TESIS Cepas Nativas de Trichoderma
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UNIVERSIDAD AGRARIA DE LA HABANA
2002
RESUMEN
El impacto ambiental del uso irracional de los plaguicidas químicos en los agroecosistemas
agrícolas ha motivado la búsqueda de alternativas no químicas en el control de plagas. En los
últimos años ha cobrado gran importancia la utilización de microorganismos como agentes de
biocontrol de los parásitos de las plantas (Castellanos, 2001).
Muchos de los microorganismos que habitan la microflora del suelo son importantes tanto en
los ecosistemas naturales como en los agrícolas, algunos de ellos degradan la materia
orgánica, se alimentan de esta o mantienen bajo regulación las poblaciones de otros
microorganismos y contribuyen de esta forma al reciclaje de los componentes del ecosistema y
al mantenimiento de los mismos (Cuba, 1997).
1
Blakerman (1985), plantea que el uso de microorganismos para el control de enfermedades
postcosecha consta de dos vías posibles, uno la de estimular y manejar el antagonista que
existe naturalmente en la superficie del fruto y otra la de introducir y enfrentar los
antagonistas contra los microorganismos patógenos.
Por otra parte, Smilanick y Arrue (1992), argumentan que cuando la fruta se encuentra
almacenada en cámaras frigoríficas es una buena oportunidad para realizar la aplicación del
control biológico a las enfermedades post-cosecha, ya que en este caso la fruta se encuentra
bajo condiciones ambientales controladas de humedad relativa, temperatura y concentración
de gases.
En Cuba Aranguren (1994), realizó estudios in vitro con tres aislados de Trichoderma spp.
frente a los hongos post-cosecha: Diplodia natalensis, Geotrichum candidum y Penicillium
digitatum, demostrando las capacidades antagónicas de las diferentes especies de
Trichoderma utilizadas. Estas mostraron ser muy prometedoras por sus resultados para el
control de pudriciones post-cosechas en cítrico, no obstante, no se conoce la utilización
práctica del biopreparado para el control de estas enfermedades en el país.
2
Para confirmar la hipótesis se trazaron los siguientes objetivos:
3
2. REVISION BIBLIOGRAFICA
Por otra parte, Snyder (1960), citado por Mehrotra (1988), definió al control biológico como
una táctica para interrumpir las actividades del microorganismo patógeno, tomando como base
la resistencia de la planta, a través del mejoramiento genético y modificaciones de las prácticas
culturales para disminuir la infección.
Baker (1974), lo definió como la reducción de la actividad metabólica del inóculo patógeno
en su estado activo o latente por uno o más organismos teniendo en cuenta la manipulación del
medio ambiente, hospedero entre opción de organismos antagonistas.
Al respecto, Cook y Baker (1983), señalan que el control biológico no es más que el resultado
de la reducción de la densidad de inóculo o de la actividad de un microorganismo patógeno en
4
estado activo a latente donde actúan uno o más organismos en forma natural o mediante la
introducción de antagonistas.
El control biológico ha sido utilizado por el hombre desde los inicios de la agricultura. En
Europa durante el tercer y cuarto milenio se utilizo el barbecho como la técnica principal de
los sistemas de producción, posteriormente se introdujeron sistemas de rotación para disminuir
la incidencia de enfermedades e incrementar la fertilización del suelo (Campbell, 1989).
En las últimas décadas el mercado para los productos biológicos generados para el control de
enfermedades ocupó solo el 0,45% del mercado global de los agroquímicos. Dentro de los
agentes biológicos más comercializados se citan: Bacillus thuringiensis, Beauveria spp.,
Metharrizium spp., Trichoderma spp.; Pseudomonas spp. y nemátodos del género
Steinernema. Es importante mencionar que los bioplaguicidas obtenidos de los agentes antes
mencionados presentan limitantes, especificidad, sensibilidad a factores ambientales,
problemas con las dosis de formulación y algunos problemas de calidad en la producción a
escala industrial debido a la presencia de algunos contaminantes (Powell y Jutsum, 1993).
El control biológico puede presentarse de forma natural o de forma inducida, cuando ocurre
naturalmente trae consigo un balance ecológico entre los microorganismos patógenos y sus
antagonistas (Webber, 1986). El control biológico inducido se origina por la manipulación
directa e indirecta de los microorganismos, al provocar un incremento de los agentes
controladores sobre las especies de plagas (Nigam y Mukerji, 1988). Esta forma de control es
5
auxiliada por dos métodos, el primero conocido como antagonismo que en él están
comprendidos tres mecanismos de acción: antibiosis, competencia y parasitismo (predación
directa e hiperparasitismo), y el segundo modo es conocido como resistencia inducida (Cate,
1990).
Baker (1985), señala la relación que existe entre los principales mecanismos de acción del
control biológico inducido, incluye en esto el ambiente, hospedero, patógeno, antagonismo,
resistencia inducida y agente biocontrolador.
Al respecto, Cook y Baker (1983), plantean que los investigadores dedicados al control
biológico inducido han considerado cinco elementos importantes para obtener buen éxito,
entre ellos se encuentran: reducir la densidad de inoculo, reemplazo del patógeno con
organismos saprófitos, supresión de la germinación e interferencia en la patogénesis,
protección de infección y protección de cultivos.
El antagonismo es una consecuencia de la interacción que existe entre las poblaciones (Odum,
1972). Este mecanismo de acción se percibe mejor cuando influyen factores internos y
externos en el comportamiento de la población (Singh y Faull, 1988).
El suelo se divide en dos nichos ecológicos: masa de suelo (zona no colonizada) y rizosfera
(zona que existe alrededor de las raíces), su existencia esta en función del tiempo y el espacio,
situación esta que favorece a los microorganismos antagonistas y patógenos que habitan en
estos sitios. Los antagonistas generalmente se encuentran en la masa de suelo, ya sea en forma
de propágulos latentes o de micelio saprofito. La función principal de estos organismos es
sanear el suelo a través de la colonización del sustrato para evitar el establecimiento de
microorganismos patógenos. Una vez establecidos los colonizadores no patogénicos
mantienen el sustrato de desarrollo mediante su mecanismo de acción (Singh y Faull, 1988).
6
hospedero entran en competencia por nutrientes con los antagonistas y cuando se agotan, los
microorganismos patógenos perecen antes de generar nuevas estructuras de resistencia.
2.3.1. Antibiosis
Por otra parte, (Wells, 1988), señala los efectos que produce este antagonista en la
degradación de la β-1,3 glucosaza, quitinaza y celulosa, su actividad enzimática y antibiótica
están íntimamente combinadas para ocasionar un amplio espectro biocontrolador.
Según Lorito y col. (1992), Trichoderma spp. posee la habilidad de controlar hongos
patógenos de las plantas. La presencia de quitina en este biocontrolador juega un papel
fundamental, ya que degrada la quitina de la pared celular de los hongos inhibiendo su
crecimiento micelial y la germinación de esporas.
2.3.2. Competencia
7
Guzmán y col. (1993), señalan que la presencia de Trichoderma spp. en los suelos de todo el
mundo es una evidencia de que este género es un excelente competidor por espacio y recursos
naturales.
