una serie contra el Liceaga, pero quedamos con Pancho que no íbamos a meter refuerzos,
pero Pancho si los metió y ya para empezar, se enojaron. Y pos la cosa estuvo mal, no hubo juego.
Luego al Aztecas lo patrocinó Antonio Arredondo, el de la Alaska. También se formaron equipos de
los ranchos. Hubo otro equipo que se llamó el Indios. Formé una liga, para un campeonato y le
entraron 11 equipos, como cinco de aquí y los otros de los ranchos San Ramón, el Huaricho, Los
146
Canchas e Instalaciones Deportivas
Ocotes. Solo de Santa Rosa eran dos. También Los Ángeles y la Cruz de Aguilar. Se jugaba por las
mañanas y por las tardes y había mucha gente en todos los juegos. A todos les conseguí trofeos. El
padre Paco me dio cuatro trofeos. Los uniformes al principio eran de cabeza de indio. Con la
doctora Chávez nos fue mal. Invitó a un comelitón al Secretario de Educación de Guanajuato, que
llegó con otras gentes. La doctora nos obligó a pagar y ya no nos quedó nada de dinero.”
“En años todavía anteriores, en los treintas, se jugó el beis en otro campo que eran unos
arenales propiedad de Los Gómez, de la salida del pueblo hacia la mojonera. Y hubo otro campo allá,
por el panteón. El panteón tenía su equipo que eran Los Calaveras, los patrocinaba Don Piedad
Fernández, que también fue presidente municipal. La cooperativa Flecha Azul, también tenía
equipo, pero no fue bueno. A nosotros nos patrocinaban Don Antonio Arroyo y Don Antonio
Calderón. Ya en este campo, el presidente que más nos ayudó fue Don Aristeo Domínguez, que
bardeó el campo. De todos modos la gente no pagaba nada por entrar. A veces me ponía a recoger
algo de dinero, con la cachucha, pero uno juntó tres piedritas y ahí me las echó. Ni ganas me
quedaron. Había muchos pleitos en los partidos. El Liceaga y el Azteca siempre estaban de pique.
Recuerdo que hubo un campeonato estatal. Se hizo la selección de Romita y quedó en segundo lugar,
después de Valle de Santiago que fue el primero. Aquí hubo buenos peloteros.”
XII. 1.2.- El Básquet bol
Don José Hernández Domínguez no es de Romita, como todos hemos creído, pues nació en
León. Tampoco su primer apellido es el real, pues su papá se apellidaba Castillo; aunque lleva el de
Hernández por cariño a quien lo adoptó. Por él nos damos cuenta que el básquet-bol se juega en
Romita desde los años treintas. ”Quedé huérfano de madre cuando tenía apenas año y medio. Mi
abuela le dijo a mi padre que si me daba sería para siempre. Viví en la casa de Román “el Bonito.”
Nací el día 2 de febrero de 1933. De niño estuve en la escuela del profesor Ángel Sánchez. Este
profesor nos pegaba con una regla muy gruesa; un día me dejó hinchada una mano, se me puso así de
gorda; me sacaron y me pusieron en la escuela del profesor Zendejas, que estaba en la calle Pueblita
(ahora Emilio Carranza), aunque tampoco terminé, me salí de tercero, me faltaba un año. En esta
escuela había una cancha de básquet; niño ahí vi jugar a los del equipo “Alas,” que creo que es el
equipo más antiguo, ahí jugaba Vicente Rodríguez, el Fumanchú, papá de Simón, también jugaba
Maximino Maldonado, “ El Barrilito”, Eleuterio Frausto, le decían Tello “Musaracas”, éstos dos
viven todavía; Baltazar López, el “Viejo Balta”, Pedro Rodríguez el “Cotorro”, Juan Rodríguez
Villalpando, el papá de Constantino y Gustavo, Vicente Fernández; también hubo un jugador
llamado Luz Ayala, “La Pocha”; en otro equipo jugaban los hermanos J. Guadalupe y J. Jesús García,
Rogelio Hernández, se llamaba el “Marte”, le pusieron ese nombre porque el planeta bajó mucho en
ese año. Había otro equipo, el “Águilas.” Esa vieja escuela se estaba cayendo y luego se jugó en una
cancha frente a la presidencia, a un lado de la parroquia. Sería como en el año 45.”
“Había en el año 38 un equipo de muchachas, donde jugaban Angelina Alfaro, esposa que fue
de Guadalupe García, la profesora Sanjuana Anguiano, que fue esposa de Manuelito Guerra, Lucita
Rodríguez viuda de Farías, Virginia Delgado viuda de Vicente Fernández, Chonita Pulido y su
147
Romita Historia y Destino
hermana Chabela, y una muchacha Lona; otra Margarita que le decían “La Flecha” y otras más.
Parece que las entrenaba Vicente Rodríguez.”
“En esta cancha empezaron a jugar los Aguiluchos, en el equipo estaban Juan Flores el
“Rana”, Toño Arredondo el “Alaska”, Domingo Arredondo, Mario Bedia el “Coyote”, Cecilio
Landeros el “Orejón”, Ramón Domínguez, hijo de don Aristeo, Tito Ledesma y sus hermanos
Leopoldo y Arturo Rogelio Hernández, Lucio Fernández Balmaceda el “Teco”, Federico Alfaro, J.
Merced Arévalo “Chedes”, y Jesús Mariche, aunque él nada más entraba y salía, también entrenaba
un equipo; y yo. Nuestro entrenador era J. Luz Rivera, mejor conocido como “Chito el Trópico”,
siempre muy apasionado de todos los deportes. Jugábamos contra equipos de León, Irapuato y
Silao; de aquí era el equipo “Huaracheros”, nos dábamos buenos agarres, a veces ganaban ellos,
pero las más nosotros. La cancha era de tierra, acarreábamos agua del jardín, en botes con el “burro”,
para regar la tierra y que no se levantara tanto polvo.
Cada tablero colgaba de dos pilares de ladrillo, por en medio cabía uno, que por ahí pasaba
zumbando para no estamparse. Una de nuestras madrinas fue Aída Segura, hermana del profesor
Álvaro. La primera cancha se cerró y luego jugamos en la cancha que hubo frente a la presidencia,
luego escuela Leona Vicario. Después apareció otro equipo de varones, el “Independiente,” donde
jugaban Nacho y Tito Ramírez, Chuche López Rocha el hermano del Dr. Fernando, Luís Reyes
Echeveste, y otros; fue de corta duración.”
Por el cincuenta y tres también hubo equipos femeniles, muy buenos. Lidia Castro Ortiz nos
cuenta que ella jugó en el equipo del Colegio Guadalupe. “Les llamaban 'Las Cuñadas', cuando se
formó este conjunto. Jugamos en la cancha que estaba frente a la presidencia; después nos
cambiamos a la escuela federal Francisco I. Madero. También alineaban Rosa María González
Yebra (la Chita), las hermanas Fabiola y Alicia Lozano, Lucía Miranda, hija del Dr. Miranda, Alicia
Rocha, Socorro Chávez y Gloria Villagómez. Nos entrenaba Juan Flores, el Rana.”
“En el equipo de 'La Calladas', o 'Agricultura', estaban Anita y Eva Valdez, Irma Fernández,
Silvia Navarro Fernández y su hermana Vicenta, hijas de don Teófilo, Ma. De Jesús Arévalo, la
'Prieta' Elvira, hermana del Micailo González, Yolanda Huerta, Virginia Fernández hermana de
Vicente, eran de la escuela federal; Mariana Frausto, Aída Segura y yo Lidia Castro, éramos del
Colegio Guadalupe, aunque luego algunas cambiaban de camiseta. Nos entrenaba J. Luz Rivera “El
Trópico.” Irma Fernández era muy buena jugadora, hacia 1955 fue llamada a los juegos nacionales,
se fue a México. Nosotras jugamos contra buenos equipos de Silao, el STIC, de León, varias veces
vino a vernos, y a jugar el famoso Pitos Guerrero.”
XII. 1.3.- El Fut bol
El fut-bol tardó en llegar a Romita. En los cuarenta, jugaron unos Marín, que eran de los
Reyes del Fuego, en el reino del Tlaco de Queso, y con otros formaron un equipo, sin mayor
significación; y se acabó, porque no había afición. Fue hasta el año 55 que se fueron formando
varios equipos, jugaban en el campo que estaba más allá del de beis. Sólo dos equipos destacaron: el
148
Canchas e Instalaciones Deportivas
Corona, que patrocinaba Don Juan García. Y el Anáhuac, apoyado por el señor cura Don Pedro
Martínez, primero, después lo hizo el padre Francisco Reyes. Estos dos equipos entraron en
rivalidad y la gente de Romita se dividió. A veces ganaba uno, a veces el otro, así durante varios años,
se enfrentaban dos veces por año, pero la definitiva la ganó el equipo Corona.
En 1955 o 56. Alineaban en éste el portero Miguel Valdez y después entro al mismo lugar José
Luís Ledesma (mi primo); ya estaba su hermano Arturo, que era defensa; Rogelio Gutiérrez,
Alfonso Barroso, Heliodoro Rodríguez, hijo de Don Vicente el basquetbolista (que le decía ¡no se
me canse mi Lolo¡); adelante jugaban Arturo Rodríguez Villegas, Ismael Vargas Ortega, después
entró su hermano José, Frumencio Bedia (mi hermano); entraron después, José Luís (Chito) Farías
y Mario Alonso, Javier Falcón y luego su hermano Félix, El Palomo. Una de las madrinas fue Lupita
García, luego esposa de El Palomo.
Por el Anáhuac jugaban en la portería Santos “El Golia”, Alfonso Montes, Humberto
Morales Estrada, (estaba en un equipo y en otro, en el Anáhuac, le fracturaron una pierna, era
hermano del licenciado Jorge, mis primos); Andrés Falcón el Chato; Salvador Martínez, hermano
del padre Pedro; Miguel Parra, hermano de don Toño el Pollero, el Güero “Cinco” Hidalgo, y José
Vargas Ortega, Juan y Pedro Soto (el Pitas), Jesús Maldonado; después entraron Arturo Frausto, el
Pepín y Jesús María Frausto Farías; y Héctor “Tito” Ramírez, hermano de Nacho y de Arturo mi
amigo. La gente realmente estaba muy apasionada, como no se ha vuelto a ver. Asistían en grandes
cantidades a los encuentros. Jugaban contra equipos de Silao (Palmeiras), León, San Miguel el Alto.
Viajaban en La Alteña. Se recuerda a Estelita Vargas como madrina del Corona. Durante años Don
Juan García, exhibió en un aparador de su tienda La Constancia, todos los trofeos que le dio el
Corona. Años después llegó otro equipo llamado el Coronita. Sin el arrastre del anterior.
En el año 40 o 41, Romita tuvo su arena de boxeo. Hemos visto que en el portal Arteaga
estaban unos billares. Por allí pasaba la concurrencia a un corralón interior; en el centro, con
muchas sillas alrededor, se encontraba el ring. El empresario se llamaba Margarito Lozano,
hermano de don Chebo, dueño de la cantina “Montecarlo.” En un espacio estaban los costales y las
peras para el entrenamiento de los boxeadores. Nacho Azpitarte, que le decían Nacho Maromas,
destacó en este deporte de las narices chatas. Aunque era principiante, llegó a noquear a un
profesional que ya acariciaba la fama: Kid Anáhuac. Porque Don Margarito contrataba peleadores
profesionales; y los había desde luego, bisoños. Las funciones eran cada mes, un sábado.
Se anunciaban por medio de un convite, jueves y viernes, que era un camión de redilas con
potente aparato de sonido de campana, donde iban trepados dos jóvenes calzonudos, con guantes
de 10 onzas, que simulaban un combate de trompadas. El Pepas era uno de esos jóvenes, el otro era
Andrés Reyes (a) El Ronco. Un año duró en box en Romita.
149
Romita Historia y Destino
150
Canchas e Instalaciones Deportivas
Unidad Deportiva
Construida durante la gestión administrativa del Sr. Jesús Rocha Reyes (1995-97); se tramitó
la donación de terrenos de la Colonia Ejido Benito Juárez y participaron como ejecutores de la obra
el arquitecto Hector Ramírez y el Ingeniero Pedro Rocha. Esta Unidad fue remodelada en la pasada
administración del Licenciado Felipe Durán Muñoz, tiene una excelente distribución, que brinda a
los romitenses un buen servicio para el desarrollo de las potencialidades deportivas. Para todo
público. La modernización de sus instalaciones, que comprende las áreas de pista de atletismo, lleva
en su interior la cancha de fut- bol, tiene cuatro canchas de básquet, una de voley bol, palapas para
comedores, baños y áreas jardinadas, que hacen grato el ejercicio de las caminatas. Con la
adaptación y mejoramiento de sus tribunas, la Unidad luce espléndida. Un poco alejada de la
ciudad, ofrece sin embargo la posibilidad de que la visiten grupos numerosos, para la realización de
justas deportivas o cualquier disciplina de cultivo físico. Es un lugar inmejorable para las
competencias, sobre todo escolares. Muy dignificada ahora, es muy visitada por familias para
algún evento social.
151
Romita Historia y Destino
El terreno se compró durante la presidencia municipal del profesor Hilario Navarro Ríos
(1998-2000), y se inició la primera parte de la construcción del ambicioso proyecto. Hasta ahí quedó.
Diez años después, es quizá la obra que más enorgullece a los romitenses. La inauguró el
gobernador licenciado Juan Manuel Oliva Ramírez y el entonces presidente municipal licenciado
Felipe Durán Muñoz. Desde la carretera Romita-Silao, se aprecia hacia el oriente la majestuosa
obra. Levantada sobre varias hectáreas de terreno, rodeada del verdor de las de nuestros
agricultores, cuenta con amplio estacionamiento. Le recibe a usted una explanada y un pórtico que
dan acceso a unas instalaciones modernas y funcionales. Sus elevados muros albergan canchas de
fut bol rápido, básquet bol, voley bol, con duela, baños y sus vistosas tribunas. Desde luego, sus
oficinas administrativas. Pero está pensado también
para la presentación de eventos artísticos,
gimnásticos y teatrales, civicos y culturales. Se dice
que ha sido solicitada por un famoso equipo leonés
de básquet bol, para realizar allí sus entrenamientos.
Por encontrarse fuera de la población, es hasta ahora
poco visitado. La autoridad municipal debe
programar muchos más eventos, de diversa índole
para que la gran familia romitense conozca esta
excelente obra y con ello refuerce su sentido de
identidad y pertenencia, el orgullo por su patria chica.
152
CAPÍTULO XIII
ASPECTOS DEMOGRÁFICOS
153
Romita Historia y Destino
Como se explica mas adelante, en el Capítulo llamado Nuestros días, bajo el rubro: “Nuevo
mapa urbano”, el desaforado crecimiento de las colonias de Romita, se registra a partir de la década
de los ochenta. En 30 años la ciudad ha visto surgir 45 colonias, una y media cada año, que son:
154
Aspectos Demográficos
155
Romita Historia y Destino
HACIENDAS HAB
El Jagüey 427
El Mármol l,214
Gavia de Rionda 122
Gavia de Rivas 146
La sardina 506
Mezquite Gordo 1,040
Ocotes 192
Ojos de Rana 385
San Clemente 679
San José de Jagüey 430
Santa Rosa de Rivas 602
RANCHOS HAB
Amoles 265
Ángeles 78
Buenavista 532
Buenavista Ferro 70
Capilla Blanca 90
Camaleón 174
Cerro Prieto 152
Cruz de Aguilar 316
Efigenias 259
El paraíso 271
Escoplo 210
Francisco Ortega 33
Gallo 59
Guadalupe Nadia 35
Guaricho 254
Hernández 71
La Concepción 111
La escondida 92
La Paz 31
La Tuna Agria (San José) 37
Lagunillas Nuevo 74
Las Colonias 108
Las Pilas 254
Liebres 173
Loma de Buzo 18
Los Reyes 17
Lourdes 40
Mal Paso 74
Monte de Hoyos 480
Paso del León 382
Pedregal de Barroso 207
Pedregal de Martínez 49
Pedregal de Rangel 70
Portezuelo 63
Pitahaya 67
156
Aspectos Demográficos
Puchote 105
Pulgas 153
Purísima 29
Realpaso 63
San Francisco de Gavia 166
San Hipólito 35
San Joaquín 37
San José Amoles 77
San José Paraíso 207
San Juan Buena Vista 71
San Miguel 75
San Miguel Purísima 25
San Pedro López 45
San Rafael 22
San Ramón 18
Santa Gertrudis 174
Santa Lucia 77
Santa Rosalía 154
Silva 188
Soledad Sánchez 174
Tablas 276
Tejamanil 181
Tierras blancas 72
Tuna Agria 150
Valenciana de Gavia 130
Viborillas 128
Vicente Tuna Agria 160
Zapote 34
TOTAL: 18,125
Datos tomados del libro “Geografía Local de Estado de Guanajuato”, del Ing. Pedro González. Ediciones La Rana.
Instituto de la Cultura de Guanajuato. Año 2000.
Nombre
del Población Población Población
municipio Localidad Nombre de localidad total masculina femenina
Romita 0 TOTAL MUNICIPAL 50580 23290 27290
Romita 1 Romita 19157 9096 10061
Romita 2 Los Amoles 691 309 382
Romita 3 Los Ángeles 320 142 178
San José de la Angostura (Ejido Paso de
Romita 4 León) 404 198 206
Romita 6 Belén de Gavia (Belén) 289 125 164
Romita 7 El Camaleón 411 177 234
Romita 8 Capilla Blanca (Santa Teresa) 17 8 9
Romita 9 El Carmen de Sánchez (La Ponzoña) 499 233 266
Romita 10 La Caseta 158 66 92
Romita 11 San Antonio Cerro Prieto (Cerro Prieto) 784 329 455
Romita 12 Ejido Colonia Juárez (Colonia Juárez) 256 124 132
157
Romita Historia y Destino
159
Romita Historia y Destino
160
Aspectos Demográficos
161
Romita Historia y Destino
La población total del municipio de Romita es de 51 mil 825 habitantes, cifra que representa
el 1.11% de la población total del estado. De la población total del municipio el 47.39% (24,560
habitantes) son hombres, el restante 52.6% (27,265 habitantes) son mujeres. En el municipio de
Romita hay más mujeres que hombres, lo que representa un índice de masculinidad de 90.08%. En
el 2000 la población urbana representó el 35.48%, por lo tanto la mayoría de los habitantes viven en
zonas rurales. Las principales localidades de acuerdo a la aportación de población al municipio son:
la cabecera municipal Romita aporta el 35.4% de la población total del municipio (18,385 habitantes).
Santa Rosa de Rivas aporta el 3.22% con (1,670 habitantes), Mezquite Gordo aporta el 3.16% (1,636
habitantes), la sardina aporta el 2.86% (1,480 habitantes).
Fuente INIDE, Compendios Estadísticos Municipales, 2001
En lo que respecta a las tasas de natalidad y mortalidad de este municipio se han observado
tendencias a la baja, pues en 1995 la tasa bruta de natalidad fue de 36.9 y la tasa bruta de mortalidad
fue de 5.2, mientras que en el 2000 fueron de 31.1 y 4.7 respectivamente. La densidad de población en
Romita es de 105.12 hab./km2 , en tanto, el Estado tiene 152.4 hab/km2. De acuerdo a los resultados
que presenta el II Conteo de Población y Vivienda del 2005, el municipio cuenta con un total de
50,580 habitantes.
Fuente: Enciclopedia de los municipios.
El municipio de Romita cuenta con una PEA de 12 mil 297 personas de las cuales 98.30% es
ocupada y el resto es PEA desocupada. También podemos mencionar a la población
económicamente inactiva que es de 22 mil 577 personas que representa el 64.41% de la población del
municipio en edad de trabajar. De la PEI 18.9% son estudiantes y 55.7% están dedicados a las
actividades del hogar. En cuanto a los sectores de actividad que ocupan más personas tenemos la
siguiente distribución:
Cuadro 22
Número de personas % que representa de la
Sector de actividad
ocupadas pea ocupada
Sector primario 5,175 42.80%
Sector secundario 2,926 24.20%
Sector terciario 3,702 30.62%
163
Romita Historia y Destino
Empleo
Población económicamente activa: 12,297
Población económicamente inactiva: 22,577
Población ocupada: 12089
Población ocupada en el sector primario: 5,175
Población ocupada en el sector secundario: 2,926
Población ocupada en el sector terciario: 3,702
Población ocupada que no recibe ingreso por trabajo: 2,252
Población ocupada que recibe menos de un salario mínimo mensual por trabajo:1641.
Población ocupada que recibe 1 y hasta 2 salarios mínimos mensuales por trabajo: 4432.
Población ocupada con más de 2 y hasta 5 salarios mínimos mensuales por trabajo: 2609
Población ocupada que recibe más de 5 y hasta 10 salarios mínimos mensuales: 415
Población ocupada que recibe más 10 salarios mínimos mensuales por trabajo: 174
Población que no trabajó en la semana de referencia 171
Fuente: SNIM versión 6.0
XIII. 5- Religión
Nuestro multicitado autor, el ingeniero Pedro González, señala en su obra que en Romita, al
finalizar el siglo XIX, la religión que predomina en el municipio es la católica con 93.4% de la población
mayor de 5 años, le siguen las protestantes y evangélicas y finalmente las personas sin religión son
1.9%.
Actualmente.
Población de 5 años y más católica: 41,913
Población de 5 años y más con alguna religión no católica: 1,768
Población de 5 años y más no católica (incluye sin religión): 2,620
Fuente: SNIM (sistema Informativo de los Municipios)
164
CAPÍTULO XIV
SÍNTESIS HISTÓRICA
Romita era una congregación enclavada dentro de los terrenos de la hacienda de la Laja, de la
que fue propietario, al tiempo de la fundación, el señor don Pascual Peñaranda. Había en ella una
capilla dedicada a la virgen de Guadalupe, donde el vicario enviado de Silao ejercía su ministerio, hasta
que, instalado Fray Manuel M. Amorrosta, renovó la iglesia en el año de 1826 y promovió el aumento
del vecindario, fomentando el comercio con actos religiosos, principalmente en los días festivos.
Aceptado el ofrecimiento del eclesiástico señor Amorrosta y asegurada la donación del señor
Peñaranda, el III Congreso Constitucional expidió el 29 de abril de 1832 el decreto número 159, por el
que concedía la erección del pueblo bajo la denominación de Pueblo de Nuestra Señora de Guadalupe,
Romita de Liceaga.
Las máquinas excavadoras dejaban al descubierto enseres domésticos y vasijas. Con sumo
cuidado, fueron desenterrando más objetos: ollas, sonajas, metates, molcajetes, jarros, silbatos,
figurillas humanas, máscaras. . . y la sorpresa mayor, fueron apareciendo las tumbas o entierros.
Se abrían las puertas de un profundo misterio. Era también un signo promisorio. En 1995, en el
lugar donde se levantaría la Casa de la Cultura, se realizaba el descubrimiento de una cultura
antiquísima. Asomaban los vestigios de un pueblo civilizado, sepultado por el polvo de tiempos
muy viejos. Veinticinco siglos habían enmudecido los restos de aquella admirable cultura. Los
romitenses fuimos cobrando conciencia: vivíamos en territorio de la Cultura Chupícuara. Llegaron
antes que nosotros. Habían labrado este mismo suelo, habían contemplado estas mismas estrellas.
Fue en el período que los entendidos llaman “Preclásico.” Aquellos hombres esforzados eran los
“Habitantes del cielo azul.” Roto el velo del silencio, estaban ahí para hablarnos de su grandeza.
165
Romita Historia y Destino
Ya hacia 1950, Don Cayetano Rodríguez, (esposo que fuera de Doña Francisca García
Valdez), haciendo una excavación en el Rancho de Chapingo, propiedad de Don Teodoro García,
encontró muchas vasijas y figuras de refinada elaboración. En otros lugares de Romita también
hubo descubrimientos. Muchas vasijas y objetos encontrados, siguieron el destino del escombro.
Se ignoraba la importancia de la cultura que les dio origen.
Nuestros remotos ancestros fueron dueños de claro talento. Vivían en casas construidas con
cimientos de piedra y adobe. Su cultura sedentaria les permitió desarrollar la agricultura. Con
nuevas técnicas agrícolas, como el sistema de terrazas, obtenían abundantes cosechas de maíz, frijol,
calabaza y chile. Y tenían excedentes. Recordemos que la cultura es flor de ocio. El tiempo ganado lo
dedicaron a la fabricación de cerámica, de excelente manufactura, se cuenta entre las más bellas de
las culturas mesoamericanas. Fuerza creativa y sensibilidad artística. Su alfarería, de sorprendente
cuidado en su elaboración, implica la utilización de técnicas depuradas, sobresalientes. Utilizaban
pinturas de colores preferentemente café oscuro, rojo, crema, negro y marfil.
En sus vasijas se contemplan los trazados geométricos, de terso colorido. Sus figuras de la
fauna: patos, perros, ranas; los objetos como mazorcas, cañas, flores y frutos, y las figuras humanas
de hombres, mujeres y niños en actividades cotidianas, son superiores a otras culturas de su tiempo.
Esto sucedía 1,500 años antes del florecimiento del Imperio Azteca. Y estaban (o están) aquí, en
suelo romitense.
Tan grande es el misterio de su llegada a nuestras tierras, como el de su desaparición.
¿Entraron en decadencia? ¿A dónde partirían? Su zona de influencia abarcó todo el centro del país:
desde Zacatecas hasta Ecatepec. Con irradiantes focos en Acámbaro, San Miguel de Allende, San
Juan del Río, Zinapécuaro; y desde luego, Romita. Hábiles comerciantes, practicaban el trueque y
llevaban sus mercancías a espaldas de tamemes, a lugares tan remotos como Puebla, Tlaxcala,
Zacatecas, Chihuahua y Nuevo México (USA). Las osamentas y los objetos aquí desenterrados, se
llevaron para su estudio y exhibición en el Museo Nacional de Antropología. Aquellos hombres
que vestían faldillas y taparrabos, se pintaban el pelo y la cara, adornaban su cuerpo con collares de
conchas y orejeras, un día emigraron. Por causas aún desconocidas, se fueron; debido quizá a
prolongadas sequías, o ante la amenaza de invasiones de tribus bárbaras, o murieron por pestes
malignas y traidoras. No lo sabemos. Fueron dejados de la mano de aquellos dioses que veneraban.
Ellos, los de una sociedad jerarquizada, ordenada y estable. Ellos, los que rendían culto a sus
muertos, los sepultaban y les depositaban vasijas como ofrendas, apagaron sus lloros para siempre.
Partieron con el viento del olvido. Sólo nos dejaron el testimonio de su grandeza.
XIV. 1.2.- Época clásica
“Los Pueblos Aguerridos”
Ya en la era cristiana, en el tiempo que los estudiosos llaman “Período Clásico”, el territorio
donde hoy se localiza el municipio de Romita, estuvo ocupado, por así decir, por indios vecinos de los
tarascos o purépechas (la zona de influencia de éstos llegaba hasta Cuerámaro e Irapuato). Por nuestra
región transitaban tribus nómadas o seminómadas. Aquí dominaba “La Gran Chichimeca.”
166
Síntesis Histórica
(Chichimeca significa “linaje de perro”, así llamados con desprecio por los mexicas, debido a su
menor desarrollo cultural, porque no hablaban su misma lengua y tenían costumbres diferentes.
Aunque hay otra versión sobre el significado). Conformada por cuatro naciones, por el centro del país
merodeaban los pames, los guamares, los zacatecos y los guachichiles.
Se les conoce también como pueblos teochichimecas. Los guamares fueron descritos como
indios “. . . . los más valientes, los más traidores y los más destructivos de todos los grupos chichimecas, además
de ser los más astutos.” Eran el alma de Judas. Recordemos que los chichimecas fueron “los pueblos
aguerridos”, que más tardaron en someter los conquistadores españoles. Desde luego, para
aprovecharse de las tierras de sus andanzas.
Los chichimecas fueron los últimos ocupantes prehispánicos del actual territorio
guanajuatense. Aparte de los anteriores, también hubo otros pueblos chichimecas: los guaxabanes,
copuces y jonaces. La región se pacificó al término de la llamada La Guerra Chichimeca, que se
prolongó de 1550 a 1600. Precisamente con éste titulo el autor Philip W. Powell, nos diceque la
Chichimeca que predominó en esta parte del Bajío, fueron los Guamares, que era entre aquellas
naciones la más adelantada. Ellos fueron los propietarios de estas tierras, hasta que las conquistaron
los españoles.
En la llamada “Segunda Conquista”, los chichimecas fueron reducidos a la esclavitud.
Interferían en la explotación de las ricas vetas encontradas en las minas de Guanajuato y Zacatecas.
Impedían seguir la búsqueda de metales. Fueron sometidos “a fuego y sangre.” Un tal Francisco de
Morales envió al rey un escrito de protesta en el que señalaba: “. . .los aborígenes habían estado en paz
hasta la entrada de los españoles a su territorio y si los blancos no los maltrataban, ellos corresponderían al
buen trato. Por lo menos debía prohibirse capturar y vender mujeres y niños chichimecas, porque esto era
verdaderamentecruel.”
XIV. 2.- Época colonial
“El primer propietario español”
Habían pasado apenas unos veinte años desde la conquista de México, cuando los
excombatientes españoles solicitaron al virrey les fueran mercedadas tierras para destinarlas a
estancias de ganado. Era la época colonial y en el reparto de territorios a los conquistadores, el
virrey Don Luís de Velasco, concedió merced de dos sitios de estancia de ganado mayor, a Don Juan
de Jaso “El Viejo.” Siendo una de ellas la “estancia de los llanos de Silao.” Donde al paso del tiempo se
asentaría la hacienda de La Laja. Don Juan de Jasso conoció esta región, entre los años de 1541 y
1545. Descubrió las minas de Guanajuato. Y en 1549 obtuvo la merced del virrey Don Luís de Velasco.
Las estancias de los Jasso llegaron a ser muy importantes pues en ellas “se solían herrar de dos a tres
mil becerros cada año, y de cuatrocientas a quinientas cabezas de yeguas.” Ante los ataques de las tribus
chichimecas fue nombrado pacificador de la zona; por aquí merodeaba y cometía atrocidades Don
Francisco “el Cojo.” La autoridad española le comisionó para pacificar “a sangre y fuego.” Lo que
significaba la reducción a la esclavitud, que era lo menos, pues además: “ . . . era la condenación a
167
Romita Historia y Destino
muerte; el desangrado a través de los más crueles tormentos; y en la mutilación de miembros.” En el ocaso de
su vida, “El Viejo” accedió a la expropiación de parte de sus tierras para la fundación de la Villa de
León de la Nueva España. Don Juan de Jasso murió al parecer en 1579.
XIV.2.1.-Los otros propietarios
La hacienda de la Laja, como propiedad inmueble tiene una larga historia que contar. Sería
de un trabajo extenso anotar los detalles de la transmisión de la propiedad de unas manos a otras,
con las características de los títulos de propiedad y sus formalidades; así como los anexos con que
fue contando en el devenir de los siglos XVI al XX, que abarca su larga existencia; existencia que
termina en parte por la donación de una fracción que hace su propietario en 1832, Don Pascual
Peñaranda, para que en tal fracción se funde el Pueblo de Romita. Y por la hipoteca que hace de su
hacienda de la Gavia, Don Ignacio Liceana Reyna, para pagar a los dueños de los terrenos aledaños.
Seguiremos aquí el interesante estudio del arquitecto Gregorio Gerardo de la Rosa Falcón, en
su tesis para la Maestría en Arquitectura. Restauración de Monumentos. Con motivo de la
reestructuración del templo parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe. Hemos visto que su
primer propietario lo fue Juan Jaso el Viejo, por merced que se le hace de dos sitios para estancia de
ganado mayor, el 16 de agosto de 1563, con una caballería de tierra cada uno A una de estas estancias
ya se le llama LaLaja. Juan Jaso el Viejo vende a JuandeArgüello.
El 4 de octubre de 1589 Juan de Argüello vende a Juan Alonso la estancia de La Laja, por
escritura de venta real.El 12 de septiembre de 1592, Nuño de Chávez Pacheco Bocanegra, por
merced del virrey Don Luís de Velasco, recibe una estancia para ganado mayor y seis caballerías de
tierra. Por testimonio público autorizado en 1595, por el escribano real Diego de Avilés, declara que
esas tierras pertenecen a Diego Beltrán.
En 1600 Diego Beltrán le compra a Juan Alonso “la otra mitad de un sitio de estancia para ganado
mayor que se dice La Laja”. En 1606, Diego Beltrán Camacho compra la otra mitad de la estancia de La
Laja, que era propiedad de Gaspar Pérez. Este había comprado su mitad a Juan Alonso. La heredera
de estos bienes fue la hija del matrimonio formado por Diego Beltrán Camacho e Isabel Lucio, Doña
Inés Beltrán Camacho, esposa de Diego López del Campo. Hacia 1699, Esteban Fernández, vecino
labrador de la Congregación de los Llanos de Silao, se dice propietario de la hacienda de La Laja. Doña
Inés Beltrán Camacho dispuso en su testamento, fechado en octubre 29 de 1638: “. . . . mando que los
dichos terrenos y estancias de La Laja, que hube en dote y heredé de los dichos mis padres . . . se vendan todos
juntos . . . porque no se pierda la dicha hacienda . . . por ser el dicho Diego López del Campo, mi mando (el
esposo), hombre viejo e impedido para poder administrar y constarme, por larga experiencia, la cuenta que
mayordomosyotrosadministradoressuelendar....”
En octubre 13 de 1710, el propietario viene a ser el bachiller Francisco Fernández Corona.
Entre los documentos que presenta Don Francisco en la congregación de Santiago de los Llanos de
Silao, en la jurisdicción de la villa de Santa Fe y Real de Minas Guanajuato, está el siguiente: “ El Lic.
Don Francisco Fernández Corona, clérigo presbítero, domiciliado en este obispado; Matías
168
Síntesis Histórica
Hacia 1716, un tal Pedro de Cervantes declara ser el propietario, por haber heredado una parte
de la hacienda su madre, Juana Hernández; y que la otra parte (caballería y media), se la compró a su
hermana. Expresa su deseo de fundar una capellanía en ese lugar: “ Irapuato, marzo 24. Pedro de
Cervantes, vecino y labrador de la congregación de Silao, de esta jurisdicción de Guanajuato . . . . nombro por
primerpatróndedichascapellanías yporsegundoyprimercapellánpropietarioaPedrodeCervantesRendón,
mi hijo legítimo y de dicha mi mujer (Nicolasa Ramírez de Contreras), para que a su título se pueda ordenar y
ordene hasta conseguir el sacro orden de presbítero . . . . sobre una hacienda de labor nombrada La Laja, que
tengo y poseo por mía propia en términos de dicha Congregación de Silao, que consta y se compone de tres
caballerías de tierra y de pan llevar, todas aradas y cultivadas, casas de vivienda, troje, y corrales y una noria
de a caballo, con pila de cal y canto y 40 bueyes mansos de arado con los aperos de nueve rejas, dos carretas y 12
arados y una calera puesta corriente. Que de dichas tres caballerías la una y media pertenéceme como bienes
que heredé, entre otros por la legítima de Juana Hernández, mi madre, y la otra caballería y media que hube y
compré a Matiana mi hermana, mujer legítima de Coy, como consta por la escritura de venta que a mi favor
otorgó dicha mi hermana, que pasó en dicha Congregación de Silao ante D. Diego Vázquez de Vitoria, siendo
teniente de Alcalde Mayor de dicha congregación, su fecha a los p de agosto de 1716 y dicha tierra y haciendas
unidas por la parte oriente con las tierras de los herederos de Francisco Alonso Navarro y tierras de La Aldea, y
por el poniente con tierras de la hacienda de Silva, por el norte con tierras de los herederos de Tomás Martín y
porelsurcontierrasquehoysondeEstebanCervantes,mihermano.
