Muestra TFM Representativa Distintas Calificaciones
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DIAGNÓSTICO DE PARÁSITOS
EN HECES: COMPARACIÓN DE
DOS TÉCNICAS DE
CONCENTRACIÓN
Tutores:
Licenciada:
Agradezco a mis tutores, Dra. Joaquina Martín Sánchez y Dr. Francisco Morillas
Márquez, por estar dispuestos a atenderme en cualquier momento, por resolver
cualquier duda que tenía en la identificación de los parásitos o en este trabajo y por
facilitarme la información necesaria para este proyecto; a Dra. Herminia Gijón
Botella, Dr. Víctor Días Sáez, Dra. Adela Valero López, por ayudarme a identificar
los parásitos de las muestras; a Dr. Francisco Javier Adroher Auroux, por darme
acceso al microscopio con cámara acoplada para poder realizar las fotografías de los
parásitos y por enseñarme a usarlo; a Dña. Isabel Ruiz Muñoz por facilitarme los
materiales necesarios para el trabajo y estar siempre ayudándome en lo que necesito. A
la Dra. Hermisenda Cortés Darías, por proporcionarnos las muestras.
A Paula Rodríguez Bouzas, por ayudarme a analizar e interpretar los datos obtenidos.
A mis compañeros del máster: Marcos, María Jara, Tati, Carlos, Salva, Hicham,
Cristina Prats, Mar, Conchi, Jorge, Cristina Huelmo, María, Silvia, Julia, Jesús, Irene e
Iris, por hacerme disfrutar tanto este año, por nuestros buenos momentos en la
cafetería, por vuestros ánimos y esperanzas.
A Jose Luis Robles Urquiza, por apoyarme, ayudarme y estar a mi lado siempre que lo
he necesitado, por creer en mí y hacerme comprender que puedo conseguir todo lo que
me proponga.
Finalmente, gracias a mis padres, pues ellos hacen que todo esto sea posible.
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 9
2. OBJETIVO ........................................................................................................... 38
3. MATERIALES Y MÉTODOS............................................................................. 39
4. RESULTADOS .................................................................................................... 44
5. DISCUSIÓN ......................................................................................................... 53
6. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 56
1. INTRODUCCIÓN
Las infecciones parasitarias representan uno de los principales problemas de salud
pública en los países en vías de desarrollo (Flores, A et al., 2001).
Las infecciones intestinales por helmintos y protozoos son las más comunes a nivel
mundial, pues se distribuyen en todas las regiones tropicales y templadas del planeta;
teniendo mayor prevalencia en los países en vías de desarrollo, en las comunidades
más pobres, pues han sido consideradas como el resultado de las condiciones de vida
(Chan MS, 1997). Las infecciones causadas por helmintos no suelen captar demasiado
interés por parte de los médicos, pues, aunque pueden causar enfermedades clínicas
severas, pues afectan al crecimiento y desarrollo, rara vez causan la asistencia a los
centros de salud; estas infecciones constituyen así las dolencias crónicas más
frecuentes en muchos países del mundo, afectando a más de dos billones de personas
con infecciones de por vida. Gracias a la facilidad de diagnóstico y al bajo costo y
eficacia del tratamiento han surgido numerosas iniciativas mundiales para conseguir
un control (Awasthi, S et al., 2003); por lo que, actualmente, los estudios
epidemiológicos y las intervenciones de salud pública se centran más en helmintos,
tales como Schistosoma mansoni, Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura y
Ancylostoma spp. que en protozoos, debido a que los protozoos son más difíciles de
identificar, lo que requiere gente cualificada y experimentados para una buena
identificación (Becker SL, 2011). Existen numerosas especies de protozoos que
parasitan el intestino de los humanos, como Giardia lamblia (también conocida como
G. intestinalis y G.duodenalis), y Entamoeba histolytica. Se han identificado
protozoos como agentes causantes de la diarrea del viajero (0-12% en diarreas agudas
y un mayor porcentaje en crónicas), los más comunes son G. lamblia,
Cryptosporidium parvum y E. histolytica, menos frecuentes son Isospora belli y
Cyclospora cayetanensis (Okhuysen PC, 2001.).
Se estima que aproximadamente una de cada cuatro personas del mundo está infectada
por nematodos transmitidos por el suelo, 300 millones están infectados por protozoos
intestinales y 200 millones de personas padecen esquistosomiasis. Las enfermedades
causadas por estos parásitos tienen mayor impacto sobre la salud de niños y mujeres
embarazadas en los países en vías de desarrollo (Manson-Bahr, PEC & Apted, FIC,
9
1982; King, CH et al., 2006), por lo que es muy importante buscar una técnica
adecuada para la detección e identificación de estos parásitos.
10
las parasitosis intestinales estén tan ampliamente difundidas y que su prevalencia sea
en muchas regiones del mundo similar a la de hace cincuenta años (Zeibig, E ,2013).
11
personal también aumentan las posibilidades de infección a través de la tierra
contaminada con materia fecal. El trabajo agrícola es un factor decisivo, sobre todo en
casos de uncinariasis, que es una parasitosis esencialmente rural, pues dicho trabajo
implica un contacto directo con la tierra. Se favorece la contaminación con la edad,
pues es mayor en las personas que presentan la edad apropiada para el trabajo agrícola,
principalmente entre 10 y 50 años, siendo los hombres los más afectados, debido a las
características del trabajo. Además, la deficiencia en lavado de manos, limpieza de
uñas, cambios de ropa, ausencia de baño y el hacinamiento en dormitorios son factores
que favorecen la presencia de las parasitosis, sobre todo en caso de la oxuriasis, que es
una de las más cosmopolitas, pues se transmite de persona a persona sin necesidad de
la intervención del suelo (Botero, D & Restrepo, M, 2005). Se ha asociado la
frecuencia de parasitismo con el número de hermanos, pues la frecuencia es mayor
cuanto mayor es el número de hermanos, esto es debido a la transmisión por contacto
con otros niños parasitados, lo que hace importante involucrar a toda la familia cuando
se realizan desparasitaciones (Londoño, AL et al, 2009).
12
agua dulce; las cercarías infecciosas de especies de Schistosoma abundan en muchos
ríos, lagos, canales y pueden penetrar la piel; las cercarías de Schistosoma que infectan
a los seres humanos no se encuentran en el agua de mar, sin embargo, el prurito del
nadador puede ocurrir tras vadear en el agua salobre después de la penetración de la
piel por las cercarias de especies que infectan a los animales (Koneman, EW, et al,
2008). La duración de la estancia y el nivel socioeconómico del país de destino se han
asociado con la adquisición de protozoos intestinales (Shlim, DR, et al, 1999).
Togo es un país pequeño de África Occidental con una superficie de 56.600 km2 y con
una población de 6, 155.000 habitantes, siendo la edad media de 20 años (OMS,
2013). Estudios anteriores de análisis parasitológico de heces de niños de Togo
muestran la presencia de protozoos, como Entamoeba histolytica, Giardia lamblia, y
helmintos, como Ascaris lumbricoides, Ancylostoma duodenale, Enterovius
vermicularis, etc. (Gbadoé, AD & Koffi, KS, 2005).
14
Figura 1: Imágenes de las dos fases de G. lamblia: A. Se observa un trofozito
con tinción tricrómica, el cual presenta aspecto piriforme y contiene dos
núcleos con el cariosoma central, se observan los cuerpos medios levemente
curvos, transversales y los axonemas longitudinales (Lawrence, A & Orihel,
T, 2010). B. Qiste de Giardia con tinción tricrómica, se observan 2 núcleos
con claridad, se ven los axonemas y cuerpos medios, el halo que hay
alrededor del quiste es el resultado de la contracción del quiste durante el
proceso de fijación (Lawrence, A & Orihel, T, 2010). C. Quiste en una
preparación en fresco y D. Quiste teñido con lugol.
Ciclo de vida: (Figura 2) Las infecciones por Giardia son iniciadas por la
ingestión de los quistes del agua o alimentos contaminados o por contacto
directo fecal-oral (Adam, RD, 2001). Los quistes son activados por el pH bajo
del estómago, se reblandece la pared quística, posteriormente se rompe y se
liberan dos trofozoitos en el duodeno, crecen y se fijan a la pared intestinal, se
multiplican por fisión binaria longitudinal y ahí viven hasta que son
arrastrados por el tránsito intestinal (Romero-Cabello, R & Herrera-
Benavente, I, 2002), el parásito no es invasivo, ni toxinas ni factores de
virulencia han sido claramente definidos; durante el tránsito hacia el colon se
forman los quistes que saldrán con las heces; en heces diarreicas también
pueden encontrarse trofozoitos (Carranza, PG & Lujan, DL, 2010).
15
Figura 2: Representación del ciclo de vida de Giardia lamblia (Koneman, EW et
al, 2008).
16
Figura 3: Imágenes de C. mesnilii: A. Trofozoito con tinción de hematoxilina
férrica (Lawrence, A & Orihel, T, 2010). B. Frotis con tinción de hematoxilina
férrica en la que se observa el parásito en la fase de quiste, presenta la
prominensia a modo de pezón, que a veces presenta el quiste, y el surco del
citostoma (Lawrence, A & Orihel, T, 2010). C. Quiste en preparación al fresco,
presenta la forma típica de semilla de uva y C. Quistes teñidos con lugol, el
situado en la parte superior presenta un aspecto inusual.
17
Figura 4: Imágenes de Retortamonas intestinalis: A. Se observa el trofozoito
teñido con lugol y B. Se observa el quiste en tinción tricrómica.
o Subphylum Sarcodina
Orden Amoebida [Eukaryota, Amoebozoa]
18
(Koneman, EW et al, 2008). Se transmite al hombre por ingestión de la fase de
quiste (Lawrence, A & Orihel, T, 2010).
19
en la región central, el anillo de cromatina nuclear está disperso de manera
uniforme y se asemeja a cuentas, el citoplasma del trofozoito tiende a ser liso o
finamente granular; 2) El quiste (Figura 6, B y C) presenta un tamaño variable
10-20 µm, presentan barras de los cuerpos cromatoides, los cuales tienen
extremos lisos y redondeados; éstas solo se observan en el 10-15% de los
quistes que están presentes; pueden tener desde 1 a 4 núcleos, según la fase de
maduración en la que se encuentre (Koneman, EW et al, 2008).
20
enquistamiento y es expulsado con las heces en forma de quiste (Romero-
Caballero, R, 2007).
21
forma más frecuente, el parásito invade los tejidos produciendo erosiones del
epitelio mucoso y se origina la formación de ulceraciones parietales múltiples
que afectan principalmente al ciego, colon sigmoide y recto; 2) Colitis
fulminante, es poco común, cursa con fiebre, diarrea con abundante sangre y
moco, causa una mala delimitación del colon, con destrucción masiva y
segmentos aislados de mucosa edematosa que se proyectan hacia la luz
intestinal; 3) Megacolon tóxico, es consecuencia de una complicación grave de
la fase anterior; 4) Ameboma, son granulomas hiperplásicos pseudotumorales
del intestino grueso causados por la invasión de un absceso amebiano en la
pared del colon, cursa disentería sanguinolenta, dolor abdominal y masa
palpable; y por último, 5) Apendicitis amebiana o tifloapendicitis (Casas, F &
Frutos, B, 2006).
