Psicoterapia y Rehumanización de Las Adicciones

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José Luis XXIV

Cuadernos de Bioética Cañas2013/1ª


Fernández Psicoterapia y rehumanización de las adicciones. Un modelo para la bioética personalista
Copyright Cuadernos de Bioética

PSICOTERAPIA Y REHUMANIZACIÓN DE LAS


ADICCIONES. UN MODELO PARA LA BIOÉTICA
PERSONALISTA

PSYCHOTHERAPY AND REHUMANIZATION FROM ADDICTIONS.


A MODEL FOR PERSONALIST BIOETHICS

JOSÉ LUIS CAÑAS FERNÁNDEZ


Universidad Complutense de Madrid
Facultad de Filosofía, Ciudad Universitaria, 28040-Madrid (Esp.)
Teléfono: +34 913 946 013
E-mail: [email protected]

RESUMEN:
Palabras clave: Si convenimos que existe alguna posibilidad de superar las adicciones, por remota que sea, y que el
rehumanización, hombre no sería hombre si no tuviese esa oportunidad, concluimos que ha de haber algún modelo o teoría
adicciones, bioética, que la fundamente. Nuestra propuesta en este artículo consiste en enfocar el fenómeno adictivo desde
psicoterapia, la perspectiva de la rehumanización, un modelo antropológico-terapéutico contrastado en Comunidades
personalismo. Terapéuticas Rehumanizadoras como terapia sanadora eficaz y ayuda de las personas más deshumanizadas
Recibido: 03/10/2012 de la sociedad. Este valioso modelo teórico-práctico, que venimos denominando desde hace algo más de

Aceptado: 04/12/2012 una década “Filosofía de la rehumanización”, puede servir de ayuda para la epistemología de una Bioética
Personalista actual.

ABSTRACT:
Keywords: If we agree that there is any chance of overcoming addictions, however remote, and that man would
re-humanization, not be man if he did not have that opportunity, we conclude that there must be a model or theory to
addictions, bioethics, back it up. Our proposal in this paper is to approach the addictive phenomenon from the perspective of
psychotherapy, re-humanization, an anthropological and therapeutic model corroborated by Re-humanizing Therapeutic
personalism. Communities as a healing therapy that helps the most dehumanized persons in society. This valuable
theoretical and practical model, which we have come to call “re-humanization Philosophy” for more than
ten years, may be of help for the epistemology of present-day Personalist Bioethics.

1. Introducción amplia y fácil de alcanzar, lo cual nos lleva a predecir


Las adicciones se han convertido, por derecho pro- un aumento del número de personas adictas en todo el
pio, en uno de los principales ‘temas de nuestro tiempo’ mundo cada vez mayor.
en todas las sociedades. Las drogas sintéticas o ‘de dise- El tema, en efecto, es de sobra importante para los
ño’, por ejemplo, con un proceso de producción y colo- gobiernos y Estados del mundo entero, y es tratado con
cación en el mercado muy rápido debido a su facilidad profusión de medios desde las ciencias de la salud y sus
de elaboración a partir de productos farmacéuticos, se variadas ramas: médico-hospitalaria, farmacológica, psi-
distribuyen con tal rapidez que su oferta cada vez es más cológica, bioética, etc., y por descontado también des-

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de las ciencias humanas: sociología, educación, y ramas medad, sino: 1, como sentido de vida, en un proyecto de
como la política, la judicatura, la policial, etc. Pero la vida incluido en un proyecto familiar y social. 2, como
cuestión apenas ha sido esbozada por la mirada de una la posibilidad de escribir la propia historia vital en la
filosofía humanista y una antropología personalista, ta- propia familia, el trabajo y la comunidad. 3, como la
rea no exenta de atractivos para la bioética y otras epis- posibilidad de expresar lo ‘no dicho’ en el diálogo y la
temologías personalistas emergentes actuales, según ve- reflexión. 4, como la posibilidad de sentirse querido y de
remos. De modo que el propósito último de nuestro en- querer, privilegiando el encuentro con el otro. 5, como
foque es adentrarnos en este fenómeno creciente de las la posibilidad de transformar y transformarse. 6, como
adicciones, hermético mundo de ‘oscura noticia’, desde la posibilidad de comprometerse, participar y sentirse
la perspectiva de una antropología y una bioética perso- participando”2.
nalistas que nos permita fundamentar dicho fenómeno, Esta propuesta personalista ayuda, por ejemplo, a
por un lado, e implementar una práctica o psicoterapia comprender mejor el vertiginoso descenso de la edad
bien experimentada, por otro. entre los jóvenes y adolescentes que se inician en las
En primer lugar digamos que el perfil de las adiccio- drogadicciones, un fenómeno muy actual que antes era
nes en la actualidad sobrepasa la cuestión toxicológica un atributo propio de adultos. Hace un par de décadas
o de las ciencias de la salud, y ha pasado a formar parte la psicoterapia humanista ya apuntaba que “los adoles-
de los curricula de las Ciencias Humanas o Ciencias de la centes y jóvenes, como el sector más inestable y sensi-
Persona . Las adicciones ya no son sólo las drogadiccio-
1
ble de la sociedad, sufre más directamente o reproduce
nes, aunque éstas siguen siendo las más alarmantes para descaradamente las contradicciones, las carencias y el
la sociedad. La gravedad del fenómeno adictivo procede malestar que provoca tanto la estructura (sistema) social
de su amplitud social y sobre todo existencial, es decir de como el estilo de vida vigente”3. Y estaba muy bien ese
un posicionamiento vivencial que incluso nos atrevemos diagnóstico. Pero estas causas hoy día no son suficien-
a decir que ya está generando un nuevo ‘puesto del tes para explicar el amplio fenómeno de las conductas
hombre en el cosmos’. Hoy día las adicciones son un pro- adictivas. Necesitamos acudir a la raíz antropológica-
blema grave para la mayoría de las sociedades de todo existencial de las personas y estudiar el sin-sentido vital
el mundo porque el número de personas usuarios va en que ‘obliga’ al ser humano a hacerse adicto. Sin este
aumento, pero la batalla de los Estados y gobiernos tie- planteamiento antropológico previo no acertamos a res-
ne poco éxito porque no va a las raíces donde se gesta ponder correctamente cómo entendemos las adicciones
el problema en las personas, y no se abordan los factores y cómo percibimos a los adictos de nuestras sociedades
preventivos o culturales profundos que influyen en la en el momento presente.
vida de las personas decisivamente, lo cual contribuye a Digamos que es sintomático el hecho de que las
crear una insaciable demanda. adicciones produzcan una ambivalencia paradójica, de
Dicho desde el punto de vista de una bioética per- atractivo y de rechazo a la vez, tanto individual como
sonalista: debemos cambiar y ampliar el concepto de colectivamente: por un lado, un rechazo claro, y, por
salud actual. Podemos tomar ahora como referente la otro, un atractivo fascinado hacia el mundo abismal.
propuesta que hace el psiquiatra argentino, y discípulo Desde un planteamiento realista toda salida de las adic-
de Viktor Frankl, Jerónimo Acevedo: “La salud se en- ciones depende en última instancia de la decisión de la
tiende [se debe entender] no como ausencia de enfer- persona, bien para no iniciarse bien para salir si está ya
enganchada. Evidentemente el mejor camino para salir
1 En otro lugar reciente he propuesto la conveniencia de
llamar ya a las Ciencias Humanas (CC.HH) Ciencias Personales o
Ciencias de la Persona (CC.PP). Cfr. Cañas, J.L. “Fundación de la 2 Acevedo, J. El modo humano de enfermar, Ed. Fundación
Psicología Personalista”. En: Cañas, J.L., Domínguez, X.M. y Burgos, Argentina de Logoterapia, Buenos Aires, 1996, p. 121.
J.M. (eds.), Introducción a la Psicología Personalista, Dykinson, Ma- 3 Núñez, I. Ante el debate actual sobre la drogodependencia,
drid, 2013. Ed. Asociación Proyecto Hombre, Madrid, 1994, p. 28.