169
Romita Historia y Destino
“EnlaCongregacióndeSilao, el19dejuniode1723,antemiD.NicolásdeAguiar,tenientedeAlcalde
Mayor . . . . . Esteban Cervantes, vecino mercader y labrador de dicha Congregación dice que los primeros
dueños a quienes se hizo y dio las mercedes . . . . fueron Juan de Jaso el Viejo y Nuño Chávez a quienes
sucedieron sus hijos y a estos Luís Martín de Jaso, su nieto quien vendió a D. Manuel de Argüelles, su primo,
nieto también del dicho Juan de Jaso. A D. Manuel de Argüelles sucedió Juan Alonso labrador, y a éste Diego
Beltrán Camacho en la media estancia de La Laja, siendo ya dueño de la estancia de Nuño de Chávez por la
posesión que tenía en las seis caballerías de ella, posesión que le hizo dicho Nuño de Chávez. A Juan Alonso
Labrador, sucedió en la otra media estancia Gaspar Pérez, a cuyos herederos compró Diego Beltrán por los
años de 1606: Doña Isabel Lucio se casó de primer matrimonio con Esteban Fernández el Viejo, a quien
mataron los indios de estas chichimecas, siendo en aquel entonces fronteras, dejando un hijo nombrado
Esteba el Mozo. Contrajo segundo matrimonio la dicha doña Isabel con el dicho Diego Beltrán Camacho
quien entró . . . . . en las dichas dos estancias y caballerías de tierra por cuya razón sucedió en ella, Inés
Camacho, su hija y Esteban Hernández, hijo del primer matrimonio de dicha doña Isabel de Lucio, a quien se
lee mandaron entregar por auto, en parecer de asesor en contradictorio juicio y al dicho Esteban Hernández
el Mozo, le sucedió Matiana Gutiérrez su mujer y a sus hijos que lo fueron Esteban, Matías y Juana
Hernández, mi madre, mujer que fue de Juan de Cervantes, mi padre, entre los cuales, como iguales herederos
se hizo la repartición de La Laja y las seis caballerías de las tierras medidas y la apoyan más manifiestamente
la información de identidad recibida con 5 testigos constantes . . . .linderos de los sitios de Juan de Jaso y Nuño
Chávez, exterminados la tiene de Antonio de Aguilar que es lo que hoy se llama La Aldea . . . . y Quebradilla
quellamanSilva.... .”
Más adelante, el 1ro. de enero de 1743, Don Juan Antonio de Quintana arrendó la hacienda a
Don Joaquín de Arízaga en $400 anuales. En el acto se describen las instalaciones con que contaba
la hacienda y llama la atención que ya se anota la existencia de una capilla donde ya se veneraba a la
Virgen de Guadalupe: “. . . .le arrendé la hacienda de La Laja a Don Joaquín de Arízaga en $ 400 cada un año,
con el apero y avío siguiente . . . . la casa vivienda con su portal, sala, tres aposentos y cocinas y también otra
pieza maltratada donde vive el mayordomo.- Una troje también de adobe maltratada de tres naves,. Una
noriadecalcantobuenaenactualcorrienteconsupilar...ylacapilla...”
Dos años después en 1745, Don Joaquín de Arízaga ratifica que “tiene arrendada una hacienda
de labor nombrada Ntra. Señora de Guadalupe, alias, La Laja”. El 13 de octubre de 1755 fueron evaluados
los bienes de la hacienda, para su remate judicial, dado que el señor Don Juan Antonio de Quintana
había dejado adeudos pendientes. Entre la extensa y detallada relación de las construcciones,
aposentos, salas, corrales, norias y trojes, se menciona la capilla de la hacienda con sus ornamentos
religiosos.
Durante mucho tiempo no se encontraron postores y el 11 de marzo de 1786 se levantó el auto
de remisión de los bienes, siendo su ejecutor Don Pedro de Sardaneta Legaspi, Teniente de Justicia
Mayor. Un tal D. Francisco Antonio de Urtusanstegui, dijo que el 18 de julio de 1765 había adquirido
en remate una parte de la hacienda de LaLaja.
En efecto, la hacienda se fraccionó en el último tercio de siglo XVIII. Se repartió
equitativamente el 23 de marzo de 1778, entre Doña Juana Manuela Estefanía Corona, mujer legítima
170
Síntesis Histórica
de Miguel Ayala; Doña Petra Estefanía Corona, mujer legítima de Francisco de Arriaga; Don Luís
Antonio y Don Anastasio de la Luz Fernández Corona, hijos legítimos de Don Antonio Fernández
Corona y de Doña Fabiana de Olaez, se reparten proporcionalmente un poco más de cinco caballerías
de tierra de la hacienda de La Laja. El 8 de septiembre del año citado, Doña Petra Estefanía vendió a
Don Eligio Rodríguez, vecino de la misma hacienda, la parte que le correspondía.
Al iniciar el siglo XIX, esta hacienda contaba con una plaza bien provista, algunos portales,
veinte tiendas al menudeo, dos mesones. La población iba en aumento así como la construcción de
casas. No tenía ayuntamiento sino un alcalde constitucional y un síndico procurador que dependían
del jefe de partido de Silao.
XIV. 2.2- En tiempos del Virreinato
La estancia pasó por diversas manos: Don Diego Beltrán, Don Manuel de Argüello, Don Juan
Alonso, Don Diego Beltrán Camacho. La hija y heredera de éste, Doña Inés Camacho, dispuso en su
testamento, fechado el 29 de Octubre de 1638: “. . . mando que los dichos terrenos y estancia de la Laja, que
hubeendoteyheredédelosdichosmispadres....sevendantodosjuntos...porquenosepierdaladichahacienda...
por ser el dicho Diego López del Campo, mi mando (el esposo), hombre viejo e impedido para poder administrar
y constarme, por larga experiencia, la cuenta que mayordomos y otros administradores suelen dar. . .” Al
finalizar el siglo XVII, La Laja ya era propiedad de Don Esteban Fernández, quien ordena establecer
una capellanía en ese lugar.
XIV. 3.- La Fundación
Los antecedentes más lejanos que se tienen sobre la fundación de nuestro pueblo, son del 23
de septiembre de 1823, cuando los vecinos de la hacienda de La Laja solicitaron a las autoridades del
Estado, se erigiera en Pueblo. Era apenas una congregación. Los vecinos nombraron a Don Juan
José de la Encarnación Rodríguez y a Don Jerónimo Estrada, para que hicieran los trámites
necesarios. Suscribieron el acta los siguientes vecinos: José Victoriano Trejo, Ignacio Alonso, Vicente
Rocha, Ignacio Torres, José María Nicolás Fernández, José García, Pablo Antonio Morado, Guillermo
Anguiano, Ángel Alonso, Juan Bautista Sánchez y Ramírez, Victoriano Razo, José Victorio Torres, José
Teodoro Torres, Manuel Rodríguez, Mateo García, Máximo Anguiano, Manuel Jacinto Sánchez y Ramírez,
Cecilio Santiago Cabrera, Eulogio Lozano Aguilar, José Ángel Marínez, Juan Zavala, Ignacio Méndez,
Francisco Caudillo, José María González, José Laureano Cabrera, Pablo Martínez, José María González,
PabloMéndez,JoséAndrésPérez,JosédelaLuzEstrada,JoséRudesindoOrtiz,JuanAntonioAguilar,Miguel
Jerónimo Rivera y José Eugenio Fernández, como principal vecinos y labradores de la hacienda nombrada de
La Laja. . . . . . por sí y a nombre de los ausentes e imposibilitados de presenciar esta acto y de los que le
sucedieren por quienes prestan caución de rato manente pacto juditio sinti indicatum salvi de que aprobaran
este instrumento, dijeron: ante la excelentísima diputación de esta provincia, corre expediente sobre que la
población de dicha hacienda se erija y establezca en formal pueblo y necesitados de sujetos que continúen la
empresayacomenzadahandeliberadoautorizar paraelloalosCC.JuanJosédelaEncarnaciónRodríguezy
JerónimoEstrada.....otorgan....poderespecialparaqueprosigan,fenezcanyacabenelindicadoexpediente,
171
Romita Historia y Destino
acaben el indicado expediente, en solicitud de que aquella hacienda se erija y establezca en formal pueblo o
reducción pues este es voto general de todos los moradores de ella no menos que su voluntad para llevar a cabo
esta empresa comenzada con altos fines que ya ocupa en manera de pueblo un considerable espacio de tierras
en que los otorgantes y demás individuos por quienes han prestado la voz, han construido fábricas, en
consecuencia lospresentesescritos,memoriales,pruebasdetestigos ... .”.
En la sesión de fecha 17 de mayo de 1824, de Congreso Constituyente, se recibió un oficio
enviado por el ejecutivo del Estado, indicando que “dirigió al alcalde primero de Silao la orden para
que aquel ayuntamiento remita con el informe que se le tiene pedido, el expediente sobre erigir en
pueblo la Hacienda de La Laja”. Se dijo que el comisionado Don José de la Encarnación no había
cumplido oportunamente con los trámites, se le pidió informara sobre ello, se dijo que había
presentado un decreto que había traído de la ciudad de México. En aquel tiempo se dijo también que
este señor y el padre dieguino Fray Manuel Amorrosta, habían dirigido un pliego petitorio al
entonces Emperador de México Agustín I. (Iturbide).
Lo cierto es que enseguida entra en escena el señor Don Pascual Peñaranda y Rivas,
comprometiéndose a donar terreno de sus propiedad de la hacienda de La Laja, condicionando la
entrega a que la congregación se elevara a la categoría de Pueblo. Puesto que ya contaba con los
elementos suficientes para separarse del partido de Silao.
Mientras, los vecinos de La Laja esperaban con impaciencia. Seis años después, el
gobernador del Estado, Don Carlos Montes de Oca, solicitó al Alcalde Primero de la ciudad capital,
que le enviara el expediente de La Laja, para dictar las providencias que convengan, atendiendo a la
promoción de los vecinos para que se erija en pueblo dicha reunión y dar término a la doble
representación que tenían, por un lado el C. Pedro Rodríguez, y por el otro, el C. Ignacio Maza Rivas,
como representantes de dos sectores de vecinos de La Laja.
XIV. 3.1.- Decreto de Fundación
“DecretoNúm.159.29deAbrilde1832.ElCongresoConstitucionaldelEstado,decreta:
“Art. 1. Admitiéndose al ciudadano Pascual Peñaranda la donación que hace del terreno de que es dueño y que
puede comprenderse en parte de el área de La Laja, se concede que esta reunión se erija en pueblo
denominándosePueblodeNuestraSeñoradeGuadalupe,RomitadeLiceaga.
“Art. 2. El gobierno, por los medios que son de su resorte, intervendrá en que el área se designe con arreglo a las
leyesvigentes.
“Art. 3. Vigilará también que previo el avalúo legal de los terrenos de aquellos propietarios que no los hayan
cedido para el área del pueblo, se les indemnice por los habitantes de La Laja, haciendo con oportunidad los
pagosasícomolohanofrecido.
“Art. 4. Tomará las providencias que juzgue convenientes a efecto de que se realicen en su totalidad las
promesas de aquel vecindario, sobre construir cárceles de ambos sexos, cuartel para la milicia cívica y los
demáslocalespúblicosindispensables.
172
Síntesis Histórica
Las Casas Consistoriales se establecieron desde los primeros tiempos. Aún cuando la
población registraba aumento, el pueblo no tuvo progreso, debido quizá a la inestabilidad del sistema
político del país, que generaba constantes luchas intestinas. Romita no fue ajena a las constantes
revoluciones, revueltas y levantamientos que sacudían a la nación. El pillaje y el bandolerismo eran
constantes. Por ello destaca la actuación de un Jefe Político, Don Estanislao Arredondo, que realizó
mejoras al lugar, ordenó todos los ramos de la administración y suprimió el bandidaje. Sus sucesores
tomaron su ejemplo. Con excepción de Don Pascual Peñaranda, ninguno de los otros padres
fundadores y subsecuentes bienhechores, tiene calle en Romita.
XIV.4.- La Independencia
Los lajeños con el cura Hidalgo
Al finalizar el siglo XVIII, la provincia de Guanajuato era la más ricas del Nuevo Mundo. Las
políticas benefactoras del gobierno virreinal y el descubrimiento de la veta madre, trajeron una
bonanza nunca vista en dos siglos de explotación minera. Las haciendas de los fértiles campos del
Bajío se beneficiaron con la fuerte demanda de comestibles y de ganado que requerían las zonas
urbanas. Las poblaciones crecían gracias a la dinámica de la economía. El Bajío era uno de los
territorios más poblados del país. Al fin de la época colonial, cambiaba la situación: la economía
venía en descenso, aumentaron los precios de los alimentos, el ganado, los ranchos tenían alto
precio. Todo subía, excepto los salarios. Pero ellos hacían producir estas tierras para dar alimentos
a los mineros de Guanajuato. Había sonado la hora de dejar salir el odio, todo el mudo rencor de
diez generaciones inertes, sujetas al yugo colonial. Los niveles de vida de los estamentos populares,
rayaban en lo infrahumano.
Al par con la bonanza de una aristocracia de marqueses y condes, coexistía una clase
laborante depauperada, ignorante, enferma y alcoholizada. Pestes, viruelas y escarlatinas se
cebaban en aquellos cuerpos desnutridos. La desigualdad social era pavorosa. No existió
preocupación de las jerarquías gobernantes, civiles ni religiosas, por sacar al pueblo vil de su
abandono. Su preocupación era acumular más y más riqueza. La concentración de la riqueza rayaba
en lo obsceno. Ya estaba el caldo de cultivo. Sólo faltaba la chispa. Estas masas rurales esclavizadas,
darían sustento al movimiento que en la congregación de Dolores, iniciaría el cura Don Miguel
Hidalgo y Costilla. Estalló la furia destructiva, cúmulos de venganza y odio, de las masas ansiosas
de cobrarse centurias de desprecio.
El estallido social se oyó en la antigua hacienda de La Laja. De aquí salió su administrador, el
joven José María Liceaga, llamado El Bronco de la Providencia, por su carácter enérgico decidido,
con 300 hombres a engrosar las filas de los rebeldes. Le seguía la peonada de harapientos y
descalzos que prefirió morir de pie que vivir de rodillas. Y se lanzaron sobre Guanajuato a tomar la
Alhóndiga de Granaditas, repleta de maíz y barras de plata. Con hondas, lanzas, machetes, chuzos
de arriar los bueyes, piedras, garrotes y lo que haya, van a unirse a los mineros, sus hermanos en el
dolor, tan explotados como ellos. No tienen siquiera los rudimentos militares, se saben carne de
cañón. Pero darán la vida por romper 300 años de yugo español.
173
Romita Historia y Destino
Alentados desde el púlpito de la parroquia de Silao por Don Ambrosio Montero de Espinosa,
cariñosamente llamado por su grey el padre Chocolate, por su color atezado y revuelta cabellera. Él
dio a conocer los hechos vergonzosos que tenían lugar en la vieja Europa, la deplorable situación de
los monarcas españoles, y el Favorito, abyectamente sometidos a Napoleón Bonaparte. Y la
rebelión del heroico pueblo español. Pronto emergerían los líderes populares: Desiderio Ortega, de
la hacienda de Comanjilla, Miguel Borja, nativo del rancho de Los Jacintos, y su hija Cayetana, que
jamás abandonó la lucha; el herrador Toribio Bribiesca, del Refugio de Pegueros; Joaquín Parres,
que era de oficio agrimensor; Melquíades Rangel, amputado de una pierna. Ellos levantaron a la
gente de esta región y se decidieron a morir con el cura Hidalgo.
En La Laja, como en todo Silao, durante cinco años peleó gallardamente sin dejar caer la
bandera de la Patria, Desiderio Ortega; era invencible en la lucha de guerrillas. Hasta el día 19 de julio
de 1815, en que fue capturado por una partida de realistas que jefaturaba un tal Manuel García, que lo
entregó al comandante de la congregación de Silao, Don Gaspar López. Apenas dos días después fue
condenado a ser pasado por las armas y ejecutado, el día 12 en la misma hacienda donde había nacido.
Así lo informó el propio Gaspar López al general realista Don Agustín de Iturbide, que peleaba a favor
de la corrupta monarquía española, según comunicado que obra en el Archivo General de la Nación.
174
Síntesis Histórica
Hidalgo. De Silao vinieron Faustino Lona y Leopoldo Campos, a levantar a la gente del Huaricho, Santa
RosalÌa, La Gavia, el Pochote y Ojos de Rana. El general Don Mariano Abasolo fue comisionado por el
Cuartel General Insurgente, para comandar a la gente de Silao y Romita. Don Pelagio Villafuerte era
tablajero y dueÒo de carnicerÌa, se levantÛ en armas con 100 hombres de La Laja. Al grito de ì° AquÌ est·
Pelagio !î, siguiÛ al Ejercito Libertador. Valiente y audaz, encontrÛ la muerte en el Cerro de las Cruces.
Borja y su hija Cayetana, al frente de sus guerrilleros, vencieron a los realistas en un combate en San
AgustÌn.
XIV. 5.- La Reforma
XIV.5.1.- Romita en la Guerra ade Reforma
A diferencia de la guerra de Independencia, que no registró en nuestro suelo alguna acción
bélica importante, nuestros abuelos pudieron observar y acaso participar en un hecho que recoge
en su páginas la historia patria. Fue la llamada Capitulación de Doblado, en las Casas Grandes de
Romita. Esta guerra pronto se dejó sentir aquí. Desde los inicios del año de 1858, pronto todo el país
estaría inmerso en las sangrientas batallas de la Guerra de Reforma, de hermanos contra
hermanos, liberales contra conservadores.
La guerra entre los conservadores y los defensores de la Constitución del 57, se había
generalizado. Don Manuel Doblado era gobernador del estado y estaba con los liberales, aunque a
veces coqueteaba con el otro bando. Apenas en enero de ése año, había dado cobijo al Presidente
Benito Juárez, en la ciudad de Guanajuato, declarada por el Benemérito “Capital de la República.”
Ante la inminente llegada del ejército conservador, el Presidente partió hacia Guadalajara. Para
proteger su retirada, en Salamanca esperaba con sus tropas el general Parrodi. Ahí se libró una dura
contienda que hizo retroceder a Parrodi. El general Osollos se levantó con la victoria. “La derrota del
ejercito liberal fue una especie de desagregación de las fuerzas que la componían, se debía en gran parte a la
poca armonía de los jefes; a las mutuas desconfianzas que en ella reinaban, y a la conducta equívoca de
Doblado”.
XIV.5.2.- La Capitulación de Doblado
“Las Casas Grandes del Malpaso”
Gobernador del estado a los 28 años, Don Manuel Doblado había nacido en el pueblo
llamado entonces San Pedro Piedra Gorda, en 1818. Abogado en 1843, fue magistrado del Tribunal
Superior de Justicia de Guanajuato. A fines de 1846 fue gobernador interino, pero no llegó a serlo
constitucionalmente por no haber cumplido los 30 años de edad requeridos. Brillante en su
profesión, como militar y diplomático, su vida política es un conjunto de luces y sombras. Como que
le faltó definición en tiempos aciagos, polarizado el país en dos bandos que no permitían las medias
tintas.
La derrota de los liberales en la batalla de Salamanca, desmoralizó a parte de la tropa; por lo
demás fue poco sangrienta, no obstante haber entrado en acción cosa de 12,000 hombres. Las
175
Romita Historia y Destino
fuerzas de Doblado se separaron casi íntegras, y Parrodi pudo retirarse (para proteger al presidente
Juárez) hacia Guadalajara, con un número de tropas, un tren de artillería y municiones suficientes
para hacerse respetar.
Al cuartel vencedor, en Salamanca, llegó una comunicación de Doblado en que solicitaba
tratar bajo condiciones honrosas (la capitulación), y se le contestó que serian adoptadas con
modificaciones, y tendrían efecto si no se movían sus tropas. Los restos del ejército de Parrodi
apresuraron su retirada y pernoctaron en la Calera. El día 11 apresuraron su retirada y pernoctaron
en la Calera. El día 11 marchó reunido el cuerpo del ejercito a Irapuato, en donde acampó. Doblado
avisó por sus comisionados que se detendría en Romita y que en Silao se estipularían las
condiciones de la capitulación solicitada. Parrodi se separo de Doblado y forzó su marcha sobre
León.
El día 12 acampó la 1ª. división en el Coecillo, la caballería en observación de Romita; la 2ª.
división y parque quedaron en este pueblo. Reunidos los comisionados de Doblado, se celebró la
capitulación; ésta reunión de los comisionados de ambos ejércitos, se celebró en las Casas Grandes, a
un lado del Malpaso, según tradición oral de viejos romitenses. Fue ratificada por la noche, en Silao, y
debía hacer cumplir al día siguiente por el general Manero (conservador).
“Parrodi se hallaba en Lagunillas. El día 13 la 1ª. división forzó su marcha para dar alcance a
Parrodi, que entraba ya en el estado de Jalisco dirigiéndose a Lagos. Las fuerzas conservadoras
caminaban lentamente por lo pesado del camino. La 2ª. división menos 500 hombres y cuatro piezas
que iban cerca de Romita, se quedó con los parques en León. Las fuerzas capituladas, en número de 800
hombres y 14 piezas se situaron en Silao, siendo esperadas por las fuerzas de observación con el
general Osollos”.
Hé aquí el texto de la capitulación;
«Ejército restaurador de las garantías, - General de brigada.- Comandante en jefe. -
República Mexicana. - Después de varios combates habidos entre las fuerzas defensoras del Plan de
Tacubaya y las constitucionalistas, la suerte de la guerra se decidía por ]as primeras: se temía el
nuevo derramamiento de sangre mexicana, la pérdida del material de guerra, y por consiguiente la
anarquía que produciría el encono de los ánimos por las victimas inútilmente sacrificadas en el
campo de batalla. El Sr. Doblado, general de las tropas de Guanajuato, creyendo estéril toda
constancia y sacrificio, en defensa de su causa, y en virtud de sus deberes como mexicano y soldado,
quiso impedir una lucha desigual, en la cual hubiera tenido la responsabilidad ante la patria por la
sangre de sus subordinados y los sacrificios del Estado; excitó el patriotismo del general en jefe de
las fuerzas contrarias, D. Luís G. Osollos, para llegar a un arreglo honroso y salvar intereses tan
caros; aceptado lo propuesto y nombrados comisionados por el Sr. Doblado los Sres. D. Marcelino
Rocha, D. Luís Robles Pezuela y D. Francisco Villanueva, han estipulado con el mismo Sr, Osollos el
siguiente arreglo, que será cumplido estrictamente por ambas partes tan luego como sea ratificado:
»ART. 1º. Mediante el cumplimiento de las siguientes condiciones, el Sr. Doblado pondrá a disposición del Sr.
Osolloslafuerzaqueestáasusórdenes.
176
Síntesis Histórica
»ART. 2°. A nadie se perseguirá por la conducta, empleo ú opinión que haya tenido durante el gobierno de
AyutlaenesteEstado.
»ART. 3°. Se garantizan sus empleos a los jefes y oficiales que hoy tienen en el ejército ó guardia móvil,
quedando a voluntad del Sr. general Osollos emplearlos según sus respectivas clases ó cualidades militares, a
excepción de las demás guerrillas irregulares. Que con este hecho quedarán disueltas, entregando su
armamento y municiones. excepción de las demás guerrillas irregulares. Que con este hecho quedarán
disueltas,entregandosuarmamentoy municiones.
»ART. 4°. La entrega de las fuerzas; se hará a un Sr. general, y en el lugar que al efecto designe el Sr. general
OsoIlos,contodoslasformalidadesdelaguerra.
»ART. 5°. Por los conductos legales se expedirá la licencia absoluta, que hoy solicita el Sr. Doblado, como
parte de este convenio, garantizándole a su satisfacción la libertad de vivir donde le convenga sin ser
molestado por ninguno de sus actos oficiales, bajo la promesa que por su parte hace de no ingerirse en las cosas
públicas.
»ART. 6°. y ÚLTIMO. Se excitará por el Sr. general Osollos a todas los fuerzas beligerantes para que se
adhieranalpresentepacto,quesellamará;«Basesdelaconcordianacionaly unióndelejército.»
»Silao, Marzo 12 de 1858. -Marcelino Rocha. -Luís Robles Pezuela.- Francisco Villanueva.- Ratificado.- Luís
G.deOsollos.
»ARTICULO ADICIONAL. EL señor general Osollos se compromete a obtener de su gobierno la aprobación
de este convenio, y en esta inteligencia tendrá desde luego su cumplimiento. Ratificado.- Luís G. De Osollos.
Ratificado.ManuelDoblado”.
El día 14, la 1ª. división y los parques pasaron revista en León, a donde fueron conducidos
los capitulados para ser refundidos en los cuerpos del ejercito, debiendo marchar a la capital de la
republica los jefes y oficiales. No terminarían aún para nuestros abuelos las vicisitudes de la
guerra: “. . . . Vemos en efecto, que las hostilidades se multiplicaron en aquel periodo sobre las poblaciones del
bajío por fuerzas procedentes de Michoacán: el 23 de Mayo fue atacado Irapuato; el 27 Salamanca; pocos días
después Salvatierra; a principios de Junio se dio la contienda en Romita; repitiéndose a mediados de este mes
lasinvasionesaSalvatierra,ValledeSantiago,SalamancaeIrapuato.”
En el acoso de estos pueblos, brilló la valentía de un joven militar, del bando liberal: Manuel
García Pueblita (una calle de Romita llevó su nombre). Para sustos no ganaban nuestros mayores,
viendo su pequeño poblado invadido por tantos soldados, de uno y otro bando, dispuestos a morir
en la refriega. Pasarían todavía más de dos años para que un breve período de paz llegara a la nación.
Durante la Guerra de Tres Años, las batallas del 1º de Noviembre de 1959 y la del 10 de Agosto
de 1860, en tierras de Silao, en las lomas de Las Ánimas, conocieron la pericia militar del general
Jesús González Ortega. Al derrotar al general Miguel Miramón y desmembrar las fuerzas
conservadoras, virtualmente puso fin a esta etapa bélica de la nación. Llegada la paz, el gobernador
Doblado decretó que nuestro vecino municipio, en lo sucesivo fuera llamado “Silao de la Victoria.”
177
Romita Historia y Destino
Cabe señalar que este título se concedió por decreto del gobernador del Estado Lic. Don Manuel
Doblado.
La vida de Doblado fue meteórica e intensa. México debe a su talento diplomático la firma de
los Tratados de la Soledad, que lograron el retiro de nuestros mares de las flotas española e inglesa,
en los preludios de la Intervención Francesa y el Segundo Imperio. Enfermo, marchó a la Habana y
luego a Nueva York, donde falleció en 1864. Ninguna calle de Romita lleva su nombre. ¡Qué ingratos
somos¡
Por aquellos años, Silahua (nombre de una yerba que abundaba en sus inmediaciones), tuvo
una humilde capilla y luego se construyó la del Hospital, en el año de 1610. La parroquia actual empezó
a construirse en el año de 1728, siendo cura el bachiller Don Alejandro de Villarroel. Que en Silao
hubo dos curas hasta la muerte del Sr. Don José Gregorio Bustillo, fallecido en España hacia 1836; que
el Obispo Sr. Portugal los unió y confirió el curato al bachiller al Sr. Don Salvador Muñoz, con la
condición de que aumentase un vicario a la cabecera y otro a Romita. Con lo cual a ésta aumentó el
número de dos vicarios. Había entonces en esa parroquia dos curas, un padre sacristán y diez
sacerdotes particulares que viven en el territorio del curato. Este curato lindaba entonces con los de
Guanajuato, Irapuato, León, Piedra Gorda y San Felipe. Su población total rebasaba los 40.000
178
Síntesis Histórica
habitantes “casi todos de raza mixta y española; el número de indios es insignificante y todos hablan el
español”.
Agrega el canónigo Romero: “Dentro del territorio del curato (que es el mismo del
municipio) hay un pueblo llamado Romita, una congregación que se denomina La Aldea, 23
haciendas de campo, 24 ranchos independientes y 72 anexos a las referidas haciendas. En la mayor
parte de estos hay capillas rurales donde se celebra misa los días festivos”. “Romita es vicaría fija del
curato, donde residen dos ministros. Dista de Silao tres leguas justas, medidas con el podómetro. Su
temperatura es de 75 grados en lo más fuerte del estío. Fue por muchos años una pequeña
congregación. El de 1826 que el religioso dieguino Fray Manuel Amorrosta se encargó de la
administración eclesiástica, comenzó a aumentar el caserío y vecindario; a los esfuerzos de este
infatigable sacerdote se deben la completa renovación del santuario de Nuestra Señora de
Guadalupe, y los progresos materiales de la población. Los vecinos cooperaron gustosos a favorecer
las empresas del padre, y el Congreso de Guanajuato concedió a Romita el título de pueblo el año de
1830 (sic).”
“Este lugar tiene elementos suficientes para separarse de Silao y constituirse en curato
independiente; cuenta con una vicaría con 15 mil habitantes, con una excelente iglesia parroquial, un buen
camposanto, reloj público y una pequeña capilla dedicada a San Antonio. Además, tiene una plaza bien
provista, algunos portales, veinte tiendas de menudeo, dos mesones y escuelas para niños y niñas. No tiene
ayuntamiento, sino un alcalde constitucional y un síndico procurador que dependen del jefe de partido de
Silao”.
179
divisorias entre departamentos, distritos y municipalices. Durante el Imperio de
Maximiliano, el arzobispo de Michoacán Don Clemente de Jesús Munguía lo nombró, en el año de
1863, Delegado Apostólico para que en su representación erigiera la Diócesis de León. Murió en
esta ciudad en 1866.
Continuando con nuestro tema diremos que fue el 26 de enero de 1862, cuando el Papa Pío IX
erigió el obispado de León, segregándolo del de Michoacán, abarcando los municipios de Guanajuato,
Manuel Doblado, Romita, Silao, Irapuato, Pueblo Nuevo, Ocampo, San Felipe, Dolores Hidalgo y
León; se incluía el curato de Comanja, Jalisco y se excluía el de Jalpa de Cánovas.
El 12 de julio fue consagrado en la ciudad de México el Dr. José María de Jesús Díez de Sollano y
Dávalos, primer obispo de León. Tomó posesión de su cargo el 22 de febrero de 1864. Varón de
elevadas virtudes, murió el 7 de junio de 1881. Su sucesor fue el Dr. Tomás Barón y Morales, quien llegó a
León el 30 de enero de 1883. Falleció el 13 de enero de 1898. El 7 de mayo de este año tomó posesión el
Dr. Santiago de la Garza Zambrano. El 27 de abril de 1900, dejó la sede para asumir el arzobispado de
Linares. Inauguró el 26 de enero de 1903 elInstituto Sollano.
Nos regresamos un poco. Por el año de 1835, cuando regía la Parroquia de Silao el Dr. Don José
Guadalupe Romero, se fundó en Romita una Vicaría Fija, ayuda de esa Parroquia. Una vez que el
Excmo. y Revmo. Dr. y Mtro. D. José María de Jesús Díez de Sollano y Dávalos, nuestro primer
admirable predecesor, tomó posesión de esta Diócesis, el Subprefecto del Partido de Romita, en unión
de todos los fieles de la Vicaría, el 28 de febrero de 1864, acudieron al Primer Obispo de León,
pidiéndole que se dignara elevar a la dignidad de curato su vicaría. Nuestro Dignísimo Predecesor,
después de haber consultado con el M. Iltre. S. Dr de Morelia, D. José Guadalupe Romero, delegando
para la erección del curato al Sr. Cura de Silao, D.MiguelSámano, y nombrando como Secretario al M. I.
Cngo. Lic. D. José de la Merced Sierra. La erección se verificó el 14 de abril de ese año de 1864, siendo
su primer Párroco el Sr. Pbro. Lic. D. Luís Manrique. Desde el primer momento estuvo dedicada a
Nuestra Señora de Guadalupe.
XIV. 6.1.-Acta de Erección de la Parroquia de Santa María de Guadalupe.
Veamos a continuación un extracto del Acta:
“NOS, EL DOCTOR Y MAESTRO JOSÉ MARÍA DE JESÚS DIEZ DE SOLLANO, POR LA GRACIA DE DIOS Y
DELASANTASEDEAPOSTÓLICAOBISPODELEÓN,
A TODOS AQUELLOS QUE DE NUESTROS DIOCESANOS A QUIENES EL PRESENTE DECRETO
INTERESEODEALGUNAMANERAPUDIERATOCAR,
SALUDYBENDICIÓNDENUESTROSEÑORJESUCRISTO.
Visto el dictamen anterior estendido por Señor Canónigo Doctoral de la Santa Yglesia Catedral de
Michoacán Doctor José Guadalupe Romero, que se sirvió aceptar la comisión que en el asunto le dimos, y que ha
desempeñado con gran caudal de erudición, no sólo canónica sino también geográfica y experimental por los
especiales conocimientos que muy de antemano posee sobre la geografía del antiguo Obispado de Michoacán,
180
Síntesis Histórica
como se evidencia por la obra que sobre este asunto publicó bajo la denominación de “Noticias para formar la
historia y la estadística del Obispado de Michoacán”, y que ha merecido el aplauso y aprobación de la
Sociedad de Geografía y Estadística de Méjico”; y por la parte experimental en que se haya verdadísimo por
ser de tiempo atrás uno de los eclesiásticos más distinguidos del referido Obispado, y por haber desempeñado
especialmente en el antiguo estado de Guanajuato los más importantes puestos civiles y eclesiásticos, todo lo
cual da su juicio en el caso una madurez y un aplomo que lo pone fuera de controversia; vistos asimismo los
documentos que lo acompañan, aprobamos la desmembración de los curatos de León y Silao, en los términos
que su S. S. nos consulta, y hallándonos suficientemente facultados para proceder a la erección canónica de
nuevas parroquias por el Santo Concilio de Trento . . . . . haciendo uso de las facultades referidas, separamos,
dividimos y desmembramos perpetuamente del curato de León los pueblos de indígenas de San Miguel y el
Coecillo, así como el pueblo de Romita del curato de Silao, y ordenamos que cada uno de estos lugares quede
constituido en cabecera de un nuevo Curato que llevará en lo adelante el nombre de aquella, y erigimos en
cada uno de los Curatos referidos un beneficio sin el cargo de cura de almas que se llamará “Sacristía Mayor”
y tanto el Curato como la Sacristía serán conferidos por riguroso concurso a los eclesiásticos que los han de
servir enpropiedad,ysiemprecumonoreuniónsetdivitionis.
XIV. 6.2.- Relación de curas Párrocos desde 1864
1. Ignacio Licea del 20 de abril de 1864 al 23 de diciembre de 1865
2. Martín Ruiz del 28 de Diciembre de 1865 al 21 de marzo de 1866.
3. Ignacio Licea 23 de Marzo de 1866 al 3 de diciembre de 1866.
4. Juan Ignacio Rodríguez del 4 de febrero del 1867 al 22 de octubre de 1871.
5. Martín Ruiz. 19 de noviembre de 1871 al 21 de julio de 1884.
6. Luis Y. Magdaleno, del 29 de noviembre de 1883 al 23 de mayo de 1884.
7. Martín Ruiz del 23 de mayo de 1884 al 25 de junio de 1886.
8. Miguel Barajas del 28 de junio de 1886 al 27 de noviembre de 1887.
9. J. Guadalupe Huerta del 27 de noviembre de 1887 al 28 de junio de 1905.
181
Romita Historia y Destino
182
Síntesis Histórica
Cabe señalar que Romita solamente ha tenido dos curas Párrocos: el Presbítero J. Guadalupe
Huerta, en el siglo XIX y el padre Francisco Reyes Padilla, nacido el día 2 de abril de 1931, ahora cura
pérroco de la parroquia de Silao. También nacieron en Romita los sacerdotes Don Ramón Sanchez,
el día 26 de mayo de 1916, ordenado sacerdote el día 17 de mayo 1940. Fue durante muchos años el
vicario de la Aldea. También nació en Romita el padre José Cruz Pérez Rodríguez, hijo de Don Victor
Pérez, que fue notario parroquial en los años 40. Crucito ha trabajado mucho por tierras de Tabasco.