2.3.3. Hiperparasitismo
8
2.3.4. Resistencia inducida
Entre los factores ambientales que afectan el desarrollo de microorganismos encargados del
control biológico, se consideran la nutrición, pH, temperatura, humedad y tipo de suelo.
(Lumsden, 1992).
- Nutrición
La temperatura del suelo afecta a los microorganismos que habitan en este, debido a que
no todos tienen la misma capacidad para sobrevivir a la misma temperatura, el rango
establecido para el desarrollo de estas oscila entre los 12 y 30 ° C (Lumsden, 1992).
9
- pH del suelo
Según Chet y col. (1980) y Papavizas (1985), el pH en la mayoría de los suelos agrícolas
es favorable para la actividad de los microparásitos, señalando que algunas necesitan un
pH específico para desarrollarse adecuadamente. La tolerancia al pH que han registrado
algunos antagonistas ha sido de 5.5 a 7.5 Lumsden (1992). Al respecto Harman y col.
(1981) señalan que el pH del suelo ejerce gran influencia sobre el agente en biocontrol,
condiciones ácidas favorecen la actividad de Trichoderma.
Las prácticas culturales más comunes que tienen influencia sobre el control biológico son:
incorporación de materia orgánica, solarización, sequía, inundación y modificación del
microclima (Nigam y Mukerji, 1988). Estos mismos autores plantan que éstos tienen
influencia sobre la supresividad del suelo y la inducción de fungistasis.
Baker y Cook (1974), consideraron que los suelos supresivos son aquellos en que el
microorganismo patógeno: no puede establecerse o persistir, se establece, pero causa poco o
ningún daño a las plantas normalmente susceptibles, puede generar la enfermedad y causar
daños por un tiempo, después del cual disminuye la importancia de esta, hasta desaparecer,
aún cuando el parásito persista en el suelo.
10
Según Cook y Baker (1983), el efecto supresor de los suelos se divide en dos clases: supresión
de tipo general y de tipo específica. La mayoría de los suelos poseen o exhiben cierto grado de
resistencia al desarrollo del microorganismo patógeno como forma general de control. La
supresión generalizada para un determinado organismo patógeno está directamente
relacionada con el nivel de actividad microbiana del suelo en un tiempo crítico para el
desarrollo del patógeno, en este período el microorganismo patógeno está en competencia
directa con el resto de los microorganismos del suelo que le rodean. Estos mismos autores
refieren que la supresión específica tiene como base la supresión general y que ésta a su vez se
ve incrementada por las actividades supresoras de un grupo de especies o especies
individuales de microorganismos antagónicos al parásito en un momento crítico de su
desarrollo en el suelo. Al respecto Kloepper y Schroth (1981), refieren que la capacidad
supresora de los suelos está basada en parte a la competencia existente entre los
microorganismo del suelo por fuentes de carbono y energía.
La convivencia de los hongos del suelo con varios microorganismos antagonistas que
producen metabolitos tóxicos trae como resultado que las esporas de muchos hongos que
habitan éstos no puedan germinar, este fenómeno se conoce como fungistasis (Agrios, 1995).
Cuando se trata de modificar el medio ambiente las prácticas culturales juegan un papel muy
importante, al añadir materia orgánica al suelo, los antagonistas nativos manifiestan el máximo
de su potencial antagónico contra los fitopatógenos (González y Rivas, 2000).
Blakerman (1985), señala que los cambios estacionales modifican las condiciones
atmosféricas sobre la superficie de las plantas provocando cambios en los microorganismos
11
que habitan en ella. Al respecto, Nigam y Mukerji (1988), refieren que el microclima es
difícil cambiarlo, pero la arquitectura y el estado nutricional de la planta puede ser modificado
e intervenir en la población masiva, no obstante la manipulación del ambiente que rodea la
planta contribuye a disminuir la presencia de hongos patógenos y aumentar la actividad del
antagonismo.
Stack y col. (1988), señalan que cuando el agente es aplicado en la parte superior del suelo el
biocontrol entra en competencia con la fauna nativa disponible, quedando el antagonista
expuesto a los predatores, parásitos y fungistasis, resultando esto un inconveniente.
12
Por otra parte, Elad y col. (1981), señalan que el patógeno Rhizoctonia solani fue colonizado
en viveros de fresa con la incorporación al suelo de sustrato natural colonizado por
antagonistas.
En Cuba Brito (1996), sustituyó los sustratos comúnmente utilizados para la reproducción del
antagonista Trichoderma spp. (cabecilla de arroz, harina de maíz, paja de arroz y cáscara de
café), por trigo y sorgo de desecho, comprobando que éstos, unidos con el antagonista e
incubados en sobres de papel, pueden llegar a alcanzar concentraciones entre 7 x 109 y 1,4 x
1010, además de comprobar su efectividad y desplazamiento sobre Rhizoctonia solani y
Sclerotium rolfsii.
Cullen y Andrews (1985), señalan que los factores físicos que afectan la eficacia del control
son las dosis de aplicación, horario de aspersión y tipo de adherente empleado. Por otra parte,
Stack y col. (1988), refieren como desventaja para el uso de las aplicaciones foliares las
variaciones de temperatura y humedad que perjudican la sobrevivencia de los agentes
haciendo necesario el incremento del número de aplicaciones.
Los antagonistas incorporados a la semilla ofrecen un excelente potencial del control contra
hongos patógenos que afectan a ésta. Bernal (1996), comprobó la actividad beneficiosa y
13
estimulante para el incremento de la germinación y calidad de la semilla, mediante tratamiento
en inmersión con Trichoderma harzianum al 10%.
Por otra parte, Andreu y col. (1995), aplicaron el biopreparado T. viride (Ts-III) por el método
de inmersión a estacas de caña de las variedades Jaronú 60-5 y Cuba 1051, comprobaron una
disminución de las afectaciones causadas por Fusarium moniliforme y Chalara paradoxa,
además observaron incremento en el ahijamiento de las estacas.
Baker (1987), señala que existen dos vías posibles para explorar y buscar soluciones, para el
control de enfermedades postcosechas y verduras, tales como:
Por otra parte, Blakermam (1985), señala dos vías posibles para controlar las enfermedades
postcosecha, mediante la utilización de microorganismos antagónicos, uno lo es, estimular y
manejar los antagonistas que ya existen naturalmente en la superficie del fruto o introducir
artificialmente al antagonista contra los patógenos. Este mismo autor refiere que existen
antagonistas naturales en la filosfera y rizosfera de las plantas que pueden contribuir a
contrarrestar el desarrollo de los patógenos, así como ser aprovechados en los sistemas de
manejo de plagas.
Tuset (1999), señala que el empleo de agentes microbiológicos antagonistas, incluye bacterias
y hongos como una prometedora alternativa al uso de fungicidas, además de referir resultados
satisfactorios en el control de Penicillium spp. con especies bacterianas del género
Pseudomonas (P. cepacia, P. fluorescens y P. syringae), y del género Bacillus (B. subtilis) y
micotas como las levaduras Pichia guilliermondii, Candida oleiphila y Candida sake.
