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Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

 RAYOS DE CALOR por Randi Alexander


 SIEMPRE por Megan Slayer
 DISPÁRAME por Elyzabeth M. VaLey
 EL SEÑOR “ARRÉGLALO TODO” por Misty Holiday
 LA RECLAMACIÓN DE LA CAZADORA por Elyzabeth
M. Valey
 SIGUIENTE ESTACIÓN por Elyzabeth M. Valey
 HER SURPRISE por Azura Ice
 OBSÉRVAME… por Elyzabeth M. VaLey
 CRASH AND BURN por Wendy Zwaduck
 ADICTA por Wendy Zwaduk
 TWO'S COMPANY, THREE'S ALLOWED, por Tony
Haynes

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

RAYOS DE CALOR
RANDI ALEXANDER

Cash Masterson se paseó por delante de las puertas abiertas del


granero, maldiciendo la furiosa tormenta que caía sobre su rancho.
¿Dónde diablos estaba? Toni Keeps había llevado a su caballo de
paseo hacía dos horas y no había regresado. Se había ido al bosque y
probablemente, no vio la borrasca rondando las montañas.
¿Debería ir tras ella?
En el brillante destello de un trueno que iluminó el patio, la vio en
su carrera saliendo del bosque en su viejo alazán. Ella se resguardaba
bajo el cuello de Salsa, con su sombrero calado en la cabeza. Cuando
el caballo se acercó al granero, desaceleró y Toni se sentó mas
erguida, guiando al nervioso caballo dentro, pasando al lado de Cash.
Él corrió al lugar donde Salsa estaba parado fuera de su
compartimiento y tomó las riendas mientras Toni se bajaba.
—La tormenta llego muy rápido. —Ella jadeó frotándose las manos
y soplando sobre ellas para entrar en calor—. No estaba pronosticada,
tampoco.
Estaba empapada y cuando lo miró, sus labios estaban azules y
todo su menudo cuerpo se sacudió.
—No estaba preparada.
Cuando alcanzó la cincha, él le dijo:
—Vic puede hacer eso. Tienes que entrar en calor.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—No, yo…
—Vic. —Él llamó—. ¿Puedes atender a Salsa?
El peón llegó al trote y tomó las riendas de Cash, asintiendo con la
cabeza luego le dijo a Toni.
—Voy a cuidar bien de ella, señorita Keeps.
Salsa le dio un golpecito en el hombro y él lo rascó.
—Muchas gracias Vic.
Ella le sonrió con los dientes castañeando.
—Vamos. —Cash señaló la puerta del granero—. Vamos a entrar
para que te calientes.
Ella lo miró con ojos sorprendidos.
—Puedo sentarme en mi coche hasta que…
—Vamos a la casa, —le sonrió—. No muerdo.
…mucho, pensó él, con ganas de mordisquear cada parte de ella.
Puso la mano en la parte baja de su espalda, el toque envió chispas a
su brazo que se centro más abajo. Abajo en su verga.
Ellos corrieron hacia la casa y golpearon en el vestíbulo de la
entrada a con fuerza. El cerró la puerta detrás de ellos y cada uno
utilizó un calzador para quitarse las botas llenas de barro. Colgó su
sombrero en una percha y le tendió la mano.
—Sombrero.
Ella se quitó el sombrero vaquero de paja y se lo dio. Cuando lo
colgó a lado del suyo, el tuvo que frenar de nuevo la fiebre de deseo
que amenazaba con dominarlo. Señor, él deseaba a esta mujer para
siempre, pero ella no estaba disponible. No estaba interesada. Ella era
solo un cliente, que guardaba su caballo con él. Y tendía que recordar
eso.
Abrió la puerta de la cocina.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—Al final del pasillo, segunda puerta a la derecha, se encuentra el


dormitorio de invitados. Debe de haber una bata en el baño.
Ella miro su ropa luego a él, sus profundos ojos verdes mostraron
incertidumbre por un segundo y luego sus labios azules lo confirmaron
en una línea apretada mientras enderezaba los hombros.
—Está bien. Supongo que lo mejor es salir de estas ropas
mojadas.
La siguió en el interior de la casa.
—Si tú lavas el barro de los pantalones vaqueros, puedes ponerlo
todo en la secadora. El cuarto de lavado esta a la izquierda.
Ella se alejo, luego se volvió para mirar hacia atrás, a él, su labio
inferior estaba atrapado con sus dientes. ¿En qué demonios estaba
pensando?
Cash se dirigió a la sala de estar y se sentó sobre sus talones
enfrente de la chimenea. Amontono papel de periódico, astillas y
pequeños troncos en una experta pila y las encendió, después de
haberse imaginado haciendo lo mismo con Toni cien veces.
Cuando ella apareció en su rancho hace nueve meses, herida y
cojeando, su vieja camioneta acarreaba un remolque de caballos
incluso más viejo con Salsa adentro, el se había enamorado de ella.
Ella había dejado a su marido, le explico, y había conducido desde
Amarillo, en Oklahoma para trabajar con su tía, como estilista en Curl
Up N´ Dye en la ciudad. Ella se estaba quedando en un pequeño
apartamento en el piso de arriba de la estética y necesitaba guardar el
caballo.
Sus ojos estaban enrojecidos esa noche, con la cara manchada de
tanto llorar, pero ella era magnifica. Pequeña y ardiente, su largo
cabello castaño recogido en una andrajosa trenza. Pero ella se
mantuvo con orgullo, tan orgullosa con su decisión de abandonar un
mal matrimonio, cuando tenía miedo del futuro.

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Traducción: La Cueva de TOL
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Un par de veces a la semana salía a montar. Sola. Por horas. El


siempre quiso seguirla, pero podía sentir que ella no estaba preparada
para la atención masculina, aun.
Oyó el sonido de pies descalzos detrás de él, y se volvió para estar
frente a ella. Toni, sus dedos peinaban su pelo mojado que colgaba
detrás de la bata.
Su boca se hizo agua y su verga se estiro llena cuando se dio
cuenta de que estaba, malditamente, casi desnuda y mirándolo con
una mezcla de ansiedad y emoción en sus ojos.
Tenía que escapar de allí. Entonces se dio la vuelta.

***

Toni puso su mano sobre el brazo de Cash cuando él se aparto.


Bien, su bíceps era duro como se lo había imaginado.
—Tu camisa esta mojada.
—Sí, voy a ir…--
—No, espera.
Ella se agarro más fuerte. El la superaba en peso, pero se dio la
vuelta hacia ella.
—Hay algo que necesito decirte.
Se acerco mas, trabajando en su valor. El la miro con sus dulces
ojos marrones. Amable. Siempre amable desde el día que ella llego
aquí y admitió que había huido de su esposo. Siempre la miraba con
ese anhelo, la miraba con hambre, pero nunca se sobrepaso.
Pues bien, hoy era su día de sobrepasarse.
—Mi divorcio fue definitivo el lunes.
El sonrió, una tentativa curva en sus labios.

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Traducción: La Cueva de TOL
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—Felicitaciones.
Tragando saliva, ella movió su mano de su brazo a su pecho y
parpadeo hacia él.
—Yo quería esperar para hacer esto…
Ella desabrocho el primero botón de su camisa.
—…hasta que estuviera libre.
—Toni.
Todo salió de forma precipitada.
—Por favor no digas que no, Cash. Hemos tenido largas y
agradables conversaciones. Siento que te conozco tan bien, y-
Su voz se convirtió en ronco deseo.
—Te necesito. He esperado tanto tiempo que-
El la calló con su boca. Sus labios cepillaron los de ella, luego sus
brazos la rodearon, tirando con fuerza contra él. Su lengua se metió en
su boca y el probo, haciéndole cosquillas y atormentando cada rincón.
Su mente giro con el placer mientras un dolor ardiente latía en su
coño.
Sus manos estaban puestas entre ellos, y ella hizo uso de esa
posición para desabrochar la camisa, sacar los restos fuera de sus
pantalones vaqueros, luego aflojo el cinturón. Abajo, ella sintió su
verga, dura y lista y bajo la cremallera, lo que facilito que sus dedos
entraran. Grande. Caliente. Suya.
El dio un paso atrás y le desato el cinturón de la bata, se la quito de
los hombros y la dejo caer.
—Maldita sea, Toni. Eres hermosa.
Su cuerpo brillaba con un hormigueo mientras él la miraba. Luego
él se quito la camisa, los pantalones y se movió hacia ella.
—Siempre te he deseado, mujer. Te he necesitado en mi cama. No
me puedo controlar por más tiempo.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Su admisión la dejo sin aliento y ella dejo que la retrocediera hacia


el sofá, donde la deposito a lo largo del suave cuero. Se arrodillo en el
suelo y la beso, largo y sensual mientras sus dedos exploraban su
cuerpo. Sus pezones se arrugaron cuando él los rodo entre sus dedos
y su estomago se estremeció cuando él fue rozando hacia abajo. Más
abajo, hasta que tomo su sexo, luego sus besos los siguieron, sus
labios dejaban un rastro caliente por su cuerpo.
El estaba apurado, pero ella no le importaba. Harían esto de
nuevo, mas tarde, lento y sensual, pero en este momento, ambos
necesitaban duro y rápido.
El llego a su monte y lo beso, mordió y mordió su carne hasta que
sus piernas se abrieron con voluntad propia. El se movió más abajo,
levantando una de sus piernas por encima de su hombro.
—Eres hermosa Toni.
Sus ojos miraban, con sus parpados entrecerrados.
—Rosa y húmeda. Llena y suave.
Apoyo la cara en ella y los meses de añoranza deseándolo, la
llevaron a la cima muy rápido.
El gimió y se encontró con su clítoris, lamiendo y chupando hasta
que salió disparada de su cuerpo, la tormenta en su mente dominaba
los elementos de fuera. Ella navego y se sacudió y se estremeció,
apenas consciente de que él había levantado sus piernas, colocando
sus tobillos sobre sus hombros. De rodillas sobre el sofá, su dura polla
cubierta con un condón, toco los labios hinchados y luego lentamente
se deslizo en ella.
Los ojos de Cash rodaron mientras entraba en ella, luego su
mirada se clavo en la suya.
—He soñado con este momento.
Su núcleo se contrajo alrededor de su eje, su orgasmo se fue
construyendo, tensando a medida que avanzaba en su interior, más
rápido, con más fuerza cada golpe hasta que, pocos minutos después,

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Traducción: La Cueva de TOL
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ambos gritaron. La sala resplandeció brillando cuando un rayo estallo


alrededor, el trueno sonó, agitándolos.
Cash se desplomo a su lado, tirando de ella con fuerzas contra su
pecho y besando la parte superior de la cabeza.
—Quédate esta noche. Quédate el fin de semana.
—Tanto como tú quieras Cash.
Ella beso su duro pecho, sintiendo que su corazón latía más rápido
con sus palabras.
—Soy tuya.
FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
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SIEMPRE
MEGAN SLAYER

—¡Tengo un desafío para ti!


Elisha pasó la lengua por sus labios y tragó el nudo en su
garganta. La voz de Calen retumbaba a través de su cuerpo y
chisporroteaba en su coño. Él la desafiaba todo el tiempo. Amaba
empujar sus botones y mostrarle las posibilidades eróticas con las que
ella nunca había soñado. Su último reto había sido usar ropa
reveladora y un vibrador que funcionaba a distancia durante una fiesta.
Ella pasó toda la fiesta en un estado cercano al orgasmo y sólo
encontró su liberación cuando regresaron a casa y él la folló contra la
puerta.
¿Qué habrá pensado para esta ocasión?
—¿Ellie?
Ella estuvo preocupada mordiendo su labio inferior por un
momento. El usaba su nombre de mascota solamente cuando quería
algo grande. ¿Oh qué diablos?,
—Acepto.
—¡Buena chica! Las instrucciones están en tu mail.
El clic del final de la llamada vibró en su cerebro. Sin despedidas.
Sin palabras sentimentales, solo el “buena chica”. Ella se movió en el
teléfono por las pantallas necesarias para acceder a su correo
electrónico.
“Espera. Desnuda. Los pechos y las manos contra el cristal de la
ventana.

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Traducción: La Cueva de TOL
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Debes estar pendiente de mí.


No te corras”.
Un escalofrío de emoción y expectativa la recorrió. Ellos todavía no
habían probado el voyerismo. Memorizando las instrucciones colocó el
teléfono en la mesa de café y miró el reloj. 07:48 Calen estaría en
casa, ¿en cuánto tiempo... media hora? Si, ella podía manejar este
desafío. ¡Fácil!.