Y el Presbítero Don David Chagoya, el día 17 de noviembre de 1928, fue ordenado sacerdote el 22 de
agosto de 1954.
XIV. 6.3.- Invitación a la bendición del altar mayor
El Párroco Don Cornelio Sierra emite este documento por el cual hace la invitación al
padrinazo del altar mayor:
ParroquiadeRomitaGto.,Mex.
Muyseñormío:
En uno de los días del Novenario del mes de diciembre del corriente año, nuestro muy amado Prelado
Diocesano, el Ilmo y Rvmo. Sr. Dr. D. EMETERIO VALVERDE Y TÉLLEZ, se dignará hacer la Solemne
Bendición del altar mayor y demás mejoras materiales que se han hecho en la parroquia de este lugar, con
donativosdesushijosresidentestantoenestePueblo,comoenlosEstadosUnidosdelNorte.
Es para mi muy satisfactorio nombrar a usted en calidad de Padrino del dicho acto solemne,
esperando muy confiadamente se servirá aceptar esta invitación que le hago en nombre de nuestra excelsa
Patrona.
SANTA MARÍA DE GUADALUPE.
TitulardeestamismaIglesiaParroquial.Rogándolesesirvaconstatarmefavorablemente,merepito
deusted. Afmo.S.S.y Capellán.
CORNELIO SIERRA.
Párroco.
XIV. 6.4.- Decreto de la coronación pontificia de nuestra madre santísima de guadalupe. expedido
por su santidad pío XII. de feliz memoria
FEDERICO. PRESBÍTERO CARDENAL TUDESCHINI. DE LA SANTA IGLESIA ROMANA, DEL
TÍTULO DE SANTA MARÍA DE LA VICTORIA, ARCIPRESTE DE LA SACROSANTA Y
PATRIARCAL BASÍLICA DEL PRÍNCIPE DE LOS APÓSTOLES DE LA CIUDAD, PREFECTO DE
LA SAGRADA CONGREGACIÓN DE LA REVERENDÍSIMA FÁBRICA, ASÍ COMO EL CABILDO Y
LOS CANÓNIGOS DEL VATICANO.
Al Excelentísimo y Reverendísimo Señor Doctor, Don Emeterio Valverde y Téllez, Obispo
de León, Salud en el Señor.
183
Romita Historia y Destino
Como entre los derechos y privilegios concedidos y confirmados de antaño por la Santa Sede Apostólica, a
nuestro Cabildo Vaticano, aunque sea sólo honorífico el de este de coronar a las sagradas imágenes de la
Beatísima Virgen María Madre de Dios, insignos por el antiguo y vehemente culto de los cristianos y por la
fama de prodigios celestiales; por cuanto Nosa han llegado tus letras del día 22 del mes de septiembre del año
del Señor de 1945, en las cuales expuso tu esplendidez que en cierta parroquia llamada vulgarmente Romita,
de tu Diócesis de León, es venerada una devotísimamente una imagen de la Bienaventurada Virgen María,
bajo la advocación de Guadalupe: porque todos lo habitantes ya de la misma parroquia, ya de las vecinas han
experimentado el auxilio de la Beatísima Virgen en todas sus adversidades y angustias; ya públicas ya
privadas. Por lo cual el Obispo, el párroco y las asociaciones piadosas y de acción católica y los cristianos de
todos los órdenes de la extensa parroquia (cuyos nombres se conservan firmados en la Curia Episcopal), de
común acuerdo, movidos por un singular amor hacia la Sma. Madre de Dios y deseando darle gracias
perennes por los innumerables beneficios, con fundadas preces piden que la Venerable imagen de la
Beatísima Virgen Santa María de Guadalupe, titular y Patrona de dicha parroquia de Romita, sea coronada
con Corona de Oro adornada con piedras preciosas, por nuestra autoridad. Y nosotros que siempre obramos
con grande empeño y solicitud cuando se trata de honrar a la Sma. Virgen para que se le ofrezca en la tierra
tributo y devoción, quisimos satisfacer estas súplicas. Por unánime sentencia Decretamos y Mandamos que
la venerable imagen de la Virgen de Santa María de Guadalupe, honrada como antes decimos, SEA
CORONADA CON RITO SOLEMNE. La Delegación para hacer esta coronación te la encomendamos a Tí,
Excelentísimo Señor; de tal manera que, en un día señalado por Tí, en el cual se celebre más santamente el
quincuagésimo día de la fiesta solemne de la coronación de la Beatísima Virgen María de Guadalupe en su
Basílica Nacional, Tú Excelentísimo Señor Obispo, IMPONGAS CORONA DE ORO A LA SACRATÕSIMA
CABEZA DE LA IMAGEN TITULAR DE LA ANTES DICHA PARROQUIA DE ROMITA. Te damos adem·s la
facultaddesubdelegaraotroObispo.
DadoenRoma.EnlaCiudaddelVaticano,eldía25deMarzodelAñodelSeñorde1946,delPontificado
delSantísimoPadre,NuestroSeñor,elPapaPíoXII,enlosprincipiosdel8vo.Año.
XIV. 6.5.- Decreto por el cual la parroquia de romita pasa a ser santuario mariano
La petición que el actual señor cura párroco, los presbíteros que desempeñan en ella su ministerio
sagrado, los fieles y vecinos todos de Romita nos han enviado, solicitándonos devotamente que, con nuestra
autoridad ordinaria y para mayor alabanza de la siempre Virgen María en la recurrencia de esta Año Santo
Mariano, convocado por nuestro Santísimo Padre el Papa Juan Pablo II para preparar dignamente los festejos
de inicio del Tercer Milenio cristiano, en la celebración de la festividad patronal de la Parroquia de Romita,
declaramosSantuarioMarianosuiglesiaparroquial.
184
Síntesis Histórica
En tal virtud, accediendo gustosamente a estos devotísimos deseos, por las presentes letras, a tenor de
los CC. 1230 y 1232, parr. I. del Código de Derecho Canónico, declaramos que la iglesia parroquial de nuestra
Señora de Guadalupe de Romita, Gto., goce del título de Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y que con
estenombreseatenidayreconocidaportodos. Aprobamosigualmentelosestatutosdeestesantuariodiocesano.
Dado en la ciudad de León a los doce días del mes de diciembre del año del Señor de mil novecientos
ochentaysiete.
Anselmo Zarza y Bernal.
Obispo de León Rafael León Villegas.
Secretario.
El párroco Don Francisco Reyes Padilla. Inició como cura párroco de Romita el 19 de octubre
de 1984. A él le tocó reconstruir la parroquia desde sus cimientos, le gusta construir. De ahí lo
cambiaron al centro como vicario episcopal. Comentó el cura Pedro que habían bajado al padre
Paco, pero lo que tiene es que es muy obediente. Paco estuvo aquí como tres o cuatro años y en ese
tiempo hizo todo lo que hizo. Inició el Salón del Teatro, con todo y telones, madera, sobre todo la
reconstrucción de la parroquia que se estaba cayendo. Trajo al arquitecto Gregorio de la Rosa
Falcón. Este dijo que si no hubiera estado apuntalada la cúpula, cuando el temblor de México, se
hubiera venido abajo. En ese tiempo la parroquia era un cedazo, de tantas goteras, estaba muy
abierta. El padre Pedro le había recimentado por abajo los muros, porque se estaba abriendo. El Arq.
de la Rosa dijo “tenemos parroquia para otros 50 años.
El padre Paco estaba poniendo el dorado de la parroquia, de la mitad de la parroquia, de oro
macizo, cuando lo cambian a Silao, a ocupar el curato. Su aportación a nuestra parroquia la
podríamos sintetizar de la manera siguiente: la restauración de la cúpula parroquial; renovó las
bancas del templo; empezó el dorado del mismo; reconstruyó el salón del teatro; realizó otras
muchas mejoras materiales; pero grande fue también su labor espiritual: promovió ante el
Obispado de León, la elevación de nuestra parroquia a la categoría de Santuario. Terminó su misión
al frente de la grey romitense el 3 de septiembre de 1989, para trasladarse a la vecina ciudad de Silao,
donde es su Cura Párroco. Entonces llegó otro párroco al que le gusta construir, el padre José
Valadez, terminó lo que había empezado el padre Paco, porque dejó los proyectos. El solar a un lado
de la parroquia, un quelital con víboras y lagartijas, estaba todo lleno de breñas, se construyó y se le
hizo Salón de Actos arriba, las oficinas del señor cura. Antes había fincas de adobe, muy viejas. El
padre Paco comentaba que no le gustaba que se hubieran cambiado para allá las oficinas, porque
está muy solo. Efectivamente, las han robado 3 veces.
Estuvo el padre Marcos Rodríguez, como vicario cuando el padre Paco, había sido su
compañero, era algo lenguasuelta, lo cambiaron a Comanja de Corona. Después del padre José vino
el padre Don Pablo Escalera, que tampoco le entró a la gente, porque tenía un vocabulario que se
espantaban. Pronto se fue. Ahora dice que se acuerda mucho de Romita. Después del párroco
Escalera llegó el padre Héctor Carranza, con las mismas ganas de trabajar que el padre Valadez.
Como había estudiado en Roma, sólo lo dejaron año y medio y lo mandaron al Seminario, era un
185
Romita Historia y Destino
hombre muy preparado, ahora es párroco de Purísima del Rincón. Mandó hacer la puerta nueva que
es muy bonita. El padre Paco había dejado encargado del trabajo a un hermano del padre Sandoval,
pero no se cumplía con el trabajo, entonces el padre Carranza abrió litigio y logró que se cumpliera el
contrato. El piso de la parroquia lo mando poner el párroco Julio Ledesma. El padre Héctor tenía el
proyecto de poner piso de mármol, no de mosaico. Estaba mejor el anterior. Porque los jefes de la
parroquia son los mayordomos de los cuarteles. A ellos no les gustó. La gente de Estados Unidos fue la
que aportó el dinero para el piso. Y no les gustó, empezaron a quejarse a la Mitra, Ya se había
empezado el piso de mármol, ya se tenía al encargado que era el ingeniero Pedro Rocha.
“AndaBenitoCanalesbuscandotintaypapel,paraescribirunacartaasuqueridaIsabel.”
Durante la Revolución Mexicana, Romita no vio surgir ningún caudillo ni tuvo héroes
revolucionarios con marca de la casa. Pero el campesinado de aquí sí participó en la lucha contra la
dictadura porfirista. Otros campesinos fueron a la pelea reclutados en la leva, por el ejército federal
huertista. Pero primero recordemos la vida de dolor y humillación que soportaban nuestros
bisabuelos.
Aunque había abundancia de cereales en las trojes de las haciendas (a muchos peones pagaban
su salario con cuarterones de maíz), la gente del campo soportaba duras condiciones de trabajo. Vivía
en el analfabetismo y la pobreza. Pero aparte de las haciendas, había muchos aparceros, rentistas o
medieros, que trabajaban tierras de la hacienda. Las haciendas de Romita (y el Bajío en general), eran
pequeñas, en comparación con las grandes extensiones o latifundios que hubo en otros lados. Desde
los años de la fundación ya había aquí muchos pequeño propietarios.
186
Síntesis Histórica
Los medieros del maíz, alquilaban su fuerza de trabajo para las cosechas del trigo. Algunas
haciendas contaban más aparceros que peones. Los que vivían en las haciendas requerían de
permiso del administrador para cambiarse a otra. Pero también había muchos jornaleros libres. No
siempre ni en todas partes existió el sistema de “acasillamiento”( que consistía en vivir en casas
que les proporcionaba la hacienda).
Con todo, cundieron las proclamas maderistas. En abril de 1910, Don Francisco I. Madero
visitó el estado de Guanajuato, en campaña política. Contaba con el apoyo del Ing. Alfredo Robles
Domínguez, destacado antirreleccionista de Silao. Tras el exilio de Don Porfirio, en Guanajuato se
realizaron elecciones medio fraudulentas (¡que nuevas!) y triunfó otra vez un porfirista (no hay
nada nuevo bajo el sol), Víctor José Lizardi. Contra este resultado se inconformó el Profr. Cándido
Navarro. La Revolución no se había cumplido, proclamó; y criticó la política maderista de
acercamiento con los partidarios del ex dictador. Lizardi reprimió violentamente a los opositores.
Navarro radicalizó su postura y tras la derrota que sufrieron sus fuerzas, se refugió en la ciudad de
México. Se le acusó de participar en movimientos contra Madero.
En León, la chusma cometió todo tipo de tropelías, quemaron los archivos (también lo
habían hecho en Romita), incendiaron casas del jefe político y de un general, quemaron las oficinas
del correo, del telégrafo y del teléfono, para cortar toda comunicación. Sacaron a los ricos dinero,
armas y caballos para huir. Esta estrategia no era sino una lucha de guerra de guerrillas. Refiere Don
Manuel M. Moreno que “. . . para evitar (Navarro) desmanes del populacho enardecido que clamaba
venganza contra sus opresores e impedir saqueos e incendios, que ya se iniciaban en la ciudad, decidió
evacuar la plaza, exhortando a los soliviantados a que conservaran la tranquilidad y el orden, e invitó a
quienes quisiera seguirlo, a que se incorporaran a sus fuerzas. Así gracias a esta hábil maniobra (....) logró
alcanzar un contingente de 1800 hombres.” Recordemos la lucha desesperada de este prócer
revolucionario.
187
Romita Historia y Destino
XIV.7.2.- El profesor
Cándido Navarro Serrano
La Revolución en Romita
El 20 de Noviembre de 1910 respondió al llamado del Plan de San Luís. Don Francisco I.
Madero le otorga una misión semejante a la Aquiles Serdán en Puebla: levantar a los mexicanos en
favor de la revolución. Se trasladó a Guanajuato, reclutó elementos, y se levantó en armas. En febrero
de 1911, al mando de una tropa de sólo cuarenta hombres, combatió en el mineral de la Purísima y en
La Luz. Obteniendo por aclamación del pueblo el grado de General, que mas tarde fue ratificado por
Madero.
Tomó San Felipe Torres Mochas y pasó por Silao, Romita y León. “El 13 de Junio hizo su
entrada a la ciudad de León, registrándose varios incidentes como el saqueo del dinero depositado en la
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Síntesis Histórica
Administración de Rentas, de varios negocios y de casas de ricos. Al igual que en Silao, de inmediato puso en
libertad a los reos, pasando muchos de estos a engrosar sus filas. Como ya existían muchos simpatizantes de
Madero y la revolución, el pueblo se amotinó en la plaza principal. Y fue justamente desde los balcones del
Círculo Leonés Mutualista, donde Navarro hizo una serie de pronunciamientos basados en el Plan de San
Luís. Pero casi no hubo derramamiento de sangre (sólo tres muertos); al dispararse por accidente una arma de
fuego,murióunsacerdote”.
Una vez firmados los tratados de Ciudad Juárez, licenció sus tropas. En agosto de ese año
fue postulado candidato al gobierno del estado por el Partido Nacionalista Democrático. Inició su
campaña publicando varios artículos periodísticos en los que criticó a Madero y a su régimen, por
su pacto con las fuerzas vencidas y la tibieza de sus actos. Ya en la presidencia de la república,
Madero había permitido la permanencia del viejo ejército porfirista, ordenó el licenciamiento de
los revolucionarios, que le reclamaban airadamente su poca decisión en el gobierno. Los
revolucionarios guanajuatenses reclamaban lealtad hacia quienes había apoyado la causa
maderista. En esto participaron el Ing. Robles Domínguez y el revolucionario de La Aldea. Navarro
tuvo la valentía de presentarse ante Madero, a nombre del Ejercito Libertador, para reclamarle su
proceder: “Madero replicó violento que los militares allí presentes no representaban el sentir del ejército
(...) lo fustigó diciéndole que era el menos indicado para mezclarse en aquel asunto y aún lo llegó a denostar,
diciéndole que lo consideraba indigno de pertenecer al ejército. Navarro contestó haciendo notar que había
luchadoporprincipiosynoporinterésbastardoalguno.
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Romita Historia y Destino
El rompimiento fue inevitable. Las fuerzas federales lo aprendieron al bajar del ferrocarril y
fue encarcelado en la prisión de Lecumberri. Se le acusó de estar implicado en una rebelión a favor de
de los hermanos Vázquez Gómez. Sufrió prisión durante 23 meses, desde agosto de 1911 hasta mayo
de 1913, en que el régimen huertista lo liberó mediante caución. En Junio de ese año, aprovechando la
feria de Tlalpan logró escabullirse de la Ciudad de México y tomar rumbo al sur, para unirse a las
fuerzas de Zapata. El caudillo suriano lo comisionó para extender la revolución a nuestra entidad.
Formó parte del Ejercito Libertador del Sur bajo las ordenes de Francisco V. Pacheco y de Genovevo de
la O. Siendo escoltado por Pacheco hasta Guanajuato, sufrieron varias derrotas en el camino, por lo
que Pacheco lo abandono a su suerte. Navarro se movió por el centro de Guanajuato. Junto a él
actuaban las bandas de Jesús Estrada, Pomposo Flores y Gabriel Torres. Estas guerrillas abarcaban
desde León, principalmente, la parte de La Tlachiquera, Silao hasta Comanjilla, Guanajuato, Romita,
Huanímaro y en menor medida Irapuato.
Combatía por los estados de México y Michoacán y tomó la población de Puruándiro, por un
solo día. Tal parece que murió en Santiago, población limítrofe entre San Luís Potosí y Guanajuato, en
el combate contra las tropas de Jesús Faz, el 28 de Agosto de 1913. Otra fuente afirma que murió en
Yuriria, combatiendo contra el general García Cuellar. En cualquier caso, su cadáver fue puesto en
exposición en San Luís Potosí.
A casi cien años de las proezas de este insigne defensor de los oprimidos, ninguna autoridad ni
organización o persona alguna, rinde homenaje a su memoria. No conocemos estatua o monumento
(sólo la calle principal de La aldea y una de Romita), que nos recuerde la grandeza de sus ideales. Nos
atendremos al apotegma que advierte que los pueblos que olvidan su historia, están condenados a
repetirla. Pero de peor forma.
Relato
La vida en las Haciendas
Semereventóelbarzónysiguelayuntaandando
Es un hombre de 96 años con una vitalidad sorprendente. Con envidiable lucidez de
pensamiento, inicia la plática con dicción clara, grave la entonación, usando palabras “domingueras.”
Nos parece que está pronunciando uno de aquellos discursos de los tiempos del furor agrarista. Pero
más nos asombra cuando en medio de la plática se empuja sus buenos tragos de mezcal Gusano Rojo.
Este hombre es Don Jesús Pérez, nacido el 13 de Septiembre de 1910, en San Antonio El Rico.
Bautizado en la parroquia de Jaripitío, hoy Aldama, del municipio de Irapuato, tenía apenas un año
de edad cuando fue traído por su padre a vivir a la entonces Hacienda de San Clemente. Su
complexión parece frágil, porque es delgado y un poco bajo, pero esta imagen es engañosa, porque
don Jesús es fuerte, “correoso.” Estoy frente a una leyenda viviente, testigo de casi todos los sucesos de
Romita durante el siglo XX. Y en este año, con el bicentenario de la Independencia y el Centenario de la
Revolución, el también podría festejar sus 100 años de trabajosa vida.
Con muy buen ánimo entra de inmediato al relato: “De mi bautizo no hay documentos, porque
como los padrecitos siempre han estado del lado de los ricos, los revolucionarios quemaron los archivos de las
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Síntesis Histórica
parroquias. En ese tiempo todavía no se usaba el Registro Civil, todo era por la Iglesia. En los tiempos de la
revolución se fusilaba a la gente en el atrio de las parroquias. Al que le llamaban cementerio. En todas las
haciendas había un clérigo al que le decían Capellán: la gente tenía que confesarse cada mes con este Capellán.
Esto era para que no le robaran nada al patrón; cuando se robaban unos elotitos o cualquier cosa porque tenían
hambre,seconfesaban(porquesinoseconfesabansecondenaban),y aunquelaconfesiónesinviolable,otrodía
yalosabíaelMayordomo."
“Cuando yo era adolescente leí en un librito muy antiguo que las primeras haciendas de Romita
fueronLaGavia,elZapoteyelHuaricho.LaHaciendadeSanClementeeramuynueva, sehizoeneltiempode
DonPorfirioDíaz,porqueenesaépocaentrelosricosyelcleroayudabanagobernaralagente.Estahacienda
la hizo un señor muy rico, pero lo hizo por deporte, porque él vivía en la ciudad de México. A los meros dueños
nuncaselesveía,novisitabanlahacienda,paraesoteníansuAdministrador.”
“Cuando un ranchero se cambiaba de hacienda, necesitaba traer su papel que decía porqué se había
cambiado de aquella; de esta constancia que se le dio a mi padre Secundino Pérez en 1912, aparece que los
dueños de la hacienda son los Hermanos Ossio. Después la compró Don Luís Veyán. Esta hacienda tenía sus
anexos: Santa Rosa y San Miguel. El Huaricho era de unos señores que se apellidaban Barquín. Se construyó
la finca de la hacienda y en la misma época se hizo la presa. Se utilizó mucha cantera que ya está ahora
desgastada. Se dijo que al empezar la construcción de la presa se mataron unos niños, pero yo creo que eso es
pura leyenda. Y que al levantar las fincas se ponían monedas de oro, se enterraban monedas de la época, pero
yocreoquetambiénesoesleyenda.”
“En aquella época como no había maquinaria, se sembraba todo con yuntas de bueyes, cuarenta o
cincuenta yuntas, se alcanzaba a sembrar toda una presa; y esas yuntas quedaban a un peón adulto, iba un
sembrador que eran niños de seis o siete años, eran los que sembraban el trigo, detrás del arado de la yunta;
era otra clase de trigo, porque se daba por macoyos, se cortaba con hoz y no se alcanzaba a cortar todo un
macoyo de un hozazo; en ese tiempo se trabajaba de sol a sol, porque ya cuando el sol salía teníamos que estar
al pié del arado; cada peón reconocía su yunta y reconocía su arado; el sembrador también reconocía al peón
conquienandabasembrando.
El lunes empezaba la siembra y duraba toda la semana. Al mediodía se dejaban las yuntas y nos
llevaban tortillas para comer y seguir trabajando hasta las seis o siete de la tarde. Nos pagaban a los peones
cuatro reales, en ese tiempo se usaban los reales; el sembrador ganaba doce centavos. A veces ni nos los daban
completos, nos daban lo que querían. La cosecha del maíz, empezábamos a las seis de la mañana y hasta que se
metía el sol. Teníamos que cantar una oración que se llama el “Alabado”, al empezar y al terminar. Al
empezar a trabajar nos persignábamos. Al mediodía también rezábamos el Ángelo, había un versito que
cantabantodoslosniñosensuscasas.Nomelolleguéaaprender”
“Los dueños nunca estuvieron en las haciendas; éstas tenían un Administrador que era el que llevaba
todo; cuando la gente entraba a su despacho llevaban el sombrero en la mano. No le veían a la cara. Había un
TenedordeLibros,queahorasenombraContador,eraelquellevabalascuentasdelascosechas,losgastos,los
pagos,todalaadministracióndelahacienda.”
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Romita Historia y Destino
“San Miguel y Santa Rosa eran anexos de la hacienda. Las haciendas tenían tienda de raya,
administrador. Don Pedro Zaragoza era dueño del rancho de Silva. Luego estuvo aquí, el acaparó esta
hacienda, supo que el dueño ya no tenía interés, aquí duró unos cinco años; era de los caciques del porfiriato, les
llamabanjefespolíticos.Cuandoselecumplióelplazoparaacabarladepagar,entoncesbuscóaquienvenderle.
Entonces fueaveralseñor LuísVeyán .”
“Los hombres vestían un calzón de manta, hasta la rodilla, nada más los días de fiesta se ponían un
calzón también de manta, hasta el tobillo y su camisa también era de manta, y una faja ancha, alrededor de la
cintura, le daban dos o tres vueltas; sus huaraches de talonera, no se usaban de cortes, nada más de una correa y
a veces cuando llovía ya no los podía traer uno puestos, los cargaba uno en la mano, se les pegaba el lodo.” “Las
mujeresnadamástraíanunafaldaylosdíasdefiestaodomingosseponíanunajergaquesellamaba barragán,
queeradelana; lesservíacomodecobija.Habíaotraclasedevestidoquesellamabadebayeta,eraunatelaroja
de algodón y esa era para los días de fiesta, le decían zagalejo, y su rebozo. Por cierto que fue Don Andrés Conejo
el presidente municipal que prohibió a los rancheros entrar al pueblo con el calzón blanco, cuando veníamos a
comprar nuestro mandado. Había unos gendarmes en los caminos de entrada al pueblo, que lo regresaban a
uno si venía de camisa y calzón de manta, aunque trajera patío. Tuvimos que comprar pantalón de pechera que
de todos modos nada mas nos lo poníamos al entrar al pueblo. Ya cuando veníamos de regreso, en las orillas, nos
lo quitábamos, lo enrollábamos y lo guardábamos en la saca. Hasta el siguiente domingo. La orden no duró
muchotiempo, porquenotodalagenteteníalacomodidadde comprarunpantalón.”
“La gente se empezó a poner el pantalón de peto ya mucho mas acá, como yo estaba acostumbrado al
pantalón de manta, me daba vergüenza usar el de vestir, porque es como de catrín, sólo compraban pantalón los
que tenían con qué. Esto fue como en el año 24 o 25. Las mujeres andaban descalzas, llevaban sus zapatitos
colgadosalhombro,sesentabanconsuszapatitosporunlado.”
“Aquí en el rancho no había molino, sólo se usaba el metate. Aquí hubo molino hasta que se dieron los
ejidos; nada más en Romita había un molinito, que estaba por donde está la planta de luz eléctrica (calle
Cándido Navarro y Rayón). Las mujeres todos los días se levantaban temprano, molían un bote o una olla de
nixtamal,paralastortillasyelatole.”
“Todas las casas de la hacienda eran de adobe con techo de teja de barro, de canal, y las casas de Santa
Rosa eran de puro jacalito de romero y de zacate, porque era un anexo de la hacienda, nada más las de la
hacienda eran casas de adobe y piedra; el techo era de romero o de zacatón grande; sólo un cuarto tenían y la
cocina afuera en un tejadito, porque había el peligro de que se quemara la casa, porque en ese tiempo tenían
mucha leña, leña gruesa que tenía la llama más grande, para que ardiera y durara más. Ahí era todo, se
sentabanacomeralrededordeltenamaste.”
“Había muchas enfermedades, las viruelas, sarampión, la tos ferina, enfermedades del estómago, se
morían muchos niños; había mucha lepra, a los que tenían lepra les decían “lazarinos.” Nadie se les podía
acercar, con un bordón se abrían camino; para anunciarse traían una campanita como cencerro; estaban todos
comidos de la cara, la carne se les caía a pedazos.” La carita de Don Jesús está chapeteada, por el mezcalito
y el calor de la plática. Toda una vida, muy larga vida, llena de recuerdos.
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Síntesis Histórica
La propiedad pasó por diferentes propietarios. “. . .En 1876 ya era dueña una señora nombrada
Guadalupe del Corral. Después fue propiedad del matrimonio formado por Francisco de Paula Castañeda y
Luz Obregón Echeverría; murió ésta en 1898, con lo que quedó como único dueño don Francisco. . . el dueño
fabricó en el casco un buen molino, mantenía una escuela para los hijos de su peonada y un sacerdote que
atendiera la iglesia; montó una fábrica de alcohol, puso teléfono, tramitó una agencia de correos -pues
contaba el casco de la hacienda con más de mil habitantes- y hasta hubo un decreto de la legislatura del
estado autorizando la construcción de un ferrocarril que partiendo de Silao pasara por la cabecera de
Romita y terminara en Manuel Doblado, con la facultad de establecer dos ramales que fuesen a las haciendas
deMezquiteGordoySanClemente,perotanútilservicionosellegóaconstruir.”
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“De esta familia pasó la hacienda, después de 1922, a la familia de apellido Osio, los que la
vendieron al señor Pedro Zaragoza y su esposa Margarita Yebras de Zaragoza, y éstos el 13 de agosto de
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Síntesis Histórica
1920 (sic) la enajenaron al señor Luís Veyan, persona que la tuvo hasta 1940, cuando vendió lo que le
quedó de propiedad después de la afectación a 19 vecinos del lugar en $ I,500, entre ellos el casco.
Se sabe por otras fuentes, que Don Luís Veyán, había ordenado la construcción de un canal,
para llevar el agua rodada a sus cultivos, canal que cortaba del río Guanajuato, por la toma de Maese
Roa (Manserrúa), que también surtía a Trejo, hacienda hermana, porque había sido propiedad de
los antiguos dueños. Al finalizar el siglo antepasado, el Mezquite Gordo era la comunidad más
poblada, después de la cabecera del distrito (Romita en ese tiempo era un distrito). Contaba con
1,040 habitantes (la Gavia de Rionda tenía apenas 122). De haber durado más tiempo el gobierno de
Don Porfirio, se habrían realizado los planes de dotarla de ferrocarril. Tuvo en el Porfiriato servicio
telegráfico y luego fue sustituido por el telefónico. Era particular y estaba conectado a Guanajuato,
vía Silao, con 35 kilómetros de cables. Y al igual que Romita, contaba con su propia Agencia de
Correos. Esto nos lo informa el Ing. Pedro
González, en su obra ya citada.
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Síntesis Histórica
de Villa, por aquí corrían en desbandadas los “Dorados.” Y tras ellos sus perseguidores. Quedaron
los campos sembrados de muertos insepultos. Como consecuencia, la peste y la mortandad.
Llegaron hambrunas apocalípticas, que asolaron todo el territorio nacional. “. . .
Apenas concluida la etapa bélica de la Revolución, por las mismas razones por las que antes
habían pedido tener ayuntamiento, la inseguridad, los romitenses buscaban que su pueblo
ascendiera al rango de villa. Había terminado la lucha armada, pero por la campiña mexicana se
paseaban los cuatro jinetes del Apocalipsis. Al hambre, la enfermedad y la muerte, se sumaba el
bandolerismo. Se necesitaba subir de rango. La elevación a villa les llegó por decreto legislativo del
28 de febrero de 1916 (a los 84 años de su fundación). Lamentablemente no hemos podido tener
acceso a tal mandato del Congreso del Estado, por no existir documentación cual ninguna en el
Archivo de éste poder. No aparecen los documentos del año 14 al 17. Hasta el momento nos hemos
visto privados de mayores noticias. Pero sabemos que el gobernador del Estado era el teniente
coronel Dr. Don José Siurob. Había sido designado en tal cargo por el Primer Jefe del Ejército
Constitucionalista, como gobernador y comandante militar del estado en tiempos de los combates
de Celaya y León. Fue un buen gobernador; había iniciado su carrera militar a las órdenes del
general Cándido Navarro, jefe del movimiento maderista en el estado de Guanajuato. Al triunfo de
Obregón, hizo la persecución de las gavillas de bandoleros que asolaban la entidad (en Romita
había estado el coronel Nicasio Jurado que fue el responsable de la muerte de “los colgados del
jardín”). En 1915 las tropas del general Francisco Murguía, que acampaban aquí, previo a los
combates de Santa Ana, habían fusilado en el panteón a un presunto general villista Anastasio
Pantoja (había una guerrilla de Pantoja que asolaba la región de Valle de Santiago, a la cual
combatió con éxito el gobernador). Revolucionario de firmes convicciones, Siurob fue un gran
impulsor de la educación popular; expidió un decreto que obligaba a dueños de haciendas y
rancherías a abrir escuelas para niños y adultos. Llevó a cabo una intensa acción agraria. A éste
gobernador debemos los romitenses la categoría de villa que dio a nuestro pueblo.
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Romita Historia y Destino
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Síntesis Histórica
el único superviviente, testigo presencial del macabro suceso, que al salir al mediodía de misa,
quedaron mudos de terror: de todas las ramas de los fresnos del jardín, pendían bamboleantes
docenas de cuerpos, con camisa y calzones de manta. Terrorífico castigo. No buscó Jurado quién la
hizo pero si encontró quién se la pagara. Este antihéroe merece un monumento a la ignominia.
Alguien dijo que hay crímenes que repugnan al crimen mismo. Les ofrezco el siguiente relato.
Relato
Los colgados del Jardín
Pasó la revolufia y nomás nada. Pasaron las tierras de unas manos a otras, de los
porfirianos a las de los generales de la bola y a los probes nomás nos han repartido puros
pedregales, los cerros pelones. Seguimos como antes, cuando el hambre empujó a aquellos
desdichados a meterse de bandoleros. Aunque otros pagaron las consecuencias. Pagaron justos
por pecadores. Ora ay andan todos mordidos por las dichosas tierras, hay mucha matazón, hay
mucho desorden. Pero ahora semos libres, ora podemos arrastrar el hambre de un lado para otro,
muy dados a la bebida, armando alborotos que terminan con difuntitos. Seguimos igual de probes y
ni el gobierno ni nadie nos hace aprecio. Hora que el tata Lázaro anda repartiendo las tierras, que
nos dé también la semilla, las yuntas y los arados, los yugos, los cinchos y algún dinerito para irla
pasando, para no estar nomás de oquis viendo las parcelas resecas por el solazo. A ver que le
sacamos a esos calichales, aparte de lagartijas.
Nomás pasadita la revolufia se soltó el desorden, las tierras sin trabajar porque todos se
fueron a la bola, no había que llevarse a la boca, había mucha miseria y enfermedad que dejó tanto
muerto tirado en el camporrazo; se comían los olotes y ni el tamo dejaban, asaban las pencas de
nopal y de maguey, no quedaban quelites ni verdolagas, andaban los hombres nomás mirando al
suelo, como dormidos, como muertos en vida, los más descalzos, con sus calzones ya puras garritas
nomás para tapar sus vergüenzas; cualquier animalito aunque fuera una rata o un tuzo se lo
almorzaban. Se formaron las gavillas de bandoleros y se metieron a robar y matar.
Llegaban al pueblo en las noches, unos a caballo y otros a raiz. Era la gavilla de los
“nocheros”. Unos con pistolas y otros con lo que fuera, machetes, dagas, tranchetes, verduguillos,
se alumbraban con unos buches de mezcalito y ay vienen a saquear. Aparte de unos tlacos o unos
reales, si encontraban, se llevaban aunque fueran unos moloncos o unos cuarterones de frijolito, o
una cobija, ay lo que fuera, hasta un animalito cargaban. También cargaban con las mujeres. Por eso
algunos señores las escondían en los pozos. Los ricos se defendían, levantaron unos torreoncitos
arriba de los portales, en las esquinas, y por unas rendijas les disparaban, todas las noches velaban.
Gente en las orillas del pueblo corría a avisar que ay venían los cuatreros. Desde arriba de las casas
los recibían a balazos y corría sangre de un lado y de otro. Qué vida era esa, unos no dormían por el
hambre y otros por cuidar lo suyo.
Los adinerados hablaron con el supremo gobierno. Vivían en el recuerdo de la paz
porfiriana. Que ya había pasado la revolución y había que apaciguar a la indiada, que la gente
decente no tenía sosiego. Los más ricos ya se habían ido a Silao, porque allá vivían más seguros
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Romita Historia y Destino
porque había más resguardo de federales. Calladitos se fueron con sus pertenencias, para cuidar a sus
mujeres y sus hijas. En Silao había familias de gente pudiente, de españoles que pos nomás se
trepaban al ferrocarril y se iban para Veracruz. En el Mezquite Gordo estaba tendida una vía del tren,
obra del hacendado Don Luis Veyán, pero los durmientes todavía esperaban la llegada de la máquina.
Ya desde antes la gente mermuraba que iba a venir una rebelión, que venía un levantamiento
contra el supremo gobierno de Don Porfirio. Que correría mucha sangre; así lo había profetizado el
cometa que apareció, muy grande y brilloso, en mero enfrente del cielo, al comienzo del año diez, que
causó mucho espanto a la gente. “Grandes desgracias llegarán, decía el señor cura en el sermón,
porque semos desobedientes y levantiscos.” No pos si para sustos no ganamos.
