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Materiales y técnicas constructivas A lo largo del presente trabajo nos ocuparemos de los
en la Murcia andalusí (siglos X-XIII) materiales y técnicas constructivas en un determinado
marco espacial y temporal como es la ciudad de Murcia en
Materials and building techniques in the andalusian época islámica1. Al utilizar principalmente como material
Murcia (10-13th centuries) de estudio los restos arquitectónicos descubiertos en exca-
vaciones arqueológicas, nos vemos obligados a centrarnos
Julio Navarro Palazón* principalmente en el análisis de las fábricas de los muros y
Pedro Jiménez Castillo a dejar a un lado los sistemas de cubrición, pues la inmensa
Escuela de Estudios Árabes de Granada (CSIC) mayoría de los edificios examinados apenas conservan más
que sus cimentaciones y zócalos. Las intervenciones reali-
Resumen: zadas en Murcia durante más de treinta años han permiti-
En el presente trabajo estudiamos la evolución de los materiales y
técnicas constructivas en la Murcia andalusí, durante un periodo de do documentar los cambios que se han ido produciendo en
tiempo que se extiende entre los siglos X y XIII, para lo que nos el empleo de los aparejos edilicios en un medio urbano. Se
basaremos especialmente en la rica información extraída de las
numerosas excavaciones efectuadas en dicha ciudad, que se refiere trata de excavaciones de urgencia que afectan a una ciudad
sobre todo a arquitectura residencial. Tras su exhaustivo análisis viva como es el caso de Murcia y, por tanto, no fueron
hemos identificado algunas diferencias entre las fábricas de los siglos
X y XI y las posteriores de los siglos XII y XIII, por lo que consideramos planificadas siguiendo estrictos criterios científicos, razón
importante describirlas, señalando a la vez los elementos que las por la cual, la información que proporcionan contiene
caracterizan. También trataremos los problemas que plantea la
datación absoluta de estos aparejos, señalando los datos seguros de algunos sesgos. Por otra parte, el carácter intensivo de las
que disponemos al respecto. Con el fin de analizar hasta qué punto intervenciones ha permitido estudiar un potente depósito
son generales estas observaciones o si por el contrario responden
más bien a fenómenos de regionalización del registro material arqueológico, en cada una de las parcelas excavadas, en el
andalusí, cotejaremos los datos conseguidos en Murcia con los que se puede distinguir perfectamente la superposición de
procedentes de otros yacimientos andalusíes alejados del área de
estudio. Finalmente, comprobaremos si existen o no diferencias entre edificios, a la vez que se observan las reformas y reparacio-
el medio rural y el urbano, y para ello compararemos los materiales y nes que sufrieron antes de ser arrasados por completo.
técnicas constructivas presentes en dos yacimientos murcianos
coetáneos, distantes 40 kilómetros y situados junto al mismo rio El periodo objeto de estudio se inicia con la fundación
Segura: la ciudad de Murcia (una gran medina) y el despoblado de de la ciudad de Murcia en el año 825, y llega hasta la
Siyâsa (un hisn).
conquista castellana de mediados del siglo XIII, aunque es
Palabras clave: Al-Andalus, arqueología, arquitectura, materiales, más apropiado afirmar que nuestro trabajo abarcará desde
técnicas constructivas, tapial, mampostería, ladrillo, rural, urbano,
Murcia, Siyâsa. el siglo X al XIII, pues del primer siglo de vida urbana
tenemos muy pocos datos. Por este motivo, no vamos a
Abstract:
The evolution of the materials and building techniques of the
tratar en el presente trabajo algunos fenómenos que se
andalusian city of Murcia between the 9th and 13th centuries are produjeron en al-Andalus durante el siglo IX y principios
here studied, mainly based on the new information provided by the del X, referidos a los procesos de recuperación de algunos
numerous archaeological excavations that have been carried out in
the city for the last thirty years, related especially to residential materiales y técnicas constructivas como es el caso de la
architecture. After its accuracy analysis, some differences between
the buildings techniques manufactured in the 10th and 11th
cantería y la reintroducción del uso de los morteros de cal2.
centuries and those later attributed to 12th and 13th centuries have
been identified, being thus highly important to describe them by 1
Este trabajo ha sido hecho en el marco del Proyecto de Investigación del VI
remarking at the same time those distinguishing features. Problems Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica
related to the absolute chronology of these building techniques are 2008-2011, titulado «Los palacios en la Baja Edad Media peninsular: intercam-
also discussed, highlighting the definitive information currently
known. With the main aim of analysing how general these remarks bios e influencias entre Al-Andalus y los Reinos Cristianos» (HAR2008-01941),
are or, on the contrary, if they depend on the regionalization cuyo investigador principal es Julio Navarro Palazón. Queremos expresar nuestro
phenomenon characterizing the andalusian recording material, we más sincero agradecimiento a los evaluadores y al Consejo de Redacción de la
will compare the information obtained in Murcia with those coming revista así como a D. Fermín Font y a D. Ignacio Gil por sus acertadas
from other andalusian sites, located these far away from the studied sugerencias y observaciones a nuestro borrador.
area. Finally, we will check if there are differences between the rural 2
Es interesante subrayar la relación que existió entre la recuperación de estas
and urban environments by comparing the materials and building técnicas y el renacer de la vida urbana en al-Andalus. A este respecto Azuar hace
techniques recorded in two coetaneous sites in Murcia, both sited un comentario que se podría aplicar a Murcia: «Los datos arqueológicos confirman
close to the same river Segura and 40 km distant from each other: que el desarrollo de la construcción en los contextos urbanos, experimentado en al-
the city of Murcia (a large madîna) and the deserted settlement of
Siyâsa (a hisn). Andalus entre los siglos IX y X, —con la articulación de sus procesos productivos:
normalización de caleras, de tejeras o alfares preparados para proporcionar los
Key words: Al-Andalus, archaeology, architecture, materials, building materiales necesarios para la construcción, y del desarrollo y especialización en los
techniques, rammed earth wall, rough stone masonry, brick, rural, procesos de trabajo—, a diferencia de lo que sucede en el mundo rural, está
urban, Murcia, Siyâsa. íntimamente unido y sólo es explicable desde la dinámica de formación y consolida-
ción de las ciudades, rasgo fundamental de la creación de la sociedad tributaria de al-
* julionavarro@eea.csic.es pedro@eea.csic.es Andalus» (Azuar, 2009, pp. 29 y 30).
ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 8, enero-diciembre 2011 Madrid/Vitoria. ISSN: 1695-2731. eISSN 1989-5313. doi 10.3989/arqarqt.2011.10012
MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA MURCIA ANDALUSÍ (SIGLOS X-XIII) 86
El panorama arquitectónico que presentaremos correspon- ción artesanal, estaba obligada a explotar los recursos
de plenamente a los siglos X y XI, periodo en el que la naturales del entorno más inmediato, por lo que se
ciudad ya ha superado su fase de gestación o constitución3. muestra mucho menos elaborada y más conservadora que
Aunque la mayor parte de la información que maneja- la urbana. En este sentido, presentaremos ciertos ejemplos
remos procede de la ciudad de Murcia, utilizaremos significativos, particularmente el despoblado de Siyâsa
también la que han proporcionado otros yacimientos del (Cieza), cotejando sus características con otros casos de
Sureste peninsular, es decir, de lo que en la Edad Media carácter urbano de la misma época, es decir, de los siglos
constituyó la cora de Tudmîr y posteriormente el reino de XII-XIII. Sería interesante, sin duda, hacer esta misma
Murcia. Además haremos referencias puntuales a yaci- comparación para momentos anteriores, pero desgraciada-
mientos especialmente significados del resto de al-Andalus, mente en la actualidad no contamos en nuestra zona de
con el fin de contextualizar los datos extraídos en un marco estudio con información suficiente para esta fase más
más general. No obstante, y aunque aún no existen temprana, sobre todo en lo referente a conjuntos rurales.
trabajos comparativos, hay indicios de que los resultados A lo largo de estas páginas también trataremos un
de nuestra investigación en el área murciana no siempre se aspecto de la historia de la construcción poco conocido,
pueden extrapolar en su totalidad a otras zonas de al- como son las prácticas reparadoras tradicionalmente em-
Andalus, pues en este tema, como en otros que se refieren pleadas para devolver la solidez a los viejos muros, por lo
también al registro arqueológico andalusí, se dieron parti- que es especialmente necesario usar una metodología
cularidades regionales más o menos relevantes; aún así, arqueológica apropiada, con el fin de diferenciar las técni-
creemos que investigaciones como ésta son necesarias para cas y materiales utilizados en una obra nueva y los
poder en un futuro abordar con éxito un estudio de empleados en una reparación, sobre todo cuando la fabrica
carácter más general. objeto de estudio está hecha con materiales pobres. En
En la actualidad, a pesar de que nuestro conocimiento efecto, a diferencia de la arquitectura contemporánea
del tema es parcial e insuficiente, parece que estamos en románica y gótica que se hacía en las ciudades de los reinos
condiciones de afirmar que existían notables diferencias cristianos, en las que predomina el empleo de la sillería o
entre la arquitectura urbana y la rural. Esta última, de la mampostería4, los tapiales de tierra, los calicastrados y
condicionada por la escasa especialización de los oficios y, los adobes, tan habituales en los alzados de los edificios
sobre todo, por su alejamiento de los centros de produc- andalusíes, requerían un mantenimiento casi periódico que
3 4
Una primera aproximación arqueológica a la Murcia del siglo X la hicimos en Conviene insistir en que el adobe y el tapial se emplearon en la arquitectura
un trabajo sobre la Murcia omeya, donde se incluía un capítulo dedicado a las cristiana bajomedieval, pues con frecuencia algunos fechan en época andalusí los
técnicas y materiales constructivos (Jiménez y Navarro, 2001). edificios que encuentran por la simple presencia de estos materiales.
