La Nueva Novela Historica en America Latina

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Seymour Menton

·•.:..
lA NUEVA NOVELA HISTÓRICA -
DE lA AMÉRlCA LA..TINA, 197.?.- i 992

El estudio concienzudo que- hace Seymour Menton en La


nuéva novela histÓr.i_ca ·dé.'Ia América Lat}na. 1979-1992,
no apa~ca só}o' 14'años de producción literaria de este tipo
sino que se remonta inc;lu.s o a la épóca colonial Pi'IJa referirse a
la navela' histórica romántica, la cual, dice el aútoi-, "dio origen
• al desarrollo de lq novela naciotié!t pero
sólo en pocos países (.. .)".
A Mentan ya se le conüf.!ª como investigador y antologador
por El cuento hispdnoamerictmo. Antología crítico-
histórica, que el Fondo de Cultura Económica publicó por vez
primera en 1964 y que ya lleva varias reimpresiones; ahora
descubre otro aspecto de su quehacer de investigación y da a
luz este libro para cuya realización leyó y analizó 367 novelas 8
históricas. Aclara que "este subgénero no brotó como .~
resultado de un manifiesto literario ni yo me interesé en él al ~
leer algún texto teórico sobre la marginación de la cultura ~
popular p or las fuerzas hegemónicas". u
Para Seymour Menta n, El reino de este mtmdo, de Alejo ii:i
Carpentier, es la primera Nueva Novela Histórica . De este hito ~
literario se derivaron otros de igual calibre como 8'
La gue rra d el f in del mundo de Mario Vargas Liosa, o Los &
perros del Paraíso de Abel Posse. Esta constelación de obras, . . . _
dice Menton, retoma la historia despojándola de su aspecto ui
"oficialista " para ponerla bajo la luz de la crítica implacable, de -E
la reinterpretación renovadora . ~
Seymour Menta n es profesor de literatura española y ~
portuguesa en la Universidad de California en Irvine. Su 3
antología E l cuen to hispanoam ericano ha sido un best-seffe r ~-
durante treinta años. Entre sus numerosas publicaciones ,g
sobresale n Prose Fiction of the Cuban R evolution (Narrativa 0.lli
de la Revolución cubana) y su traducción de La casa grande
de Álvaro Cepeda Zamudío .

~
t!B
COLECCIÓN POPULAR
FOJ\DO DE CUL.TL'RA t:CONO:V11C'A
MEXICO

~--
·~

SEYMOUR MENTON

LA NUEVA NO VELA
HISTÓRICA DE LA
AMÉRICA LATINA
1979-1992

OOU:CCIÓ:\'

11
POl'UL.'\R

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
Primera edición, 1993

A los miopes del mundo:


literal, figurada ... y dialógicamente

ISBN 968-16-4068-3
Impreso en México
l. LA NUEVA NOVELA HISTÓRICA:
DEFINICIONES Y ORÍGENES

PESE a los que teoricen sobre la novela del posboom,l los da-
tos empíricos atestiguan el predominio, desde 1979, de la
Nueva Novela Histórica,2 muchas de las cuales comparten

J Los siguit'ntes artículos critican en distintos grados a Borges y a los


novelistas del boom por su narcisismo, o sea su complejidad artística, y por
su falla de compromiso revolucionario: Jaime Alazr:lki, "Borges, entrt' lamo-
dernidad y la posmodernidad", Revúta Húpánica Mnderna, XLI, 2 (dic. de
1988), 175-179: Jean Franco, "Si me permiten hablar: la lucha por el poder
interpretativo", Cu..a de lu.< Américm. 171 (nov.-dic. de 1988), 83-94; Juan
Manuel Marcos, "Mempo Giardindli", in the wake of Utopía", Hi.<panW., 70
(mayo de 1987), 240-249; Juan Manuel Marcos, "La narrativa de Mempo
Giardinelli", E.<critura, Caracas, Vlll, 16 Gulio-dic·. de 1983), 217-222; y
reseñas publicadas por Marcos de Isabel Allende, De amor y de .<ombra,
Revista Iberoamericana, 137 (oct.-dic. de 1986), 1086-1090, y <le Eraclio
Zepeda, Amlarulo el tiempo, Revista Iberoamericana, 130-131 (enero-junio de
1985), 406-411; Marta Morello-Frosch, "Biografías fictivas: formas de resis-
tencia y reflexión en la narrativa argentina reciente" en René Jara y Hemán
Vida!, editores, Ficción y p<>lüica. La narrali1>a argentina durante el proc<so
militar. Buenos Aires: Alianza Editorial/lnstitute for the Study of Ideologic:~
and Literalure of th~ linivers ity of Minnesota, 1987.
2 Que yo sepa, los primeros críticos que percibieron la tendencia y !.lti-
lizaron ei término fueron el uruguayo Ángel Rama en l 981, un humilde
servidor en 1982. el mexicano Juan José Barrientos a partir <le 1983, el ve-
nezolano Alexis Márquez Rodríguez en 1984, y el mexicano José Emilio
Pacheco en 1985.
Rama, en el prólogo de su antología Novísirrws narradore.< hispan.1>ameri-
rano.t en "Marcha", I964-1980 (1981), elogia Terra noslm y Yo el Supremo
por haber roto con el molde romántico de la novela histórica. Sin embargo,
se equivoca al identificar las novelas de Carpentier con sus antecedentes
románticos y no es tablece limites entre las .obras que novelan el presente
como Mascaró (19 75) de Haroldo Conti y Palinuro de Mé:r:ico (1975) de Fer-
nando del Paso y las que transcurren en un pasado lejano como Daimón
29
..
con las novelas claves del boom el afán muralístico, totali- Llosa, La tejedora de coronas (1982) de Germán Espinosa,
zante; el erotismo exuberante; y la experimentación es~ Los perros del Paraíso (1983) de Abe! Posse, Noticias del im-
tufaÍY1ingüística (aunque menos ht1rrnética). El llamado des- perio (1989) de Fernando del Paso y La campali<t (1990) de
plazamiento de las "grandes narrativas"3 se desmiente con Carlos ~uentes. Aunque El general en su laberinto (1989)
los datos empíricos: El arpa y la :Sombra (1979) de Alejo de Gahnel Garcí~ Márquez no cabe dentro de este grupo
Carpentier, El mar de las lentejas (1979) <le Antonio Benftez por su concentración en un periodo histórico muy limitado
Rojo, La guerra delfin del mundo (1981) de Mario Vargas y por su esfuerzo por evitar la exuberancia neobarroca, no
hay duda J e que es una novela histórica <le alta calidad que,
(1978) de Ab..l Posse. El 4 de mayo de 1982 presenté una ponencia titulada
junto con otras, incluso las destinadas al mercado masivo, 0
"Antonio Benítez: la nueva novela histórica y los juicios de valor" en el con-
greso del Instituto Internacional ele Literatura Iberoamericana, celebrado en
sea las best-sellers, como Trama (1987) de Carlos Montaner
San Juan de Puerto Rico. En esa ponencia comparé Ja, dos no\'elas de y Los pecados de Inés de Hinojosa (1986) de Próspero Mo-
B.,nítez: El mar de las lentej<1' y Pa..o de ln.< i•ienios. todavía inédita. La rales Pradilla, han enriquecido este subgénero en los tres
ponencia también permanece inédita. A partir de 1983, Barrientos public-6 últimos lustros.
una serie d.. estudios t..máticos bien investigados sobre el padre ~ligue!
Hidalgo, Cristóbal Colón y Lope de Aguirre, analizando respectivamente
Aunque la fecha de 1979 está totalmente justificada
los pasos de lópez (1982) de lbargüengoitia, lo.< perro.<del ParaC.<o de Posse como el punto de partida para el auge de la Nueva Novela
y lope de Aguirre, príncipe de la libertad (1979) de Ot..ro Silva junto con sus Histórica. otras dos novelas sobresalientes que cuentan con
ant<"c-edentt'!< históricos. literarios y cinematográficos. En el estudio de las los mismos rasgos se publicaron u~os pocos años antes: Yo el
novelas hidalguianas se refiere espedficamente a la "nunm novPla históri<'a
Supremo (1974) de Augusto Roa Bastos y Terra nostra (1975)
hispanoam~ricana" (20) y <'Omenta la libertad con que los novelistas juegan
con los datos his tóricos. Alexis Márquez, en sus comentarios sobre ln luna de Carlos Fuentes. En realidad, estas dos novelas podrían
de Fuu.<10 (1983) de Francisco Herrera Luque. pulilicados en Cu.1a de las considerarse paradigmáticas representando los dos extremos
Améric1L<, 144 (mayo-junio de 1984). afirmó que " hoy estamos exp~rimen ­ del espectro entre las obras donde predomina la historia y
tando en Hispanoamérica un verdaclPro boom en la nueva novela histórica" las otras donde predomina la ficción. Los que abogan por la
(1 74). Pach<"co, en un artículo mucho más breve publicado en Proceso, 444
(6 de mayo de 1985), comentó la resurrección de la novela his tórica en
fecha de 1975 como punto de partida para el auge también
1985 y la r<"lacionó con la exitosa serie de televisión Yo, Clautlin. basada podrían traer a colación Moreira, primera novela del joven
t>n la novela de Robert Graves de 1934 y con la novela de Marguerite argentino César Aira (1949). Se trata de una obra carnava-
Yourcenar, Memorias de Hadriano (1951). Ninguno dt> los cinco cñticos, in- , lesca de escasa~ 81 páginas sobre el muy conocido bandido
cluido yo. intentamos señalar las diferencias entre la nueva novela histórica
argentino de la década de 1870-1880, obra rebosante de ana-
y la tradiciona l.
El estudio de Femando Aínsa "La nueva novela histórica", publicado cronismos, metaficción y una variedad de discursos, es decir,
en 1991 en P/uml, y en forma más extensa en Cu.ademos Americanos, reco- heteroglosia.
noct> la existencia de una moda e idt"ntifica 10 rasgos específicos J>l''º sin
definir el subgénero de la novela histórica. El mismo número de Cuaderno<
American.ns rontiene otros cinco estudio~ .!-'obre se-nda:\ noH"la"i históriC'as, DEFINICIONES DE LA NOVELA HISTúR!CA
incluso una versión más breve de mi propio estudio sobre la guerra del )in
del mundo. Antes de proseguir, sin embargo, hay que definir el término
.1 John Beverley, "La icleologfa de la música posmodema y la política de
izquierda". Nue110 Te:cLo Crítico, 6 {julio de 1990). p. 58. El artículo de Bever-
"novela histórica" y luego distinguir entre ella y la Nueva
ley se basa en la conáici6nposmoderna (1984) de Jean-Fran1:ois Lyotard. Novela Histórica. En el sentido más amplio, toda novela es
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f
histórica, puesto que, en mayor o menor grado, ca~ta el am- / David Cowart propone una definición excesivamente amplia:
biente soaaí desÚ_s pe:s_onaje~, hast~ de los más mtrosp~c­ W' ''ficción en que el pasado flgµ ra c_on cierta importancia" (6) y
tivos.4 La observación <le Léon Fran~o1s Hoffmann de que la basa su estudio en cuálró categorías distintas, incluso ficcio-
historia es unª__ QP!!~ión de los no.velistas haitianos" (143) nes del fut_1,1xQ..fQ!l~-gueé"st.~~e represente como consecuen-
bíe n poqi"ía ·aplic¡p-se a. los novelistas de toda A1~érica Lat_i- cia del riasado r de!._presente (9, 76-119), como, por ejem-
na, sólo que la definición de Hoffmann es demasiado amplia plo, 1984 de George Onvell. Raymond Souza, en La historia
y su porcentaje demasiado bajo: "~i _s~ define la no~ela en la novela hispanoamericana moderna (l 988), concuerda
histórica como una novela en que los sucesos específicos con el punto de vista más amplio de Cowªrt y se empeña en
sacados de la historia determinan o influyen en el desarrollo analiza:!Jas difm:engil!S fil2sófi~ ..estilísticas entre la his-
del argumento y le proporcionan gran parte del trasfondo, toria y la ficción, pero sin entrar en la cuestión de la novela
entonces más o menos un 20% de las novelas haitianas histórica como subgénero. Joseph W. Tumer propone todavía
podrían considerarse históricas" (151-152). Aunque G~ otro acercamiento al problema abogando Por~ definición
Lukács.escribió el texto teórico más famoso de todos los que tripartita: la novela.históric~u;loc11mentada, l~ disfrazad~J'. la
se h;n escrito sobre la novela histórica (La novela hist6rica, inventada. También sugiere la posibilidad de una cuarta ca-
escrita en 1936-1937, pero publicada por primera vez en tegoría, la cómic.a, y menciona como ejemplo~res
1954, en alemán), se opone a la clasificación de las novelas norteamericanos John Barth e lshmael Reed. Por interesante
en s ubaéneros señalando las_semejanzas entre las novelas que sea e_¡¡ta._divisirín en tres o c uatro categorías, _.I!!Lfilcye
re:iJ.i.g_~__y~~s t~o de Dickens como de T~lstoi mucho para ruializar las manifestaciones del fenómeno en la
(parte Ill, capítulo 5). No obstante, P'.1.:ª an_ali~ar la reciente América Latina.._por ser ésta:; en su gran mayoría una combi-
proliferación de ta novela histórica lat1roamencana, hay que nación o una fusión de dos, tres o cuatro de tales categorías.
reservar la categoría de novela histórica para aquella~ nove- Puesto que uno de los objetivos principales de este libro
las cuya accióñ se ubica total o por lo menos predo~mnanle­ es comprobar el predominio desde 197~ hasta.12.92
mente en el pasado, es decir, un pasado no expenment_ado (o después) de la Nu_ey_a Novela Histórica por encima de la
directamente por el autor. La definición de Avrom !1e1~h­ nQvela telúrica. la psicológica, la magicorrealista Q la testi-
man en The English Historical Novel (''La_no_yela h1~t6nca IT!.~ la defiqición más apropiada es la de Anderson
inglesa") (1971) es aún más arbitraria en el . sentido de Imbert, que data de 1951: "Llamamos 'novelas históricas' a
.excluir todas las novelas cuya acción no esté ubicada en un las que cuentan una acción ocurrida en un época anterior a
pasado separado del autor por dos generaciones. En cambio, la del novelista" (3).
Pqr lo tanto, de acuerdo con esta definición, <¡uedan ex-
1 La novela hispanoamericana en general, más que la e~ropea Y la nor- cluidas de este estudio algunas novelas archiconocidas, a
teamericana. se ha cararterizado desde el pnnl'tp10 (El periqu1Uo .w.m1en1n pesar de ~u_s Jfü.!!.e_!_'lsÍppes históricas, pw:...abarca r al menos
de Lizardi) por su obsesión por los problemas sociohistóricos más que los parcialmente. un periodo experimenta~tamente por el
psicológicos . En 1985, José Emilio Pacheco, en el prólogo a u ~ tomo de
cuatro novelas mexicanas <le! siglo XIX. escribió: "la novela ha_sido '.Jesclc>
autor: La muerte de ktemio CM (1962) de Carlos Fuentes,
su> orígenes la privatización <le la historia [ ... ] historia <le_ la \'Ida pn vada, Sobre héroes )' tumbas (1962) de Ernesto Sábato, Conver-
historia de la gente que no tiene historia [... J. En este senudo todas las no- sación en la catedral (1969) de Mario Vargas Llosa, El recur-
velas son novelas históricas" (v-vi).

