Keohane Dos Enfoques
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ENSAYOS ESCOGIDOS DE ROBERT o. KEOHANE COLECCIÓN ESTUDIOS INTERNACIONALES CIDE
sugiere que puede no ser factible ninguna teoría general de . , n internacional es necesario entender cómo funcionan
e raclO '
política internacional. Tiene sentido buscar el desarrollo de la OP . 'tuciones internacionales Y las con di cienes
. en 1as cua 1es
~o .' .' .
conocimiento acumulativo verificable, pero debemos entend:n }llsan a existir. Esto no significa decir que l~s mstitUClOnes m-
que sólo podemos aspirar a formular generalizaciones condic' 10_t lleg . nales siempre facilitan la cooperacion sobre una base
rnaclO .' .' . -
nales y específicas respecto del contexto, más que descubrir le- te l: or el contrario, una vanedad de mstituclOnes mtern~
yes universales, y que nuestra comprensión de la política mundial
g.lobaal. p incluidas notoriamente las alianzas "li'
rru tares, estan
di
-
ton es, . 'li
siempre será incompleta. e _ d como medio~ara prevalecer en los conflictos mi tares
sena as / .._- d
Las formas en las cuales los miembros de esta asociación olíticos. De manera inversa, pueden darse casos e coo?er~-
estudian las relaciones internacionales se ven profundamente y.~ sólo con estructuras mínimas en las que se apoyen las msn-
cton .,' . nal
afectadas por sus valores. La mayoría de nosotros somos hijos . s Pero todos los esfuerzos de cooperaclon mternaclO
tuCIOne . . . 1
de la Ilustración, en la medida en que creemos que la vida del . 1 gar dentro de un contexto institucional de cierto tipO, e
oenen u .
hombre puede mejorarse a través de la acción humana guiada de o no facilitar las empresas cooperativas. Para enten-
wa 1 pue . . .
por el conocimiento. Por consiguiente, buscamos el conocimien- der mejor la cooperación y la discordia, neces~tamos l.nvesugar
to a fin de mejorar la calidad de la acción humana. Muchos de las fuentes y la naturaleza de las instituciones mternaclonales, Y
nosotros empezamos con un compromiso para promover el pro- cómo tiene lugar el cambio institucional. I ..
greso humano, definido en términos de bienestar, libertad y La "cooperación" es un término polémi~o. Como (lo u~-
seguridad de los individuos, con especial atención al principio 20, se distingue claramente tanto de la armo~a como de la dis-
de justicia.P? Con este compromiso en mente, buscamos analizar cordia. Cuando prevalece la armonía, las políticas de l~s igentes
cómo el concepto jurídico de soberanía del Estado y el hecho automáticamente facilitan el logro de las metas de los demas. Cua~do
práctico de la autonomía sustancial del Estado coexisten con las hay discordia, las políticas de los agentes entorpecen la realiz~-
realidades de la interdependencia estratégica y económica. ción de las metas de los otros, y no se ajustan para ha~erla~ m~s
Estos compromisos de valor ayudan a dar cuenta del tema compatibles. Tanto en la armonía como en la discordi~, rungun
. .' bi r su comportamIento. La
de este ensayo: el estudio de las instituciones internacionales. agente tiene un incentrvo para cam la . .' .
Me centro en las instituciones porque comparto el deseo de K. J. ., . bargo "exige que las acciones de mdivlduos
cooperaclOn, SIn em , , .
. 'orua preeXls-
Holsti de "abrir puertas intelectuales para escudriñar en la cola- u organizaciones diferentes -q~e no esta~ en ar~
boración, la cooperación y el bienestar internacionales'V" Para tente-lleguen a una conformidad entre SIa traves de un proce-
entender las condiciones en las cuales puede tener lugar la co- " de políticas" 241 Esto significa que cuando se
so d e coor di naClon' .
produce la cooperación, cada parte cambia su compor:amlento
238 D.M. Kreps, Corporate Culture and Economic Tbeory, manuscrito, Stanford, California, de acuerdo con cambios en el comportamiento de los dem~s. Pod~-
Graduate School of Business, Stanford University, 1984, pág. 16.
mos evaluar el efecto de la cooperación midiendo la difere~cla
239 E.B. Haas, Progress and International Relations, manuscrito, Berkeley, Institute of
International Studies, 1986, y J. Rawls, A Tbeory of [ustice, Cambridge Mass., Harvard Universit)' entre el resultado concreto y la situación que se habría obterudo
Press, 1971. m
241 R.O. Keohane, After Hegemotly: Cooperation and Diseo1Y1in tbe World Poliuca! Eeollo )',
240 K.J. Holsti,"The Horsemen of the Apocalypse: At the Gate, Detoured, or
Retreating?", en International Studies Q/larterly, 30, 1986, pág. 365. Princeton, Princeton University Press, 1984, pág. 51.
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en ausencia de aquella; es decir, el equilibrio miope y auto turaleza a un persistente conflicto de suma cero y al1
zador del juego. La cooperación genuina mejora las reco:efOt, IlS P ~~ rra Como lo ha formulado Stanley Hoffmann, e
de gue .
sas de ambos jugadores. Pen. (lld o " prueba y no puede probar que uno está condenado
_limO nO h
La cooperación internacional no depende n~cesaria t'¡p>s . 1 asado y que no hay terreno intermedio, por estrec o
ente • repeur ee:tre la moderación limitada y frágil del pasado y la
del altruismo, el idealismo, el honor personal, los propóSit:
munes, las normas internalizadas o una creencia compartida co. qUe 'óónsea, . del i " 243
imposible e Juego . .
un conjunto de valores implícitos en la cultura. En dive en aboll ~'realistas y neorrealistas son reconoCldamente
rsos Las teor
momentos y lugares, cualesquiera de estos rasgos de la motiva, . listas y aceptan lo que Herbert Simon ha nombrado como
clOna , . . d .
ción humana pueden en efecto desempeñar un papel importante !ll ., " stancial" de la raClonalida , que caractenza
a concepclOn su . .
en los procesos de la cooperación internacional, pero la coope_ ~nlcomportamiento que puede juzgarse de manera objetiva como
ración puede entenderse sin referencia a cualquiera de ellos. No óe tima mente adaptado a la situación".244 Pero adoptar el p~esu-
es sorprendente, puesto que la cooperación internacional no ne- p de la racionalidad sustancial no compromete al analista a
~ro .' ..
cesariamente es benigna desde un punto de vista ético. Los paí- ones
' oscuramente determlillstas acerca del caracter m-
conc 1u SI .' . li
ses ricos pueden delinear acciones conjuntas para extraer recursos . ble de la guerra Por el contrario, la teona raciona sta pue-
eVita' . les ti
de los pobres, los gobiernos depredadores pueden formar alian- de utilizarse para explorar las condiciones bajo las. cua es .tiene
zas agresivas y las industrias privilegiadas pueden inducir a sus lugar la cooperación y bus~a explicar por qué 1~:5
m~t1tUClOneS
gobiernos a protegerlas contra la competencia de productores internacionales son constrUldas por los Estados. . .
más eficientes del exterior. El análisis de la cooperación interna- Que la teoría pueda llevar a muchas c?nclusI~nes dife~en-
cional no deberia confundirse con su celebración. Como expre- tes en las relaciones internacionales, refleja una mdetermma-
só Hedley Bull acerca del orden: "Si bien el orden en la política ción mayor del principio de racion~dad ~omo tal. C~mo lo ha
mundial es algo valioso [... ] no debería tomarse como un valor señalado Simon, el principio de raclOnalidad sustanCl~l genera
primordial; y demostrar que una institución particular o un cur- hipótesis acerca del comportamiento h~~ano concreto solo cuan-
so de acción conducen al orden, no es haber establecido el pre- do se combina con presupuestos auxiliares acerca de la est~uc-
supuesto de que dicha institución es deseable o que dicho curso tura de las funciones de utilidad y la formación de expectativas.
de acción debería realizarse't.i" Más aún la racionalidad siempre es contextual, de manera ~ue
La cooperación está en una relación dialéctica con la dis- una gra~ cantidad depende de la situ.ación planteada al comien-
cordia y deben entenderse juntas. Así, para entender la coopera- zo del análisis. Una variación considerable en los resultados,
ción, uno también debe entender la ausencia frecuente de 243 S. Hoffmann, "Hans Morgenthau: The Limits and Influence of Realism", en S.
