Formato de Taller Presentación
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I. DATOS INFORMATIVOS:
1. Dirigido a : Jackeline Mosquera Pérez
2. N° de participantes máximo : 24
3. N° de participantes mínimo : 20
4. Número de sesiones :1
5. Practicante : Vargas Rivasplata Christian
6. Ps. Asesor : Salazar Astete E. Paola
II. FUNDAMENTACIÓN:
2.1 INTRODUCCION
El ser humano es un ser social y por lo tanto necesita comunicarse. El bebé desde su inicio
establece comunicación con sus padres y con las personas que cuidan de él. A partir de los
dos años empezamos a comunicarnos oralmente con las personas que nos rodean, nos
enseñan a hablar, más tarde aprendemos a leer y a escribir, que son otras formas de
comunicación. Pero ¿cuándo nos enseñan a escuchar? Escuchar es un acto muy distinto de
oír. Puedo estar oyendo la radio, pero no estar escuchando activamente lo que está diciendo
el locutor, puedo oír como un compañero me está relatando algo importante para él, pero yo
no estoy escuchando realmente lo que me está diciendo. La audición se da a través del oído,
oír implica un proceso intelectual y emocional que íntegra una serie de datos físicos,
emocionales e intelectuales en busca de significados y de comprensión. La escucha se produce
cuando el oyente es capaz de discernir y comprender el significado del mensaje del emisor.
Sólo así se alcanza el objetivo de la comunicación.
2.2 JUSTIFICACION
El término comunicación procede del latín communicare que significa “hacer a otro partícipe de
lo que uno tiene”. La comunicación es la acción de comunicar o comunicarse, se entiende como
el proceso por el que se trasmite y recibe una información. Todo ser humano y animal tiene la
capacidad de comunicarse con los demás.
Sin embargo, para que exista una comunicación han de darse, cuando menos, otras dos
condiciones, tales como que el canal funcione adecuadamente y no exista ruido. Este último
se entiende como toda perturbación que afecte la transmisión del mensaje, sea de carácter
auditivo o de cualquier otro tipo. Las interferencias en el medio, la distracción del receptor, los
errores lingüísticos son algunos factores que constituyen al ruido.
Se tiene también que el receptor conozca el código en el que se cifra el mensaje, si desconoce
el determinado código, pues ya no se tendría el significado del mensaje, y hace imposible la
comunicación.
Para que exista la comunicación tiene que haber un proceso básico con pasos:
Primero, un emisor que desee enviar un mensaje con una determinada intención
(pareciera que no, pero siempre lo mensajes tiene una intencionalidad, por ejemplo,
vender, convencer, discutir algo, etcétera).
Se envía el mensaje con su contenido, que tendrá un código y un canal por donde
viaja.
El receptor (que puede ser uno o bien varios) interpreta el mensaje recibido
(conociendo el código del mensaje), y para responderlo, y así el proceso comienza
otra vez.
A veces existen interferencias en la comunicación llamadas ruidos, los cuales pueden aparecer
en el envío (ruidos de difusión y concepción) o cuando se reciben los mensajes (ruidos de
comprensión o de asimilación).
Sí o sí para que este proceso se pueda llevar a cabo es necesario que existan ambas partes,
quien envía el mensaje y quien lo recibe, y no solo eso, sino que además ambas partes deben
estar dispuestas a llevar a cabo un intercambio de mensajes y deben comprenderse entre sí,
Primera Escuela de Psicología Certificada y Acreditada en el Perú…
deben compartir ciertos códigos como el lenguaje o el nivel intelectual para que se lleve a cabo
correctamente el proceso.
En persona: Tiene lugar cuando una conversación se lleva a cabo cara a cara.
A distancia: Puede ocurrir por medio de un teléfono, el envío de cartas, etcétera.
Impersonal: Es el caso de aquellas personas que se dirigen a una audiencia por medio
de la televisión o la radio.
Los mensajes pueden ser enviados de forma verbal o no verbal. Como se imaginarán, un
mensaje verbal es aquel que involucra palabras, por ejemplo, hablando o escribiendo, pero el
mensaje no verbal es ese que entendemos sin una sola palabra de por medio: un gesto, un
cartel con una señal de tránsito, un sonido, entre otros.
Si bien es cierto que nos solemos comunicar de una forma más frecuente en uno de estos
estilos, dependiendo tanto de cual sea nuestro interlocutor, del tema o la situación dada,
podemos ir rotando entre los tres estilos que existen.
Por ejemplo, si nos encontramos en un ambiente que nosotros consideramos inseguro como
puede ser el trabajo, lo más seguro es que adoptemos un estilo de comunicación pasivo. Por
el contrario, en el entorno familiar solemos adoptar un estilo entre agresivo y asertivo, debido
a la confianza que este entorno nos genera.
Alguno de estos estilos nos servirá para facilitar las relaciones con los demás, mientras que
otros la dificultarán afectando al vínculo que nos une con esa persona. Los factores facilitadores
de la comunicación son todos aquellos que contribuyen a disminuir el esfuerzo que tiene que
hacer el receptor para entender el mensaje.
