Estudio Bíblico Sobre La Restauración de Los Caídos: Mateo 26
Estudio Bíblico Sobre La Restauración de Los Caídos: Mateo 26
Estudio Bíblico Sobre La Restauración de Los Caídos: Mateo 26
1- Título: La restauración de los caídos Texto Bíblico: Mateo 26: 31-35, 41, 73-75
2- Idea principal del mensaje:
Todos somos propensos a fallar en el transcurso de nuestro caminar con el Señor, pero existe
una promesa de restauración si volvemos a aquel que nos ama irrevocablemente.
a- Apoyarnos en el Señor y el poder de su fuerza para ser libres del poder del pecado
(Efesios 6:10).
b- Ser humildes y compasivos con aquellos que han caído, pues todos estamos
expuestos a padecer tentaciones y pruebas (Gálatas 6:1, Mateo 6:13).
6- Introducción:
La Biblia advierte claramente sobre ciertas conductas o hábitos que nos pueden hacer caer,
entre las cuales están:
El orgullo, (Proverbios 16:18): Exceso de estima hacia uno mismo y hacia los propios
méritos.
La incredulidad, (hebreos 3:12): Falta de fe en Dios, recelo o falta de confianza en la
verdad o eficacia de una cosa.
Los deseos de la carne cuando no son controlados, (Gálatas 6:8): Cuando no los
controlamos por el espíritu ellos nos controlan a nosotros.
Un exceso de ociosidad, (Efesios 2:10): Estado del que está voluntariamente sin
desempeñar actividades productivas. Fuimos creados para buenas obras, las cuales
Dios preparo de antemano para que nos ocupásemos en ellas.
Los afanes de este siglo, (Marcos 4:19): Que hacen que la palabra se vuelva
infructuosa.
El descuido Espiritual, (Efesios 6: 11, Hebreos 12:12, 13): Nos hace débiles y
vulnerables ante los ataques espirituales.
Y la sensación de impotencia o estancamiento, (Salmo 73:2, 3): Falta de fuerza,
poder o competencia para realizar una cosa, hacer que suceda o ponerle resistencia.
Cuando se detiene el curso o desarrollo de una cosa.
Lo contrario de caer es estar firme: Que es estable o no se mueve al estar bien apoyado o
sujeto. Persona que es constante y no se deja dominar ni abatir.
Dios llama a cada hijo e hija suyos, a estar firmes en la fe (1 Pedro 5:9), firmes en la libertad
con que Cristo nos hizo libres (Gálatas 5:1), firmes contra las asechanzas del enemigo (Efesios
6:11).
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12).
7- Puntos principales:
I. Nadie es perfecto.
Todos nos equivocamos muchas veces a lo largo de nuestras vidas, pues somos participes de la
misma naturaleza pecaminosa, esa la razón por la cual el proceso de santificación en el creyente
es progresivo y nunca terminara mientras vivamos en este cuerpo pecaminoso.
La misma palabra dice que siete veces cae el justo y vuelve a levantarse. Pero esto no es una
excusa para que hagamos del pecado una práctica, porque Dios no tendrá por inocente al
culpable (números 14:18); recordemos lo que sucedió con David y Betzabe, que toda acción tiene
sus consecuencias.
En ocasiones Dios permite que seamos probados, para que podamos ponernos a la altura de
los demás y ser compasivos con sus circunstancias, también para que aprendamos a conocerle a
él y para revelar lo que hay en nuestros corazones.
Incluso la caída del hombre, cumple con el propósito de mostrar el eterno amor y la misericordia
de Dios; y también mostrar su ira y hacer notorio su poder (Romanos 9:22-24).
La misericordia de Dios es gratuita, pero solo hay promesa de restauración para aquel que
confesando sus transgresiones se aparta de ellas (Proverbios 28:13).
El mero remordimiento no es suficiente para ser renovados. Judas, después que traiciono a
Jesús, sintió remordimiento, pero eso no fue suficiente para salvarlo. “Porque la tristeza que
es según Dios produce arrepentimiento para salvación… pero la tristeza del mundo
produce muerte” (2 Corintios 7:10).
Dios no quiere que seamos como Judas, de los que caen para perdición. El verdadero
arrepentimiento debe producir en nosotros un genuino acercamiento a Dios. Recordando que
si pecamos, tenemos un abogado que defiende nuestra causa y nos ayuda en nuestra
debilidad, a Jesucristo, el justo. (1 Juan 2:1)
III. Debemos estar alerta, en oración y búsqueda del Señor.
El Señor le advirtió a Pedro con tiempo, lo mando a orar y a velar, pero no hizo caso; puso su
confianza en sí mismo y sabemos cuál fue el resultado. Pero la misericordia de Dios fue más
grande, como dice en Lucas 22:32 “Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando
te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos”. Cuando abundo el pecado, sobreabundo la
gracia. Debemos orar también unos por otros y fortalecernos unos a otros.
Dios es el único que puede mantenernos firmes hasta el fin, por lo que le corresponde toda la
gloria y la honra, como dijo pablo: “en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo
Jesús, no teniendo confianza en la carne” (Filipenses 3:3).
8- Conclusión:
Sabemos quién llego a ser Pedro, Pablo y los demás discípulos; su vida hoy es un testimonio para
nosotros, de que a pesar de los tropiezos y las dificultades, en Dios si se puede vivir una vida
victoriosa, (Romanos 15:4).
La clave es la perseverancia, como dice en Lucas 21:19 “Con vuestra paciencia ganaréis
vuestras almas”. Algunas versiones traducen la palabra paciencia como constancia o
perseverancia.
“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de
su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad,
imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.” (Judas 1:24, 25)