Las complicaciones extraintestinales más comunes de las amebiasis son los
abscesos hepáticos amebianos (Hughe, MA & Petri, WA, 2000; Papavramidis,
TS et al, 2008). La infección hepática ocurre cuando los trofozoitos del colon
ascienden a través del sistema portal e invaden el parénquima hepático (Casas,
F & Frutos, B, 2006). Esta enfermedad es más frecuente en pacientes que
residen o han emigrado de una zona endémica o que han viajado recientemente
a un área endémica (Hughe, MA & Petri, WA, 2000). Los enfermos padecen
dolor abdominal agudo o crónico, fiebre y sudoración profusa (Hughe, MA &
Petri, WA, 2000; Casas, F & Frutos, B, 2006); pero rara vez tienen disentería
concurrente o sangre en las heces. El examen de las heces y las pruebas de
detección del antígeno en las heces no suelen ser de utilidad para el diagnóstico
en la mayoría de los pacientes que desarrollan esta patología, pues no presentan
el parásito en heces; pero la realización de inmunoensayos enzimáticos
específicos (EIA) para la detección de anticuerpos de E. histolytica circulantes
puede ayudar en el diagnóstico, además, las técnicas de imagen como la
ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética tienen una alta
sensibilidad para la detección de abscesos hepáticos, pero no diferencian los
abscesos hepáticos amebianos de los piógenos o de tumores necróticos
(Hughe, MA & Petri, WA, 2000). El diagnóstico tardío del absceso amebiano
hepático puede conducir a la perforación en aproximadamente el 2% de los
casos y a peritonitis amebiana, dando lugar a una alta tasa de mortalidad
(Papavramidis, TS et al, 2008).
22
- Entamoeba hartmanni: Los trofozoitos (Figura 8, A) tienen un tamaño
variable (4-12 µm), lo habitual es ente 8-10 µm. La movilidad que presenta
suele ser no progresiva, pero en algunos casos puede ser progresiva. Tiene un
núcleo, con un cariosoma grande de localización variable, la cromatina
periférica es similar a la de E. histolytica; el citoplasma tiene un aspecto
granuloso fino, presenta numerosas vacuolas y tiene bacterias. El quiste
(Figura 8, B y C) presenta un tamaño de 5-10 µm, siendo lo más frecuente 6-8
µm, tiene forma esférica, presenta 4 núcleos en quistes maduros (por lo general
se ven con 1 o 2 núcleos), los cuerpos cromatoidales son numerosos con forma
variable, aunque generalmente, presentan forma de barras alargadas con
extremos redondeados. El ciclo biológico es similar al de E. histolytica
(Lawrence, A & Orihel, T, 2010).
23
bloque), con localización central y el núcleo carece de cromatina periférica. El
citoplasma contiene cuerpos cromatoidales, que son pequeños, esféricos o
baciliformes. El glucógeno es difuso y en ocasiones se ve una masa
concentrada en quistes jóvenes; con yodo el glucógeno se tiñe con color pardo
rojizo (Lawrence, A & Orihel, T, 2010).
24
Figura 10: Imágenes de las dos fases de I. bütsclii: A) Trofozoito en una
tinción con hematoxilina de hierro, se observan características típicas, como, el
citoplasma muy vacuolado y un núcleo con el gran cariosoma teñido de negro.
B) Quiste en una preparación en fresco, se diferencia la gran vacuola y el
núcleo y C) Quiste en una preparación con tinción de Bailenger.
25
suelen tener problemas gastrointestinales y son tratados con la intención de
erradicar el parásito (Stensvold, CR et al, 2010; Sekar, U & Shanthi, M, 2013).
Blastocystis es muy polimórfico y presenta diversas formas de desarrollo:
vacuolar, granular, ameboide y quística (Chandra Parija, S & Jeremiah, SS,
20013). La forma vacuolar (Figura 11, a) contiene una gran vacuola central, la
cual ocupa la mayor parte del citoplasma, lo que limita a otros componentes
intracelulares al borde del citoplasma; el tamaño de este estadio puede variar
entre 4-63 µm, (Chandra Parija, S & Jeremiah, SS, 20013). El borde periférico
citoplasmático contiene uno o dos núcleos y raramente dos o más de dos,
mitocondrias y otros orgánulos se disponen rodeando al núcleo formando como
unas vainas engrosadas (MacPherson, DW & MacQueen WM, 1994; Chandra
Parija, S & Jeremiah, SS, 20013). La forma granular (Figura 11, b) muestra
menor grado de pleomorfismo. Se asemeja estructuralmente a la forma
vacuolar, excepto porque este estadio presenta gránulos en el cuerpo central y
en el citoplasma, el diámetro medio de las formas granulares oscila entre 15-25
µm (Zierdt, CH, 1973; Chandra Parija, S & Jeremiah, SS, 20013). Las formas
ameboides (Figura 11, c) son irregulares y suelen medir alrededor de 10 µm. Se
observan con menor frecuencia y poseen uno o dos pseudópodos, pero no son
móviles (Tan KS, 2008; Chandra Parija, S & Jeremiah, SS, 20013); el
citoplasma puede contener una vacuola grande o bien múltiples vacuolas
pequeñas, es capaz de ingerir por fagocitosis bacterias y otras partículas
nutricias, para utilizarlo como reserva energética, antes de su conversión a
quistes. Estas formas están siendo identificadas en pacientes con diarrea, por lo
que informes recientes sugieren la posibilidad de que puedan ser patógenas
(Tan TC & Suresh KG, 2006; Chandra Parija, S & Jeremiah, SS, 20013). La
forma de quiste (Figura 11, d) es la descrita más recientemente. Presentan una
morfología esférica u oval, con un tamaño que oscila entre 3-6 µm; su pared es
gruesa, el citoplasma está condensado, con un número variable de vacuolas
(que contienen lípidos o glucógeno) y mitocondrias, el número de núcleos
puede variar de 1 a 4. El quiste es la forma de transmisión a través de la cual se
infecta el huésped (Chandra Parija, S & Jeremiah, SS, 20013).
Se ha demostrado que, in vivo, una forma vegetativa puede transformarse
libremente en otra, es un proceso contínuo y aleatorio, esto origina la presencia
de diversas formas intermediaas en la muestra fecal, las cuales pueden pasar
26
desapercibidas para el analista (Zhang, X et al, 2003; Chandra Parija, S &
Jeremiah, SS, 20013).
Phylum Namathelmintes
Orden Strongylida
27
por los órganos lacerantes de sus cápsulas bucales, pues Ancylostoma
duodenale presenta dos parejas de dientes y N. americanus, una pareja de
placas, láminas cortantes.
A.duodenale: Las hembras tienen un tamaño de 10-20 mm y un cuerpo robusto
(0,8 mm), el extremo caudal presenta una aguda formación de aspecto
espinoso, los tubos ováricos-uterinos, arrollados alrededor del intestino, ocupan
casi toda la cavidad general, a partir de la región esofágica; la vulva se sitúa al
final del segundo tercio de su cuerpo. Los machos son más pequeños (8-11
mm) y finos que las hembras (0,4-0,5 mm), presentan una bolsa copulatriz
terminal de aspecto cónico y trilobulada, cuyo lóbulo dorsal está sostenido por
una costilla dorsal que se ramifica en la base, dando lugar a dos cortas ramas de
apéndices tridigitados, y de la que emergen dos largas espículas finas y
puntiagudas. Los huevos (Figura 13) presentan una cubierta fina y contorno
oval, contienen de 4 a 8 blastómeros cuando son eliminados por las heces del
sujeto parasitado y miden 55-66 x 36-42 µm (Gállego- Berenguer, J, 2007).
N. americanus: Las hembras se diferencian de A. duodenale en que tienen una
longitud menor, de 9-11 mm y una menor anchura (0,35mm); la cola es roma,
sin aguijón y la posición de su vulva es ecuatorial. Los machos miden 6-9 x 0,3
mm, se caracteriza por su bolsa copulatriz alargada, con los lóbulos laterales
muy desarrollados y el dorsal subdividido en dos, la costilla dorsal está
escindida hasta su base y las dos ramas largas de la misma tan solo están
bidigitadas en sus apéndices, las espículas están soldadas en su extremo,
originando un aspecto de punta de anzuelo. Los huevos (Figura 13) son muy
parecidos a los de Ancylostoma, son un poco más largos, 64-76 x 36-42 µm
(Gállego- Berenguer, J, 2007).
28
Figura 13: Imágenes de dos huevos de uncinarias: en el huevo de la izquierda es
de una preparación en fresco y en él se diferencian 4 blastómeros; el de la
derecha está teñido con lugol.
La muestra fecal debe de ser obtenida lo más fresca posible (máximo 60 minutos en
caso de que se busque E.histolytica u otros protozoos) y depositada en un frasco de boca
ancha con tapa en rosca; debe de depositarse entre 3 y 6 gramos, aunque es preferible
remitir al laboratorio la totalidad de la emisión fecal (al menos 150 gramos).
Se recomienda al enfermo seguir dos o tres días antes del examen un régimen pobre en
residuos (ni frutas, ni legumbres verdes, evitar carnes sangrantes, híado, morcillas) e
interrumpir la toma de medicamentos opacos, tales como el bismuto, carbón, mucilagos,
aceites de parafina, pues sobrecargan las preparaciones microscópicas. La muestra debe
de obtenerse antes del uso de medicamentos antiparasitarios, o de 2 a 5 días tras su
administración. No debe de estar mezclada con orina (Leger, N et al., 1996; Beltrán, M
et al., 2003).
Las heces recogidas del suelo no son adecuadas para la realización del diagnóstico, pues
pueden contaminarse con formas biológicas: larvas similares a enteroparásitos del
hombre, larvas de nematodes, huevos de ácaros o de insectos, etc. (Beltrán, M et al.,
2003).
29
1.4 Transporte y mantenimiento de la muestra
Se debe enviar la muestra al laboratorio lo antes posible, antes de 1 hora tras la
deposición. Deben mantenerse en un ambiente fresco y lejos de la luz solar, evitándose
las temperaturas extremas y la desecación; si tardan menos de 24 horas en llegar al
laboratorio se mantiene a temperatura ambiente, pero si supera las 24 horas se deben de
utilizar soluciones conservadoras (PVA, Formalina 10%, SAF, MIF, etc.).
- MIF: Metiolato, yodo y formol. Fija y tiñe, simultáneamente, los quistes y huevos de
parásitos, además de proporcionar una buena conservación de la morfología de los
trofozoitos y quistes. Permite la observación inmediata de la muestra, los parásitos se
observarían de color amarillo oro (Beltrán, M et al., 2003). La preparación es sencilla y
perdurable, además permite la realización de técnicas de enriquecimiento. Las
desventajas que presenta son: (1) no es adecuada para la preparación de frotis para las
tinciones tricrómicas permanentes, (2) los trofozoitos no se conservan de forma
adecuada y (3) el componente yodo puede interferir en otras tinciones y en la
fluorescencia, puede causar distorsión de los protozoos (Koneman, EW, et al, 2008).