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En este sentido, Sanz (1998), reafirmó que las levaduras naturales pueden ser antagonistas
muy efectivos, con capacidad para el control de Penicillium expansum y posibilidades de
control contra hongos postcosecha que causan podredumbres al fruto Rhizopus y Alternaria.
Por otra parte, Viñas (1977), al referirse a los antagonistas y los tratamientos postcosecha,
señala que estos deben sobrevivir y ser efectivos después de la exposición a los tratamientos
de postcosecha y en las condiciones de almacenamiento, además de ser competitivo por
espacio y/o nutrientes.
Tuset (1999), señala que cuando un microorganismo va a ser empleado como antagonista en
postcosecha, además de estudiar su poder inhibitorio, se deben tener en cuenta otros factores:
Estabilidad genética.
Efectividad a bajas concentraciones.
Poca exigencia en cuanto a necesidades nutricionales (incluida las bajas temperaturas y el
almacenamiento bajo condiciones controladas).
Efectividad para un gran número de patógenos y para diversos frutos y vegetales.
Tener capacidad para reproducirse en medios de crecimientos que sean económicos.
Formulación estable en el tiempo.
Fácil de aplicar.
No productores de metabolitos secundarios, que sean perjudiciales al hombre y animales.
Una buena oportunidad para la aplicación del control biológico de enfermedades postcosecha,
lo es, cuando la fruta se encuentra almacenada en cámara frigorífica, ya que existen
condiciones controladas de temperatura, humedad relativa y concentración de gases
(Smilanick y Arrue, 1992; Wilson y Chalutz, 1989).
Estos mismos autores plantean que la frecuencia y dosis de aplicación del antagonista,
depende de su habilidad para interrumpir el ciclo de la enfermedad. Los métodos de aplicación
del antagonista pueden ser por ducha o baño, previo a la entrada de la fruta a la cámara
frigorífica, de igual forma a cuando se utiliza un control químico.
15
2.8. Principales hongos antagonistas
Martín (1977), refiere que las rizosfera en muchos casos puede ser considerada como la zona
buffer microbiológica, donde la microflora sirve para proteger a la planta de los ataques del
patógeno. Dentro de los microorganismos antagonistas que más abundan en la rizosfera y
rizoplano de las plantas se encuentran Aspergillus, Fusarium, Penicillium y Trichoderma.
Según Raper y Fennel (1977), las especies antes mencionadas tienen presencia universal y
están ampliamente distribuidas en el suelo. Estos mismos autores refieren que A. niger es
saprofito en tejidos de plantas muertas y otros materiales orgánicos, bajo ciertas condiciones
pueden volverse patogénico al hombre y animales.
Según Domsch y col. (1980), el género Aspergillus terreus presenta actividad antifúngica
sobre los hongos Ophiobolus graminis y Fusarium udum. Por otra parte, Ulacio y col.
(1997), no descartan la posibilidad de que Aspergillus terreus y Aspergillus flavus tengan
propiedades antagónicas sobre algunas especies del complejo Fusarium spp. y Rhizoctonia
spp.
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Stuart y col. (1996), comprobaron en ensayos in vitro que el uso de Fusarium proliferatum
como agente biocontrolador contra el mildiu de la uva Plasmopara viticola fue muy efectivo
mediante la aplicación en postinfección de una suspensión de microconidios con la utilización
de discos de hojas, este redujo la producción de esporangios en un 97% evitando la
reesporulación del patógeno.
Según Chet (1987), el género Trichoderma fue reconocido como un antagonista al comprobar
su acción como micoparásito, competir por espacio, nutrientes y producir antibióticos.
La mayoría de los experimentos realizados con este agente biocontrolador han sido bajo
condiciones de laboratorio, sin embargo en los últimos años se han realizado pruebas de
campo con la finalidad de obtener resultados reales de la actividad biológica de Trichoderma
spp. bajo condiciones naturales (De Paz, 1998).
17
2.9.1. Clasificación y descripción taxonómica
REINO FUNGI
Subdivisión: Deuteromycotina
Subclase de forma: Hyphomycetidae
Orden de forma: Moniliales
Familia de forma: Moniliaceae
Género: Trichoderma
El género Trichoderma fue identificado por Persoon en 1794. Rifai (1969), realizó estudios
hasta obtener una clasificación genérica de Trichoderma basada en características
morfológicas. Consideró un primer intento de agrupación en una clasificación taxonómica,
donde se distinguieron nueve especies agregadas, definidas como agregaciones morfológicas
de difícil separación. Estas caracterizaciones fueron aceptadas por Bissett (1991).
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Trichoderma aureoviride Rifai
Trichoderma harzianum Rifai
Trichoderma longibrachiatum Rifai
Trichoderma pseudokoningii Rifai
Trichoderma viride Pers ex S. F. Gray
Bissett (1984), realiza estudios sobre el género y estableció Longibrachiatum como una
sección en la que incluye a Trichoderma viride, Trichoderma koningii, Trichoderma
pseudokoningii y Trichoderma longibrachiatum, además de agrupar dos nuevas especies de
Trichoderma citronoviride Bissett y Trichoderma atroviride Bissett. Este mismo autor divide
el género Trichoderma en cinco secciones de acuerdo al crecimiento de la colonia, la
pigmentación, la forma de los conidióforos y la disposición de las fiálides (Bisset, 1984;
Bissett, 1991).
Sección: Trichoderma
Sección: Pachybasium (Sacc)
Sección: Hypocreanum (Doi)
Sección: Longibrachiatum (Bissett)
Sección: Saturnisporum (Doi)
19
El mismo autor señala que las especies de este género necesitan un alto porcentaje de
carbono y nitrógeno, los cuales obtienen de los compuestos monosacáridos, disacáridos,
polisacáridos y aminoácidos.
Dentro de las especies del género Trichoderma que producen metabolitos tóxicos se encuentra
Trichoderma lignorum que produce un metabolito funguicida. Brian y Mc Gowan (1945),
realizaron estudios y encontraron un metabolito altamente fungitóxico (viridin) producido por
Trichoderma viride. Posteriormente se aisló en forma cristalina un metabolito orgánico muy
tóxico para Rhizoctonia solani, conocido con el nombre de gliotoxin (Papavizas, 1985).
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2.9.1.3. Distribución
Las especies del género Trichoderma son mohos verdes cosmopolitas, se les puede encontrar
en diferentes materiales orgánicos y suelos de varias zonas, están adaptados a diferentes
condiciones ambientales y a esto se debe su amplia distribución (Guzmán y col. 1993).
Por otra parte, Blios (1951), concluyó que el antagonista puede llegar a sobrevivir en suelos
fumigados y aprovechar los nutrientes disponibles durante su establecimiento.
Estudios realizados por Sandoval y col. (1994), mostraron el amplio espectro de acción como
agente biocontrolador de Trichoderma harzianum cepa A – 34 no sólo en el control de
hongos del suelo en tabaco y tomate, sino también en el tratamiento de la semilla y semilleros
con el biopreparado donde se reduce notablemente la incidencia de microorganismos
patógenos del suelo.