Estos factores generan en este individuo una actitud positiva y de colaboración, beneficiando
la relación entre emisor-receptor. Así, dependerá del estilo de comunicación que utilicemos
para comunicarnos, que nuestro mensaje llegue al receptor tal y como nosotros hemos querido
emitirlo desde un principio y no sea malinterpretado.
La persona asertiva sabe defender sus derechos a la vez que discrepa y además entiende y
respeta los puntos de vista de su interlocutor. Suelen ser personas que disfrutan de buena
autoestima, poseen seguridad en sí mismos y se muestran confiadas.
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Buscan en la comunicación soluciones satisfactorias para ambas partes sin ninguna intención
de manipulación. En definitiva, se sienten relajadas y con control ante la situación, lo cual facilita
la comunicación. Se gustan a sí mismos y gustan a los demás. Estas personas suelen utilizar
mensajes “yo”, es decir, mensajes como pueden ser: “yo opino”, “yo creo”, “yo deseo” …
Las habilidades comunicativas que suelen tener las personas con estilo asertivo son:
Por un lado la empatía, es decir, la habilidad para ponerse en el lugar y punto de vista
del otro y poder ponerse en su situación, teniendo en cuenta sus sentimientos,
expectativas y sus intereses.
Por otro lado, la escucha activa, que consiste en percibir y entender toda la
información que recibimos de nuestro interlocutor y su contexto, evitando realizar
interrupciones o juicios previos.
A su vez, emitiremos mediante nuestra comunicación no verbal (gestos, señales y
conductas) un feedback para que la otra persona sepa que estamos recibiendo
correctamente su mensaje.
Estas personas se adaptan a cada contexto donde se desarrolla la interacción con el otro
individuo, consiguiendo comunicarse de la manera más óptima posible en cada situación.
Este estilo favorece el afecto y afianza lazos familiares a nivel educativo, enseña a resolver
conflictos de forma respetuosa, establece bien las normas y utiliza adecuadamente las
contingencias. Todos estos aspectos ayudarán a que, a medida que se va acercando a la edad
adulta, la persona se desarrolle de forma autónoma y con madurez.
Su conducta no verbal está caracterizada por una expresión facial amigable y relajada. Miran
fijamente a su interlocutor, pero siempre respetando los descansos necesarios. Sonríen
frecuentemente y se sitúan frente a frente a la otra persona pero siempre respetando los
espacios personales.
Las personas que utilizan este estilo tratan de imponer su criterio y conseguir sus objetivos sin
importarle la opinión ni los sentimientos de su interlocutor. El modus operandi de estos
individuos es el uso de estrategias como amenazas, intimidación, sarcasmo,
acusaciones, sentimiento de culpabilidad, enfado y reproches.
En ningún momento se tiene en cuenta los derechos que deben tener los demás y su lenguaje
suele tener un exceso de expresiones tales como: “tienes que...”, “debes de…”, “no te voy a
permitir que...”, interrumpiendo el discurso de la otra persona y dando órdenes. Su
comportamiento es de tipo egocéntrico.
amenazantes hacia su receptor, cara crispada, invasión del espacio vital de la otra
persona posicionándose frente a frente, entre otros.
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Los individuos que se caracterizan por este estilo, inhiben su comportamiento con tal de evitar
cualquier confrontación con otra persona en vez de hacerse respetar. Tienen una excesiva
necesidad y preocupación por agradar a los demás y, a menudo, se sienten incomprendidos
por los demás o manipulados.
Suelen estar dudosos en relación a sus intervenciones en la comunicación con otras personas,
haciendo uso de frases tales como “Eh… bueno, quizás.” “mmm, tal vez…”. Son personas a
las que no les gusta llamar la atención y hacen lo que sea para evitarlo. No se implican en los
temas y muestran conformidad ante las decisiones de los demás, anteponiendo los deseos y
opiniones de los demás a los suyos propios.
Aunque la persona no muestra su opinión llevando a cabo una actitud conformista, esto es
recibido por su interlocutor como una muestra de actitud de inseguridad y temor frente a la
situación.
IV. Metodología:
SESION 01: “ESCUCHA ACTIVA”
https://www.youtube.com/watch?v=hBcQD2pryEU
V. Evaluación:
PRE- TEST
3. Cuando hablo, lo hago oportunamente y me expreso de forma correcta. Mis palabras tienen un
efecto notorio sobre los demás.
5. Interactúo bien con la gente porque entiendo todos los elementos implicados en la
conversación
es necesario dejar bien claro que la comprensión del mensaje emitido es responsabilidad
del emisor, más allá que de los receptores. ¿Por qué esto debe ser así? Son varias las
razones que ponen la responsabilidad sobre quien emite el mensaje, pero quizá la más
importante es el bombardeo masivo de información al que todos estamos expuestos en la
red. El hecho de que existan tantos mensajes tratando de captar nuestra atención al mismo
tiempo implica que aquella información poco clara sea puesta en un segundo plano de
inmediato.