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}'

so del método (1974) de Alejo Carpentier y La novela de como novelas históricas, sin que la etiqueta tenga nada que
Per6n (1985) de Tomás Eloy Martínez. También se..excluyen ver con la calidad literaria de la obra. En otros casos, la
aqueJlas noyela§_ggue_rsan sobre varias generaci~ la importancia relativa de las circunstancias actuales del narra-
misma familia como Cie!}Jlños de soledad de Gabnel García dor y los objetos de sus investigaciones es más problemática,
Márquez y LOs Uipelli de Yolañda Camarano de Sucre, las como en La Case. du commandeur ("La casita del mayordo-
dos de 1967, porqu.!; la generación más joven coiru;ide con la mo") (1981) del martinico Edouard Glissant, A estranha na-
d~lfü!.tOr. ~ªº. de _Rafa~l M_endes (1983) del brasileño Moacyr Scliar y
Más-difícil es justificar la exclusión de la categoría de Solitaria solidaria (1990) de la venezolana Laura Antillano.
novela histórica de aquellas novelas cuyos narradores o per-
sonajes están anclados en el presente o en el pasado reciente
pero cuyo tema principal es la re-creación de la vida y los LA NOVELA HISTÓRICA TRADICIONAL, 1826-1949
tiempos de un personaje histórico lejano. En Venezuela, por
ejemplo, el protagonista de Los cuatro reyes de la baraja Dada la definición pragmática de la novela histórica ·cómo
(1991) de Francisco Herrera Luque es el dictador francófilo se distingue la Nueva Novela Histórica de las anteri;r~s? La
decimonono Antonio Guzmán Blanco, pero se interrumpe la ~ove~ histó~ic~ tr~di~ional se remonta al siglo XIX y se
narración de vez en cuando con comentarios de un grupo de 1de?t1fica pnn~!_pal_!_llentuQQ.tl.I_omanticísmo, aunque evo-
intelectuales que se reúnen cada jueves en 1957 en la Plaza lucionó en el siglo XX dentro de la estética del modernismo
del Panteón para hablar de política. Allí se retrata a Guzmán del criollismo y aun dentro del existencialismo en la obra suÍ
Blanco, junto con José Antonio Páez, Juan Vicente Gómez y generis de Antonio Di Benedetto, Zama (1956). La novela
Rómulo Betancourt, como uno de los cuatro gobernantes que históri..Qa romántica en la América Latina, inspirada no sólo
han controlado el destino de Venezuela. Sin embargo, a pe- ~ Walter S~olLsin.o también por las crónicas colQIJiales
sar del título, Guzmán Blanco es el único protagonista y la y en alg~os casos por_el teatro_Qtl Siglo de Oro, comienza
novela pertenece sin lugar a dudas al subgénero histórico. CQn Ji.coténcal J!.826), de autor anónimo, la historia del
Eri. c].!atro no~las~x~ un .!l~rrador o un personaje "Encuentro de los dos mundos" en que se exalta a los tlax-
anclado en el resente se obs · Of! ~plorar un periodo caltecas y se denuncia a los españoles. No fue, sin embargo,
de un pasado relatival!lente lejano. En La ins6lita historia de hasta dos décadas después que la novela histórica dio origen
la Sañía de Caboro(l 990) de Brianda Domecq y en El Méxi- al desarrollo de la novela nacional, pero sólo en pocos paí-
co de Egerton, 1831-1842 (1991) de Mario Moya Palencia, la ses: México, La hija del judío (1848-1850) de Justo Sierra·
gran mayoría de la novela lri!!!fil!.lJITe en el pasado y su meta Argentina, La novia del hereje 1845-1850) de Vicente Fidei
es redescubrir ese pasado y, por eso, sería .purismo exagera- L?pez; Colombia, lngermina (1844) de Juan José Nieto y El
do negarles la clasific~ción dtl novela histórica. En cam~io, oidor_ Cortés de Meza (1845) de Juan Francisco Ortiz, y Cuba,
en La familia vino del norte (1987) de Silvia Molina y en Este Guatimozín (1846) de Gertrudis Gómez de Avellaneda, una
era un gato .. . (1987) de Luis Arturo Ramos, lQS s.ucesos que de las pocas mujeres novelistas latinoamericanas en todo el
transcumm..en_el pre~ente son tan il!lJ&~li-en la novela siglo xrx.s
com~ los del pasado y, por lo tanto, no deberían clasificarse
S Tal vez deberíamos incluir aquí a Chile por dos cuentos históricos de
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En el Bra!<il, a pesar de su transición relativamente tran- paradoja de que el m~órico latin?ame~icano
quila de la Colonia a la Independenci~, l~ novela histórica_ de todo el siglo XIX~Q.~iµ_!!la, _e~~~ seis .senes de
romántica no nació hasta las -décadas s1gu1e ntes: O guarani '.('radicion~p~n~efufülas...en.t.r.e_ l.81.2 y.1883, caben
(1857) e Jracema (1865) de José de Alencar. rnáS dentro del realismo que dentro del romanticismo.7
Aunque la novela romántica fue reemplazada en.Europa En contraste con las novelas históricas románticas, las
por las ñovelas realista,s de Dickens y Balzac en las décadas que se es.cri_bieCQ; b"ajo la influencia del modern_ismo (_188~-
de 1830 y 1840, y- en la América Latina por las novelas rea- 1915) no tenían tanto empefio en engendrar una conc1enc1a
listas del chileno Alberto Blest Gana en la década de 1860,6 nacional 'J1¡eñ respaldar a los liberales. Más bien estaban
la novela histórica romántica siguió cultivándose hasta fines trátándo de encontrar alternativas al realismo costumbrista,
del sio-1~ e incluso en la primera década del siglo XX. Tal vez al naturalismo positivista, al materialismo burgués y, en el
el eje:;,plo más asombroso de la longevidad de la novela his- caso de México, a la turbulencia revolucionaria. El fin prin-
tórica r_omántica fue la publicación, en 1897, de Durante la cipal de estas novelas fue la re-creaciQ!i _fidedigna a-la vez
reconquista por el "Balzac hispanoamerica~o", Albert~ Blest que embellecida de ciertas épocas del.pasado, en pla_n de
Gana, quien tres décadas antes había publicado las primeras escapismo, fuera a la España de Felipe II en La gloria de
novelas realistas de Hispanoamérica. don Ramiro (1908) del argentino Enrique Larreta, a la Nue-
Además de divertir a varias generaciones de lectores con va España en los textos de los colonialistas mexicanos Fran-
1
sus episodios espeluznantes y la rivalid?d eni_re lo~ protag~­ cisco Monterde (El madrigal de Cetina y el secreto de la
1 nistas heroicos y angelicales y sus enemigos diabólicos, la fi-
1 escala, 1918) y Julio Jiménez Rueda (Sor Adoraci6n del Divi-
nalidad de la mayoría de estos novelistas fue contribuir a la no Verbo, 1923), a la Tierra Santa en Phineés (1909) del
creación de una concie ncia nacional familiarizando a sus lec- colombiano Emilio Cuervo Márquez o al Bizancio del siglo
tores con los personajes y los sucesos del pasado; y a respal- XIV en El evangelio del amor (1922) del guatemalteco En-
dar la causa política de los liberales contra los conservado- rique Gómez Carrillo.
res, quienes se identificaban c?n las inst_ituciones políticas, Durante las tres décadas del predominio criollista (1915-
económicas y religiosas del periodo colonial. 1945), l¡¡ búsgueda de la i~enti<!_ac! nacional vo_l vi~~ ser una
Puesto que el realismo del siglo XIX se define por sus te- pr_eo.cup-ªción ünpor:tante, pero con énfasis en l os problemas
mas y problemas contemporáneos y _por el énfasis ~:11?5 c_o.s- contemporáneos: la lucha entre la civilización urbana y la
tumbres pintor_e?cas y el hªbla regional, no ,<¡urgw nmguna barbaile rural, la explotación socioeconómica y _e l racismo.
novela histórica realista, por lo menos hasta 1928, c uando Durante este periodo el número de novelas históricas es muy
Tomás Carrasquilla publicó la todavía relativamente descono- reducido, pero las pocas que se publican siguen el camino
cida La marquesa de Yolomb6. Al mismo tiempo, se da la mimético de re-crear eJ ambiente histórico como trasfondo
José Victorino Lastania. que podrían, haber servido de esbozo de novela:
para los protagonistas de ficci6~7'-1atalaché (1924) del indi-
"Rosa" (1848) y "El alférez Alonso Díaz de Guzmil.n" (1848): .
o Las novelas psicológicas <lel brasileño Machado de A~s1 s, Mernóna.1 de 7 En realidad hay otras cinco series de tradiciones con d istintos títulos
Bra.i Cuba.• (1880), lJom Casmurro (1890) y Quinm~ Borba (1891) s upera n publicadas entre 1Ss9 y 19 11: Ropa vieja (1889). Ropa apolilladrz (1891),
estéti~amente sin luga.r a du<las a las novelas h1st6ncas románt.Jcas Y a las Cachivaches y tradiciones y artfculos hist6ricos (1899-1900), Tradiciones en
novelas costumbristas realis tas de toda la América Latina. salsa verde (1901) y Apéndice a mi.s últimas tradiciones (1911).

