Comunicación Organización Management - Ebook
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Comunicación Organización Management - Ebook
Diseño: comunicólogos.com
E- Book de edición argentina
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11723
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Índice
Pág.
Introducción 5
Capítulo 1. Organización: 7
Metáforas Organizacionales. La Pirámide, la Matriz y la Red. Niveles
Organizacionales. Organizaciones y las Personas. Redes y Pirámides
enrejadas. Organizaciones y Poder. El Futuro de las Organizaciones ya
llegó. Organizaciones y Comunicación.
Capítulo 2. Management: 19
Las Escuelas de Management. La Evolución de las Teorías del
Management. Management & Liderazgo. Comunicación &
Management.
Capítulo 3. Comunicación: 28
La Comunicación como Complemento de la Producción. La
Comunicación como Sinónimo de Difusión. La Comunicación como
Identificación. Comunicación & Sociedad de la Información.
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Índice
Pág.
Conclusiones. 55
Bibliografía Consultada. 58
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Introducción
Para el desarrollo de nuestra experiencia profesional es necesario recorrer permanentemente
el camino de ida y vuelta entre el pensamiento y la acción, la teoría y la práctica.
Este camino ya sea para el recién Graduado, que continua preguntándose a estas alturas
¿para qué me va a servir toda la teoría recibida en la Universidad?, o para el Profesional que
se desempeña en el área de comunicación de una organización o bien como consultor
independiente, es un camino de cambio continuo, dinamismo, interacción, vida.
Muchas veces se plantea que estamos en un mundo de cambio y que lo que hay que hacer es
ponerse a la vanguardia de esos cambios para no quedar afuera del mercado laboral. Pero
esto no implica deshacernos de todo lo aprendido, o pensarlo como una pesada carga que
ocupa lugar en nuestra memoria: se trata de saber dónde buscar lo que se necesita y cuando,
cómo y dónde aplicarlo, y con quiénes compartirlo.
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afortunadamente sigue siendo el factor humano el elemento más importante de las
organizaciones.
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Capitulo 1:
Organización
Para dar comienzo a este capítulo necesitamos señalar que nos referiremos con el término
genérico “organizaciones” a la multiplicidad de organizaciones sociales disponibles, con o sin
fines de lucro, dado que en la actualidad circunscribir a las empresas como únicos sujetos del
management resulta a todas luces obsoleto.
En una mirada panorámica de la historia de los estudios sobre las organizaciones, es dable
observar como se han ido “naturalizando” las distintas teorías generadas desde el ámbito de
la ingeniería, la psicología y la sociología, los enfoques de conducción de ellas derivados, las
conformaciones de jerarquías, niveles, posiciones y funciones en la división del trabajo
(según los diferentes períodos históricos), etc., al punto de convertirse en sistemas de
creencias y valores propias del “sentido común”.
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Metáforas Organizacionales
Distinguibles por sus diferentes orientaciones, escala y complejidad, han atravesado distintas
etapas a lo largo de la historia en general:
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Pirámides (1900 – 1950): Representa un periodo de medio siglo de
intensificación de la industrialización iniciada con la Revolución Industrial. En
este periodo, la estructura organizacional se caracterizó por ser piramidal y
centralizada, por la departamentalización funcional, por el modelo burocrático,
por la centralización de las decisiones en la dirección y por el establecimiento de
normas y reglamentos internos para disciplinar y estandarizar el comportamiento
de sus miembros.
Redes (1990 -): La estructura matricial fue insuficiente para dar a las
organizaciones la agilidad, movilidad y capacidad de innovación y cambio. Los
procesos organizacionales se volvieron más importantes que los órganos que
conforman las organizaciones. Los órganos, sean dependencias o divisiones, no
son definitivos, sino transitorios; los cargos y las funciones se definen y redefinen
constantemente debido a los cambios del ambiente y la tecnología; los productos
y servicios se adaptan permanentemente a las necesidades y demandas de los
clientes, cuyos hábitos ahora son mudables y exigentes.
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Los principales factores de diferenciación se consideran intangibles: estilo de
dirección, sistema de valores, usos, historia, personalidades, juegos de poder, etc.
Descripto en una forma tan breve y esquemática (Ver Gráfico Nº 1), para tratar de volver
más ágil, al mismo tiempo nuestra argumentación y vuestra lectura, no implica que este
recorrido iniciado en las estructuras jerárquico-piramidales, el salto a la escala matricial y el
advenimiento de las redes haya sido en modo alguno sencillo ni que aún estas tres formas
genéricas de organizar las organizaciones no continúen existiendo y superponiéndose.
Lo que intentamos resaltar aquí es que, dados los desafíos impuestos por el actual mercado
global y la sociedad de la información, las organizaciones actualmente tienden a conformarse
a partir de la lógica de las redes.
Niveles Organizacionales
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De esta manera, la organización puede atender a los desafíos que le presenta el contexto en el
que actúa sin descuidar ni desatender los retos y demandas internas, para ello desempeña un
rol clave la gestión comunicacional en la articulación permanente “en” y “entre” los tres
niveles descriptos.
Piramidal y descentralización
1900-1950 Sociedad de Masas
en departamentos y
dependencias.
En Red:
1990- Sociedad
Flujos generadores de
Informacional
centros.
Así como la organización define los objetivos que busca alcanzar, cada una de las personas
que la componen tendrá sus propios objetivos que pretende lograr y que, seguramente, no
siempre coincidan en su totalidad con la de los otros miembros de la organización.
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Todos y cada uno de nosotros tenemos diversos tipos de necesidades. Algunas de ellas son
más intensas (como por ejemplo el hambre o el temor) y nos empujan a satisfacerlas. Muchas
otras necesidades latentes no generan un comportamiento inmediato.
El psicólogo Abraham Maslow identificó una jerarquía de cinco niveles de necesidades. Cada
uno de esos niveles estaba dispuesto según el orden en que las personas tratan de
satisfacerlos y lo esquematizó en un gráfico conocido como la pirámide de Maslow (Ver
Figura 1).
Autorrealización
Necesidades personales de
alcanzar la plenitud.
Estima
Necesidades de respeto de uno mismo,
reputación, prestigio y estatus.
Pertenencia y Amor
Necesidades de afecto, de pertenencia a un
grupo y aceptación.
Seguridad
Necesidades de seguridad, protección y orden.
Fisiológicas
Necesidades de alimento, bebida, sexo y refugio.
Este estudio reconoce que las personas buscan satisfacer sus necesidades en varios niveles al
mismo tiempo y se sienten motivadas para pasar al nivel superior solo cuando las
necesidades del nivel anterior se encuentran razonablemente satisfechas.