Madrid/Vitoria. ISSN: 1695-2731. eISSN 1989-5313. doi 10.3989/arqarqt.2011.10012 ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 8, enero-diciembre 2011
87 JULIO NAVARRO PALAZÓN – PEDRO JIMÉNEZ CASTILLO
ocasionaba frecuentemente su desaparición, suplantados fico y en las fechas que proporcionan los materiales
por forros y bataches de ladrillo y/o mampostería. contenidos en los niveles de construcción, utilización,
destrucción o abandono asociados a la arquitectura. Los
1. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE restos de objetos de vidrio, metal y hueso no ofrecen
CRONOLOGÍA precisiones cronológicas dado el estado actual de la investi-
Según veremos, el empleo de materiales y técnicas experi- gación sobre este tipo de materiales, por lo que las
mentó ciertos cambios entre los siglos X y XIII, por lo que referencias cronológicas proceden, básicamente, de las
su estudio permite obtener aproximaciones cronológicas a cerámicas y, excepcionalmente, de fragmentos de yeserías.
los edificios en que aparecen. Estos cambios posibilitan En las memorias e informes arqueológicos publicados
una elemental clasificación de las fábricas en dos grupos encontraremos los argumentos, más o menos detallados,
bien diferenciados que denominaremos antiguo (ss. X-XI) y que se vienen dando a la hora de fechar estas fábricas a
reciente (ss. XII-XIII). El primero se caracteriza por el partir de los datos que aportan las cerámicas que se le
empleo generalizado, en los basamentos de los muros, de asocian; no es objetivo del presente trabajo profundizar en
mampostería en hiladas, a veces en spicatum, en crudo o cuestiones estrictamente ceramológicas, aunque remitimos
alternando con gruesos lechos de argamasa de cal (fig. 1). a los estudios sobre estas producciones que desde los años
El segundo se singulariza por utilizar la tapia de hormigón 80 se han venido llevando a cabo en Murcia, la mayoría de
como cimiento y zócalo (fig. 14). Ambos tipos de basa- ellos efectuados por nosotros en paralelo a las excavaciones
mentos tenían la misma finalidad: que los muros pudieran arqueológicas que veníamos realizando en la ciudad de
resistir eficazmente a la humedad y al agua de lluvia pues, Murcia y en el despoblado de SiyÄsa7. No obstante,
tanto en el primero como en el segundo grupo, el resto de podemos afirmar que, en términos generales, el aparejo de
los alzados era de tierra5. la fase antigua aparece asociado a un fósil director caracte-
La cronología relativa de las dos clases de aparejos que rístico como es la cerámica decorada en «verde y mangane-
hemos expuesto es indiscutible y se puede comprobar en so», que en el Sureste se viene considerando exclusiva de los
las numerosas publicaciones, derivadas de las intervencio- periodos califal y taifa. El aparejo de la fase más reciente
nes arqueológicas realizadas en la ciudad de Murcia, que tiene un claro límite ante quem, marcado por los niveles de
hemos recogido en la bibliografía adjunta; el tipo edilicio destrucción y abandono relacionados con la conquista
correspondiente a la fase antigua siempre aparece en castellana de mediados del siglo XIII, mientras que su
niveles más profundos que el reciente y, con mucha aparición es más difícil de datar. En algunos casos, como
frecuencia, incluso el segundo sustituye al primero en el en la casa que denominamos A, de calle Platería 14, se ha
recrecimiento o refacción de un mismo muro (fig. 1), podido asociar a época almorávide, tanto por la presencia
especialmente en las medianerías6. de fragmentos de yesería como por el registro cerámico8.
Resulta, sin embargo, más complicado ofrecer crono- No obstante, con las producciones alfareras de época
logías absolutas precisas de la mayor parte de los restos almorávide acontece algo similar a lo que sucede para el
examinados. En este sentido, constituye una excepción período taifa: la escasez de conjuntos cerrados y bien
valiosa una serie de edificios estatales bien fechados en fechados en esta época hace difícil su caracterización
época mardanîší (1147-1171) y hudí (1228-1238), por lo precisa. Por otra parte, tampoco existe un fósil director
que los examinaremos en apartado propio. En general, las claro para este periodo, por lo que normalmente los
dataciones absolutas están basadas en el registro estratigrá- conjuntos atribuibles al mismo se identifican, permítase-
nos la simplificación, por la desaparición del fósil director
5
En la ciudad de Murcia se ha comprobado que a lo largo de todo el período de los siglos X-XI, que es la decoración en «verde y
andalusí existieron construcciones de tierra sin basamento de mampostería u manganeso», y por la ausencia de los que caracterizan a la
hormigón. No parece posible en la actualidad establecer distinciones cronológi- época almohade (esgrafiado sobre manganeso, candiles de
cas en este tipo de obra, sin duda muy humilde, con la excepción de algunos
casos tardíos en los que hay refuerzos de ladrillo en las jambas y esquinas. En pellizco y pie alto, etc.).
ocasiones, hallamos la obra de tierra completamente desaparecida y reemplazada Basamentos con tapial de hormigón no parecen ha-
por fábricas de mampostería, ladrillo o incluso sillarejos reutilizados, dispuestas
en bataches.
berse empleado en época califal, puesto que ni en Madînat
6
La dificultad de demoler las medianerías y extraer la piedra de sus cimentacio-
nes explica que sea en estos lugares donde mejor se han conservado los muros de
mampostería de la fase antigua. Por el contrario, dentro de cada parcela todo 7
Sin intención de ser exhaustivos, véanse Navarro, 1986a; id., 1986b; id., 1990b;
propietario podía derribar sus muros y recuperar los materiales empleados en id., 1991b; Navarro y Jiménez, 1995d.
cimientos y zócalos. 8
Jiménez y Navarro, 1997, pp. 29 y 30.
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MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA MURCIA ANDALUSÍ (SIGLOS X-XIII) 88
al-Zahrâ’ ni en los arrabales cordobeses hay muros con ese 2. FASE ANTIGUA (SS. X-XI)
aparejo; estos últimos debieron de despoblarse a lo largo de Como ya adelantamos, esta fase está esencialmente estudia-
la primera mitad del siglo XI con motivo de los desórdenes da a partir de ejemplos domésticos, lo que obliga lógica-
ocasionados por la caída del califato (fitna). Avanzando en mente a tomar precauciones a la hora de extrapolar
dicha centuria, las viviendas exhumadas en Vascos (Tole- conclusiones a otros tipos arquitectónicos que funcional-
do), abandonadas entre los años 1080 y 1085, tampoco mente son muy diferentes, por ejemplo las fortificaciones.
presentan tapiales de hormigón en sus zócalos.
Son muy pocos los ejemplos fechados sin ningún 2.1. Descripción
tipo de dudas que nos puedan servir para ilustrar este Los aparejos de este periodo se caracterizan por la presencia
cambio y en función de ellos parece que podría coincidir generalizada de la fábrica de mampostería, que en la
aproximadamente con el cambio de siglo. Así, el muro mayoría de los casos queda reducida a la cimentación y al
perimetral del Qasr al-Hayar, la alcazaba almorávide de zócalo, pues el resto del alzado era de tapial de tierra o de
Marraqués atribuida a Yûsuf Ibn Tâsufîn (hacia 1070)9, adobe. Tanto los muros de carga como los que comparti-
contaba con un basamento compuesto por dos forros de mentaban las crujías tienen un basamento compuesto por
mampostería con un relleno de tierra entre ambos, lo cinco o seis mampuestas o hiladas, ocasionalmente dis-
que sumaba un espesor total de 3 m, el resto del alzado puestas en espiga y/o alternando con gruesos lechos de
era, al parecer, de tierra10. En las obras que de manera mortero de cal (figs. 1, 3 y 8). Según Font e Hidalgo, este
indudable se pueden atribuir a su hijo ‘Alî (1106-1143), tipo de zócalo estaría también encofrado por lo que
sin embargo, el aparejo murario ya ha variado: para la denominan a este aparejo «tapia de piedras con hormigón
ampliación de la Qarawiyyîn de Fez se empleó el tapial de cal»14. El basamento aparece enterrado en su mayor
de argamasa en los muros de carga, mientras que pilares, parte (fig. 9), conformando una cimentación sobre la que
arcos, jambas y tabiques se hicieron de ladrillo11; en la se levantan los alzados ya descritos. Dada la fragilidad de
fortaleza de Tâsgîmût, destruida y abandonada no más estas obras de tierra y su rápido deterioro es difícil en
allá de 1132 y construida muy pocos años antes, la ocasiones diferenciar cuándo se trata de adobes tomados
mampostería regularizada se empleó en la parte inferior con barro o cuándo de un tapial, máxime en los casos en
de la muralla, en las torres cuadrangulares y en las los que el muro original ha sido reparado con obras de
puertas, mientras que los alzados de los lienzos son de mampostería o ladrillo. La parte superior del mencionado
tapial de argamasa12; las residencias áulicas edificadas por basamento de piedra solía estar por encima del nivel de
‘Alî Ibn Yûsuf al sur del Qasr al-Hayar, que fueron suelo conformando un elemental zócalo. En efecto, esta
amortizadas tras la conquista almohade al erigirse la obra de mampostería suele tener una altura total en torno a
primera Qutubiyya, contaban con muros de tapial de los 60 cm, de los que cinco sextas partes serían cimiento
argamasa con jambas y umbrales de ladrillo13. Todo ello pues sólo emergían sobre el pavimento original unos 10-15
coincide con las observaciones que hemos podido realizar
en Murcia, que apuntan a que el cambio de fábrica en
las cimentaciones y zócalos debió de producirse, aproxi-
madamente, en el último cuarto del siglo XI o a princi-
pios del XII; seguramente, dicho cambio no se produjo de
manera repentina sino que debió de responder a un
proceso, más o menos prolongado en el tiempo, cuyas
fechas y extensión sólo se podrán precisar cuando conte-
mos con más ejemplos bien datados.