Hoffmann, ¡allus and Minerva: Essays in tbe Theory and Frac/ice o/ [ntemational Politus, Boulder,
cooperación o el fracaso de ella, tan incesantemente subrayado
por los autores realistas. Pero nuestra conciencia de la fragilidad Wesrview, pág. 74. . . . . f P cholo with
244 HAS' "Human Narure In Politics: The DIalogue o sy gy
.. Imon, .... . 294
de la cooperación no nos exige aceptar formas dogmáticas de Political Science", en Americall Poltllca/SClCllce Revtelv, 79, 1985, pago .. . . O
24S R. Axelrod, The Eiobaion o/ Coopera/ion, Nueva York, Basic Books, 1984, R. .
realismo, que consideran a las relaciones internacionales conde- ./ K A Oye (ed) Coopera/ioll under Anarcby, Punceton,
Keohane, Aftu' Hegemoll)', op. CI .,)' • ., • ,
242 H. BuU, The .Anarcbicai Society, Nueva York, Columbia University Press, 1977, pág. 98. Princeton Universit)' Press, 1986.
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como consecuencia, es coherente con el presupuesto de 1 e las normas Y reglas institucionales y el discurso en el
a d
cionalidad sustancial. Cuando las limitaciones de las cap a. ra, .ce rc omprometen,
.
es tan Importante para evaluar la SlgnI l-
. 'fi
aClda e se e .
des cognitivas de los encargados de tomar decisiones .tambi ' - qU . , n de estas normas corno medir el comportamIento que
en Se caClO .' ,
toman en cuenta -como en el concepto de racionalidad lim' [llbia en respu~a a su mvocaclO~. ., ' .
d a- 1a gama dee vanacron
variaci m pOSI
oosibl e se expan dee aun
aú más. Ita_ ea Estos autores "subrayan que los individuos, las orgaruzaClo-
Si bien el presupuesto de la racionalidad sustancial no fu 1 cales e inclusive los Estados, se desarrollan dentro del con-
et-
za un conjunto particular de conclusiones acerca de la nan., oeS °de instituciones más abarcadoras. Las instituciones no reflejan
te}{to id d 1
raleza o la evolución de las instituciones internacionales, ha sido . 1 mente las preferencias y el poder de las uru a es que as
st[llP e , --'::1 d
utilizado de forma fructífera para explicar el comportamiento 'tuyen sino que configuran tales prefereocias y tal po er.
cooso , " 1
incluido el institucionalizado, en las relaciones internacionales: Las instituciones, por consiguiente, son consotuovas,de os agen-
Sus defensores a menudo son altamente autoconscientes de su tanto como éstos lo son de aquellas. No es suficIente en este
perspectiva analítica y han tenido gran éxito en la tarea de Obte- :~foque tratar las preferencias de los individuos c~m~ al~o dado
ner legitimidad para sus postulados. , namente: se ven afectadas por los acuerdos mStituclOnales,
e}{oge , ' "
Tradicionalmente contrapuesto a la teoría racionalista es las normas prevalecientes y por el discurso histoncamente
por , , .
el enfoque sociológico del estudio de las instituciones, que su- contingente entre la gente que busca cumplir sus propOSItoS y re-
braya el papel de las fuerzas sociales impersonales tanto como solver sus problemas autodefinidos. ,
el efecto de las prácticas, las normas y los valores culturales Con el fin de subrayar la importancia de esta perspectiva
que no se derivan de cálculos de intereses.é" Sin embargo, hace y para centrar un diálogo con la teoría racionalista, trataremos
poco el enfoque sociológico ha estado un poco desorganizado, a los autores de política mundial que han subray~do estos te-
al menos en las relaciones internacionales: sus defensores no mas como miembros de una escuela de pensamIento. Reco-
tienen ni la coherencia ni la confianza en sí mismos de los ra- nozco, por cierto, que considerados como. miem~ros de una
cionalistas. En este ensayo, más que intentar discutir este escuela o un grupo oscurece las muchas dIferencIas d~ pers-
conjunto difuso de enfoques acerca de las relaciones internacio- pectiva entre ellos y la evolución sustancia~ que h~ tenido lu-
nales, me centraré en el trabajo de varios especialistas con un gar en cada uno de sus sistemas de pensamlent? Sin embarg~,
punto de vista distintivo y similar, quienes recientemente han para defender mi perspectiva les pondré una etiqueta. Al ele~lr
desafiado de manera directa el análisis racionalista predomi- semejante etiqueta, sería justo referirse a ellos como e~pecla-
nante de la política internacional. Estos autores, de los cuales listas "interpretativos", puesto que todos subraya~ l~ ln:por-
los más conocidos incluyen a Hayward Alker, Richard Ashley, tancia de la interpretación histórica y textual y las limltaclO~es
Friedrich K.ratochwill y John Ruggie, subrayan la importancia de los modelos científicos para estudiar la política mundial.
de los "sentidos intersubjetivos" de la actividad institucional Pero otros enfoques, tales como los histórico-sociológicos fuer-
internacional.i" En su opinión, entender cómo piensa la gente temente materialistas debido al marxismo o los argumentos
246 B. Barry, S ociologis/s, Economists and Demoeracy, Londres, Macmillan, 1970, y R. 241 F. Kratochwill y J. G. Ruggie, "lnternacional Orgaruzacion: A State of rhe Art on
Gilpin, I/Va,. and Chollge in ¡/Vor/d Politics, NuevaYork, Cambridge University Press, 1981. an Art of me State", en IlIlemo/¡ollol Organizalion, 40, 1986, pág. 765,
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escribe acerca de "las estructuras institucionales particulares de condición de soberanía; la Iglesia Católica Romana, la religión
la soberanía'V" organizada. Pero a ~erencia de los modelos generales de activi-
Puede ayudar a descartar algunas de estas -problernáticas dad, las instituciones ~pecíficas tienen historias de vida únicas,
confusiones si señalamos que "institución" puede referirse a un que dependen de las decisiones de individuos particulares.
modelo general o categorización de actividad o a un arreglo particular Las tendencias generales de actividad "institucionalizada"
construido por el hombre, organizado formal o informalmente. son más heterogéneas. Algunas de estas instituciones sólo son con-
Los ejemplos de instituciones como modelos generales incluyen juntos de entidades, en los cuales cada miembro es una institu-
las "instituciones de la sociedad internacional" de Bull tanto como ción. La institución del derecho internacional de Bull, por ejemplo,
modelos de comportamiento tan variados como el matrimonio y puede verse como una entidad que incluye una variedad de insti-
la religión, el estatuto de soberanía, la diplomacia y la neutrali- tuciones codificadas en forma legal. En este sentido, todos los
dad. A veces normas tales como la de la reciprocidad, que pue- regímenes internacionales formales son parte de la ley internacio-
den aplicarse a una variedad de situaciones, son consideradas nal, como lo son los tratados y las convenciones bilaterales. De
instituciones. Cuando hablamos de modelos o categorizaciones igual forma, la institución de la religión incluye una variedad de
de actividad como instituciones, los ejemplos particulares a instituciones específicas bastante diferentes, incluida la Iglesia
menudo no se consideran tales: no hablamos del matrimonio del Católica Romana, el Islam.y el Congregacionalismo. Otros mode-
duque y la duquesa de Windsor, las negociaciones internaciona- los generales de actividad pueden verse como normas que son
les por la condición del Canal de Panamá o la neutralidad de aplicables a una amplia variedad de situaciones, tales como la
Suiza durante la Segunda Guerra Mundial como instituciones. norma de reciprocidad.i"
Lo que estos modelos generales de actividad tienen en común Es difícil trabajar analíticamente con la definición amplia
con las instituciones específicas es que ambas responden a los propia del lenguaje común de las instituciones con la cual he-
criterios de una definición amplia de las instituciones: implican mos empezado, puesto que incluye una variedad de entidades y
persistentes y vinculados conjuntos de reglas (formales o infor- actividades diferentes. En el resto de este ensayo, como conse-
males) que prescriben papeles de comportamiento, restringen la cuencia, me centraré en instituciones que pueden identificarse
actividad y configuran las expectativas. como complejos vinculados de reglas y normas, identificable s
Las instituciones específicas, tales como el Estado fran- en el espacio y el tiempo. Esta concepción del alcance de mi
cés, la Iglesia Católica Romana, el Régimen Internacional de No , empresa analítica omite de manera deliberada las instituciones
Proliferación o el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y que son meramente categorías de actividad, tanto como normas
Comercio, son entidades discretas, identificables en el espacio generales que pueden unirse a cualquiera de un conjunto de com-
y el tiempo. Las instituciones específicas pueden ser ejemplares plejos de reglas. Eso me permitirá centrarme en las instituciones
respecto de modelos generales de actividad: las Naciones Uni- especficas y en las prácticas. Como lo expliqué antes, la marca de
das ejemplifican la diplomacia multilateral; el Estado francés, la una práctica es que el comportamiento de aquellos comprometi-
251 S.D. Krasner, Sovereignty: An lnstitutional Perspectne, manuscrito, Stanford, California, dos en ella puede ser corregido por una apelación a sus propias
Center for Advanced Study in the Behavioral Sciences, 1987, pág. 11.