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Finalmente, vale la pena comentar la expansión de distintos debates, que se han suscitado
periódicamente con cada vez mayor énfasis en las últimas dos décadas, que señalan
evidencias en torno al hecho de que la Pirámide de Maslow también se ha ido reticulando
vertiginosamente al ritmo de las transformaciones globales, científicas, tecnológicos y
comunicacionales y su impacto e interrelación con el campo de las aspiraciones humanas.
Ahora bien, muchas veces se generan procesos de cambio, anunciados por la Alta Dirección
de las organizaciones en términos rimbombantes, que afirman la transformación de la
mismas en redes, mientras que en realidad lejos de horizontalizarse los flujos
informacionales y comunicacionales, se quedan en meras reformas edilicias y de
organigramas generando lo que se da irónicamente en llamar “pirámides enrejadas”,
denominando así a organizaciones que en apariencia se han adaptado a los requerimientos de
los tiempos que corren, pero en las cuales sus miembros no han abandonado los hábitos
propios de los estadios verticalistas en materia organizacional.
El primer paso en dirección a generar una organización conformada en red, comienza por
percibir que hoy las relaciones Hombre- Espacio / Hombre- Hombre, tienen cada vez menos
parecido con un enfrentamiento cara a cara. Un número crecientes de redes de toda especie
se intercalan y organizan la interacción, por lo que visualizar la propia relación con este
conjunto de redes se convierte en un aspecto crucial para la vida colectiva y personal.
La noción misma de redes no es nueva. Desde hace tiempo, redes de carretera, ferroviarias,
aéreas, mediatizan la relación del hombre y el espacio. A lo largo de este siglo, telégrafo,
teléfono, radio y televisión se han hecho indispensables en las relaciones individuos,
empresas y comunidades.
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Ahora bien, definir las redes por su infraestructura es insuficiente. Las generaciones
precedentes de infraestructura eran claramente distintas de los objetos que les recorrían.
Las redes básicamente constituyen una metáfora para dar cuenta de una construcción y
deconstrucción permanentes dentro del tejido social, descentralizadas y sin jerarquías fijas
que posibilitan la acción colectiva de fuerzas aisladas y dispersas. Al mismo tiempo requieren
de flujos multidireccionales de información para que sea posible esa acción colectiva.
Organizaciones y Poder
Lo que las redes ponen en circulación son a la vez flujos de información y movimientos de
integración en línea a la globalización de la economía y las comunicaciones, produciendo y
reproduciendo un nuevo tipo de espacio reticulado que debilita las fronteras organizacionales
al mismo tiempo que convierte a las mismas en puntos de acceso y transmisión, de activación
y transformación del sentido de comunicar y del poder.
Mientras tanto, por todas partes escuchamos repetir, sin tiempo para la debida reflexión, que
el mero acceso a la información y al conocimiento es poder. En todo caso podemos decir que
el tema del poder no es algo tan sencillo.
Tal y como señalaba Foucault el poder no sería solo una fuerza que dice no, sino que de
hecho la atraviesa, produce cosas, induce placer, forma saber, produce discursos, es preciso
considerarlo como una red productiva que atraviesa todo el cuerpo social más que como una
instancia negativa que tiene como función reprimir.
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Desde esta perspectiva el poder se ejerce ya no desde la verticalidad del trono sino desde la
retícula cotidiana que ajusta los deseos, las expectativas y demandas de los ciudadanos a los
regulados disfrutes del consumidor, como aquel otro que al intensificar la división
/especialización / descentralización del trabajo intensifica la velocidad de circulación del
capital, del financiero como del productivo, de las informaciones, de las mercancías y de los
valores.
En síntesis, hoy más que nunca la relación Comunicación y Poder es una dimensión clave
para el abordaje de cualquier intervención profesional viable y factible en las organizaciones
contemporáneas.
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Los impactos más importantes que este “cambio de la economía” ha producido a escala
organizacional pueden ser caracterizados brevemente a partir de los siguientes ítems:
Los procesos organizacionales se vuelven más importantes que los órganos que
conforman las organizaciones.
Los órganos, sean dependencias o divisiones, no son definitivos, sino transitorias; los
cargos y las funciones se definen y redefinen constantemente debido a los cambios del
ambiente y la tecnología; los productos y servicios se adaptan permanentemente a las
necesidades y demandas de los clientes, cuyos hábitos ahora son mudables y exigentes.
Tendencias:
Uso diferente del espacio físico: las oficinas unipersonales darán paso a locales
colectivos de trabajo.
Teletrabajo: las funciones de retaguardia serán realizadas por los empleados en sus
casas.
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Organización virtual conectada electrónicamente, sin papeleo, que funcionará mejor y
estará más cerca del cliente.
Todas estas transformaciones organizacionales facilitan superar los puntos de vista sobre la
comunicación centrados en la mera transmisión de información operativa, en los intercambios
interpersonales formales e informales, en la generación de la información clave para la toma de
decisiones, etc.
Sin embargo, la mirada sobre la comunicación se encuentra aún demasiado asociada con la de la
mera transmisión de información. En infinidad de manuales de empresa aún se la define en
términos propios de la teoría matemática de la información.
Organizaciones y Comunicación
En este escenario las organizaciones demandan cada vez más la agilidad, movilidad y
capacidad de innovación y cambio necesarios para enfrentar los nuevos desafíos y aprovechar
las oportunidades presentes en un ambiente turbulento y de cambios frecuentes.
Para sobrevivir, en momentos de cambio y crisis permanentes como los que corren, toda
organización necesita ampliar su percepción y anticiparse: diseñar escenarios futuros,
predicciones realistas y operativas sobre las variabilidades del mercado.
Una percepción recortada, segmentada de las fuentes de la crisis pueden generar en-
frentamientos internos y/o con la estructura de poder y jerarquía de la organización, facilitar la
emergencia de tendencias auto-justificantes, fragmentarias, que niegan una visión global de la
gestión y de los procesos negando, de este modo, el origen de la crisis.
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Actuar en contextos como los descriptos, implica necesariamente una organización del
trabajo que favorezca la integración y el enriquecimiento, el espíritu de equipo, orientaciones
claras hacia el entorno y un modelo de gestión participativa configurado a partir del lazo
bidireccional y de la doble articulación entre la comunicación y las organizaciones:
Se trata de desarrollar una visión global que integre al management y la comunicación en forma
sinérgica, superando las prácticas inerciales, compartimentadas, captando los vectores
relevantes, interpretándolos para facilitar las interacciones con los distintos contextos internos y
externos de la organización.