A continuación trataremos de definir detalladamente
las características de la arquitectura de los dos grupos
señalados.
9
Ibn ‘Idârî, 1963, p. 40; Al-Hulal al-Mawsiyya, p. 37.
10
Meunié, Terrasse y Deverdun, 1952, pp. 11-26. Fig. 2. Casa nº 1 de calle San Pedro de Murcia (ss. X-XI)
11
Terrasse, 1968, p. 23.
12
Acién y Cressier, 2009, pp. 183-186.
13 14
Meunié, Terrasse y Deverdun, 1952, p. 27. Font e Hidalgo, 2009, pp. 68-71.
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89 JULIO NAVARRO PALAZÓN – PEDRO JIMÉNEZ CASTILLO
cm (fig. 9). De esta manera quedaba protegida la parte suelen hallarse «in situ», siempre que no hayan sido
inferior del muro de tierra de la acción del agua de lluvia y expoliados o convertidos en escombros, mientras que las
de la humedad en general. El ancho de los muros de carga tejas aparecen en posición secundaria formando parte de
oscila entre 50 y 60 cm. Los vanos, y ocasionalmente las
esquinas, presentan jambas hechas con sillares de arenisca
blanca, dispuestos a soga y tizón, en los que se tallan las
mochetas (fig. 3). Los zócalos y los pavimentos de los
salones principales estaban frecuentemente enlucidos con
estuco pintado de rojo (fig. 18).
En diversas ocasiones hemos comprobado que estas
cimentaciones no se hacían excavando una zanja en la
tierra, sino que se levantaban sobre un suelo provisional de
trabajo para a continuación elevarlo, mediante aportes de
tierra y/o arena, hasta una altura de 40 ó 50 cm, cota a la
que se disponían los pavimentos definitivos. Las razones
que nos permiten afirmar que el proceso constructivo era
el expuesto, son las siguientes: primero, las mamposterías
están perfectamente aplomadas, lo que por otra parte es
normal si efectivamente se trata de tapiales; segundo, la
ausencia de fosas de cimentación flanqueando los basa-
mentos; tercero, la presencia, a la altura de la cota inferior
de dichos cimientos, de suelos de trabajo, conformados
por restos de la talla de los sillares de calcarenita y fosas
alargadas y poco profundas en las que al parecer se
amasaba el mortero de cal, y cuarto, la existencia de ciertos
enlucidos preparatorios que descienden por debajo de las
cotas de los suelos definitivos.
Sobre la cerámica constructiva de los niveles andalu-
Fig. 4. Casa nº 2 de calle San Pedro de Murcia (ss. IX-X). Muro con cimiento y zócalo
síes de la Murcia de los siglos X y XI tenemos una de mampostería tomada con barro. Los restos de su alzado de tierra se pueden
información muy desigual debido a que ladrillos y baldosas apreciar en el ángulo superior izquierdo de la foto
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MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA MURCIA ANDALUSÍ (SIGLOS X-XIII) 90
los estratos de abandono y/o demolición de los edificios, patio de acceso a la casa de calle Organistas, cuyo andén
por lo que frecuentemente no se recogen, lo que explica perimetral delimita un espacio central deprimido solado
por qué el estudio de la teja se encuentra ausente en la con losas de cerámica rectangulares (fig. 5). El segundo se
mayoría de las memorias e informes de las excavaciones localiza en la vivienda de calle Zarandona, en la habitación
que se han realizado en Murcia. central que hay en su crujía occidental; se trata de un
El ladrillo apenas se utilizaba y sólo lo hemos localiza- espacio abierto al patio a modo de cenador, cuyas baldosas
do en una casa situada en la calle San Pedro de Murcia, en aparecen asentadas sobre un preparado de argamasa de cal.
un muro de la crujía sur del que únicamente conocemos el En ambos casos, la arcilla de las baldosas nada tenía que ver
extremo que entesta contra el que cierra el patio por ese con la utilizada para los ladrillos, pues se trata de una pasta
lado. Está formado por ladrillos grandes y relativamente rosácea, con un desgrasante muy grueso y abundante,
aplastados de 30’5 × 16 × 4’2 cm. Este mismo panorama similar a la que se empleaba para la fabricación de los
lo encontramos en los arrabales cordobeses, en donde el grandes recipientes cerámicos como los alcadafes. Este tipo
empleo del ladrillo es prácticamente anecdótico, mientras de solería es frecuente en la arquitectura cordobesa califal,
que en Madînat al-Zahrâ’ sólo se utiliza a modo de especialmente en los palacios de Madînat al-Zahrâ’16, pero
decoración en alfices y dovelas de algunos arcos, en
reparaciones puntuales, bóvedas de hornos e hipocaustos 16
Se trata de losas en forma de ladrillo (34 × 21 cm) y de baldosones (42 cm de
lado). El empleo más importante se dio en la residencia íntima de ‘Abd al-
de baños15. Rahmân III, la Dâr al-Mulk. Todos se confeccionan «con arcillas muy rojas,
Sólo dos ejemplos documentan el uso de los pavi- mezcladas con una proporción importante de sílice gruesa y pequeños fragmentos de
mentos cerámicos en Murcia. El primero lo hallamos en el mica muy característicos. En bastantes casos la cochura es muy deficiente, probable-
mente por el grosor de las piezas, presentando en su interior un núcleo de color
grisáceo» (Vallejo, 2010, p. 348). Esta misma factura presentan las losas de barro
15
Vallejo, 2010, p. 319. murcianas.
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Fig. 8. Casa de plaza Belluga de Murcia. Muro medianero entre dos viviendas
andalusíes. Obsérvese el cimiento de mampostería de la obra original (A) y las
reparaciones realizadas con bataches de mampuestos (B) de casi todo el antiguo
alzado de tierra (C)
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cuando los inmuebles eran totalmente demolidos, la inten- vivienda de Polo de Medina34. Al siglo XI se le vienen
sidad del saqueo y de la recuperación de materiales podía atribuyendo las casas de Platería 31-3535 y las de plaza
llegar a afectar incluso a sus cimientos de mampostería, Balsas36. El estudio del ejemplar polinuclear exhumado en
dejando apenas rastro de su existencia23. Por esta razón la calle Organistas está actualmente en prensa37; su mo-
tenemos con frecuencia una información muy parcial y mento de construcción parece que se puede situar en el
fragmentaria de las viviendas de esta cronología, lo que da siglo X y los niveles que lo amortizan, en la centuria
lugar a ciertas impresiones infundadas como las que siguiente. No tenemos precisiones cronológicas seguras
defienden una escasa presencia de edificios en la Murcia para las viviendas de Victorio y Santa Eulalia, pues están
anterior al siglo XI24. aún inéditas y en proceso de estudio.
Fuera de la ciudad de Murcia, pero en contextos
2.2. Paralelos y cronología plenamente tudmiríes, está comprobada la difusión del
La mayor parte de los edificios de esta etapa excavados en aparejo que nos viene ocupando, por ejemplo en el
la ciudad de Murcia han sido identificados como obras de Castellar de Elche (Alicante), cuyo abandono se data entre
época califal o taifa por su asociación con un tipo de la segunda mitad del siglo X y la primera del XI38. Más
producción cerámica, el «verde y manganeso», que respon- precisiones proporciona la Rábita de Guardamar39, cuya
de a esa cronología. La casa de Zarandona mostraba, tras el fase institucional está bien fechada por una lápida del año
momento fundacional, una segunda fase fechable en el 944 (fig. 10); gracias a este dato conocemos también la
siglo XI, por lo que nos inclinamos por suponer que fue cronología relativa de sus otras fases:
fundada en el siglo X o, como muy tarde, a comienzos del
XI25; lo mismo parece haber sucedido en la de San Pedro26.