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genista peruano Enrique López Albújar y dos novelas por un El papel de Carpentier como iniciador de la NNH de la
par de autores-estadistas ven~zolanos: Las lanzas coloradas América Latina no depende exclusivamente de El reino de
(1931) de Arturo Uslar Pietri y Pobre negro (1937) de Rómu- este mundo. El conc~to del carácter 'clico ele la historia
lo Gallegos. Tal vez la más ·sobresaliente de las novelas cons tituye la estructura· s cuentos largos: eme-
históricas criollistas es O continent,e ("El continente") (1949) jantea a noche" (1952) y "El camino de Santiago" (1954).
del brasileño Erico Verissimo, primer tomo de la trilogía En aquél, un soldado se despide de su novia en vísperas de
bastante bien conocida O tempo e o vento ("El tiempo y el partir a la guerra en seis momentos distintos, desde la Guerra
viento"), una epopeya mon4mental que traza la historia del Greco-troyana hasta la primera y la segunda Guerras Mun-
Brasil desde la época colonial hasta los años de 1940 con la diales. En "El camino de Santiago", el soldado Juan de Am-
perspecti va de Rio Grande do Sul. beres emprende el camino a Santiago de Compostela para
expiar sus pecados, cambiando su nombre a Juan el Romero.
Sin embargo, en la feria de Burgos se encuentra con un india-
ALEJO CARPENTIER Y LA NUEVA NOVELA HISTÓRICA no quien logra tentarlo con las historias de las riquezas del
Nuevo Mundo. Juan olvida su peregrinación y se embarca
La primera verdadera NNH, El reino de est,e mundo de Alejo
para La Habana. En Cuba lleva una vida pecaminosa y luego
Carpentier, se publicó en 1949, el mismo a.fío que O conti-
vuelve a España donde se convierte en Juan el Indiano. En
nente y 30 años antes de que empezara el auge de la NNH.
la feria de Burgos se encuentra con otro Juan arrepentido
Aunque se trata de una historia muralística de la lucha por la
que va rumbo a Santiago de Compostela, es decir, su doble, y
independencia de Haití desde mediados del siglo XVIII hasta
lo convence de que debe embarcarse para América, indican-
el primer tercio del XIX, cuyos protagonistas históricos están
do con ello que la historia se va a repetir.
ligados por la figura mítica o tal vez histórica de Ti Noel,8 la
Además, entre 1949 y 1979, fec has de la publicación de
his toria de Haití está subordinada a la cuestión filosófica de
El reirw de este mundo y El f!:.Pª y la sombra, Carpentier
la lucha por la libertad y la justicia social en todas las
publicó otras dos NNH: El siglo de~ (1962), en-que se
sociedades pese a los muchos obstáculos y pese a la improba-
traslucen c1effos paratehsmos entre la Revolución francesa
bilidad de conseviirlas. Al ser El reino de este mundo la
primera NNH, todos los protagonistas, a excepción tal vez de
y
de 1789 la Revolución cubana ele 1959,IO y Concierto ba-
rroco (1974), en que se funden todas las artes, se esfuman las
Ti Noel, son históricos, aunque de categoría relativamente
fronteras cronológicas, desaparecen las diferencias entre la
mediana: Mackandal, Bouckman y Pauline Bonaparte. El
cultura elitista y la popular, tres compositores históricos des-
único protagonista histórico importante es Henri Christophe.
empeñan papeles importantes (Vivaldi, Handel y Scarlatti) y
También, de acuerdo con los rasgos de la NNH, la historia se
distorsiona por la ausencia de los próceres Toussaint l'Ouver- pintero que talla figurines de manera para un nacimiento, aunque en reali-
ture,9 Jean Jacques Dessalines y Alexandre Pétion. dad Toussaint no era carpintero. Véase el artlrulo de Verity Smith, "Ausen-
cia de Toussaint: interpre tación y falseamiento de la historia en El reino de
8 En un artículo publicado en 1991 en Cuaderno.! Americano.<, Carmen este mundo'º (19 79). Carmen Vásquez, en su artículo <le 1991 publicado "n
Vásquez comprueba la existencia de varios esclavos negros nom brad o~ Noel Cuadernos Americanos, dice que Carpentier conocía muy bien el estudio clá-
en el Haití del s iglo XY llL s ico de Victor Schoelcher, Vie de Tou.1sain1 Louverture (1889).
9Toussaint aparece muy breve y anónimamente en la novela como el car- JO Véase Menton, Prose Fiction of the Cuban Revnlutioa, 44-46.