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de este modus existencial esclavo es no entrar en él, y los salud y es susceptible de generar dependencia’, dando
pasos encaminados hacia la no iniciación, especialmente especial atención a ‘estupefacientes y psicotrópicos, be-
desde la familia y la escuela, son los más efectivos. El bidas alcohólicas, tabaco y productos de uso doméstico
problema se presenta acuciante cuando pensamos en los o industrial, sustancias volátiles y otras susceptibles de
ya iniciados: ¿pueden salir de ese estado “subhumano” producir efectos propios de las drogas’, etc.
y abandonar su conducta adictiva? Pero desde una mirada antropológica personalista
Si convenimos que existe alguna posibilidad de ‘des- actual estas aproximaciones al problema son escasas
engancharse’ de las adicciones, por remota que sea, y porque restringen el concepto de droga a las sustancias,
que el hombre no sería hombre si no tuviese esa ‘última sin reparar en la realidad compleja de las adicciones. En
oportunidad’, concluimos que ha de haber alguna expli- un intento de explicación más universal y más ajustada a
cación o modelo que la fundamente. Si de verdad todo la realidad, desde el punto de vista existencial podemos
ser humano ‘dependiente’ puede hacer la experiencia de decir que droga sería cualquier realidad que produce
la esperanza. Si desde una situación de esclavitud adicti- en las personas síndrome de dependencia, sin más, es
va la persona puede volver a ser ‘independiente’ de sus decir sin atender al tipo de sustancia ‘interna’ o actitud
ataduras,… entonces ha de aparecer alguna teoría que ‘externa’ que produce la dependencia. De modo que
sustente este fenómeno. Nuestra propuesta consiste en proponemos esta definición más actual: adicción es cual-
enfocar las adicciones desde la perspectiva del fenóme- quier droga o conducta que hace a la persona esclava de
no de la rehumanización, no sólo como un modelo teó- sí misma en su cuerpo, en su mente o en su espíritu. Lo
rico antropológico contrastado sino también como un cual equivale a decir que la esencia de cualquier adicción
modelo práctico válido para la bioética y la psicoterapia está en esclavizar al ser humano.
actuales. Denominamos a este modelo epistemológico Las drogas serían cualquier tipo de dependencia
personalista “Filosofía de la rehumanización”4. adictiva frente a algo o a alguien, no sólo a las sustan-
Vamos a detener aquí nuestra mirada, en la praxis cias sino también al sexo, al dinero, al juego de azar, al
rehumanizadora, como modelo ideal para una bioética enganche del ordenador o del móvil,... actividades que
personalista actual y como fundamento de una filosofía cuando son compulsivas esclavizan al ser humano y le
de vida esperanzadora. hacen ser dependiente. De tal forma que, desde una
fundamentación antropológica personalista, bien pode-
2. El concepto de adicción mos aplicar la calificación de esclavitud a cualquier tipo
de conducta adictiva, y no es desproporcionado el tér-
La definición genérica de droga, acuñada en 1975
mino ‘esclavo’ si tenemos en cuenta la destrucción de la
por Kramer y Cameron para la Organización Mundial
personalidad a que se ven sometidos los seres humanos
de la Salud, ‘toda sustancia que, introducida en el or-
cuando derrotan por caminos adictivos.
ganismo vivo, puede modificar una o más funciones en
éste’, sigue siendo divulgada. Después la OMS concretó Si unas adicciones fomentan otras, ello nos lleva

el concepto de ‘droga causante de dependencia’ respec- con A. M. Washton y D. Boundy a la conclusión de que

to a cualquier tipo de alcohol, anfetaminas, barbitúri- “la verdadera causa de la adicción reside dentro de

cos, cannabis, cocaínas, alucinógenos, Khat, opiáceos y nosotros”5. Es decir, que las adicciones a las drogas, al

disolventes volátiles. Las directrices posteriores amplían sexo, a las compras, al juego, a la comida, al trabajo, a

el concepto de droga a ‘toda sustancia que estimula, ciertas personas, a la realidad virtual, etc., todas trata-

inhibe o perturba las funciones psíquicas, perjudica la rían de llenar un vacío existencial profundo equivoca-
damente. “Otras adicciones —a la comida (bulimia), a
4 Cfr. Cañas, J.L. De las drogas a la esperanza, San Pablo,
Madrid, 1996; Cañas, J.L. Antropología de las adicciones, Dykinson,
Madrid, 2004; y Cañas, J.L. De la adicción a la esperanza, Ed. del 5 Washton, A.M. y Boundy, D. Querer no es poder. Cómo
Instituto de Ciencias de la Familia, Guatemala, 2010. comprender y superar las adicciones, Paidós, Barcelona, 1991, p. 68.