Quince minutos más tarde y completamente desnuda, se puso de


pie ante la pared de vidrio a lo largo de la calle Novena. Su loft se
encontraba en el sexto piso de una de las más concurridas calles del
centro de Cleveland. La suavidad del cristal, combinado con el frío le
hizo sentir dolor en sus duros pezones.
¿Tenia que elegir uno de los días más fríos de año para este
desafío?
Las luces de la calle y los faros de los autos del tráfico en
movimiento brillaban detrás de ella. Ella movió sus caderas. El frío de
la ventana mantenía su cuerpo en el borde, pero esto no era nada
como la anticipación. ¿Podría Calen verla desde la calle? ¡Su coño se
estremeció!
¿Podía verla? Demonios, ¿podría cualquiera ver su cuerpo
desnudo?
Cuanto más pensaba en ello, más se daba cuenta de que no le
importaba si alguien la observaba. Un diminuto gemido escapó de su
garganta. En realidad ella quería que cualquier persona que mirara
hacia arriba pudiera ver la paciente espera de su amante. Esto es lo
que deseaba. ¡Yo me ofrezco a él!
A pesar de que la necesidad corría desenfrenada a través de su
sistema, empezó a recordar un momento, en la conversación de la
mañana. Ella había decidido confesar sus sentimientos más profundos
hacia él. En lugar de responder que él también la amaba, se limitó a
decir, "Ok".

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Ella rodo sus ojos hacia atrás. En realidad, nunca había dicho que
amaba nada. No el café, no correr, no, partes de su anatomía. ¿Sería
capaz de amar? ¿O ella, no era más que un objeto sexual para él?
El sonido del reloj dividió la tensión en el aire. Ella contó las
campanadas. Nueve. No podía ser. ¡Nueve!. ¡La hizo esperar más de
una hora! Aun así, no le molestaba tanto como ella pensaba que
podría hacerlo. Él elogió su obediencia en el pasado. Era mejor dejarlo
tomar el mando.
Se sintieron pasos golpeando en el piso de madera detrás de ella.
Estremecimientos de necesidad atravesaron su cuerpo llegando hasta
su médula. La crema revistió su coño. ¡Había llegado a casa! Ella
abrió la boca para hablar, pero permaneció en silencio. El mensaje no
decía nada acerca de hablar. Sólo esperar. Desnuda y vulnerable.
—¡Buena chica!
Su voz, áspera y profunda, rodó alrededor de su cerebro. Su coño
palpitaba para él. ¡Maldita sea su deseo sexual! ¡Maldito sea él por
usarlo en su contra! La manipulación que ejercía sobre ella era
absoluta. ¡Y ella deseando cada vez más!
Ella pasó su mirada de la acción en la calle de abajo a su reflejo en
el espejo. Sus mejillas encendidas. Como si ella lo hubiera conjurado,
Calen apareció detrás de ella. Sus ojos azules brillaban con la luz de
la lámpara. Sus labios se curvaron en una sonrisa. Usando su dedo
índice, le apartó el pelo de ébano a un lado y le acarició el cuello. El
contraste de su piel bronceada en su hombro pálido siempre la
emocionaba. Cuando habló, su control se astilló.
—¡Me has complacido!
Calen la besó en el cuello, la suave acción le disparó el pulso.
—Ellos pueden verte, pueden desearte.
Movió sus caderas frotándose contra ella, podía sentir la seda de
su traje a lo largo de su espalda y en su culo. Sus manos recorrían
desde su estómago, a la curva de sus caderas. Pero no se acercaban
al lugar entre sus piernas.

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Traducción: La Cueva de TOL
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Ella contuvo un gemido que se estaba construyendo en su pecho.


Si le tocara un poco más abajo... sólo un poco más abajo.
—¡Eres una niña mala! Calen paso suavemente sus manos por su
caja torácica agarró sus pezones entre sus dedos pulgar e índice.
—Ellos quieren ver cómo te corres. Pero tú no estás aquí para
ellos. Sus manos se posaron en su cintura. ¿O sí?
—Estoy aquí para usted, señor.
—Sí, —dijo entre dientes. Hundiendo dos dedos en su coño, él la
acercó a su cuerpo quitándole el aliento. Su pulgar le rozó el clítoris, y
la operación encendió chispas en sus venas. La crema se escurría por
sus piernas. Las olas de un orgasmo se estrellaron contra su cerebro y
su vientre se estremeció. Tan cerca… y tan malditamente rápido.
—¿Te quieres correr? Su pregunta le hizo cosquillas en la nuca.
—Sí, —se quejó y movió su trasero—. Tómame
—No.
Mierda. Se había olvidado de como bailar ésta danza. Ella le
sostuvo la mirada en el reflejo en el cristal.
—Por favor, tómame, Señor.
Él liberó sus pechos y le dio una palmada en el culo. El hormigueo
repercutió en su coño y se apretó alrededor de su corazón. Ella
contuvo la respiración en espera de su próximo movimiento. Calen se
acercó a la silla “Santa Ana” y se dejó caer pesadamente. Apoyó la
frente en su mano y movió los dedos de su mano derecha.
Ella contuvo su entrecortada respiración y juntó las manos en la
parte baja de la espalda.
—¡Ven aquí!
Le tomó toda su fuerza interior, el obedecerle y dirigirse hacia él.
Un pensamiento flotaba en su mente. ¿El la amaba o se trataba de
otro juego? ¿Y por qué es importante? Debido a que le quería
pertenecer. Buscaba seguridad. Ansiaba su amor.

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Traducción: La Cueva de TOL
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—Estás pensando. Calen dio unas palmaditas en su muslo. —Deja


de hacerlo y siéntate.
Reaccionando rápidamente a su orden, hizo lo que él, le dijo y se
sentó a horcajadas en su regazo. Ella centró su atención en el adorno
de su corbata. Dos diamantes engastados en una barra de oro.
—¡Mírame!
Levantando su mirada, ella lo miró a los ojos.
—Te amo, Elisha.
Se quedó mirándolo con la boca abierta. ¿Acaba de decir eso? ¿Y
con su nombre?
—¡Móntame!
¡Oh!. Su estado de ánimo cayó, pero no apartó la mirada de las
profundidades de sus ojos color chocolate. Ella colocó su pene entre
sus labios inferiores y se hundió en él, centímetro a centímetro. La
sensación de plenitud la embargo. Movió sus caderas para permitirle
un acceso más profundo a su canal. Dios, ella se tenía que correr y
aliviar el dolor en el pecho.
—¡Para!
Ella se congeló. ¿Iría demasiado rápido?
Calen le tomó el rostro con ambas manos. La dureza de sus ojos
se suavizó.
—¿Creías que me iba a olvidar de lo de esta mañana? —Se
deslizó hacia delante en su asiento y la acaricio con su nariz a lo largo
del rostro.
—Te amo.
Tomándole la barbilla, se apoderó de su boca en un profundo beso.
Calen liberó su cara y agarró sus caderas, entrando en ella con duras
embestidas. Ella no iba a durar. Se apartó de su beso para recuperar
el aliento.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Sus uñas se clavaron en sus muslos cuando el orgasmo arrasó con


todo su ser. Calen gruñó y la abrazó con fuerza llenando con caliente
semilla su vientre.
—Elisha.
Acurrucándose en sus brazos, apoyó la cabeza en su hombro.
Cuando su respiración llegó a un nivel normal, encontró con voz.
—¿Qué día es hoy?
—El día que usted se compromete a ser mi novia.
Calen paso el pulgar sobre su mejilla. Su mano temblaba.
—Durante el último año he aprendido que puedo amarte, ¿Quieres
casarte conmigo?
Por primera vez en su vida ella fue testigo de sus nervios. Y del
amor.
—Sí.

Acerca de la Autora:
Cuando no está escribiendo las historias que circulan por su cabeza, Megan
Slayer se encuentra disfrutando en su tina de agua caliente con sus dos niños
vampiros, Lucas y Jeremy. Ella tiene la tendencia a correr un poco demasiado
lejos con su musa, por lo que tiene que esconder en la cabeza de su alter ego,
pero a los niños no parece importarles. Cuando no está obsesionada con su
colección de látigo, se le puede encontrar cuando va a recoger a su hijo de la
escuela. Puedes visitarla en su blog o su blog del grupo

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

DISPÁRAME
ELYZABETH M. VALEY

—Dispárame.
Mary lo apuntó con su arma. Liberó el seguro, pero dudó.
—Dispárame, Mary.
Mary tragó saliva. Lo había hecho docenas de veces y aún ahora
no se atrevía a apretar el gatillo.
—Bueno, — él gruñó— ¿Ya no me vas a matar?
Mary levantó el arma. Sus manos estaban empezando a sudar.
—Mátame ahora, Mary, mátame y termina con esta angustia para
los dos.
Ella sacudió la cabeza ligeramente. ¿Angustia para los dos? Él era
el único atormentado. Este era su trabajo; esto era lo por lo que ella
había luchado.
—Por favor, mátame Mary.
El sudor bajaba por su espalda.
—Mary.
Tenía la boca seca. ¿Por qué había tenido que decir su nombre
así? Ya basta. Levantó la cabeza y lo miró directamente a los ojos.
Grave error. Sus ojos azules se enterraron en los suyos llenándolos de
pasión y de una promesa…
—Dispárame, ahora, Mary. —Le susurró con la voz ronca.

16
Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Ella bajó la mirada de sus ojos a su boca. Un urgente deseo de


mordisquear su labio inferior y de ir descendiendo por su cuerpo hasta
que rogara que dejara de entrar en su mente. Se lamió los labios y
tragó intentando alejar la imagen.
Levanto de nuevo la mirada y casi pierde el agarre del arma.
Godric estaba a un par de pasos de ella. Se mantuvo con el cañón del
arma presionada contra su abdomen.
—Dame el dolor que crees que me merezco. Dispárame ahora,
Mary.
A ella se le pusieron los pelos de punta en los brazos.
—Dispárame, ahora, —le pidió.
Todo lo que era capaz de hacer era mirarlo fijamente a los ojos.
—O me disparas ahora, —le dijo, su voz cayendo en un acento
sensual—, o haré algo que no voy a ser capaz de enmendar.
Él gruñó. El corazón de Mary se saltó un latido mientras un fuego
salvaje empezaba a arder en su interior ante la perspectiva de su
amenaza.
Cayó sobre ella en un abrir y cerrar de ojos.
—¡No! —ella gritó. Fue demasiado tarde. Estrelló sus labios contra
los de ella. Eran más calientes y suaves de lo que ella se había
imaginado, pero también demandantes.
Un gemido quedó atrapado en su garganta cuando le mordisqueó y
lamió sus labios. Escuchó el arma golpear en el suelo y notó cómo
Godric le dio una patada para alejarla de ellos.
Una vez que se había librado del arma, la tomó de las manos y la
atrajo a sus brazos. Fueron tropezando hasta que chocó con su
espalda en la pared. Jadeó cuando Godric presionó su cuerpo contra
el de ella, su dureza firme entre ellos.
Ella gimió. Entrelazó sus manos en su cabello rizado mientras
exploraba su boca profundamente. Luego, la realidad la golpeó. Con
fuerza, lo apartó de un empujón, alejándolo.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Godric dio un paso a un lado y la miró. Ella le devolvió la mirada,


sus ojos recorriéndole el rostro hasta que finalmente se detuvieron en
sus colmillos.
—Tú sacas lo mejor de mí, —él le dijo con una sonrisa traviesa.
—Me has engañado, —le dijo, su voz más ronca e inestable de lo
que se esperaba.
Godric no respondió; la observó impasivo.
—Tú…tú… —ella tartamudeaba perdiendo las palabras mientras
buscaba la pistola por la sala—. Me has hipnotizado, —ella dijo más a
sí misma que a él.
—¿Esa es tu excusa?
Antes de que pudiera responder, la agarró. Mary gritó por la
sorpresa mientras él le retorcía los brazos tras la espalda.
—Dime, cazadora, ¿realmente crees que te he engañado? —
Godric la acomodó contra él, su polla dura presionándola en la
espalda. Mary no dijo nada, una vez más el deseo corría por su cuerpo
por el contacto de su cuerpo junto al suyo.
—Mary, eres la mejor cazadora de tu generación, y todavía no te
atreves a matarme —le susurró. Muy suavemente, mordisqueándola
en el lóbulo de la oreja.
Un gemido escapó a través de sus labios y Godric se rió
efusivamente. Cabreada, ella intentó soltarse de su agarre. Lucharon,
y por un momento, estuvo libre. Mary intentó correr, pero Godric la
agarró por la cintura y la atrajo a él de nuevo. Peleó contra él, pero la
lucha se estaba convirtiendo en un forcejeo juguetón mientras sus
cuerpos chocaban uno contra otro, incrementando sus deseos.
Finalmente, la atrapó y la empujó contra la pared. Con un firme agarre
la mantuvo con las manos sobre la cabeza.
—Nos hemos encontrado en incontables ocasiones en los últimos
diez años. Has matado a docenas de vampiros, y sin embargo, —
Godric jadeaba en su oído—, nunca has conseguido matarme.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Con renovada violencia, Mary intentó librarse de su agarre, pero