21
Pérez (1995), comprobó el efecto del biopreparado de Trichoderma spp. en semilleros de
tabaco, el cual mostró inhibición del desarrollo de hongos del suelo que producen Damping
off, resultado que fue corroborado por Fernández ( 1998) en semilleros de tabaco en Pinar del
Río, quien plantea que cuando la densidad de inóculo en el suelo de hongos que producen
Damping off es baja, el biocontrolador aplicado al suelo tiene buena efectividad.
Por otra parte, Santana y col. (1995) estudiaron in vitro la acción antagónica de Trichoderma
spp. contra Sclerotium rolffi aislado de Topinambur (Helianthus tuberosun L), logrando la
inhibición del hongo patógeno.
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Por otra parte, Castellanos y col. (1998), comprobaron la efectividad del biopreparado de
Trichoderma spp. frente al tizón temprano en papa, roya del frijol y mildiu del pepino, donde
observaron una disminución de las enfermedades, con una densidad baja de inóculo.
Estos resultados coinciden con los obtenidos por Rodríguez y col. (1998), con la aplicación
foliar de Trichoderma harzianum en el cultivo del pepino frente a Pseudoperonospora
cubensis (Berk Curt) Rostow. mildiu velludo quienes obtuvieron una reducción de la
incidencia del patógeno entre un 35% y 23,2% para el mildiu polvoriento, E. cichoracearum
D.C., además de observar estimulación del crecimiento de las plantas.
23
por lo cual, ésta constituye la forma principal para su obtención, debido a que no se requieren
elevadas inversiones económicas y tecnológicas, y permite la utilización de sustratos locales
de bajo costo como cabecilla de arroz, harina de maíz, paja de arroz y cáscara de café.
24
3. DESARROLLO
Suelos para Casas de Cultivo donde nunca se había aplicado ningún medio biológico.
Suelo del campo 15 de Naranja Valencia ubicado en el Lote Avilés.
Suelo con aplicación de materia orgánica procedente de la Empresa Pecuaria El Tablón.
25
En las áreas de cultivo las muestras se tomaron en la zona de la rizosfera de las plantas más
robustas y sanas donde no presentaban afectaciones por hongos del suelo, a profundidades de
5 – 10 cm. Se tomó en cada campo de muestreo 20 submuestras de suelo y raíces. Estas se
unieron en una bolsa plástica y se trasladaron al laboratorio.
Para el caso de hongos ambientales se hicieron pesquisas en lugares húmedos y pallets del
exterior, así como plaqueos que se realizaron periódicamente en el interior del Frigorífico y
Envasadero, utilizando para ello la metodología propuesta por Otero y col.(1990 ), para lo
cual se expusieron en 5 puntos tres placas de Petri con medio de cultivo agar – papa –
dextrosa durante 1 minuto aproximadamente. Posteriormente las placas se incubaron a
temperatura de 25 + 2 °C por un período de siete días para realizar el conteo de
microorganismos presentes en el área muestreada.
Para el aislamiento de Trichoderma spp. y otros hongos de las muestras de suelo se realizaron
diluciones seriadas, a partir de las cuales se hicieron siembras en placas de Petri de 9 cm. de
diámetro. Estas contenían un medio selectivo específico compuesto por agar - papa - dextrosa,
agar – dextrosa - saboraud y rosa bengala, propuestos para estos casos por Domsch y col.
(1980) y Sandoval y Saenz (1992).
Una vez obtenido el microorganismo se realizaron siembras en tubos en medios agar - papa -
dextrosa con la finalidad de mantener cepas de cada uno de ellas en el cepario del laboratorio
y enviar a otras instituciones. Se trabajó en la clasificación utilizando el microscopio
estereoscopio, las claves del CMI (1986) para la descripción hasta género y las claves de
Rifai (1969), de Bissett (1984) y Bissett (1991), para identificar hasta especies las cepas
Trichoderma encontradas.
26
3.1.2. Efectividad in vitro de cepas nativas de Trichoderma spp. contra hongos
patógenos post cosecha aislados de frutos cítricos
♦ Trichoderma sp. C-1 procedente de suelo del campo de Leucaena y Bermuda Cruzada El
Tabloncito.
♦ Trichoderma sp. C-2 procedente de suelo del campo de King Grass del Tabloncito.
♦ Trichoderma sp. C-3 procedente de suelo del campo 15 de Naranja Valencia de la
Empresa de Cítrico Arimao.
♦ Trichoderma sp. C-4 procedente del interior de las cámaras del Frigorífico.
♦ Trichoderma sp. C-5 procedente del Envasadero de la Empresa de Cítrico Arimao.
♦ Trichoderma sp. C-6 procedente del andén del Frigorífico.
♦ Trichoderma sp. C-7 procedente del andén del Frigorífico.
♦ Trichoderma sp. C-8 procedente de las cámaras del Frigorífico.
♦ Trichoderma sp. C-9 procedente de aserrín en descomposición de la Empresa Forestal
Integral de Cumanayagua.
♦ Trichoderma sp. C-10 procedente del Envasadero de la Empresa de Cítrico Arimao.
Las mismas se compararon con las cepas comerciales: Trichoderma harzianum cepa (A-34)
procedente del INISAV y Trichoderma sp. C-66, obtenida en Cienfuegos, las cuales se
reproducen en centro Reproductor del Laboratorio Provincial de Sanidad Vegetal de
Cienfuegos.
27
y en el otro a Colletotrichum gloeosporioides Penz, causante de antracnocis, ambos aislados
de frutos cítricos, en el Laboratorio Provincial Sanidad Vegetal Cienfuegos.
A partir de las 72 horas se evaluó la acción antagónica por espacio y nutrientes, midiendo
diariamente el diámetro en centímetros de la colonia de cada microorganismo hasta el
enfrentamiento de estas.
Con la información obtenida se realizó un análisis de varianza. Las medias obtenidas fueron
comparadas por el test de rangos múltiples de Duncan con un 5% de error Lerch (1977). Se
utilizó el paquete estadístico SPSS para Windows Versión 9.0.
3.1.3. Reproducción de las cepas nativas de Trichoderma spp. por la tecnología estándar
de producción
Para el proceso de reproducción de cepas nativas fueron utilizadas las cepas que mayor acción
antagónica e hiperparasítica presentaron en los experimentos del epígrafe 3.1.2 (9 cepas, las
cuales se compararon con las cepas comerciales A-34 y C-66).