252 Véase el capítulo 7.
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otra forma, el comportamiento mismo es contradictorio consi- llamaba "los intereses permanentes de los Estados en poner
go. Como lo señala Oran Young: "Simplemente no tiene senti- sus relaciones normales en una base estable suministrando una
do para un jugador de ajedrez negarse a aceptar el concepto de conducta predecible y po~ de ser cumplida respecto de es-
jaque mate, para un hablante de inglés afirmar que no tiene tas re laci
aciones " .260
importancia que concuerden el sujeto y el predicado o que un La distinción de Rawls nos ayuda a entender las institu-
agente de una sociedad internacional existente desestime las ciones específicas de la política mundial, con sus reglas posibles
reglas respecto de la nacionalidad de los ciudadanos". En las de ser desafiadas, como inscritas en prácticas más fundamenta-
relaciones internacionales, el "menú de prácticas disponibles" les. Al igual que los agentes de la política mundial están restrin-
es limitado: "Un Estado 'nuevo', por ejemplo, tiene pocas op- gidos por las instituciones existentes, las instituciones lo están,
ciones, salvo unirse a los arreglos institucionales básicos del y las perspectivas de cambio institucional, restringidas por las
sistema de los Estados".2s8 prácticas que sus miembros dan por sentadas. Para cada conjun-
El concepto de práctica es especialmente aplicable a cier- to de entidades que investigamos, podemos identificar restric-
tos modelos generales de actividad, tales como la soberanía y ciones institucionalizadas en un nivel más fundamental y
la diplomacia multilateral. Sus reglas, muchas de las cuales no
perdurable. \. , . . -Ó»
están codificadas, definen lo que significa ser soberano o com- Consideremos, por ejemplo, la practica de la condición
prometerse en la diplomacia multilateral.P" Al igual que las re- de soberanía, que ha sido fundamental para la política mundial
glas del ajedrez y la gramática de la lengua inglesa, el respeto durante más de trescientos años. En su centro está el principio
por la soberanía del Estado y la diplomacia multilateral se da de soberanía: que el Estado "no está sujeto a ningún otro Es-
por sentado por parte de la mayoría de quienes participan en tado y tiene poderes plenos y exclusivos dentro de su jurisdic-
ellas. Cuando se violan prácticas fundamentales, como en la toma ción, sin prej uicio para los límites establecidos por la ley
de la embajada estadounidense de Teherán en 1979, la des- aplicable'V?' La soberanía, entonces, es un concepto legal rela-
aprobación es virtualmente universal. Esto no es sorprenden- tivamente preciso: un asunto de ley, no de hecho; de autoridad,
te, porque tales prácticas se basan en lo que Hans J. Morgenthau no de puro poder. Como concepto legal, el principio de sobera-
2ó8 Young define las instituciones en términos de prácticas: "Las instituciones nía no debería confundirse con el reclamo empírico de que un
sociales son prácticas reorganizadas de papeles fácilmente identificables, unidos a Estado dado de hecho toma sus decisiones autónomamente.
colecciones de reglas o convenciones que gobiernan las relaciones entre quienes
desempeñan estos papeles". Es una definición bastante aceptable, si bien no subraya las
La soberanía se refiere a un estatuto legal, una propiedad de
distinciones entre diferentes tipos de "instituciones" que yo quiero hacer, en O.R. las entidades organizadas en la política mundial. No implica
Young, "International Regimes: Toward a New Theory of' Instirutions", en 1170rld Politics,
que la entidad soberana posea independencia de facto, si bien
39,1986, pág. 107.
Estas prácticas han evolucionado
259 a lo largo de décadas o siglos y pueden, 260 El lenguaje de Morgenthau está admirablemente cerca del lenguaje de los
como consecuencia, considerarse en terminología de Young como órdenes espontáneas: COStos de transacción empleado por los teóricos racionalistas discutidos en la sección
"El producto de la acción de muchos hombres pero [... ] no el resultado del designio siguiente, en H.J. Morgentbau, "Positivisrn, Functionalism and International Law", en
humano". O.R. Young, "Regime Dynamics: The Rise and Fall of International Regimes", American Journal of lnternational LaIV, 34, 1940, pág. 279.
en Krasner, lnternational Regimes, op. at., pág. 98, citando a EA. Hayek, Rules and Order, vol. 1 261 Caso Il7imbledoll, Corte Permanente de Justicia Internacional, serie A, núm. 1,
de Llll; Legislation and Libeny, Chicago, Universiry of Chicago Press, 1973, pág. 37. 1923; citado en S. Hoffmann, "The Limits and Influence of Realism", op. at., págs. 172-173.
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como asunto político el hecho de que una entidad sea sobera_ Más aún, la aceptación del principio de soberanía crea p~pe-
na puede esperarse que tenga consecuencias para su poder y Su les bien definidos. Sólo los Estados soberanos o las entida-
au tonomía. 262 des tales como organizaciones inte""iliacionales creadas por los
La condición de soberanía es una práctica en el sentido de Estados pueden hacer tratados y hacerlos cumplir sobre te-
Rawls porque contiene un conjunto de reglas que la definen y que mas que están dentro de sus jurisdicciones, declarar y em-
pueden ser utilizadas para corregir el comportamiento de los Es- render guerras reconocidas por la ley internacional y unirse
tados. Estas reglas son fundamentales para la conducción de las ~ las organizaciones internacionales que son parte del Siste-
relaciones internacionales modernas. La jurisdicción extraterrito_ ma de Naciones Unidas.
rial de las embajadas es una regla central de ese tipo, implicada Las definiciones no son interesantes en sí mismas, pero
por la concepción moderna de la soberanía; la inmunidad para el pueden ser más o menos claras y llegar a la identificación de
procesamiento penal ordinario para los diplomáticos acreditados problemas más o menos tratables. He empeza~o con una defi-
es un corolario de este principio. De manera más general, como lo nición amplia de las instituciones como conjuntos de reglas
ha planteado Martin Wight, la norma de reciprocidad está implíci- persistentes y conectadas que prescriben papeles de com~or-
ta en la de soberanía, y el respeto por la reciprocidad es, como tamiento, restringen la actividad y configuran las expectatIvas.
consecuencia, parte de la práctica de la condición de soberanía: He centrado mi atención, sin embargo, en instituciones y prác-
"Sería imposible tener una sociedad de Estados soberanos a me- ticas específicas. Las instituciones específicas pueden definir-
nos que cada Estado, mientras reclama la soberanía para sí, reco- se en primera instancia en términos de reglas, pero debemos
nozca que todos los demás Estados tienen el derecho de reclamar reconocer que las instituciones específicas están inscritas en
y disfrutar de su propia soberanía por igual. Esta reciprocidad era prácticas. En la política mundial moderna, la pr~ctica ~ás im-
propia del concepto occidental de soberanía".263 portante es la de la soberanía. Para entender las lnSt1tUCl~nes y
Tratar la condición de soberanía como una práctica no el cambio institucional en la política mundial, es necesario en-
implica que el proceso de reconocimiento de entidades como tender no sólo cómo se ve afectada su evolución por la prácti-
soberanas sea automático: por el contrario, los Estados si- ca de la soberanía.
guen la conveniencia política tanto como la ley al decidir qué
entidades consideran soberanas. Pero una vez que una enti-
dad ha sido aceptada en general por los Estados como sobe- EL ESTUDIORACIO i\llSTA DE US INSTITUCIO ES INTE ACIO ALES
rana, ciertos derechos y responsabilidades quedan implícitos.
