1987 10 018

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losier:

IDON GIOVANNI

¡entrevista:
JESÚS LÓPEZ COBOS!

CARLOS KLEIBER en Madrid


Festival de Otoño '87
PfiPfi SENTIP LR niUSICP

CHERNY

T
WEI3SIBAC
Edira
SCHERZO EDITORIAL. S.A.
C / Marqués de Mondéjar. 11 - 4." C
28028-Madrid. Teléf. (91) 246 76 22

Presidente
Gerardo Qucipo de Llano

Director
Antonio Moral

Director Adjunto
Anuro Reverter

Redactor Jefe
Enrique Martínez Miuro

Consejo de Dirección
Javier Alfaya. Domingo dtl Campo Caste!,
Manuel García Franco, Agusltn Mufloi Jimé-
nez, Enrique Pérez Adrián.
Año II - n.° 17 - SEPTIEMBRE 1987 - 400 pías.
Secciones
Redacción en Barcelona: César Calme!!. Actua-
lidad: Arturo Reverter y Enrique Martínez Mia-
ra. Discos: Enrique Pérez Adrián. Alia
Fidelidad: Alfredo Orozco. Danza: Roger So-
las. Libros: Xoon Manuel Carreira. Jazz: Ebbe
Traberg. Música contemporánea: José Iges.

Colaboran en este número


Roberto Andraüe Malde, J e * i"arloj Cabello
Arroyo. Císar Calmell, Domingo i^., _«rnpo
Castel, Xoan Manuel Carreira. Xavier Daufl,
Femando Fraga, Manuel García Franco. Tomas
Garrido, Carlos Gaseó. Florentino Gracia Utn-
llas, Josí Antonio López Docal, Santiago Mar-
tín Bcrmúdez., Joaquín Martín Sagarminaga, SUMARIO
Enrique Martinti Miura, Francesc Mata Bertrán.
Blas Maiamoro, Antonio Moral Rubio. Wolf- OPINIÓN 4
gang Amadeus Moiart, Aguslin Muíloz Jimé-
nez. Rafael Ortega Basagoiti, Alfredo Orozco ACTUALIDAD 7
Buezo, David Padrós. Enrique Pérez Adrián, BOTÓN DE MUESTRA:
Gerardo Queipo de Llano Onaindia. Anuro Re- — Festival de Alicante, Arturo Reverter 24
verter. Jordi Ribera i Bergós, Andrés Ruiz Ta-
razona, Roger Salas, Ebbe Traberg. Francisco ESTRENOS:
José Villalba. — Confluéncies, un estudio de la reverberación, David Padrós 26
VOCES DE AYER Y HOY:
— Rita Streich, una soubreite de lujo, Joaquín Martin Sagarminaga. 27
Diseño de Portada ENTREVISTA:
Salvador Alarcó
—- Jesús López Cobos: Veinte años de carrera, Antonio Moral y Agustín
Foto de Portada Muñoz 30
Polygram ACTUALIDAD DISCOGRAFICA, Enrique Pérez Adrián 35
DISCOS 36
Publicidad, Redacción ESTUDIO D1SCOGRAF1CO:
y Administración
Scherzo Editorial. S.A.
— Tres versiones con criterios de época del Réquiem de Mozart, Enrique
Marqués de Mondéjar. ti - 4.° C Martínez Miura 45
28028-Madrid LIBROS 47
Teléf. (91)246 76 22 PARTITURAS 48
GUIA DE SCHERZO 49
Imprime DOSIER: Doscientos años de Don Giovanni 51
REYMASA, S.A. — Los precedentes de Don Giovanni, José Antonio López Docal 52
MOVIEGRAF, S.A. (Colorí — Música, comedia, tragedia, Domingo del Campo Castel 56
Fotocomposición
— Erotismo en música, Enrique Martínez Miura 58
Lumimar, S.A. — Creación y desarrollo del mito de Don Juan en occidente, Manuel
Albasanz. 48-50 García Franco 60
280)7-Madrid. Teléf. 204 30 01 — Don Juan huele a hembra, Blas Matamoro 64
— Tipología vocal, Arturo Reverter 66
Depósito legal — Los protagonistas de Don Juan y el disco, Roberto Andrade Malde 70
M-41822-1985 — A propósito de la discografia de Don Giovanni, Fernando Fraga.. 72
1SSN-O2IJ-4802 DANZA:
SCHERZO es una publicación de carácter plural
— Alas de nuevo rico, Roger Salas 76
y no pertenece ni está adscrita a ningún orga- JAZZ:
nismo público ni privado La dirección respeta — Episodios, Ebbe Traberg 79
la libertad de expresión de SUÍ colaboradores. ALTA FIDELIDAD:
Los textos firmados son de la exclusiva respon- — Counierpoint: Apoteosis de la válvula, Al/redo Orozco Buezo.... 80
sabilidad de los firmantes, no siendo por tanto — ¿Por qué no sacarle el máximo rendimiento a :su giradiscos? (y 2),
opinión oficial de la revista.
Carlos Cascó 81
Scherzo 3
OPINIÓN

La espera
E l inicio de una nueva temporada,
después de la descorazonadora
desertización musical veraniega que
padece la mayoría del país, obliga a
plantearse algunas de las cuestiones
líricos y orquestas no difieren grandemente
de lo que viene siendo habitual en los
últimos quince o veinte años. Es cierto,
desde luego, que las novedades han abierto
un resquicio por el que introducirse. Así y
relacionadas con nuestro arte en España. La todo los programadores deberían reflexionar
primera ha de referirse inexcusablemente a acerca de si están haciendo gala del grado de
la cantidad de la oferta, que sigue siendo imaginación que los aficionados esperan de
muy escasa fuera de las tres o cuatro ellos. Por lo demás, el desencanto parece
ciudades más pobladas. En tanto continúa afectar a todas las instancias de la música en
adelante el plan nacional de auditorios — España, administradores y músicos. Un tono
solucionar el problema de la infraestructura gris, cuando no negro, se aprecia en las
era ya dramáticamente urgente— surge la programaciones. Las grandes batutas se
duda en cuanto a la futura dotación de ponen cada día menos al frente de nuestras
contenido musical de esas instituciones. centurias. Si se quiere tener contacto con
Naturalmente el que salgan de los ellas —asociadas a famosas orquestas
conservatorios más y mejores profesionales mundiales— se ha de acudir a los ciclos
de la música remite al endémico mal de la organizados por la iniciativa privada, cuya
insuficiente educación en la materia que actividad en nuestro país se diría que está
sufrimos desde hace ya demasiado tiempo. pensada tan sólo para la élite económica. Si
Otro aspecto a tratar es el de la carencia que se fija la atención en los últimos diez años
afecta a casi toda la geografía hispana de se tiene la impresión de que las mejoras
géneros como el lied, la música de cámara y están siendo demasiado lentas, de que
la ópera. El curso que comienza permite algunos problemas incluso se han agravado
albergar alguna esperanza, como la —como por ejemplo el rendimiento técnico
reorientación a su espíritu original del Ciclo de varias orquestas—, de que se está aún
de Cámara y Polifonía de la Orquesta muy lejos de donde ya deberíamos estar tras
Nacional, pero esto es muy poco cuando se este plazo de tiempo. Hay desilusión. La
han de medir las necesidades en los terrenos espera por un cambio sustancial de la
citados a escala nacional. En lo que respecta situación de la música en España se hace
a las programaciones que anuncian teatros larga, muy larga.

4 Scherzo
OPINIÓN

EL DISPARATE MUSICAL

Jolines con la capital cultural de Europa


T uvimos un verano majo en la capital
cultural de Europa. Terminó felizmente
el IX Curso de Música Barroca y Rococó,
resultaría en extremo aburrido completan el
sin par acontecimiento, ímproba demostra-
ción del increíble poder de convocatoria de
con un nivel medio muy estimable. La pre- la C.C.E. (o sea, capital cultural de Europa).
sencia de público no ha sido lo que se dice A todo esto, no sabemos los precios, pe-
masiva, pero ya se sabe, el éxodo vacacio- ro se los pueden imaginar. Tampoco sabe-
nal y todas esas cosas (no se crean que esto mos si el Teatro Real será también de
son excusas, lo que pasa es que aquí el per- geometría variable, pero nos lo imaginamos
sonal todavía no se ha acostumbrado a las igualmente.
obras de Manuel y Bach, que formaban un
dúo muy bien avenido, y mucho menos a eso Para comparar (me da igual que las com-
de que se toquen unos pianos muy raros, sin paraciones sean odiosas), un amigo mío me
pedales, que les dicen clavecines, y unas flau- ha enviado el programa del Festival de Flan-
tas como las de Bartolo, de madera y con des 1987, que abarca desde mayo de 1987
agujeros; y los del cello fíjense si serán po- hasta febrero del 88. Les cito algún que otro
i—UNA BROMA MUSICAL^ bres que no tienen ni para el pincho). ejemplo de lo que allí se puede o se ha po-
dido escuchar: Filarmónica de los Ange-
Pero, en fin, lo mejor ha sido el entorno. les/Previn; Filarmónica de Berlín/Karajan;
Lo recuerdo perfectamente. Tenia en- Filarmónica de Israel/Mehta; Sinfónica de
tonces 14 anos. Leopoldo, mi progeni- El paseito de todos los días hasta el Teatro
Albéniz se veía adornado por la presencia Birmingham/Rattle; Orquesta del Concert-
tor, a la visia de éxitos anteriores, decide gebouw; Philharmonia/Sinopoli; Filarmó-
seguir explotando mis habilidades, que, de gente del máximo interés humano y del
más elevado estrato social, encontrándose nica de Leningrado/Jansons; Sinfónica de
sin falsa modestia, reconozco que no Viena/Albrecht; Filarmónica de Viena/Ab-
eran pocas. Hicimos las maletas y em- uno en un ambiente seguro y tranquilo,
constituido por prostitutas, invertidos, al- bado; Orquesta del Gewandhaus/Masur. En
prendimos un viaje de varios meses, que el plano de la música de cámara, recitales
se me hizo eterno. Tremo, Verona, Mi- cohólicos agudos y crónicos, caígaos de la
más diversa estirpe, que proporcionaban el de Jórg Demus, innumerables conciertos de
lán, Bolonia, Florencia, Roma, Nápo- los hermanos Kuijken, recitales de órgano
les... yo qué se la de vueltas que dimos, marco adecuado. Todo el mundo sabe que
la movida consiste en que te den un meneo de Gustav Leonhardt y un largo etcétera
con el violín y el cémbalo a cuestas. Mi- más. Y los precios oscilan entre las 1.000 pts.
ra que hizo buen tiempo, pero nada y te quiten hasla los calzoncillos. En fin, ser-
vidumbres de ser la capital cultural de la más barata y de 3 a 6.000 pts. la más ca-
comparable con este verano infernal, que ra; aunque lógicamente varía con las orques-
no se acaba nunca. Estoy a punto de Europa.
tas (lo que aquí sólo ocurre ocasionalmente).
arrojar la toalla y volverme a Salzbur- Pero donde de verdad se aprecia nuestra Naturalmente, Karajanesel más caro (3.000
go o Viena, a pesar de que el contrato categoría es cuando uno examina la fastuo- a 12.000 pts.). A Leonhardl, por ejemplo,
firmado con SCHERZO prevé una du- sa programación del Festival de Otoño, abas se le puede escuchar un recital por 600 pts.
ración de 150 años. Esto es África... el festival de los padres de la patria, ilustres (precio único).
Claro que quizás eso explique el espe- proceres nuestros de cada día. Y esto no va
cial calentamiento de algunas cabezas con segundas, sino con terceras y hasta con En fin, como verán Vds. lo que se dice una
musicales de este pais, a todos los nive- quintas. Porque de lo que con las localida- futesa de festival, una bajeza del peor esti-
les. Me consuela el dosier que aparece des para tan magno evento acontece cada lo. Total, con los nombres que he citado es-
en este número de la revista. Mi queri- año podría escribirse un libro tan gordo co- tamos tomando sopas todos los días.
dísimo Don Giovanni, colocado en su si- mo el de Pétete. Hubo un año en que el Tea- Vamos, yo es que ya estoy harto de que ven-
tio. Cuando releo el libreto de mi amigo tro de la Zarzuela encogía o engordaba según gan tanto. (Como nota al margen, yo a Si-
Da Ponte, siento unas ganas irreprimi- a qué función intentaba uno ir, estando, se- nopoli no le he visto la barba más que en
bles de aplicar sus estrofas a determina- gún las taquilleras «todo vendido para abo- fotografía, por ejemplo).
dos personajillos. no, pero quedan localidades para tal
función». Se ve que es un teatro de geome- Total, que a nosotrosi'a no nos queda si-
Asi, Miguel Ángel Gómez Martínez tría variable. ¡Hay que ver lo que tenemos no contratar a la Sociedad Sinfónica de Val-
podría cantar este aria de Zerlina: en la capital cultural de Europa! verde del Camino, verdadero líder mundial
de la interpretación, para dar mayor real-
Bala, bani, o bel Alvnso Total, que viene el festivalito este y resulta ce, pompa y boato a futuras ediciones del
i! luo povvero Martínez. que presuntamente aterriza Carlos Kleiber que sin duda es la mejor demostración, la
Slaro qut come agnel/mo (digo presuntamente porque con éste nun- única, la germina, de esta nuestra capital cul-
le lúe bolle ad aspetlar. ca se sabel con la Orquesta del Estado de tural europea. De hecho no se explica có-
Baviera. Y viene también la Philharmonia mo no la han contratado más por ahí fuera.
l.os lectores de SCHERZO al ver es- londinense, dirigida por, agárrense. Esa Pek- Un festival sin eso y sin la « Y os hitsunc Sen-
la magna publicación exclamarán: ka Salonen. Desde que leí el nombrecho por bon Zakura» es que no es serio, vamos. Y
Cieli, che aspetlo nobile. primera vez en el Gramophone me pareció no se preocupen, que no cejarán hasta fi-
Che dolce maeslá. que alguien llamaba la atención al pohre mu- char unos cuantos babosos, horteras, perros
chacho: ¡A ver esa peca, Salonen! Total, po- callejeros y demás fauna para conseguir el
Y yo, mientras me monto en globo, brecillo, qué culpa tiene de tener pecas. entorno que dicho festival merece.
comprobando que ha ocurrido algo en Y viene también la Caballé, y viene Frie-
este país que traerá cola, hago mutis por A propósito, el otro día leí que los ma-
drich Gulda, aunque este último no sabemos nuscritos de Carmina Burana datan del si-
el forillo, tarareándoles, con su permiso: si tocará los Cuadros de una exposición o glo XVIII. Voy a investigar, porque seguro
Dalla su a pace las variaciones sobre el himno del Real Ma- que esto lo han compuesto Manuel y Bach,
la mía dipende drid. Total, yo al Federico éste lo mandaba que creo que vivieron por esas fechas. Un
quel che a ¡ei place a tomar por la Retambufa, porque a ver si hallazgo así lo tengo que hacer yo y en la
vita mi rende. se ha creído que vamos a verle por ser vos capital cultural de Europa. ¿No creen? ¡Jo-
quien sois. Pues no, caballero, nos gustaría pé, líos, que estamos en la capital cultural
Reconozco que a mí también e! calor saber qué cosillas va a tocar Vd., si no es de Europa! ¿Vale?
me ha recalentado la mollera, porque molestia. Y si lo es, pues se aguanta Vd., se-
ella es la única parle inmortal de) huma- ñor mío.
no ser. Ciao. Del resto, para qué hablar. Una nueva an-
tología de la Zarzuela, la famosísima «Yos-
W.A.M. hitshune Senbon Zakura» y un etcétera que Rafael Ortega

Scherzn í
OPINIÓN

TRIBUNA LIBRE
P ara comprendcer ciertas cosas, y so-
bre todo, para que e! espíritu de las
mismas pueda ser asimilado mínima- El Curso de Música
salvo honrosas excepciones, brille por
su ausencia, aunque no el público afi-
cionado, más desinteresado y recon-
mente, no existe otra posibilidad que la fortante.
de participar in situ ahí donde tiene
lugar. Barroca y Rococó Este año, el curso de Música Barro-
ca y Rococó ha cambiado su sede de
El que escribe estas líneas tendría que San Lorenzo de El Escorial a Madrid.
ser un mago de la pluma, evidentemente mundo habla por sí sola de la impor- ¿Por qué? No han faltado versiones sor-
no lo soy, para poder explicar todo lo tancia y el prestigio de este curso. El ni- prendentes, sin duda debidas a una ma-
que, tanto musicalmente como de con- vel de los mismos, sobre todo de los la información. Pues bien, sencilla y
vivencia humana, acontece en las entra-españoles, ha subido de forma impre- llanamente porque la Universidad Ma-
ñas del Curso de Música Barroca y sionante y como muestra valga el con- ría Cristina de San Lorenzo de El Es-
Rococó, que a lo largo de ya nueve edi-cierto que en el teatro Albéniz de la corial, residencia habitual del mismo,
ciones, viene organizando la AsociaciónComunidad de Madrid ofrecieron un se encuentra durante esie verano de
Música Barroca de Madrid. grupo de antiguos alumnos, pero aún 1987 en obras de reforma que hacían in-
Una idea común impera en la mente fieles asistentes al curso y todos ellos es- compatibles las actividades propias del
de todos los panicipantes, alumnos, pañoles, que causaron la admiración de citado curso con las mismas, por lo
profesores, intérpretes y organización:propios y extraños. ¿Qué crítica o jui- cual, la Asociación Música Barroca y
la autenticidad de una música que tie- cio merecería la interpretación de Ven- yo, como presidente de la misma, sin
ne como principal fin, desde el mismo tura Rico a la viola de gamba de K. Fr. absolutamente ninguna mediación de la
momento de su creación, comunicar y Abel? ¿O la de Begoña Olavide con la „.„ .»-.¡Ha(j de Madrid y con total in-
expresar los sentimientos humanos en flauta de pico de la Sonala en Fa me- dependencia, decidimos el traslado, por
nor de G. Ph. Telemann? Sin duda, la este año, a Madrid, ciudad por otro la-
sus más al los niveles de refinamiento y
sinceridad, utilizando como medio, ins-de excepcional. Lo mismo podría decir- do, vacía ya tradici o pálmente de acti-
trumentos y técnicas interpretativas lose del resto de participantes en este con- vidades culturales de interés durante las
cierto incluido en la programación de fechas veraniegas. Aunque nuestro pro-
más acordes posible con el espíritu, so-
noridad y estética de los siglos XVII yconciertos del IX Curso de Música Ba- pósito es volver a nuestra querida Uni-
XVIII fundamentalmente. Sin duda, un rroca y Rococó, Patricia Escudero (cla- versidad María Cristina de San Lorenzo
intenso trabajo, que durante el de- ve), Justo Sanz (flauta de pico), de El Escorial, esperamos poder seguir,
Alejandro González (clave) y Alfredo donde nos sea posible, dando la bata-
sarrollo de los cursos no falta, así co-
mo un espíritu predispuesto de todos Bárrales (viola da gamba). lla tanto espiritual como musical por
los participantes, hacen posible este casi mucho tiempo, naturalmente, con la
milagro. Por encima del divismo, de las Pocas veces, al menos en Madrid, se ayuda oficial, especialmente de la Co-
exigencias económicas, tan desorbita- dan cita tantos buenos músicos y tan- munidad de Madrid a la que expresa-
dos ambos en otros artistas y otras ac-tas músicas buenas, en un programa tan mos nuestro agradecimiento y en
tividades llamadas culturales, aquí se intenso y apretado como es el de estos particular a la Gerencia del Centro de
ciclos de lecciones y conciertos del Cur- Estudios y Actividades Culturales de la
respira, más bien, una atmósfera de ser-
vicio al arte musical, que por desgra- so de Música Barroca y Rococó. misma, sin olvidarnos de la pequeña
cia tanto cuesta entender en nuestro No deja de ser sorprendente, que a aunque necesaria aportación del Minis-
país. una manifestación musical de tal enver- terio de Cultura-
gadura, tanto humana como artística,
Desde una perspectiva más realista, sería muy larga ya la lista de primer ísi- Mariano Martin
el balance no puede ser más positivo. mas figuras que han pasado por nues- Presidente de la Asociación
La afluencia de alumnos de todo el tro curso, la crítica llamada oficial, y Música Barro»

ta conexión público-personaje, lodo lo repentinos y tenaces cambios de color.


CARTAS anteior no ha servido para nada, y lo Por otro lado, la expresividad y el
cierto es que si ha existido un tenor que sentimiento no se producen por exage-
emocionase en sus interpretaciones de radas y forzadas actuaciones (como la
Otello, ése ha sido Mario del Monaco. reciente intervención en «Opera por
Fernando Fraga y Roberto Andrade África» de Plácido Domingo), sino que
Del Monaco «simile» hablaban acertadamente de la necesi- provienen de uno mismo y se presentan
Oltllo dad de una voz «basada en el registro sinceramente; todo ello reforzado por
medio y grave, con repentinas y brillan- una capacidad vocal, que ni Vickers ni
tes escaladas al agudo... con canto de- Domingo poseen como para ser consi-
(Con relación al dosier «Otello de Ver- clamado abundante, etc..» y cuyas derados los más completos. Si a ello su-
di», del n.° 14 de mayo del 87) características «se resumen en el monó- mamos, en el caso de Vickers un
logo Dio, mi poteví scagliar». Precisa- «atípico color vocal» y diversas limita-
mente esos son los rasgos más acusados ciones (a pesar de su gran capacidad y
Después de la lectura de ese extenso de un Del Monaco, que no sólo rinde comprensión) y en el caso de Domin-
y completo artículo, publicado en esta en la grabación de estudio (documento go, «un timbre bastante deteriorado,
revista sobre la penúltima obra de Ver- perfecto, pero falso), sino también en una incorrecta emisión, una parva téc-
di, creo tener la sensación de que se es- las tomas dai vivo que superan en mu- nica» (frases de un articulo firmado por
tá perdiendo la auténtica esencia cho a las anteriores en cuanto a carác- Papageno y publicado en este revista)
operística, no sólo por parte de los in- ter e interpretación y no sólo vocal, por etc. etc, etc.... el resultado es obvio.
térpretes, sino también por la de los crí- cierto.
ticos. Es curioso que se hagan En resumen, algunos podrán seguir-
observaciones tan técnicas y minucio- Es llegar al límite de lo imposible el se asombrando de estos completos e in-
sas para que luego se apliquen de for- aspirar a que un intérprete de Otello sustituibles Otellos; otros, sin embargo,
ma particular y contradictoria. Tras un sea, a la vez que un tenor dramático y nos seguimos deleitando con aquellas
estudio sobre el rol de Otello no se pue- potente en graves y agudos, una voz con «toscas», «inexpresivas», «uniformes»
de apuntar como intérpretes más com- la elasticidad y lirismo de un Kraus; y y casi olvidadas voces de Del Monaco
pletos a Jon Vickers y Plácido es que además, eso sería faltar a la «lí- y Tebaldi.
Domingo; porque si por mucha mate- nea de canto» a la que R. Andrade ha-
ria prima, si por mejor técnica, si por ce referencia y en la que cae no un
más recursos, la intepretación no emo- constante Del Monaco, sino un irregu- Carlos E. Pérez
ciona, no consigue esa extraña y direc- lar Domingo, que se caracteriza por sus 23-VII-87. Vigo

6 Scherzo
ACTUALIDAD

Carlos Kleiber en Madrid?


R etrocedamos unos años y si- Munich, escenario de sus primeros dos y un largo etcétera. Sin embargo,
tuémonos en Bayreuth duran- éxitos su lucidez no es sólo musical, ya que
te una tarde de julio de 1974. gracias a su criterio riguroso y selec-
Todavía faltaba más de medía hora Munich fue el escenario de sus pri- tivo, no se metió de lleno en la rueda
para que comenzarse TYistan y, a pe- meros éxitos: WoTxeck (de casta le del marketing de otros músicos céle-
sar de ello, un hombre joven, nervio- viene al galgo; no hay que olvidar que bres (piénsese en un Abbado, un
so e inquieto, estaba ya sentado en el la ópera de Alban Berg fue uno de los Maazel o un Muti), rechazando una
podio directoría] del foso místico mi- grandes caballos de batalla de su pa- y otra vez las ofertas de los teatros
rando con el ceño fruncido y ojos in- dre). Murciélago. Cazador furtivo más importantes del orbe y, por su-
quisitivos a los profesores de la (estas dos últimas felizmente llevadas puesto, a los ejecutivos de las gran-
orquesta que poco a poco se iban in- al microsurco y reprocesadadas re- des multinacionales discográficas
corporando en sus respectivos luga- cientemente al sistema compacto) y, que, huelga decirlo, se disputan su ba-
res. Sin embargo, al comenzar la sobre todo, Rosenkavalier. Año tras tuta. Así pues, su carrera se reduce a
representación, la aparente in- actuaciones esporádicas en
seguridad del maestro se con- Alemania, Austria y La Scala
virtió en genialidad y dio paso de Milán, así como contadísi-
a una de esas tardes gloriosas mas giras con la Orquesta Es-
en la historia de la colina ver- tatal de Baviera que, los dioses
de; los viejos del lugar decían nos oigan, podremos presen-
que desde Victor de Sabata no ciar próximamente en Madrid
habían escuchado un Tristón dentro del Festival de Otoño de
igual (el italiano lo había diri- la Comunidad Autónoma.
gido en el verano de 1939, un
mes antes del comienzo de la
segunda gran debacle euro- Músico extremad amen le
pea). Allí el auditorio pudo escrupuloso
comprobar que, además de
examinar y medir minuciosa- Carlos Kleiber es un músico
mente todos los complejos en- extremadamente escrupuloso
tramados de la partitura con la obra que se plantea (es
wagneriana, se calibraban per- sabido que se pasa meses en-
fectamente las dinámicas, se teros del año dedicado al estu-
construía con la sabiduría de dio de sus obras favoritas
los grandes, había precisión, —como hacía el viejo
ímpetu, pasión y turbulencia, Knappertsbusch— que son,
los timbres eran de un extraño obviamente, las que tiene en re-
y exquisito refinamiento y, en pertorio, unas treinta en total
fin, la transparencia y el colo- contando óperas, sinfonías y
rido orquestal se mostraban concierto con solista), tiene en
con total clarividencia. El res- Carlos Kleiber visto por Villanueva cuenta cada detalle, cada ma-
ponsable de todo esto: un mú- tiz ¡imbrico, sin perder nunca
sico de cuarenta años recién cumpli- de vista el todo, merced a lo cual con-
dos llamado Carlos Kleiber, un maes- año esta fascinante, anacrónica y ca-
duca ópera straussiana batía todos sigue versiones unitarias, redondas,
tro que había tenido que superar perfectamente acabadas en si mismas
desde sus comienzos el enorme reto los récords imaginables de venia de
entradas en el mercado negro de la y con una vitalidad que, por ejemplo,
de ser hijo de quien era, ni más ni me- el mismísimo Schuricht, no hubiese
nos que del legendario Erich Kleiber, capital bávara al saberse que el res-
ponsable musical de la misma sería dudado en hacer suya. A este aris-
un director alabado por tirios y tro- co y singular músico (de no ocurrir
yanos (un par de ejemplos: «Fue el Carlos Kleiber (ustedes mismos pue-
den juzgar esta prodigiosa versión si nada en contra como, p. ej., que no
mejor recreador de Beethoven», de- le apetezca venir a España este mes
cía hace poco Sergiu Celidibache. Y tienen oportunidad de ver la pelícu-
la que, de tarde en tarde, se proyecta de octubre) le veremos con la Orques-
también fue el único maestro no va- ta Estatal de Baviera en el Teatro Real
puleado por las críticas de Toscani- en la Filmoteca. En su defecto, pue-
den preguntar a Artuvo Reverter, que con un programa compuesto por
ni). A pesar de ello en seguida se obras de Mozart, Beethoven y
intuyó que llevaba camino de conver- tuvo la fortuna de ver en vivo una de
estas representaciones). A raíz de sus Brahms. Obras tradicionales, qué du-
tirse en digno (y diferente) sucesor de da cabe, pero que nunca (o casi nun-
la inmaculada técnica de la batuta de primeras grabaciones discográficas
comenzaron a lloverle contratos: Co- ca) escuchamos por estos lares en
su padre. versiones excepcionales.
vent Garden, Bayrenth, Estados Uni-
Enrique Pérez Adrián
Scherzo 7
ACTUALIDAD

hay además una preocupación por obras


Nuevo ciclo de la Orquesta sin fónico-vocales demasiado poco prodi-
gadas, y existe también una voluntad de
renovación en la literatura concertante.

Ciudad deBarcelona En el primer aspecto, es obligado citar


el concierto de Argudo (en el que se in-
terpretará Una Nil de Nadal, de Rafael
Ferrer) y los conciertos monográficos a
La malquerida y problemática Orquesta Ciudad de Barcelona se cargo de Decker y Ros. En el campo
sin fon ico-vocal están previstas las audicio-
dispone a poner en marcha su temporada ¡987-88, primera bajo la nes del War Réquiem, de Brillen, que
dirección efectiva de su nuevo titular, Franz-Paul Decker, y para ello inaugurará la temporada (con Decker); La
ha publicado un «anteprograma susceptible de modiftcación» de vein- infancia de Cristo, de Berlioz (con Gar-
tidós conciertos, que se celebrarán entre el 31 de octubre del presente cía Asensio), y las Quaítro Pezzi Sacri, de
año y el 8 de mayo de 1988. Verdi y el Stabat Mater, de Rossini (con
Mas). En el de la literatura concertante,
constan en el anteprograma las audicio-
nes del Concierto para viola, de Walton

A mes de analizar la oferta musi-


cal de este nuevo ciclo, es nece-
sario preguntarse qué piensan
hacer Decker y el Ayuntamiento barcelo-
nés con esta imposible orquesta que he-
obras a determinar. Dos conciertos tienen
asignados el magnífico director suizo Pe-
ter Maag y nuestro Salvador Mas; y uno
sólo los siguientes directores: Luis Anto-
nio García Navarro, Cyril Diederich (que
(con Enrique Santiago de solista); el Con-
cierto para violtn, de Korngold (con Án-
gel Jesús García); el Concierto para
violoncelto, de Pfitzner (con Esther Nyffe-
negger), y el Concierto para violoncello
mos tenido que soportar a lo largo de la vendrá con la Orquesta Filarmónica de núm. 1 de Shostakovitch (con Lluis Cla-
pasada temporada 1986-87: una orques- Montpellier), Enrique García Asensio ret). Recordemos asimismo que está pre-
ta desmantelada, una formación sinfóni- (que hará lo propio con la Sinfónica de vista también la presencia de otros solistas,
ca de bolo que nuestra muy filarmónica Bilbao), Albert Argudo (con un concier-
Ciudad Condal no merece en modo algu- to en el que se celebrará el 40 aniversario como los violinistas Ida Haendel, Ruggero
no. Por una cuestión de decencia y de de- de la Coral Sant Jordi y el 30 aniversario Ricci y Rafael Oleg, y pianistas como Bru-
coro —y ya no digamos: por una simple de su primera colaboración con la Orques- no Leonardo Gelber, Cecile Ousset, Be-
cuestión de honor— a Decker y a su ca- ta Municipal, antecesora de la O.C.E), Ed- lla Davidovitch, Shura Cherkassky, etc.
bildo no les queda otro remedio que ga- mon Colomer, Agustí Cullell y el notable Las formaciones corales que colabora-
rantizar y procurar a los ciudadanos un rán con la O.C.B. serán por lo general de
conjunto sinfónico estable y de calidad.
¿Cómo afrontará el director alemán tan
improrrogable reto? No lo sabemos; a juz-
gar por la linea ya iniciada en nuestra úl-
tima temporada, y dado el escaso apego
que Decker siente hacia los músicos lo-
cales, se contrataría a músicos extranje-
ros, que rinden muy bien. Drástica,
desesperada e incluso satisfactoria medi-
da ésta, pero sólo a corto plazo. En pri-
mer lugar, porque (en Barcelona tenemos
ya experiencia de ello) un instrumentista
extranjero no se quedará en la O.C.B. por
veinte años; en segundo porque durará en
nuestra orquesta cuanto dure Decker co-
mo titular (y en medio de todo este be-
renjenal, surge la duda atroz: ¿querrá
Decker acaso colocar en la Orquesta a sus
amigúeles?).

El aspecto de la permanencia de Dec-


ker al frente de la O.C.B. nos conduce a
la formulación de otra premisa, inevita-
ble: no creemos que dure demasiado tiem-
po, a no ser que decida asumir una nueva
actitud para con los profesores de la mis-
ma. Las tentaciones mesiánicas deben Fronz Paul Decker a! frente de la O.C.B. BARCELO
quedar definitivamente en la cuneta. Un
director no puede, en el transcurso de un
concierto y ante un público de dos mil per- Witold Rowicki (esperemos que no can- elevada calidad: además de la Coral Sant
sonas, interrumpir la interpretación de cele, como lo ha hecho en otras ocasio- Jordi, estarán presentes los excelentes Pro-
una obra por dos veces consecutivas e in- nes). La mayoría de ellos directores de Música Chorus de Londres y el Orfeón
crepar a un instrumentista por no haber probada calidad. Sólo Diederich y Cullell Donostiarra, así como la Coral Carmina.
entrado a tiempo. Esto ha sucedido en la constituyen en este momento una incóg- Advirtamos que en esta programación
última temporada. Y esperamos que no nita para nosotros. Antoni Ros-Marbá ha incompleta brillan por su ausencia nom-
se repita. sido castigado también con un solo con- bres fundamentales como los de Bach,
cierto (menos mal que el Liceo lo ha con- Haendel, Bruckner o Mahler. Veremos
Vayamos ahora al tema de los directo- tratado para dirigir Otello en su qué pasará con ellos y con nuestra forma-
res y de la programación. Decker dirigirá temporada de ópera). ción sinfónica. Ojalá que las aguas retor-
nueve de los veintidós conciertos previs- Por lo que a la programación se refie- nen a su cauce.
tos; en dos de ellos se procederá, según re, debemos destacar tres puntos de inte-
indica el anteprograma, a la «Presentación rés: sigue en esta nueva temporada la
de los solistas de la Orquesta» (?), con atención hacia la música catalana actual; Jordi Ribera Bergós
8 Scherzo
ACTUALIDAD

Festival de Barcelona: sión concertante (con algunos cantan-


tes interesantes como la soprano Isabel
Garcisanz y el tenor Michel Sénéchal).

Una interesante oferta Por fin, la excelente —pero demasiado co-


nocida ya en Barcelona— Philharmo-
nia Orchesira de Londres nos deleitará
El Festival Internacional de Música —-que traáicionalmenle viene celebran- a buen seguro con un programa Beet-
do Barcelona lodos los años a lo largo del mes de octubre— experimentó des- hoven (con Salvatore Accardo y dirigi-
de 1984 una sensible mejora tras varios años de mediocridad y aburrimiento. do por Roger Norrington), y otro más
Ahora, a la vista del programa general del presente año, no parece que poda- ecléctico, formado por obras de Haydn,
mos hacer grandes augurios, pero sí afirmar que tendrá algunos conciertos Stravinsky y Sibelius (dirigido por Esa-
de razonable interés. Pekka Salonen).
Tres conciertos serán los dedicados a

E l Festival de 1987 ha sido cons- la música de nuestro tiempo. El Schon-


questa será dirigido por Laszlo Heltay,
truido partiendo de tres grandes berg Ensemble, con Barbara Sukowa y
con la participación del Orfeó Cátala.
bloques de audiciones: los gran- Reinbert de Leeuw, montará el Pierrol
En el programa, los Carmina Burana de
des conciertos sinfónicos o sinfónico- Lunaire de Schónberg; el Grupo Círcu-
Orff y obras de Guinovart y Moraleda.
vocales; los conciertos dedicados a la lo, dirigido por José Luis Temes, tiene
Un tercer concierto (el último del Fes-
música de nuestro siglo y contemporá- asignado un concierto de compositores
tival), de nuevo con Decker, consistirá
nea, y los recitales. españoles actuales (J.L. Turina, Aracil,
en el War Réquiem de Brillen (estrena-
Dentro del primer bloque destaca la Marco, Garrido, de Pablo y J.M. Ló-
do en Barcelona por la misma orques-
participación de la Orquesta Ciudad de pez); y Diabolus in Música, junto a Per-
ta y Ros Marbá en la edición del Festival
Barcelona, que actuará en tres concier- cussions de Barcelona y Joan Guinjoan
de 1977) en la misma versión que inau-
tos distintos. Nuestra formación sinfó- de director ofrecerán obras de Llanas,
gurará la temporada de la O.C.B. Estos
nica, junto al Coro del Liceo (en un Mestres Quadreny, Guinjoan, Boulez,
tres conciertos permitirán evaluar ya si
laudable intento para que trabaje otros Dallapiccoia y Gerhard.
la Orquesta ha sido puesta al día o no.
géneros además del operístico) inaugu- Por su parte, Michel Plasson vendrá con
rará el Festival con la Missa Solemnis su Orquesta del Capitole; ofrecerán un
de Beethoven, bajo la dirección de concierto de música francesa (con obras Buenos recitales
Franz-Paul Decker y un cuarteto vocal de Debussy, Ravel y Chausson y el pia-
que nos puede deparar algunas sorpre- nista Gabriel Tacchino de solista) y otro Muy bien servido está el bloque de
sas agradables: Lella Cuberli, Alexan- integramente dedicado a Ravel, en e) 50 los recitales, puesto que está previsto
drina Miltcheva, John Aler y Richard aniversario de su muerte, y en el que se que nos visiten ni más ni menos que
Stilwell. El segundo concierto de la Or- interpretará L'Heure espagnole en ver- Marilyn Horne, acompañada al piano
por Martin Katz (con un amplio aba-
nico que comprende obras de Haendel,
Schubert, Wolf, Copland, Verdi y
otros); Brigitte Fassbaender e Irwin Ga-
ge (con un programa de lieder de Pfitz-
ner, Liszt y Mahler); y en el campo
puramente pianístico, el excéntrico pe-
ro admirable Friedrich Gulda (con pro-
grama a determinar) y el dúo Katia y
Marielle Labeque (quienes conmemo-
rarán el 50 aniversario de la muerte de
Gershwin).
La mayoría de los conciertos se cele-
brarán en el Palau, en espera de que sea
una realidad el nuevo auditorio que el
Ayuntamiento nos tiene prometido; los
restantes harán lo propio en el Salón del
Tinell y en la Basílica de Santa María
del Mar.
En resumidas cuentas, un reconoci-
miento a vista de pájaro de la progra-
mación del Festival barcelonés que va
a dar comienzo, nos induce a reflexio-
nar en la excesiva atención puesta so-
bre la música contemporánea, habida
cuenta que el público barcelonés es
—desengañémonos— bastante conser-
vador en lo tocante a gustos musicales.
Pero por otra parte nos parece lógico
que un Festival se interese por la músi-
ca de su época y no únicamente por la
de] pasado. Es una obligación moral
que tiene.

ios hermanas Labéque conmemorarán el 50 aniversario de Cershwin. JaR.R


Seherío 9
ACTUALIDAD

L a programación que precisa la Or-


questa Nacional en estos momen-
tos se sale de la pura atención al
repertorio tradicional —inevitable en una
Orquesta Nacional:
formación de este tipo—, la dosificación
de las esperadas novedades y la cobertu-
ra del raquítico capítulo de estrenos. Una
centuria que, no nos engañemos, se está
jugando su existencia misma como or-
Una lenta recuperación
sa, Khachaturian, García Abril y Brillen autor del que rescatar toda su producción
questa sinfónica viva y profesional ha de — i estupendo cóctel!— y eln." 26 flanquea es condición indispensable si queremos
inclinarse hacia las partituras con poder
formativo. En este sentido, las piezas del un estreno de Claudio Prieto con dos considerarnos un país culto. Panorama
clasicismo son las idóneas para que la obras de Schubert. un tanto desalentador para una centuria
cuerda de la Nacional reencuentre la con- española.
junción la trasparencia, la suavidad de so- Hay otras novedades, además de las ya
nido y la flexibilidad que esta familia indicadas, que se cifran en las obras de
instrumental demanda con urgencia. No- Cimarosa (Concierto para dos flautas),
tas todas ellas imprescindibles para acer- Villa-Lobos IBachianas 2 y 4), Beethoven
tar con el estilo en Mozart, Haydn y (Cuarteto Op. ¡31 en versión orquesta-
Beethoven. Son varios los programas que da, aunténtica prueba de fuego para la
giran en torno a estos tres nombres, bien cuerda de la ONE), Brillen (Sinfonía da
en solitario (Mozart: n.D 5 y 8; Beetho- Réquiem) y Schubert (Rosamunda, supo-
ven: n." 9 y 14), bien en acertada asocia- nemos que completa), que se distribuyen
ción (Mozart, Sinfonía n. ° 40; Haydn, con acierto variable.
Misa «In Tempore Belíi», n.° 13). Un
acierto del curso lisio para el despegue es
el eje temático que se ha trazado por me-
dio de los Conciertos para piano de Mo-
zart. Podrán oírse cinco páginas maestras Las buenas intenciones
de la genial colección, las numeradas co-
mo 17, 20, 23, 24 y 25. Fuera de este hilo Todo lo anterior son las buenas inten-
conductor del clasicismo vienes —fuente ciones de la programación. Queda que las
a la que ha de retornar toda orquesta en obras escogidas se traduzcan en versiones
crisis o estancamiento— se descubre un al menos aceptables. Esperar esto quizá
amplio espectro programador. De un solo sea a veces demadiado optimista, como
concierto puede decirse que sea absolu- cuando se pide a la Orquesta el
tamente modélico, e! n.° 16, formado por esfuerzo del programa Bruckner
el Réquiem para Mignon y el Réquiem y a la semana siguiente que se en-
Op. 148 de Sehumann y Un supervivien- frente a las tres obras que des-
tede VarsoviadeSchoenberg (LópezCo- conoce del concierto Schumann-
bos), por su coherencia, valor de las obras Schoenberg. Acaso fuera más ló-
y novedad, dado que las tres obras suben Walter Weller será el nuevo director invita- gico dedicar doble régimen de
por vez primera a los atriles de la ONE.
Muy atractivo también e¡ programa de do junto con el español Víctor Pablo Pérez. ensayos al acometer sesiones co-
mo éstas y continuar aplicando
música francesa preparado por Víctor Pa- la periodicidad habitual con los
blo Pérez: Franck, Sinfonía en re menor; Estrenos programas de repertorio. En to-
Fauré, Pavana y Poulenc, Gloria, don- do caso, se cuenta para el desa-
de son parcial novedad las dos últimas par- Los estrenos previstos son pocos: Con- rrollo de la temporada con una
tituras citadas. Otro programa interesante es cierto para violoncello de Claudio Prie-
el integrado por obras religiosas de Bruck- legión de batutas en la que ra-
to, Sinfonía n." 4 de Tomás Marco y una ramente se alcanza lo excepcio-
ner —Misa n. " 3, Te Deum— (López Co- obra española de autor aún desconocido.
bos), mucho menos oídas entre nosotros nal. El titular (8 concienos) y los
La timidez sigue reinando en este apar- dos directores asociados, Walter
que sus sinfonías. No deja de resultar cu- tado, no ya por lo escaso de las partitu-
rioso que la Misa n. ° 3 se anuncie como Weller y Víctor Pablo Pérez (3
ras seleccionadas, sino por recurrirse a los conciertos cada uno), tendrán
«primera vez» por la Orquesta, cuando nombres de siempre. Los más jóvenes tie-
fue el propio López Cobos quien diseña- ante sí buena parte de las líneas
nen derecho a que sus obras sinfónicas maestras de la programación. En
ra idéntico programa con ocasión de una sean tocadas por la que se supone prime-
de sus primeras y más exitosas visitas al ra orquesta del país y no en conciertos el caso de Weller, se espera que Kurt Sanderling
conjunto del que ahora es titular (23, 24 ideados de partida como marginales. Po- trabaje a fondo en mejorar el tradición centro
y 25 de febrero de 1973). Chocante des- ca música del pasado español se recupe- rendimiento de la cuerda. La
piste en la memoria de la ONE. Menos rará la temporada próxima —Bautista, presencia de Kurt Sanderling (Mozart,
redondo el programa Wagner (n.° 27), Sinfonía n. ° 2; Ordóñez, Sinfonía en re Obertura de Don Giovanm; Haydn, Con-
pese a lo nuevo que aporta la Sinfonía en mayor, español tangencial el segundo, cierto para violoncello en re mayor;
do de este autor, pero la inclusión de una pues, aunque su familia procedía de la pe- Brahms, Sinfonía n. ° I) nos recordará
llamada «Música orquestal del Anillo». nínsula, nació, vivió y murió en que todavía hay supervivientes de la vie-
cuyo lugar está junto a las tablas del tea- Austria—, continuando abierta la lagu- ja tradición directorial centroeuropea.
tro, resta sentido a este concierto. Al la- na del siglo XIX, cuyo cierre requeriría Eliahu Inbal ha optado por un programa
do de estos programas, que se ve que han una ingente labor musicológica que muy
sido pensados, hay otros totalmente sor- Beethoven que posiblemente le vaya me-
bien podría impulsar la propia orquesta. nos que Mahler, autor al que se le suele
prendentes por la mezcla de nombres que Se revisarán composiciones ya conocidas
proponen; asi el n.° 10 reúne a Cimaro- asociar y de cuyo empacho se libra afor-
de Toldrá (Vistas al mar), E. Halffter tunadamente la temporada que se comen-
(Dos bocetos). García Abril (sin determi- ta. El programa que dirigirá Sergiu
nar) y Gerhard (Condeno pera violin), Comissiona decepciona por lo manido
(Bach-Stokowsky, Preludio de la Suite en

10 Schcrzo
ACTUALIDAD

re; Stravinsky, Sinfonía de los Salmos;


Liszt, Totenianz; Strauss, Tul Eulenspie-
gel). Philippe Ermemont, que también se
lucirá como pianista (Mozart, Concierto
La vuelta de la música de cámara
n.° 17), nos deleitará con la hueca Sin-
fonía n." 3 de Saint Saéns. De Carlos Kal-
mar parece que puede esperarse mucho,
a estas alturas sólo se sabe que en su pro-
grama figurará el mencionado Concier-
E l llamado Ciclo de Cámara y Polifo-
nía habrá comenzado su décima edi-
ción cuando aparezca este número de
Scherzo. Este décimo Ciclo ha sido elabo-
rado por el Delegado del 1NAEM para la Or-
to para violfn de Gerhard. Michel Plasson questa y Coro Nacionales de España,
nos refrescará al fin la Sinfonía Op. 20 Santigo Martín, conocido de nuestros lee-
de Chausson, pero con la Orquesta del lores. Aunque se trata de conciertos de un
raro nivel medio, evitaremos excesivos elo-
Capitolio de Toulouse, única formación gios hacia quien está tan ligado a esta pu-
invitada al ciclo de la ONE. Del juego que blicación. «Cuando lomé posesión de mi
den otros conductores seria temerario nuevo destino —nos dice Santiago Martín—
pronunciarse. Asi y todo, cabe esperar no había compromisos firmes en el Ciclo,
una Pasión según San Mateo de Helmut pero acepté varias de las propuestas de ac-
Rilling menos disparatada que en años tuación ¿el Intendente de la OCNE, Javier
anteriores. En cuanto a los probables ex- Muñiz, que ya había calibrado las actuacio-
cesos de Frühbeck en La Consagración de nes de algunas orquestas autonómicas o mu-
nicipales (Asturias, Valencia), varios
la primavera y el dudoso estilo mozartia- cuarteras de cuerda (Juilliard, Smetana, Co-
no de García Navarro, más vale esperar lorado) y otros)>. Tele Monloliií será una novedad.
y ver.
Entre los solistas hay nombres de pres- te de gastos, y a eso hay que añadir el éxito
tigio, logrados quizá mediante un esfuer- de venta por abonos. Están vendidos ya más
zo presupuestario que probablemente De Rene Clemencic • lturralde de dos tercios del teatro para cada abono
hubiera sido mejor dirigir a procurar ba- (son dos, cada uno de 16 conciertos). Esto
tutas más interesantes, que es lo que la El Ciclo consta de 32 conciertos (seis más supone que habrá llenos casi totales para un
Orquesta necesita. Salen como siempre que en la temporada 86-87) y su exigencia tipo de música que nunca ha podido llenar
ganando los pianistas: Cristina Ortiz, Ru- es muy superior a la de años anteriores. «El c) Real, y que en buena medida se cubrirán
dolf Buchbinder, Walter Klien, Malcolm criterio es que fuera más cameristico que or- gastos».
Frager, Philippe Entremont y el nuevo questal. Se ha dado protagonismo al Coro
dios de\ teclado, lvo Pogorelich, quien no Nacional en algunos conciertos muy com-
prometidos que dirigirá su iitular, Carmen
Helena Téllez. Se han incluido muchos cuar- Presencia de Radio Dos
lelos y trios (habrá una integral de tríos de
Brahms, por el de Barcelona, y otra de los Por vez primera el Ciclo de Cámara será
cuartetos, que hemos cambiado a última ho- retransmitido por las ondas. Radio Dos de
ra al Juilliard). El Tokyo String Quartei no Radio Nacional de España, a! cerrar esta
podrá venir, pero lo hemos sustituido por crónica, está ultimando un convenio en tal
el ChilUngirían: no podíamos defraudar el sentido con el 1NAEM. Los aficionados po-
alto nivel ya ofertado. También habrá mú- drán escuchar eslos martes musicales en su
sica con instrumentos antiguos (Clemencic, casa sí no están en Madrid o no han conse-
Hesperion XX) y, por vez primera, tendre- guido entrada.
mos jazz (Montoliú, lturralde).
Martin nos hace constar que ha habido al-
Le hacemos nolar a Santiago Martin que gunos pequeños cambios de programación
se dan demasiados conciertos con profeso- de obras y de orden de conciertos, que van
res de la ONE, algunos quizá justificados, a ser dados a conocer al iniciarse el Ciclo.
pero otros dudosos. ¿Se siente obligado a «En cuanto a obras, quiero destacar el pro-
incluir conciertos circunstanciales de estos tagonismo de Chausson —un compositor ex-
músicos?. «En eso opino como el maestro quisito y desconocido entre nosotros—, de
López Cobos. Es bueno para la ONE que los checos (Smetana, Dvoiák, Janacek) y de
sus miembros hagan música de cámara, que Brahms, además de la interpretación de
acepten ese compromiso. En el nuevo audi- obras de españoles contemporáneos y del
torio tendremos un ciclo de menor duración «estreno» de ¡a Primera Sinfonía de Julián
para eso, de momento no existe otra cosa Bautista, por la Orquesta de Cámara Espa-
que el Ciclo de Cámara y Polifonía del ñola dirigida por José Luis Temes. La Se-
>s recordará que aún hay supervivientes de lo vieja 1NAEM». Nos preguntamos si no será a cos- gunda la dirigirá López Cobos a la ONE en
topea - ta de que no se incluyan otros profesiona- temporada, con lo cual habremos hecho el
les de la música de cámara española, l o pequeño e importante ciclo sinfónico de es-
se ha dignado descender del Olimpo pa- cieno es que se dan allí cita una serie de ex- te gran compositor de la Generación de la
ra comunicar a los mortales el título de celentes profesionales españoles que medi- República».
la obra que piensa regalarnos. Se cuenta rán sus fuerzas con grandes nombres
extranjeros. E¡ ciclo es un respiro para la mú- Sabemos que ya se está trabajando en el
también con dos formidables violoncelis- ciclo que inaugurará el auditorio de Prínci-
tas Lluis Clarei y Heinrich Schiff y el sica de cámara que. en nuestro país, no go-
za de excesiva prolección, a pesar de que es pe de Vergara, donde además de una sala
siempre admirado flautista Jean-Pierre más económica y más accesible. En este sen- grande habrá otra de 800 localidades, sin du-
Rampa!. tido, Martín nos puntualiza algo importan- da más adecuada para la música estrictamen-
te. «Este ciclo ha sido especialmente barato. te de cámara. Esperamos en esa sala una
Es una de las actividades menos deficitarias oferta de cámara más diversificada, y espe-
del 1NAEM, que por definición acomete ser- ramos que el undécimo ciclo posea, al me-
vicio; públicos culturales que son deficita- nos, la calidad de éste que va a cerrar el Real
rios económicamente. El patrocinio del en la temporada 87-88.
grupo ENDESA cubre una parte importan-
Enrique Martínez Miura Antonio Moral

II
ACTUALIDAD

Orquesta y Coro de RTVE 87-88: Viva la novedad (?)


E l análisis de la programación de los
conjuntos del Ente para la tempora-
da que se avecina es cosa que produ-
ce notable depresión. Y conste que no seré
yo quien defienda la pretensión (apárenle
Mozart (Sinfonías 39 y 41, Serénala K. 239;
¿no se habrán creído que ya lo han locado
todo en años anteriores?) y Haydn (Misa de
Sania CeciliaJ.
Por consiguiente, la programación se
ro, Tamayo, Leitner, Michel Tabachnik,
Plasson, Caetani, Baudo, Ken Ichiro Koba-
yashi y Pinchas Steinberg. Como verán, na-
da del otro mundo, especialmente si tenemos
en cuenta lo poco interesante que resulta al-
por no confirmada pero muy probable por mueve en coordenadas de escasa novedad en gún concierto encomendado a una de las po-
no desmentida) de siluar a la orquesta en el cuanto a obras se refiere. Para ser más exac- cas batutas de cierto nivel que nos visita
repertorio español de «principalmente des- tos, las novedades pueden dividirse en dos (caso de Leopold Hager, por ejemplo, con
conocidos», que me parece —y asi lo he ma- categorías: las que valdrá la pena escuchar obras de Blacher, G.1 Abril y Mozart). En
nifestado en esta* mismas páginas— un y las que tranquilamente se podrían habet algún que otro caso (Tamayo) un comienzo
patinazo de consecuencias previsib¡emente quedado en el baúl, por diversas razones (ba- prometedor [Metamorfosis de Strauss) ter-
desgraciadas. tuta poco interesante, escaso interés del resto mina de mala manera (extracto del Ocaso
del programa o inadecuación de la obra a wagneriano: ¡cuándo nos convenceremos de
Pero al hablar de lo deprimente de la pro- que los extractos deben quedarse para las
gramación no me estoy refiriendo al reper- la orquesta).
plantas medicinales!).
torio en general, que, teóricamente, es Entre las primeras podemos citar la infre-
amplísimo. Antes bien, me refiero a varios cuente Sinfonía en Do de Bizct (Plasson. En cuanto a solistas, destacan sobre to-
aspectos muy concretos: seguimos con los junto a obras de Chausson y Ravel), la Dé- do Maurice André y Anne-Sophie Mutter.
mismos nombres de siempre (lo que signifi- cima de Shostakovitch (Caetani; el progra- Es una lástima (o algo peor quizá) que el fa-
ca una escasez notable de batutas o solistas ma se completa con el Cuarto concierta para moso trompetísta venga a tocar una obra tan
de gran relieve internacional, como luego po- piano de Beethoven) y el pocas veces escu- inadecuada como el Segundo de Branden-
drán comprobar), y seguimos bien con las chado Cristo en el Monte de los Olivos del burgo y en el seno de un concierto (el cita-
mismas obras, bien pensando que determi- sordo de Bonn (Baudo; una pena que el resto do anteriormente de Gómez-Martínez) tan
nados compositores sólo nos dejaron una o del programa esté dedicado a Villa-Lobos, demencia!. La Mutter, por su parte, es pro-
dos obras, bien (aquí habría que poner mal, lo que no resulta muy coherente). tagonista de uno de los conciertos más atrac-
pero en fin, qué se le va a hacer) ignorando tivos de la temporada {Concierto para violin
si si emética mente la obra de determinados Entre las segundas, es una pena citar el
Dumbarlon Oaks de Strawinsky, en un pro- de Brahms y Segunda de Sibelius, Gómez
compositores a los que apenas si conocemos Martínez). El resto de las actuaciones solis-
gracias al disco. grama horrible (Gómez-Maniñe/. Primero
y segundo de Brandemburgo y Fuegos ar- tas está repartido con ventaja para el abo-
no A: Buchbinder, Bitetti, Zabaleta, Soriano
y Achúcarro (además de los citados Mutter
y André). En el B intervienen: Carra, Co-
mesaña, Calvin, Gelber, Freiré y Arríeta.
Poco les puedo decir de los solistas vocales,
salvo que canta mucho «A determinar» cu-
yo sexo y tesitura desconozco, aunque no de-
sespero de averiguarlo.
En fin, si hubiera que resumir lo que ver-
daderamente se antoja interesante, me que-
daría con el interesante y (¡por una vez en
la temporada!) coherente programa Ravel
de Ros-Marbá, así como el ya citado de
Anne-Sophie Mutter y, con algo menos de
interés por la categoría de la batuta, el de
Caetani con la Décima de Shostakovitch.
Se debe también reseñar que ignoramos
la razón por la que las actuaciones corales
han sido tan desigualmente repartidas (sólo
I en el A por 5 en el B).
Por último, clarificar que este critico no
pretende que Abbado y similares vengan a
dirigir esta orquesta, pero no veo la razón
ta vuelta de Leopold Hager será una bocanada de aire fresco. por la que otros nombres de indiscutible ca-
tegoría no son contratados. ¿Dónde están
los Albrecht, Tate, Marriner, Rattle, Kuhn,
etc.? Y entre los solistas, ¿recuerdan las vi-
Y el resultado, pues qué les voy a decir, lificiales de Haendel) o la Misa de Sonta Ce- sitas de los Szeryng, Ashkenazy, Barenboim,
el de siempre, o sea, muy, pero que muy po- cilia de Haydn (encomendada a! etc.?
quito de interés. aburrimiento reencarnado en batuta: terdi- Para lo que puede ser la última tempora-
Así. en esta temporada volveremos a oír nand Leitner). Por otras razones cabe incluir da normal de la orquesta del Ente, no de-
la Séptima de Beethoven, la Fantástica de aquí el Condeno para violin de Beig o la masiada imaginación, poca novedad en
Berlioz, el Réquiem áe Verdi, la Segunda de Segunda Suite de Strawinsky (Juan Pablo obras e intérpretes y escasa coherencia en la
Brahms y la Segunda de Sibelius. Me pre- Izquierdo) y el Dixit Dominus de Haendel confección de más de un programa. No quie-
gunto para cuándo se deja la Cuarta de Si- (con todo respeto para opiniones contrarias, ro ni pensar en lo que puede ser la primera
belius. Harold en Italia o incluso la Pastoral creo que esta orquesta ha demostrado sobra- temporada anormal: el descabello, vamos.
beethoveniana, que no sé por qué se toca damente su inadecuación para el barroco).
mucho menos que las demás. Excuso decir- En lo referente a batutas, el abono A sa-
les que seguimos sin poder escuchar música le algo mejor parado: Gómez Martínez (4
de Vaughan- Williams, de Nielsen o las oirás programas), Alain Lombard, Leopold Ha-
sinfonías ele Bruckner (o sea no la cuarta, ger, Ros-Marbá, Fruhbeck, Izquierdo, Bra-
séptima u octava), o incluso de Tchaikows- gado, Jacques Merciei y Ronald Zollman.
ki (que compuso seis, ¿recuerdan?). Otro he- En el abono B intervienen el titular (3 con-
cho curioso es la cuasi desaparición de ciertos), Jordi Casas, nuevo titular del co-
Rafael Ortega Basagoiti
12 Scher/o
ACTUALIDAD

Arpard Joó ¿el deseado? La pregunta queda en el aire. ¿Será Ar-


pad Joó el nuevo director de la OSRTVE?
Teatro Real. I7-1X-87. Damas de Galanía (Kodal y). Concierto n.° 1 para piano y orquesta
I.1 Sinfonía (Mahler). OSRTV. Director Apard Joó. Quizás sea más importante averiguar si
los males de la orquesta encontrarán so-
Cuando una orquesta va como va, el entendimiento de la obra, que sólo pe- lución con este húngaro alto, serio, sol-
cuando su director titular ha hecho có de una ligera precipitación en los com- vente y algo enigmático. Para poder dar
«crash», cuando las criticas arrecian, y pases finales. Antes de Mahler, y a modo un juicio en profundidad resulta necesa-
un nuevo Delegado General empieza a de doble lucimiento personal, Joó progra- rio escucharle nuevamente y con progra-
pensar en serio sobre la cuestión... surge mó el Segundo Concierto de
un rumor: la orquesta ya ha encontrado piano de Liszt, para que todos
lo deseado: un nuevo y flamante direc- tuviéramos la evidencia de que,
tor. El rumor no se ha confirmado aún, además de buen director, no es
pero el pasado 17 de septiembre actuó en un mal pianista. Y en efecto,
el Real el presunto. Desconocido para su versión del para mí aburri-
quien esto escribe y con un nombrecito do concierto de Liszt, fue ní-
que suena a semitaco. En cambio, por las
notas del programa y algunos otros da- tida, bien fraseada, y la dosis
tos se colige que no es un primerizo. de virtuosismo necesario, pe-
ro también quedó claro que
Asi que además de seguir un régimen dirigir y tocar el piano, a la
de adelgazamiento, había un buen moti- vez, es cuestión harto compli-
vo para acudir al concierto. Como tuve cada y la Orquesta iba y venia
la suerte de que no me diera una lipoti- ligeramente desconcertada,
mia, a pesar de los 45 grados que hacía Finalmente, Mahler. Ver-
en el interior, pude oir y ver. Helo aquí: sión más lírica que expresionis-
Joó es un director húngaro, formado en ta, más próxima a Kubelik que
Hungría, lo que ya es un aval de serie- a Solti, lejos de Karajan, o de
dad y musicalidad. Ambas cosas se dan Scherchen. De todas maneras,
en el maestro. Alto, bien plantado, co-
mo decimos en Chamberí, muestra una versión válida y que sirvió pa-
técnica directorial solvente, quizás exage- ra que la orquesta se contagia-
rada en algún movimiento, que desapa- ra del ardor de! maestro, sin
rece pronto. Su batuta es segura y a un que fuera suficiente para que
excelente sentido de lo rítmico, añade una se olvidaran algunos desajus-
especial forma de entender lo lírico, que tes importantes en el viento-
quedó patente en Mahler. metal, precisamente uno de los Arpád Joó ensayando con ia O.S. de la RTVE.
grupos orquestales en los que
El programa se inició con una notable Joó quiso poner más énfasis. La cuerda mas diferentes. La primera impresión es
versión de las Danzas de Galanía de Ko- siguió fielmente las instrucciones y me pa- positiva.
daly, en las que pudimos apreciar cómo reció más entonada que la temporada an-
se transmite a la orquesta el entusiamo y terior. G.Q.LL.O.