Godric ni se movió. Ella lo miró. Sus miradas se encontraron. Mary
cerró sus ojos. ¿Por qué no estaba asustada? Había estado en manos
de algunas criaturas malditas a lo largo de su vida y siempre había
tenido algo de miedo, pero este sentimiento…Nunca en todos sus
años como cazadora, había sentido esto.
—Mírame, Mary.
—No.
— ¿Entonces, por qué crees que no puedes matarme?
—Porque me tienes atada bajo un hechizo. —Dijo con voz débil.
Godric se rió.
—Ni si quiera tú te crees eso. Si hubiera querido que cayeras bajo
mi hechizo, podría haberlo obtenido hace años. No mi amor, no estás
bajo nada mágico. Piensa, mi cazadora, soy uno de los más antiguos,
uno de los más fuertes, y sin embargo, hoy, te he dejado irrumpir en
mi casa y apuntarme con un arma. Podrías haberme matado pero no
puedes Mary. No puedes soportar la idea de matarme. Para ti soy más
que un vampiro, más que una obsesión, piensas en mí día y noche,
Mary.
Ella sacudía la cabeza.
—Sueñas conmigo, y no te atrevas a negarlo, porque he visto tus
sueños, mi cazadora. Te he visto tocándote y susurrando mi nombre
en la oscuridad de tu dormitorio. Susurras mi nombre igual que yo
susurro el tuyo, Mary.
—No sigas diciendo mi nombre así, —le chilló apretando los
dientes.
—¿Por qué, Mary? , —le preguntó, diciendo su nombre de esa
forma sensual que le causaba humedad líquida cayendo entre las
piernas— ¿Por qué debo parar de decir el nombre de la mujer que
amo?
Mary abrió sus ojos y los clavó en Godric. Sus ojos profundizaron
en los de ella, pero no de esa forma animal hambrienta que ella estaba
19
Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

acostumbrada a ver en los vampiros. Si no que, lo que ahí vio


vulnerabilidad, amabilidad, y…
— ¡No!, —ella gritó, de nuevo tratando de luchar contra él.
Godric soltó una risa y ahogó la protesta de Mary con su boca.
Ella lo olvidó todo: los colmillos, su odio, sus miedos…todo se
redujo a ellos dos y su pasión.
Se dio cuenta de que le había liberado las manos en el momento
en que ella le tocó el pecho. Él se quitó la camisa y ella curvó los
dedos de los pies ante la visión de ese pecho desnudo. Duro,
esculpido, como el perfecto cuerpo de un atleta. Ella le recorrió las
uñas por la espalda y él respondió empujando su lengua más
profundamente dentro de su boca. Las ropas cayeron en todas
direcciones. Sus movimientos eran rápidos, hambrientos, ansiosos,
como dos animales muertos de hambre que no habían comido en
años. La lujuria corría a través de ella como nunca antes lo había
hecho.
—Mary, yo…
—Godric…
Con un gruñido, la levantó. Mary entrelazó sus piernas alrededor
de sus caderas y la apretó contra la pared. Su gran polla se deslizó en
su interior en un solo empuje.
—Godric, —gritó mientras entraba y salía de ella salvajemente.
—Dilo otra vez, Mary, di mi nombre otra vez, —le pidió
encarecidamente.
—Godric, —ella gimió.
—Mary, he esperado tanto tiempo para esto, —le susurró en el
oído.
Él le acaricio el cuello y ella le clavó las uñas en la espalda.
—Godric, yo no…—empezó a decir.

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Traducción: La Cueva de TOL
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Mary chilló cuando un orgasmo sacudió su cuerpo y Godric la


mordió en el cuello. Sentía la caliente sangre goteando de su cuello.
Mientras Godric bebía ansioso de ella, lo escuchó gemir y sintió su
liberación. Con su cuerpo todavía temblando, lo último que pensó
antes de desmayarse fue que era el mejor error que nunca había
cometido, incluso si ello le había costado la vida.
****

Mary se despertó encontrando a Godric a su lado en la cama.


Él la sonrió.
—Bienvenida a casa, cazadora.
Mary sonrió. Después de tantos años, por fin había encontrado su
lugar. Era una cazadora, sí, pero todos aquellos años había estado
cazando a la presa equivocada. Todos aquellos años persiguiendo a
Godric, apuntándole a matar, y sin embargo soñando y fantaseando
con él… había estado persiguiendo a su alma gemela y no tenía ni
idea, hasta ahora.
Godric estaba mirándola con curiosidad, como si estuviera
esperando su reacción.
Sus ojos viajaron por la sólida construcción de su cuerpo,
deteniéndose en su polla. Lo miró divertida cuando lentamente iba
creciendo ante su mirada.
—¿Quieres dispararme ahora?—ella bromeó.

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

EL SEÑOR “ARRÉGLALO TODO”


MISTY HOLIDAY

El culo de Jack se veía lo suficientemente bueno como para darle


un gran mordisco. Emilie no podía resistirse, estaba justo allí,
asomándose desde debajo del fregadero de su cocina, y tenía que
apretar las manos en cerrados puños para evitar agarrárselo. Aún así,
eso no evitaba que su mente lo deseara, y cuando una de sus manos
tanteó buscando una llave inglesa, se la imaginó sobre ella.
Instantáneamente sus pezones se endurecieron, tan duramente
apretados como sus puños, y su entrepierna se empapó.
Meses y meses… Este era el tiempo que habían vivido uno al lado
del otro… el tiempo que habían visto el futbol juntos los domingos, el
tiempo durante el que ella le cosía la ropa y él le arreglaba los
desperfectos. Había pasado un año desde que el amigo de él y ex
novio de ella se había ido en busca de mejores pastos y ¡querido
Dios!... si él no hacía un movimiento pronto, iba a gritar de frustración.
Su culo se movió, sus muslos se flexionaron cuando se alejó unos
centímetros. Sus vaqueros cortos lo ceñían apretadamente y ella dio
un paso al frente, sus manos se extendieron antes de que se diera
cuenta.
—¿Jack? —Su voz era tensa y tuvo que esconder las manos tras
la espalda para evitar agarrarlo.
—¿Hmmmm?
—¿Ya terminas?
—Casi-casi. La gotera está casi tapada.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Tengo una gotera que podrías tapar, pensó mientras sus bragas se
empapaban con crema ante la visión de él sumergiéndose en ella. El
calor se precipitó por su cuello, su corazón latía con fuerza. ¡Querido
Dios!
Él se retiró del armario y se volvió a sonreírle.
—Todo arreglado.
Ella sólo asintió con la cabeza, con miedo de confiar en sí misma si
abría la boca, pero algo debía de haber mostrado en su cara.
—¿Estás bien? —Se levantó y se acercó a sólo unos centímetros
de ella, llegando a tocar la mejilla con un dedo calloso—. Te ves
sonrojada.
Emilie no supo lo que finalmente la llevó a hacerlo, lo que la volvió
lo suficientemente audaz, después de todo ese tiempo por encontrar
una oportunidad, porque ella volvió la cabeza y tocó con la punta de la
lengua su dedo, la giró alrededor de él antes de chuparlo
profundamente en su boca.
¿Esa aguda bocanada de aire que tomó, fue por pánico o por
excitación? Tuvo miedo de mirar.
—¿Em? —Susurró, liberando su dedo para enmarcar su rostro.
Emilie levantó la barbilla, encontrando la pregunta en sus ojos y
asintió con la cabeza. Su pequeño movimiento pareció aliviarlo. Él la
tiró hacia él y aplastó su boca con la suya. ¡Sí! Esto era lo que
anhelaba. Deslizó sus manos alrededor de su culo y apretó,
acercándolo aún más, frotándose contra él con un gemido y luego
pasó la mano por su espalda, arañando sus hombros cuando dejó su
boca para mordisquear su cuello.
—¿A la cama? —susurró ella.
—Aquí. —La empujó hacia la sala y luego hacia el piso alfombrado,
todo mientras le arrancaba la blusa para quitársela—. Ahora.
No podía seguir su ritmo. Después de meses de él no tocándola en
absoluto, estaba compensándola totalmente... ¿Tenía diez manos? Le
pellizcó los pezones y luego reemplazó los dedos por su boca,
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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

chupando y mordiendo, mientras sus manos se movían hacia el sur,


hasta su calor húmedo. Las yemas de sus dedos rozaron su clítoris,
de una manera sorprendentemente suave, pero aún así se resistió a
ellos.
—Quiero sentirte, —exigió ella y le tiró de la camiseta, incapaz de
quitársela y gruñendo con frustración. Finalmente, él se sentó y la
deslizó de su piel, tomándose su tiempo para sacarse sus pantalones
vaqueros también. Se la quedó mirando durante mucho tiempo, polla
en mano, el pecho agitado por el esfuerzo. Después de una eternidad,
ella no pudo aguantar estar expuesta. Cruzó los brazos sobre el
pecho.
— ¿Lo estás pensando mejor? —Por favor, que diga que no.
—Nunca. Dios, Em, te he querido siempre. —Apretó sus manos a
un lado y le tomó los pechos, apretando suavemente los pulgares y
rozando ásperamente sus pezones hasta que ella se estremeció.
—¿Entonces por qué...?
—Tú eras la mejor amiga de mi novia.
—Hace un año, pero ya no.
—Aún así…—Él negó con la cabeza y se cortó—. No importa. Tú
eres mi mejor amiga ahora. —Metió las manos bajo su cuerpo, una
cubriendo su culo, la otra su coño. Hizo círculos con el pulgar sobre su
clítoris, frotando, apretando y ella se retorcía debajo de él—. Y esto es
todo lo que importa. —Hundió dos dedos dentro y ella se vino en una
oleada de calor, de crema y amor.
Cuando volvió a la tierra, le rodeó la polla, acariciándosela. Sonrió
mientras lo veía blanquear los ojos.
—No es justo... deberíamos haber hecho eso juntos.
—Todavía... estamos a tiempo... —murmuró mientras ella lo
acariciaba.
Emilie se levantó y lo tomó en su boca, chasqueando la lengua por
la cresta en la cabeza de su polla. Él se acercó más hacia ella,
gimiendo, entonces lo tomó más profundamente, hasta que le llenó la
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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

boca, y aún quedaba más de él. Tenía una mano en la base de su


polla y la otra acunado sus bolas, acariciándolas, tentándolas. Perdió
la noción del tiempo, de cuánto tiempo lo chupaba y lamía y apretaba.
Sus bolas se tensaron en su mano y ella supo que él estaba cerca.
— ¡No! —Él se retiró, la empujó al suelo y se zambulló en ella tan
fuerte, tan profundo que le tocó el centro. Llevó una mano entre ellos y
la trabajó, sin moverse, con el rostro duro por la concentración.
—Ahora, Jack, Dios... ¡Ahora! —Ella empezó a temblar con su
liberación y bombeó en ella una vez, dos veces y luego gimió su
nombre en el tercer golpe mientras su coño apretaba alrededor de su
polla.
Se derrumbó sobre ella, su piel resbaladiza por el sudor, su boca
lloviendo besos pequeños y suaves en el cuello.
—Wow, —susurró la palabra.
—¿Valió la pena la espera? —Murmuró en su oído, enviando
escalofríos deslizándose por su espalda.
Ella asintió con la cabeza mientras su corazón recuperaba un ritmo
más tranquilo y pudo respirar con normalidad, Emilie se acurrucó
contra Jack y sintió su sonrisa contra su cabello.
—Así que, ¿necesitas arreglar algo más? —preguntó.
Le tomó la mano, la apretó contra su corazón y dijo:
—Acabas de arreglarlo. Te amo, Jack.
Su mano se deslizó hacia su cuello hasta que enmarcó su mejilla y
la giró para que lo enfrentase.
—Te amo, también. —Y selló sus palabras con un beso.