Apenas tenemos datos para fechar estratigráficamente las
viviendas B y C de Platería debido a que no se conservó
pavimento alguno y a que los muros habían sido sometidos
a un saqueo casi completo27; lo mismo cabe decir de la
hallada en Puxmarina28. De la casa de Frenería, que
apareció en un estado de conservación relativamente bue-
no, se publicó una planta bastante completa pero no
materiales asociados, por lo que sus propios excavadores
proponen una cronología imprecisa entre los siglos X-XI29.
Una de las mejor fechadas es la residencia polinuclear de
calle Fuensanta gracias a los abundantes hallazgos que
proporcionaron los niveles de fundación; fue construida en
la segunda mitad del siglo X sobre un edificio de la primera Fig. 10. Rábita califal de Guardamar (Alicante). En primer término, la fachada exterior
del mihrab con la lápida fundacional que fecha el oratorio en el 944 d. C.
mitad de ese mismo siglo30. También en el siglo X se fechó
la primera fase de otra, muy incompleta, hallada en el nº
27 de calle San Nicolás31. En los siglos X-XI se sitúa la fase 1ª Fase, Etapa I. Se le puede denominar arcaica y se
más antigua del llamado Espacio 2, en el Garaje Villar32 y fecha entre comienzos del siglo X y el año 944. Los muros
algunos restos murarios de calle Selgas33. De otros no se son de mampostería tomada con barro y enlucidos con el
nos facilita información cronológica, como sucede con la mismo material. Los basamentos están constituidos por
grandes mampuestos dispuestos sin orden; aparecen tam-
23
Este fenómeno lo podemos ver en la casa b de calle Platería (Jiménez y bién jambas formadas por grandes losas de piedra rectan-
Navarro, 1997, p. 33). gulares.
24
Ramírez y Martínez, 1996.
25
Jiménez y Navarro, 2002b.
26 34
Jiménez, Navarro y Sánchez, 2006. Andreu, 1997.
27 35
Jiménez y Navarro, 1997, pp. 33-39. Ramírez y Martínez, 1999.
28 36
Jiménez, Navarro y Thiriot, 2005. Robles y Navarro, 2002.
29 37
Fernández y López, 1993. Navarro y Jiménez, en prensa.
30 38
Bernabé y López, 1993, pp. 39-48. Gutiérrez, Martí y Menéndez, 2010, pp. 33 y 34.
31 39
Bernal y Calabuig, 1995. La rábita constituye una fuente de información de primer orden acerca del
32
Manzano, 1995, p. 362. momento en que estuvo en uso, concretamente todo el siglo X (Azuar, 1989; id.,
33
López Martínez, 1993. 2004a; Azuar et al., 1988/90).
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MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA MURCIA ANDALUSÍ (SIGLOS X-XIII) 94
1ª Fase, Etapa II. Es la institucional y corresponde a calcarenitas trabajadas en forma de sillares, el predominio de
los edificios que portan la lápida de fundación en el año suelos terrizos frente a los pavimentos de pizarra, barro cocido
944. A diferencia del resto, los muros de estas construccio- o argamasa coloreada, la escasa especialización de las habita-
nes están levantados con mampostería tomada con morte- ciones, donde no encontramos el desarrollo de alcobas, la
ro de cal y ocasionalmente enlucidos con el mismo insuficiente estructuración del patio que no presenta andenes,
material. Excepcionalmente el alzado de la mezquita prin- y la ausencia de una red de saneamiento común, sustituida
cipal es en su totalidad una obra de mampostería, por lo por un gran número de pozos negros, son algunos de los
que se aleja de las prácticas más habituales en las que un rasgos...»41.
zócalo de esas características era la base de un alzado de Recientemente se han llevado a cabo una serie de
tierra. Otro rasgo fundamental en estas fábricas es la intervenciones en el antiguo arrabal de Saqunda, en
consolidación del aparejo en opus spicatum, que por di- Córdoba, cuyos resultados han comenzado a publicarse en
ferentes paralelos Azuar considera como propio de los 2008 y que resultan de gran interés por varias razones,
siglos X-XI. entre las que destacaremos la considerable extensión exca-
2ª Fase. Segunda mitad del siglo X. Se caracteriza por vada (22.000 m2) y su ajustada delimitación temporal,
una degradación del aparejo en opus spicatum, el cual entre el momento de la formación del barrio a mediados
mantendrá la horizontalidad de sus hiladas pero dispuesto del s. VIII y el famoso «motín del arrabal» que dio lugar a su
de manera más irregular. destrucción y a la deportación de sus habitantes en el año
3ª Fase. Fines del siglo X y principios del XI. Caracteri- 81842. Los numerosos edificios presentan una gran homo-
zada por la generalización de la tapia de tierra sobre geneidad desde el punto de vista constructivo, pues cuen-
basamentos de mampostería. A juicio de Azuar, este tan con zócalos compuestos por cantos rodados tomados
momento es muy interesante pues permite documentar con barro, dispuestos en hiladas más o menos inclinadas
precedentes de los tapiales de argamasa de los siglos XII-XIII entre las que ocasionalmente aparecen otras de teja, con-
y posteriores40. formando un aparejo similar al opus spicatum. Las piedras
El aparejo descrito para las casas murcianas se asocia- se disponen careadas, las de mayor tamaño en los laterales,
ría, por tanto, al periodo «institucional» de la Rábita, que mientras que el interior está relleno con cantos menores y
está bien datado a mediados del siglo X. No creemos que se ripio. El número de hiladas oscila entre 1 y 6, aunque en
pueda remontar a época emiral, al menos por lo que se ciertos casos no se puede descartar la posibilidad de que
refiere a la ciudad de Murcia, aunque en este caso apenas algunas hayan desaparecido. No existe evidencia de la
tenemos información y conviene que examinemos algunos composición de los alzados aunque, ante la ausencia de
paralelos. derrumbes de piedra u otro material, sus excavadores se
Entre las viviendas emirales y califales exhumadas en inclinan por suponer que fueron obra de «tapial de tierra».
Córdoba existe una serie de diferencias interesantes que Las jambas estaban reforzadas mediante lajas verticales o
podrían extrapolarse, al menos parte de ellas, a otras sillarejos de calcarenita, cantos de río de mayor tamaño o
ciudades de al-Andalus. Acién y Vallejo presentan de esta fragmentos constructivos romanos reutilizados.
manera las características de la arquitectura del siglo IX en Por consiguiente, las fábricas murcianas que venimos
oposición a la del X: «La mayor presencia de fábricas de estudiando serían muy similares a los aparejos que Acién y
mampostería construidas con calizas irregulares del secundario Vallejo fechan en el siglo X, mientras que la arquitectura
e incluso cantos del río, frente a la utilización de las emiral del área surestina se parece, hasta donde conoce-
mos, a las cordobesas que acabamos de mencionar; por
40
Como vemos, sólo en relación a la 3ª fase Azuar distingue entre basamentos de ejemplo, en el Tolmo de Minateda en Hellín (Albacete) se
piedra y alzados de tierra, de lo que parece deducirse que en la 1ª y 2ª no existió han exhumado varias casas visigodas y emirales (al parecer
tal solución mixta. Es cierto que en la fase institucional, en especial en la la ciudad se despobló en el siglo IX) que han permitido
mezquita principal, la totalidad de sus alzados estaban construidos con mampos-
tería en spicatum tomada con cal. Para las otras fases, y a pesar del silencio del comprobar la pervivencia de ciertas técnicas constructivas
texto de Azuar, creemos muy probable que estos muros en origen tuvieran tardoantiguas después de la conquista musulmana. Los
alzados de tierra sobre zócalo de piedra que, al ser reparados totalmente con
mampostería, terminaron dando la impresión de que todo el muro se hizo con
edificios presentan muros formados por hiladas de piedras
piedra, siendo muy difícil apercibirse de que se trata de reparaciones. De hecho, irregulares tomadas con tierra y un relleno interior de
en una de las fotos correspondientes a un muro de la segunda fase podríamos
diferenciar el basamento original con piedras de mayor tamaño del resto del
41
alzado, sobre el que se sitúa el supuesto opus incertum que para nosotros es una Acién y Vallejo, 1998, p. 121).
42
simple reparación (Azuar et al., 1988/90, lám. 10). Casal, 2008.
