Declive Del Bipartidismo en España
Declive Del Bipartidismo en España
Declive Del Bipartidismo en España
2. Metodología .................................................................................................................. 7
3.3. Podemos y Ciudadanos: los partidos emergentes y sus datos electorales ........... 11
4. Conclusiones............................................................................................................... 13
5. Bibliografía ................................................................................................................. 14
Fuente: Medina, 2015, p. 8 y elaboración propia en base a los datos del Ministerio del Interior
Pese a ello, en la escena política han ido surgiendo temas de suma importancia como la
recesión económica, la crisis independentista en Cataluña, o los casos de corrupción en
los dos grandes partidos en España que han castigado la estabilidad del sistema político
español. Ya en 2011, las políticas de austeridad y el descontento generalizado por el
gobierno del Partido Socialista, presidido en ese momento por Zapatero, dieron como
resultado la expulsión en el gobierno de este partido político, dejando su lugar al Partido
Popular quien, en estos cuatro años de legislatura, ha castigado igualmente con recortes
a la población a cambio de ayudas a la banca privada que se encontraba en quiebra en
España, incluso contradiciéndose e incumpliendo las promesas electorales con las que
accedieron al poder (Medina, 2015). Finalmente, se llega a los resultados de las
elecciones generales de 2015 donde el voto al PP y al PSOE, que desde 1989 había ido
afianzándose en el sistema electoral acaparando tres cuartas partes de los votos, se ha
visto reducido hasta el 51%, en medio de un inusitado y nuevo contexto de pluralismo
partidista producido por la aparición de Podemos y Ciudadanos, con porcentaje de votos
superiores al 33% entre las dos fuerzas. Hay que resaltar que estas transformaciones no
se hubieran conformado con tanta fuerza si no fuera también porque, tanto Podemos
como Ciudadanos, han ocupado dos partes diferentes del campo ideológico: mientras
que Podemos ha abanderado el cambio en la política desde una perspectiva de
izquierdas, castigando duramente al PSOE; Ciudadanos ha conseguido por su parte
arrebatar votos de una fuerza política muy cohesionada en la derecha ideológica como
es el Partido Popular, así como se ha ido expandiendo hacia la centralidad del tablero.
Con todo ello, se presentará a continuación la problemática de la investigación a tratar
en relación a las transformaciones que se han producido en el campo político-partidista.
Ante este panorama de tanta volatilidad y fragmentación política que se abre a nivel
estatal tras las elecciones de diciembre de 2015, en esta investigación se pretende
presentar un mapa electoral (a nivel de capitales de provincia) donde se refleje la
distinta incidencia de este proceso de cambio, encontrar dónde ha quedado más
reducido el bipartidismo. De ahí radica la importancia de la utilización del índice de
volatilidad electoral, a través del cual podremos calcular las transformaciones en el
escenario electoral, para más tarde realizar un análisis con el que se pueda adentrar, con
mayor profundidad, en los factores decisivos y explicativos. Este trabajo no sólo se
centrará en conocer cómo y dónde se ha producido el cambio electoral en España - a
través de la realización de un mapa electoral-; sino que, para ir más allá del ámbito
puramente descriptivo, se utilizarán diferentes variables de carácter demográfico, socio-
económico, electoral-político y de opinión de los ciudadanos para completar la
indagación en esta temática, siempre teniendo en mente la posibilidad de posibles
falacias ecológicas en el estudio, es decir, errores de investigaciones provocados por la
asunción de que las correlaciones a nivel agregado se reproducen a nivel individual con
el mismo efecto. Asimismo, este enfoque a nivel municipal resulta poco frecuente en los
estudios de comportamiento electoral, más dirigidos a la comparación entre países, por
lo que supone una novedad a la hora de la explicación del cambio del voto. Nuestra
atención se centrará en el estudio de un campo concreto como son las capitales de las
distintas provincias españolas. La realización del estudio a nivel municipal puede
resultar de especial relevancia por varios motivos. En primer lugar, como se ha indicado
con anterioridad, la escasa frecuencia de este enfoque a nivel municipal en los estudios
de comportamiento electoral, más dirigidos a la comparación entre países y a la escasa
preocupación por los aspectos más específicos de cada una de las poblaciones, supone
una novedad a la hora de la explicación del cambio del voto. En segundo lugar, se han
tomado las capitales de provincia únicamente ya que poseen dinámicas no
contradictorias como así pudiera ocurrir con el conjunto de la provincia o de la
Comunidad Autónoma, así no se incurre en falacias provocadas por la diferencia entre
el voto urbano y el voto rural; y, por último, cabe recordar que en las principales
ciudades de España como Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Cádiz y otras tantas,
durante las elecciones municipales, ya se ha producido esa volatilidad del voto.