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

LA RECLAMACIÓN DE LA CAZADORA
ELYZABETH M. VALEY

Faye apuntó con el arco al gruñido del lobo gris. Entrecerró los ojos
y tenso la cuerda. La bestia no se movió. Su cara estaba plácida y la
miraba con unos ojos imposiblemente azules. Penetraban en ella, con
si estuvieran a punto de decirle algo. Los ojos de ella empezaron a
lagrimar y tuvo que parpadear. Antes de que pudiera reaccionar, el
animal estaba sobre ella.

Gritó cuando cayó al suelo, el arco y la flecha derribados lejos de


su alcance. Forcejeo con el animal de gran tamaño, con el objetivo de
poder apresar la daga de su bota, pero él era demasiado rápido. La
inmovilizo en el suelo, sus gigantes patas sobre sus hombros y su
boca a centímetros de la suya. Faye cerró los ojos, esperando el
mordisco que la mandaría al otro mundo, pero no sucedió.

Espero. No sucedió nada, echo un vistazo casual. El animal estaba


estudiando sus rasgos, tomo una profunda respiración y sus pupilas se
dilataron. Su boca se abrió para revelar una sonrisa lobuna. Faye
tragó. Sin duda había algo malo con esta bestia, pero ella se negaba a
quedarse para descubrirlo. Una vez más, luchó para quitárselo de
encima, pero el gran peso del animal la mantenía sujeta. Él la miro con
lo que parecía diversión. La bestia bajo la cabeza hacía el cuello de
ella.

Contuvo el aliento esperando que la atacara de una vez por todas.


El lobo abrió su mandíbula, los últimos rayos de sol hacían que su

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

saliva brillara en sus grandes dientes. Gritó cuando los afilados


colmillos atravesaron su garganta.

Faye abrió los ojos hacia un cielo lleno de estrellas y luna llena.
Giro la cabeza y una punzada de dolor, le atravesó el cuello.
Temblorosamente levantó la mano hacía la garganta y con cautela
toco el lugar donde la había mordido el lobo, pero no sintió nada más
que un poco de sangre seca y un pequeño malestar. Por alguna
extraña razón que se escapaba de su compresión el animal no había
mordido para matar sino para lesionarla.

No se iba a quedar y pensar en el destino. Se puso de pie y se


estiro, eliminando la rigidez de los músculos. Miro a su alrededor,
buscando su extraviado arco y las flechas. Un repentino movimiento
entre los árboles llamó su atención y se congeló.

El animal quedo a la vista y el pecho de Faye se apretó. El lobo


había vuelto. Sabía que tenía que correr, pero algo la llevo a esperar.
El animal corrió hacía ella, parando a unos metros de distancia.

Ninguno de ellos se movió durante unos minutos. Entonces, la luz


de la luna bañó a la gran bestia. Ella podría jurar que le guió el ojo,
pero la acción apenas se quedo en su mente cuando el animal
comenzó a cambiar delante de sus ojos.

Donde un lobo estaba sentado unos segundos antes, ahora se


sentaba un hombre desnudo. Faye miraba con asombro. El hombre le
era vagamente familiar. Tenía una gruesa y prominente mandíbula,
una nariz recta y los ojos azules de la bestia. Su pelo negro caía muy
por debajo de sus hombros a través de sus amplios pectorales. Faye
se quedó clavada en su sitio cuando el hombre se levantó, los
músculos de los brazos acordonados y los muslos se flexionaron con
el movimiento.

—Si hubiera sabido que estabas tan cerca, te hubiera reclamado


hace mucho tiempo.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Un escalofrió recorrió la espalda de Faye cuando noto un acento


familiar en la profunda y ronca voz del hombre.

—¿No me reconoces, Faye?

Ella sacudió la cabeza. El hombre sonrió.

—Es cierto que no nos hemos visto durante años, pero cuando
éramos niños te tenía entre mis mejores amigos, incluso aunque
fueras una chica.

Los ojos de Faye se abrieron como platos al reconocer la broma de


su amigo de la infancia, un chico que había desaparecido en su quince
cumpleaños.

—¿Gerule? —dijo apenas en un susurro. El hombre sonrió


cálidamente.

—Soy yo.

—¿Cómo puede ser?. —Luchaba para comprender, buscando en


las profundidades de sus ojos una respuesta.

—Simplemente es, Faye. Vas a entenderlo muy pronto.

Faye lo miró fijamente, su mente confundida. Gerule se acercó y


ella dio un paso para atrás.

—No me tengas miedo, Faye. —Extendió su mano y la acaricio la


cara con ternura. Las lágrimas espontáneamente empezaron a rodar
por sus mejillas. Gerule la tomo en sus brazos, consolándola. La
inclinó la cabeza y sus labios cayeron sobre los de ellas, cálidos y
suaves, la punta de su lengua haciendo señas para que se abriera a
él. Faye suspiro en su boca y la lengua de él termino dentro de su
boca, entrelazándose con la suya.

Gerule la hizo acercarse y entonces se dio cuenta que estaba


desnudo, su polla endurecida contra su cuerpo vestido. La acarició la

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

espalda, sus manos deslizándose lentamente hacía su culo,


ahuecándolo. Su cuerpo respondió a su toque, la unión entre sus
muslos se inundó de líquido caliente.

Con su pasión inflamada, Faye ayudo a Gerule mientras le quitaba


la ropa. La atrajo hacía él, su gran mano acariciaba la hinchada carne
entre sus piernas.

Faye se frotaba contra él. Gimió con fuerza cuando uno de sus
dedos entró en su empapado coño y su calor se inflamo aún más.
Gerule al alzó fácilmente y ella enrosco sus piernas a su alrededor,
buscando desesperadamente que su virilidad la llenase. Otro dedo
invadió su coño y gritó de alegría.

—Por favor, —dijo ella, arqueando la espalda.

La dura polla de Gerule estaba entre ellos y ella envolvió su mano


alrededor de su amplia circunferencia. Otro dedo entró en ella y lo
apretó.

—Quiero que estés dentro de mí.

Gerule los saco alegremente.

—Me lo pides como una verdadera hembra alfa.

Ella lo miro sin entender, pero estaba más allá de la comprensión.


Su cuerpo anhelaba su toque, su palpitante coño lo deseaba.

Gerule la tumbo en el suelo y le abrió las piernas con su rodilla.


Froto la gruesa cabeza purpura de su polla contra sus labios externos.
Faye levantó las caderas y con un fuerte empujón fue más allá,
extendiendo y profundizando en la humedad resbaladiza de su coño.
Gerule se echo hacía atrás, retrocediendo fácilmente hasta la entrada
de su mojado canal antes de volver a introducirse.

—Dime como se siente, Faye.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Ella abrió los ojos. Gerule la observaba atentamente, sus


penetrantes ojos azules viendo su alma. —Se siente tan bien Gerule,
como… —Gritó cuando sintió el glande llegando hasta el cuello del
útero.

—¿Cómo? —volvió él a preguntar, saliendo poco a poco hacía


fuera.

—Como si tú sitio fuera dentro de mí, como si fuera mi conexión


con la vida. No hay nada más en mi vida que este momento contigo.
—Levantó sus caderas y cruzo los tobillos en su firme culo,
obligándole a volver dentro de ella.

Gerule la levanto hasta estar casi sentados y capturo sus labios en


un ardiente beso. Ella mordió su labio inferior y la excitación de él
aumentó, sus acometidas eran cada vez más rápidas y duras. Le
acarició el cuello con los dientes, antes de morderla y alimentarse con
su sangre. Un millar de pequeñas agujas bailaban sobre su piel e iban
directamente hacía su clítoris.

—¡Gerule!

Cuando ella gritó con su orgasmo, él se volvió loco y volvió a


morderla. Faye dejó caer la cabeza contra su pecho, escuchando sus
rápidos latidos. Sabía que algo había cambiado. Miro a la redonda
luna y supo que ahora era más fuerte, más rápida y no del todo
humana.

Miro a Gerule a los ojos. Los de él bajaron sobre ella, esperando.


Todo se volvió claro para ella: su transformación el día de su
cumpleaños, su huida, su miedo y su soledad noche tras noche
mientras buscaba a la compañera perfecta con la que adorar a la luna.
Faye levantó la cabeza y capturo sus labios, ella era su pareja,
siempre lo había sido, con su polla dentro de ella hasta la empuñadura
le dio la vuelta montándose sobre él con un grito de alegría.
Inclinándose sobre su pecho, comenzó a balancear las caderas y

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

levantarlas de tal manera que solamente la cabeza de su pene estaba


dentro de ella. Gerule se echo a reír.

Le agarró uno de sus pechos y apretó ligeramente. Con la otra


mano le acaricio la barbilla y levanto su cabeza, tirando de ella al
mismo tiempo para besarla.

—Te amo, Faye. Tú estabas dispuesta a cazarme y en cambio yo


te he capturado a ti. Ahora eres una loba y mi compañera en esta vida
y más allá.

Impulsada por su amor y por su nueva naturaleza, apretó las


caderas, más rápido y más fuerte, su clítoris chocando contra el duro
borde del pubis de Gerule. Ella gritó levantando la cabeza hacía la
luna. La semilla de Gerule salió a borbotones profundamente dentro
de ella y su grito hizo eco con el suyo. Faye se desplomo contra su
pecho y él la abrazo.

—Te amo Gerule. Ya no tienes que temer el aullar a la luna en


soledad.

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

SIGUIENTE ESTACIÓN
ELYZABETH M VALEY

Poco a poco el vagón del tren se había ido vaciando de gente


hasta quedar solamente ella y el hombre sentado a su lado. Lo miro a
través del reflejo de la ventana cuando el tren atravesó un oscuro túnel
y las luces parpadeaban.

Tenía muy buen aspecto. Incluso sentado le sacaba una cabeza y


eso que ella media 1´75cm, no era precisamente bajita. Llevaba una
camiseta negra sin mangas que se pegaba a su piel y marcaba su
figura. Sus mejillas se calentaron a medida que se preguntaba cómo
se sentiría la piel de él bajo su toque.

El tren se detuvo en una iluminada estación y desapareció el


reflejo. Tragó saliva nerviosa y espero que alguien subiera a bordo del
vagón, pero nadie lo hizo.

En cuanto en tren entro en los oscuros túneles subterráneos, sus


ojos se clavaron en su reflejo. Esta vez ella miro sus brazos. Eran
musculosos, pero no excesivamente, sin embargo lo que llamó su
curiosidad fue el tatuaje. Normalmente, no le gustaban los hombres
tatuados pero ese en particular hizo que su cuerpo se estremeciese.
La idea de trazar la tinta con su lengua la hizo la boca agua.

Avergonzada por sus pensamientos, bajo la mirada a sus manos


para darse un respiro. Su imaginación echo a volar y su cuerpo
respondió. Como le gustaría que esas manos grandes explorasen su
carne, amasaran, pellizcasen y tirasen de sus pezones,

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

acariciándolos. Ella se agarraría de su cuello y pasaría sus manos por


su ancha espalda repetidamente…

Su fantasía fue interrumpida cuando le oyó carraspear


ruidosamente. Ella aparto la mirada rápidamente sintiendo las mejillas
y el cuello rojos de vergüenza.

El tren se detuvo en la siguiente estación y después de unos


minutos continuo su camino sin viajeros nuevos. Volvieron a
sumergirse en la penumbra cuando la máquina entró en otro oscuro
túnel. Sólo la luz del propio vagón los iluminaba y de nuevo pudo
volver a mirar el reflejo del hombre en la ventana. Sus ojos eran de
color verde oscuro, pelo corto estaba desordenado, dejando caer un
flequillo suelto sobre el ojo derecho que hacía que su cuerpo se
calentase hasta la médula.

Empezó ligeramente cuando sus ojos se encontraron. Él la miro


descaradamente a través del cristal. Sus ojos la miraban con regocijo
y esperanzados. El principio de una sonrisa empezó en los labios de
él. Ruborizándose profundamente, ella no fue capaz de apartar la
mirada, así que sonrió nerviosa.