30
forma adecuada para las tinciones permanentes, los trofozoitos no pueden ser
recuperados y puede que los detalles de los quistes y huevos se pierdan con el tiempo.
Es importante saber que este fijador es considerado potencialmente peligroso para la
salud. Diversas organizaciones han desarrollado la regulación de la utilización de la
formalina en laboratorios; los laboratorios deben de tener monitorización de los vapores,
usar ropa protectora y un plan de higiene químico (Zeibig, E ,2013).
Por lo general se combina con formol o con fijador de Shaudinn, pero este último
contiene como base usualmente cloruro de mercurio, sulfato de cobre o sulfato de zinc.
La gran desventaja de utilizar este fijador es que debido a los problemas de salud que
causa el mercurio, las regulaciones sobre la utilización y eliminación del PVA son
estrictas y muchos laboratorios optan en buscar alternativas (Zeibig, E ,2013).
31
- SAF: Acetato de sodio, ácido acético y formol. Conserva ejemplares adultos para su
estudio morfológico y su preservación en museos o para contar con muestras de
referencia (Beltrán, M et al., 2003).
Suele ser el fijador utilizado por los analistas que deciden dividir la muestra fecal en dos
fracciones en lugar de en tres.
- Acohol Polivinílico modificado: otra alternativa al PVA con mercurio es usar una
base con otros compuestos, como el sulfato de zinc o sulfato de cobre. La ventaja de
este fijador es que puede utilizarse posteriormente técnicas de concentración y realizar
tinciones permanentes. Sin embargo, este producto sustituto no proporciona la misma
calidad de conservación de la morfología de los protozoos en las tinciones permanentes
como los fijadores con base de mercurio; por lo que la identificación de los parásitos
será más difícil. Si el protocolo no es seguido adecuadamente, es probable que este
fijador afecte de forma negativa (Zeibig, E ,2013).
32
mercurio y, por consiguiente, la identificación de los parásitos en tinciones permanentes
será más difícil (Zeibig, E ,2013).
Generalmente, los laboratorios usan dos tipos de fijadores, un frasco contiene formol al
5% o 10% y el segundo contiene PVA o SAF. Las heces conservadas en formol se
examinan con procedimientos de sedimentación en formol-éter o acetato de etilo,
mientras que las heces conservadas en PVA o SAF se utilizan para preparaciones con
tinciones permanentes (Lawrence, A & Orihel, T, 2010).
1.6 Muestreo
Dado que la puesta de los helmintos es irregular y que la emisión de quistes es más o
menos discontinua, un solo examen negativo no tiene valor y hay que repetir los
exámenes varios días consecutivos e incluso varios días de intervalos.
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nos puede indicar el tipo de parásito que puede estar presente, por ejemplo, en heces
pastosas o formes se investigarán huevos de helmintos y de quistes de Protozoos; si las
heces son blandas, diarreicas o con moco sanguinolento, se debe investigar ante todo las
formas vegetativas de los protozoos (Leger, N et al., 1996). El color de las heces es
importante debido a que puede ser indicativo de la condición el paciente, por ejemplo, si
el paciente ha recibido un procedimiento especial (enema de bario) o si el paciente tiene
un tratamiento antibiótico; el rango de colores es variable, incluyendo el negro, verde o
color arcilla, incluyendo los colores que se encuentran entre éstos, siendo el color
normal el marrón; colores inusuales, como el púrpura, rojo o azul, sugieren que el
paciente está siguiendo una medicación particular. Otras anormalidades macroscópicas
también pueden indicar la presencia de parásitos, por ejemplo, la presencia de moco y/o
sangre en heces líquidas pueden sugerir la presencia de ulceraciones amébicas en el
intestino grueso; la presencia de sangre roja brillante en la superficie de heces formes se
asocia, usualmente, con irritación y sangrado (Zeibig, E ,2013).
El examen macroscópico permite desvelar ciertos parásitos, como anillos de Taenia spp,
duelas adultas, Ascaris spp, en los que la identificación será confirmada por el examen
microscópico teniendo la necesidad de posterior aclaramiento con ácido acético o
cloral-lactofenol ayudándose de calor (Leger, N et al., 1996). Con un aplicador de
madera se examinarán las heces en busca de estos parásitos macroscópicos; aquellas
muestras que contengan adultos, se pueden hacer pasar cuidadosamente a través de un
tamiz de tela metálica, este proceso permitirá la recuperación e identificación de los
parásitos (Zeibig, E ,2013).
34
observa al microscopio, se observa con el objetivo de 10 X y, posteriormente se observa
a 40X, el uso de aceite de inmersión no es recomendado, pues el cubre se desliza, a
menos se selle la preparación, para ello se puede usar una mezcla de parafina-petróleo
caliente y depositarlo alrededor de los bordes del cubre, esto permitiría observar mejor
los detalles de los parásitos con el objetivo de 100 X (Zeibig, E ,2013).
35
sobre todo para colorear el glucógeno y visualizar los núcleos de los quistes de
protozoos. (Leger, N et al., 1996; Lawrence, A & Orihel, T, 2010).
36
Otra forma de clasificar las técnicas de enrriqucimiento sería dividir las técnicas entre
métodos físicos y difásicos:
- Métodos físicos: consisten en diluir las heces, bien en un líquido de baja densidad, que
deje depositar los parásitos en el sedimento, éstas son técnicas por sedimentación, o
bien, en un líquido de alta densidad en los que los elementos parasitarios ascienden a la
superficie, éstas son técnicas de flotación, como por ejemplo la técnica de Willis, el
método de Faust y Coll y el método de Janeckso-Urbanyi (Leger, N et al., 1996).
37
2. OBJETIVO
38
3. MATERIALES Y MÉTODOS
Fig. 15: Colegio: Les soeurs de la Providence. Fig. 16: Colegio de Agbata-lanzo
39
evitar confusiones, los recipientes de recogida de heces se distribuían a los profesores,
en paquetes de 20, el día anterior a la cita de recogida de la muestra. Para no alterar la
evolución normal de las clases, se convocaba a los niños a las 6:30 horas, una hora antes
de clase. Las muestras se etiquetaron con su número correspondiente.
40
Fig. 18: Imagen correspondiente al tipo Fig. 19: Imágenes de los tubos que
de recipiente en el que se transportan las contienen las heces de los niños de la
heces de los niños de la periferia y el zona rural.
centro de Lomé.
- Pipetas Pasteur.
- Tubos de cristal.
- Portaobjetos.
- Cubreobjetos.
- Lugol.
- Solución salina saturada.
- Dietil eter.
- Microscopio.
- Centrifugadora.
- Gradillas.
- Paraflim, usado para sellar los recipientes que contienen las muestras, tras la
obtención de la cantidad de heces adecuada para la realización de cada método;
permitiendo así una mejor conservación de las muestras restantes.
41
2.4 Métodos utilizados para el análisis de las muestras.
Las muestras de heces se analizarán a través de dos técnicas de enriquecimiento diferentes:
a) método físico químico o difásico, concretamente el método formol-éter (Ritchie
simplificado) y b) método físico, concretamente, la técnica de flotación de Willis. Estas
técnicas permiten concentrar, en un volumen más pequeño, los elementos parasitarios que
están dispersos en las heces.
a) Añadir 10 mililitros (ml) de formol 10% a 1 gramo de heces, remover bien hasta
obtener una suspensión homogénea.
b) Tamizar, para eliminar los restos gruesos; para ello se utiliza un colador metálico
del tipo “pasador de té” o una doble gasa, tras su uso, el colador metálico debe
lavarse y flamearse.
c) Depositar un 1 ml de muestra en un tubo de centrífuga.
d) Añadir 1 ml de éter, tapar con un tapón y mezclar durante 1 minuto; es
conveniente destapar el tubo una o dos veces para que no se acumulen los
vapores de éter.
e) Centrifugar durante 5 minutos a 3000 rpm.
f) Aparecerán cuatro capas: en superficie, una capa de éter más o menos teñido de
amarillo por las grasas y los pigmentos biliares, después, un tapón sólido,
seguido de una fase acuosa y un sedimento, siendo esta última la que nos interesa
pues es donde se depositarán los parásitos. Decantamos tras haber tomado la
precaución de despegar el tapón sólido de las paredes del tubo con ayuda de una
pipeta Pasteur.
g) Colocar el tubo en una gradilla y dejar que el líquido de los lados del tubo escurra
hasta el sedimento; posteriormente, mezclar bien.
h) Observar al microscopio en fresco y con lugol.
42
b) Tamizar, como se ha indicado anteriormente.
c) Poner 1 o 2 ml del filtrado en un tubo de ensayo de 2 cm de diámetro, añadir 1 o
2 ml de solución saturada de ClNa (la cual se debe agitar antes de usar) y volver
a homogeneizar.
d) Colocar el tubo en una gradilla, completarlo con la solución salina saturada de
ClNa hasta que se forme un menisco convexo en la superficie.
e) Colocar un portaobjetos desengrasado en contacto con el menisco, evitando
retener aire.
f) A los 20-25 minutos retirar el portaobjetos rápidamente, tapar el líquido con un
cubreobjetos y observar al microscopio.
Figura 20: Esquema que representa cómo se debe realizar el barrido en el análisis
microscópico.
Finalmente, se registraron las especies de parásitos que eran detectadas en cada muestra por
ambos métodos, para su posterior comparación. Los datos recogidos fueron analizados a
través del programa de análisis estadístico SPSS 15.0.
43
4. RESULTADOS
44
Figura 21: Fotografía de un quiste de E. Figura 22: Se observan dos quistes de E. coli,
histolytica, en fresco, se puede ver el núcleo en una preparación en fresco.
y la barra cromatoidal.
45
Figura 27: Imágenes de dos huevos de uncinarias en fresco, el huevo de la izquierda está
embrionado, el de la derecha no.
46
Colegio Nº Total de
Central Periferia Rural muestras en las
Parásitos que se encuentra
Nº P Nº P (%) Nº P (%)
cada parásito
Blastocystis 46,1% 48% 44%
12 12 11 35
hominis (12/26) (12/25) (11/25)
Chilomastix 11,5% 4% 8%
3 1 2 6
mesnilii (3/26) (1/25) (2/25)
11,5% 4% 16%
Giardia lamblia 3 1 4 8
(3/26) (1/25) (4/25)
0% 4% 0%
Retortamonas spp 0 1 0 1
(0/26) (1/25) (0/25)
23,1% 8% 20%
Entamoeba coli 6 2 5 13
(6/26) (2/25) (20/25)
Entamoeba 0% 12% 0%
0 3 0 3
hartmanni (0/26) (12/25) (0/25)
E. histolytica/ E. 15,4% 8% 8%
4 2 2 8
dispar (4/26) (2/25) (2/25)
30,8% 36% 24%
Endolimax nana 8 9 6 23
(8/26) (9/25) (6/24)
Iodamoeba 42,3% 12% 8%
11 3 2 16
bütschlii (11/26) (12/25) (2/25)
3,8% 12% 8%
Uncinarias 1 3 2 6
(1/26) (12/25) (2/25)
Amebas 7,7% 4% 4%
2 1 1 4
(trofozoitos) (2/26) (1/25) (1/25)
Tabla 1: Prevalencia de los parásitos presentes en las heces de los niños en función del
colegio al que pertenecían; se indica el número de muestras en las que detectó dicho parásito
(Nº); al lado de éste, se expresa la prevalencia en porcentaje (P) y entre paréntesis se indica
el número de muestras positivas para cada elemento parasitario entre el número total de
muestras analizadas de cada colegio.