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95 JULIO NAVARRO PALAZÓN – PEDRO JIMÉNEZ CASTILLO
Fig. 11. Alzados de la arquería del edificio califal-taifa hallado en el convento de Nuestra Señora de las Huertas de
Lorca (Martínez y Ponce, 2008)
mampuesto pequeño. Dada su escasa altura conservada, de piedra tenga en algunos casos un valor cronológico45.
aún se ignora si se hicieron totalmente en piedra o si sobre Así, por ejemplo, en la excavación de calle San Pedro y en
la base de estos zócalos hubo alzados de tapial de tierra. Las otra en calle Victorio hemos comprobado que su empleo es
jambas están constituidas por grandes bloques de piedra propio de edificios relativamente más tardíos que aquéllos
dispuestos verticalmente; esta misma solución de refuerzo en los que la mampostería está tomada con barro46, lo que
también la vemos en las esquinas, conformando así un también se pudo comprobar en la excavación de la calle
aparejo que recuerda al opus africanum43. Igualmente se ha Fuensanta47.
visto en la ciudad de Valencia, en al menos en cinco puntos Conviene, no obstante, ser cautos en este sentido
distintos, que los muros del siglo IX o comienzos del X hasta que no se disponga de más evidencias arqueológicas;
presentan zócalo de piedras trabadas con barro44. Final- así, por ejemplo, en la actualidad se está excavando el
mente, en la rábita de Guardamar se observó que en los castillo de las Paleras, en Alhama de Murcia, cuyos muros
inmuebles anteriores a 944 no está generalizado el empleo perimetrales disponían de un basamento compuesto por
de la argamasa de cal, a diferencia de lo que sucede en la hiladas de mampostería en falsa espiga sobre lechos de
fase siguiente.
Es posible que, también en la ciudad de Murcia, la 45
Azuar es uno de los que defienden el valor cronológico de estos aparejos
cuando afirma que existe una «perduración en los contextos urbanos, hasta bien
presencia o no de gruesos lechos de mortero de cal para el entrado el siglo X, de las técnicas de aparejo de mampuestos con mortero de barro, que
asiento horizontal de cada una de las mampuestas o hiladas conviven con la aparición en la segunda mitad o a fines del siglo IX de los morteros de
«cal» que al principio sirven para recubrir o enlucir los muros y ya en el siglo X para
aparejarlos en fabricas de mortero de cal» (2009, p. 25).
43 46
Gutiérrez, 2000, p. 163. Acién y Vallejo, 1998, p. 121).
44 47
Martí y Pascual, 2000, pp. 507 y 508. Bernabé y López, 1993, p. 18.
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MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA MURCIA ANDALUSÍ (SIGLOS X-XIII) 98
Fig. 14. Casa A de calle Platería de Murcia, nº 14 (s. XII). Muro construido con Fig. 16. Casa excavada en el solar del casón de Puxmarina de Murcia (ss. XII-XIII). Véase
cimentación de tapial de hormigón y solución mixta en las jambas: cimentación de en el muro de tapial de hormigón cómo ha sido reforzada su esquina con sillares de
sillares y alzado de ladrillos calcarenita
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Fig. 18. Casa nº 4 del solar de plaza de Romea, esquina calle Alfaro de Murcia (ss. X-
XI). Salón principal norte. Pavimento de argamasa y zócalo, ambos pintados en rojo.
En el alzado se conserva un motivo geométrico en reserva compuesto por dos
bandas verticales
Fig. 17. Casa A de calle Platería de Murcia, nº 14 (s. XII). Detalle de la jamba con la
mocheta encofrada en la obra de hormigón
Fig. 19. Casa A de calle Platería de Murcia, nº 14 (s. XII). Vano geminado de acceso al
salón principal (norte). Las jambas no han sido dotadas de los habituales refuerzos
motivos en reserva sobre fondo rojo. Las reparaciones de de piedra o/y ladrillo. La cimentación del pilar central está compuesta por una
los muros de las viviendas tardías seguían el mismo zapata de hormigón sobre la que se asienta la obra de sillares de arenisca. A ambos
lados del pilar central se puede ver en el perfil un suelo de trabajo, muy próximo a
proceso que explicamos cuando tratamos las de época más la base de los muros
antigua.
Como antes decíamos, en ciertas casas de Murcia
como la A de Platería y la de calle Sémola así como en el meno de reutilización de materiales66, procedentes de
palacio de San Andrés, que se podrían fechar en la primera edificios arruinados o en proceso de demolición, aunque
mitad del siglo XII, los sillares de arenisca se utilizaron con no descartamos que se trate también de una pervivencia de
profusión pues, además de encontrarlos en los cimientos la tradición constructiva de la fase anterior.
de las jambas (fig. 14), aparecen en los umbrales de los A partir de mediados del siglo XII, en la ciudad de
vanos, en las solerías de los andenes y, dispuestos a soga y Murcia la piedra se empleó aún menos pues prácticamente
tizón, en el pilar central de la puerta geminada que daba desaparecen los pavimentos de este material, aunque segui-
acceso a los salones principales (fig. 19). La antigüedad
relativa de esta solución es evidente, pues en aquellos casos 66
Un caso en el que se ve claro que los sillares están reutilizados es el muro de
en los que se puede rastrear la evolución posterior de la cierre del cementerio de San Nicolás de Murcia (fig. 24), en el que se puede
vivienda se observa cómo las jambas se reparan y recrecen apreciar cómo la obra de tapial de hormigón aparece reforzada por machones de
piedra (Jiménez y Navarro, 2001, p. 141). Esta solución también la encontramos
con ladrillo, quedando la piedra como testimonio de la fase en la muralla de la alcazaba Qadima de Granada, fechada tradicionalmente en el
fundacional. Es posible que estemos ante un simple fenó- siglo XI precisamente por la presencia de este tipo de obra de piedra (fig. 46).
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MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA MURCIA ANDALUSÍ (SIGLOS X-XIII) 100
mos hallándola muy bien trabajada en las solerías de los utilización cada vez mayor del ladrillo en la construcción
baños (fig. 21). También la encontramos en casas de cierta de jambas, tabiques, pilares y, sobre todo, como solería.
riqueza constructiva, conformando los canalillos perime- Sabemos con seguridad que su empleo generalizado en
trales que delimitan los jardines en hondo (fig. 20), las
fuentes67, reforzando esquinas de cimentaciones compro-
metidas (fig. 16) e incluso aún en solerías, como las de la
fase fundacional de la vivienda de Pinares68 y las del
edificio hallado en calle Montijo69, en donde junto con los
cimientos de tapial de argamasa hallamos todavía pavi-
mentos con losas de piedra. Fuera de Murcia, en la cercana
ciudad de Orihuela (Alicante), exhumamos una de estas
solerías en una casa de la calle Hospital (fig. 27).
En relación directa con la decadencia del empleo de la
piedra, se encuentra, a partir de mediados del siglo XII, la
67
Se halló una de estas fuentes en la casa de Pinares (Manzano, López y Fernán-
dez, 1993, p. 405); y otra en el Qasr al-Sagîr (Pozo, 1999, pp. 97, 99 y 100).
68
Manzano, López y Fernández, 1989; id., 1993. Fig. 21. Baño del Trinquete de Murcia (ss. XII-XIII). Pavimento de losas de piedra de la
69
Bernal y Jiménez, 1993, figs. 6 y 18. sala caliente
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101 JULIO NAVARRO PALAZÓN – PEDRO JIMÉNEZ CASTILLO
Fig. 23. Casa de calle Victorio de Murcia. Pavimentos de ladrillos a sardinel en espiga del patio (primera mitad del s. XIII). Obsérvese la banda perimetral y el motivo cuadrado
con que se resuelve uno de los ángulos (A) y el de planta romboidal que interrumpe el desarrollo normal de la banda perimetral (B)
pavimentos de habitaciones y patios en la Murcia andalusí las casas murcianas se empleaba el ladrillo en los pavimen-
debió de producirse en una fecha imprecisa entre el último tos disponiéndolo a tabla o a sardinel en espiga (figs. 22-
cuarto del siglo XII y el primero del XIII; prueba de ello son 25)71. En interiores aparece muy frecuentemente solando
las solerías de ladrillo del edificio que hay bajo el palacio los pórticos y los habituales salones con alhanías, aunque
que mandara construir el sultán murciano Ibn Hûd al- en estos casos suelen estar dispuestos a tabla y no a
Mutawakkil entre los años 1228-123870. En los patios de sardinel, casi siempre en espiga y a veces en composición
70 71
A estas construcciones sobre las que se construyó el palacio hudí se le ha dado Noticias sobre el empleo del ladrillo como solería de patio también las
una fecha «avanzada de época almohade difícil de datar con anterioridad al proporciona el Rawd al-Qirtas, cuando se describe la repavimentación del patio
último decenio del siglo XII» (Pozo, 1999, p. 87). de la mezquita al-Qarawiyin de Fez en el año 1132 (Ibn Abî Zar’, 1964, p. 123).