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Capitulo 2:
Management
Al proceso de planificar, controlar, organizar y conducir una organización utilizando la
totalidad de sus recursos para alcanzar las metas establecidas, es aquello que generalmente
conocemos por Administración.
Su mirada se concentra en las cosas, las estructuras, los programas, el control, la medición, la
eficiencia, lo transaccional, los flujos de caja, el tiempo, la información, las instalaciones, los
stocks, los balances, la utilidad, la rapidez, etc.
Con la aparición de organizaciones cada vez más complejas se hicieron necesarios distintos
métodos y convirtieron al Management en un campo de acción definido: las organizaciones
con sus procesos internos de relaciones entre personas, la estructura interna y los recursos
que ésta necesita para su funcionamiento, en el marco de los procesos de producción y de
prestación de servicios.
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Cada una de ellas ha aportado un punto de vista diferente para facilitar la identificación de
los problemas y las oportunidades que se le presentan a la administración y cómo lidiar de la
mejor manera con ellos en cada caso y escala de dirección. A continuación les proponemos
realizar un recorrido por el amplio campo del management a partir del establecimiento de
tres grandes etapas, como camino para facilitarnos la comprensión de su desarrollo en el
marco de los alcances del presente trabajo (Ver Gráfico Nº 2):
1) Teorías Iniciales: Está etapa estuvo marcada por los aportes de Frederick Taylor,
Max Weber y Henri Fayol. Era un momento en que las organizaciones se “conducían”
burocráticamente en búsqueda de la mayor “eficiencia” posible.
Por último, Henri Fayol sostenía que los principios de gestión eran universales y se
aplicaban a todo tipo de organización. Identificaba catorce principios entre los que se
destacan la Primacía de la Organización (sus intereses eran superiores a los de sus
empleados); Metas Organizacionales (una vez seleccionados los objetivos, su
instrumentación debe ser asignada a grupos claramente definidos y capaces de
cumplirlos) y Cadena de Mando (estableciendo una clara jerarquía, cada empleado
debería recibir órdenes de un solo superior).
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2) Management Funcional: Siguiendo los aportes del momento anterior esta etapa
se centra fuertemente en las funciones de los directivos. La organización ya no se
conduce tan linealmente sino que comienza a pensarse en un gerenciamiento más
descentralizado para lo cual son necesarios niveles ejecutivos en los que, por un lado, se
encuentran los ejecutivos, responsables de las áreas de producción, marketing,
finanzas, etc. y, por otro, un conjunto de asesores técnicos y especialistas que asisten a
los primeros para alcanzar los objetivos propuestos en la etapa de planeamiento.
Para que esos objetivos se cumplan también será necesario desarrollar estrategias e
identificar políticas y programas para implementarla. Todos los niveles de una
organización requieren planes y los de menor nivel deben compatibilizarse con el
proyecto general.
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Esto teniendo en cuenta que sus prácticas gerenciales se aplicarán en un contexto
global en el que las corporaciones fabrican en un país y venden en otros, se encuentran
interconectados en redes y los permanentes avances tecnológicos pueden derivar en
nuevos métodos para producir bienes y prestar servicios lo que implica una
capacitación permanente de la fuerza laboral. Además, entra en juego un contexto de
expectativas cambiantes por parte del personal quienes exigen nuevos parámetros que
les permitan tener una carrera sin sacrificar valores ni responsabilidades familiares.
Desde 1970 las diferentes escuelas y autores como David McClelland, Tom Peters, Henry
Mintzberg, Alan Fox y Harry Braverman (los dos últimos desde una posición teórica más
crítica), entre otros continuaron con la integración iniciada por Drucker - y que
mencionáramos anteriormente - al mismo tiempo que daban lugar al surgimiento de los
modelos que incorporan el concepto de stakeholders y de una creciente necesidad de
desarrollar con mayor amplitud una ética de los negocios.
Es así que, a modo de síntesis, para su desarrollo durante todo el Siglo XX el conjunto de
técnicas de dirección y gestión institucionales - abordadas desde la Sociología, la
Administración, la Psicología, etc. - han recorrido un largo camino.
Evolucionaron integrando:
Participación.
Descentralización.
Innovación.
Motivación.
Trabajo en Equipo.
Calidad.
Complejidad.
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Gráfico Nº 2: Las Etapas del Management
Características Conceptos
Etapas Autores
Organizacionales Fundamentales
Utilización de Métodos
Científicos en la medición y
control de los procesos de
planta (Taylor).
Teorías Frederick Taylor,
Max Weber, Las organizaciones se La organización dirigida por
Iniciales
Henri Fayol, conducían en búsqueda de la leyes y no por personalidades
Entre otros. mayor eficiencia posible (Weber).
Además de Gerentes, se
buscan Líderes.
Management Peter Drucker, Interconexión e redes y
Estratégico entre otros. nuevas formas de Se prioriza la identificación de
producción. las “competencias”
gerenciales: inteligencia,
versatilidad, relaciones con sus
subordinados, entre otras.
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En este recorrido se observan cuatro grandes tendencias:
Finalmente lo que nos interesa hacer foco aquí es que en la medida en el management ha
evolucionado a lo largo del último siglo, su integración con el desarrollo de la comunicación
ha ido aumentando vertiginosamente, en particular en todos los procesos aplicados a la
creación de valor en las organizaciones.
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Management & Liderazgo
1- El hombre es un animal social y por lo tanto no son los factores materiales, sino
principalmente los psicológicos y sociales, los que influyen más en el crecimiento de la
productividad del trabajo.
Por lo tanto, la solución al problema es tema de quienes dirigen las grandes organizaciones.
Así el Liderazgo hace su entrada de la mano del humanismo como factor clave para resolver
fundamentalmente el aumento de la productividad sin que esto implique tan solo a las
retribuciones salariales. A partir de allí y a lo largo del siglo XX surgieron grandes
teorías/corrientes de pensamiento en torno al liderazgo (Ver Gráfico Nº 3).
Las teorías del liderazgo “del Gran Hombre”, que hasta 1990 dominaban todos los debates,
originaron las teorías de liderazgo del rasgo. Ciertos teóricos reaccionaron privilegiando los
factores situacionales y ambientales.