Según los análisis estadísticos, no existen diferencias significativas entre los niños de los
tres colegios (centro de Lomé, periferia o zona rural) y los parásitos detectados en ellos, es
decir, la presencia de un determinado parásito intestinal en las heces no está asociado al
47
colegio al que pertenece el niño; pues el p valor es mayor de 0,05 (χ2= 27,21; gl= 22;
p=0,2034), por tanto los distintos parásitos encontrados en las heces son independientes de
la zona en donde residan los niños.
48
Total
Formol-éter Flotación
Parásito
Nº F (%) Nº F (%) Nº
Amebas
4 100 0 0 4
(trofozoitos)
Entamoeba coli
13 100 6 46,1 13
(quiste)
Entamoeba coli
2 100 0 0 2
(trofozoito)
E. histolytica/ E.
8 100 5 62,5 8
dispar (quiste)
E. hartmanni
3 100 3 100 3
(quiste)
Endolimax nana
21 91,3 22 95,6 23
(quiste)
Iodamoeba bütschlii
15 93,7 13 81,2 16
(quiste)
Iodamoeba bütschlii
1 100 0 0 1
(trofozoito)
Blastocystis hominis
34 97,1 34 97,1 35
Chilomastix mesnilii
5 83,3 4 66,7 6
Giardia lamblia
6 75 7 87,5 8
(quiste)
Giardia lamblia
2 66,7 3 100 3
(trofozoito)
Retortamonas spp
1 100 1 100 1
Uncinaria
3 50 5 83,3 6
(huevo)
Negativas 23 25
49
Si se suman los recuentos totales de cada parásito se obtiene un total de 129 observaciones,
detectándose un mayor porcentaje de éstas por la técnica de formol-éter (91,5%), con el
método de flotación se detecta el 79,9%. Sin embargo, no existen diferencias estadísticas
significativas entre el uso de un método u otro, (χ2= 10,81; gl= 14; p=0,7012).
La mayor diferencia observada se produce en las amebas, por lo que se analizan de forma
más exhaustiva. En un primer lugar, se analizará la eficacia de la detección de E.histolytica/
E.dispar por ambos métodos, se separará del resto de las amebas: E.coli, E. hartmanni,
Endolimax nana y Iodamoeba bütschlii, pues es la ameba que tiene mayor importancia
50
clínica, ya que es la causante de amibiasis intestinal invasiva, al ser la más patógena. Con la
técnica de flotación se observan E.histolytica/ E.dispar en 5 de 76 muestras, mientras que
con la técnica de formol-éter se detectan en tres muestras más (8/76); del resto de amebas se
realizan 43 observaciones por la técnica de Willis y en 59 observaciones por la técnica de
Formol-éter (Gráfico 2). Sin embargo estas diferencias no son estadísticamente
significativas (χ2= 0,06; gl= 1; p=0,7991).
En segundo lugar, se observa si existen diferencias en la detección de las amebas según las
fases en las que se encuentren (Gráfico 3); con la técnica de formol-éter se realizan 59
obsevaciones de quistes de amebas (51,30%), mientras que con la técnica de flotación el
número de observaciones es menor, 49 (42,61%); en cuanto a los trofozoitos, con el método
de formol-éter se realizan 7 observaciones (6,09%), sin embargo no se detectó ningún
trofozoito en las muestras concentradas con la técnica de flotación. Estadísticamente, hay
diferencias significativas entre los dos métodos utilizados (χ2= 5,53; gl= 1; p=0,0186); el
valor del coeficiente de contingencia es 0,2143, no es muy alto, por lo que las diferencias
entre los dos métodos no son elevadas.
51
Metodologia
Formol-éter
Ameba (fase)
Flotación
Quiste
Trofozoito
0 10 20 30 40 50 60
Frecuencia
52
5. DISCUSIÓN
La aplicación de diferentes métodos para el diagnóstico de parásitos en heces se torna
necesario teniendo en cuenta, en primer lugar, la gran variabilidad morfológica y biológica
que presentan los protozoarios y helmintos intestinales (Jara, CS et al; 2007), y en segundo
lugar, la alta frecuencia del poliparasitismo (Pullan, R. & Brooker, S, 2008).
Las infecciones por protozoos son las que presentan una mayor prevalencia, siendo
Blastocystis hominis el detectado con mayor frecuencia en las tres zonas de estudio,
siguiéndole E.nana, el protozoo que presenta menor prevalencia es Retortamonas spp. La
prevalencia de los helmintos es muy baja, esto es debido a la existencia de un programa
nacional que facilita la administración de antihelmínticos, cada tres meses, a los niños en
edad escolar. Sin embargo, no hay ningún sistema establecido que controle dicha
intervención. Además, existe un problema con la automedicación, lo cual dificulta conocer
la situación epidemiológica real de las parasitosis intestinales. Otros autores, que realizaron
estudios en niños de 0 a 5 años de Togo, encontraron también un mayor predominio de
protozoos intestinales (79,1%) que de helmintos (20,9%); predominando Trichomonas
intestinalis y E.histolytica, entre los protozoos, y Ascaris lumbricoides y Ancylostoma
duodenale, entre los helmintos (Gbadoé, AD & Koffi, KS, 2005). Estudios, realizados en
Etiopía, muestran que los parásitos intestinales eran frecuentes en los niños de edad escolar,
especialmente los menores de 12 años; sin embargo, los porcentajes de infección por
helmintos fueron mayores que por los protozoos. Predominando Hymenolepis nana entre los
helmintos y Entamoeba histolytica entre los protozoos (Gelaw, A et al, 2013).
53
recuperación de los parásitos intestinales entre el uso de la técnica de Formol-éter y el
método de Willis, las dos técnicas recomendadas. Sin embargo, este resultado puede ser
debido al bajo número de muestras analizadas; probablemente si se aumenta el número de
muestras a analizar, podrían aumentar las diferencias en la detección de parásitos en heces
entre los dos métodos, por lo que se podrían obtener diferencias significativas.
Por otro lado, se detectan un mayor número de muestras positivas con el método de formol
éter, pues con la técnica de Willis, se obtienen dos muestras negativas más, una de ellas es
perteneciente a un niño del colegio del centro de Lomé y la otra a un niño de la zona
periférica.
Las preparaciones obtenidas a partir del método de flotación se ven más claras, con menos
ruido de fondo, pero también hay una menor concentración de parásitos por campo en la
misma. Por otro lado, el reactivo que se necesita para su preparación es sencillo de obtener,
pues es solución salina saturada, sólo se necesita agua destilada y cloruro sódico para su
preparación; el inconveniente de este método es que hay que esperar de 20 a 25 minutos para
su realización y solo se obtiene una preparación.
54
(porción de heces inservible para su estudio) que los procesados por flotación, los cuales
interfieren en la visualización de los parásitos; además si no se tiene cuidado, durante el
proceso de decantación del sobrenadante, se puede perder una cantidad significativa de
parásitos (Navone, GT et al, 2005; Restrepo, IC et al, 2013). Algunos autores propusieron la
sustitución de éter dietílico por acetato de etilo, este último compuesto extrae los residuos y
no es inflamable, y en los resultados obtuvieron la misma eficacia en la detección de quistes,
huevos y larvas que utilizando el método formol-éter (Truant, AL et al 1981).
Otros autores afirman que la técnica de formol éter carece de sensibilidad para el diagnóstico
de helmintos, afirmando que su precisión era inferior a otra técnica usada, la denominada
técnica de Kato-Kanz, la cual es ampliamente utilizada para el diagnóstico de Schistosoma
mansoni y geohelmintos (Ascaris lumbricoides, Trichuris trichura y Ancylostoma) (Becker,
SL et al, 2011). El uso de la técnica de Flotac-400 fue más eficaz, pues detecta una infección
por helmintos con una sensibilidad superior a la técnica de Kato-Katz (Knopp, S et al,
2009); esta técnica también es capaz de detectar los protozoos (Gualdieri, L., et al. 2011).
Estudios posteriores revelaron que Flotac-400 es más sensible en la detección de la mayoría
de los protozoos patógenos como G.lamblia, Blastocistis hominis, pero no era más eficaz en
la detección de E. histolytica/E. dispar, protozoo patógeno y cuatro comensales: E.
hartmani, I. bütschlii, E.nana y Chilomastix mesnilii. Además, se ha indicado que no
permite la observación de los núcleos e las amebas (Becker SL, 2011). Un nuevo método es
la mini- FLOTAC, es un aparato muy sensible, detecta tanto helmintos, como protozoos,
pero es más costoso (Barda BD et al, 2013).
