08 El Origen Del Pecado 15.03.30
08 El Origen Del Pecado 15.03.30
08 El Origen Del Pecado 15.03.30
0. Contenido ................................................................................................................................... 2
1. Introducción General ................................................................................................................... 3
2. Estructura del Tratado Teológico ................................................................................................. 3
3. Mapa General de Tratados .......................................................................................................... 5
4. Mapa del Tratado ........................................................................................................................ 6
5. Propósito del Tratado .................................................................................................................. 7
6. Desarrollo del tema ..................................................................................................................... 7
6.1. Introducción...................................................................................................................... 7
6.2. Infectando nuestro mundo................................................................................................. 7
6.3. Origen cósmico del mal....................................................................................................13
6.4. El mal confinado ..............................................................................................................16
6.5. La solución final ...............................................................................................................20
6.6. Conclusiones ...................................................................................................................22
La búsqueda del conocimiento de Dios y su propósito para el hombre constituye la más apasionante de las
aventuras que la mente humana pueda proponerse. El reto de encontrar en el libro sagrado aquel hilo de oro del
plan de salvación recompensará al estudioso, que podrá comprender la majestuosidad del esfuerzo de Aquél que
“no escatimó ni a su propio hijo” (Romanos 8: 32).
El conjunto de tratados sobre temas bíblicos, del que usted tiene en sus manos uno de los estudios, ha sido
preparado para proveer al miembro laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día del conocimiento requerido para
enseñar a otros acerca de cómo crecer “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2
Pedro 3: 18) así como para “presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón
de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3: 15).
El autor es miembro regular de la Iglesia Adventista del Séptimo Día desde 1977, anciano de iglesia desde
1979, esposo, padre y abuelo, con el gozo de tener a toda su familia en “la fe que ha sido una vez dada a los
santos” (Judas 1: 3) y que además suscribe totalmente las 28 doctrinas oficiales de la misma.
Al inicio de cada tratado le presentaremos la estructura general del conjunto de estos utilizando un diagrama
de bloques numerado, llamado Mapa General de Tratados. Este gráfico (que aparece en la subsiguiente página)
le permitirá ver dónde encaja el tratado que tiene en sus manos en relación con los otros temas. Para facilitar su
ubicación además de la numeración, este estará marcado en color diferente de los demás. Coleccione los temas,
actualícelos y ordénelos en esta secuencia si le parece útil a su propio desarrollo del conocimiento.
Los números en cada bloque establecen simultáneamente el orden de creación de estos tratados y la
dependencia lógica también entre ellos. Los bloques del número 70 en adelante representan, a su vez, un conjunto
de tratados especiales. Los he agrupado en 6 grandes temas:
La lectura de estos temas le dará el marco referencial para entender los tratados más temáticos. Estos otros
temas tienen su propia estructura que guardará relación con la aquí mencionada.
Luego del diagrama del conjunto, encontrará usted un diagrama de bloques del estudio propiamente dicho,
llamado Mapa del Tratado, donde podrá notar lo siguiente:
a. Cada bloque del diagrama indica el versículo o versículos de referencia en la parte inferior y una
breve frase que corresponde con la lógica de su inclusión en el tema.
Al finalizar esta fase gráfica usted encontrará el estudio en detalle, que seguirá hasta donde sea posible, la
estructura del diagrama de bloques. Algunos materiales complementarios al estudio se incluirán al final. Le
recomiendo que los lea con anticipación para encontrar el momento exacto para incluirlos en su exposición.
Hasta donde me ha sido posible he presentado la fuente de algunos de estos temas para que pueda
extender su comprensión revisándolos. No pretendo conocer todo lo que estas fuentes tratan sobre el tema, por lo
que lo aliento a profundizar y comentarme cómo mejorar este contenido. He incluido algunas imágenes halladas
en Internet para hacer más amena su lectura, espero le agraden.
Cuando no se indique lo contrario las citas de la Santa Biblia corresponden a la versión Reina-Valera 1960,
mi favorita. Alguna vez incluiré otras versiones para comparar o ampliar la comprensión de un texto.
Cuando usted desarrolle un estudio bíblico sobre este tema con personas que no pertenecen a la Iglesia le
recomiendo que use la sección correspondiente al estudio (con los versos incluidos en el diagrama de bloques) sin
presentar las declaraciones del Espíritu de Profecía. Comente los materiales complementarios conforme surjan en
la exposición, así como en la fase de preguntas y respuestas.
He preparado también un archivo que incluye todos los diagramas de bloques de los tratados de manera
que le sirvan de ayuda memoria cuando presente el tema. También he creado un archivo con una copia de todos
los contenidos de los tratados de manera que pueda revisarlos sin abrir cada uno de los documentos, en caso esté
buscando un subtema específico.
Permítame, como hasta ahora, que durante el estudio me dirija a usted en forma personal. Creo que así es
como nuestro Salvador hablaba con aquellos a quienes amaba y deseaba salvar. Seguramente usted hará lo
propio con aquellos que le escuchen con este propósito.
Este es un material gratuito que seguramente ha llegado hasta usted por alguien que lo aprecia y desea
que conozca aún más a Jesús y su maravilloso plan de salvación. Difúndalo de la misma manera, ya que “de gracia
recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10: 8).