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no comer (anorexia), al trabajo, al juego, a las compras, Concluyamos por el momento que todo tipo de adic-
al sexo, a viajar y hasta al ejercicio físico— parecen bas- ciones presenta el denominador común de provocar en
tante inofensivas, y a veces hasta cómicas, pero para un las personas enganchadas una existencia esclava y vacía
número creciente de personas en el mundo la actividad de sentido y que, por tanto, lo más definitivo que habría
en cuestión se ha convertido en un fin en sí mismo, que que abordar son las causas existenciales independiente-
tiraniza y controla sus vidas, en lugar de enriquecerlas” . 6
mente del modelo terapéutico que se proponga para
Diremos entonces que toda adicción es huir de uno rehumanizarlas.
mismo. Porque cuando se entra en la dinámica de ‘huir
hacia adelante’ como única actividad en la vida, salta el 3. Causas de las adicciones
piloto intermitente del vacío existencial. Y si la persona Para entender la actitud existencial de las personas
no llena ese vacío a tiempo, es posible que caiga en la es preciso reflexionar como actores de nuestro propio
desesperación. Estos son los efectos visibles de las adic- drama vital, no como meros espectadores, por ejemplo
ciones, la nueva esclavitud que pasará a la historia de la en la interpretación del filósofo francés Gabriel Marcel
Humanidad de comienzos del tercer milenio. quien repite con profusión en sus obras: “yo no asisto al
Es cierto que no todas las adicciones son iguales y espectáculo”9, en el sentido de no vivir nuestra propia
que, de hecho, existen importantes diferencias entre las vida como espectadores teatrales. Cuando hablamos de
sustancias y las conductas. Las adicciones a sustancias superar las adicciones hemos de acercarnos a ese mun-
alteran el funcionamiento del cerebro, a diferencia del do, siempre tan hermético, desde la perspectiva compro-
resto de adicciones. Sin embargo, cuando nos situamos metida con la vida, la más existencial y personal. Porque,
en el plano existencial, es fácil identificar los puntos en además, es la más real: primero porque esclaviza, según
común entre tipos de adicciones aparentemente bien hemos visto, y en segundo lugar porque cualquier per-
distintas, entre otras razones porque si “las adicciones sona podemos caer en alguna adicción. De modo que si
pueden parecer muy diferentes en la superficie pero ser contemplamos el proceso de rehumanización como una
provocadas por las mismas causas profundas”7 es porque evolución desde la esclavitud a la libertad, el fenómeno
todas conducen al mismo estado: la esclavitud personal. adictivo, en su sentido más existencial y humano, ya nos
De hecho, el conflicto interior de la persona adicta afecta a todos más de cerca.
no está tanto en dejar su adicción, sino en reencontrar Insistamos en que lo relevante para una bioética per-
el suficiente interés por la vida de forma que no recaiga sonalista sería comprender que todas las personas adic-
en sus esclavitudes. Un exheroinómano, por ejemplo, tas, enganchadas de una u otra forma, viven alienadas.
puede llegar a tener casi tan buena salud después de La dependencia es una soledad en la cual la persona
varios años de consumo, de modo que su hundimiento esclava de sí misma se encuentra en una neurótica lu-
personal procede más bien del sinsentido existencial y cha por conseguir una ‘felicidad agónica’, efímera, una
de su desorden de vida desestructurada. Ya en los años especie de nada que desembocará antes o después en
sesenta de la pasada centuria una tesis doctoral demos- estados de angustia existencial. Y bajo la creencia de
traba que el 90% de los casos crónicos de alcoholismo ha vivir en libertad, se vuelve en cambio ocasión de un vivir
de atribuirse a un sentimiento de falta de sentido de la alienado, evadido de los problemas reales.
vida8. Si esto es correcto, el principal problema a tratar Tampoco puede afirmarse que existan personas más
sería este, no el de la desintoxicación. predispuestas que otras a iniciarse en conductas adictas
y después a engancharse. Pensemos más bien que la per-
6 Washton, A.M. y Boundy, D. op. cit. 21 (adap.) sona no cae en la situación extrema adictiva de una vez
7 Washton, A.M. y Boundy, D. op. cit. 12.
8 Forstmeyer, A. von, The Will to Meaning as a Prerequisite
for self-actualization, Western University, California, 1968. Citado 9 Marcel, G. Diario Metafísico, Guadarrama, Madrid, 1969, p.
por Fizzotti, E. Para ser libres, San Pablo, Madrid, 1994, p. 20. 27.