Festival de Peralada 1988 El trío Mompou


El Festival Internacional de Música Castell de Peralada, que se celebrará el verano de en Brasil
1988, girará en torno al titulo De Vivaldi a Rossini o del barroco al bel canto. El Festival
se inaugurará el 15 de julio con el dúo Montserrat Caballé y Marilyn Horne con la London
Bach Orcheslra bajo la dirección de Nicola Rescigno. Es un concierto de homenaje a las Este grupo estable de música de cáma-
hermanas García (María Malibrán y Pauline Viardot), consideradas como las mejores re- ra, formado por los instrumentistas Lu-
presentantes de la época final pero dorada del bel canto, que corresponde a la primera ciano González Sarmiento (piano), Joan
mitad del siglo XIX (Rossini, Bellini, Donizetti. Mercadante. entre otros). El Festival con- Lluís Jordá (violín) y Pilar Serrano (vio-
tinuará con la participación de cantantes de primer orden, entre los que destacan Nelly loncello), viajó recientemente al inmen-
Míricioiu, Eva Lind, Raquel Pierolti, María Gallego, Jaume Aragall, Luis Lima, Dalmau so país sudamericano con ocasión del
González, Joan Pons, Carlos Chausson y Enríe Serra. Se espera la participación del tenor centenario de Villa-Lobos. El Trío Mom-
catalán Josep Carreras. pou interpretó en sus programas el Trio
Enire las formaciones musicales que imervendrán figuran la London Bach Orchestra, n.° 2 de este compositor brasileño, al
la European Community Chamber Orchestra y los Solistes de Catalunya. Además se con- tiempo que difundió también obras de
tará con la presencia de Nicanor Zabaletay Lorenzo Bavaj, que estrenará en España músi- Mompou, Granados, Gerhard, Montsal-
ca pianística de Rossini. Bajo el título de Donizelti da Camera se entrenarán también en vatge y otros autores españoles. La gira
España composiciones de támara de Duniietli. Uno de los acontecimientos más destacados se desplegó del 13 al 25 de septiembre, in-
de este Festival será e! Réquiem dedicado a Bellini, escrito por Donizetti, para orquesta, cluyéndose las ciudades de Sao Pauto, Río
coro y cinco solistas, bajo la dirección de Gianandrea Gavazzeni.
de Janeiro, Nova Friburgo, Porto Alegre,
En lo que refiere al campo de la ópera, se representarán las siguientes: L'elisir d'amore - Curitiba y Salvador. La gira fue posible
de Donizetti; LedueilustririvaliáeMeicadanie; la Italiana in Algeri de Rossini; Ilbarbie-
r? di Siviglia de Paisiello y Dido y Eneas de Purcell. La ópera de Mercadanie cuenta con gracias a la organización de Empresarios
ta particularidad de que hace ya más de 130 años que no se representa en Cataluña. En de Brasil y los apoyos del Ministerio de
Barcelona la última representación fue en et Teatro Principal, en 1846. Asuntos Exteriores de Brasil, el Centro
El Festival finalizará el 27 de agosto con la English Bach Festival Baroque Orchestra para la Difusión de la Música Contem-
y el Baroque Ballet. poránea del 1NAEM de España y la Obra
Cultural de la Caja de Ahorros de
Frúncese X. Mata Bertrán Madrid.

Scherzo 13
ACTUALIDAD

fervor de Pro Cantione Antiqua. La

El Escorial en Madrid parte de madrigales ingleses puso a los


músicos en su medio ambiente natural
y lo oído se benefició enormemente de
ello.
De forma extraordinaria —esperamos— el ya tradicional Curso de Poco atractivo presentaba la sesión
Música Barroca y Rococó de San Lorenzo de El Escorial se ha celebrado del Quinteto de Flautas de Amberes.
este año en Madrid, teniendo lugar las clases en el Colegio Mayor Uni- Un repertorio poco consistente, refren-
versitario Elias Ahuja y los conciertos en el Teatro Albéniz, entre el 18 dado luego por tediosas reproduccio-
y el 29 de agosto. El nivel general de las sesiones musicales ha sido alto, nes. Alguna curiosa mezcla de timbres
si bien la homogeneidad global en lo cualitativo no se alcanzó al máximo —como en Cabezón— no bastó para
¡ por la presencia de tres o cuatro conciertos de resultados poco positivos. dar vida a una sesión en la que tampo-
co faltaron los problemas mecánicos.
El concierto de antiguos alumnos

D esigual el dúo Konrad Hünte-


ler, traverso/Pablo Cano, cla-
ve, por el tono anodino de las
intervenciones de este último, quien evi-
denció su cortedad imaginativa en el
El concierto de Bob van Asperen se
esperaba posiblemente como ningún
otro del ciclo. Para el fírmame de esta
crónica supuso una decepción y la con-
firmación del giro que viene tomando
abrió la puerta a cierto optimismo. Su
nivel fue superior al del pasado año.
Naturalmente, será preciso avanzar en
la técnica y madurar las ideas, pero los
participantes de esta sesión marchan
Preludio y Variaciones de Félix Máxi- el estilo del clavecinista holandés en los por la vía adecuada.
mo López. El flautista alemán, por el últimos tiempos —¿la sombra de Leon- Los integrantes de L'Academia d'Ar-
contrario, mantuvo una excelente línea, hardt?—. Asperen deslumhró con su monia (Jorge Caryevschi, flauta; José
sobresaliendo en la Sonata para flauta habitual maestría técnica, pero se pro- Miguel Moreno, guitarra; Emilio Mo-
sola de C.P.E. Bach. En otro concier- dujo con escasa naturalidad, incluso reno, violín, y Sergi Casademunt, vio-
to de combinación instrumental simi- muy crispado en muchos pasajes. Esto loncello) brindaron un modélico
lar —Marijke Miessen, flauta de pico; perjudico la deseable introspección en concierto en lo que se refiere a la recu-
Bob van Asperen, clave— lo más dis- Froberger o la elegancia en Couperin, peración de repertorio español. Músi-
cutible volvió a darse en la parte del te- autores en absoluto bien planteados. cas un tanto intrascendentes las de Pía,
clado, admitiendo que a distinto plano, Hubo aciertos concretos, no interpre- Vidal, Ximénez, Martín y Soler y Sor,
por la sequedad expresiva del segundo taciones correctas de
de los intérpretes citados. principio a fin. Afortuna-
Uno de los conciertos más redondos damente, en la Quinta
de los primeros del ciclo fue el prota- Suite Inglesa de Bach el
gonizado por Isabelle Poulenard, so- músico discurrió por cau-
prano; Marianne Miiller, viola da ces más felices. Frío pero
gamba, y Emer Buckley, clave. Modé- no tan puro nervio, logró
lico su programa de obras vocales e ins- un versión más apropia-
trumentales francesas e italianas, e da de la obra.
igualmente ejemplares las interpretacio- Aliñe Zylberajch y
nes de Isabelle Poulenard, por inten- Martin Gester habían
ción —en especial en las páginas de preparado un muy intere-
Barbara Strozzi— y musicalidad. Bue- sante programa para dos
na labor la de Marianne Müller, ani- teclados, alternando el
mando a la algo insípida Emer Buckley. dúo de claves, el clave so-
En su actuación solista, la gambista lle- lo y clave y pianoforte. El
vó a cabo una valiosa versión de unas hecho de encontrarse Ali-
piezas de Marais, mejorando en mucho ñe Zylberajch enferma y
una leciura suya de Le Labyrinthe del pese a ello dar el concier-
mismo autor, obra escuchada poco an- to fue un gesto valiente y
tes en un concierto del Festival de San- generoso por su parte.
tander. Las ¡nierpretaciones de
Magnífica muestra de comunicación los dos instrumentistas, M. Muller (viola da gamba), 1. Poulenard (soprano) y E. Buckley
(clave) protagonizaron uno de los mejores conciertos.
y de entusiasmo al hacer música nos salvo algún ocasional de-
dieron Alda Stuurop, violín; Wilbert sajuste, fue en todo momento una de- pero que merecen ser escuchadas, so-
Hazelzet, traverso; Wouter Móller, vio- mostración de entendimiento mutuo. bre todo con la frescura de esta oca-
loncello, y Jacques Ogg, clave. Todos El conjunto vocal The Amaryllis sión. Sobresalieron las prestaciones de
ellos instrumentistas de altura que se Consort, que dirige el contraienor Emilio Moreno y José Miguel Moreno.
superan además día por dia. Poseen el Charles Brett, ofreció resultados com- La clausura del IX Curso de Música
raro instinto musical de saber estar en pletamente dispares en las dos partes de Barroca y Rococó quedó confiada al
su sitio al tocar en conjunto. Delicio- su concierto. El grupo posee una sóli- Ensemble Baroque de Limoges, que di-
sas sus interpretaciones de Telemann y da técnica, con una muy precisa afina- rige Jean Michel Hasler. La elección se
C.P.E. Bach. Colaboró con ellos el te- ción. Sin embargo, sus versiones de comprobó luego poco acertada. Las
nor Marius van Aliena, dueño de un es- polifonía religiosa española fue todo un versiones del conjunto de Muffat,
tilo envidiable, pero esta vez en un prototipo de cómo no hay que hacer es- Campra, Destouches y Lully, sin ser in-
estado vocal en declive. Asi y todo, su ta música, por la absoluta ausencia de correctas, se alzaron con el dudoso ho-
inteligencia y su sensibilidad le permi- sentido místico con que los del Amary- nor de constituir un monumento a la
tieron proporcionar momentos admi- llis cantaron a Morales, Victoria y Gue- insulsez.
rables. rrero, a distancias astronómicas del Enrique Martínez Miura

14 Scherzo
ACTUALIDAD

La violinista Eva Graubin debutará en el Real


Eva Graubin nos recibe en su piso de la barcelonesa calle 64 de Mendelssohn. Además, la agrupación ejecutará la ober-
de Balines y empezamos hablando del concierto que el 2/ de tura de La clemenza di Tito de Mozart y la Primera sinfonía
octubre celebrará en el Teatro Real de Madrid. «Interpreta- de Beethoven. Actuaré, asimismo, junto a esta orquesta, en
ré, junto a la Nueva Orquesta de Cámara de Bélgica dirigida otras ciudades españolas y también en Bélgica».
por John Cayers, el Concierto para violin en mi menor, op.

s CHERZO.—¿Cuáles son, por


otra parte, sus proyectos más in-
mediatos?

EVA GRAUBIN.—Durante la pró-


xima temporada tengo previsto debu-
ganini. Como profesional del violin que Rusia el gobierno subvenciona a los ni-
es usted, ¿ qué opinión le merece la obra ños que presentan facilidades para
de dicho autor?

E.G.—Creo que Paganini ha sido un


músico que ha ejercido una influencia
determinadas actividades; asi, exis-
ten colegios dedicados a niños intere-
sados por el ballet, por la música, por
el deporte, etc. Durante todo su perío-
tar en Alemania, Bélgica y Milán. muy importante sobre los composito- do de estudio, los alumnos de estas es-
Actuaré junto a diversas orques- cuelas no tienen problemas econó-
tas europeas, entre las que destaca micos, pues éstas, como he dicho,
la de Lille, de Francia. Ademas, rea- están subvencionadas por el estado.
lizaré diferentes recitales por países Y precisamente creo que éste es el
como Francia y Suiza. Creo que va- principal inconveniente de los estu-
le la pena mencionar mi segunda diantes occidentales: que deben pa-
aparición en la Sala Gaveau de Pa- garse sus estudios. Yo tengo alum-
rís; ello tendrá lugar a finales del nos que deben trabajar para poder
presente año. pagarse las clases; es evidente que
éstos tienen menos tiempo que
aquéllos para practicar su ins-
S.—¿ Cuál es el repertorio por el trumento.
que más interesada se siente y el que
trabaja habitúa/mente? ¿Quéfacto-
res intervienen en una decisión tal? La música necesita de mecenas, co-
mo en tiempos de Haydn

E.G.—Verá, los factores que te E.G.—Creo que hoy tenemos las


hacen decidir por un tipo de reper- mismas necesidades que en tiempos
torio o por otro son muy diversos. de Haydn: los mecenas. Estos, en la
Por una parte depende del estado actualidad, deben ser las entidades
psicológico en que te encuentras. privadas o el estado. Si las grandes
Por ejemplo, a causa de un acciden- Graubin. HUMBERTO R1VAS. empresas dedicaran una pequeña
te que sufrí, me vi obligada a pasar parte de sus presupuestos a la música,
una larga temporada hospitalizada. ésta mejoraría en gran medida y a aqué-
Pues bien, cuando pude empezar a to- llas no les reportaría ningún inconve-
car de nuevo el violin, tenía la necesi- niente.
dad de interpretar un tipo de obras res posteriores. No hay más que pen-
más... ligeras, alejadas de la profundi- sar en algunos ejemplos: la Rapsodia S.—¿Qué opina de los concursos?
dad dramática de un Brahms, por ejem- sobre un tema de Paganini de Rachma- ¿ Son una buena vía para ingresar en el
plo. Así, en esa ocasión me decidí por ninov... y qué decir de Liszt y sus Es- círculo de los grandes concertistas?
una música de Vivaldi, Leclair, las so- tudios trascendentales. Por otra parte,
natinas de Paganini, Prokofiev, Stra- la música de Paganini es extremada- E.G.—Creo que son buenos y malos
vinsky y las 12 melodías del Zodiaco de mente difícil de interpretar; además po- a la vez. Por una parle, creo que es in-
Stockhausen. Por otra parte, también see una gran profundidad musical. Es teresante y enriquecedor el hecho de co-
me siento interesada por la música pa- por ello ciertamente raro encontrar vio- nocer cómo interpretan una misma
ra violín solo, especialmente, las Par- linistas que ejecuten correctamente la obra los concursantes de otros países.
titas y Sonatas de Johann Sebastian música de Paganini: deben poseer una Por otro lado, los concursos pueden
Bach. Pero verá, el problema es que no gran preparación técnica y a la vez una acabar fulminantemente con la carre-
existe un público suficientemente am- gran madurez musical, dos cualidades ra de uno. Al ganar un concurso se te
plio para este tipo de música: y he aquí poquísimas veces reunidas en una mis- presentan muchos conciertos con gran-
otro factor que interviene en la elección ma persona. des orquestas. Si en alguno de ellos fa-
del repertorio. Debemos tener presen- llas, se olvidan instantáneamente de ti.
te los intereses del público. Por último, S.—Usted ha recibido su educación Ganar un concurso es como asumir de
el músico, a la hora de elegir su reper- musical en Riga y en Moscú. ¿Qué di- golpe una gran responsabilidad para la
torio debe conocer muy bien sus limi- ferencias existen entre los sistemas edu- cual, en muchos casos, no se está pre-
taciones. Por ejemplo, yo me encuentro cativos rusos y occidentales? parado... Pero ahí están los concursos
mejor con el concierto de Mendelssohn, y debemos aceptarlos.
más lírico, que con el de Sibelius... E.G.—Naturalmente existen muchas
diferencias, pero me gustaría comentar
S.—Anteriormente ha citado a Pa- tan sólo una que me parece básica. En Xavier Daufi
Schcr/o 15
ACTUALIDAD

En la muerte de Wolfgang Fortner


E l pasado 5 de septiembre falle- mática, su expresividad, calificada por
cía en Heidelberg, a punto de Gentilucci de turbadora y apocalíptica
cumplir ochenta años, este y que está presente en su primera gran
compositor alemán, nacido en Leipzig partitura, la Sinfonía «1947». No es ra-
el 12 de octubre de 1907. Fortner era ro tampoco encontrar en su música una
uno de los tradicionales maestros ger- delicadeza timbrica y una exquisita
manos que, partiendo de amplios sabe- transparencia de sonidos propia del
res académicos, había contribuido (con más alquitarado impresionismo.
Hartmann, Brehme y otros ya desapa- Su producción es muy vasta. Por en-
recidos) a forjar una nueva música ale- cima podemos citar algunas importan-
mana capaz de ponerse a la altura de tes obras sinfónicas, como la men-
la del pasado o de la que, desde otros cionada Sinfonía
parámetros, cultivaban los Stravinsky o sía sobre el nombre«¡947»,
de
una Fanta-
Bach, Trip/um,
los Bartók. Fue una generación muy ac- con tres pianos obligati, Variaciones
liva, emprendedora y organizadora de 1979, y una serie de conciertos para dis-
encuentros, festivales y todo tipo de lintos
manifestaciones. Ahí están certámenes óperas,solistas instrumentales; cinco
entre las que destacan las dos
como el de Darmstadt para atestiguar- compuestas sobre creaciones lorquia-
Alfredo Kraus EMI lo. Fortner, como alguno de sus com- nas, Bodas de
pañeros, no empezó a despuntar zá señale el punto sangre (1957), que qui-
verdaderamente hasta que no comen- y Belisa y Don Per/implín más alto de su arte,
zó a plasmar lo que, ya granado, era su se quieren en
e! resultado de una larga evolución na- el jardín (1962); tres ballets de los que
Marina ovetense cida en la estela de Hindemith y del blancamás famoso es el alucinado La rosa
(1950), que utiliza texto de Wíl-
constructivismo de Reger, con frecuen- de y supone la rigurosa aplicación del
tes miradas al pasado, y desarrollada método dodecafónico;
a través de una hábil sistematización de na y de cine, oratorios,música de esce-
Desde Oviedo, que por esas fechas los postulados, de por sí sistemáticos, Creación de 1954); lieder y música(¿o
cantatas
de
celebra su temporada de ópera, el do- del dodecafonismo schoenberguiano, cámara (cuatro cuartetos).
mingo 13 de sepliembre, ofreció en di- que incidirían en los límites del más mo-
recto TVE la popular Marina de derno postserialismo. Fortner incorpo-
Arriela. Una excelente oportunidad pa- ró la técnica de los doce sonidos como cóComo ya se ha dicho, Fortner dedi-
parte de su vida a la enseñanza, que
ra escuchar esta partitura, atractivo elemento ordenador capaz de equili- luvo
pastiche italiano, servida por un reparto oportunidad de desarrollar en cur-
brarse con la máxima libertad creado- sos diversos,
que en excepcionales ocasiones se pro- ra. El compositor fallecido, muchos no también enno sólo en Alemania, si-
cura reunir. Es imposible imaginar un años profesor en Heidelberg, Darm- Tanglewood). el extranjero (Salzburgo,
Entre sus alumnos cabe
Jorge mejor cantado que el de Alfredo stadt, Detmold y Friburgo, destacaba citar a Hans Werner
Kraus. Su Feliz morada donde nací, pa- usualmcnte por su poderosa vena dra- Reimann y Rudolf Kelterborn. Henze, Aribert
ra poner un ejemplo donde todo fue
modélico, por fraseo inmaculado y li-
nea cantable de una morbidez arreba-
tadora, elevó la atmósfera a un nivel
privativo del mejor Donizeiti, tan pre- tuales posibilidades. Stephan Elenkov
sente, por lo demás, en esta música que
tanto le debe. Ana María González, si Verdi en palacio compensó en parte su falta de estilo con
un instrumento central ancho y
exceptuamos alguna desigualdad tím- Como cierre del ciclo de conciertos timbrado.
brica y una dicción difusa, fue una pro- Música en Palacio, se ofreció la Messa
tagonista brillante, musical y afinada, di Réquiem de Giuseppe Verdi a cargo F.F.
de agudos firmes y coloralura impeca- de la Orquesia y Coro de la Radiotele-
ble. Juan Pon5 puso de manifiesto la visión con su titular Gómez Martínez.
rudeza y elementalidad de Roque con El Patio del Príncipe, en su equilibra-
su voz generosa y potente, en un rol por do diseño que auna grandiosidad e in-
debajo de sus posibilidades. En fin, Je- timismo, se reveló un marco acústico
sús Echeverría colaboró eficazmente de excelente sonoridad para una inter-
compleíando el valioso reparto, aun- pretación tan anodina y opaca como la
que, tanto vocal como escénicamente, escuchada no hace mucho al mismo
su Roque es demasiado juvenil. conjunto y director en el Teatro Real. c Huerlas, Í7 -,Tel.: 429 2» *1
Del cuarteto solista, destacó la voz
El resto de los elementos no estuvo de la mezzosoprano polaca Stepanía
al nivel anterior. Ni la orquesta (a pe- Tudo* lir, días
Toczyska, víbrame, segura y musical. Música C láska en direclo
sar del esmero de Enrique Ricci) ni el Mariana Nicolesco, arlista refinada,
coro (raquítico e improvisado) ni la es- con magistral dominio de la mezza vo-
cenografía (pobre y rutinaria) ni la di- ce, estuvo muy lejos de superar las di- 1A> luno J ¡ue\e- > a las 2J..10 CICLOS
rección teatral (casi inexistente). ficultades de un papel que no conviene Oh MI SK A (TASKA, dedicad"1, a un
La emisión, muy bien dirigida por uuior, a un CMIUI o a un periodu de la
a su voz, en particular en el Libera me. Hialina de \ú MÚMI/Ü
José Luis Télle?., se enriqueció en los El tenor americano James Wagner, que \ icmcs. .áhadn> v domingos, ús>. aciua-
entreactos con charlas con los cantan- sustituía al inicialmente previsto Piero u n n o ÍI ' a . 20.1()\'las 1}..10
te;, protagonistas, en especial ia de Visconti, conocido del público madri-
Kraus, tan amena como interesante. leño por su interpretación del Serse de
Haendel, se vio desbordado por su par-
F.F. te, tesitura muy por encima de sus ac-

16 Scherzo
NOVIEMBRE' 1S3ího.n HAVO 10. 1»J0 hom

Orchestre Symphonique de Caim>i'a1:u Ittüti


Concertino Oneció' THOlrUS FURI
Montreal VIÍAIDI Comerte en Do Mayor PU 6?
C.Ptií BACH Sinlonu en Sol Mayw NQ 182-)
Dirtcior Mular CHARLES DUT0IT
ENERO» 2230 IWU. #AS5£N*ER Conceno armónico Mr 1 en Sol Mayor
STRMJSS-Oon Juan Op M
ROSSINI Sonala Nr I en SOL Mayor
BARTOK Concierto cara orquesta S¡ tl6. (IMS)
MUSSORGSKY-RAVEL Cusiros i » una EipoiiciM Gewandhaus Orchester Leipzig DVORAK rloiiurnoen Si Mayor Op «0
SHOSIAKOVICM Sinlwia de Camars Op 1 1 0 M 14
Director lilulai KURTMASUR
NOVIEMBRES S l t k o m . PflOKOFlEV n o r w o i Julela [Smlel
Director Mular CHARLES DUTOIT 8RAHMS Concierto Bu La Uwor Op ID! (Jira violin.
BERLIOZ Carnaval Humano |0bw1uri| íioloncl^tlo y crjuesia
ÉtOREL B-D.eal ¡I9591 CNRISTIAN FUNKE The Academy tf Ancient Music
RACHMANMOf F Rapsodia Op 13 soWs un lema « Piginini JU(HJ*L06 TIMH, solutas Dueclor molar CHRISTOPHER H0GH0OD
para piano y orquesta R Los Uaevros CsMO'es dfl Nuremberg lObe
HArDN SmlOdJ] Nr 91 [ n Mi Bemol Mayor
MWC-ANDREHAUfLIN,9(il¡iia n
C.Pti-E. BACH Conc4ertD en Wi Bemol Mayor para Oboe,
5TRMMNSKY Pelruthks IVersion original 1911| C.
fOBERO 4. 22:30 Inni. cuerdaycontinuDH 46fl
PAUL GOOOWIN, solista
NOVIEMBRE t i 1930 horn. MOZART Síntoma K r d i n ?.:. Wayor Kv S61 Júpiter 15
Royal PhilharmonicOrchestra SALIERI Sinionia w He "ayra ¡Vfrwcunal JUNIO I. 19.30 horai.
Director PAJkVD BEHGLUND WOZAHT Concieris Ni !7 en Si Bemol Mayor
MOtrTMLVATGE LaMrinto Kv 595 pala piarto Y n'Quesia CoiuxrtgebouYvorkesi
BEETHOVEN Concierto Nr 4 en Sol Mayor Op M RAFAEL OROICO, íolista
para piano y Drquesia MDUHT Sinloma Mr 40tn So! Menor K« 550 Amsteraam
4CUJ BERNARD POKMIER. solista o Director RICCARDO CHAILLÍ
SIBEUUS Sinfonía r.r i en Ui Beño: Majof Op 83 O
FEBRERO II. 1 » han SCHUMANN SinloniaNr 1 en Si Bemol Mayor O p M
1
Pnma« ra"
DICIEMBRE 1! !3-M horu
FÚanmtnhaík I 'km STRAWINSKY L l Coníigraínm de la Pr.msv.ra 16
The Chamber Orchestra of Europe Direc'or CltUDIO ABBAOO
8EETH0VEN Sinlonia Nr 6 tv f a Mayor Op te 'Pasioral1
J U N I O 3. i i » hem.
Duectoi RICCARDO OUUUT
Dueclor Mular CLAUDIO ABBADO SiMonia Nr S en Oo Meno: Op 6 ! 10 BÉRIO Farmazioni (Estreno)
SCHUBERT Sintnn,aNr ' e n Do Menor D 4 ! ¡ Trágica
MEHOELSSOHN SinfoniaNr 3en La Menor Dp 66 Escocesa1
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4
BRUCKNEfl S'-'oria Nr ¡ en Re Menor 17
ENERO 16. ¡1:30 h a i f
Joven Orquesta Nacional O.rector HANS CRAF
IW2ART Sinlon.a NT 36 tr Do Ma,nr t,i í í S ' l i n i
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de España CHOPIN ConcierlüSi 1 en Mi Menor Op I I paia Diario y orquesta


ALMUDENA CANO, íohita . 1
HECHO H LA> LOCALIDADES

Director !iMar EOMON COLOHEH


MOZART Simonía Nr M en Re Mayor Kv 5tM • Praga" I I
SOTELO Música Entramarla 11986)
KOZART ConcicrTP para cla'inele y orquesta Kv G62
JOAM EHRIC LLLIHA, Mh5la - MARZO 19. ma Mi». uno •no
rSCHÍllOWMY Sir.lon.a N' 5 '-'• " • " W O ' Oc H O ram iDOO iva ÍDffl
Orquesta Nacional de la URSS Tira
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Di'eclor PUCIPO DOMINGO
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CHAPI La RevoiK'U íftmudio!
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de España
D'rect°i lilular EDMON COLOHER
DiIKIor PLACIDO DOMINGO
BRirTEN WJr Requien Op <*•
WASNER El hoUralH eiranle lOMitiHI)
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ÍICOUNIA MUfSTH* SEÑOR* DEL RECUERDO
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DVORAK • " . - I N r J w U i WariLH Op 95 u n 0 1 VID WIL5ON-JOHN SON 1 O
ACTUALIDAD

El buen Ravel del Festival rezas y claridades que de emociones. Co-


lom consigue conmovernos con esta
música de diamante a través de un rigu-

Internacional de Tarazona roso, pero nunca frío, análisis interpre-


tativo.
Su Scarbo. lejos de la barahúnda in-

E l Festival Internacional de Músi-


ca «Florencio Repolles» de Tara-
zona, que organiza Juventudes
Musicales de Zaragoza con el patrocinio
de la Institución Fernando el Católico de
paisaje, de los animales y de los nidos.
Ese gran intérprete ha sido el pianista Jo-
sep Colom, nunca instalado en su bien ga-
nado prestigio, sino a la búsqueda de
nuevas consecuciones, algunas de tanta
conexa de sonidos a que nos tiene acos-
tumbrados la ejecución de tantos
pianistas de campanillas, tuvo una feli-
císima construcción, en la que pudimos
oir bien distinta la risa socarrona del dia-
la Diputación Provincial de la capital ara- envergadura como la presente. bólico gnomo creado por la imaginación
gonesa, ha alcanzado la tercera edición. Tiene Colom el don de la claridad. Su presurrealista del pobre Aloysius Ber-
I.os conciertos se celebran en el becque- sonido, siempre lleno y redondo, sabe ce- trand. Colom perfiló con maestría inigua-
riano Monasterio de Veruela y este ailo der a veladuras y matices, muy necesarios lable el chirrido de las uflas de Scarbo
se han dado sesiones tan atrayentes co- dentro de la luminosa y nítida estructura sobre la cortina de la cama y hasta sus
mo la;, protagonizadas por Rosmarie que preside el piano raveliano. Así, la volteretas y su rodar por la estancia, co-
Meister, Nela Anfuso y González Marín, mo el huso que cae de la rueca de una
el Trío Diabelli o Solisti Aquilani. Pero bien perfilada evidencia de su Ravel, es-
quizá el momento de máximo interés del tá perfectamente calculada para que ten- bruja.
Festival tuvo lugar los días 22 y 23 de ga, al tiempo, distanciamiento y misterio.
agosto con la interpretación de la integral Es el piano de Ravel un arte más de pu- Andrés Ruiz Tarazona
de la obra para piano de Maurice Ravel.
No es frecuente, ni mucho menos fá-
cil, poder enfrentarse en dos recitales a
una obra de tal firmeza estructural, de fan
severo oficio y alias calidades estéticas.
Inauguración del Centro de
Una obra donde junto a cimas de dificul-
tad como la Alborada del Gracioso de
Miroirs, la Toccalo, y Le lombeau de
Documentación Musical de Andalucía
Couperin o Scarbo. y Gaspard de la
Nuil, encontramos maravillas de refina-
miento como Oiseaux tristes (Miroirs),
Prelude (Le lombeau de Couperin), On-
dine (Gaspard de la Nuil) o toda la So-
E l pasado d/a 3 de julio se inaugu-
ró en Granada el Centro de Do-
cumentación Musical de Anda-
lucía, sito en un hermoso caserón manie-
rista de la Carrera del Darro número 29.
7. La difusión del patrimonio musi-
cal y de danza andaluz, de los fondos pro-
pios del Centro y trabajos de
.investigación, mediante actos públicos,
! ediciones, impresión y grabación con o sin
naline. Orgánicamente dependiente de la Direc- imagen, o cualquier medio que permita
ción General de Fomento y Promoción alcanzar este fin.
Cultural de la Consejería de Cultura de 8. La organización de actividades re-
La conocida frase de Rave! «Je ne de- la Junta de Andalucía, responde a una de-
mande pas que l'on m'interpréte mais lacionadas con tas materias propias del
manda actual de la investigación músico- Centro.
seulement qu'on mejoue» ha dado fama lógica, así como al desarrollo de un
al gran compositor vasco-francés de ha- positivo interés por la propia historia de 9. En genera! cuantas tareas se deri-
ber escrito una música fría, mecánica, sin la Música en Andalucía, Este Centro, di- ven de las funciones atribuidas en los
ápice de sentimiento. Hace falta un ver- rigido por Reynaldo Fernández Manza- apañados anteriores.
dadero gran intérprete para destruir idea no, ya fuera presentado a los especialistas Vernos, pues, que el «Centro de Docu-
lan equivocada y sacar a la luz. no sólo con ocasión del «Simposio sobre Docu- mentación Musical de Andalucía» sobre-
la extraordinaria sensibilidad del autor de mentación Musical» (Toledo; 28 de oc- pasa los i limites de su propia deno-
Valses nobles y sentimentales, sino toda tubre al 1 de noviembre de 1935), pero minación y, además de los apartados
la ternura —oculta por una pudorosa ti- desde entonces aún no tuviera ocasión de de tratamiento de la información docu-
midez sentimental— de aquel amante del abrir sus puertas al público, dedicado al mental y archivo de la misma, entra de lle-
previo trabajo de infraestructura. no en programas de difusión e
investigación. En este segundo capítulo,
En su declaración de principios asume a través de la elaboración del Dicciona-
las siguientes funciones: rio de Músicos Andaluces de todos los
tiempos y de la Enciclopedia de la Músi-
1. La recuperación del maierial mu- ca y la Danza Andaluza por una parte y
sical y de danza creado o relacionado con de una política editorial, de encomienda
Andalucía en todas sus formas; partitu- de programas y de premios de investiga-
ras, grabaciones sonoras y audiovisuales, ción. Otro programa en desarrollo es el
manuscritos, y toda clase de textos y ob- censo de recursos musicales: entre los ser-
jetos con ellos relacionados. vicios directos a los visitantes se encuen-
2. La custodia, catalogación, clasifi- tran la biblioteca, la fonoteca y los
cación e indización de las obras y fondos cuartos para investigadores, además del
del Depósito Legal de Andalucía relati- Registro de Depósito Legal y un coque-
vas a partituras y producciones sonoras. tón salón de actos. El cuidado a los visi-
3. El mantenimiento de los fondos de tantes se esmera al grado de ofrecerles una
documentación y de referencias que com- cabina de piano para la consulta de ma-
plementen y posibiliten el estudio de la teriales.
música y músicos andaluces.
4. La adquisición de un fondo sobre Como testimonio de la puesta en prác-
la música y la danza española en parti- tica del proyecto editorial, se présenlo al
cular y la universal en general. público la primera publicación del Cen-
5. La elaboración de programas de tro; un facsímil de la Enciclopedia Abre-
investigación. viada de Música de Joaquín Turina.
6. El censado de los recursos musica-
les y de danza existentes en Andalucía. Xoan M. Carreira
Josep María Colom.

18 Sdier/o
Concerts de Tardor
OCTUBRE-NOVEMBRE-DESEMBRE 1987

* COR DE CAMBRA DE CÓRDOBA (Argentina)

* FRANCESC VALLS, barítono (Espanya)

* QUINTET DE VENT «MEDITERRÁNEO» (ONE-Espanya)

* EMIKO KUMAGAI, piano (Japó)

* ENRIC PÉREZ PIQUER, clarinet (Espanya)


JOSEP ALONSO DUBON, piano (Espanya)

* GRUP DE METALLS DE L'ORQUESTRA NACIONAL D'ESPANYA

* KALIMBA PERCUSIO (ONE-Espanya)

* VICENT GARCÍA ZANON, tenor (Espanya)


M.a ANGELES LOPEZ-ARTIGA, piano (Espanya)

CAJA DE AHORROS DE VALENCIA


CAIXADESTALVIS DE VALENCIA
OBRA SOCIAL CULTURAL-XXIII CICLO

GENERALITAT VALENCIANA
CONSELLERW DE CULTURA EDUCAO0I CIENCIA
ACTUALIDAD

Festival de Salzburgo 1987


El lujo, anquilosado, del más ostentoso festival de música del mundo
Una vez más el Salzburger Feslspiele nos hacía este inevitable sentir el hastío por tanta imperfección, pro-
año una oferta fabulosa de espectáculos. Los resulta- ducto más de los medios económicos que de la imagi-
dos, en general, han sido de altísimo nivel, sobre todo nación.
en la parcela de la música sinfónica; sin embargo es

P laio fuerte era, al menos sobre


el papel, el Don Giovanni de
Mozart dirigido por Karajan,
que ve esia ópera a (ravés de una ópti-
ca equidistante de los moldes románti-
Obviamente, de Karajan es la ¡dea de
que la acción de la ópera se desarrolle
en un desmesurado mausoleo barroco
de mármol negro que se abre sobre una
perspectiva de muros de iglesias y con-
mática y presencia. Una verdadera ar-
tista en la forma de decir, en talento
interpretativo, en inteligencia. En Zer-
lina, una vez más, Kathleen Battle, tra-
jo a la memoria a Reri Grist; su misma
cos y de los clásicos, cargando las tintas ventos sin ventanas, agobiante, sobre elegancia, su misma lozanía. Paata
sobre el elemento crepuscular, más aún, el que brilla el azul de un cielo medite- Burchuladze, en el Comendador, de-
fúnebre, de la creación mozartiana. Es- rráneo. Hampe centra la ópera en los mostró que ni el escenario del Grosses
to, en principio, no me parece critica- personajes femeninos. Doña Anna, in- Festpielhaus puede apagar el enorme
ble (un artista del calibre de Karajan es suficientemente servida en lo vocal por torrente de su voz, cantando además
muy dueño de hacer la aproximación una más que cansada Anna Tomowa- con mejor linea que en otras ocasiones.
que considere oportuna a cualquier Sintow, es un ser que se debate entre Leporello fue servido con insuficiencia
obra) si bien en este caso el maestro la venganza y el despecho; odia a Don por el tan cacareado por la propagan-
consigue lo que pretende, pero no lo lo- Giovanni pero se siente atraída por él. da Ferruccio Furlanetto y Masetto por
gra comunicar. En un principio el Don Para la Doña Anna de Hampe, el Co- Alexander Malta, pobre vocal y escé-
Giovanni es un mundo lan rico en ma- mendador no es más que un pretexto nicamente.
(ices que ceñirse solamente a uno de para desahogar sus frustraciones con- La orquesta, como es costumbre tra-
ellos me parece que es empobrecerlo. tra el Burlador y para ello se sirve sin tándose de la Filarmónica de Viena so-
Confieso mi poca estima por el Mozart ningún escrúpulo de Don Octavio, in- nó maravillosamente sin que desme-
romántico; mi concepción del músico terpretado con dignidad por el tenor reciera de ella el Coro de la Opera de
salzburgués es más apolínea y en el ca- Gosta Winbergh. En Doña Elvira, per- Viena.
so de Don Giovanni más dionisíaca. sonaje más lineal, pero no por ello me- A partir de la escena del cementerio,
Karajan hace del disoluto un don na- nos airactivo, Julia Varady dio una el maestro Karajan nos ofreció una
die carente de fuerza, un burlador que lección de musicalidad, expresión dra- arrolladura lectura de la obra y esceno-
no burla, un alfeñique sin carne ni san- gráficamente que el Comendador vinie-
gre que va de una a otra mujer, por- se del Cosmos para llevarse allí al
que no tiene entidad en si mismo, sino Burlador me pareció una idea inte-
en función de los que le rodean. A es- resante.
to contribuye la interpretación que del
personaje hace el insuperable cantante
que es Samuel Ramey, perfecto en el Un Rapio para el olvido
fraseo y en el legato, un belcantista, su-
premo poseedor además de un estupen- Las otras dos novedades operísticas
do porte que para nuestra desgracia se del Festival fueron El rapio en el serra-
queda en eso, un figurín que canta, sin llo, de Mozart, y el Moisés y Aarón de
dejar en la escena la impronta de una Schónberg. De la primera baste decir
creación del personaje. El Don Giovan- que es la peor representación de ópera
ni de Ramey no tiene la maestría de que he escuchado y visto en Salzburgo.
Dieskau, ni el erotismo decadente de Ni el director Horst Stein, burdo, pe-
Raimondi, ni la enloquecedora fuerza sado, monótono (esto con la Filarmó-
«más allá del bien y del mal» del tan nica de Viena es doble pecado) ni el
deficiente vocalmente Theo Adam, ni director de escena Johannes Schaaf,
la grandeza arrolladura de Cesare Sie- que plantea la maravillosa comedia mo-
pí, a los que, quizá, el bajo americano zartiana con un realismo vulgar y ca-
supere en linea de canto (nunca a l e rente de gracia, ni el escenógrafo
incomparables Siepi y Dieskau) pero no Andreas Reinhardt, ni el figurinista Pe-
en elaboración de uno de los caracte- ter Pabst, ayudaron a hacer digerible
res más ricos, más ambiguos y por ello el engendro. ¡Pobre Konstanze trans-
más abiertos a la interpretación perso- formada en una histérica constante-
nal de toda la historia del drama con mente revolcándose por la escena
música. obligada, por necesidades del guionis-
Para mí fue evidente que sobre el di- ta, a despojarse del traje antes de can-
rector de escena, el tan admirado Mi- tar el Martern aller Artern! Y a
chael Hampe y el no menos admirado Blondchen en una pedante, gafas in-
escenógrafo Mauro Pagano, ha pesa- cluidas, que no cesa de dar celos a Os-
do el imperio Karajan, omnipresente en min con un muñeco de trapo tamaño
toda la representación, impidiéndoles natural, con el que se entrega a juegos
salirse de las pautas por él marcadas. Samuel Ramey (Don Giovanni). más o menos eróticos. Qué decir de

20 Scherío
ACTUALIDAD

unos Belmonte y Pedrillo su penó picos


y de un Bassa Selim furibundo y sin
majestad. Todo esto envuelto en un de-
saguisado de sugerencias pretendida-
mente goyescas (manteo de! pelele
incluido) vacuo y sin gracia. Vocalmen-
te la representación fue desastrosa. La
Konstanze de Inga Nielsen, soprano de
buena voz pero sin el menor asomo de
técnica, fue grotesca, la Blondchen de
Julie Kaufmann insulsa, el joven tenor
Dean van der Walt, en Belmonte, gris,
y el veterano Heinz Zednik en Pedrillo
demasiado entrado en años. Menos mal
que Kurt Rydl en Osmin estuvo muy
bien en lo vocal, aunque menos acer-
tado en el enfoque teatral del per-
sonaje.

La hora de la verdad
Moses und Aaron llegaba a Salzbur- Cósla Winbergh fDon Octavio) y Anna Tomoy/a Sintow fDonna Anna).
go (por fin) y en este caso la represen-
tación fue muy digna, estupenda en la tas dificultades, ¿Quién no?, en la zona parto. Lucía Popp ha sustituido a An-
dirección de escena y en lo vocal, me- aguda de su papel. Pero fue Theo na Tomowa-Sintow en el papel de la
nos en la dirección musical de James Adam en Moisés quien con magisterio Condesa.
Levine, que hizo con la partitura una nos ofreció uno de sus recitales de arte El juguete dramático musical de
pieza de artesanía, casi exquisita, pero supremo que los cantantes de las nue- Strauss y Krauss tiene en Salzburgo una
carente de garra; esto reconociendo que vas generaciones son incapaces de lo- excelente representación. Decorados de
el Moses und Aaron más que una ópe- grar. Su Moisés recitado, cantado diría, Andreas Reinhardt y dirección escéni-
ra es un extraordinario oratorio profa- tuvo grandeza, humanidad. Un cosmos ca de Johannes Schaaf se aunan en un
no. Jean-Pierre Ponnelle como esce- de matices que el público supo captar espectáculo muy bello. Horst Stein es-
nógrafo, figurinista y director de esce- y recompensar. tuvo más acertado que en el malogra-
na, demostró lo que se puede hacer en Levine ofrecía por segundo año con- do Rapio, pero es un director ajeno a
el enorme, pero tan limitado en posi- secutivo sus Bodas de Fígaro y digo sus la sutileza y Capriccio es un cúmulo de
bilidades, escenario de la Felsen Reits- porque, afortunadamente para Mozart, ellas. El reparto fue de calidad, sobre-
chulle, al que transformó en una tienen que ver poco con las que com- saliendo la Clairon de Trudeliese
descomunal biblioteca, cementerio, puso el músico salzburgués. Levine tie- Schmidt y, sobre todo, Lucia Popp,
templo en cuyo centro se alzaba un ne la monomanía de los tempi lentos, que logró que olvidásemos su eterno as-
enorme candelabro de siete brazos. Allí y para que esto tenga validez hay que pecto de la joven Sophie del Rosenka-
un grupo de judíos con vestimenta de ser Furtwaengler, cosa de la que está valier para interiorizar el personaje de
los años treinta, estudiaba y consulta- muy lejos el director americano. la Condesa y ofrecer un monólogo del
ba las escrituras. Esta paz era súbita- Menos mal que el a veces bello pero último acto con una pureza de línea,
mente turbada por la entrada violenta excesivamente crítico y circunspecto es- una depurada escuela straussiana y una
de unos guardias de asalto que derrum- pectáculo de Ponnelle, contaba con fluidez magistrales.
baban el candelabro, rompían las va- mucho mejor reparto que el año pasa-
sijas, ahorcaban y degollaban. Tras este do. Delicioso de presencia y voz el Che-
prólogo comenzaba la ópera. rubino de Frederica von Stade. Notable La parcela sinfónica
El pueblo judío allí presente era el de la Susana de Marie MacLaughlin.
la persecución antisemita del Nacional- Grande, quizá desmesurado, el Fígaro Capítulo más feliz del Festival fue el
socialismo, estrella amarilla en el pecho de Ruggero Raimondi. De similares ca- de los conciertos sinfónicos. El prime-
incluida, mientras que Moisés, la fe racterísticas pero menos idóneo para el ro, de Claudio Abbado al frente de la
eterna, el idealismo sin concesiones, lle- papel, el Conde de James Morris. En Filarmónica de Viena. Con una prime-
vaba por indumentaria hábito blanco la Condesa, Lella Cuberli dejó eviden- ra parte dedicada a la obra de Pierre
hasta los tobillos, con larga cabellera cia de su buena linea de canto pero tam- Boulez Nolalions l-IVpour orchestre,
y barba frondosa. Aaron, el positivis- bién de su insignificante volumen y perfectamente interpretada, logró su
mo capitalista más fuerte que la fe, es carencia de medios para interpretar uno cénit con la Novena Sinfonía de Bee-
un dandy en chaqué, inteligente, vivaz, de Eos papeles más hermosos de la lite- thoven, en una versión fuera de los cá-
descreído, que acabará imponiéndose ratura operística de todos los tiempos. nones que sorprendió a más de uno en
con su desvergonzado materialismo Inexplicable que en el Festival de Salz- el desarrollo del Allegro y del Molto vi-
ahistórico. burgo no se contrate a una Condesa de vace, interpretados con una claridad y
El Coro de la Opera de Viena estu- veras (léase Kiri te Kanawa o Marga- transparencia infrecuentes. Pero fue a
vo impresióname, así como los figuran- re! Price). partir del Adagio donde Abbado logró
tes, acróbatas, de la TSV de Munich en La Orquesta Filarmónica de Viena y envolver la partitura en un sonido ma-
la pantomima del Becerro de Oro, de el Coro de la Opera de Viena, insupe- jestuoso, equilibrado, en el que cada
gran impacto visual. rables. Capriccio de Strauss cumplió su sección de la orquesta sonó con nitidez
En Aarón, Philip I.angridge dio cre- tercer año de andadura en el Festival,
dibilidad al personaje a pesar de cier- pero con un cambio esencial en el re- Pasa a pág, 22

Scherzo
ACTUALIDAD

pasmosa, los coros, empastados, sin un

E
desajuste. Sobresaliente el cuarteto so-
lista que, por una vez, se escuchó sin
perderse en el maremágnum coral. Dis-
cretos la soprano Karita Manila y el te-
s este Festival uno de los más, si
no el que más, prestigiosos a ni-
veles artísticos, de la siempre pró-
diga en manifestaciones culturales Italia.
El Festival Ri
nor Josef Protschka. Esiupenda la En las antipodas del mundialente cono- La estupenda vitalidad de un
mezzo Marjana Lipovsek. E irrepetible cido de la Arena de Verona, el de Pesaro
el bajo Samuel Ramey que con su fa- es restringido y se desarrolla en dos loca-
bulosa técnica rossiniana y mozar liana les bellísimos, el Teatro Rossini y el Audi- tentó salvar su Ermione aunque fuese de
demostró que lo necesario para cantar torio Pedrotti, ambos con un aforo forma fragmentaria, pero no pudo evitar
es saber hacerlo con independencia de reducido en los que un público de con- su desaparición del repertorio. En 1977,
escuelas y estilos. naisseurs saborea, en condiciones inme- el 13 de agosto, se interpreta en Siena Er-
Abbado ofreció una versión alejada jorables, las creciones hasta hoy, si no mione en versión de concierto y en con-
del melodramatismo romántico a que menospreciadas, infravaloradas del mú- cierto también en 1986, en Padua, bajo
nos tienen acostumbrados los grandes sico pesares. Esle año el Festival presen- la dirección de Pollini, siendo ésta de Pe-
maestros del pasado; su Novena fue taba dos óperas L 'Ocassione fa il ladro saro de 22 de agosto de 1987 la primera
clásica, profunda, cercana espiritual- y Ermione, Una encantandora farsa la \ ez que desde su estreno sube Ermione a
mente al clasicismo mozarliano. primera y una tragedia musical la tos escenarios como representación. Pa-
Al día siguiente, Karajan con la Fi- segunda. ra ello el Festival de Opera Rossini ha
larmónica de Berlín nos brindó en prin- Ermione es una tragedia lírica en dos procurado reunir lodos los elementos ne-
cipio una rotunda Sinfonía n.° 8 en Si actos, que Rossini compuso para el Tea- cesarios para hacer de la velada un acon-
menor (Incompleta) de Schubert, segui- tro San Cario de Ñapóles, donde fue es- tecimiento artístico de primera magnitud.
da de una impresionante Sinfonía Fan- trenada el 27 de marzo de 1819 sin Un reparto superestelar encabezado por
tástica de Berlioz. Nunca he escuchado alcanzar el menor éxito, a pesar del re- las dos más grandes cantantes rossinia-
más matices, grandeza, exquisitez y be- parto excepcional con que contó para re- nas de nuestro tiempo, Marilyn Horne y
lleza en esta obra que con el maestro crearla, nada menos Isabel la Colbran en Montserrat Caballé; un director musical
salzburgués. Narrar las virtudes de es- Ermione, Rosmunda Pesaron i en Andró- eficaz y seguro, Gustav Kuhn; el direc-
ta versión sería interminable; baste maca, Andrea Nozzari en Pirro y Giovan- tor de escena Roberto de Simone y el es-
decir que Von Karajan al frente de la ni David en Orestes. Desde aquel día cenógrafo Enrice Job. Un esfuerzo sin
infalible orquesta berlinesa fue una vez Ermione ha permanecido en el olvido ex- precedentes en la corta vida del Festival,
más Der Goti. cepto algunos fragmentos que sobrevivie- en el que estuvo presente la RAÍ con sus
Leoíiard Bernstein, al frente de la Fi- ron merced a un pastiche que hizo cámaras retransmitiendo el aconteciminto
larmónica de Viena, estuvo a la altura Rossini, para la Fenice de Venecia con a todo el país como si de la Noche de San
de su colega austríaco con una excelente otros fragmentos de sus óperas Adelaide Ambrosio de la Scala de Milán se trata-
versión del Concierto para clarinete y de Borgogna y Ricciardo e Zoraide y que se. Sin embargo, los resultados no fue-
orquesta en La mayor K. 622 de Mo- denominó Eduardo e Cristina. Un coro ron todo lo buenos que el esfuerzo
zan, elegiaco e intimista, y con una an- del Ermione lo usó el maestro para su merecía.
tológica Sinfonía n," 5 de Mahler ópera Le siege de Corinthe. La gran es- Roberto de Simone es un regista que
alejada de cualquier cliché, creaiiva, cena de Ermione fue transportada expre- no entiendo cómo ha podido llegar a don-
tensa, fastuosa en el sonido, profunda samente para que la cantase Giuditta de está. No le niego sus conocimiento, de
en la intención, sin lastres expresionis- Pasta en una representación parisiensade ópera, creo que es compositor, pero el
tas, mordaz pero poética. Bernstein Zelmira. En resumen, el compositor in- drama musical es además teatro y de Si-
inundó el Grosses Festpielhaus de vi-
talidad y de la mejor música. Otro
enorme entre los grandes.
Con estos precedentes Riccardo Mu ti
al frente de la Orquesta de Filadelfia se
encontraba con un tremendo hándicap.
La Orquesta de Filadelfia es excelente,
pero mucho menos redonda que sus
hermanas de Berlín y Viena, sobre to-
do en la cuerda, donde su inferioridad
es evidente. Muti llevó un programa
ecléctico: la Sinfonía en Mi bemol ma-
yor de Hindemith, una de las obras me-
nos interesantes de este compositor, y
a continuación la Sinfonía n." 4 de
Brahms, que latinizó sin sonrojo, lo-
grando momentos de gran belleza aun-
que en conjunto, personalmente, me
pareciese en exceso crispada.
Fue en la propina donde Muti, con
la obertura de Las Vísperas Sicilianas
de Verdi consiguió arrebatar al públi-
co e hizo patente que con la música del
maestro de Roncóle, el maestro de Ná-
poles no tiene rival.
Ermione, en el Festival Rossini de Pesaro.
Francisco José ViUalba
22 Scherzo
ACTUALIDAD

sini de Pesaro cuando ésta, tomando una partitura del


foso de la orquesta y mirando al anfitea- Caja Postal
tro, indicó que ella había cantado exclu-
sivamente lo que allí había escrito Salón de Actos
Paseo de Recoletos, 7
estival con ocho años de vida Rossini. A raíz de esto un fan de la diva
le lanzó un ramo de flores. El maestro Madrid
Kuhn subiendo al escenario se arrodilló
monese limita a colocar a los personajes delante de Caballé y le besó la mano. Otra
en el escenario (ya lo hizo así en el Na- ópera dentro de la ópera.
bucco de la Scala) sin que se pueda apre- La reacción contra Caballé, en parte
ciar ei menor atisbo de dirección. Un programada, fue gratuita sobre todo CONCIERTOS
concierto con vestuario. cuando del mismo anfiteatro que protes- DEL
La escenografía de Enrico Job, inspi- taba habían sufrido bravos a los no más MES DE OCTUBRE
rada en el estilo dieciochesco napolitano, que discretos tenores. Las discusiones en-
tampoco fue muy afortunada; sin embar- tre los pro y los contras continuaban a la
go, como figurinista creó un vestuario de salida del teairo. Una noche de ópera vi-
gran belleza plástica. va, que demuestra las pasiones que, aún Lunes, 5. 19 horas
Gustav Kuhn dirigió la ópera con ba- hoy, puede encender nuesira soprano.
tuta segura pero en forma demasiado ger- Con más humildad se representó en el CUARTETO REAL
mánica, lineal. El maestro estuvo Auditorio Pedrolli L'Ocassionefa i! la- DE SAXOFONES
demasiado atento a sus monstruos sagra- dro. Una chispeante ópera de enredo con
dos olvidando a veces el coro, no así a la la que se pudo comprobar el alto nivel al-
muy buena orquesta juvenil Italiana. Una canzado por el Festival.
actuación discreta pero insuficiente y en Miércoles, 7. 19 horas
Quizá lo menos redondo fue la direc-
mi opinión errónea en el concepto. ción musical del violinista Salvatore Ac- ANY DA ROCHA
El pialo fuerte de la representación lo cardo que careció de fluidez, aunque no
constituían los cantantes. Cuatro tenores, de eficacia.
(piano)
dos de ellos con papeles comprometidos. Un cari el discreto de cantanles sin pre- Concierto homenaje a Villa-Lobos
Uno para encarnar a Pirro, el otro para tensiones realizó una representación per-
Orestes. En Pirro, Chris Merrit se enfren- fecta de trabajo en conjunto, gracia y
tó a su difícilísima particella con esfuer- musicalidad. Excelente, sobre todos, a pe- Miércoles, 14. 19 horas
zo evidente pero salió con dignididad del sar de pequeños fallos en el agudo, que
intento más que por pureza vocal, por en- no deslucieron en absoluto su actuación, TRIO MOMPOU
trega y pro fes i o nal ¡dad. En Orestes, la soprano Luciana Serra. Deliciosa en las
Rockwell Blake hizo lo que pudo. Ma- coloraturas, poseedora de un tono medio
rilyn Horne es una pieza fundamental en bellísimo y una voz de morbidez desacos- Lunes, 19. 19 lloras
la Rossini Renaissance nadie más dola- tumbrada en las cantantes de su tesitura
da para las fioriture, agilidades, nadie con de lírica ligera. Demostró además bue- JOSÉ LUIS RODRIGO
técnica más depurada. Sin embargo, co- na presencia escénica y gran sentido tea- (guitarra)
mo Andrómaca dio señales de cansancio tral. Pero sobre todo lo que hizo de la
y su fabulosa técnica tuvo fallos ostensi- representación una joya fue la dirección
bles. Lástima en una artista tan admirada. de escena, escenografía y vestuario de Miércoles, 21. 19 horas
Jean-Pierre Ponnelle. El gran director fran-
cés, tan engolado en múltiples ocasiones, ROSA TORRES PARDO
Montserrat Caballé fue protestada en ésta creó un espacio escénico sencillo, (piano)
unos telones pintados, eso sí maravillo-
Montserrat Caballé encarnó Ermione samente, que reproducían primero la po-
con enorme dignidad escénica, dando al sada donde se encontraban Parmenione
Lunes, 26. 19 horas
personaje toda su grandeza trágica. Sin y el conde Alberto, y después la casa de
embargo, vocalmente y, a pesar de su to- Don Eusebio, tutor de la condesa Bere- CUARTETO SOLER
la! enirega, estuvo por debajo de lo que nice. En eslos decorados y con la magia
de ella siempre se espera. Su impresionan- de su ingeniosa dirección de cantantes Pon-
te legato sufrió desajustes, aquellas ma- nelle desarrolló la comedia con una fres-
ravillosas escalas cromáticas de antaño cura chispeante muy acorde con la parti- Miércoles, 28. 19 horas
hoy se resuelven sin claridad, hubo aspe- tura. Un verdadero placer para la vista M. DOLORS CORTES AYATS
rezas en la emisión de la voz. Con todo, y el oído. Un Rossini sin bufonerías pe-
la interpretación de una grande, si se quire ro lleno de gags del mejor teatro cómi- (mezzosoprano)
hoy menos deslumbrante que antaño, pe- co. Una de las mejores producciones de
ro mucho más profunda en la interiori- ópera bufia de los últimos años. La vita- ANTONI-OLAF SABATE
zación de los personajes que encarna. lidad, la ilusión, la profesionalidad y el (piano)
Al concluir la representación, un gru- deseo de hacer bien las cosas del Festival
po de anfiteatro protestó airadamente de Opera de Rossini, es contagiosa y creo
conira Kuhn y Caballé. El escándalo fue que merece que su futuro esté jalonado
supino. La reacción del resto del público de los éxitos que se merece.
no se hizo esperar. El teatro, en su ma-
yoría puesto en pie, ovacionó a Caballé, Francisco José Vülalba
Caja Postal
AULA DE CULTURA