55
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62
UNIVERSIDAD DE GRANADA. ESCUELA DE ANÁLISIS CLÍNICOS
FACULTAD DE FARMACIA
DEPARTAMENTO DE PARASITOLOGÍA
Granada, 2014
Comparación de la eficacia diagnóstica del
frotis fino y la gota gruesa en el diagnóstico
de la malaria en el África subsahariana
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................15
MALARIA ......................................................................................................................................................19
1. Etiología ..........................................................................................................................................21
2. Patogénesis ....................................................................................................................................21
3. Transmisión ..................................................................................................................................22
4. Epidemiología ..............................................................................................................................25
7. Vigilancia ........................................................................................................................................31
8. Eliminación ....................................................................................................................................31
LA MALARIA EN ÁFRICA SUBSAHARIANA Y TOGO ................................................................33
ÁFRICA SUBSAHARIANA ..................................................................................................................35
TOGO ..........................................................................................................................................................36
1. Situación geográfica ..................................................................................................................36
2. Datos económicos.......................................................................................................................37
3. Sistema Nacional de Salud .....................................................................................................38
4. Lucha contra la malaria en Togo .........................................................................................39
5. Situación actual del paludismo en Togo ..........................................................................40
DIAGNÓSTICO DE LA MALARA..........................................................................................................43
1. Formas clínicas ............................................................................................................................45
2. Diagnóstico de laboratorio.....................................................................................................46
2.1. Microscopía óptica ............................................................................................................46
2.2. Microscopía de fluorescencia ......................................................................................51
2.3. Métodos inmunológicos .................................................................................................52
2.4. Diagnóstico basado en la amplificación del ADN ...............................................57
OBJETIVO .....................................................................................................................................................59
MATERIAL Y MÉTODOS ........................................................................................................................63
1. Zonas de recogida de muestras ...........................................................................................65
2. Toma de muestra ........................................................................................................................65
3. Realización de la gota gruesa y frotis fino ......................................................................66
4. Procesamiento técnico de la muestra ...............................................................................70
5. Observación microscópica de las muestras ...................................................................72
6. Determinación de la carga parasitaria .............................................................................74
RESULTADOS..............................................................................................................................................75
DISCUSIÓN ...................................................................................................................................................87
CONCLUSIONES .........................................................................................................................................93
BIBLIOGRAFÍA ...........................................................................................................................................97
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 17. Distintos portaobjetos con frotis fino y gota gruesa mal realizados
(OMS) y un portaobjetos realizado correctamente (Magdalena, 2010) ........................69
Figura 18. Muestra de gota gruesa y frotis fino coloreada (Magdalena, 2010) ........71
Figura 21. Recorrido que se debe seguir durante la observación microscópica del
frotis fino (Gutiérrez y Arróspide, 2003)......................................................................................73
1. Etiología
2. Patogénesis
3. Transmisión
autóctonos. Todos los casos que se dan actualmente cada año (en torno a 400) han
sido importados. En el año 2002, se dio un caso de malaria de aeropuerto y en
2010 se dio en Aragón el primer caso autóctono tras la erradicación en 1961
(Rodríguez y col., 2013; Cuadros y col., 2002; Santa-Olalla y col., 2010). En España,
existen dos especies de mosquito Anopheles pertenecientes al complejo
maculipennis. Estas especies son A. labranchiae y A. atroparvus. Ambas especies
son preferentemente zoófilas. De éstas, sólo A. atroparvus podría iniciar
transmisión con cepas benignas y nuestro país mantiene un buen control de los
escasos casos importados. Sin embargo, hay que tener en cuenta el trasiego de
personas y material con el continente africano y el cambio climático, puesto que
podría generar un escenario favorable para un vector transmisor. Por lo tanto en
España existe una situación de anofelismo sin malaria (Bueno y Jiménez, 2008).
4. Epidemiología
5. Tratamiento
6. Prevención
Vacuna
Varias vacunas candidatas han pasado las pruebas preclínicas y los ensayos
de fase I y II, alcanzando la fase III. Entre ellas hay una vacuna que contiene
antígenos (RTS,S) presentes en las formas infectantes inyectadas por los
mosquitos (esporozoitos), diseñada para bloquear la infección y que ha
demostrado inducción de respuesta protectora en humanos (Rodríguez-López,
2008). Esta vacuna fue inicialmente probada en adultos voluntarios no inmunes
demostrando una protección del 41%. En otros estudios realizados en Gambia se
30 Malaria
7. Vigilancia
8. Eliminación
De acuerdo con los casos notificados en 2012, unos 52 países están camino
de reducir sus tasas de incidencia de casos de paludismo en un 75%. En entornos
de eliminación, los sistemas de vigilancia deben tratar de identificar y notificar
inmediatamente todas las infecciones por malaria (incluso los casos importados),
sean o no sintomáticas, porque pueden constituir un riesgo para el re-
32 Malaria
ÁFRICA SUBSAHARIANA
TOGO
1. Situación geográfica
2. Datos económicos
evaluación. Comprende a los seis centros del Hospital Regional (CHR) que
constituye el segundo nivel de referencia del sistema de salud. En este nivel
también hay un Centro de transfusión de sangre regional (CRTS a Sodoké) y dos
centros de ortopedia regionales (OACR Kara y Dapaong).
3.3. Nivel de periférico o distrito de salud
Se compone de 35 distritos de salud, 25 hospitales públicos, 9 centros de
salud, clínicas y consultorios privados. Este es el nivel operacional. El distrito de
salud tiene un equipo central responsable de la planificación y supervisión.
Los hospitales del distrito y los hospitales religiosos son normalmente el primer
nivel de referencia, pero más a menudo desempeñan el papel del primer contacto
para los destinatarios de la atención, es decir, los enfermos.
- Anopheles gambiae
- Anopheles funestus
- Anopheles melas
Estos Anopheles son los vectores de los agentes patógenos de la malaria; las
presentes en Togo son:
1. Formas clínicas
a) Leve:
Frecuente en individuos parcialmente inmunes, quienes ya han tenido
ataques de malaria, o en personas con buena respuesta inmediata del sistema
inmune. En estos pacientes la fiebre no es muy alta y los síntomas, si los hay, son
discretos. La parasitemia es baja, generalmente por debajo de 0,1% de glóbulos
rojos infectados.
b) Moderada:
Es típica en individuos no inmunes, quienes presentan el característico
paroxismo febril con períodos de frío, calor y sudor, la temperatura es alta, con
aumentos en la crisis. Los síntomas generales son más intensos, con fuerte cefalea;
además, presentan anemia moderada y una parasitemia que varía de 0,1% a 0,5%.
c) Grave y de urgencia:
Casi siempre se observan en las infecciones producidas por P. falciparum.
Este tipo de malaria se presenta en individuos no inmunes, mujeres embarazadas y
niños. El paciente mantiene una fiebre persistente, la cefalea es fuerte, el vómito es
frecuente y puede presentarse delirio. Además, la anemia es intensa y pueden estar
parasitados más de un 2% de los eritrocitos (Gutiérrez y Arróspide, 2003).
2. Diagnóstico de laboratorio
Gota gruesa:
Frotis fino:
El examen en ambos casos (gota gruesa y frotis fino) se realiza con aumento
de 1000x (ocular 10x y objetivo 100x) con aceite de inmersión (Gutiérrez y
Arróspide, 2003).
Figura 7. Cuadro con criterios diferenciales de las dos especies de Plasmodium presentes
en Togo (OMS)
Diagnóstico de la malaria 49
Al examinar la gota gruesa y el frotis fino (Magdalena, 2010) hay que tener cuidado
de no confundir artefactos o plaquetas sanguíneas con parásitos de malaria, lo que puede
llevar a un diagnóstico equivocado y a ignorar posibles diagnósticos diferenciales (Figuras
10 y 11).
Figura 10. Representación de los artefactos que se pueden observar en una muestra
(OMS)
Diagnóstico de la malaria 51
Método de Kawamoto-AO:
Entre las pruebas que tienen este fundamento podemos mencionar las
pruebas inmunocromatográficas (Parasight F®, OptiMAL®, ICT®, PATH®) y
pruebas de ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) directas.
Ventajas y desventajas
- Parasight F®
- OptiMAL®
- ICT®
En el mercado existen kits que pueden detectar las especies de este género
que parasitan al hombre, pero sólo pueden diferenciar P. falciparum de los no
falciparum, más no distingue entre P. vivax, P. malariae y P. ovale.
Para ser adecuadas para el diagnóstico, la OMS recomienda que las pruebas
rápidas de diagnóstico tengan una sensibilidad mayor o igual de 95%. La mayoría
de las pruebas disponibles hoy cumplen esa característica para P. falciparum, pero
Diagnóstico de la malaria 57
no para las otras especies (Magdalena, 2010). Estas pruebas en individuos con baja
parasitemia disminuyen drásticamente su sensibilidad, quedando por debajo del
diagnóstico microscópico tradicional mediante gota gruesa o frotis fino. En cuanto
a la especificidad, la mayoría de las pruebas son específicas para detectar
antígenos de P. falciparum o en algún caso P. vivax. En general todas son capaces de
detectar Plasmodium spp pero no las diferentes especies. Son pruebas que podrían
ser utilizadas de manera rutinaria, pero necesitan confirmación de la especie y se
pueden presentar falsos negativos debido a su menor sensibilidad con respecto a
la microscopía óptica. Además, se observan positividades en individuos sin
paludismo pero con desordenes inmunológicos y/o presencia de factor reumatoide
(Benito y col., 2002).
2. Toma de muestra
Después que los datos del paciente han sido registrados en forma apropiada
en el formulario de registro individual para malaria, se deberá proceder de la
siguiente manera para la toma de muestra:
pacientes pediátricos se puede tomar la muestra del pie, en el borde lateral externo
o la parte angular del talón.
Hacer una punción en la zona de elección con una lanceta estéril a través de
un movimiento rápido y presionar suavemente el dedo para extraer las primeras
gotas de sangre. Eliminar las dos primeras gotas de sangre limpiándolas con una
torunda de algodón seca y asegurar que ninguna hilacha de algodón pueda
mezclarse posteriormente con la sangre.
Frotis fino
Utilizando otro portaobjeto como auxiliar (el cual tenga un borde liso y sin
deformaciones) tocar el borde de la gota de sangre y esperar que discurra la
Material y métodos 67
sangre a lo largo del borde biselado, deslizar el portaobjetos con firmeza hacia el
extremo contrario a la gota gruesa manteniendo un ángulo de 45° y haciendo que
los dos portaobjetos estén siempre en contacto de tal manera que el frotis
obtenido sea homogéneo y fino (Figura 15) (Magdalena, 2010).
Gota gruesa
Figura 15. Realización del frotis fino (izquierda) y gota gruesa (derecha) (Magdalena,
2010)
Tras haber secado el frotis fino a temperatura ambiente, se rotuló con lápiz
de carbón suave, escribiendo en la parte más gruesa de este la fecha y el número de
muestra. Dejar secar el portaobjetos en una superficie plana y protegida de polvo,
calor e insectos (Figura 16) (Gutiérrez y Arróspide, 2003).
68 Material y métodos
Mucha sangre
Si se obtiene demasiada sangre al recoger la gota gruesa, entonces la
coloración puede quedar muy básica (azul), observándose muchas células
sanguíneas blancas por campo, pudiendo éstas oscurecer o cubrir algunos
parásitos de malaria que pueden estar presentes en la muestra. Si el frotis fino es
demasiado grueso, los glóbulos rojos sanguíneos pueden estar unos encima de
otros imposibilitando el examen adecuado después de la fijación.
Poca sangre
Si se emplea poca sangre en la preparación de las muestras, no habrá
suficientes células de la serie blanca por campo y no se examinará suficiente
cantidad de sangre como establece la norma.
Figura 17. Distintos portaobjetos con frotis fino y gota gruesa mal realizados (OMS) y un
portaobjetos realizado correctamente (Magdalena, 2010)
70 Material y métodos
4.1. Deshemoglobinización
Introducir la mitad del portaobjetos que contiene la muestra de gota gruesa
en un recipiente que contenga agua limpia teniendo cuidado de que la parte que
contiene la muestra no entre en contacto con la pared del recipiente. La muestra
debe permanecer en el agua hasta tornarse totalmente transparente, en caso de
una mala desfibrinización o de muestras guardadas por mucho tiempo pueden
encontrarse restos de hemoglobina (Magdalena, 2010).
4.2. Secar
Sacar la muestra del recipiente y dejar secar a temperatura ambiente en
posición vertical, la gota gruesa siempre debe estar en la parte inferior.