38 39

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Ir
¡
aparecen breve y anacrónicamente Stravinski y Louis Arm-
strong; y prevalece un ambiente carnavalesco.ll Aunque El
recurso del método (1974), novela protagonizada por el dicta-
dor sintético de la América Latina, y la epopeya socialista
present¡_i l~ corif<:_s!ón distorsionapa de..CoMn_e~~ el. Almi-
rante agonizante revela que en sus noches íntimas cQn la rei-
~a lsa~el.' él la llamáha "COlumba" (9lf°El mismo Carpen-
tler, smt1éndose cerca de la muerte, se identifica con su
de la Revolución cubana, La consagración de la primavera protagonista moribundo e inserta su propia "confesión" una
(1978), no obedecen a nuestra definición de la novela his-
tórica porque presentan sucesos y personajes conocidos di-
descripción acertada de su propio estilo, ~m.EJo .9.,e m~ k
taficción, rasgo frecuente en la NNH: ' ~
rectamente por el autor, sí refuerzan la gran obsesión por la ---- -~
historia presente en casi la obra entera de Carpentier. Y como lo importa~te es empezar a hablar para seguir hablando,
No obstan~e, El arp~ra (1979) es la primera y la poco a poco, ampliando el gesto, retrocediendo para dar mayor
únicaCi~elas de Carpentier e!!.._9.~~~Tu!ótago­ amplitud sonora a mis palabras, se me fu e encendiendo el ver-
nista indisg,¡tible es un r~inbrado personaje_htstórico: bo, y, escu~ome a mf mjsmo como quien oye hablar a otro
Cristóbal Colón. Además, las tres paiieSde la novela repre- empezaron a nuilarme ~los labioslos nomlíres de las-más ruti~
se~s acercamientos a ia NÑH utilizados tamfilén por la~tes coma:cas de la historia y de 1a fábula. Todo lo que podía
otros autores. La primera parte, como Yo el Supremo de Au- bnllar, rebnllar, centellear, encenderse, encandilar alzarse en
gusto Roa Bastos y EL mar de las Lentejas de Antonio Benítez alucinada. visi~n de profet~, me venf~ l}.!l!. ~ca_com~ impul_sado
Rojo, es una re-creación miméti~a_y realistfl..9e__c!os cronoto- por l1.ll1!.Jlia~.Qlica energía mterior (135-136). -
pos: 1) un día específiCO,taI vez hacia 1870 en Roma donde
el pap;Pío IX acaba de terminar su propuesta para la beati- El_ asp~~desmJ.~!fica_~~!.Jk Ja .confesión de Colón tam-
ficación de Cristóbal Colón, y 2)a.el viaje de Giovanni María bién se encuentra en otras novelas históric~ recientes como
Mastai (el que llegará a ser Pío IX) a la Argentina y a Chile los pasos de Úípez "(f982féi-;}orge Ibargtiengoi tia sobre el
en 1823-1824 en busca de un santo hispanoamericano don- prócer mexicano Miguel Hidalgo, y An.say (1984) de Martín
de interviene tanto en la ficción como en la historia del pe- Caparrós sobre el prócer argentino Mariano Moreno. En
riodo: "El matadero'', cuento insigne de Esteban Echeverría 1983 FernaqdQ del Paso pidió en la Revista ck Bellas Artes a
y los conflictos entre Bernardo O'Higgins y Ramón Freire, los no~e~s~ his~<?ª~~éi°E.os, qüe-asaÍtar.añ l<!$ yersio~es' i-
entre los pelucones y los pipiolos. oficiales de lg~, estableciendo así un eslabón entre la
La segunda parte de la novela de Carpentier, igual que NNi_G 1~ ve_:~ión ef¡~alCI_t: la hue_!g{!..h{l.nanera en Cien años
Diario maldito de Nuño de Guzmán (1990) de Herminio Mar- aesokdail y Ia película argentina Historia oficial sobre la
tínez, es la narración en primera persona de un renombrado dictadura militar de 1976-1983.
personaje histórico, Cristóbal Colón. Titulada "La mano", La tercera parte de El arpa y la sombra, igual que Los pe-
como reflejo del carácter de manipulador del Almirante y su rros del ParaCso de Abel Posse, Noti,cias del imperio de Fer-
talento de mentiroso (el octavo pecado capital), esta parte nando del Paso y otras tantas NNH, es predomfoantemente
carnavalesco. En el debate tumultuoso sobre ·laheatificacÍÓn
11 Raquel Aguilu de Murphy describe la llegada a Vene~ia del protago- de COión aparece el fantasma del Almirante e interviene una
nista como "el gran carnaval ele la Epifanía" (164) y la relaciona a la defini- variedad de autores del siglo XIX y el defensor de los indios,
ción de "carnaval" elaborada por Bajlín en s u estudio sobre Rabelais.
Bartolomé de las Casas, del siglo XVI. Carpentier incluso
40
41
relaciona el debate con el quinto centenario colocándolo 2. La distorsión consciente de la historia mediante omi-
¡ 1
pocos años antes de 1892: "Y buena prueba de ello es que se siones, exageraciones y anacronismos.
¡.¡ acaba de crear un premio de 30 000 pesetas para laurear la - --- 3. La _fi.ccionalización de-{IBrSDnajes..histór-ices a <liferen-
mejor biografía, sólidamente documentada, fidedigna, moder- c;ia de la fórmula de Walter Scott -aprobada por Lukács-
''
na en concurso abierto con motivo de la universal conmemora- .de p.rotagon!s_!~s fic ticios. Por cierto que los protagonistas de
~ 1 ciÓn del cuatricentenario del Descubrimiento de América, alg_unas ~e_las NNH más conocidas de la última década son
' 1 que habrá de tener lugar dentro de poco" (183). Crislóbál Colón, Magallanes, Felipe II, Goya, Francisco de
Miranda, Maximüiano y Carlota y Santos Dumont. Dicho de otro
modo, mie,!ltras los historiadores del siglo XIX concebían la ...-
RASGOS DE LA NUEVA NOVELA HISTÓRICA historia como resultado de_]~¡¡ acciones de los grandes em-
peradore¿, reyes u otros líderes, los n_~>Velistas decimononos
1 Sea 1949, 1974, 1975 o 1979 el año oficial del !1acimiento escogían como protagonistas a los ciudadanos comunes, los
de la NNH, no cabe ninguna duda de que foe en~~!1drada que ~-º ~~pían historia. En cambio, mientras los historiadores
ji principalmente por Alejo C!J.rpentier con apJ!.yt} .ll)uy _[uerte de orientación sociológica de fines del siglo XX se fijan en
de Jorge Luis Borges, Ca~os F~entes y_ A_µ~sto ~º-ª _Bast?s, los grupos aparentemente insignificantes para ampliar nues-
1 y que se distingue claramente de la novela h1stónca anter~or tra comprensión del pasado -véase Down and Dirty. Paris
por el conjunto de seis rasgos que se observan en una vane- Sewers and Sewermen ("Abajo y sucios. Las alcantarillas y
dad de novelas desde la Argentina hasta Puerto Rico, con la los alcantarilleros de París") (1991) de Donald Reíd-. los
advertencia de que no es necesario que se encuentren los novelistas de fines del siglo gozan retratando sui generis a las
seis rasgos siguientes en cada novela: p~~sonalidaáes biSióñca~ más-destacadas. --
l. La s ubordinación, en distintos grados, de ~ reproduc- 4. La ~etaficción o los comentarios del narrador sobre el
ción mimética de ci~rto periodo históricvUª-P!'!!~ntaéi6n de proceso de creación. Aunque Robert Alter en su libro Par-
algunas ideas filQsófic:~. difundidas en los cuentos de Bor- tial Magic: the Novel as a Self-Conscious Genre ("La magia
ges 12 y aplic.abfes a todos los periodos del pasado, del pre- parcial: la novela como género autoconsciente") (1975) iden-
sente y del futuro . .Con base en el ''Tema del traidor y del tifica este rasgo con algunas de las novelas más canónicas
héroe" (1944) y la " Historia del guerrero y la cautiva" del mundo entero remontándose a los siglos XVII y XVIII como
,.. (1949), pero aun en algunos cuentos del tomo Historia uni- Don Quijote y Tristram Shandy, no se le puede negar a Bor-
versal de la infamia (1935), las ideas que se destacan son la ges su influencia en poner de moda las frases parentéticas,
imposibilidad de conocer la verdad hjst(,'írica_g l~ realidad; el

¡. 1 el uso de la palabra "quizás" y sus sinónimos, y las notas, a


.- carácter cíclico de la historia y, paradójicamente, el carácter veces apócrifas, al pie de página.
imprevisible de ésta, o sea que los sucesos más inesperados 5. La intertextualidad. Desde que García Márquez sor-
y más asombrosos pueden ocurrir. prendió a los lectores de Cien años de soledad con la intro-
12 La importancia irónica de Borges, que nunca publicó ninguna n?vela ducción inesperada de personajes novelescos de Carpentier,
como gran fuente de inspiración para la NNH, se refuerza en el ~lan? l~ter­ Fuentes y Cortázar, la intertextualidad se ha puesto muy de
nacional por su presencia en El nomhre de la rosa (1980) del teónco italiano moda tanto entre los teóricos como entre la mayoría de los
Umberto Eco.

42 43
novelistas. Aunque el concepto teórico fue elabQr!ldo pri- dos mudas de ropa, un par de zapatos y las obras completas
mero _poi:_]aj!j!!, se difundió más en los escritos de Gérard de Rabelais" (340). La influencia de Bajtín no se dejó sentir
I' Genette y Julia Kristeva. Ésta escribe que " to<lo texto se en la América Latina hasta unos años después. Tal vez ei
arma como un mosaico de citas; todo texto es _la absorción y primer autor latinoamericano en mencionar a BaJ1fü füe
la transformación de otro. El concepto de la intertextualidad S~vero--Sardúy en Escrito sobre un cuerpo (l %9). No se pu-
reemplaza a aquel de la entresujetividad\ y el lenguaje poéti- blicaron su as en español hasta la década de los setenta .
co tiene por lo menos dos maneras de leerse" (37). Las alu- y tal ve_z el primer estudio crítico hispánico sobre Bajtfn no ~
siones a otras obras, a menudo explícitas, se hacen frecuen- se publicó hast_a 1979 en la Revis~a Iberoamericana:" a7/
temente en tono de burla como en Los perros del Paraíso de val/Antropofag1a/Parod1a de Emir Ro ríguez · onegal.
j'
Abel Posse. Los aspectos humorísticos de lo carnavalesco también se
1
1 El ejemplo extremo de la intertextualidad es el palimp- r-eflei.an e~ la.parodia, u~~.e los¡jgos más ~entes de la
1
sesto, o la re-escritura de otro texto, como La guerra del fin NNH y ~ue B_aJtfn consi<tera una_ e __as f~ más antiguas y
del mundo de Vargas Llosa, re-escritura en parte de Os más d1fund1das por representar directa mente IiiSpaiabras
sertóes de Euclides da Cunha; o El mundo alucinante (l 969) ajenas" (51). · - · ·
1
1: de Reinaldo Arenas, re-escritura de las Memorias de fray El cuarto de los conceptos bajtin_!_an~s que aparece a me-
Servando Teresa de Mier; o Em liberdade (1981) de Silviano n~<lo en la N_NH ~ la he~ero,glo~ia, o_sea la mul~~p!i~idad de
¡ Santiago, continuación apócrifa de Memórias do cárcere discursos, es decu, el uso consciente áe--distintos niveles 0
(1953) de Graciliano Ramos. tipos de lengl!..aje.
6. Los conceptos bajtinianos de lo dialógi~, lo_ carnavales- Además de estos seis rasgos, la NNH se distinrue de la
co, la r ia y I~ hetero~l~a. De acuerdo con lª--idea QQ.r- novela histórica tradicional por su mayor variedad. El alto
ge a e lid · óricas son inconoci- niv_tl..delllstoricidad ~n Yf>..J:], Supn:_mo, El mar de las~
bles, varias de las NNH proyectan visiones dialógicas al estilo y NotU:ias del imPffiP~es novelas de otras
de Dostoievski (tal como lo interpreta Bajtín), ~J;Lue donde el autor le da más soltura a su imaginación, como las
proyectan dos interpretaciones o más de los s 11 cesos,lo~_p_q­ novelas seudohistóricas Terra nostra y Los perros del Paraíso,
sona)es y la Y!§_!Qn_rl_dmnndo. o las totalmente apócrifas como La renuncia del héroe Bal-
Elconcepto de l~o ~~nen tasar (1974) y La noche oscura del Niño Avilés (1984) de
su~studios sobre Raklais prevalece en varias de las NNH: Edgardo Rodríguez Juliá. El alternar entt:e dos periodos cro-
las exageraciones humorísticas y el énfasis en las funciones nológicos bastante separados en El arpa y la sombra, La teje-
del cuerpo desde el sexo hasta la eliminación. Hay que no- dora de coronas, Juanamanuela, mucha mujer (1980) de Mar-
tar, sin embargo, que la difusión de lo carnavalesco se debe tha Mercader y Maluco (1 989) de Napoleón Baccino Ponce
más al ejem~ ~e C~en años de soledad que a las teorías de de León marca una diferencia clara, por una parte, de la con-
BaJtín.~El .!!ªr!~~- esa~~ -~- sólo describe Ráfica- centración e n un solo periodo hi stórico muy específico como
mente escenl!-?_de. glotonería }'Jle exagerada p-ütencia _g:xual, La guerra del fin del mundo y, por otra, de un anacronismo des-
s ino también reconoce explícitamente su deuCla-a Rabelais fachatado como Los perros del Paraíso. En algunos casos la
c uando el personaje Gabriel sale de Macondo para París "con representación del pasado encubre comentarios sobre el pre-