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y de golpe, sino que, hasta llegar a esa situación, antes valer la terrible situación en que se encuentran “pero
ha dado bastantes pasos previos de conductas adictivas. en el caso de un antiguo drogadicto el truco no vale;
Entonces nos surge la pregunta un tanto desconcertante es desenmascarado inmediatamente y se convierte en el
de por qué el hombre cae en la autodestrucción sin te- objeto de las ironías de todo el mundo”13.
ner en cuenta los datos que la experiencia previa le ha En una Comunidad Terapéutica auténtica, es decir
presentado en la vida, y repite patrones de comporta- rehumanizadora y no meramente rehabilitadora14, las
mientos negativos y de conductas autodestructivas. personas en vías de rehumanización se autoayudan me-
Pero igual que engancharse no es una respuesta de diante la vivencia de su verdad a través de la comunica-
golpe, la conducta adictiva tampoco se manifiesta de ción, la afectividad y los valores humanos que pueden
golpe. El fenómeno reviste un proceso llamativo, una dar sentido a su existencia, como seres que aspiran a
lógica interna de encadenaciones asombrosa: a medida compartir la vida con una actitud de firmeza, capaces
que los adictos empiezan a acumular problemas en su de transmitir que la vida del hombre, como diría Shakes-
familia y su hogar, en su trabajo y en sus ámbitos socia- peare, no es ‘una historia contada por un idiota’, ni ‘una
les, como consecuencia de su abandono existencial “co- pasión inútil’ (Sartre), ni un ‘instrumento programado’
mienzan a negar dos cosas: 1) que la droga o actividad (Skinner), sino un ser personal con capacidad de libre
en cuestión constituya un problema que no puedan con- decisión, con posibilidades creativas que nacen de su ca-
trolar y 2) que los efectos negativos en sus vidas tengan pacidad de hacer experiencias rehumanizadoras consigo
alguna conexión con el uso de la droga o actividad” . 10
mismo y con los demás.
Lo grave es que no sólo están tratando simplemente El descubrimiento de la rehumanización por parte
de manipular a todo el mundo, sino que en el momento de un ser adicto le viene esencialmente del reconoci-
que niegan, realmente creen estar diciendo la verdad. miento de su ser personal como hasta entonces nunca
Bloquean su conciencia los hechos que demostrarían lo lo había vivido. Entre otras razones lo descubre porque
contrario. Por eso a las personas cercanas que conviven compara lo que dejó atrás en el mundo adictivo y los
con un ser adicto —padres, cónyuge, hijos, amigos...—, valores que ahora empieza a descubrir. Continuamente
la negación de éste les resulta desesperante. Sucede que los demás compañeros, con las mismas dificultades que
eluden el problema y no le reconocen, porque “la princi- él, le recuerdan con amargura ‘la calle’15. Y ahora, en
pal función de la negación es evitar que nadie interfiera definitiva, ya sabe con lucidez que la calle era un lugar
en el uso de la droga” . 11
donde chocaba con otros seres adictos, es decir donde
Además, la mayoría de adictos a sustancias (en rea- no se encontraba de verdad con nadie. Es posible que
lidad todos los adictos) alternan períodos de consumo la virtud curativa o psicoterapéutica de la rehumaniza-
diario con períodos de relativa abstinencia o de con- ción radique en crear y posibilitar espacios existenciales
sumo “controlado”. Sería importante comprender esto, donde pueden encontrarse de verdad las personas y no
porque partiendo de un criterio erróneo, muchas per- chocar como objetos.
sonas que son adictas suelen persuadirse, y convencer a El momento existencial crítico de toda persona adicta
otros, de que no lo son o no tienen problemas: ‘Yo no puede acabar en la desesperación, incluso en el suicidio,
bebo todos los días’, o ‘sólo consumo cocaína los fines o por el contrario la persona puede transformar su vacío
de semana’ o ‘si fuera adicto lo haría todos los días’ . 12
existencial en hacer la experiencia de la esperanza. Se
J. Durand-Dassier constata que los alcohólicos y los dro-
13 Durand-Dassier, J. Psicoterapia sin psicoterapeuta, Marova,
gadictos poseen una gran habilidad para manipular a Madrid, 1994, p. 35.
los demás (familia, médicos, amistades, policía) haciendo 14 Esta cuestión está tratada con profusión en mi obra Antro-
pología de las adicciones, op. cit. 339-405.
15 “La calle” es la expresión más usual que utilizan los residen-
10 Washton, A.M. y Boundy, D. op. cit. 45. tes de una Comunidad Terapéutica Rehumanizadora para expresar
11 Washton, A.M. y Boundy, D. op. cit. 47. su antigua existencia de adictos. Cfr. Cañas, J.L. De las drogas a…,
12 Washton, A.M. y Boundy, D. op. cit. 36. op. cit. 53-56.

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le han cerrado muchas puertas, pero todavía le queda ‘logos’ esencial, algo que nosotros podemos sostener ya
alguna ventana abierta; desde esa situación límite podrá como tesis central, y su desarrollo actual nos parece una
replantearse el sentido de su vida. La misma y penosa tarea plena de luz para las ciencias actuales como la Bio-
realidad sirve, de hecho, para que unas personas ten- ética y, en general, para las corrientes del pensamiento
gan esperanza, y otras, por el contrario, desesperen. La humanista y personalista.
maravilla de la libertad humana tal vez aparece aquí Si entendemos que las adicciones —extiéndase el
mejor expresada que en otras situaciones, por el poder concepto todo lo que se precise en los distintos con-
trasfigurador de la esperanza en situaciones límite. textos— no son causa de la frustración existencial del
Podrá salir de las adicciones encontrando sentido a hombre, sino síntomas de su deshumanización, entonces
su vida. El ser humano necesita sentir la vida como algo concluimos que en verdad lo que el ser humano necesita
que emana de su interior y de su sensibilidad, a través es una rehumanización. El ser en vías de rehumanizarse
de las pequeñas cosas y vivencias de cada día. Cierto que descubre que es persona gracias a una teoría muy natu-
nuestra compleja sociedad influye fuertemente en las ral y sencilla que situaría el problema central de su vida
personas que la constituimos, pero ‘lo social’ no tiene en su ámbito más puramente filosófico (real e ideal), es
la última palabra. La última palabra, afortunadamente, decir en el sentido o sinsentido de su existencia.
la tiene la persona. A cada ser humano, como lo ha El cambio de mentalidad, el paso de la deshumani-
visto singularmente Viktor Frankl, debe serle dada la zación a la rehumanización, una vez que la persona ha
posibilidad de tomar las riendas de su propia existencia abandonado sus adicciones y sus irracionalidades corres-
y dotarla de sentido. pondientes, genera un pensamiento nuevo en todas las
áreas de la vida, hasta el punto de que un día puede
4. Teoría de la rehumanización llegar a decir: ‘He nacido de nuevo’. El hombre deshu-

El nuevo mundo existencial de valores que descubre manizado tiene que nacer de nuevo, pero —como dice

la persona ex-adicta le es posible gracias a que intenta ir un proverbio oriental— a un prisionero no se le puede

más allá de la rehabilitación hacia un concepto más real sacar de la cárcel hasta que él no es consciente de que

—y, por ello, más esencial—, que damos en calificar de está en prisión.

rehumanización. La rehumanización hace hincapié en el Los fundamentos teóricos de la rehumanización que


problema existencial generado, desde un marco práctico proponemos los encontramos en primer lugar a través
educativo, por medio de la creación de relaciones inter- de las corrientes filosóficas del pensamiento existencial
subjetivas plenas de sentido, basadas en decir la verdad, y humanista de mediados del siglo pasado: en la fe-
en vivir la honestidad y el respeto, desde una libertad de nomenología, en el personalismo, en el pensamiento
espíritu envidiable. dialógico, en el pensamiento existencial, en las teorías