Pero les estaba contando lo que nos dejó la bola en estas tierras. En el año quince se dieron las
grandes batallas de Celaya, La Trinidad y Santa Ana. Aquí en Romita se estacionó el general Francisco
Murguía, con miles de soldados. Los probes le iban más a Villa, pero ganaron los obregonistas y aquí
fue el acabose del Centauro. Por todas partes se miraba el corredero de los dorados, huyendo. Agarró
fama Murguía, que era de los más valientes de la revolución, de mucho honor y hasta le pusieron el
“Héroe de León”. A él lo vieron las gentes decentes de aquí, ya lo conocían, para que pusiera orden.
Pero el remedio no acabó ni con el pecado ni con los pecadores.
Murguía mandó un destacamento con el coronel Nicasio Jurado a la cabeza. Bravo militar era
éste. Su porte altivo hacía bajar a todos la cabeza. Su uniforme impecable, las botas relucientes;
destellaba al sol la visera de su kepí al levantarla para enjugarse el sudor, sus bigotes como dos
alacranes frente a frente encima de su boca; viéndolo de cerca se apreciaba en sus ojos la negrura del
infierno. Había sido artista. Músico porfirista, en las fiestas de Doña Carmelita, en los palacetes
afrancesados, donde estaba la inspiración de Juventino Rosas. Pero algo hizo y lo desterraron del país.
Ya luego se unió a la bola en el bando carranclán. Decían que le gustaba tocar el violín a sus soldados
en los mero tupido de la balacera; su gusto era tocarles unos gualses, chotises y varsovianas, para que
pelearan con mucha alegría, y pos si les tocaba morir, que se fueran contentos al otro mundo. Asina se
ganó su grado de Coronel.
Un domingo, muy de mañana va llegando como con cien pelones de buena tropa, buen
armamento, buenos caballos. En el Cabildo habló con los principales. Ya se sabía de qué ranchos eran
los bandoleros, en que caminos asaltaban. Al salir de misa, al acercarnos al jardín, nos fuimos
quedando mudos; los uniformados ya tenían a muchos calzonudos, descalzos, sin sombreros; los
pepenaron de los cabellos porque los traiban enmarañados, los brazos amarrados por atrás, codo
con codo. La gente mermuraba quedito y se arremolinaba para ver a los prisioneros. ¡Pero no eran los
gavilleros! ¡Que casualidad que pronto dieron con los “Nocheros”! Eran campesinos que agarraron
descuidados y ay los traen.
Nadie podía imaginarse el tamaño del castigo, tábamos inorantes. El coronel rodeado de
sargentos y cabos, cada quien con un grupo de los prisioneros se fueron repartiendo: por la Calle Real
unos, pal Jardín otros. Soldados rasos llevaban riatas y escaleras; los acercaron a los fresnos y de
todas las ramas los fueron colgando, amarrados. En todos los árboles se veía el pataleo, se pandeaban
los cuerpos como queriéndose zafar del abrazo de la muerte, en el último suspiro. Madres y esposas
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Síntesis Histórica
de los ajusticiados, desgarradas en llanto, ya sin palabras, perdida la esperanza, mejor agarraron
camino.
La gente sufrió mucho espanto, se jueron a sus casas temblando y rezando, se encerraron
atrancando puertas y ventanas; ni ganas de estar de mirones, se les vaya a pasar la mano, ya
calientita de tanto jalar la riata. Por la tarde las calles estaban como el ánima sola, el diablo asentó
aquí su trono del infierno. Se sentía el frío de la muerte, la huesuda afilaba su guadaña en nuestro
pueblo. A lo largo de la calle y el Jardín, nomás el aire mecía los cuerpos que parecían velas de sebo
colgando de sus pabilos. Se sentía un escalofrío en toda la rabadilla. Al siguiente día bajaron los
cuerpos y los amontonaron a los lados del kiosco, que en ese tiempo era de adobe y techo de madera.
Los soldados se divertían disparando los máuser a las cabezas de los muertos, que nomás tronaban
como calabazas. A ninguno se le formó causa, no hubo jurado, no hubo dilate. Prestamente obró la
justicia del Hombre, que no admite piedá. Como dijo mi general Villa: “primero jusilas, después
viriguas”. Los “nocheros”, en sus ranchos, se estarían orinando de la risa.
XIV. 9.3.- Romita en la Cristiada
“Vámonos de aquí curitas,
Porque hay viene ya el gobierno,
Y también nos mata ahorita.
Válgame Dios ¿que haré yo?
Háganse las procesiones
Que ya el gobierno llegó.”
(Canción de la época).
La rebelión cristera sólo pasó rozando a Romita. Aquí como en otras partes de la república,
se suspendieron los servicios religiosos. Se cerraron templos y capillas y por un tiempo no hubo
misas, rosarios, bautizos, ni se impartieron los sacramentos. Era la respuesta de la Iglesia Católica a
las medidas restrictivas de la Constitución de 1917 y la reglamentación callista. La jerarquía
eclesiástica promovió la formación de organismos para oponerse a las limitaciones al culto. Se
había ordenado a los católicos observar luto general con boicot a espectáculos, reducir las compras,
abstención de fiestas y de uso de vehículos. En esa rebelión destacó la Asociación Católica de la
Juventud Mexicana (ACJM). Surgió la organización de Damas Católicas. La Iglesia se sintió
agredida por las severas disposiciones del gobierno del general Plutarco Elías Calles. También la
emprendieron contra el general Álvaro Obregón, quien el 17 de julio de 1928 fue ejecutado por José
de León Toral, miembro de la ACJM y de la Liga para Defensa de la Libertad Religiosa. Esta rebelión
se dio entre 1926 y 1929. La gente la bautizó como “la cristiada.”
Hubo desde luego acciones armadas. En muchos estados del país se produjeron
levantamientos. Sobre todo en los Altos de Jalisco. En Romita no cundió el movimiento cristero.
Sólo un pequeño grupo de gente armada operaba en Santa Rosalía de Gavia. Nos cuenta Don Jesús
Pérez: “Aquí en Romita el levantamiento cristero no tuvo mucha importancia. Los padres cerraron la
parroquia y se fueron a refugiar a algunos ranchos, con las Hijas de María. Los que andaban armados caían
alosranchosymatabanalosagraristasyalosprofesores,queporqueeran socialistas.”
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Romita Historia y Destino
“El gobierno repartió armas a los ejidos. De todos modos los del Ejército nos dijeron que los cristeros
eran contrarios a los ejidatarios. Nos dijeron que había que defender el reparto agrario y la revolución.
Entoncesescogieronaveintemuchachososeñoresdecadarancho,deaquídeSanClemente,delejidodeRomita,
LasLiebres,delaGavia,SantaRosadeRivasyTejamanil.ÉramoscomocienyenelcampodeportivodeRomita,
un capitán del Regimiento de Silao y un sargento primero, nos daba instrucción militar. Cada ocho días se
juntaban las defensas, con rifles y todo; nos dieron credencial. Nos juntaban para enseñarnos a marchar, y el
uso de las armas. Nos dieron unos fusiles que eran rusos, que habían sobrado de la revolución que hubo allá. Los
mochosseburlabandenosotros.”
“Supimos que en Santa Rosalía de Gavia estaban concentrados unos cristeros. Nosotros no peleamos
contraellos.Lasfuerzasfederalesydelestado,almandodel generalBonifacioSalinasLeal,jefedeoperaciones
en Irapuato, se combinó con las fuerzas del estado para ir contra los levantados. Nunca peleamos. Cuando
llegamos ya se había marchado. Pero esa noche se acercaron unos que no sabían que los otros ya se habían ido;
cuando se les gritó el ¿“quién vive” ? creyendo que todavía estaba los suyos gritaron: “Viva Cristo Rey”.
Entonces los atrincherados, creyendo peligro, dispararon. Y ahí quedaron muertos cuatro cristeros. Esa fue
toda la sangre que se derramó. Y por equivocación. Como no queriendo volvieron los padres a abrir el templo.
Más porque la gente ya se estaba acostumbrando a estar sin religión. Como que no extrañaron misas y
bautizos.”
XIV. 9 4.- Los plebiscitos
“Esto de los plebiscitos era verdaderamente cómico. Llegaban grandes cantidades de campesinos aquí,
al pueblo. En sus anchos sombreros traían sobrepuesto un cartón, unos pegotes de colores, que decían el nombre
del candidato y el partido; llegó un ventarrón y les voló los sombreros. Preocupados le preguntaron a un
representante del gobierno que por allí andaba, que les dijera por favor por quien iban a votar, porque como no
sabían leer y el papel del sombrero se lo llevó el viento, no sabían quién era su candidato. Les preocupaba,
porque iban a ganar dos pesos por votar (nada ha cambiado), una comilona de birria; y claro, unos buenos
buchesdemezcal.”
Anastasio Villegas Saldaña suelta la carcajada al recordar aquellos episodios de la vida
electoral de nuestro país. Tacho es un hombre corpulento, con más de 100 kilos, de tez blanca y ojos
claros. Tiene muy buena memoria. Nació en 1925, aquí en Romita. “Fue en los inicios de los treinta. Los
plebiscitos se hacían para elegir gobernador, porque para presidente municipal nomás había un candidato,
que designaba el dedo del gobernador. Quizá en otros lados si metían a los campesinos en corrales y luego los
fueran dejando salir para contarlos. Recuerdo aquellos plebiscitos en nuestro jardín, aquí. Llegaban en
camiones de redilas, en carros de mulas o a pie. Muchos dormían en los portales desde un día antes. Según la
insignia que traían en el sombrero, se fueron yendo, unos para un portal, y otros para el de enfrente. Los
representantes del gobierno los anotaban en unas listas, uno por uno, y los iban separando, para que no se
volvieran a formar. Ganaba el candidato que lograba traer más gente. Así fueron las elecciones del señor
Enrique Fernández Martínez y las del señor Federico Medrano. Terminada la jornada electoral, acarreaban
del rastro los cajones de birria; como había muchos animales en ese tiempo, había birria como pan. Todos
comían y bebían en abundancia, perdieran o ganaran. Les daban carne para llevar a sus ranchos. Las bandas
202
Síntesis Histórica
de música se daban gusto. Y allí está a grite y grite la gallera. Toda la tarde duraba el festín. Al anochecer por
allí andaban algunos todavía borrachitos, que se les había ido la troca, que los dejaron sus compañeros.
SabráDioscómollegabanasusranchos.”
“Lo cómico iba a ser desgracia, porque un campesino, montado a caballo, andaba en el jardín
gritando vivas a su candidato. Los de enfrente lo vieron como una provocación. Se calentaron los ánimos. En
esos días andaban empedrando el jardín y allí estaban los montones de piedras. Pronto uno sacó una honda y
le sonrrajó una pedrada al del caballo; cayó de lomo, a medir el suelo. Sus compañeros se sintieron ofendidos y
para pronto, de uno y otro lado empezó una lluvia de pedruscos que parecía granizo. Algunos tiraban con
hondas, lo que era más peligroso. Como había muchas piedras, pues nomás era de agacharse. Intervinieron
los del gobierno y gracias a Dios, aquello terminó sólo con algunos descalabrados. Con tantas piedras
regadasportodoslados, casiterminaron elempedradodeljardín.”
“Como había muchos problemas, pues se ponía feo, intervino el gobierno federal. Quizá para evitar
esos sustos en el pueblo, en otra ocasión el plebiscito lo hicieron en unos campos donde se jugaba béisbol,
adelante del terreno de Los Gómez, por el camino a San Gonzalo. Allí hicieron filas muy largas para ir
apuntando a los votantes, una fila por cada candidato. En esos campos sólo había quelites. Mal se hubieran
visto nuestros bravos campesinos agarrados a quelitazos.” Tacho vuelve soltar la carcajada, vuelve a vivir
consusgratosrecuerdos.
Relato
Los Conscriptos
“Vengoadecirleadiósalosmuchachos,Porqueprontomevoyparalaguerra”
La guerra estaba en todo su apogeo. No tenía para cuando acabar. El gobierno mexicano
promulgó el 11 de septiembre 1940, la Ley del Servicio Militar Obligatorio, pero entró en vigor hasta
el 3 de agosto de 1942. Ordenaba a todos los nacidos en el año 24 se enlistaran, porque serían los
Conscriptos del Servicio Militar Nacional, las primeras reservas del ejército mexicano. Habría un
sorteo en el jardín (al parecer fue el 20 de Diciembre de 1942). A quienes tocara bola negra partirían
a Guadalajara, a recibir instrucción, por unos meses. La despedida de los muchachos fue patética.
Allí estaban todos los familiares, las madres lloraban a moco tendido, sentían que los llevaban a la
guerra y jamás volverían a verlos. Fueron una docena, entre los que se encontraban Ramón
Domínguez, Camerino Martínez, del Mezquite Gordo, David Lara (a) “El Sardo”, Rafael “El Topo”,
del Escoplo, entre otros; y Mario Bedia Estrada, quien después diera la instrucción militar a los
conscriptos.
Los que sacaran bola blanca recibirían instrucción todos los domingos, en el campo
deportivo. Así fue cada año, hasta la década de los sesentas. Por la mañana los jóvenes hacían
ejercicios de calentamiento; daban vueltas al campo a paso veloz; después marchaban (en el campo
se vendía tortas de sardina y refrescos, allí llevaba su carro Don Balta Rangel, entre otros). Se
escogía a los mejores atletas para las competencias, regionales y nacionales. A los que cometían
faltas, se les remitía a la cárcel municipal, quedaban presos hasta el lunes.
203
Romita Historia y Destino
Los conscriptos participaban en los actos cívicos, sobre todo en las fiestas patrias, desfilaban y
hacían tablas gimnásticas. Guardaban el orden en el jardín. Aquí hacían una formación para evitar que
los muchachos, “dando la vuelta”, se les fueran encima a las muchachas (era tal el amontonadero, que
las muchachas llevaban agujas o un seguro, para picar a los manoslargas). Tenían su banda de guerra.
El 5 de mayo era la Jura de la Bandera. Una ceremonia muy emotiva. Todos jurábamos defender la
bandera, hasta perder la vida. Al finalizar el año se entregaban las cartillas liberadas. Eran las
primeras reservas del ejército mexicano. Se había cumplido.
Relato
Al fin la guerra no era nuestra
La sinfonola tocaba la canción más escuchada en las últimas semanas. La voz del intérprete les
llenaba de ansiedad. Recordaba a los jóvenes su compromiso de combatir en la Guerra Mundial.
“Vengo a decirle adiós a los muchachos, porque pronto me voy para la guerra.”* La mesa estaba
repleta de botellas y tarros de cerveza, sal de grano desparramada y ceniceros rebosantes.
Acomodados en sillas de mecate, los muchachos apuraban las espumosas chabelas. Poco a poco se
fueron animando. “Cuando regrésemos victoriosos, los gringos hasta nos van a declarar ciudadanos
americanos. Dicen que Europa es muy bonita. Mientras, que nos sirvan las otras y que suene la
sinfonola, para no estar tan nerviosos.” Hacían tiempo en “La Gotita de Agua”, un tugurio pestilente
cerca de la estación del ferrocarril. El tren, fiel a su costumbre, llegaría con cuatro horas de retraso.
“Y aunque voy a pelear en otras tierras, voy a salvar mi derecho, mi patria y mi fe. ” Los pocos radios
que había, pesadas cajas de madera, de bulbos, con su carpeta y un florero encima, arracimaban por
las noches al vecindario. Escuchaban las noticias de la guerra. Había preocupación porque los
Estados Unidos mandaban muchos soldados a Europa. El locutor Guillermo Vela comentaba los
avances de los soldados americanos, que con su sangre salvarían la democracia del mundo libre. Irían
también los negros; apaleados y sin derechos civiles pero tendrían el honor de morir por su patria. Y
los mexicanos, algunos atrapados al cruzar la guardarraya.
“Yo ya me despedí de mi adorada, y le pedí por Dios que nunca llore . . .” El gobierno mexicano,
poniendo sus barbas a remojar, ordenó que los nacidos en el año 24 se enlistaran, porque serían los
Conscriptos del Servicio Militar; sólo algunos recibirían instrucción militar en Guadalajara. El resto se
capacitaría en sus mismos pueblos. Al principio los entrenaban con fusiles y bayonetas, pero al poco
tiempo se los quitaron porque un tarugo le sacó a otro un ojo. Siempre era un riesgo, más cuando le
entraban a las cervezas. Era como darle a guardar veneno a un suicida. Luego sólo llevaban carabinas
de palo al hombro, pero eso sí, uniformados con camisa de manga larga, pantalón amarillo y su
cuartelera. La mayoría calzaba huaraches.
“. . . que recuerde por siempre mis amores, que yo de ella nunca me olvidaré” “Aliviánate Caco, pídete
las otras y ponle otro cinco a la sinfonola, esta canción me está atravesando el alma. Ya me recordó a mi
novia Cliseria, creo que no me va a esperar.” “Ni falta que hace compa, en Europa abundan las güeras
y las mujeres se derriten por los uniformados, más si son morenos. Y nosotros vamos a ser de los
meros güenos, porque los gringos son bien coyones, no tienen güevos como nosotros.”
204
Síntesis Histórica
“Sólo me parte al alma y me condena, que dejo tan solita a mi mamá. . .” Ellos no eran conscriptos,
tampoco militares, pero al pueblo llegaron unos gringos a contratar voluntarios. Había que
entrarle, buenos dólares de sueldo y al fin de la guerra se quedarían a trabajar, ya con papeles. "De
morirnos de hambre aquí y morir peleando allá. . . . quien quita." Los gringos les dieron unos pesos
de adelanto y les ordenaron presentarse al medio día en la estación de Irapuato.
El mesero limpió nuevamente la mesa con su jerga cochambrosa, la amarró a su cintura,
como mandil. Los camaradas no paraban de pedir la misma canción. “Mi pobre madrecita que es tan
vieja, quién en mi ausencia la recordará.” “Esta canción ya me puso a pensar, yo aquí le hago falta a mi
mamá, ora que me acuerdo le dan ataques,” aventuró Teódulo con algo de temorcillo. “La mera
verdá, mi novia no me va esperar, lo gacho que voy a sentir cuando regrese y la mire con criaturitas
de otro. Hay que pensar bien eso de ir a combatir,” terció Catarino, limpiando con el dorso de la
mano sus bigotes blancos de espuma.
“Quién me le hará un favor si necesita, quién la socorrerá si se enfermara. . . .” Semanas antes se
pidió a la gente estar atenta al radio, porque el Señor Presidente daría una noticia a la nación.
Cuando el General Ávila Camacho anunció declarada la guerra a Alemania, muchos no ocultaron su
desilusión. Los sinarquistas hacían su labor entre la población: “Los gringos y los rusos están
dominados por la judería mundial, son los judíos los causantes de todo.” “A ellos hay que rajarles
toda la madre” Vociferaban.
“Quién le hablará de mi, si preguntara, por este hijo que nunca quizá volver·.” “Yo la mera verdá no
voy de acuerdo en ir a pelear por una patria que no es la de nosotros. Que vivos los gringos, ellos
ponen las armas pero nosotros vamos a poner los muertos”, arriesgó Calixto, espantando las
moscas con su cachucha.
“Quién me le rezará si ella se muere, quien pondrá una flor en su sepultura . . .” “Yo creo que
debemos pensarlo bien. Pos yo de plano no soy de la idea de pelear por los gabachos, que se jodan
por metiches. Bien merecido lo tienen”, balbuceaba Hermógenes, soplándole al tarro con buen
juego de garganta. La plática dejaba vacíos que invadía la tristeza. Las miradas vidriosas vagaban
por los rincones del cuchitril. Ya nadie hablaba de ir a tomar el tren. “A pelear por cuál fe, si no
tenemos la misma religión, nosotros semos cristianos, ellos son aleluyas, nosotros tenemos Papa,
ellos ya quisieran.”
“Quién se condolerá de mi amargura, si yo vuelvo y no encuentro a mi mamá.” “¿Qué le vamos a
decir al gringo que nos dio el dinero”? preguntó uno. “Ese gringo patón tranca del infierno, que nos
busque a ver dónde nos encuentra.” gritó el Caco, muy envalentonado. “No te priocupes compa,
más nos robaron ellos, con lo ricos que juéramos si no se hubieran avanzado Texas y California.” Se
quitaban la palabra, enardecidos. “Que sus papeles los hagan rollito y a ver dónde se los guardan.”
“Que se queden con su cochina democracia, me limpio con ella.” “A ver cómo les va en la guerra sin
nosotros”, dijo otro con voz tartajosa, la camisa vomitada. “Mejor regresemos al pueblo, porque ya
es noche. De todos modos el tren ya ha de ir bien lejos. Hace dos horas que se fue.”
*Canción “La despedida.” Autor: Pedro Flores, muy popular en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Interpretada
por Daniel Santos.
205
CAPÍTULO XV
NUESTROS DÍAS
207
Romita Historia y Destino
Nada hay más triste que oír a un agricultor: “Tengo cosecha, pero quieren casi que se las regale. Mi trabajo
novale.Mejorvendíelestablo,nosacabalodelaalfalfa.Mejorbarbeché”.
Este año cuando menos la mitad de los ejidatarios no sembrarán. Con la tonelada de
fertilizante por las nubes, con los aumentos constantes al diesel, “no sacamos lo que invertimos,
siempre nos compran muy barato”. Atenidos sólo al apoyo del Procampo, consolidamos un sistema
asistencialista, se acaba incluso la agricultura de supervivencia. Quedamos muy lejos de la
agricultura moderna, intensiva, de alto rendimiento. Teniendo todavía la infraestructura para
lograrlo: buenas tierras, riego mecánico, maquinaria. Está clara la necesidad no sólo de apoyos
pecuniarios, sino de una revisión global del problema.
208
Nuestros Días
Para alentar y fortalecer este nuevo giro rural, sería muy conveniente que las autoridades no
sólo gremiales, sino del municipio, establecieran mecanismos para asegurar precios remunerativos,
para los cultivadores locales; para que no queden a merced de los especuladores que sin sufrir las
vicisitudes de todo tipo que padecen los nuestros, aquellos se quedan con la tajada del león. Me
refiero a los nuestros, porque la mayoría de los avecindados, ya vienen por encargo de las grandes
empresas tequileras que buscan asegurar la materia prima de sus plantas industriales. De protegerse
este renglón de la economía agrícola local, se estará protegiendo de manera colateral la supervivencia
de nuestros mantos freáticos.
Unidos los seis municipios del Estado de Guanajuato, las uniones gremiales de Purísima,
Manuel Doblado, Romita, Abasolo, Cuerámaro y Huanímaro, formaron sociedades de producción
rural (S.P.R.) y éstas a su vez se constituyeron en una sociedad anónima (S. A.), la Tequilera Regional
Guanajuatense, con la adquisición de acciones de los mismos agaveros, con la intención de darle un
valor agregado a sus cosechas, mediante la producción de tequila y el reparto de los beneficios. Con
sus aportaciones en acciones y el apoyo de las autoridades federales como SAGARPA, en primer lugar,
se inició la construcción de una planta industrial en terrenos cercanos a la ciudad de Cuerámaro. La
malhadada crisis que sufrimos, dejó la obra con un avance de un 80 por ciento. Pero se ha avanzado en
la comercialización. Para absorber las cosechas de fruto en madurez, se maquiló en factorías de Jalisco,
y ya circula embotellado un producto de buena calidad, que está logrando demanda local, pero que
aspira a conquistar los nichos del mercado nacional e internacional. ¡Salud!
209
Romita Historia y Destino
Relato
Don Emeterio Gamiño se emociona al desgranar sus recuerdos. Ahora ya no puede trabajar,
pero toda su vida, desde su niñez, vivió en el campo. Y también en la parroquia, como hombre
piadoso que siempre ha sido: “Desde luego maíz siempre se cultivó, con la diferencia de que se sembraba en
un surco un sólo grano cada treinta centímetros aproximadamente. Entre cada planta ponían frijol y se daba
de manera silvestre la papa. Porque papas siempre hubo, acuérdese que la papa es originaria del suelo
americano. Llegado el tiempo de humedad aparecían las papas por muchos terrenos, más en los un poco
arenosos. No eran grandes eran chicas, pero ya un poco más grandes que una canica la gente las recogían y se
las comían; eran morenas de cáscara gruesa. Nos las comíamos asadas, en el campo; les llamábamos papas
cimarronas. Las papas cultivadas las traían a vender de La aldea; llegaron aquí hasta los años 40s. Don
Frumencio Bedia fue de los primeros en producirla, al igual que su cuñado Don Teodoro García. Éste señor
por ser comerciante viajaba mucho y conoció mucho, aunque no tenía coche o camión. De allí en adelante la
papa se hizo importante; la semilla, que era una papa blanca, grande con muchos brotes, llegaba en cajas de
madera, llegaba de Holanda y de Dinamarca. Esas papotas ya llegaban con muchos brotes, se partían según
los brotes, se encalaban y se llevaban a depositar en los surcos. Las cosechas eran abundantes. Pasarían
muchos años para que se trajeran las papas para semilla de Saltillo; o de Toluca, ya después. Para mediados
del siglo, ya había muchos y muy buenos paperos, se distinguía Don Ladislao Rangel, el suegro de usted, que
se hizo rico, como muchos, casi de la pura papa. Dichosos tiempos, de la agricultura grande de Romita, que ya
nuncavolverán.
Don Frumencio y Don Teodoro, también fueron de los primeros en trabajar la alfalfa, porque en
Romita no la hubo, la trajeron de La Aldea. Eran los buenos agricultores de Silao; allí estaba Don Eduardo
Siordia y su yerno, el señor Rubén Acosta y los Vaqueiro, y otros. Don Eduardo había llegado de Zamora,
Michoacán, de donde al parecer trajo las fresas y el chile güero, muy prolífico. Este chile primero se cosechaba
en Zamora, luego aquí. Pero lo producían también en Lagos, Aguascalientes y en San Luís Potosí. El chile que
se producía bastante, casi todos, agricultores o medieros, ponían chile que era güero, amarillo, no largo, un
poco grueso, le llamaban chile cristalino. Era picoso, se ponía en vinagre. Gran costalera se levantaba en
carrosdemulasoenlospocoscamiones(trocas),quehabía.
Ahoraescuandochileverde,lehasdedarsaboralcaldo
Chilesserranosojalapeños,casinohabía,seconocíanperonosetrabajaban.Chilederellenar,sólose
ponía en pocas tablas, de unos 10 por 20 metros, igual el chile pasilla, aquel chile negro muy retorcido como
charamusca, para las rajas, no era picoso. El guajillo no lo querían por pellejudo. Chile puya no había en
Romita.
Aquí se dio el cacahuate, mucho, que se daba muy bien. Y también garbanzo, en la temporada. El
camote tampoco se conoció en los lejanos años. Pero en La Aldea si lo cultivaban y en San Juan de los Durán.
La fresa se conoció también primero en La Aldea, donde siempre hubo mucha. Ellos la trajeron de Irapuato,
210
Nuestros Días
Cuando dejaron el camote; y antes los Siordia la habían traído de Zamora, de donde habían emigrado. Cuando
viajábamos a Salamanca, por el año 38, a pié o en burro, de regreso traíamos las canastitas de fresas. Lo que si
hubo siempre en Romita fue la jícama y el pepino. El sorgo lo vimos hacia la mitad de los 40s. No le llamábamos
sorgo,sinomaízmiloomijo.Noeraparalastortillas,eramaízpuerquero.
Horticultores no había en Romita. Rábanos, cebolla, lechuga y zanahoria sólo se cultivaban en
pequeños huertos de unos cuantos surcos. Al igual que los ajos, solo en huerto familiar. Todas las parcelas
agrícolas o norias, tenían un huerto para hortalizas y árboles frutales. Jitomate tampoco se cultivaba en
grande. La gente no lo apreciaba mucho, por ser de corta vida, pronto se pudre. Las señoras preferían para la
salsaeltomatedehoja,porqueseguardamuchotiempo.
Midamosunterreno
La vesana era una marca que indicaba el empiezo o cabecera de un terreno, digamos una tabla, de
determinadas medidas, que los hacendados daban a los medieros. Por fanegas nosotros conocíamos la medida
de un terreno, una fanega era más o menos una hectárea. Cinco fanegas, aproximadamente cinco hectáreas,
paraunayuntadebueyes.
¡Hagamosunpozo!
Primero localizábamos el lugar, cerca de lo que se iba a regar. Porque en aquellos tiempos había mucha
agua, nada más rascarle un poco y salía el agua. En todas partes. Cavábamos más o menos un metro y le
poníamos que el “centro”. A partir del éste, si la queríamos ademar, le colocábamos ladrillos alrededor, pero no
iban pegados con mezcla o cemento; sobrepuestos, como quien dice, para permitir las filtraciones o
escurrimientos hacia el “centro”. O se quedaba así nada más, el hoyo con el agua. Porque hubo pozos de varias
clases y tamaños: el que iba ademado, con ladrillo o piedra; se le ponía su tijera, que era como una horqueta
grande de madera de mezquite, clavada en el suelo. Encima de los dos palos de la horqueta iba otro atravesado,
Enmediodeésteibaatravesadounpalolargo;aunextremoibalareataquellevabalacubeta;alotroextremose
le amarraba una piedra grande. A este palo largo se le llamaba “bambilete”, pero en la escuela el Maestro decía
que se llamaba “bimbalete”. Era el que subiendo y bajando sacaba el agua, que rodaba por un canalito de
hojadelata y la bajaba a un depósito. Estos pozos los había en casi todas las casas, para regar los huertos y el
consumo de la gente. En La Paz de Dios se abrió un boquete muy grande porque se le iba a poner una máquina de
botes.
Después deahogadoelniño,ataparelpozo
Hubo otros pozos: el de máquina, grande o chica, según las necesidades. Así también era el hoyo y en su
centro estaba la rueda, vertical, toda llena de botes que al girar la rueda bajaban y se llenaban. Subían llenos y
ya arriba se ladeaban y tiraban el líquido sobre una canaleta por la cual bajaba el agua al depósito o a las
regaderas directamente. Esta rueda era movida por un burro o un macho dando vueltas alrededor del pozo. Los
había que eran movidos por un animal por un lado, y otro por el lado opuesto. Por eso veía usted pozos de unos
veinte metros de diámetro, porque tenían una rueda muy grande. Uno de estos pozos, ademado con ladrillos,
con escalerilla también de ladrillo que iba bajando en espiral, fue de los hermanos Bedia, aunque hubo otros. Al
parecer lo hicieron hacia los años 30s. Por los campos se veían pilas para el agua de los animales, bebederos así
para10comopara200animales.Paratodosenecesitabanlosanimales.
211
Romita Historia y Destino
Cuando llegó el tiempo de los pozos de motor de combustión interna, y luego de electricidad,
siguieron con sus paredes ademadas, hasta que los aterraron. Los primeros en instalar pozos con motor
estacionario fueron los Bedia. Les siguió Don Teodoro García y luego un señor, que no se si era su pariente,
Don Epigmenio García. Los pozos de máquina sólo quedaron en el recuerdo. Porque el agua se ha ido cada vez
máshondo.
El primer tractor lo trajeron a Romita el señor Don Nieves Rangel y sus hermanos. Parece que el papá
de ellos había llegado de Silao. La hacienda de El Zapote fue propiedad de un sacerdote al que sólo recuerdo
que le decían El cura Huerta, tío que fue de la señora la Chata Huerta y de la esposa de Don Amado Delgado y
de Don Domingo Huerta, papá de Don Miguel, de la cantina El Sol. La hacienda tenía una arquería similar a
ladeLaPaz.
Laescueladeagricultura
En Santa Ana del Conde funcionó una Escuela de Capacitación Agrícola, allá por los años 40s. No
era del gobierno, por eso nos cobraban colegiatura. Teníamos un capellán. Para entrar se necesitaba una
recomendación del cura del lugar de uno. A mi me recomendó el señor cura Diego Santos. Había alumnos de
toda la república, porque el PRI también becaba a muchos jóvenes. Estábamos internados. Allí permanecí un
año, aprendíamos muchos cultivos, de fertilizantes, semillas y el uso de la maquinaria agrícola. Tres años
trabajóesaescuela. DeRomitatambiénasistióZósimoCastro,hijodeDonRosaCastro.
Consultando al cronista Don Manuel Sánchez Valle, en su obra “Efemérides Guanajuatenses “, nos
dice que el señor Don Manuel Muñoz Castillo, destacado industrial y comerciante, para conmemorar el
aniversario de la fundación de la ciudad de León, el día 20 de enero de 1945, determinó hacer donación del
casco de la hacienda de Santa Ana del Conde, que era de su propiedad; más la cantidad de 100 mil pesos, para
el establecimiento de una Escuela Agrícola Experimental, información que se corresponde con lo relatado
por nuestro informante Don Emeterio Gamiño Yebras. Ahora bien, por Decreto número 122 del Congreso
Local, defecha21demayode1921,secreólaEscuelaAgrícolaExperimentaldeLeón.
Ahora bien, el fenómeno migratorio empieza a identificarse en nuestro país, a partir del fin
de la Guerra de Secesión, de los Estados Unidos (1861-1865), cuando a causa de la abolición de la
esclavitud fue costeable en el sur el contratar mano de obra mexicana. Ya desde entonces miles de
212
Nuestros Días
mexicanos cruzaban la frontera en busca de mejores condiciones de vida. El prócer Don Francisco I:
Madero, expone en “La Sucesión Presidencial” talentoso análisis de la situación de México en 1910: “
La situación del obrero mexicano es tan precaria que a pesar de las humillaciones que sufren allende
el Río Bravo, anualmente emigran para la vecina república millares de nuestros compatriotas, y la
verdad que su suerte es por allá menos triste que en su tierra natal.” En 1910 existía en varias ciudades
fronterizas de E. U., el Servicio de Emigrantes.
El movimiento migratorio hacia la vecina Nación, ha ido en ascenso, sólo interrumpido por
cortos períodos de tiempo. Cuando los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial, el
reclutamiento militar hizo disminuir su mano de obra. Dicha Nación solicitó al gobierno mexicano su
colaboración formal para sustituir con trabajadores migratorios a quienes se encontraban en los
frentes de batalla. En el convenio suscrito se estableció que los trabajadores mexicanos que fueran a
trabajar allá, no podrían ser destinados a ningún servicio militar, que tendrían plenas garantías de
ocupación, que no serían objeto de discriminación alguna, que disfrutarían de transporte,
alimentación adecuada, hospedaje, salarios y prestaciones sociales en términos de la Ley del Trabajo.
Por primera y quizá por última vez, se negoció un trato justo para nuestros trabajadores.
Aunque hubo otros convenios entre los dos gobiernos, muchos granjeros especialmente del
estado de Texas, han venido empleando los servicios de trabajadores ilegales, de donde se vino a
acuñar el término de espaldas mojadas (por cruzar a nado el Río Bravo). De 1942 a 1945, salieron a E. U.
302,775 braceros; de 1951 a 1960, último año en que se firmaron convenios, salieron 3,370.984. Pero
también iba en aumento el número de ilegales que cruzaban la frontera: entre 1951 y 1958, las
autoridades migratorias americanas deportaron a 3,695.000 de espaldas mojadas.
213
Romita Historia y Destino
Repetidamente se nos dice que en lo que va del presente siglo, de 400 a 500 mil mexicanos cruzan la
frontera de manera ilegal en persecución de sueño americano. Situación que se visto frenada en los
dos últimos años por la crisis financiera que ha golpeado con dureza a la economía americana.
A partir de 2001, en cambio, mientras las remesas muestran el ya señalado impulso que la
lleva a triplicar su volumen en sólo seis años; la inmigración mexicana en Estados Unidos muestra
un crecimiento mucho más moderado, pasando de 8.5 millones en 2000 a 11 millones en 2006.
Relato
¡ Juímonos a la braciada !