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Gráfico Nº 3: Teorías de Liderazgo / Síntesis
del Gran Hombre grandes hombres y mujeres (por ejemplo, Moisés, Mahoma,
Juana de Arco, Washington, Gandhi, Churchill, etc.). Dowd
(1936) sostenía que “no existe nada parecido a un liderazgo
de las masas. Los individuos de cualquier sociedad ostentan
grados diversos de inteligencia, energía, fuerza moral y sea
cual sea el rumbo que, bajo determinadas influencias, tomen
las masas, siempre están lideradas por una minoría
superior”.
Teorías Bogardus (1918) El liderazgo depende de las exigencias que plantea una
Teorías Ericsson (1964); Frank (1939); Las funciones de líder como figura paterna: una fuente de
Psicoanalíticas Freíd (1913, 1922); Fromm amor y temor, como encarnación del super yo; el desahogo
(1941); H. Levison (1970); emocional de las frustraciones y agresiones destructivas de
Wolman (1971). los seguidores.
Teorías Argyris (1957, 1962, 1964); Blake en organizaciones efectivas y unidas. Los defensores de este
y Mouton (1964, 1965); Hersey y enfoque teórico sostienen que los seres humanos son, por
Humanísticas
Blanchard (1969, 1972); Likert naturaleza, seres motivados, y las organizaciones, por
(1961, 1967); Maslow (1965); naturaleza, estructuradas y controladas. En su opinión, la
McGregor (1966, 1969). función del liderazgo es modificar las restricciones
organizacionales y proveer libertad a los individuos, a fin de
que realicen plenamente su potencial y contribuyan a la
organización.
Fuente: Covey, Stephen R. El 8º Hábito. De la efectividad a la grandeza, Paidós Empresa, Argentina, 2005, Pág. 391.
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Comunicación & Management
Así se hace cada vez más difícil hablar de “adentro” ó “afuera” de las organizaciones: La
comunicación es a un tiempo recurso y contexto. Como en el grabado de Escher “Galería de
Cuadros” somos a un tiempo observador y parte del cuadro que estamos contemplando.
Hoy más que nunca las organizaciones requieren de la integración de los presupuestos de las
múltiples teorías y técnicas desarrolladas en nuestro campo, con las distintas prácticas que en
el ámbito del management se han ido desarrollando desde principios del siglo XX.
Si bien es cierto que dicha integración necesita superar las posiciones academicistas y
facilitar la participación desde cada disciplina particular para optimizar la calidad de los
servicios profesionales que se brindan en el conjunto del sector , también es necesario
reconocer que el mercado en el que nos desenvolvemos no es idílico. Infinidad de “gurúes del
pensamiento empresarial” promueven permanentemente “recetas novedosas” que enturbian
el campo conceptual de la comunicación propagando una versión reductiva del conjunto de
sus teorías, modelos y herramientas.
Dejando de lado las consideraciones que puedan suscitarnos todos estos reduccionismos,
estamos convencidos que siempre lo más importante es ir más allá de las recetas. La
biblioteca es también un “pañol de herramientas”. Si nos quedamos en el refugio académico y
no salimos al mercado a aplicar profesionalmente nuestro inmenso bagaje de teorías
enfoques, modelos, metodologías, técnicas y herramientas, la cada vez más estratégica y
necesaria integración entre las Ciencias de la Comunicación y el Management quedará
reducida a buenas intenciones.
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Capítulo 3:
Comunicación
Habitamos una época en que los Medios de Comunicación se han vuelto omnipresentes.
Convivimos distintas generaciones que presenciaron el surgimiento de la radio, la llegada del
hombre a la luna, viajaron y viajan en buque o avión acortando distancias en función del
tiempo, pasaron de la telefonía analógica a la celular, de la aparición de la Televisión de
blanco y negro a color, de estar contenidas en grandes muebles a las pantallas de plasma o
LCD, de la espera de las cartas a la inmediatez del mail, a la Web, el Chat, las Redes Sociales,
etc. Para algunos, recuerdos y sorpresas permanentes. Para otros, migraciones y
aprendizajes. Para los más jóvenes, lo dado.
A continuación iniciaremos nuestro recorrido por tres diferentes caminos que al andar
trazaron senderos que se bifurcan y reencuentran permanentemente, en la línea del tiempo
del desarrollo de nuestro campo disciplinario.
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Nos referimos a tres etapas que atravesó la gestión de la comunicación en las organizaciones,
que se sucedieron a lo largo del Siglo XX, y que podríamos denominar con fines explicativos
(Ver Gráfico Nº 4):
1- Etapa de la Producción
2- Etapa de la Difusión
2- Etapa de la Identificación
Desde los anuncios a viva voz de los pregoneros hasta la aparición de panfletos y avisos
gráficos con el surgimiento de la imprenta el objetivo era promover el consumo de bienes y
servicios.
Es posible rastrear el uso de la comunicación al servicio del comercio desde épocas muy
tempranas. En Atenas, ante la llegada de cada barco, los pregoneros anunciaban la oferta de
mercancías de cada uno de ellos. También existían los carteles del circo romano y los rótulos
comerciales de Pompeya.
Con el inicio de la arquitectura y, con ella, del artesanado de los canteros comenzaron a
marcarse los productos con el objetivo de identificar a su autor o maestro constructor y, más
adelante, como forma de identificar la pertenencia a un Taller o Logia.
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Ubicándonos más cerca en la historia, desde fines del Siglo XIX y principios del XX, podemos
observar que el foco estaba puesto en el mero complemento de la producción, materializado
en el etiquetado de las cajas, envases, etc. Luego, comienza el diseño errático de algunos
afiches o avisos publicados en periódicos pero que distan mucho de aquello que hoy en día
nuestro ojo adaptado al diseño podría reconocer como un aviso profesional.
Desde el punto de vista de la experiencia americana, diversos autores coinciden en que una
de las primeras acciones de relaciones públicas conocidas fue la inauguración de la primera
línea de ferrocarril que unía Nueva York con San Francisco en 1870. En aquella oportunidad,
habían invitado a bordo del tren importantes periodistas y líderes de opinión y allí mismo se
editó un pequeño periódico para replicar la experiencia a aquellos que estuvieron ausentes.
Luego, a comienzos del siglo XX comienzan a publicarse investigaciones sobre las pésimas
condiciones laborales de los obreros de la época desatando divergencias entre quienes
consideraban que los empleados debían estar al tanto de lo que sucedía en su empresa (entre
ellos, el periodista y escritor Joseph Pullitzer) y empresarios que consideraban lo contrario.
En este contexto, en 1906 durante un período de huelgas, la industria americana del carbón
contrata al hoy prominente Ivy Lee con el propósito de mejorar las relaciones existentes entre
las empresas y sus públicos. Ese mismo año, Lee había sido contratado por una empresa
ferroviaria de Pensilvania durante un accidente producido en una de sus líneas.