44 45
sente (la guerra del fin del mundo y Los papeles de los
1
1
publicaron en 1974-1978. De tal manera que si escogiéra-
Ayarza -1988--, de Juan Carlos Legido), mientras en otros mos 1974 como el año inicial del auge de la NNH, las únicas
la evocación del pasado tiene muy poco que ver con el pr-7- excepciones, además de las de Carpentier, serían El mundo
sente (Noticias del imperio y Maluco). Las novelas históricas alucinante (1969) de Reinaldo Arenas y Morada interior
detectivescas como Volavérunt (1980) de Antonio Larreta y (1972) de Angelina Muñiz.
C~tigo divino (198?1~-~_!!l.ÍW:.-~n un número re- Otra indicación del predominio de la NNH desde 1979 es
lativamente reducido de personajes, dist.an mucho de las no- que entre los autores que la cultivan figuran algunos de los
velas panorámicas, muralfsticas y enciclopédicas como Terra nombres más respetados de cuatro generaciones literarias que
rwstra, la tejedora de coronas y Notici.as del imperio. Además provienen de casi todos los países latinoamericanos: la pri-
de Cristóbal Colón en El arpa y la somhra, los protagonistas de mera, el cubano Alejo Carpentier (1904-1980); la segunda,
las novelas autobiográficas apócrifas abarcan toda una gama el mexicano Carlos Fuentes (1929), el peruano Mario Vargas
desde santa Teresa en Morada interior (1972) de Angelina Llosa (1936) y el brasileño Silviano Santiago (1936); la ter-
Muñiz hasta el conquistador feroz en Diario maldito de Nuño cera, el nicaragüense Sergio Ramírez (1942), el cubano Rei-
de Guzmán. naldo Arenas (1943-1990), el puertorriqueño Edgardo Rodrí-
guez Juliá (1946), el mexicano Herminio Martínez (1949) y
el guatemalteco Arturo Arias (1950), y la cuarta, el argentino
POSIBLES CAUSAS DEL AUGE DE U NUEVA NOVELA H!STORICA
Martín Caparrós (1957).
Ya que se ha registrado y definido el fenómeno de la NNH, el La excepción nacional más notable a esta tendencia pare-
ce ser Chile, donde Martes tristes (1985) de Francisco Simón
próximo paso lógico es teorizar sobre por qué e~pezQ., a flo~­
cer a fines.~ la década de.Jos setenta. Los historia~ de es, tal vez, el único ejemplo de la l'\NH. Ese fenómeno puede
la literatura solemos teorizar o especular sobre la emergencia explicarse por la mayor preocupación de los novelistas
o el predominio de ciertos movimientos, ciertos estilos o gé- chilenos contemporáneos por el pasado inmediato, o sea el
neros en cierto periodo cronológico o en ciertos países. En golpe militar contra el gobierno de Allende en 1973, la dic-
cuanto a la NNH, salta a la vista que la novela histórica en ge- tadura de Pinochet y las experiencias en el exilio de varios
neral ha cobrado mayor importancia a partir de 1979 que novelistas. En cambio, la escasez de la NNH en Chile también
durante el periodo criollista de 1915-1945. En efecto, aun- podría atribuirse a la preferencia chilena tradicional por no-
que no cabe duda de que la primera NNH, El reino de este velar de un modo realista el mundo contemporáneo. En 1949
José Zamudio Zamora afirmó que "nuestro país (país de his-
mundo, data de 1949, el número de novelas históricas en
general publicadas en los 13 últimos años -1979-1992-, toriadores como se le ha denominado) no sobresale en este
excede al número de novelas históricas publicadas en los 29 género en que se combinan la historia y la ficción" (9).
años anteriores (1949-1978) (193 a 158). Además, a excep- Puesto que hay tanta variedad entre las novelas históricas
ción de las tres novelas de Carpentier, El reino de este mun- publicadas entre 1979 y 1992, las nuevas al igual que las
do, El siglo de las luces y Concierto barroco, no hay más que tradicionales, es imposible atribuir la proliferación de todo
nueve obras publicadas en todo el periodo 1949-1978 que ca- el subgénero a una sola causa específica o aun a una serie de
ben dentro de la categoría de la NNH y siete de esas nueve se causas específicas. Una actitud más prudente consiste en

46 47

if~··
1 w

proponer y comentar tantos factores como sea posible, c:on la octubre de 1992. Por fin, entre las últimas de las NNH publi-
advertencia de que todos los factores no se pueden aplicar a cadas en 1992 se encuentran Las puertas del mundo (una
todas las novelas. au.tobiografía hipócrita del Almirante) de Herminio Martínez
A mi juicio, el factor más importante en estimular la crea- y Vigilia del Alm_irante de A~~sto Ro~ Bastos.
ción y la publicación de tantas novelas históricas en los tres Si las actuac10nes novehst1cas recientes de Colón datan
1 i últimos lustros ha sido la aproximación del quinto centenario de 1975, su presencia filatélica, también provocada por la
11 del descubrimiento de América. No es por casualidad que el aproximación del quinto centenario, comenzó paralelamente
i 1 protagonista de la NNH paradigmática de 1979, El arpa y la con la emisión en la República Dominicana, entre 1976 y
f sombra, sea Cristóbal Colón, y que el protagonista de uno de
1
1978, de una serie de estampillas conmemorando la herencia
los cuatro hilos novelescos de El mar de las lentejas, también española y continuó con la serie de 1982 dedicada al aniv?r-
publicada enº1979, sea un soldado del segundo viaje de Co- sario 490 del descubrimiento del Nuevo Mundo; las senes
lón. En realidad, la primera aparición de Colón en la novela anuales entre 1983 y 1986 dedicadas a la regata/Casa de
pos-1949, por breve que fuera, ocurrió en El otoño del pa- España; la serie "Descubrimiento de América" en 1987; y,
triarca (1975) de García Márquez. El mismo año en Terra sin duda, muchas más en el lustro siguiente.13 El presidente
nostra de Carlos Fuentes se presenta el descubrimiento del Joaquín Balaguer también decidió honrar a Colón co? la ~ons­
Nuevo Mundo realizado no por Colón sino por dos marineros trucción de un faro espectacular en forma de una p1rán11de a
arquetípicos, el viejo y el joven. Con 12 años de anticipa- la entrada del puerto de Santo Domingo. Den~o del faro pien-
ción, en 1980, "en el umbral del Quinto Centenario" (51), san depositar los huesos de Colón y el faro proyecta sobre el
según Jorge Ruffinelli, el escritor uruguayo Alejandro Pater- agua un enorme rayo laser en forma de una c~z de mil me-
nain publicó Crónica del descubrimiento, que narra el des- tros de largo para simbolizar el aspecto evangélico de .la Con-
cubrimiento apócrifo de Europa en 1492 por un grupo de in- quista. Colón y el descubrimiento de A~érica t~~b1én han
dios. Un Cristóbal Colón bastante ficcionalizado protagoniza sido homenajeados en series de estampillas em1t1das en la
ÚJS perros del Paraíso (1983) de Abel Posse. década·de los ochenta por todos los países latinoamericanos.
En una novela más reciente, Memorias del Nuevo Mundo Sin embargo, la importancia del quinto centenario para la
I, (1988) de Homero Aridjis, la figura de Colón está subordina-
da al marinero ficticio Juan Cabezón, protagonista de la nove-
NNH no se limita a Colón y al descubrimiento del Nuevo Mun-
do. También ha engendrado tanto una mayor conciencia de
la anterior de Aridjis, 1492: vida y tiempos de Juan Cabezón de los lazos históricos compartidos por los países latinoameri-
Castilla (1985). Además, en Memorias del Nuevo Mundo, canos como un cuestionamiento de la historia oficial. En 1987
después de sólo 35 páginas, el enfoque se cambia del descu- y 1989 Cuba emitió un total de ~ho ~iras,.cada un.a con cin-
1. brimiento del Nuevo Mundo a la conquista de México y co estampillas, dedicadas a la h1stona latrnoamencana. .Las
Colón desaparece totalmente de la novela. de 1987 presentan a los indios heroicos que lucharon valien-
La importancia del quinto centenario para los escritores temente contra los conquistadores, como el cubano Hatuey,
latinoamericanos se subraya aún más con la novela futurísti- el mexicano Cuauhtémoc y el chileno Lautaro. La serie de
ca de Carlos Fu entes, Cristóbal Nonato (1987), basada en la
anticipación del nacimiento del futuro protagonista el 12 de I~ Véase el catálogo filatélico Scott núms. 774, 793, 804, e 247. e 264,
e 2s2; e 377-379; e 388-390; 916-919, 951-954, 980-984; 1002-1006.
48 49
1
1989 hu= a una gran nriOOad de inteleotual.,,., de.de lo,
pensadores del siglo XIX José Cecilio del Valle y Sarmiento
1¡ conflictos políticos de hoy: "Y no se trata sólo de la valora-
ción de aquel hecho contradictorio en sí mismo, sino de su
hasta los novelistas de mediados del siglo XX Rómulo Galle- 1 lectura a la luz de los conflictos de hoy, muchos de los cua-
gos, Miguel Ángel Asturias y Carpentier. ' les se ven reflejados en las posiciones que personalidades,
1: Como era de esperar, la celebración del quinto centenario ' instituciones y gobiernos adoptan frente al Medio Milenio"
1 también ha provocado la renovación de la polémica entre los (XXIX, 174, mayo-junio de 1989, 103).
1. críticos y los defensores de la conquista ibérica de América. En julio de 1991 el presidente Carlos Andrés Pérez, de
1i Entre el 9 y el 12 de julio de 1984, en una reunión de varias Venezuela, convocó en Caracas a un grupo sobresaliente
¡1 comisiones nacionales para el Quinto centenario del Descu- de autores y de políticos latinoamericanos a fin de preparar
brimiento de América, celebrada en Santo Domingo, la frase una agenda para una próxima reunión --que nunca se rea-
1 \
"Encuentro de Dos Mundos" fue propuesta oficialmente por lizó- cuyo propósito habría de ser redactar una declaración
11 la delegación mexicana dirigida por Miguel León-Portilla. latinoamericana sobre el descubrimiento de América. De
11 quien la había inventado.14 En la ciudad de México, el 12 de acuerdo con el pluralismo y la mayor flexibilidad política en
octubre de 1986, grupos de indios celebraron el "Día de la la época pos-1989, se representaban en esa reunión de Ca-
l 1
Dignidad del Indio" desfilando por el Paseo de la Reforma y
gritando al pasar por la estatua de Colón: "Cristóbal Colón al
racas distintos puntos de vista políticos con la participación
de los ex presidentes Raúl Alfonsín, de la Argentina; Julio
l¡ paredón" (Ortega y Medina, 162). En el Ecuador. la Confe- Sanguinetti, del Uruguay, y José Sarney, del Brasil, y de los
deración de Nacionalidades Indígenas protestó contra la con- escritores Gabriel García Márquez, Sergio Ramírez. Mario
memoración de la "invasión española" (Casa de las Améri- Monteforte Toledo, Leopoldo Zea, Arturo Uslar Pietri y Da-
cas, mayo-junio de 1989, p. 118) y el Ecuador planeó un vid Escobar Galindo.
congreso para celebrar 500 años de resistencia indígena. Jor- Aunque todos los congresos y todas las celebraciones res-
ge Ruffinelli, en su juicio sobre la Crónica del descubrimiento pecto al quinto centenario han contribuido sin lugar a dudas
de Paternain, expresa sus preocupaciones políticas actuales: al auge de la novela histórica y al cuestionamiento del papel
"Naturalmente, acercándonos como estamos haciéndolo, al de América Latina en el mundo después de 500 años de con·
celebratorio año de 1992, tenía que ser atractiva una historia tacto con la civilización occidental, una interpretación más pe-
que invirtiera los términos culturales en que hemos vivido simista es que la situación cada día más desesperada de Amé-
durante 500 años sin haberlos puesto en discusión ni plan- rica Latina entre 1970 y 1992 ha contribuido a la moda de
teado su legitimidad [... ]. La novela de Paternain es sólo un un subgénero esencialmente escapista. En un caso análogo,
divertimento, pero apunta inequívocamente a una actual la derrota de España en la Guerra de 1898 contra los Esta-
conciencia latinoamericana de descolonización" (52). La re- dos Unidos y la pérdida de Cuba, Puerto Rico y las islas Fi-
vista cubana Casa de las Américas, sin lanzar una crítica lipinas, lo cual simbolizaba la muerte de España como poder
muy fuerte en contra de la Conquista, sf la relaciona a los imperialista, estimuló a los jóvenes intelectuales de ese perio-
do a que hurgaran en el pasado para buscar una justificación
14 En Terra nostra de Carlos Fuent<>s, uno d e los dos marineros españoles por la existencia de España en la modernidad del siglo XX.
que llegan al Nuevo Mundo pregunta, al ver por primera vez a los indios:
La obsesión de la Generación del 98 con Don Quijote y la
"-¿Nos descubren ellos ... o les descubrimos nosotros?" (384).