Scherzo 23
BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA * BOTÓN DE

Festival de Alicante
Es un certamen, todavía en rodaje en algunos aspectos (falta
quizá un mayor equilibrio selectivo, una presencia de las más
y que cuenta con una no perfecta pero sí más que estimable or-
ganización. De la composición y calendario del festival tienen
radicales vanguardias, una apertura a la ópera, una inclusión ya noticia nuestros lectores. Se trata ahora de dar una visión
de conversaciones o debates que pongan, aprovechando la oca- panorámica de lo que ha sido la edición que acaba de terminar
sión, sobre el tapete cuestiones candentes de la creación de nues- el 21 de septiembre y de fijar la mirada sobre los acontecimien-
tros días...), pero que está tomando ya carta de naturaleza, con tos más significativos que en ella han tenido lugar entre el 18
una buena respuesta del público (para lo que son estas cosas) y el 20 de septiembre.

jes meditativos sustentados por un sutil nido vertebral se producen diversos acon-

H
ay que señalar con piedra blanca
y para empezar la presencia de ¡a tejido sonoro con los sombríos encarga- tecimientos sonoros, ninguno de ellos de
London Sinfonietta que el día 18 dos al quinteto de cuerda; o de qué ma- especial interés. En la sesión se progra-
brindó un concierto ejemplar tanto por nera combina las figuraciones volátiles de maron también tres obras de otros tan-
la calidad media de las obras programa- las maderas con los trinos del clave. La tos catalanes: Suena de alabastro, del
das como por el altísimo nivel que alcan- música, adornada, no hay duda, de la siempre ingenioso e imprevisible García
zó su interpretación. Al lado de misteriosa gracia del creador inspirado, Demestres, amigo de los collages, surrea-
Márchenbilder del danés Abrahamsen, de se desvanece tras unos pizzícati en pia- lista, teatral, tierno, poético (textos de
escritura puntillista bien delineada, tra- níssimo. Ignacio Prada), a nt ir retórico, rupturista,
tada vigorosamente de acuerdo con clá- libérrimo, intuitivo y anárquico, que in-
sicos procedimientos, y de Suns Dance del Extraordinaria música. Y extraordina- troduce en esta ocasión breves fragmen-
inglés Matthews, partitura de impecable ria interpretación —extensible a las otras tos de músicas de famosos (Bach —aun-
factura, de trazo poderoso y fulgurante, tres composiciones— de los miembros de que para despistar se diga Mozarl—,
llena de excelentes efectos coreográficos, la London Sinfonietta —afinación, con- Mahter, Wagner, Scriabin), combinadas
ruda (pero no exenta de una cocina deli- junción, expresión, vibración, bella sono- en un discurso aparentemente desordena-
cada) y punzante, figuraban dos magni- do en el que participan las voces de los
ficas creaciones de dos de los monstruos ejecutantes a las que se suma, claro, en
consagrados de la música actual: Hans continua exhibición de sobreagudos y de
Wemer Heme y Witold Lutoslawskí. Del guiños, la ya muy cultivada y extensa del
primero pudo escucharse Le miracle de propio autor; Quinte! de Emest Martínez
la rose (Teatro imaginario II), una espe- Izquierdo (Barcelona, 1962), director del
cie de suite en siete partes para clarinete conjunto --aplicado pero modesto en sus
solista (con incorporación de clarinete ba- planteamientos y logros— barcelonés,
jo y requinto) y 13 instrumentos que nos que organiza, en un discurso bien perge-
ofrece una multitud de bien dibujados ñado pero algo mortecino, una serie de
paisajes sonoros en los que se alternan el combinaciones timbricas y temáticas a de-
drama, la danza, la violencia, el lirismo... sarrollar por piano, flauta, violín, chelo
Todo unmundode vivencias y sensacio- y percusión, y BXR5 de Albert Llanas
nes hábilmente trabajado por el autor ale- (Barcelona, 1957), que incorpora a aque-
mán, dueño y señor de su lenguaje, capaz lla formación el clarinete y el fagot y que,
de prendernos en el poético canto del cla- sobre un bien tramado tejido polifónico,
rinete, de extasiarnos en los divagaíorios expone diversas posibilidades instrumen-
comentarios de las cuerdas a las propues- tales, sin que llegue, en su cartesianismo,
tas de aquél, de hacernos seguir los aires a captar el interés pese a su buena mano
de danza sin pestañear, de embarcarnos y seguridad.
en el fino y contrastado tejido, entreve-
rado de súbitos relámpagos... Del segun-
do, el sabio polaco Lutoslawski, se La Orquesta de Cámara de Holanda tu-
degustó, y nunca mejor dicho, una obra vo a su cargo el estreno absoluto de Mo-
bien distinta, más concisa y unitaria que vimientos de Adolfo Núñez (Madrid,
la del alemán; una composición auténti- 1954), El resultado no es especialmente
camente maestra, Chain I, que inaugura apasionante, quizá porque Núñez, sin du-
una serie cuyas creaciones están plantea- da músico dotado y conocedor, no ha tra-
das desde las mismas premisas: construc- Carlos Cruz de Castro estrenó Guit-trónica. bajado todavía lo suficiente el entramado
ción de distintas secuencias ligadas entre orquestal. La cosa no acaba de cuajar, se
si por eslabones; estructura rígida sólo en ridad; todo lo tienen estos ingleses- acusa una cierta vacilación. Y ello sin ne-
parte gracias a la inspiración del compo- dirigidos por el francés Diego Masson, gar el valor de algunos hallazgos —ese ini-
sitor, capaz de convertir cualquier forma claro, eficaz, pulcro, conocedor, aunque cial juego de las parejas, el tacto para
cerrada en una organización libre y abier- por debajo de la agrupación a sus cuidar los timbres, el diseño fugado a po-
ta. La libertad, la luz, el aire más puros órdenes. co de empezar, el dibujo de algún pasaje
entran y salen por todos los entresijos de contrapuntistico...— y la buena disposi-
esta música, estrenada por la propia Lon- ción del tranquilo y apacible final, en el
don Sinfonietta bajo la dirección del que aparecen ecos del tema del comienzo.
autor en 1983. Encontramos el dominio Eslrenos españoles
y el asombroso refinamiento ya conoci- En el mismo concierto, desarrollado en
dos de Lutoslawski y no dejamos de sor- Helmints de Jep Nuix (Barcelona, el Teatro Principal el 19, se presentó en
prendernos de cómo inicia la elaboración 1955), estrenada el mismo día por el Gru- España Pulsar de Tomás Marco (estrena-
timbrica y rítmica a partir de un diseño po Barcelona 216, es una composición no da por la propia agrupación holandesa el
de siete DO tas, de cómo alterna los pasa- exenta de un primitivo encanto que se de- pasado año en Metz), quien la define co-
sarrolla por completo sobre un constan- mo un estudio sobre la pulsación con el
te ritmo pendular, como de metrónomo, fin de generar una forma musical autó-
elaborado por et sintelizador. Con ese so- noma y coherente. Para alcanzar este pro-

24 Scherzo
BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE

pósito Marco juega con la percepción


psicológica del sonido y lo hace bien, con
ese lacio singular que desde antiguo po-
see para convertir en maleable la mate-
ria a su disposición; aunque ésta pueda
no tener en esencia un interés significati-
vo ni la ideación entrañar una sustancia
verdadera y homogénea. En este caso la
nervadura, la pulsación sobre la que se
edifica la partitura y que la alimenta de
principio a fin, aparece plasmada en los
distintos timbres. Obra de agradable es-
cucha, que, pese a lo manifestado por el
autor, no acaba de tocar fondo. Obra
irregular peligrosamente vecina en ocasio-
nes a lo decorativo. Un intervalo descen-
dente de dos notas será protagonista en
la conclusión. Tras un golpe de gong la
pulsación se extingue lentamente como
una respiración que se apaga.
El programa se completaba con Mel-
selwerk del holandés Éisma, un bonito
ejercicio para percusionista y orquesta;
Sechs monolog dei griego Terzakis, serie
de canciones para soprano derivadas, y De Luloslawski se escuchó Chain 1, verdadera obra maestra.
bastante reaccionariamente tratadas, del
folklore de su país, y T. V. del norteame-
ricano Susman, que consigue, con buena Las otras fuentes de hacer un variado recorrido por la ac-
letra, interesantes efectos danzables con tual música electrónica sueca en un con-
el manejo de los parches. Todas estas par- En su recital del 20 el guitarrista Flo- cierto presentado por el siempre humorís-
tituras tuvieron una interpretación que res Chaviano ofreció dos estrenos abso- tico Hans Astrand, presidente de la Aca-
con bondad cabría calificar de discreta. lutos en los que, como en las demás demia de Música Sueca. Composiciones
Ni la orquesta de Hilversum, de poco tra- partituras incluidas, combinó su instru- excelentemente elaboradas de Lindgren,
bajada y fina sonoridad, no muy empas- mento con la electrónica. El primero co- Johnson, Bodin, Zwedberg, Hanson y
tada, irregular en los ataques, relativa- rrespondió a una obra propia, Villa- Blomquist, que nos mostraron las múlti-
mente afinada, aunque tradicionalmen- Lobos 87, de unos 10 minutos de dura- ples posibilidades de los sintetizad ores y
te identificada con la música de este ción. En ella el excelente instrumentista ordenadores a los que en ocasiones se in-
siglo, ni su director, el veterano Ernest ha sabido aprehender el espíritu del autor corporan otras fuentes sonoras; como en
Bour, inseguro, corto de expresión, rígi- brasileño en un conciso e inspirado tra- SolUoquium de Johnson, que pide, jun-
do y falto de aliento las más de las veces, bajo en e! que se combinan con habilidad to a una casi imperceptible presencia elec-
brillaron a gran altura (los solistas, la so- y precisión las dos vías. La presencia del trónica, una voz femenina, que desgrana,
prano Sue Parcher y el percusionista Van triángulo y del tres (instrumento de cuer- utilizando sus facultades fonéticas, diver-
der Valk mantuvieron bien el tipo). Pero das típico cubano) y la finura de lo escri- sos y contrastados tipos de sonido, en los
la experiencia que poseen nos aproximó to, más la inclusión de fragmentos cortos que no faltan los derivados del canto tra-
suficientemente a los pentagramas ejecu- de piezas del propio Villa-Lobos, otorgan dicional. O en los Wienerlieder de Han-
tados. En la sesión que cerraba el festi- interés y variedad a la composición, en son, que unen a aquélla un pequeño coro
val nos hicieron oír tres composiciones la que todo aparece bien amalgamado. El (Astrand, Johnson y Núñez), un bombo
seleccionadas en la Semana Musical Gau- segundo estreno estuvo protagonizado y en este caso un piano de juguete para
deamus pertenecientes a la sueca Karin por el madrileño Carlos Cruz de Castro ofrecer un muy divertido relato en siete
Rehnquist ÍKast), la japonesa Karen Ta- (1941), que propone en Guit-trónica y a fragmentos.
naka (Anamorphose) y el holandés Da- lo largo de 19 minutos un variado y ser-
vid Coppoolse (Una storia della mille e penteante recorrido lleno de hallazgos y El mismo día y en idéntico lugar, el
una nolte), jóvenes y poseedores ya de de un humor muy característico, que al- Castillo de Santa Bárbara, Lloren? Bar-
una desenvoltura que para si quisieran terna lo dramático del lema electrónico ber y sus compañeros del Taller de Mú-
muchos veteranos, si bien la primera pa- del comienzo —que aparecerá luego, re- sica Mundana nos divertían e intrigaban
rece encontrar aún dificultades para or- cortado, otras tres veces— con lo lírico, con su Concierto para papel, un trabajo
ganizar de manera coherente su material lo irónico y lo abiertamente jocoso (per- extenso e ininterrumpido en el que duran-
y evitar el mimetismo y la ingenuidad. Ta- secuciones a través de vertiginosas esca- te una hora más o menos se ofrecen ante
naka muestra en lo que no es otra cosa las ascendentes y descendentes). Hay nuestra vista y oído las más variadas
que un concierto de piano (tocado bien también violencia, crispación, ecos afla- aproximaciones sonoras y visuales al
por Maarlen Bon) un clasicismo formal mencados, ritmos persistentes; pero to- mundo de los papeles y cartones. La im-
pasado por replanteamientos postweber- do desarrollado ordenadamente y provisación continua se mezcla con la or-
nianos excelentemente trabajados y pla- perfectamente pensado para producir un denada preparación de aconteceres. A lo
nificados. No es la capacidad de síntesis determinado efecto. Buen tratamiento de largo de la representación el público es
la cualidad más destacada de Coppool- la guitarra, siempre amplificada, que pue- obsequiado con confetis, recortes de pa-
se, que quizá se ha excedido, dando libre de dar mucho de si. De las otras tres obras pel, paquetitos con regalos y caramelos
curso a su desmesurada imaginación so- del programa, Nairda de Avelino Alon- abanderados. La cosa resulta animada,
nora, en la pintura de los múltiples efec- so, Tres canons en homenatge a Galileu aunque podría preferirse que el material
tos de su larguísima obra, llena de de Mesties-Quadrenyi y Yamra I, de Ser- se ordenara, más concisamente, de otra
acontecimientos de todo orden en donde gio Barroso, ya antiguas, deslaca la ce- forma, de tal manera que el todo fuera
notamos la presencia de Scriabin, Sira- ñida y virtuosa escritura, fuertemente más unitario o que se concretara directa-
vinski, Mahler y Sibelius entre otros. Ex- dramática, de la última, que se escucha mente a buscar un efecto más puramen-
celente en todo caso la factura. sin respiro. te sonoro y selectivo.

El 19 por la mañana tuvimos ocasión Arturo Reverter


Scherzo 25
ESTRENOS

«Confluéncies»,
un estudio de la reverberación
Dentro del marco del Festival Internacional de Música de Barce-
lona ¡987 tendrá lugar el ¡9 de octubre el estreno mundial de mi obra
Confluéncies (Música per a Santa Maña), para conjunto de
metales, percusión y cinta magnetofónica. La interpretación estará a
cargo del prestigioso Ensemble de Cuivres d'Aquitaine y con Andrés
Lewin-Richter en la electrónica. En lo que sigue, el autor intenta esbo-
zar los planteamientos que han servido de base para la realización de
esta obra.

L a reverberación sonora es
considerada musicalmente
un factor negativo, por el
hecho de restar claridad a la estruc-
tura de una composición, sobre io-
rámetros, integrado totalmente en
la estructura. O sea, creando una
obra en la que este elemento tenga
incluso una importancia preponde-
rante, viendo en este condiciona-
do, cuando se trata de música con miento no una traba molesta, sino
un denso tejido polifónico. Esta se- un estímulo altamente positivo, que
ría la situación habitual. Sin embar- abre al músico unas posibilidades
go, si miramos la cuestión desde sonoras inmensamente sugestivas, página autógrafa de
otro punto de vista, este elemento que hasta ahora no habían sido tra- «Confluénaes»-
aparentemente negativo puede uti- tadas de manera sistemática, excep- catalanes y Maestro de Capilla de
lizarse positivamente con un plan- tuando, eso sí, mi primera expe- Santa Maria del Mar, los Goigs los
teamiento adecuado: considerán- riencia en esie campo, efectuada en de Nostra Dona de Joan Brudieu.
dolo como un elemento más de la 1979 con Musik im Raum, una De otro, a nivel contemporáneo,
composición, junto a los demás pa- obra escrita para el Pro-Gymna- con toda la gama de posibilidades
sium Reinach (Basi- sonoras y de técnicas de composi-
lea), un edificio mo- ción actual, entre las cuales tiene
derno con gran rever- un papel determinante la música
beración. electrónica, con posibilidades igual-
mente numerosas y sugestivas. Un
tercer plano nos introduce al ele-
Varios planos mento arquitectónico, traduciendo
contrapuestos las proporciones en duraciones, in-
tervalos y, a un nivel más evolucio-
Confluéncies ha sido nado, en armonías.
escrita para la basílica
de Santa Maria del Una obra sin director
Mar de Barcelona, re-
cinto que, además de La obra está escrita en notación
poseer una extraordi- que permite cierta flexibilidad en la
naria reverberación y interpretación, dadas las condicio-
belleza arquitectónica, nes en que se efectúa ésta: los ins-
me ha proporcionado trumentistas están repartidos por
unas connotaciones todo el recinto y ejecutan la obra
histérico-musicales sin director, siendo la música elec-
que han influido deci- trónica la que tiene a su cargo el pa-
sivamente en su conte- pel conductor. Además, la acen-
nido. La obra se tuada reverberación, propia del re-
mueve en varios planos cinto, condiciona toda la estructu-
sonoros que se contra- ra sonora de la obra y, aún más,
ponen y complemen- crea estructuras que hacen posible
tan: de un lado, a nivel el paso de un plano sonoro a otro
histórico, partiendo de de manera natural y facilita la co-
una obra de uno de los municación entre los intérpretes.
más importantes com-
Da\id Padrós. BARCELO. positores renacentistas David Padrós
26 Sgherzo
VOCES DE AYER Y HOY

Rita Streich: in memoriam


Una soubrette de lujo

R ita Streich era rusa de manera


accidental y, según la propia
cantante confesó repetidas ve-
ces, no se sintió nunca identificada con
ese país. Había nacido el 18 de diciem-
bre en Barnaul (Siberia). Hija de un pri-
sionero de guerra alemán, que a!
término de la conflagración se casó con
una soviética. Poco tiempo después, la
familia se trasladó a Berlín y adopta-
ron lodos sus miembros la nacionali-
dad alemana.
Descubiertas las enormes posibilida-
des vocales de la joven, Rita tuvo la for-
tuna de poder asistir a los cursos de tres
auténticas leyendas de canto: María
Ivogüin, Erna Berger y Willy Domgraf-
Fassbaender. En las aulas de María
Ivogüin tuvo como condiscipulas a Eli-
sabeth Schwarzkopf y Renata Holm, lo
que dio lugar a una estrecha amistad
entre las tres.
Pero será Erna Berger la maestra a
la que Rita Streich recordará siempre
con más cariño. La veterana soprano
tenía indudables afinidades vocales y
estilísticas con su alumna, la ayudó mu-
cho en sus comienzos e hizo posible que
la joven Streich participara a su lado
en algunas tempranas grabaciones dis-
cográficas.
fifia Srreich FAYLR La Sireich debutó en Aussig en 1943,
con el personaje straussiano de Zerbi-
netta, un papel que mantendría bastan-
tes años en su repertorio alternándolo
con la Sophie de El Caballero de la ro-
El pasado mes de abril falleció en Viena la soprano Rita sa. Desde 1946 hasta 1951 perteneció
Streich, famosa en el repertorio de coloratura en los años a la Staatsoper de Berlín con cuya com-
50 y principios de los 60, y frecuentemente descrita como una pañía incorporó los personajes de Zer-
lina, Blonchen, Gilda, Sophie y la
soubrette de lujo, sin que tal calificación encierre un tono Olympia de Los Cuentos de Hoffman.
peyorativo. Además del repertorio ligero su actividad abar- A partir del 51 encarnó los roles de la
có otras muchas parcelas: concierto, lied, opereta y papeles Reina de la Noche (Flauta Mágica) y
Constanze (Rapto en el Serrallo) en la
de lírico-ligera. Asimismo fue una eminente maestra de canto. Stádtische Oper de Berlin. Dos años
después debutó en la Stattsoper de Vie-
na y en el 54 lo hizo en Londres con la

Scher/o 27
VOCES DE AYER Y HOY

compañía del Festival Hall, como Zer- tada por e! actor Jean Marais, accedió dos de los papeles punta del repertorio
lina y Susana. Otras fechas importan- a participar en una gala que tuvo lugar verdiano: Gilda y Traviata.
tes en su carrera son el debut en el Hotel Chamaco, en San Juan de Como soprano ligera sus armas prin-
americano, que tuvo lugar en San Fran- Luz, para recaudar fondos destinados cipales eran la mencionada facilidad en
cisco en el 57 con la Sophie y la Zerbi- a una antigua actriz de la Comedie la coloratura y una notable extensión,
netta de Ariadna en Naxos, o su Fr a ni; ai se que vivía en la indigencia. que le permite emitir con holgura el mi
presentación en Bayreuth en el 52 co- Esos días la Streich estuvo de incógni- bemol sobreagudo que remata el aria
mo El Pájaro de! Bosque de Siegfried. to en nuestro pais y visitó San Sebas- de Olympia en Los Cuentos de Hoff-
Por entonces, la Streich actuaba ya tián. En el año 81 ofreció un recital en man. También emitía en el teatro
regularmente en compañía de muchos el Teatro Musical de París. El público —rozándolos— los fa sobreagudos en
de los mejores cantantes de su tiempo, se volcó con entusiasmo y la crítica ala- picado de la segunda aria de la Reina
tales como Elisabeth Schwarzkopf, Li- bó el buen estado vocal y la belleza de de la Noche. La grabación contenida
sa Della Cesa, Elisabeth Grümmer, la línea de canto de una soprano que en el disco Voces de Primavera nos per-
Dietrich Fischer-Dieskau y Cesare Sie- superaba los sesenta años. petúa estas dos notas que siempre sor-
pi, entre otros. De la misma forma, prende escuchar.
muchos grandes de la dirección de or- Cabe afirmar que en las notas extre-
questa habían contado con ella en es- mas de su tesitura la voz resultaba un
cena o a la hora de realizar grabaciones. Repertorio y características vocales punto más plana y tirante, y el vibrato
Baste citar a Furtwángler, Kleiber, Fric- característico se acentuaba; sin embar-
say, Bóhm o Karajan. El centro de atracción del repertorio go, lo mismo puede verificarse en las
Mediados los años 60, las intervencio- de Rita Streich !o constituyeron los per- .voces de casi lodas sus colegas, se lla-
nes operísticas de la Streich se fueron sonajes mozartianos con escritura idó- men éstas Wilma Lipp, Erika Kóth o
reduciendo y, libre de los compromi- nea para una soprano ligera: Blond- Hilde Gueden.
sos que acarrea el teatro, la soprano chen, de El Rapio en elSerrallo, Susa- Algunos críticos, como Harold Ro-
volcará todo su tiempo en las otras dos na de Las Bodas de Fígaro, Zerlina, de senthal, han señalado que donde me-
grandes pasiones de su vida: el lied, que Don Giovanni o la Reina de la Noche, jor se apreciaba el arte exquisito de la
jamás dejó de interpretar, ni aún des- de La Flauta Mágica. Streich era en las salas de concierto y
pués de su retirada oficia!, y la enseñan- El particular calor vocal con que sir- en los teatros pequeños, ya que la voz,
za, a la que se dedicó con incuestionada vió estos cometidos le permitió muy debido a su escaso volumen, perdía re-
competencia a partir de 1974 en la pronto ampliar su galería de heroínas lieve en los grandes teatros. Lo cierto
Volkswanghochschule de Essen —cerca mozartianas, de forma que, además de es que si su voz no era pródiga en vo-
de Düsseldorff—, y cuya cátedra de Blondchen, su repertorio incluyó la lumen, sí era un instrumento dúctil y
canto no abandonó hasta hace dos Constanze de El Rapto, de igual modo transparente, además de bastante tim-
años. Este magisterio se extendía a su que alternaba la Reina de la Noche y brado. Finalmente, la Streich mantenía
actividad como docente en los cursos Pamina en La Flaula. en todo momento una posición muy al-
de Salszburgo y a las apariciones en Como es natural, no desdeñó ningún ta de emisión.
programas dedicados al canto, con que papel que le permitiera frecuentes es- La nota distintiva de la Streich fue
a menudo la recordaban las televisio- capadas al canto de agilidad, lo que un cierto calor eh el timbre, especial-
nes alemana y austríaca. le llevó a encarnar desde el Pájaro del mente advertible en el centro de la voz.
También hay que referirse a algunas Bosque de Sigfhed, de Wagner, hasta
tardías apariciones en público de la exi- la Zerbinetta de Ariadna en Naxos, sin
mia soprano, un tanto al margen de lo olvidar una mirada al repertorio fran-
que fue su carrera. En el año 70, invi- cés con la Olympia del Hoffmann, ni

Rila Streich con Wiihelm Furtv/ángler y Kun Bóhme después de una representación Rila Slreich con Lisa della Casa (La condesa)
de Freischütz, en 1954, en Salzburgo. y Teresa Berganza (Querubino). en la Opera
de Chicago en 1962/NANCY SORANSEN.

28 Schorzo
VOCES DE AYER Y HOY

Como Sofía, del Caballero de la Rosa.


ción de abordar con éxito un
ensanchamiento del repertorio.
Su alumna española Isabel Alvarez,
hoy profesora en el Orfeón Donostia-
rra, la recuerda con admiración: «Se
comentaba que tenía un carácter des-
pótico, pero aunque era enérgica en cla-
En el Role de la Reina de la Noche, de La Flauta mágica, Opera de Viena, 1960. se fuera de ésta era una mujer normal.
Le gusiaban la buena mesa, las tartas
con nata montada y los abrigos de piel.
Era muy apasionada y temperamen-
tal, y tenia una curiosidad insaciable.
lo que le abrió las puertas de otro re- lecciones matutinas de Essen duraban Un día me oyó tatarear Clavelitos y en
pertorio, que alterna un canto de agili- aproximadamente dos horas, durante el acto me pidió la partitura para in-
dad con otro más lírico y emotivo, en las cuales se empeñaba especialmente cluirla en algún recital. Le fascinaba la
el que la soprano deja de ser un puro en individualizar la voz de cada alum- rapidez con la que había que cantar la
instrumento para adentrarse en el terre- no. Trabajaba con alumnos de todas estrofa «Porque tiene la esencia, pre-
no de la emoción y el sentimiento. Así las cuerdas, y como es natural, mostra- sencia y potencia que usté verá en mí».
Rita Streich probó también suerte en ba una predilección por las voces muy Si bien podía parecer muy exigente
otros papeles sustancial mente alejados agudas de mujer. Si observaba posibi- con los alumnos, ella misma se entre-
de su inicial categoría de ligera; entre lidades en este sentido trataba que sus gaba al máximo en las clases. Como io-
ellos el más arduo fue Violeta de La alumnas cantaran en una tesitura lo dos los grandes pedagogos no vivía
Traviata. más alta posible, a fin de que pasado pendiente del reloj, sino de que el alum-
Quizá las cualidades apuntadas son el tiempo, pudieran enfrentarse con los no aprendiera. Siendo una maestra que
las que han llevado al critico Angelo grandes papeles escritos para la voz de en el año 78 cobraba —al cambio—
Sguerzi a clasificarla en I re las sopranos soprano ligera. 5.000 ptas. por una hora de clase par-
ligeras con posibilidades de lírico-ligera, Muy escrupulosa en la elección del ticular, muchos días prolongaba la cla-
y avalan el éxito de sus incursiones en repertorio, opinaba que en el caso de se con alumnos de la Escuela en su
un repertorio que exige un mayor en- las ligeras, los papeles más agudos son propia casa, sin prisa y de forma de-
sanchamiento de la voz y un timbre de los que más convienen a la voz de una sinteresada.
mayor peso específico. cántame joven. En este momento de su Como maestra sólo tenía una sana
formación, la piedra de toque debe manía. Antes de vocalizar nos tenía un
constituirla el repertorio mozartiano; cuarto de hora bostezando, amoldan-
La maestra del canto caniar esle repertorio mantendría alta do el paladar de forma que preparase
la posición de la voz, lo cual actuaría la emisión de esas notas blandas tan ca-
No se puede poner fin a esta sem- como un fondo de reserva cuando la racterísticas de la Escuela Vienesa».
blanza sin referirse especialmente a la cantante llevara años de carrera.
aclividad de Rila Streich como maes- Más tarde, la soprano abordaría el
tra de canio. En esle campo su labor difícil género del lied, ya que, según la
se dividía entre el trabajo en la Volk- Sireich, para servirlo adecuadamente
swanghochschule de Essen, los semina- además de voz se requerían vivencias.
rios veraniegos de Salzburgo y Sobre esta amplia base, y sólo después
numerosas clases particulares. de bastantes años de actividad, la so-
Era una trabajadora infatigable. Sus prano ligera se encontraba en disposi- Joaquín Martín Sagarminaga
Scherzo 2y
Jesús López Cobos:
Veinte años de carrera

U n hombre como Jesús López Cobos siempre es noticia en nuestro país; cosa lógica si tenemos
en cuenta que es el director titular de la Orquesta Nacional, conjunto que desde hace varios años
se encuentra en crisis permanente. 1.a labor del maestro zamorano, que hasta ahora no ha dado
los altos frutos esperados, viene siendo discutida hace tiempo. No se duda normalmente de su capacidad
musical, sino que se cuestiona la intensidad de su dedicación, los criterios de programación o la rela-
ción que mantiene con la centuria. Preocupa el futuro y, en particular, inquieta, en el momento en el
que la ONE acaba de celebrar su concierto 3.000, saber si la orquesta va a poder recuperar su antigua
calidad. López Cobos es al respecto bástame realista. El, que tiene omnímodos poderes en lo artístico
respecto a la marcha del conjunto, es quien mejor puede despejar o aclarar algunos de los interrogantes.
En la entrevista que sigue —concertada con el músico meses ha y que por el interés de las cuestiones en ella
planteadas hemos decidido publicar, como estaba previsto, en octubre, aun a sabiendas de que podrían
producirse ciertas concomitancias con la que, después, concedió a oíros colegas— podemos adentrarnos
en algunos de los problemas que en estos momentos impiden dar el gran salto y averiguar la actitud
de su protagonista en relación con ellos y con cuestiones más generales de similar interés, así como cono-
cer sus razones y proyectos y, en definitiva, bucear en su personalidad humana y artística.

30 Schtr/o
ENTREVISTA

.—Recién llegado de Japón, ¿cómo valora S. —Mirando hacia atrás, cuando comenzó su andadura co-
una gira tan larga y tan lejana, y (fue indudablemente rno director asociado de la ONE, hace ya algunos años, la
era muy importante para una orquesta tan poco habi- orquesta se encontraba en el momento artístico más crítico
tuada a los viajes como la Orquesta Nacional? de su historia, se trataba de un conjunto en cuadro, desmo-
ralizado-y sin entidad. Hoy las cosas, están cambiando, se-
LÓPEZ COBOS.—En un principio pensé que podrían pe- gún parece. ¿ Cómo valoraría el trabajo de todos estos años,
sar más los aspectos negativos, que iba a haber más cansan- y cuál sería el balance final?
cio, lensiones... como puede haber en una gira de laníos
conciertos; pero lo cierto es que ha sucedido lodo lo contra- L.C.—No soy yo la persona más adecuada para hablar de
rio. La organización interna ha sido muy buena y los con- este lema, pero si tuviese que hacer un balance, pienso que
cienos siempre han ido subiendo de nivel, sobre todo teniendo ha sido muy positivo, aunque soy realista, porque sé muy bien
en cuenta que se repetían los mismos programas. En ello han dónde están los males, como estoy viendo todos los días en
influido varios factores. Posiblemente el más importante haya las oposiciones. Nos encontramos sin instrumentistas espa-
sido el alto grado de comunicación que hemos conseguido ñoles y asi es muy difícil hacer una orquesta. Como sabéis,
entre nosolros. En segundo lugar ha influido la gran calidad en las últimas oposiciones se han convocado 24 placas y sólo
acústica de las salas, que curiosamente no sólo se encontra- se han presentado 5 músicos, por eso no nos queda más re-
ban en ciudades importantes como Tokio u Osaka, sino tam- medio que arreglarnos contratando extranjeros y gente muy
bién en oirás mucho menos importantes. Nos hemos joven, aunque esto último puede ser negativo por falla de
encontrado con salas magníficas en ciudades dormitorio en experiencia, pero positivo por el entusiasmo que despiertan
las cercanías de Tokio. en la orquesta, y esto se ha visto además; la gente ha empe-
zado a llevarse papeles a casa, lo que no ocurría desde hacía
S.—¿No le parece que puede resultar contradictorio e in- mucho tiempo. Esta es la moral que busco y por la que he
cluso peligroso hacer giras del calibre de ésta o las últimas trabajado. He intentado aglutinar ese espíritu, para que se
realizadas a América del Sur, Finlandia o Suiza, dado el ni- sientan orgullosos de pertenecer y estar en la ONE, porque
vel artístico de la O.N.E. en los últimos años...? la orquesta más que un medio de vida es un medio de vivir.

L.C.—Efectivamente, creo que se ha salido un poco pron- S.—Efectivamete, llegó usted en un momento muy difícil,
lo, tal vez antes de lo previsto, pero estaba convencido de el más difícil. Era una etapa donde había muchos problemas
que esas salidas iban a suponer un fuerte aliciente para la or- internos, con muchos sujetos que no les interesaba para na-
questa e iban a ser un reactivo para que los profesores traba- da la música, problemas de entendimiento con directores co-
jaran más, y creo que así ha sido. La moral que da el viajar mo Ros Marbá o Peter Maag, que no pudieron trabajar a
fuera es muy grande, cada gira ha supuesto un paso más ha- gusto...
cia adelante, por eso no sólo no me he opuesto a ello, sino
que lo he apoyado... L.C.—Problemas, en definitiva, ajenos a la música...

S.— Pero, ¿no cree que además estas giras suponen un gran
sacriftcio económico, teniendo en cuenta que uno de los fac- Vine muy escéptico a la Orquesta Nacional
tores que más se critica siempre es precisamente el de la falta
de presupuesto, por ejemplo a la hora de contar con buenos S. —Sí, pero para usted era, en aquel momento, según es-
directores? taban las cosas, un desafio aceptar el reto.
L.C—Vine muy escéptico, esa es la verdad. Por un lado
L.C.—En cuanto al problema presupuestario no es cier- yo quería colaborar, porque se trataba de mi país y además
to. Hay dinero para la ONE, de hecho el INAEM no ha pues- me pedían que pusiera las condiciones. Lo cierto es que no
to cortapisas nunca. Las giras no evitan que se contraten o podía negarme, pero nunca creí que esas condiciones se iban
no buenos maestros, las mejores batutas no vienen por falta a aceptar. Yo empecé a negociar con la ONE en el año 80
de dinero. No, sencillamente no quieren venir. Desde hace y hasta el 84 no acepté su titularidad. Han pasado los años,
tres años estamos invitando desde Giulini a Mehta, a iodos al principio mi gran preocupación era enterarme de los pro-
se les han pedido fechas y la contestación ha sido siempre blemas, conocer la realidad. Sabía lo que había. Puse una
la misma: No. serie de condiciones, pero era muy escéptico, no ya en cuan-
lo a la existencia de problemas, sino a su posible solución.
S.—Sin embargo, hay orquestas que sin ser ninguna cosa ex-Efectivamente los ha habido, pero, ahora que ya ha pasado
cepcional si cuentan con estas grandes batutas, nos referi- todo, nunca pensé que se iba a conseguir el avance y la me-
mos concretamente a una orquesta joven como es la del jora tan rápidamente, siempre pensé que tardaríamos, por
Teatro de la Scala, la filarmónica, y que tuvimos ocasión de lo menos, dos años más en llegar a conseguir los logros de
escuchar en Madrid el pasado año... este año. Claro, es fácil decir: vamos a hacer una orquesta
europea, pero nos olvidamos de que éslo no es cosa de un
L.C.—Naturalmente, pero detrás de esa orquesta se en- año ni de dos, máxime cuando nuestro país tiene una falla
cuentra nada menos que el Teairo de la Scala. De todas for- de tradición musical o por lo menos orquestal tan grande,
mas mi deseo es que vengan grandes batutas, por eso no comparable ni con Italia, somos un país que no ha tenido
insistimos y seguiremos haciéndolo hasta que lo consigamos, un teatro de ópera estable de verdad hasta hace nada, en el
pero hay que ir paso a paso, muy despacio... hay que conse- que tan sólo hay 4 ó 5 orquestas sinfónicas que puedan me-
guir que se hable bien de la orquesta y se cree un ambiente recer ese nombre; un país en el que durante muchos años el
favorable, como recientemente ha ocurrido con Albrecht, músico ha estado muy mal considerado socialmente. Y esto
que, después de dirigirla, me llamó y me dijo que no la reco- se paga. Luego no se arregla ni en tres años, ni trayendo a
nocía tras cuatro años de ausencia. No cabe duda de que to- lal o cual director. Esto lleva mucho tiempo, y para conse-
do esto se comenta en nuestro mundillo —que no es tan guirlo hay que tener la posibilidad de ser selectivo, de selec-
amplio— y eso contribuye a que vengan, sin pensar que les cionar agente... ¿Dónde eslá esa gente aquí? En cierto modo,
pueda perjudicar en su carrera. ahora estoy más oplimisla, pero sigo siendo consciente de

Scher/o 31
ENTREVISTA

nuestra realidad, sé que hay muchos problemas por solucio- L.C—En el nuevo auditorio tengo la idea de que, al me-
nar y contamos con poca gente. nos dos veces por mes y organizado por la propia orquesta
con mi supervisión, se haga música de cámara con todas las
S.—En efecto, la problemática está ahí y afortunadamen- combinaciones instrumentales posibles y en las que pienso
te algo se ha avanzado, pero a cono plazo hay unos cuantos participar yo mismo de forma activa. Haremos además ci-
problemas que parecen insalvables, nos referimos concreta- clos de compositores como Haydn, Mozan o Schubert, en
mente a! de la falta de instrumentistas de cuerdo en nuestro formaciones medias de unos 30 músicos, etc. Luego, a lar-
país; al de sustitución, en todo caso, con músicos extranje- go plazo y para adecuar la forma de trabajar con las de otras
ros y que ha supuesto uno de los puntos calientes de ios últi- orquestas de fuera, quiero solicitar al Ministerio que se ter-
mos años con la plantilla fija de la orquesta ante su constante mine con la exigencia en las oposiciones de pedir la titula-
negativa a aumentar los contratos a estos músicos. ción del conservatorio a los músicos. Esto no ocurre en
ninguna orquesta del mundo, lo que se necesitan son seño-
L.C.—Prefiero tener un buen ambiente en la ONE que con- res que toquen bien, independientemente de cual sea su titu-
lar con [res o cuatro extranjeros más. Con mal ambiente no lación, nosotros no se lo pedimos en Alemania a nadie ni
es posible trabajar bien, aunque mejoremos unos cuantos airi- tampoco en EE.UU. Otra cosa que también me gustaría im-
les. Hasta aquí ha sido muy difícil cambiar la mentalidad de poner de cara a las próximas oposiciones es que exista un pe-
la gente con respecto al músico no español, pero esto está riodo de prueba; y, muy a largo plazo, desearía que fuese
cambiando en los últimos años y yo prefiero continuar en la propia orquesta la que votase, porque creo que sería muy
este statu quo en que estamos ahora, con las plantillas prác- importante que fuese la plantilla la que se responsabilizase
ticamente ocupadas, y tener paciencia, ir paso a paso. Cu- de su propia calidad.
riosamente, en estas últimas oposiciones, ha sido simbólico
que una cellista española se haya venido aquí después de to- S.—Eso supone unos cambios de mentalidad demasiado
car en una orquesta alemana durante 18 años. Es un primer fuertes para estos lares ¿no?
paso muy importante que la gente empiece a pensar que me-
rece la pena volver a España, que se dan las condiciones ar-
tísticas y económicas necesarias. No tengo prisa, prefiero buen L.C—Si, pero no sólo se habrá de producir ese cambio
ambiente para trabajar y esperar. de mentalidad, sino que también tendremos que cambiar le-
yes y de todo lo habido y por haber.
S.—Entonces, ¿cuáles serían las metas a conseguir a me-
dio plazo? S.—¿No cree que seria interesante revisar el actual status
laboral de la orquesta y cambiar el funcionariado por una
L.C.—A medio plazo, el nuevo auditorio creo que va a forma de contratación más racional, de cara a obtener del
suponer un gran impulso para el trabajo interno del conjun- músico mayor rendimiento mediante controles de calidad tem-
porales para determinar su puesto o, por qué no, su conti-
nuidad dentro de la formación?

L.C—Algo de esto ya existe en la ONE. Supongo que se


habrán percatado que desde hace dos años cambian las ca-
ras en los solistas, el reglamento lo contempla y yo lo he acep-
tado. Así, cuando un señor, por las circunstancias que sean,
ya no funciona, lo lógico es que le deje el paso libre a otro.
Eso está previsto y por lo tanto supone un control de calidad
interno en la orquesta. El que se tenga un derecho adquirido
por ser funcionarios no me parece mal, creo que si se motiva
artística y económicamente a una orquesta se puede obtener
un mejor rendimiento, sin estar todo el tiempo con la espa-
da de Damocles encima. Las cosas no están reñidas las unas
con las otras, la Filarmónica de Berlín está considerada co-
mo una buena orquesta ¡creo yo! y son todos funcionarios
del Estado. ¿Qué las inglesas funcionan de otra manera?, pues
si, pero tan válido es un sistema como otro, lo importante
es que la orquesta funcione ¿no?

5. —Desde luego. Si le parece pasamos ahora a hablar de


to. Por primera vez, en su historia, la ONE va a tener un su carrera. En este momento, se puede afirmar, sin duda, que
sitio donde poder trabajar y estudiar, y eso es una cosa muy atraviesa la mejor etapa de su vida profesional. Cercano co-
importante, porque demuestra un aumento en la considera- mo está a la cincuentena según se dice la edad idónea para
ción social del músico. Esto va a ser posible a un año vista. un director, la madurez— ¿cómo ve su présenle y hacia dón-
El trabajo de consolidación y de completar la plantilla lleva- de le gustaría dirigir su futuro?
rá aún un tiempo. Pero éste es el camino.
L.C—Creo que aún estoy en una etapa de aprendizaje y
S. —¿No cree que la configuración actual de la temporada que justamente cuando cumpla los cincuenta, coincidiendo
de conciertos de la orquesta es poco coherente para conse- con el fin de mi compromiso en Berlín, será el momento en
guir todo esto... ? ¿Va a cambiar sustancialmente el plantea- que empezaré a recoger los frutos de estos 20 últimos años.
miento de la temporada con el paso al nuevo auditorio? ¿Por Estos tres años que me quedan, hasta el 90, estarán dema-
fin se va a tener en cuenta un ciclo de cámara de verdad, y siado cargados de actividad, pero ha sido por una decisión
no como lo que ahora se hace, donde los músicos puedan consciente, ya que a partir de entonces tjuiero dejar un poco
trabajar este repertorio, al igual que se hace en otras orques- el mundo de la ópera durante un [iempo o hacer menos, y
tan de fuera? hacer otras cosas...

32 Scherzo
ENTREVISTA

S. —¿No ha llegado quizás su compromiso con Cincinnal- mente Principal Director Invitado. ¿No va a contar con uno,
ti un poco pronto, creándole una cierta hiperactividad en es- al igual que en la ONE?
tos años?
L.C—Efectivamente no lo hay, pero no lo ha tenido nun-
L.C.—Es posible, pero pensé que cuando dejara Berlín no ca. Ahora yo le he propuesto a la orquesta que rad diesen
quería quedarme solo en España, lo cual tampoco hubiese nombres de con quién les gustaría trabajar en un futuro, por-
sido positivo para nuestra orquesta. Una orquesta de ese ti- que tampoco me parece bueno que pasen tantos y tantos di-
po era la ideal para mi, porque es una orquesta de gran tra- rectores por una orquesta.
dición y además está en una ciudad en la que se puede trabajar
tranquilamente y bien, y donde puedo aportar mi experien- S. — Ya que estamos con el tema de los principales direc-
cia en el repertorio, aunque ésta no sea demasia-
do grande y por tanto tampoco es peligroso para
mi, ya que no estás en la palestra, como si estu-
vieses al frente de una de las grandes de Europa
o América. Por eso me incliné por Cincinnatti,
que además me permitía estar en tres sitios a la
vez, a sabiendas de que estos años no serán nada
fáciles y tengo que administrar también mis ener-
gías. Pero el tiempo pasa volando y a partir del
90 tendré más úempo libre para asimilar lo que
he hecho en estos años.

S.—Desde hace cuatro o cinco años, cuando


dio el gran salto en su carrera, su contacto con
tas grandes orquestas sinfónicas, tanto de Amé-
rica como de Europa, ha sido frecuente, pero
¿dónde se encuentra más a gusto trabajando y
dónde le gustaría definitivamente asentarse?
L.C.—Las condiciones de trabajo son excelen-
tes en América, por eso todos tendemos a ir a tra-
bajar allí y si lo miras desde un punto de vista
cómodo, es mucho mejor trabajar en EE.UU. En
primer lugar, tienes una profesionalidad inmen-
sa en tas orquestas, unas condiciones de trabajo
ideales, precisamente por el método de trabajo
de ellos mismos y por la mentalidad con que se Antonio Moral entrevistando a López Cobos. FOTOS: A. MUÑOZ
han educado. En segundo lugar, la preparación
de la gente es increíble, la disciplina es inmensa y todo eso
lo agradece mucho el director. Por otro lado, creo que la cul- lores invitados, ¿con qué criterio se ha pensado en la susti-
tura está muy enraizada con sus tradiciones y América es muy tución de Valdés por Walter Weller y Víctor Pablo Pérez?
joven todavía en ese aspecto, por lo que no se puede perder
de vista a Europa. Lo ideal es eso, trabajar en ambos lados. L.C—En primer lugar, el caso Walter Weller responde un
Yo no podía trabajar solamente en América. poco a lo que había disponible. Hemos sugerido este puesto
a otros también y al final ha sido Weller el que ha venido.
Entre oíros, estuvimos en contacto con Vaclav Neumann, pe-
S.—¿Cuánto dura su contrato en Cincinnali? ro no tenía tiempo ahora, yo no quería esperar, en fin... Con
respecto a Walter Weller, creo que es positivo que él venga
L.C.—Cuatro años. de un instrumento de cuerda, concretamente de la Filarmó-
nica de Viena, eso es muy positivo para nuestra orquesta y
S.—En relación con su trabajo como responsable artísti- puede hacerle mucho bien. Por otro lado, una Orquesta Na-
co en Cincinnali, ¿qué diferencias fundamentales encuentra cional como es la nuestra y siendo yo director artístico de
con respecto a la Nacional? No nos referimos lógicamente ella, está obligada también a ofrecer posibilidades a directo-
al nivel artístico o respuesta del conjunto, sino a la mecánica res españoles jóvenes que empiezan a salir y que funcionen
diaria, burocracia, etc. bien; por eso estoy muy contento de que Víctor P. Pérez esté
con nosotros, creo que es un joven talento y hay que apoyarle.
L.C.—Mis responsabilidades allí son muy parecidas a las de
aquí, soy responsable artístico de la programación, solamente S.—Volviendo a su relación con Berlín y el mundo de ¡a
que en Cincinnati la colaboración burocrática es perfecta, por- ópera, observamos que, acaso, se encuentra un poco cansa-
que existe un equipo de 25 personas trabajando para la or- do en este campo y que quiere abrir nuevas fronteras. De he-
questa, mientras aquí son 5. Nunca tienes que preocuparte cho, últimamenie ya sólo dirige ópera en Berlín.
si salen los programas o no, de ir y venir constantemente al
Ministerio correspondiente, todo está muy acotado y cada L.C.—Desde que empecé en Berlín sólo he dirigido ópera
uno tiene sus responsabilidades. Por lo demás el trabajo con allí, porque pensé que necesitaba tiempo para la ONE y otras
la orquesta es muy parecido, también se ensaya menos y se orquestas. Por eso desde la temporada 80-81 no he dirigido
dan menos conciertos por programa. Los servicios son los ópera en ningún otro sitio. El teatro quema mucho, porque
mismos que aquí a la semana y estoy el mismo tiempo con exige unas energías mayores que lo meramente sinfónico, no
la orquesta que aquí: diez semanas al año. sólo fisica sino también psicológicamente, porque es una lu-
cha continua con los cantantes, el director de escena, etc.;
S. —En Cincinnatü, si no nos equivocamos, no hay actual- entonces es bastante normal que en un momento de la vida