4.4. Secado
Dejar secar la muestra a temperatura ambiente. Antes de la coloración hay
que asegurarse de que la gota gruesa y el frotis estén secos. (Magdalena, 2010)
4.5. Tinción
La técnica más utilizada para la coloración de las muestras hemáticas es la
tinción Giemsa.
Tinción Giemsa
Figura 18. Muestra de gota gruesa y frotis fino coloreada (Magdalena, 2010)
Figura 21. Recorrido que se debe seguir durante la observación microscópica del frotis
fino (Gutiérrez y Arróspide, 2003).
parásitos por campo, así como el número de glóbulos blancos por campo, para
determinar posteriormente la densidad parasitaria de la muestra en caso de ser
positiva. Si el diagnóstico es dudoso se deberán examinar de 400 a 500 campos
microscópicos para confirmar (Gutiérrez y Arróspide, 2003).
CENTRO DE LOMÉ
En la tabla 1 se muestra el número de glóbulos rojos infectados, trofozoitos
y glóbulos blancos (observados en los campos en los que se encontraron glóbulos
rojos infectados) cuantificados en el frotis fino de las muestras positivas del
colegio del centro de Lomé (Providence).
78 Resultados
PERIFERIA DE LOMÉ
En la tabla 3 se muestra el número de glóbulos rojos infectados, trofozoitos
y glóbulos blancos (observados en los campos en los que se encontraron glóbulos
rojos infectados) cuantificados en el frotis fino de las muestras positivas del
colegio de la periferia de Lomé (Noblesse).
Resultados 79
ZONA RURAL
En la tabla 5 se muestra el número de glóbulos rojos infectados, trofozoitos
y glóbulos blancos (observados en los campos en los que se encontraron glóbulos
80 Resultados
CENTRO DE LOMÉ
En la siguiente tabla (tabla 7) se muestra el número de trofozoitos y núcleos
de glóbulos blancos contados en la gota gruesa de las muestras que resultaron
positivas del colegio del centro (Providence).
PERIFERIA DE LOMÉ
En la tabla 8 se muestra el número de trofozoitos y núcleos de glóbulos
blancos contados en la gota gruesa de las muestras que resultaron positivas del
colegio de la periferia de Lomé (Noblesse).
Resultados 83
ZONA RURAL
En la tabla 9 se muestra el número de trofozoitos y núcleos de glóbulos
blancos contados en la gota gruesa de las muestras que resultaron positivas del
colegio de la zona rural (Kpalime).
84 Resultados
FROTIS FINO
GOTA GRUESA
la observación de los gránulos, puesto que la calidad de la tinción no era buena, las
muestras estaban demasiado teñidas.
Primera
Segunda
Tercera
Cuarta
Benito, A.; Rubio, J.M. y de Lucio, A. 2002. Estado actual del diagnóstico el
Paludismo: Experiencia del Laboratorio de Referencia del Centro Nacional de
Microbiología. Enfermedades Emergentes. 4:129-136
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artesunate: a risky bussines. The Lancet, 380:1120
Cuadros, J.; Calvente, M.J.; Benito, A.; Arévalo, J.; Calero, M.A.; Segura, J.
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Ecuador, 121 p
Luchavez, J.; Espino, F.; Curameng, P.; Espina, R.; Bell, D.; Hiodini, P.;
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Thrombocytopenia in patients with malaria: automated analysis of optical platelet
counts and platelet clumps with the Cell Dyn CD4000 analyser. Clinical and
Laboratory Haematology. 24: 295-302
Universidad de Granada
2015
ASOCIACIÓN DEL ESTATUS DE CINC CON LA
SITUACIÓN ANTIOXIDANTE EN MUJER
POSTMENOPÁUSICA
Este Trabajo Fin de Máster ha sido realizado bajo la dirección del Profesor
Jorge Molina López.
Granada, 2015
Jorge Molina López, Profesor del Departamento de Fisiología de la
Universidad de Granada
Y a mis amigos de toda la vida, aquellos que no hace falta mencionar porque
siempre han estado ahí para lo bueno y para lo malo.
"Sabemos lo que somos, pero aún no sabemos lo que podemos llegar a ser"
Contenido
1. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS.................................................................................... 1
2. HIPÓTESIS ......................................................................................................................... 5
5. RESULTADOS .................................................................................................................. 47
6. DISCUSIÓN....................................................................................................................... 61
8. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................... 81
1-Justificación y objetivos
1
2
1. Justificación y objetivos
3
Objetivo general
Objetivos específicos
4
2-Hipótesis
5
6
2. Hipótesis
7
8
3- Antecedentes bibliográficos
9
10
3. Antecedentes bibliográficos
3.1 Introducción: la menopausia y el climaterio
La menopausia es una etapa de la vida de una mujer que conjuga una serie de
eventos que repercuten en su bienestar. Si bien es cierto que se trata de una etapa de la
vida femenina, y por consiguiente un proceso fisiológico, no debe pasarse por alto que
los eventos que rodean este periodo, condiciona la aparición de una serie de
manifestaciones clínicas que impactan de manera contundente en la calidad de vida de
la mujer.
Los cambios del estado de ánimo, que se observan en las distintas etapas de la
vida reproductiva de una mujer, infieren una relación entre los cambios hormonales y
las alteraciones del estado de ánimo, en particular la depresión. La menopausia con
todos los cambios hormonales que conlleva representa una etapa propicia para
desarrollar una depresión (1).
11
La disminución en las hormonas sexuales esteroideas durante la menopausia en
mujeres causa un número elevado de problemas en el metabolismo de diferentes
órganos. En este periodo de la vida, el riesgo de osteoporosis, enfermedades
cardiovasculares, hipertensión arterial, discapacidad en el metabolismo de la glucosa,
cáncer de mama, y el riesgo de las enfermedades degenerativas de la cognición se eleva
(3).
12
España, la media de la edad de mujeres que presentan la menopausia está en 48 ± 3
años.
3.2 El cinc
3.2.1 El cinc como micronutriente
13
Los micronutrientes se encuentran en cantidades adecuadas en el organismo,
sin embargo, en situaciones patológicas pueden verse alteradas sus necesidades
generándose deficiencias cuyas consecuencias clínicas son diferentes para cada uno de
ellos; estos déficits pueden originar o agravar una situación patológica, la cual sólo
podrá ser corregida por un aporte apropiado (5).
Las primeras referencias en las que el cinc se reconoció por primera vez como
esencial en un sistema biológico humano, datan de 1956, cuando se estudió el
metabolismo del cinc en pacientes que padecían cirrosis. Aún al inicio de los sesenta se
creía que la deficiencia de cinc nunca podía ocurrir en humanos ya que se contaba con
muy pocos datos de contenido de Zn en alimentos. Sin embargo, es en 1961 cuando
Prasad y colaboradores describen lo que hoy se conoce como Síndrome de deficiencia
de cinc (6).
14
El cinc sólo existe en los sistemas biológicos como Zn2+. Sin embargo, la
deficiencia de cinc se asocia a menudo con una condición de estrés oxidativo. Esto
puede explicarse por varios mecanismos. En general, una gran cantidad de proteínas de
cinc que son modulados por o contienen cinc puede afectar directa o indirectamente el
equilibrio redox celular. Los eventos involucrados en la regulación del cinc del
equilibrio oxidante / antioxidante celular son múltiples e interconectados, y aunque no
son entendidos completamente, se está conduciendo intensa y desafiantemente hacia
esta nueva línea de investigación. Algunos de estos mecanismos implican: i) la
modulación de la producción de oxidantes y el daño oxidativo por la disponibilidad de
cinc celular ; ii) la capacidad del cinc para unirse de forma reversible a cisteína e
histidina en restos de proteínas de cinc que se proponen actuar como interruptores
redox; iii) la participación directa e indirecta de la principal proteína de cinc celular,
metalotioneína (MT) de unión, que puede per se barrer oxidantes, o la liberación de cinc
estableciendo una regulación redox; iv) la regulación de cinc del metabolismo de la
glutatión (GSH), y del estado redoxtiol general; v) una capacidad directa o indirecta de
cinc para regular la actividad de las proteínas implicadas en la señalización celular (7).
El cinc tiene una distribución subcelular ubicua. Contrasta con el hierro, que
existe en componentes celulares definidos y tiene funciones fisiológicas también
definidas. Las tres clases funcionales generales son: catalizadoras, estructurales y
reguladoras (9).
16
3.2.3 Disponibilidad
Figura II
18
3.2.4 Absorción y metabolismo
El cinc plasmático comprende sólo el 0,1% del cinc corporal total, representa
del 20% al 30% del cinc en toda la sangre. Puede fluctuar hasta un 20% durante un día,
en gran parte debido a los efectos de la ingestión de alimentos (14). Alrededor del 70%
del cinc en circulación está unido a la albúmina, y cualquier condición que altere la
concentración de albúmina sérica puede tener un efecto secundario en los niveles
séricos de cinc. Aunque, el cinc sérico representa sólo el 0,1% de todo el cinc del
cuerpo, el circulante da la vuelta rápidamente para satisfacer las necesidades de los
tejidos (16). Los valores más altos del día se producen en la mañana después de una
noche de ayuno (14).
19
El cinc plasmático se reduce transitoriamente tras un estrés agudo (infección,
traumatismo, cirugía). La hemodilución, como ocurre durante el embarazo, el uso de
anticonceptivos orales y otros tratamientos hormonales, también reducen el cinc
plasmático. Y cualquier afección que aumenta la hemólisis de glóbulos rojos provocará
un aumento de las concentraciones de cinc plasmático (14).
Un total del 70% al 80% del cinc sanguíneo es celular, con una concentración
en leucocitos mayor que la de los eritrocitos (14).
20
en muchas partes del mundo. A menudo se ve agravada por condiciones fisiológicas
asociadas con elevados requerimientos de cinc (17).
21
Figura III
Riesgo nacional de deficiencia de cinc basado en la combinación de información sobre prevalencia de
retardo de crecimiento en niños y el porcentaje de individuos en riesgo de tener una ingesta inadecuada de
cinc absorbible (18).
En las mujeres embarazadas, la deficiencia de cinc puede dar lugar a las células
cerebrales fetales disminuir y puede afectar su desarrollo. La deficiencia de cinc de los
niños puede obstaculizar el crecimiento normal, el desarrollo intelectual y la salud del
sistema reproductivo. En hombres adultos, la deficiencia de cinc puede conducir a la
hiperplasia prostática, lo que afecta la función reproductiva y la fertilidad. Sin embargo,
los suplementos de cinc es una poderosa herramienta terapéutica en el manejo de una
larga lista de enfermedades (10).
22
Figura IV
Síntomas y signos de la deficiencia de cinc
Retraso en el crecimiento corporal.
Alteraciones esqueléticas.
Anorexia.
Alteraciones en la madurez sexual y la capacidad reproductiva.
Depresión de la función inmune ya que todos los tipos de células del sistema inmune presentan una
disminución de su función cuando los niveles de cinc están disminuidos. Así, la función de los monocitos está
dañada, en las células natural Killer la citotoxicidad está disminuida, los neutrófilos presentan una capacidad
fagocítica inferior a la normal, los linfocitos T no son capaces de realizar su función correctamente y los
linfocitos B sufren apoptosis.