El tren se detuvo en otra estación, y perdieron de vista el uno del


otro, por lo que ella saltó en su asiento cuando el tren empezó a
moverse y sintió la mano de él en su rodilla.

Su respiración fue creciendo profundamente mientras él le


acariciaba la pierna, siguiendo poco a poco un camino sinuoso hasta
su muslo. El líquido se juntaba entre sus piernas y reprimió un temblor
cuando él llego a la cara interna de sus muslos. Sorprendida de su
propia audacia, abrió las piernas un poco más. Las caricias de él se
volvieron más intensas y quedo sin aliento cuando accidentalmente
toco sus mojadas bragas.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

El comenzó a jugar con el elástico de su ropa interior y ella tuvo


que morderse el labio inferior, tratando de parar el gemido que tenía
en la garganta, listo para salir.

Él curioseo suavemente el camino hacía su coño resbaladizo. Su


pulgar apretó contra su clítoris mientras el tren se detenía en otra
estación. Ninguno de los dos hablo o se movió. Era como si tener la
mano de él dentro de su falda y ropa interior fuera lo más normal en un
paseo nocturno por el metro.

Con una sacudida el tren continúo su camino. Él tomo ventaja del


movimiento de vehículo para rodar un dedo en su goteante entrada.
Ella gimió y sintió el calor subiendo a sus mejillas mientras miraba
alrededor.

Sin embargo, no le hizo retroceder. En cambio, miro a su reflejo en


la ventana y se sorprendió al ver que él la miraba con una intensa
concentración. Al darse cuenta de que ella miraba al cristal, él miro
hacia arriba y sonrió maliciosamente a su reflejo antes de empujar con
el índice dentro de su coño empapado.

Ella gimió con fuerza y empujo hacía delante. Con una gran
sonrisa, llena de maliciosa lujuria, él apretó dentro otro dedo. Sin darse
cuenta, ella comenzó a mover su cuerpo contra los dedos, instándolo
a empujar más profundo, más rápido, más duro.

De repente sus dedos dejaron de moverse. Ella abrió los ojos y


gimió de frustración. El tren se había detenido en la siguiente estación.
No podía ver su reflejo, por lo que apretó sus muslos atrapando la
mano entre ellas. Sintió que los dedos se introducían dentro de ella y
se mordió el labio inferior, evitando de nuevo un gemido y la
desesperada necesidad de que él la follase.

El tren comenzó a moverse de nuevo y ella se sobresalto cuando la


habló al oído.

—¿Te gustaría sentarte en mi regazo?


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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Ella bajó la mirada hacía su regazo. Podía ver claramente el


contorno de su dura polla esperando a que su coño la tragara. Asintió
con la cabeza. Se puso de pie y rápidamente se deshizo de sus
empapadas bragas. Mientras que las guardaba en su bolsillo, escuchó
bajar la cremallera de sus pantalones. De espaldas a él, permitió que
la guiase en su regazo. Otro gemido escapo de ella cuando su dura
carne la penetro. Inmediatamente, empezó a mecer su cuerpo contra
él. Una de sus manos se deslizo bajo su falda y rozó su clítoris, con la
otra acariciaba sus pechos.

—Tengo hambre de sus pechos, cariño. Quiero chuparlos y


lamerlos hasta que me ruegues que pare, —la susurro mientras
apretaba sus pezones.

Él habló en su oído, su voz ronca y profunda contribuía a su placer.

—¿Te das cuenta que alguien puede vernos, Zoe? ¿Es probable
que haya cámaras en el vagón grabando como golpeo en tu caliente
coño? ¿Qué cada vez que paramos en una estación corremos el
riesgo de que nos pillen?

Ella gimió y él aumentó el ritmo, el temor a ser atrapados


alimentando su ardor.

—Córrete para mi, Zoe, déjame sentir tu apretado coño ordeñando


mi polla.

Ella jadeó antes sus crudas palabras, pero no dejo de moverse


contra él. Froto su cuerpo más fuerte hasta que pudo sentir que estaba
al borde del abismo.

El tren se detuvo, las luces resplandecieron, otra estación. Ella


reprimió un grito de frustración cuando la mano que estaba en su
clítoris se para en su cintura, deteniendo su oscilante cuerpo. Un
guardia de seguridad paseaba por el vagón asegurándose que todo
estaba en orden. Asintió con la cabeza hacia ellos y siguió con su
camino. Cuando el tren comenzó a moverse él le cogió la cara entre
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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

las manos y apretó sus labios contra los suyos. Ella se derritió en su
beso.

El mundo se redujo a su boca sobre la de ella, su cuerpo apretado


contra el suyo, a su polla llenándola y estirándola con placer, sus
caderas oscilando con fuerza contra su carne, la mano debajo de su
falda otra vez con los dedos en su clítoris.

Cuando el anunció de la llegada de la siguiente estación salió de


los altavoces, su cuerpo temblaba y su vagina se contrajo en
espasmos. Su gritó de placer se ahogo dentro de su boca una vez
más, cuando él la atrapo. Ella rió contra sus labios cuando sintió que
su liberación estallaba dentro de ella.

Aún temblando cuando el tren entró en la última estación, ella se


puso discretamente otra vez su ropa interior. Se puso de pie sobre sus
temblorosas piernas y espero a Jack. Cuando él estuvo listo la cogió
por la cintura y la ayudo a bajar del tren. —Feliz aniversario, cariño—
susurro ella mientras caminaban cogidos de la mano por la estación.

Con una perruna sonrisa, Jack beso la parte superior de su


cabeza. —Nena, eres única haciendo que mis fantasías se hagan
realidad.

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

SU SORPRESA
AZURA ICE

El aroma de las costillas y verduras salteadas impregnan todo el


apartamento. Aspiro una bocanada del embriagador aroma. Amy me
prometió una gran comida, pero no puedo esperar para saber cuál es
su "sorpresa especial". A pesar de que hemos hablado en serio el uno
del otro durante los últimos cuatro meses, me encanta Amy y ella
nunca deja de sorprenderme.

Yo toqueteo la pequeña, cuadrada cajita de joyas en el bolsillo de


mi chaqueta. ¿Es demasiado pronto para proponérselo? Mi estómago
se aprieta con preocupación. Amy es todo para mí. No puedo imaginar
mi vida sin ella.

—Jack, —me llama desde el dormitorio—. ¿Estás listo para mi


sorpresa, cariño?

—No hemos tenido nuestra cena, sin embargo- le respondo en voz


alta. ¡Oh, brillante respuesta, cabeza de chorlito! Clasifica a la altura
de pedos durante el sexo. Amy está, probablemente, maldiciéndome
en este mismo instante.

Risas llegan hasta el comedor.

—Esto es parte de la cena, una tontería.

Soplo un gran suspiro de alivio. Alterar a Amy es la última cosa que


quiero hacer. Ella es una persona increíble. No sólo es inteligente,
ingeniosa y cálida, sino también una mujer rolliza y voluptuosa con
curvas que hacen que una serpiente ruegue por misericordia.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—Está bien, nena, —le digo—. Estoy limpio.

—¡Genial! Te va a encantar esto. —Silencio. Un suave susurro


llega hasta el comedor, seguido por— ¿Listo?

—¡Sí!
El suave sonido de pasos en la alfombra me llega. A continuación, el
clic de lo que supongo que son tacones altos llena el pasillo. Amy sale,
y mi boca se abre.

Oh. Qué. Hermosa. Mujer.

No puedo evitarlo. Una mirada a Amy en botines de color rosa, con


tacones de cinco pulgadas, shorts de malla con volantes, también en
color rosa suave, y pálido sujetador Le Mystere Carina de color rosa,
envía la necesidad al rojo vivo a través de mi cuerpo. La velocidad de
la luz del Enterprais del Capitán Kirk no tiene nada que ver con el
deseo zumbando detrás de la cremallera de mis pantalones.

—¿Jack? —Dice Amy—. ¿Estás bien, cariño?

—Yo... yo...

—¿Jack? —Esta vez la nota de la preocupación y decepción en su


voz me obliga a parpadear y tragar mientras reúno mis dispersos
pensamientos.

—Tú…Eres la mujer más bella que he visto nunca, Amy, —me las
arreglo, mientras mi corazón late tan fuerte que es un milagro que no
se rompan mis costillas.

—Oh, eres un amor, —susurra ella—. Soy muy afortunada de


haberte conocido. —Amy se pavonea hacia mí, sus anchas caderas
balanceándose, los pechos grandiosos y maduros luchando contra el
sujetador, las botas elegantes apretando sus bien torneadas
pantorrillas.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Sí, lo admito. Estoy colado. Amy es la personificación de mi propia


pequeña exquisitez. Mi propia Mae West hasta en su cabello rubio
platino1.

La sonrisa más gloriosa agraciaba su cara suave, angelical.

—Eres demasiado bueno para mí, Jack.

Actúo en el momento y retiro el anillo de diamantes de dos quilates


de mi bolsillo. Volteo la caja abierta y sujetando a Amy, le pregunto,

—¿Quieres casarte conmigo?

—Debo usar ropa interior sexy con más frecuencia, —bromea, pero
aun así detecto el asombro en su voz—. El anillo es increíble. —Sus
ojos brillan con humedad.

—¿Amy? —La preocupación me golpea directo en el intestino.

Riéndose, ella responde:

—Sí, me casaré contigo. —Ella envuelve sus brazos alrededor de


mí, abrazándome, besando mis labios, y luego baja una mano a mi
entrepierna. Ella acoge al creciente bulto allí, y yo aspiro con un soplo
de deseo.

A pesar de que la quiero, el alivio surge a través de mi corazón


como un pájaro al que acaban de dar su libertad.

—Te amo.

—Ven muéstrame cuánto, amante. —Amy se voltea, caminando de


vuelta hacia el dormitorio, las caderas se balancean en una silenciosa
invitación—. La cena estará en otros treinta minutos, así que
tenemos tiempo para un revolcón rápido.
1Más conocida por su nombre artístico Mae West, fue una llamativa actriz y dramaturga estadounidense, famosa por su actitud
provocativa e irreverente. Se la considera como el primer símbolo sexual y mujer fatal de la historia del cine. Mae West es
conocida por sus frases picantes, como: "¿Tienes una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?" y "Cuando soy buena, soy
buena; pero cuando soy mala, soy mucho mejor". Dotada de gran ironía y curvas sinuosas que exhibía en poses lánguidas y
provocativas, fue una maestra del doble sentido; apareció en el firmamento cinematográfico escandalizando a los
puritanos Estados Unidos de su tiempo.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—¿Puedo ponerte el anillo en el dedo?

Ella me espera, y con manos temblorosas, deslizo la joya brillante


en su dedo.

Amy se dirige hacia la habitación de nuevo.

—¿Cariño? —Le digo.

Echa una mirada alrededor, los hombros al descubierto y dice en


su mejor imitación de Mae West:

—Si vienes a mi dormitorio, niño grande, voy a dejar que pongas


algo dentro de mí también.

Mi polla se mueve con anticipación, y, mi corazón galopa con


entusiasmo, la sigo hasta el dormitorio de color oro y azul pálido. Ella
se desliza hacia abajo los shorts sobre sus caderas redondas. Una vez
que caen hasta los tobillos, los arroja lejos. De rodillas sobre la cama,
Amy se arrastra hacia la cabecera como una gata al acecho. La saliva
me inunda la boca a la vista de su cremoso culo, redondo, y una visión
de mí empujando fuerte en la funda al estilo perrito parpadea a través
de mi mente. Amy se detiene, rueda sobre su espalda, y luego, con las
rodillas, planta los talones de sus sexis botas contra el edredón, los
muslos muy abiertos para que la pueda ver.

La dureza detrás de mi cremallera empieza a doler. ¡Oh, cómo


quiero follar a mi novia! Mi polla palpita más fuerte mientras me acerco
a la cama y abro mis pantalones, pero primero tengo que probar.

No sólo el exterior es una sorpresa, pero estoy encantado de


descubrir que ella ha tenido un depilado brasileño hecho a su
coño. Me acomodo entre sus piernas, y acurruco mi rostro contra sus
pliegues calientes y satinados, su suave aroma almizclado.

—Oh, —ella jadea y enlaza sus dedos en mi cabello.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Deslizando mis manos por ambos lados de la cadera, tiro de ella


con más fuerza y la acerco a mi cara. Amy murmura su placer, el
sonido gutural y lleno de deseo. Con la lengua, voy a la pequeña
protuberancia de color rosa que siempre le da placer. Es como un
caramelo blando que sólo puedo saborear como muestra, y como yo
lamo y chupo allí, Amy comienza a moverse, los dedos tirando de mi
cabello, las caderas empujando, alzando su coño, así tengo un mejor
acceso.