05 30 31
50 51 52
El Espíritu Los dones El don de
Las 7 iglesias Los 7 sellos Las 7 trompetas
Santo espirituales lenguas
32 47 49 53
48 55
El Don de La estatua de El carnero y el El cuerno
Las 4 Bestias El Anticristo
Profecía Nabucodonosor macho cabrío pequeño
33 56
54
Profecías Las 70
Los 1260 años
mesiánicas semanas
57 60 61
59 62
El juicio La Apostasía El Tiempo
El sellamiento El milenio
investigador final de Angustia
16 18 58 40
02 04 15 17
Muerte La Segunda Los libros La Gran
La Divinidad El Hijo La Encarnación La Resurrección
Vicaria Venida del cielo Comisión
13 19 41
El Ángel Señales de la Historia
de Jehová Segunda Venida de la IASD
42
03 14 34 35
Organización
El Padre El Amor La Redención La Conversión
Eclesiástica
29 36 43
09 37 38 39
Los libros Justificación Disciplina
El Pecado Santificación El Bautismo La Iglesia
apócrifos por la fe Eclesiástica
06 08 44
01 10
La Ley El origen Diezmo &
La Santa Biblia La Muerte
de Dios del pecado Ofrendas
28
26 27 45
Posesión
Los Ángeles Espiritismo El matrimonio
demoníaca
25 46
07 24
La Cena Estilo Cristiano
El Sábado La Adoración
del Señor de Vida
12
La Oración
63
11 20
La tierra
La creación El diluvio
nueva
21 22 23
El Santuario Nuestro Sumo La ley
Celestial Sacerdote ceremonial
70 80 90
75 85 95
Religiones Armonía de los Biografías
Cronología Genealogía Historia
Comparadas Evangelios Bíblicas
El diablo peca
La serpiente La serpiente
desde
tentó a Eva maldita
el principio
Las La muerte
La primera La cadena del La paga
consecuencias como
mentira pecado del pecado
del pecado consecuencia
La maldad
Anhelo de ser La cizaña
aparece
como Dios y el trigo
sin razón
Luc 4: 5, 6 2 Ped 2: 4
Concentrando a
Con acceso a Restringido Prisionero con
sus fuerzas para
otros mundos a la tierra sus ángeles
la lucha final
Eze 28: 16, 17 Apo 12: 7-9 Apo 12: 10 Apo 12: 11 2 Cor 11: 13-15
6.1. Introducción
Usted y yo debemos pertenecer a una minoría que piensa que existe el pecado. Sí, no se sorprenda.
La gran mayoría de personas piensa que el pecado es un concepto obsoleto, que no puede sobrevivir en
esta era de libertad.
Para las personas en general, los pecadores deben ser los homicidas múltiples, los violadores o los
terroristas… pero no ellos. Vivimos en una época en que nada parece ser malo en sí mismo, todo está
permitido… Si usted se opone, como yo, al matrimonio entre personas del mismo sexo, usted será
catalogado a la altura de los dinosaurios (dicen, supuestamente por lo poco evolucionados que eran… no
tienen ni idea). Bueno, si usted piensa que las personas deberían llegar célibes al matrimonio… ya pensarán
que le falta algún tornillo.
Si estas personas no están interesadas en el pecado es muy poco probable que lo estén en el origen
del pecado. Pero… ¿estaré siendo muy pesimista? Tal vez no, pero sé que el Señor está buscando a
personas que ven el mal de este mundo y elevan silenciosamente sus rostros al cielo buscando una
respuesta al desarrollo acelerado de la maldad. Para usted que desea alcanzar a estas personas,
presentamos el origen del mal, para que ayude a aquellas personas a entender que el mal es un intruso y
que Dios finalmente lo extirpará, que Él ya tiene el remedio definitivo.
El pecado, decía, es un intruso en nuestro mundo, y como todo intruso será al final eliminado,
excluido de donde ha entrado sin ser invitado. El responsable del origen del pecado es el diablo, Satanás,
el otrora querubín cubridor. Él es el quien inició el pecado en el cielo, pero Jesús ha hecho todo lo necesario
“para deshacer las obras del diablo”.
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto
apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1 Juan 3: 8
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del
árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente
morirás.
Génesis 2: 16, 17
Tristemente, el hombre
debería conocer la muerte no en
forma intelectual únicamente; su
pecado le llevaría a transitar el
camino de enfermedad, el
envejecimiento y la muerte, pero
antes el del asesinato, de la
violencia, de la maldad, de la
injusticia, del dolor…
Lamentablemente, como señalamos, el hombre por decisión propia iba a tener conocimiento práctico
del mal y de sus terribles consecuencias.
Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer;
también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Génesis 2: 9
Dios instruyó a nuestros primeros padres acerca del árbol del conocimiento, y fueron
completamente enterados de la caída de Satanás y del peligro de escuchar sus insinuaciones. No
les quitó la posibilidad de comer del fruto prohibido. Los hizo agentes morales libres para creer en
su palabra y obedecer sus mandamientos, o a creer al tentador, desobedecer y morir.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 36
Algunas personas no comprenden como seres perfectos como Adán o Eva pudieron pecar. Asocian
la perfección a la impecabilidad y les resulta difícil entender la caída. Justamente la perfección de nuestros
primeros padres incluía su capacidad de elegir libremente, elegir entre el bien y el mal. Eran entidades
libres, no robots que obedecen señales sin pensar o valorar. El hombre fue creado para ser un agente libre
y decidir si quería o no amar y honrar a su Creador. Así han sido y serán todas las criaturas de Dios.
La perfección de nuestros primeros padres incluía entonces el libre albedrío, la capacidad de decidir
voluntariamente por el bien o el mal. No necesitaban conocer el mal para evitarlo, estaban en plena
capacidad de reconocerlo. He escuchado a personas que sostienen que debemos dejar que los niños y
jóvenes experimenten el mal para que conozcan sus consecuencias. Es una idea implantada en las mentes
por el enemigo de Dios. Dios enseñó a Adán y Eva lo que era el bien y cómo evitar el mal, no los sometió
a un desarrollo de prueba y error como algunos argumentan.
El ejercicio continuo del mal que ha caracterizado a la humanidad durante estos aproximadamente
6.000 años, desde la caída, nos ha colocado a nosotros en condición aún más difícil que la que afrontaron
los padres de nuestra raza. Hoy nuestras tendencias heredadas al mal, durante tantos años, hacen que la
obra del Espíritu Santo sea aún más necesaria para capacitarnos para vencer el mal y para desarrollar
caracteres a la semejanza de Dios.