50 51

,.
' 1

herencia cultural de España en general representaba un in- tica por la incapacidad de esos dos presidentes jóvenes; con
tento por reforzar el orgullo nacional, pero a la vez indicaba Ja baja internacional del precio del petróleo y las grandes
la falta de un deseo <le enfrentarse a la realidad. Aunque la crisis subsiguientes en México y en Venezuela; y con la enor-
crisis <le las últimas décadas no se puede explicar por un me deuda internacional, la inflación y el desempleo en casi
solo suceso histórico como en el caso de España en 1898, los todos los países latinoamericanos desde Puerto Rico hasta la
siguientes acontecimientos a partir de 1970 --que voy a co- Argentina,
mentar brevemente en seguida-, lo mismo que la pers- El fin <le la Guerra Fría y la democratización ligada con la
pectiva para el futuro lejano, no son nada halagüeños y por privatización de los países de Europa oriental pueden tener
1 lo tanto los autores de las NNH o se están escapando de la consecuencias negativas para América Latina. Es muy proba-
'I
¡. realidad o están buscando en la historia algún rayito de es-
.peranza para sobrevivir. Durante los años setenta las dicta-
ble que las naciones más ricas encaucen los préstamos hacia
Europa 01~ental en vez de hacerlo hacia América Latina. Ade-

ti
duras militares en la Argentina, el Uruguay, Chile y el Brasil más, varios de los analistas políticos están pronosticando
se superaron en el abuso de los derechos humanos y muchos que los conflictos internacionales del futuro se entablarán
intelectuales se refugiaron en los Estados Unidos y en Europa. entre los países desarrollados del hemisferio septentrional y
Aunque los sandinistas triunfaron en 1979 en Nicaragua, los los más o menos subdesarrollados del hemisferio meridional,
otros guerrilleros revolucionarios han tenido que abandonar o sea los países del Tercer Mundo, y que éstos están iITeme-
sus esperanzas de derrotar al gobierno. En 1992 hasta en el diablemente condenados al hambre, la enfermedad y la vio-
Perú, en el caso muy especial de Sendero Luminoso, las es- lencia política.
peranzas revolucionarias quedaron frustradas con el encar- La misma fascinación con la historia que ha engendrado
celamiento, en septiembre, de Abimael Guzmán y otros diri- en las dos últimas décadas tantas novelas históricas también
gentes. Es decir, el derrumbe de los gobiernos comunistas de ha engendrado la publicación de biografías bien documen-
Europa oriental y la fragmentación subsiguiente de la Unión tadas y colecciones de viñetas históricas. lra Bruce Nadel,
Soviética, la derrota electoral de los sandinistas y el papel en su estudio Biography: Fiction, Fact arul, Form ("Biografía:
cada día menos significante de Cuba como modelo revolu- ficción, datos y forma") (1984) declaró, sin lugar a dudas,
cionario han creado una tremenda confusión entre aquellos que "en el siglo XX la biografía ha reafirmado la experimen-
intelectuales latinoamericanos que desde los veintes han con- tación, estableciendo sus lazos con la ficción más que con la
fiado ciegamente en el socialismo como única solución para historia" (185). En 1982 Octavio Paz publicó su estudio en-
las tremendas injusticias sufridas por sus compatriotas. jundioso (670 páginas) de la vida y los tiempos de la gran
En la década de los ochenta la caída de la.S dictaduras mi- poeta colonial con un título que tiene sabor a las novelas his-
litares en los países del Cono Sur y las elecciones de un pre- tóricas románticas del siglo XIX: Sor Juana Inés de la Cruz o
sidente civil en Guatemala, el demócrata-cristiano Vinicio Ce- las trampas de la fe. En 1990 el erudito mexicano José Luis
rezo, y del aprista Alan García en el Perú, engendró una vez Martínez publicó un estudio objetivo de más de mil páginas
más una esperanza para la resolución democrática de la situa- sobre la vida y los tiempos de Hernán Cortés, con el título
ción tan difícil de América Latina. Sin emba rgo, esa espe- muy sencillo de Hernán Cortés, una empresa aún más ex-
ranza desapareció con la subversión de la democracia polí- traordinaria teniendo en cuenta el largo rechazo, tanto oficial

52 53
como popular. de Cortés (casi no hay estatuas de Cortés en
r Las varias definiciones de la palabra "crónica", además
México, ni calles que lleven su nombre),15 del uso frecuente del término más amplio "discurso históri-
Dentro del mismo periodo también se publicaron tres colla- co", reflejan el cuestionamiento de las fron teras entre los
1
ges históricos que se remontan a la época precolombina para géneros literarios en el periodo posmodemo. Este fenómeno
11
presentar su interpretación panorámica, muralística y poco también coincide con el cuestionamiento de la distinción
académica de 500 años de sufrimiento y explotación. Se trata entre la historia y la ficción. No es por casualidad que fuera
de Vista del amanecer en el tr6pico (1974) del cubano Guiller- el año 1973, en vísperas del auge de la NNH, en que Hayden
1:1 mo Cabrera Infante; las historias prohibidas del Pulgarcito White publicó su tan difundida y citada obra Metahi-story,
(1974) del salvadoreño Roque Dalton y Memoria del fuego que mediante el análisis del discurso narrativo de ciertos
(1982-1986) del uruguayo Eduardo Galeano. Las tres obras se historiadores del siglo XIX cuestionó las pretensiones cientí-
apartan ideológicamente de muchas de las NNH porque son de- ficas de los historiadores e hizo hincapié en su carácter ficti-
nuncias monológicas de los sectores hegemónicos nacionales cio. El año siguiente, el crítico teórico Murray Krieger tam-
1 y sus aliados imperialistas de España y de los Estados Unidos bién observó que el historiador siempre es un intérprete y
(y de Fidel Castro en el volumen de Cabrera Infante). por lo tanto está más cerca de la ficción que de la ciencia
Todavía otra manifestación en la década pasada del au- (339).
1 mento de interés en la historia ha sido el redescubrimiento Durante las décadas de los setenta y los ochenta los cate-
académico de la literatura colonial, que en algunos casos se dráticos de historia estaban más dispuestos a incorporar no-
1 viene estudiando junto con la novela histórica. En 1987 el velas entre los textos obligatorios de sus cursos. En cuanto a
congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoameri- las publicaciones, en 1982, para citar sólo un ejemplo. el
cana celebrado en el City College de Nueva York se titulaba profesor de historia E. Bradford Bums de la Universidad de
"La historia en la literatura iberoamericana", con predominio California en Los Ángeles publicó en la Revista lnterameri-
de las ponencias dedicadas a la literatura colonial. En el Con-
cadas, con la Nueva Novela Histórica es la novela testimonial o la crónica.
greso de Mexicanistas celebrado en abril de 1991 en la Uni- Aunque sus antecedente;; se remontan a 1948-1961: Juan Pérez Jolnie
versidad Nacional Autónoma de México, el tema central era (1948) de Ricardo Pozas, Qunrtn de despejo (1960) de Carolina de Jesús y
"la crónica" en su aceptación más amplia. Se presentaron Cinco famü.in.< (1959) y w.1 hijo.< de Sánchez (1961) de Osear Lewis, su auge
coincide en parte con el de la N~H: La noche de Tlatelolco (1971) de Elena
1
,, ponencias sobre la crónica colonial, las crónicas sociales de
Poniatowska, Operación Ma.mcre (19i2) de Rr~lolfo Walsh, Miguel Márlllól
los modernistas de fines del siglo XIX, la novela histórica en (l 972) de Roque Dalton, lo.1 periodi.<la.< (1978) de Vicente Leñero. la mon-
general y la crónica testimonial contemporánea, ésta practi- talia es algo mds que una inmen.m e"iepa i;erde (1982) de Ornar Cabeza,;
cada por Elena Poniatowska y Carlos Monsiváis.16 Lacayo y Me llamo Rigoberta Menchú (198.3) de Elizabeth Burgos Debr.i~·.
Sin embargo, en la década dP l.,., o<"henta la produc·c·ión de esta< obras tt>sti-
1~ En Lo.< Angeles Times del 3 1 de marzo de 1992 (H/5) se informó que moniales bajó notablemente como reflejo del ocaso ¡),. los movimiento,;
Carlos Fuentes propuso recientemente la colocación de una estatua de Cor- guerrilleros revolucionarios en toda Amé1ica Latina. Aun en s u periodo de
tés en una plaza importante de la ciudad de México. Octavio Paz también apogeo, la novda testimonial nunca alcanzó la alta productividad. la gran
abogó por una revaloración del papel histórico de Cortés. Vicente u ñero, l"ariedad y la calidad artística sobresaliente de la ¡-;ue\a !\o,·ela Histórica.
en su obra teatral la noche de Hernán Corté.< (estrenada en j unio de 1992),
.1 presenta una imagen d ialógica <le Cortés, hasta con trazos de don Quijote.
Como ejemplo simbólico de la victoria de la ~.\H sobr" la novela testimonial.
Elena Poniatowska, tal vez la mejor de todos los cronistas testimoniales,
16 El único género novelísúco capaz de com p~lir, en las dos últinoas dé- publicó en julio de 1992 la novela histórica Tinfoma.