262 C.H. Mcilwain, Constitutionalis»: and tbe Chal1gil1g Il7'orld, Nueva York, Macmillan La investigación racional de las instituciones internacionales
y Cambridge Universiry Press, 1939. Véase también, de manera especial, 1\. James, Sovereigll
se centra casi totalmente en instituciones específicas. Subraya
Sratebood, Londres, Allen and Unwin, 1986. Waltz confunde este tema afirmando que
"decir que un Estado es soberano significa que decide por sí mismo cómo afrontará sus los regímenes internacionales y las organizaci~nes i~ter~.a-
problemas internos y externos, incluido el buscar o no asistencia de otros y, al hacerlo, cionales formales. Puesto que este programa de investrgacron
limitar su libertad comprometiéndose con ellos", en K. . Waltz, Theory of International
está enraizado en la teoría del intercambio, supone la escasez
Politics, Reading, tass., Addison Wesley, 1976, pág. 96.
263 M. Wight, Sys/ems of Sta/es, Leicester, Leicesrer Universiry Press, 1977, pág. 135. y la competencia tanto como la racionalidad por parte de los
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las posiciones de poder relativo de sus miembros concretos y internacionales específicas deberían estar en relación con la pro-
potenciales, que restringen el espacio de negociación factible y porción de beneficios anticipados de~de .el i~tercambio a ~os co~-
afectan los costos de transacción.P" tos de transacción de establecer las msutucrones necesanas para
Estos argumentos sobre los costos de transacción han sido facilitar la negociación, el control y el cumplimiento de l~s costos
aplicados en términos cualitativos a las relaciones internaciona- de acuerdos que especifican los términos del intercambIo. Tam-
les. Como lo anticipa la teoría, los regimenes internacionales efi- bién predice que, en ausencia de beneficios anticipados de .los
cientes incluyen acuerdos para compartir información y para acuerdos, las instituciones específicas no se crearán y que las inS-
controlar el cumplimiento, según patrones establecidos por el tituciones más específicas de la política mundial de hecho desem-
régimen, y se adaptan a los cambios de capacidades de sus miem- peñarán la función de reducir los costos de transac.ción: ~uesto
bros.267 Más aún, el acceso a reglas de diferentes regímenes inter- que la teoría reconoce la significaci~n de los costos implícitos en
nacionales afecta el éxito de los gobiernos en las áreas temáticas la perpetuación de instituciones existentes y puesto qu~ sus de-
vinculadas.P" Como modelo descriptivo general, por consiguien- fensores reconocen que los procesos organizativos modifican los
te, este enfoque parece funcionar bastante bien; los regímenes puros dictados de la racionalid~d,z69 sus predicciones acerca de la
internacionales funcionan como esperamos que lo hagan. desaparición de las institucione~ específicas son menos claras.
Sin embargo, la teoría racionalista no ha sido utilizada para La teoría racionalista también podría ayudarnos a desarro-
explicar por qué existen las instituciones internacionales en al- llar una teoría del cumplimiento o no cumplimiento de los corn-
gunas áreas temáticas más que en otras. Tampoco ha sido em- promisos.f" Para que los regímene.s inter~acionales sean eficaces,
pleada sistemáticamente para dar cuenta de la creación o sus mandatos deben ser obedeCIdos; sin embargo, la sobera-
desaparición de tales instituciones. Sin embargo, la teoría impli- nia impide el cumplimiento jerárquico. La bibliog~a~ía sobre teoría
ca hipótesis acerca de estas cuestiones, mismas que podrían so- de juegos sugiere que la reputación puede sumirustrar ~n fuer-
meterse a un examen sistemático, inclusive cuantitativo. Por te incentivo para el cumplimiento.271 Pero no sabemos cuan fuerte
ejemplo, esta teoría predice que la incidencia de las instituciones es la base de reputación para hacer cumplir los acuerd.os en la
política mundial, puesto que no hemos hecho el necesa~lO traba-
266 Tanto la afirmación de que la hegemonía es necesaria para la cooperación jo empírico. Lo que Oliver Williamson lla~a "o~orturusmo" es
institucionalizada como el enfoque menos extremo de que la hegemonía facilita la
cooperación, pueden interpretarse dentro de este marco como declaraciones de que los costOS
todavía posible: las reputaciones pueden dIferenClarse entre mo-
de transacción son más bajos cuando un país hegemónico existe que cuando los recursos de delos y las violaciones de acuerdos a menu~o pu~den oculta~se.
poder están más fragmentados.
Históricamente no es del todo claro en que medida los gobIer-
267 J.A. Finlayson y M.W Zacher, "The GATT and the Regulati~n of Trade Barriers:
Regime Dynamics and Functions", en Krasner, InlemalionalRegimeJ.op.cil. págs. 273-315; nos que reniegan de sus compromisos de hecho son castigados
Keohane, After Hegemony, op. at., cap. 10, V K. Aggar-wal, Liberal Protectionism: The Intemational por tales acciones. Por cierto, los gobiernos que han defraudado
Politics of Orgollized Textile Trade, Berkeley, University of California Press, 1985; Lipson,
"Bankers Dilemmas: Prívate Cooperation in Rescheduling Sovereign Debts", en K. Oye 269 R.O. Keohane, After [-Iegemony, op.at, cap. 7. .
(ed.), Coopera/ion IIlIderAllarehy, op. cit., págs. 200-225, Y S. Haggard y B.A. Sirnrnons, "Theories 270 Para una explotación pionera de estos temas véase O.R. Young, Compltallee and
of Internacional Regimes", en Tntema/iollaIOrgmlization, 41, 1987, págs. 491-517. Pub/ie Autbority, Washington, Resources for the Future, 1979. . "
271 O Kr R Wilson "Repuration and Imperfect Informauon , en [ourna! of
268 S.D. Krasner, S/rnc/1/ral Conflic/: The Third Il70rld agains/ Global Ubera/ism, Berkeley, . eps y. ,
University of California Press, 1985, pág. 123. Economic Tbeory, 27, 1982, págs. 253 279.
252 253
COLECCIÓN ESTUDIOS INTERNACIONALES CIDE
ENSAYOS ESCOGIDOS DE ROBERT o. KEOHANE
. . . d los modelos forma-
en relación con sus deudas, aparentemente no han sido castiga_ . Esto slgrufica que las concluslOnes e
Ita
cr . ., 1 dependientes de los
dos mediante tasas de interés más altas en los periodos subsi_ es de cooperaclOn a menudo son a tamente. .'
guientes a causa de su incumplimiento.F'' 1 puestos con los cuales empiezan las mvesogaclOneS, que
La teoría racionalista a menudo puede ayudamos a enten_
~w e enden del contexto. Por cierto, una -:ez que enten em?s e
d 1
der la dirección del cambio en la política mundial, en especial si d p t es posible modelar las esuaregras usadas por los Juga-
contex o, .' ilibri 276 L bi-
no es precisa en cuanto a su alcance o la forma que adopta. Par d es para crear institUCIones que índucen el eqw no. a ~
ejemplo, hay buenos motivos para creer que una diseminación de líe rafía sobre política burocrática y teoría de la dependenCIa
b og .. 1""
poder desde un Estado hegemónico, que patrocinó regimenes inter- lica todavía más las cosas sugmendo que e agente orga-
comp ,'fj " ". _
nacionales existentes, creara presiones en tales regimenes y debili- . rivo no necesariamente actuara como lo especi ica su m
Olza . 277 A '
tara sus reglas, aun cuando es dudoso que la hegemonía sea necesaria , . la gente dentro de ella tiene intereses dlferentes. si,
reres, Sl , . ali h
o suficiente como condición para el mantenimiento de un modelo . 1 so en sus propios términos, la teona racion sta parece a-
lOC u . .' d 11
de orden en las relaciones internacionales.i" Es decir, si podemos ber abierto el tema de qué tipos de msotuC1~nes se esarro a-
especificar las características de una situación institucional dada, la , a beneficio de quién y cuán eficaces seran.