Menor es la literatura dedicada al perfil del votante flotante, que no sólo toma este
nombre, sino que también se encuentra como swing voter (Boyd, Butler, Stokes,
Campbell, Keith en Queralt, 2008) o votante cambiante o fluctuante (Piedras de Papel,
2015). Al igual que el concepto matriz, el votante flotante es todo aquel elector que ha
emitido un voto a dos partidos diferentes en dos elecciones consecutivas del mismo
nivel. Esto deja fuera del concepto a los abstencionistas, a quienes tienen un voto fiel o
incondicional a un partido en específico, y también la idea de identificar a los votantes
flotantes como aquellos que dicen que van a votar a otro partido que no fue el que votó
en la anterior ocasión en una encuesta (Queralt, 2008). Para los partidos políticos resulta
esencial conocer la cantidad de votantes flotantes que existen en una sociedad: donde
concurra mayor cantidad de votantes flotantes, los partidos podrán poner en juego
mayor cantidad de estrategias con el objeto de desactivar a los votantes de los partidos
contrarios y atraerlo a su propio partido, como por ejemplo, a través de la selección de
los candidatos y su opinión dentro de la ciudadanía (Piedras de Papel, 2015).
De vuelta a la conceptualización, la volatilidad electoral se entiende como las
transferencias de votos que se producen en un sistema electoral y que dan como
resultado transformaciones en la escena de los partidos políticos. Esta primera
conceptualización de Pedersen (1979), puede quedarse algo corta por lo que se utilizará,
en este trabajo, otra más actual presentada por Anduiza y Bosch (2012) que toman la
volatilidad total como el cambio de resultados entre una elección y otra sucedida en el
tiempo, ambas de mismo nivel –general, autonómica o municipal-, y se presenta con la
siguiente fórmula:
2. Metodología
Para el desarrollo de este trabajo, se utilizaran datos de fuentes secundarias con las que
se trabajarán y, posteriormente, se analizarán para obtener las conclusiones finales.
Inicialmente, la información que nos interesa recoger es aquella relativa a las elecciones
generales de 2011 y 2015 en todas las capitales de provincia a través de los datos
oficiales de la página web del Ministerio del Interior, con el objeto de trabajar en el
índice de volatilidad electoral realizando la diferencia entre una elección y la otra.
Debido a la gran cantidad de partidos que suelen concurrir a las elecciones, solo se
tendrán en cuenta por separado todos aquellos partidos que hayan obtenido en la ciudad
al menos un 3% de los votos, en caso contrario, serán agrupados bajo la etiqueta de
“Otros”. Una vez presentado lo que será la variable dependiente del estudio, a
continuación se dispondrá toda la información referente al resto de indicadores de la
investigación que conformarán el conjunto de variables independientes y explicativas,
relacionadas con los datos de encuesta preelectoral del CIS, previo a las elecciones.