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MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA MURCIA ANDALUSÍ (SIGLOS X-XIII) 104
Menos fructífero aún se presenta el estudio del módu- Andalus en numerosas taifas que resultaron presa fácil
lo del tapial. Ciñéndonos a los casos mejor fechados, para el pujante imperio almohade. Sólo Sharq al-Andalus
observamos que en el edificio mardanîší del Portazgo fue capaz de resistir durante veinticuatro años el avance
(tercer cuarto del siglo XII), las tapias miden 80 cm, y en el de los unitarios merced al gobierno de una figura singular:
Castillo de Monteagudo, contemporáneo del anterior, ‘Abd Allâh Ibn Sa’d Ibn Mardanîsh (1147-1171), el Rey
entre 82 y 84 cm. En ciertos muros del Alcázar Mayor, que Lobo. La guerra abierta entre este personaje y los almoha-
se levantaron entre fines del siglo XII y principios del XIII, des, que culminó en el 1171 con el asedio de Murcia, su
las tapias inferiores miden 1 m y, en la misma obra, las capital, impidió por un tiempo la penetración del arte
superiores 80 cm. El Palacio Nuevo de Sta. Clara, fechado oficial reformado en los territorios de al-Andalus oriental78.
con certeza en el segundo cuarto del siglo XIII, presenta Los nueve edificios que se vienen identificando como
tapias que oscilan entre los 85 y los 95 cm; es decir, mardanîšíes tienen funciones diferentes: religiosa (el orato-
similares a las de los edificios casi un siglo más antiguos. rio del Alcázar Mayor de Murcia)79; militar (el castillo de
Pero debemos insistir en el fenómeno observado en el Monteagudo, el de la Asomada y ciertos muros de la alca-
Alcázar, que muestra que en una misma obra las tapias zaba de Lorca); residencial (el Castillejo80, la Dâr as-Sugrà81
pueden variar en sus dimensiones y no aleatoriamente, y Pinohermoso) y tres de naturaleza dudosa, uno de ellos
sino en función de la altura; esto mismo se aprecia en las porque hace muchos años que desapareció y sólo se conser-
murallas del Castillejo de Monteagudo, también mardanî- va publicada su planta (Los Alcázares), y los otros dos por
ší, cuyas hiladas inferiores están compuestas por tapias de 1 su estado inacabado (los del Portazgo). Todos ellos están
m de altura, las intermedias miden 80 cm y la última dentro de los actuales límites de la provincia de Murcia,
conservada 70 cm de altura. salvo Pinohermoso, que se encuentra en Játiva (Valencia).
La única de estas construcciones que sabemos con absoluta
3.2. La arquitectura mardanîší certeza que es obra mardanîší, gracias a las fuentes escritas,
Esta arquitectura es contemporánea de la que los almoha-
des estaban haciendo en la mitad occidental de al-Andalus 78
Navarro y Jiménez, 1995b.
79
Sánchez y García, 2007.
durante el tercer cuarto del siglo XII. La descomposición 80
Navarro y Jiménez, 1995b.
del Estado almorávide generó la fragmentación de al- 81
Navarro, 1998; Pozo, 1999; Pozo, Robles y Navarro, 2007a.
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Fig. 28. Planta del Castillejo de Monteagudo (Murcia). Tercer cuarto del s. XII
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Fig. 30. Dâr as-Sugrà. Jardín de crucero y estructuras del palacio del
siglo XII hallados en el subsuelo del convento de Santa Clara la Real
de Murcia (Pozo, Robles y Navarro, 2008, fig. 2)
82
Fig. 31. Dâr al-Sugrà. Palacio mardanisí hallado en el subsuelo del convento de Santa Un buen ejemplo es el fragmento del arco hallado en las excavaciones del
Clara la Real de Murcia. Pavimento del pabellón central del jardín de crucero. castillo de Monteagudo, en el que se ha conservado tanto la yesería como el pilar
Probablemente, la solería de ladrillo es una reforma de época almohade de ladrillo al que se adosaba, véase Navarro y Jiménez, 1995b, fig. 6.
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83
Sánchez y García, 2007, p. 238.
84
Algunas fotos de la excavación fueron publicadas en Navarro y Jiménez,
1995a, figs. 29 y 51.
85
Sánchez y García, 2007, p. 241.
86
Navarro, 1998, p. 108. Fig. 34. Fortaleza de la Asomada (Murcia). Tercer cuarto del s. XII
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Fig. 35. Planta del conjunto fortificado del Portazgo (Murcia). Tercer cuarto del s. XII
que no puede ser invocada como obra mardanîší; lo único En la fortaleza de Monteagudo (fig. 32), las tapias de
que es posible asegurar sobre los pavimentos originales de argamasa de cal y piedra presentan una altura de entre 0’82
los andenes del crucero es que eran de mortero de cal con y 0’84 m y la distancia horizontal entre los mechinales
losas de piedra arenisca de 32 × 26 × 5 cm87. oscila entre los 0’50 y 0’60 m. En el Portazgo la altura de
las cajas de tapial es de 0’8 m y su longitud oscila entre
87
Pozo, Robles y Navarro, 2007, p. 213. 2’22 y 2’46 m.
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Fig. 37. Qasr al-Sagîr. Segundo cuarto del siglo XIII. Planta de los restos conservados
y restitución hipotética (Pozo, Robles y Navarro, 2007)
3.3. La arquitectura hudí: el Qasr al-Sagîr sobre las ruinas de la Dâr as-Sugrà mardanîší y en
(circa 1230) la actualidad forma parte del convento de Santa Clara la
Hemos identificado el palacio conocido en las fuentes Real.
cristianas del siglo XIII como «Alcacer Ceguir» (al-Qasr El edificio principal del palacio era de planta rectan-
al-Sagîr), como obra del sultán murciano Ibn Hûd al- gular con un patio central en el que se exhumó una
Mutawakkil (1228-1238)92, personaje que encabezó la amplia alberca rectangular dispuesta en su eje mayor. En
sublevación que expulsó a los almohades de la Península los lados menores del patio vemos la tradicional disposi-
y que durante diez años controló casi todo al-Andalus ción de salones rectangulares con alhanías laterales prece-
hasta su asesinato a manos de un partidario de Ibn al- didos por sendos pórticos. Éstos, al igual que los salones,
Ahmar, el fundador de la dinastía nazarí. Está situado en muestran la habitual organización tripartita al disponer
Murcia, la antigua capital de Ibn Hûd y fue construido también en los extremos de alhanías atajadas por pilastras
de ladrillo (fig. 37).
92
Tras las primeras excavaciones que uno de nosotros (JNP) dirigió durante La cimentación de los muros de carga se hizo toman-
los años 80 en el frente septentrional del palacio, este edificio se dató en época do como punto de partida el suelo de los edificios del siglo
de Ibn Hûd al-Mutawakkil (Navarro, 1995, p. 200), posteriormente el ar-
XII (fig. 31) y consiste en una fosa excavada en éste,
queólogo que excavó el sector meridional llegó a proponer la posibilidad de
que el edificio fuera construido después de 1243, es decir bajo protectorado colmatada de hormigón y piedra, sobre la que se levantó
castellano (Pozo, 1999, p. 77; Pozo, Robles y Navarro, 2007b, pp. 282 y 285). una obra de tapial. Posteriormente estas cimentaciones
La crítica a esta última propuesta se puede ver en dos trabajos recientemente
publicados: Navarro y Jiménez, 2009, pp. 716-718; Navarro y Jiménez, 2011,
fueron soterradas aportando escombros procedentes del
pp. 177-182. palacio anterior. Las jambas de los vanos, tanto en cimen-
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tación como en alzado, son pilares de ladrillos cuyo diferencia cuantitativa: en época hudí el empleo del ladri-
módulo es de 24 × 12 × 4’5 cm (fig. 39). llo, especialmente en las solerías, estaba ya generalizado. En
Técnicamente, por tanto, no existe apenas variación efecto, salones y alcobas del Qasr al-Sagîr estaban pavimen-
con respecto a la arquitectura mardanîší, aunque hay una tados con ladrillos en espiga a tabla del mismo módulo que
los empleados para los machones, mientras que en los
umbrales se disponían ladrillos a sardinel. En tres de las
cuatro alcobas de los pórticos se han conservado restos de
los pavimentos que curiosamente no son iguales: dos de
ellas presentan ladrillo en espiga a sardinel, mientras que la
tercera está solada con una espiga de ladrillos a tabla93.
Como herencia de la arquitectura del siglo XII, tam-
bién se utilizó el ladrillo en todos los pilares y arcos
estructurales; a estos últimos se les adosaban los arcos
ornamentales angrelados tallados en yeso (fig. 38), tal y
como se puede también observar en las arquerías arruina-
das de la mezquita almohade de Tinmal94. Los arcos
angrelados de las alhanías, con un intradós mucho más
estrecho debido a que no son estructurales, no tienen en su
interior arcos sustentantes de ladrillo, pues son de carácter
exclusivamente ornamental, armados mediante estructuras
de madera recubiertas por la obra de yeso, tal y como se
puede ver en numerosos ejemplos hallados en Siyâsa95.
De la cubierta del espacio central del salón norte, que
es el único que nos ha llegado en alzado, sólo pudimos
estudiar los restos del estribo de madera en el muro
septentrional, dato que nos permite suponer la presencia
de la habitual armadura. En las alhanías debieron de existir
93
Pozo, 1999, pp. 56 y 57, fig.1.
94
Fig. 39. Qasr al-Sagîr. Segundo cuarto del siglo XIII. Cimentación de ladrillo de la Ewert y Wisshak, 1984, pp. 31-48.
95
jamba occidental del vano de acceso al salón norte Navarro y Jiménez, 2007a, pp. 279 y 280.