Dicho concepto lo encontramos en algún recodo de psicológicas humanistas18, en la Gestalt19, en la Logote-

la obra de Viktor Frankl. A propósito de la frustración rapia20, etc. Y, en general, en los modernos desarrollos y

existencial del hombre, Frankl escribe en su libro Lo-


18 A mi modo de ver las obras más representativas de las psi-
goterapia y análisis existencial que “la medicina y la
cologías humanistas son las de Erich Fromm y las de Viktor Frankl,
psicología precisan de una rehumanización”16; y en El con sus teorías de la “búsqueda de la cordura” y “búsqueda de sen-
tido”, respectivamente, sin olvidar al resto de autores relevantes:
hombre en busca de sentido titula un epígrafe “La psi- James Bugental, Abraham Maslow, Rollo May, Carl Rogers, Char-
lotte Bühler, Ruth Cohn, Igor Caruso, Kurt Goldstein, Erikson, etc.
quiatría rehumanizada”17. Pero aún no aparece en la
Sobre los comienzos de la Psicologías Humanista, cfr. Carpintero, H.
obra frankliana el concepto en su razón plena, en su (et.al.) “Condiciones del surgimiento y desarrollo de la Psicología
Humanista”. En: Revista de Filosofía (Univ. Complutense), 3ª época,
vol. III (1990), nº 3, pp. 71-82.
16 Frankl, V. Logoterapia y análisis existencial, Herder, Barcelo- 19 Se aproxima a la Gestalt Therapy mediante su concepto de
na, 1990, p. 257. persona que apunta a una totalidad armónica y rica.
17 Frankl, V. El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona, 20 La Logoterapia, mediante el encuentro intersubjetivo, po-
1993, p. 127. sibilita la comunicación y la palabra, necesarias para favorecer el

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escuelas personalistas actuales como la Asociación Espa- 5. De la deshumanización a la esperanza


ñola de Personalismo o la Asociación Iberoamericana de Una conclusión aparece clara en todo proceso rehu-
Personalismo21. Ahora bien, todavía hoy en ciertos círcu- manizador: la persona hace vida el concepto de esperan-
los intelectuales las Ciencias de la Persona y las filosofías za en su existencia. Uno de los grandes temas de la filo-
humanistas son admitidas con reticencia, porque su con- sofía existencial de nuestro siglo, la esperanza, no podía
cepción científica antropológica, su modelo explicativo, estar ausente de una ciencia emergente como la bioética
como hace notar la austríaca Elisabeht Lukas, discípula que apunta a lo mejor del ser humano, a su ser mismo.
de Frankl, “contiene un factor extraordinariamente dé- Pensemos que un ser adicto, mientras vive identificado
bil que podríamos llamar la confianza en el hombre”22. con su adicción, no tiene esperanza: sólo vive a la espera
Pero notemos que estas filosofías humanistas y per- de su dosis (adictiva) y, cuando esta le falla, le sobrevie-
sonalistas, que habían sido apuntadas por el genio del ne la desesperanza. La esperanza o la desesperación son
pensador danés Sören Kierkegaard a principio del siglo actitudes totalmente opuestas en la experiencia del ser
XX 23, resurgieron con fuerza en Europa precisamente en adicto y forman parte de su existencia íntima y deciden
una época en la que se resquebrajaron casi todos los ti- su vida: “Los que conocen la estrecha relación que exis-
pos de confianza, la época en torno a la segunda guerra te entre el estado de ánimo de una persona -su valor y
mundial, cuando ya habían hecho quiebra los ideales del sus esperanzas, o la falta de ambos- y la capacidad de
progreso indefinido —‘el mito del eterno progreso’—, su cuerpo para conservarse inmune, saben también que
y la confianza del hombre casi ilimitada en el poder de si repentinamente pierden la esperanza y el valor, ello
la técnica para ‘salvarle’ se revelaba insuficiente. En esa puede ocasionarles la muerte”25.
época el hombre europeo comenzó a cuestionar todo y, Por el contrario, una antropología personalista bien
particularmente, a cuestionarse a sí mismo24. fundada siempre sostiene que hay salida, que es posible
Parece una constante histórica digna de considera- salir. Que el ser humano puede abandonar la esclavitud
ción: cuando las ciencias más se han concentrado en de las drogas y llegar a ser libre de verdad. Que pue-
métodos mecánico-funcionales es cuando ha aparecido de pasar de la deshumanización a la rehumanización,
en el horizonte científico y filosófico una imagen del esa plenitud existencial que ya los griegos denominaron
hombre basada en conceptos como ‘dignidad humana’, eudaimonía, felicidad. Que hay esperanza. Hay una con-
‘conciencia de responsabilidad’, ‘voluntad de sentido’, clusión siempre esperanzadora desde la filosofía de la
etc. La filosofía de la rehumanización que venimos es- rehumanización: que se puede salir de las adicciones, y
bozando se presenta también como la necesidad de que se puede enseñar a las personas a vivir sin adiccio-
redefinir ‘nuevas’ categorías antropológicas y hacerlas nes, es decir sin esclavitudes de ningún tipo.
actuales: sentido, encuentro, relación, libertad, esclavi- Una vez más, constatamos que el planteamiento más
tud, verdad, mentira, desesperación, esperanza, deshu- adecuado hoy para conocer estos graves problemas de
manización,... la salud física, mental y espiritual, es el planteamiento
antropológico personalista y una bioética pesonalista.
Las adicciones son una salida equivocada a la necesidad,
clima o “ámbito relacional” necesario donde surge de nuevo el
sentido de la vida. Cfr. “Conceptos básicos de Logoterapia”. En: casi instintiva y universal, de buscar el placer y anestesiar
Frankl, V. El hombre en busca…, op. cit. p. 95s.
21 Cfr. www.personalismo.org el dolor, de olvidar las frustraciones de la vida, de eva-
22 Lukas, E. Tu vida tiene sentido (prólogo de V. Frankl), Ed. dirse de sus conflictos internos, o de negarlos, y alterar
SM, Madrid, 1983, p. 244.
23 S. Kierkegaard vive en la primera mitad del siglo XIX, en la conciencia para escapar de la angustia existencial que
la ciudad de Copenhague donde escribe en danés, y prácticamente
pasa desapercibido hasta casi un siglo después. Sobre su influencia a veces nos embarga, y sobre todo la necesidad de tras-
en el pensamiento contemporáneo, cfr. Cañas, J.L. Sören Kierke- cendernos y ser felices.
gaard, entre la inmediatez y la relación, Trotta, Madrid, 2003.
24 Cfr. Husserl, E. La crisis de las ciencias europeas y la fenome-
nología trascendental, Crítica, Barcelona, 1991. 25 Frankl, V. El hombre en busca…, op. cit. 77.