La noticia corrió por todo el pueblo como tronadero de chinanpinas. En la presidencia
municipal habían puesto un letrero, en el portal, que avisaba a toda la juanada que los gringos
querían llevar gente pa' trabajar sus campos. Pal' mediodía ya tábamos allí enfrente un buen jején,
entre gritos y risotadas, rete contentos, y ya formados nos fueron apuntando en una lista. Aquí en
Romita la situación era bien triste, pa' llorar, nomás sobarse el lomo en el campo, que es lo único, y
apenas nos pagaban 80 centavos por todo el día, tábamos bien enfelizados, pa' puras gordas frías
embarradas con chile. En el 34 el Tata Lázaro hizo el reparto de las tierras, muchos habían
alcanzado parcelas, pero todas eran de temporal, algunas puros pedregales, ay esperanzados a que
cayera la lluvia y aluego unas milpitas que apenas si se recogían unos costales de moloncos. Con el
reparto llegó la codicia por las tierras y ay tan las matazones. No había ni pa' que lado hacernos.
Ya con una tarjeta en la mano cada uno, nos avisaron que nos debíamos presentar al día
siguiente en el campo melitar de Irapuato. Allí nos juntamos de todos lados y aluego unos gringos
pecosos, con el cabello cortado como cepillo y hablando un cristiano medio champurrado, nos
revisaron el cuerpo. Se fijaban en las manos, que estuvieran callosas, en la cara, que estuviera
renegrida. Por eso unos que no eran jornaleros de verdad, hay andan a la carrera frotando con las
manos unos palitos de paleta que ya mero les sacaban fuego, y ponían la cara harto rato al sol pa'
que se les requemara. Pero ni asina engañaban a los gabachos, ay iba entre las filas uno grandote,
muy patón, masque y masque chicle y escupiendo por un colmillo, decía: “ este no servir” y va pa'
atrás. A los demás nos treparon en unos vagones del tren, pos que nos llevaban pa'l Empalme.
Íbamos rete felices, cante y cante y pa' recordar a Pancho Villa nos echamos el Siete Leguas, nos
quedaba el corrido porque salíamos de la estación de Irapuato.
Pasamos por Hermosillo y llegamos al Empalme. Aquí nos revisaron los dotores gabachos.
Aquí si fueron más estritos: nos oyeron el resuello y las palpitaciones; aluego nos encueraron y nos
abrieron con las nachas pa' arriba que pa' contarnos las almorranas, aluego en el aparato de rayos
equis, donde salió que algunos taban tisis y ay van pa' atrás también. En el mesmo tren los
regresaron.
Ese era el año 42 que se inició la braciada. De meses atrás oyamos en el radio que los gringos
habían entrado en la guerra mundial, que era en Uropa, que pos todos se fueron a pelear y naiden
echaba una manita a los campos. Que los pocos que se quedaron andaban de chulos, de coscolinos,
214
Nuestros Días
entreteniendo en los bares a las mujeres de los que se fueron de melitares y consolando a las que ya
habían quedado viuditas. Los sábados por la tarde algunas güeras iban a nuestros campamentos y se
llevaban a los más fornidos y de no malos bigotes, que pa' soplarse unos güisques; pa' que aluego se
las soplaran a ellas. Otras güeras eran de paga, llegaban en trocas a los campamentos; mesmamente
arriba tapaban con unas sábanas y hacían compartimentos con sus camitas, y allí mero por cinco o
diez dólares, que recogía la madrota, según la muchacha, en cinco o diez minutos nos quitaban las
urgencias. Y ay va pa' arriba el que sigue en la fila. La guerra ya llevaba tiempo y no tenía pa' cuando.
Unos quedamos en California, otros en Texas y otros los mandaron a Arizona. Nos habían
contratado por cuatro meses, ésa era la temporada. Nos pagaban a dólar la hora, pero algunos se
deslomaban y sacaban hasta ochenta dólares por semana. Era un encanto ver los campos con unos
surcos bien anchos y bien largos hasta donde alcanzaba la vista. Aquí si había harta agua. Unos
campos se miraban blancos de tanto algodón. En otros había miles y miles de árboles de manzano.
Había nogales, naranjales, mucha cebolla y sandía, en huertos inmensos. La comida no la cobraban,
comíamos bien y dormíamos bien cansados en largos jacalones. Entre semana no había ninguna
entretención; los sábados unos compas y yo nos íbamos por un camino de nogales, cerquita se
devisaba la guardarraya y en unas tiendas comprábamos unas cervezas, seis cada quien, no más.
Algunas veces nos poníamos a cantar esa que dice: “que lejos estoy del pueblo donde he nacido”, y se nos
rodaban las de San Pedro.
Veinte veces entré a trabajar con los patrones gringos. Unas veces contratado, otras me metí
mojado. Como dice la canción: conozco todas las líneas, veredas, ríos y canales. Los gringos nos
trataban bien porque éramos buenos pal' jale, másime los oaxaquitas, duraban horas agachados en
los surcos, con sus caras brillosas como sudando petróleo, cuando nosotros ya no aguantábamos la
rabadilla. Solo Procopio no aguantó, porque no estaba acostumbrado a esa friega, casi siempre
metido en una ofecina, el presidente lo había colado en las listas. Lloraba cuando se espinaba al meter
los dedos para sacar los capullos del algodón. Ya muy desconsolado dijo que tiraba el arpa. “Mira
Proco, le decía un compa, cuántos capullos tiene esta mata”. “ Que tenga mil, yo me voy pa' mi
México”. Y ay va el ingrato camine y camine. “Pa' allá no es Proco, le grita un compa, por allá vas a
llegar a guasinton” . Se dio cuenta que iba al rumbo contrario y un poco apenado viene de regreso.
Como tres años después regresaron los soldados gringos porque la guerra por fin se acabó.
Cuando se dieron cuenta que los chulos se habían avanzado a sus esposas, hicieron grandes razias y
buenas chinguizas les pusieron. Siguieron de todos modos las braciadas, los güeros no le entraban
bien al campo, tampoco los negros que son re chambones y muy levantiscos. La braciada se terminó
hasta el año 64. A la mayor parte de los braceros nos fue bien, mandamos buen dinerito, cada dólar se
cambiaba por dos pesos de aquellos, algo se ayudó Romita, y horramos. Muchos compramos casas y
terrenitos. Yo compré una parcela y la casa que está un lado de la parroquia, me gustaba mucho
porque tenía un portalito. El dinero que los gringos nos rebajaban pa' pensión, lo mandaron al
gobierno mexicano, durante veinte años, nomás pa' que se lo carranciaran. El gobierno hizo buen
negocio con la braciada, cuántos no se hicieron ricos con el sudor de los probes, aluego hasta
215
Romita Historia y Destino
sacadólares. Ora ya viejitos los más de nosotros, ay tamos todavía de pendejos, esperando que nos
lo regresen. Como siempre, nomás nos han metido el dedo en la boca.
XV. 4.- El nuevo mapa urbano
Si usted hubiera propuesto hace 30 años, a un agricultor romitense comprarle su tierra, éste
lo hubiera tomado como un insulto. La tierra era casi sagrada para ellos. Ningún productor del
campo osaría vender sus parcelas, menos las pegadas al perímetro de la ciudad. La agricultura era
una actividad muy rentable. Qué más. Sin embargo, la gradual descapitalización del ramo y en
general la crisis del sector, puso a los propietarios en la tesitura de vender, con dolor en su corazón,
sus terrenos. ¿Sabe usted para qué? Para que se construyeran fraccionamientos habitacionales.
Éstos surgieron como plaga por todas partes. Crecieron sin orden ni concierto, al amparo de una
deficiente legislación en la materia. En 30 años ya suman 45, no todos legales. Surgieron los líderes
de las colonias. Unos con sincero deseo de asumir el derecho constitucional de dar a todos una
vivienda. Otros, verdaderos ganapanes que hicieron de la necesidad de la gente el instrumento de
sus rapacidades.
Autoridades complacientes, dejaron de aplicar la normatividad y cualquiera hizo lo que le
dictó su capricho con las áreas laborables. Se acabaron las áreas verdes. Ya no tenemos
comunidades vegetales o arbóreas, como hacea apenas unas décadas. Se nos enrarece el oxígeno,
porque las autoridads no han contado (hasta la presente administración), con programas de
reforestación, para combatir los gases perjudiciales de los vehículos automotores. También el
parque vehicular se ha triplicado, con la llegada de tantos “chocolates”. Hoy cualquiera organiza
una asociación civil con gente precarista, y ya está el fraccionamiento. Nos se plica la Ley Vera, para
castigar a quienes fraccionen sin los permisos correspondientes. La autoridad siempre se encuentra
ante hechos consumados. Se dejan casi siempre a la autoridad, los problemas de la infraestructura
urbana. Sería conveniente para evitar el sacrificio de más áreas laborables, que la autoridad,
suspendiera todo tipo de permisos para fraccionamientos de expansión horizontal. Al menos por
unos diez años. En virtud de que todos los fraccionamientos existentes, sin excepción, se
encuentran subocupados (unos con unas cuantas casitas). Porque muchos compraron a futuro,
viendo el crecimiento de la familia. O para cuando regresen los que andan allá. Otros lo han hecho
para especular con el suelo urbano y beneficiarse en su momento con la introducción, a cargo de la
autoridad, de los servicios de infraestructura municipal. Lo recomendable será que la autoridad
solo otorgue permisos para fraccionamientos de crecimiento vertical, condominios y edificios
multifamiliares que no sacrifican tanto espacio, como se ve en las ciudades grandes y modernas.
Pero claro, esto implica fuertes erogaciones que los vivales de las colonias no pueden realizar.
XV.5.- La crisis social
La onda expansiva de violencia que recorre el territorio nacional, por fortuna nuestra, no ha
llegado a Romita. Es una bendición de Dios. ¿Por cuánto tiempo nos cubrirá su manto protector?
Porque la paz social que tenemos en este momento, muestra signos de fragilidad que no deben
desdeñarse. Porque no vivimos en una isla, inmunes a tan terrible azote. Quizá nuestra cercanía
216
a la capital de Estado, con todo el resguardo que tiene, nos ha librado hasta ahora. Pero existen
elementos que nos advierten sobre la presencia de fracturas en el tejido social, que de no atenderse
podrían alcanzar dimensiones que la harían difícilmente gobernable. La crisis social va de la mano con
la crisis de la agricultura, que ha perdido su capacidad generadora de oferta de mano de obra. De ahí la
necesidad en que se han visto miles de nuestros paisanos de dejar a sus seres queridos para emigrar en
busca de mejores condiciones de vida. Nos alegra la llegada de las remesas, por la dinámica comercial,
de bienes y servicios que trae. Pero atrás están miles de familias separadas. Los paisanos emigrantes
las más de las veces sufren un proceso de transculturación que se traduce en cambios de hábitos, que
no se avienen con los tradicionales. Podría decirse que siempre ha sido así, pues el fenómeno
migratorio tiene bastante tiempo entre nosotros. Pero ahora los riesgos para los trabajadores y sus
familias son mayores. La crisis financiera mundial ha dibujado otro panorama. Sin trabajo allá y sin
trabajo aquí, se avizora un futuro incierto.
Así vemos a cientos de jóvenes que pululan por nuestras calles, con el ímpetu en la frente hecho
pedazos, que no dan a su tiempo un provecho personal o social. Los más de ellos no estudian ni
trabajan. Sin embargo en pocos años fundarán nuevas familias, con la consiguiente demanda de
vivienda, trabajo y salud. Reclamarán atención a sus mínimos satisfactores. Ciertamente Romita
cuenta con nuevas ofertas educativas. Pero no siempre existe mercado laboral para los egresados.
También vemos que no se trata sólo de un problema laboral, sino de justicia laboral, pues los bajos
salarios orillan a los titulados a buscar otros horizontes. A los jóvenes que no estudian ni trabajan, es
necesario darles atención, comprensión y solidaridad, para evitar elijan caminos desviados.
Romita debe buscar insertarse de plano en ese amplio concepto de desarrollo que significa ser
parte de la Zona Metropolitana de León. Vendrá en su auxilio la nueva carretera al Puerto Interior,
para canalizar hacia allá el excedente de su mano de obra. Pero habrá que estar muy atentos a
aprovechar las oportunidades de un desarrollo regional equilibrado. Hasta ahora no se ha pensado en
la creación de un parque industrial que atraiga las inversiones. Hasta ahora no se ha pavimentado el
tramo El Pochote-Santa Ana del Conde, que ayudaría al desarrollo de fraccionamientos habitacionales,
en esos espacios de tierras pobres. Y otros tantos planes bien direccionados a captar parte de lo que
otros ya tienen. Imaginación y mucha voluntad se requieren. Para que no veamos pasar el progreso de
Silao y León y nos quedemos como el patito feo.
XV. 6.- Los nuevos espacios educativos
Ciento treinta años tardaría Romita en contar con una escuela de educación media básica: la
Secundaria maestra Petra Ríos, establecida en la década de los sesenta. En ese entonces quien deseara
estudiar más allá de la primaria, hacer una carrera profesional, tenía que emigrar a las grandes
ciudades, para encontrar planteles con diversificación de estudios superiores. Con el consiguiente
sacrificio pecuniario para nuestras familias. Pasarían otros veinte años para que contara con una
telesecundaria. Tardaría menos para que llegara el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del
Estado de Guanajuato (Cecyteg), a su campus Romita. Casi al unísono llegarían los video-bachilleratos,
hace unos 15 años. El gran salto a la educación superior se nos había resistido, pero al fin está por
217
Romita Historia y Destino
llegar. Está cobrando forma el ofrecimiento del Lic. Juan Manuel Oliva Ramírez, gobernador del
Estado, para dotar a Romita de una Universidad Tecnológica. Bien sabemos del compromiso del
licenciado Oliva con la preparación de la juventud. Ya hemos visto cómo en éste gobierno, han
surgido institutos y universidades que adiestran a los jóvenes en la superación y por ende a la
conquista de una vida mejor. Bien sabemos que los tiempos actuales y del futuro próximo,
demandan de generaciones con preparación para competir en un mundo para el que no existen
fronteras: el de la ciencia y la tecnología. Pocas cosas tan acertadas como la creación de centros de
estudios en esos rubros. Porque esos son los campos del futuro que ya toca a nuestras puertas. Bien
saben nuestras autoridades que rezagarnos, significaría quedarnos anclados en el subdesarrollo.
El Nuevo Videobachillerato
Por gestiones realizadas ante el gobierno del Estado, hace 15 años se logró que Romita
tuviera un CECYTEG; de los primeros que hubo en la entidad. Presidía el Ayuntamiento el señor
Jesús Rocha Reyes. Sin edificio propio, el colegio ocupó provisionalmente las instalaciones de la
telesecundaria de la colonia Roma. Después ocupó otros espacios en la colonia Cuauhtémoc. De
acuerdo a su normatividad, el colegio debía contar con un Patronato. Tocó la honra a este escribidor
presidirlo. Le acompañaron en la tarea las doctoras Xóchitl Córdoba y Nieves Guadián; y los
señores contador Gilberto Blas Sánchez y el profesor Heladio Bonilla (Q.e.p.d.). Este Patronato
participaba en las sesiones de trabajo del Colegio Estatal, con el doctor Godínes a la cabeza y los
Patronatos de los otros municipios, pocos, que ya contaban con el suyo. Entonces se adquirió el
terreno en Chapingo, donde se inició la construcción magnífica que ahora admiramos. Debo
destacar el empeño de su primer director, el ingeniero Gilberto Méndez, en la consecución de este
propósito. Correspondió también a este escribidor elaborar las escrituras de propiedad, en su
carácter de Notario Público. Las carreras con que cuenta son: tecnología de alimentos,
electromecánica e informática.
218
Nuestros Días
Videobachillerato
219
XV.7.- Romita en la Zona Metropolitana de León
A mediados del año pasado el Licenciado Juan Manuel Oliva, gobernador del Estado, nos
anunció la incorporación de Romita a la Zona Metropolitana de León. La iniciativa ha venido
cobrando forma paulatinamente. Pero en estos días de febrero, ya se avanzó en su consolidación.
Este moderno concepto significa compartir las grandes urbes que son colindantes, los proyectos
regionales de crecimiento; significa que León, Purísima, San Francisco del Rincón, Silao y Romita,
en la asignación de recursos federales y estatales, deberán procurar el crecimiento armónico de las
partes, que el destino geográfico quizo unir. Porque en el futuro cercano las ciudades se habrán
aproximado tanto que compartirán problemas comunes. No debe haber municipios ricos y
municipios pobres. El desarrollo regional debe sustentarse en el equilibrio, la equidad y la apertura
de oportunidades para todos. Por eso importa a Romita la creación desde ahora, de su propio
Instituto Municipal de Planeación, que sea ciudadano, para que no se grave el presupuesto,
invitando a ciudadanos de buena voluntad preocupados por el destino de su muicipio, ingenieros,
arquitectos, economistas, sociólogos y urbanistas, para que aporten su valioso concurso.
Las ciudades connurbadas presentan similitud de problematicas compartidas. Que deben
atacarse en conjunto, con olvido de la jurisdicción administrativa o el celo político. Porque no son
islas: lo que beneficie o perjudique a una, indefectiblemente lo hará con la otra. Esta incorporación
de las partes, tendrá como base estratégica el desarrollo regional, de municipios integrados por una
adecuada articulación y coordinación, con visión de futuro. Se abre una amplia gama de
posiblidades que Romita no debe desaprovechar.
220
CAPÍTULO XVI
SUCESOS SINGULARES
221
Romita Historia y Destino
A mediados del siglo XIX, en plena guerra civil, la gente vio con mucho temor, que a la media
noche el cielo se había puesto de un rojo intenso. Las “Efemérides” del Archivo Histórico de León, lo
registran así: “Año 1859. 1º. de septiembre. Como a las 11 de la noche comenzó a observarse el
hermosísimo meteoro de la Aurora Boreal. La mayor parte de sus habitantes creyó que el mundo
tocaba a su fin. Se veía por las calles grupos de gente que imploraban el Auxilio Divino y al encontrarse
unos con otros, se tendían en cruz sobre el suelo y se pedían perdón, se abrazaban y así continuaban
llenos de pánico. En vano las personas sensatas trataban de persuadir a algunos; porque estos los
trataban como herejes, hombres que no temían a la justicia de Dios. Al amanecer el día 2 casi había
desaparecido este meteoro.”
El presbítero Marmolejo, en su obra en comento, hace una alusión muy escueta sobre este
singular suceso: “1859. 1o. de Septiembre. A la media noche de este día, se deja ver una magnífica y
brillante aurora boreal.” Lo cierto es que la tal aurora tomó desprevenida a la gente de Romita. Sin
radio, periódicos ni la caja idiota (televisión), ni siquiera un maldito aparato de sonido, la gente se vio
invadida por el pánico. .
XVI. 3.- Lo que nos trajo el cometa
Dicen que mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes. Algo parecido vivieron los
romitenses, porque el año de 1910 iniciaba bajo siniestros augurios. En los primeros días del año, por
la noche, la gente observó en el cielo una bola de sangre de gran tamaño, con una cola larga y brillante.
Visible por el lado poniente. Era el cometa Halley que cíclicamente pasa a saludar a los planetas del
sistema solar. Eso usted y yo lo sabemos. Pero aquella buena gente campesina, casi toda analfabeta,
nada sabía ni de cíclicas ni de planetas. Les sobrecogió el pánico porque el cometa era rojo. Habitaba
en el imaginario común la creencia que ese color anunciaba guerras, enfermedad y muerte. Era grande
y su luz tan intensa que se filtraba por la ventanuchas al interior de aquellos jacales, iluminados
apenas con velitas de sebo.
Muy grande, era tan grande que algunos agricultores pudientes de Romita, acarrearon con
bienes y familias a Silao. En la vecina población habría mas seguridad; ahí estaba la estación del
ferrocarril, para rápido traslado, adonde no les alcanzara la desgracia. El cometa vino a fortalecer
las voces soterradas que anunciaban una inminente revolución, muy mala decían, al desatarse la
furia reprimida de las clases trabajadoras. Tres semanas duró aquella inquietante visita. Pero
cumplió su promesa: antes de que terminara el año, una turbulencia demoledora caía sobre la
nación, cobraría un millón de vidas y como aquel, traería una cauda de desolación, hambruna y
epidemias. El cometa tuvo palabra de honor.
XVI. 4.- Corona de Estrellas
No quedó guardada en algún documento (al menos no lo conocemos), la fecha en que la
Virgen fue coronada por primera vez. En el imaginario romitense había la versión de que un
soldado carrancista, en tiempos de la bola, trató de robar aquella corona, fabricada en oro y ornada
de pedrería preciosa. Que el soldado sacrílego cayó muerto al pie del altar, con la corona en la mano.
222
Sucesos Singulares
Y que luego otro soldado, dejando abandonado el cadáver de su compañero, tomó la corona y puso
pies en polvorosa. La imaginación de usted, amigo lector, da para más. Yo aquí digo lo que dicen.
Los romitenses del siglo pasado siempre hablaban de la coronación de la Virgen y del suceso
que más se les quedó grabado: la lluvia de estrellas que la precedió. Nadie recordaba que ésta era la
segunda coronación. No se buscó reponer la corona sino hasta 1942, cuando a principios de ese año,
el cura Diego Santos, convocó a junta de fieles para formar el Comité, con el fin de recabar fondos y
elaborar proyectos y presupuestos.
Casa por casa fueron recogiendo el dinero. Creció el número de miembros del Comité,
incorporando a familias pudientes de la localidad, en vista de la magnitud de la empresa. Cabe
recordar que en esos días vecinos y mayordomos del Cuartel Quinto, se propusieron comprar ellos
solos la corona. Se afirma que sí la compraron, pero el cura Diego Santos les dijo que la idea era
adquirir ese ornamento pero con más oro, plata y pedrería. Que la coronación no podía hacerse así
como así, como querían aquellos mayordomos, pues se requería de licencia del Vaticano y de la
presencia del señor Obispo. La corona del Cuartel Quinto estuvo mucho tiempo a los pies de la
Virgen. Después, quién sabe que se haría.
El Sr. Obispo de la Diócesis de León, Don Emeterio Valverde y Téllez, solicitó permiso para
una nueva coronación. Tal fue concedido por Su Santidad el Papa Pío XII y la segunda coronación se
celebró de manera fastuosa el día 12 de octubre de 1946. La ceremonia fue presidida por el entonces
Arzobispo de Guadalajara, Don José Garibi y Rivera (posteriormente, en 1958, fue consagrado
primer Cardenal mexicano). También hubo matrimonios colectivos. A instancias del señor cura, se
unieron por la ley de Dios quienes permanecían en concubinato o unidos sólo por la ley civil
Pero dejemos el relato a Don Pedro Martínez, ya conocido por nosotros, ¿el de las
pastorelas? si, el mismo, quien por esos días sentía la emoción revoloteándole en las tripas, ante
tan magno suceso: “Regresé precisamente la víspera de la coronación de la Virgen, el 11 de Octubre de 1946.
Ese día supimos lo que era el poder de Dios, ante la coronación de su Madrecita: la lluvia de estrellas. Nunca
se vio un espectáculo tan maravilloso, algo grandioso llegado del cielo, el mejor regalo para que la Virgen
hicierasuentradaalamansióndivina.
A la media noche las estrellas (meteoritos), cruzaban el cielo, de un lado a otro, muy bajitas y
brillantes, iban a caer a lo lejos, hasta abajo, donde se apagaban. Miedo y alegría ante aquella visión; estoy
seguro muchos hubieran muerto, deshilachado su corazón, de no saber que era un anuncio de
bienaventuranza, de Dios para su Madre, y que nos tocó a todos nosotros. Ya no recuerdo cuánto duró, pero no
menos de dos horas en que las estrellas tejieron incesantes la alfombra del cielo. Rezábamos y nos
consolábamosenaquellavísperadelacoronación”.
“Al siguiente día toda la gente de los ranchos, sin que se quedara ninguno, se derramó sobre Romita. Ya
desde temprano fueron llegando, en camión los ranchos que tenían corrida, en caballos, carros de mulas,
burros, o a huarachazo limpio. De unos ranchos llegaron los coros, de otros las bandas de música y las danzas,
de aquí los toritos. Para cuando llegó el señor Obispo, por la tarde, todo el atrio, muy arreglado desde días
223
Romita Historia y Destino
antes, estaba a reventar. Presentes la Tercera Orden, las Hijas de María, los jóvenes de la Acción Católica, la
AdoraciónNocturna,todaslascofradías.
Al santo señor se le recibió haciendo vallas desde la entrada del pueblo, con repique de campanas,
muchas flores y cohetones; nunca se había visto la parroquia tan iluminada en su interior, muy limpios y con
flores y velas los nichos de los santos. El altar mayor muy adornado. Muy limpias y con flores las capillas de
San Isidro y el Sagrado Corazón de Jesús. Nunca vimos el templo tan adornado, hasta fuera llegaba el perfume
de tantas flores e incienso. ” Lo costoso de la corona y la ceremonia de coronación originó cuantiosos gastos; y
aunque el señor cura pasaba la charola a las familias pudientes de la localidad, quedó temblando el
presupuestodeltemplo”.
224
CAPÍTULO XVII
PERSONAS NOTABLES
Un presidente en el olvido
Liceaga es un patriota prominente de la guerra de la Independencia Mexicana. Pocos como
el sostuvieron heroicamente la causa de la libertad de los nacidos en esta tierra. Como militar y
político, su participación fue relevante en la gesta libertaria. Siendo su nombre muy conocido, la
generalidad de los romitenses ignora sus hechos. El Congreso de Chilpancingo lo nombró Capitán
General de la Nación y fue también designado cabeza del Poder Ejecutivo y como tal fue el primer
presidente de la naciente Nación.
225
Romita Historia y Destino
En efecto, los autores de esa obra monumental que es “México a través de los Siglos”, califican
al joven Liceaga como “uno de los militares más valientes que tuvo la guerra de Independencia.”
Liceaga fue uno de los pocos militares de carrera que abrazó el partido de la Insurgencia y permaneció
fiel a la causa hasta su muerte. Liceaga es además uno de los pocos jefes revolucionarios que tuvo una
participación constante en los órganos del gobierno independiente, empezando por la Junta de
Zitácuaro, el Congreso de Chilpancingo, la Constitución de Apatzingán y la Junta Subalterna de Taretan. Fue
nombrado presidente del Poder Ejecutivo de la Nación, teniendo como secretario al gran Morelos.
Pero Liceaga es poco apreciado en su justo valer. Los historiadores clásicos de la etapa histórica, nos lo
presentan como un personaje oscuro e insignificante, algo que está muy alejado de la realidad. Sus
grandes esfuerzos por la causa libertaria de los mexicanos, en lo político y lo militar, lo hacen acreedor
al bien de la Patria. No lo condenemos al olvido.
Losorígenes.InfanciayJuventud
José María Liceaga pertenecía a una antigua y distinguida familia de lo que podríamos llamar
clase alta minero-rural de Guanajuato. Como otras familias dedicadas al ramo, poseían también
haciendas para producir los alimentos que demandaba una población creciente de trabajadores en las
minas. Los Liceaga eran propietarios, entre otras, de la hacienda de San Juan de Gavia, vecina de la
hacienda de La Laja. En ésta se empezaba a formar un conglomerado que a los pocos años sería el
pueblo de Romita.
Nuestro héroe había nacido en la Ciudad de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato, el 26 de
febrero de 1872 y fue bautizado con el nombre de José María Nestorio. Siendo sus padres Don
Manuel Liceaga y Doña María Josefa Reyna. Tras la muerte de su padre, ocurrida a principios de 1787,
Doña María Josefa casó con el rico peninsular Juan Francisco de Villamor, oriundo de Burgos, España,
dueño de la hacienda de San Juan de Gavia. Dueño también de otras fincas agrícolas en la jurisdicción
de León.
A los dos días de nacido, su padrino lo llevó a bautizar, según consta de la partida
correspondiente: “En la santa iglesia parroquial de esta ciudad de Guanajuato a 28 de febrero de 1782,
el señor bachiller don Manuel Medrano, con mi licencia, bautizó solemnemente, puso óleo, crisma y
por nombre José María Nestorio, a un infante español de dos días, hijo de padres no conocidos; fue su
padrino don Pedro Gil de Taboada, a quien amonesté su obligación y parentesco, y porque conste lo
firmé.” El firmante era el cura Juan José Bonilla, quien sabiendo quienes eran los padres del infante,
escribió al calce: “El contenido en esta partida es hijo de don Manuel Liceaga y de doña Josefa Reyna,
legitimado por matrimonio contraído sucesivamente.”
Afirma el historiador michoacano Moisés Guzmán Pérez, en su obra José María Liceaga.
Militar y político insurgente. 1782-1818, que el que los padres de José María no lo hayan llevado
personalmente a bautizar, no fue lo que hizo que el bachiller Medano lo registrara en el libro como
hijo de padres no conocidos, pero el cura Bonilla que sabía bien quienes eran los cónyuges, tuvo el
cuidado de agregar la nota transcrita.
226
Personas Notables
Cuando nació José María, gobernaba la provincia de Guanajuato el intendente Don José
Antonio de Riaño, empezó a gobernar en enero de 1792, y destacó plenamente como administrador
capaz, de lo mejor que tuvo la colonia española; abolió los impuestos que debían pagar los
trabajadores, como carga impuesta por los gremios; llevó a cabo mejoras para la ciudad como la
construcción de varios edificios públicos, entre otros el que quedaría marcado por la historia: la
Alhóndiga de Granaditas. Eran los tiempos del despotismo ilustrado de Carlos III, de España, que
postulaba “el poder para los ricos y disciplina para las masas”; tiempos del virrey Croix, aquel que
proclamó: “Sepan los súbditos del monarca que gobierna España, que nacieron para callar y obedecer y no
para inmiscuirse en los altos asuntos del gobierno.” Es la época y circunstancia histórica que le tocó
vivir a José María. Su familia era preponderante, de la clase alta minero-rural, de la rica ciudad y
provincia de Guanajuato. Don Tomás de Liceaga estaba casado con Doña Gertrudis de Busto y
Moya, hermana de Doña Teresa Josefa, la ilustre benefactora de la institución educativa que con el
tiempo sería la Universidad de Guanajuato. La familia Liceaga formaba parte de la élite de la ciudad.
Afirma el investigador David A. Brading, en su obra Mineros y Comerciantes de Guanajuato en el
México Borbónico, que tres varones fueron el fruto de aquella unión: Tomás, Ramón Guillermo y
Manuel Esteban. Al morir Tomás, Ramón Guillermo tomó para sí el cargo de aquel: diputado
general del Tribunal de Minería; casó con Doña Catalina de Espinosa y fruto de ese compromiso fue
el hijo José María, el historiador (primo del otro José María el Insurgente, de quien nos ocupamos
en estas páginas), que publicara en 1868 las Adiciones y Rectificaciones a la Historia de México que
escribióDonLucasAlamán, y murió en Guanajuato en 1870.
José María y sus hermanos quedaron huérfanos de padre en 1787; lo cual complicó la vida de
la familia. “María Josefa viuda y desamparada, salvó su hogar y su familia casándose con el rico peninsular
Juan Francisco de Villamor, ex administrador de los bienes de la sucesión de don Bernardino de Austri y
Obregón y futuro dueño de la hacienda de San Juan de Gavia. Villamor era natural del Burgos, España, se
estableció en el comercio de Guanajuato y además, se hizo propietario de algunas fincas agrícolas ubicadas
enlajurisdiccióndelavilladeLeón.” Seguimos en esto al referido autor Moisés Guzmán Pérez.
Luego la infancia de José María, transcurrió en la minera ciudad, que vivía momentos de
esplendor, supo quizá de la llegada en 1792, del intendente Riaño; de seguro vio la demolición de
veinte casas que dejarían su espacio para que se levantara en 1798, la Alhóndiga de Granaditas,
emblema de Guanajuato y las luchas libertarias de los mexicanos. La expulsión de los jesuitas de
todos los reinos del monarca Carlos III, en 1767, despojó a la ciudad de buenas perspectivas de
227
Romita Historia y Destino
educación. El Real Colegio de la Purísima Concepción empezó a funcionar hasta 1798, José María se
vio privado de asistir a estos establecimientos para aprender gramática y filosofía. No había en la
provincia instituto literario, por lo que nuestro Héroe pasó muy joven a ocuparse de una hacienda de
labor y campo nombrada San Juan de Gavia, propiedad de su familia. Esta hacienda en ese tiempo
estaba registrada en el departamento de León, nos afirma al autor Brading. El interés de José María
estaba no en las letras sino en los negocios y en la carrera de las armas.
Esta última era una carrera de prestigio. Un antecesor suyo, su abuelo José de Liceaga, había
sido capitán de infantería en Guanajuato. Su tío don Tomás de Liceaga fue teniente coronel en la
Legión del Príncipe. José María puso sus anhelos en la milicia y en ello la persistencia por alcanzar y
ejercer un grado militar, más al observar como se estaba militarizando el virreinato. Aquel joven noble
y saludable ingresó a los 21 años, en 1799, al regimiento de infantería de México. Su hoja de servicios
tenía la siguiente anotación: “...valor se le considera, aplicación la demuestra, capacidad regular, conducta
buena,estadosoltero...tienedisposición y aplicaciónquedaesperanzas.”
Nunca han quedado claros los motivos que llevaron a José María a abandonar la milicia. El
Historiador Enrique Olavarría y Ferrari, citado por Moisés Guzmán Pérez, sostiene que sus aventuras
galantes le dieron una merecida reputación de valiente y atrevido, creándole poderosas enemistades
que le obligaron a dejar el regimiento de dragones de México. Lo cierto es que José María regresó a
Guanajuato y su tutor y padrastro, el señor Villamor, le dio poder especial para que arreglara todos los
pleitos, a causas de sus negocios. El señor Villamor murió en 1809. Sus bienes pasaron a manos de su
viuda Doña María Josefa, pero en su testamento “lega graciosamente 2000 pesos a su hijo político José
María Liceaga, en compensación por el crecido trabajo que ha tenido en su asistencia.” La hacienda de
San Juan de Gavia contaba con 121 caballerías de tierra y había sido valuada en 1807, en 50.000 pesos,
menos 10.000 que tenía de cargos. José María tuvo un buen desempeño en la finca. Su madre María
Josefa, por su condición de mujer, no podía tratar personalmente sus negocios, otorgó a José María
poder con amplias facultades.
Liceaga en la Conjura
Silenciosamente navegaban por tierras del Bajío, los vientos de la conspiración. Don Ignacio
Allende afirmó que José María estaba al tanto y era de los conjurados, junto con Joaquín Arias, que lo
era en Celaya. José María viajaba con frecuencia a Valle de Santiago y a la congregación de Dolores,
“para hacer el cobro de los diezmos de esos lugares, por haberlos arrendado a la iglesia catedral de Valladolid.”
Posiblemente por ese tiempo entró en contacto con el cura Hidalgo, cuando pasaba a visitar a su colega
Mariano Abasolo y al mismo Allende. El señor Hidalgo, al tiempo de la toma de Granaditas trataba
familiarmente a José María. Cuando el cura otorgó grados militares, Liceaga bromeó con el Caudillo,
pidiéndole un buen puesto dentro del ejército. Hidalgo lo nombró capitán, pero aquel le dijo que en
Guanajuato no había quien supiera hacer las charreteras, distintivo de aquel empleo, por lo que debía
hacerlo teniente coronel, porque era más fácil encontrar saloneros para ponerse en la manga, que eran
la divisa de este grado. El señor Hidalgo aceptó sonriendo y José María, después de la victoria de la
Alhóndiga, ya era teniente coronel.
228
Personas Notables
Con ese grado siguió a las huestes victoriosas de Hidalgo y Allende. Pero retrocedamos un
poco al inicio de nuestra gesta libertaria. La noche del 15 de septiembre de 1810, los conjurados
Hidalgo, Allende, Aldama y otros, reunidos en la casa cural, al saber descubierta la conspiración,
resolvieron lanzarse a la lucha, porque "señores, no queda otro camino que ir a coger gachupines", dijo
finalmente Hidalgo; y salieron a apresar a los funcionarios y comerciantes españoles del pueblo;
viendo Hidalgo a la gente concentrada a las afueras de la parroquia en espera de la misa, los exhortó a
iniciar la lucha por la libertad y la independencia de la patria, terminó su arenga diciendo: "¡Viva la
independencia! ¡Viva la América! ¡Muera el mal gobierno!" Palabras que los mexicanos llevamos en lo
profundo de nuestros corazones porque nos dieron Patria y Libertad.