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En ambos casos, las líneas de acción incluyeron el libre acceso de la prensa a la totalidad de la
información y la disponibilidad de los empresarios o su vocero para responder a las
preguntas de los periodistas.
En 1914, es Rockefeller quien convoca a Lee para ocuparse de las huelgas que se estaban
dando en sus empresas y, sobretodo, de una en la que una protesta había sido reprimida
brutalmente por la policía causando la muerte de 28 obreros. Nuevamente, Lee considera
importante anteponer la transparencia comunicativa (datos reales) a lo meramente
publicitario y hace pública la economía de cada una de las empresas para que justifiquen el
salario de sus trabajadores así como también recomendó encarar diversas acciones con el
objetivo de cambiar la imagen familiar ante sus públicos: por ejemplo, la donación de la
construcción de un hospital en la ciudad de Nueva York entre otras acciones de mecenazgo.
En tanto, desde la perspectiva europea la empresa alemana AEG en 1908 tomo una iniciativa
hasta el momento insólita en el ámbito industrial y consistía en otorgarle una creciente
importancia a la coordinación del conjunto de componentes de la organización – edificios,
productos, anuncios y catálogos, etc.- para alcanzar una estilo organizacional unificado.
Tal como señala Joan Costa, “la innovación de AEG consistió en incorporar a su equipo a
dos profesionales hasta entonces absolutamente ajenos a la plantilla de las empresas: el
arquitecto, diseñador industrial y artista gráfico alemán Peter Behrens y el sociólogo
austríaco Otto Nerath. Ambos se encargaron de concebir un `estilo´ de empresa que
alcanzaría tanto la producción, la comunicación, los mensajes, los objetos y los entornos,
como las relaciones internas y externas, comerciales e institucionales”1.
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En su obra clásica Cristalizando la Opinión Pública (1923), Bernays sienta las bases para la
distinción de las relaciones públicas como disciplina comunicacional con un campo teórico y
profesional claramente delimitado. También, introduce por primera vez la figura del asesor
de Relaciones Públicas, responsable de establecer y garantizar un diálogo de doble vía en el
que el profesional es capaz de explicarle la organización (sus objetivos, productos y servicios)
a sus públicos y sus públicos (necesidades, expectativas, potencialidades) a las organizaciones
en las que se desempeña. Por todo ello, es que comúnmente se lo conoce como el padre de las
Relaciones Públicas.
Pese a la importancia histórica que luego van a tener las experiencias recién referidas, aún
nos encontramos en una etapa muy temprana de la comunicación en las organizaciones. Por
entonces, las organizaciones, tanto mayoristas como minoristas, contaban con
departamentos de venta, compuestos por un Jefe o Ejecutivo quien tenía a su cargo la
supervisión de una Fuerza de Ventas que en su despliegue territorial se limitaba a la
concreción de transacciones ya acordadas.
En la medida que la oferta de productos y servicios fue acelerando cada vez su marcha y que
la demanda se iba sofisticando y desplegándose ambas en el mercado internacional, y con
esta expansión productiva nacieran la llamada sociedad de consumo y los medios masivos de
comunicación, se volvió necesario, urgente, pasar a otro nivel en materia de comunicación
organizacional.
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La comunicación comienza a volverse sinónimo/respuesta a la alta demanda de la difusión
entendida a partir de las siguientes dimensiones:
Es hacia allí donde las organizaciones recurrirán mayoritariamente en esta etapa, en forma
exclusiva o complementaria, con estilos más bien desordenados e hijos del cortoplacismo y
urgencia por “darse a conocer” y “vender, vender, vender”.
Entre las diferentes disciplinas y técnicas utilizadas resultan clave las siguientes:
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Gestión de Prensa: en la presente etapa ya no se trataba de solo publicar
avisos en los diarios y revistas nacionales y/o locales. El desarrollo de la gestión
de prensa desde las organizaciones comenzó a ampliarse a incrementar su
presencia en los Medios, no solo en términos de publicidad de productos, sino
también desde el punto de vista de la construcción de prestigio institucional que
cobijara y se extendiera en forma bidireccional entre la empresa y el conjunto de
sus productos y servicios.
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Así, las Relaciones Públicas facilitan y desarrollan la promoción de individuos y /
o productos como también la comunicación con los diferentes públicos de una
organización (socios, personal, accionistas, consumidores, proveedores, etc.)
utilizando métodos que favorezcan la comprensión, el consentimiento y logren
una determinada respuesta del público con el objetivo de acrecentar la notoriedad
y / o de mejorar su imagen de una empresa o producto.
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Además, ofrece ventajas comparativas respecto a la clásica compra de espacio
publicitario ampliando el tiempo de aparición de la imagen de la marca durante
la transmisión patrocinada.
Para cumplir eficientemente con dicha tarea, la Difusión, si bien brindaba gran efectividad
comercial, comienza a mostrarse insuficiente para las nuevas demandas, necesidades, gustos
y aspiraciones, que una nueva generación de consumidores, producto de la instalación de los
medios masivos de comunicación como nuevo entorno social, planteaban.
Sin embargo el mercado global iba a levantar nuevamente la apuesta. Las organizaciones
expandieron sus mercados globalmente sin detenerse en fronteras ni banderas, dando paso a
la llamada configuración Global o Trasnacional de las organizaciones en las que a partir de su
armado en Red llevaron su estilo de Management y de Comunicación a un nivel
completamente diferente. Este es el lugar en el itinerario propuesto en el que las
organizaciones pasaron de ser un mero lugar de producción, se transforman de meras
entidades en Id- Entidades.
En dicho contexto ya no bastaba solo con incrementar la Publicidad o aceitar las Relaciones
Públicas, la Gestión de Prensa, el Patrocinio o dejar todo en manos del Marketing. Antes
bien, el management se orienta hacia la reunión y puesta en sistema de todas las modalidades
de gestión en la comunicación de las organizaciones aplicadas en la etapa anterior.
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Comienza a hablarse entonces de Comunicación Institucional o Corporativa, como punto de
encuentro entre el conjunto de las distintas modalidades de difusión que se disputaban el
centro de la escena en la etapa anterior, competencia en la que no solo ninguna resultaba
vencedora sino que a su vez se perdía de vista la nueva escala que el mercado demandaba.