Scherzo 33
ACTUALIDAD

uno se empiece a cansar de esa lucha. En el mundo sinfónico mejorar mucho aún y además tampoco contamos actualmente
todo es mucho más fácil, no sólo por comodidad, sino por- con una sala de grabación adecuada en Madrid, no obstante
que en la ópera le cansas de hacer siempre lo mismo: tantas esta sala esvé prevista para el nuevo auditorio y de hecho ya
Toscas o tantos Verdis. Es una necesidad de cambio. se ha negociado con la orquesta cómo se grabaría y las con-
diciones económicas para que el proyecto sea viable y se pue-
S.—¿Por qué después de aquellos buenos comienzos — dan hacer coproducciones con las casas di geográficas.
Otello de Rossini, Lucia— no continuó grabando ópera?
S. —¿ Hay en la actualidad alguna casa de discos interesa-
L.C.—Sencillamente, porque al llegar a Berlín lenía que da en esle asunto?
dedicar seis meses al teatro y no me quedaba tiempo para
grabar; tuve que decir no a tres o cuatro proyectos que me L.C.—De momento ese tema no se ha tocado, pero si sa-
surgieron, porque, una de dos, o me quedaba de director ti- bemos en las condiciones que nos gustaría grabar. Hasta aho-
tular en Berlín o me iba a grabar a Londres, y entonces o ra era imposible hacerlo aquí, no sólo por las condiciones
te dedicas a grabar y te coges una orquesta o te dedicas al artísticas de la orquesta, sino porque era mucho más caro
teatro. Además los estudios de grabación siempre me han abu- que hacerlo en Londres; con el auditorio las cosas cambia-
rrido mucho, de ahí que no haya tenido un especial interés. rán radicalmente y estoy seguro que habrá casas de discos
interesadas.
S. —Hemos visto que tiene un pian de grabaciones con Te-
lare y la Orquesta de Cincinnalti. 5. —¿ Qué obras o autores se piensan grabar en principio?,
si es que hay algo concreto en esle sentido.
L.C.—Efectivamente, ya lo hemos iniciado con Falla, y
ésta ha sido la primera vez que me he diver- L.C—Bueno, mi idea es empezar con re-
tido grabando. Ha sido una experiencia muy pertorio español, en especial Falla y Rober-
especial, en ningún momento tuve la sensa- to Gerhard. También me gustaría grabar
ción de que estaba grabando, no veía ni los Goyescas, que no se ha vuelto a llevar al dis-
micrófonos... Mi co desde Argenta, y desde luego, me gusta-
mayor ría mucho poder grabar zarzuela.
S. — Un poco como se hacía antes, con
grandes tomas... ilusión S.—Sí se dieran en nuestro país las con-
diciones mínimas para representar habitual-
L.C—Sí, el disco está grabado de un ti- es mente zarzuela, ¿bajaría usted al foso?
rón, no hay absolutamente ninguna correc- no perder
ción, así, la Vida Breve sólo la grabamos en L.C—Por supuesto, es algo que me en-
una toma. La Jola y el Sombrero nunca cantaría hacer...
igualmente.
la S.—... ¿ Y ópera? ¿Por qué no la ha diri-
S.—¿En algún momento se ha planteado ilusión gido nunca en Madrid?
llevar al disco un ciclo completo Bruckner?
L.C—Si no he dirigido nunca ópera en
L.C—Sí, y para mí la gran sorpresa fue Madrid ha sido porque cuando podía hacer-
que cuando terminé de grabar el disco de Fa- lo —antes de mi compromiso con Berlín—,
lla, el ingeniero de Telare me dijo: «¿Sabe lo que estoy pen- en ese momento, no se daban las condiciones objetivas para
sando?, que me gustaría mucho grabar Bruckner con usted». hacer un buen trabajo en la ópera. A partir del año 81 no
Le respondí que esa era la gran ilusión de mí vida. Espero niego que la hubiese podido hacer, en ciertas condiciones ¡cla-
que esa idea siga adelante y hagamos una integral allí. La ro!. Una de mis grandes ilusiones es precisamente ésta, po-
orquesta tiene una gran tradición alemana y eso es una cosa der hacer ópera aquí, y creo que será posible cuando reabra
muy importante, este año inauguramos la temporada preci- sus puertas el Teatro Real.
samente con la Quinta.
S.~^S¡ se le plantease eventualmente en el futuro la disyun-
S. —Siguiendo con el mundo del disco, del que parece di- tiva ONE - Teatro Real, ¿qué haría?
fícilmente desligable el director de hoy día...
L.C—Yo no mucho, la verdad... L.C—No se planteará nunca, porque como ya les he di-
cho cuando finalice mi compromiso con Berlín en 1990 no
S.—No, hablamos en general, pero además de un ciclo volveré a ser jamás director titular de un teatro de ópera, en
Bruckner, ¿ ha pensado grabar alguna de esas grandes obras cambio si seguiré dirigiendo porque me gusta mucho, por-
románticas smfónico-corales, en ¡a que se encuentra tan a que he nacido y crecido con ella, y he vivido muchos años
gusto: Manfred, Las Sinfonías de Liszt, etc. ? dentro de ese ambiente. Otra cosa es ser director artístico o
titular, es una labor para gente joven que esté dispuesta a
L.C—A mí me gustaría mucho grabar estas obras, pero luchar y dejarse su salud. Cuando termine en Berlín quiero
es una cuestión siempre económica, ya que se necesitan so- tener tiempo, quiero interiorizar más el aspecto espiritual de
listas, coro, etc. la música y llegar a tener la técnica suficiente para olvidar-
me de la técnica. Como les decía antes no me considero ma-
S.—¿Ha pensado en algún momento hacer alguna graba- duro todavía, creo que durante todos estos años he
ción de música española con la Orquesta Nacional? ¿No cree conseguido una buena experiencia técnica y organizativa que
que ya va siendo hora de que se grabe, algo después de me ha ayudado mucho, pero estoy aún en una etapa de apren-
Argenta? dizaje. Pero, sobre todo, quiero tener tiempo para hacer otras
cosas que no tengan nada que ver con la música: la filosofía,
L.C.—Ese es uno de mis proyectos a medio plazo. Si no la literatura, etc. En definitiva, necesito meditar y sintetizar
lo hemos hecho aún, es porque creo que la ONE tiene que todo cuanto he hecho a lo largo de estos últimos 20 años.
Amonio Moral y Agustín Muñoz
34 Sclier/d
DISCOS

omo ya anunciamos en el estudio d¡s- ma holandesa, Samuel Ramey (el Don Gio-
C cográfico sobre Wozzeck (ver n.° 14
de 5CHERZO), Claudio Abbado aca-
ba de grabar para la Deutsche Grammop-
ACTUALIDAD
DISCOGRAFICA
vanni de Karajan) ha registrado un disco de
arias de ópera que van desde Rossini y el bel
canto hasta el verismo de Meftstófele. Otro
hon la ópera de A Iban Berg en coproduc- Primero de Brahms saldrá en breve al mer-
ción con Teletheater de Viena. El reparto cado protagonizado por Alfred Brendel y la
vocal está formado por Franz Grundheber Filarmónica de Berlín dirigida por Claudio
(Wozzeck), Hildegard Behrens (María), Abbado. De nuevo el omnipresente Jimmy
Heinz Zednik (Capitán), Aage Haugland English Baroque Solo i sis y el coro Monteverdi Levine hará su aparición en Philips con la
(Doctor), Walter Raffeinter (Tambor Ma- han grabado Musikalische Exequien de Schülz grabación tomada en directo en Bayreuih del
yor) y Philip Langridge (Andrés). Este es el y vatios moteles del mismo autor. Parsifal wagneriano (quien esto escribe tu-
primer registro de Abbado como Direccor vo la desgracia de verlo en directo y, la ver-
Musical de la Opera de Viena (entre tanto dad, no hay ninguna necesidad de publicar
parece ser que el proyecto de EM1 para lle- este registro cuando la misma Philips tiene
var al estudio de grabación esta ópera con editada en compacto la versión de 1962 con
dirección musical de Carlos Keiber se ha Hans Knappertsbusch y un sonido inigua-
frustrado definitivamente. Una lastima). Se- lado en todas las producciones del Festival.
guimos con el sello amarillo, esta vez con En fin, misterios del marketing...)
Leonard Bernstein, quien ha registrado La
Bohéme en Roma con los Coros y Orques-
ta de Santa Cecilia y un reparto vocal total- Harmonía Mundi y l i ópera rusa
mente americano (¿?) formado por Angelina
Réaux (Mimi), Jerri Hadley (Rodolfo), Bar- armonía Mundi ha comenzado a pu-
bara Daniels (Musetta), Thomas Hampson
(Marcello) y Paul Plishka (Colline). Prosi-
gue el bombardeo James Levine con el ci-
H blicar entre nosotros una serie de ópe-
ras rusas en disco compacto: El
príncipe Igor, Boris Godunov, Pique Dame
clo completo de El Anillo del Nibelungo; la y Kitege., todas ellas en versiones proceden-
orquesta ha sido la del Metropolitan de Nue- tes del Teatro Bolshoi de Moscú y cuyos co-
va York y la primera ópera grabada Die mentarios irán apareciendo progresivamente
Walküre, con voces en las que hay de todo: en las páginas de crítica discográfica de nues-
Hildegard Behrens (Brunilda), James Mo- tra revista. Asimismo, hay que destacar un
rris (Wotan), Kurl Molí (Hunding), Jessye Mahler nuevo ciclo de los Cuartetos de Beethoven
Norman (debut operístico en Deutsche por el Cuarteto Brandis, formado por ins-
Grammophon) encarna a Sieglinde, Gary trumentistas de la Filarmónica de Berlín. Los
discográfica en DG con el Cuarteto la Muer- dos primeros discos conteniendo los Cuar-
Lakes (el Baco átArtadne auj Naxos—ver te y la doncella de Schubert y el Op, 95 de
n." 16 de SCHERZO) es Siegmund y,.final- tetos Op. 18-3, Op. 59-2, Op- 95 y Op. 135
Beethoven. Para Archiv Produktion John serán comentados por Agustín Muñoz en
mente, la veterana Christa Ludwig da vida Eliot Gardiner con los English Baroque So-
a Fricka. Seguimos con el incansable Mr. Le- nuestro próximo número. En la serie Ro-
loist y el coro Monteverdi han grabado Mu- dolphe, distribuida también por Harmonía
vine, quien grabará en Dresde, naturalmente sikatische Exequiem de Schiitz y varios
con la soberbia Staatskapelle, Eugéne One- Mundi, sobresalen un disco de arias de ópera
moletes del mismo autor. tomadas en recitales públicos de María Ca-
guin de Tchaikovsky con Thomas Alien,
Neil Shicoff, Mirella Freni, Anne Sofie von llas acompañada por la Orquesta de la
Olter y Paata Burchuladze. Y para finali- Nuevo ciclo Mahlír R.A.L y Tullio Serafín, y La Traviata gra-
zar este apartado de óperas en Deutsche bada en México el 3 de junio de 1952 con
tro nuevo ciclo Mahler (y van...). Seiji Callas, Di Stefano y Campolonghi [imagi-
Grammophon otra de Puccini, Madama
Bulterfly, que ha sido registrada en Londres
con la Orquesta Phii harmonía a las órdenes
de su director titular Giuseppe Sinopoli. El
O Ozawa con la Sinfónica de Bostón, los
Coros del Festival de Tanglewood y
las intervenciones de Jíiri Te Kanawa y Ma-
namos que estos dos importantes testimo-
nios de María Callas habrán mejorado
sensiblemente de sonido al ser transferidos
ri] yn Horne aparecerán en el mercado dis- a disco compacto). También en esta serie hay
reparto previsto incluye a Miiella Freni, José cográfico internacional este mes de octubre
Carreras, Juan Pons y Teresa Berganza en que apuntar dos nuevas grabaciones en com-
con la Segunda Sinfonía del músico bohe- pacto tomadas de registros históricos: frag-
los principales papeles. mio en un ciclo que comenzó a publicar Phi- mentos orquestales de Wagner por la
lips hace algunos años con la Octava y que, Sinfónica de la N.B.C. y Arturo Toscanini,
al menos en nuestro país, pasó sin pena ni y la versión de Hans Rosbaud de El rapto
gloria. El Cuarteto Guarnen ha firmado un en el serrallo mozartiano con Teresa Stich-
De nuevo Abbado contrato en exclusiva con Philips Classics; Randall y N icol ai Gedda.
uevamente Claudio Abbado, pero en su primera grabación, los Cuartetos Ame-

N esta ocasión en el apartado de músi-


ca sinfónica, quien ha grabado la No-
vena de Mahler con la Orquesta Filarmóni-
ricano de Dvorak y De mi vida de Smeta-
na, serán publicados dentro del mes de
octubre (la obra de S metan a es la primera
vez que aparece en el catálogo Philips). Sem-
EMI va a editar en breve una serie de dis-
cos compactos a precio medio en los que la
figura estrella es Herben von Karajan (es-
ca de Viena en la Konzerthaus de la capital yon Bychkov, de 34 años, ha firmado un peramos que la colección se amplíe con otros
austríaca (deseamos fervientemente que los contrato como director musical de la Or- artistas y repertorios, ya que la firma britá-
resultados mejoren la bonita lectura que nos questa de París; comenzará a ejercer sus fun- nica posee quizá el fondo de catálogo más
ofreció en Madrid el director italiano con la ciones en 1989, sustituyendo a Daniel importante de todas las empresas discográ-
Sinfónica de Londres). Prosigue Bernstein Berenboim quien, a su vez, se hará respon- ficas). Ya en precio normal (o sea, altísimo),
con su segundo ciclo Mahler registrando en sable musical y artístico de la Nueva Opera se van a reeditar (o se han reeditado ya) en
concieno público en el Avery Fisher Hall la Bastille en París. Bychkov, que parece ser compacto el Don Cario de Giulini, Rosen-
Segunda Sinfonía con la Filarmónica de el candidato más firme a la sucesión de Her- kavafier con Sehwarzkopf y Karajan, Arias
Nueva York, los Coros Westminster y las so- ben von Karajan al frente de la Filarmóni- de Concierto de Mozart con Sehwarzkopf
listas Barbara Hendricks y Christa Ludwig. ca de Berlín, ha grabado ya con esta orquesta y Szell, el Don Giovanni de Giulini y un lar-
Procedente también de conciertos en vivo la Quima de Shostakovitch (que será comen- go etcétera. Para fínalirar hay que citar tam-
desde el Avery Fisher Hall, el director nor- tada por José Luís Téllez en nuestro próxi- bién la próxima publicación en Europa de
teamericano comenzará un ciclo Charles Ivés mo número) y el Cascanueces de una serie media de la C.B.S. en modalidad
con la Filarmónica neoyorquina, habiendo Tchaikovsky en versión íntegra. Próxima- láser: se trata de la colección Great Perfor-
registrado ya la Segunda Sinfonía (1902). mente aparecerán nuevas grabaciones del jo- mances en las que sobresalen las lecturas de
También en Nueva York, con la Filarmóni- ven músico ruso al frente de la Orquesta del Pierre Boulez de música francesa (Debussy
ca. Giuseppe Sinopoli ha grabado dos poe- Concertgebouw de Amsterdam (Patética de y Ravel) y, sobre lodo, varias de las inter-
mas sinfónicos de Richard Slrauss: Ateo Tchaikovsky) y de la Filarmónica de Lon- pretaciones antológicas de George S?f ti con
sprach Zarathustra y Todund Verklárung. dres (Escocesa e Italiana de Mendelssohn), su Orquesta de Cleveland.
El Cuarteto Emerson, otra nueva adquisi- todas ellas en Philips. También para la fir-
ción del sello amarillo, hace su presentación
Enrique Pérez Adrián
Scherzo 35
DISCOS

es lo que sugiere la audición de esta versión ope-


BEETHOVEN: Sonatas para piano y violin.
Op. 24. Op. 30 y Op. 96. Isaac Stera. violin.
Eugene blomin, piano. CBS Maslerworks, 12H
DISCOS rística. Sin embargo, en general la música se
escucha con agrado. Hay momentos de una ba-
39681. Dos discos. Grabación digital. nalidad que suscita el rubor junto a otros en
que la inspiración fluye sin desmayo. Aparte
En et conjunto de la obra instrumental beet- de la desenvuelta y vivaz obertura (popular por
hoveniana, las diez sonatas para violín y pia- ejecutarse a menudo en salas de concierto) des-
no suponen, indudablemente, un hito tacaría los siguientes fragmentos: Glitter and
importante en su proceso creador. No obstan- Be Cay. aria de coloralura para la protagonista
te, frente a las escritas pata piano, estas sona- (suficientemente servida por la soprano Erie
tas presentan dos peculiaridades: por un lado, Mills), claramente inspirada en modelos clási-
su inferioridad numérica en relación con aqué- cos y de corrosiva intención satírica; la humo-
llas, y, por otro, su estrecha sucesión cronoló- rística canción de Oíd Lady, / Am Eesily
gica. Con una única excepción —la Sonata Assimilated, de clima español <?), con ritmo
núm. 10, en sol mayor, Op. 96, escrita en de tango y habanera, cuyo texto surrealista uti-
1812—. todas surgieron entre los arios 1797 y liza la rima: «Me muero, me sale una hernia
1803 Dentro del marco de la evolución de su {en castellano), A long way [rom Rovno üu-
música de cámara, las sonatas para violin ocu- ese maravilloso instrumento que es la Orques- bernyaw; la balada de Candide del principio del
pan una especie de posición intermedia. Uni- ta de Filadelfia, considerada por algunos co- segundo acto, de un delicado diseno melódi-
das al piano, representan la primera —y mo la mejor orquesta de los Estados Unidos co; y, sobre todo, el conjunto Whal a Day
posteriormente renovada— controversia con la (donde están la de Boston, la de Chicago, la (Auto-da-Fé), que se inicia en la más genuina
sonoridad del violín. de Los Angeles, la de Cleveland...), la propues- tradición de Broadway para decantarse súbi-
ta de Muti consiste en una inquieta carrera ha- tamente a niveles de sorprendente elaboración.
Los dos discos aquí comentados constituyen cia ta muerte, una muerte evitable porque el Interésame, en cualquier caso, la aparición
el segundo volumen de la serie completa de es- amor y la lucha están planteados como drama, de este registro (por supuesto, técnicamente im-
tas sonatas. Contienen las Sonatas Op. 24, Op. es decir, como enfrentamíento. Y lo fascinan- pecable) en el mercado esparto!.
30núms, I, 2,y3,yOp. 96. La indudable ca- te de este Romeo y Julieta, de su traducción
lidad artística de Isaac Stern se pone de mani- sonora, es ese ímpetu, esa vitalidad, ese virtuo- F. F.
fiesto, una vez más, en la presente inter- sismo de ia exposición dramática como drama
pretación. La pane pianística, por el contra- sin apenas respiro, donde los momentos líri-
rio, es claramente inferior, sin llegar por ello cos que Berlioz coloca como intermedios de la C. BIZET: Juegos de niños-, G. FAUKE: Dolly;
a desmerecer plenamente. No obstante, habría acción son pausas y preparaciones para conti- M. RAVEL: Ma mere L 'oye: Ka lia y Maríelle
sido deseable un dúo de intérpretes más equi- nuar este fascinante itinerario hacia un desas- Labeque. Pianos. Compítelo, Philips
librado. Esta desigualdad violín-piano se acu- tre anunciado, pero evitable, y por ello el dolor 42U.1S9-2. D.D.D. (56:11").
sa, sobre todo, en la ejecución de los movi- no es poético ni trágico, como en Davis, sino
mientos rápidos. No asi tanto en la de los de sorprendente teatralidad de la mejor ley. Este Como buenos descendientes del ro-
lentos, en los que la nivelación entre ambos eje- gran verdiano que es Muti se enfrenta a este manticismo contemplaban a los ni-
cutantes está más conseguida. Berlioz sinfónico y, sin embargo, teatral, con ños como al buen salvaje y evoca-
la perspectiva del foso. Quizá faltaba un Ro- ban a la infancia como a un paraíso ideal lle-
En definitiva, versión no desdeñable, a pe- meo así. Por eso lo podemos colocar junto al
sar de la desigualdad instrumental menciona- no de encantamientos. Qué felices aquellos sa-
de Davis. casi, casi como si fueran dos obras lones de la burguesía imperialista con sus Islas
da, que. en cieno modo, queda compensada distimas. Pueden gustar más las voces de Da-
por la labor interpreta) i va de Isaac Stern. del tesoro, sus historias y sus ilustraciones de
vis {no en el caso de Jessye Norman con Mu- A. Rackbam, que el piano intimista de Schu-
F. G. U. ti), pero no me parece algo demasiado relevante mann o Grieg contrapunteaba con sus arabes-
cuando loque nos entusiasma en ambos casos cos melancólicos.
es la fascinante y, sin embargo, plausible disi-
BERLIOZ: Romeo y Julieta, sinfonía d rama- militud de ambos conceptos. Bizet. Pauré o Ravcl no se quedaron atrás
lies {versión integra)- Jessye Norman, John y cada uno a su manera evocó con ternura su
Aler, Simún t'sles. Coro de Wcslminster. Or- S. M. B. antigua edad, confiando al piano, el gran ins-
questa de Filadclfia: Rkcardo Mull. EMI 27 irumemo, esas miniaturas, para Bizet llenas de
0445 3 (2 LPs). juguetes o juegos, para Ravel con Pulgarcito
y la bella durmiente entre los pentagramas y
BERNSTEIN: Candide. Solistas, coro y or- para Fauré, simplemente, con Do] I y la niña.
Es ésta una de las obras menos grabadas de questa de New York City Opera. Dimitir: John
Berlioz. pero una de las más afortunadas en Mauceri. New World Records N W 340/341-2. Música de salón, música para entretener y
sus interpretaciones discográticas. A las ver- CD. duración: 91' 45". Distribución: Diseobi. disfrutar pero, al mismo tiempo, para demos-
siones de Munch, Colín Davis y Ozawa se une trar que se conocen los recursos del instrumen-
ahora esta magnifica lectura de Muli. to; secretos que las hermanas Labéque
Candide se estrenó en Broadway en demuestran conocer abundantemente porque
Como saben los aficionados, Berlioz siem- diciembre de 1956. Basada en el su línea melódica es irreprochable, aunque su
pre compuso con intenciones de carácter dra- texto de Voltairc (1759) con libro interpretación carezca de teatralidad en Bizet
mático, teatral, desde sus canciones hasta sus de Lilian Hellman, logró solamente 73 repre- o no acierten plenamente con el ambiente su-
obras orquestales. En medio quedan una serie sentaciones, es decir, un claro fracaso si con- gerentc de Ravel, tan lleno de timbres y matices.
de obras que van desde las óperas propiamen- sideramos que la anterior obra de Bernstein
te dichas, destinadas al I cairo, hasta esa serie para el teatro, Wonderfvl Town (con Rosalind Con Fauré es otra cosa, quiza porque se trata
de grandes pie/as que en ocasiones pueden ser Rusel], artífice principal del éxito), alcanzó las de Dolly, una ñifla encantadora como ellas. Tal
teatrahzadas (La condenación de Fausto) y que 559 y la siguiente, West side stary, 734. Un tes- vez el tiempo las haga madurar y sus versio-
siempre tienen un elemento teatral innegable, to demasiado literario y una música poco ade- nes encuentren esa magia indefinible del érase
como sucede con esta llamada "sinfonía dra- cuada al marco teatral en que se presentó son una vez...
mática» de difícil clasificación, o el oratorio las causas de la parca aceptación. En 1973 el Guapas chicas estas Labeque, tocan el pia-
La infancia de Cristo. autor hizo una revisión, ahora con un nuevo no, sí, pero qué lástima que no escuchemos con
AI margen de la antigua versión de Munch libreto de Hugh Wheeler y canciones de Wil- los ojos.
y la excelente de Ozawa, entre nosotros ha si- bur, La Touclie y Sondheim. que, dirigida por A. M, J.
do muy escuchada la de Colin Davis, uno de Harnold Piice, mereció por parte de la critica
los más grandes bcrliozianos posibles. Reco- el calificativo de un «clásico del musical ame-
ricano». BRAHMS: Concierto n.° I en Re menor, Op,
mendaría la escucha de su versión de Romeo 15. Intermezzo Op. 117-1. Intermezzo Op.
y Julieta (Philips) para encontrar un auténtico En 1982, Price y Mauceri presentan la obra 119-3. Sir Ctlifqrd Curzon (plano). Orquesta
placer del contraste en el momento de oír la en la New York City Opera, con sensibles cam- Sinfónica de Londres. Direclnr; George Szdl.
de Muli, Pocas veces asistiremos a propuestas bios, calificándola de «versión de lealro de ópe- Decca (límpido 417.641-2. A1>D. 56'57".
tan diferentes de una misma obra. Davis era ra». Y ésta es la que recoge la presente Grabaciones efrcluad» en la KingsHiay Hall
lírico, de gran altura poética, de una intensi- grabación de la firma diseográfica americana de Londres en mayu de 1962 y en Sofieosaal de
dad matizada y contenida que comunicaba a Ne* World. Viena en octubre del mismo año.
los cantantes (Kern, Tear, Shirley-Quirk) y que
arrancaba a la Sinfónica de Londres en forma Con Candide Bernstein pretende elevar el gé-
de momentos de auténtico éxtasis sonoro, do- nero, creando algo original y superior, que no En 1962 el polémico productor in-
lorosamente en calma, estremecedorameme trá- obtiene hasta un año después con West side glés John Culshaw logró reunir en
gico. Muti es drama, sobre todo drama. Con story. Es por ello Candide un producto de tran- la Kingsway Hall londinense a dos
sición, híbrido, desordenado, por lo menos esto soberbios intérpretes del mundo musical de en-

36 Seherzo
DISCOS

ronces para dar vida a] Primer Concierto de te a Clifford Curzon, quien desbanca incluso Cauteray llamada En esperan!. Ese fue el mo-
Brahms con el apoyo de la siempre efectiva Sin- a Julius Katchen y a Claudio Arrau). tivo que le inspiró esta afligida obra, llena de
fónica de Londres. En principio la elección po- E. P. A. pesadumbre, lo cual no debe extraíamos en un
día ser motivo de escepticismo para más de uno, músico que gustaba de hacer juegos de pala-
ya que, en teoría, la dificultad para aglutinar bras con su apellido, con virtiéndolo en Dolendi
dos temperamentos tan dispares podría pare- B U L L : Musicfor harpsichord. Bob van Aspe- o Dolens (como en la pavana Semper Dowland,
cer insalvable si se tiene en cuenta que uno era rea, c l i v t Ruckcrs i ñ o 1624. Teldcc S. 24*74. semper Dolens, que junto a Funeral de Mr.
pianista de expresividad, escuela y pulsación Compacto. Duración: 55 ' 3 8 " . Umpions y las Lachrimae son las más emocio-
inequívocamente romántica, mucho más apto nantes piezas de la colección). El resto de la
para ser acompañado por un Hans Knappert- El azar y el mercado discográfico música se compone de danzas como la gallar-
sbusch (ahí tenemos el Emperador bcethove- han hecho posible que en esta gra- da y la almand, dedicadas todas a muy diver-
bación podamos escuchar la mú- sos personajes, y que también están teñidas por
sica de un peculiar compositor inglés, el Doc- ia emoción trágica siempre presente en
Brahms tor John Bul I, interpretada por un no menos Dowland.
personal clavecínista, el holandés Bob van As- Jakob Lindberg es un excelente laudista sue-
peren. Desconozco si existe algún otro disco de- co que liene grabados 10 discos en ¡a también
dicado totalmente a Bul), pero desde luego lo sueca compañía BIS. Desde hace tiempo se ha-
merecería. Algunas veces tendemos a conside- lla plenamente integrado en la vida musical lon-
rar que la música de los virginalistas no es de dinense, y se ha convertido en uno de los
demasiada calidad, y lo cieno es que, como en músicos más solicitados de la interpretación
el caso de este compositor, hay colecciones de auténtica. The Dowland Consort es un grupo
piezas de un interés musical más que notable. creado casi específicamente para esta graba-
Todas las obras que componen esta grabación ción: su nivel técnico es bastante alto, pero para
son algo asi como un pequeño mundo cada nuestro gusto presenta una serie de defectos que
una, y de ellas se puede aprender mucho sobre nos impiden recomendar este compacto a nues-
inteligencia compositiva, refinamiento y expre- tros lectores. En primer tugar, la escuela inglesa
sividad, características fundamentales de Bul!. de gambistas no es ni con mucho la más inte-
El repertorio escogido en esla ocasión por Aspe- resante que hay. Sus integrantes suelen tener
ren va desde auténticos crucigramas musicales, un nivel más que aceptable, pero están bastante
puramente cerebrales, a danzas populares, pero lejos del virtuosismo. Se emplean con correc-
[raladas de forma muy estilizada y elaborada. ción, pero a veces también con monotonía. Por
Bob van Asperen es un clavednista muy com- otro lado, la pulsación de Lindberg, sin dejar
pleto, capaz de hacer lecturas más que apre- de ser clara, también es bastante tenue. Su corto
ciables de gran cantidad de repertorio. Nunca volumen es tapado por las violas, y ese es un
ha querido encasillarse ni especializarse en un defecto que la mezcla final de la grabación no
tipo de música demasiado concreto, pero lo ha corregido. Aún así no será ocioso repetir
cierto es que parece que donde mejor se encuen- que, en general, se trata de un disco precioso,
tra es en la música de autores como Frescobal- muy bien interpretado. Pero no lo podemos re-
di o el mismo Bull. Quizá también se trate de comendar sencillamente porque el pasado mes
niano para dar testimonio) que por la batuta que ese tipo de música le pueda ir mejor a sus
precisa, nerviosa, incisiva y enérgica de Geor- de mayo se grabó una versión de la cual tuvi-
características como intérprete, sin que por eso mos el privilegio hace pocas fechas de escuchar
ge Szell quien, a su vez. demostró lo que se pue- vayamos a menospreciarle cuando interpreta
de hacer con esta partitura con un pianista de unos fragmentos. Se trata de la realizada por
cosas como El clave bien temperado, puesto que el laudista español José Miguel Moreno con el
conceptos más afines a los sayos {escúchese su su versión es realmente interesante. Desde lue-
sensacional versión de esta obra acompañan- grupo Hesperion X X . que cuenta con muy va-
go, en el disco dedicado a John Bull alcanza riados alicientes. Uno de ellos es la refrescan-
do a Rudolf Setkin con la Orquesta de Cleve- un nivel altísimo, y realiza unas traducciones
land, recientemente publicada en Europa en te presencia de un músico como Moreno, que
modélicas. A su impecable control técnico ana- en los últimos tiempos está dejando claro quién
Compact Disc). Pero, sorprendentemente, los de una pulsación clara y luminosa y un incon-
resultados funcionaron a la perfección y la lec- es, hoy por hoy, el más completo intérprete de
fundible toque de su elegancia interpretativa. instrumentos como el laúd, la vihuela y la gui-
lura que ahora reedita Decca en sopone com- Pero lo más interesante es que de verdad pare-
pacto está considerada por casi total una- tarra. Por otro lado, el disco vuelve a reunir
ce haberse metido de lleno en la música, con- a dos personalidades apasionantes, como son
nimidad como uno de los hitos interpretativos siguiendo extraer todo lo que de profundo hay
de este condeno, comparable (por supuesto ba- las de Jordi Savall y Christophe Coin. Así pues,
en las obras de Bull. Utiliza un instrumento esperen a que el disco (que editará Astrée) apa-
jo premisas distintas) a binomios tales como construido cuatro aflos antes de la muerte del
Katchen/Monieus (Decca), Gilels/Jochum rezca en noviembre, porque la diferencia me-
compositor, y ciertamente se trata de una elec- rece la pena. Antes de acabar, recordarles que
(DG), el citado Serkin/Szell (CBS) o Baren- ción acertada, puesto que su sonido transpa-
boim/Barbirolli (EM1), por citar sólo a cua- existe otra versión, bastante menos interesan-
rente ayuda a gozar mucho más de la intrincada te que la de Lindberg. entre otras cosas por-
tro de los más representativos. música del Doctor John Bull. Obviamente se que el laúd lo toca Anthony Rooley, solista
trata de una grabación totalmente reco- mediocre donde los haya.
El piano de Curzon es de un lirismo extraor-
mendable.
dinario, haciendo gala además de la hondura,
brillantez y expresividad que le hicieron justa-
mente famoso, no cayendo nunca en la menor J. C. C. A.
licencia o arbitrariedad. Se amolda perfecta- J- C. C. A.
mente a una orquesta en ocasiones acida y LUTOSLAWSKI: Concierto para violoncello.
áspera (final del 2.° movimiento, ce. 70 y si- DOWLAND: Lachñmae, orseaven leares. Tbf Preludios danzados. Concierto para oboe, ar-
guientes), aunque se tiene la impiesión de es- Dowland Consori. I-iúd y dirección: J i k o b pa v orquesta de cámara. Hrinrich Seh¡ff. vio-
tar en presencia de un combate entre ambos Lindberg. BIS CD 315. Compacto. Duración: loncdlo: Heinz llolliger. oboe: Úrsula Hnlliger.
antes que en una obra concertante, produelo arpa: Eduard Brunner, clarinete. Orquesla de
evidente de la dirección de Szell, quien propo- 65 - 3é".
IB Radio de Baviera. Director: Wilold Lulos-
ne una visión decididamente dialéctica, como Hwski. Philips Compacto 4 1 * 817-2 D D D
conflicto entre principios positivos y negativos. John Dowland (1563-1625) ha lle-
La intensidad, no obstante, es menor que la de- gado hasta nosotros como una de
sarrollada por el maestro húngaro en su gra- las figuras más interesantes de la
bación de Cleveland (óiganse, por ejemplo, los historia de la música, no sólo porque fuera el Witold Lutoslawski. que todo el
primeros compases del Maeíloso inicial, has- más grande laudista de su tiempo, sino tam- mundo estará de acuerdo en con-
ta la letra B, cuya fiereza de ataque de la cuer- bién por su increíble maestría para escribir siderar como uno de los tres o
da requerida por Brahms raya casi cr>n lo obras rebosantes de hondura, melancolía y tris- cuatro más grandes compositores vivos, está
imposible de ejecutar). Versión, pues, extraor- teza. V eso es lo que ocurre en su colección dando en los últimos tiempos, como director,
dinaria, soberbiamente grabada y con el alicien- Lachrime or seaven leares Jigured in ¡caven extraordinarias muestras fonográficas de su ar-
te de contar con dos joyas exquisitamente passionalepavans..., editada en 1604, que con- le, en lo que sin duda pasará a ser pronto un
interpretadas por e! pianista británico: dos ¡n- tiene un total de 21 piezas para laúd y cinco legado de inapreciable valor. Junto a esta re-
lermezzi de los Op. 117 y 119. (A propósito, violas de gamba. Las siete primeras son justa- sena encontrará el lector la correspondiente a
esperamos que Decca traslade pronto a com- mente las seaven learesde! título, otras tantas la grabación de su Tercera Sinfonía, una de las
pacto la mejor versión hecha hasta la fecha de pavanas llenas de desconcierto, abatimiento y obras más importantes de todo el arte sonoro
Sonata Op. S de Brahms, debida naiuralmen- congoja, cuyo vínculo es una frase de cuatro d i cinco arlos a esta parte. En el disco que mo-
noias que Dowland tomó de una chanson de tiva este comentario encontramos el ya clásico

Scherzo 37
DISCOS

Concierto para violoncillo, cuya influencia ha manera regular a raíz del estreno de los Tres mucho menos a una escuela o tendencia, aun-
sido decisiva sobre todas las obras concertan- Poemas de Henri Michaux. Y a partir de en- que juntos sean síntoma de un fenómeno muy
tes escritas para el instrumento desde comien- tonces se ha dedicado exclusivamente a hacer- de nuestros días— se mueve en el ámbito tan
zos de los setenta. Los Preludios (1955) nos lo con sus obras. Esta esperialización directorial peligroso como insoslayable de la cultura de
retrotraen al ya olvidado Lutoslawski nacio- en si mismo ha dado unos resultados magnífi- masas. Son los directores que están protago-
nalista, en lamo que el Doble concierto para cos que se pueden comprobar en conciertos y nizando la difusión masiva de la gran música
oboe y arpa (1980) replantea la relación con- en discos como este. Entre las dos grabacio- orquesta], por mucho que ésta se sitúe en ci-
certante con una mirada musicalmente de gran nes no hay gran diferencia interpretativa, am- fras muy por debajo de la música comercial,
madurez y humanamente un tanto cáustica. bas magnificas. La primera se siente más - ligera, pop y todo eso. Y ese fenómeno no siem-
El Concierto pora violoncelto cuenta con una vigorosa y juvenil; esta segunda mantiene una pre permite mantener el tipo, esto es, la digni-
discografía poco usual en una obra contempo- interpretación más ciara, serena y reposada. dad, pero en virtud de ese lanzamiento es
ránea. La presente versión, tomada directamen- Dietrich Fischer Dieskau en Les Espaces du posible que propuestas complejas y exigentes
te de un concierto, se uní a la de Rostropovitch sommiel (que a estas alturas está por encima como la de esta Tercera de Mahler nos lleguen
con la Orquesta de París y también dirección de todo) asume también estas diferencias y su no como descubrimiento de un compositor {ya
del autor, y la de Perényi con la Sinfónica de musicalidad destaca impregnada de madurez. multi presen te en el mundo del disco), sino co-
Budapest dirigida poi Gyórgy Lene). Schiff, De la Orquesta Filarmónica de Berlín hay que mo relectura enriquecida que tiene como refe-
con algunos problemas en su agudo, no iguala decir que toca tan bien como siempre. En cuan- rencia contrastante otras Terceras que se
a Rostropovitch y queda a similar nivel con res- to a las obras ver la anterior referencia suponen conocidas en soporte fonográfico o es-
pecto a Perényi. Lutoslawski en los dos casos (SCHERZO, n.° 10). cuchadas en vivo.
supera poi mucho la conducción de Lehel. Tan-
to en este disto como en el anterior con la Or- Magnifica edición discográfica que contie- Segunda cuestión: El cido Mahler de Maazel-
questa de París, el autor efectúa magnificas ne unos comentarios sobre el autor, las obras Viena culmina ya. Lamentablemente, si no se
lecturas de su obra, aunque parece haber mo- > el poema de Roben Desnos en cuatro idio- encuentra acuerdo con respecto a la Octava,
derado ahora el enfoque trágico de antes. La mas. El nuestro no. por supuesto. grabada ya, el ciclo va a quedar truncado irre-
confrontación solista de vio I oncello-orquesta T. a. misiblemente. No es mucho decir que se trata
de solistas que viene a darse en esta obra en de una serie desigual, ya que todos los ciclos
muchas ocasiones está aguí magníficamente re- lo son. Incluso en el gran clásico de Kubeült
suelta gracias a la excelente contribución de la es posible lamentar puntos bajos {Cuarta, Sexta
Orquesta de la Radio de Baviera, en general al inicio...), y desde luego en otros de los gran-
por encima de la Orquesta de París. El Doble des (Haitink, Bernstein, Abbado, Sol ti), de ex-
Concierto cuenta con dos estupendos solistas. celente nivel general, aunque algunos han
En especial, Heinz Holüger extrae de su ins- repetido suerte en cictos posteriores totales o
trumento sonoridades bellísimas y a veces inau- parciales. Es grande el resultado artístico de ba-
ditas. Lutostawski dirige esta composición con tutas tan dispares como las de Vaclav Neumann
un cierto talante irónico y desde luego con mu- y Klaus Tennstedt. Este último ha tenido más
cha incisivtdad. Los Preludios danzados son fortuna que Maazel y no ha encontrado impe-
vistos también con una ironía que no deja de dimentos para culminar su ciclo precisamente
ser melancólica y sobre [odo lúdica. El solista con una Oclava. No olvidemos, sin embargo,
de clarinete, Eduard Brunner, sirve muy bien la polémica sobre el Mahler de Tennstedt, des-
a estos propósitos. calificado por algunos, entre los que no me
cuento, aunque aclaro que no lo conozco en
su totalidad. Tampoco conozco todo el ciclo
E. M. M. Maazel. pero sospecho que esla Tercera pue-
de servir de ejemplo de sus características: pa-
rece un Mahler más clásico que romántico, más
LUTOSLAWSKI: Sinfonía n.°3. Les Espaces analítico que globalizador, más elegante que
du sommetl. Diílrkh Ffscher-Dieskaii, bírito- dramático, pero en el que no se renuncia del
nu. Orquesta Filarmónica de Berlín. Director: todo a los opuestos. Maazel ha prestado aten-
Wiltold Lutoslawski. Philips. 416387-1. Digi- ción a la obtención de ciertas sonoridades, no
tal, fmporuciún. nuevas, pero sí descuidadas antes (ver las liber-
tades de determinados puntos del primer mo-
vimiento de esta Tercera), sumidas hasta el
Es norma] que la industria discográfica nos momento en concepciones más globalizadoras.
sature el mercado publicando simultáneamen- Se le da la vuelta a determinados elementos
te discos que contienen las mismas obras del constitutivos mahlerianos: el famoso misterio
gran repertorio clásico (el melómano, en estos Lutoslawski. es planteado, desde luego, pero se le defrauda
casos, suele relegar la obra a un segundo pla- voluntariamente, se le despoja de toda hybris,
no y cree que sólo existen intérpretes que 10- MAHLER: Tercera Sinfonía en re menor. Ag- se matiza la angustia, se renuncia al pathos, se
can de diferente manera), pero es un hecho nnBaltsi. Ntftos Cantor» O> Viena. Coro Fe- descree del terror, A veces creemos eslar ante
realmente anormal que esto suceda con obras menino del honzerlvereinigung, Witner un Mahler wagneriano (¿sorprendente en Maa-
de un compositor vivo. Y ¿por qué esta anor- Slaatsopo-nchnr. Filarmónica de Viena: Loria zel?), pero en seguida hay una matización vie-
malidad? En este caso para cualquiera que si- Maazel. CBS 1IM 42178 (I LPs). nesa, no la Viena expresionista, sino la Viena
ga medianamente la música actual le resultará más bien mozartiana, y lo revelador aqui es
en vez de anormal casi lógico. Y es que Wil- comprobar que esta Viena elegante y lemida
told Lutoslawski se ha convertido en los últi- Lo mejor sera dar nuestra opinión desde el
principio: nos encontramos ante una excelen- —no banal ni despreocupada— es otra dimen-
mos diez años en uno de los compositores sión plausible en un compositor que no tiene
aceptados del público considerado normal, de te Tercera de Mahler. Ya veremos esto. Lamen-
tamos sólo algo muy común: el corte del primer que verse marcado necesariamenie por el pat-
las programaciones de las orquestas normales, hos y las aristas para expresar una autentica
y sus discos se venden bien. Muchos normales movimiento en dos caras, inconveniente que no
se da en disco compacto. Ahora situemos un angustia, digamos, existencial.
pensarán que por fin el compositor se ha dado
cuerna de la verdad y ha dado un giro volvien- par de cuestiones.
do a la música hecha como Dios manda, pero Primera cuestión: Lorin Maazel es uno de
nada más lejos de la realidad. Esto es debido esos directores divos actuales que a menudo son Valga todo lo dicho para el ciclo <o la parte
al triunfo de una postura de sinceridad artísti- encarnizadamente discutidos, a los que a ve- que de él conozco) y para esla Tercera en par-
ca mantenida por uno de los más grandes com- ces se les niega carácter de auténtico artista. Se- ticular. Resulta, pues, que nos encontramos en
positores actuales y cuya producción se com- ria una de esas batutas de gran talla que en las antipodas de Horenstein, pero que en altu-
pone, casi en su totalidad, de obras maestras, ocasiones nos defrauda, tamo en vivo como en ra artística merece estar junto a ella y otras ver-
como las que contiene este disco. registro, pero ante la que confieso una habi- siones inolvidables, como las de Kubelik,
tual fascinación, un entusiasmo que me com- Tennstedt. la de Sol ti en CD o la antigua de
La otra grabación (ver SCHERZO n.° 10) pensa con creces de los momentos decepcio- Adler. Pero hay que insistir en lo especial de
se debe a la Orquesta Filarmónica de Los An- nantes. Junio a Maazel, en este grupo, esta- la propuesta de Maazel. El difuminado drama-
geles dirigida por Esa Pekka Salonen, y aun- rían Mehta, Tennsted!, Muti y otros, nombres tismo desprovisto de énfasis del primer movi-
que se autodefine como primera grabación de brillantes directores cuyo sólo enunciado nos miento y las sutilezas del minuetto y el scherzo
mundial, prácticamente coincidió en su graba- recuerda qué lejos estamos del ideal sonoro que preparan con lógica imprevisible, pero innega-
ción y publicación con esta segunda, que nos hoy sólo representa un superviviente, Celibi- ble al llegar a esa altura, uno de los más líri-
ha llegado con considerable retraso. dache. La propuesta sonora de esos maestros cos cuartos tiempos de la historia fonográfica
— no reducible a un común denominador, ni mahleriana, donde Agnes Baltsa canta el tex-
Wiltold Lutoslawski comenzó a dirigir de una

38 Scherzo
DISCOS

[o de Nietzsche con sobrecogedora y tensa len- Conciertos mozartianos, sino también los inol- La iglesia de Jesucristo de Berlín
titud, acompañada de un clima orquestal que vidables registros de Grumiaux con la Haskil fue en octubre de 1971 escenario
trasciende lo misterioso marcado por Mahleí de las Sonatas para violin y piano del salz- de una grabación que iba a ser con-
para construir la culminación espiritual de la burgues. siderada histórica a los pocos meses de su apa-
lectura de Maazel. El breve fragmento del Wun- A. M. J. rición. Von Karajan era el epicentro, como
derhorn (quinto movimiento) no está despro- siempre, el galvanizador de la operación cui-
visto de la alegría acaso posterior al tránsito dadosamente planificada por Decca para la
que propone esta pane (de forma semejante al MOZART: Quinteto en mi bemol mayor k-452, consecución del éxito. No se ahorraron medios
final de la Cuarta), pero queda matizada por BEETHOVEN: Quinteto en mi bemol mayor y la cosa funcionó, como había funcionado,
una serenidad que hace lo celestial un ámbito Op. 16. Alfred Brendel, piano; Heinz HolHgcr, por ejemplo, sólo un arlo antes con Boris Co-
de mágica sensualidad, de serena poesía, que oboe; Eduird Brunner, clarinete; Hermano dunov o, trece más atrás, como Aída. Se dan
supondría una interpretación, trascendente, si, Biumana, trampa; Klaus Thnncman, f»go1. cita las mejores y, he aquí lo importante (y no
peto sobrt lodo humana {no sabemos si '«de- PhlHps420 l « - l . cumpliendo en otras aventuras discográficas del
masiado humana»). Tras la culminación cen- director austríaco), las más adecuadas voces del
tral del cuarlo movimiento y el coro angelical, Pocos discos pueden ofrecer laníos atracti- momento para servir a los personajes tan be-
el amplio sexto tiempo es en Maazel un epílo- vos como este; coherencia en su programación, lla y románticamente creados por Puccini en
go, como tantos oíros, quién sabe si a la ma- obras importantes pero no demasiado atendi- esta dulcemente verista (si así pudiera hablar-
nera del tránsito del Virgilio de Btoch, pero en das por la fonografía, intérpretes de altísima se) aproximación al mundo bohemio del París
cualquier caso con una propuesta sonora que calidad, magnífico sonido. Dos obras de cáma- de Murger. Tanto Mirella Fteni como Lucia-
busca su parentesco en el sublime clima de Par- ra —género siempre recibido con agrado— de no Pavarotti —y quizá sean todavía hoy, cuan-
sifaly en la serenidad lírica de los Cuatro últi- finales del XV!]] centra la temática del regis- do ya talluditus siguen sus carreras— los más
mos Lieder, mundos en los que parece que tro. Pertenecen ambas a las contadísimas que propíos Mimí y Rodolfo. Ella, con esa voz mi-
Maazel ha decidido instalar su Mahler sin por suman el piano al cuarteto de viento. La pro- lagrosa, fresca, timbrada, igual, cristalina, y
ello renunciar al Mahler de siempre, que asi se ximidad de las partituras de Mozart y Beetho- con esa tan exquisita y natural maneta de de-
sitúa, desnudo de rayos y truenos, en una cum- ven es muy grande, tanto que la página de cir, encarna perfectamente a la joven y tuber-
bre de dignidad donde el drama se ha conver- madurez del salzburgués es el modelo seguido culosa francesila, mostrándonos su ternura, sus
tido en tragedia insoslayable y libremente muy de cerca por el músico de Bonn. Esta afir- anhelos, sus temores. El, en plenitud su fácil,
asumida, mucho ames y mucho más sutilmen- mación puede comprobarse en varios rasgos co- cálido, potente y extenso instrumento, nos ofre-
te que en la Sexta. Ya lo decíamos, y valga co- munes; idéntica tonalidad, similar distribución ce una imagen creíble e intensamente lírica del
mo resumen: una excelente y a ratos fascinante y carácter de los movimientos, parecida ma- poeta, a la que presta además un arte de canto
Terrera, pero en una propuesta que es justo lo nera de relacionarse el teclado con los vientos, si no depurado si honrado y, en lo técnico, bas-
contrario de aquella genial crispación de Ho- aunque Beethoven va sin duda más lejos a la tante canónico. Los dos brindaron en mayo de
hoia de otorgar un papel protagonista al piano. 1970, en la misma época, una jornada glorio-
sa del Teatro de la Zarzuela de Madrid. Esa
renslein
- S. M. B. Existieron ya anteriormente discos con el vibración y poderío del famoso Do de pecho
mismo programa que el que se comenta. Tam- del raconto de Rodolfo y ese patético sollozo
poco faltaban valiosas versiones aisladas de las en la voz de Mimí (Donde lleta usd) nos lle-
MOZART: Conciertos para viotín y orquesta obras, como la de Demus y solistas de la Fi- gan vividamente y nos ponen los pelos de pun-
números I, K. 20?; 2, K. 211 y 4, K. 218. Art- larmónica de Berlín del Op, 16 beelhoveniano. ta. Karajan, con coros y orquesta de lujo a sus
hur Grumiaux (violfn). Oruuesla Sinfónica de Pues bien, la grabación actual hace olvidar todo órdenes, controla perfectamente todas estas
Londres, Director: S¡r Colin l>avis. Phlllps lo anterior y se coloca con mucho como op- emociones, cuidando cada acento al máximo,
Compacta 416.632-2. ADD. 60'36". ción de absoluta referencia para ambas pági- recreándose ampliamente en el fraseo, cargando
nas. Las interpretaciones rebosan dominio del la suene tanto en lo delicado como en lo rudo
No podía ser menos. Su padre fue estilo, elegancia y lirismo. Los soberbios ins- y encontrando el equilibrio, a veces (cosa no
un virtuoso del víotin, habiéndo- trumentistas aquí reunidos ofrecen toda una rara en él) milagrosamente, entre ambos po-
nos legado un importante tratado lección de cómo hacer música de cámara sin los. Una espléndida e inspirada dirección, en
det instrumento; no podía negar sus orígenes. dívismos. Es difícil resaltar algo dentro de su suma, con todo lo que de sinfónico, de vocal
Por eso a los 19 anos, en 1775, siendo concer- gran labor de conjunto. Brendel, desde luego, y de teatral tiene la partitura pucciana. Kara-
tino de la orquesta del arzobispo Colloredo, está a una altura inigualable, pero también las jan sabe ser viril y, sin dejar de recrear las va-
compuso una colección de cinco conciertos para intervenciones de Holliger y Batimann son porosidades y el refinamiento inherentes a la
su lucimiento. Son los felices anos de los Di- ejemplares. pluma del músico italiano, moldea una convin-
vertimentos y Serenatas cuya orquestación llena cente puesta en sonidos de la lírica, romántica
de inventiva incluye, en algunos casos, bellísi- E. M. M. y triste historia. Su segura mano domina por
mos solos de violin. Ese será el punto de parti- otro lado los conjuntos. Los timbres de la Fi-
da de la colección al que la fantasía de Mozan larmónica de Berlín centellean en sus manos de
irá dando una mayor envergadura y profundi- manera muy elocuente.
dad de sentimientos hasta lograr esas sumas que
son los tres últimos Conciertos.
Hace ahora aproximadamente veinticinco El equipo de secundarios es de altura: Ro-
anos, el recientemente fallecido Arthur Gru- lando Panerai, siempre eficiente en cualquier
miaux grababa para Philips la serie completa cometido, hace un Marcello humano, muy jus-
de los Conciertas para violin de Mozart, inter- to de expresión y correcto de voz. Elisabeth
pretación que desde entonces es un hilo y una Harwood. de timbre no precisamente agrada-
auténtica revelación de cómo ejecutar estas ble, compone, no obstante, una Musetta bien
obras sin caer en el pathos romántico de otros vista y cantada, aunque algo falta de chispa.
violinistas. La gran aportación de Grumiaux Nicolai Ghiaurov, en momento vocal aún ex-
era que tocaba a Mozarl con el más puro esli- celente, es un Colline de superlujo, y Gianni
lo clásico, poniendo en juego toda su musica- Maf feo cumple con creces, lo mismo que el ha-
lidad al servicio de unas composiciones que en bilidoso Michel Sénéchal (Benoit y Alcindoro)
origen parecían Divenimenlos (ÍC. 207 y K. 211) y el resto del reparto, como Schaunard.
y poco a poco anuncian el estilo concertante De las Bohimes modernas, sin duda la me-
más elaborado de obias como el concierto jor a distancia, con un sonido en esta actuali-
Jeunhomme. Sin lugar a dudas el secieto de la zación en compacto ahora importada en verdad
interpretación del belga está en el fraseo tan excelente. De Las antiguas —anteriores a 1960—
espontáneo del que hace gala y la efusivídad continúa figurando en lugar de honor la diri-
de su bellísimo sonido, que hace natural lo que gida por Beecham, más lírico y delicado, más
aparentemente es difícil. El acompañamiento intimo, pero igualmente inspirado, que Kara-
brindado por Sir Colin Davis y la Sinfónica lon- jan, que cuenta con un repano también envi-
dinense, lleno de ligereza, claridad y transpa- Puccini diable encabezado por una sensible y exquisita
rencia, da el punto justo a unas versiones en Mimí de Victoria de los Angeles y un varonil,
las que el genio de Mozart resplandece en to- PUCCINI: La bohéme. Frent, Pavirottf. Har- bien impostado y magníficamente cantado
da su belleza. wood, Paiwrai, Mmffeo, Ghiauros, Sénéehal... —sólo un poco ajeno a la médula romántica—
Coro de Niños de Shuneherfi, toro de la Ope- Rodolfo de Jussí Bjoerling (EMI).
Un bien aprovechado compacto deja al sa- ra Alemana de Berlín. Orquesta filarmónica
tisfecho oyente a la espera de que Philips pu- de Berlín. Diretior; Herbrrt mn Karajan. Ytrt-
blique pronto no sólo el reslo de la serie de ca 421 049-2. Álbum de dos discos trompado*. A.R.

Scherzo 39
DISCOS

Orqaesta y Coros del Teatro Comunale de Bi>-


Ramea u lonia. Dlreclor: Rknrdo Chaitlt, Decca 2LP
con los dos. Por lo demás, espléndida graba- 417525-1.
ción (y sin toses, pese a ser en vivo) y sólo un
pero: había espacio para otra obra, lo que me- Esta grabación es el soporte sonoro al film
joraría el aprovechamiento de esle compacto. de Claude D'Anna, rodado en el verano de
En resumen, no dudo en recomendar con el má- 1986, y presentado fuera de concurso en el úl-
ximo entusiasmo este disco por música, intér- timo Festival de Cannes. Realizado con esca-
pretes y grabación. Pese a ello, si pueden, sos medios económicos y equivalente imagi-
háganse también con Les boréades completa nación artística, donde ni siquiera existe una
y la versión ampliada del Dardanus. Son dis- mínima atención a la dirección de actores, el
frutes complementarios. resultado es la peor adaptación cinematográ-
R. O. B- fica, hasta la fecha, de un titulo operístico. De
momento, sobre la película no añadiré más de-
talles. Si se estrena en España (es probable, aun-
que no cante Domingo) la revista dedicará la
oportuna reseña. Solamente se ha de indicar
que para los interesados que Verrett y Nucri
dan rostro y figura a los personajes que can-
tan, mientras que Macduff y Banquo son in-
terpretados por actores profesionales.
La edición se presenta en dos discos. Ello no
supone una amputación de parte de la ópera.
Se omite el ballet del acto III que Verdi escri-
TCHAIKOWSKY: El Cascanueces. Orquesta bió para el estreno parisino. Y también, como
Phitarmonií. Director: Michd Tibon Thnmas. es habitual, se prescinde de los tres fragmen-
2 Lps. CBS 12 M. 42173. Üigflal. tos que el mismo Verdi suprimió en ocasión del
J. P. RAMEAU: Les boréades y Dardanus, sui- citado estreno (que, recordemos, se incluyen co-
1 es para orquesta (1764 > 1739. respeclivimen- mo apéndice de la versión Muti para Emi):
le). Orquesta del Sí^lo XVIII. Director: Krans Cascanueces es una de esas obras en las que Triofai securo alflne de Lady Macbeth en el ac-
Brüggen. Compact Disc. Philips 420 240-2PH el genio de Tchaikowsky, libre de sus angus- to II. el Gran Ftnale del acto III y el aria del
(DDD, 57'38" minutos). Grabación en direcCu. tias e hipocondrías, brilla con todo su encan- protagonista moribundo Mal per me (que tam-
to. La mejor vena melódica del músico alcanza bién Warren registró con Lelnsdorf).
Uno se alegra profundamente de toda su potencia para a través del cuento de
ver que, aunque sólo sea de ve; en E. T, A. Hoffmann recrear el mundo de la in- Al frente del equipo del Teatro de Bolonia,
cuando, los grandes sellos disco- fancia, donde fantasía y realidad se funden en del que es su director musical, Chailly da una lec-
gráficos'se marcan alguna grabación que no es el sueño navideño de Clara, su protagonista. tura clara y dinámica, directa y potente, con
la nonagésima versión de la Quinta de Beelho- Articulado en dos actos, Cascanueces sirvió una atmósfera particular que le confiere la so-
vcn. Asi que, de momento, ya tenemos un mo- para que Tchaikowsky mostrase, además, sus noridad que consigue de los instrumentos de
tivo para recibir con gusto este compacto de mejores dotes de orquestador, en especial en viento, que el director robustece posiblemente
Rameau, aunque las obras no sean absoluta no- lo que se refiere a la utilización de timbres y por tratarse de la sección más rica de la orques-
vedad. En efecto, Les boréades ha sido graba- sonoridades casi impresionistas en toda la pane ta. Cuida especialmente los momentos corales
da —la ópera íntegra— por John Eliot ambientada en el reino de las hadas, que sin y de conjunto; cuando Interviene el solista, sin
Gardiner y los English Baroque Soloisls lugar a dudas ofrece al oyente uno de los gran- embargo, se limita a acompañarlo. No alcan-
(ERATO), y este director tiene también regis- des momentos de la orquesta post román tica. za la minuciosidad de Abbado, ni la violencia
trada la suite de Dardanus (asimismo ERATO). de Muti, pero sí obtiene mayor concentración
La impresión que se tiene al escuchar la in- que Sinopoli, por referimos a las versiones dis-
Esta última ofrece no obstante diferencias no- terpretación que nos ocupa es la del placer que cográficas de la ópera más inmediatas a la pre-
tables con la versión que interpreta Brüggen en siente su Director Michael Tilson Tilomas al sente (la de Gardelii de 1986 ofrece menor
el disco objeto de esla critica, dado que la del dirigir esta música, que sabe recrear jugando interés). En general, la concepción de Chailly
británico se compone de 31 movimientos (un con la narración dándole un punto de teatrali- tiene mucho de premioso, de empuje hacia ade-
disco entero), mientras la del holandés sólo dad casi cinematográfica, aunque a veces la ex- lante de la acción, sin duda impuesto por el rit-
comprende 9 (ignoro las razones de esla dife- cesiva brillantez del americano haga que se mo cinematográfico a que está destinada la
rencia, ya que en ninguno de los dos discos se resista la emotividad del discurso musical. versión.
justifica).
La presentación de la Philarmonia londinen-
Respecto a la música no puedo ser impar- se: dúctil, poderosa, brillante, redondea el pla- Shirley Vcrretl compite con la Verrett que
cial, ya que soy un incondicional del gran com- cer de disfrutar de una música hecha para grabó el mismo personaje hace doce años. Su
positor francés. Dardanus, compuesta bástanle cautivar a los auditorios. Lady Macbeth de sutil y sinuosa cruel'1 ad, fría-
arlos antes que Les boréades, es, si se quiere, En los últimos años han proliferado los Cas- mente cerebral, conserva hoy idéntico perfil,
más primitiva; como muy bien afirma Mar y canueces, es justicia reconocer que CBS ofre- pero la voz no responde como amarlo. El tim-
Cyr en sus excelentes —pero breves y, por su- ce uno de los mejor grabados e interpretados, bre velado, el extremo agudo muy apretado no
puesto, en inglés— notas, se encuentra mis cer- aunque no me resisto a olvidar aquellos frag- impiden, sin embargo, que su interpretación re-
cana a Lully. Aunque la riqueza de ideas mentos que hizo Stokowsky con Filadelfia. lle- sulte válida todavía. Y puede aún sorprender-
compositivas c instrumentales es mayor en Les nos de encanto y colorido, y que duermen en nos con un valiente Re bemol fiídi \oceal final
boréadet, (véase la forma más libre de la ober- el subconsciente de todos los que peinan canas, de la escena del sonambulismo. En cualquier
tura de ésta, asi como d inusual protagonis- y por supuesto la magistral versión a la rusa caso, es el elemento más destacado del reparto.
mo de los instrumentos de viento, en especial del insustituible Rozhdestvensky. Leo Nucci utiliza un juego dinámico que se
de los clarinetes), ambas son músicas deliciosas. A. M. J. desarrolla en dos planos, sin matices interme-
En lo que a la versión atañe, la cosa es difí- dios;/orle, donde su voz sana y sonora trans-
cil. Si me veo en el aprieto de tener que elegir mite cierta autoridad, y piano, con tendencia
creo que Briiggen aliña mas. Su orquesta se en- al murmullo más que al canto. Su personaje
cuentra en un momento espléndido y los lem- empalidece demasiado ante una Verrett que.
pi escogidos son más adecuados (la obertura aun disminuida, sigue siendo una artista.
de Dardanus en manos de Gardiner está algo Samuel Rema y canta el dúo con Macbeth y
lejos de! Lent et majestius). Por añadidura, el aria Come dal cid precipua con su habitual
Brüggen emplea una afinación más grave nobleza de estilo, pero imaginemos a Banquo
(La = 392 H;., que parece era la habitual en- con un timbre más sombrío.
tonces) que se antoja más apropiada, sobre to- Los registros completos de Macbeth han cui-
do para evitar que los instrumentos de viento dado siempre particularmente el personaje de
(especialmente clarinetes) resulten algo chillo- Macduff. Es por ello que Veriano Lucheui pier-
nes por moverse ton frecuencia en la región más da en la comparación con anteriores intérpre-
aguda. No obstante, ambos realizan lecturas tes de voces mejor doladas, aunque su labor
magnificas, por lo que, teniendo en cuenta que es totalmente satisfactoria.
tocan muchas cosas distintas y la eventual re- VKRD1: Macbeth, Opera com pitia ciin Sil ir-
petición es sólo parcial, lo mejor es... hacerse ley Verretl, Leo Nucci, Verla no Luchttti, Sa-
muel Ramry, Antonio Barasordi y oíros. F. F.