54 55

:.
I'
1
cana de Bibliografía un artículo titulado "Bartolomé Mitre: LA NUEVA NOVELA HISTÓRICA EN EUROPA
el historiador como novelista, la novela como historia". Y EN LOS EsrADOS UNIDOS
'
1 Durante el mismo periodo, ciertos investigadores litera-
rios se atrevieron a cruzar el umbral que los introduciría en Ya que se ha teorizado sobre los fenómenos históricos y cul-
1. la investigación histórica. En 1982 el muy citado semiólogo turales que pueden haber contribuido al engendro de la NNH
Tzvetan Todorov, escribiendo con un tono de moralista y se- y de otros discursos. históricos e~ las dos últimas décadas.
minovelista más que de historiador, publicó La conquista de conviene preguntar s1 la NNH también goza de un auge parale-
América. La cuestión del otro. En ella condena a Colón por lo en los Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo. En
haber considerado inferiores a los indios, por su obsesión de su estudio History and the Contemporary Novel (1989), Da-
convertirlos al cristianismo y por su búsqueda obsesiva del vid Cowart señala "el mayor predominio de temas históricos
oro. Asimismo Todorov critica a Cortés por haber pensado de en la narrativa actual" (1) y lo atribuye a la ansiedad que ca-
un modo egocéntrico y por no haber considerado a los indios racteriza nuestra época: "buscamos en la histo1ia las claves
como seres humanos. Todorov subraya la importancia de la para comprender, medir y resolver los problemas que surgen
lengua y de los intérpretes en la conquista de México; se de la inestabilidad total de la actualidad nuclear" (29). Marc
refiere al "comportamiento semiótico" (121) de Cortés; y Bertrand comenta la vuelta de.la novela histórica en Francia
juega semiótica y gratuitamente con la cuestión del suje- hacia 1975 ya pasado el auge del Nouveau roman. Aunque
to/objeto (132). la Nueva Novela Histórica no se deriva en absoluto de las
En el epílogo del texto, Todorov extiende a todas las novelas históricas europeas-norteamericanas, es interesante
naciones imperialistas de Europa la profecía de Las Casas observar· el desarrollo de la misma tendencia, pero de menor
de que España será castigada por todos sus crímenes. Con intensidad. En efecto, no cabe duda de que muchas de las
una arrogancia absurda, Todorov afirma que escribió el libro NNH de los Estados Unidos y de Europa reflejan la influencia
para impedir que se olvide el genocidio de la Conquista: de autores latinoamericanos, sobre todo de Borges y de Gar-
"Porque el otro queda por descubrirse" (247).17 cía Márquez.
Aunque la Nueva Novela Histórica latinoamericana se
inicia con El reino de este mundo (1949) de Alejo Carpentier,
17 A pesar ele su. anliimperialismo, Todorov fue criticado por Rolena
hay que constatar el antecedente europeo de Orlando (1928)
Adorno en un ensayo publicado en las actas de un congreso celebrado en la de Virginia Woolf. Con el subtitulo de Una bwgrafía y una
Universidad de Minnesota: 1492-1992: Re!Discouering Colonial Writing dedicatoria a V. Sackville-West, Orlando es una deliciosa
(1989). Con actitud de activista marxista, Adorno acusa a Todorov de haber parodia de las biografías del siglo XIX y una sátira de la so-
call~do "el disc uiso del sujeto dominado" (205) y de haber privilegiado el ciedad inglesa desde el siglo XVI hasta el XX. Aunque la vida
mohvo recu rr~nle de su Mpreocupación por los regímenes to1alitarios con
alusiones implícitas al Estado soviético., (204). Afirma que Michel ele del protagonista se narra hasta la época de 1928, hay que
Certeau, en s u obra Heterologies: Discourses on the Olher, ayuda al lector a hacer una excepción en cuanto a la definición de novela his-
escuchar el discurso del otro examinando "el actil'ismo de los indios y de tórica, puesto que más o menos el 90% de la novela transcu-
los campesirros organizado a mediados de los setentas" e invitando "a ~U> rre en los siglos anteriores. Lo que la identifica como precur-
lectores a participar en la recopilación de datos y en el apoyo activo" (206)
de ese movimiento. sora de la NNH o, en realidad, como la primera Nueva Novela
1 56 57

Histórica es su carácter carnavalesco --el protagonista cam- rece en la historia de la literatura y en la estimación crít,
bia de sexo en la mitad de la novela-, su intertextualidad y parque tiene dos defectos importantes para la mayoría de 11
su metaficción. Los elementos inverosímiles de la biografía críticos literarios: la falta de integridad y la vulgaridad" (xv).
se intensifican por la inclusión, coino en una biografía tradi- David Cowart critica las novelas históricas de segunda clase
cional, de fotos de Orlando en distintas etapas de su vida con base en razones estéticas por su incapacidad de "trans-
prolongada de 350 años y de un índice completo. Aunque no formar sucesos históricos en algto de trascendencia filosófica
se puede afirmar que la NNH latinoamericana desciende de [ ...). La novela histórica inferior está recargada de datos; el
• l
Orlan.da, hay que admit'ir que la novela de Virginia Woolf novelista histórico inferior no sabe subordinar la historia cru-
¡I fue elogiada y traducida en 1936-1937 por Jorge Luis Borges da al arte" (20). El crítico francés Marc Bertrand afirma que
y que el personaje Orlando desempeña un papel en dos de las en Francia "la novela histórica raras veces ha llegado a ocu-
11 NNH latinoamericanas. En El mundo alucinante (1969) de par el centro de la escena literaria" (77).
Reinaldo Arenas, el nombre de Orlando siempre va acom- Después de Orlando, la más importante de las NNH no
pañado del epíteto "rara mujer" (capítulo 27). En Grand tour latinoamericanas y la primera cronológicamente es The Sot-
11 (1987) de Denzil Romero, Orlando sirve de guía a Francisco Weed Factor (1960) del norteamericano John Barth (1930),
de Miranda en su paseo por Londres y luego, a bordo del gran admirador de Borges y de García Márquez y coetáneo
Mar.fiower, le explica su atracción mutua en términos del amor de los escritores más sobresalientes del boom. Su obra, que
platónico. consta de más de 800 páginas, es una epopeya burlesca de la
A pesar de la gran importancia de Orlando, sus epígonos colonización de Maryland a fines del siglo XVII y principios
europeos-norteamericanos no aparecieron hasta la década de del XVIII. Lleva bastante parecido con algunas de las novelas
los sesenta y no fue hasta la década de los ochenta que cons- latinoamericanas posteriores a 1960 por ser en gran parte un
tituyeron una tendencia. La primera explicación de la falta tour de force lingüístico con un fuerte tono carnavalesco y
de epígonos entre 1928 y 1%0 se aplica también a América una gran dosis de metaficción e intertextualidad. El diario
Latina: la preocupación predominante de los novelistas entre secreto y apócrifo del capitán John Smith, intercalado en la
1930 y 1945 por los problemas sociales contemporáneos. La novela, es una narración rabelesiana de los amores entre el
segunda razón sí se aplica más a los Estados Unidos y, de Capitán y la india Pocahontas . La "verdad" histórica se su-
,¡ cierta manera, a Europa: la exclusión tradicional del canon bordina obviamente a la fantasía novelística. La abundancia
de las novelas históricas populares, o sea, de gran venta. de disfraces en la novela proyecta una visión dialógica de la
Uno de los mejores ejemplos es Gone with the Wind ("Lo que realidad, o en términos borgeanos, el lector no puede decidir
el viento se llevó") (1936). 18 quién es el héroe y quién el traidor. El protagonista ficticio
En un libro publicado en 1974 sobre la novela histórica Ebenezer Cooke, que abandona hacia fines de la novela su
norteamericana, Harry B. Henderson III afirmó: "La novela ingenuidad estilo-Candide por una actitud cínica, asombra a
¡ histórica, como género, nunca ha alcanzado el lugar que me- su criado picaresco con las siguientes palabras:

IAEn su estudio temático de la novela histórica norteamericana publicada


¡Y esta guerra a muerte entre Baltimore y Coode! [... ]. ¿Cómo
1 en 1950, Ernest Leisy afirmó: "Sea lo que sea la forma, la novela histórica sabemos quién tiene razón y quién no tiene raz6n, o si en reali-
e~ hoy día el tipo más popular de la narrativa norteamericana" (vii). dad es una guerra? ¿Por qué no he de declarar que los dos están