ran, . d 1
teoría racionalista puede ayudamos a anticipar el camino que toma- Como consecuencia, dentr9 de los confines e pro~rama
rá el cambio. Como lo señala Alexander Wendt, la teoría racionalis- de investigación racionalista, no fS probable que la te~~l~ for-
ta tiene "utilidad probada para generar reflexiones sobre la mal sola ofrezca respuestas a nuestros enigmas de analisls: L~
emergencia y la reproducción de instituciones sociales como conse- teoría racionalista es buena para plantear preguntas y sugenr lí-
278
cuencias no queridas de interacciones estratégicas'V" neas de investigación, pero no nos ofrece respuestas. Los usos
Sin embargo, aun en sus propios términos, la teoría racio- creativos de la simulació~ como en el trabajo de Robert A~el-
nalista enfrenta ciertas limitaciones propias. El llamado Teore- d 279 son útiles pero sobre todo necesitamos más investiga-
ro " . ., d í
ma de Folk de la teoría de juegos establece que para una clase de ción empírica, guiada por la teoría. Tal inVest1g~clOn po r a
juegos que incluyen el Dilema del Prisionero 2 x 2 repetido hay empezar a delinear las condiciones específic~s baJO las cua~es
muchos equilibrios factibles por encima del punto máximo de tiene lugar la cooperación. Debería buscar delinea.r .modelos in-
ambos jugadores.i" No podemos predecir cuál emergerá sin sa- teresantes, flujos de información y barreras, y anncipar las rela-
ber más acerca de la estructura de una situación, es decir, acerca 276 K Shepsle, "Institutional Equilibrillm and Equilibriurn Institutions':, en ¡-l.E
del contexto institucional previo en el cual la situación está ins- Weisberg (ed.) Political Science: The Science of Politics, New York, Agathon Press, 1986, pags. 51- 81 ,
, . ." A can [ourna / o1
277 T.M. Moe, "The New Economics of OrgaOlzatlon ,en me" " '
272 B. Eichengreen, Ti/I Debt Do Us Part: The U.S. Capital Market and Foreign Lending, Political Science, 28, 1984, págs. 739-777, Y K.J Arrow, "The Economics of Agency , en, W.
Pratt y R.J. Zeckhauser (eds.), Principals and Agen«: Tbe Structnre o/ Business, Bosron, Harvard
1920 1955, Cuaderno de Trabajo núm. 2394 (octubre), NBER, Cambridge, 1987, y P.H.
Lindert y P.J. Morton, Hoiu Sovereign Debt Has 1170rked, Davis Institute of Governmental Business School Press, págs. 37-51. .'
278 La indeterminación teórica de la teoría racionalista sugiere que en :as relaclOnes
Affairs, Programa de Investigación en Macroeconomía Aplicada y Maero política, Cuaderno
. . les como en la economía de las instituciones, "la teoría ahora esta aventaJando
de Trabajo núm. 45, University of California, 1987. mternaciona , CO M h "TI e Economlcs
273 R.O. Keohane, Afler ... , op. cit. a la investigación empírica en una medida excesiva", en R. . . att ews, . 1
'.' d the Sources of Growth", en Economic [oumal, 96,1986, pago 917 ..
274 A.E. Wendt, "The Agent Structure Problem in International RelationsTheory", o f 1nsntuuons an . . R A' I d "A Evolutlonary
279 R. Axelrod, Tbe Evolution of Cooperation, op. CIt., Y . xe ~o, n
en Internatianal Org,anization, 41, 1987, pág. 368.
h rms" en American Political Science Review, 80, 1986, pags. 1095-1111.
275 D.M. Kreps, Corporate Culture and Economic Theory, op. cit., pág. 16. A pproac to No ,
254 255
I
ciones de largo plazo con el fin de entender más específicam-j-, antemano,z82 Desde una perspectiva tecnológica, la depe~den-
te bajo qué condiciones la cooperación tendrá o no lugar. Brent cia de la ruta se produce en condiciones de réditos creCle~tes
Sutton y Mark Zacher han ilustrado el valor de tal investigación más que decrecientes, surgiendo, por ejemplo, de ext~rnalida-
en su reciente análisis del régimen internacional de la industria des positivas que le den a las redes establecidas ventajas sobre
naviera de carga.280 Exploran en profundidad seis áreas temáti- sus competidores, de efectos del aprendizaje y de la .conver-
cas dentro de la industria, sobre la base de una hipótesis de que encia de expectativas alrededor de un patrón estableCldo. Los
gejemplos incluyen el desarrollo de un tabl~ro. d e maqUlna " d
e
la cooperación sería mayor donde las imperfecciones de merca-
do son constantes y, por consiguiente, las posibilidades de ga- escribir, la competencia entre diferentes maqumas de ferroca-
nancias de bienestar resultan globales. Por desgracia, hasta ahora rril o entre Betamax y VHS en las video grabadoras y entre los
ha habido relativamente pocos trabajos de este tipo, pero tengo automóviles con propulsión a gasolina o a vapor. Considerada
esperanzas de que veamos más durante los próximos años.281 desde una perspectiva más estrictamente instituci~nal, l~ .de-
La teoría racionalista también necesita extender su visión pendencia del rumbo puede ser el resulta~~, de. la llln:~vlli.z,a-
hacia atrás en la historia. Hacerlo de forma sofisticada entraña ción. Arthur Stinchcombe283 jeñala que S1 la inmovilización
apartarse de los modelos de equilibrio subrayados por la teoría hace más barato un modelo 7e acción tradicio~al, y si los nue-
económica neo clásica. Exige hacer contorsiones intelectuales, vos modelos no son lo suficientemente beneficlosos como para
considerar la evolución de las instituciones a lo largo del tiempo justificar deshacerse del recurso, la inmovilización tiende a pre-
como el producto de una lógica del equilibrio determinista en la servar el modelo de acción de un año al otro".
cual la adaptación racional al entorno desempeña el papel clave. Sin duda el GA TI, el Fondo Monetario Internacional y las
El desarrollo institucional se ve afectado por los líderes particu- Naciones Unidas no sob eficaces en grado óptimo y no se inven-
lares y por choques exógenos: acontecimientos fortuitos desde tarían en su forma actual hoy en día, pero persisten. En algunos
la perspectiva de la teoría sistérnica. Las teorías de "dependen- casos, éste puede ser un asunto de inmovilización que hace ra-
cia de la ruta" en la economía demuestran que bajo condiciones cional seguir comprometido con una vieja institución. A veces
específicas, las variaciones azarosas acumuladas pueden llevar a los beneficios crecientes apuntados por los teóricos de la "de-
una institución a un estado que podría haber sido predicho de pendencia de ruta" pueden dar cuenta de esta persistencia. O
las consideraciones de poder y condición pueden ser más impor-
280 B.A. Sutton y lvI.W Zacher, Tbe Ca!cu!us and Conditions of lnternational Collaboration: tantes que las funciones desempeñadas por las instituciones. E~
Evoiuuon 01 tbe International Shipping Regime, Documento preparado para la reunión anual
política, donde los innovadores institucionales pueden ser casn-
de la American Political Science Association, Chicago, 1987.