Unos cuanto soldados al mando de Allende, muchos rancheros a caballo portaban lanzas y
machetes; y miles de indígenas harapientos y descalzos armados con garrotes, hondas, arcos y
flechas y piedras, formaron la columna que marchó de Dolores a Atotonilco, donde el cura recibió el
estandarte de la Virgen de Guadalupe. Luego tomaron San Miguel el Grande, Celaya, Salamanca,
Irapuato y Silao (los nacidos en la hacienda de La Laja, hoy Romita, pertenecían a Silao), prepararon
la toma de Guanajuato, cuya defensa estaba concentrada en el depósito de granos y víveres que era
la recién estrenada Alhóndiga de Granaditas. El día 28 del mismo mes se dio el sangriento combate
que terminó con la muerte del Intendente Riaño, una matanza cruel y un saqueo de varias casas y
comercios de españoles, que concentraban los 300 años de odio, esclavitud y vejaciones a los
nacidos en esta tierra. Terminaba una era de despojos.
LiceagaconelPadreHidalgo
Precisamente en Guanajuato se incorpora el joven José María a las fuerzas de Hidalgo;
como dijimos, ya eran conocidos, desde que aquel iba a Dolores a recaudar los productos del
diezmo. Es probable que gracias a la amistad que ya existía entre José María y Don Miguel, la
familia Liceaga no haya sido molestada por los rebeldes durante el saqueo de la ciudad. Ante los
sucesos, las familias criollas se dividieron, siendo este el caso de la familia Liceaga, pues mientras
que José María ayudado por su hermano Ignacio, se unió a la rebelión, Mariano murió luchando por
la Corona y Juan se convirtió en general realista. Los dos que pudieron ver consumada la
Independencia, Ignacio y Juan, se enfrascaron en un litigio por la propiedad de la hacienda de San
Juan de Gavia. En Guanajuato se crearon dos regimientos para la custodia de la plaza, uno de los
cuales estuvo al mando del joven José María.
La revolución continuaba su marcha arrolladora hacia Valladolid (hoy Morelia), al pasar por
Acámbaro Hidalgo fue designado Generalísimo, pero el Obispo michoacano Abad y Queipo lo
excomulgó, antes de abandonar la Diócesis. Sin embargo, Don Mariano Escandón y Llera, conde de
Sierra Gorda, su sucesor, levantó la excomunión y las tropas insurgentes con Hidalgo y allende a la
cabeza, entraron pacíficamente a Valladolid. En Indaparapeo el cura José María Morelos se
presentó ante Hidalgo y este le encomendó “insurreccionar en las tierras calientes del sud.”
Después vinieron el triunfo del monte de Las Cruces y la dolorosa derrota de Aculco, donde las
tropas amorfas revolucionarias, fueron aplastadas por un ejército realista bien armado y bien
disciplinado.
229
Romita Historia y Destino
A causa de esta derrota los jefes rebeldes se dividieron; Allende partió a la defensa de la
ciudad de Guanajuato, con la mayor parte de las tropas y oficialidad, entre ellos Liceaga, mientra
Hidalgo se trasladaba a Valladolid, para continuar hasta Guadalajara para entrevistarse con Don
José Antonio "El Amo" Torres, ranchero de San Pedro Piedra Gorda (hoy Manuel Doblado), quien
en sorpresiva y fulminante campaña se había adueñado de una inmensa comarca que comprendía
todo el occidente de México.
Don Alejandro Villaseñor, historiador, autor de las “Biografías de los Héroes y Caudillos de la
Independencia, al tratar la correspondiente a Don José María Liceaga, aclara que siendo su nombre
muy conocido por haber figurado mucho durante la Guerra de Independencia, sus hechos son poco
conocidos. Dice que pertenecía a una antigua y distinguida familia de la provincia de Guanajuato,
perfectamente relacionada y poseía varias propiedades en esa ciudad y una finca de campo llamada
hacienda de La Laja (el historiador se refiere a La Gavia), entre los pueblos de Silao y de León. Que
Liceaga estuvo en las funciones de armas de Las Cruces y Aculco, retirándose después de ésta a
Guanajuato, de donde tuvo que salir cuando Calleja atacó aquella plaza. Pasó a Zacatecas y
Guadalajara con Allende, y se halló presente en la debacle del Puente de Calderón. No se mencionaba
mucho por su calidad de subalterno. Sin embargo, la confianza que los primeros jefes llegaron a tener
en él, se demuestra con el hecho de que en Saltillo fue declarado adjunto de Rayón en el mando del
ejército, cuando se decidió que éste siguiese la revolución en el interior. Durante la retirada hasta
Zacatecas, se limitó a ir a las órdenes de aquel jefe; en el ataque a esta ciudad fue rechazado por los
realistas con la partida que estaba bajo sus órdenes y por poco mueren Liceaga y Francisco Rayón.
Liceaga e Ignacio Rayón enviaron a Don Félix Calleja, jefe de los ejércitos realistas, un
manifiesto por conducto del padre Gotor, haciéndole saber su misión y los fines de la revolución,
manifiesto que no fue contestado. En una hazaña que no registra paralelo en aquellas luchas, un
puñado de insurrectos casi sin armas y sin víveres, atravesando el desierto, rodeados de enemigos muy
superiores, en singular hazaña digna de héroes troyanos, tomó Zacatecas, para continuar su marcha
hasta la provincia de Michoacán. Abundaban aquí los grupos de rebeldes, simpatizantes de la causa
libertaria. Rayón y Liceaga deseaban ser reconocidos como superiores a ellos, pues así habían sido
designados por el cura Hidalgo. También operaba en estas tierras el Sr. Cura Morelos, con triunfos
sorprendentes.
230
Personas Notables
un acta con el teniente general Don José María Liceaga. “La convicción que alentaba este ilustre caudillo
de que una junta por él dirigida fuese el mejor centro de la revolución, determinóle, pues, a constituirla, como
algunos meses antes los primeros héroes de la independencia le nombraron sucesor, dándole el mando de los
ejércitos y confiándole los últimos elementos de resistencia que poseían aún, y con ellos los riesgos y las
responsabilidadesdetanosadaempresa".
Se constituyó la Suprema Junta Nacional Americana, también conocida como la Junta de
Zitácuaro, órgano de gobierno donde por primera vez se vería representada la soberanía nacional.
Quedó Rayón como presidente y Liceaga y el doctor y teólogo Don Sixto Verduzco, cura de Tuzantla
recién incorporado a la contienda, como vocales. Liceaga se había revelado excelente político, más
que estratega militar. El virrey Venegas puso el precio de 10 mil pesos por la captura del joven
Liceaga, vivo o muerto o de cualquiera de los miembros de la Junta. Dato que nos muestra la
importancia que había adquirido y se corrobora por las persecuciones que en él se cebaban. Los
realistas tenían sumo interés en aprehenderle e Iturbide hace constar en su Correspondencia y Diario
Militar, la tenacidad que ponía en perseguirlo.
Como miembro de la Junta, Liceaga mantuvo una actividad fecunda en medio de tantas
estrecheces, acosados siempre por el enemigo realista. Pidió al señor Don Bernardo Miramón la
elaboración de un estudio detallado sobre reforma fiscal; procedió a la fabricación de moneda de
cuño mexicano; la conservación y fomento de las fincas agrícolas. La Junta dictó instrucciones para
una explotación racional de los recursos del país; planes de tributación adecuados a las fuentes de
ingresos nacionales; rentas, alcabalas, protección de indígenas, reformas a la administración,
operaciones de guerra, la administración de justicia (tribunal de justicia ordinaria, especial y
privativa); jurisdicción contenciosa, civil y criminal. Recordemos que Rayón era abogado y había
litigado en la ciudad de México), todo lo contempló y trabajó la Junta. Liceaga era el más activo.
Tampoco se dormía el jefe realista Calleja; atacó esta población el 2 de enero de 1812 y la
Junta inició un largo peregrinar. Liceaga unido con Verduzco hostilizaron a Rayón por haberse
declarado presidente perpetuo. A cambio Rayón hacía recaer sobre la Junta medidas odiosas que
dictaba, como los fusilamientos de españoles, que aunque ordenados por Rayón, fueron
autorizados con la firma de Liceaga. Los miembros de la Junta ya no caminaban unidos; se resolvió
su separación. Liceaga se dirigió a Guanajuato ya con el titulo de general de las Provincias del Norte
(del norte de Michoacán). Nombró como su segundo al Dr. José María Cos. Ya en Guanajuato
Liceaga visitó su hacienda, quizá para allegarse recursos humanos y pecuniarios. Sin embargo los
jefes rebeldes de la provincia se negaban a reconocer su autoridad, entre ellos el famoso Albino
García. Como militar la fortuna se le mostraba esquiva: fue atacado y derrotado por el realista
Agustín de Iturbide en Valle de Santiago, y otro realista, García Conde, le acosó hasta que aquel se
refugió un unas islas de la laguna de Yuririapúndaro (Yuriria), que desde entonces llevaron su
nombre.
LasislasLiceaga
Son dos islotes próximos entre sí que Liceaga unió con una calzada de tres varas de ancho y a
los que rodeó con una cerca de piedra de dos varas de alto, con varas y estocadas de espinos,
231
Romita Historia y Destino
232
Personas Notables
LiceagaPresidente
Por fin llegaron los patriotas legisladores al pueblo de Apatzingán, apartado rincón de la
tierra caliente michoacana; el 19 de octubre de 1814, en la plaza de armas, se juró la primera
constitución americana, con encendidos discursos y sermones, con salvas y vivas. Era el Decreto
Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, y así se dio a conocer a los ojos del mundo. De
los seis patriotas que habían formado parte de la Junta de Zitácuaro, solo dos, Liceaga y Berduzco,
firmaron todas las actas fundacionales de la Nación, incluyendo el Decreto dicho. Ahí quedó
establecida la división de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial y se pasó a la composición de estos
órganos. El ejecutivo quedó integrado por un triunvirato: José María Liceaga, José María Morelos y
José María Cos. Ocupado el cura Morelos en las actividades de la guerra, Liceaga estuvo a cargo del
Supremo Gobierno hasta marzo de 1815, en que Morelos lo sustituyó en el puesto. En los primeros
días de mayo Agustín de Iturbide y Pedro celestino Negrete, acosaban a los insurgentes, por lo que
el Congreso y el Gobierno debieron huir de manera precipitada. Por fin, en los primeros días de
junio, los tres Supremos Poderes actuaron simultáneamente en Puruarán. Se emitieron varios
decretos y se nombró embajador ante los Estados Unidos al señor Don José Manuel González
Santos.
Aquella Corporación sufrió indecibles persecuciones por órdenes del virrey Venegas. De
Apatzingán a Uruapan, de allí a Ario, donde los diputados se dispersaron. Sobreviviría la Junta de
Jaujilla. Liceaga volvió a su hacienda de la Gavia donde vivía escondido pues los realistas lo
perseguían sin descanso. Pero volvería a tomar las armas en apoyo a esta Junta, no le importó que su
madre lo hubiera desheredado a él y a su hermano Ignacio por continuar al lado de la insurgencia.
ConelvalienteXavierMina
Huyendo por los montes o escondido en su hacienda, pasaba los meses, hasta que llegó al
Bajío el valiente navarro Xavier Mina, a quien pronto se unió, al saber que había llegado al fuerte del
Sombrero para entrevistarse con el mariscal de campo Don Pedro Moreno. Liceaga reconoció como
jefe al joven militar español y fue uno de sus más estimables colaboradores; lo auxilió y acompañó
hasta la fatídica noche en que cayeron sobre ellos los realistas, en el rancho del Venadito, municipio
de León. Liceaga aconsejaba a Mina salir de ese lugar, que no ofrecía seguridad dada la cercanía de
las tropas del Rey. Vencido por el cansancio Mina se entregó al descanso. Liceaga permaneció en el
rancho por amor propio, pero conocedor de las tretas del enemigo, no desensilló su caballo, medida
que le salvó la vida en rápida huida. En la madrugada del 27 de octubre de 1917 se presentó Orrantia
y apresó a Mina, dando paso a una espantosa carnicería en la que murió el pundonoroso patriota
Don Pedro Moreno.
233
Romita Historia y Destino
MuertedelHéroe
Seguimos a continuación al autor Moisés Guzmán Pérez, en su obra ya citada: "Desde que fue
aprehendido Mina, Liceaga se alejó por unos meses de toda actividad política y se refugió por un tiempo en la
hacienda de La Laja. A finales de 1818 el jefe independiente Miguel Borja llegó a la hacienda de La Gavia,
perteneciente a la familia Liceaga, y con una corta guarnición se dedicó a tomar todos los bastimentos posibles
para alimentar a sus hombres, causando en la finca notables deterioros. Enterado José María de lo que pasaba
se dirigió presuroso a La Gavia para ver los males que en ella se habían hecho, tratar de reparar los daños y dar
un castigo ejemplar a los culpables. El comandante Borja temía que Liceaga pudiera encontrarlo en La Gavia,
pues qué podía hacer ante una persona que le era superior en graduación; y además, ¿Qué cuentas iba a
entregarle al hombre que le había favorecido en momentos difíciles, prestándole 1000 pesos para continuar en
la brega? Borja buscó la manera de que Liceaga retardara su llegada a La Gavia mientras él se alejaba de ella;
el 27 de diciembre mandó a uno de su partida, llamado Juan Ríos, con instrucciones de apaciguar el enojo del
guanajuatense contándole de manera menos alarmante lo acontecido en la hacienda, pero Liceaga >que
marchaba iracundo, se exaltó aún más al ver a los que pertenecían a la partida que había causado los daños en
la finca de campo de su familia, y los amenazó con que serían severamente castigados todos los que habían
tomado participio en el hecho. Juan Ríos, que era hombre de perversos sentimientos, tomando una actitud
amenazadora, viendo que Liceaga iba solo y desarmado, le mandó que le siguiese. En el rostro del que así se
atrevía a mandarle y en de los que le acompañaban notó Liceaga algo siniestro, y arrimando de repente las
espuelas al brioso caballo que montaba, quiso ponerse en salvo emprendiendo la fuga. Juan Ríos mandó
entonceshacerfuegosobreélyLiceagacayómuerto,atravesadoporunabala>.
Así murió el militar y político guanajuatense José María Liceaga aquel día 27 de diciembre de 1818.
Esclarecido patriota que prestó eminentísimos servicios a la causa de la Independencia, unas veces legislando
como miembro de los distintos órganos de gobierno insurgente y otras combatiendo a los realistas en los campos
de batalla". Al morir tenía el patriota 36 años. Su esposa fue entonces llevada a Silao, en calidad de
prisionera, por el comandante realista Pedro Ruiz de Otaño, y el fisco se apoderó de la hacienda de La
Laja.
LaopinióndeAlamán
“Túvose entendido, dice Don Lucas Alamán en su obra: Historia de México. Desde los primeros
movimientos que prepararon su independencia en el año de 1808 hasta la época presente, que Ríos procedió a
cometer ese asesinato por orden de Borja, quien pocos días antes había pedido mil pesos a Liceaga, que se los
habíafranqueado.”
QuédiceelhistoriadorBustamante
Sin embargo, el historiador y compañero de luchas de aquellos insurgentes y testigo de sus
hechos y quien conoció de cerca a Liceaga, Don Carlos María de Bustamante, asevera en su obra:
“Cuadro Histórico de la Guerra de Independencia”, que: "Tamaña maldad se ha querido cohonestar con que se
ejecutó por orden de Borja; pero este jefe ha dado en diversas ocasiones pruebas de mansedumbre y buen
comportamiento, por lo que no me parece justo atribuirle tan infame asesinato; lo más probable es que se ejecutó
porque temieron sus autores que se quejase Liceaga de una gran robo de bueyes que le habían hecho en su
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Personas Notables
hacienda.” “Tal suerte cupo a Don José María Liceaga, sujeto en quien reconocerá Guanajuato un ornamento
de su gloria, y la nación agradecida a un eficacísimo defensor de sus derechos, un jefe activo y amante del orden;
dirélo en dos palabras, un benemérito hombre de bien. Liceaga era joven, rubio, bien agestado, de más que
regular estatura, faustoso en su comportamiento exterior que parecía soberbio. Su carácter era recto e
inflexible, su voz aguda y penetrante. Si a sus bellas circunstancias hubiera unido la amabilidad habría
trabajado con doble fruto; pero este americano debió haber nacido en la edad de Catón, en que la inflexibilidad
eraeldistintivodelasalmasgrandesylamarcadelospatriotasestoicos."
“Educado con opulencia en Guanajuato y formado en sus primeros años de juventud en un cuerpo de
dragones veteranos del ejército del rey, aprendió a amar el orden y la disciplina, y jamás se separó de estos
principios.UnidoalgeneralRayón desdequeéstehizosugloriosaretiradadelSaltillo,Liceagafueunodelos
primeros oficiales que se distinguieron en la memorable acción de Piñones; por esto y su buena conducta fue
nombrado por los departamentos militares, reunidos en la villa de Zitácuaro el 22 de agosto de 1811,
individuo de la primera Junta Soberana creada allí, a la que debió la revolucián su ser, y con cuyas
providencias se dio tono y orden a una conmoción que sin ellos hubiera terminado casi al nacer, y mostró un
carácter de actividad y energía de todo punto necesario para llevar adelante tamaña empresa. Decretada la
separación de la Junta y señalado a Liceaga el departamento del Bajío, en breve organizó una fuerte
división . . . . ¡ Oh ! si la seducción de los malvados, si el espíritu de intriga diseminado entonces por todas
partes para destruirnos, no hubiese contagiado al joven Liceaga para separarlo del centro de la unión, nada
le faltaría para ser un héroe . . . . . dejó se arrastrar por su inexperiencia, y esta falta, menos funesta a su
persona que a su patria, falta que ésta llorará mientras la recuerde, dio a Iturbide el triunfo del puente de
Salvatierra y le abrió para su engrandecimiento. Llamado al orden por las prudentes interpelaciones del
señor Morelos, y emplazado por la apertura del Congreso de Chilpancingo, Liceaga se presentó en él, a pesar
de su estado débil de salud, y siguió la suerte del Congreso después de las batallas de Valladolid y Puruarán.
Instalado el Poder Ejecutivo, fue uno de los vocales en compañía de los señores Morelos y Cos, y entonces
trabajó con el mayor empeño en reparar las quiebras padecidas. Cuando marchó el Congreso para Tehuacan,
ofreció seguirlo tan luego como concluyese unos asuntos de familia, para lo cual se le había dado licencia. En
efecto, marchó para Tehuacan acompañado de su esposa, de donde tuvo que regresar harto desairado, pues
vio que ya no existía aquella honorable corporación; así que emprendió su vuelta, en la que iba a perecer,
pues asaltado entre Río Frío y la barranca de Juanes por una guerrilla precursora de la numerosa división
que mandaba Don Bernardo López (1ero. de mayo de 1816), perdió todo su equipaje y poco faltó parta que
cayese prisionero. Internose hasta el Bajío y comenzó a hacer una vida privada, desesperando de que los
males de la nación tuviesen remedio; más apenas supo que Mina había desembarcado y estaba en Comanja,
cuandoprocuróunírseleydirigirleconsusconsejos;estoseranmuyapreciablescomodeunjefeantiguo,buen
patriota y que conocía el país y la naturaleza de la revolución. Rechazado Mina en Guanajuato, Liceaga le
acompañó hasta el rancho del Venadito. Notó que Mina quería entregarse al sueño la noche en que se le
arrestó, pero Liceaga le instó a que no hiciera tal cosa, pues temía que se les sorprendiese en aquel punto; por
tanto no permitió que sus criados desensillasen los caballos, sino que estuviesen prevenidos, y esta
prevenciónlesalvócuandoOrrantiaseacercóalranchoasorprenderaaquelgeneral.”
235
Romita Historia y Destino
JusticiaparaLiceaga
El ya citado historiador Alejandro Villaseñor y Villaseñor, finaliza la biografía de nuestro héroe
con el siguiente texto: “A Liceaga se le ha hecho poca justicia y siempre se le ha considerado como un
insurgente de poca importancia, no obstante el grado que tuvo y los altos puestos que desempeñó; su carácter
poco afecto a tener iniciativa, ha contribuido a esa indiferencia con que se le ve, pues se considera que al
principio se dejó influenciar directamente por Rayón y después por Verduzco; cuando uno y otro le faltaron,
abandonó la lucha y sin querer indultarse vivió en la oscuridad. Hay que confesar que esos cargos son ciertos en
gran parte, pero no obstante ellos, la circunstancia de haber tomado parte en la lucha por pura simpatía y no
por buscar medro, y los cargos que desempeñó ya en lo militar ya como miembro de la Junta de Zitácuaro y del
Congreso de Chilpancingo, así como por su constancia por la causa de la Independencia, lo hacen acreedor a
quesunombresearecordadoconagradecimiento.Elmismoseconocíaineptoparasercabezadelarevolución,y
por eso se unía con quien creía superior a él en luces, talento y conocimientos; si se equivocó respecto de Rayón y
deVerduzco,y fuedesgraciadocuandosepusoalasórdenesdeMina,nofuesuyalaculpa”.
Don Ignacio Liceaga Reyna
Benefactor
Gracias a que arriesgó el patrimonio de su familia, fue que el naciente pueblo de Romita pudo
continuar su crecimiento, amenazado por los interese de los propietarios. Era indispensable la
lotificación para dar a las familias los espacios que requerían para establecer sus hogares. Don Pascual
Peñaranda había ofrecido a las autoridades del Estado los espacios para las Casas Consistoriales
(presidencia); un cuartel para la milicia y para las cárceles de hombres y de mujeres. Nos queda claro
que en su donación incluyó el Jardín, pues según la tradición oral, éste se ubicó en los macheros y
establos de su hacienda de La Laja. Sin embargo, muchas familias habían quedado sin espacios para
levantar sus casitas. Aquí es donde entra nuestro personaje, quien siendo dueño de la hacienda de la
Gavia, se interesó en la suerte de la gente del pueblo de Romita.
Cabe señalar que la hacienda de Gavia “había sido adquirida en curiosas circunstancias por
Villamor del bachiller Bernardino Austri”. Según señala David A. Brandig, en su obra: “Haciendas y
ranchos del Bajío” Y agrega:” Pero luego, debido a su localización tan expuesta que tenía en las llanuras del
Bajío, fue devastada y su ganado le fue robado, por lo que los dueños simplemente alquilaban la tierra a
aquellos arrendatarios que se atrevían a seguirla cultivando. Parte del problema se deriva del papel
eminentemente político que jugaban los dueños, puesto que Gavia había pasado a la viuda de Villamor, María
Josefa Reyna y a los hijos de su primer matrimonio, los cuatro hijos de Manuel de Liceaga. La familia estuvo
encarnizadamente dividida durante la insurgencia; mientras que José María de Liceaga, ayudado por su
hermano Ignacio, surgió como general rebelde, Mariano murió luchando por la Corona y Juan se convirtió en
un oficial realista. Una vez consumada la independencia, los dos hermanos que sobrevivieron, se involucraron
en un litigio relativo a la disposición de la hacienda, la cual para entonces tenía una pesada carga de deudas a
favor del conde de Valenciana. Desafortunadamente no hay más información disponible, salvo algunas
partidas dispersas en el registro notarial que indican que la Gavia de hecho fue dividida en cuatro seccoienes
por los herederos de los cuatro hermanos y que en la década de 1860 por lo menos se dio otra subdivisión. Por
medio de estos ejemplos observamos en León la tendencia hacia la fragmentación de las haciendas que ya se
advertíaenPénjamoyenlastierrasaltasdeJalisco”.
236
Personas Notables
Sacamos de lo anterior que Don Ignacio era hermano del prócer de la Independencia, Don
José María Liceaga, muerto por unos facineroso en su hacienda en 1818. Sabemos también que por
los disensos familiares de que nos habla Brading, Doña Josefa había desheredado al primero de
éstos, o quizá a los dos, pero Don Ignacio conservó una fracción de La Gavia. La que después
empeñó en beneficio de los moradores de Romita.
Para comprender mejor la situación debemos decir que en ése entonces, había muchos
pequeños propietarios, arrendadores y aparceros. La Laja estaba rodeada de dueños que no estaban
dispuestos a ceder sus tierras, porque el nuevo pueblo creciera, de acuerdo con los planos diseñados
por Amorrosta y Peñaranda. Los lotes para las viviendas no se regalaban. Se vendían. Pero no se
podía lotificar sin antes haber pagado a los propietarios. A éstos les importaba un rábano el destino
de las familias demandantes de tierra. Pedían indemnización por sus terrenos. En Guanajuato
capital se formó una comisión del Supremo Gobierno. Se envió al licenciado José Pérez Marañón, que
era a la sazón el Vicegobernador (era gobernador del Estado era el licenciado Don Manuel Gómez
Linares), para que atacara el problema, haciendo una valuación de los terrenos a ocupar. Era
necesario un préstamo que debería hacer Don Ygnacio. Y para garantizar el cumplimiento de tal
obligación, empeñó su hacienda.
Copio a continuación de manera literal en Acta levantada ante el Escribano Nacional José
María López, en la sede del Poder Ejecutivo del Estado, apenas a poco más de dos meses después
del Decreto de Fundación (29 de abril de 1832), que nos explica el compromiso de Don Ygnacio:
TESTIMONIO DE LA ESCRITURA DE OBLIGACIÓN POR 2,184 PS. QUE YGNACIO LICEAGA
OTORGÓ A FAVOR DEL SUPREMO GOBIERNO DEL ESTADO PARA INDEMNIZAR A LOS
DUEÑOS DE TERRENOS EN ROMITA DE LICEAGA.
Guanajuato Capital del Estado del mismo nombre, a dieciséis de Julio de 1832. Ante mi el Escribano
Nacional y testigos. El Ciudadano Ygnacio Liceaga vecino de la Hacienda de la Gavia, residente en esta
ciudad, mayor de veinte y cinco años, libre de patria potestad que doy fe conozco y dijo: que el Honorable
Congreso del Estado por la Ley número ciento cincuenta y nueve que se sirvió expedir, dispuso que la reunión
de vecinos de la Hacienda de la Laja se erigiesen en pueblo denominándolo Romita de Liceaga, que en esta
virtud se trató de comprar el terreno o área en que debe construirse aquella población, para lo cual en virtud
de comisión especial del alto Gobierno del Estado, pasó al punto referido el Señor Vice Gobernador en turno
Licenciado Don José Pérez Marañón quien previas las solemnidades y requisitos que para casos semejantes
han designado las leyes, se mandó valuar el terreno en que debe fabricarse el referido pueblo, y se le dio el
valor de dos mil ciento ochenta y cuatro pesos, y como esta suma debe invertirse en indemnizar a los
propietarios del enunciado terreno, el mismo Supremo Gobierno del Estado dispuso que un sujeto de caudal
conocido, que los interesados propusieren quedarse responsable á entregar al Gobierno dentro de sesenta
días la cantidad expresada y habiendo sido propuesto y admitido el relacionante, dijo que lo ejecutaría,
reservándose a pedir al Gobierno si fuere necesario una prorroga corta y reduciéndolo a efecto, en aquella
vía y forma que más haya lugar en derecho, sabedor del que en el caso le compete, otorga que se obliga y
compromete a poner en poder del Señor actual Gobernador Licenciado Don Manuel Gómez Linares ó á quien
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Romita Historia y Destino
le designesuexcelenciadentrodesesentadíascontadosdesdehoy,lacantidaddedosmildoscientosveinteyun
mil pesos tres reales efectivos y moneda corriente, para indemnizar el terreno que se forma por área del Pueblo
de Romita de Liceaga, á los propietarios de su legítimo valor, lo que ejecutará lisa y llanamente, sin pleito ni
figura de juicio, y si no lo hiciere, quiere que por la vía más breve y sumaria se le estreche, no solo al pago de la
suma referida sino también al de las costas, gastos, daños y salarios que se irroguen en su cobro, deferido su
importe en la relación jurada de personero que al efecto se nombre, por ser justo que así sea mediante á que con
esta falta incurre en la nota de no ser puntual en la paga como debe. Y para el seguro de todo lo referido, sin que
la obligación general derogue ni perjudique a la especial, ni por el contrario esta á, aquella sino que se pueda
usar de la que convenga, obliga sus bienes en general y especial y expresamente la parte que le corresponde en
la Hacienda de la Gavia con todas sus trojes, tierras, presas, pastos, montes, abrevaderos y demás que de hecho y
de derecho le pertenecen, la cual linda por el Oriente y sur con tierras del Mariscal de Castilla: Por el Poniente
con la Hacienda de Coyotes; y por el Norte con la de Jagüey, la que aunque tiene algunos gravámenes que
importan más de veinte mil pesos, pero con sus ganados, tierras y demás que le pertenecen, vale largos
cincuenta mil pesos, ofreciendo que mientras no estuviere pagada la suma expresada en el cuerpo de esta
escritura no venderá su parte, cambiará, dividirá y en manera alguna enajenará sin esperar licencia del
Supremo Gobierno del Estado; y si lo intentare sin este requisito quiere no valga el instrumento de venta o
enajenaciónquecelebre;yensuconsecuenciapuedasacarsedetercero,cuartoomásposeedores,traersealrigor
ejecutivo, y de su producto hacerse pago con las costas que se originen. Da poder amplio y bastante á los señores
Jueces y Justicias que de su causa conforme a derecho deban conocer para que a lo referido lo compelan y
apremien por sentencia definitiva, consentida no apelada y pasada en autoridad de cosa juzgada, renuncia su
fuerodedomicilioyvecindad.Leysitcomveneritlasdemásdesufavorydefensaconlasqueprohíbensugeneral
renunciación, con prevención que de esta escritura por su especial hipoteca que contiene se ha de tomar razón
en el Libro de Becerro de la Ciudad de León dentro del término de ley. Y presente al Señor Licenciado Don José
Pérez Marañón , Vice Gobernador en turno del Estado, habiendo oído el tenor y forma de esta escritura dijo: que
la acepta a nombre del Supremo Gobierno del mismo por estar conforme a lo que ha mandado a sus superiores
órdenes, en testimonio de lo cual así lo otorgó y firmó con su Señoría, siendo testigos los ciudadanos Mariano
Artola, Manuel Antillón, Miguel Martínez de esta vecindad. Ignacio Liceaga. José P. Marañón. José María
López.
Don Ignacio, en una decisión que mucho le honra y que demuestra su amor a aquellas
primeras familias de colonos pobres, generosamente comprometió su patrimonio familiar. Quería
que el naciente pueblo no detuviera su crecimiento. Que las familias poseyeran sus lotes. Las cosas
llegaron a feliz término. Don Ygnacio cumplió y los colonos también. Si bien es importante el acto de
la Fundación, también es importante la labor de quien dio viabilidad al proyecto de poblamiento. Ya
que sabemos esta parte de nuestra historia, no olvidemos a Don Ygnacio; él, que amó a la gente, el
gusto que le daría ver al Romita de ahora. Démosle un cariñoso recuerdo.
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Personas Notables
“Eltoreonoesgraciosahuidasinoapasionadaentrega”
Pepe Alameda. Cronista de la fiesta brava.
En Romita nació uno de los grandes exponentes de la Fiesta Brava, de todos los tiempos, así
de México como de España. Triunfador indiscutido en la tierra origen de la torería, esa expresión
del enfrentamiento trágico entre un hombre y una bestia. Lid en la que alguno de los dos morirá,
salvo que el bicho sea indultado. Los pases, lances, tercios y la ejecución de las variadas técnicas,
alcanzan elevados grados de virtuosismo que la convierten en arte. Desde luego, es un espectáculo
de sangre, arena y muerte. Todo envuelto en un vistoso ropaje de alegría, capotes, espadas, muletas,
banderillas, vino, bellas mujeres con peinetas andaluzas y claveles y música de pasodoble, que nos
recuerda la inspiración de Agustín Lara. Espectáculo seductor que arrastra a las multitudes. De
Romita, donde nació David en 1913, en plena revolución, la familia mudó su domicilio a la ciudad de
México. Allí estudió en el Colegio Alvarado. Pero David había nacido para ser torero. Recién salido
de la infancia ya estaba en la escuela de novilleros. Jamás puso en duda su vocación y destino. Niño
prodigio del arte, se inició como novillero en 1926, en la plaza de toros de Mixcoac, del Distrito
Federal, tenía apenas 13 años. Su familia quedó radicada en León, en tiempos en que brillaba en el
firmamento torero, un astro cuyas innovaciones dejaron profunda huella: el ídolo leonés Rodolfo
Gaona.
239
Romita Historia y Destino
En tierna juventud David ya es un torero; a los 16 años, para ser precisos el 19 de enero de 1929,
debuta formalmente en la plaza de León y cosecha los aplausos que se repetirán toda su carrera. Al año
siguiente participó en 56 novilladas. Dos años después, el 13 de enero de 1931, toma la alternativa, en
El Toreo, de manos de un fenómeno del redondel, Manuel Jiménez, “Chicuelo”, actuando como testigo
quien se convertiría en una leyenda de la fiesta brava: Carmelo, hermano de otro monstruo sagrado:
Silverio Pérez. Luego emprenderá la conquista de la Madre Patria, que seducida por su garbo y
valentía, aplaude sus triunfos en Madrid y Barcelona. En la capital del reino, se le confirma la
alternativa, siendo su padrino Nicanor Villalta. La afición de estas ciudades, con la de Valencia,
confirmaron que en arte, enjundia y valor, los toreros mexicanos, tiene mucho que mostrar a los
españoles. David era de regular estatura, pero parecía bajito ante el volumen de bureles de 600 kilos
de peso. Para tirarse a matar pegaba un salto de volapié. Su tez blanca, su pelo quebrado dejaba libre
una frente muy amplia. De muy agradable apostura, resulta innecesario decir que las mujeres,
arrobadas, se entregaban, al artista y al hombre. Lo acariciaba la fama, el dinero . . . . y los conflictos
pasionales. Fue amigo de políticos de alto nivel, entre ellos el líder obrero Fidel Velázquez.
Volvió a radicar en la ciudad de México, por obvias razones de su trabajo. Cada día era más
popular. El 8 de febrero del año siguiente, ganó la Oreja de Oro, en un cartel en el que aparecían figuras
de las tallas de Marcial Lalanda, Pepe Ortiz, Manolo Bienvenida, Heriberto García y Carmelo Pérez.
Se lidiaban toros de La Laguna. Tardes aquellas inolvidables del toreo hispano-mexicano, que jamás
volverán. Luego triunfó en la Plaza de Toros de Madrid, (4 de junio), en Valencia (7 de junio), y en
Barcelona (7 y 14 de julio), en plan de novillero, pues al llegar a España renunció a la alternativa de
México. El 25 de septiembre confirmó su alternativa como matador en Madrid, con el toro Buñuelos,
siendo padrino Nicanor Villalta.
Al finalizar el año Liceaga volvió a México, sólo por un tiempo, porque le reclamaban de la
vieja España. Siempre expuesto al peligro, con la vida pendiente de un hilo, cada corrida es un reto a la
muerte. El 17 de abril de 1933 sufrió una gravísima cornada que lo puso en los umbrales de la vida
eterna. Fue en la plaza de toros de Madrid. Ya se le reconocía como un consumado maestro del
segundo tercio. Su popularidad en España estaba por las nubes. Tiempo después, ya en México
comentaría a sus amigos la profunda impresión que recibió de la afición ibérica, cuando una tarde de
gloria lo pasearon en hombros por la Gran Vía, pletórica de asistentes. Similar apoteosis vivió en
Barcelona, donde pocas veces una afición tan exigente como conocedora, se entrega a un torero
mexicano.