Volviendo a la situación anterior. Se me ocurre pensar que algunas personas también podrían
cuestionar cómo Eva se acercó a la serpiente si normalmente las personas, y en especial las mujeres,
normalmente les temen y las encuentran repulsivas.
Bueno, lo primero es que la escena ocurre en el ambiente edénico, donde los animales no eran,
como hoy, un peligro y estaban sometidos al hombre. Lo segundo es que la serpiente no era como nosotros
la vemos hoy, era un animal hermoso y atractivo. Quiero que note que cuando Dios maldice a la serpiente,
luego de la caída de Adán y Eva, le dice que se arrastrará, lo que indica que antes de la caída no se
Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias
y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu
vida.
Génesis 3: 14
La serpiente era un hermoso animal con alas, y al volar por los aires tenía un brillante aspecto,
como de oro bruñido. No andaba por el suelo, sino que iba de un lado para otro por los aires y comía
frutas, lo mismo que el hombre. Satanás se infundió en la serpiente, y posándose en el árbol del
conocimiento comenzó tranquilamente a comer del fruto.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 31
Yo puedo imaginar la escena, un bello animal, atrayente a los ojos, seguramente brillando al sol,
comiendo el fruto prohibido y ¡maravilla! hablando a la mujer. El pecado siempre ha mostrado su lado
seductor hacia las personas, ocultando su deformidad bajo la aparente belleza de lo prohibido… Eva trabó
conversación con el enemigo disfrazado. Primera recomendación: nunca deberíamos colocarnos, en forma
innecesaria, en situaciones en las que podamos ser tentados. Eva se aproximó a ese lugar sola… se puso
en peligro innecesariamente.
Un concepto extra: la Biblia no sostiene cuál era el fruto prohibido. Normalmente se habla de la
manzana pero no hay forma de saber qué fruto era. Yo pienso que ese árbol (en lo referente al tipo de fruto)
era uno entre muchos, solamente que tenía el sello de la prohibición de Dios… Algunos de nosotros no
entendemos por qué un árbol es distinto de otro, o por qué un día es diferente de otro. La respuesta es
sencilla: porque Dios así lo ha señalado.
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero
del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que
no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Génesis 3: 2-5
Pero aquella extraña voz debiera haberla movido a irse en seguida al lado de Adán para
preguntarle quien podría ser el ser que tan desenvueltamente le hablaba. Sin embargo, entró en
conversación con la serpiente, respondiendo así a su insinuación: “Del fruto de todo árbol del huerto
comemos; mas del fruto del árbol que está en medio del huerto, dijo Dios: no comeréis de él ni le
tocaréis, porque no muráis.” La serpiente respondió: “No moriréis; mas sabe Dios que el día que
comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses, sabiendo el bien y el mal.”
Génesis 3: 2-5.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 31, 32
El engaño fue tremendo, pero Eva pudo haberlo resistido en cualquiera de los siguientes casos:
a. Si hubiera estado con Adán, juntos hubieran tenido mayor posibilidad de descubrir la
estratagema del enemigo.
b. Si no se hubiera acercado al árbol. No había necesidad que estuviera por allí. La curiosidad
por lo prohibido ha hecho resbalar a muchos.
c. Si hubiese tenido en cuenta la advertencia de Dios que había un enemigo suelto que
cuestionaría lo que Él les había dicho. La señal debió ser que la serpiente afirmaba lo
contrario en cuanto al peligro de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Siempre
recomiendo a mis hermanos que no debemos beber de las fuentes del mal (lectura de libros
que se oponen a la verdad) pues solamente añadirán confusión a nuestras mentes.
d. Si hubiera resistido a la lisonja, sin bajar la guardia, pero cedió como muchos lo hacemos hoy
en día frente a la misma situación.
e. Si no hubiera confiado en su sabiduría, hubiera buscado a su esposo y ambos el consejo de
Dios.
La primera mentira: “No moriréis” se sigue hoy repitiendo en casi todos los púlpitos de la cristiandad.
La gran mentira de la inmortalidad del alma ha cundido tanto que hoy millones le creen al enemigo de Dios
y no a nuestro Supremo Hacedor. Mientras la Palabra de Dios sostiene que “la paga del pecado es la
muerte” los ministros de las diferentes confesiones cristianas proclaman que la muerte no existe. No es el
eco de la voz de Dios, sino de su ya derrotado adversario.
Dios ha declarado sin lugar a dudas sobre la naturaleza del hombre, sobre la muerte, pero millones
siguen creyendo al archiengañador y son infatuados por los milagros mentirosos del espiritismo. Donde
Dios dice “moriréis” el enemigo dice “no moriréis” y el mundo cristiano rinde pleitesía al engañador y dice
que los muertos viven, que la muerte es vida… es decir, seguimos escuchando al engañador y no a Dios.
Satanás quería inculcar la idea de que si Adán y Eva comían del árbol prohibido, recibirían
un conocimiento más noble y superior al adquirido hasta entonces. Tal ha sido la obra realizada por
Satanás con gran éxito desde su caída: inducir a los hombres a
escrutar los secretos del Altísimo, sin satisfacerse con lo que
Dios ha revelado ni obedecer fielmente lo que ha prescrito. El
plan de Satanás es inducir a los hombres a desobedecer los
mandamientos de Dios y hacerles creer después que entran en
un maravilloso campo de conocimiento. Pero ello es pura
suposición y miserable engaño. Al no comprender lo que Dios
ha revelado, los hombres menosprecian sus explícitos
mandamientos, aspiran a una sabiduría independiente de Dios
y se esfuerzan por descifrar lo que le plugo a Dios substraer de
los conocimientos de los mortales. Se ensoberbecen con sus
ideas de progreso y se cargan de su vana filosofía, pero en
cuanto a su verdadero conocimiento, van a tientas en las
tinieblas de media noche. Siempre están estudiando, sin poder
llegar nunca a conocer la verdad.