40 Scherzo
DISCOS

una nueva medalla en el haber de ese gran mú- la Segunda Romanza, asépticamente acompa-

RECITALES sico y mejor persona que es José Luis An-


sorena.
X. M. C.
ñada porOzawa y la Sin fónica de Boston, cie-
rra este segundo álbum que esperantos
continuará C.B.S. con sucesivas entregas de los
grandes conciertos román ticos .
ISAAC STERN: Los grandes Conciertos pira A. M. J.
violto. Volaratp 1.°: La era del Barroco. VI-
AITA DONOSTTA, JUESUS GURIDI. Coral VALDI: Las cualro Estaciones. BACH: Con-
Andn Mari de Renlrria. Director: José Luis ciertos para vtolin BWV. 1041, 1042. 104} y
Ansomw, rJesbil-LLlíAR. ELK-146. Donos- 1060. Isaac Stern y Pinchas Zukerman (violl-
tla. 198*. nes). Jenisslem MUMC Ctnire Chamner Orches-
Ira. Orquesta Sinfónica de Londres. Orquesta
El caso de la Coral Andra Mari de Rentería de Cantara de Si. Pao! y Orquesta Filarmóni-
es admirable. Desde su fundación en 1966. ya ca de Nueva York. Directores: Isaac Slern y
dirigida por José Luis Ansorena, se planteó la Ltonird Bernstein. CBS, albam de I LPi. M2
creación de un festival en torno a la música vas- 42228.
ca, el Musikaste, y como ello requería un re- Volumen 2.°: La era clásica. MOZART: Con- CARMINA BURANA (N.° 37, 22, 3, 52, 14.
pertorio por aquel entonces escaso y disperso, deno para violín n, ° 5, K. 219. Sinfonía con- 16, 63, 12, 119, 71, 211, 90, 203 y 179). C « -
fundó el Archivo de Composilores Vascos, certante para violto y viola, K. 364. (Pinchas heríne Boíl, Tessa Bonner. Salí y Dunkley, so-
Etesbil. Veinte anos después el Musikasle es lu- Zukerman, viola). BEETHOVEN: Concierto pranos; Andrew Klng. lenor; Míe ha ti Grorge,
gar de reunión de interpretes, composilores, para violín, Op. 61 y Romanza para violin n. ° Alian Pirkes. barítono; Simún Grant, bajo.
musicólogos y críticos, logrando en 1987 la re- 2, Op. 50. Isaac Slern (vtolfn). Orqurala Sin- New Londnn Consort. Director Philip Picketl.
posición de Cernika de Luigi Nono sobre tex- fónica Columbla. Director: George Si til. Or- L'OiMau-Lyre 417 373-1.
tos de Paul Eluard. Eresbil es ya un archivo questa de Cámara Inglesa. Director: Daniel
público que contiene mas de 16.000 partituras Barenboim. Orquesta Filarmónica de Mueva El Codex Buranus representa la más fuerte
de más de un millar de compositores, recibe in- York. Director: Daniel Barenboim. Director: oposición a una idea de la Edad Media como
vestigadores y mantiene correspondencia con Stljl Ozawa. CBS, álbum dr 2 LPs. M2 42231. un continuo cerrado, pacato y piadoso. Su con-
centros semejantes en el resto de España. Su servación misma —fue hallada la colección en
enlomo ha hecho posible la creación de una Benediktbeuren. cerca de Munich, en 1803—
revista, los Cuadernos de Sección. Música, de Oistrakh, Menuhin, Grumiaux, Szeryng, Hu-
bermann, etc., están indisolublemente unidos dice mucho en favor de la amplitud de miras
periodicidad anual, ele. de los monjes de la primera mitad del siglo
a una manera de hacer música con el instru-
En 1986 su actividad estuvo un tanto cen- mento más difícil de todos: el violín. En la nó- XIII, y naturalmente de sus sucesores. Se ha
trada en el 1 Centenario del nacimiento de Je- mina de intérpretes que se pueden barajar querido interpretar la aparición de estos can-
sús Gurídi y el P Donostia, de ello da siempre habrá que incluir a Isaac Slern, el mú- ros como un descanso eras una intensa activi-
testimonio este disco en el cual nada es gratui- sico ruso-norteamericano cuyo arte se ha pa- dad espiritual ortodoxa. Pero no son pocas las
to en la selección de las obras. Dos números seado por el mundo a lo largo de casi medio piezas de la serie que cuestionan las formas o
de La vie pro/onde de Saint Franjáis d'Assise siglo, no sólo como solista, sino también co- el sentido último de la religión oficial. Se llega
(1926) de Donostia, en [educción para coro y mo sobresaliente intérprete de música de cáma- por este camino a la irreverencia y la pura ex-
órgano son ejemplificantes del esfuerzo desco- ra. Si sus concienos con Beecham, Bernstein presión blasfematoria. El tono general en los
munal que este disco significó para una coral o Szell resultaron inolvidables, no menos ins- Carmina Burana es el de la sátira, que no deja
de aficionados. Si la reducción de orquesta a piradas fueron sus intervenciones cameristicas de estar présenle sea cual sea la temática tra-
órgano empalidece el complejo trabajo de Do- al lado de Casáis, Schneidcr, Rose o istomin tada: moral, amorosa, de juego, de bebedores.
nostia. aun así sirve para llamar la atención so- y los que una abundante discografia da tes- En los más de 200 poemas con música que cons-
bre lo que este amor estaba haciendo en 1926 timonio. tituyen este impar monumento en la historia de
y sobre la actualidad de su lenguaje, frecuen- la música se nos ha conservado el documento
temente olvidada por los investigadores del pe- Formado en la escuela romántica, su versa- más explícito de la lírica medieval en latín.
ríodo, incluso por quienes lo hacen con el tilidad y eclecticismo le han llevado a cultivar
entusiasmo de Emilio Casares. Otro aspecto de un repertorio que va desde Vivaldi a Banók con Dada la notación que los manuscritos brin-
Donostia, el sentido del humor, se renueva en una rara musicalidad y uno de los sonidos más dan, que sólo hace referencia a! movimiento
la bella Evocación sevillana (1945), en la cual bellos, aunque hoy se le puedan contestar sus ascendente o descendente de la melodía, toda
el motete Adoramos Te se entremezcla con ono- acercamientos a la música dd barroco. En cual- interpretación moderna de los Carmina Bura-
malopeyas de los ruidos de las procesiones de quier caso, su entusiasmo y, sobre todo, su for- na es necesariamente una aproximación de las
Jueves Santo en Sevilla. Por mi parte me atre- ma de hacer música nunca dejarán indiferente muchas posibles. Así ocurre con esta grabación
vo a reprochar a Ansorena que no hubiera op- al oyente. de Picketi —primer volumen de una serie—,
tado por la grabación del escalofriante Poema Abordar una semblanza discográfica de un que se distingue notablemente de otras lleva-
de la Pasión, quizá la obra cumbre del coral i s- artista de carreta tan dilatada como Stern siem- das al disco —Clemencic y Binkley— en los
mo de Donostia y una de las cumbres del co- pre será una empresa ardua y comprometida. tempi, instrumentaciones y registros vocales pa-
ral ismo ibíríco de nuestro siglo —incluyendo Del volumen La era del Barroco, dedicado a ra cada canción. Sin perjuicio de matizar lo que
las aportaciones de Lopes-Graca y Pires—. Por Bach y Vivaldi, destacan las versiones del pri- aquí se exponga cuando la edición de Picketl
otra pane, reivindico el Venerabais Barba Ca- mero. Sus Concierros para violi'n, aunque abor- esté completa se pueden adelantar ya algunas
puchinarum como algo mas que una humora- dados con óptica decimonónica, brillan por su apreciaciones extraídas de la audición de este
da afonunada. el uso de las onomatopeyas y musicalidad y fuerza expresiva. Las archico- primer disco. Su versión al frente del New Lon-
el equilibrio general de la pieza exigen un aná- nocidas Cuatro Estaciones vivaldianas, conce- don Consort es irreprochable técnicamente y
lisis exhaustivo. bidas en plan vírtuosistíco, naufragan ante la [odas las soluciones que propone al espinoso
mediocridad de la Orquesta de Cámara de Je- problema de la parquedad de las fuentes po-
rusalén y ante el escaso sentido descriptivo y seen lógica y coherencia musical. Ahora bien,
Poco favorece a Gurídi la compama de Do- teatral dado a los conciertos. Del volumen de- como tantas veces les pasa a los grupos ingle-
nostia en el disco. Guridi nunca poseyó ni el dicado a la Era clásica sobresale excepcional- ses, Pickett se queda muy corto en cuanto a des-
refinamiento ni la intuición ni siquiera el do- mente el Quinto concierto mozartiano en el que plegar la imaginación, animar de calor estos
minio de lenguaje musical que tuvo el capuchi- la Sinfónica Coluntbia y Szell acompañan a un textos y estas músicas en verdad apasionados
no. Su Tlun ku rrun (1935), a pesar de su sano inspirado Stern con la meisividad y austeridad y lo que es más grave, acertar con la irania,
humorismo, es incapaz de llegar más allá de tan características de) maestro húngaro, con la mordacidad corrosiva que como arma arro-
lo epidérmico y la belleza de Txem queda en- unos modos de hacer bástame alejados del cla- jada a su propio tiempo pusieron en grado su-
marcada por una armonización escolástica. In- sicismo. El tándem Sten/Zukerman funciona mo los autores de los Carmina. Los intérpretes
cluso en la mejor pieza, el Madrigal (1956), en la intimista Sinfonía concertante, pero la di- de este disco cantan y tocan espléndidamente,
obra de evidente madurez, no camina por los rección un tanto aburrida y pesante de Baren- pero tienden a ser fríos y monótonos, los can-
vericuetos por donde discurre su úllima obra boim malogra la belleza de la obra y desluce tantes en la versión de Clemencic quizá se mues-
orgarustica. Sin osar negar el magisterio, evi- el juego de los solistas. Arrolladura la versión tran técnicamente inferiores, mas saben dar una
dente, de Guridi, sigo creyendo que lo que de del Condeno de Beethoven, pero nuevamente vida extraordinaria a lo que hacen, desde el de-
granítico tiene su música lo liga tan severamente la dirección de Barenboim es un fiasco, ya que clamado al desgarro gutural. De las tres reali-
a su momento y lugar que hace de él un testi- si bien obtiene momentos muy hermosos de la zaciones citadas de los Carmina Burana que
monio brillante pero poco más. Filarmónica neoyorquina, en general su tosca conoce el disco la más singular es desde luego
dirección carece de una visión de conjunto de la dirigida a su grupo por Rene Clemencia, aun
La versión es de extraordinaria dignidad, qui- con sus arbitrariedades ocasionales, peroacet-
zá más cuidada en Donostia, autor aparente- toda la composición. Una efusiva versión de
mente de mayor dificultad. La producción es

Scherzo 41
T I TEATR<
III
KEAI IBERDUERO

OROUESTAYCORO
NACIONALES
DE ESPAÑA
TEMPORADA i987/i988

1 2. 3. 4 Octubre 19S7

Orquesta del Capitole de


Toulouse
Abono Libre
3 16. 17. 18 Octubre 19S7

Director; Rafael Frühbeck de Burgos


Solista: Rndoír BnchUndcr, piuw
Abono B

Director: Michel Plasson Btfthovtn Concierto para piano y orquesta núm. 5, en Mi


SotaU: Gabriel Tace ti ¡no, piano bemol nayor. Op. 73 "Emperador".
Straviuiky La consagración de la Primavera.
Dtbussy Preludio B la fiesta de un fauno

2
Grieg Concierto para piano y orquesta en La menor Op. 1
Chauaaon Sinfonia en Sí bemol mayor. Op. 20

9. K3, Ü Octubre L987 Abono A


4 Director
Sol isa
23. 24. 25 Octubre 1987

Wolter Weller
Abono A

Primer prnnio Concurso de piano ' 'Paloma


O ' S h í i " (1987)
Grzegorz Nowak Toldri "Vistas al mar" (versión orquestal)
Director1 CrísUna Ortfz. plano itctcrminar Concierto para piano y orquesta
Soli«a Struat Asi hablaba Zarathustra Op. 30
BerUoi Carnaval romano, obertura
RachmanlnofT Concierta pata piano y orquesta raim 1. en Fa
sostenido menor. Op. I
B a m * Concierto para orquesta

5 Solistas
30. 31. I Oct /Nov. 1987

Coro Nacional de España


Director; Luis A. García Navarro
Walitr Klien. piano
Abono Libre

María OrAn, soprano


Brigítte Balleys. menosoprano
Werntr Hollmtt, Irnor
Muias Hoellt. bajo

Monn Contieno para piano y urquesta núm. 20 en Re


menor. K. 466
Mmart Réquiem. K. 626

Este avance de programas es susceptible de modiñcación

Localidades disponibles en taquilla todos los Domingos

MINISTERIO DE CULTURA
• 1 1LAIRO I.RLPO

REAL KNMuSA

X CICLO DE
CAMARAY
POLIFONÍA
TEMPORADA 1987-88

1 29 de septiembre, martes
Coro Nacional de España
Abono D 4 20 de octubre, martes
Clemencic Consort
Abono D

Orquesta Sinfónica de Tenerife Dirección: Rene Clemencic


Dirección: Carmen Helena Téllez Recital de obras del Barroco vienes
Solistas: A determinar
Athalia. oratorio en ires actos de G. F. Haendel
5 27 de octubre, martes Abono D

2 6 de octubre, martes

Orquesta Municipal de Valencia


Abono C
C u a r t e t o d e c u e r d a (Víctor Martín, Domingo Tomás,

Quinteto, de César Franck


tmilio Maleu, Pedro Corosiola)
Con oíros solistas a determinar (piano y violin)

Dirección: Manuel Galduf Concierto, de Erncsl Chausson


So!LS[a: Enedina Lloris
Martin y Soler: El árbol de Diana (selección)
Félix Mendelssohn: El sueño de una noche de verano (ver-
sión escénica) 6 28 de octubre, miércoles
Conjunto de Instrumentos de Viento
Abono C

3 13 de octubre, martes
Coro Nacional de España
Abono C
Director: Luis Aguirre Colón
Solista: A determinar
Siravinski: Octeto de viento
Siravinski: Concierto para piano y vienlo
Dirección: Carmen Helena Téllez Weill: Die Kleine Dreigrowhenmusik
Solista* A determinar
L i e d e r a b e n d : Nuevas canciones de amor, valses, de
Brahmv
Canciones eslovacas, de Bartók. y otras
obras

7 3 de noviembre, martes
Colorado Slring Quartet
Abono D

Havdn: Cuarteto de cuerda. Op. 20, núm. fi


Charles Kov Cuarteto núm. 2
Dvoíák: Cuarteto de cuerda. Op. 105

Este avance de programas es susceptible de modiricación

Localidades disponibles en taquilla

MINISTERIO DE CULTURA
DISCOS

[ando de pleno por la intención bronca y cho- [Addio Florida bella, HMC 1084). Estos dos ca, y también se incluye un cuadro con las re-
carrera. En Binkley hay más sutilezas y un conjuntos aportan una visión algo más encen- gistraciones exactas utilizadas para cada obra,
trabado general donde domina el melos. Píe- dida que los británicos, y siempre con muy bue- lo cual debe ser motivo de alborozo sobre to-
kelt se halla por supuesto más cerca de éste que na técnica. do para los aficionados muy interesados en ta
de aquél, si bien de nuevo a inferior nivel que Junto a las voces encontraremos que tam- música organística, porque les ayudará a me-
el logrado por el alemán. El rico mundo de so- bién suena un arpa doble del renacimiento, ta- jor paladear esta recomendabilísima grabación.
noridades creado por Binkley rebasa también ñida por Andrew Lawrence-King, que tiene una J. C. C A.
las que puede ofrecer el New London Consort. putsaciún algo deficiente y un sonido un tanto
E. M. M. sucio, algo notorio en las piezas que realiza en
solitario. Por ¡o demás, insistir en que se trata
de un producto bastante aprecia ble.
J. C. C. A.

ÓRGANO DE TORREDEMBARKA: (Obras


dr Cabezón, Carreira, Coma, Cabanllle*, Sei-
xas j Soler). Josep María Mas I Bcntl, órga-
no de Torredcmbarra. Motclte M 1036.

Resulta increíble que un disco tan magnífi-


ITALIA N MADR1GALS: (Obras dr l.assus, co como el que nos ocupa haya tardado prác- THREE, FOUR & TWENTY LUTES: (Obras
Negri, Mtrenno, Arcadeit, dr Monle, Gasloldi, ticamente siete años en ser distribuido en de Teta, Pacoloni, de Ron, Lassus, Píccini-
Caima, Gesualdo, Mainerio, Wrrt, Vecchi y nuestro país, cuando en él confluyen una serie ni, Johnson, Wealrant y Valle))- Jtkob Und-
Monlcverdi). The Amaryllis Consort (G. Fin- de factores de calidad que debieran haber po- bírg. Nigd Norlh, Roben Meunier y Paul
hff y J. Smilb, sopranos; Ch. BrttI, eonlrete- sibilitado su llegada mucho antes. En primer O'Delte, l*údes, acompañados por 16 laudis-
ñor; I. Partridgr, linar; S. Robcrts y M. lugar podemos referirnos a la editora, una dis- tas y ocho cao lacles más. Dirección: J. Und-
George, bajos; A. Lawrence-Klng, arpa). Di- cográfica alemana llamada Moteffe, consagra- berg. Compacto BIS CD 341. DuracMn:
rección: Charles Breti. Compacto PCD 822. da a la música de órgano y al canto gregoriano. 52'M".
Duración: 58'03". Hace ya tiempo empezó la serie a la que perte-
nece el disco: Instrumentos históricos en inter- Apresurémonos a decir que la idea
The Amaryllis Consort es un nue- pretaciones auténticas, colección ahora de este disco es excelente, y desde
vo conjunto británico creado al disponible en España gradas a Harmonía Mun- luego que su realización técnica
amparo de ese conocido contra- di Ibérica y que es de altísimo interés, puesto también. Básicamente se ha tratado de dar una
tenor que es Charles Bren, que ha reunido a que en ella encontraremos una variedad de re- idea de las posibilidades de interpretación del
una serie de excelentes solistas vocales con el pertorios, instrumentos e intérpretes fuera de laúd no como insirumento solista, sino com-
objeto de presentar, en conciertos o en discos, lo común, y siempre sabiendo que los criterios binado con otros formando conjuntos, tal y co-
un repertorio tan amplio como permita su ele- de selección son extremadamente rigurosos. El mo sugieren bastantes fuentes documentales y
vada técnica y su profesional]dad sin limites. órgano escogido para esla grabación, el de To- de la época. Se realiza entonces un bellísimo
Asi no debe extrañarnos que canten maravillo- rredembarra (Tarragona) fue construido en recorrido por la literatura para conjunto de laú-
samente todos los temas que recoge esle com- 1705 por los hermanos Guilla siguiendo el gusto des, empezando con una cantona de Teízi y
pacto. Pero hay un problema: el sistema de de aquellos tiempos en Cataluña y Baleares, es- terminando con el Passemezo anlico de Gio-
trabajo inglés dista mucho de ser el ideal. Re- to es, de disposición sobria y noble, como di- vanni Pacoloni- En medio, muchas otras fan-
sulta que quizá sea Inglaterra el país del mun- ce Grenzing, el maestro organero que lo tasías y danzas para tres y cu airo laúdes.
do (ionde peor está cotizada la música antigua restauró entre 1975 y 1979 (Grenzing es, sin du- También se recoge una pieza que está interpre-
(los caches que se cobran son absolutamente da, el organero que mejor conoce los antiguos tando con un total de veinte laúdes, mando-
simbólicos), y a la vez donde más concienos instrumentos ibéricos). La parte técnica del dis- ras, bandoras, guitarras y teorbas: se trata de
se dan, por le que a la hora de preparar los dis- co está confiada al ingeniero de sonido (y ex- las Three Masque Dances de Johnson, bailes
cos y las actuaciones han de economizar al má- celente músico) Pere Casulleras, sin duda de máscaras en los que lomaban parte muchos
ximo los ensayos. Naturalmente que para que también uno de los profesionales más capaci- instrumentistas de laúd (no vamos a entrar en
los resultados sean de muy alto nivel, como de lados, especialmente en música antigua. Por si el número solía rondar exactamente los veinte
hedió ocurre, se necesitan músicos que lean a fin llegamos al intérprete del disco, el catalán o no) y que aquí se ha pretendido reconstruir
primera vista como nadie, y que tengan una léc- Josep María Mas i Bonet (Centelles. 1944), un en su espíritu original. Para ello Lindberg se
nica extremadamente depurada, con lo cual se más que reputado conocedor del repertorio ibé- ha valido de sus más destacados alumnos en
pueda ahorrar tiempo y dinero. Pero claro, a rico, y que para muchos aficionados podría el Royal College of Music de Londres, además
veces eso no es suficiente. Por ejemplo, cuan- constituir una auténtica sorpresa. Acostumbra- de los otros solistas arriba mencionados. Por
do se quiere ofrecer versiones excelentes de al- dos como estamos a ser recelosos de los músi- Tin encontramos cuatro canciones y madriga-
gunos madrigales italianos no sólo muy bien cos españoles, no podemos ignorar que nos les interpretadas por un sensacional conjunto
cantadas, sino también expresadas con calor, encontramos ante un intérprete sensacional, ex- de voces (Van Evera, Covey-Crump, Wistreich,
emoción y sentimiento. Los ingleses, entre ellos quisitamente expresivo, y con un concepto de Nichols. King, Elliolt...» y también laúdes ta-
el mismo Charles Brett, son conscientes deque la interpretación perfectamente acorde con los ñidos según la forma en que se solían acom-
pueden resultar algo fríos (sobre todo en dis- tiempos que corren. No son aquellas versiones pañar los madrigales, es decir, elaborando los
co), y parece, hoy por hoy. casi su única limi- absolutamente palizas que nos proporcionaban acompañamientos haciéndolos derivar precisa-
tación. The Amaryliis Cansón ofrece algunos organistas (¡y pianistas, vaya usted a mente de las voces bajas de tales madrigales.
momentos realmente buenos en muchas de las saber!) hasta hace muy poco. Mas i Bonet reúne Como es de esperar por los intérpretes esco-
piezas de nuestra grabación, sobre todo cuan- una serie de cualidades que le colocan en un gidos, los niveles técnicos de interpretación son
do cantan madrigales de carácter más vivo, y puesto relevante entre los intérpretes de to- muy altos, y los solistas se emplean con evi-
bajo ningún concepto desecharemos los logros do el mundo: comprensión perfecta del reper- dente virtuosismo. Todos ellos, y especialmente
de este disco, que además tiene la virtud de pre- torio, nivel técnico altísimo, empleo inteligente Lindberg y O'Dette, son grandes conocedores
sentar un repenorio muy variado y bello, pe- de las registraciones, imaginación... El reper- del repertorio y del instrumento, y realizan su
ro sí podríamos ofrecer alguna que otra torio escogido para esla grabación es precio- labor de forma precisa y sensible. Obviamen-
alternativa a sus lectores. Por ejemplo, las de so, con obras de compositores españoles y por- te, este registro supera el que hace anos hicie-
The Consort of Musicke, otro conjunto inglés tugueses, en las cuales el organista da buena ra Konrad Ragossnig para la casa Archiv,
que dirige Anthony Rooley. y que ha grabado prueba de las posibilidades del instrumento de también interpretando música para 2, 3 y 4 laú-
desde cosas muy buenas a otras aburridísimas. Torredembarra, y de las suyas propias como des. Ni Ragossnig ni sus acompañantes toca-
Entre las primeras está el Quinto libro dei ma- estupendo intérprete de música ibérica. Afor- ban con técnica laudistica (más bien
drigali de Geiualdo (LSO 410I2S), o el Quar- tunadamente, el tándem Casulleras-Mas i Bo- guitarristica, y metiendo uñas a todo pasto) ni
toy Quinto libro... de Monteverdi (LSO 414148 net ha grabado más discos, y en un futuro tampoco tenían un sonido bonito, cosa que aquí
y 410291 (, además de los Madrigal! erolici próximo estaremos en condiciones de poder sí encontraremos. Como también la parte vo-
(D5DL 703), todo ello en L-Oiseau-Lyrc. De- presentarlos en estas mismas páginas. cal está hecha con gusto, técnica e incluso ma-
jando de lado i los grupos ingleses, existen muy yor calor del habitual en los cantantes ingleses,
buenas grabaciones del Collegium Vocale Koln, igualmente nosotros recomendamos entusiás-
sobre todo Los más bellas madrigales (CBS Para terminar, aclarar que en la carpeta del ticamente este compacto.
79333), o del Concertó Vocale de Rene Jacobs disco se da suficiente información de las carac-
terísticas y disposición del órgano; además hay
un comentario del propio Mas sobre la músi- J. C- C. A.

44 Sther/o
ESTUDIO D1SCOGRAFICO

KV626 W. A. MOZART

Tres versiones con criterios de época del Réquiem de Mozart


\rjapio
S in necesidad de acudir a la manida
leyenda decimonónica que isjito
tiempo lia rodeado al Réquiem de
Mozart, se puede identificar esta partitura
como una de las de su autor qáe más pro-
le leórico suprime dos movimientos com-
pletos, Stinclus y Benedicius, reelabora la
orquestación — teniendo ¿n cuenta
rasgos de otras piezas de Mozarü cerca-
nas dn e¡ tiempo a ésta— y dispone un fi-
cuenta Malgoirccon los mejore* medJQs
q
su versión. El torces decídiduncñj'
; instrumentistas de La Gran-
de Ecum et l a Chambre du Roy, aunque
de nivel más que aceptable, se muestran
blemas interpretativos plan!*. Al igual nal diferente, us\ Amen fugado, para el mucho menos refinados que los de la Acá-
gue toda obra incompleta acabada tuego Lacrymosa. El juicio que merezca la en demy y coriinferior capacidad comuni-
por dtüK/itb mano de la inicial, el Réquiem todo caso interesante propuesta de Maun- cativa qiie los del Concentus Musicus.
sigue provocando una interminable der se ha de suspender en espera de una Los cuartetos solistas son de muy alta
polémica— nacida ya entre el discípulo discusión musicológica en piofundidad de calidad en los registros de Harnoncourt
y la viuda del compositor —sobre la in- sus postulados. y Hogwood. Junto al inglés actúa un con-
tervención de Siismayr y el grado de fia- junto de gran solidez como tal. En el Of-
biljdad que se ha de otorgar asu trabajo, La versión de Hogwood está presidida
¿os análisis han permitido averiguar, con por una claridad sin igual. El contrapunto fertorium dan los cantantes una buena
un nivel aceptable de certidumbre, la sale muy beneficiado de ello. También se muestra de su tarea en grupo. Se debe
autoría de cada número de la página. Se perciben con más nitidez ciertas interven- añadir a esto la dignidad en el Tuba Mi-
cree, asi, que Sancius, Benedictas \ 1.e- ciones instrumentales, como las encomen- rum de David Thomas, la delicadeza de
¡¡«f jPei.son por entero de Süssmayi. I.a dadas a los corni di bassetlo. casi siempre todas las intervenciones de Emma Kírkby
cuestión más conflíctiva se centra, como oscurecidas en otras lecturas. El mundo y la expresiva intencionalidad de Anthony
es lógico, en los pasajes legados de ma- timbrico de este Réquiem es de gran ri- RolfeJohnson en las suyas. Un lírico Kurt
nera incompleta por Mozart. El discípu- queza, superior incluso a Harnoncouri en Equiüz es lo más destacado de un muy
lo tuvo aquí que enfrentarsáfrlmposi- este punto y a mucha distancia del gris homogéneo conjunto vocal en la graba-
diories'Árüy diversas1 en su cometido, dfesde Malgoiffi. La cuerda de la Academy of ción de Harnoncourt. Los cantantes en
la necesidad de dar forma coherente a Ancient Music se mueve a un nivel sen- el correspondiente disco de Malgoire no
simples esbozos (Lacrymosa) a la tarea de sacional, deslumbrante en el Dies ¡rae. pasan de lo mediocre, siendo un punto ne-
Orquestador (Sequentia, Offenoriifm). Gran actuación del coro, cuyas voces se gativo más en esta poco lograda interpre-
Ha sido precisamente este último aspec- hallan mejor separadas que en las otfós tación. Lamentable él contratenor
to de su participación el que rfás tinta ha dos versiones. El coro con el que cuenta Dominique Visse, de discutible inclusión,
hecho correr en su contra. No faltan ex- Malgoire. además, es de apreciable me- y planos tenor y bajo. Algo mejor, con
paitoj Qjwe «pstwnca que Süsimayr apli- nor calidad. La direccióa de Christopher deficiencias, la soprano Colette Alliot-
có la orquestación densa y sombría del HogwoW es decidida, vigorosa, no exen- Lugaz, que saca adelante su parte sin
comienzo a todo e! Réquiem derivándo- ta de contención clásica (Inlroilust, siem- grandes logros estéticos.
se de lo que hubiera hecho el propio Mo- pre brillante, mas no superficial.
zart. Tesis dotada de cierto, poder de En resumen, entre ¡a no muy amplía
uigestión, pero que es difícil, sí no im- Harnconcourt tiene una idea más com- oferta de versiones del Réquiem de Mo-
posible, acompañar de pruebas tingibles pacta y dramática del Réquiem. Su Ínter- zart, según los medios materiales y el es-
en su favor. Historiadores y biógrafos se pretaciÓB se resiente un tanto en Ja tilo del dieciocho, la versión de Hogwood
afanan por conocer la intensidad del con- concepción de conjunto.'No están ausen- se aiza como primera opción, pese a al-
tacto entre Mozart y Sussmayr en los Úl- tes los aciertos plenos, como en el elo- gún esporádico decaimíenio en los lentos.
am& seis meses de vida del primero a fin cuente contraste entre el reposado Harnoncourt realiza una interpretación
de medir la fidelidad mozartiana del se- Recordare y el terrible Confutatis quejn sincera, honda, pero desigual. Malgoire,
gundo. Con todo, sólo una cosa acaba sigue, o toda la planificación del Offer- por fin, queda muy lejos de ambos coi}
iiendo segura: los problemas suscitados torium. Pero también son notorios los de- una lectura fracasada en su mayor parte.
p&fl&fftequiem no tienen una solución fectos: acentuación obsesiva en los tempi
única y definitiva. El interprétese mue- rápidos, lo desmedido dd Sancius y el ex-
ve dentro de la provisionalidad del tra- traño y desmayado final. Buena labor de!
coro y absolutamente extraordinaria la Referencias:
bajo rnusicológico de base, pero en esos
¡fmrté'i puede acceder a la coherencia y a del Concentus Musicus, rindiendo al má-
ximo d^aas -machas posibilidades. — Mozart: Réquiem. Rachel Vakar, Os-
la fuerza de convicción necesarias, trum Weákel, Kurt Equitaz, Roben HíH,
Coro de la Opera del Estado de Vlena.
Concenlus Musicus de Viena. Director:
La reciente publicación discográfica de Malgoire, el peor parado Nikolaus Harnoncourl. Teldec 6.42756
la versión de Jean-Claude Malgoire per- A2 (1982).
mite realizar un primer balance de la in- La interpretación cuya aparición mo- Mozari: Réquiem. Emma Kirkby, Ca-
terpretación! de esta obra desde le ó(U¿ca tiva este^omentario, la firmada por Jean- roljn Walkinson, Anthony R«IFe*
de'lá' réüovatión estilística por medio de Claude Malgoire, es la que peor parada Junasen, David Ihomis. (oro de Niños
criterios de adecuación histórica. Nos ser- sale de la contras!ación. El director fran- de la Catedral de Weslminsler. Cora y
vimos para la comparación 4e dos gra- cés parece carecer de una concepción de- Orquesta de la Academ) of Ancient Mu.
baciones no muy alejadas en d tiempo de finida de la obra. Su elección de unos sic. Director: Chrislopher Hogwood.
^ anies eilad^. las debidas a NikoUus lempi mi^y fipidos causa .muchos me- L'Ois««u-L>re. Compacto 411712-2
Háfriotlcoun'y Christopher Hogwood. no mentos de confusión, ¿h especial en Ájjrw <19M*. ¿ J V' ?* ;
entrando a considerar la más antigua del •£CottfúÍa<is, íécctAff ésta últiííia donde
Collegium Aureum. Las discrepancias co- Muiarl: Réquiem. Sonatas de Iglesia
la acentuación tampoco posee lógica. K-278. K-3J6. K-329. Coletle Alliol-
mienzan de inmediato ya en la versión uti- Malgoire tiene un par de momentos bue-
Iiza/J«.dela partitura. Hoguoodes el que nos en el Sandia yen el Agnus Dei. pero Dominique Visse, Martyn Hill,
va mas lejos, en tanto Malgoire es más í^fl muchas sin carencias: no da con el Reinharl. OcHIe BaiUeux. Coro
tradicional y Harnoncourt se Siiúa en un tpno de misterio del inicia, los pasajes que Regional Nord-Pas-de Calais. La Gran-
término medio al escoger la ¡rStrumenta- deberían ser enérgicos carecen de fuerza de Kcurieei La Cliamhre du Roy. Direc-
mterrta y hasia lleak a perder totalmente . tor: Jeat-Claude Malgoire. CBS IM
üzación de Iranz Beyer (I9"?l). El díree-_ «273(1
lor ingles propone un Réquiem jjuy # ¿?*^-i.~y **» —.— y - - , ^....^. •.,, ^. •—^.^__
(Jiitinto del habitual y para eMo parte dé y OffeVtoriunYy en fa fuga conclusiva quc&~~
tas Conclusiones de Richard Maunder. Es- paza,»;^ uj) (ftiéril virtuosismo. Tampoco Enrique Martínez Miara
Scherzo 45
IV Temporada novembre 87 - juny 88
Barcelona Palau de la Música
Catalana

iber: Pamera
[

Drqur^lrH Krlhiirmonira do \ r lenn


1 OrqucHira Símfónk-a dr Menlmil
Charlen Dmuif. di redor
Sirau«- Huriók. \Iu«*pr^"liWRj;Uf|
11 2¿ Muvr
Claudio Abbudu, direeior
Bl-.-lllllll'M

2 '•i liciveinbrr Orqutwlra Simfnnrra de Monírral


CharJr* Duloif, tfirrrtor
Marr And re llampíin. piano
12 " Tujiri Trio di Milano
lhi\<ln. hjiuri'. RmliMiH

Bí-rlhtZr R. Mirrray Hhafrr. Rai-limamiim. H man;


13 OrqueHlra IVIuzarleum de SHlzburfE
Hanrt Craf. director
Coral Saní Jordi
Oriol Martiirell. d i ríelo r
3 \ ili'li-riiiniKi Virlúría dHs An^rU, soprano
\liria dr Lilrrorha, piano
MMI,,,».,
llaviln

:M unir.; OrqueHlra Nariunal de la L'KSS

4 Hn\nl Philharnicinir OrJ'hi-him


PHHIII Bcríihnui. dirrrlor
14 Kvpiení Svedanuv. director
Ji-uil Brrnuril l'iimiirírr, pinrn»
MtPiUsn^ Jil»r. Hcr'lli.iirii Sihclfn-,
lll abril !V1.' JHACI l ' i r r t . piunn
15 MiiH^eyn Scrrnrt, pinno

5 'i ÍII-NTHIIHV Na uní íprubf rl. píaim


SlllllIhTl. IÍ*'fllm\CII. |i]|i'hllll4IM1l'^
\l.i/arl. S-IIIIIMTI

•2" ¡il.nl Juliun Brean), guilarra

6 1 i JI-M-IIIIID- ITic Chambor i Irrhr^lra »f Kuntpc


UHLKJÍLI Ahhmlo. liirx'rlur
16
Bnthm^ MJUÍIM. Nlnilji-n ') nuil- Cameral a d r B r m n
17
7 IJl fj.-n.-r Vladimir Spivakin. \in\i
l.iMinifl Rlok. fiídirn
ltci-|||iiMnl>. Brjihm-
The Academv of \ii.-ienl Mii^ie
18 2:1 K
(ihrMLopher II.IEKIHHI. direrlor

8 'Ndlalis hulmán. vmliimTl


Klihii VirMiludzo. pímiu
V iliip-iiiiirmr
I ' H H I (;<HM)«ÍIII(. OIHIF
1 hi\ i ln ( l'li K. H¿" li. Mi>/uri

^r4|»eHlra Con.-erl>!ehüUH d 1 Vm?-ir-ri1^iri

9 •2~i jji-iifr 1'hirhnriimnia Ori'hi-nlr»


l'lái-iilif Hoinin^». jlíri'c(i*r
19 Kiii-ardo <:hHJII>. d i r r r l o r

Cikiimil'». IJIIIJI. 1 \jido\^Li


; i l niiii<¡ Onjueíilra Concc-n^rli.tuK dWinslerdam

10 1 [i'lin<r Orquf^lrii i\r (lumbni de / o r i r h


Kdiiinri KlciiiT?. dirri-lur
20 KiiTiinlo C^huilli. d i n c i n r

ltaFathl (Irii/ro, piarm

21 M i l l t i m i r Ashki-niny. piíllio
Si luí ( ll<i|MII

XVlililí .!•' ImiitilBl,.


\ piirlir i M •<'* l'> ll'lKKllm- II ll'~
liic|iiillii. >li-l F'ul <
l > li. \hipiiu Ijiliitii.ui. di- UI |i4i«MHin iriiiÉHiriiclu.
M.>mrMÍ<|l.ílir.: .111 il l : i h . i <lr I 7 l l J(l li.
IIMMKIIIHI' Illllll f4l'»i-d>(.L IVr di I- ri»u- JIIHUUIK ,t jMinif il<-l iJi.i
cl'iH-iultn'^ u Ir* jnuiri^i-^ (iniiilllr'--

J Genera fila I de Catalunya MINISTERIO DE CULTURA FUHMCKH PÚA EL APOTO Oí Lt CWIM* 1


, Departameni de Cultura Barrelona
LIBROS

FRANCISCO ASENJO BARB1ERI: Cancio-


nero musical de los siglas XV y XVI. Edicióa
facsímil • cargo de Emilio Coares Rodiclo,
LIBROS musical —rítmicos, armónicos y melódicos—
actúen conjuntamente y de forma coherente;
sólo en ellos cuajan todos los elementos de la
Centro Cultural de la «Gewnáón dd 27». Má- época con cierto grado de complejidad».
laga, 1987. 1 Vol. de 637 XVII pp. di 30 X 21,5 La tesis de Rosen, como suele suceder con
centímelios. las aseveraciones apodíciieas cuando se em-
plean fuera del campo de la lógica, incurren
El adagio sobre que aquellas comunidades en la más burda de las falacias. Rosen cons-
que olvidan la propia historia están obligadas truye un modelo ideal de «estilo clásico» y luego
a repetirla, tiene una nada escasa aplicación en adecúa al mismo la obra de Haydn, Mozart y
el caso de la música en España. Sólo la recu- Beellioven. Tal discurso platónico conlleva la
peración de nuestra memoria histórica puede correspondiente carga moral y el resto de los
aportarnos algo de luz sobre tantos problemas compositores de la época son imperfectos, co-
eternamente aplazados cual la educación mu- mo Gluck; histéricos, como C. Ph. E. Bacli*
sical, las orquestas, la ópera, el ballet, la mu- simplones no exentos de encanto naij, como
sicología, la política musical. Es mérito de Dittersdorf; vacuos, como J, Ch. Bach; insí-
Emilio Casares haber atinado a tomar esas pidos pero gratos al oído, como Boccherini; y
y sobre quienes tienen una visión cutre y mise- resulta revelador leer que «fue Scarlatti el pri-
cuestiones como algo propio y recuperamos los rable del Patrimonio habló Barbieri en carta
entresijos de dos momentos cruciales de nues- mer compositor que tuvo un oido ñno para las
aPedrell: «La buena fe de los literatos y la ge- relaciones más complejas; pasaba de una sec-
tra historia musical, momentos que marcan nerosidad de los editores se estrellan siempre
nuestra realidad actual, Por utilizar unas de- ción tonal a otra con una lógica impecable, pero
con la indiferencia o la envidia de esa raza ig- su estilo no llegó a ser clásico porque sus sec-
nominaciones próximas a las suyas, hablaré del norante y orgullosa, que yo llamo musiquera,
movimiento naaonalisla del último tercio dd ciones se sucedían sin imbricarse entre sí». No
la cual, si bien es pobre de dinero, lo es mu- en vano gusta Rosen de citar opiniones de co-
XIX y primerísimos años del XX y del movi- cho más de amor al arte que profesa, no ya co-
miento regeneración i sta que se identifica en no mentaristas del primer romanticismo, muy es-
mo arte, sino como oficio». pecialmente a E. T. A. Hoffmann, no para
pequeña parte con la Generación del 27, Es pre-
ciso señalar que se está hablando no tanto de *•. M. C. comprender la construcción del milo de la tri-
importancia estética cuanto de importancia logía clásica vienesa, sino como fuente de auto-
ideológica, y, en ese sentido, los dos mentores ridad paca el propio Rosen, quien asi muestra
de los respectivos movimientos son Barbieri y CHARLES ROSEN: El estilo clásico. Haydn. su ortodoxia y seguimiento de las teorías ava-
Salazar, como viene diciendo Casares. Mazan, Beelhoven. Traducción de Elena Gi- ladas por la tradición.
ménez Moreno. Alianza Editorial. Madrid,
La reedición facsímil del Cancionero de Bar- 1917. 1 vol. de 534 pp. fe 22 X 1S.S e n . No puedo menos que traducir un párrafo del
bieri es antes que nada un acto de justicia his- musicólogo portugués M. C. de Brito: «Es po-
tórica. Yo soy el primero que les daría a u«ed« Viene este libro de 1971 (se traduce la 2.* Ed. sible definir niveles estilísticos, desde los más
una lista con doce libros de asfixiante urgen- de 1972) precedido de un gran prestigio, gana- simples y generales hasta los más particulares
cia y en esa lisia no estaría esta obra, pero hay do indiscutiblemente por la brillante lección y complejos. En el límite se encuentra la pro-
veces en que conviene darte gusto al cuerpo o, analítica que Rosen es capaz de dar, no en va- pia obra, concreta en su especificidad más o
si así se prefiere, primar esas motivaciones que no los elementos musicales superan un tercio menos irrepetible. Esos diferentes niveles esti-
no por emotivas son menos importantes. Una del espacio tipográfico total. La critica espa- lísticos son aquellos que son propios de una
de las iniciativas musicologías de la 11 Repú- ñola ha escogido asimismo con gozo esta edi- época o períodos dados, de un género dado,
blica española fue la edición facsímil de este ción, llegando a definir la obra como «estudio de un compositor dado o de una obra dada.
Cancionero Musical de Palacio; iniciativa que definitivo» la pluma de un inteligente catedrá- Hasta qué punto una época determinada pue-
se vio malograda y se convirtió en una asigna- tico de historia de la música. da ser estilísticamente definida en términos de
lura pendirme que acierta a aprobar el Centro la producción de sus más ilustres representan-
Cultural de la «Generación del 27». Y lo hace Particularmente me he de sumar al carro, no íes es una cuestión que el brillante ensayo de
con una edición de extremada belleza, sobre un menos internacional, de los detractores del li- Ch. Rosen The Classical Slyle no resuelve sa-
papel de admirable textura y con una limpieza bro de Rosen. Efectivamente, es un agudo aná- tisfactoriamente, aun en tí caso típico de
tipográfica superior al original, reproducido és- lisis musical que, como dice la contrapo nada Haydn, Mozart y Beethoven, Una perspectiva
te tanto en el formato como en la propia en- de la edición española «se articula en torno a de la historia del estilo que ignore la produc-
cuademación . La adopción de un papel diverso la evolución de los géneros para cada compo- ción de los innumerables Kleínmeister, o de
para el prólogo y portadas actuales es una sitor: el concierto, el quinteto de cuerda, la ópe- otros compositores aún más banales, seta siem-
muestra de respetuoso buen gusto. ra cómica en el caso de Mozart, y la sinfonía, pre deformada e incompleta». Prosigue Brito
el cuarteto de cuerda, la música de cámara con seflalando que el período clásico es de especial
El prólogo de Emilio Casares se reduce a la piano y la misa y el oratorio en el caso de interés porque durante el mismo adquiere es-
justificación de esta edición como ejecutora del Haydn, mientras que la sonata de piano da pie pecial importancia la originalidad creadora.
proyecto republicano y a analizar la ideología para estudiar las relaciones entre ellos y Beet-
nacional-restauradora de Barbieii y sus corres- hoven». Es indudable que resulta una monu- Finalmente olvida Rosen una cuestión de ex-
ponsales españoles y europeos, asi como lo que mental aportación a la tradición anglosajona traordinaria importancia en el establecimien-
el Cancionero significó en el panorama musi- de análisis hiper-erudito y quizá más aún, ame- to de un estilo cual es la difusión de la recepción
cológico del momento. Acaba con la detalla- ricana. Charles Rosen es un músico práctico de las obras que van a diseñar ese estilo. O bien,
da descripción del Cancionero, tomada de y su libro es una obra pragmática de extraor- el clasicismo es clasicismo vienes e incluso asi
Higinio Anglés. Es lastima que no se hubiera dinaria utilidad para quien desee conocer los algo tendrían que decir un Salieri que Rosen
aprovechado la ocasión para reproducir la po- temas entrecomillados. Todos los placéis pues desconoce o un Spohr que Rosen parece con-
nencia de Casares en Europalia: «Las relacio- a la erudición especializada sobre la obra de vertir en romántico) única y exclusivamente o
nes musicales entre los Países Bajos y España Haydn, Mozart y Beethoven. existe una cultura clásica europea y si bien es
vistas a travís de los investigadores del siglo cieno que la recepción de Haydn fue univer-
XIX», pues enriquecerían notoriamente esia Sin embargo, creo que la obra es incapaz de sal —aun así lo fue en un ptríodo que permite
publicación. ir mas allá de esa erudición y bastante poco nos pensar en que era ya figura reconocida como
aclara sobre lo que anuncia el título, The Cla- maestro de un estilo instaurado—, no lo fue
La edición del libro de Barbieri trae a cues- sica! Slyle. Escribe Rosen que «el concepto de tanto Mozart ni tampoco Beelhoven. Sin sa-
tión la ausencia del facsímil dd Cancionero mu- estilo no se adscribe a un hecho histórico, sino limos de la corte madrileña, donde mucho se
sical de Palacio, es decir, del original del XVI que responde a una necesidad: crea una for- admiraba e interpretaba al «Señor Hayden»,
conservado en el Palacio Real y sobre el cual ma de emendimiento. El hecho de que esta ne- no van a tener menor fuerza como modelos
algún que otro empleado del Patrimonio pa- cesidad se sintiera casi al unisono nú pertenece Boccherini o ese Pléyel cuya existencia ignora
rece creer poseer derecho de pernada. El des- a la historia de la música, sino a la historia del Rosen en su libro.
prestigio internacional que a la música española gusto y de la percepción musicales». No com-
vienen causando los criterios de la correspon- prendo bien lo que seria historia de la música Libro erudito y brillante pero acientífico y
diente sección del Patrimonio Nacional serían según Rosen, pero sin duda ello condiciona su supersticioso, recomendable quizá como guía
dignas de un monográfico no ya de SCHER- tesis consistente en que quienes definen el esti- para estudiantes e intérpretes de las obras co-
ZO, sino de otra revista violentamente desa- lo son los grandes genios a través de sus mejo- mentadas. Para saber algo del período propon-
parecida titulada El Papus. Las Bibliotecas y res obras e incluso de sus principales aciertos go al lector que adquiera el libro de Ciorgio
Archivos están al servicio de los usuarios y no en los mejores pasajes de sus mejores obras. Pestelli: La época de Mozart y Beethoven. cu-
al revés y el Patrimonio Musical ha de corres- Así afirma poco después que "únicamente en ya recensión p u b l i c ó S C H E R Z O en su n." I I ,
ponder a tal principio. Es imprescindible una [as obras de Haydn, Mozart y Beethoven to- de febrero de 1987.
edición facsímil de tan importante manuscrito dos los elementos contemporáneos del estilo
A". M- C.

Scherzo 47
PARTITURAS

NICOLÁS DAZA: Canciones andaluzas (pa- GARLES GUINOVART: Quejío (Obra pira
r í guitarra). Arle Triphwia. Madrid. 1986. 11 f l i u l i y guitarra». Arte Triphiria. Madrid,
pp. ( I de mrisica). 29x21 cm. 1985. 16 pp. (11 de música). Incluye olro ejem-
plar de I» partitura en fundones de p i í i k t l l a
Nicolás Daza (Madrid, 1955)esunguitamsia de flauti.
que ha tenido el valor de abordar campos po-
co frecuentados por su instrumento, cual el re- Esta obra, de 1979, se abre con una cita li-
pertorio de vo2 y guitarra, la música de cámara teraria de Julio Vélez, autor de uno de los l i -
de vanguardia, con guitarra —como miembro bros más sectarios y desinformados que se han
del L I M — o la original formación de flauta, escrito en un sigla de bibliografía flamenca. No
viola y guitarra. Estas cuatro canciones son una hay por qué exigir a un compositor que conozca
especie de improvisaciones o, si se prefiere se- o entienda de flamenco. Falla nunca lo logró
guí' las tradiciones, de fantasías, sobre cuatro y ello no afecta'a la calidad de su obra, para
temas harto conocidos y de peculiar carga emo- escribir una música más o menos influida por
tiva —no ert vano tres de ellas formaron parte aspectos epidérmicos del flamenco. Tal es. des-
del repertorio de nuestra Guerra Civil... en am- ciialificadón nt la oportunidad de este cuaderno de luego, el caso que nos ocupa, en el cual la
bos bandos— cual Las morillas de Jaén, El Vi- ni mucho menos ubicarlo, como pareceria pre- técnica del cante —quizá del cante a palo se-
lo, Anda jaleo y Los cuatro muleros. visible, en una etapa de la formación del jo- (o, sin guitarra— ha podido influir la escritu-
ven pianista. ra metismática de la flauta y la asimetría de
El gran acierto de Daza es haber encontra- No parece ni pedagógico ni siquiera anató- sus frases melódicas.
do la sencillez de armonización y el tratamien- mico pedir intervalos de novena a un niño y
to instrumental adecuado 3 los bellos temas menos aún si las novenas exigen el máiimo es- Creo que aquí se termina el parentesco con
para hacer cuatro juguetes musicales que me- fuerzo de extensión entre el 2." y 5." dedo, cual el flamenco de esta composición, sin duda agra-
recerían incorporarse a la lista de los encoré, al comienzo de la 6.' pieza. Un tanto extrema- decida para la flauta, pues da amplias posibi-
esas extrañas composiciones que no figuran en das son las exigencias de matiz y no se educa lidades de lucimiento a un intérprete dotado de
los programas más que raramente peto con las al niño en el hábito de los ritmos complejos flato, con la cual la guitarra desempeña un pa-
cuales muestran las intérpretes virtudes subje- mezclando las dificultades, sino haciéndolo tra- pel de acompañante [imbrico que pudiéramos
tivas a un público que ya aplaudió sus virtu- bajar éstas una a una hasta su dominio; los tres asemejar funcional mente al rol al que se redu-
des objetivas. Realizar iodo el pasaje final del últimos compases de la pieza n.° 11 ejemplifi- ce, a menudo, a la cinta magnetofónica. Es di-
Anda jaleo tal y como está escrito requiere bue- can hasta el absurda esta cuestión. Menores son vertido advertir que existe mayor influencia en
nas dosis de buen gusto y una pizca de sentido las cuestiones de tesitura o de simple lectura la parte de guitarra de la técnica de la guitarra
del humor, por ejemplo. que por doquier se presentan; la suma de difi- americana, incluso del dobro, revelada en el uso
Arte Tripilaría, según costumbre, ha prepa- cultades de los compases 5 a 8 de la pieza 22 del Hammer-on, del slide, el pull-cff, el armó-
rado una esmerada edición sin racanear espa- es buena muestra de lo que quiero decir; sobre nico..., sin olvidarse ni siquiera del boltlr-ntxk,
cios en blanco y con cuidada tipografía. un metrónomo de negra igual a 144 y un regu- requerido a partir del compás 55; ni siquiera
lador progresivo de mf a f un pasaje de asi- los rasgueados con los que comienza la obra
X. M. C. parecen remitir a la tradición de [a vihuela y
metría entre ambas manos.
guitarra española de! X V I I y ta abundancia de
Dice Barce que "es música para tocar y pa- fringerpicking parece requerir un instrumento
ra pensar; así pues, para pianistas quesean in- diverso de la guitarra clásica; quizá esta obra
tegralmente músicos». Lo malo es que lo que gane sobremanera con una raglime guitar, ins-
AGUSTÍN GONZALEZ-ACILÜ: Cuadernos se pretende del estudiante es que llegue a ser trumento en el cual todos los efectos citados
para piano I-VI(]-2ii. Introducción de Ramón un músico integral, ello no puede requerirse a se oyen impecablemente.
Barre. Arle Tríphiria. Madrid, 1987. 15 pp. priori, pues en ese caso no seria estudiante, sí-
(10 de roÚjiCBt 29x21 cm. no maestro. Además, para ser integramente El patetismo un tanto histriónicú de la obra
músico ha de haberse educado el gusto y so- se ve reforzado por el aspecto de planetas mo-
Este n." 7 de la colección «Arte Viva» senos bre esta cuestión, en la cual tanto se fijaron nódico con un bajo de acompañamiento; el uso
presenta como obra pedagógica o al menos así grandes pedagogos del piano como Clementi de un discurso de situaciones afectivas discul-
lo deduzco d i ia un tanto críptica introducción o Bartok, nada aportan estos Cuadernos. Mu- pa de una búsqueda de rigor formal en una
de Ramón Barce y de las piezas presentadas co- cho es pedir de un niflo que se esfuerce física- composición pictórica de referentes y, por ello,
mo ejercicios para piano, en su brevedad (de mente en tocar mientras se esfuerza en entender de concesiones a las sensaciones de un público
una a cuatro líneas). Considerada esta cuestión una obra de dudosa musicalidad. que los reconoce.
he de reconocer Que no consigo entender ni la X. M. C. X. M. C.