28
Para ello se siguió la tecnología orientada por el INSAV (1993), utilizando la variante de la
bandeja de 30 x 20 x 5 cm en vez de la de sobres de papel. Se preparó un pre inóculo en
frascos de 500 ml con 12 g de cabecilla de arroz en 25 ml de agua destilada. Se esterilizó a 1,5
atmósfera durante 30 minutos y se dejó reposar por 24 horas. Se inoculó con la concentración
de esporas (ufc/ml) obtenida para cada cepa, a partir de diluciones y conteos realizados en la
cámara de Neubauer, para lo cual se añadió 100 ml de agua destilada estéril al contenido de
dos tubos de ensayo por cada cepa en estudio. Los títulos obtenidos fueron:
Para la producción del biopreparado se utilizaron 16 bandejas por cada variante en estudio. Se
empleó un diseño completamente aleatorizado con cuatro bandejas para cada observación. A
cada una se le añadió 400 g del sustrato utilizado (cabecilla de arroz al 30% más paja de arroz
al 70%), previamente esterilizado a 1,5 atmósfera de presión por 30 minutos. Estas se dejaron
reposar durante 24 horas. Posteriormente se inoculó cada bandeja con la suspensión que se
obtuvo al añadir al pre - inóculo obtenido 100 ml de agua destilada estéril, alcanzándose los
siguientes títulos en las suspensiones:
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Trichoderma sp. C-1 1,3 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-2 2,0 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-3 2,2 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-4 2,0 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-5 2,3 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-6 1,5 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-66 2,2 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-7 1,6 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-8 1,9 x 109 ufc / ml
Trichoderma sp. C-9 2,1 x 109 ufc / ml
Trichoderma harzianum A-34 – 2,1 x 109 ufc / ml
30
3.2. Resultados y discusión
Se encontraron nueve géneros de hongos formando parte de la microflora del suelo en las
áreas estudiadas, ellos son: Aspergillus, Penicillium, Rhizopus, Mucor, Fusarium,
Acremonium, Trichoderma, Colletotrichum y Paecilomyces, los cuales pueden considerarse
como microorganismos propios de este agroecosistema. En el Envasadero y Frigorífico sólo se
hicieron aislamientos de las cepas de Trichoderma (Tabla 1).
PROCEDENCIA MICROORGANISMOS
Empresa de Cítrico Arimao Aspergillus sp.
Suelo para Casas de Cultivos Penicillium sp.
Rhizopus sp.
Mucor sp.
Paecilomyces sp.
Lote Avilés. Empresa de Cítrico Arimao Fusarium sp.
Campo 15 de cítrico Trichoderma sp.
Aspergillus sp.
UBPC Barajagua .Cítrico Arimao Penicillium sp.
Suelo + Materia orgánica Rhizopus sp.
Empresa Pecuaria El Tablón Acremonium sp.
UBPC Tabloncito Aspergillus sp.
Campo de Bermuda cruzada y Leucaena Trichoderma sp.
Empresa Pecuaria El Tablón Aspergillus sp
UBPC Tabloncito Trichoderma sp
Campo de King grass
Envasadero Empresa de Cítrico Arimao Trichoderma spp.
Cámaras del Frigorífico Trichoderma spp.
Andén del Frigorífico Trichoderma sp.
Empresa Tropiflora El Naranjo Aspergillus sp.
Penicillium sp.
Empresa Integral Forestal. Aserrín en Colletotrichum sp.
descomposición. Aspergillus sp.
Trichoderma sp
31
El género Trichoderma fue el más representativo dentro de los hongos aislados, el mismo se
observó, en suelo, aserrín en descomposición, pallets del Envasadero, cámaras y andén del
Frigorífico, andén, y en áreas de pastos seguido por la presencia del género Aspergillus . El
resto de los hongos Penicillium, Mucor, Rhizopus, Fusarium, Acremonium, Paecilomyces,
Colletotrichum se interceptaron con menor frecuencia en muestras de suelo.
Ulacio y col. (1977), en estudios realizados en Venezuela sobre la microflora asociada a las
raíces de plantas de tabaco observaron en la zona de la rizosfera, rizoplano, raíz y suelo la
presencia de seis géneros de hongos Aspergillus, Penicillium, Fusarium, Rhizopus, Mucor y
Trichoderma.
Resultados similares obtuvieron Mazzabel y col. (1997) en zonas de bosque de Perú donde
encontraron cuatro géneros Aspergillus, Penicillium, Mucor y Rhizopus, formando parte de la
microflora microbiana del suelo, lo que manifiesta mayor diversidad de géneros de hongos en
los resultados obtenidos en el presente estudio.
Dentro del complejo de microorganismos encontrados formando parte del agroecosistema, hay
géneros que incluyen especies responsables de pérdidas en los cultivos a causa de las
enfermedades que producen (Fusarium, Colletotrichum, Penicillium, Aspergillus), pero otros
incluyen especies beneficiosas (Trichoderma, Rhizopus y Penicillum) ya que aumentan la
efectividad del suelo al liberar nutrientes de forma asimilable por las plantas (Cuba, 1997). En
el género Penicillium existen especies reportadas como antagonistas de Sclerotium rolfsii
Sacc. (Pineda y Polanco 1982) y dentro de Aspergillus una especie no identificada, aislada de
suelo, que resultó antagonista del hongo patógeno Macrophomina phaseolina (Pineda y
Gonnella, 1977).
Según Mayea y col. (1982), al referirse al género Aspergillus señalan que estos
microorganismos juega un papel importante en el ciclo del carbono en el suelo ya que
desdoblan el almidón, además de participar en la descomposición de la celulosa y la quitina.
Intervienen en el ciclo del fósforo degradando compuestos carbonados y nitrogenados del
suelo, liberando el fósforo como fosfato asimilable por las plantas. Estos mismos autores con
32
respecto al género Penicillium indican que interviene en el ciclo del carbono
descomponiendo la celulosa, la quitina y almidones y señalan a Rhizopus como participante
en el ciclo del fósforo al liberar fosfato asimilables por las plantas cuando degrada compuestos
carbonados y nitrogenados del suelo.
Con respecto a Mucor informan que interviene en el ciclo del fósforo participando en la
descomposición de la quitina y en ciclo del nitrógeno descomponiendo las proteínas.
Los géneros Rhizopus y Mucor no se clasificaron hasta especies por no tener interés como
antagonistas. Carone (1986), señala que dentro del género Rhizopus hay especies como
Rhizopus stolonifer, R. sinensis y R. nodosus que producen ácido láctico y en especial R.
stolonifer, que se utiliza para producir industrialmente ácido fumárico para la fabricación de
cortisona. El género Mucor se informa además como saprofito, asociado al material vegetal y
de mucha abundancia en el suelo.
Mayea y col. (1982), señalan que Fusarium interviene en el ciclo del carbono, en la
descomposición del almidón y la quitina. Al respecto, Díaz (1999), refiere que una especie de
Fusarium (Fusarium oxysporium var orthocera), se encuentra entre los hongos que son
utilizados en el control biológico como micoherbicida contra Orobanche spp.
Del género Trichoderma se aislaron 10 cepas con características diferentes, dos obtenidas de
muestreos de suelo, una de la Empresa de Cítrico Arimao (campo de cítrico Lote Avilés), dos
de la Empresa Pecuaria Tablón, una se obtuvo de una muestra en aserrín en descomposición
(Empresa Forestal Integral), dos de muestreos al Envasadero de Cítrico Arimao y cuatro del
Frigorífico de Cienfuegos. Todas las cepas manifestaron crecimiento rápido y se observaron
muy esporuladas a los tres días. Desde el punto de vista visual, las mayores diferencias se
encontraron en cuanto a la pigmentación que inducieron al medio de cultivo. De estas, siete
cepas se identificaron como Trichoderma spp. Sección Trichoderma grupo viride, una como
Trichoderma koningii Oud Sección Longibrachiatum y dos como Trichoderma harzianum
Rifai Sección Pachybasium (Tabla 2).
