American Psycho. Informe
American Psycho. Informe
American Psycho. Informe
La pelicula American Pyscho narra la vida de Patrick Bateman, un joven yuppie de Wall Street cuya vida
trascurre en términos de opulencia, el culto al cuerpo, el lujo y el consumismo. Compagina su relación
sentimental con amantes y prostitutas, pero siempre guardando las apariencias de alguien de su
posición económica y social. Por las noches, Bateman alterna el sueño americano con su gusto por
cometar horrendos asesinatos. Es un psicópata controlado, que planifica sus crímenes y se cubre las
espaldas frente a posibles testigos. No obstante, en un momento dado, Bateman se descontrola y
empieza a matar indiscriminada e impulsivamente.
Es la premisa de este trabajo mostrar los patrones de conducta, buscando arribar a una síntesis clínica;
profundizando más sobre los trastornos que presenta Patrick y la evolución de los mismos en el
transcurso de la película.
American Psycho
En una parodia de la cultura yuppie de los años ochenta, Patrick encuentra plagado de
referencias a la ropa de los últimos diseñadores, los restaurantes mejor posicionados, entremezcladas
con reseñas eruditas de grupos de música pop; un mundo donde las identidades se confunden y
difuminan en la similitud de unas con otras, en el proceso de homogeneización de una cultura
consumista y narcisista. Esta película se acompaña de violentas imágenes mentales de su protagonista,
fantasías diurnas, así como asesinatos y torturas.
Sinapsis clínica
Patrick Bateman: se trata pues de un sujeto que muestra un encanto superficial con el que
logra pasar inadvertido en su sitio de trabajo y en su círculo social, y que le permite atraer a la mayoría
de sus víctimas, particularmente mujeres, a las que impresiona con su solvencia económica, su físico
trabajado y sus gustos y ademanes sofisticados. Muestra, así mismo, un egocentrismo desmedido, donde
los demás existen en la medida en que le permiten satisfacer sus deseos y fantasías. Exhibe una
inquietante ausencia de ansiedad y culpa mientras comete las torturas y humillaciones a las que somete
a sus víctimas antes de matarlas; permanece imperturbable, como si la introspección, el alcance de los
hechos cometidos, cayeran fuera de su espectro. Rodeado de socios y amigos, sus contactos son
impersonales y triviales.
Bateman cumple también los criterios del DSM-V para un trastorno de personalidad
antisocial. De igual forma Bateman se superpondría parcialmente con el trastorno de personalidad
narcisista, donde muestra por los otros una indiferencia flagrante, desde la que puede emprender
acciones con poco o ningún remordimiento por sus actos, se siente con derecho a pasar por encima de
los demás, de acuerdo con logros reales magnificados o con un estatus socioeconómico que lo ha
acompañado a menudo desde el nacimiento, en ocasiones creando las condiciones para que surjan
rasgos sádicos. Por último, el diagnóstico de sadismo sexual, con un patrón de obtención de satisfacción
y placer, principalmente a partir de fantasías sexuales recurrentes y actos en los que las víctimas son
sometidas a sufrimiento físico y psicólogico. Patrick presenta un trastorno de personalidad antisocial con
rasgos narcisistas.
Lentamente, se muestra que las amistades no son tales, que su trabajo en la compañía de inversiones de
su familia es una actividad que se permite porque quiere “encajar” y que la relación con su prometida es
parte de ese constructo que muestra a la sociedad. Subrepticiamente, se introducen violentas fantasías,
las imágenes mentales acuden con facilidad, de matar amigos, parejas con las que sale y, en general,
cualquier persona que le genere disgusto. Los relatos de sus gustos musicales, desprovistos de un
trasfondo emocional que se articule con otros aspectos de su ser, son narrados con el mismo ritmo
mecánico con el que describe los episodios de violaciones, homicidios, necrofilia y canibalismo.
A. Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, que se produce desde
los 15 años de edad, y que se manifiesta por tres (o más) de los hechos siguientes:
1. Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos legales, que se manifiesta por
actuaciones repetidas que son motivo de detención.
2. Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para provecho o placer
personal.
7. Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del hecho de haber
herido, maltratado o robado a alguien.
C. Existen evidencias de la presencia de un trastorno de la conducta con inicio antes de los 15 años.
1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser
reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).
2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado
3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras
personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.
6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades
de los demás.
8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual intensa y recurrente derivada del
sufrimiento físico o psicológico de otra persona, y que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o
comportamientos.
B. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables con una persona que no ha dado su
consentimiento, o los deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar clínicamente significativo
o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Especificar si:
En un entorno controlado: Este especificador se aplica sobretodo a individuos que viven en una
institución o en otros ámbitos en los que la oportunidad de dedicarse a comportamientos sexuales
sádicos es limitada.
En remisión total: El individuo no ha cumplido sus deseos irrefrenables con una persona sin su
consentimiento, y no ha existido malestar ni problemas sociales, laborales, o en otros campos del
funcionamiento, durante al menos cinco años en los que ha estado en un