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1 El 6 • N.° 11 B N," 16 D
ID iMi toKzipcUim p*ri (^mnajen por correo ordiurin VOOOpuy. y (
*m*ric* v dfberln iCT ibontiiH Bcdiwc rheqoe hancaHu.
vion 6.000 plu. f n n Eunqu T.DOO p i n
2 • 7 D N.° 12 D N." 17 n
|7| Tíehcif lo flur M procede. 3 D N." 8D N.° 13 D
NomUrr , 4 D 9D N.° 14 •
.««fono. Kl Agotados

48 Scherzo
LA GUIA DE SCHERZO

19: Ensemble de Cuivres Roland Hermann, barítono; 11-15 de «libre: Bejart Ba- TENERIFE
FESTIVALES d'Aquitaine. CapeUadeMú- Humberto Orín, viola. llet Lausanne.
skadeSanla María dd Mar. Marco, Rodrigo, Halffler. LA BOHEME (Puccini)
BARCELONA Andrés Lewin-Richter, elec- 10.11: Sinfónica del Esudo Ceatro Collón! GilUeo Barbadni, Mscri. Ricciare-
Fulttil laleroariooil de trónica. Brudieu, Gabrieli. de Baviera. Carlos Kleiber. LU, Johannsson, Matsumo-
Grillo, Banobno, Salavarde. Moiart. Brahms. / Beei ho- 6-7 de oelobre: Lewitzky to. Sardinero, De Angeli),
Mulita Palesuina, Guaní, Schüli, ven. Cuarta y Séptima. Dance Company.
2 de octubre: Coco del Gran Echevarría, Villarejo. M ét
Adson, Da Viadana, Du- 14: Orquesta Philharmonia. Ktabre.
Teatro del Liceo. Orquesta bois, Margoni, Deleiue, Eia-Pekka Saloncn, John BERLÍN
Ciudad de Barcelona. Padrói. Wallact, trompeta. Slra- MADAMA BUTTERFLV
Fr»nz-Paul Decker. Cuber- vinsky, Haydn, Sibelius. XXXVII FtrtviH de Berlín (Puccini) Barbad™, Macri.
li, Mütcheva, Aler, Slilwell. It: Friedrich Gulda. A de- 14: Friedrich Cuida, piano. Matiumoto. Mibe. Johann-
Beethoven, Misa Solemne. terminar. Programa a determinar. 3, 4 de oclibre: Filarmóni- ison. De Angelis.
3: Schoenberg Ensemble. 11: Marilyn Home, Manin 17: Montserrat Caballé, so- ca de Berlín. Jiri Kout.
Reinberl de Leeuw. Barba- Kan. Hacndel, Schuberi, prano; Miguel Zanelli. pia- 14,15: Filarmónica de Mu-
ra Sukowa, voz. Reger. Bu- Wolf. Copltnd, Rapighi, no. Vivaldi, Roisini. Nin, nich. Sergiu Celibidache.
soni, Schoenbcrg. Verdi. Tosí. Martfnez-Palomo, Chmpí. Bruckner, Octava. BERLÍN
5: Orquesta del Capitolio de 25: Katia y Marielle Labe- 17: Filarmónica de Viena.
Toulouse. Míche] Plujon. que, pianos. Bizet, Bcm- Claudio Abbado. Deutsche Oper
Gabriel Tacchino, piano. slein. Gerihwin. 24, 25: Orquesta del Con-
Debusiy. Ravcl, Chamson. 26: Brigilte Fassbaender, Ir- certgebouw de Amsterdam. OEDIPUS (Rihrn) Prick,
*: Orquesta del Capitolio de win Gage. Pfiízner. Lisa, Leonard Bemstein. Friedrich. Schmidt, Walt-
Toulouse. Michel Plaison. Mahler. Teatro Albé^i 25, 26: Sinfónica de la Ra- her, Pell, Dooley. Carlson.
Garásaní, Carino, Sene 11: Diabolus ¡n Música. Per- dio de Berlin. Mikolaus Har- Murray. 1, 4, 7 de oetobre.
dial. Trempont. Echevarría. 14-25: Maratón de piano pa-
cusionistas de Barcelona. ra jóvenes. noncourt. Gidon Krcmer,
Ravcl. Joan Guinjoan. Llanas, viottii.
7: Grupo Circulo. José Luis Mestres Quadreny, Guin- LONDRES
Temes. J.L. Turina. Aracil, ioan. Boulez, Dallapiccola,
Marco, Garrido» de Pablo, Geihard. Pilado de Congreso! Rojal Open HOUM Coveol
López- 30: Orquesta Ciudad de Bar- Girdeo
I: La Capilla Reial. Jordi celona. Coro Pro Música de 14-11 de «(obre: Alvm OPERA
Sayal!. Cabanilies, Cererols. Londres. Tarrés, van Kesie- Ailey American Dance LA BOHEME (Puccini) Pa-
12: Ptlilharaionia Otchcslca. ren, Howleil. Franz-Paul Theaier. tiné. Copley. Coni, Lima.
Roger Norringion. Salvalo- Decker. Brillen, War Freni, Tokody. Shimell. 1,
re Accardo, violín. Réquiem. 3,5,6,9, 12. 15 de «lobre.
BARCELONA
Beethoven. TANNHAUSER (Wagner)
13: Philharmonia Otcheslra. MADRID S^aOUmpia Schneider, Moshinsky. Ko-
Esa-Pekka Salonen. Haydn, Fnüvil de Olofto de U 13-16 de octubre: Steve Gru Tealro dd Uceo llo, Toczyska, Hagegard. 2,
Slravinsky, Sibekus. Reich. Música Repetitiva. 7, 13 de oclobre.
15: Orquesta Ciudad de Bar- ComonldMl de Mmdrid 17-lí: Concierto de danza. LE NOZZE DI FÍGARO
Teatro Real Ballet Maurice Béjart. Co-
celona. Orfeó Cátala. Vila- Pilar Sierra, coreografía. reografías: Eros Thanaros / (Mozan) Haitink. Schaaf.
giasa, Robinson, Monon. 3 de oetvbre: Sinfónica de Paloma Garda de Pruneda, Light. Diünysos / Malraux Desderi, McLaughlin,
Robens. Moraleja, [.asilo Madrid Cristóbal Halffter. bailarina. ou la metamorpftose des Alien, Kavrakos. Walker.
Hctiay. Guinovart, Morale- Chiistian Florea, violonee- dieux. 1,1, 3, 4 / 6, 7, II, Tear, Mattila. 8,10,14, W,
ja, Oiff. üa, Alirio Díaz, guitarra; Palacio de lo* Deporta •3 / 9, 10, 11, 14. 22, 17, 29, 31 de «tabre.

Orquesta Sinfónica
y Coro de RTVE
MIÉRCOLES, 7 20 h. PROGRAMA 1 Jueves 22. Viernes 23 ,
Director Director
MANUEL GALDUF EDWARD DOWNES
M. Castelnuovo: Concierto para guitarro, Op. 99 Elgar: In the South Op. 50 (Obertura)
M. Ponce: Concierto del Sur Brillen: Les flluminations Op. 18
J. Rodrigo: Fantasía para un gentilhombre SolisM:
Solista SHEILA ARMSTRONG
NARCISO YEPES (Guitarra) Walton: Sinfonía N." ¡ en Si bemol menor
(Concierto Extraordinario)

| JUEVES, 15 19.30 h. PROGRAMA 2 Jueves 29. Viernes 30 |


Director Director
JORDI CASAS MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ MARTÍNEZ
C. Debussy: Trois chansons Beethoven; Las criaturas de Prometeo
M. Ravel: Trois chansons Op. 43 (Obertura)
P. Hindemi'h: Six chansons Beethoven: Concierto para piano n.° 5 en Mi
D. Milhaud: Quatrains Valaisans bemol mayor, Op. 73
F. Mompou: Santa María, cantar del alma Solista:
La vaca cegó MANUEL CARRA
H. Villa-Lobos: Bachianas Brasileiras n." 9 Beethoven: Sinfonía n,° I en Do menor
(Concierto Extraordinario) Op. 21

Temporada 1987-1988
Scherzo
LA GUIA DE SCHERZO

EagHaa NitioaslOpen Opera de Parla Cerha, Hollmann. Lio- Galduf. Enedina Llons, so- cal; Stockhausen, La danza
dwos, Denútz, Hebn, Evan- prano. Martin y Soler, Men- de Lucifer (estreno).
LES PECHEURS DE PER IL TRITTICO (Puccini) geJid«. 22. 14 de ochbn. dehsohn. 25, 26: Nilolaus Hamon-
LES (Bizel) Mackerras, Panni. Maitinoty. Lafont, 13: Coro Nacional. Carmen court. Gidon Kremer, vio-
PTowse. Mascerson, Martin, Bariolini, Milcbell, Manca Helena Tellez. Brahms, lín. Haydn, Beethoven.
Ldfeikus. ConndJ. 1, ) , 11, di NUu. Bacquier. 1, 3, 6, Banok. Schubert.
1S. 17, 21. J 4 . r J . M d * 9, 12, 15, 17, 27. 2* de CONCIERTOS 20: Clemencie Confort. Re-
ocnbrc. ottabrt. ne Clemencic. Barroco
PACIFIC OVERTURES vienís. LONDRES
(Sondheim) Holrnes, War- Tatatre da Otamos FJjséw BARCELONA 27: Cuando de cuerda de la
ner. Angas, Berger, Byles, ONE. Franek, Chausson. Tbe South Bank Centre
Finchei, Chrislie. 2,3, 6.9. DIE ZAUBERFLOTE (Mo- OrqMUa Ondad de 28: Conjunto de instrumen-
14,19, 22, 29,31 de octabn. zait) Barenboim, Pomielle. Barcdoai tos de viento. Luis Aguirre 6: Filarmónica de Leningra-
WERTHER (Massenet) Ei- Barbií, Marcovich. Rod- Colón. Stravinsky, Weil). do. Mariss Yansons. Dmilri
der, Warner. Davies, Mu- gets 14, 17, 19, 21.13. 25 31 de octubre. 1 de noftein- Alexeev, piano. Rachmani-
rray, ['agí. Angas. Jen Idos, de octnbte. brt: Coros Pro Música, El Fuad*ctói Jaaa Martk nov, Prokofiev, Stravinsky.
Richardson, Pope. 7,10.13, Virolet, L'Esquelltrinc Ta- 7: London Mozan Players.
U, M, 23, M de «tabre. iris, van Keit«cn. Howktt. Jane Glover. Imogen Coo-
Friuu-Paul Decker. Brillen, 7 de octubre: Integral de la per, piano. Moiart, Haydn.
PITTSBU8GH War Réquiem. Obra para piano (I), Ramón 1(k Philharmonic Oíchears,
Opera de Plttikertb Col!. Roger Norringion. Salvalo-
MUNICH Mozarlbuu 14: Canto y piano. Manuel re Accardo, vtolín.
TURANDOT {Puccinif De- (S»t* Caaü del Melfe) Cid, Josep Colom. Beethoven.
BajtrlKat SIMUoper laeott. Capobianco. Dimi- 21: Integral de ta obra para 11: BBC Symphony. Lothar
trova. Wacanabe, Luperi. 25 di octubre! Soliues de piano (H). Ramón Coll. Zagrosek. Moian, Berg,
LE NOZZE DI FÍGARO 10, 13. 16 de octubre. Catalunya. Xavier Ciiell. 21: Integral de la música de Mahler.
(Mozart) Klee, Retinen. Co- Salvador Gralacos, flauta; cámara (I). Ensemble de Cuarteto Borodin. Proko-
burn, Ziegler. Blasi, Bren- Jaume Francesch, violln; Madrid. fiev, Stravinsky, Tchai-
del. Furlanetto. I, 26, 28 de Aurcli Vila, viola. Mozan, kowsky.
octabn. SAN FRANCISCO Serénala k-239. Concierta Aaociaciáa Eipauola de
FALSTAFF (Verdi) Boder, pora flauta k-3I3, Sinfonía 13: Filarmónica de Lenin-
O p t n de Saa Frandaco concertante para vlolín y M i d a de Cínurt grado. Mariss Yansons.
Strebler. Cobuni, Biasi, [Cairo Caltunl de l« Villa) Prokofiev. Mendelssohn,
Fassboender. 4, 7, 11 de viola k-Í64. Sinfonía k-45,
octubre. IL BARBIERE DI SIVI- Tchaikowsky.
GLIA (Rowmi) Zídda, De S de octabre: Homenaje a 14: London Philharmonic.
COSÍ FAN TUTTE (Mo- Eduardo Toldra. M* Rosa Leonard Slatkin. Ida Haen-
zart) Klee, Menotti. Popp, Tomasi. Nucd, Mentzer. CANARIAS
Power, Ghiaurov, Taddei, Barbany, soprano. Cuarteto del, violin. Schwantner.
Zieglef. Titus, Kaufmann, Sonor. Bruch. Walfon.
AhnsjÓ. 6, », 11. 14 de Neves. 2 ót octabre. Saciedad Filarmónica de
SALOME (Strauss) Prit- Cuarteto Borodin. Borodin.
octubre. La) Palmag Centro para la Difusión de Shostakoviich, Tchai-
TURANDOT (Puccini) Po- chard, Lehnhoff. Jon«.
Dernesch, King, De»lin, la Música Contemporánea kowsky.
dic. Ponnttic. Dimitrova, Bender. 3 it octabre. •3 dt octnbre: Arleen Circulo dt Bellas Artt) 18: London Philharmonic.
Haymon, Geipel, Wheeier. 1ÜSCA (Puccini) Brads- Auger, soprano. Orchestra and Choras. So-
Lenz. Sctioll. 8 de ocllbrc. haw, Farruggió. Supp. 20: Irnogen Cooper, piano. 4 de octubre: Música Irlan- listas. Leonard Slatkin. El-
DIE LUSTIGEN WEIBER Mamo, Fondaiay. Pons. 4. 23: Filarmónica de Gran Ca- desa. Aylish Kenigan, so- gar, The Kingdom.
VON WINDSOR (Nicolai) 7, t», 16, 21,25 de octubre. naria. Imogen Cooper, pia- prano; Seoirie Bodley, 21: Phüharaionia Otchestra.
Bender, Beauvais. Coburn, DIE ZAUBERFLO1Í (Mo- no. Director y programa a piano. May. Wilson, Fcisch- Esa-Pekka Salonen. Minu-
Wulkopf, Anhorn. Wood- zart) Layer. Cox. Csaviek, determinar. mann, Buckley. Bodley. to Uchida, piano. Lígeti.
man, Helm. 10, 25 <te Setra, AraUa, Malis, Lan- 19: El Bandoneón, René- Schoenberg, Sibelius.
octabre. gan, Parrish, Sltwart, Ke- Maríno Rivero, bandoneón 22: Royal Phílharmonic.
MADRID y electrónica. Rivero. Cer-
MADAMA BUTTERFLY Uey. King. 6. (, 11 de Wladimir Ashkenazy, piano
(Pucrini) Bender, Busse. Ka- octabn. vetti, Slífani. y dirección. Strauss,
megaHa, Wewezow, Jung- Orquesta Nadoaal 26: Piano espaflol actual. Beethoven.
winh, Woodman, Paskuda, FIDELIO (Beethoven) Prit- Humberto Quagliata, piano.
Helm. 15, 21 de octubre. chard, Hampe. Comiill, 2, 3,4 de «labre: Orquesta Alonso, Barce. Cano, Mar- English Chamber Orcheara.
LA CENERENTOLA ÍRos- McCraken. Welkcr, Parriih. del Capitole de Toulousc. co, Aracil. Josíf Suk. Suk. Van hall,
51 ni) Zedda, Ponnelle. Sof- Bender, Plsshka, Slewart. Michel Plasson. Gabriel Dvorak. Mozan.
fel, Kaufmanndara, Ahnsjú, 13, II, 21, 24, 27, 30 de Tacchino, piano. Debussy, 13: London Symphony. Mi-
Rinaldi. 16, 24, 27, 31 de oclutn. Ravel, Chausson. chael Tílson Tilomas.
octnbre. LA TRAVIATA (Verdi) 9, 10, 11: Grzegorz Nowak. BERLÍN Krzystof Pendereclú. Mstúv
Meltier. Copley. Miricioiu. Cristina Ortiz, piano. Ber- lav Rostropovitch, violonce-
ELEKTRA (Strauss) Holl- lioz, Rachmaninov, Banok. FllaraÓBka de Btrifa Jlo. Vivaldi. Penderecki,
reisec, Rennen. Wheelet. Arana, Pons. 17, 20, 23, 21 16,17, l«: Rafael Frúhbeek. Strauss.
Vaniay, Bjoner, Faulkner. de octubre. Rudolf Buchbinder. piano.
Helm. 17 de «labre. NABUCCO (Veidi) Arena. 1, 3 dt octubre: Jiri Kout. English Baroque Soioiüls.
Beethoven, Stravinsky. John Eliot Gardinei. Mal-
UND1NE (Henze) Collins. Freedman. Dimitrova, Cap- 13. 24, 25: Walter Weller. Wolfgang Se hn eider han,
Schilhng. Reparto no deter- puccilli. Plishka. Richards. coím Bílson, fortepiano.
David Alien Wchr, piano. violin. Haydn, Martin. Mozart.
minado. I I , 19, 21 de Wimer. 31 dt octubre. Tocará obra a determinar, Dvorak.
octubrt. Strausa. 14: BBC Symphony. Mark
7,1: Erich Lemsdorr. Hans- Eider. Liadov, Betliúi,
DAPHNE (Strauss) Sawa- jorg Schdlenberger. Hinde- Tchaikowsky, Debussy.
Uisch, Cox. Lipovsek, Con- VERONA Orquesta dt RTVE milh. Beyer, Brahms. 25: London Symphony. Mi-
well. Molí. 10 de Octubre. 10, 11: Erich Leinsdorf. cbael Tilson Thomas Mstis-
CAVALLERIA RUSTICA- Teatro Walltr Klien, piano. Weil I, lav Rostropovitch. violón-
NA (Mascagni) Patane, del 7 de octabre: Manuel Gal- Stravinsky. Strau&s.
duf, Narciso Yepes. Obras cello. Anne-Sophie Mutter,
Monaco. Jones, Vamay, LA BOHEME (Pgccini) 20. 21: Leonard Slatkin. Mi- violin. Schumann, Duti-
Lamberti. de Castelnuovo. Ponce y dori. Barba, Wieniawski.
Magiera. Menodi. Pavarot- Rodrigo. lleux, Brahms.
THE PRODIGAL SON ti, D'Amico, Mazzucato, Rachmaninov. 26: Maurizio Pollini. piano.
(Prokofiev) Ballet. Collins, 15: Jordi Cajas. Coro de I*: Herbert von Karajan.
Pasquetto. 13,15,11. 20 de RTVE. Obras de Debussy, Chopin, Debussy.
Balanchine. 22 de oclabre. octubre. Anne-Sophie Mutter. violin. 1t: Philharmoma Orcheslra.
ARIAPNE AUF NAXOS Ravel, Hindemith, Milhaud, Vivaldi. Las cuatro esía-
Mompou y Villa-Lobos. Bsa-Pekka Salonen. Lynn
(Strauss) Sawallijch. Roth. U, 13: Edward Downes. ciones. Karrdi, violoncelio. Ligetl.
Evangelatos. AhnsjíS, Pas- Sha la Armstrong. Obras de Elgar. Niel sen.
kuda. Jennings, Lindroos. VIENA Si» fónica de la Radio 29: London Philharmonic.
13 de octubre. Elgar. Brillen y Walton.
29, .10: Miguel Ángel Gómez 4 de octubre: Coro Filarmó- Klau Tennstedt. Maya WeJt-
LA FILLE MAL GARDEE SUMMper man, piano. Walion, Grieg,
(H eróla1 > Collins, Ashion. Martínez. Manuel Carra, nico. Uwe Gronostay.
piano. Beethoven. Chemin-Petil, Furtwingler. Mahler.
Ture», Bombona, Mikula- L'ITALIANA ÍN ALOERI
•ck. 30 dt oclabre. (Roatini) Abbado. Ponndlc. 9: Yehudi Menuhin. Fitge- 31: London Symphony. Sei-
Raimondi, Pace. Baltia, Ckto de Cámara y PoHroma rald, Coleiii, Kun. Saini- ji Ozawa. Mstislav Roslro-
Corbelli, Lopardo, Dua. 3. Saenj, Banok, Sibelius. povitch, violoncello. Boc-
í , 9, 13 dt octabre. DER 6 dt octubre: Orquesta Mu- 17, 1S: Karlheinz Slockhau- cherini. Shostakoviich, Pro-
PARÍS RATTENFANGER iCesbt) nicipal de Valencia. Manuel sen. Bach. Ofrenda Musi- kofiev.

50 Scherzo
Doscientos años de Don Giovanni,
3 entro de unos días, el 2V de octubre exactamente, se cumple un aniversario imporlan-
ic: hará en tal feclia dos sidos justos del estreno en Praua de la que pronto seria bauti-
zada con el nombre de Opera de opvrus. don (Jiovunni ossia il dissoluto ¡mnint, t on
esta obra Mo/art alean/aba uno de los grandes éxitos de una carrera no demasiado pródiga
en ellos \ legaba a la posteridad una partitura maestra plena de belíe/a inmarcesible, un dnint-
tnu 1,'íVjCííSfi que juega niilagrosainenre con los contrarios, en el que se integran en una com-
plejísima maraña, lo Irágico. lo bufo, lo demoniaco, lo romántico, lo lieróico bajo el ropaje
—pasado por el tamiz nuvartiano— de la ópera napolitana. Y todo distribuido Mn la inspi-
ración \ la sabiduría precisas para obtener un conjunto de equilibrio perfeelo. Creemos que
el lema donjuanesco, especialmente el coneclado más o menos directamente con la opera del
músico sal/hurgues, posee la importancia máxima \ que no hacemos nada de más si le dedica-
mos esie mes nuestro dosier. Poeos pretextos lan auténticos \ gozosos para preparar una serie
de trabajos que auiden si no a arrojar nuevas luces, si a! menos a facilitar que alguna-* de
las múltiples exisiemes puedan \erse con diáfana claridad a lin de poner de nue\o sobre el
lapeie los más substanciales aspectos del mito literario \, lundamenialmenie en este caso, mu-
sical, las conexiones entre ambas parcelas, un eiisa\o acerca de la psicopatologia del persona-
je cení ral. un \iaje con kierkegaard —loco admirador de ia obra — a los abismos eioiicos que
se esconden en los repliegues de la historia, un análisis de la esiruelura dramática \ musical
de !a pie/a, el esiudio de los inmediatos antecedenics Je la misma, el repaso a los más desiaca-
dos Don CJiovanni desde el estreno, el esiudio de la tipología uval > una compleía discogralia
comenlada consiituvcn la modesta aportación de esta ie\ista a lan iinporianie eleiHéridtís.
DOSIER

Los precedentes de
Don Giovanni
El mito de Don Juan en el ámbito operístico de los siglos XVII y XVIII

N o parece que sea sencillo determinar el momento


en que el personaje de Don Juan hizo su entra-
da en el mundo de la música, ya que ni siquiera
los investigadores literarios se han puesto de acuerdo
en cuanto al nacimiento del mito, a menos que, como
compositores por Don Juan va a la zaga de! de los dra-
maturgos.

Los primeros pasos


insinúa el profesor Alborg, Don Juan, en su dimen-
sión humana, pueda datar de los mismos días del Pa- Pese a la españolidad del personaje, las primeras ma-
raíso, posibilidad que complicaría en extremo cualquier nifestaciones operísticas se producen en Italia, donde
rastreo histórico en busca de las primeras fuentes lite- el mito fue rápidamente extendido por los comedian-
rarias. Lo que sí parece fuera de toda duda, una vez tes de la Commedia Dell'Arte tras el estreno del Bur-
cerrada la célebre polémica suscitada por el hispanista lador de Tirso. La fecha más lejana a la que podemos
italiano Arturo Farinelli, es la españolidad del mito de referirnos es, probablemente, la de 1669, año en que
Don Juan, o, mejor dicho, de los dos mitos en que ha se producía un importante estreno de Alessandro Me-
quedado asentada la leyenda: el del burlador —el con- lani. Melani pertenecía a una ilustre familia de músi-
quistador de vida licenciosa— y el del convite sacrile- cos. Vivió entre 1639 y 1703, fecha esta última de su
go. Ambos aparecen en fuentes populares lejanas, fallecimiento en Roma. Trabajó como maestro de ca
anteriores incluso al propio Tirso, lo que, además de pilla en diversas ciudades, y en la capital italiana ocu-
apuntalar la tesis de la hispanidad de pó plaza en Santa María la Mayor,
Don Juan, nos permite introducirnos en San Marcelo y en San Luis de los
en el ámbito musical. Ramiro de Franceses. Escribió Melani mucha
Maeztu documentó su estudio sobre música sacra y, además, cuatro ópe-
el personaje con un romance de Rie- ras, entre las que figura L'empiopu-
llo, localidad de la provincia de nito —El impío castigado—, que
León, en el que quedan ya perfecta- recoge la historia de Don Juan, y que
mente recogidos los dos mitos fue estrenada, como decíamos, en
aludidos: 1669, ciento dieciocho años antes,
por lo tanlo, de la aparición del Don
«Pa misa diba un galán / Giovanni de Mozart.
caminito de la iglesia;
no (liba por ir a misa /
ni pa esiur atento a ella, Don Juan inglés
que diba por ver las damas /
las que van guapas y frescas» También en el siglo XVII podemos
encontrar, si no óperas en sentido es-
Es innegable que el tipo donjua- tricto, sí un género muy próximo, co-
nesco aparece plenamente perfilado mo es el de la música incidental
en sus líneas maestras, sobre todo te- Thomas Shadwell escribió The Líbenme dramática. Ello ocurre en la Ingla-
niendo en cuenta que el desarrollo en 1642 y Purceli puso la música. terra de los Estuardo, gracias a la
posterior del Romance de Riello con- pluma de Thomas Shadwell.
duce a la escena del macabro convite. Porque el ga-
lán, según narra el poema, en su camino hacia la igle- Shadwell, formado en Cambridge y cuya vida dis-
sia, encontró una calavera a ta que dio un puntapié y, currió entre 1642 y 1692, cultivó todas las especies tea-
creyendo ver en su expresión una sonrisa, le habló de trales, desde la comedia a la tragedia, el drama pastoral
esta manera: «Calavera, yo te brindo / esta noche a y la ópera. Y, entre tales obras, escribió una titulada
la mi fiesta». Y, por supuesto, el invitado acudió fiel The Libertine, con música creada por dos grandes com-
a su cita: positores ingleses: William Turner y Henry Purceli. El
Don Juan de Shadwell, basado en una pieza de Dori-
«De que la noche llegó ' mandó disponer la cena.
mond titulada Le festín de pierre —El festín de
Aún no comiera un bocado / cuando pican a la puerta. piedra—, que había sido estrenada en 1659, es mucho
Manda a un paje de los suyos / que saliese a ver quién era. más áspero, mucho más sórdido y mucho más brutal
Di/e, criado, a tu amo / que .« del dicho se acuerda. que el burlador español, cuyos perfiles se van dulcifi-
Dile que sí, mi criado, / que entre pa cu norabuena" cando de Tirso a Zorrilla, y está, en consecuencia, bas-
tante alejado del creado por Mozart y Da Ponte. El
Por supuesto que estos romances y leyendas popu- de Shadwell es un autémico asesino, que, hasta ser cas-
lares bien pudieron ser en muchos casos cantados, con tigado en el quinto acto de la obra, mantiene en vilo
cantilenas de mayor o menor fortuna, y quizá ahí pu- al espectador con sus macabros crímenes y violaciones,
diéramos encontrar esa incorporación del Don Juan al a través de un argumento absolutamente sangriento y
ámbito de lo musical. Pero, centrándonos en el terre- cruel. William Turner fue el primero en componer la
no operístico, para entroncar con el gran drama nio- música para este drama de Shadwell, y con ella se es-
zartiano, hay que reconocer que el interés de los trenó en junio de 1675.

52 Scher/.o
Posteriormente, alrededor de 1690, sin que sea co-
nocida la fecha exacta, El Libertino volvió a presen-
tarse en público y, para tal ocasión, otro importante
compositor inglés, Henry Purcell, escribió dos núme-
ros musicales; uno titulado Ninfas y pastores, idos, in-
cluido en el acto cuarto, cuando aparece en escena Don
Juan, con su cuadrilla de bandidos, y, tras violar a una
pastora, asesina al zagal que la acompaña. El otro nú-
mero pertenece al quinto y último acto, en el que Don
Juan y sus secuaces son amenazados por los demonios
con el eterno tormento. El número se titula Prepárate,
prepárate; nuevos huéspedes se aproximan, y su músi-
ca fue incorporada, en 1695, al Funeral para la Reina
María, aunque, hasta la fecha, no está plenamente acre-
ditado si el proceso fue éste o el contrario, es decir,
si la música fue ideada para el funeral y posteriormen-
te utilizada para el teatro.

La consolidación
Es en la segunda mitad del siglo XV1I1 cuando la fi-
gura del burlador se consolida en el ámbito operístico,
con una curiosa coincidencia de fechas en tres décadas
sucesivas. La primera de ellas es el año 1776, en el que
aparecen dos obras, de diferentes autores, pero con el
mismo titulo: // convitato di pietra.
Vincenzo Righini es el compositor de una de estas
óperas, a la que califica de «drama tragicómico». Rig-
hini fue un compositor y cantante italiano, formado
en la escuela de Bolonia, ciudad ésta en la que nació
el 22 de enero de 1756 y en la que fallecería el 19 de
agosto de 1812. Debutó en Parma, en 1775, como te-
nor, y al año siguiente se unió en Praga a la compañía
de ópera Bustelli. Trabajó en ia corte vienesa de José
II y fue un maestro de canto muy cotizado, tanto en
los altos círculos sociales como entre los mismos pro-
fesionales. Casó dos veces, y ambas con sendas can-
tantes. Su primera esposa fue la contralto María
Lehritter, hermanastra del racionero y pianista de la
corte de Wallerstein, en la que Righini llegó a ser el
primer italiano al que se nombraba Kapellmeister. Rig-
hini participó en muchos acontecimientos musicales y
dirigió la Opera Italiana en Viena y en Berlín, donde
tuvo que luchar arduamente para lograr su implanta-
ción. Fue, según cuentan las crónicas, muy querido por
quienes le conocieron, que le consideraban como per- Don Juan en un grabado del siglo XVII.
sona afable, sencilla y en extremo honrada. En 1793
casó por segunda vez, con la cantante Henrielte Knei- libreto de P. Pariati, titulado // convitato di pietra, que
sel, de la que se divorciaría siete años más tarde. A par- se estrenó en Venecia, en San Cassiano, durante los car-
tir de 1803 su salud comenzó a resentirse y, en 1812, navales de 1777.
tras una operación que le fue practicada en Bolonia, Seis años después, en 1783, otros dos músicos vuel-
su ciudad natal, desaparecía este hombre del período ven a recoger el mito de Don Juan. Uno de ellos fue
galante, que llegó a alcanzar una gran popularidad con Giacomo Tritto, autor de más de cincuenta óperas, que
sus óperas, a pesar de las críticas que le supuso un cierto había recibido su educación musical en Ñapóles, don-
uso desmesurado de los ballets. Bien; pues, volviendo de llegó a ser profesor de contrapunto y composición,
a aquellos primeros momentos en Praga, cuando se vin- y donde tuvo alumnos tan destacados como Bellini, Fa-
culó a la compañía Bustelli, encontramos la primera rinelli y Spontini. El otro fue Gioacchino Albertini, ita-
ópera de Righini, II convitato di pietra, escrita en aque- liano también, aunque éste de Pesaro, ciudad en la que
lla ciudad en 1776, y estrenada al año siguiente en Vie- nació en 1749, si bien pronto marcharía a Polonia, don-
na, donde se interpretó en italiano y en alemán. Poco de gozó del aprecio y la protección de los Poniaiowski
después se representó en Esterháza, por mediación de hasta la abdicación de Estanislao II y la desaparición
Franz Joseph Haydn, en Brunswick y en Hannover. del país como Estado independiente, y en cuya capital
En estas mismas fechas, y a bastantes kilómetros de vivió el resto de sus días, que acabaron en 1812. Al-
aquellos lugares, otro músico italiano componía y pre- bertini compuso una ópera en tres aclos titulada Don
sentaba al público una ópera sobre idéntico tema y tí- Juan albo Ukarany libertyn (Don Juan o el libertino
tulo. El personaje en cuestión era Giuseppe Calegari, castigado), con texto de Bertati, traducido al polaco
violonchelista, empresario y compositor paduano, dis- por Wojciech Boguslawski. El estreno luvo lugar en
cípulo de Vandini y de Campioni, que escribió, entre Varsovia el 23 de febrero de 1783, y, aunque hay quien
otras óperas, un «dramma giocoso» en dos actos, con ha sospechado que pudo haberse representado dos o
Sther/o 5Í
DOSIER

tres años antes con el texto original italiano, no parece rado por quiebra en 1791, y trabajó también para una
que haya pruebas irrefutables que avalen tal posi- institución mendicante. Escribió más de veinte óperas,
bilidad. representadas la mayor parte de ellas en Venecia y Flo-
rencia, así como algunos oratorios y cantatas (una de
El año triunfal ellas dedicada a Murat, cuñado de Napoleón y Rey de
Ñapóles). Su obra sobre el personaje de Don Juan se
Llegamos así a 1787, el año más destacado por ser tituló // nuovo convhato di pietra, y su estreno tuvo
el del estreno del Don Giovanni, de Mozart, que tuvo lugar en San Samuel.
lugar el 29 de octubre en Praga. Pero, junto al Don Pero el más importante antecedente del Don Giovan-
Juan del salzburgués, en aquel mismo año aparecieron ni mozartiano fue sin duda el creado por Giuseppe Gaz-
otras tres óperas basadas también en la historia del cé- 7.aniga, un veronés nacido el 5 de octubre de 1743 y
lebre burlador. Durante tos carnavales romanos se es- que, aunque destinado inicialmente al clero, logró su-
trenó Don Giovanni Tenorio ossia i! conviíalo dipietra, perar todas las Irabas familiares y dedicarse a !a músi-
con libreto de G.B. Lorenzi y música de Vincenzo Fa- ca. Fue discípulo de Porpora y de Piccinni, y debutó
brizi, un napolitano que vivió entre 1764 y 1812. Esic en Ñapóles, en 1768, con un intermedio cómico titula-
compositor, que un año antes del estreno había sido do // barone di Trocchia. A partir de entonces recibió
nombrado maestro de capilla de la Universidad de Ro- numerosos encargos, y llegó a colaborar con el propio
ma, tuvo una brillante y espectacular carrera profesio- Da Ponte, autor del libreio de Mozart. Pero la obra
nal duranle su juventud (cuando escribió Don Giovanni que le dio mayor popularidad fue Don Giovanni Te-
tenía sólo veintitrés años), adquiriendo una gran po- norio ossia ¡I conviraio di pietra, con libreio de Gio-
pularidad en toda Europa. Téngase en cuenta que, en vanni Bertati, que años más tarde realizaría el texto de
tan sólo seis años, Fabrizi escribió quince óperas para // matrimonio segreto, de Cimarosa. Gazzaniga y Ber-
ser estrenadas en Ñapóles, Bolonia, Dresde, Parma, tati estrenaron su Don Juan, «dramma giocoso» en un
Barcelona, Turín, Madrid, Londres, Lisboa, Siena, acto, en San Moisés, en Venecia, el 5 de febrero de
Florencia, Milán, Venecia, Fano, Livorno y Lucca, ha- 1787, siendo representado posteriormente en París y
biendo recibido, además, ires encargos del Teatro de en Lisboa, en 1792, y en Londres en 1794. Parece ser
los Florentinos. Sin embargo, tan rápidos como su as- que, en 1821, se habían realizado ya treinta y dos edi-
censión a la celebridad, fueron su declive y su olvido. ciones del libreto; libreto que sirvió de inspiración a
Don Giovanni es posiblemente la obra que más popu- Da Ponte para configurar el texto al que Mozart pon-
laridad le proporcionara en toda Europa, pero sólo un dría música. Sin embargo, está fuera de toda duda que
año después. Iras estrenar otras siete piezas —la últi- la música de Gazzaniga no fue en absoluto tenida en
ma bajo el título de // caffé di Barcellona, estrenada cuenta por Mozart, en el caso de que la conociera, pa-
precisamente en la Ciudad Condal— desapareció por ra la construcción de Don Giovanni.
completo todo vestigio de actividad creadora. Indudablemente, la ópera de Mozart vino a sepul-
Gardi y Gazzaniga son los dos últimos autores so- tar lodos los anteriores tratamientos operísticos de es-
bre los que trataremos. Ambos se adelantaron a Mo- le controvertido personaje de la literatura hispana. Pero
zart cerca de nueve meses; y ambos estrenaron sus tal realidad innegable no anula el interés que, desde el
respectivas obras el mismo día y en la misma ciudad: punto de vista histórico, conservan estos precedentes,
el 5 de febrero de 1787, en Venecia. que circularon de ciudad en ciudad durante cerca de
Francesco Gardi fue un singular personaje que se hi- un siglo y con los que italianos, austríacos, franceses
zo muy popular entre los venecianos, debido a que, du- o británicos sufrieron o rieron, ante un personaje al
rante cerca de veinte años, compuso unas piezas que unos pudieron odiar y quizá muchos envidiar, y
cómicas, algunas sobre textos de Giuseppe Foppa, que que, posiblemente, vino a remover éticas y conciencias
lemán muy buena acogida en un amplio sector de la en aquella Europa galante del siglo de las luces.
ciudad. Fue director del coro del Hospital de Pobres
Desvalidos, hasta que el establecimiento fuera clausu- José Amonio López Docal

ti, 1)1 < iri|.!-i'll 1'r.ilTli

, l)o\ r.ióvvwi
*#áp¿</ '/„/,-„,„.,• <//,;„,/

Portada de ¡u partitura deí Disoluto castigado, o sea, el Don Juan, editada por BnitkopJ.

54 Scher¿0
ESA-PEKKA SALONEN
EN CBS MASTERWORKS

LUTOSLAWSKI
Les Espaces du Sommeil
John Shirlcy-Quirk. barítono
Sinfonía n" 3
¡Primera grabación mundial)
O. h Harmónica de /_u> ,4»j.vlt's
IM422O3 - i.P dipital

LUTOSLAWSKI
Les Espaces du Sommeíl
Sinfonía n" 3
O. Fisarmónica de Los Angeles
MESSIAEN
Sinfonía Turangalila
Orquc\t;i liiiimiontu
M2K42271 - 2 Compact Discs

MESSIAEN
Sinfonía Turangalila
Puul Cn>.s.v/t'i. pumo
TrisUm Muntil. Ondas Miirtcnot
Orquesta t'ikirmonin

NIELSEN
Sinfonía n" 4 "Inextinguible"
Obertura Helios
Orquesta Sinfonía* de hi Radio Suca
IM42O93 - LP
MK42IW3 - Compact Disc

JOLIVET
Concierto para trompeta n" 2

TOMASI
Concierto para trompeta
Orquesta Filarmonía
IM42il<)fi - I.P
MK42O% - Compatt Disc
DOSIER

Música, Comedia, Tragedia


L a creación del Don Giovanni obedeció a la necesidad
que tenían Mozart y Da Ponte de revalidar el éxito del
Fígaro en Praga. La idea se le ocurrió a Da Ponte,
si hemos de dar crédito a sus memorias, en un momento en
que se afanaba en la preparación del libreto de El Árbol de
dignidad y escarnio se traduce en un fragmento musical a
media voz que se mantiene en el clima de discreción y embe-
leso del la mayor mozartiano; el material temático se lo re-
parten las diversas voces ordenadamente según leyes
compositivas sabiamente aplicadas y a las que los tres perso-
Diana para Martin y Soler y en la adaptación para Viena, najes se someten dócilmente sin rebelarse en nombre de una
bajo el título de Axur Re d'Ormuz, de Tarare de Beaumar- supuesta personalidad. Don Giovanni y Lepo relio van tan
chais y Salieri. conjuntados que no es sorprendente el error que sufre Elvi-
La elección de un lema popular de todos conocido, mil ve- ra. El texto es esclavo de la música, como había afirmado
ces adaptado y transformado tanio para el teatro de subur- una vez el propio Mozart en una carta, recogiendo una idea
bio o de marionetas como para la ópera o el ballet (el ballet que flotaba en el ambiente; tanto que había dado título a la
Don Juan de Gluck es de 1761) forzosamente tuvo que con- opereta de Salieri de 1786: Prima la música e poi le parole.
dicionar el resultado final y su estructura, sobre la que gra- Por otra parte, Mozart y su época no consiguieron librarse
vitará el carácter de cuento moral ejemplar, sustentado en de la praxis barroca de los afectos, cosa nada extraña teniendo
dos pilares básicos, la escena inicial dramática y tonalmente en cuenta la pervivencia de la ópera de números. Este último
cerrada y la penúltima escena del segundo finale con el apén- es un tema por el que los exégetas del compositor han pasado
dice racionalista del sexteto conclusivo, simeiría entre delito siempre como sobre ascuas, como si se tratase de algo ver-
y su congrua retribución. En medio, todo un mundo abiga- gonzante el que las óperas mozartianas no hubiesen ni siquiera
rrado de seriedad y bufonería grotescas en el que la trans- anticipado el conlinuum, considerado por algunos la verda-
gresión, el enredo, la máscara, el fingimiento, la burla no dera panacea y grado sumo de perfección hacia el que con-
desbordan nunca los límites convencionales del género. Pe- fluye toda la historia de la música. La verdad es que los
ro, ¿qué género? denostados afeaos barrocos reaparecen en los momentos más
Las óperas de Mozart al convertirse en obras clásicas in- inesperados. Véase si no la abdicación que de su recia perso-
discutibles han sido desarraigadas de su subsuelo histórico nalidad hacen los participantes del célebre quinteto del ter-
cultural, pasando al limbo de lo comúnmente establecido y cer acto de Die Meistersinger, para sumergirse en la atmósfera
aceptado. Don Juan preocupó mucho a los románticos se- beatífica general.
guidores de la moda byroniana en todas sus metamorfosis,
pero también a los predicadores del superhombre. Una ópe- Dramma giocoso
ra con tal protagonista no podía quedar incólume a la into-
xicación de un siglo que pretendía con singular desmesura Mozart en su catálogo calificó al Don Giovanni de ópera
que toda la música fuese romántica, pretensión que extraña- bufa en dos actos. En el libreto de la obra se substituía ésta
mente se ha mantenido viva y operante en muchas corrientes «dramma giocoso». Para Alfred Einstein, desde el punto de
del siglo XX, tributarias y, en cierto sentido, incapaces de za- vista histórico es una ópera bufa con dos papeles serios, el
farse de tan pesada carga. de Doña Anna y el de Don Ottavio y cuatro papeles bufos,
No es raro así que Don Giovanni fuese visto como una tra- añadiendo que la mezcla de elementos determina una obra
gedia romántica, o sus posteriores variantes, metáfora eróti- sui géneris e incomparable.
ca y aun estudio de patología sexual. De hecho, sus autores Esto último resulta muy discutible. Precisamente esia com-
la concibieron como una comedia destinada a divertir más binación de aspectos heterogéneos es una de las característi-
que a edificar, con un toque no excesivo de sátira social y cas del <:drama giocoso», en cuya cristalización había tenido
un importante componente de inverosimilitud y fantasía; con mucho que ver Goldoni a base de amalgamar pañi serie y
algo del espíritu del teatro de marionetas donde nada es real, pañi buffe, a veces con personajes intermedios di mezzo ca-
pero donde precisamente por ello ninguna sugerencia, por raiiere. Estas divisiones las hace suyas Mozart en carta a su
audaz o absurda que pueda parecer, está excluida. El juego padre de 1783. Por lo demás, esas ideas eran moneda corrien-
escénico entre espiritoso y melancólico en vez del teatro de te; basta recordar la carta de Paisiello al abate Galiani en
personajes con peso sociológico. Digamos como inciso que 1781, donde se vierten parecidas precisiones.
la época produjo óperas específicamente para marionetas y La mezcla de acciones y emociones elevadas a cargo de per-
entre sus autores hay que contar a Joseph Haydn, Pleyel y sonajes de alta alcurnia procedentes de la ópera seria con las
Carlos d'Ordoñez. propias de criados, campesinos, etc., presenta a veces una cierta
Frente a esto, una legión de comentaristas se han aplicado carga crítica y no es enteramente nueva, pues en los albores
a demostrar ¡a humanidad de los personajes mozartianos, su de la ópera veneciana ya tiene notables ejemplos en obras de
profundo contenido psicológico, su individualidad irrepeti- Monteverdi y Cavalli. La evolución social de finales del si-
ble, etc., cargando las debilidades al libretista y los resulta- glo XV11 y comienzos del XVIII se tradujo en una estratifica-
dos positivos al músico. Se trata de descubrir la auténtica ción de los caracteres de la ópera y la separación tajante de
personalidad de Doña Elvira, el yo profundo de Doña An- los géneros serio y bufo. Empero esta separación se difumi-
na, las verdaderas intenciones de Don Ottavio. Como litera- na en un Galuppi o un Piccini y luego en otros muchos co-
tura de pasatiempo y casi policíaca resulta entretenida, pero mo Joseph Haydn o el Mozart de La Finia Giardiniera.
poco añade a una más cabal comprensión. Don Giovanni pertenece a este género mixto. El elemento
Tomemos un solo ejemplo: el justamente celebrado trío bufo es el hilo conductor y no está casi nunca ausente. Los
Ah! latí ingiusto core, en el que Elvira es objeto de una bur- comentarios jocosos de Leporello, a veces sensatos en cuan-
la degradante, entre otras cosas porque saca a la luz sus pro- to representante del hombre común, sus observaciones ses-
pias debilidades. Siempre se ha dicho que musicalmente es gadas o chistosas, no faltan cuando su amo mata al
un modelo de caracterización de los personajes que intervie- Comendador, durante la burla de Elvira o en el momento
nen. Sin embargo, no deja de ser un espejismo. Tamaña in- álgido del tenso diálogo entre Don Giovanni y su invitado.

56 ScheFzo
La comedia invade el drama y
ambos aspectos se recogen en la
música, que presenta en muchos
casos una faz ambivalente en su
necesidad de adapiarse a un
texto no siempre fácil.
En cuanto a éste, el principal
problema de Da Ponte fue
transformar la fuenle
inmediata, el breve libreto de
Be ría it i en una ópera de
duración normal en dos actos.
En Bertati sigue a la salvación
de Zerlina (allí se llama
Maturina) del seductor por
Doña Elvira, la escena del
cementerio y a renglón seguido
el banquete con la derrota de
Don Giovanni. Así, Da Ponte
tuvo que completar el primer
acto y llenar también la mayor
parte del segundo con acción de
su inventiva, a través de un
sinfín de trivialidades que
retardan la solución del drama
y que han merecido severos
juicios críticos.
Este debilitamiento de la
estructura dramática tiene
también consecuencias en su
traducción musical. De hecho, el
material que sigue a la
handeliana Ah! fuggi i!
traditor!, incluyendo las escenas
para Zerlina y Masetto, la
seducción de Elvira, la fuga de
Leporello y varias arias, entre ellas las algo convencionales Dibujo: EM1
de forma pero muy eficaces que canta el protagonista, guar-
dan lazos muy frágiles con las escenas que constituyen el ar- personaje se luzca cantando un aria de concierto. Pues el prin-
mazón básico de toda la narración. El finale del primer acto, cipal atractivo de la obra, el gran acierto de sus autores, ra-
con su famosa escena del baile, está muy bien articulado, aun- dica en esa rapidez de torbellino que descoyunta las unidades
que no alcanza quizá la coherencia del equivalente del segundo teatrales clásicas, hasta el punto de parecer como si lodos los
acto del Fígaro por la naturaleza más episódica de la narra- acontecimientos se acumulasen en una sola noche febril. Entre
ción. Esta recupera toda su fuerza y ia línea fundamental en la secuencia narrativa del Fígaro con episodios y personajes
la escena del cementerio y, tras la inoportuna intervención bien definidos y la pura geometría del Cosi, esta trepidante
de Doña Anna cantando un aria de lucimiento de prima don- carrera del libertino que, por activa o por pasiva, siempre está
na con aparatosa colora tura, en el extenso finale en el que presente, se configura como una fuga hacía adelante que só-
a continuación de una brillante introducción se recupera la lo puede ser detenida con su última y fatal aventura. Por eso
iónica de re menor, vuelve la música del comienzo de la Ober- Mozart adopta una actitud de prudencia ante tanta locura
tura y los trombones intervienen para simbolizar lo sobrena- desencadenada. Prudencia en primer lugar en la elección de
tural según una tradicción que se remonta a los orígenes del tonalidades: re menor y re mayor son las principales, giran-
melodrama. do en torno a estos centros las más próximas. No se va más
En comparación con lo precedente el sexteto conclusivo allá de los tres bemoles o los tres sostenidos, salvo en una
en sol mayor y luego re mayor, que contiene explícitamente ocasión, el mi mayor de la escena del cementerio.
la moraleja de la obra, parece algo pálido. No es seguro que En otro orden de ideas, no abundan las grandes arias y
Mozart lo suprimiese en la representación de Viena de 1788 sí las breves y concisas, las introducciones instrumentales se
como se ha sostenido; sí lo han hecho otros como Mahler reducen al mínimo. El material temático es sencillo y direc-
en su producción de 1905, que prefirió apostar por el catas- to, rozando a veces lo trivial. Para dar sensación de regula-
trofismo y terminar en las fauces del infierno. De hecho, mu- ridad se acude a veces a ciertos manierismos idiomáticos
sicalmente la supresión no está justificada, pues la cadencia convencionales que no dejan de sorprender, pero que no em-
plagal del final de la penúltima escena tiene el efecto de una pañan el conjunto.
cadencia interrumpida y no de una conclusión. La vivacidad general propia de la comedia quiebra la for-
Para la representación de Viena Mozart sustituyó el aria ma irreparable en esas versiones enfáticas y trascendentales
de Don Ottavio, I! mió lesoro, tal vez el número más formal que lanío proliferan y en las que los intérpretes persiguen,
de toda la partitura, por la más breve Dallo sua pace y aña- más que revivir la obra, explicar tediosamente lo importante
dió un dúo de Zerlina y Leporello que normalmente se omi- que es. Asi arruinan esa nota de locura e irrealidad que abre
te y una gran escena para Elvira. Las arias de Don Octavio, las puertas de la deshumanización del Cosi, última colabo-
tanto la sustituida como la nueva, y la de Elvira se suelen ración entre Mozart y Da Ponte, y en la que el género parece
dar en las represen I aciones actuales; en realidad, poco benefi- tocar a su fin por pura reducción al absurdo.
cian a la estructura dramática, pues frenan la acción, dando
ta impresión de que la representación se detiene para que el Domingo del Campo
Sirrier/o 57
DOSIER

M Erotismo
uchos han sido los pensadores que han encon-
trado en la música un objeto para su reflexión.
Efectuar un censo de los mismos nos llevaría
demasiado lejos. Aquí nos limitaremos a recordar que
lo más frecuente es que el arte de los sonidos sea trata-
do formando parte de vastas teorías estéticas y que el
filósofo se interese por su carácter o por su acción mo-
ral sobre el oyente. Rara vez se desciende a considerar
compositores concretos —la gran excepción sería la fi-
jación wagneriana de Nietzsche— y menos aún obras
determinadas. Precisamente por esto reclama con fuer-
za la atención el que Sóren Kierkegaard se rindiese in-
condicionalmente a la adoración de la música de
Mozart y dedicase un trabajo, Los estadios eróticos in-
mediatos o ¡o erótico musical (formando parte del li-
bro Alternativa), a la ópera Don Giovanni. en su
opinión la obra maestra absoluta del salzburgués.
La admiración de Kierkegaard por Mozart no tiene
parangón en la historia de las relaciones de música y
filosofía. Si alguna duda quedase se esfumaría ante es-
tas encendidas frases: «¡Inmortal Mozart! A ti te lo de-
bo todo. Te debo el haber perdido la razón, que mi
alma se asombre, que yo sintiera miedo en lo más ínti-
mo de mi ser. A ti te debo el no haber pasado por la
vida sin que nada hubiera podido conmoverme; a ti te
debo que no muera sin haber amado, aunque mi amor
haya sido desgraciado. ¿Qué hay de extraño, pues, si
me siento más celoso de tu glorificación que del mo-
mento más feliz de mi propia vida, más celoso de tu
inmortalidad que de mi propia existencia?» (Obra men-
cionada. Esta y las citas que seguirán provienen, salvo
indicación en contrario, de la traducción castellana de
Javier Armada. Buenos Aires, 1967). Mozart es para
Kierkegaard su más alta revelación estética. No toda
la producción del músico, empero, la coloca al mismo
nivel: «... sólo una de sus obras lo convierte en com-
positor clásico y absolutamente inmortal. Esta obra es
Don Giovanni.» En otro pasaje sentencia la singulari-
dad de la ópera, afirmando que es «la más perfecta rea-
lización de la idea abstracta», con lo que para nosotros
la cuestión se desplaza a un plano de comprensión más
profundo. La pregunta se cifraría en el por qué del im-
pacto sufrido por Kierkegaard cuando en 1836 asiste
por vez primera a una representación de la obra. Es-
cribe entonces a su periódico: «En cierto modo puedo
decir de Don Giovanni lo que Donna Elvira: "Tú, ase-
sino de mi felicidad", porque en verdad esta pieza se
ha apoderado de mi tan diabólicamente que nunca po-
dré olvidarla.» Una declaración que podría muy bien cabe ia síntesis. El estadio estético encuentra su lenguaje
invertirse: fue Kierkegaard quien se apoderó de Don propio únicamente en el medio musical. Este arte es
Giovanni, al reconocer en la plasmación mozartiana además el vehículo más eficaz para la expresión del ero-
del mito un elemento de valor inestimable que poder tismo. Más aún, la música tiene en lo erótico su obje-
unir a su sistema de pensamiento. to primordial. Kierkegaard piensa que esto es asi
porque el arte sonoro es lo demoniaco instaurado en
el mundo. Don Giovanni es, por supuesto, un modelo
Estadios en el camino de la vida cercano a la perfección del hedonisia del primer esta-
dio que disfruta del mundo y de su personalidad mis-
A fin de comprender el lugar que ocupa la música ma. Para Kierkegaard está claro que ningún arte, salvo
en el universo de Kierkegaard será útil una breve ex- la música, es capaz de transmitir su esencia erótica.
posición de un punto axial de su filosofía. El ser hu-
mano, afirma el danés, está sujeto a una transfor- Temor y temblor
mación, toda una metamorfosis, que se dirige desde
lo objetivo a lo subjetivo. En esto consisten los tres fa- Don Giovanni es la culminación del erotismo musi-
mosos estadios Kierkegaardianos: estético (goce), éti- cal y como tal presupone la existencia de instancias an-
co (crisis) y religioso (sufrimiento constante). Sólo la teriores más imperfectas. En total concordancia con los
desesperación —planteada no en términos de finitud— tres estadios vitales antes expuestos, Kierkegaard dis-
hace que el hombre avance de uno a otro estadio. Se tingue tres estadios eróticos que implican también una
trata de una tríada dialéctica, mas —como apunta Fe- metamorfosis. El autor de El concepto de la angustia
rrater Mora— no en sentido hegeliano, puesto que no descubre en la obra de Mozart ios personajes que pa-

58 Scherzo
GlO\

El segundo estadio nos lo brinda Papageno en La

en música flauta mágica. Al contrario de lo que luego acaece con


Don Giovanni, Kierkegaard se siente incapaz de con-
siderar la ópera en su integridad. Aisla al pajarero del
entorno de un argumento que cree un «fallo total» y
reconoce en él una naturaleza musical que niega por
entero a Tamino. Según el pensador danés, Mozart ha
escrito para esta parte una música «alegre como un gor-
jeo, vitalmente alegre, derramadora de amor.» Con Pa-
pageno despierta realmente el deseo y se convierte en
placer indagador. Anhelo y objeto buscan la unión, pe-
ro ante el pajarero se abre la multitud de objetos que
caracteriza este estadio erótico kierkegaardiano.