David Liceaga toreó en plazas de México, España, Colombia, Perú y Venezuela, realizando en
todas ellas brillantes campañas, que justificaban con amplitud su fama de exquisito torero. Aunque
uno de sus biógrafos escribió que había nacido en México, D. F., él aseguraba sin empacho que su cuna
se había mecido en un humilde pueblo: Romita. El valiente matador falleció en la ciudad de León,
donde tenía un negocios, el 2 de noviembre de 1996. Era descendiente da aquella estirpe de mineros
guanajuatenses que contara entre los suyos al valiente patriota Don José María Liceaga Reyna y su
hermano Ignacio, benefactor del naciente pueblo, que se arraigaron aquí, aquí vivieron y murieron
entre nosotros; y de Doña Gumersinda Liceaga, insigne matrona que mandó construir las torres de
nuestra parroquia. Tocaría al futuro torero heredar la valentía del ilustre insurgente.
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Personas Notables
Romita tuvo en Don Pedro Lona a un destacado líder agrario. De aquellos líderes que
surgieron del pueblo y se levantaron con sus hermanos en el clamor de la tierra; aquellos hombres
humildes, formados en el esfuerzo y los sacrificios extremos, en aquel entorno de violencia post-
revolucionaria que colgó crespones de luto en cientos de hogares campesinos. Vida azarosa la de
Don Pedro, como ha de ser la de aquellos que luchan por dar voz a los desposeídos. Sus acciones se
fueron plasmando en una trayectoria política, clarificada por la honestidad y la congruencia con sus
ideales.
Al decir de los romitenses de aquellos años, la familia de Don Pedro vivía en la primera
manzana de la calle del aguerrido general Manuel García Pueblita, que después cambió su nombre
por el de un afamado piloto aviador fallecido trágicamente: Emilio Carranza. Esta casa donde se
meció la cuna de Don Pedro, en el año de 1893, se convirtió en la Escuela Socialista; y después
albergó la primera cancha de basket-bol que tuvo Romita. Hablamos de los años 36 a 40 del pasado
siglo.
Pero volvamos a Don Pedro. En su temprana juventud sus manos se adiestraron con la aguja
y las tijeras en una sastrería donde aprendió el oficio de pantalonero. No imaginaba aún los
intrincados caminos que lo llevarían al éxito político. Hacia los años veinte, su amistad con los
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Romita Historia y Destino
hermanos Bedia lo llevó a incursionar en la política. Se fue preparando: había que aprender la oratoria,
recitar de memoria los discursos a los Héroes de la Patria, conocer la historia nacional. Y desde luego,
conocer a los personajes que movían las pitas, los que sabían donde duermen las güilotas, los que se
llevaron la puerca al agua, para echar toda el agua por un surco, porque rodando el carro se acomodan
las calabazas, las suertes malabares, porque para uno que madruga otro que no duerme; como se
expresaba en el lenguaje folclórico, de los políticos forjados en el fragor de la lucha de la lucha social
y no en los escritorios de la burocracia.
Pasada la Revolución la tarea fundamental era hacer justicia a quienes la hicieron, los hombres
del campo. Al igual que Francisco y Frumencio, también Don Pedro ocupó la presidencia municipal.
Recordemos que eran tiempos turbulentos; ya había pasado el conflicto armado, la mortandad, el
hambre y la peste apocalípticas, el país ya tenía una nueva Constitución Política. Pero la justicia que
habían soñado los campesinos y por la que habían muerto sus padres y hermanos en los campos de
batalla, no llegaba. Oscuras resistencias impedían la llegada de un orden social justo. Los generales
que se pusieron vivos, se enriquecían. Los campesinos aún lloraban la muerte de Zapata. La tierra
seguía en manos de los mismos hacendados. Parecía que todo iba a ser igual. ¡ Para maldita la cosa que
sirvió la Revolución ! ¡La Revolución la hicimos los probes, pero la ganaron los ricos ! Y el hombre rural
seguía rumiando su amargura en la oscuridad de su abandono.
Fue en 1921 cuando se desempeñaba como sastre, donde arranca la historia del hombre que al
correr del tiempo sería el exponente de las luchas libertarias de las clases oprimidas. ¡El hombre del
campo! En esa época fungía como presidente municipal de Romita Don Frumencio Bedia, quien lo
invitó a unirse al movimiento político. Con la euforia que da la juventud y el sentir en carne propia el
dolor de sus paisanos, logró en 1923 la presidencia municipal, después de que la ocupara el otro Bedia.
Fue el tiempo en que en Silao, Constantino Llaca, José Camacho, Trinidad Fuentes y Víctor Quintana,
pugnaban por la emancipación de la clase laborante. Se agregaba al equipo el silaoense Melitón
Monzón.
Al iniciar los años 20s., fructificaba el equipo formado con los hermanos Bedia. Al igual que
Francisco y Frumencio, también Don Pedro ocupó la presidencia municipal, esto en el año de 1923, se
había formado una Junta de Administración Civil y era el organismo que gobernaba Romita. El país el
mandatario era el general Álvaro Obregón. Pero la unidad de los camaradas de Sonora, el famoso
triunvirato formado por el presidente, el general Plutarco Elías Calles y Don Adolfo de la Huerta, se
empezaba a resquebrajar. Obregón había decidido que su sucesor sería Calles. Los delahuertistas
inconformes amenazaban la paz social de la Nación. El gobierno los empezó a hostigar.
Calumniosamente Don Pedro fue acusado de delahuertista; y se le despojó a los inicios del año 24, de la
presidencia. La presidencia recayó en Don Pedro Rodríguez, quien no era del agrado de los obreros y
los campesinos. Se fue Don Pedro y en su lugar quedó un hombre muy pacífico y conciliador, Don
Ángel Fernández, padre de Doña Margarita.
Don Manuel Sánchez Valle, nos relata en sus Efemérides Guanajuatenses, que el 13 de
diciembre de 1936, en el palaza de toros La Constancia, de Irapuato, se integró una Liga Coordinadora
Guanajuatense, en apoyo a la candidatura del Lic. Luís I. Rodríguez, para lanzarlo al la gubernatura de
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Personas Notables
la entidad; figuraron, como secretario general, el Lic. Gabino Puga, el subsecretario Lic. Vicente
Muñoz Castro, como secretario de organización J. Jesús Rábago Espinosa, y como secretario de
acción agraria, figuró el señor Pedro Lona Quezada. Y otros más. Nuestro personaje participó
activamente en esta campaña. Pero no siempre se lograba el acomodo a un cargo público. Aunque
sólo existía un partido único en la Nación, en las entidades regían los grupos; en Guanajuato se
alternaban en el poder los verdes, identificados con Don Enrique Fernández Martínez, Don agustín
Arroyo Ch. y Don Luís I. Rodríguez, cardenista; y los rojos que seguían a Don Melchor Ortega, los
Guerrero, luego Aguilar y Maya, tenían origen callista.
La carrera de servidor público de Don Pedro Lona, le llevó cuatro veces a los escaños
parlamentarios. Inició durante la gubernatura del Lic. Enrique Colunga. La segunda vez era
gobernador el excelente político que hizo escuela, Don Agustín Arroyo Ch., quien en su juventud
había sido cartero en su natal Pueblo Nuevo. La tercera ocasión en que Don Pedro fue diputado,
despachaba en el palacio de la Presa de la Olla, Don Melchor Ortega, de la clase media. A este mismo
palacio llegaba otro político de elevados vuelos, Don José Aguilar y Maya y en la Legislatura
ocupaba su curul Don Pedro, por curta ocasión. Como vemos, la gente pobre y las clases medias
accedían al poder; a diferencia de la élite porfiriana. Durante el gobierno del lic. Aguilar y Maya,
gestión de grandes realizaciones, el que dotó de su edificio a la Universidad de Guanajuato, Don
Pedro fue nombrado Secretario General de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos
Campesinos (C.N.C.), del Estado. En tiempos anteriores Don Pedro había sido Procurador de
Asuntos Agrarios. Era un lugar común verlo rodeado de campesinos, que lo seguían porque hablaba
su lenguaje y compartía sus desdichas y esperanzas.
Recordaba Don Melitón Monzón, aquella ocasión cuando en Celaya el general Gallegos,
detuvo y apresó al señor Llaca y los hermanos Bedia. Ya había ordenado el fusilamiento de los tres.
En el automóvil de su propiedad, Don Pedro rescató a sus compañeros, los llevó a la estación y los
embarcó en Ferrocarril con rumbo a la ciudad de México. Tenían una audiencia con el general
Obregón, presidente de México, en ese entonces. El Lic. Constantino Llaca tenía grandes
influencias; días después, según contaba el señor Monzón, los señores Llaca y Bedia, regresaron por
tren a la estación de Irapuato. Nada menos que en el tren presidencial, con el mismísimo general
Obregón, quien hacía gira presidencial y aquellos venían en su comitiva. Para protegerlos de
energúmenos como el general Gallegos, traían nombramiento militar.
Pasados algunos años, Don Pedro volvió a incursionar en la política, ya en la década de los
sesenta, uniéndose a la corriente partidaria del Licenciado Don Juan José Torres Landa. Quizá por
su edad, ya no ocupó ningún cargo. Pero en su casa de Silao, donde radicaba desde los años 40,
siempre mantuvo su puerta abierta y tendida su mano generosa para apoyar con sus buenas
recomendaciones a los campesinos, a quienes nunca olvidó, como hacen la generalidad de los
políticos que marginan a quienes los encumbran. A muy avanzada edad murió en Silao. Fecunda
existencia la de Don Pedro Lona; los altos cargos que tuvo no lo marearon; siempre conservó su
sencillez y sus grandes valores. La ciudad de Silao es testigo de cómo fue este hombre, que pudiendo
refocilarse en los oropeles de una vida palaciega, prefirió vivir “en su medio”, ayudando a quienes a
él se acercaban. Al rendir su última jornada entregando su cuerpo a la Madre Tierra, los campesinos
perdieron a uno de sus paladines. Romita perdió a uno de sus mejores hijos. Quienes lo conocimos
guardamos de él gratos recuerdos.
243
Romita Historia y Destino
Nota justificatoria: Metido en el dilema de incluir estos personajes en la Monografía, por temor a ser
calificado de parcial, falto de objetividad o presuntuoso, por tratarse de mi padre y mi tío; o dejarlos fuera, para
no concitar alguna animadversión, me incliné por la inclusión. Pesó en mi ánimo el argumento de que esas dos
personas tuvieron fuerte presencia en la vida política y económica del municipio, entre los años del veinte al
cuarenta. A sus cargos político-administrativos (pocos a como se ve ahora, que brincan de un cargo a otro), se
agregan las innovaciones en la agricultura y la fundación de la organización gremial que en alguna forma
subsiste, a casi ochenta años de distancia: la Asociación Agrícola Local. En todo caso invoco la indulgencia del
apreciablelector.
Se apagaban apenas las llamaradas del estallido revolucionario. Los movimientos telúricos no
terminaban de hacer sus reacomodos, cuando los dos hermanos Bedia decidieron incursionar en el
embravecido océano de la política. Empezaba a imponerse el orden surgido de la nueva Constitución
de 1917. Los viejos hacendados porfiristas habían dejado la conducción del país a sus nuevos dueños,
los militares. El gobierno de los potentados de la caduca aristocracia, era asumido por los guerreros
triunfantes, quienes con banderas desplegadas inauguraban una nueva era de cacicazgos. Los
hermanos Bedia, herederos de pequeñas propiedades, clase media acomodada, no se contaban entre
los primeros, pero sin haber peleado en combate alguno, tampoco estaban entre los segundos. Por ello
su decisión se tornaba particularmente difícil.
Jóvenes al fin, asumieron los riesgos. No estaban carentes de apoyos políticos. Apenas cinco
años antes, en abril de 1915, tras ganar las batallas de Celaya, las fuerzas obregonistas acorralaban a las
villistas, con fuerzas que se concentraban desde Pénjamo, Irapuato, Silao y San Felipe Torres Mochas.
Y otras que llegaban de diferentes puntos de la República. Meses atrás el general Villa había
establecido en León la sede de su gobierno, declarándola capital de Estado. Y había decidido dar la
batalla definitiva en el lomerío aledaño a Santa Ana del Conde. El general Obregón estaba en Silao. Se
hospedaba en el hotel Redón, frente a la estación del ferrocarril. En preparación de la que sería la
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Personas Notables
madre de todas las batallas, se había establecido en Romita, el subalterno más valioso de Obregón,
el general Francisco Murguía.
Desde una casa del Portal Ocampo, propiedad de Doña Vicenta Centeno (nacida en la
hacienda de la Gavia, hija natural de Don Ignacio Liceaga), ya en esos días viuda de Don Felipe
Bedia, el general Murguía coordinaba los ejércitos, diseñaba estrategias, hacía acopio de armas y
alimentos para una tropa de 35 mil soldados. La vieja casona que ocupaba la mitad de la manzana,
era ahora un cuartel. Desde aquí dispuso Murguía la muerte por fusilamiento del general villista,
Anastasio Pantoja, oriundo de Valle de Santiago; orden ejecutada en el panteón del pueblo. La viuda
y su esposo habían cambiado su domicilio a Silao, por sentir más segura esta ciudad; pero el esposo
murió ése mismo del cambió, en 1909. Ella regresaría a Romita hasta los años veinte.
En el fragor de los combates se escuchaba hasta Romita el horrible estruendo del Cañón
Niño, arma mortífera de 12 metros de largo que los villistas hacían vomitar fuego desde el cerro
Chino. No sería suficiente este cañón ni las estrategias del general Felipe Ángeles y la fuerza de 25
mil combatientes, formando líneas de 22 kilómetros de largo; no sería contratiempo que en los
inicios de la batalla, en Santa Ana del Conde, Ángeles ordenara disparar un cañonazo que tenía en la
mira al general Obregón, que no lo mató, pero si le voló un brazo. Sin Villa, los villistas sufrían una
apretada cadena de dolorosos descalabros, que virtualmente los aniquilaron. Corrían en estampida
los Dorados, cruzaban perseguidos por los campos de Romita y de toda la región. En los campos
ensangrentados quedaban 14 mil combatientes muertos. Sin Obregón, se alzaban con la victoria
Benjamín Hill, Manuel Diéguez, Cesáreo Castro y el general Francisco Murguía, ahora llamado “El
Héroe de León”. Era el 15 de junio de 1915. En esos días llegaría a Romita el coronel Don Nicasio
Jurado, al parecer convocado por las autoridades locales y las familias pudientes, para castigar a los
nocheros, bandoleros que tenían asolado al pueblo. No encontró a los rufianes peros si a un
centenar de humildes campesinos que quedaron colgados de los fresnos del Jardín.
Los Bedia eran obregonistas, ya les venía por lo que llevo dicho. Porque ellos habían alojado
a los obregonistas en su casa. Por sus conexiones con la gente del general Obregón, a quien
entrevistaron en la capital mexicana, después de aquel susto que se llevaron cuando los iban a
fusilar en Celaya. Francisco había nacido el 3 de diciembre de 1893, casó en 1923 con Doña Julia
Estrada. Don Frumencio nació el 30 de noviembre de 1900 y casó en 1930 con Doña María Caudillo.
Al iniciar el siglo pasado, estudiaron en el Colegio Díez de Sollano, de la ciudad de León. Como llevo
dicho, vivían en Silao; aquí nació la amistad con el Lic. Luís I. Rodríguez, que se daba a conocer como
orador de excelencia. Don Frumencio lo invitó a apadrinar a su primogénito Luís Felipe. El
acontecimiento causó furor en Romita, por la presencia del personaje y la pléyade de políticos de
alto nivel que aquí se dieron cita. Eran los representantes conspicuos del partido verde, que
marcaría honda huella en las lides políticas guanajuatenses. El Lic. Rodríguez fue llamado a ser el
Secretario Particular del nuevo presidente de la República, el general Don Lázaro Cárdenas (1934-
1940). Después sería gobernador del Estado (1937 al 38); presidente del Partido Revolucionario
Institucional; embajador de México en Francia en tiempos de la Guerra Mundial, también lo sería
en Chile, y casi y al término de su vida política senador de la República.
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Romita Historia y Destino
Don Frumencio visitó a su compadre en el Palacio Nacional, que era donde despachaban los
presidentes. Le acompañaba Jesús Flores Estrada, quien después casaría con su hermana María Luisa.
El compadre le otorgó a Don Frumencio una comisión muy especial; muy delicada, pues lo envió a
Tabasco, donde estaba arraigada la figura de un hombre singular y controvertido, Don Tomás Garrido
Canabal. Éste era Secretario de Agricultura del gabinete del general Cárdenas. Pero era un elemento
sumamente incómodo, no sólo por ser herencia callista, sino por sus arbitrariedades de cacique de
horca y cuchillo y los desmanes de sus Camisas Rojas, protagonistas de aquella malhadada trifulca, a
las afueras del la parroquia de Coyoacán, con pérdida de vidas humanas. Don Frumencio cumplió su
cometido a satisfacción. Don Luís le indicó regresar a Romita y dejar arregladas sus cosas, pues le
esperaban otros desempeños. Pero la muerte cortó de tajo sus anhelos. Murió del corazón, el 22 de
junio de 1936, cuando apenas había cumplido 36 años de edad. Tiempo después moriría Doña Vicenta.
Don Francisco ya antes había consolidado un grupo de políticos que le llevaron a ser postulado
candidato a diputado al Congreso de la Unión. En ese grupo destacaban el Lic. José Luís
Ibargüengoitia y Chico, de la ciudad capital; Don Pedro Lona, Don Zenaido González, Don Víctor
Pérez, Don Ramón Arévalo y muchos líderes agrarios adictos a su causa. Gozaron de las simpatías de
sucesivos gobernadores como Don Enrique Colunga, Don Antonio Madrazo, Don Agustín Arroyo Ch.,
Don Ignacio García Téllez y Don Enrique Fernández Martínez; y de amigos como el Lic. Constantino
Llaca, el Lic. Florentino Troncoso, y de Don Fernando Díaz Durán, aguerrido político irapuatense. Ya
electo diputado, se vio enfrentado con adversarios muy decididos a no dejarle llegar. Eran tiempos de
violencia, de aquella política que apostaba a la eliminación física de los contrarios. En una noche de
kermés en el Jardín Hidalgo, se dejó llevar a la provocación; repeliendo la agresión, cayó muerto su
atacante. Don Francisco no llegó a asumir su curul. Se desterró de Romita durante algunos años.
Volvió tras el lamentable fallecimiento de su madre y de Don Frumencio.
En el destierro fue administrador del ingenio azucarero de la hacienda de La Mora, en la
Tierra Caliente de Michoacán, en Jungapeo, cuando volvió a Romita, participó activamente en la
campaña presidencial de Don Manuel Ávila Camacho. Poco tiempo después, su amigo el Lic. Don
Ignacio García Téllez, el fundador del Instituto Mexicano del Seguro Social, le ofreció la Delegación
del organismo en Guadalajara. Pero Don Francisco declinó. Muerto su hermano Frumencio, él se
hacía cargo de las propiedades de sus hermanas María Guadalupe, Carmen y María Luisa, hasta que
éstas se casaron, ya grandes de edad. Y las suyas propias. Aquejado de una embolia que lo dejó
hemipléjico, de la que poco a poco se fue recuperando. Ya nada sería igual. La economía familiar se vio
seriamente lastimada. Vivió muchos años en la añoranza de los tiempos idos. Descifrando el terrible
enigma de lo que pudo haber sido y no fue. Murió el 13 de septiembre de 1972.
246
Personas Notables
La Maestra
Doña Petra Ríos Longoria
Recogía apenas la dorada mies de su juventud cuando inició lo que sería un fecundo
apostolado en el campo de la educación. Sabía que estaba destinada a la ingente tarea de sacar a sus
semejantes de las oscuridades de la ignorancia. El llamado era urgente. Al finalizar el festejado
Siglo de las Luces, la tarea era vasta y pocas las voluntades. Hacia 1895, en pleno auge de las
aristocracias afrancesadas del porfirismo, el pueblo trabajador estaba hundido en las tinieblas del
analfabetismo y la miseria. La labor redentora y gratificante de la educación no llegaba todos. Y eso
dolía en el alma a la joven Maestra. A ilustrar a la infancia mexicana habría de consagrar su
paciencia y su bondad, un día tras otro, un mes tras otro, de los 55 años de su fecunda permanencia
en las aulas.
De nobilísimo carácter, a la paciencia aunaba la perseverancia, no perdonaba una tarea, ni
un desorden, aunque no traía la vara en la mano La gente decía que era muy enérgica. Pero todavía
existen muchos que nos dicen que a ellos les quitó lo burro, porque con otras maestras no aprendían
a leer. Educó a muchos niños que nacieron en la década de los noventa del antedicho siglo XIX.
Siempre trabajó en la escuela Leona Vicario, siempre fue la directora. La escuela cambió de
domicilio; ahora se encontraba en el portal Arteaga, en la casa que antes había sido propiedad de
Don Martín Lona, hermano del líder agrarista Don Pedro Lona. Esto era por allá por los años veinte.
Después aquí abría sus puertas La Constancia, magnífico comercio de Don Juan García Morales,
que siendo presidente municipal ordenó la construcción del nuevo edificio de la escuela Leona
Vicario, donde siempre se había desempeñado Doña Petrita, como le llamaba la gente. La escuela
mudó a su nuevo y actual domicilio en 1957. No le tocaría impartir clase aquí a la ameritada maestra
porque se había retirado de las aulas desde 1950.
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Romita Historia y Destino
¿Como era Doña Petra en el aula? Uno de sus alumnos, Don Frumencio Azpitarte, nacido el 27 de
octubre de |925, nos abre los recuerdos de su infancia: “Yo estuve en la escuela Leona Vicario, que primero
se localizó en la calle Echeverría, antes de llegar a la esquina con Aldama, tenía una salida frente a la capilla de
Santa Cecilia. Allí nos dio clase Doña Petrita, ella atendía el 1ro., y el 2do., grados. En el 3er., grado daba la
maestra Coco (Socorro) Anguiano, mamá del profesor José Luís Arredondo. Doña Petrita era muy buena, traía
fruta del huerto de su casa y a los alumnos que sabían la lección les regalaba granadas, naranjas, peras o la
fruta que había. En esta escuela también estaba la ameritada maestra Doña Carmen Estrada, que se dedicó a la
docencia como sesenta años, también se retiró por la edad. Cuando la escuela se cambió a su edificio propio,
frente a la presidencia municipal, porque la casa anterior era propiedad de Don Teodoro García, la siguió la
maestra Carmen, la maestra Coco y la maestra Sanjuana Anguiano, que no recuerdo en que año daba. La
maestraPetritayaestabajubilada,yanoletocólanuevaescuela”.
Doña Loreto Hernández López, nieta de de la maestra Ríos, nos refiere que fue Guanajuato
capital la cuna de sus nacimiento. “Había nacido el 29 de junio de 1889 y fue hija del señor Albino Ríos. De
apenas 14 años, llegó a trabajar a Romita, con su título de Maestra en la mano pues acababa de egresar de la
Normal de Guanajuato. Muy joven casó con Luís López Oliva, de aquí de Romita; su primera hija, María
Guadalupe,nacióeldía12dediciembrede1899,fuelaesposadeDonCayetanoHernández,nacidoésteen1901,
que fueron mis padres. Luego vinieron otros hijos, siete en total: Carmen, Manuel, Jesús, José , Trinidad, y la más
chica, Luz”. Nuestra informante tuvo otros hermanos, de 13 en total sobreviven Aarón, Rogelio, Rocío,
hace poco falleció Abelardo. Continuamos:
“Ya casada la enviaron a trabajar al pueblo de Puroagüita, municipio de Jerécuaro, ya habían nacido
sus hijos, excepto Luz, que nació allí. Y mi abuela regresó aquí. Siempre trabajó en la escuela Leona Vicario.
Doña Petrita murió aquí, entre los suyos, rodeada de sus afectos, el 3 de diciembre de 1858. Le sobrevivió su
esposo,miabuelito DonLuís,quienfallecióel17dediciembrede1968,alos96añosdeedad.
Doña Loreto nació en 1921, comenta de su abuela: “Un director de esta escuela me pidió prestado el
título de la Maestra; se lo entregué y le dije que lo guardara en la Escuela, que mejor que allí. Pero después me
volvieron a pedir el título, yo les informé que les entregué dos cuadros: el del título y su fotografía, ésta sí está,
pero aquel desapareció; que está perdido. Niña yo acompañaba a mi abuelita a Guanajuato, a las juntas a que
convocaba el Director de Educación, que era el profesor Don Arturo Sierra Madrigal (quien fue gobernador del
Estado cuando se dinamitó la primera estatua de Cristo Rey); recuerdo que en los años cuarenta ya hubo una
academia Rémington aquí; estuvo en la casa de Doña Lupe Bedia, que ahora es la farmacia de Doña
Guillermina Arroyo. Enseñaban taquigrafía y mecanografía. Estuvo menos de un años, cerró porque no tenía
alumnas”.
Para honrar su abnegación y su amor a la juventud romitense, al entrar en funciones primera
escuela Secundaria, que se construyó en terreno donado ex profeso por su hijo el comerciante Don
José López Ríos, se determinó por las autoridades municipales y del ramo, que llevara el nombre de
tan insigne educadora. Doña Petrita fue una profesora ejemplar. Mujer de acrisoladas virtudes. Mujer,
maestra y madre, con la tradicional moralidad de nuestras buenas mujeres mexicanas. Mujer que
quiso vivir aquí, en el dolor de nuestra tierra, con el martirio del campesino pobre, sembrando la
esperanza de un futuro mejor. Los romitenses tenemos una deuda de gratitud con ella.
248
Personas Notables
“El maestro tiene por tarea esencial desarrollar el respeto y el amor a la verdad, la reflexión personal,
los hábitos de libre examen al mismo tiempo que el espíritu de tolerancia; el sentimiento del derecho de la
persona humana y de la dignidad, la conciencia de la responsabilidad individual al mismo tiempo que el
sentimientodelajusticiaydelasolidaridadsociales,ylaadhesiónalrégimendemocráticoyalaRepública”.
Profesor GREGORIO TORRES QUINTERO
En el aula era severa y formal. En el concepto educativo de aquellos años, de “la letra con
sangre entra.” Daba el reglazo pero sobaba la mano. Afuera era toda dulzura y comprensión.
Mostraba gran estimación y respeto por sus semejantes. Su adustez en el aula reflejaba su
249
Romita Historia y Destino
compromiso con la educación, entendida como algo delicado que entraña la formación y con ello el
destino de un ser humano. Y para la educación del nuevo mexicano, se necesitaba el desarrollo
integral del escolar, en sus aspectos moral, físico, intelectual y estético. Nunca sintió la educación
como medio para la subsistencia, el comodino modus vivendi. Educaba porque le animaba una
profunda vocación que le hizo permanecer en el aula durante 62 años. Concebía que tan importante
es instruir como educar, en el concepto platónico de despertar las potencialidades del alma para la
realización de las cosas bellas. No sin dolor se retiró de la escuela, porque se le privaba de amar a sus
discípulos como a los hijos que nunca tuvo. Fue la escuela la única pasión de su vida.
Esta romitense de excepción, honra al pueblo donde nació un 28 de julio de 1906, en la calle de
Don Leandro Valle, en el número 74. Hija del matrimonio que formaban Don José Estrada y Doña
Luisa Maldonado. Al llevarla a registrar le impusieron el nombre de María Soledad Carmen; el
matrimonio tuvo un hijo llamado José y otra hija de nombre Sara (que por cierto en estos días ha
cumplido sus cien años, madre del licenciado Jorge Morales y hermanas y otro hermano). La niña
asistió a la escuela y pronto sorprendió a sus padres por su inteligencia clara y su seriedad en el
aprendizaje. Asistía a la escuela para niñas, pero había que correr a esconderse a la llegada de los
combatientes, porque eran los días turbulentos de la Revolución. La casi totalidad de campesinos eran
analfabetas. Era aquellos días de angustias y zozobras, de disparos, estallidos de cañonazo, miseria,
desolación, peste, violaciones, riñas y saqueos de la soldadesca ebria. Escenas de dolor, hambre y
muerte marcarían el espíritu infantil de Carmen. A la maestra no le frustraron, antes se decidió a
transformar a sus semejantes a través de la bendición del alfabeto.
Al iniciar los años veinte, desde la presidencia de la República el general Don Álvaro Obregón y
su Secretario de Educación, Don José Vasconcelos, emprendían una cruzada nacional para sacar a la
mayoría de de los mexicanos de las tinieblas de la ignorancia. Por fin la Revolución haría brillar la luz
en las oscuras frentes de los hijos de esta Nación. Se ordenó la apertura de más escuelas; se privilegió
la escuela rural. La presidencia de Romita en 1923 hacía eco a los llamados de sus altas autoridades;
marcharon a los ranchos las señoritas Josefina Zamora, a San Clemente; Ma. Jesús Estrada Fernández,
a Gavia de Rionda; Simona Juárez, a Santa Rosa de Rivas; Isabel Guzmán, al Escoplo. La señorita
Carmen fue colocada en la escuela mixta Leona Vicario, donde permanecería toda su existencia. Cabe
mencionar que en este tiempo la escuela de niños José María Liceaga, tuvo como directora a la
destacada maestra Doña Delfina Quiñones. Todavía antes, en 1916, en una de las más antiguas
escuelas, estuvo como maestra otra eminente educadora: Doña Sara Sardaneta, que había llegado de
Guanajuato.
Años felices aquellos cuando los romitenses vivieron una mística educacional. La educación
como medio para romper las cadenas de la miseria. La educación como vía de superación personal y
de escalar a estratos sociales de vida más suave, en la permeabilidad social que permitió el nuevo
orden de cosas. El pueblo amaba la educación. Para las maestras era la fórmula de la redención
humana. Las mujeres destacaban en este ámbito. Antes que Doña Carmen, ya educaban las ameritadas
maestras Doña Rafaela Acosta Fuentes y Doña Petrita Ríos, que habían iniciado su apostolado al
fenecer el siglo XIX y entusiastas saludaban la alborada del XX. Nacida con el siglo, una joven inquieta
llamada Margarita Fernández, enseñaba el alfabeto en los salones parroquiales; ya dominaba la
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Personas Notables
guitarra y otros instrumentos musicales. Para aliviar un poco la tristeza de los romitenses en los
horrores de la lucha armada; ella formó con otras jovencitas "La Típica femenil", que trajo momentos
de solaz en las serenatas del Jardín Hidalgo. En medio de tantas vicisitudes había esperanza en el
porvenir.
Lentamente transcurrieron los meses, los años y las décadas. La vida pasaba en la monotonía
de días y días siempre iguales así mismos; era la rutina de las aulas, sin sobresaltos, pero sin
sorpresas. Recibiendo a una generación y despidiendo a otra. Hasta que se acumularon 60 años en
el haber de la Maestra Carmen. Fue llamada a la ciudad de México. Se había hecho acreedora a la
Medalla Ignacio M. Altamirano, máximo galardón a quienes han entregado su vida a la educación
de sus semejantes. En emotiva ceremonia llevada a cabo en el Palacio de Bellas Artes, Doña Carmen
Estrada recibió la presea de manos de Presidente de la República, Lic. Luís Echeverría. El hecho
singularísimo quedó registrado en las efemérides de Romita, el día 15 de mayo de 1975. El diploma
dice textual:
“En reconocimiento a la relevante obra educativa realizada en bien de la niñez y de la juventud
mexicanas, por Ma. Del Carmen Estrada M. el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos,
en nombre de la Patria, le otorga la medalla del mérito docente Maestro Ignacio M. Altamirano. Así como el
presente Diploma de Honor. El Presidente de la República, Luís Echeverría Álvarez. El Secretario de
EducaciónPúblicaLic.VíctorBravoAhuja”.
El 26 de noviembre del propio año, el pueblo emocionado se concentró en la iglesia
parroquial para dar testimonio del feliz término de la vida profesional de Doña Carmen. Una
solemne Misa de Acción de Gracias por 62 años de vida en las aulas. Compartida con sus familiares,
ex discípulos y ex compañeros de labores y el pueblo todo, fue la despedida de la Maestra, que giró
en las polaridades del alborozo a la tristeza. Pasaba al descanso merecido, pero en la escuela
quedaba un vacío difícil de llenar. Murió el 14 de septiembre de 1999. Romita figuraba en el mapa
educativo de México gracias a la abnegación de esta mujer.
251
Romita Historia y Destino
252
Personas Notables
Mujer apasionada por su religión, saldría en su defensa, si necesario fuere. Y llegó el día. El
país estaba conmocionado por el cierre de los templos que había ordenado la alta jerarquía
eclesiástica. En 1927 se recrudecía en algunas regiones del país la llamada Guerra Cristera, que era
la reacción de la Iglesia ante medidas del gobierno que limitaban la práctica de su fe. En Romita no
se registraron hechos de armas. Pero de tiempo atrás trabajaban algunas personas adheridas a la
Liga de la Defensa Religiosa. Entre las adherentes se encontraban Doña Margarita y la señora
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Romita Historia y Destino
Evarista Villegas, madre de Don Isaac Rodríguez y abuela de los actuales Rodríguez, comerciantes
conocidos aquí en nuestro medio. Su labor consistía en buscar protección y asilo en casas, para los
párrocos y gente de la Iglesia que andaban a salto de mata, hacer acopio de alimentos, ropas,
medicinas y hasta armas, que enviaban a los combatientes; organizar clandestinamente funciones
del culto, como misas, bautizos y otros. Eran el enlace entre los creyentes y los ocultos sacerdotes.
Claro que se corrían grandes riesgos. Cuando unos militares se presentaron a catear la casa de Doña
Margarita, las mujeres escondieron bajo las amplias enaguas los ornamentos sagrados. Como
dijera un alto prelado: "PorlagraciadeDioshubocristiada,porlagraciadeDiosseterminó".
Años después, algunos discípulos de Doña Margarita formaron grupos musicales al amparo
de su arte. Todavía tocan por allí (el Nene García y su grupo). Debido a una propuesta de este
escribidor, cuando fue director de la Casa de la Cultura, y del Dr. Eric Pérez Rodríguez, dicho centro
cultural, lleva el nombre de Doña Margarita Fernández López. Al cumplir ella sus 100 años le hicimos
un magnífico festejo, con misa, música y flores, que congregó a los buenos amigos de la anciana;
curiosamente, el grupo más nutrido fue el de muchas viejitas centenarias como la festejada, que no se
cansaban de abrazarla. Ella les tocaba la cara y las reconocía por el tono de voz. Todavía se alcanzó a
enterar que tres días antes había sido distinguida con el galardón “Guanajuato Educa con el Ejemplo”.
Reconocimiento que otorga el Gobierno del Estado de Guanajuato, a personas de elevados méritos.
Ello fue a propuesta de nosotros, a través del Instituto Romitense para la Cultura y las Artes, siendo un 5
de diciembre de 2001. Murió en la paz del Señor, el día 8 del mismo mes, cumplidos los ciento un años
de beatífica existencia. Los romitenses siempre estaremos en deuda de gratitud con esta mujer
ejemplar.
Sr. Don Emilio Farías
El portento musical de Romita
Al finalizar el siglo XIX, en 1896, nació en Romita un genio musical. Desde niño empezó a tocar
la guitarra y sin mayor pérdida de tiempo ya en su juventud dominaba cuanto instrumento musical
caía en sus manos. Era lo que la gente llama “lírico”, es decir que no tocaba por nota, sino de oído. No
conocía las claves ni los signos del solfeo; jamás podría leer las notas musicales en las escalas de los
pentagramas. Porque Don Emilio era ciego de nacimiento.
Su madre fue Doña Ascención Farías Hidalgo, a quien sus amistades y clientela de su fonda le
decían “Chonita.” Mayor parentesco no se le conoció, con excepción de un hermano llamado José
Farías. Pero sabemos que había un sacerdote en la familia llamado Gregorio Farías, quien ya era
anciano cuando “El Chino” lo visitaba en la ciudad de México y le decía Tío. Chonita fue la mujer y el
hombre de la casa; ausente el marido (un señor de apellido Oláis, según parece), con la venta de
sabrosos guisos, se abrió camino en la vida con el pequeño Emilio.