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La filosofía de la rehumanización genera un sustrato ser adicto: ¿tiene sentido la vida? Quizás por estas y
humano-existencial en la concepción de la persona y otras cuestiones existenciales candentes, también para
el problema de las adicciones que continuamente está Albert Camus en 1942 juzgaba que el sentido de la vida
lanzando el mensaje de que es posible salir, de que hay es el único problema filosófico verdaderamente serio27.
esperanza. Esta espléndida realidad se alumbra en el he- Diríamos que la cultura de la muerte es la cultura de las
cho de que no se limita solamente a quitar una adicción adicciones, y la cultura de las adicciones tiene mucho
a una actividad o una sustancia (rehabilitación), sino que ver con el suicidio: primero, suicidio lento y gradual,
que va a lo hondo del problema, es decir a orientar de pero después puede llegar a ser suicidio rápido y des-
sentido la existencia humana y la de su entorno familiar enlace real. “El prisionero que perdía la fe en el futuro
y social, eso es la rehumanización. Este cambio radical de —en su futuro— estaba condenado. Con la pérdida de
la propia existencia sólo es posible mediante la vivencia la fe en el futuro perdía, asimismo, su sostén espiritual;
de la esperanza. se abandonaba y decaía y se convertía en el sujeto del
En el fondo, la esperanza es la conversión de alguien aniquilamiento físico y mental”28.
que pasa de sentirse objeto (cosa objetivable) a volver Centrándonos en las drogas, podemos sospechar fun-
a sentirse persona (sujeto personal). Se trata de una dadamente que quizás muchas muertes por sobredosis
‘conversión existencial’, en el sentido filosófico, como le sean sobredosis voluntariamente administradas. Es una
sucedió a Gabriel Marcel26, por ejemplo, quien cambió la hipótesis que merece la pena estudiar desde el punto
orientación inicial de su filosofía ‘idealista’ por una filo- de vista de una bioética personalista, aunque el abismo
sofía ‘existencial’. Los seres ex-adictos que se liberan de de oscuridad en torno a la muerte se acrecienta cuando
esa despótica esclavitud coinciden en afirmar que ahora su causa directa es la droga o la adicción. Podemos ver
de nuevo, y casi por primera vez en un sentido literal, la lógica de esta hipótesis en que cuando el hombre cae
sienten que son personas. en la absurdidad, en el vacío, no sorprende la terrible
Toda ‘conversión’ implica la orientación desde la exis- depresión existencial que se apodera de él porque ve su
tencia deshumanizada hacia un ideal polarmente distin- vida despojada de orientación. De ahí al suicidio puede
to, lo cual produce una rehumanización. La vida entera haber sólo un débil paso. De modo que para recuperar
de la persona rehumanizada queda ahora como orde- el terreno perdido y abandonar sus adicciones, al ser
nada de una forma que lo transforma todo, desde una humano le es indispensable ejercitarse en una visión de
libertad interior que produce en la persona un cambio la vida que considere fundamental el descubrimiento de
espectacular de vida. Es la conversión existencial de un los valores y la búsqueda del sentido.
mundo interior desde la experiencia del encuentro con- Justamente en los momentos más adversos es cuando
sigo mismo y con los demás. Y esta nueva orientación en el sentido de la vida actúa como fuerza esperanzadora.
torno a un ideal de sentido libera tal energía creadora El sentido es una meta a conseguir en el futuro, y esta
que ahora el hombre se siente capaz de emprender ac- meta está ya en el presente impulsando la existencia
ciones que antes consideraba inaccesibles y ajenas a su cotidiana de las personas. ¿Hacia dónde impulsa la re-
campo de acción y posibilidades. humanización? Decididamente lleva hacia la verdad y la
El ser ex-adicto que se rehumaniza es sobre todo unidad (personal y colectiva).
un ser personal consciente de haber ‘nacido de nue- El ser adicto arrojado en la calle (‘calle’ también pue-
vo’, capacitado para una vida nueva equilibrada. Por de ser un hogar rodeado de todo lo necesario y con apa-
el contrario, el suicidio es siempre la gran cuestión del riencia de normalidad) se lanza hacia el dominio de la
adicción pero la adicción le domina hasta despeñarlo en
26 El proceso de esta “conversión” puede seguirse a través de
las cuidadas anotaciones en su Journal Metaphysique, escrito entre
1914 y 1923. Cfr. Cañas, J.L. Gabriel Marcel: filósofo, dramaturgo y 27 Camus, A. El mito de Sísifo, Alianza, Madrid, 1981, p. 59.
compositor, Palabra, Madrid, 1998, pp. 73-101. 28 Frankl, V. El hombre en busca…, op. cit. 76.