Ceguera nocturna.
Dermatitis.
Alopecia.
Diarrea.
3.2.6 Toxicidad
23
presentan a partir de la ingesta prolongada de dosis superiores a 150 mg.
24
canceres y a largo plazo el consumo de drogas podría predisponer a la persona a padecer
osteoporosis.
25
efecto clínico positivo al seguir una terapia de alendronato o calcitonina en mujeres
posmenopáusicas (23).
En un estudio realizado por Paknahad et al. (20) vieron que la proteína animal,
el Ca, el Zn, y la vitamina B2 tuvieron una asociación significativamente positiva con el
BMD. Por otro lado se vio una asociación significativamente negativa con la edad.
Mientras que se incrementaba el periodo menopáusico, el BMD fue en disminución.
26
destacar asociados al hueso y el cinc; el cobre, un cofactor de la lisil oxidasa que es
requerido para el entrecruzamiento y la elongación del colágeno, por tanto la deficiencia
de cobre causa inhibición en el crecimiento óseo y osteoporosis, y el magnesio, que
parece ser importante en la actividad celular ósea. Se ha mostrado que es mitogénico
para los osteoblastos y su agotamiento causa inhibición del crecimiento celular, in
vitrio (22).
Por otra parte, aunque los suplementos de cinc han demostrado ser beneficiosos
a nivel óseo, se ha demostrado que a veces pueden afectar negativamente al
metabolismo de otros minerales, como es el caso del magnesio, calcio y cobre. Cuando
una alta ingesta de cinc tiene efectos perjudiciales, a menudo se atribuye a la deficiencia
de otros minerales, interfiriendo en su absorción y metabolismo.
27
Nielsen et al. (26) en un estudio realizado en mujeres postmenopáusicas,
determinaron que un consumo relativamente alto de cinc (53 mg/día) dio lugar a
cambios desfavorables en el metabolismo del hueso, con una disminución en el
equilibrio del magnesio, aumentando la excreción en heces y orina.
En resumen, se puede decir que numerosos estudios indican que una adecuada
ingesta de cinc es necesaria para el mantenimiento de la normal estructura ósea, y de
igual manera, existen pruebas que hacen sospechar que un déficit alimentario de cinc
podría favorecer la osteoporosis, así como aumentar el riesgo de fracturas.
Algunos oligoelementos, particularmente Ca, Mg, Cu, Mn, y Zn, son esenciales
en el metabolismo del hueso. Algunos investigadores han demostrado que en las
mujeres posmenopáusicas los niveles de Zn en suero se correlacionan negativamente
con el nivel de glucosa en suero, mientras que en las premenopáusicas se correlaciona
positivamente. Esto puede sugerir que la menopausia inducida por los cambios en el
metabolismo de Zn puede tener un impacto en la tolerancia a la glucosa (3).
28
de Mg y Zn en mujeres a esta edad puede causar o intensificar la aparición de
palpitaciones, temblor en las manos y pies, parestesia, trastornos en el funcionamiento
del sistema inmunológico, así como síntomas de sequedad y dureza de la piel, caída del
cabello, apatía, depresión, trastornos de concentración, problemas de visión, gusto,
olfato y oído. Estos cambios son, evidentemente, reversibles después de la
suplementación de los déficits existentes (29).
29
Sunar et al. (30) no observaron ningún efecto estadísticamente significativo
con la suplementación de Zn en pequeñas dosis durante un periodo de dos semanas en
el nivel de progesterona y estrógenos en mujeres durante el periodo natural de la
menopausia, sin embargo una tendencia fue notificada hacia un incremento
directamente proporcional en el nivel de estas hormonas, de acuerdo con un incremento
de la dosis de Zn. Los estudios realizados en ratas después de la extirpación de ovarios
mostró que la deficiencia de Zn resultó en una disminución considerable en los niveles
de Ca y P en su organismos, mientras que la administración de suplementos de este
elemento impidió tales complicaciones (28).
30
Es plausible que la ingesta baja constante de cinc en la dieta podría contribuir a
los síntomas depresivos mediante la reducción adicional del cinc disponible y que ha
perjudicado a numerosos pertinentes procesos bioquímicos. Una hipótesis razonable es
que el cinc que se consume a través de la dieta ayuda a prevenir o mediar en los
síntomas depresivos (31), luego uno de los aspectos más importantes para la prevención
de la depresión es la influencia del factor nutricional.
A finales de los 1990s se sugirió que existía una relación entre la concentración
de Zn en suero y la aparición de la depresión (32). Estudios clínicos revelaron que el
mayor trastorno depresivo fue acompañado de una disminución de las concentraciones
de cinc en suero, lo que correspondía con una aumento de la gravedad de los síntomas
depresivos, lo que sugiere que la depresión altera la homeostasis del cinc (31). Desde
entonces, varios estudios han confirmado que los niveles séricos de cinc fue
significativamente menor durante los episodios depresivos agudos, y además que los
niveles se normalizaron después de la farmacoterapia antidepresiva éxito (33).
31
Hay muchos mecanismos que pueden ayudar a explicar el rol de la deficiencia
de Zn en la patogénesis de la depresión. El Zn es un signo esencial para la función
normal de las células (34) y su metabolismo, y gran cantidad de éste se encuentra en el
cerebro. Tiene efectos neuromoduladores y reguladores en muchos aspectos del
metabolismo celular, incluyendo funciones de replicación y transcripción (35). El Zn
también contribuye a una mayor densidad de receptores de serotonina en la corteza
frontal. El Zn juega un papel importante en el envejecimiento saludable ya que impide
el crecimiento celular neoplásico y está involucrado en la división celular mitótica, así
como la reparación de ADN y ARN (32).
Los síntomas depresivos son más frecuentes en las mujeres (36) y numerosos
estudios indican diferencias de género en las manifestaciones clínicas, la respuesta al
tratamiento, y las correlaciones inflamatorias o neural de la depresión (31).Se demostró
que mujeres con síntomas depresivos moderados tenían niveles de Zn
significativamente más bajos que los que tenían síntomas depresivos leves (32).
32
3.6 El cinc y estrés oxidativo
33
Estudios con suplementación de cinc en personas han demostrado un aumento
en los niveles de enzimas antioxidantes. Un estudio (40), mostró como el uso de la
suplementación con cinc de 22 mg/d durante 12 semanas en adolescentes atletas mejoró
los marcadores del estado antioxidante.
Las especies tóxicas del oxígeno reaccionan con toda clase de macromoléculas
celulares y las reacciones que experimentan, se han involucrado en diversos estados
patológicos, como el cáncer y la diabetes, y el envejecimiento. Las membranas celulares
sufren daños debido a la oxidación de los lípidos de la membrana, que tienen como
consecuencia una lesión oxidativa y la inactivación de las enzimas produciendo un
envejecimiento celular (37).
34
4- Sujetos y metodología
35
36
4. Sujetos y metodología
37
Criterios de exclusión
- Mujeres perimenopáusicas.
- Mujeres con tratamiento hormonal sustitutivo.
- Rechazo a participar en el estudio por diversos motivos (negativa a
realizar extracción de sangre, a toma de complementos nutricionales).
- Presencia de patologías que puedan afectar a la absorción de nutrientes.
- Presencia de enfermedades que alteren los parámetros bioquímicos
analizados.
A todas las mujeres participantes del estudio, se les realizó una entrevista
nutricional y una extracción de sangre para las pruebas bioquímicas posteriores.
38
vitamínicos o minerales (marca y frecuencia), medicación habitual, y por último un
recordatorio de 72h (donde se incluyen dos días y un festivo) y un cuestionario de
frecuencia de consumo de alimentos.
39
moluscos y crustáceos, bollería y pastelería, azúcares y dulces, bebidas, precocinados
congelados, enlatados y desecados, aperitivos, salsas y dietéticos.
40
cava cubital. La sangre fue distribuida en diferentes tubos vacutainer®, según la
finalidad a la que se destinaban y los parámetros a analizar:
- Una vez extraído el plasma del tubo, lavamos los eritrocitos 4 veces con
3 ml se solución de cloruro sódico al 0.9%, centrifugando durante 15 minutos a 3000
rpm después de cada lavado. A continuación, eliminamos la solución salina
sobrenadante del último lavado y extraemos los eritrocitos con pipeta Pasteur,
realizando también alícuotas de 250 µl en tubos Ependorff.
41
Las condiciones de trabajo se realizaron en un ambiente oscuro y frío, con
finalidad de evitar la oxidación de las muestras. El agua bidestilada empleada es de
pureza MilliQ (Millipore® Corp., Bedford, MA) y todos los recipientes y material de
laboratorio se dejan en remojo en ácido nítrico al 1% durante 24 horas anteriores a su
empleo. Todos los reactivos empleados son de la casa Merck de calidad ultra pura
(Darmstadt, Alemania).
Para poder llevar a cabo esta reacción, se pusieron en contacto todas las
muestras con una solución de Cu2+, de tal forma que ante la presencia de antioxidantes,
estos realizarán una reducción de Cu2+ a Cu+, produciendo dicha reducción una reacción
colorimétrica que será posteriormente evaluada mediante la medición de la absorbancia
a 490 nm, evaluando de este modo la capacidad antioxidante de la muestra. Con esta
técnica, no solo se detectan moléculas antioxidante hidrófilas como la vitamina C o
glutatión, si no también moléculas hidrófobas como la vitamina E, entre otras.
42
Se utilizó el kit JAICA (PAO test kit for Total Antioxidant Capacity -Catalog
#KPA050-).La técnica se describe a continuación:
43
- Se añade 50 µl de solución de parada (stop solution) y se realiza una
segunda lectura a 490 nm lo más rápidamente posible.
Este método emplea xantina y xantin oxidasa (XOD) para formar radicales
superóxido, los cuales reaccionan con cloruro de 2-(4-yodofenil)-3-(4-nitrofenol)-5-
fenil tetrazolio (I.N.T) para formar un colorante formazán rojo.
44
lavando a casi sequedad y con cuidado de que no se forme espuma, hasta total
decoloración y cese de emisión de vapores nítricos (rojos).
Una vez finalizada esta fase, se añaden entre 1-2 ml de ácido perclórico para
rematar la mineralización y se vuelve a concentrar (aproximadamente hasta unos 3 ml),
hasta emisión de vapores blancos, momento en el cual finaliza el proceso de
mineralización.
Por último, una vez frías las disoluciones se les añade 1 ml de ácido clorhídrico
5N y se enrasa en matraz de cristal hasta 25 ml con agua bidestilada, sin filtrar. Se
envasan, codifican y guardan en frio hasta la medición de los minerales.
Sin embargo, una gran cantidad de átomos del metal van a permanecer en el
estado fundamental. Estos átomos en su estado fundamental van a ser susceptibles de
absorber la energía de su propia longitud de onda específica, la cual es la longitud de
onda que van a emitir los átomos si son excitados desde su estado fundamental. Por lo
tanto, si el haz de longitud de onda adecuada, pasa a través de la llama que contiene los
átomos en cuestión, una parte del haz será absorbido en una medida proporcional al
número de átomos en estado fundamental presentes en la llama. La cantidad de
absorción del haz de energía es lo que vamos a medir con la espectrofotometría de
absorción atómica.