Diario de un seductor
Los estadios eróticos tienen su perfección en una
tercera instancia, donde el deseo es «absolutamente sa-
no, vencedor, triunfador, irresistible y demoníaco». Se
llega aquí a la «genialidad sensual» de la seducción.
El anhelo encuentra al fin su objeto, que no es una mu-
jer concreta, sino la femineidad misma, como muy bien
nos lo dice Leporello: «purche porti lagonnella...» La
infidelidad, por tanto, no es más que la consecuencia
lógica, absolutamente natural en este estadio erótico.
Don Giovanni apura hasta la última gota la copa del
instante, conduciendo el Carpe diem de Horacio —o
el más hispano Hoy contarnos y bebamos de Juan de
Enzina— a su realización plena. Don Giovanni es el
hedonista en estado puro, el arquetipo sin paralelo del
estadio estético kierkegaardiano. Su esencia radica no
en la seducción por el engaño reflexivo y calculador,
sino por el efecto fulminante que su deseo causa. Don
Giovanni es una fuerza a la que no es posible oponer-
se. Es el motor que hace girar el mundo a su alrede-
dor: «produce también la fuerza de los demás
personajes; la vida de Don Giovanni es el principio de
la vida de ellos. Su pasión pone en movimiento la pa-
sión de los demás, su pasión resuena en todas partes;
resuena allí y tiene la seriedad del Comendador, la ira
<i¡Ojalá fuera yo griego de Elvira, el odio de Anna, los himnos de Ottavio, la
angustia de Zerlina, la amargura de Masetto, la con-
\ para decir
que Mazarí obraba
como un dios!»
fusión de Leporello.» La energía de Don Giovanni só-
lo puede ser expresada por medio de la música.
Kierkegaard Ninguna otra formulación del mito provoca un efecto
dramático de tanto alcance como en Mozart. Kierke-
gaard se detiene, para demostrar su aserto, en el Don
Juan de Moliere —no asi en el de Tirso—, asombrán-
radigmáticamente dan vida a esas etapas. El primer es- dose de que el tema pueda ser tratado cómicamente.
tadio erótico es el del deseo sin objeto. Se persigue lo El burlador del comediógrafo francés es bien distinto
ideal ante la indefinición que vela todo objeto amo- del operístico. Disfruta del engaño, en tanto que en Mo-
roso. El personaje mozartiano que presta cuerpo a la zart lo hace sólo del propio placer, que quisiera pro-
idea de Kierkegaard esCherubino de Las Bodas de Fí- longar al infinito.
garo. Aquella indefinición alcanza también al sujeto Ya se dijo más atrás que Don Giovanni era en la opi-
que desea, aspecto que Kierkegaard cree ver en el he- nión de Kierkegaard una ópera perfecta. En lo que res-
cho de que Mozart haya escrito esta parte para una voz pecta a sus ideas de los estadios eróticos afirmaba que
de mujer. El paje siente un infinito desasosiego pero no era necesaria la separación del personaje central del
«Lo sensual se despierta, mas no al movimiento, sino resto de la trama —procedimiento que, como vimos,
al tranquilo quiescente; no a la paz y a la alegría, sino aplicó a Papageno—, puesto que toda la obra la en-
a una profunda melancolía. Aún no se ha despertado tendió al servicio de la idea del erotismo. Desde una in-
el anhelo; se ha adivinado de una manera oscura.» De- terpretación ética no cree el filósofo que Don Giovanni
seo y posesión del objeto se hallan todavía muy lejos sea condenable, pues el pathos que vigorosamente se
en este estadio erótico; «La dolorosa y a la vez dulce- desprende de ella causa un inevitable «efecto moral».
mente fascinante y encantadora contradicción es la que En esto se aparta Kierkegaard de aquellos —entre los
con su tristeza y melancolía invade este estadio.» Se que se contó Beethoven— que miraron con suspicacia
acaba por definir la situación que encarna al atormen- el que Mozart pusiera música a tan escabroso asunto.
tado Cherubino como la del «embriagado de amor»,
con la ambivalencia emocional que conlleva toda bo-
rrachera. Enrique Martínez Miura
Scherzo 59
DOSIER

Creación y desarrollo dramático del mito de


Don Juan en Occidente
Con pocas excepciones, los hombres pueden dividirse
en tres clases: los que se creen ser Don Juanes, los
que creen haberlo sido y los que creen haberlo
podido ser, pero no quisieron.
(J, Ortega y Gasseí: Esludios sobie el amor)

E n el curso de los siglos, Don Juan, como Hamlet


y Fausto, ha adquirido un curioso incremento de
su personalidad. E! público moderno y especial*
mente el sector cultivado, ha llegado gradualmente a con-
siderar estos tres personajes como si hubieran sido de exis-
El Concilio de Trento había coartado las libertades de
tipo sexual de la sociedad renacentista y el pueblo hispa-
no soporta una dura moral con la que está de acuerdo teó-
ricamente, pero cuyos postulados no se hacen carne y
sangre en su experiencia cotidiana, lo que hace vivir un
tencia real e inmortal, independiente de las obras escritas sordo e inconsciente deseo de rebelión y de liberación de
sobre ellos. Ahora bien, ningún personaje parece haber tales trabas. Si rastreamos por las costumbres culturales
generada en torno a sí tantas metamorfosis como Don y sociales de la España del siglo XVII vemos que enton-
Juan que le han conformado como el mito más manipu- ces delito y pecado eran una misma cosa. No existe, por
lable de la fantasía humana y al mismo tiempo ha dejado tanto, una noción distinta del delito y pecado en el ba-
intacto su carácter esencial. rroco. Se trata de una cultura compartida, un ámbito cul-
tural definido por el antimaquiavelismo, es decir, un
principio de oposición a la aceptación de la indiferencia
Fuentes religiosa en beneficio de un interés político. Se llevaba has-
la la exasperación la vinculación religiosa del delito.
Sobre la leyenda de Don Juan hay que tener presente Tal represión sexual explica suficientemente el ambiente
que existen dos aspectos de ella: Tal como se presenta a de excesivo erotismo de muchos conventos de la época
la imaginación popular, y tal como es tratada por la gen- mezclado con un misticismo heterodoxo. Precisamente el
te de letras. origen de la popularidad española del mito donjuanesco
Se ha asegurado que Don Juan Tenorio era un perso- estriba en la fruición que el pecado añadía al amor. Mu-
naje proveniente de una familia noble muy conocida en chos de los alumbrados que se permitían los más serios
España; como posibles modelos históricos se han sugeri- deslices en materia sexual estaban planteando esta mis-
do al sevillano Miguel de Manara y aparte otros liberti- ma problemática del goce sacrilego de lo prohibido.
nos andaluces (los Tenorio, Ulloa...), el famoso Conde
de Villamediana. Se puso de moda un donjuanismo de sacristía en el que
Pero el Don Juan, como tipo humano, debe de datar de la ausencia de gracia personal se trataba de suplantar cí-
los mismos días del Paraíso, y en cuanto a los tenorios nicamente por la gracia divina. El fascinante mundo de
españoles que pudieran servir de modelos vivos para la los alumbrados y de desviaciones erótico-místicas que ro-
creacipn literaria que elevó al personaje a categoría de mi- dean los convenios y la corte de los últimos Ausirias es
to, debían de brotar como amapolas. Se añade como an- el más apropiado para que tomara cuerpo la leyenda del
tecedente abrumador la vinculación histórico-social del Burlador. Todo el patetismo barroco —en su ruptura
Upo a la sociedad española del siglo XVII. Vive Don Juan carne-espíritu— está espléndidamente personificado en la
en una época en la que los ideales de los españoles co- vida de Felipe IV, un Don Juan con siete hijos ilegítimos,
mienzan a decaer, el Imperio se ha perdido, y la apari- y sus continuos arrepentimientos. Como casi todos ju-
ción de la figura del picaro como indicador del gaba con ventaja: cazador de piezas fáciles preparadas
derrumbamiento es significativa. Se sitúa en un mundo por sus cortesanos entre la gran fama de damas licencio-
de contravalores con plena conciencia, actitud que no es sas y cortesanas de oficio. Las escaladas a conventos y
radicalmente distinta de la personalidad de Don Juan. Este los rapios de novias con hábito era, por entonces, el pan
se instala en un mundo moral opuesto a las normas ofi- nuestro.
ciales. El Tenorio es inmoral no amoral y hay en él una Dadas las circunstancias, quién puede negar el éxito que
voluntad de romper con ciertas normas sociales y, sobre obtuvo el personaje de Don Juan en el teatro ante un pú-
todo, religiosas. En este aspecto hay una ligera diferen- blico que se sentía identificado por su deseo de ruptura
cia con la figura del picaro; pero dentro de una idéntica con lo trascendente en cuanto dictador de normas y man-
posiura de rompimiento de moldes y valores, de desver- damientos. Si además se da al espectador la oportunidad
güenza moral. Don Juan hace de ese enfrentamiento la de ver condenado al Burlador, la comunión de Don Juan
razón de su vida en una sociedad —Corte de Felipe IV— será más íntima porque podrá unir sentimiento íntimo
que ya cuenta con muy pocas para seguir en pie. Su per- —rebelión contra lazos morales— con reflexión posterior
sonalidad denuncia así implícitamente la oquedad de un e imperativo social —condena—. El valor que el derecho
pueblo incapaz de crearse nuevas metas. protegía en la época no era la vida sino el Alma.

60 Schcrzo
Las reencarnaciones del mito en la literatura podrán ser unos ateos. La idea del Dios justo y vengador
la tiene siempre presente, pero, por un amor propio lleva-
Don Juan, mito eterno, ha venido a convertirse en sím- do hasta el frenesí, atropella, burla y habla como un des-
bolo viviente de la seducción amorosa masculina, de la creído. Moliere hace un agregado importante a la historia:
agresividad sexual, del conquistador irresistible, del hom- Doña Elvira, a quien Don Juan ha raptado de un con-
bre audaz y disoluto que convierte el placer en fin de to- vento, abandonándola luego. Ella conservará, a pesar de
das sus acciones. De aquí su condición de burlador, es todo, su amor a Don Juan hasta el final. Esta acotación
decir, de hombre que busca a la mujer para la satisfac- de Doña Elvira es muy importante, ya que nos enseña a
ción egoísta de su goce, y escapa a toda permanente comprender su personaje, tal como aparece en la ópera
coyunda. de Mozart. Esto nos sirve para subrayar que Da Ponte
Es Tirso de Molina quien configura la estampa del Bur- conocía bien la obra de Moliere, pues hay muchos prés-
lador y consigue lanzarlo a la vida universal con la gran- tamos verbales de ella en los recitativos de Don Ciovan-
deza de un mito que define una categoría humana: ni. Masetto y Zerlina provienen también de Moliere y no
donjuanismo. En su creación dramática El Burlador de de Tirso. Los campesinos del español pertenecen a una
Sevilla y Convidado de Piedra se ensamblan dos elemen- Arcadia literaria; Moliere es cómicamente realista y has-
tos diferentes que corresponden a las dos partes de su tí- ta habla un dialecto campesino.
tulo: un burlador de mujeres y un componente de orden En Inglaterra introdujo el personaje de Don Juan, Tho-
sobrenatural o fantástico, que corresponde al episodio del mas Shadwell, en su drama The Libertine, en 1676. La
Convidado (Don Juan blasfemo). Para ambos han sido obra no parece provenir de Moliere, sino del Festín de Pie-
propuestos diversos orígenes o fuentes literarias españo- rre de Luis Dorimon, auior francés que junto con De Vi-
las. La figura de Don Juan en su carácter de caballero llíers, imitaron a su vez las imitaciones italianas. El
libertino lo encontramos en el Canófilo de la comedia personaje de El Libertino, y en consecuencia los de sus ami-
Eufrosina de Vasconcelos; el Leucino de El in- gos, no son originales, pero es nuevo
famador (Í5BI) de Juan de la Cueva; el pródi- todo el argumento sobre el tema: La
go de La Comedia pródiga de Luis de Miranda, historia es algo irracional y la maldad
por mencionar algunos. En la mente del fraile del personaje de Don Juan se eleva a
mercedario a través de su propia obra fue pre- cimas insospechadas. El final es tan
formándose el Burlador en cuatro de sus co- horripilante que su representación en
medias religiosas: La Ninfa del Cielo, La Santa escena raya casi en la irreligiosidad. La
Juana, Tamo es lo de más como lo de menos obra de Shadwell es atractiva para no-
y La dama del Olivar. sotros por el hecho de que Henry Pur-
En cuanto a El Convidado de Piedra se ha cell escribió la música incidental para
demostrado la existencia en todo el mundo de ella hacia 1692.
leyendas de convites macabros, desafíos de es- Entramos en el siguiente siglo y es
tatuas, etc. Es en este caso donde existe una Goldoni quien refundiría en Italia el ti-
historia claramente definida mucho más atrás po del Burlador. En la clausura del
del siglo XVII. Durante el citado siglo la his- Carnaval de 1736 se representaría su
toria era conocida en Alemania a través de co- tragicomedia Don Giovanni Tenorio,
medias de los jesuítas en las que el héroe se osia ¡I Dissoluto, o la punizione del
llamaba Leontius. Casi siempre se describe a dissoluto, con la intención de redimir
éste como de origen italiano, pero parece más un lema que chocaba con el buen gus-
cierto haberse originado en España. Menéndez to del siglo de las luces. Como se des-
Pidal (Esludios literarios) ha probado que el
convite a un difunto tiene en España una fuerte
tradición. En Curueña (León) se recitaba la le-
yenda en forma de romance lo mismo que en
Riaza. Tirso debió de conocer seguramente al-
guna o muchas de estas versiones y las utilizó
con habilidad dramática innegable. En resumen, Don
Juan no existe en toda su asombrosa plenitud hasta que
Tirso lo pone en pie y le da carácter vital, por la univer-
salidad y necesidad de la pasión que simboliza, que des-
borda tiempos y lugares y puede revestirse de todas las
formas y accidentes, hasta contradecirse y ser apenas re-
conocible entre ellas.
A mediados del siglo XVII apareció una versión italia-
na en Ñapóles, muy infuida por la Comedia de Enredos,
y Arlequín se convirtió en el sirviente de Don Juan. Nues-
tro protagonista va de seducción en seducción hasta la es-
cena de la estatua y el cuadro final, en donde se le ve
ardiendo en el infierno y atormentado por los demonios.
En 1665, Moliere escribió Le Festín de Pierre. Su Don
Juan es un libertino, enemigo declarado de la fidelidad
y, sobre todo, hipócrita. Sin duda se inspiró en el célebre
Burlador, de Tirso, perc adaptándolo a su temperamen-
to, a su estilo genuinamenie francés. Dio al protagonista
un aire más femenil en su mariposeo. Sus reacciones mez-
cla de cobardía, de perversidad ingenua y de arrogancia
vanidosa, no presentan los caracteres de valor firme y se-
reno. Desde el punto de vista religioso, tanto en el mode- Arríba: Pushkin en 1837,
lo de Tirso como en Moliere, sus Don Juanes no son ni Ahajo: Tirso de Molina.

Sdierzo 61
DOSIER

prende de algunos comentarios del autor en sus Memo- más grande del presente, del pasado y del futuro- Cuan-
[rias, los argumentos donjuanescos gozaban de gran acep- do ambos eligieron el tema de Don Juan, el mito de éste
ación, sobre iodo en los ambientes populares, pero, no había alcanzado todavía la complejidad que alcanza-
embargo, estaba no muy bien visto en las esferas cul- ría poco después con la ópera y el posterior vendaval ro-
tivadas. El drama de Tirso, para la sensibilidad diecio- mántico. Da Ponte, hombre de una cultura literaria poco
chesca, resultaba brusco y desorganizado. En general, común, poseía tres cualidades que le hacen convertirse en
todo aquel teatro de nuestro siglo de oro había sido con- uno de los personajes más atractivos del setecientos: la
denado por las perspectivas neoclásicas. Se va suprimiendo ironía, la necesidad de aventuras y la generosidad. Todas
el carácter moral y religioso, acenluando por el contrario presentes en la redacción del Don Giovanni. Con todas
¡os episodios y escenas burlescas. El criado, astuto e im- las reservas que se les quiera hacer a sus Memorias, escri-
pertinente, bufón y resenlido, había pasado a convertir- tas en la vejez y para un público neoyorkino, son revela-
se en un personaje clave de la comedia y la utilización de doras de la personalidad del abate y en ellas se encuentra
elementos sobrenaturales, más efectivos y teatrales que el precioso testimonio de las circunstancias en que fue ges-
teológicos, acentuaba el lado popular del tema en cues- tado el libreto. El texto nace en el mejor ambiente que
lión. Con Goldoni se rescataba a Don Juan del vulgo ig- pueda imaginarse, entre el humo del tabaco de Sevilla,
norante —según comentario dei jesuíta español, autor de entre el alcohol, el café y los juegos amorosos con una
una historia de la música (Roma, 1744), Antonio adolescenie, las preferidas entre todas del Don Juan da-
Eximeno— y se le introducía en los ambientes cultos de pontiano.
los ilustrados. El libretista no escatima en la creación de sus persona-
Con Goldoni Don Juan tampoco era sevillano, sino na- jes. Si hay una mujer profundamente negativa, otra ex-
tremadamente enamorada y un radical de
sí mismo, esos son Doña Ana, Doña Elvi-
ra y Don Juan, que juegan hasta el fin de
,. sus respectivos papeles. Zerlina, sustituía de
la Tísbea y Aminta de Tirso, reducida a la
cuarta parte de la duración conjunta, aparte
de que se alargan los roles de fas otras muje-
res, sostiene el aspecto lírico-cómico de la
acción, mientras que Elvira y Ana represen-
tan la parte dramática. Da Ponte, como
buen neoclásico, eliminó todo lo superfluo
de su obra. Su Don Juan no es ningún se-
villano de barrio, sino un carácter univer-
sal, que encontrará su castigo a manos de
la justicia divina, que es la única que pue-
de llevarlo a cabo, porque de la otra esca-
pará hasta hacer burla de ella.
El precedente más inmediato del Don
Giovanni mozartiano es, sin duda alguna,
la ópera de Gazzaniga-Bertati, Don Gio-
vanni Tenorio osia II Convivaío de Pielra.
Bertati era un libretista muy conocido en
aquella época y que eveniualmente escribió
// matrimonio segreto para Cimarosa. La
trama de Bertati deriva en parte de Tirso
y de Moliere, aunque se aleja de los dos en
Lorenzo Da Ponle. muchos puntos. La acción ya no tiene lu-
gar en Sevilla, sino en Villena, una ciudad
politano descarado y con espíritu práctico, teniendo lu- de Aragón. España aún no se identifica con Andalucía
gar la acción en Castilla. Tampoco puede dar a la pieza como ocurrirá pocos años después con los románticos.
el título de Convidado de Piedra porque en su drama la Veamos ahora algunas de las fuentes de inspiración que
estatua del Comendador no habla o camina o sale a co- contiene el libreto de Da Ponte (doy por supuesto el co-
mer. Admite que su protagonista, hombre perverso, de- nocimiento del lector sobre la obra). Acto I. Hasta la apa-
be ser castigado y lo hace mediante la caída de un rayo, rición en escena de Doña Ana con Octavio, después de
acontecimiento que podía ser considerado un efecto in- la muerte del Comendador (tomado todo directamente de
mediato de la cólera de Dios o una combinación de cau- Bertati). Don Giovanni hace el amor a Zerlina y excita
sas secundarias, dirigidas siempre por las leyes de la los celos de Masetto (Bertati, a imitación de Tirso, hace
Providencia. que la campesina lleve a Don Giovanni a su casa; Da Ponle
hace que él lleve a la muchacha a la suya. Aquí difiere
de sus predecesores). Cuando Elvira vuelve y acusa a Don
Giovanni de haberla abandonado y él sugiere que Elvira
Palabra > música: Mozart-Da Ponte está loca (nos retrotrae a Tirso en su personaje de Isabe-
lla y a doldoni, aunque el manejo de toda ia situación
Y a fines del siglo XVIII, hace doscientos años de su es de Da Ponte). El resto hasta el final del primer acto
estreno en Praga, Mozart escribió su maravillosa ópera, es pura invención del libretista.
la más alta representación estética que ha logrado el dra- Acto II. Se abre con el diálogo entre Don Giovanni y
ma inmortal de Tirso. El encuentro enlre Mozart y Da Leporello, que regaña a su amo, pero es persuadido a per-
Ponte fue un feliz acontecimiento. Mozart, que poseía un manecer a su servicio mediante una suma de dinero (Tir-
instinto teatral de primer orden, admiraba a Da Ponte, so y Moliere). Don Giovanni va en persecución de la
y éste reconocía en el músico salzburgués al composiior doncella de Elvira y toma el manto de Leporello como

62 Scherzo
disfraz (el cambio de vestimenta está tomado de Tirso). Fue el numen popular de José Zorrilla con su Don Juan
En el cementerio, la invitación a la estatua (Bertati). Tir- Tenorio el que logró la más afortunada versión converti-
so, Shadwell y otros autores muestran el desenlace final, da en institución en nuestra escena. El racionalismo y re-
pero el inglés difiere en que el sirviente es el único circuns- lativo conocimiento teológico del español del siglo XVII
tante que se dirige a público en un epílogo. y XVIII, había fluctuado en la siguiente centuria a una
Música y palabra logran el prodigio de condensación nueva sensibilidad en que el elemento afectivo e irracio-
de síntesis y de sugerencias: ia exaltación, la rebeldía del nal predominaba sobre el imelectivo. El español de me-
héroe, su irresistible seducción, su demoniaco deseo de diados del siglo XIX se fusiona con el mito donjuanesco,
vivir, su trágico fin y su elegía. La fusión entre el liberti- ve en el protagonista la realización de sus más profundos
no y el blasfemo, aspecto básico del mito, adquiere en la deseos, a imitación del siglo de oro, pero, si el desenlace
obra su más apropiada realización. Alcanza en ella nues- se adoba con materia amorosa, sentimiento omnipresen-
tro personaje más su plenitud como rebelde blasfemo que te del Romanticismo, tanto mejor. El éxito nacional de
como libertino, pues ninguna de sus conquistas amoro- Don Juan Tenorio quizá tenga que ver con su decidida
sas se ven en el escenario coronadas por el éxito, pero su infidelidad respecto al sentido simbólico del tema del se-
rebeldía no puede ponerse en duda; pese a reconocer la ductor en la literatura europea; en vez de representar la
existencia de Dios, es capaz de desafiarle y ponerse en con- rebeldía del hombre frente a Dios como venía ocurrien-
• tra de él sin dejar de luchar hasta el último momento pa- do y como llegaría a ocurrir aún en el Don Juan auxen-
ra afirmarse en sus convicciones. fers de Baudelaire, el Don Juan de Zorrilla es en el fondo
un buen chico, sin orgullo satánico ni conciencia metafí-
sica pero sí con el tradicional sentido católico de que siem-
La redención por el amor pre es posible el arrepentimiento y la salvación. Así, la
escena final del Don Juan Tenorio casi parece pertenecer
Don Juan es un buen símbolo del Romanticismo por a algún drama teológico del XVII, con la salvación in ex-
rehuir todo compromiso coartador de la libertad que, junto tremis del seductor gracias a la intercesión de su amada
con ¡a creación de Goeihe, Fausto, quedarán como dos y seducida Inés (delirio sentimental de la redención por
caras de un mismo sentir, espíritus que nunca aceptarán el amor) pese al afán de venganza del Comendador que,
una forma concreta. Para los románticos, Don Juan se encarnado pétreamente en estatua, no tiene aquí ia fun-
aparecía, sobre todo, con la música aún no romántica de ción de castigar, sino más bien la de probar la existencia
Mozart, dando lugar a nuevas lecturas y multitud de ver- del más allá. Esto puede justificar la salvación de Don
siones: E.T.A. Hoffmann, es en verdad uno de los auto- Juan.
res más fascinantes de la literatura alemana, que
contribuyó a hacer popular hasta nuestros días el Don Los antecedentes de su drama le vienen dados a Zorri-
Giovanni, con su historia Don Juan. Fabulosa aventura lla a través de Tirso, Alonso de Córdova <La venganza
de un viajero eniustasla (1813). El rasgo más característi- en el sepulcro), con un Don Juan matón y chulo, y de An-
co del romanticismo de Hoffmann es su gozo en hacer tonio de Zamora (No hay plazo que no se cumpla ni deu-
que gente perfectamente común de su tiempo se pusiera da que no se pague, y convidado de piedra) de 1714; en
inesperadamente en contacto con lo sobrenatural. este último se daría ya la salvación del protagonista y la
El poema más recordado de lord Byron es Don Juan creación del personaje de Don Luis Mejía—. También se
(1819). Si se ha dicho que la figura tradicional del perso- ha observado la influencia del Don Juan de Manara ou
naje podía ser símbolo del espíritu romántico, por su in- ¡a chute d'un ange de Dumas y Les ames du purgatoire
satisfacción tras la seducción, aquí esto se vuelve al revés, de Merimée.
humorista sarcástico, más bien seducido y pasivo, en aven-
turillas picantes y casi cómicas. Más tarde el ruso Alexan-
der Pushkin, interesado por nuestro país como tugar La muerle de Don Juan
romántico, reelaboraría el mito del Burlador en su peque-
ña tragedia El Convidado de Piedra (1830), ambientada Aparte de estas numerosas reencarnaciones dramáticas
en Madrid, cuya noche huele a limón y a laurel, ciudad y poéticas del mito donjuanesco y de la existencia de otras
de la que ha sido desterrado por orden del rey de Espa- (antas, Don Juan ha suscitado raudales de comentarios
ña. En la Don-Juania (1950), Salvador de Madariaga po- teóricos (estéticos, filosóficos y biológicos). En los últi-
ne en boca del mismo Pushkin un rasgo de su seductor mos lustros la tradicional significación de Don Juan, co-
que define su distinción con los demás: «...Pero a quien mo prototipo de la virilidad, ha entrado en crisis a partir
todos mataron/ Fue al padre, al Comendador/ Esto así de las paradójicas interpretaciones de Shaw, y escritores
no quepa duda/ Que mi título es mayor/ Yo maté al Co- españoles como Unamuno, Pérez de Ayala y Marañón han
mendador/ ¡Y enamoré a su viuda! contribuido a la revisión humana del personaje. Síntomas
Puede suponerse que otros autores, numerosísimos po- del amor
hundimiento del miio parecen haber aparecido. El
resulta en nuestro tiempo más fácil, de ahí que de-
dríamos decir, trataron el tema; los mencionados son caiga el donjuanismo al rebajarse los obstáculos. En la
ejemplo de la interpretación del mito fuera de nuestro país, misma literatura hay títulos alusivos a la muerte del
según su peculiar sensibilidad o capricho. Upo: Don Juans Ende de Paul Heyse, padre rival del no-
La imagen típica del vate romántico, en España, es la
de José de Espronceda con El estudiante de Salamanca vio de su hija y suicida. Nuestro Azorín lo expone como
(1840), actualización del tema donjuanesco, con intención un personaje vulgar, que no se puede decir si viste con
negligencia o con exceso de atuendo. El ingrato siglo XX
de elevarlo a símbolo de la actitud de soberanía libertina, está dando vidas
típica del siglo. Hay una diferencia, no obstante, existen- te de execrables. aElDon drama
Juan poco gratas y gloriosas apar-
sobre Don Juan parece ya for-
te y esencial entre su obra y el Burlador tradicional. En mar parte de la historia más que de la actualidad, pero
éste se puede encontrar la nota de rebeldía, pero sólo co- aún podría ser que algún dramaturgo supiera dar a nuestro
mo uno de los componentes del símbolo. En cambio, en tiempo una versión del mito que responda a las inquietu-
el personaje esproncediano lo especifico no es el donjua- des del hombre de hoy.
nismo, sino lo satánico, la rebeldía. El castigo de Félix
de Montcmar dimana de su propia actuación, sin recu-
rrir explícitamente a un juez personal. Manuel García Franco
Scherzo 63
DOSIER

Don Juan huele a hembra


i pare sentir odor di femmina parece decir, con xual de Don Juan: el Tenorio, en la ópera que hoy
M palabras de Lorenzo Da Ponte, Gregorio Ma-
rañón al encarar su estudio sobre Don Juan.
El gran endocrinólogo y humanista, nacido exactamen-
te cien años después que la ópera mozartiana, funda
celebramos, no se come una rosca.
Veamos: doña Ana le da calabazas y organiza su cas-
tigo; Zerlina se escabulle cuando está a punto de visi-
tar el pabelloncito del jardín; doña Elvira lo persigue
su tesis en la insuficiencia hormonal masculina del Te- para llevarlo a la vicaría, exhibiendo un contrato ma-
norio: Don Juan, a¡ revés que la propuesta del tópico, trimonial que el Tenorio no cumple. La buena señori-
no es un supermacho, sino un inframacho, un varón ta viene de Burgos a Sevilla a ver si por fin lo caza (lo
insuficiente, acaso impotente, que cuenta sus conquis- casa) al buen señorito. Pero ¿quién prueba lo que ocu-
tas supuestas en tabernas y plazuelas para compensar rrió realmente en Burgos?
su magro quehacer entre las sábanas. Lo propio del Entonces ¿qué refiere Leporello cuando despliega el
buen varón es la reserva y la fijeza que la acompaña: catálogo de las conquistas de Don Juan, que suman
un hombre cabal ama en la privacidad y tiende a vivir
un gran amor y no, como el burlador de Sevilla, a dis-
persarse cual hembra coqueta en incontables amoríos
que trata de contabilizar su secretario (el notario de sus
secretos).
Es tarea peligrosa imaginar la fisiología de los per-
sonajes literarios. En rigor, nunca sabremos nada de
las glándulas endocrinas de Don Juan, ni falta que nos
hace. Ello no invalida e! acierto de don Gregorio: Don
Juan es un personaje de dominante femenina, móvil
cual pluma al viento, según pregona otro famoso tex-
to operístico.
Lo cierto es que la tesis marañoniana levantó polva-
redas, y nunca mejor empleado el término. Recuerdo,
ahora mismo, y sin echar mano de archivos ni fiche-
ros, las respuestas airadas dé dos escritores españoles
nada sospechosos de castizos ni reaccionarios: Salva-
dor de Madariaga (Don Juan y la donjuanía) y Jacin-
to Grau {El burlador que no se burla, Don Juan de
Carillana, personaje éste que se detiene, muy poco don-
juanesco él, ante el horror al incesto, evitando las re-
laciones con una muchacha que resulta ser su hija).
Ambos escritores defendieron la españolía y la virili-
dad del Tenorio, salvando la indudable eficacia del ma-
cho ibérico frente a cualquier duda sobre su univocidad
y rotundidad sexuales.
^quí las cosas acaban de confundirse. Primero, por-
que el mito de Don Juan, con tener su primer proto-
colo importante en Tirso de Molina, está escasamente
tratado por la literatura española, siendo más bien co-
sa del barroco italiano (sin olvidar a Moliere, claro es-
tá). Segundo, porque no hay que identificar la leyenda
del Tenorio, que desafió al más allá y a la trascenden-
cia, invitando a cenar a un difunto convenientemente
petrificado por algún escultor funerario, con la leyen-
da sevillana de Manara, el superfollador que llegó a
transitar, nada menos, la vía regia de la Giralda (su-
ponemos que toda ella de bronce).
Lorenzo Da Ponte, de vuelta a las exageraciones ba-
rrocas, en pleno Siglo de las Luces (un siglo femenino,
en que los hombres se pintaban lunares y vestían con
los mismos coloridos rasos y sedas que las mujeres) lle- Don Giavanni. Figurín de Toni Businger para la Opera de Ptiris en
va al extremo el carácter mitómano y escasamente se- 1975.

64 Scher/o
cientos a través de Europa y Turquía? ¿Es
Don Juan un seductor, cuando, en rigor,
lo que hace es disfrazarse de otro para
ver si cae alguna mujer desprevenida,
siendo que las tres que nos muestra Da
Ponte están bastante prevenidas?
Marañón parece tener razón, no
como endocrinólogo, sino como
humanista: lo propio de Don Ju-
an es hacer creer, por medio de
su escudero, que es el gran folla-
dor inescrupuloso, que no se de-
tiene ante nada.
Pero esto no es la realidad ín-
tima de Don Juan, sino la reali-
dad de la fantasía colectiva de
vivir el deseo como infinito, libre
y prescindente de la existencia de
los demás. Un deseo insaciable,
asocialy anárquico, libre, en
tanto la libertad es despliegue
sin cortapisas de un querer que
todo lo quiere. El deseo de Don
Juan es, en último análisis, el
deseo ajeno, el deseo de los otros,
el deseo Universal.
Este deseo proteico, amorfo,
que se introduce en todos los ám-
bitos como un líquido, en el es-
quema varón/mujer, corresponde
más bien al talante femenino.
El varón es lo sólido, lo legal, lo
sujetador. Es el eje que centra el sis-
tema y establece razones y jerarquías.
Es el hombre el que amarra a la mujer a la
ley y asegura el orden, invocando los prin-
cipios que trascienden al mero querer animal deseos de Doña Ana; Masetto, a los de Zerlina. El que-
de la vida. Cuando esta trascendencia rer en el Siglo Ilustrado es femenino. Los hombres pa-
(que en !a fábula donjuanesca está personifica- recen extraviados en el libertinaje y son las mujeres las
da por la pétrea figura del Comendador, el que que invocan la Ley, eso sí, personificada por el Comen-
comanda y va y viene del sombrío reino infernal) no dador, que resulta a la postre el único macho comme
actúa eficazmente, no existe el sujeto, hay una proli- il faut de toda la fábula.
feración de quereres que destruye toda subjetividad, Don Juan, en el imaginario femenino, es el ambi-
instaurando el Reino de Don Nadie: en efecto, Juan guo varón histérico que de un lado seduce sin cortapi-
es el nombre más común que existe entre nosotros pa- sas, resulta atractivo por audaz y atrevido y, de otro
ra nombrar al varón: Don Juan es Don Cualquiera. Es- lado, abandona en el momento clave de la escena. Don
le Gran Tentador, que pone a prueba la firmeza moral Juan es el misterio fálico, el que se acerca lo suficiente
de los hombres, es el Demonio, pero el Demonio aca- como para enatdecer y se aleja oportunamente como
so es una de las vestiduras de Dios. No me líenles Je- para defraudar. Si es masculino como portador del de-
hová, dice Jeremías, y en el Padre nuestro decimos No talle privilegiado, es femenino por escurridizo e incons-
nos tientes. Padre. Dios es también Nadie y el Gran tante: es un andrógino que no debe mostrarse en toda
Seductor. su monstruosa desnudez, conservando siempre la dts-
No resulta ilógico que el mundo de la ópera mozar- [ancia histriónica de la máscara. Es un personaje de
tiana sea entonces un mundo de dominante femenino teatro, apetecible, desde luego, a la inspiración de los
o de mujeres dominantes. Ana organiza la venganza. operistas.
Elvira intenta sujetar al hombre-hembra (El VIR es, Pero no nos inquietemos: al final cae a las hondu-
etimológicamente, «el varón»). Zerlina es la que tien- ras del foso, debajo del escenario, mientras iodos co-
ta y defrauda a Don Juan, ordenándole luego a Ma- rren a su lugar (alcoba, convento o taberna) y cada cosa
setto que le propine (a ella) una paliza (sabemos que queda en su sitio. El orden se ha restablecido y, en prue-
las caricias son muy variables). ba de ello, el genio patético y divertido de Mozarl es-
Los hombres, por contra, no hacen sino obedecer: cribe el acorde tonal que cierra la historia.
Leporello, a quien le pague mejor; Don Octavio, a los Blas Marainoro
Scher/d 65
DOSIER

Don Giovanni:
Tipología vocal
Q uizá la exacta adecuación entre partes musicales
y dramáticas (las dos dimensiones configuran los
personajes operísticos), por un lado, y voces idó-
neas, por otro, tenga menos significación en Mozart que
en otros autores. En las obras líricas del salzburgués jue-
ga más, como apunta André Tubeuf, el estilo, el tono,
la capacidad de amoldamiento, que el timbre, la exten-
sión, la tesitura, la textura. La inteligencia, la musicali-
dad han de pasar a primer plano; lo que no quiere decir
que aquellas características físicas no importen, y mucho.
Es como si a las voces se les pidiera una cierta indiferen-
cia de base a partir de la cual pudieran ejercer y desarro-
llar la propiedad de hacerse intercambiables. Una ópera
como Don Giovanni es un perfecto ejemplo de ello: ocho
personajes que corresponden a cuatro bajos, un tenor y
tres sopranos, calificaciones vocales genéricas que respon-
den a una nomenclatura propia de la época del estreno,
pero que en realidad esconden diferencias sutiles sólo apre-
ciables a veces a través de una buena caracterización. As-
pecto que es posible matizar jugando con los elementos
vocales de que se disponga, teniendo en cuenta que lo más
importante —aunque sí sea relevante— no es la materia
física de cada cantante, sino su estilo; lo que puede supo-
ner que, según los casos, sea posible construir varios re-
partos distintos con los mismos ocho protagonistas. Es
un planteamiento general, de todas formas, porque para
ser sinceros y justos debe reconocerse que las diversas en-
tidades vocales pesan también aquí lo suyo. Hay factores ffjí.
de discusión, incluso de confusión. Hay, sin embargo,
unas constantes que nacen de la escritura musical y de la
personalidad dramática que nos permiten hacer un intento
de valoración y de definición de tipologías.
Página autógrafa del Juan, serénala de!
Según Leibowitz, todo parece establecido en la música Acto ti.
y en los antecedentes del estreno en Praga. Allí Mozart
eligió unos cantantes determinados, poseedores de unas estaban a la orden del día, aun cuando con ellas pudiera
características concretas. Lo único que habría que hacer perjudicarse la estructura dramática de la obra. Todo lo
por tanto sería buscar voces similares a las de aquellos dicho nos debe servir de base operativa a la hora de estu-
y encajarlas en cada personaje. Este es un dato impor- diar, bien que brevemente, qué tipos vocales van mejor
tante, desde luego, aunque tiene más relevancia el deri- a los personajes de este dramma giocoso. Contemplemos
vado de la línea y concepción musicales. Hay que reparar a estas criaturas entrañables por separado y extraigamos
en que el compositor más que elegir o buscar unas voces las oportunas conclusiones.
específicas se sirvió de las que disponía; es decir, en cier-
to modo —lo que era habitual en la época y normal en
la actividad y modo de hacer mozartianos—• estaba pen- Don Giovanni
sando, con sus nombre y apellidos, en unos cantantes y
escribió la música para ellos, a la mayoría de los cuales Hasta principios del siglo XIX no se empezó a estable-
ya conocía; incluso algunos habían intervenido poco an- cer una separación entre las voces de acuerdo con su tim-
tes en el estreno en Praga de Las bodas de Fígaro. Ya se bre, tesitura, densidad, coloración, volumen y otras
sabe que luego, con motivo del estreno en Viena de Don cualidades. Los bajos, por ejemplo, eran tanto los barí-
Giovanni, casi un año después, hizo algunos retoques en tonos como los bajos cantantes o los bajos profundos de
la partitura a petición de los nuevos solistas. Incorporó, la actualidad. A finales del XVIII tan bajos eran Saras-
por ejemplo, a instancias de la famosa Caterina Cavalie- iro, Osmín y el Comendador como Fígaro, Papageno o
ri, el recitativo acompañado ¡n quali eccessi, o Numi y Guglielmo. El carácter de cada papel mandaba, claro, pero
el aria Mi iradi que/1'alma ingrata, n.° 8c del segundo ac- no existían demasiados escrúpulos. Baste decir que lo mis-
to, y creó para el tenor Francesco Morella un aria más mo en Praga que en Viena, las dos primeras ciudades que
fácil en el primer acto, Dalla sita pace, n.° 10b, supri- conocieron esta ópera, el Comendattore y Masetto, per-
miendo II mió íesoro (n.° 8 del segundo). Eran cosas que sonajes lan dispares, fueron interpretados por un solo can-
66 Sdierzo
tante (lo que debió de crear algún problema escénico remedo, por imitación, o de negativo, por contraste, de
también): Giuseppe Lolli en !a ciudad checa y Francesco la de aquél. Por ello interesa, antes que asimilar, diferen-
Bussani en ia capital austríaca. El protagonista, el disso- ciar el uno del otro. Leporello, en definitiva, no ha de ser
luto, suele ser encarnado hoy casi siempre por un bajo un doble de Don Juan, un cantante de voz similar (error
cantante. Sin embargo, Mozart, ya en aquella época, es- de la versión de Maazel recreada en imágenes por Losey,
pecificó en su manuscrito y consignó en numerosas car- la de equiparar, visual y vocalmente, a los dos personajes
tas que el Don debía ser un barítono. Y barítono, muy encamados respectivamente por Ruggero Raimondi y José
lírico además, era Luigi Bassi, creador del papel con 22 van Dam), sino que ha de poseer rasgos propios bien de-
años. No hay que olvidar que el personaje es «un joven finidos: antes que un barítono como el Don, un bajo can-
caballero extremadamente licencioso», según expresión del tante con habilidades histriónícas y facilidad para modelar
propio compositor. Sólo un barítono, que no tiene que lo bufo —es un heredero de los antiguos criados
ser precisamente muy lírico, puede amoldarse a la línea napolitanos— sin caer en excesos. Salvatore Baccaloni se-
elegante, flexible, sinuosa y ágil trazada por Mozart y dar, ría un ejemplo perfecto. Casi todas las exigencias que plan-
matizadamente, la imagen frivola no exenta de porte aris- tea la parte aparecen contenidas en la modélica aria del
tocrático que demanda el noble. Un bajo o una voz en catálogo, n.° 4 del primer acto.
exceso pesada será difícil que acometan con la ligereza y
nitidez adecuadas al aria n.° 11 del primer acto, el presto Comendador
Fin ch'an dal vino, verdaderamente endiablada con as-
censión final, en una escritura muy ágil, al Mi3. La sere- Aquí no parecen existir demasiadas dudas. Es costum-
nata canzonetta del segundo acto Deh vieni alia finestra bre y resulta bastante lógico que ei papel sea asignado a
(n.° 3) exige asimismo, con objeto de expresarla y ligarla un bajo profundo a pesar de que no baja del Lal —y en
adecuadamente en un hilo de voz, una tesitura más bien una ocasión— y de que por arriba escala el Mi bemol y
baritonal, aplicable igualmente al andante con moto Me- Mi natural 3 (escena 15, dentro ya del Finale). Esta tradi-
ta di voi quá vadano, n.° 4 del segundo acto, que pide ción tiene su lado bueno, ya que así se puede otorgar al
mantener un Mi agudo (3) por valor de una negra. Por personaje empaque, solemnidad y rotundidad muy pro-
abajo no hay especiales problemas: la escritura es menos pias del anciano y respetable padre, y su lado malo, pues
grave que la de Leporello, no desciende más allá del Lal. la mayoría de los bajos-bajos que abordan el cometido
En suma, y a pesar de grandes don Juanes bajos como se desgañitan desesperadamente en la tremenda escena ci-
Pinza o Siepi, lo más apropiado es un barítono no dema- tada (Pentiti! Pentitü). Frick, Talvela, Weber han sabi-
siado oscuro con graves sólidos. Brownlee o Stabile po- do sortear estas dificultades.
drían ser ejemplos bastante conspicuos.
Masetto
Leporello
Un barítono con buenos graves, timbrado y flexible en-
Don Giovanni, por las razones apuntadas y por la con- caja bien en este personaje, aunque los primeros que lo
veniencia de que se establezca entre él y las demás voces interpretaron fueron, como se ha dicho, bajos capaces de
graves de la ópera el debido contraste, debe ser por tanto encarnar al tiempo al Comendador. Pero los dos papeles
un barítono. Las cosas quizá no están tan diáfanas, por requieren sin lugar a dudas voces diferentes. Un ejemplo
lo que se refiere a los otros tres bajos. La escritura de Le- sintomático: Mozart bajó con toda probabilidad un tono
porello es evidentemente más amplía que la de su amo, el aria n. u 6 de! primer acto, Hó capito, que muestra los
pues si por arriba asciende como aquél, y en más ocasio- celos del pobre campesino y su incapacidad para oponer-
nes, al Mi3, por abajo toca corrientemente el Lal, lo que se a Don Giovanni. El fragmento inicialmente estaba es-
en su señor es excepcional, y tiene previsto un Fal opta- crito en Sol mayor y el compositor lo transpuso a Fa
tivo, justo ames de la aparición de la estatua en la escena mayor para facilitar las cosas a Lolli. La parte no tiene
15. Comúnmente las intervenciones del criado constitu- especiales dificultades y su escritura es más bien central.
yen un doblete por debajo de las de Don Giovanni, for- Es importante darle un cierto aire rústico a la interpreta-
ma de representar la naturaleza del personaje, especie de ción y evitar el énfasis excesivo.

La Carvalho en Zerlina La Cueymard-Laulers como Doña Elvira Cailhard en Don Giovanni

SchtTZO 6?
DOSIER

Don Ottavio sin ella saberlo, estaba en realidad enamorada de Don


Juan; todas sus invectivas no represencaban sino el des-
Antonio Baglioni, primer Don Ottavio, era un tenor de pecho y mostraban la doble cara del amor y del odio. En
reconocido buen gusto, musicalidad y pureza de tono, atri- la actualidad, Hocquard ha salido al paso de ese tipo de
buios que en cualquier caso ha de poseer el intérprete de interpretaciones más o menos románticas manifestando
este tan criticado personaje, de paupérrima entidad dra- que no hay nada en la música ni en el libreto que las abo-
mática. El peligro que puede correrse y que de hecho se nen. Doña Ana es una típica y casta joven que reclama
corre con bastante frecuencia es el de endulzar o amane- venganza contra el hombre que la intentó deshonrar y que
rar en demasía a una criatura de tan escasa base abordan- ha maiado a su padre. Se somete a la voluntad paterna
do la música blandamente. En ello han caído muchas veces y sólo quiere que transcurra el tiempo para casarse con
cantantes con voces muy ligeras, carentes de masculini- Don Ottavio, el novio elegido previamente. Esta óptica
dad y tendentes a la cantilena meliflua y falta de varie- la convertiría en una Jimena. Maurice Béjart, que ha pues-
dad. El canto en Mozart, no debe olvidarse, puede ser to en escena la ópera más de una vez y que ha enfocado
dulce o patético, elegiaco o brillante, pero siempre es tras- también el mito desde el ángulo balletístico, no lo ve tan
cendente. Ha de procurarse en todo momento darle el va- claro y se hace alguna pregunta: la joven reconoce al ase-
lor tornasolado que le otorga personalidad, sacar hacia sino (en duelo, recuérdese) de su padre por la voz, lo que
el exterior, partiendo de la certera linea melódica, la ex- pone en evidencia que él ha hablado con ella. Pero ¿no
presividad tan puramente servida desde la más estricta y demuestra esto igualmente que ella le ha dejado hablar
justa vocalidad. Técnica, gusto exquisito y sentido del dra- y que por tanto no ha sido violada, más bien seducida?
ma interior han de darse la mano. La debilidad dramáti- Lo cierto es que este personaje es bastante complejo, a
ca del novio de Doña Ana le ha hecho antipático a los veces contradictorio, lleno de los más finos matices, una
ojos de la mayoría del público y de los autores. Hay que extraña mezcla de violencia, odio, amor, patética desola-
romper, no obstante, una lanza en su favor y decir que ción y delicadeza. Tiene dos arias bellísimas y muy dis-
no siempre es bien entendido el caballero, del que se ofre- tintas, Or sai chí l'onore, n.° 10 del primer acto, y Non
cen normalmente visiones demasiado linfáticas, olvidan- mi dir, 1! de! segundo, además de otras muchas in-
do que es un fiel enamorado, que se mantiene en un tervenciones. Su tesitura es bastante elevada, propia de
discreto segundo plano, apoyando en rodo instante a su una soprano lírica, tipo vocal que aconseja también su
prometida en un doloroso trance, y que es un hombre de especial feminidad. Es difícil, qué duda cabe, que la mis-
cierta edad, amigo personal del Comendador. Sea como ma voz pueda expresar convincentemente, con la adecuada
sea, la fragilidad escénica queda ampliamente contrarres- imposración, sin perder esmalte, sentimientos tan varia-
tada en la acción interior al estar a su cargo dos de las dos como los que se dan cita en la atribulada y noble se-
páginas más bellas de la escritura mozartiana para tenor, ñora. Pero un instrumento y un arte como los de una
sobre todo la primera —como se ha expuesto, compues- Nemeth, una Welitsch o una Grümmer han sabido hacer-
ta después—, el milagroso canto amoroso que es Dalla lo, prestando, sin perder la dignidad, la fuerza —
sita pace, que nos sitúa en la órbita de la máxima efusión indicativa de una violencia interna—, el coraje y el ímpe-
sólo enco ni rabie en otras páginas del autor como las co- tu reveladores del honor mancillado y del deseo de ven-
rrespondientes a Belmonte o Tamino. No es un aria es- ganza que exige el n.° 10. Y todo ello a través de una es-
pecialmente difícil, no exige grandes prestaciones (no va critura magistral, llena de tensión y de intensidad que in-
más allá de Sol3), pero precisa de un dominio del legato corpora nada menos que 14 La naturales agudos (4). Y
y de los reguladores, de la messa di voce, que pocos artis- luego la ternura, la efusión íntima, la dulzura en la se-
tas logran aportar. // mió tesoro es, al contrario, un aria gunda página, en cuyo recitativo previo, Crudele!, apa-
que podríamos calificar de heroica —un heroísmo un tan- rece un refulgente Si bemoM que ha de ser atacado en
to forzado, es cierto, en un personaje como el estudiado—, piano. Voz, pues, lírica, pero con cuerpo, con carne, tim-
en la que Don Ottavio se muestra activo y casi guerrero. brada, dominadora de ia coloratura que en muchas oca-
Necesita que el intérprete aune el brío, la virilidad y la siones, lejos del artificio, está en la misma entraña de la
decisión del acento bélico con una perfecta impostación expresión cantada. Es esta voz, transida, la que en el mo-
y dominio de la agilidad, a la par que con un gran con- mento mágico del terceto de las máscaras, en la escena
trol del fiato, necesarios éstos para ascender con fuerza 19 (en el primer Finale), marca la pauta apuntando hacia
al La natural agudo (3) y reproducir el endiablado pasa- lo alto como una flecha y encaramándose hasta el Si
je, en gran parte en el paso, que aparece en la segunda bemo!4.
sección sobre semicorcheas, corcheas y dos blancas com-
binadas. Es una especie de aria de bravura que ha de ser Donna Elvira
atacada sin dengues ni vacilaciones. En sus intervencio-
nes restantes, siempre muy bellas, Don Ottavio no deja También digna, es un personaje sin embargo más do-
de mostrar su mesura y su lirismo de la mejor ley. Perso- liente, más pasivo, a expensas siempre del infiel y licen-
naje por todo ello que precisa, como otros, del no habi- cioso Don Giovanni. Su pasta vocal, su materia, su
tualmente bien entendido Mozart, de una voz lírica o planteamiento expresivo también han de tener una ma-
lirico-ligera de cierta plenitud, timbrada, muelle, flexible. yor entraña dramática para cubrir con soltura las tremen-
Tauber, Simoneau, Dermota, Wunderlich, incluso Von das pruebas que le exige la partitura. Necesita sin discusión
Pataky, son ejemplos históricos. un instrumento de más quilates dramáticos, de mayor den-
sidad, de mayor extensión también para recorrer el am-
plio camino que va desde el Re grave3 de su primera
intervención (aria n.Q 3 Ah chi mi dice mai) hasta el Si
Donna Anna bemol4 del trío de la escena 14 del acto segundo. La suya
es una escritura más abrupta, más contraslada, de mayo-
He aquí uno de los personajes clave, uno de los más res saltos interválicos que la de Doña Ana. Una voz de-
debalidos y estudiados, que centra interpretaciones de muy masiado lírica, como las que erróneamente han servido
diverso signo que intentan penetrar en su no totalmente en ocasiones el pape!, no podrá dar todo el valor a las
clara psicología. Fue Hoffmann el que aventuró en la pri- frases largas y apoyadas del n." 3 ni manifestar la ira e
mera mitad del pasado siglo que la joven Doña Ana, aun indignación que momentáneamente surgen en la dama

68 Schcr/o
Mozürt interpreta en Viena algunos pasajes del Don Juan ante unos amigos

cuando advierte que el seductor intenta beneficiarse a Zer- problemas las notas graves y llenar la zona aguda —
lina (n.° 8, primer acto, Ahfuggi i! iradiior), ni otorgará incluso admitiendo ciertas tiranteces en el final del pri-
la debida intensidad a ios fundamentales recitativo y aria mer acto, en donde canta al unísono con Doña Ana—
del segundo acto, In quali eccessi y Mi tradi. A pesar de otorgará un sabor más natural al personaje, un aire más
sus dificultades y de su nada fácil coloratura —Mozart rústico y retratará de manera adecuada a la campesina.
bajó un tono un amplio fragmento de ella a instancias de Que no otra cosa es la joven y coqueta Zerlina, que se
la Cavalieri, y asi se ha cantado en ocasiones (como lo siente, en su ingenua y espontánea sensualidad, podero-
hace, por ejemplo, Christa Ludwig en la versión disco- samente atraída por Don Giovanni.
gráfica de Klemperer)—, la segunda es todo lo contrario Lo dicho hasta aquí es meramente orientativo y, en to-
de lo que podría entenderse como un número de pura ex- do caso, no deja de constituir más que una suma de razo-
hibición; para mantener su carácter trágico es preciso con- nes teóricas que no encuentran siempre en la práctica su
tar por tanto con una voz amplia y robusta, extensa y acomodo. Por otra parte, ya se sabe, las voces son mu-
fluida, de cierto tinte dramático, una lírico-spinto antes chas veces inclasificables, en ocasiones son más impor-
que una dramática en sentido estricto (el lirismo mozar- tantes que ellas sus poseedores. Porque, como al principio
tiano, a veces soterrado, lo exige); una voz que domine se exponía, en Mozart juega casi siempre un importantí-
también la emisión de agilidades y ataque con precisión simo papel el talento, el gusto, la técnica, la inteligencia.
los largos pasajes de coloratura (corcheas con repetidos Y, partiendo de esas bases, lo fundamental es la capaci-
ascensos al Si bemo!4). La interpretación de Doña Elvira dad mimética, la facultad de amoldarse a un cometido de-
requiere una hábil mezcla de contención, elegancia, apa- terminado a pesar de no contar con las condiciones
sionamiento y fuego interior. Es uno de los personajes pa- teóricas exigidas. Tenemos el ejemplo de las wagnerianas
téticos de Mozart. Su emblema no es la venganza, como Leider o Lubin otorgando brío y delicadeza a Donna An-
sucede con Doña Ana, sino la súplica. na o el de la genial Schwarzkopf prestando, muy matiza-
damente y con ese timbre tan incisivo y penetrante, todos
los contrastes líricos y dramáticos que animan a Donna
Zerlina Elvira, servida también en su día por una joven y lírica
Lotte Lehmann. ¿Y qué decir del espléndido Leporello
Es curioso que tradícionalmente se haya encomenda- de Taddei, barítono que no bajo? O del gran Don Gio-
do este papel a una soprano ligera o lírico-ligera, como vanni de Siepi, bajo que no barítono. O de la Zerlina de
si de una parte de soubrelte se tratara. Y algunas cantan- las citadas Sciutti o Berger. En lo único que desde siem-
tes, dentro de esta tónica, lo han hecho muy bien (Ber- pre parece haber existido acuerdo, teórico y práctico, es
ger, Sciutti). Sin embargo, conviene mucho más a una en el Comendador, que pocas veces habrá sido cantado
mezzosoprano, a una mezzo de tipo agudo (en su caso, por otra voz que no sea la de un bajo, cuanto más pro-
una dugazón), voz similar a la que con toda probabili- fundo mejor. Las luces, las caras, los cristales, los ángu-
dad poseería la creadora, Caterina Bondini. Sus dos arias, los son múltiples en este complejo mundo vocal. Pero
Batti, balli, o bel Masetto, n . ° 12 y Vedrai, carino, n." debemos lender a buscar el ideal expresivo. Mozart, y en
5, una en cada acto, tienen una escritura más bien cen- concreto la sublime música que compuso para Don Gio-
tral, con tímidas ascensiones, en escala, al Si bemoH en vanni, se lo merece con creces.
la primera, aunque también con descenso al Do3. Una voz
que pueda sonar más sólidamente, que pueda apoyar sin Arturo Reverter

Scher/o
DOSIER

Los protagonistas de
Don Giovanni y el disco
U n excelente álbum recopilado por la Voz de su Amo france-
sa, Les introuvables du chanr mozanien, nos trae ecos de
los grandes intérpretes de Don Juan en los comienzos del
fonógrafo. Cronológicamente, la primera grabación es la debida a
Víctor Maurel (1848-1923), que en 1904 registró la Serenata del se-
fue un espléndido bajo cantante; para André Tubeuf, coordinador
y comen I arista del álbum citado, «acaso la más bella voz italiana
de este siglo, en cualquier categoría». La escuela vocal era de pri-
merísimo orden: legato irreprochable, emisión fácil, ataques siem-
pre puros, dicción elegante y nítida al servicio de un fraseo noble.
gundo acto. Se nos presenta una buena voz, lejos ya de sus mejores Además, su Don Juan está perfectamente caracterizado y es, al tiem-
años, y un gran cantante, favorito de Verdi, que lo eligió para los po, distinguido pero con un leve toque plebeyo; brillante y seduc-
estrenos de las revisiones de Don Cario y Simón Bocanegra, y como tor; bien humorado y sensual. Si añadimos a ello una presencia física
primer Yago y Falsiaff. Pero también es paiente que los comienzos excepcional que le permitió hacer carrera en Broadway (Soulk Pa-
de nuestro siglo quedaban muy lejanos temporal y, sobre todo, esti- cific) rebasados los 57 años, tenemos una explicación clara de su éxito
lísticamente de Mozart: el escaso rigor métrico y los legatos y pórta- como Don Giovanni en Londres con Beecham, o en Salzburgo du-
me n tos extemporáneos, por no hablar de los desajustes voz-piano, rante cinco veranos y en Nueva York con Walter. Es de notar que
dan sabor arcaico al registro que constituye, a la vez que un testi- en 1946 Pinza y Bruno Walter grabaron unos fragmentos mozartia-
monio de excelente escuela vocal, un ejemplo de cómo no se debe nos para CBS entre los que destaca un aria del catálogo insuperada
cantar Mozart. Todavía más arcaico resulta Maurice Rcnaud y demostrativa de la afinidad entre las tesituras de amo y criado,
(1861-1933), buen barítono que, acompañado de orquesta, nos pro- aunque la de aquél sea más aguda.
pina exageradísimos riiardandi a lo largo de tres estrofas: cantadas
primera y segunda en francés, ésta se repite luego en italiano. Es de De 1936 es el primer registro en estudio de Don Juan, realizado
admirar, no obstante, la técnica de emisión a flor de labios, verda- por el equipo que en Glyndebourne capitaneaba el gran Fritz Busch,
deramente seductora. Francesco d'Andrade (1859-1921), barítono director hoy injustamente olvidado, acaso porque su temprano fa-
portugués de buena técnica, es involuntariamente cómico en el aria llecimiento en 1951 le privó de la carrera discográfica que bien me-
del primer acto Fin ch 'an daí vino (a la que, por tradición, denomi- recía y que, por ejemplo, Otto Klemperer comenzó por esos años.
naremos «del champán», aunque (al vino resulte algo ajeno a una Protagonista de esta grabación, reeditada en la serie francesa Réfe-
acción desarrollada en Sevilla). También mueve a risa en ese frag- rénces (también EMI), fue John Brownlee, barítono australiano na-
mento el gran Mattia Battislini (1856-1928), que está algo mejor en cido en 1900 cuyo fallecimiento no me consta. Celletti lo define
el dúo La ci darem con Emilia Corsi (Zerlina), pero aun así poco «magnífico protagonista, de voz suave y persuasiva (cuestión de téc-
aceptable para nuestra sensibilidad. Tampoco aclaran el panorama nica, sobre todo), que se presta tanto a la ironía como a la insinuan-
Antonio Scotti (1866-1936) y Geraldine Farrar en su grabación de te sugestión amorosa. Siempre aristocrático y estilizado, en el final
este mismo fragmento realizada en 1908, a tempo fúnebre, poco pro- de la ópera es también competente».
picio para seducciones, rematado con un ridiculo final a la carrera.
Consideraciones análogas para el barítono Mario Sammarco
(1873-1930) en sus dúos del segundo acto con Leporello: canta téc- El microsurco
nicamente muy bien, con bella voz lírica pero, una vez más, con ca-
si nulo rigor estilístico. Y otro tanto cabe decir de Ruffo, Stracciari La siguiente edición en lengua italiana data de 1950. En ella Hans
o de Luca: el salto atrás de Bellini o el primer Verdi hasta Mozart Swarowsky dirige a Mariano Stabile (1888-1968) como protagonis-
era poco menos que irrealizable correctamente aun para los máxi- ta. Poco le quedaba ya de una voz que nunca había sido excepcio-
mos barítonos de primeros de siglo. nal, pero su talento, su linea de canto y su arte para el recitativo
eran todavía ejemplares. No obstanie, para mejor calibrar vocalmente
su burlador es necesario acudir a las excelentes grabaciones eléctri-
En realidad, el disco acústico no era terreno idóneo para las arias cas que realizó para la Cotumbia de Milán hacia 1930. De nuevo otro
de Don Juan, cortas de duración y de tesitura no espectacular. Y barítono en la siguiente grabación completa de Don Giovanni. el gran
si hemos limitado ia cita a voces latinas es porque los catálogos ger- Giuseppe Taddei (1916), todavía hoy favorito de la ópera de Viena,
manos no ofrecen gran cosa, y esta ópera se presta mal a ser canta- iras 50 (!) años de triunfal carrera. Aunque son mejor conocidas sus
da en la lengua de Goethe, especialmente los recitativos. interpretaciones de Leporello o Figaro para Giulini (EMI), su Don
Juan es digno de escuchar; valga como muestra una Serenata canta-
da a media voz y fraseada de óptima forma.
Las grabaciones eléctricas Las primeras representaciones de Don Juan que Furlwángler di-
rigió en Salzburgo tuvieron lugar en 1950 y su protagonista fue Ti-
Los años treinta señalan el perfeccionamiento del nuevo sistema to Gobbi (1913-1984), incómodo por la tesitura de un papel que
de grabación con micrófono y, al tiempo, la aparición de cantantes gravita en torno a ¡a zona de paso de la voz baritonal (Do 3 a Mi
más elocuentes y de mayor rigor estilístico. Acaso la más grata sor- 3), poco sintonizado con la batuta y. para colmo, traicionado por
presa del álbum de Inlrouvables ya mencionado, la depara en el pa- una grabación técnicamente muy mala. El propio Furlwángler no
pel de Don Juan el barítono francés André Pernet (1894-1966), quien estuvo entonces tan inspirado como en las poste, iores funciones de
ofrece en su idioma las consabidas aria de! champán y serenata, en 1953 y 1954, en las que contó con Cesare Siepi (1923) para el papel
versiones equiparables con las mejores: aun en los registros de años titular. Este gran bajo-barítono milanés, cuya carrera aún continúa,
sucesivos, difícilmente volveremos a encontrar reunidos un legato fue en muchos aspectos sucesor de Pinza y, sin duda, el mejor Don
de esa uniformidad, una voz de belleza comparable y una elegancia Giovanni de los años cincuenta, como testimonian sus no menos de
tal. Estas grabaciones de 1934 son superiores a las que Ezio Pinza cinco diferentes registros. Cantó en Salzburgo para Furtwangler en
(1892-1957) había realizado para RCA cuatro años antes con la Or- 1954 (EMI) y para Mitropoulos en 1956 (Replica); en estudio lo gra-
questa del Metropolitan y Rosario Bourdon: por entonces, el gran bó para Decca en dos ocasiones: 1955, con Krips y cuatro años más
cantante italiano había recibido ya las enseñanzas de Tullio Serafín tarde con Leinsdorf. Y aún hay que añadir el film de Paul Czinner
en dicho teatro, pero no el pulido final de Bruno Walter. Pinza fue, realizado en 1954 wbre las representaciones salzburguesas con Furt-
sin duda, el mejor Don Giovanni de los años treinta y cuarenta, co- wángler. Siepi reunía todo lo requerido por esta dificil parte: voz
mo testimonian sus dos registros completos con Walier: el de 1937 cálida y bella, resonante y fácil en el agudo; linea de canto elegante;
en Salzburgo, de pésimo sonido, y el de 1942 en el Met, audible. Pinza buen gusto; dominio del recitativo; talento de intérprete y vocali-

70 Scherzo
dad sobria pero expresiva. A su dicción excelente cabe formularle
un solo reproche; la leve guturalidad que a veces empanaba su pro- céleme. En suma, un Don Juan sobresaliente, casi desconocido aun
nunciación en la erre. Sin duda, el mejor Don Juan de posguerra en su propio pais.
con Nicolai Ghiaurov al que supera en conjunto, según criterio El mejor Don Juan de los años sesenta fue, sin discusión, Nicolai
personal. Ghiaurov (1929). De él dice Rodolfo Celletti en Le grandi voa: «La
En este somero repaso a la díscografia de Don Giovanni no cabe voz de Ghiaurov es de bajo caniame, con un empaste tan compacto
comentario extenso para todos los intérpretes del papel titular. Asi como aterciopelado y una rara facilidad y homogeneidad en todos
de Gcorge London (1919-1985) nos I i misaremos a decir que ni en su los registros (...) Oiráscaracleristicas son la musicalidad del fraseo,
grabación completa con Moralt (1955) ni en los fragmentos que re- la espontaneidad de la expresión, tanto en el impulso dramático co-
cientemente ha editado DG (Bohm; Viena 1955) alcanza la elegan- mo en la inflexión acariciadora, y la exacta recitación». En todas
cia de expresión ni la fluidez en el recitativo indispensables para el sus grabaciones, sea en la oficial para EMI (1964) con Klemperer,
retrato del seductor. Tampoco el barítono Eberhard Wácther(l929) como en varios testimonios del vivo en el Met, Salzburgo (Karajan.
1969) o RAÍ de Roma (Giulini, 1970) son apreciables estas caracie-
va más allá de lo correcto, en la grabación de Ciulíni (EMI, I9S9). rísticas que se plasman en la viril y seductora media voz de La ci
El propio Fi se her-Dieskau (1925) no ha alcanzado en éste la altura darem o de la serenata. Desde el punto de vista sonoro, el álbum
de sus otros papeles mozartianos, como el Conde, Don Alfonso o de Klemperer es óptimo; pero las arias del segundo acto las dirige
Papageno. Mejor como intérprete en su grabación con Bóhm (1966), de manera plúmbea y el propio Ghiaurov responde con mayor in-
superior vocalmente en su primer registro con Fricsay (1959), no acaba tensidad y variedad de acento a las batutas de Karajan y Giulini.
de resultar ese seductor elegante que Pinza, Siepi o Ghiaurov logran En los años setenta tres barítonos han visto fijada su interpreta-
evocar. Aun en los mejores momentos de Dieskau (Serenata, dúo ción de Don Juan en microsurco. El sueco Ingvar Wixell (1931) se
con Zerlina), siempre surge una leve sospecha de preciosismo vocal, beneficia del apoyo imaginativo de sir Colin Davis, pero su versión
de falta de espontaneidad. Por lo demás, ningún barítono acaba de no lo es demasiado y la voz, con su típico vibrato, es de escasa cali-
estar realmente cómodo en una tesitura sin extremos que va del si dad. Tampoco Sherril Milines (1935), acompañado por el sólido pe-
bemol grave al mi agudo —a la que Dieskau y Milnes añaden un ro pesante Bohm, ofrece una composición memorable: obstinado en
extemporáneo la sobreagudo en la escena final— más adecuada a subrayar el satanismo del personaje y con una dicción poco elegan-
una voz de bajo cantante o bajo-barítono. te, teñida de acento americano, resulta vulgar y su capacidad de se-
Antes de pasar a los años sesenta es obligado mencionar el regis- ducción es más que dudosa. Además, no siempre la afinación es
tro que Hans Rosbaud en 1956 con su equipo de! Festival de Aix- perfecta. Desconozco el registro de Bernd Weikl (1942) con Solti,
en-Provence, máxime cuando está protagonizado por un español. pero dudo que un cantante de escuela alemana llegue a
dominar e¡ recitativo italiano con la ligereza que el papel
exige.