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el absurdo. No se percata de que la adicción le domina a Concluyamos que la ‘rehumanización definitiva’ del
él, y no él a la adicción. Desde la rehumanización, por el ser adicto propicia en su vida la belleza de cambiar el
contrario, el ideal del dominio da paso al ideal de la uni- ideal del egoísmo, que le precipitó al vacío existencial
dad, donde nada domina a nadie y nadie domina nada, de la calle, por el ideal de la solidaridad y el encuentro
es decir da paso a la auténtica liberación existencial. que le devuelva a la plenitud existencial. La libertad
Se trata, como escriben Rusk y Read, de tener aga- humana se expresa en la actitud que se adopta frente
llas para encontrarse cara a cara con la luz, sin esperar al ideal en la vida. Cuando el ser adicto deja de esforzar-
filosofías teoréticas abstractas ni fórmulas de mágicas se ‘voluntaristamente’ y se acepta a sí mismo tal como
palabras que le resuelvan a uno vida. Es preciso tener es, y admite que ha perdido el control, entonces podrá
el valor de vivir una vida en la que algunos días serán empezar a recobrarle. Acontece a menudo, en efecto,
duros y otros fáciles, independientemente de lo listo que que “todos conocemos casos de personas empeñadas
sea uno. El éxito significa tener la valentía de luchar, en salir adelante a pesar de sus enormes dificultades de
cambiar, crecer y todas las otras contradicciones de la orden económico o personal, hasta el punto de llegar a
condición humana . 29 sobreponerse a graves enfermedades, como el cáncer,
Además, la plenitud existencial que vive el ser hu- con la ayuda de su tesón de seguir adelante hasta ver
mano durante su rehumanización le fomenta su sensi- cumplidas sus metas más ansiadas”31. Es una paradoja,
bilidad para la belleza. Ciertamente es impresionante pero hay muchas vista la vida desde el paradigma de la
el poder estético del ser humano, es decir, el poder de rehumanización.
elevarse de un nivel inferior hacia realidades de tipo La fuerza de la rehumanización no radica en el auto-
superior. Viktor Frankl ha descrito, sobre el tema de la control sino en la autoaceptación como personas. “Sólo
belleza, realidades definitivas desde su propia experien- cuando uno se acepta tal como es —escriben Washton
cia en los campos de concentración que le tocó padecer. y Boundy—, puede dejar de tratar de controlar las apa-
Así recuerda, desde aquella trágica experiencia, estas riencias, advertir con claridad el efecto destructivo del
emocionadas vivencias: enfoque del arreglo rápido y admitir honestamente que
“A medida que la vida interior de los prisioneros se no le está dando resultado. Es ahí donde comienza la
hacía más intensa, sentíamos también la belleza del arte recuperación”32. Es ahí donde se produce en el ser adicto
y la naturaleza como nunca hasta entonces. Si alguien en vías de rehumanizarse un cambio profundo, y donde
hubiera visto nuestros rostros cuando, en el viaje de Aus- su actitud existencial hacia la vida cambia radicalmente.
chwitz a un campo de Baviera, contemplamos las monta- Es la filosofía de vida que afirma una idea favorita de
ñas de Salzburgo con sus cimas refulgentes al atardecer, Frankl: que en realidad no importa lo que esperamos
asomados por las ventanas enrejadas del vagón celular, de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros. En
nunca hubiera creído que se trataba de rostros de hom- última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad
bres sin esperanza de vivir ni de ser libres. A pesar de de encontrar la respuesta correcta a los problemas que
este hecho —o tal vez en razón del mismo— nos sentía- ello plantea.
mos transportados por la belleza de la naturaleza, de la La buena noticia que trae la rehumanización al ser
que durante tanto tiempo nos habíamos visto privados. adicto es la esperanza de que su recuperación total es
Incluso en el campo, cualquiera de los prisioneros podía realmente posible y, que una vez que renuncie a las
atraer la atención del camarada que trabajaba a su lado ‘soluciones adictivas’ puede obrar en su vida cambios
señalándole una bella puesta de sol...”30. profundos y positivos. Lo contrario sucede en la deses-
peranza: “La desesperación es la conciencia amarga de

29 Rusk, T. y Read, R. Quiero cambiar pero no sé como, Ed. 31 Álvarez, R.J. Trastornos psicológicos cotidianos, Sal Terrae,
Diana, México, 1990, p. 201 (adap.) Santander, 1993, p. 176.
30 Frankl, V. El hombre en busca…, op. cit. 47s. 32 Washton A.M. y Boundy, D. op. cit. 15.

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haberse uno cerrado todas las puertas hacia la plenitud del hombre ante las situaciones adversas, la capacidad
personal” . La ‘cultura adictiva’ está fundada en el pe-
33
de ejercitar su creatividad en las situaciones más difíciles.
simismo antropológico que susurra al oído persistente- Y situaciones límite en mayor o menor medida todos los
mente —sin palabras— que hay lo que hay, y que la vida hombres las padecemos en algún momento de nuestra
no puede ser de otra manera. Alexander Lowen define vida. No solamente los seres adictos.
a la desesperación como “un pozo insondable de pena Una bioética y una antropología rehumanizadora
o tristeza, y la persona siente que si se sumerge en él se echa por tierra las teorías deterministas sobre las adic-
ahogará en su pena”34. Pero el grave mensaje de deses- ciones, teorías que vinculan dilemáticamente las influen-
peranza ‘yo soy así, y no puedo cambiar’ es falso, porque cias genéticas y del entorno en los adictos como si el ser
siempre se puede cambiar de estilo de vida. humano se redujera a un mero juego de fuerzas imper-
Una de las claves para entender la famosa obra Es- sonales. La fuerza de la rehumanización demuestra que
perando a Godot, de Samuel Beckett, es la siguiente incluso en las circunstancias más adversas deshumanizan-
propuesta del mendigo-payaso, Vladimir: “tengo curio- tes el ser adicto tiene una capacidad sorprendente para
sidad por saber qué va a decirnos [Godot]. Sea lo que sea convertir los espacios en ámbitos, y la desesperación en
no nos compromete a nada” . También el ser adicto es
35
esperanza. Por eso podemos concluir que no se hace
un ser que está ‘en situación penúltima’, pero por eso justicia a la capacidad creativa humana, a su iniciativa, si
mismo es legítimo pensar que hasta el último momento se entiende la conducta de los seres humanos sometida
siempre le cabe la posibilidad de evitar el absurdo final. de modo fatal e inexorable a las influencias del entorno.
Afortunadamente, si se encuentra en situación penúlti- Frankl lo desmiente rotundamente: “Debemos sacar la
ma siempre tendrá la posibilidad de hacer la experiencia consecuencia de que hay dos razas de hombres en el
de la esperanza, por pequeña que sea. Y aquí justa- mundo y nada más que dos: la ‘raza’ de los hombres de-
mente encontramos uno de los reductos últimos de la centes y la raza de los indecentes. Ambas se encuentran
libertad humana. Quienes logran rehumanizarse son el en todas partes y en todas las capas sociales... ¿Qué es,
mejor testimonio experiencial de que el hombre es un en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo
ser para la esperanza, como lo expresa Joseph Gevaert que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas,
en su antropología: “El hombre se revela como un ser pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso
que está fundamentalmente orientado hacia el futuro, firme musitando una oración”37.
que se mueve bajo una llamada; es un ser de esperanza, La razón profunda, la fundamentación del fenóme-
incluso en donde los razonamientos [falaces] enseñan no de las adicciones hemos de buscarla en la nostalgia
que la esperanza es imposible e ilusoria. El hombre está del hombre por el mundo infrahumano. El ser adicto
por hacer” .36
busca la felicidad en el mundo infracreador propio del
Incluso en las circunstancias más adversas y en las si- animal, el vegetal o el mineral, que reside en esa parte
tuaciones límite, siempre es posible hacer la experiencia instintiva que deja de lado la elección razonada, entre
de la esperanza. Cuando Sófocles, por boca del coro en otras cosas porque le es más cómodo no pensar. El em-
Antígona, expresó que hay muchas cosas portentosas en perador romano Calígula, en la obra homónima de Al-
el universo pero ninguna tan portentosa como el hom- bert Camus, al final de sus días después de contemplarse
bre, sin duda dio a entender la capacidad de reacción a sí mismo con horror por su mala vida y sus crueldades,
confiesa que desearía la soledad del árbol. Es la nostal-
33 López Quintás, A. La cultura y el sentido de la vida, PPC,
Madrid, 1993, p. 20.
gia del mundo infracreador la que lleva al ser adicto a
34 Lowen, A. Miedo a la vida, Era Naciente, Buenos Aires, entregarse a todo tipo de experiencias autodestructivas.
1993, p. 237.
35 Beckett, S. Esperando a Godot, Tusquets, Barcelona, 1982, A mediados del siglo pasado, Antoine de Saint-Exu-
p. 22.
36 Gevaert, J. El problema del hombre, Sígueme, Salamanca,
1991, p. 151. 37 Frankl, V. El hombre en busca…, op. cit. 87.