45
Respecto a la técnica de enzimoinmunoensayo o test de ELISA (Enzyme-
Linked Immunosorbent Assay) para la determinación de PTH y osteocalcina, se basa en
el uso de antígenos o anticuerpos marcados con una enzima, de forma que los
conjugados resultantes tengan actividad tanto inmunológica como enzimática. Al estar
uno de los componentes (antígeno o anticuerpo) marcado con una enzima e
insolubilizado sobre un soporte (inmunoadsorbente) la reacción antígeno-anticuerpo
quedará inmovilizada y, por tanto, será fácilmente revelada mediante la adición de un
substrato especifico que al actuar la enzima producirá un color observable a simple vista
o cuantificable mediante el uso de un espectrofotómetro o un colorímetro.
47
48
5. Resultados
5.1 Comparación de medias mediante t-student
VI=Variables independientes; IMC=Índice de masa corporal; G.C= Porcentaje de grasa corporal; Ref= valores de
referencia; *= diferencias estadísticamente significativas ≤57 vs >57.
49
En la Tabla 2 se observa que mediante el test de comparación de medias, tan
solo la glucemia presenta un valor significativo (p=0,005), siendo las de mayor edad las
que presentan una mayor cantidad de glucosa.
PAO = poder antioxidante total; SOD = superóxido dismutasa; *= diferencias estadísticamente significativas.
50
Tabla 4. Cinc plasmático
51
mayores o menores de 57 años sin deficiencia de cinc en plasma se observa que el cinc
plasmático tiende a la significación (p=0,059).
52
elevados en los dos grupos de mujeres, mientras que la leptina y la PTH están
ligeramente por encima de los valores normales.
Tabla.6 Zn aporte
53
mujeres deficientes el porcentaje de deficientes para cinc plasmático y cinc eritrocitario
es mayor que en las mujeres que no presentan deficiencia en el aporte de cinc.
54
Tabla. 7 SOD por grupos de edad
55
Tabla. 8 PAO por grupos de edad
5.2 Correlaciones
56
cinc plasmático deficiente o no, solo existió una tendencia a su correlación con el HDL
(p=0,061; r=0,218). Para el grupo de PAO normal o anormal parece que hay una
tendencia de asociación con los triglicéridos y la edad (p=0,064; r= -0,214; p=0,052; r=
-0,222 respectivamente). Por último en el aporte deficiente de cinc o no, se vio una
correlación significativa con el aporte de energía (p=0; r=0,454), las mujeres con menor
aporte de energía presentaban deficiencia de cinc, y una tendencia a la significación con
la PTH (estratificada en mujeres normales y con niveles altos), y el cinc eritrocitario
(p=0,066; r=0,215; p=0,068; r= 0,211 respectivamente). También se observó una
tendencia a la significación entre el aporte de cinc con el grupo de PAO normal o
anormal siendo las mujeres con un PAO normal las que tienen un mayor aporte de cinc
(p=0,058; r=0,217).
57
deficiencia plasmática también encontramos que el porcentaje de PAO anormal es
mucho mayor que el de PAO normal y al compararlos con los no deficientes vemos que
el porcentaje de PAO anormal es mayor, algo que puede ser lógico al formar parte el Zn
de la enzima SOD. Si vemos el porcentaje de deficientes en Zn plasmático para una
SOD normal y luego observamos el porcentaje de no deficientes vemos que éste es
mayor en no deficientes, entonces se podría decir que cuanto menor deficiencia de Zn
plasmático haya mayor normalidad de la actividad de la SOD habrá, porque como
hemos dicho el Zn es un componente importante de la SOD.
58
obtenidos para el Zn plasmático. También se puede observar que las mujeres sin
deficiencia de Zn eritrocitario y una SOD normal son un grupo más reducido en
comparación con aquellas mujeres que presentan una deficiencia de Zn eritrocitario y
una actividad SOD normal, así mismo tenemos más mujeres con una actividad normal
de la SOD que con una actividad anormal. Una teoría según estos datos sería que a
menor deficiencia del Zn eritrocitario podría haber mayor actividad anormal de la SOD,
al contrario que el Zn plasmático.
59
El porcentaje de mujeres con una leptina normal y un aporte deficiente de Zn
es menor que las no deficientes, es decir, podría decirse que el aporte de cinc podría
contribuir a aumentar el porcentaje de mujeres con una leptina normal. Para la PTH y la
osteocalcina ocurre lo contrario, existe mayor porcentaje de mujeres con una deficiencia
del aporte de cinc y una concentración normal de estas hormonas que las que no
presentan una deficiencia del aporte de cinc.
60
6- Discusión
61
62
6. Discusión
90
80 81
70 74
69
60
50 Ejercicio No
40
30 31 Ejercicio Si
26
20 19
10
0
Población ≤57 >57
total
63
Al no conocer la frecuencia de la actividad física es difícil sacar alguna
conclusión, aunque no parece muy coherente el que la mayor parte de las mujeres
afirmen realizar ejercicio cuando presentan sobrepeso.
64
80
78 78,42
76
74
RDA Energía aporte
73,03
72
71,14 RDA Cinc aporte
70
69,94
68
66
64
≤57 >57
Gráfica 2. Porcentaje de ingestas < 75% de RDAs de energía y Zn, en las mujeres del estudio separadas
por grupos de edad.
65
6.2.2 Parámetros clínico-nutricionales
66
70
60 61 61,9 60 62,5
56,6
50
50
Población total
40
≤57
30 >57
20
10
0
Zn plasmático Zn eritrocitario
Gráfica 3. Porcentaje de la población total y por grupos de edad para le deficiencia de cinc
plasmático y eritrocitario.
Esta deficiencia tan elevada se puede deber a una mala ingesta o absorción de
cinc, así como a que las mujeres del estudio puedan presentar osteoporosis teniendo una
excreción urinaria mayor de cinc tal y como ocurre en otros estudios observados
(aunque aquí se han hecho las mediciones en suero, no en plasma) (25).
67
ambas variables, en la Gráfica 4 vemos su representación. Encontramos que las mujeres
de menor edad presentan una mayor deficiencia de cinc eritrocitario, esto es debido a
que se encuentran más cerca de la menopausia y tienen menor estabilidad hormonal y
metabólica que las mujeres que se encuentran más alejadas de ésta cuyo organismo ya
presenta una mayor estabilidad fisiológica.
La leptina es una hormona que funciona como una señal para el sistema
nervioso central con respecto a las reservas de energía periféricas (52). Las mujeres
tienen niveles de leptina más altas que los hombres debido a su mayor contenido de
tejido subcutáneo (53). La leptina es secretada principalmente por los adipocitos, y los
niveles circulantes son generalmente directamente proporcionales a la cantidad de un
68
individuo de tejido adiposo (52). La leptina activa los procesos encaminados a la
reducción de las reservas de energía mediante la reducción de la demanda de alimentos.
Afecta el equilibrio del cuerpo de la energía, la maduración del sistema reproductivo en
las mujeres, y el proceso de la angiogénesis en los hombres (53). La obesidad humana
se considera que es un estado 'resistencia a la leptina', ya que la hormona debe funcionar
normalmente para reducir el apetito y la ingesta de alimentos (52).
80
70
71,4
60 63,6
50 52,1 Leptina Población Total
40 42,9 Leptina ≤57
36,4
30 Leptina >57
28,6
20
10
0
Normales Altos
Gráfica 5. Porcentaje de la población total y separada por grupos de edad con niveles normales y
elevados de leptina.
Estudios previos indican que las personas con sobrepeso y obesas tienden a
tener mayor leptina sérica y los niveles de adiponectina más bajas en comparación con
las personas dentro de un rango de peso normal (54).
69
Según la tabla de contingencia referente al aporte de Zn se observó que el
porcentaje de mujeres con una leptina normal y un aporte deficiente de Zn era menor
que las no deficientes. En el estudio de Marriero et al. (55) también se observó que el
aporte de Zn disminuía los niveles de leptina en la población de mujeres jóvenes obesas.
70
90
80
79,7 80,5 78,8
70
60
PTH Población Total
50
PTH ≤57
40
PTH >57
30
20 20,3 19,5 21,2
10
0
Normales Altos
Gráfica 6. Porcentaje de la población total y separada por grupos de edad de los niveles de
PTH tanto normales, como altos.
71
60
58,5 58,8
50
49,3
48
Osteocalcina Población
40 total
38,2 39
30 Osteocalcina ≤57
20 Osteocalcina >57
10
2,7 2,4 2,9
0
Deficientes Normales Altos
Gráfica 7. Porcentaje de la población total y separada por grupos de edad de los niveles de
osteocalcina.
72
Gráfica 8. Asociación entre los niveles de osteocalcina y la edad según el grupo de edad. El valor de 0
representa las mujeres ≤57el valor de 1 representa las mujeres >57.
73
desequilibrio entre la producción de oxígeno reactivo (oxígeno no pareado) y la
capacidad del sistema biológico de detoxificar rápidamente los radicales libres o reparar
el daño resultante. Se ha relacionado al climaterio y la menopausia como estrés
oxidativo por incremento de radicales libres y especies reactivas de oxígeno. Y se
vincula a la sintomatología aguda (síntomas neurovegetativos) y crónica (síndrome
metabólico, enfermedad cardiovascular, hipertensión, osteoporosis, cáncer) tanto a la
disminución de estrógenos como al desbalance del estado rédox normal (65).
88,2
90
80 74
70 62,8
60
PAOI Población total
50
PAOI ≤57
40
27,9 PAOI >57
30
19,5
20
9,3 8,8
6,5
10 2,9
0
Deficientes Normales Altos
Gráfica 9. Porcentaje de la población total y por grupo de edad según los niveles de PAO.
74
Gráfica 10. Asociación entre el poder antioxidante total (PAO) y el tabaquismo, mujeres no
fumadoras 0; mujeres fumadoras 1.
Solo unos pocos estudios clínicos han visto que las especies reactivas de
oxígeno juegan un papel importante en el estrés oxidativo en el desarrollo de la
75
osteoporosis. La reabsorción ósea osteoclástica genera unos elevados niveles de anión
superóxido. En adición, se ha informado de una reducción de la actividad de la SOD
durante el envejecimiento. Resultados predicen que no solo la pérdida ósea es por la
deficiencia de estrógenos sino que también se ve en otras situaciones donde las ROS
están implicadas así como el envejecimiento, la obesidad y la inflamación, pueden estar
causadas por un aumento prolongado de la señalización de ROS en las células óseas
(66).
76
7- Conclusiones del estudio
77
78
7. Conclusiones del estudio
79
SOD la población total presenta unos valores normales, teniendo el 31,2% de ellas unos
valores por debajo de los parámetros de referencia.
80
8- Bibliografía
81
82
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