Ellen G. White,
Testimonios Selectos, Tomo II, 32, 33
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual
comió así como ella.
Génesis 3: 6
El tentador aseguró a Eva que tan pronto como probara la fruta, recibiría un nuevo y superior
conocimiento que la igualaría a Dios. Además le llamó la atención hacia lo que él mismo hacía.
Comía libremente del árbol, cuyo fruto no sólo no era nocivo sino por el contrario delicioso y
placentero. Le dijo que Dios les había prohibido comerlo y aún tocarlo a causa de sus maravillosas
propiedades para infundir sabiduría y poder. Añadió que si él había alcanzado el don de la palabra,
era por haber comido del fruto del árbol prohibido, e insinuó que Dios no llevaría adelante su
amenaza, pues sólo la había hecho con objeto de intimidarlos para privarlos de tan alto bien.
Asimismo les dijo que no podrían morir, pues ¿no habían comido acaso del árbol que perpetuaba la
inmortalidad? Terminó diciendo que Dios los estaba engañando para que no alcanzaran una mayor
felicidad y más excelsa dicha. El tentador arrancó la fruta del árbol y se la ofreció a Eva, quien la
tomó. ¿Ves? -Dijo el tentador,- se os prohibió hasta tocar la fruta porque no murierais.- Y añadió que
no tendría mayor sentimiento de mal y muerte por comer del fruto que por tocarlo. Eva se sintió muy
alentada porque no experimentaba las inmediatas manifestaciones del desagrado de Dios, y creyó
que el tentador hablaba prudente y verídicamente. Comió del fruto y le supo a deleite, pues tenía un
sabor exquisito, y le pareció sentir en todo su ser los maravillosos efectos del fruto.
Después, con su propia mano arrancó el fruto del árbol y volvió a comer, figurándose que
sentía el vivificador poder de una nueva y elevada existencia como resultado de la influencia
excitante del fruto prohibido. Dominada por un extraño e insólito frenesí, fuese en busca de su
esposo con las manos llenas del fruto prohibido. Le refirió el razonado discurso de la serpiente, y
quiso llevarle en seguida al árbol del conocimiento, diciéndole que ella había comido del fruto, y en
vez de sentir indicios de muerte había experimentado una placentera y deleitosa influencia. Tan
pronto como Eva hubo desobedecido, se convirtió en un poderoso medio para ocasionar la caída de
su esposo.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 33, 34
Adán se dio cuenta pronto que Eva había sido engañada. Su amor por ella le llevó a compartir su
suerte. No es una demostración de amor compartir con otro el pecado. Amonestar y corregir es mejor que
compartir la caída. No sé exactamente qué hubiera pasado si Adán no hubiera comido el fruto. Ese
conocimiento no nos ha sido revelado en forma precisa, por lo menos hasta donde he estudiado, pero hoy
nosotros no debemos unirnos por amor a otro a la rebelión contra Dios. Luchemos por rescatar al que cae.
Esa sí es una demostración de amor.
Vi que el semblante de Adán se cubría de tristeza. Quedó espantado y atónito. Parecía que
batallaban encontrados afectos en su ánimo. Le dijo a Eva que tenía la seguridad de que todo aquello
era obra del enemigo contra el cual se los había amonestado, y que siendo así, ella moriría.
Respondió Eva que no sentía la menor molestia, sino más bien una placentera sensación, por lo que
le invitó a que también comiese.
Comprendía muy bien Adán que su compañera había quebrantado la única prohibición que
les fuera impuesta en prueba de su amor y fidelidad. Arguyó Eva que la serpiente había dicho que
no morirían, y así debía ser la verdad, por cuanto no notaba ninguna señal del desagrado de Dios,
sino una placentera influencia como la que a su parecer sentían los ángeles. Adán se lamentó de
que Eva se hubiese separado de su lado; pero ya estaba hecho el mal y no tenía más remedio que
perder la compañera a quien tanto había amado. ¿Cómo podría soportar esta pérdida? Amaba
vehementemente a Eva, y en extremo desalentado resolvió a compartir su suerte. Razonó que Eva
era parte de sí mismo, y que si ella había de morir, él moriría con ella, porque no le era posible
soportar el pensamiento de la separación. No tuvo la necesaria fe en su misericordioso y benévolo
creador. No pensó que si Dios lo había formado del polvo de la tierra dándole un hermoso cuerpo
viviente, y había creado a Eva para que fuese su compañera, podría subsanar la falta de ella. Con
todo, ¿No podrían ser verídicas las palabras de aquella sabia serpiente? Eva estaba delante de él,
tan hermosa y en apariencia tan inocente como antes de aquel acto de desobediencia. El fruto que
había comido parecía haber intensificado su amor hacia él, pues le mostraba más cariño que antes
de la desobediencia y no veía en ella señal alguna de muerte. Le había hablado de la dichosa
influencia del fruto, de su ardiente amor por él, así que resolvió arrostrar las consecuencias. Tomó
el fruto, lo comió ávidamente, y como Eva, no experimentó inmediatamente sus perniciosos efectos.
Eva se había creído capaz de discernir entre lo justo y lo injusto. La lisonjera esperanza de
alcanzar un superior estado de conocimiento la había inducido a ver en la serpiente una amiga
Cuando fueron hallados en falta empezaron a culparse unos a otros, el hombre a la mujer y al mujer
a la serpiente, pero en el fondo ambos culpaban a Dios. Cuando estamos atrapados por el pecado la culpa
es siempre de otro, nunca nuestra… debemos empezar por asumir nuestra culpa si queremos ser
perdonados. Dios les presentó la nueva situación en la que ellos se habían colocado al pecar. El mundo no
sería más como ellos lo conocían. ¡Maravilloso Dios! que en ese momento de gran desconcierto les
prometió un Salvador, la simiente que vencería el mal, que aplastaría simbólicamente la cabeza de la
serpiente.