Las ciudades que con mayor intensidad han acusado este cambio electoral han sido
principalmente cinco: Palmas de Gran Canaria (42,64), Tarragona (42,27), Cádiz
(42,01), Alicante (41,07), y Palma de Mallorca (40,99), todas ellas por encima de los 40
puntos en volatilidad. Sin duda, en las capitales de provincia de las Comunidades
Autónomas de Cataluña, Aragón, y Valencia han sido donde más se ha concentrado la
volatilidad, y cabe destacar que en estas tres regiones, a excepción de Girona, se ha
obtenido una alta volatilidad en comparación al resto del país. Además, se deben tener
en cuenta también en este grupo otras ciudades como Málaga, Zaragoza, Oviedo,
Murcia, Soria, La Coruña, Logroño, y la capital del país, Madrid. En el otro lado, las
capitales de provincia que han obtenido en la volatilidad total menos de 30 han sido:
Girona, Melilla, Palencia, Pamplona, Bilbao, Jaén, Cuenca, Lugo, Badajoz, Ávila, y
Ourense. En este caso, no se ha aglutinado este menor nivel de volatilidad en alguna
región en especial, sino que se ha dado a lo largo de todo el mapa español, con claras
diferencias entre cada una de las capitales de provincia.
1
Este párrafo hace referencia al ANEXO I. Mapas de volatilidad.
Municipio / Capital de Volatilidad % pérdida de
NEPE
provincia (2011-2015) bipartidismo
Albacete 34,77 23,26% 4,15
Alicante 41,07 27,79% 4,39
Almería 32,84 24,48% 4,12
Ávila 30,98 20,64% 3,87
Badajoz 30,94 21,60% 3,79
Barcelona 37,68 21,12% 5,96
Bilbao 29,83 16,66% 5,29
Burgos 34,25 23,98% 4,25
Cáceres 34,57 24,29% 4,07
Cádiz 42,01 29,36% 4,36
Castellón de la Plana 39,81 30,08% 4,41
Ceuta 31,10 18,24% 3,40
Ciudad Real 31,50 20,50% 3,83
Córdoba 32,36 23,76% 4,38
Cuenca 30,63 20,29% 3,91
Girona 26,37 16,97% 5,73
Granada 33,83 22,84% 4,05
Guadalajara 34,31 22,56% 4,11
Huelva 34,02 23,90% 4,43
Huesca 37,51 25,66% 4,69
Jaén 29,98 21,63% 3,92
La Coruña 35,36 25,51% 4,01
Palmas de Gran Canaria 42,64 31,21% 4,44
Lleida 38,35 19,43% 6,58
León 32,62 25,61% 4,21
Logroño 35,30 25,76% 4,21
Lugo 30,78 25,07% 4,02
Madrid 38,24 24,53% 4,28
Málaga 37,74 28,07% 4,74
Melilla 26,99 23,50% 3,42
Murcia 36,45 26,59% 3,83
Ourense 31,00 22,76% 3,95
Oviedo 36,84 26,72% 4,38
Palencia 28,94 23,27% 4,12
Palma de Mallorca 40,99 31,66% 4,86
Pamplona 29,15 12,85% 5,16
Pontevedra 33,54 22,28% 4,24
Salamanca 31,61 22,43% 3,83
San Sebastián 32,89 17,20% 5,71
Santa Cruz de Tenerife 34,57 23,63% 5,17
Santander 34,37 21,05% 4,02
Segovia 34,46 23,73% 4,27
Sevilla 34,16 23,01% 4,35
Soria 36,42 26,80% 4,37
Tarragona 42,27 24,64% 6,11
Teruel 34,79 24,67% 4,22
Toledo 33,24 22,45% 4,01
Valencia 37,74 28,63% 4,36
Valladolid 32,87 22,81% 4,28
Vitoria 34,01 19,02% 5,71
Zamora 33,93 26,62% 4,32
Zaragoza 39,50 25,80% 4,76
ESPAÑA 34,59 22,66% 4,96
Fuente: Elaboración propia en base a los datos del Ministerio del Interior
En primer lugar, cabe atender a los datos sobre el paro, dándose lugar a similares
escenarios tanto en las capitales que ha quedado Podemos por encima como en las que
Ciudadanos ha conseguido mayores apoyos. Así, exceptuando el caso del paro en el
sector industrial en donde aparece una diferencia de casi 5%, el resto de datos sobre el
desempleo no arrojan una diferenciación clara entre uno y otro caso. No ocurre así con
los indicadores de la dimensión electoral. En este caso, Ciudadanos se ha postulado
como el ganador en aquellas ciudades con mayor estabilidad electoral en las anteriores
elecciones: el valor medio de volatilidad es 3 puntos más bajo que el de las capitales de
provincia en las que Podemos ha quedado por encima, y el número efectivo de partidos
da lugar a un sistema de dos partidos y medio (2,5). En el campo de la magnitud, se
observa cómo Podemos ha ganado en aquellas provincias en donde se ponen en juego
mayor número de diputados.