En unos momentos, Amy se pone rígida. Ella aspira una bocanada


de aire, seguido de un grito de éxtasis que casi me hace venir
también. Sonrío contra sus pliegues húmedos, lamiendo sus jugos
mientras ella grita más. Ella tiembla, los muslos estremecidos mientras
ondas de clímax pasan a través de ella.

Soy tan afortunado. Amy es mi amante y el centro de mi


corazón. Tengo una mujer rubensnesca que es inteligente, ingeniosa y
divertida. Una mujer que me recibe vestida con un traje fantástico y
que me conduce a delicias de antes de la cena ¿y qué más puede
pedir un hombre?

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

OBSÉRVAME
ELYZABETH M. VALEY

Él la observaba de perfil desde la distancia.

Ella siempre venía al museo los domingos y siempre se detenía a mirar


fijamente la misma pintura, al menos cinco minutos. Como siempre, la vio
estremecerse y luego respirar hondo. Normalmente se iba a otra pintura,
pero esta vez se quedó ahí. Él se preguntó, no por primera vez, en qué
estaría pensando.

Lilly. La había conocido por accidente mientras hacían cola para


registrarse en algunos cursos suplementarios en la universidad. Él se había
apuntado a este curso de arte porque ella lo había hecho. En ese momento
no tenía ni idea de quién era ella, pero la perspectiva de ver a esa bonita
chica cada día era motivo suficiente. Además ¿cómo de difícil podría ser un
curso de arte? Se pasó una mano por su largo y oscuro cabello. Era mucho
más difícil de lo que se había imaginado. Sus ojos volvieron a la figura de
Lilly. Sin embargo, ella siempre había estado ahí, dispuesta a ayudarlo.
Mientras su enamoramiento por ella crecía, sus interacciones nunca habían
ido más lejos que estudiar juntos o algunas salidas con la clase. El semestre
estaba casi terminando y quién sabía cuándo la volvería a ver. Era ahora o
nunca.

—Valor, hombre, —se susurró a sí mismo mientras se aproximaba—.


¿Qué ves, en la pintura?

Lilly se giró a mirarlo, sonriendo.

—¿No lo ves?
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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Él miró la pintura. Era el cuadro de una mujer sentada en un taburete


frente a un espejo. Su fino vestido blanco caído por los hombros revelando
una insinuación de sus pechos.

—Mira el detalle, Jonathan. —le indicó Lilly.

Él miró fijamente. Un grito de sorpresa escapó de sus labios. La pintura


era antigua y estaba deteriorada por los años, pero en el reflejo del espejo
vio una puerta de entrada y allí de pie, la figura de un hombre.

—Hay un hombre observándola, —susurró sobrecogido.

—Sí, —dijo Lilly junto a él, mientras le metía la mano alrededor del
brazo—. Es él. Míralo más cerca, Jonathan. Ahí, hay más que una pintura.

Su corazón latía irregular ante el toque de Lilly pero intentó concentrarse


y mirar la pintura de nuevo. De repente, las dos figuras se transformaron. Ya
no eran más un hombre y una mujer anónimos. Eran el pintor y su amante.
Eran Lilly y él. De pie en la puerta, desnudo, observaba el reflejo de Lilly en
el espejo.

Despacio, ella se bajó el sencillo vestido blanco. Se le fue resbalando y


contuvo la respiración cuando vislumbró el principio de esos cremosos
pechos blancos. Ella se lo bajó más y aparecieron sus rosados pezones. Él
se lamió los labios. Quería lamer, chupar y pellizcar aquellos picos hasta
que estuvieran duros como piedras y ella le rogara que se detuviera, pero
tenía que esperar. Como si le leyera los pensamientos, se sostuvo los
pechos, apretándoselos suavemente. Vio más que oyó su grito ahogado.
Sus labios formaron una “O” y luego su lengua salió disparada, mojándolos,
y se imaginó esa suave boca caliente alrededor de su polla. Gimió
desesperado. Ella levantó la vista y sus ojos se encontraron. Le sonrió, pero
aún no le había dado permiso para moverse.

Ella se tiró del vestido, que finalmente se deslizó por su cintura, sobre
sus caderas y cayó alrededor de sus pies.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Tragó con fuerza cuando pudo ver toda su belleza. Era


maravillosamente voluptuosa. Sus pechos eran grandes y redondos, pero
no demasiado; cabrían perfectamente en las palmas de sus manos. Su
estómago no era plano, pero tenía lo que a él le gustaba llamar como la
barriga de bebé. Pequeños michelines que amaba apretar y hacer
cosquillas solo para escuchar su risa tonta. Sus piernas eran gruesas y bien
esculpidas. Su culo era firme y grande, perfecto para ser zurrado. Oh, y
cómo amaba repasar su grieta con sus dedos. Ella siempre temblaba bajo
su toque y él sonrió en apreciación. Cerró sus ojos ante el recuerdo. Su
polla dura se retorcía por los recuerdos.

Abrió sus ojos y la vio observándolo, esperando. Ella arqueó una ceja y
él asintió. Ella le sonrió maliciosa y él gruñó. A ella le encantaban esos
juegos tontos cuando todo lo que él quería era bombear en su interior.

Él luchó para recuperar el aliento cuando ella hizo descender su mano y


se tocó la vagina. Ah, ambrosía. No, estos no eran juegos tontos. A él le
encantaba verla tanto como a ella le encantaba exhibirse a él. El vello que
protegía su coño estaba recortado con esmero. Sus piernas todavía estaba
cerradas y él ansiaba ver más. Ella se sentó en el taburete que había
delante del espejo y abrió más ampliamente sus piernas. Él casi se corre
con esa visión. Le echó un vistazo a su polla y vio pre-semen brillando en su
punta. Dios, ella lo ponía salvaje. ¿Cuándo le permitiría acercarse? Podía
olerla desde la distancia, apenas a unos pasos alejado de ella. Podía oler su
excitación y podía verla también. A la débil luz podía ver el vello entre sus
piernas brillando por la humedad, como flores con el rocío de la mañana.

Enardecido por lo que ella haría después, la volvió a mirar. Se había


extendido los pliegues de su coño con sus manos permitiéndole una mejor
visión. Él apretó las manos en puños y curvó los dedos de los pies. Hasta
que ella le dijera que podía ir a sepultarse profundamente en su húmedo
coño.

Él la observaba fascinado cuando se introdujo un dedo en su entrada


húmeda. La oyó suspirar y vio sus hombros curvarse ligeramente cuando se

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

relajó. Un gruñido bajo se le escapó de los labios. Ella no lo miró.


Concentrada en su tarea, empujó otro dedo y luego un tercero. Los movía
dentro y fuera. Su cuerpo temblaba y se estremecía con sus propios toques.
La otra mano voló a su clítoris y empezó a frotarlo en lentos círculos. Él
gruñó cuando su cabeza cayó atrás y se le escapaban gemidos de placer.

—Jonathan.

Eso era todo lo que él necesitaba. Fue apenas un susurro audible;


quizás incluso lo había imaginado. No importaba, no podía soportar más
esa tortura. De repente estaba tomándola en brazos y sentándose en el
taburete. La agarró por la cintura y la acercó. Sin más preámbulos, se sentó
a horcajadas y se empaló en su polla dura, su necesidad creciendo tanto
como la de él. Ella gritó su nombre cuando las paredes se contrajeron a su
alrededor y tuvo su orgasmo. Con un gemido, empujó dentro de ella dos
veces, incapaz de contenerse, y encontró su propia liberación. La miró a los
ojos y…

—¿Lo ves ahora?

La fantasía se disolvió y Jonathan se estremeció y se dio la vuelta para


mirar a la Lilly real, que lo miraba, con su mano todavía descansando en su
brazo, un rubor en sus mejillas e intensidad en las profundidades de sus
ojos marrones. Él miró de nuevo a la pintura y el conocimiento le embargó.
El cristal que cubría el cuadro reflejaba la galería y la puerta de entrada por
la que él siempre observaba a Lilly.

Jonathan buscó su rostro y sonrió.

—Lo ves ahora, —le dijo, enrojeciéndose hasta el cuello.

—Sí, lo veo. —Jonathan se rió—. Y pensar que creía que era el único
que observaba.

Lilly se rió tontamente.

—Hemos honrado el título del cuadro.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—¿Cuál es? —preguntó Jonathan, mientras colocaba su mano


alrededor de la cintura de Lilly y la empujaba acercándola.

—“El Observador”.

—Entonces déjale que siga observándonos, después de todo, el arte


debe ser una expresión del amor o no sería nada, —respondió antes de
inclinar su cabeza y capturar los labios de la chica que hizo que su corazón
entendiera la belleza del arte.

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

CRASH AND BURN


WENDY ZWADUCK

—En apenas unos instantes, la felicidad conyugal.

Paul jugueteó con la puerta y se encontró con una cascada de


globos. Papel crepé revoloteaba y cubría toda la habitación, haciendo
parecer que una fiesta había ido mal.

—Todd ha estado aquí, — dijo y pateó los globos a un lado—. La


sala de estar tiene que estar enterrada en más de tres metros de
globos. —Le debo tanto. No sé cuándo ni cómo, pero va a ser grande.

—¿Qué hora es? —Bostezó Berlín. Ella luchó a través del caos
que corría por la habitación y se dejó caer sobre la cama de un golpe.

—Por lo menos una y media, —dijo Paul—. A los chicos en el


departamento les gusta la fiesta. Me di cuenta de que estaban
haciendo una buena. Te encanta la atención. —Tomó el pasador de su
ojal y se metió algunos de los globos—. ¿Por qué?

—Estoy agotada. —Ella suspiró con satisfacción—. Gastada,


cansada, hecha mierda...

Pablo arqueó una ceja.

—No tienes permitido estar, gastada o cansada. No he recibido mi


regalo. — La cogió en sus brazos—. Y tengo una sorpresa para ti.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—¡Ooh! —Envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo besó—.


Tengo una o dos sorpresas por mi cuenta, —susurró—. Dame un
minuto.

La dejó en el suelo y se escabulló de la habitación.

—Él ha estado aquí también, —gritó desde el baño—. Pegó el


papel higiénico todo junto. Las toallas pueden caminar por su cuenta

—Vamos a traerlo de vuelta más tarde. —Paul sacudió la cabeza y


puso la chaqueta y el chaleco en el sillón. Miró por encima del hombro
y retiró una caja del primer cajón de la cómoda.

—Está bien, —dijo desde detrás de él—. Estoy lista.

Paul se dio vuelta y dejó caer la caja. Los pensamientos se


agolparon en su mente. El calor se apoderó de su cuerpo y se instaló
en su estómago y por debajo.

Berlín estaba en la puerta vistiendo una bata hasta el suelo de


color crema que caía peligrosamente baja entre sus pechos. La
abertura a un lado corría todo el camino hasta la cadera y ponía de
manifiesto la falta de ropa interior. Su cabello rubio se desparramaba
sobre sus hombros en rizos revueltos.

—¿Esto está bien? —El rubor en las mejillas se extendió a su


pecho. Sus pezones se dispararon mientras su pecho se agitaba.

—Cariño te ves increíble. —Él se inclinó a recoger la sorpresa a


ciegas. Sus ojos nunca dejaron su esbelta figura mientras se sentaba
en el borde de la cama y daba unas palmaditas en su regazo —Ven
aquí.

Berlín lentamente cruzó los pocos metros desde baño hasta sus
brazos.

—Te gusta, ¿verdad?

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—Tendría que estar muerto para que no lo hiciera, —respondió.


Cogió un puñado de su pelo y le besó el cuello—. Lo real es mejor que
los sueños más salvajes que he tenido nunca.

Paul deslizó una de las correas de seda hacia abajo de su hombro


y se abrió camino a través de la clavícula, dejando un rastro de besos
hambrientos a su paso. Ella se echó hacia atrás y se deslizó fuera de
la bata. Trazó una línea desde la garganta hasta el ombligo con el
dedo índice, maravillándose de lo perfecta y confiada que se veía a la
luz suave de las velas. Ella se estremeció con su contacto. Dios, cómo
le gustaba su temblor.

Berlín, apoyó las manos sobre sus pectorales.

