5 El Mal en El Mundo y Perdida de La Gracia
5 El Mal en El Mundo y Perdida de La Gracia
5 El Mal en El Mundo y Perdida de La Gracia
noticias negativas abundan: hambres, guerras, asesinatos, violencia, abuso, secuestros, niños
abandonados, injusticias, etc. al ver todo esto, muchos llegan a negar la existencia de Dios, otros
dan explicaciones insuficientes. Con frecuencia nos preguntamos ¿Quién es el responsable de todos
estos males que suceden cada día?
La respuesta es alarmante: el mismo hombre pecador, rebelde al plan de Dios, es el responsable de
todo lo malo que ocurre en el mundo. Su rebeldía lo lleva a romper con Dios, con los demás y
consigo mismo. El pecado ha herido a todos los hombres, es decir, tiene consecuencias universales.
La Biblia nos da luces para comprender mejor el misterio del mal. La causa
de esto radica en el pecado, en el mal uso que el hombre hace de su libertad.
La sagrada escritura dice: “Y contempló Dios toda su obra y ésta estaba muy bien” (Gén.1,31). Esto
nos muestra que el origen del mal no procede del creador, sino del abuso de la libertad del hombre.
La libertad es un don de Dios. El nos la ha dado para el servicio de la verdad y del bien, y no para el
mal.
Adán y Eva eran los únicos hombres sobre la tierra, formaban la totalidad de la humanidad, ya que
no había ningún ser humano fuera de ellos. Por eso la humanidad entera heredó el pecado y sufrió la
expulsión del paraíso.
Si Adán y Eva hubieran sido fieles a Dios, nos hubiesen transmitido la amistad
divina y la gracia, pero con su desobediencia nos trajeron el desorden del
pecado. De este modo, Adán que era principio y cabeza del género humano,
perdió también para sus descendientes la gracia y los demás dones con que
Dios lo había dotado.
Por eso cuando nacemos, venimos al mundo privados de la gracia. A esto
llamamos pecado original. Este pecado afecta a cada hombre como propio y se
propaga con la generación.
c) EL PECADO VENIAL: Es pensar, desear, decir, hacer u omitir algo contra la ley de Dios, de
la Iglesia en materia leve, son pecados menos graves que el pecado mortal, que nos demuestran la
imperfección y la debilidad de nuestro amor a Dios y a los hermanos.
El hombre creado por amor y para el amor, es un ser para el encuentro, por eso Dios dispone un
plan para Él, invitándolo a vivir en armonía en cuatro relaciones: Con Dios, con nosotros mismos,
con los demás y con lo creado.
La principal víctima del pecado es el hombre mismo que, llamado para vivir para el encuentro, se
ve tremendamente frustrado, no puede ser feliz, pues las rupturas causadas por el pecado se lo
impiden.
Por el pecado, el hombre rechaza la amistad de Dios y destruye su plan de amor, trayendo las
siguientes consecuencias:
ROMPE SU RELACIÓN CON DIOS: Esta es la principal ruptura y es la fuente de los demás.
El hombre al pecar hace mal uso de su libertad, rechaza a Dios y a su plan de amor pretendiendo
alcanzar su felicidad lejos de Dios.
ROMPE SU RELACIÓN CONSIGO MISMO: Al romper con Dios, el hombre pierde sus
horizontes con sus hermanos, pero a la vez consigo mismo, porque pierde la gracia de Dios y está
inclinado al mal.
ROMPE SU RELACIÓN CON LOS DEMÁS: Por el pecado el hombre se
aleja de los demás, porque se deja dominar por el egoísmo y su relación con
los demás no es una relación de amor, solidaridad; sino una relación de
explotación, de marginación e injusticia.
ROMPE SU RELACIÓN CON LA NATURALEZA: Por el pecado, el
hombre no busca cumplir la voluntad de Dios, de dominar la naturaleza con
su trabajo responsable, sino de acuerdo a sus propios intereses, por lo cual
explota y depreda desmedidamente lo creado, causando daños irreparables
en la ecología.
LAS ACTITUDES DEL HOMBRE FRENTE AL MAL
Evadirla, tratando de ignorar el problema como No debe caer en la desesperación.
sino existiera.
Identificarla y buscar ayuda en los sacramentos. Ser humildes y buscar ayuda en Dios
y en la Biblia.