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Fig. 42. Siyâsa (Cieza), casa 12. Muro compuesto por una tapia inferior de Fig. 43. Siyâsa (Cieza), casa 12. Medianería septentrional, que funciona también
mampostería sobre la que se sobreponen sucesivas cajas de «tapial con brencas» como muro de una terraza o parata, razón por la cual está construido en tapial de
hormigón, en vez de la tierra habitual
más plantas superiores. Se caracterizan también por estar ejemplo, cuando se trata de un muro de contención que
decoradas con abundantes yeserías, mayoritariamente de separa dos paratas o terrazas, lo que resulta relativamente
estilo almohade o protonazarí. frecuente en Siyâsa debido a que el poblado, a diferencia de
Los muros de carga son de tapial en su totalidad, la ciudad de Murcia, se levantaba en una ladera que en
aunque no suelen ser homogéneos, pues las cajas inferiores ciertos tramos tienen una pendiente muy acusada.
presentan habitualmente un material más resistente, a base En los alzados de tapial de tierra, las jambas de los
de mampuestos y yeso101, mientras que las superiores son vanos son reforzadas mediante rafas de piedra y yeso
de tierra (figs. 40 y 42). Los zócalos están compuestos que forman parte de cada una de las tapias102. Éstas se
normalmente por una tapia de 80 u 85 cm que, a veces, encofran colocando los materiales más resistentes en un
constituye también la cimentación. En ocasiones se super- extremo de la caja mientras que el resto se rellena con
ponen dos o incluso tres hiladas de tapias de mampuestos
si la función que va a tener la pared requiere refuerzo; por 102
Villanueva (1827, p. 29) explica la necesidad de emplear estos refuerzos: «Si en
las tapias ha de haber puertas ó ventanas, es preciso que lleven machos o guarniciones
101
En un breve artículo, Antonio Almagro (1986) da cuenta del frecuente uso de los mismos materiales (piedra, ladrillo, cascote o adobe), pues con tierra sola son
del yeso en la arquitectura de tradición andalusí aragonesa, mencionando difíciles de hacer y de poca duración, porque los ángulos se desmoronan y arruinan
especialmente su uso en los tapiales. fácilmente con las aguas y hielos».
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Fig. 44. Mezquita del Centeno (Lorca). Muros de tapial de tierra sobre zócalo de Fig. 45. Mezquita del Centeno (Lorca). Mihrab y nicho del mimbar vistos desde el
mampostería con yeso en la zona de la escalera exterior. Apréciese el empleo de algunos ladrillos en un contexto arquitectónico en
el que predomina la mampostería, el yeso y la tierra
tierra; tal disposición es decreciente, pues en la parte muros de contención de algunas paratas, que debían
superior las rafas son siempre más estrechas extendiéndose soportar enormes presiones laterales ejercidas por los relle-
progresivamente hacia abajo (figs. 41 y 42). Se trata del nos (fig. 43), lo que parece indicar que este tipo de paredes
tapial con brencas que ya comentamos en relación al fueron las más resistentes que los alarifes siyasíes eran
Castillejo103. Estas obras, como el resto, eran posteriormen- capaces de hacer.
te enlucidas. Entre los yacimientos del Sureste peninsular que
Aunque en origen todas las paredes maestras eran presentan clara similitud en cuanto a materiales y técnicas
levantadas de la manera que acabamos de comentar, lo más constructivas con Siyâsa podemos citar la alquería de Villa
frecuente es que ciertos muros tengan el aspecto de obras Vieja (Calasparra), el hisn de Yakka (Yecla) y la mezquita
de mampostería debido a las sucesivas reparaciones sufri- rural del Cortijo del Centeno; abandonados todos ellos a
das. En el caso de muros medianeros, es decir de estructu- lo largo del tercer cuarto del s. XIII.
ras compartidas por dos propiedades, difícilmente podían Acerca de la Villa Vieja su excavador comenta lo
ser rehechas por completo cuando uno de los dos vecinos siguiente: «la mayor parte de las cimentaciones y zócalos están
edificaba104, por lo que se optaba por repararlos tramo a fabricados en mampostería de piedra irregular trabada con
tramo y frecuentemente sólo por una de sus caras. Los yeso o barro, mientras que los alzados fueron de tierra con un
ejemplos son abundantes, pero uno de los más elocuentes fino enlucido de yeso. El tapial de hormigón está escasamente
es el muro que separa las casas nº 12 y 14, en el que se ven documentado y restringido a cimentaciones sobre las que se
varias reparaciones realizadas con piedra y yeso, a modo de elevan muros de mampostería (…) el ladrillo está práctica-
bataches, que progresivamente han transformado el aspec- mente ausente…, tan sólo se han encontrado varios en las
to primigenio del tapial de tierra. La obra original sólo se alacenas o formando la cubierta de canalillos que desaguaban
conserva en cuatro tramos, cortos y aislados, que podrían en los patios»105. Al hablar de cimentaciones y zócalos de
hacer pensar al observador no advertido que se trata de una mampostería el autor da a entender, aunque no lo indique
técnica constructiva mixta en la que alternan refuerzos de explícitamente, que no se trata de tapiales de mampostería;
mampostería y tapias de tierra. es posible, en cualquier caso, que el mal estado de
El tapial de hormigón es muy escaso en el caserío ya conservación de los restos, a diferencia de lo que sucedió
que ni siquiera en sus defensas se empleó. Se encuentra en en Siyâsa, no permitiera determinar este extremo.
los lugares especialmente comprometidos, como en los El despoblado de Yakka (Yecla) viene siendo excavado
desde hace años y ha sido dado a conocer en varios artícu-
103
Villanueva, 1827, p. 28, lám. IV-2. los y un número monográfico de la revista Yakka. De la do-
104
Un muro medianero sirve de soporte a las vigas de los forjados de las
habitaciones que hay a ambos lados; por tanto, su demolición requiere el acuerdo
105
de los copropietarios. Pozo, 2000, p. 175.
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mente la existencia de dos tipos de aparejos constructivos los siglos XII y la conquista cristiana de mediados del siglo
que se suceden en el tiempo. XIII; esta fecha ante quem es convencional, puesto que
El más antiguo se distingue por la presencia abundan- nuestro estudio no se ocupa del periodo castellano. No
te de la mampostería y de la piedra labrada. Esta última obstante, podemos adelantar que existen pruebas arqueo-
está presente incluso en los suelos de patios y estancias. lógicas y textuales de que siguió empleándose en cons-
Excluidas las construcciones íntegramente hechas con trucciones cristianas, conviviendo con fábricas góticas de
sillería, inexistentes en la ciudad de Murcia, las fábricas de sillería utilizadas en ciertos edificios singulares.
este periodo más habituales tienen zócalos y cimientos de No es sencillo precisar la fecha en que se produjo la
mampostería en hiladas, alternadas con lechos de argamasa sustitución de aparejos aunque, teniendo en cuenta la
de cal, y refuerzos de sillarejos de calcarenita en jambas y información estratigráfica de que disponemos y los pocos
otros puntos débiles de los muros; los alzados son de tapial datos que proporcionan algunos yacimientos fuera de
de tierra o de adobes. Murcia, parece que aconteció en época almorávide, a
El más reciente presenta la novedad de sustituir los finales del siglo XI o principios del XII. Así por ejemplo,
basamentos de mampostería por otros de tapial de hormi- ambos aparejos están presentes en edificios oficiales almo-
gón de cal, mientras que los antiguos refuerzos de piedra rávides: el primero en construcciones de Yûsuf Ibn Tâsufîn
son reemplazados paulatinamente por fábricas de ladrillo; y el segundo en obras de su hijo ‘Alî.
en un primer momento del cambio es frecuente constatar Las causas que explican la generalización del ladrillo a
que las jambas de piedra continúan utilizándose, asociadas partir de este momento no están claras. Este material fue
a los nuevos basamentos de hormigón encofrado. extensivamente empleado en época romana, está presente
En general, podemos defender que en la arquitectura en las bóvedas de las iglesias visigodas y sólo con la con-
de la fase más antigua la piedra labrada está muy presente, quista musulmana parece haber decaído significativamente
mientras que en la fase más reciente será el ladrillo el que su uso. Las razones que habitualmente se alegan para fun-
ocupe su lugar, sustitución que también afectará a los damentar su recuperación en la fase indicada son, funda-
pavimentos de patios y estancias. mentalmente, de naturaleza social y defienden que se debe
Los dos tipos descritos los hemos documentado espe- a la existencia de una importante demanda de materiales
cialmente en la arquitectura doméstica, aunque existen constructivos ocasionada por la bien acreditada expansión
evidencias de que el más antiguo también estaba presente urbana de ese momento. Sin embargo, parece improbable
en otras construcciones, como rábitas (Guardamar), al- que las causas sean únicamente aquéllas ligadas al desarro-
hóndigas (Santa Eulalia)110, tiendas (Plaza de Belluga)111, llo de los núcleos de población, pues el fenómeno más des-
castillos (Alhama de Murcia, Elche) o baños (San Loren- tacado en este sentido fue el del enorme desarrollo de la
zo). El segundo está bien representado también en edificios Córdoba califal, en la cual la presencia del ladrillo es prác-
públicos y comerciales, en palacios y, por supuesto, en ticamente anecdótica112. El caso cordobés evidencia que
murallas. debe de existir algún otro factor desencadenador de la ge-
La fábrica antigua con lechos de argamasa de cal la neralización del ladrillo en detrimento de la piedra, tal vez
hemos fechado, teniendo en cuenta las cerámicas del vinculado a los continuos influjos orientales o113, incluso, a
registro arqueológico y los paralelos bien datados en otros la revitalización a partir de Toledo de tradiciones visigodas
puntos del Sureste y de al-Andalus, en los siglos X-XI. De que allí se habrían mantenido, como podrían hacer pensar
raíces tardoantiguas, presenta algunos rasgos muy similares
a los de la arquitectura cordobesa de la época, sobre todo el 112
En relación con la presencia del ladrillo en el alcázar de Madînat al-Zahrâ’ se
uso de los sillarejos de calcarenita en alzados y suelos, por dice lo siguiente: «Salvo en la construcción de los elementos relacionados con el fuego,
lo que cabría pensar que tenga su origen en los alarifes como los hornos e hipocaustos de los dos baños excavados y las bóvedas de los hornos de
llegados de esa ciudad, lo que parece por otra parte lógico cocina de las viviendas 9 y 12, las estructuras de ladrillo son excepcionales» (Vallejo,
2010, pp. 318 y 319).