Pero la gran consecuencia del pecado sería la muerte, este enemigo se apoderaría de este mundo
y nos perseguiría hasta el fin de los tiempos, hasta cuando Dios venga para restaurar el Edén perdido,
cuando desaparecerá para siempre el mal.
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste
tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Génesis 3: 19
En base a este versículo algunos razonan que el trabajo es parte de la maldición. Recordemos que
Dios había puesto al hombre en el huerto para que lo labrara y cuidase. Supongo que esta tarea en un
mundo sin pecado y sin muerte sería muy distinta (técnicamente hablando). Lo que sí cambió es la
capacidad del hombre para enfrentar el trabajo ya que se cansaría y agotaría, con los años los músculos
Eso sí, como Dios lo había afirmado, comer del fruto prohibido nos iba a traer la muerte. El hombre
habría de recibir la recompensa del pecado. Gracias Dios porque este versículo además provee la solución
“la dádiva de Dios” que es la “vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro.
Romanos 6: 23
El mal había penetrado a nuestro mundo, pero este no había sido su origen. Quisiera empezar
mencionando algo que siempre me ha parecido muy importante. El mal como tal no tiene explicación en un
universo perfecto. Si intentamos explicar las razones o causas de la existencia del mal tendríamos que
aceptar que el mal surgió como consecuencia de una condición preexistente, lo que colocaría en Dios la
responsabilidad de su existencia. El mal es un intruso, sin explicación.
Podemos sí, identificar la aparición del mal en el universo, en la criatura más encumbrada de cuantas
Dios había creado. El más exaltado de los ángeles, el querubín cubridor, tendría el triste honor de ser aquél
en que el inexplicable mal se originara.
Como creatura este ángel poseía igual que todos sus semejantes el mismo libre albedrío que Dios
ha concedido a sus criaturas, como al hombre. Por lo tanto, este ser tenía la opción de elegir amar y
reverenciar a Dios, hacer su voluntad o negarse a todas estas cosas. Esto hace al universo perfecto, pues
cada ser tiene el derecho de aceptar o rechazar a su Hacedor.
El pecado nació en aquel que, después de Cristo, había sido el más honrado por Dios y el
más exaltado en honor y en gloria entre los habitantes del cielo. Antes de su caída, Lucifer era el
No había lugar en el cielo, un puesto más elevado entre los seres creados que el que ostentaba este
ángel majestuoso antes de su caída. Pero a este ángel no le pareció suficiente, deseó el lugar de Dios,
anheló no su carácter sino su posición y dominio. Deseo situarse por encima de Dios… ¡Cuantos no
entienden su exaltada posición como una oportunidad para servir y desean más bien la “gloria” de ser
servido!
Esta posición Lucero la poseyó por los eones casi sin fin… había vivido una larguísima existencia
en la que su relación con Dios fue perfecta, hasta que acunó la maldad en su corazón. Es terrible decirlo…
Yo encuentro tristeza en la voz de Dios cuando habla a través del profeta Isaías sobre la caída de Lucero.
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que
debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas
de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las
alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Isaías 14: 12-14
El orgullo de su propia gloria le hizo desear la supremacía. Lucifer no apreció como don de
su Creador los altos honores que Dios le había conferido, y no sintió gratitud alguna. Se glorificaba
de su belleza y elevación, y aspiraba a ser igual a Dios. Era amado y reverenciado por la hueste
celestial. Los ángeles se deleitaban en ejecutar sus órdenes, y estaba revestido de sabiduría y gloria
sobre todos ellos. Sin embargo, el Hijo de Dios era el Soberano reconocido del cielo, y gozaba de la
misma autoridad y poder que el Padre. Cristo tomaba parte en todos los consejos de Dios, mientras
que a Lucifer no le era permitido entrar así en los designios divinos. Y este ángel poderoso se
preguntaba por qué había de tener Cristo la supremacía y recibir más honra que él mismo.
Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 549
Su deseo de exaltación personal le perdió. Era el más honrado por los ángeles pero no se dio cuenta
que debía todo eso a su Creador. Ocurre a muchos que no dan gloria al Dador de los dones y pretenden la
alabanza y gloria para ellos mismos. La descripción de esta maravilla de ser que Dios creó es fantástica.
Vea el verso siguiente.
Perciba que la Biblia dice que era perfecto hasta que se halló en él maldad. Dios nos ha creado a
todos como seres libres, con libre albedrío, libres (perdone la redundancia) para elegir amarle o no. Libres
para decidir obedecerle y hacer el bien o no. Lucero tenía esta misma prerrogativa, pero decidió por el mal.
Al final de todo, la salvación depende de una decisión
personal y para nosotros seres caídos de una vida de
esfuerzo para luchar con el auxilio de Dios contra nuestras
malas inclinaciones con el poder del Espíritu Santo.
Desde entonces dedicó todo el poder de su gran inteligencia a la tarea de engañar, para
asegurarse la simpatía de los ángeles que habían estado bajo sus órdenes. Hasta el hecho de que
Cristo le había prevenido y aconsejado fue desnaturalizado para servir a sus pérfidos designios. A
los que estaban más estrechamente ligados a él por el amor y la confianza, Satanás les hizo creer
que había sido mal juzgado, que no se había respetado su posición y que se le quería coartar la
libertad. Después de haber así desnaturalizado las palabras de Cristo, pasó a prevaricar y a mentir
descaradamente, acusando al Hijo de Dios de querer humillarlo ante los habitantes del cielo. Además
trató de crear una situación falsa entre sí mismo y los ángeles aún leales. Todos aquellos a quienes
no pudo sobornar y atraer completamente a su lado, los acusó de indiferencia respecto a los
intereses de los seres celestiales. Acusó a los que permanecían fieles a Dios, de aquello mismo que
estaba haciendo.
Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 549-551
Este ángel una vez caído se convirtió en enemigo de Dios, en su adversario, y contaminó la buena
semilla que Dios había sembrado en todos los seres celestiales y luego en nuestro mundo. Jesús presentó
la parábola de la cizaña y el trigo para ejemplificar la obra del enemigo de nuestras almas.
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que
sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró
cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la
cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena
semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los
siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al
arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro
hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla
en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Mateo 13: 24-30
Quisiera que advierta que en los siguientes versículos se detalla el inicio de la caída de Lucero. Fue
echado del monte de Dios, de su posición de querubín cubridor (compare con los querubines del
propiciatorio que cubrían el arca del pacto, en medio de los cuales se manifestaba la presencia de Dios en
el santuario terrenal) y antes de la creación del hombre y la caída de nuestros primeros padres fue arrojado
del cielo, aunque tenía acceso a todos los lugares del universo. Volveré sobre esto después.
A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que
yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se
enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo
te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
Ezequiel 28: 16, 17
Aunque sea duro aceptarlo nuestro mundo es una mancha en un universo perfecto. El mal ha
infectado nuestro planeta, pero el antídoto, la solución perfecta ya ha sido preparado y pronto el mal será
extirpado para siempre y quedará un universo luminoso e impoluto. Es duro también aceptar que seamos
partícipes involuntarios en este conflicto de los siglos… pero me alegra saber que nuestra lucha permitirá
que el universo quede “vacunado” contra el mal para siempre.
A pesar de haber sido expulsado, con los ángeles rebeldes del cielo, Satanás no estaba totalmente
prohibido de ir al cielo. Por eso aparece en el libro de Job (alrededor de 2.000 AC, contemporáneo de
Abraham) como presentándose ante Jehová junto con otros hijos de Dios. Satanás que era entonces el
príncipe (por usurpación) de este mundo, colocado bajo su dominio por la caída de nuestros primeros
padres, tenía aún acceso al cielo (como representante de la tierra) y a otros mundos.
Y un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino
también Satán. Y dijo Jehová á Satán: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satán á Jehová, dijo: De
rodear la tierra, y de andar por ella.
Job 1: 6, 7
Cuando Satanás tienta a Jesús, luego de sus 40 días de ayuno en el desierto, menciona que posee
potestad sobre nuestra raza caída y sobre este mundo. Este “derecho” que ejerce Satanás es por
usurpación, porque Dios es el dueño del universo, por creación y es además el legítimo soberano de nuestro
mundo por redención.
Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento de tiempo todos los reinos de
la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí es
entregada, y a quien quiero la doy:
Lucas 4: 5, 6
Esta libertad (de presentarse en el cielo e ir a otros mundos) de la que gozaba el enemigo de Dios
estaba a punto (hablando en tiempos en escala divina, para nosotros y el universo fueron como 4.000 años)
Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón
se paró delante de la mujer que estaba para parir, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese parido.
Apocalipsis 12: 4
Permítame extenderme aquí sobre un importante asunto que escapa un poco del tema que estamos
tocando. Estos 4.000 años que he mencionado fueron un conflicto continuo donde Satanás trató de destruir
a la simiente santa, aquellos que serán los antepasados de Jesús. Cuando Jesús se encarnó, Satanás trató
de matarlo cuando era niño, también antes de que llegara a la cruz, pero luego no quería que llegara a la
cruz, pues sabía que allí sería vencido. Alguna vez trataremos de esto…
El Comandante del cielo fue asaltado por el tentador... Desde la época en que era un
indefenso niño en Belén, cuando los instrumentos del infierno trataron de destruirlo en su infancia
por medio de los celos de Herodes, hasta la cruz del Calvario, fue continuamente asediado por el
maligno. Los concilios de Satanás habían decidido que éste venciera. Ningún ser humano llegado a
este mundo había escapado del poder del engañador. Todas las fuerzas de la confederación del mal
fueron lanzadas en su persecución. Satanás sabía que debía vencer o ser derrotado. El éxito o el
fracaso implicaban demasiado para que él abandonara la obra a alguno de los agentes del mal. El
príncipe del mal mismo debía dirigir personalmente la batalla…
La vida de Cristo fue una guerra perpetua contra los instrumentos satánicos. Satanás reunió
todas las fuerzas de la apostasía contra el Hijo de Dios. El conflicto aumentó en fiereza y malignidad
a medida que la presa se le escapaba de las manos una y otra vez.
Ellen G. White, La maravillosa gracia, 162
Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado
debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día:
Judas 1: 6
Hasta cuando llegue el momento de la ejecución del juicio de Dios para estos ángeles, ellos estarán
confinados en este “infierno con cadenas de oscuridad” como llama Pedro a este mundo. Quisiera que
sepa, si no lo sabe ya, que la palabra aquí traducida como infierno (tártaros) se refiere al sepulcro de los
Porque si Dios no perdonó a los ángeles que habían pecado, sino que habiéndolos
despeñado en el infierno con cadenas de oscuridad, los entregó para ser reservados al juicio;
2 Pedro 2: 4
Queda por explicar esta batalla celeste que culminó con la expulsión definitiva de Satanás y sus
ángeles y su confinamiento en la tierra. Leamos la narración que hace Juan de este tremendo conflicto. Le
anticipo que muchas veces se cita incorrectamente estos versículos como habiendo ocurrido en el pasado
remoto de la tierra. Eliminaremos este error en las siguientes líneas.
Y fue hecha una grande batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón; y
lidiaba el dragón y sus ángeles. Y no prevalecieron, ni su lugar fue más hallado en el cielo. Y fue
lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña
a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Apocalipsis 12: 7-9
Miguel, que es Cristo, el príncipe de los ejércitos angélicos se enfrenta al “gran dragón” al que se
identifica como “la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás”. Si se le llama la “serpiente antigua”
es porque el evento ocurre luego de la caída de nuestros primeros padres en el Edén. No es, como algunos
suponen, que esta batalla se libró antes.
Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han
amado sus vidas hasta la muerte.