281 Algunos trabajos de sociólogos, aunque no aplicados a las relaciones interna-
cionales, parecen importantes aquí puesto que se centran en el papel desempeñado por 282 P.A. David, "Clio and the Economics of QWERTY", en American ECOllomic
las redes profesionales y personales para facilitar la cooperación social. Véase R. Dore, . P di 75 1985 pa'gs 332-337' WB Arthur y.l\1. Ermoliev e Ylvl, Kaniovski,
R evzew rocee mgs" ). J' • ,
"Goodwill and the Spirit of lvIarket Capitalism", en Britisb [ournal of Sociolog¡, 34, 1983, "Path Dependent Processes and the Emergence of lvIacr~-Structure", en E/lrop~all [ournal
págs. 459-482; M, Granovetter, "Econornic Action and Social Structure: The Problem of of Operat¡ollal Research, 30, 1987, págs. 294-303; véase tamblen J. l\1ar~h y J. Olson, The New
Embeddedness", en American [ournal of Soaalogy, 91, 1985, págs. 481-510, y W.W. Powell, Instirutionalism: Organizarional Factors in Polirical Life", op. CIt. pago 745.
283 Arrhur Stinchcombe, Constructing Social Tbeories, Nueva York, Harcourt, Brace
"Hybrid Organizarional Arrangements: New Form or Transitional Development?", en
California Management RClJinv, 30, 1987, págs. 67-87. and World, 1968, págs. 120-121.
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ENSAYOS ESCOGIDOS DE ROBERT o. KEOHANE COLECCIÓN ESTUDIOS INTERNACIONALES CIDE
gados, las instituciones existentes suelen tener una ventaja adi_ acuerdos institucionales. Este aspecto puede ponerse en
cional. Inclusive en el Congreso "es riesgoso intentar cambiar los
1 lenguaje de la teoría raciona l'ista: las
. as iinsutuciones
. . que son
arreglos institucionales de forma adversa a los intereses de quie- eoherentes con las prácticas cultural mente aceptadas tal vez
nes están actualmente en el poder".284 En última instancia, las e trañen costos de transacción más bajos que aquellos que
~ f' ..
teorías de la dependencia de ruta demuestran una vez más que entran en conflicto con tales prácticas. Pero tal a irrnacron
la historia no sólo importa, sino que la investigación histórica es . plemente exige que se formule la pregunta sobre el lugar
~m . fl'
coherente con el programa de investigación racionalista. de donde vienen las prácticas, o las preferencias que r~ eJa.n,
en primer lugar. La forma más ambiciosa de la teoría r.aclOnalis-
qUe toma las preferencias fundamentales como uruformes y
~ '1
ENFOQUES REFLEXNOS
eo nstantes , se ve contradicha por la variación cultural SI as pre-.
ferencias se operacionalizan significativamente. La forma mas
Los especialistas imbuidos de una perspectiva sociológica acer- modesta de esta teoría, que trata a las variaciones en las prefe-
ca de las instituciones subrayan que éstas a menudo no se crean rencias como exógenas, elude así la búsqueda de su explicación.
conscientemente por parte de los seres humanos, sino que más Problemas similares surgen(con l~s explicaciones. de ca~-
bien emergen lentamente de un proceso menos deliberado y que, bios en las instituciones a lo larg~ del tiempo. Las teonas raC10-
con frecuencia, la gente afectada por ellas no tiene conciencia nalistas de las instituciones específicas pueden aplicarse
de las mismas. En este enfoque, el presupuesto de optimización históricamente, como lo hemos visto. Cada conjunto de institu-
de la utilidad no nos dice demasiado acerca de los orígenes de ciones que ha de explicarse se considera dentro de un ~ontexto
las instituciones y tampoco nos lleva demasiado lejos en la com- tanto institucional como material: las instituciones prev1as crean
prensión de las variaciones en los arreglos institucionales en cul- incentivos y restricciones que afectan la emergencia o la ~volu-
turas y sistemas políticos diferentes. Ronald Dore, por ejemplo, ción de las ulteriores. Así, el cambio se explica por cambios en
sugiere que el intento de Oliver Williamson por construir "gene- los costos de oportunidad en el margen, como resultado de cam-
ralizaciones intemporales" quizá "simplemente refleje la tenden- bios ambientales.
cia de los economistas estadounidenses a escribir como si todo Semejante enfoque ha sido altamente revelador, como lo
el mundo fuera Estados Unidos. O quizá [Williamson] no tenga demuestra la bibliografía sobre cambio institucional en la eco-
demasiadas pruebas acerca de Estados Unidos tampoco y sim- nornia.f" Sin embargo, estas teorías racionalistas de las institu-
plemente suponga que el 'hombre' es alguien empeñado en lle- ciones específicas tienen que ponerse en contexto ~ntes de .que
var al máximo los beneficios, que tiene cabeza dura, es corto de sean empíricamente útiles, es decir, tienen que ser introducidas
miras, y que sospecha de todo aquel con quien trata".285 en un marco previo de instituciones y prácticas. Sólo con este
Los valores, las normas y las prácticas varían en las di- conocimiento previo de la situación en un punto del tiempo .para
ferentes culturas y tales variaciones afectarán la eficacia de guiamos, podemos usar esta teoría eficazmente para meJor~r
nuestro conocimiento de lo que probablemente ocurra a conn-
284 K. Shepsle, "Institutional Equilibrium and Equilibrium Institutions", op. at., pág. 69.
285 R. Dore, "Goodwill and the Spirit of Market Capitalism", op. at., pág. 469. 286 o.c. North, SIn/elltre and Change in Economic History, op. cit.
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ENSAYOS ESCOGIDOS DE ROBERT o. KEOHANE COLECCIÓN ESTUDIOS 1 TERNACIONALES CIDE
nuación. Entonces podemos abrirnos camino a través de los di- de las ambiciones de algunos de sus .ent~~iastas, tie~e pocas pers-
versos niveles de análisis, explicando el comportamiento de los pectivas de converti~se en u.na explicación deductiva abarcadora
agentes en referencia a las restricciones y las oportunidades ins; d las instituciones mternaClonales.
titucionales, explicando instituciones específicas en referencia a e Muy al margen de esta limitación, los escritore~ que .he
instituciones previas, explicando dichas instituciones en refe_ . t do de "reflexivos" han subrayado que las teonas racio-
euque a .' " do
rencia a prácticas fundamentales. Hasta cierto punto, la teoría alistas de las instituciones no contienen una dmamlCa en ogena.
racionalista puede seguir su análisis hacia atrás en el tiempo, y ~ reflexión individual y social que lleva a cambios en las prefe-
sólo puede ganar volviéndose más sensible históricamente. Pero r:ncias o en los puntos de vista de la causalidad -lo qu~ Ha-
como Field287 lo señaló y como North/'" lo ha reconocido en el Alker llama historicidad 291Y lo que Ernst Haas discute
yvvard .
campo de la historia económica, en algún punto uno debe inser- baoO la rúbrica de }aprendiZf1je - 292se ignora. Es decir, se supone
tar el análisis en instituciones que no se consideran plausible- qJe las prr~~s son fijas. Pero este ~~esupuesto de prefer~n-
mente el producto del cálculo humano y la negociación. Y en cias fijas parece impedir la comprenslOn de a~gunos cambios
última instancia, el análisis tiene que enfrentarse con las estruc- importantes en las instituciones humanas. Por eJem~lo, como lo
turas de interacción social que "constituyen o le dan poder a señala Douglas North: "La Mes~parición.de la esclavltud, uno d.~
esos agentes ante todo".289 los jalones de la historia de la libertad, simplemente no es exp~
Las instituciones internacionales no se crean de novo más cable en un modelo de grupo de interés".293 Tampoco, e~ Opl-
que las instituciones económicas. Por el contrario, emergen de pre- nión de Robert Cox, es explicable la hegemonía e~ta~ou~ldense
vios contextos institucionalizados y el más importante de todos no simplemente en términos de poder: por el contrano, lmpli~~ una
puede ser explicado como si fuera un contrato entre individuos "conjunción coherente o adecuación entre una c?nfiguraclon de
racionales que llevan al máximo alguna función de utilidad. Estas poder material, una imagen colectiva prev~leclente ~el .ord~n
prácticas fundamentales parecen reflejar combinaciones históri- mundial (incluidas ciertas normas) Y un .conJunto .de 1.nsUtucl~-
camente distintivas de circunstancias materiales, modelos sociales nes que administran el orden con una Cierta apanenCla de uní-
de pensamiento e iniciativa individual, combinaciones que reflejan versa lid a d" .294 . . ,
"coyunturas" más que resultados dererministasé" y que ellos mis- Desde esta perspectiva, las teorías raClonalis~a~ solo .pare-
mos están configurados a lo largo del tiempo por procesos depen- cen tratar con una dimensión de una realidad mulu~menslOnal:
dientes de la ruta histórica. La teoría racionalista puede ayudar a son incompletas puesto que ignoran cambios ,que uene~ lugar
iluminar estas prácticas, pero no puede sostenerse sola. A pesar en la conciencia. No nos permiten entender como cambian los
287 A.J. Field, "The Problem with eoclassical Institutional Economics: A Critique 291 H.R. Alker, Tbe Presumplioll oJ .Anarcby in I170rldPolilies, M.I.T., lilas s., Department
with Special Reference tO the North/Thomas model of pre1500 Europe", en Explorations of Political Science, 1986. ." nuscrito
in Economic History, 18, 1981, págs. 174-198. 292 E.B. Haas, Adaplalioll and Learniug in 11IIernal101Ial Orgal/lzalw/lS, ma ,