teniendo en cuenta que Murcia fue fundada ex novo por 113
En términos más generales, Gonzalo Borrás considera que: «El uso de estos
‘Abd al-Rahmân II para acoger al ejército y la administra- materiales y técnicas en el arte musulmán es asimismo el resultado de un lento proceso
de formación artística, que cristaliza en el siglo XI durante el periodo abasí; por su
ción emiral y consolidar así el control de la provincia o lado el arte hispanomusulmán, con su particular evolución artística, llegará en el
cora de Tudmîr. La fábrica más reciente se extiende entre siglo XI, durante la época de taifas, a una profundización artística, configurándose
entonces el sistema de trabajo que implica el uso de los materiales y técnicas a los que
nos referimos, y que se desarrollará posteriormente en las sucesivas etapas del arte
110
Jiménez y Navarro, 2001, pp. 147 y 148. hispanomusulmán —almorávide, almohade, nazarí— y en el arte mudéjar.»
111
Jiménez y Navarro, 2001, pp. 146 y 147. (Borrás, 1990, pp. 145 y 146).
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las ya mencionas mezquitas del Cristo de la Luz y Torne- materiales constructivos en el Sureste, como fue el caso,
rías. Evidementemente, esta es una de las cuestiones que por ejemplo, de la rábita de Guardamar; en esta línea de
quedan planteadas a la espera de que en un futuro, cuando precisión cronológica, hemos aportado en el presente
se disponga de más información, se pueda dar respuesta. trabajo un grupo significativo de edificios bien datados, los
En cuanto a la generalización del tapial de hormigón mardanîšíes (1147-1172) y el palacio hudí de Santa Clara
de cal, con más piedra (calicanto) o con menos, los datos (1228-1238).
que manejamos son todavía escasos y pendientes de con- Finalmente, hemos comprobado que la arquitectura
trastar; no obstante, creemos que este tipo de fábrica pudo existente en el medio rural presenta diferencias significati-
comenzar a emplearse en construcciones que requerían vas con la urbana coetánea. A esta conclusión hemos
mayor consistencia, como son las de tipo militar. La llegado al comparar los tipos de fábrica de los edificios de
prueba de que el tapial de hormigón era más resistente y de la fase reciente de Murcia con los de la misma época de
uso más selectivo la encontramos, por ejemplo, en el uso Siyâsa y con algunos otros ejemplos localizados en yaci-
que se le da en el yacimiento de Siyâsa, en donde mientos de su entorno. La rural se caracteriza por el
predominan las tapias de mampostería y yeso excepto en aprovechamiento intensivo de los materiales de su entorno
algunos muros de contención especialmente comprometi- más inmediato y la ausencia de los que han de ser
dos, que se realizan en hormigón (fig. 43). Así, en la transportados desde una cierta distancia, así como la
fortaleza estatal de Onda (Castellón), que actualmente inexistencia, o presencia testimonial, de materiales que
estamos excavando, hemos comprobado que su muralla requieren de un artesanado especializado para su elabora-
está hecha de tapial de hormigón con abundante piedra en ción, como es el caso de la cantería, del ladrillo y de la cal,
las cajas inferiores, y calicastrado en las superiores, mien- técnicas y materiales estos últimos muy presentes en el
tras que los muros del edificio que hay en su interior están medio urbano.
construidos con zócalos de mampostería y alzados de
tierra. Es decir, siendo contemporáneos, la muralla con sus Bibliografía
torres semicirculares estarían construidas con el aparejo de Acién Almansa, M. y Vallejo Triano, A., 1998, «Urbanismo y Estado islámico: de
nuestra fase reciente y los interiores con el de la antigua. Corduba a Qurtuba-Madînat al-Zahrâ’», Genèse de la ville islamique en al-
Andalus et au Maghreb occidental, Madrid, pp. 107-136.
Como la construcción de Onda la venimos fechando en el Acién, M. y Cressier, P., 2009, «Fortalezas dinásticas del Marruecos medieval:
siglo XI, creemos que se debe contemplar la hipótesis de aspectos constructivos», Monografías del Conjunto Monumental de la Alcazaba.
que el aparejo que hemos denominado como reciente Nº 2. Construir en al-Andalus, Almería, pp. 173-203.
Al-Himyarî, 1938, La Péninsule Ibérique au Moyen Âge d’après le «Kitâb ar-rawd
comenzara a utilizarse ya en el siglo XI en murallas y al-mi’târ fi habar al-aktâr» d’Ibn ‘Abd al-Mun’im al-Himyarî, trad. É. Lévy-
fortalezas114, para generalizarse a fines de esa centuria o Provençal, Leiden.
Al-Hulal al-Mawsiyya, 1952, (crónica anónima), ed. y trad. A. Huici Miranda,
comienzos de la siguiente en las demás arquitecturas, Colección de Crónicas Árabes de la Reconquista, t. I, Tetuán.
incluida la residencial. Almagro Gorbea, A., 1986, «El yeso, material mudéjar», Actas del III Simposio
El estado de la investigación sobre el tema que nos Internacional de Mudejarismo (Teruel, 20-22 de septiembre de 1984), Teruel,
pp. 453-457.
ocupa se encuentra, al menos en el área murciana, en un Almagro Gorbea, A., 2001, «Un aspecto constructivo de las bóvedas en al-
estado prácticamente embrionario, por lo que actualmente Andalus», Al-Qantara, XXII, 1, pp. 147-170.
nos movemos en unas horquillas cronológicas muy am- Almagro Gorbea, A., 2008, «La puerta califal del castillo de Gormaz», Arqueolo-
gía de la Arquitectura, 5, pp. 55-77.
plias que apenas permiten llegar a conclusiones de tipo Andreu Martínez, M. A., 1997, «Restos de viviendas islámicas en la calle Polo de
histórico; téngase en cuenta que sólo con el examen de los Medina de Murcia», Memorias de Arqueología, 6 (1991), pp. 385-391.
aparejos no podemos aún distinguir la arquitectura del Arnold, F., Canto, A. y Vallejo, A., 2009, «Das islasmische Landgut ar-
Rumanîya bei Córdoba. Vorbericht einer Bauafnahme», Madrider Mitteilun-
siglo X de la del XI, ni la de principios del XII de la del gen, 50, pp. 503-523.
momento de la conquista castellana de mediados del XIII. Azuar, R., Bevia, M., Borrego Colomer, M. y Saranova Zozaya, R., 1988/90, «La
rábita de Guardamar (Alicante): su arquitectura», Cuadernos de Madînat al-
Para avanzar en los estudios es necesario continuar apor-
Zahrâ’, 2, pp. 55-83.
tando ejemplos bien fechados que permitan poco a poco Azuar, R., 1989, La rábita califal de las dunas de Guardamar (Alicante), Alicante.
completar el panorama cronotipológico de las técnicas y – 1995, «Las técnicas constructivas en Al-Andalus. El origen de la sillería y del
hormigón de tapial», V semana de estudios medievales, pp. 121-142.
– 2004a, El ribat califal. Excavaciones e investigaciones (1984-1992), Madrid.
114
Coincidimos, por tanto, con Graciani y Tabales, quienes explican que «Las – 2004b, «Las técnicas constructivas y la fortificación almohade en al-Andalus»,
fábricas de tapial más antiguas detectadas en la Provincia (se refieren a Sevilla) Los almohades. Su patrimonio arquitectónico y arqueológico en el Sur de al–
corresponden a época taifa, momento en que éstas comenzaron a proliferar en todo Andalus, Sevilla, pp. 57-74.
Al Andalus, especialmente en la edificación militar.» (Graciani y Tabales, 2008, – 2005, «Las técnicas constructivas en la formación de Al-Andalus», Arqueología
p. 138). de la Arquitectura, 4, pp. 149-160.
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