Apocalipsis 12: 11
Por lo tanto, esta batalla debió realizarse luego de la muerte de Jesús en la cruz, luego de su
resurrección, donde habiendo culminado el conflicto Jesús echó definitivamente a Satanás y lo confinó,
junto con sus ángeles, en este, el único punto oscuro del universo, el centro de la rebelión: la tierra.
Juan presenta ahora brevemente la historia del gran conflicto que hubo en el cielo entre
Satanás y Cristo, desde su origen hasta el momento en que Cristo triunfó en la cruz (Apocalipsis
12: 7-9 cf. Colosenses 2: 14, 15), cuando Satanás fue arrojado definitivamente del cielo a la tierra
(Apocalipsis 12: 10-12), y el desarrollo de ese conflicto en la tierra hasta el tiempo del fin
Encontré una cita interesante de un amplio artículo de uno de mis escritores favoritos. Me parece
interesante su razonamiento en cuanto a cómo se libra una batalla entre los seres celestiales, pero por
encima de esto me agrada la lógica sobre por qué era necesario que el mal persistiera, hasta que pueda
probarse como inconveniente para el universo. Se la comparto.
Pero, ¿cómo faculta Dios a sus ángeles para poner en retirada las huestes invisibles de
maldad, de tal manera que éstas les obedezcan aún de mala gana? Sabemos que eso ocurre, pero
no se nos han rebelado los detalles acerca del cómo. También sabemos que ni el diablo ni sus
ángeles murieron en la guerra inicial del cielo. No hubo bajas como las que se dan en las guerras
humanas. Tanto los ángeles del bien como los del mal continuaron existiendo, y existen hasta hoy.
“Para bien del universo entero a través de las edades sin fin, era preciso dejar que el mal
llegase a su madurez” (El Conflicto de los Siglos, 553; véase Salmos 92: 7). “Era el propósito de
Dios colocar las cosas sobre una eterna base de seguridad, y en los concilios del cielo fue decidido
que se le debía dar a Satanás tiempo para que desarrollara los principios que constituían el
fundamento de su sistema de gobierno” (El Deseado de todas las Gentes, 707). Entonces se
volverá “objeto de execración universal” (El Conflicto de los Siglos, 728), y la necesidad de su
extinción será plenamente comprendida. “Su propia obra debía condenarle” (El Conflicto de los
Siglos, 552).
Alberto R. Treiyer, Perspectiva Bíblica de la Guerra, 2
Me agrada también mucho este comentario sobre la diferente situación de los ángeles y los hombres
en la caída, así como la diferencia entre rebelarse y ser engañado. Pero gracias doy a Dios porque Él estuvo
dispuesto a salvarnos.
“Pero aunque pecador, el hombre estaba en una situación diferente de la de Satanás. Lucifer
había pecado en el cielo en la luz de la gloria de Dios. A él como a ningún otro ser creado había sido
dada una revelación del amor de Dios. Comprendiendo el carácter de Dios y conociendo su bondad,
Satanás decidió seguir su propia voluntad egoísta e independiente. Su elección fue final. No había
ya nada que Dios pudiese hacer para salvarle. Pero el hombre fue engañado; su mente fue
entenebrecida por el sofisma de Satanás. No conocía la altura y la profundidad del amor de Dios.
Para él había esperanza en el conocimiento del amor de Dios. Contemplando su carácter, podía ser
atraído de vuelta a Dios” (El Deseado de todas las Gentes, 710).
Lo que Satanás no sabía, ni podía imaginarse, era hasta qué punto podía llegar la grandeza
del amor de Dios y su sabiduría combinadas, al idear un plan de redención tal que no atentase contra
su carácter justo, y que le permitiese al mismo tiempo revelar su amor a un grado que jamás hubiera
podido ningún ser creado sospechar. “El problema de cómo Dios podía ser justo y aún justificar a
los pecadores, desconcertaba a toda inteligencia infinita”. “El poder de un ángel no podía hacer
expiación por nuestros pecados. La naturaleza angélica unida a la humana no podía ser tan costosa
y elevada como la ley de Dios. Únicamente el Hijo de Dios podía presentar un sacrificio aceptable.
Dios mismo se hizo hombre, y soportó toda la ira que el pecado había provocado”. “Sólo una persona
Tengamos en cuenta que “la perfección angélica fracasó en el cielo. La perfección humana
fracasó en el Edén, el paraíso de felicidad”. En un contexto tal no es difícil ver que “todo aquel que
desee seguridad ya sea en la tierra como en el cielo, debe mirar al Cordero de Dios” (The Signs of
the Times, Diciembre 30, 1889, 4, véase Colosenses 1: 20). Cuando se anunció la redención de
la humanidad, “los ángeles se postraron a los pies de su Comandante y se ofrecieron para llegar a
ser un sacrificio por el hombre” (Patriarcas y Profetas, 64). Aún “Adán y Eva” “rogaron que se les
permitiera morir o que sus descendientes experimentaran el castigo de su transgresión, antes que
el amado Hijo de Dios hiciera un sacrificio tan grande” (La Verdad acerca de los Angeles, 64). Pero
se les informó que “la vida de un ángel no podía pagar la deuda; sólo Aquel que creó al hombre tenía
poder para redimirlo” (Patriarcas y Profetas, 64). “Ningún hombre o ángel del cielo podría haber
pagado la penalidad del pecado. Jesús era el único que podía salvar la rebelión del hombre. En él,
la divinidad y la humanidad se combinaron, y esto fue lo que dio eficiencia a la ofrenda de la cruz del
Calvario” (Mensajes Selectos Tomo I, 322).
Alberto R. Treiyer, Perspectiva Bíblica de la Guerra, 4
Me conmueve en esta cita saber que nuestros primeros padres preferían la muerte (y la consecuente
desaparición de nuestra raza) a que el Hijo de Dios tuviera que sufrir la penalidad en lugar de ellos. Me
alegra saber que sus sentidos no habían sido todavía embotados por el pecado de modo que no percibieran
la majestad del sacrificio ofrecido por la Majestad del cielo, como sí lamentablemente ocurre hoy.