“El término Comunicación Corporativa posee una cierta polisemia ya que en sentido
estricto, debería abarcar a la totalidad de las comunicaciones de la empresa. No
obstante, el sentido con el que hasta ahora lo he venido utilizando y de nuevo reitero
es el de la comunicación de la personalidad de la empresa hacia el exterior”
(Villafañe, J. 1993).
2 Vale la pena detenernos un momento en la utilización de los términos “institucional” y “corporativa”, como supuestos
sinónimos. La misma responde a que en Iberoamérica en general y en Francia particularmente, el término institucional se
utiliza para denominar solo a entidades públicas, mientras que el vocablo “corporate” utilizado en el mundo angloparlante
resultaba más adecuado para referirse a la comunicación profesional en las organizaciones que tienen por objetivo principal e l
lucro, es decir empresas.
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En este contexto, la Comunicación Interna ha ido evolucionando de una primera
aproximación como “publicidad interna” a la integración más actual con Políticas de
Recursos Humanos.
Del mismo modo, la Comunicación Externa podría considerarse más que como una práctica
en sí misma, una práctica de prácticas ya que recurrentemente requerirá – como
mencionamos anteriormente - el soporte de diversas prácticas comunicacionales.
“La empresa actual no puede pretender ser eficiente tanto en el plano social como el
económico, sin promover modos comunicantes de organización y formas organizadas
de comunicación que contradicen esquemas tradicionales de funcionamiento (…) a
falta de un concepto global que enuncie al mismo tiempo la idea de Organización
Comunicante y de Comunicación Organizada proponemos aquí hablar de: gestión
organización – comunicación.” (Bartoli, A., 1992)
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Actualmente existe un amplio consenso general que reconoce que la comunicación
desempeña un rol central en la producción de bienes intangibles como las tecnologías
propietarias, las marcas, el conocimiento de los miembros de una organización en la medida
que aportan su inteligencia, habilidades, personalidades, aspiraciones, percepciones, etc., y
las relaciones con sus distintos públicos y proveedores.
Son muchas las definiciones que con mayor o menor grado de reduccionismo tecnológico,
entusiasmo emancipador y advertencias tecnófobas y apocalípticas se superponen con
respecto a la llamada Sociedad de la Información.
Por lo tanto resulta clave actualizar, desde un punto de vista comunicacional, la mirada
respecto a la misma. En primer término vale la pena puntualizar que sociedades de la
información fueron todas, de la primer sociedad humana hasta hoy. Por lo tanto, decir
sociedad de la información no indica nada porque todas las sociedades intercambiaron
información, todas las sociedades para convertirse en tales tuvieron intercambios simbólicos.
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Gráfico Nº 4: Etapas de la Gestión en la Comunicación de las Organizaciones
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Este Autor prefiere hablar de Sociedad Informacional, término que: “indica el atributo de una
forma específica de organización social en la que la generación, el procesamiento y la
transmisión de la información se convierten en las fuentes fundamentales de la
productividad y el poder, debido a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen en este
período histórico” (Castells M., 2000).
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41
Capítulo 4:
Como hemos intentado mostrar brevemente hasta aquí, a lo largo del Siglo XX han tenido
lugar distintos desarrollos en paralelo en los campos de las organizaciones, el management
que, a partir de la aceleración, el crecimiento exponencial y complejidad que ha adquirido el
mercado mundial contemporáneo, también fueron articulándose en forma sostenida.
En este capítulo nos proponemos abordar inicialmente las distintas dimensiones a partir de
las cuales intentamos delinear los ejes más importantes para facilitar el encuadre de las
demandas comunicacionales en las organizaciones contemporáneas; para posteriormente
ingresar en las modalidades y competencias posibles y necesarias para nuestro ejercicio
profesional.
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Un Nuevo Contexto
Las necesidades de difusión no alcanzaban tan solo a las empresas, sino que fueron
extendiéndose a todas las tipologías organizacionales. Gobiernos, Iglesias, Fuerzas
Armadas, Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), comenzaron a necesitar
también hacerse oír;
La aparición de un mercado consumidor cada vez menos masificado y cada vez más
segmentado, tanto hacia el exterior como hacia el interior de las organizaciones, que
produjo la aparición de públicos diversificados entre los que podemos mencionar:
El impacto potencial de los medios sobre una organización es tal que éstas se han
visto obligadas a establecer departamentos de relaciones públicas y relaciones
con la prensa mediante los cuales se les acercan a los medios y periodistas
materiales informativos y un acceso fluido a los altos cuadros gerenciales. A
cambio de ellos, los medios respetaran las necesidades organizacionales de recibir
una cobertura favorable y ofrecerán la posibilidad de presentar el punto de vista
de la organización ante determinada situación.
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Grupos de Interés (Stakeholders): Las decisiones de marketing de una
organización se ven influenciadas por las expresiones de interés de las
organizaciones de consumidores, grupos ecologistas, organizaciones minoritarias,
etc. En la actualidad, las organizaciones buscan lograr un equilibrio entre las
necesidades de los consumidores y ciudadanos y los intereses de la organización.
Cada vez más, las organizaciones definen estrategias para mejorar su imagen ante
todos sus públicos dado que una buena reputación por integridad y un fuerte
compromiso con los distintos públicos de la organización, puede generar lealtad y
proveer un espacio de confianza en tiempos de crisis, teniendo un público más
tolerante y más propenso a restaurar la misma cuando la crisis termina. Del
mismo modo, prácticas de marketing responsable que son percibidas de manera
negativa pueden menguar la imagen de marca y la reputación de una institución,
así esta tenga productos o servicios de muy alta calidad.
La cada vez más palpable permeabilidad de las fronteras organizacionales que como
conjuntos borrosos comienzan a articular a la comunicación dado que – tal como
decíamos en el Capítulo 2- las transformaciones políticas, económicas, sociales y
tecnológicas que emergieron en las últimas décadas han impactado en el campo de la
comunicación transformándola de ser solo “un recurso estratégico” para el desarrollo
económico de las comunidades, a ser también “el contexto” en el que se desenvuelven
las organizaciones contemporáneas.
Este nuevo conjunto de desafíos al que día a día se enfrentan las organizaciones, centra la
preocupación en el reto que implica encontrar un equilibrio constante entre, por un lado, la
eficacia económica (dónde es fundamental la funcionalidad y optimización en la gestión de
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los recursos tanto económicos como humanos) y por otro lado, la toma en consideración de
valores no económicos que hacen a la calidad de vida de sus empleados y de la Comunidad en
la que la organización está inserta.