33
Tabla 2: Características más importantes de las cepas Trichoderma spp. detectadas.
34
clasificación se correspondió con Trichoderma koningii Oud Sección Longibrachiatum
(Figura. 1). La misma cuando se enfrentó a C. gloeosporioides manifestó un cambio de
coloración del medio de amarillo a carmelita oscuro, lo que se corrobora por Bissett (1991),
que señala como característica de esta sección la producción de pigmentos.
La cepa C-2 se aisló de suelo perteneciente al campo de King grass de la UBPC El Tabloncito
de la Empresa Pecuaria El Tablón. Presentó crecimiento rápido, colonia de coloración verde
oscuro granuloso, muy esporulada, no produjo cambio de pigmentación del medio, presentó
micelio lanoso, conidios agrupados en forma de pústulas, y presencia de clamidosporas. Se
clasificó como Trichoderma sp Sección Trichoderma grupo viride (Figura 2).
La cepa C-3 se aisló de suelo del campo 15 Naranja Valencia del Lote Avilés, de la Empresa
de Cítrico Arimao, de crecimiento rápido, coloración de la colonia verde oscuro matizado,
granuloso, muy esporulada, no cambió de pigmentación al medio, se correspondió con
Trichoderma sp Sección Trichoderma grupo viride (Figura 3).
La cepa C-4 aislada en el interior de la cámara del Frigorífico, de crecimiento rápido, colonia
coloración verde no muy intenso, muy esporulada, cambió la pigmentación del medio de
amarillo a carmelita se clasificó como Trichoderma sp Sección Trichoderma grupo viride
(Figura 4).
La cepa C-6 aislada del andén en el Frigorífico de Cienfuegos, presentó crecimiento rápido,
colonia coloración verde oscuro muy intenso, muy esporulada, no cambió la pigmentación del
medio (Figura 6). En este lugar se aisló la cepa C-7 de crecimiento rápido, colonia coloración
verde intenso, no cambió la pigmentación del medio, ambas pertenecen a Trichoderma sp.
Sección Trichoderma grupo viride (Figura 7).
35
La cepa C-8 aislada en el interior de las cámaras del Frigorífico, se caracterizó por presentar
crecimiento rápido, colonia de coloración verde olivo intenso, muy esporulada, emitió una
pigmentación amarillenta al medio, presentó conidióforos amplios agrupados en pústulas
compactas, presencia de anastomosis, conidios de color verde, presencia de clamidosporas se
identificó como Trichoderma harzianum Rifai Sección Pachybasium (Figura 8).
La cepa C-10 fue aislada del Envasadero perteneciente a la Empresa de Cítrico Arimao,
presentó crecimiento rápido, colonia de coloración verde oliváceo, poco granuloso, muy
esporulada, no cambia la pigmentación del medio, se identificó como Trichoderma sp
Sección Trichoderma grupo viride (Figura 10).
Por otra parte, Harman (2000), señala que Trichoderma spp. se puede presentar de forma
natural en casi todos los suelos y habitad del planeta, además de referir que su desarrollo se ve
36
favorecido por la presencia de altas densidades de raíces ,destacando la importancia de algunas
cepas de este microorganismo como componente de la rizosfera.
Este mismo autor refiere que Trichoderma presenta mecanismos de acción que le permiten
atacar y parasitar a otros hongos y de esta forma aprovecha una fuente nutricional adicional,
además de ser considerado un inductor del crecimiento de las plantas en especial del sistema
radicular.
Del género Aspergillus, se hicieron seis aislamientos de suelo, todos presentaron crecimiento
rápido, con cloración variable, de colonias muy representativas que transmitieron diferente
pigmentación al medio de cultivo. Se identificaron las siguientes especies: Aspergillus
37
candidus Link, Aspergillus terreus Fres, Aspergillus tubingensis (Schöber) Mosseray,
Aspergillus fumigatus Fres, Aspergillus biplanus Raper y Fennell y Aspergillus flavus Link
(Tabla 3).
Tabla 3. Características más importantes de las cepas aisladas del género Aspergillus
spp.
38
Integral de Cumanayagua. Presentó crecimiento rápido, colonia de coloración verde seco, muy
esporulada, no cambió la pigmentación del medio, se identificó como Aspergillus fumigatus
(Figura 12).
En ese mismo campo se aisló la cepa C – 11 la cual presentó, crecimiento rápido, colonia
coloración carmelita oscuro a negro, muy esporulada y cambió la coloración del medio a
amarillo. Se identificó como Aspergillus tubingensis (Figura 14).
39
Costa Rica y no aparece en el listado de Farr y col. (1995) donde se recogen los hongos sobre
plantas y productos en Estados Unidos y algunos países del Caribe.
Las especies identificadas se reafirman con los estudios realizados por Ulacio y col. (1997), en
Venezuela, quienes obtuvieron en la zona de la rizosfera y rizoplano de plantas de tabaco
Aspergillus flavus, Aspergillus candidus, Aspergillus terreus, Aspregillus níger, y
Aspergillus ustus. Estos mismos autores en su estudio, no descartan la posibilidad de que
tanto Aspergillus terreus como Aspergillus flavus tengan posibilidades antagónicas sobre
algunas especies del complejo Fusarium y Rhizoctonia sp.
Raper y Fennell (1977), informan a la especie Aspergillus terreus como típico de suelo,
particularmente de suelos cultivados, tiene propiedades celuloliticas con acción antagónica
comprobada contra los hongos Ophiobolus graminis y Fusarium udum, de igual forma
refieren que Aspergillus tubingensis: es típico del suelo perteneciente al grupo A. niger que
además incluye a A. fumigatus, ambos patogénicos al hombre y animales.
Teniendo en cuenta que existen especies de Aspergillus patogénicas al hombre mezcladas con
los antagonistas o con doble acción se hace difícil la introducción de cepas de Aspergillus con
interés antagonistas en centros de producción masiva por métodos artesanales.
En los muestreos de suelo se observó durante el presente estudio la presencia de otros hongos
de importancia como Fusarium clarmydosporium, Colletotrichum dematium Acremonium
fusidiodes , Penicillium sp, Paecilomyces sp, Rhizopus sp y Mucor sp. (Tabla 4).
40
Tabla 4. Características de otros hongos.
41
La cepa C – 16 presentó crecimiento rápido, colonia coloración negra, muy esporulada, no
cambió la pigmentación del medio, se identificó como Colletotrichum dematium. Según
Sutton (1980) y Tomás y col. (1997), este microorganismo se encuentra ampliamente
distribuido en plantas de diferentes familias generalmente como saprófito, puede causar
antracnosis. Se ha encontrado con mucha frecuencia en regiones de países templados, con una
menor aparición en países tropicales y sub tropicales, hasta el momento se conocen tres
formas especiales dentro de la especie.