Emilio el Músico casó con una señorita de nombre Soledad Araujo. De esta unión nacieron
Miguel, Elvira, Emilio y Esperanza. Enviudó y contrajo nuevos esponsales, para no ir tan lejos, con su
cuñada María Dolores Araujo; y procrearon a Ma. Dolores y Salvador. Todos ellos ya fallecidos.
Miguel y Emilio fundaron una empresa que fue muy exitosa en los autotransportes: los camiones rojos
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Personas Notables
o Non Plus Ultra. Habían iniciado en la década de los 30s., con el servicio de taxis a domicilio. Don
Miguel y Emilio fueron muy conocidos en Romita; del primero se contaban multitud de anécdotas
por su manera muy grave y solemne de hablar. “El Chino” casó con bella jovencita, la muy agraciada
reina de la villa, Lucita Rodríguez hoy viuda de Farías, nuestra informante. Ya ubicado nuestro
personaje, el genio musical en su entorno familiar, pasemos a su obra.
Doña Lucita Rodríguez, hoy viuda de Don Emilio Farías, nos cuenta que su suegro, también
llamado Emilio, tuvo un violín Stradivarius, que conserva la familia. Y aquí empezamos a penetrar el
caso más sorprendente de vocación musical innata que conoció Romita, porque Don Emilio había
nacido invidente. Sin haber conocido la luz solar, iluminaba su espíritu con notas musicales. “Al
parecer tuvo un maestro de apellido Mancera, nos cuenta Doña Lucita, nacida ella en el año de 1925.
"Me casé con Emilio, en 1942. Mi suegro aprendió a tocar el arpa, primero, luego recorrió con mucho
sentido todos los instrumentos musicales. Enseñó la música a unas jovencitas que empezaron a
alegrar las tertulias y las tardeadas de hace un siglo, ejecutando valses, polcas, chotises. Porque La
Típica femenil de Doña Margarita, tuvo un antecedente. A inicios del siglo, ya Don Emilio había
formado un grupo musical de señoritas. Me decía que allí estaban las hermanas Soledad y Dolores
Araujo; ya de tiempo más acá, también aprendieron música Lola Arévalo, mis cuñadas Elvira que
tocaba el banjo, y Esperanza la guitarra”.
Don Emilio tocaba el arpa, en las fiestas familiares y en la parroquia. En las serenatas. Quienes
si formaron orquesta fueron Los Chopos. Él los enseñó. También enseñó a otro invidente, Don José
Soria, que tocaba el violín. Don Emilio, enseñó a sus hijos, Miguel, mi cuñado, que tocaba el clarinete y
mi esposo, Emilio, que decía que tocaba la tambora (otro la cargaba y él la aporreaba); formaron un
grupo, de corta duración, con Jesús Flores, que tocaba el contrabajo. Cuando le preguntaban a mi
suegro cómo le había hecho para escoger una novia tan bonita, contestaba que por la voz, por la voz
conocía a las personas. Sin haber visto nunca un libro, diseñó de todo a todo los pilares, con capitel, y
los arcos de la casa de Doña Elvira. Como resultado de una fallida operación de apendicitis, Don
Emilio murió en la ciudad de León, el día 19 de noviembre de 1946. Este portento de la música aún
espera el reconocimiento; que las nuevas generaciones no lo dejen en el olvido.
255
Romita Historia y Destino
Don Francisco Araujo Zepeda es un precursor. Así de los vuelos aéreos como piloto aviador,
de la radiotecnia, del primer televisor y de la primera y única estación de radio romitense. Estas
inquietudes las llevó a cabo al finalizar la primera mitad del siglo XX. Don Paco había nacido en
nuestro terruño el día 11 de junio de 1924. Hijo de Don Pedro Araujo y Doña Vicenta Zepeda y
hermano de Don Alberto y de Doña Eloisa, todos hijos de esta tierra. Los jóvenes nacidos en ese
año, de tocarles la tan temida “bolita negra”, del sorteo militar, serían los primeros en prestar el
Servicio Militar Nacional, en calidad de conscriptos, en 1943. Con la debida instrucción, estos
conscriptos constituirían las Primeras Reservas del Ejercito Mexicano. El mundo ardía en las
llamaradas de la Segunda Guerra Mundial. Los “agraciados” en el sorteo, sólo unos seis, serían
acuartelados en Guadalajara. Pero a Don Paco no le favoreció el sorteo. Por ello buscó al señor
Felipe Zaragoza, funcionario municipal, y le expresó su deseo de ser enrolado en el grupo de los
“elegidos” (algunos de éstos estaban tan atemorizados que corrieron a esconderse debajo de la
cama. Sus familiares estaban igual, porque creían que el gobierno los mandaba derechito a la
matazón de la guerra). Por eso se vieron aquellas escenas de abundante moco y llanto. Paco todo lo
contrario. Él estaba dominado por un vivo espíritu de aventura, de salir al mundo y descubrir sus
horizontes. No logró su propósito de ser militar. Logró otros, por otros caminos.
Ante su frustración, su padre lo llevó a León, para meterlo de aprendiz en un taller de
radiotecnia (Alberto ya estaba acomodado en una sastrería). En esas estaba cuando quiso la suerte
que se presentara un señor a invitar a Cirilo Flores, dueño del taller, a ingresar a la naciente Escuela
de Aviación de León, aún sin nombre (no lo llegó a tener). Cirilo no aceptó el reto. Entonces el joven
Paco le dijo que lo propusiera a él. Así fue como llegó con otra docena de aprendices a los parajes
despoblados poco arriba de la colonia Arbide. Ahí se localizaban las oficinas de la Cruz Blanca, la
sala de espera con restaurate y bar; y enfrente las pistas del campo de aterrizaje. Un poco alejados,
los tanques de combustible. Se contaba con tres avionetas Cessna, para la instrucción en aquel
256
Personas Notables
primer campo aéreo que tuvo León. Las avionetas se guardaban en el hangar, situado un lado del
campo.
El instructor de vuelos era José Romo “Pepe”, primo hermano del encargado de las oficinas del
Aeropuerto, Talano Romo. Trabajaba para la línea aérea Panini, para 10 o 12 pasajeros, de dos motores
y hélice; era la única línea que realizaba vuelos diarios de la ciudad de México, León y Culiacán,
Sinaloa. Y por la tarde ya venía de regreso, para continuar a la ciudad de México. También había un
vuelo a Irapuato-León y viceversa. El vieje redondo costaba 14 pesotes. En Irapuato los aviones
aprovechaban el campo aéreo de la Zona Militar. Era el año de 1946. Los alumnos pagaban 75.00
mensuales de colegiatura. Y para recibir su diploma que los acreditara como pilotos aviadores,
necesitarían completar 250 horas de vuelo. Francisco había sido acolito en nuestra parroquia y gozaba
de la simpatía del señor cura Don Diego Santos, quien lo ayudaba para el pago de la colegiatura. Los
alumnos hacían progresos, iban viento en popa. Muy ajenos estaban a la tragedia que ensombrecería
sus ideales.
Don Francisco recuerda que en el año 47 regresó a Romita. Ya traía buenos conocimientos de
radiotecnia, y abrió su taller donde ahora está el negocio comercial de Don Chuche Rocha. También
componía sinfonolas, ruidosos aparatos que se escuchaban en todo el pueblo, desde que llegaron aquí,
en la década de los treinta. Con piezas hechizas hizo su propio equipo transmisor de radio, con
muchos bulbos grandes como botellas negras que llevaban adentro una hebrita ardiendo, con su
emisor, amplificador y su antena; y con sorpresa se dio cuenta que ¡sí funcionaba! Se animó y
consiguió los aparatos y herramientas necesarias para montarla en Romita El cura Don Diego Santos,
su bienhechor, le permitió que pusiera la caseta pegada al muro poniente de la parroquia, cerca de la
puerta lateral. La antena se montó en el techo de la nave. ¡Y funcionó! Si se escuchaba. Empezó a
transmitir música y al poco tiempo ya tenía anuncios comerciales. La gente le mandaba discos con los
intérpretes de moda, para escucharlos, como en un programa de complacencias. Empezó a transmitir
desde el campo deportivo el beis-bol, que en esos días era el deporte que más seguía la gente. El
cronista era Cecilio Landeros, pero se emocionaba tanto que se le salían las maldiciones. Se le llamó la
atención. “Oye Orejón, no eches tantas vigas, porque las familias te escuchan”. Así operó la radiodifusora
hechiza, durante muchos meses, viento en popa. Un día un señor de apellido Meléndez, jefe de la
Oficina de Hacienda, le dijo a Paco que su estación se escuchaba hasta Silao. Y que se necesitaban
permisos del gobierno para continuar trabajando. Al no poder cubrir los requisitos, Paco se desanimó
y se olvidó de la estación. Se acabó la radio en Romita. El gobierno ahogando la iniciativa de los
ciudadanos.
Casi 20 años después, aproximadamente en el 63, llegó una radiodifusora de León. Era la
XEXF, cuyo propietario era un señor de nombre Marcos Senado. Se localizó en terreno propiedad de
Don José López Ríos, estaba a un lado del camino viejo a Silao. Desde lejos se veía la antena. Tenía una
potencia de 1000 watts. Se escuchaba mucho en León. Pero los comerciantes romitenses no compraron
publicidad. Su nuevo propietario, un señor Francisco Ibarra, vio que Romita no le daba publicidad, no
le encontró sentido a tener la estación aquí, y la regresó para León; todavía funciona allá, en el cerro
Gordo. Romita no ha vuelto a tener otra estación. Siempre inquieto, después se cambió a vivir a la
ciudad de México. De allá trajo, hacia 1954, el primer televisor que hubo en Romita.
257
Romita Historia y Destino
Les decía que la escuela de aviación tenía su pista de aterrizaje en aquellos baldíos muy
grandes donde terminaba León, más allá de la colonia Arbide. Llegábamos pasando la calle Chiapas
y tomábamos por la Campeche o la Veracruz. Por el oriente había una fila de árboles, unos fresnos
grandes, por una esquina. Con mis horas de vuelo yo piloteaba mi nave por lugares cercanos a León,
como Santa Rosa. Varias veces volé a Romita. Una vez aterricé en un camino que bordeaba una
propiedad de Don Fidel Rodríguez. Como la gente se iba corriendo a ver donde aterrizaba, se juntó
una multitud. Me dijo Don Fidel que cuando terminara la instrucción me fuera para allá; que
haríamos un buen negocio, yo volando y él vendiendo lechugas y zanahorias a todos los mirones.
La escuela de aviación iniciaba las clases a las siete de la mañana. Íbamos subiendo a las
avionetas por turnos. Luego se daba la instrucción de teoría. Después pasábamos a revisar las
avionetas. Aquel día vísperas de la tragedia, un alumno cuyo nombre no recuerdo porque todos le
decíamos “El Gordito”, se quedó después de las 11 de la mañana. Discutió con el maestro de
instrucción que era Pepe Romo. Éste le decía que entraba a la pista muy alto al aterrizar. El Gordito
le contestaba que cómo quería que le hiciera, que allí estaban los fresnos. “Mire usted entra muy alto y
no quiero eso, que aterrice a la mitad de la pista”. Le dijo que tenía miedo. “Cómo quiere que entre bajo”
replicó el alumno; “Me puedo quedar atorado en un árbol”. “Cómo yo no me atoro”, alegó el instructor.
Volteó y me dijo a mi: “Y usted maistro eléctrico (así me decían por mi oficio), no me vuelva a hacer su
barrena, porque lo voy a castigar una semana sin vuelo”. Porque yo bajaba en picada. Todos estábamos
ciscados.
Al siguiente día llegué temprano al taller de radiotecnia. La Secretaria se sorprendió al
verme. “¿Cómo, no sabe la desgracia, no sabe quién fue el que se mató?” No. Me dijo que habían pasado
ambulancias hacia el campo aéreo. Que una avioneta había chocado. Le dije a Cirilo que me prestara
el coche y de inmediato partí. La avioneta había chocado contra las ramas altas de un fresno. Las
ruedas rozaron las ramas y estas la jalaron. Quedó colgando. Los bomberos la habían bajado.
Grande fue mi estupor. ¡Quién lo iba a decir: Pepe Gómez, el instructor estaba muerto! Él piloteaba
la nave. Más grande fue la sorpresa al saber que en el asiento de atrás venía ¡El Gordito”! Que estaba
muy mal herido, tenía rota la columna vertebral. Por la tarde murió.
La ciudad se conmocionó. La gente se hacía lenguas opinando sobre lo sucedido. Y la escuela
de aviación, ya sin instructor, se cerró. La gente creía culpable al instructor, por hacer una maniobra
arriesgada que le costó la vida; y la de un alumno. Unos días más tarde llegó al taller de radiotécnia
un inspector de escuelas de aviación, que ya conocía. Me ofreció darme facilidades para que
terminara mi aprendizaje en la ciudad de México. Vinimos a Romita a hablar con mi padre. Se negó
rotundamente. El inspector le decía que me darían una beca del gobierno, para que él no gastara.
Pero ni así. Me quedé a la mitad de mis horas de vuelo.
Don Paco queda pensativo. Su vida fue un ir y venir incesante, por tantas partes, dedicado a
tantas actividades. Ahora está sosiego, viviendo su plácida vejez, en compañía de su hijo sacerdote.
Ahora que todos los hogares, de ricos y pobres, cuentan con televisor, es bueno recordar a Don
Paco, que nos trajo el primer aparato de entretenimiento familiar a Romita.
258
Personas Notables
El Párroco
Don Diego Santos
"El vía crucis de un santo"
“El mérito es el naufrago del alma; vivo se hunde, pero muerto flota”
Salvador Díaz Mirón, Poeta mexicano
Romita tuvo en el señor cura Don Diego Santos Flores a un varón de esclarecidas virtudes.
Nació en la Ciudad de León, Guanajuato, el día 14 de noviembre de 1896 y fue ordenado sacerdote el 28
de noviembre de 1920. Su ejercicio ministerial es el más extenso de nuestra historia eclesial. Así lo fue
día tras día, durante casi 30 años. Su vida fue un largo camino de abrojos. Porque así concebía su
ministerio: el sacrificio diario de una profunda vocación sacerdotal. Su bondad era el ejercicio fiel de la
piedad cristiana. Pero su rectitud no fue bien apreciada por algunos. Porque los seres humanos somos
refractarios a valorar los méritos ajenos. No les damos el sitial que han ganado, siempre los rebajamos
para tenerlos a nuestro nivel. Don Diego fue también, sin duda alguna, el párroco que sufrió el
martirio más doloroso, en la degradación que le infligió su propia grey. Paradoja cruel de la vida: lo
amaban pero se hicieron cómplices en su condena. Estas páginas quieren ser siquiera una pálida
imagen de ese Víacrucis.
Don Diego Santos era originario de la ciudad de León, pero antes de llegar a Romita estuvo
de párroco en el rancho de El Xoconostle, municipio de Guanajuato. Después estuvo en Purísima de
Bustos y de allí llegó a Romita. Suplió al padre Marcos en el curato de este pueblo. A su vez el padre
Marcos vino a cubrir la vacante que dejó el padre Miguel Saavedra, que fue quien enseñó música en
Romita; al invidente Emilio Farías y a Doña Margarita Fernández, entre otras personas.
259
Romita Historia y Destino
El padre Diego era de aquella estirpe, hoy desaparecida, que ejerció su ministerio en muy
duras condiciones. Cuando habÌa que salir en noches cargadas de negrura a llevar los Santos Oleos a
los moribundos y oír su confesión; salir a caballo a los ranchos a decir misas en las capillas y regresar
con machos y burros cargados con huacales con pollos y marranitos y unos costalitos de calabazas,
frijol o maÌz, producto de diezmos y primicias; socorrer a pobres y menesterosos; decir las misas de
gallo a la medianoche y la misa dominical de las cinco de la mañana; lavar y besar los pies de ancianos
pobres, en la liturgia del Lavatorio. Bendecir a los animalitos en el día de San Antonio; salir a
medianoche a los ranchos a oficiar las misas de la Vigilia de la Espiga. En sus últimos años, salir a los
ranchos montado a caballo, se había convertido en cruel suplicio, por sus piernas supurando, debido a
la perniciosa enfermedad. El padre Diego aceptaba su martirio, como pruebas del Señor para merecer
su bienaventuranza
Nuestra parroquia debe a su incansable actividad la institución de la Archicofradía de la
Adoración Nocturna, fundó asimismo la Tercera Orden Franciscana; impulsó la Asociación Católica
de la Juventud Mexicana (los acejotameros), reorganizó y alentó a las Hijas de María, en su tiempo
instituyó la celebración de “las Graditas”; organizó los comités para el financiamiento y
preparación de la coronación de la Virgen; se esmeró en el culto en parroquia y capillas, conservó
tradiciones y festividades y cuidó de las buenas costumbres
La década de los sesenta trajo negros nubarrones a la beatífica parroquia. Política, amenazas,
conflictos, anónimos, dardos envenenados por la maledicencia y la calumnia, encontraban un
blanco propicio en aquel hombre bueno, que por desconocer la maldad, no se pudo defender. Tirar
la piedra y esconder la mano, el rumor y la insidia por debajo del agua, y la calumnia que no da la
cara, armas eficaces de la hipocresía. Su propio rebaño lo inmoló en el ara de los sacrificios.
Ominosos días en que las bajas pasiones rompieron sus cadenas, descendieron hasta la última
escala de la debilidad humana. Invocando el nombre de Dios, cristianos que no lo eran, golpearon el
prestigio de gente inocente.
Frágiles eran los motivos de toda la inconformidad. Esto es algo que no se explica: la gente de
Romita quería a su párroco, pero por cuestiones políticas, gente interesada había pedido a la Mitra
su cambio. Al parecer había inconformidad porque el cura Diego tenía gente viviendo en el curato,
que ni siquiera, decían, eran familiares suyos. Que era mucha familia (al parecer eran de Purísima
de Bustos), que el pueblo de Romita no podía mantener.
Un mes antes de su cambio vino el Excelentísimo señor Obispo Don Manuel Martín del
Campo a hacer una visita pastoral, que sólo duró un día, cuando realmente duran tres, vino muy
disgustado, ni siquiera quiso quedarse a tomar sus alimentos en la casa parroquial, se fue a comer
con el párroco de La aldea, Don Erasmo, primer párroco de ese curato. Al parecer el Obispo le dijo a
Don Diego que había que quitar la familia de esa casa y que lo iba a cambiar. A los quince días llegó
el señor llegó el cura de Silao, el señor Fúnez, visitador que entonces se llamaban foráneos, hoy se
llaman decanos. El cura Fúnez, era viejo compañero del cura Diego; al llegar se abrazaron, se
metieron al despacho, de ahí salieron a la sacristía, salieron contentos, sólo se oyó que Don Diego
dijo: “No les voy a hacer su antojo.” Como a los 15 días de esa visita, estando ya el padre Paco de vicario
(el cantamisa del padre Paco fue el 12 de octubre de 1957, está ahora en su Año Jubilar, cumple sus
50 años), le dijo al señor Francisco Aguilar, notario y sacristán: "la quincena que viene te la va a pagar
el padre Paco, porque yo voy a salir." Ya no volvió.
260
Personas Notables
El padre Fúnez le había entregado una carta al padre Diego. Era su cambio para la parroquia
de Loreto, en Silao. Llegó como Rector de ese templo. En realidad era un descenso en la jerarquía
eclesial. Precisamente ahí murió y con ese cargo. Gente de Romita, al saber que había fallecido pidió
que les dejara traer su cuerpo, para velarlo y sepultarlo aquí. Pero cuando ya lo traían, precisamente ya
habían pasado la vía del ferrocarril, allí se dio el conflicto: la gente de Silao se opuso. Los alcanzaron
los vecinos de la parroquia de Loreto, y se empezaron a pelear el cuerpo, ya lo jalaban unos, ya los
otros. “Primero lo corrieron y ahora lo quieren, gente hipócrita”, decían los de Silao. El señor cura
Fúnez lo había permitido, pero la gente de Silao era de otro parecer. Total que el cadáver no llegó a
Romita, se le sepultó en Silao. Eso fue el día del sepelio, que se armó el diferendo. Metieron el cuerpo a
la bóveda, pero como ya se había hecho noche, y seguía el problema, quedó destapada. El señor cura
Fúnez suplicó a la gente de Romita que ahí lo dejaran descansar y que cuando se cumpliera su plazo,
traerían los restos a Romita. Así se hizo. Sus fieles seguidores de Romita le hicieron su capillita y ahí
está
Hay el antecedente del primer cura que hubo aquí en Romita: al señor cura Licea, también lo
acusaron y pidieron su cambio. La gente cuenta que cuando el señor cura Héctor Carranza estuvo
aquí, fue a la sagrada Mitra y le entregaron unas cartas, escritas a mano, donde denunciaban al cura
Licea. “Y luego dicen que la gente de Romita no es chismosa y revoltosa, aquí están estas cartas de
acusación, que no lo querían aquí.” Así fue el caso del señor cura Diego. Y el de muchos otros
A la familia que vivía en el curato le dolió mucho el cambio y acusó de maniobras políticas al
padre Paco, al padre Pedro Martínez, al padre Juan García, que en ese tiempo estaba aquí, y al señor
Aguilar, sacristán y notario parroquial. Hubo mucho disgusto, hasta anónimos con amenazas de
muerte. Estaba el ambiente muy caldeado. Una mañana de Jueves Santo, el señor cura Martínez, le
había dicho al señor Aguilar que se levantara y fuera a la casa de Doña Margarita Fernández por una
ropa, porque iba a salir con el padre Paco a León. Irían a la ciudad de León, a la consagración de los
Santos Oleos, alguien observó que en la puerta de la notaría habían dejaron un costal y una cadena,
adentro estaba una bolsa con 13 monedas y un escrito acusando de judas, a personas inocentes. Pero la
infamia iba rodando
Tras la partida de Don Diego, asumió el curato el padre Pedro Martínez Araujo, quien ya
estaba aquí como vicario. Hijo de padres leoneses, Don Pedro era originario de Corona, California,
pero se crió en Pénjamo, había estudiado la teología en El Paso, Texas, pero se ordenó en León.
Renunció por la salud de su madre para tiempo después volver al vicariato. Estuvo tres o cuatro meses
de vicario. Lo nombran párroco para suplir al padre Diego. Pero la gente pensó mal, creían que él le
había echado política al padre Diego. En esos días también estuvo un vicario que se llamaba Juan
Arteaga
Después del cura Martínez asumió el curato el padre Sandoval; y el motivo por el que la gente
pidió su cambio fue precisamente que tenía a todos los hermanos y familiares viviendo en la casa
parroquial. Es la misma gente, la de siempre, la que está allí metida en la parroquia, la que fragua los
cambios. Saben como hacerlo, siempre lo han hecho. Tenía razón la gente de Silao: primero corren al
padre Diego y luego hay andan peleando sus restos. La verdad es que la gente buena, la que no
participa en argüendes, nunca estuvo de acuerdo con el cambio del padre Diego. La gente lo quería
porque era muy bueno. Ya estaba enfermo, pero se agravaron sus males. Tenía diabetes, sus piernas
las traía envueltas en vendas porque estaban llagadas. Apenas se podía hincar, y sus sermones los
decía hincado sobre un banco, en el púlpito.
261
Romita Historia y Destino
Para muchos buenos creyentes de Romita, el padre Diego Santos murió en olor a santidad.
Mucha gente cree en su santidad y por eso aún le rezan y le piden milagros. De esa fe y esa santidad
dan testimonio los muchos exvotos o retablos que se hallan en su capillita. Porque el padre Diego está
sepultado aquí. Pasados 5 años de su muerte física, como lo había prometido el señor cura Fúnez, sus
fieles seguidores trajeron sus restos, casi en secreto los trajeron. Por no despertar la animadversión de
aquellos en cuyo corazón anidaba un injusto rencor. Quienes lo querían y creyeron siempre en aquella
alma bondadosa y limpia, quienes nunca estuvieron de acuerdo con su destierro, le construyeron su
capilla en este templo, al que consagró sus afanes de piedad cristiana, en el amor y respeto a su rebaño,
con su ejemplar vida católica.
Don Ignacio Acosta Fuentes
Funcionario Probo
262
Personas Notables
abogados guanajuatenses que señoreaban la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con Don
Hilario Medina que había sido Constituyente del 17, Don Nicéforo Guerrero, Don José Rebolledo y
Don Octavio Mendoza González. Gobernaban el Estado Don Enrique Fernández Martínez, la
figura más destacada del Partido Verde y el Lic. Luís I. Rodríguez, de Silao. En la política también
figuraban Don Ernesto Gallardo Sánchez y Don Fernando "El Chato" Díaz Durán. Nuestro paisano
Don Ignacio, haría honor a tan brillante pléyade.
Pertenecía a una familia romitense formada en el esfuerzo, con mediana fortuna, que contó
entre sus muchos miembros a una maestra muy apreciada por su apostolado, en los primeros años
del siglo pasado, Doña Rafaela; y en el comercio local destacaban Marciano y Francisco. El negocio
comercial se localizó en la parte media del portal Zaragoza. Don Ignacio había nacido el 1° de agosto
en el año de 1910. Fue hijo de Don J. Ascensión Acosta y Doña Teofila Fuentes. Joven contaba entre
sus amistades a la maestra Doña Carmen Estrada y su hermana Sara, a Doña Josefina Zamora, a las
hermanas Julia y Pompeya Estrada. Y a su vecina del otro lado de su casa en la calle Herrera, la joven
Margarita Fernández. Sus estudios básicos los recibió aquí, de una forma esmerada, con el aliento
de la maestra Doña Rafaela. Hacia los años treinta la familia se trasladó a vivir a Silao, en busca de
mejores horizontes. Abrieron comercio en local que se localizó frente al Jardín Principal de esa
ciudad. Don Marciano acumuló regular fortuna y fue un hombre muy conocido en Silao.
263
Romita Historia y Destino
Terminados sus estudios, el jurista Acosta, ocupó como ya dije, una cátedra en la propia
Facultad de Jurisprudencia; pero el joven profesionista quiso incursionar en el foro y se empleó como
Juez Mixto en San Francisco del Rincón. Pero el joven profesionista deseaba volar más alto. La capital
de la República ofrecía mejores oportunidades a quien supiera conquistarlas. Hacia allá se trasladó
nuestro coterráneo. La política partidarista nunca le atrajo. Aunque fue amigo de muchos políticos,
con cargos relevantes.
Ocupó pronto la Secretaría de Acuerdos de la Séptima Sala del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal. Posteriormente fue Juez Cuarto Penal, en la misma ciudad. Escalando con
denuedo posiciones, llegó a Subprocurador de Justicia, en los años de 1952 a 58 y posteriormente
volvió ahí en 1964. Alcanzó la Procuraduría de Justicia del Distrito y Territorios Federales, de 1956 a
1958. Gobernaba la República un hombre de finísimo olfato político, pero cuya honradez en el manejo
de los recursos públicos se hizo legendaria: Don Adolfo Ruiz Cortines.
Su rectitud le sería recompensada; ya en el gobierno de Don Adolfo López Mateos, se le
designó Subdirector General de Vigilancia de Fondos y Valores de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público. Cargo en el que permaneció hasta 1967. Dichoso tiempo y dichosa era, cuando los
funcionarios tenían respeto por el erario, patrimonio de todos los mexicanos. Por ese tiempo hacía
campaña en el territorio guanajuatense un antiguo compañero de Don Ignacio: el Lic. Don Manuel
M. Moreno, que aspiraba a ocupar el gobierno del Estado, que por término de su mandato dejaría
Don Juan José Torres Landa. Pertenecían a corrientes políticas distintas. Era diferente el estilo de
gobernar. Don Ignacio se identificaba ampliamente con el Lic. Moreno. Al tomar posesión del
gobierno, designó al romitenses como Oficial Mayor. Este cargo lo desempeñó cabalmente durante
todo el período gubernamental. En avanzada edad, vivió retirado de la actividad jurídica y las
labores de gobierno. Murió rodeado de sus familiares. Su deceso ocurrió en la ciudad de León, el
día 13 de noviembre del año 2006. En Romita no hemos tenido muchos valores humanos, sea cual
fuere el campo de la cultura, las ciencias, las artes, la religión o la milicia. En el campo de las
disciplinas jurídicas tenemos a Don Ignacio Acosta Fuentes. Conocerlo es una manera de rendirle
un homenaje de admiración y gratitud.
264
CAPÍTULO XVIII
PRESIDENTE ACTUAL
Contador Antonio Reyes Echeveste
Presidente Municipal de Romita. Ayuntamiento 2009-2012
Sr. Juan García Morales Sr. Juan Barroso Sr. Jesús Juárez
265
Romita Historia y Destino
Sr. Luis Reyes Padilla Sr. Angel Fernández Sr. Frumencio Azpitarte
266
Los Gobernantes de Romita
267
Los Gobernantes de Romita
268
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271
ÍNDICE
PAGINA
Prólogo
Introducción..................................................................................................................... 11
Presentación y agradecimientos....................................................................................... 15
CAPÍTULO I
SITUACIÓN FÍSICA Y CARACTERÍSTICAS DEL AMBIENTE
CAPÍTULO II
ADMINISTRACIÓN PUBLICA
CAPÍTULO III
ASENTAMIENTOS HUMANOS Y CARACTERÍSTICAS
DE LA VIVIENDA
273
CAPÍTULO IV
SERVICIOS PÚBLICOS
CAPÍTULO V
SERVICIOS BÁSICOS
CAPÍTULO VI
COMUNICACIONES Y TRANSPORTES
274
VII. 2.1.- Tipos de ganadería: ............................................................................................. 71
vacuna, porcina, caprina, caballar, la avicultura, la apicultura
VII.3.- Equipamiento industrial......................................................................................... 71
VII.3.1.-Microregionalización......................................................................................... 72
VII. 4.- Minería.................................................................................................................. 73
VII. 4.1. Minerales Pétreos................................................................................................. 73
VII. 5.- Perspectivas en turismo.......................................................................................... 74
VII. 6.- Comercio. .............................................................................................................. 74
VII. 6.1.- El comercio en la primera mitad del siglo XX........................................................ 74
VII. 6.2.- Los arrieros......................................................................................................... 75
VII. 6.3.- Abasto................................................................................................................ 76
CAPÍTULO VIII
TRADICIONES Y COSTUMBRES
275
Viernes Santo, El Vía Crucis............................................................................................... 94
Las siete Palabras “Ecce Homo”......................................................................................... 94
El pésame a la Virgen......................................................................................................... 95
Sábado de Gloria............................................................................................................... 95
Sábado Santo de la Sepultura del Señor.............................................................................. 95
El paseo de las reses.......................................................................................................... 95
La quema de los “judas.”.................................................................................................... 96
Domingo de Resurrección y Ascensión.............................................................................. 96
Pascua de la Resurrección del Señor.................................................................................. 96
La llegada de la Santa Cruz. ............................................................................................... 96
Mayo, Mes de María......................................................................................................... 97
10 de Mayo, Día de la Madre.............................................................................................. 98
La Fiesta de la Espiga......................................................................................................... 99
San Isidro Labrador.......................................................................................................... 99
Corpus Christi................................................................................................................... 100
Correr el palomo............................................................................................................... 100
La Asunción de María....................................................................................................... 100
Las Graditas.................................................................................................... 100
Las fiestas patrias............................................................................................................ 101
12 de Octubre.................................................................................................................... 101
Todos los Santos y Fieles Difuntos........................................................................... 102
Los alfeñiques................................................................................................................... 102
La Inmaculada Concepción de María................................................................................ 103
Las Cofradías.................................................................................................................... 103
La Adoración Nocturna..................................................................................................... 103
La Tercera Orden............................................................................................................... 104
Los Maitines..................................................................................................................... 106
CAPÍTULO IX
LAS COSTUMBRES
CAPÍTULO X
MONUMENTOS: HISTÓRICOS y ARQUITECTÓNICOS
276
X. 3.- El Santuario de Santa María de Guadalupe................................................................ 122
X. 4.- La presidencia.......................................................................................................... 126
X. 5.- Los Portales.............................................................................................................. 128
CAPÍTULO XI
CULTURA Y RECREACIÓN
CAPÍTULO XII
DEPORTES E INSTALACIONES DEPORTIVAS
CAPÍTULO XIV
SÍNTESIS HISTÓRICA
277
XIV. 2.- Época colonial...................................................................................................... 167
XIV. 2.1.- Otros Propietarios............................................................................................. 168
XIV. 2.2.- En Tiempos del Virreinato.................................................................................. 171
XIV. 3.- La Fundación ........................................................................................................ 171
XIV. 3.1.- Decreto de Fundación........................................................................................ 172
XIV. 4. La Independencia. Los lajeños con el Cura Hidalgo................................................ 173
XIV. 5.- La Reforma.................................................................................................... 175
XIV. 5.1.- Romita en la Guerra de Reforma......................................................................... 175
XIV. 5.2.- La Capitulación de Doblado............................................................................... 175
XIV. 6.- Erección de la Parróquia....................................................................................... 178
XIV. 6. 1.- Acta de erección de la Parroquia........................................................................ 180
XIV. 6. 2.- Relación de curas párrocos................................................................................. 181
XIV. 6. 3.- Invitación a la bendición del Altar Mayor........................................................... 183
XIV. 6. 4.- Decreto de la coronación.................................................................................... 183
XIV. 6. 5 Decreto del Santuario Mariano........................................................................... 184
XIV. 7. Romita en la Revolucion Mexicana........................................................................ 186
XIV. 7. 1.- La Lucha contra el Porfiriato.............................................................................. 186
XIV. 7. 2. El Profesor Candido Navarro Serrano................................................................. 188
XIV. 7. 3. Haciendas Mezquite Gordo y San Clemente........................................................ 193
XIV. 8.- Obregón Contra Villa............................................................................................ 196
XIV. 8.1.- De Pueblo a Villa................................................................................................ 197
XIV. 9.- La Epoca Post-revolucionaria............................................................................... 198
XIV. 9.1.- El Reparto Agrario............................................................................................. 198
XIV. 9. 2.- El Bandolerismo................................................................................................ 198
XIV. 9. 3.- Romita en la Cristiada........................................................................................ 201
XIV. 9. 4.- Los plebiscitos.................................................................................................. 202
CAPÍTULO XV
NUESTROS DÍAS
CAPÍTULO XVI
SUCESOS SINGULARES
278
XVI. 3. Lo que nos trajo el cometa....................................................................................... 222
XVI. 4. Corona de Estrellas................................................................................................ 222
CAPÍTULO XVII
PERSONAJES NOTABLES
José María Liceaga Reyna. Primer Presidente del México Insurgente................................. 225
Don Ignacio Liceaga Reyna Benefactores.......................................................................... 236
David Liceaga Maciel. Torero............................................................................................ 239
Pedro Lona Quezada. Político y líder agrario..................................................................... 241
Frumencio y Francisco Bedia Políticos............................................................................. 244
La Maestra Doña Petra Ríos Longoria. Educadora............................................................. 247
La Maestra Doña Carmen Estrada. Educadora................................................................... 249
Doña Margarita Fernández. Bienhechora. ....................................................................... 251
Don Emilio Farías. Músico. El portento musical de Romita................................................ 254
Francisco Araujo Zepeda. Primer aviador romitense.......................................................... 256
El Parroco Diego Santos. El Vía Crucis de un Santo............................................................. 259
Don Ignacio Acosta Fuentes. Funcionario Probo............................................................ 262
CAPÍTULO XVIII
LOS GOBERNANTES DE ROMITA
ÍNDICE................................................................................................................. 273
279
Romita, Historia y Destino
editado por la Comisión Estatal para la Organización de la Conmemoración del Bicentenario
del inicio del movimiento de Independencia Nacional y del Centenario del inicio de la Revolución Mexicana
del Gobierno del Estado de Guanajuato, se terminó de imprimir en el mes de Julio de 2010,
en Padilla Hnos. Impresora Oceano Indico 501 Col. Lindavista, León, Gto.
La edición consta de 1ooo ejemplares.