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pèry plasmó en su obra Citadelle esta profunda sen- repentinamente pierde la esperanza y el valor, ello pue-
tencia: ‘Los hombres dilapidan su bien más preciado, el de ocasionarle la muerte”39.
sentido de las cosas’. Efectivamente, malgastar el sen- Afortunadamente el proceso de auto-destrucción, por
tido de las cosas es una de las claves más lúcidas para sí solo, no tiene la última palabra. La persona que ha des-
comprender las decepciones profundas de las personas cendido por la pendiente de las adicciones, pero de for-
adictas. Las adicciones constituyen la base inequívoca ma especial aquella que ha ‘tocado fondo’ al límite, aún
para entender el proceso de destrucción de la persona- puede hacer la experiencia de la esperanza. El hombre
lidad deshumanizada. adicto también puede dejar el arrabal para llegar a des-
La conducta adictiva lanza al hombre al vacío de la cubrir, quizá por primera vez en su vida, que es hombre.
soledad personal, en primer lugar, y trasmite su vacío de Si lo consigue podrá decir que está rehumanizado, como
la soledad a los demás, en segundo lugar, porque efec- le dice el piloto a punto de morir de sed al beduino que
tivamente los adictos son trasmisores de conductas adic- le da agua en el desierto: “En cuanto a ti que nos salvas,
tivas. Es decir, diríamos que de alguna forma también beduino de Libia, tú te borrarás sin embargo para siem-
necesitan de la destrucción de los demás para seguir pre de mi memoria. No me acordaré más de tu rostro. Tú
manteniendo su adicción. De manera que viene bien eres el Hombre y te me apareces con el rostro de todos
aquí recordar lo que Frankl dice a propósito de que “si los hombres a la vez. No nos has visto nunca y ya nos has
alguien nos preguntara sobre la verdad de la afirmación reconocido. Eres el hermano bienamado. Y a mi vez yo te
de Dostoyevski que asegura terminantemente que el reconoceré en todos los hombres”40.
hombre es un ser que puede se utilizado para cualquier Concluimos con otra cita de V. Frankl, de su obra La
cosa, contestaríamos: ‘Cierto, para cualquier cosa, pero idea psicológica del hombre, del que nos hemos tomado
no nos preguntéis cómo’”38. la libertad de cambiar dos palabras. Podemos tomarla
Cuando el ser adicto se enfrenta a la fatalidad, en ahora como propedéutica, y como un programa para
realidad ahora está ejercitando al máximo su libertad la Bioética personalista actual: “El mundo está enfermo
personal, ya que aún le queda la decisión final de acep- pero su mal es curable. Una literatura [Bioética] que re-
tar su destino con entereza, frente a la alternativa de chace ser una ‘medicina’ y colaborar en la lucha contra
caer en la desesperación. Su auténtica liberación es po- la enfermedad del espíritu de nuestro tiempo, no es una
sible cuando reconoce su error y su culpa, en una especie terapia, sino una señal, un síntoma de neurosis colectiva
de movimiento de vuelta hacia esa trascendencia que que se une a todo lo demás. Si el escritor [el educador,
habita en el fondo de su ser ‘más íntima que su propia el médico, el psicólogo, el enfermero, el terapeuta, el
intimidad’, que diría San Agustín. Entonces, cuando se teórico de la bioética, el filósofo…] no es capaz de inmu-
queda desnudo ante sí mismo, sin artificios ni rodeos, sin nizar al lector contra la desesperación, entonces tiene
mentiras ni engaños, aparece ante sus propios ojos en la que abstenerse de hablar sobre ella”41.
verdad de su ser, brota el sentido de su existencia y de
las cosas que le rodean. Referencias
La esperanza o la desesperación son actitudes to- Acevedo, J. El modo humano de enfermar (Desde la
talmente opuestas en la experiencia de las adicciones y perspectiva de la Logoterapia de Viktor Frankl) (2ª
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“Los que conocen la estrecha relación que existe entre nos Aires, 1996.
el estado de ánimo de una persona —su valor y sus
esperanzas, o la falta de ambos— y la capacidad de su
39 Frankl, V. El hombre en busca…, op. cit. 77.
cuerpo para conservarse inmune, saben también que si 40 Saint-Exupèry, A. Terre des hommes, Gallimard, Paris, 1939,
p. 216-217.
41 Frankl, V. La idea psicológica del hombre, Rialp, Madrid,
38 Frankl, V. El hombre en busca…, op. cit. 27. 1979, p. 92.

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