58 59
conspirando y que todas estas apariencias de una insurrección corno Scott Joplin, Bert Williams, Cab Calloway, Bessie
sólo sirven para tapar una asociación terrible?[... ] ¿No es sino Srnith, Josephine Baker y otros; y una buena cantidad de
la inocencia infantil que impide que la mayoría de los hombres páginas se dedican al vudú y a los ancianos cultos egipcios
q~eden persuadidos de que al burdel lo apoya la Iglesia, o que
de Isis y Osiris. Sumamente original, Mumbo Jumbo está
Dios y Satanás se estrechan las manos dentro del mismo tarro de
bizcochos? (555). desprovista de un argumento tradicional y de la caracteriza-
ción tradicional y privilegia, como el jazz, la improvisación
Tan:ipoco se puede diferenciar entre la civilización y la temática.
barbarie (tema tan frecuente en la füeratura latinoamericana Los escritores ingleses Anlhony Burgess y Robert Nye
desde Facundo y Doña Bárbara hasta las NNH Noticias del enriquecieron respectivamente la NNH en la década de los
setenta con Napoleon Symphony (1974) y Falstaff (1976).
·I
1
imperio y La campaña) como se indica en el título del capí-
Como indica el título, la novela de Burgess se basa en la sin-
tulo 11 de la Tercera Parte: "[ ... ) Mary Mungummory plan-
tea la P_r~/S!1'nt~. ¿Se acecha la verdadera barbarie bajo la piel fonía Eroica de Beethoven y supone que los lectores conocen
~ la civilizaci6~ o se acech~ la verdadera civilizaci6n bajo la el periodo napoleónico. Igual que The Sot-Weed Factor, Na-
piel de la barbarie?-pero sm dar la respuesta'' (649). La mis- poleon Symphony es un tour de force lingüístico que termina
ma actitud bajtiniana/borgeana, expresada en el estilo típi- con una serie de parodias de autores del siglo XIX. Falstajf
camente exuberante de la América Latina, se aplica a la filo- también es una obra primordialmente lúdica, un monólogo
sofía de la historia en el título del capítulo 18 de la Tercera de 450 páginas del mentiroso arquetípico de Shakespeare,
Parte: "El poeta se pregunta si la trayectoria de la historia ubicado en el siglo XV, pero a diferencia de The Sot-Weed
humana es un: progreso, un drama, una retrogresi6n, un ciclo, Factor, escrito en el lenguaje de hoy día. El autor juega con
una oruiulacwn, una vorágine, una espiral hacia la derecha la historia y la literatura dando el nombre de Macbeth al
o hacia la izquierda, un simple continuo o lo que sea. Se in- cocinero de Falstaff y el de Desdémona a su rata doméstica.
troducen ciertas pruebas, pero de un carácter ambiguo y cues- A pesar de estos antecedentes, se puede decir que la NNH
tionable" (734). no latinoamericana no llegó a florecer hasta 1980 con el gran
Siguiendo en la misma ruta lúdica, pero con una nota de éxito, tanto editorial como cinematográfico, de El rwmbre de
protesta social muy fuerte, Mumbo l umbo (1972) de Ishmael la rosa del italiano Umberto Eco. Una novela detectivesca de
Reed presenta una visión algo caótica de la década de los 600 páginas ubicada en un monasterio franciscano de Italia
veinte a través de la perspectiva del Movimiento Pro Poder en 1327, El rwmbre de la rosa no es ni un tour de force lin-
Negro y de la oposición a la Guerra de Vietnam de fines de güístico ni es primordialmente lúdica, ni distorsiona la histo-
la década de los sesenta y principios de los setenta. El movi- ria. Lo que la identifica como una NNH es que como novela
miento apócrifo "Jes Grew" ("Sólo creció") asusta a los blan- detectivesca constituye en parte una parodia de Sherlock
?ºs hegemónic~s; critica la ocupación de Haití por los Holmes y contiene otros muchos ejemplos de intertextuali-
mfantes de Manna durante 20 años; se burla de la adminis- dad. Además, no sólo re-crea la vida monástica del siglo XIV
traci?n del .P~esidente Harding; se intercalan entre los per- y los conflictos políticos entre el Papa y las órdenes reli-
sonajes fichc10s algunos músicos y cómicos negros históri cos giosas, todo muy bien documentado, sino que también, como
los cuentos de Borges, utiliza la historia para proyectar ideas
60 61
filosóficas aplicables a todas las épocas. La influencia de Aunque hay otras varias NNH no latinoamericanas, la me-
Borges también se evidencia en el uso de varias técnicas de la jor para cerrar esta sección tiene que ser The Merrwirs of
metaficción. Aunque la presencia de Borges en la novela no Christopher Columbus ("Las memorias de Cristóbal Colón")
se encubre en lo absoluto --el personaje Jorge de Burgosl9 (1987) de Stephen Marlowe, autor na~ido en Brooklyn y co-
es el individuo más viejo que vive dentro del monasteri<>-, nocido antes por sus novelas detectivescas. La novela de
Eco, en su Postscript ("Posdata") de 1984, reconoce explí- Marlowe es una autobiografía ficticia de Colón muy divertida
I,
11
citamente su deuda con el escritor argentino: ''Todos me pre-
guntan por qué mi Jorge, con su nombre, evoca a Borges, y
que subvierte todos los detalles conocidos y desconocidos de
la vida del Almirante. La subversión proviene del cuestiona-
por qué es tan malvado. Pero no sé. Yo querfa un ciego que miento filosófico del narrador:
vigilaba una biblioteca (me parecía una buena idea narrati-
va), y la fórmula de biblioteca más ciego sólo puede dar a ¿Cuál es el propósito de la historia?
Borges; también porque hay que pagar las deudas" (27). Según el padre de todos los historiadores, Heródoto de Hali-
Terry Eagleton, el teórico marxista inglés, siguió el ejem- camassus (c. 480-425 a. C.), el propósito de la historia es per-
plo de Eco con la NNH de alta calidad Saints and Scholars petuar el recuerdo de las "hazañas grandes y maravillosas".
Imagino que la historia se ha vuelto mucho más compleja desde
("Santos y eruditos") (1987). Igual que varios cuentos de
entonces, porque los que la practican están igualmente dis-
Borges, la novela combina datos ultrapreciosos con divaga- puestos a perpetuar el recuerdo de las hazañas más viles y ho-
ciones filosóficas. La acción se inicia precisamente el 12 de rribles, sin que se acerquen más a la verdad, sea lo que sea la
mayo de 1916 en la ciudad de Dublín y luego se entrelaza la verdad (462).
rebelión irlandesa de Semana Santa encabezada por James
Connolly (1868-1916) con conversaciones filosóficas entre Igual que en los perros del Paraíso de Abel Posse, abun-
Ludwig Wittgenstein (1889-1951) y el hermano mayor de dan la intertextualidad y la metaficción con fuertes dosis del
Mikhail Bajtín (1895-1975), que no podrían haberse enta- anacronismo. El primer viaje de Colón se compara en el ca-
blado en 1916. Otro elemento típico de algunas de las NNH pítulo VIII con La Odisea, la historia del arca de Noé, Moby
es la intervención intertextual del personaje joyceano Leo- Dick, Joseph Conrad, Mutiny on the Bounty ("Motín a bor-
pold Bloom, quien se queja de la fuga de Molly con Stephen. do") y The Caine Mutiny ("El motín del Caine"). El primer
Las condiciones revolucionarias en Irlanda se yuxtaponen con desembarco en el Nuevo Mundo no lo presencian "medio-bi-
las de Rusia en vísperas del triunfo bolchevique y con el llón de televidentes por todo el mundo" a pesar de "haberle
crepúsculo de la vida burguesa en la Viena del anciano em- ganado a Neil Armstrong por casi 500 años" (199). El tono
perador Franz Josef. Teniendo en cuenta la ideología mar- carnavalesco prevalece por toda la novela con episodios eró-
xista de Eagleton en sus libros teóricos, lo que más sorpren- ticos entre Colón y una serie de mujeres, incluso Tristán,
de en esta novela es la actitud dialógica con que se trata la quien en realidad es !solda disfrazada, y Beatriz, cuyos pa-
Revolución y el tono carnavalesco. dres fu eron quemados en la hoguera por la Inquisición, y a
quien Colón frecuentemente se refiere con la frase "la pre-
19 En un ejemplo ele la inlertextualiclad de "ida y vuelta" entre conti-
nentes, Jorge de Burgos fi gura parentéticamente en la novela Ansay (1984) ciosa Petenera'', alusión a la ópera Carmen. Además de te-
t
·' del argentino Martín Caparrós (225). ner los seis rasgos de la NNH, The Memoirs of Christopher

62 63
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Columbus también es un delicioso tour de force lingüístico en reciente del subgénero: Doctor Copemicus (1976) y Kepler
que Colón se expresa en la jerga de los ochentas. De acuerdo (1981) de Banville, The Retum of Martin Guerre ("La vuelta
con la irreverencia de esa década, la novela también cues- J ·de·Martin Guerre") (1983) de Natalie Z. Davis y The French
tiona la justificación religiosa de la Conquista. El indio Gua- [i.eutenant's Woman ("La mujer del teniente francés") (1969)
canagarí pregunta a Colón con señas: '"Si su Dios Padre y ' ·y A Maggot.(''~n gus~no'') (198~) de John Fowles. .
su Dios Hijo y su Dios Espíritu bajaran del Cielo para matar- Biruté C1pliJauskruté, en su libro La novela femenina con-
le, ¿usted se defendería?"' (358). r,ernporánea (1970-1985). Hacia una tipolog(a de la narra-
Como en la América Latina, las NNH, definidas precisa y ción en primera persona, trata de comprobar que las mujeres
estrechamente, han constituido en Europa y los Estados Uni- que han escrito novelas históricas20 a partir de Marguerite
dos sólo una minoría del gran número de novelas históricas Yourcenar con The Memoirs of Hadrian (1951) escriben con
en general que se han publicado en las dos últimas décadas. rnayor emoción y en un estilo más lírico que los hombres y
Éstas abarcan un espectro muy amplio, desde lo que Linda con frecuencia tratan de revisar la imagen de ciertos hom-
Hutcheon llama la "metaficción historiográfica posmoderna bres famosos, como en los casos de Pierre Abelard en Tres
obsesionada con la pregunta de cómo podemos hoy llegar a sage Héloi:se ("La muy sabia Eloísa") (1966) de Jeanne Bourin
conocer el pasado" (47), hasta lo que llama Biruté Cipli- y Luis XIV en las memorias de Mme de Maintenon, L'Allée
jauskaité la "nueva novela histórica femenina" (128) y todas du roi ("El sendero del rey") (1981). Aunque la mayoría de
1 ' aquellas novelas históricas populares que se encuentran a la las novelas históricas francesas, alemanas, portuguesas y
venta en los aeropuertos y los supermercados. Hutcheon cita españolas (ninguna latinoamericana) que comenta se publi-
Yo el Supremo como uno de los paradigmas de la novela his- caron en los años ochenta, sólo Urraca (1982) de la española
tórica posmodema, pero también incluye algunas que en rea- Lourdes Ortiz tiene varios de los rasgos de la NNH.
lidad no merecen el título de NNH corno la muy conocida Además de las novelas históricas estadunidenses y euro-
Ragtime ("Época de la música sincopada") (1975) de E. L. peas ya mencionadas, este vistazo panorámico quedaría in-
' 1 Doctorow, que es principalmente una historia social miméti- completo si no incluyera algunos de los novelistas de mayor
ca de los Estados Unidos en las dos primeras décadas del venta Popular: la inglesa Mary Renault con ocho novelas acer-
siglo XX, con protagonistas ficticios, aunque algunos perso- ca de la Grecia antigua, desde The Last of the Wine ("El últi-
najes históricos como J. P. Morgan y Houdini intervienen con mo vino") (1956) y The King Must Die ("El rey debe morir'1
papeles secundarios relativamente importantes. Hutcheon tam- (1958), hasta Funeral Carnes ("Juegos funéreos") (1981); el
poco distingue entre las novelas que transcurren en el pasa- francés Julien Green con dos novelas enormes ubicadas en
do y aquellas que versan sobre la historia contemporánea el sur de los Estados Unidos en los años previos a la Guerra
como The Public Buming ("En la hoguera pública") (1977) Civil, Les pays lointains ("Los países lejanos") (1987) y Les
de Robert Coover acerca de la época de Richard Nixon, y étoiles du Sud ("Las estrellas del Sur") (1989); el alemán
Midnight's Children ("Los niños de la medianoche") (1981)
de Salman Rushdie sobre la independencia de la India. En 20 El estudio de Ciplijauskaité es mucho más serio que el intento de James

cambio, ella sí comenta una variedad de novelas posmoder- Mandrell de generalizar sobre novelas históricas escritas por mujeres con
base en sólo ¡tres! obras: Los recuerdos <kl poroenir de Elena Garro, La Sur
nas auténticamente históricas que atestiguan la popularidad
ria de Eisa Morante y La crua. de ÚJs espfritus de Isabel Allende.

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