—Esta noche, quiero complacerte. —Abrió la camisa y le besó el


pecho. Ella enganchó los dedos en sus pantalones y los deslizó más
allá de sus caderas. Sin dudarlo, dejó caer los bóxers y la atrajo hacia
sí. Berlín, se lamió los labios y lo besó en la cabeza gruesa de su
pene. Una gota de humedad apareció en la punta. Ella la frotó en sus
labios y abrió la boca para tomar su longitud.

Paul gimió.

—Me estás volviendo loco, —jadeó—. Pero me encanta.

Berlín le dio una sonrisa y siguió bromeando y atormentando su


pene con la boca, lamiendo los lados, girando la lengua por la vena
gruesa en la parte inferior. Usó sus manos y la lengua para hacerle
cosquillas a sus bolas.

—Oh, querida, —murmuró. Berlín, le hizo callar empujando duro


con la boca hasta que masajeó la parte posterior de su garganta. Los
inicios del orgasmo de rizaron bajo en su vientre y en espiral hacia su
pene y los testículos.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Paul gimió una vez más mientras el clímax se apoderaba de su


cuerpo. Maldita sea, él estaba en el borde. Metió los dedos en su pelo
y la sostuvo mientras vaciaba su semilla.

Liberó su pelo y no pudo encontrar las palabras.

—Eso fue... increíble. —Se apoyó contra la pared y suspiró—.


Ahora es mi turno.

Berlín se levantó y se acomodó en la cama.

—Te amo, Berlín, —dijo y se acomodó en la parte superior de su


cuerpo desnudo. Sus pechos eran tan suaves y flexibles en sus manos
errantes. Frotó su pene a lo largo de su raja, llevándola al borde del
éxtasis, luego le pellizcó el clítoris. Dios, le gustaba burlarse de su
cuerpo.

—Ahora, —dijo con voz ronca y buscó entre sus piernas para guiarlo a
su cuerpo—. Tengo que sentirte ahora.

No necesitaba decírselo dos veces. Paul se hundió profundamente


en su coño de un solo golpe y acomodó sus caderas. Berlín, envolvió
sus piernas alrededor de su cintura y se reunió con él, en cada uno de
sus empujes. Él gimió. Si pensó que el primer orgasmo había llegado
rápido, las nuevas oleadas de clímax lo derribaron.

—Oh. —Ella se retorcía debajo de él y arqueaba la espalda—. Tan


cerca.

Joder, sí. Paul golpeaba en ella, balanceándose en un borde irregular.

—Ven conmigo, nena.

Su cuerpo se tensó y sus ojos se cerraron mientras se apretaba a


su alrededor. Ella se estremeció.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—Sí.

Paul apoyó las manos a ambos lados de su cabeza y suspiró,


agotado. El sudor corría entre sus omóplatos. Una sonrisa perezosa
se enroscaba en los labios de Berlín. Él se rió y se retiró, y luego se
dejó caer a su lado y pasó el brazo sobre la parte media de su cuerpo.

—Paul, —susurró—. ¿Fue hoy y esta noche todo lo que


esperabas?

—Cariño, yo no podría haber pedido que fuera más perfecta, —


respondió y la besó en el hombro.

—No quería defraudarte.

—Nunca, —dijo y se recuperó la caja. Agarró las almohadas y las


apoyó debajo de sus cabezas—. Aquí, —dijo y colocó la caja en su
estómago, cubriendo su ombligo.

—¿Qué es esto? —Preguntó ella, con miedo de tocar su regalo.

—Nunca he conocido una mujer tan suave, cálida y sensual en mi


vida. Tampoco nunca he conocido una mujer con un anillo en el
ombligo, —dijo y abrió la caja—. Lucy tenía un conjunto de pendientes
que no coincidían en la caja cerrada. Tuve a Dave amoldándolos en
un anillo para el ombligo que pudieras usar. Se bloquean juntos para
que no se pierdan por accidente. No es mucho, pero es el
pensamiento lo que cuenta. Vas a tener un pedazo de Lucy contigo
para protegerte y recordar su manera astuta de mantenernos juntos.
Además, siempre tendrás algo para recordar cuánto te amo.

Berlín, tomó el pequeño anillo de la caja y lo intercambió con el que


llevaba puesto. Paul admiraba la forma en que la luz de las velas
brillaba en las piedras y el suave vientre desnudo.

—Me encanta, —dijo ella y lo besó.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—Listo para la segunda ronda, —se preguntó. Su deseo de hacer


el amor con ella era insaciable. Una vez que terminaba, tenía aún más
hambre de ella.

Sus ojos se iluminaron y las comisuras de su boca se curvaron


hacia arriba.

—¿Me lo prometes?

Sobre el autor: siempre soñé con escribir las historias en mi cabeza. Los
héroes altos, morenos y guapos son mis favoritos, siempre y cuando tengan una
mujer independiente, manteniéndolos a raya. Tiendo a escribir libros con títulos
tomados de las canciones porque la música es una de mis muchas musas. Obtuve
una licenciatura en educación en la Universidad Estatal de Kent, y así como
también una Maestría en Educación en la Universidad Nova Southeastern. He
probado mi mano en la enseñanza, de camarera, y en las ventas minoristas, pero
la escritura tiene mi corazón. Me encanta NASCAR, el romance, los libros en
general, los campos agrícolas de Ohio, las carreras sucias, (¿?) y mi colección de
animales. Tengo seis libros bajo contrato (serán publicados) y más que mi cerebro
puede manejar filtrando. ¡No puedo esperar para compartir con ustedes!

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

ADICTA
Wendy Zwaduk

El olor de los higos y almizclado de hombre se arremolinaba


alrededor de Aspasia cuando se movió y se despertó del
sueño. Entrecerró sus párpados, asimilando los detalles de la
habitación. Paredes del color de la corteza de los árboles de olivo la
envolvieron con calor. Tapices de colores brillantes de personas que
no reconocía llenaban el espacio. Se quedó paralizada cuando una
pierna peluda se enredó con la suya. Se obligó a cambiar la mirada
de los tapices a la persona a su lado, y se quedó sin aliento.

Gregorius. Él ha venido.

Oscuras pestañas que se extendían sobre sus pálidas


mejillas. Una capa de pelo oscuro y crespo cubría la hendidura de su
barbilla fuerte. Sus masculinos labios entreabiertos, mientras
respiraba.

Deseaba correr los dedos por su cabellera rebelde.

—Gregorius. —Ella susurró su nombre, más para asegurarse de


que era real y no sólo un producto de su imaginación que de cualquier
otra razón.

—Buenos días, —sus ojos del color de la lluvia cuando humedece


el suelo, se abrieron lentamente. El hoyuelo en la mejilla se profundizó
a medida que colocaba la mano bajo su mejilla y sonreía. —Tuve
miedo de haberte perdido para siempre.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Su rostro enrojeció.

—¿Yo? —Cerró los ojos para ocultar su vergüenza. Ella apretó los
labios y se retorció en las mantas para salir de la cama.

—Aspasia, estás a salvo conmigo. —Su mano se posó sobre su


mandíbula— Quédate.

Al abrir los ojos, ella contuvo el irregular aliento. Su mirada vio más
allá de su dolor, hasta el fondo de su alma, haciéndola
estremecer. Ella envolvió sus brazos temblorosos alrededor de su
cuerpo y miró por encima del hombro. - Él vendrá por mí.

—¿De qué estás huyendo, mi amor? —Las palabras Gregorius


hicieron que su atención volviera hacia su rostro. Un destello iluminó
su iris oscuro.

—Visius. —La vergüenza la recorrió entera—. Yo soy su esclava


de placer.

Una vez más, cerró los ojos. Si ella no lo miraba, no podía ver la
piedad. Después de tantos años de distancia, la última cosa que
quería de él era la empatía porque ella había hecho cosas con su
cuerpo que él no podía concebir. Ella quería su amor, el prístino y
delicado primer deseo para construir en una verdadera
devoción. Nada haría borrar su atroz pasado.

—¡No más! —Su ronca voz la sacudió hasta los huesos. Ella
entreabrió sus pestañas. La rabia y el odio se quemaban en las
oscuras profundidades de sus ojos. Ella se estremeció ¿No más? ¿La
lastimaría igual como Visius lo había hecho? ¿Él la quería como su
propia esclava? Diosa, no.

Encontrando su mirada, Gregorius pasó su pulgar por el labio


inferior de ella.

—Mírame. —Cuando ella asintió, prosiguió—. ¿Cuánto te he


herido, amor?
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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

Ella parpadeó y procesó sus palabras. ¿Acaba de llamarla su


amor, no una, sino dos veces? Su mente quedó en blanco durante un
latido del corazón. No, tenía que contestarle.

—No puedo decirlo.

—Rompieron tu voluntad, te doblegaron. —Apretó la frente a la


suya—. ¿Cómo llegaste a ser propiedad del bastardo? Tu padre te
cuidaba mucho como para venderte. Yo sé que él te amó.

Mirando fijamente los labios de Gregorius, ella reflexionó sobre su


decisión de hablar. Si ella divulgaba todo, él iba a tomar venganza de
Visius. Su antiguo señor merecía cualquier cosa que Gregorius
pudiera idear.

—Aspasia, dime la verdad. —Su voz calmó sus desgastados


nervios.

—Visius robó a mi padre todo su dinero. —Ella cerró sus manos


en puños para ocultar la ira que corría por sus venas. Un sollozo brotó
de su garganta—. Cuando mi padre murió, Visius me exigió como
pago por daños y perjuicios. —Cerrando los ojos, ella se apartó de
Gregorius. Ahora él sabía su triste historia. Las lágrimas le cruzaron el
puente de la nariz.

—No llores, Aspasia. —Gregorius le tomó la cara entre las manos


grandes, calentando sus mejillas. -Lo siento, yo no estaba aquí para
ayudarte, pero esto termina conmigo. Maldita guerra.

Ella se encontró con su ardiente mirada cuando abrió los


ojos. ¿Termina con él?

—Mi riqueza no significa nada si no te puedo tener.

Sus palabras escocieron. ¿Entendía lo que quería


decir? ¿Esperaba que ella actuara como su esclava de placer? Tragó
saliva contra el nudo en la garganta.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

—Visius es demasiado poderoso. Debes tener una mujer mejor


que yo.

—Ninguna otra mujer podría tomar tu lugar en mi corazón. —


Gregorius pasó el pulgar sobre su labio inferior mientras acunaba su
cabeza en sus manos. -Voy a darlo todo para tenerte. Perdí una parte
de mi alma cuando me enteré de que no estabas sirviendo en los
mercados, cuando pensé que ya no te preocupabas por mí.

El corazón le latía en el pecho. Le importaba. Con la misma


rapidez, su espíritu cayó.

—Yo no soy una ciudadana. No es posible que me tengas como


algo más que una esclava.

—Puedo amar a quien yo quiera.

¿Amor? ¿Había oído bien, otra vez? Ella contuvo la respiración


entrecortada.

—Gregorius.

—Eres una mujer libre en mi casa. —Él frotó la nariz a lo largo de


su mejilla—. Sí, las leyes estatales dicen que debes ser una ciudadana
con el fin de que nos podamos casar, pero las reglas están hechas
para ser rotas.

Más lágrimas se acumulaban detrás de sus ojos. Todos sus


sueños parecían posibles y, sin embargo, una vez Visius se enterara
de su paradero, nada bueno saldría de sus acciones.

Él le dio un beso en la misma esquina de la boca, burlándose de


ella.

—Tu chispa y fuego me atraen de ti. —Tomando la mano en la


suya, él mordió cada dedo y lamió con la lengua los suaves
mordiscos—. Me encuentro a mí mismo como un adicto a ti, Aspasia.
—Sus besos descendieron por su brazo desnudo—. Llenas mis

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

sueños y mis fantasías. —Su erección apuñaló su muslo—. Puedes


tener todo de mí. Yo soy tuyo.

Él levantó la barbilla para aplastar a su boca sobre la de ella. Ella


maulló, deseándolo por todas partes. Cuando se abrió para él, su
lengua se fundió con la de ella en un baile sensual, dulce. Envolviendo
sus brazos alrededor de su cuello, lo acercó. De todas las veces que
tuvo relaciones sexuales con hombres para evitar la ira de Visius, esta
unión, esta unión parecía real. Dando volteretas, se enamoró más del
hombre al que tenía abrazado.