La presencia de especies del género Colletotrichum en las muestras de suelo no puede ser
desconocida ya que Díaz (1999), incluye a especies del género Colletotrichum que intervienen
en el control biológico como micoherbicida contra malezas, entre ellos está: Collego
(Colletotrichum gloeosporioides f. sp. aeschynomene), que se ha recomendado contra
Aeschynomene virginica (L.) B.S.P.; Lubua II (C. gloeosporioides f. sp. cuscutae) que se
recomienda contra Cuscuta spp. y Biomala (C. gloeosporioides f. sp. malva) contra Malva
pusilla S.M, pero que pudieran aislarse más fácilmente en el área foliar de plantas.
La cepa C – 17 se aisló del suelo del campo de Bermuda cruzada del Tabloncito manifestó
crecimiento lento, colonia coloración gris pálido, muy esporulada, no cambió de pigmentación
el medio, se identificó como Acremoniun fusidiodes. Según Domsch and Gams (1980), este
hongo no es muy común del suelo, pero esta especie produce sustancias antibióticas efectivas
contra estafilococos y otras bacterias gram (+). Las posibilidades de utilización de esta especie
en el control biológico sería por el momento en el manejo de sus poblaciones en el suelo,
debiéndose profundizar su actividad posteriormente enfrentándola a bacterias y hongos
patógenos in vitro.
42
La cepa C – 18, se aisló de suelo para casas de cultivos perteneciente a la Empresa de Cítrico
Arimao, presentó crecimiento lento, muy esporulado, colonia de coloración verde oliváceo
claro, no cambió la pigmentación del medio, se identificó como Penicillium sp.
Lorenzo y col. (1992), encontraron con frecuencia poblaciones altas de Penicillium sp, en
suelo de campos de cítricos de la Empresa de Cítrico Arimao de Cienfuegos, lo que se
confirmó con los presentes resultados e indican la necesidad de profundizar en el posible papel
beneficioso de este género en la regulación de poblaciones de otros hongos patogénicos a las
plantas, si se tiene en cuenta lo planteado por Pineda y Polanco (1982), quienes señalan que
mundialmente el género Penicillium se ha utilizado muy poco como control biológico, a
pesar, de que estos mismos autores comprobaron que Penicillium notatum era antagonista
efectivo de Sclerotium rolfsii tanto en suelo natural como en condiciones de campo.
Por otra parte, Windels y Kommedhall (1978), indican que P. oxalicum fue muy efectivo en el
control de enfermedades radiculares, mostrando mejor efectividad en pre emergencia que en
post emergencia por lo que su eficacia como antagonista está muy relacionada con la densidad
de inóculo.
43
Las cepas C – 20 y C – 21 fueron aisladas de suelo para casas de cultivos pertenecientes a la
Empresa de Cítrico Arimao. La cepa C – 20, presentó crecimiento rápido, muy esporulada,
presentó estolón, con cabezuela cubierta de una masa de esporas oscuras, no cambió la
pigmentación del medio, se identificó como Rhizopus spp. La cepa C – 21, presentó
crecimiento rápido, presentó estolón con cabezuela, muy esporulado, no cambió la
pigmentación del medio, se identificó como Mucor spp.
3.2.2 Efectividad in vitro de cepas nativas de Trichoderma spp. contra hongos patógenos
post cosecha aislado de frutos cítricos
Todas las cepas de Trichoderma en estudio y las comerciales C-66 y A-34 manifestaron
acción antagónica sobre Colletotrichum gloeosporiodes, al diferir el diámetro de la colonia
del hongo patógeno enfrentadas al antagonista con el testigo.
La cepa C-9 Trichoderma Sección Trichoderma grupo viride, resultó la mejor, aunque no
defirió estadísticamente de un grupo de cepas nativas como las C – 5, C –10, C – 6, C – 7, y C
- 3 todas del grupo viride, la C– 4 y C–8 Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum
y las cepas comerciales C – 66 y A –34. Le siguieron en orden de mérito la cepa C - 1
Trichoderma koningii Sección Pachybasium y la cepa C – 2 del grupo viride. De esta forma
se confirma la habilidad competitiva de ocho cepas nativas, similar a las comerciales por
espacio y por nutrientes (Tabla 5).
44
Tabla 5. Diámetro de la colonia de Colletotrichum gloeosporioides Penz en el
enfrentamiento con diferentes cepas de Trichoderma spp.
CRECIMIENTO DE LAS
COLONIAS A LAS
72 HORAS
VARIANTES X (cm) SIG.
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-9 3,3 c
Trichoderma sp. Cepa C-66 3,5 bc
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-5 3,5 bc
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-4 3,52 bc
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-8 3,52 bc
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-10 3,55 bc
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-6 3,60 bc
Trichoderma harzianum Cepa A-34 3,65 bc
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-7 3,70 bc
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-3 3,75 bc
Trichoderma koningii Sección Pachybasium Cepa C-1 3,87 b
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-2 3,87 b
Testigo 4,37 a
ET* 0,15
CV (%) 2,45
Estos resultados se reafirman con los de Barros y col. (1995), quienes comprobaron la acción
antagónica in vitro sobre Colletotrichum lindemuthianum aislado de fríjol, cuando T.
harzianum, T. viride y T. koningii causaron alteraciones morfológicas a las hifas del hongo
patógeno.
Por otra parte, De los Santos y col. (2001), estudiaron in vitro la capacidad antagónica de 12
aislamientos de Trichoderma spp. frente a Colletotrichum acutatum, las cuales causaron la
inhibición del crecimiento micelial entre 90% y 60%.
45
Trichoderma Sección Trichoderma grupo viride procedente del Frigorífico, que se comportó
como la más hiperparasítica a los cuatro días, la cual superó al resto. Le siguió en orden de
mérito la cepa C – 3 del grupo viride obtenida de suelo del campo 15 de Naranja Valencia del
Lote Avilés, que no difirió de la cepa C – 1 Trichoderma koningii, Trichoderma harzianum
cepa C – 4 y las cepas C – 2, C – 10 del grupo viride y las comerciales A –34 y C – 66. La de
peor comportamiento resultó la cepa C – 8 Trichoderma harzianum Sección
Longibrachiatum y las cepas C – 6 y C – 7 del grupo viride que no difirieron de ésta (Tabla
6).
DISTANCIA DE
SOLAPAMIENTO DE
LAS COLONIAS
VARIANTES X (cm) SIG.
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-8 2,25 d
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-6 2,35 cd
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-7 2,45 bcde
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-9 2,52 bcde
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-10 2,57 bcde
Trichoderma harzianum SecciónLongibrachiatum Cepa C-4 2,62 bcde
Trichoderma sp.Cepa C-66 2,85 bcde
Trichoderma harzianum Cepa A-34 2,87 bcde
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-2 2,97 bcde
Trichoderma koningii Sección Pachybasium Cepa C-1 3,07 bcde
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-3 3,15 b
Trichoderma Sección grupo virideCepa C-5 3,75 a
ET* 0,209
CV (%) 6,31
*Letras desiguales difieren para p 0.05 según el test de Duncan.