288 De. North, Sll1Ielure and Cbonge ... , op. at. Berkele , Institute of International Srudies, 1987. .' ."
289 \XIendt, "The Agent Structure Problem in International Relations Theory", op. y 293 D C North IlIs#IU#OIlSand Economic Growlh: AII Historica! Jnlroduclzoll, op. at., pago 12.
. . , d VI Id O d . Beyond International
at., pág. 369. 294 R \XI Cox "Social Forces, Srates an ''V O! r ers. .
.. , C .. N Y k Columbia
290 A.o. Hirschman, "The Search for Paradigms as a Hindrance tO Understanding", · Th "en R O IZeohane (ed.) Neorealism and lis nttcs, ueva or,
R e lattons eory) .. ,
en Worid Poli/ies, 22(3), 1970, págs. 329-343. University Press, pág. 223.
260 261
ENSAYOS ESCOGIDOS DE ROBERT o. KEOHANE
COLECCIÓN ESTIJDlOS INTERNAC10NALES CID E
intereses en cuanto resultado de cambios en los sistemas de
creencias. Oscurecen más que iluminan las fuentes de las prefe_ oía es de significación más importante, puesto que define la n~-
rencias políticas de los Estados. El resultado, según Richard raleza misma de los agentes en la política mundial. Ruggie
tU . . .,,,
Ashley, ha sido un enfoque fundamentalmente ahistórico de la conceptualiza la soberanía como. una "form~ ~e Iegitirnación
política mundial, que ha reivindicado los acuerdos políticos con. ue "diferencia unidades en términos de dominios mutuamente
temporáneos negando la "historia como proceso" y la "significa_ ;xcluyentes desde el punto de vista jurídico y m~ralmen~e au-
ción histórica de la práctica".295 toimplicados. Al igual que los derechos de pro~ledad pnvada,
Algunos analistas del campo reflexivo han buscado corre- divide el espacio en términos de derechos exclu~lvOS y esta~lec~
gir esta falta de atención en la historicidad y el aprendizaje. Al modelos de relación social entre los "individualistas posesIvos
analizar el Dilema del Prisionero, Alker296 subraya no sólo la es- resultantes, cuyo carácter como agentes está fundamentalmente
tructura de matrices de beneficio sino los modelos secuenciales configurado p;ftía soberanía misma.i" .,
El análisis crítico de la soberanía llama nuestra atencion
de aprendizaje que tienen lugar entre agentes a lo largo de una
secuencia de juegos. y Ruggie297 ha aducido que sólo entendien- una vez r/ás hacia la significació.~ de prác~cas. tal~s como la
do cómo piensan los individuos acerca de su mundo podemos soberanía ~ara nuestra comprenslOn de las inStltuclO~es .espe-
comprender los cambios en la forma en la cual se organiza el cíficas de la política muhdial. Los regímenes _monetanos inter-
mundo -por ejemplo, el cambio desde la politica internacional nacionales o de no p¡oliferación de los anos ochenta, por
medieval a la moderna-o Modelos socialmente influidos de apren- ejemplo, pueden entenderse sólo contra el trasfond~ d~ las res-
dizaje son cruciales, como también lo han subrayado Karl Deuts- tricciones y oportunidades suministradas por la practlca de la
ch y Ernst Haas, los maestros, respectivamente, de Alker y condición de soberanía. Se nos recuerda nuevamente la natu-
Ruggie. raleza parcial de la teoría racionalista y l~ necesi.da~ de ~onerla
en contexto si queremos derivar reflexiones slgruficatlvas de
Los críticos reflexivos del programa de investigación ra-
cionalista han subrayado las inadecuaciones del racionalismo para sus técnicas analíticas.
analizar la práctica fundamental de la condición de soberanía Las críticas a la teoría racionalista, tanto desde dentro del
que ha sido instituida, no ya por acuerdo sino como resultado de marco de sus presupuestos como fuera de ellos, son amplias y
la elaboración a lo largo del tiempo del principio de soberanía y significativas. El presupuesto del equilibrio a ~enud~ es enga-
la práctica de la condición de soberanía como dada. Por cierto, ñoso y puede llevar a un análisis mecánico o di.storslonado. La
según algunos críticos del pensamiento racionalista, la sobera- teoría racionalista da mejor cuenta de los cambios en la fuerza
de las instituciones que en los valores que sirven para promo-
295 R.l<. Ashley, "The Poverrv of Neorealism", en R. o. Keohane. [bid. pág. 290;
Alker, The Presumption of Anmdv, in l!?"orldPolitics, op. cit., Y F. Kratoch-wil, "Of Systerns, cionar. Las variaciones culturales crean anomalías para la teo:~a.
Boundaries and Territoriality: An Inquiry into the Formation of the State System", en No toma en cuenta el efecto de los procesos sociales de reflexión
l!?"orldPolitics, 39, 1986, págs. 27-52.
o aprendizaje en las preferencias de los individuo~ o e~ las orga-
296 [-I.R. Alker, From Quantity to Quality: A Neu. Research Program on Resolving Sequential
Pnsoners Dilemmas, op. cit. nizaciones que dirigen. Finalmente, la teoría raclona~s,ta ha te-
297 J.G. Ruggie, "Continuity and Transformation in the World Polity: Toward a nido poco que decir acerca de los orígenes y evolución de las
Neorealist Synthesis", en R. Keohane, Neorealism and its ... , op. cit.
298 Ibid., págs. 144-147.
262
263
ENSAYOS ESCOGlDOS DE ROBERT o. KEOI-IANE COLECCIÓN ESTUDIOS 1 TERNAClONALES CIDE
prácticas y a menudo ha desestimado el efecto de prácticas t 1 a de los motivos de la persistencia, el cambio y el cum-
• llCerc . d
como la soberanía en las instituciones específicas que estudi: ~~ SlS . to no puede ser rápidamente desestima o.