Ella jadeó cuando él se apartó para buscar aire. Gregorius suavizó


los duros nudos de su cabeza.

—Desde el día en el mercado cuando yo tenía apenas dieciséis


años, yo sabía que te tendría, no sólo en mi cama, en mi vida pero
como mi esposa. Te amo, Aspasia y para siempre. —Él tiró de las
mantas de algodón de su cuerpo—. Déjame mostrarte el fondo de mi
amor por ti.

Su respiración se volvió irregular, mientras Gregorius le alisó el


pelo.

—Yo nunca te haré daño. —Sopló besos en sus labios. El rollo de


tensión en la boca del estómago disminuyó un poco. Cuando su
lengua bailó sobre la comisura de su boca, ella gritó y le dio
entrada. Él le acarició la cadera, enviando una ola de calor a lo largo
de sus venas. Ella apretó los muslos, en un vano intento por evitar el
inicio del orgasmo. Cuando él tocó el inicio de rizos en su núcleo, ella
se retorció para acercarse. No podía aguantar más tiempo.

—Mi amor, eres tan sexy, —murmuró y se deslizó la sábana de su


cuerpo—. Cada parte de ti. —A partir de su garganta, él abrió un
camino de fuego por su cuerpo a sus pezones—. Dime que te gusta
esto, —murmuró, su voz áspera y sensual.

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

¿Gustar? Las palabras no podían describir lo mucho que


disfrutaba. Ella gimió cuando él apretó las apretadas cuentas. Él chupó
una punta erecta en su boca y ella sintió el tirón hacia abajo entre sus
piernas. Se volvió loca cuando Gregorius se movió más bajo a su
ombligo. Diosa, sí.

—Quiero probar.

Ella se quedó mirando el techo. Cada músculo de su cuerpo se


apretó cuando su lengua se zambulló en su núcleo. Lametones
planos, caricias lentas, chupando suavemente hasta agotar todas las
partes de su ser. Ella gritó, pero ningún sonido llenó la
habitación. Estrellas brillaron detrás de sus ojos cerrados y jadeó.

Él agitó la lengua sobre su clítoris, lamiendo y dándose un festín


con ella. El calor inundó su cuerpo y decayó en su bajo vientre. La
respiración que ella estaba reteniendo salió de sus labios al llegar al
orgasmo. Ella le pasó los dedos por el pelo.

Cuando los temblores comenzaron a disminuir, Gregorius la miró


de reojo.

—¿Te he complacido?

—Sí. —Ella habló a través de una neblina inducida por la pasión.

Dejando besos a su paso, se acercó sigilosamente a su


lado. Gregorius cubrió sus cuerpos con la manta y envolvió su brazo
sobre el vientre.

—Descansa. Tenemos toda la noche para hacer el amor, mi


amada.

—Te amo. —Aspasia sucumbió al sueño, sabiendo que había


encontrado su camino de regreso a los brazos de su amante.

FIN

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Traducción: La Cueva de TOL
Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

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Colección de relatos románticos y eróticos de varias autoras

TWO'S COMPANY, THREE'S ALLOWED


TONY HAYNES

Le había tomado a Nicky algunos años, pero finalmente había


logrado ahorrar lo suficiente para alquilar un lugar por su cuenta. Ella
sabía que sería una lucha para mantener por sí sola el alquiler por lo
que colocó un anuncio para alquilar el cuarto de huéspedes. Aunque
en secreto tenía la esperanza de que tal vez algún guapo, sexy,
extraño deseara mudarse, las únicas consultas que recibió
provinieron de chicas, lo cual estaba cerca de resumir la suerte
reciente de Nicky. Viendo el lado positivo, no pasó mucho tiempo para
que una compañera de piso prometedora expresara su interés.

Desde el momento en que habló por primera vez con Sara, Nicky
supo que iban a llevarse bien. Sara era una edad similar a la de Nicky
y tenía el mismo sentido un poco descarado del humor. Desde el día
en que se dio una vuelta para verla, se cayeron muy bien, por lo que
se acordó una fecha para que Sara se mudara.

Cuando el timbre sonó en el apartamento el siguiente sábado por


la mañana Nicky se sorprendió al descubrir un bastante atlético y
fornido muchacho a mediados de sus veinte años parado allí.

—Hola. ¿Puedo ayudarle?

—Hola. Soy Ben, Sara...

—Mi hermano. —Sara subió corriendo e interrumpió—. Él es el


más joven de mis hermanos mayores, que ha venido a ayudarme con
la mudanza.
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Nicky ofreció la mano a Ben.

—Encantada de conocerte.

Ben la tomó en un agarre muy seguro y la sacudió.

—Lo mismo digo.

— ¿Puedo ayudar en algo?

Sara sonrió.

—Gracias por la oferta, pero creo que vamos a estar bien.

Consciente de que debía permitirle a Sara su propio espacio, Nicky


los dejó y salió por el resto del día. Cuando volvió más tarde esa
noche, todo parecía bastante tranquilo. Nicky supuso que Sara y su
hermano debían haber salido, así que trató con un par de copas de
vino, y luego decidió acostarse. Mientras apagaba la luz de noche, no
podía dejar de sentir una leve punzada de pesar por no haber invitado
a Ben a pasar la noche. Esperaba que fuera a ser un visitante
frecuente.

Nicky no sabía qué hora era cuando se despertó. Estaba segura de


qué era lo que la había perturbado. Supuso que Sara debía haber
tenido suerte, ya que Nicky oía los inconfundibles bajos gemidos de
placer que venían de la habitación adyacente. Todavía medio dormida,
Nicky se sorprendió de lo excitada que se había puesto al escuchar el
sonido. Su imaginación empezó a correr mientras se imaginaba a sí
misma retorciéndose desnuda sobre el cuerpo de Sara, sus manos
explorando una el cuerpo de la otra. El gemido comenzó a crecer en
intensidad desde la habitación de al lado. Sintiéndose ya muy
caliente, Nicky se estiró y empezó a follarse con los dedos, mientras
se deleitaba en su fantasía. Cuando Sara dejó escapar un grito de

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éxtasis, Nicky tuvo que morder la almohada duro con el fin de no


unirse a Sara mientras se corría encima de sus dedos.

Nicky quedó allí durante algún tiempo escuchando para detectar


cualquier signo de actividad, pero los amantes habían satisfecho sus
apetitos y todo parecía tranquilo. Sintiéndose un poco sedienta, Nicky
se levantó de la cama, se puso la bata de seda y paseó hacia la
cocina. Le tomó un par de segundos para encontrar a tientas el
interruptor de la luz. Cuando lo golpeó, la cocina se iluminó y se
encontró frente a un Ben completamente desnudo. Inmediatamente
apagó de nuevo las luces y se disculpó.

Ben hizo lo mismo, casi al mismo tiempo.

—Lo siento mucho. Sólo vine a tomar un trago. —Su voz se apagó
en un silencio embarazoso.

Nicky sabía que la cosa decente que hacer sería ir a su habitación


y dejar a Ben regresar al santuario de la otra habitación. En ese breve
instante en el que las luces se encendieron, sin embargo, no había
perdido la oportunidad de echar un vistazo furtivo a la polla de Ben, a
lo que era una polla demasiado gloriosamente bien formada y
gruesa. Todavía húmeda de sus esfuerzos anteriores, Nicky tenía
ganas de sentirla empujar profundo en su interior. A medida que sus
ojos se acostumbraron a la cocina iluminada por la luna, ella se
esforzó por echar otro vistazo. Podía jurar que podía verla brillando en
la oscuridad.

Ben tosió.

—Ejem. ¿Te importaría si yo regreso con Sara?

Nicky determinó que no estaba dispuesta a dejarlo escapar tan


fácilmente.

—¿Tú hermana?

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Al oír un leve ruido detrás de ella, Nicky se volvió para encontrar a


Sara de pie allí. Una toalla blanca enrollaba ligeramente su figura bien
formada y se veía muy tímida.

—Lo siento mucho. Sé que debería haberlo dicho, es sólo que


estaba un poco preocupada de que posiblemente no me dejaras tener
la habitación si sabías que tenía novio. No estás muy molesta,
¿verdad?

Nicky sonrió.

—No seas tonta. ¿Cómo podría estar molesta con una criatura
hermosa como esta?

Ben sonrió al recibir el cumplido.

—Gracias.

Sara se sonrojó.

—Supongo que nos escuchaste, ¿entonces?

Nicky se rió.

—Fue difícil no hacerlo.

Sara se mordió el labio.

—Voy a tratar de no dejar que vuelva a suceder, es sólo, me siento


tan emocionada cuando, ya sabes.

Nicky miró a Sara fijamente a los ojos y decidió que era ahora o
nunca.

—No estoy segura de saber. ¿Por qué no me enseñas? —Cuando


Nicky se hizo a un lado, se dio cuenta de que la polla de Ben
comenzaba a temblar a la vida de nuevo.

Sara se sonrojó.

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—No estoy segura de poder frente a otra persona.

Nicky sintió que era hora de confesar.

—No hay necesidad de estar avergonzada. Lo disfruté mucho


antes.

Sara parecía más que un poco curiosa mientras le preguntaba,

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, sonaba como si estuvieran pasándolo bien, no pude


resistirme a unirme.

Con eso, Nicky deshizo el nudo de su bata y la dejó caer abierta.


Volviéndose con el fin de mirar de frente la polla de Ben, ella se sentó
en el borde de la mesa de la cocina, puso un par de dedos dentro de
su coño, y empezó a darse placer una vez más.

Ben sonrió y se acercó a su novia.

—Creo que tu nueva patrona necesita un espectáculo. ¿Vamos a


darle uno?

Sara todavía parecía insegura hasta que Ben soltó la toalla y la


arrojó al suelo. Nicky dejó escapar un suspiro de placer al ver el
magnífico cuerpo con curvas de Sara. Era tan hermosa como ella
había imaginado, desde los deliciosos pechos grandes, hasta su bien
recortado rubio pubis, a través del que Ben comenzaba a recorrer sus
manos.

Mientras Ben besaba a Sara comenzó a moverse en un lento vals


hasta que la pareja se abrazaba justo debajo de la nariz de Nicky.
Sara se había librado de sus inhibiciones anteriores y había tomado la
polla de Ben en la mano y comenzaba a masturbarlo lentamente. En
un neto, rápido movimiento, Ben se sentó en la silla en la cabecera de
la mesa y maniobró a Sara con él, colocando su coño mojado justo
encima de su polla. Sara se ajustó ligeramente hasta que la punta de

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la polla frotó contra su clítoris, luego fue hacia abajo hasta que se
hundió en su interior.

Sara dejó escapar un profundo gemido, aún más fuerte que los que
Nicky había escuchado antes en la noche. Echando la cabeza atrás,
en completo abandono, Nicky comenzó a frotarse con furia a sí misma
mientras Sara se retorcía y se retorcía en torno a la polla de Ben.
Mientras su coño empezaba a sentir un hormigueo, Nicky saltó de
sorpresa cuando sintió que alguien más la tocaba. Al mirar hacia abajo
vio que Ben se había inclinado y comenzaba a acariciarle. Con el fin
de darle rienda suelta, Nicky sacó sus propios dedos, se echó hacia
atrás y permitió a Ben a jugar con ella como quisiera.

Sara dejó escapar un grito enorme de placer cuando se vino sobre


la polla de Ben. Nicky sintió empezar su clímax y cubrió los dedos de
Ben con sus jugos dulces, pegajosos. No queriendo perder la
oportunidad de la diversión, Ben esperó hasta que el clímax de Sara
hubiera desaparecido antes de retirar su polla con el fin de permitir
que las muchachas le vieran dispara su esperma caliente en todos sus
muslos y estómago.

Mientras los tres se sentaban en el encantador y cálido resplandor


de sus respectivos clímax, Sara se echó a reír. Era contagiosa por lo
que Ben y Nicky se le unieron. Sin embargo Nicky tenía curiosidad,

— ¿Qué es tan gracioso?

Sara se obligó a detenerse.

—Lo siento, es sólo que eres bastante ruidosa por ti misma.

Nicky sonrió.

—Eso no es nada, debes escucharme cuando realmente me dejo


ir.
Tomando la indirecta, Sara besó a Ben, y luego invitó a Nicky a tomar
su lugar.

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—¿Por qué no me enseñas?

Nicky levantó una ceja. Nunca soñó que alquilar una habitación
pudiera ser tan educativo.

FIN

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