Para ello las viejas áreas de prensa, relaciones públicas, los grandes departamentos de
marketing y publicidad de las organizaciones, necesitan una nueva escala y, por supuesto, el
management de un nuevo tipo de profesional de la comunicación, ya sea este Funcionario de
la organización o Asesor Externo, que este a la altura del proceso que le toca liderar.
3. Su valor es potencial: Los activos tangibles —las materias primas, sin ir más
lejos— pueden valuarse en función de su costo o su precio de mercado. Los activos
intangibles tienen un valor potencial, que no es real hasta convertirse en valor tangible.
Esa transformación se lleva a cabo a través de procesos organizacionales como el diseño
de un producto, su entrega y la prestación de servicios, etc.
4. Los activos están agrupados: No es común que los activos intangibles generen
valor por sí mismos. Para crearlo deben agruparse con otros activos, en general,
también intangibles. Invertir en alguno de esos activos, sin considerar a los demás,
llevaría al fracaso. En otras palabras, no se crearía valor.
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Los bienes intangibles se han convertido en un insumo estratégico e implica un proceso
formal, dirigido a identificar la información que posee la organización y que podría
beneficiar al resto de sus integrantes, con el fin último de encontrar una “forma de hacer”
sencilla de ser apropiada y comunicada. Las prácticas varían de organización en
organización.
Sin la planificación de estas tareas – entre otras - lo que parece ser gestión comunicacional
se vuelve algo informal o fortuito y es probable que el conocimiento acumulado en la empresa
nunca llegue a descubrirse o transmitirse. Formalizar la Gestión Comunicacional puede
impedir esta pérdida de tiempo y recursos obteniendo fuertes mejoras en la productividad.
Si aquellos que dirigen una organización, por ocupar ese rol, suponen que su función es
“dirigir” a los empleados como se dirige el tránsito, sin tomar el diálogo como protagonista
de toda comunicación, no hay proceso de Gestión Comunicacional posible, solo habrá una
respuesta mecánica y adiestrada.
Desde una mirada de corto plazo puede resultar más fácil dominar y manipular que abrir
espacios de reflexión y participación, donde el “dirigir” se complejizaría ya que implicaría una
verdadera tarea de interacción y comunicación.
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En tal proceso la tarea de los responsables de la gestión en la comunicación de las
organizaciones se expandió, generando numerosos campos de competencia y peritación,
multiplicando sus prácticas y los requerimientos profesionales para el desarrollo continuo de
modelos de liderazgo3 comunicacional.
Los primeros cambios que se asumen con mayor facilidad y como si sólo con estos fuera
suficiente, son aquellos que están relacionados con la dimensión estructural, con aquello que
por naturaleza ‘dura’ y que a simple vista se hace notar. De esta manera lo fundamental pasa
a un segundo plano. ¿Qué pasa con el factor humano, con las personas que luego tienen que
estar arriba de ese cambio, generando modelos de gestión y de aprendizaje permanente en
función del cambio?
3 La definición tradicional de liderazgo que ha atravesado casi todo el Siglo XX es aquella (conocida como “Teoría del Gran
Hombre”) en la que se afirma que todas las cualidades asociadas al mismo: iniciativa, capacidad de conducción, motivación,
trabajo en equipo, carisma, etc. están recortadas en una sola persona de manera innata por lo cual otros integrantes depositan
en él un alto grado de identificación y respeto; y que finalmente en los últimos años diferentes enfoques han señalado que to das
aquellas cualidades descriptas anteriormente, en realidad son funciones que los grupos necesitan y que muchas veces estas
funciones están repartidas. Un buen líder lo que hace en ese proceso es hacer que todos potencien más su capacidad de
liderazgo.
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Pero para que se puedan dar estas cuestiones, tenemos que dejar a un lado el concepto de
“resistencia al cambio” que genera una estrategia que parte de la base de que los otros son
sujetos recipientes del cambio y que tienen que adecuarse a este, para lo cual ofrecen
resistencia que es muy común encontrar cuando se quiere trabajar en función al cambio.
Otro supuesto, que es con el que se debería trabajar, parte de la base en la cual los sujetos
somos nosotros, y debemos involucrarnos en el proceso de cambio como parte de él, siendo
nosotros parte del cambio tenemos que asumirlo en conjunto. A partir de ahí yo soy parte de
una responsabilidad colectiva de que el cambio se produzca.
También muchas veces se plantea que estamos en un mundo de cambio y que lo que hay que
hacer es ponerse a la vanguardia de esos cambios, pero esto no implica no conservar
aquellos elementos que tienen que ver con lo que yo hago, que en primera instancia es lo
que me da seguridad.
Es por ellos que – como decíamos en la introducción del presente trabajo - la posibilidad
incluso de innovar, de atreverse, de ser audaz está también basada en la posibilidad de saber
conservar aquello que fortalece y que permite lo otro: no hablamos del conservadurismo
desde el punto de vista de lo que significa el no-cambio sino del conservadurismo que
significa conservar precisamente aquello que permite el cambio, que lo posibilita. Y la
innovación, no es invención, es innovar: colocar dentro de lo nuevo algo nuevo más.
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Una de las primeras cuestiones es cómo hacer para que en un momento en el cual se
simplifican los procesos tecnológicos de gestión, el origen del proceso de aprendizaje que en
un principio se va desarrollando de una manera hermética se pueda liberar, para luego
cuando se socializa el proceso de aprendizaje este sea mucho más sencillo. Es decir, se va a ir
socializando el conocimiento y la técnica de ese procedimiento de tal manera que penetra en
el conjunto social y se genera la posibilidad de aprendizajes.
En tal sentido el reconocido pensador del campo de la Gestión Peter Drucker señalaba hace
casi una década atrás que:
“Dentro de unos cien años, cuando la historia de esta época se escriba desde una
perspectiva distante, es probable que el acontecimiento más importante para los
historiadores no sea la tecnología, ni Internet, ni el comercio electrónico, sino el
cambio sin precedentes en la historia de la humanidad. Por primera vez –
literalmente- hay muchísimas personas que pueden elegir y su número crece con
rapidez. Por primera vez tendrán que gestionarse a sí mismas. Y la sociedad no está
preparada para ello.”
Para la Comunicación Profesional esta concepción reticular y creativa del liderazgo es clave.
Difícilmente haya procesos de creación de valor en organizaciones en las que el conocimiento
sea un objeto tabulado, encerrado en lo más alto de la pirámide dirigencial y que no integre
flujos comunicacionales multidireccionales, sino solo descenso vertical de información.