Luego de la batalla, Satanás sabe que es un enemigo vencido, pero no se ha dado como tal. Desea
la ruina de todos los hombres y busca por todos los medios de confundirnos y arrastrarnos a la perdición.
Por otro lado, las imágenes que lo presentan como una bestia peluda, astada, con alas de murciélago y
pezuñas de cabra han ayudado a quienes niegan la existencia del mal o la existencia del enemigo, a quien
consideran solamente una personificación del mal.
Satanás, por el contrario, es aún un ángel hermoso, aunque haya perdido parte de esta belleza
durante estos milenios de rebelión. Aún puede aparecerse como un angélico ser luminoso y lo intentará.
Asimismo sus ministros, parecerán ser ministros de Cristo, pero servirán a su amo y señor, el príncipe de
las tinieblas.
Al ver cómo campea el mal en nuestro mundo, a veces desesperamos y clamamos a Dios, pidiendo
que este sistema de cosas termine. Dios lo ha señalado así, aunque debemos ser pacientes hasta que esto
ocurra. Hablando a Lucero le dice lo siguiente:
Pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos
pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado. No
Satanás, el poderoso ángel rebelde, tendrá su fin fuera de una sepultura digna, porque él destruyó
la tierra y a su pueblo (sus seguidores). Me alegra saber que el mal tendrá fin y que no “será nombrada
para siempre la descendencia de los malignos”. Porque no es que Dios destruya a los malos; al alejarse
del Dios de la Vida se colocaron a merced de la muerte. Son sus propias acciones las que les acarrearán
la muerte. Jesús dijo que nos negamos a ir a Él para que tengamos vida…
Dios ejemplifica esto al decirle a Satanás que sacará “fuego de en medio de ti” el cuál le consumirá.
La muerte es una consecuencia de la vida del pecador, el fuego destructor es auto infligido al no haberse
decidido por la vida.
Por otro lado, no es que Satanás será el príncipe de un infierno de fuego (un reino del dolor, de la
rebelión, del sufrimiento, de la desesperación… mil veces no) que exista para siempre, la Biblia le dice al
enemigo que “para siempre dejarás de ser”. Dejar de ser, no ser, la inexistencia. Esto es, por consideración
a los seres caídos, por misericordia de Dios, dejarán de ser para siempre.
Cuando era niño (estudiaba en un colegio católico) me asustaba el concepto de un infierno eterno;
me parecía terrible servir a un Dios que condenaría a sus criaturas a un tormento eterno como consecuencia
de unos pocos años vividos en pecado. Nos mostraban en aquel entonces las famosas filminas (algo así
como el pleistoceno de las presentaciones en PowerPoint) donde aparecían terribles escenas del supuesto
infierno y los demonios torturando a los infelices que podríamos llegar allí.
Me parecía espantoso entonces pensar (claro, que hoy también me parecería lo mismo, si no
conociera la verdad) que Dios pudiera deleitarse (o al menos mantenerse tranquilo) con el sufrimiento eterno
de sus criaturas. Además estas pobres criaturas estarían permanentemente en su desesperación
aumentando su carga de pecado con sus maldiciones y blasfemias. Por otro lado, el mal sería perennizado
aumentando a niveles infinitamente mayores conforme el tiempo infinito transcurriera.
La permanencia del mal por la eternidad me parece absolutamente contraria al propósito natural de
Dios que es la felicidad de sus criaturas. Encuentro mucho más entendible que Dios le quite la vida a los
¿Qué pensáis contra Jehová? El hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus
enemigos.
Nahúm 1: 9
6.6. Conclusiones
Me gustaría ordenar la progresión del mal desde su origen para que queden un poco más claros los
conceptos que hemos estado presentando. A la par de poner en orden los acontecimientos desde la
aparición del mal hasta su extinción definitiva aprovecharemos para aclarar algunos aspectos más con la
ayuda del Espíritu de Profecía.
Satanás inicia su rebelión al no ser consultado en la creación del hombre, pero retiene su
condición de querubín cubridor aunque abandona su puesto.
Satanás extiende su rebelión a los ángeles y es retirado de su posición como querubín cubridor.
Dios podría haber destruido a Satanás y a los que simpatizaban con él tan fácilmente como
nosotros podemos arrojar una piedrecita al suelo; pero no lo hizo. La rebelión no se había de vencer
por la fuerza. Sólo el gobierno satánico recurre al poder compulsorio. Los principios del Señor no
son de este orden. Su autoridad descansa en la bondad, la misericordia y el amor; y la presentación
de estos principios es el medio que quiere emplear. El gobierno de Dios es moral, y la verdad y el
amor han de ser la fuerza que lo haga prevalecer.
Era el propósito de Dios colocar las cosas sobre una eterna base de seguridad, y en los
concilios del cielo fue decidido que se le debía dar a Satanás tiempo para que desarrollara los
principios que constituían el fundamento de su sistema de gobierno. Él había aseverado que eran
superiores a los principios de Dios. Se dio tiempo al desarrollo de los principios de Satanás, a fin de
que pudiesen ser vistos por el universo celestial.
Satanás indujo a los hombres a pecar, y el plan de la redención fue puesto en práctica.
Durante cuatro mil años Cristo estuvo obrando para elevar al hombre, y Satanás para arruinarlo y
degradarlo. Y el universo celestial lo contempló todo.
Ellen G. White, El Deseado de todas las Gentes, 706, 707
Satanás es expulsado del cielo con sus ángeles, ya no pueden ocupar sus antiguas
obligaciones allí, pero mantienen acceso a los mundos creados, entre ellos la tierra.
Hay algunos detalles que se irán añadiendo conforme tratemos otros temas. Presentarlos en estos
momentos podría resultar algo confuso.
Dios le bendiga.