En cuanto a las opiniones de los ciudadanos, las diferencias entre los votantes de los
municipios tendentes a Podemos y a Ciudadanos se han hecho más evidentes. En un
primer momento, la ideología marca una clara diferencia; en las ciudades con una
tendencia hacia la izquierda (4,78) ha salido como ganador Podemos, mientras que
Ciudadanos lo ha conseguido en ciudades más de derechas (5,20), correspondiéndose
así esta media con la ideología principal de los partidos. La valoración de los candidatos
también varía entre unas ciudades y otras. Rajoy, Sánchez, y, en menor medida, Rivera,
obtienen valores más bajos en aquellos municipios tendentes a Podemos, no ocurriendo
así con Pablo Iglesias que ve aumentado la aprobación de la población en estos
municipios. Por el contrario, en los municipios más partidarios de Ciudadanos, estos
tres candidatos obtienen mejores resultados, mientras que Iglesias queda relegado a un
último lugar separado por casi poco más de un punto. Con todo, son los ciudadanos de
las capitales tendentes a Ciudadanos quienes tienen una opinión más crítica en las
materias de empleo, educación, sanidad, y economía, que los de Podemos. Por último,
caben destacar que en las ciudades en las que Podemos ha obtenido mayor número de
votos suelen ser donde mayor número de protestas se han realizado, mientras que
Ciudadanos obtiene ventaja en aquellas ciudades donde alguno de los candidatos ha
organizado un mitin para los votantes.
4. Conclusiones
No hay duda que las elecciones generales de 2015 han marcado un hito en la historia de
la democracia española, llegando hasta el punto que se ha dado un Parlamento tan
dividido, en términos de partidos políticos, que ni siquiera se ha llegado a un acuerdo
entre las diferentes fuerzas. En estas elecciones, tanto el Partido Popular como el PSOE
han sufrido electoralmente, tal y como se ha visto en los datos, llegando su suelo de
votantes hasta límites antes desconocidos para ambas fuerzas. Con ello, se podría
afirmar que estos comicios han supuesto una caída severa del sistema bipartidista
español, que no significa que no vuelva a aparecer en una “segunda vuelta” o en futuras
elecciones. Sin embargo, este declive ya puede indicarnos un periodo democrático
nuevo: no sería muy arriesgado pensar que los partidos se verán forzados a pactar con
un mayor número de fuerzas políticas para poder llevar a cabo sus iniciativas
legislativas, al igual que todo gabinete que salga será más vulnerable ante un parlamento
tan dividido lo que provocará un cambio en las tornas en el que el legislativo gane más
poder ante el ejecutivo.
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2
Perteneciente solo al trabajo presentado para Congreso FES
ANEXO I. Mapas de volatilidad
FIGURA 1. Mapa de volatilidad de las elecciones de 2011
Fuente: Elaboración propia en base a los datos suministrados por el Ministerio del Interior
Fuente: Elaboración propia en base a los datos suministrados por el Ministerio del Interior