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Hacia un Modelo de Liderazgo Comunicacional
Una red de comunicación es una red especial que hay que construir, no es cualquier red: la
comunicación es un activo intangible. Por lo tanto para poder realizar esta red, es
imprescindible disponer una cultura diferente en la organización, que facilita complejizar las
miradas para que entre todos podamos interactuar generando conocimiento como recurso y
como contexto.
Para la generación de esta red de comunicación, es importante pensar qué es lo que puede
proveer cada integrante de la organización para la construcción de la misma, valorando a
cada individuo como un ser autónomo y portador de múltiples conocimientos.
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Quién sea la persona responsable de la Gestión Comunicacional, según su nivel de incidencia
en la Alta Dirección, debería contar con los siguientes atributos o competencias:
Ser Confiable.
Actuar de forma Consistente tanto en sus dichos como en los hechos.
Ser Claro.
Desarrollar un perfil Negociador.
Guiar los procesos de cambio (gestionando las relaciones interpersonales
y construyendo alianzas).
Ser Empático y Carismático.
Observar y escuchar atentamente.
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Para el Liderazgo y la Gestión Comunicacional es clave el valor de lo colectivo, de las
personas trabajando en Equipo para generar valor participativamente, de modo tal que este
trabajo se multiplique en distintos planos tanto internos como externos a la Organización.
En esto debemos ser muy claros: la participación no puede ser un elemento meramente
declarativo, sino que para la Gestión en la Comunicación resulta fundamental tener en cuenta
que la Participación es mucho más que “estar conectado”.
Más allá de la Tecnología de última generación con la que contemos, los procesos
participativos necesitan garantizar además los tres siguientes elementos complementarios:
Se trata de favorecer espacios que faciliten formar, tener y tomar parte en los procesos
orientados a la creación de valor en las organizaciones, facilitando involucrar en lugar de
convencer, enriqueciendo la toma de decisiones a partir de la experiencia individual agregada
para la integración entre los objetivos institucionales y los individuales, a través de la
generación de redes de comunicación, la emergencia y desarrollo de nuevas alternativas para
el desarrollo de la organización tanto a nivel interno como externo.
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Es aquí donde la necesidad de recurrir al aprendizaje como generador de cambios es
fundamental. Por aprendizaje entendemos no solamente a una facultad propia de las
personas sino que lo estamos colocando en el nivel de la interacción social posible de las
personas, que potencia el conjunto del conocimiento de cualquier tipo de organización.
En este sentido decimos que todos los que componen una organización constituyen un
potencial de aprendizaje, las personas aprenden unas de otras, con lo cual ese potencial no es
un “don” de cada uno sino una habilidad de todos, en la medida en que haya espacios
crecientes de comunicación con amplios grados de autonomía y participación sostenible en el
tiempo.
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Conclusiones
En un mundo de crisis recurrentes, anticiparse, imaginar nuevos escenarios y la emergencia
de nuevas oportunidades de negocios, es un requisito indispensable para el desarrollo de toda
estrategia comunicacional exitosa en las organizaciones contemporáneas.
Las organizaciones empresarias, sociales y políticas no desconocen que éste será uno de los
desafíos propuestos como consecuencia directa de los movimientos de cambios globales en
los que actualmente se desarrollan sus actividades.
En el mundo de hoy más que nunca hay que ser y parecer. La Calidad de Atención al Publico
es a un tiempo más y menos que el “May I help you!!” de McDonalds. Las Comunicaciones
Externas va mucho más allá de los Campañas Exitosas, las Apariciones en Medios Masivos,
las Promociones, o los Mensajes Publicitarios.
Para hacerlo posible conviene tener en cuenta tanto los lineamientos definidos por la
Estrategia Comunicacional de la Organización como así también los Aspectos Coyunturales a
los que se apunta, integrados bajo las características básicas (Programación, Target/Públicos
Objetivos, Equipo Creativo, Concepto, Tono, Media Planning, Soportes, etc.) que deben
cubrir todas las Acciones que se encaren en el marco de los distintos Proyectos de Gestión en
las Comunicaciones Externas.
Frente a la magnitud de los desafíos propuestos no alcanza con confiar en la fortuna para
superar las emergencias. Se trata no solo de sobrevivir, sino de asumir la necesidad de
profesionalizar el desarrollo de Altos Niveles de Participación y trabajo en equipos resultan
claves al momento de aportar soluciones creativas aprovechando las capacidades potenciales
de personas que provienen de distintas extracciones.
Si no sabemos escuchar, corremos el riesgo de comunicar muy bien cosas que no le interesan
a nadie. También nos perderemos de recibir conocimientos que por otra vía no recibiríamos.
Desarrollar esta habilidad es clave, no sólo para las relaciones interpersonales sino también
para la Gestión Comunicacional de las organizaciones con sus comunidades de referencia.
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En las últimas décadas hemos asistido a cambios e innovaciones profundas en relación a los
instrumentos para la Gestión Comunicacional utilizados en las empresas que representaron
sensibles saltos cualitativos en las formas organizativas internas como en los resultados
obtenidos.
Sin embargo, existe un profundo vacío que se refleja en la desintegración entre las iniciativas
de la llamada gestión empresaria socialmente responsable, generalmente acompañadas de
presentaciones de alto perfil publicitario que la mayoría de las veces anteponen -según sus
propios “gurúes”- sus necesidades en materia de Incremento de su Perfomance Financiera,
Reducción de sus Costos Operativos, Mejoramiento de su Imagen de Marca, Acceso a
Ventajas Impositivas, etc., al desarrollo de las acciones que les demandan cada vez más sus
comunidades.
Desde nuestro punto de vista, abre un campo fecundo para el desarrollo de los propios
actores sociales, los que no se situarían frente a los distintos problemas solamente desde una
racionalidad acotada en la búsqueda de maximizar sus resultados, sino que los intereses
particulares de los actores se conjugarían con intereses y valores de sus comunidades de
referencia.
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Bibliografía Consultada:
Bartoli, Annie: Comunicación y Organización, Paidós, Buenos Aires, 1992.
Costa, Joan: La imagen de marca. Un fenómeno social, Paidós Diseño, Barcelona, 2004.
Costa, Joan: La imagen Pública. Una ingeniería social, Fundesco, Madrid, 1992.
Costa, Joan: La Comunicación en Acción. Informe sobre la nueva cultura de la gestión, Paidós,
Barcelona, 1999.
Foucault, Michel: Las Redes del Poder, Almagesta, Buenos Aires, 1991.
Stanton, William J.; Etzel, Michael J. y Walker, Bruce J.: Fundamentos de Marketing,
McGraw Hill, México, 2007.
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