A pesar de estas diferencias en cuanto a rapidez a los siete días, todas las cepas en estudio y
las comerciales habían alcanzado un hiperparasitismo total en la colonia de C.
gloeosporioides.
46
Todas las cepas nativas y las comerciales presentaron antagonismo sobre Alternaria citri, al
diferir estadísticamente con el testigo. Se puso de manifiesto mayor inhibición del crecimiento
micelial del hongo patógeno con la cepa C-7 Trichoderma Sección Trichoderma grupo viride,
aunque no demostró diferencia estadística con la cepa C – 8 Trichoderma harzianum, la cepa
C – 2 Trichoderma grupo viride, la cepa C – 5 Trichoderma, grupo viride, la cepa C – 1
Trichoderma koningii, la cepa C - 9 Trichoderma grupo viride, la cepa C – 6 Trichoderma 6
grupo viride y las comerciales cepa C – 66 Trichoderma sp y cepa A - 34 Trichoderma
harzianum, pero si con el resto y el testigo (Tabla 7).
CRECIMIENTO DE
LAS COLONIAS A
LAS
72 HORAS
VARIANTES x(cm) SIG.
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-7 3,1 d
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-8 3,25 cd
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-2 3,37 cd
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-5 3,37 cd
Trichoderma sp. Cepa C-66 3,55 cd
Trichoderma koningii Sección Pachybasium Cepa C-1 3,67 cd
Trichoderma harzianum Cepa A-34 3,77 cd
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-9 3,77 cd
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-6 3,80 cd
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-3 3,92 bc
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-4 4,1 bc
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-10 4,37 b
Testigo 4,45 a
ET* 0,223
CV (%) 5,35
Todas las cepas nativas en estudio y las comerciales resultaron hiperparásitas a Alternaria
citri. Se observó un mayor hiperparasitismo por la cepa C – 4 Trichoderma harzianum
47
Sección Longibrachiatum, quien mostró un efecto hiperparasitico mayor frente al hongo
patógeno Alternaria citri, la cual no presentó diferencia estadística con las cepas comerciales
A –34 y C – 66. Las cepas C – 5 y C – 7 le siguieron en orden de mérito y no difirieron de la
cepa C – 66. Las de peor comportamiento fueron las cepas C – 2, C – 3 y C – 10 del grupo
viride (Tabla 8).
Por otra parte, la posible utilización de las cepas en estudio para el control de estos hongos
causantes de enfermedades postcosecha, se reafirmaron con los obtenidos por Aranguren y
col. (1994), quienes señalan la efectividad biológica de Trichoderma spp. contra D.
natalensis, Geotrichum candidum y Penicillium digitatum al lograr una inhibición del
crecimiento micelial de los patógenos a los 10 días después del enfrentamiento.
DISTANCIA DE
SOLAPAMIENTO
DE LAS COLONIAS
VARIANTES X (cm) SIG.
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-3 0,55 e
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-2 0,675 e
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-10 1,00 e
Trichoderma koningii Sección Pachybasium Cepa C-1 1,92 d
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-6 1,85 d
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-8 2,02 d
48
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-9 2,20 cd
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-5 2,77 bc
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-7 2,80 bc
Trichoderma sp.Cepa C-66 3,4 ab
Trichoderma harzianum Cepa A-34 3,82 a
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-4 3,95 a
ET* 0,231
CV (%) 9,59
De forma general con los resultados obtenidos hasta el presente las cepas C – 5 y C – 7 no
difieren o superan a las cepas comerciales para los dos hongos patógenos en su conjunto,
tanto en antagonismo como hiperparasitismo, por lo que serían las más recomendables en caso
que se decida hacer tratamientos postcosecha en este cultivo, porque incluso fueron aislados
en ecosistemas de Envasadero y Frigorífico, o sea, que se devolverían al medio donde ellas
están presente.
Las cepas nativas aisladas permitirán ampliar los estudios realizados sobre enfermedades
foliares, donde las cepas comerciales han mostrado efectividad como por ejemplo contra
Alternaria spp. (Castellanos y col. 1998; Pérez y Echemendía, 1994; Carelys y col. 1997)
quienes comprobaron una disminución del patógeno en el área foliar de las plantas, pero su
utilización no se ha extendido por no competir el bioproducto en los sistemas aéreos con los
fungicidas químicos.
Con respecto a los hongos del suelo, resultaría interesante comparar las cepas nativas con las
cepas comerciales A – 34 y C – 66, donde éstas han demostrado gran efectividad contra
enfermedades en tomate (Castellanos y col., 1995) y del frijol (González, 2001) y comparar si
éstas las superan en efectividad.
49
3.2.3. Reproducción de cepas nativas de Trichoderma spp. por la tecnología estándar de
producción
TITULO DEL
BIOPREPARADO
VARIANTES X (ufc/g) SIG.
Trichoderma sp.Cepa C-66 3,42 x 109 abcd
9
Trichoderma harzianum Cepa A-34 3,85 x 10 bcd
Trichoderma koningii Sección Pachybasium Cepa C-1 2,55 x 109 ab
9
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-2 2,30 x 10 a
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-3 4,47 x 109 d
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-4 3,57 x 109 abcd
9
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-5 3,90 x 10 cd
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-6 3,72 x 109 bc
9
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-7 3,80 x 10 bcd
Trichoderma harzianum Sección Longibrachiatum Cepa C-8 2,35 x 109 a
9
Trichoderma Sección grupo viride Cepa C-9 2,67 x 10 abc
ET * 0,400
CV (%) 19,9
Se demostró la posibilidad real de reproducción de todas las cepas nativas de Trichoderma por
vía sólida con la tecnología actual del INSAV (1993) obteniéndose títulos del biopreparado
superiores a 2 x 109 ufc/g, niveles óptimos por esta tecnología Castellanos (1996), no
50
obstante, para una recomendación específica debe tenerse en cuenta la acción antagónica e
hipreparasítica contra el agente causal de la enfermedad en cuestión. y si el efecto y la calidad
superan las cepas comerciales actuales.
La cepa C – 3 aislada del campo 15 de cítrico del Lote Avilés obtuvo el título más alto, no
demostró buenos resultados de antagonismo e hiperparasitismo frente a los dos hongos en
estudio. Su fácil reproducción y alta calidad del producto final, debe ser tenido en cuenta para
evaluar su efectividad como agente de biocontrol contra otros hongos patógenos.
51
4. CONCLUSIONES
3. Se aislaron seis especies del género Aspergillus, entre las que se incluyen dos que
constituyen nuevos informes para la microbiota del suelo cubano: Aspergillus biplanus
Raper & Fennell y Aspergillus tubingensis ( Schöber) Mosseray.
52
5. RECOMENDACIONES
3. Realizar pruebas de campo contra los hongos patógenos postcosecha de cítricos con las
cepas nativas del género Trichoderma fundamentalmente las aisladas de forma ambiental,
que resultaron más efectivas in vitro.
53
8. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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