Sin embargo, los críticos de ninguna manera han dernoli~ PliJl11enpor , cierto, la mayor debilidad de la escu,e~a re El.eX1vano
.
el programa de investigación racionalista sobre las institucione o id las deficiencias de sus argumentos críticos sino en la
. 1 eW . d'
aunque al tomar en serio su planteamiento exige que dudern~' reSta de un claro programa de inves~~ación re~eX1va que pu ~e-
de la legitimidad de la hegemonía intelectual del racionalisrn s fal lear los estudiosos de la política mundial. El neorrealis-
o. flln emp . .' , 11 ismo
Así, demostrar que la teoría racionalista no puede dar cuenta de o waltziano sí tiene un programa de mveStigaClon ta; o m
los cambios en las preferencias porque ha omitido importantes ~. stitucionalismo neoliberal, que se ha centrado en la evolu-
factores explicativos potenciales es importante, pero no devas_ e. !n el efecto d~ los regímenes internacionales. Hasta que los
~y I .' g~
tador, porque ninguna teoría de las ciencias sociales es cornpl-, 'alist~sre exivos y otros que simpancen con sus ar u
espec 1 . ., d d
ta. Limitar las variables consideradas por una teoría puede tos hayan ineado tal programa de ~nVeStigaClon y . emostra o
aumentar tanto su contenido explicativo como su capacidad de en estudios particulares que pueden ilum~ar temas Importantes
concentrar la mente especializada. Por cierto, el programa racio- de la política mundial, seguirán en los margenes del ca~po, en
nalista es heurísticamente tan poderoso justo porque no acepta medida invisibles a la preponderancia de inveStigadores
gran . líci
fácilmente descripciones basadas en observaciones post hoc de empíricos, la mayoría de los cuales ~xplícit~ o I~p 1cItam~nt.e
valores o ideología: considerar los Estados como agentes racio- acepta una u otra versir de las premIsas raClo~alistas. T~l m~l-
nales con funciones de utilidad especificadas fuerza al analista a sibilidad sería una pe~, puesto que la perspectiva reflexiva tie-
mirar debajo de la superficie los intereses que suministran in- ne mucho para contribuir.
centivos para comportarse de formas aparentemente anómalas. Tal como están formulados hasta ahora, tanto el enfoque
En muy poco tiempo, la investigación estimulada por la teoría racionalista como el que hemos llamado reflexivo compa~:en un
racionalista ha planteado nuevas preguntas y propuesto nuevas punto ciego en común: ninguno le ~resta s~ficiente atencIon.a l~
hipótesis acerca de por qué los gobiernos crean regímenes inter- política interna. Es demasiado ObVlO que esta se halla desc~!da
nacionales y se unen a ellos, y las condiciones bajo las cuales da por gran parte del análisis estratégico basado en la t.eona de
estas instituciones se desarrollan o decaen. Un programa de in- los juegos y por las explicaciones estructurales del c~mb~o de los
vestigación con semejante récord de logros y un considerable , . . 1 S' ba go esta defiClenCla no es
regImenes internaciona es. m em r. ' . .
conjunto de interesantes pero todavía no comprobadas hipóte- propia de la naturaleza del análisis r~cl.onalista: es bastan~e POSI-
ble usar la teoría de los juegos heunsticamente para ana~zar los
'" Esto no significa. sin embargo, que la teoría racionalista sea incapaz de contri-
buir a nuestra comprensión de la evolución de las prácticas. Como aduce \X/endt, "no hay "juegos de dos niveles" que unen la política interna y la mtern:-
una razón a priori por la cual no podamos extender la lógica del análisis [racionalista] al cional, como lo ha hecho Robert Putnam.300 Un ~vel de l~ teor~a
análisis de estructuras generativas", en \'(lendt, "The Agent Structure Problem in Internacional
RelationsTheory", op. at., pág. 368. En notas al autor, Barry Weingast ha ilustrado este
reflexiva cuestiona, en su discusión de la soberama, la eX1st.encIa
punto delineando un argumento funcional sobre el costo de transacción para la existen- de una frontera clara entre la política interna y la internacional-
cia de la soberanía, como un conjunto de convenciones relativamente no ambiguas,
conocidas por todos los jugadores y no revisables ex post, que facilitan la coordinación y la 300 Robert Putnam, "Diplomacy and Domestic Politics: The Logic of Two Level
señalización. Games", en [nternational Organiza/ion, 42, 1988, págs. 427-460.
264 265
ENSAYOS ESCOGIDOS DE ROBERT o. KEOI-lANE
COLECCIÓN ESTUDIOS INTERNACIONALES CIDE
Pero en otro nivel critica la reivindicación del Estado en la teo_
ría neorrealista y en la práctica contemporánea y debería, COtno .¡de facilitar la cooperación y sin cooperación internacional
~ o que las perspectivas de nuestra especle... senan sin ddu a
consecuencia, ser llevada a un análisis de cómo ha tenido lugar cre .
históricamente dicha reivindicación y cómo se reproduce dentro -nuy pobres. La cooperación n? siem.pr~ e~ be.mgna, per.o
de los confines de la dicotomía interno-internacional. Un análi_ . cooperación estaríamos perdidos. Sin msntuciones habría
stn f .
sis tal podría llevar a una reconsideración fructífera de los catn_ poca cooperación. Y sin un conocimie~to de ~ómo uncionan
bios de preferencias que emergen de interacciones complejas las instituciones -y que las hace funcionar b1en.- -. es proba-
entre el funcionamiento de instituciones internacionales y los ble que fueran menos y peores instituciones que S1dicho cono-
procesos de la política interna. Tanto la "segunda imagen" de cimiento fue)a generalizado. .
Kenneth Waltz -el efecto de la política interna en las relacio- Un de afío importante para los estudiosos de las ~ela~lO-
nes internacionales- como la "segunda imagen revertida" de es inte~n cionales es obtener tal conocimiento de las institu-
n ..
Peter Gourevitch deben ser tenidas en cuenta, en sus diversos ciones,a avés de la teoría y la aplicación de la teoría a la practlca,
sentidos, por los racionalistas y los reflexivos en sus enfoques.301 pero especialmente mediante la inv~stiga~ión ~mpírica. Es p~~-
bable que ni la teoría puramente racionalista ru pur~~ente cnu-
ca suministren tal conocimiento. Deberíamos exigirles a ~os
CONCLUSIÓN defensores tanto de la teoría racionalista como de la reflex~va
que creen progpámas de investigación gen~inos; no :fi~ma~lO-
Creo que las instituciones internacionales merecen estudiarse nes dogmáticas de superioridad episternológica u ontol?glCa, smo
formas de descubrir nuevos hechos y de desarrollar lnterpreta-
porque son generalizadas e importantes en la política mundial
ciones iluminadoras de las instituciones internacionales.
y porque su funcionamiento y evolución son difíciles de enten-
der. Pero también las considero importantes por los aspectos Tanto el enfoque racionalista como el r~f1exi~o n.e.cesi~an
normativos. Las instituciones internacionales tienen el poten- trabajar más si quieren volverse programas de l~ves.tlga.clOn bien
desarrollados. Las teorías racionalistas de las insutuciones de-
301 Véanse 1<.N. Waltz, Man the State and War, Columbia University Press, 1959; y
P.A. Gourevitch, "The Second Image Reversed: International Sources of Domestic Politics", ben estar ubicadas en un contexto histórico: tenemos que ver a
en IntemationaIOrganiza/ion, vol. 32, págs. 881-912. AdicionaJmente, se ha hecho un recien- las instituciones específicas inscritas en prácticas que no son
te trabajo importante sobre los vínculos entre la política interna y la internacional por
enteramente explicable s a través del análisis racionalista. Y las
especialistas entrenados en política comparada. A diferencia de los críticos de la teoría
racionalista antes discutida, estos autores subrayan la estructura internacional, los intere- muchas hipótesis generadas por la teoría racio~alista deben s~r
ses materiales y la organización estatal tanto como el papel de las ideas y los modelos probadas empíricamente. Los enfoques reflexivos no ~e est~n
sociales de comportamiento. Asimismo, a diferencia de los críticos de la teoría raciona-
lista de las relaciones internacionales, estos autores se han comprometido en amplias y tan bien especificados como teorías: sus defensores. han ~Ido ~as
detalladas investigaciones empíricas. Véase J Zysman, Gover11men/s,Markets and Growth, adeptos a señalar lo que está omitido en la te~na racI?n.ahsta
Ithaca, Cornell University Press, 1983; P. J Katzenstein, Small S/ates in World Marke/s,
que a desarrollar teorías propias con un conterudo a pnon. Los
Ithaca, Cornell Universiry Press, 1985; P.A. Gourevitch, Poli/ics in Hard Times, Ithaca, Nueva
York, Cornell University Press, 1986, y JA. Alt, "Crude Politics: Oil and the Poli tic al que apoyan este programa de investigación deben desarrollar
Economy of Unemploymenr in Britain and Norway, 1970-1985", en British Journal 01 teorías comprobables y ser explícitos acerca de s.~ al~anc~. ¿Es-
Political Science, 17, 1987, págs. 149-199.
tán estas teorías confinadas a prácticas o también iluminan el
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ENSAYOS ESCOGIDOS DE ROBERT o. KEOHANE
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