De los barítonos que han grabado el papel en los años


ochenta, FranzGrundheber — con Gónnenwein—, Alan
Titus —con Kubelik— y Thomas Alien (1944) —con
Haitink—, destaca este último por su buena voz, su ex-
celente linea y su correcto italiano: sin duda, uno de los
mejores exponentes de su cuerda en el papel de Don Juan.
No parece improbable que Renaio Bruson (1936) lle-
gue a grabar esta ópera; lo cierto es que su interpreta-
ción en el Liceo de Barcelona (1986), que Radio 2 ofreció,
tuvo muy buenos momentos pese a que se trataba sólo
de la tercera o cuarta vez que cantaba Don Juan. Espe-
remos que si el registro llega a realizarse, la voz de este
notable cantante haya superado su baja forma vocal de
los últimos tiempos. También cabe esperar que Ruggero
Raimondi (1941), que recientemente ha sido un excelen-
te Conde para Marriner, repita su Don Juan con una ba-
tuta más mozartiana e inspirada que la de Lorin Maazel.
Sobre la versión de Samuel Ramey (1942) para Karajan
habló Arturo Reverter en estas páginas (SCHERZO nú-
mero 11). Comparto su opinión y a ella remito al lector.
Es probable que este sobresaliente bajo-barítono enriquez-
ca su visión del personaje y nos llegue a dar una inter-
pretación digna del trío Pinza-Siepi-Ghiaurov: cualidades
vocales no le faltan.

Roberto Andrade Malde

Jjptj
Cesare Siepi como Don Giovanni en el Festival de Salzburgo 11953).
i i ¡' ,
Antonio Campó. Durante los años 50, Campó fue un bajo-barítono T t- •
de excelente escuela, impecable dicción y voz fácil, noble y atracti-
va, con un característico vibiato en el registra agudo. La grabación \ : j &$í
de Rosbaud es, como todas las que realizó este gran maestro, de gran
calidad musical y el reparto, que incluye a Danco. Stich-Randall,
Moffo, Gedda y Arie, más que notable. Sin embargo, este álbum
nunca ha gozado de gran estima y la muy buena interpretación de X
Campó suele pasar sin comentarios. Personalmente lo situaría sólo i
por debajo de los tres grandes antes citados, Pinza, Siepi y Ghiau- a
rov: su dicción italiana es irreprochable; los recitativos son siempre (• •
bien medidos, elegantes y claros, y la composición del personaje ex-
i' Scherzo 71
DOSIER

A propósito de la discografía
de don Juan de Mozart
S uperan ampliamente la treintena las versiones com-
pletas, entre grabaciones de estudio y registros en
vivo, que pueden contarse del Don Juan mozartia-
no. Una ópera magnífica, donde los elementos en juego
son de tal calibre que esa misma riqueza, a la hora de en-
mente válidas, de Zerlina. Entre el Leporello de Kunz y
Edelmann, el segundo se afloja por su torpe dicción ita-
liana ante el primero, sutil y menos proclive a la cari-
catura.
Del conjunto que dirige Swarowsky en 1951 es preciso
juiciar su realización discográfica (que es la que aquí nos hacer una referencia al protagonista Mariano Stabile, una
ocupa) produce su propia complejidad. Por ello, afirmar voz mediocre manejada hábilmente por un actor-cantan te
que existe una versión de referencia absolula sería limi- de categoría excepcional. Su Don Juan cautiva por su de-
tar el alcance de una obra grandiosa, compleja y ambi- senvoltura y seducción, al lado de un Leporello de Per-
gua, a la que se puede llegar desde tantos conceptos nerstorfer obscuro y siniestro.
diversos, aun antitéticos, pero con resultados igualmente El director alemán Max Rudolf aglutina en 1953 un
favorables o, por lo menos, estimulantes. equipo de cantantes exclusivamente italiano de un cierto
Consecuentemente, del amplio catálogo, nos limitare- exotismo meridional.
mos a señalar lo que consideramos positivo de cada ver- La edición Philips de 1955, correctamente servida por
sión, con ineluctable referencia, aunque sea por omisión, Moralt cuenta con una Elvira de excepción: Sena Jurinac;
a aquello que no lo es tanto. Teniendo como base de esti- y con el Octavio, junto con Dermota, más notable de su
ma, preferentemente, la labor directoría], primordial en generación, Leopold Simoneau.
la ópera, y el quehacer de los cantantes, en sí y en el
conjunto. Josef Krips, versión de referencia largo tiempo
Existe una versión Uve procedente de la Opera de San
Francisco del año 1932. Es una visión directiva (Serafín) Por muchos años se consideró una versión referencial
orientada hacia el cantante, cinco voces míticas, especia- la presidida por Josef Krips para Decca. Hoy día aún man-
lizadas en otros terrenos líricos, que no logran conjun- tiene sus valores esenciales. Siepi fue con justicia el mo-
tarse en un tono compacto, pero que aisladamente delo de Don Juan de su generación: autoritario, elegante,
alcanzan niveles irrepetibles. Es también un documento frivolo. Suzanne Danco suple las limitaciones de su ór-
preciso para conocer cómo se cantaba Mozart en la época. gano con una lectura intensa y matizada del personaje.
La primera edición oficial de la ópera procede del Fes- Della Casa compite con Jurinac en Elvira. La debilidad,
tival de Glyndeboume. Con Fritz Busch hay aquí una no- en fin, del registro es el Leporello de Corena, deformado
ción del conjunto, equilibrio teatral, profundidad de hasta el ridículo. La dirección de Krips, exacta, enérgica,
conceptos. Los solistas, sin embargo, satisfacen sólo par- consigue una planificación sonora y dramática intensas.
cialmente. El binomio Don Juan-Leporello, además, puede De la producción de Aix-en-Pro vence ha perdurado la
resultar demasiado contrastante, aunque Baccaloni apa- dirigida por Hans Rosbaud en 1956, que carece de un cuer-
rece bastante disciplinado. Lo extraordinario de este re- po orquestal idóneo y, a pesar de los nombres famosos
gistro histórico lleva la firma de von Pataky: ¿puede existir del casi, el resultado no es especialmente satisfactorio.
voz más bella y canto igualmente sensible? La lectura de Fricsay para Deutsche Grammophon en
De las dos ediciones conservadas de Bruno Walter es 1959 peca de cierta superficialidad, siempre teniendo en
preferible la de Nueva York en 1942, con un portentoso cuenta que se trata de una gran batuta, y a lo que no es
elenco. Walter, un mozartiano sagaz, descubre espontá- quizás ajeno la elección de algunos cantantes. Fischer-
neamente la pluralidad de la obra, controlando el opu- Dieskau, particularmente, con excelentes momentos sin
lento reparto. Un momento mágico, en suma y sin mayor duda, tiende al amaneramiento.
consideración, de la historia del teatro lírico. Siepi no se favorece de la visión, exuberante sonora y
Un pathos excesivamente romántico preside la noción tímbricamente de Leinsdorf para RCA en 1959, que cuen-
de Furtwángler en torno a este dramma giocoso de Mo- ta, además con un conjunto de voces un tanto desor-
zart. Ello se traduce en una lentitud sofocante por mo- denado.
mentos de los lempi cuyas consecuencias sufren los La dirección vibrante, fúlgida, de Giulini para Emi en
cantantes. Pero esta excepcional batuta consigue ocasio- 1959 es la baza primordial que, en su momento, despertó
nes de una profundidad metafísica de pesadilla. Tres re- en la crítica y aficionados un entusiasmo, que con el pa-
presentaciones de Salzburgo quedan para atestiguarlo, de so del tiempo y aparición de otros registros se ha enfria-
1950, 1953 y 1954, las dos últimas con un solo cambio do. Porque Wáchter es un protagonista pálido,
de reparto: Ernster por Arié en el Comendador. La de Scwarzkopf muestra un registro grave falso y un agudo
1950, a causa de Gobbi (fuera de juego) y Welitsch (incó- en exceso elaborado, Sutherland se distancia del perso-
moda), es inferior a las otras dos: Siepi y Grümmer. naje, Alva es un Octavio desmañado, etc. Pero, a pesar
Schwarzkopf y Dermota aparecen en los tres registros: la de lo dicho, en su conjunto, mantiene relevante interés.
Elvira de la primera se resiente del medio teatral que la La versión de Klemperer para Emi de 1965, de amplio
obliga a forzar el volumen con pérdida de color: igual es- hálito como corresponde a tal difuso director, se eviden-
timación nos sugiere el Don Octavio de Dermota, que al- cia prolijamente alemana y pesada. Se beneficia, empe-
canzará insuperables cotas en la grabación de estudio de ro, de la presencia de un impresionante Ghiaurov, una
Krips. Seefried y Berger dan dos ideas distintas, pero igual- cálida y sensual Freni y un elegante Gedda. Elvira es aquí

72 Stherzo
ter Hall, posee la calidad del producto bien elaborado.
Corrección ejemplar de una inmediatez teatral aprecia ble.
Teatralidad de la que carece la, por ahora, última edi-
ción discográfica de la ópera de Mozart: la de Karajan.
Ya desde el primer acorde el director nos sumerge en un
clima de agobiante fatalidad, sin un respiro, una conce-
sión. Quizás resulte por ello una visión sin contrastes, uni-
formemente monocolor. Lo que sí se presenta como un
incuestionable acierto es la elección de los cantantes. Por
encima de la labor de cada uno de ellos, que pueden so-
portar con más o menos fortuna precedentes ilustres, al-
canza Karajan una individualización de los personajes,
con base en su coloración tímbrica, pocas veces cuidada
en registros precedentes. Fernando Fraga

D1SC0GRAFIA DE DON JUAN


• Pinza, Usl, Ponsdlph Schjpa, Müllcr, Lazian, 0' Angela, Fleischcr, Opera San
Francisco. Serafín. ¡932, UORC
• BrownlM, Franklin. Squez, van Píiaky. HelleURrüber* BaccaJoru, Henderson,
Mildmay. Glyndebaurne. BUKIK 1936. EMl.
• Pinza» Aben, Rtfhbcrg. Borgiali, Hellei&gnlbcr. Luzari* Eul. Bokon Filar
mdnica Viena Walter Salzburao, 1937. ñWS
• Pinra. Cordón, Bampum, Kullman. Novoina, Kipmi, Harrellh Sayaú. Mtiro-
polítan N Y. Waltcr. 1942. Ctira.
• Ahlcrsmeyer, Pflanzi, Schech, Hopf. Ttichemacher. Boehmc. Fnck, Weid-
lich. Opera Drcsde. Elmendorff 1943. Eterna (en alemán)
• Gobhi. lireind], Weliisch, Dcrrnoia, Schwarzkupf, Kunz, Potll, Seefricd, Fi-
Wilhelm Furlwángler dirigiendo Don Giovanni en larmónica Viena Funwangkr. Salzbuiao, 1950. Berkeity.
Salzburgo en 1953. • Siabile. Czcrwcnfca. Grob-Prandl, Handt, H r Konetzni, Pemprtíorfei, Poell,
HíUSftr, Sinfónica Vicna. Swarowsky. ]95l. Éralo.
una mezzosoprano, Ludwig, apasionada y origina!, pero • Schocflcr, Hofmann, Mamáis» Defirióla, Danco, Kunz, Neidlinger. O- HofF*
raanii. Opea Hambureo. Liidwig. 1951. Melotíram.
en detrimento de una Ana canija. • Tadda, £erbinih Cuni&-VmdP VallelEi, Gavina, Tajo, Susca, Rfbítii, Raí Tu-
El rigor estilístico de Karl Bóhm frente a Mozart es su- rin. Rudolf. I9Í3. Cura.
• Siepi, ArífTGjümmer, Dermcna, SchwHijkopf, Edelmmn, Bciry. BcrRCt. ¥i-
ficientemente conocido para que se insista en él. De los lirmónJca Viena. Funwinaiei. Salzburao- I9Í1- Btrkeley.
dos registros comerciales que ha dejado, 1966 y 1977 (es- • Sicpi. Errulcr, Crümmtr h Dennoca, Sch*»Tíliopfh Edclmann, Beny, Beiger.
FilaimónJca Vtcna. Furiwángjei. Salzburgo I9M Cetra.
ta última en vivo de Salzburgo) apostamos por la prime- • London, Web« h Zadck, Simonuu, lurinic, Beiry. Wachiír, 5ciuiti4 SinftV-
ra. En ambas, sin embargo, el distanciamiento del director nica Viena. Morali. 1955. Philips.
• Siepi» Borhmc, Danco, Dtrmoia. DcLla Ca»* Corem, Beriy, Gucden^ Fllar-
con la labor del cantante hace tambalear por secciones la múnica Viena. Krips, 1955- Oecca.
• Campü, \iié. Sikh-Randali, Gedda, Danco, Cortiü, Vcuier?«F Moffo, Con-
unidad conceptual que aflora sabiamente en la orquesta. certí Conseivatoirt Paria. Rosbaud, Al*. J « 6 . Pathé.
La barroca dirección de Bonynge para Decca en 1969 • Siepih Tozzi, Sitber, Pecrce. Della Ca*a, Coren*F Llppman, P«cri, Mclropo-
litan N.V. Bohm. 1957. Melodram.
no despierta otro entusiasmo que de la oscuridad y el he- • Colambo, Hofmann, Kingdon, Giifludeau, (Jrafh OlJcndorff^ Oorin, Dcbbs.
cho también de que contiene los añadidos que Mozart Uprra Badcn. Kiannhals. !V¿B. Guiíden.
' FkKticr-Ditskau, Kccppcl, Jurinac, HBCIILBCI, Stftdír. Ko1inh Sardi, Scffncd.
agregó para el estreno vienes de la obra (como en la ver- Rías Berlín. Frkíay. 1959. DGG.
sión Leinsdorf). Destaca la ardorosa Elvira de Lorengar. • Siepi, Van Milla. Nílíson, L. Prkeh Coren*. BUnkcnburs, (UtlL. Filarmánia
Viena. Lriiudorf. 1939. RCA.
Horne, como Zerlina, ofrece una fachada inédita del per- • Wichier. Frkk, Sudierlaiid. AlvaT Schwarzkopr. Taddci, Cüppucdlli. Sciul-
sonaje de episódico interés. tih Filarmoñia. Glullni 1959. EM!.
• W*chierH Zacearía. L. Prict. ValletEi. Schwarzkopf. Berr>\ Panera!, Sdullíh
Modesta la edición Philips de 1973, a pesar del buen Filarmonía Viena. Karijan. Sulíburgo. 1960. HRE.
• Siepi. Fnck. Gnimm« h Simcneau. Dclla Casah Corcna, Berry. SlrcicKH FiUr-
hacer de Colin Davis al frente de la Orquesta del Covent múflica Viena. Miiropouloa. 1960. RépUco.
Garden. Freni repite eficazmente de nuevo su Zerlina y Te • Ghiatirov, Crasi. Waison, Geddah Ludwig. Bífir, MoDlflrwlo, Fccm, Nueva
Filarmonía, Klemperer. 1%!. EMl
kanawa se afirma como una considerable Elvira. • Fiwtwr-Dicikau, Talvík, PJiJüon. Schreier. Annyoh Fiagdlo, Manotli, Griat.
Opera Praga. Bóhm. 1966. DGG
Menos interés que la anterior es la aparecida el mismo • Bttquler, Graní, Suthcilafid. KrtnnT LoreDgar, Gfifflm, Monrcak, Horne,
año con la impersonal y poco definida dirección de Ba- Enehsh Ctuunrwr. Bonyoje. 1969. Decca.
• Wbceü. Rom, Arroyo, BUTTDWI, Te Kanawa, GnnraiolbT van Alian, Freni. Co-
renboim y un reparto honesto, pero humilde. vem Clarden. Davi&. 1973. PHiitps.
La banda sonora del film de Joseph Losey ha de consi- > Sover, La*|cr. Sgourda. AKa, Harper, Evanah Rinaidi, E*on3íh. Englúh Cham-
ha Barenboim, 1973. EMi
derarse en función de la imagen, lo que disculparía las ' Soyer, Moü. Mr Pnce, Burrowa, Te Kanawt, Van PamT Van AILan, Berbie»
Opera París Solii 197?. Esirc Armónica.
debilidades que padece, impuestas por su carácter cine- • Müno, Macurdy TomowaSuilo». Schraer, Zylu-Gtra, Benr. Düvm* Mal-
matográfico. Maazet se pliega obediente a la fluidez de la his. Filaimonica Vteni Búhm. Saizburgo. 1977 DGG.
• Gnjnheber, Hólk. Kouul, Haider. Gómei. Ahreiu. Brichf. NidKa, FSUVBI
imagen, al frente de un elenco con oportunos aciertos. Ludwi(&buig. Gormenwtiti, I97A. EMÍ (en aJcmin>
Solti para Decca en 1979 propone un Don Juan rigu- > Riimoadi. M*curdyh MOKT, Ri*tel. Te Kanawa, Van Dun. M- Kinj. Ber-
ganu. Opera Parii. Maand. 1979. CBS,
roso y contrastado, atento al más pequeño detalle, pero ' Weikl, Molí. M.Prkt, BurrowiF Saii, Bacquier, Sraroek. Ptipp, FílarnioniOL
algo se desprende de su exposición como de fría raciona- Londrei. Solti 1979. Decca.
• Tilua. Rooimn^, Varndy. T. MOKT. Auget, Panerai. Schelirc. Malhi$, Radio
lidad. Salvo Sass, contó con un reparto homogéneo y dó- Batiera. Kubeük. 1986, Eurodac.
• AllenT Kavraios. V a « u , K. Lewiih Ewinx. Van Alian, Rawmltyh Gaie. Lon-
cil en el que se impone destacar la formidable Ana de don Plularmonic. Huiink. 19*6. EMÍ.
Margaret Price. • Ramey. Burchululu, Tomova-Sinco*. Winbertli, Balt», Furíaoeuo, Mal-
la, BatOe, Rlannouca Vkoa. Kvajan. 1986. DGG.
Kubelik al frente de su orquesta habitual protagoniza
un Don Juan sin relieve, a causa de un equipo residual
y provinciano. Grabación de corto vuelo, incapaz de com- Eí orden de ios intérpretes es'el siguiente: Don Juan, Co-
mendador, Doña Ana, Don Octavio, Doña Elvira, Lepore-
petir con cualquiera de sus contemporáneas. íio. Mase lio, Zerlina, Orquesta, Director, Año de ia
Sin contar con grandes figuras, el Don Juan de Hai- grabación. Marca.
tink, procedente de la producción de Glyndebourne de Pe-

Scherzo 73
ALGUNAS GRABACIONES DE
SIR GEORG SOLTI
MOZART: La Flauía Mágica
BARTOK: Concierto para orquesta Burrows, Lorengar, Prey, Deutekom
Suite de Danzas Talvela, Fischer-Dieskau, Stolze
Orquesta Sinfónica de Chicago Coro de la Opera Estatal de Viena
LP 9-W002 • CD 4000522 Dígita] Orquesta Filarmónica de Viena
3 LP 6799131 • 2 MC 8-90079 • 3CD 4145682
B1ZET: Carmen
Tróvanos, Domingo, Te Kanawa, Van Dam SCHOENBERG: Moisés y Aarón
Coro John Aliáis. Orquesta Filarmónica de Londres Fran: Mazura. Philip Langridge
3 LP 6799033 • 3 MC 8-90070 - 3 CD 4144892 Coro y Orquesta Sinfónica de Chicago
2 LP 4142641 • 2 CD 4142642 Digital
BRAHMS: Réquiem Alemán
Variaciones sobre un tema de Haydn R. STRAUSS: Zaratustra. Don Juan. Till Eulenspiegel
Kiri Te Kanawa, Bernd Weikl Orquesta Sinfónica de Chicago
Coro v Orquesta Sinfónica de Chicago CD 4140432
2 LP 6799048 • 2CD 4146272
R. STRAUSS: Elektra
BRUCKNER: Sinfonía No. 9 Nilsson, Resnik, Collier, Krause, Stolze
Orquesta Sinfónica de Chicago Orquesta Filarmónica de Viena
LP 4172951 • MC 4172954 • C p 4172952 Digital 2 CD 4173452

HAYDN: La Creación VERDI: Un Bailo in Masehera


Burrimes, Wohlers. Morris. Greenberg, Mimsgern M. Pnce, Pavarotti, Bruson, Ludwig, Battle
Coro !• Orquesta Sinfónica de Chicago Coro v Orquesta National Philharmonic
2 LP 9-80008 Digital 3 LP 4102101 • 3 MC 4102104 • 2 CD 4102102 Digital

HAYDN: las Sinfonías "de Londres" VERDI: Réquiem


Nos. 94 y 100: LP 4118971 «CD4II8972 Digital Sutherland, Horne, Pavarotti, Talvela
Nos. 95 y 104: LP 4173301 • CD 4173302 Digital Coro de la Opera Estatal de Viena
Nos. 96 y 101: LP 9-50003 • CD 4175212 Digital Orquesta Filarmónica de Viena
Nos. 102 y 103: LP 9-50007 - CD 4146732 Digital 2 LP 6799117 -2CD41I9442
Orquesta Filarmónica de Londres
WAGNER: El Oro del Rin
L1SZT: Los Preludios. Prometeo. Tasso London, Flagstad, Neidlinger. Svanholm
Vals Melísto No. 1 Orquesta Filarmónica de Viena
Orquestas de París y Filarmónica de Londres 3 LP 6799! 18 « 3 CD 4141012
CD 4175132
WAGNER: La Walkyria
MSZT: Sinfonía Fausto Nilsson, King, Hotter, Crespin. Frick, Ludwig
S. Jerusaiem. Coro v Orquesta Sinfónica de Chicago Orquesta Filarmónica de Viena
LP 4173991 • MC 4173994 • CD 4173992 Digital 5 LP 6799110 • 4 C D 4141052

MAHLER; Sinfonía No. I WAGNER: Sigfrido


Orquesta Sinfónica de Chicago Windgassen, Nilsson, Hotter, Stolze
LP 41173(1 • MC 4117314 • CD 4117312 Digital Nekllinger, Bbhme, Sutherland, Hoffgen
Orquesta Filarmónica de Viena
MAHLER: Sinfonía No. 4 5 LP 6799102 «4CD4141I02
Te Kanawa. Orquesta Sinfónica de Chicago
LP 4101881 • MC 4101884 • CD 4101882 Digital WAGNER: El Ocaso de los Dioses
Nilsson, Windgassen, Frick, Fischer-Dieskau,
MAHLER: Sinfonía No. 5 Watson, Ludwig, Neidlinger, Popp
Orquesta Sinfónica de Chicago Coro de la Opera Estatal de Viena
LP 4143211 • M C 4143214 • C D 4143212 Orquesta Filarmónica de Viena
6 LP 6799107 «4CD4141I52
MOZART: Las Bodas de Kígaro
Alien, Te Kanawa. Ramey. Popp, Stade, Molí WAGNER: Páginas orquetales de Tannhauser
Coro v Orquesta Filarmónica de Londres Maestros Cantores, Tristán y Holandés errante
4 LP 9-80006 • 2 MC 8-90086 Orquesta Sinfónica de Chicago
3CD 4101502 Digital LP 6594226 - MC 8-41226 • CD 4119512
NOVEDADES DE OCTUBRE:

WAGNER: LOHENGRIN
Plácido Domingo, Jessye Norman
Eva Randova, Siegmund Nimsgern
Hans Sotin, Dietrich Fischer- Dieskau
Coro de ¡a Opera Estatal de Viena
Orquesta Filarmónica de Viena
4 CD 4210532 - 4 LP 4210531
4 MC 4210534 Digital

HHETHOVEN: SINFONÍA No. 9


A:\sye Norman, Reinhild Runkel
Roben Schunk, Hans Sotin HAYDN: SINFONÍAS Nos. 93 y 99
('oro y Orquesta Sinfónica de Chicago Orquesta Filarmónica de Londres
CD 4178002 • LP4Í7800I CD 4176202 • LP 4176201
MC 4178004 Digital MC 4176204 Dígita!

HAENDEL: COROS DE EL MESÍAS


HAN HE I. Coro v Orquesta Sinfónica de Chicago
íiiik-Qtaat (Zketuiet CD 4210592 • LP 4210591
iM numiB a n r a n 'tiras MC 4210594 Digital
•p G E O R G - S ' O L T I

TCHA1KOVSKY: SINFONÍA No. 5


Mussorgsky: Una Noche en el Monte Pelado
Preludio de Khovantchina
Glinka: Obertura de Russlan y Ludmilla
Orquestas Sinfónicas de Chicago y landres
CD"Ovalioni'4l77232
DANZA

Alas denuevo rico


Temporada 1987 del Ballet del Teatro Lírico Nacional
Ttilro de la Zarzuela, Madrid, del 13 al 2Ú de septiembre. Batid del Teatro Lírico Nacional La Zarzue- gráfico de absurda proyección ca-
la. Primer programa: Las Silfides: Chopin/Fokine; La Espera: Roig Francoli/Barra; Raymonda Di- tártica.
veitimenlo: Glazunov/Petipa.

a compañía titular de danza clá- Aciertos y errores


bambalinas es francamente ridicula, co-
L sica de España ha mejorado al-
go. Pero no hay que llamarse a
engaño, ni lanzar las campanas al vue-
lo. Mirado con una justa lupa, la me-
mo los árboles expresionistas de las pa-
tas laterales. El telón de fondo, falto
de gracia y mal pintado. Lo de los tu-
tus es sangrante. Sin estructura, hechos
Raymonda divertimento está bien
bailado. Y toda la plantilla del ballet
merece un sonoro bravo por su esfuer-
zo. Pero de nuevo la escenografía y el
jora es mínima e incluso superficial. Se de licra elástica, son una blasfemia pa- vestuario arruinan lo que podía haber
trata, como es costumbre últimamente ra el género. Y las alas, de juzgado de sido un éxito sin opacidades. De nue-
en esa institución, de un barniz pere- guardia. Enormes, mal contorneadas, vo Pedro Moreno ha atacado, y el re-
cedero, de un maquillaje no siempre mal puestas. Los tocados de cabeza, sultado es de chiste y carcajada, si no
bien aplicado sobre un rostro terri- pobres y monocromos. Pero la culpa fuera porque el presupuesto público
blemente marcado por la incompeten- de todo esto es del mencionado Ray Ba- gastado lo hace dramático. Moreno no
cia, !a anarquía y la improvisación. Los rra, probadamente incapaz. Barra, que sabía en qué época se desarrollaba el
efectos son producto de una labor fo- si sabe cómo es el ambiente verdadero ballet, hasta el punto de que Savina y
ránea, y tiene dos nombres: Valentina y tradicional de Las Silfides, ha prefe- Plisetski tuvieron que rechazar vestua-
Savina y Azari Plisetski. A la primera rido el camelo. rios terminados que se referían al siglo
no se le permite dar clases y un sectot XV11 francés, y que quedarán en alma-
de los bailarines la juzga como anticua- En cuanto al baile, Carmen Molina cén para una futura Bella durmiente,
da, negándose a reconocer que es la ar- ha resultado muy rígida, aunque sopor- teniendo que realizarse a toda prisa es-
tífice de que no merezcan pitos esta vez. table. Ricardo Franco, elegante, poé- tos trajes de corte toscana incoheren-
Azari Plisetski no necesita en lo abso- tico, con desajustes musicales, pero tes y mal realizados. Los dorados no
luto que se le mencione como herma- digno y sentidamente metido en el per- resuelven el problema, y hay que ver
no de Maya Plisetski. Posee por sí sonaje del poeta romántico. Aranixa qué tono de dorado se pone en un tra-
mismo una reputación intachable y una Arguelles hace una mazurka impecable je de ballet para que no parezca de
carrera brillante. La calidad de su di- en lo técnico y muy dentro del estilo. comparsa de carnaval brasileño. Esto
dáctica está mundialmente reconocida. Carmen París, que una operación de se prueba en la escena final, donde el
marketing accidental y gratuita sitúa rey, la reina y los solistas se apeloto-
Es le primer programa se compuso a como promesa, es una buena princi- nan bajo el palio real (en realidad ce-
partir de un esquema básico creado y piante, llena de dotes y de buen baile, bolla infantiloide) y se vuelven,
dejado establecido por la anterior di- pero es aventurado decir lo que será (es- empastados, una masa reluciente de
rectora, María de Avila. to en ballet es prácticamente imposible oros, como la baraja de un potente nue-
y todo se queda en especulaciones). Pa- vo rico. La coreografía de Raymonda
María de Avila hizo venir, hace ya rís es bella en escena, sus puntas son fir-
varios años, a Rosella Hightower para es la del entusiasmo. Y todos los chi-
mes y sus extensiones seguras, pero su cos han puesto lo suyo. Los pasos a
montar el tercer acto de Raymonda. inmadurez es tan palpable como discul-
Por diversas razones aquel proyecto no cuatro de chicos y chicas, la danza de
pable. Debe señalarse que fue una de- carácter (aunque algo menos) y los ada-
pudo concluirse. Las Stlfides fue otro cisión de Plisetski el colocarla en un
empeño de la anterior directora, tal co- gios de conjunto fueron bailados a lo
papel solista, pues Barra no había con- largo de las noches con entrega y bue-
mo el proyecto de que Azari Plisetski tado con ella.
viniera a trabajar a Madrid. Estas coor- na danza. Sigue habiendo kilos de más
denadas se establecieron en la anterior en el cuerpo de baile, y pies sin estirar,
Entre dos obras maestras del reper- y cabezas mal colocadas, pero todo eso
etapa. El programa está presentado con torio universal del ballet clásico se so-
dignidad y, en genera!, la plantilla de tendrá arreglo si a los redentores invi-
mete al público madrileño a una sesión tados se les deja trabajar.
bailarines hace un esfuerzo por man- de tortura costosa: La Espera, último
tener una altura, cosa que consiguen al- intento de Barra, esta vez con trajes de
gunos por separado y en general. seda pura y de pieles seleccionadas a un
Plisetski y Savina han hecho el milagro Arantxa Arguelles impuso su presen-
costo de más de 100.000 pesetas por cia con una brillantez que incluso sor-
y desde luego este tipo de trabajo no unidad de vestuario. La música de Roíg
ha hecho más que comenzar. Pero hay prendió a sus incondicionales. Su
Francolí, con poco de original, y sien- variación, brillante, en la versión más
muchas más sutilezas que vale la pena do a la larga un revuelto más o menos
analizar. difícil y cercana, a la que hacia la pro-
bien ordenado de Stravinsky y De- pia Maya Plisetski en los años cincuen-
Las Silfides ha sido montada según bussy. Barra elaboró un pastiche con ta, fue un acto maduro, y este ha sido
versión del Bolshoi con ligeros cam- guerreros a lo Espartaco de Grigoro- sin duda su primer gran triunfo de
bios, y está bien. El desastre comienza vich, y varias Frigias maltratadas. Ma- adulta. Su coda, correcta hasta el fin,
con la escenografía y acaba con el ves- chista, ¡comprensible y aburrida, la acabada en un sorprendente balance,
tuario. Pedro Moreno, diseñador de es- pieza en cuestión no se sostiene, y sólo equilibrio en atitude y pose de manos
tos bodrios, nunca había visto un tutu la salvan del mortal bostezo los intér- en el mejor estilo, fueron una muestra
en su vida, y esto es muy evidente. pretes, especialmente Arantxa Argue- de que la niña ganadora de concursos
Tampoco alcanza el tono estético de la lles, Antonio Castilla, Antonio es ya una mujer que baila brillantemen-
escenografía del ballet de Fokin, a la Fernández y Daniel Alonso, que bailan te. Es una pena que los trajes, llenos
sazón referido a una pintura de Corot. muy bien y sacan partido a una trama de rosados pantera, y perlas que no de-
La floresta amazónica que cuelga de las sin sentido y a un tratamiento coreo- coran, tampoco ayudaran a la soltura

76 Scherzo
DANZA

de] baile. Esto se hizo muy evidente en el ceño todo el tiempo como si le do- de la cara hasta los pies, pero no pone
los soportes, que abundan dentro de la lieran las muelas, un gesto afectado que demasiado empeño en estirarlos. Es
coreografía de Petipa. Raymonda es un desdibujó aún más su paso a dos y su una cuestión de trabajo, de entrega pa-
clásico difícil de estilo, pues siendo mu- variación, de ejecución lamentable, a sional al baile, co>a que no se entien-
cho más avanzado que El Lago de los ratos casi solamente marcada. En Ray- de, pues se nota qje pone sentimiento
Cisnes (aún inmerso en un posroman- monda fue más grave, pues al salir a en lo que hace en e scena. Todo hay que
ticismo matizado de afectaciónes) pre- escena aterrizó sobre el tapiz llevándo- decirlo: en su noche con Carla su cul-
senta una estilización de la morisca de se a su partenaire en la caída, Raúl Ti- pa fue menor y estuvo mejor que ella.
compleja ejecución. Raymonda es sen- no. La caída no tiene importancia en El nuevo director de orquesta mere-
sual, pero contenida. Su brillantez no si misma, pues todas las estrellas han ce todos los aplausos. Por fin alguien
está en un virtuosismo exagerado, si- besado el suelo alguna vez. Carla se que desde el podio y la batuta mira a
no en el estilo elevado, el aire de los veía bellísima, con un hermoso tocado los bailarines, y toca a tiempo de dan-
brazos, la calidad de las puntas y la pos- de cabeza al estilo antiguo (que More- za. El señor Miguel Roa dirige con un
tura. Esto lo hace más difícil para la no y Barra debían copiar, como hacen humor galante y mide la brillantez, no
bailarína, que debe acudir a su caudal los japoneses cuando hay algo bueno) queriendo tapar a los bailarines. Hora
seductor, pero a través de la elegancia. y un tutu ligero, bien decorado, pero era de que el ballet encontrara alguien
La Arguelles entendió esto y lo asumió que denotaba vejez. asi.
hermosamente. Antonio Castilla, por El problema fue la danza. La Fracci
su parte, estuvo correcto, virtuoso en hizo su variación en versión apócrifa, La compañía ante su futuro
sus saltos y giros, y no tanto en los so- facilona. La diagonal, apresurada, sin El Ballet del Teatro Lírico está cam-
portes a la pareja. Castilla es otro que salto. La coda, una ronda de piques im- biando, pero aún quedan zonas oscu-
ha probado aquí una vez más su clase personales. La pose final, a plañía. Un ras y cosas imperdonables. Esto es el
comienzo de un trabajo que no termi-
na nunca, hay que creerlo así, pues el
camino de la perfección, aún en con-
tra de la perspectiva natural, es cada
vez más ancho en e] horizonte. Resul-
ta un mito actualmente lo de hablar de
encontrar una linea propia. Esa es la
palabrería oficial a que se tiene acos-
tumbrada a la opinión pública por par-
te de los rectores de la cultura. Lo
mejor, hoy por hoy, es tratar de encau-
zar un repertorio clásico discreto, co-
herente, invitar figuras que se luzcan y
de paso agraden al público y aporten
cosas positivas, escoger los diseñado-
res entre gente enterada y los asesores,
como el caso de Savina y Plisetski, de
entre lo mejor. Es la única manera de
no tirar el dinero. Ahora viene a resi-
dir y dirigir Maya Plisetski y el asunto
cambia. Interrogantes, todas. Deseos
de todos: que la joven troupe española
avance y se estabilice. Materia huma-
na hay en abundancia relativa, y gente
bien entrenada también, incluso fuera
de las filas actuales de la compañía.
Se trata de racionalizar política di-
Arantxa Arguelles y Antonio Caslilla en el pas de deux de Raymonda. rectiva y esfuerzos personales que van
desde el bailarín principal hasta el por-
y su rigor. Los demás intérpretes en la desastre memorable que cuesta una su- tero. Está claro que el repertorio debe
segunda distribución dejan que desear. ma astronómica cada noche al ballet y engrosarse hacia lo académico bien
Carmen Molina, que algunas cosas las al 1NAEM. Llegado el momento, ¿a montado, y que en el caso de las pie-
hace bien, no reúne las condiciones fí- quién pedir responsabilidades de la se- zas contemporáneas, la selección debe
sicas necesarias para este protagonis- lección de la invitada? El tono de ma- ser rigurosa, y no que un director esta-
mo. Cuando no se puede, no se puede, lestar general era evidente, tocando lo ble imponga sus experimentos. Los bai-
y éste es el caso. Titubeos, falta de con- fraudulento. larines españoles no pueden servir de
centración, inseguridades en las puntas, Raúl Tino, después de su gira perso- cobayas ni a Barra ni a nadie. Teiley
detalles imperdonables en un papel co- nal por América, hizo lo que pudo. Pe- montó su hermoso Voluntarles y el re-
mo este. Es la parte dura de una carre- ro se sabe que puede más. Su caso sultado es satisfactorio. Sparenbleck lo
ra ingrata. Carla Fracci ha sido la duele, pues al verle, la escena se ilumi- mismo. Lo que se necesita es creado-
invitada de honor de este primer pro- na con su garbo, entonces algo falla. res de calidad, regímenes dietéticos y
grama. El resultado sólo es compara- Tino tuvo todas las condiciones del mucha barra clásica (la de madera, del
ble al timo de la estampita. Fracci tiene mundo, e incluso la ventaja de que em- salón de ensayos, se entiende). Que sur-
52 aflos y está en muy buena forma fí- pezó pronto a estudiar la danza, que, ja una Carmen París, que Arantxa Ar-
sica, pero ha perdido la memoria. Tan- como se sabe, es el lastre de los varo- guelles madure, que el conjunto crea en
to en Las Stlfides como en Raymonda nes: la pérdida de esos primeros años.
Pero en Tino algo no se resuelve en es- lo que hace, es siempre loable. Pero
improvisó todo lo que quiso. En el pri- cena. Tiene un físico privilegiado des- ahora es de verdad el cruce de caminos.
mer ballet se cargó el estilo, y frunció
Roger Salas
Scherzo 77
Alta Fidelidad de Referencia

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JAZZ

EPISODIOS
N o queda más remedio: de seada que se pueda imaginar. Sor-
Madrid debemos hablar presa enorme, y no obstante parece
una y otra vez, y ¡que se todo lan natural, tan lógico.
nos perdone! Al fin y al cabo es Vuelvo a escuchar al famoso trio
donde esta revista se edita, y don- de Bill Evans, con Scott LaFaro al
de nos toca vivir gran parte del año. bajo y Paul Motian a la batería, en
Casi con pavor hemos vuelio a la el Vülage Vanguard todas aquellas
ciudad tras las delicias veraniegas, históricas grabaciones que no han
y de pronto notamos un ligero cam- perdido nada de su increíble gracia,
bio en el aire que aún no ha tenido fuerza y delicadeza en el cuarto de
tiempo de contaminarse del todo. siglo que ha transcurrido desde
Bien es verdad que los atascos y los aquellos momentos de máxima ins-
atracos siguen siendo del orden del piración creativa. Uno tras otro
día, que continuamente se tropie- vuelven estos temas que sabemos de
za con gente de mal humor, que la memoria, que en su día significa-
burocracia como siempre nos ron la gran revelación y la casi de-
amarga la existencia... y, sin em- finitiva lección, tal vez el decisivo
bargo, es como se respirara un po- paso en nuestra educación musical:
co mejor en esta selva asfáltica, «My Romance», «Someday My
sobre todo en las horas de menos Prince Will Come». «Nardis»,
agobio, es decir, por ia noche. Co- «Waltz For Debby», «Jade Vi-
mo dicen los jazzadictos: «Nightti- sions», etc.
me is the right time»... En el bar cambian la cinta, y es
Este matiz casi agradable que el momento de ponerse nervioso. Si
percibimos se debe en cierta medi- se equivocan, habrá que pagar y
da a un nuevo fenómeno que ya huir. Pero la maravilla continúa.
por el mes de mayo empezaba a Esta vez es John Coltrane que sue-
abrir gratas perspectivas, tanto pa- na en la noche silenciosa: media ho-
ra los músicos de jazz como para ra con dos de sus inolvidables
los aficionados en general. Las te- interpretaciones de «Chasin' The
rrazas que surgieron por todas par- Trane» e «India». Otro capítulo
tes parecían reunir condiciones para cualquier amante del jazz gra- trascendental en la historia de Jazz
excepcionales para ofrecer música cias a «El Cairo», terraza de recien- con Eric Dolphy, McCoy Tyner y
en vivo, un lujo que no precisamen- te construcción. Allí, rodeado de Elvin Jones como testigos y partí-
te abunda por estas latitudes. Pero faroles que brinda la iluminación cipes. Y para redondear la faena y
la cosa quedó en vagas promesas y adecuada, de coches de todos los completar esta noche tan especial
vanas ilusiones. Resulta que el in- modelos y colores que descansan, sigue «Mingus, Mingus, Mingus,
terés por el dinero pesaba más que de vecinos sin prisa para volver a Mingus, Mingus», el disco del gran
el afán de agradar al público, y los casa que dejan a niños y perros ju- contrabajista que —no se sabe por
grandes perdedores fueron los mú- gar un ralo más y ¡milagro! en si- qué— siempre olvidamos y que, sin
sicos, como de costumbre, Se les lencio, se sienta uno con su copa y embargo, nunca podemos escuchar
engañaba con frecuencia, y pron- se queda literalmente clavado en el sin sentir honda emoción dentro del
to optaron por retirarse de tan im- asiento el tiempo que sea, olvidán- impacto, porque esta música es un
provisados y nada seguros lugares dose de la hora y del lugar. Porque manantial inagotable que nos llena
de trabajo. El jazz no llegó nunca por un par de altavoces discretos y nos deja exhaustos.
a sonar con fuerza en la caluro- suena la música más bella, más de- Empiezan a recoger las sillas, y
sa noche madrileña, y, por otra ha venido la hora de marcharse.
parte, una Administración cada día Las amigas en el bar me dice que
menos tolerante y menos generosa las cintas provienen de un contra-
inició una fuerte ofensiva contra las bajista llamado Luis Pérez. ¡Sepa
terrazas. Unas sucumbieron ante este amigo desconocido que con se-
las amenazas, otras cambiaron de mejante programación que supera
táctica perdiendo en calidad y ga- ALBURQUERQUE, 14 todo lo que hasta la fecha he podi-
nándose una clientela de las más Junio M«rn Bilba» do escuchar en Madrid logró llenar
variopintas y conflictivas. Las po- El mejor una noche de septiembre para po-
cas que heroicamente resisten pa- cos aficionados noctámbulos!
recen hoy en día las últimas. Jazz en Vivo Dicen que el Ayuntamiento de
barricadas de una ya de por sí es- cada Madrid quiere acabar cuanto antes
casa vida bohemia que se quiere de- con las terrazas. Si todas fueran tan
sarrollar al aire libre y a la luz de noche ejemplares como «El Cairo», no
la luna, que es lo más sano. con 2 PASES tendríamos desagradables proble-
Cerca del viaducto, en la parte diarios mas de este tipo en nuestra
antigua de la capital, se encuentra ciudad...
la Plaza de la Paja, oasis y refugio 11,30 y 1.30 h. Ebbe Traberg

Scherzo 79
ALTA FIDELIDAD

Counterpoint: Apoteosis de laválvula


uando comenté el mal erial danés Baltimore. Según el físico catalán Ma- fenómeno similar y la electrónica High

C Copland y la etapa de potencia


británica Beard P-35 hice refe-
rencia a que la resurrección de las elec-
nuel Cardona, Director del Instituto de
Ciencias de Sólidos Max Planck, de
Stuttgart, el acierto del descubrimien- ,
End está integrada casi exclusivamen-
te por previos y etapas a válvulas. E!
gran Peter Moncrieff, a través de sus
trónicas de válvulas aplicadas al soni- to de Klitzing ha sido el de proporcio- famosos boletines IAR (International
do es un hecho, un hecho perfecta- nar una explicación sencilla a los Audio Review), ha situado en el pedes-
mente constatable y totalmente indis- efectos que se siguen cuando se produ- tal máximo de la calidad a las marcas
cutible. Fíjense ustedes que ya circula cen grandes cambios de temperatura en Audio Research (válvulas e híbridos) y
por el mercado hasta un lector de com- los transistores. Realmente Von Klit- Counterpoint (válvulas e híbridos). El
pactos con electrónica a válvulas, el zing midió el efecto de un transmisor gurú americano dedica también una
norteamericano Cal Tempest, conside- Mosfet a muy bajas temperaturas, cer- cierta atención a Futterman (válvulas
rado como uno de los mejores produc- ca de —273 grados, y vio que aparecían OTL e híbridos) y en materia de esta-
tos en su género. Dough Sax, realizador escalones muy extraños del ya citado do sólido no deja títere con cabeza, con
de los justamente afamados discos de efecto Hall. las excepciones de Robertson y Electro-
grabación directa Sheffield, ha decla- La mera observación de estos he- companiet. Téngase presente en iodo
rado recientemente que en su labora- chos, incluso para nosotros, profanos caso que las valoraciones del equipo
torio no se trabaja con ningún en la materia, induce a suponer que tie- Moncrieff son de una severidad y exi-
componente de estado sólido; considera nen razón quienes indican que el tran- gencias sumamente extremadas.
Sax que en líneas generales la utiliza- sistor está a mitad del camino y que la La firma Counterpoint, de musical
ción de semiconductores en la electró- válvula, en cambio, ha llegado casi a título, está ubicada en el área de Los
nica de audio viene a ser casi incom- los límites de sus posibilidades tecno- Angeles, es decir, en el área de mayor
patible con la obtención de calidades lógicas. Desde luego es un hecho per- densidad del mundo en lo que concier-
óptimas. Realmente los grandes maes- fectamente comprobado que la nómina ne a fabricantes de material exquisito.
tros de la electrónica en Audio consi- de fabricantes que se han acogido a la Hace veinte años, cuando se hacía re-
deran que existe un conocimiento total vieja tecnología ha aumentado extraor- ferencia al West coast sound, se esta-
sobre la válvula como vehículo para el dinariamente en los últimos diez años. ba significando JBL; ahora, además de
sonido, mientras que a la tecnología del Este espectacular avance se ha produ- la renombrada marca de cajas acústi-
semiconductor le queda aún mucho ca- cido sobre todo en las Islas Británicas, cas y amplificadores, se significan fir-
mino por recorrer. Estados Unidos y Japón. Principal- mas tales como Infinity, Wamm,
mente en este último país la afición por Quicksilver, Snell y otras de alto por-
El efecto Hall te, entre las que se encuentra Counter-
la válvula hace furor, se pagan canti- point, cuyo material ha comenzado a
Es indudable que esta línea de pen- dades astronómicas por ciertas labores ser importado en España hace unos
samiento guarda una perfecta correla- occidentales y de nuevo han comen- cuatro meses aproximadamente.
ción con el hecho de que el Premio zado a proliferar los pequeños talleres
Nobel de Física de 1985 le fue otorga- artesanales donde se fabrican por en- He tenido, pues, la oportunidad, y
do al investigador alemán Von Klitzing cargo ingenios a válvulas, generalmente casi diría que el honor, de manejar y
por sus trabajos sobre semiconducto- sobre la base de circuitos y diseños an- escuchar algunas de estas piezas recien-
res, que han versado básicamente so- tiguos. No es difícil imaginar que los temente y doy fe ya desde el principio
bre el llamado efecto Hall descubierto precios de estos objetos rebasan a ve- de que se trata de un material de altísi-
en 1880, hace, pues, más de un siglo, ces el millón de veris. ma calidad, sin lugar a dudas entre las
por el Dr. Hall de la Universidad de En Norteamérica se ha producido un tres o cuatro mejores gamas de electró-
nica a válvulas a nivel mundial. La ga-
ma de productos Counterpoint se limita
a previos y etapas de potencia, además
de un pre-preamplificador para cápsu-
las de bobina móvil y un inversor de fa-
se (SA-Pi) de gran utilidad para
corregir en cualquier momento un pro-
blema sempiterno de las cadenas de
sonido.
La ideología de este fabricante se de-
canta de un modo categórico en favor
de la válvula. En sus literaturas descrip-
tivas del material figura la siguiente le-
yenda The heart of the matter: The
tube. A pesar de ello, en algunas reali-
zaciones recientes han hecho una cier-
ta concesión a los semiconductores a
través de dos etapas de potencia híbri-
das a base de válvulas y transistores
Mosfet en la salida. Se trata de los mo-
delos SA-I2, de 85 vatios por canal, y
SA-20, de 220 vatios por canal. El so-
nido de este último amplificador es al-
go fantástico y estoy pensando este
Counterpoint: Sistema Preamplificador, 9/11.

80 Scherzo
ALTA FIDELIDAD

ofrecer a los lectores de SCHERZO una


referencia completa de esta soberbia
pieza no de alta sino de altísima fi-
delidad.
La gama actual de los preamplifica-
dores Counterpoint se completa con el
SA-7, el más modesto en prestaciones
y precio. Pese a ello puede perfecta-
Counlerpoint Preamplificador SA-5.
mente ser considerado como un com-
ponente de élile cuyo precio, en mi
Obsérvese el espléndida aspecto de su fuente de alimentación. opinión abordable, de unas 125-
adjetivo al usarlo. Hay una precisión establece que los cuatro mejores siste- 130.000 ptas. permite por una cantidad
impresionante sin el menor atisbo de mas de etapas de potencia son los si- relativamente moderada iniciarse en el
frialdad, tan propio de los transistores. guientes sin orden de prelación: Mark mundo mágico de las válvulas. Este
La etapa puede ser dispuesta en puen- Levinson 20-L (Etapas mono), Mark aparato ha constituido un estilo rotun-
te de mono para llegar a suministrar Levinson 23-L (Etapa estéreo con puen- do en el mercado británico, donde ha
una potencia de 600 vatios sobre 8 oh- te en mono), Counterpoint SA-4 y recibido críticas muy favorables y se co-
mios. Dos etapas SA-20 conectadas Counterpoint Sistema SA-20/20. Dada dea con componentes de precio mucho
constituyen el sistema SA-20/20, que es la Habilidad de la revista citada, estos más elevado.
(oda una referencia. datos resultan muy elocuentes. El pre-preamplificador SA-2 puede
La línea de las etapas de potencia ser considerado ya como un componen-
Counterpoint se completa con la ya le- Los previos te clásico. Es uno de los pocos ingenios
gendaria SA-4. Se trata de un amplifi- La gama de los previos comprende de este tipo que funcionan con válvu-
cador monofónico a válvulas sin actualmente tres modelos aparte del sis- las, además de otros dos pre-prés fabri-
Iransformador de salida. El diseño se tema SA-9/11 lsolinear, que nace con cados por Conrad Johnson y Audio
debe a ese tipo genial y maniático de la pretensión de situarse muy próximo Research, respectivamente. Al margen
la perfección que se llama Roger Mod- en nivel de calidad a un Cello Audio de gustos y modas, el SA-2 es un apa-
jeski, actualmente dedicado con inten- Suiteoaun Audio Research SP-11, por rato fabricado sin limitaciones ni com-
sidad a la fabricación de válvulas con ejemplo. De los tres restantes el mejor promisos con el fin de obtener
el auxilio de ordenadores. El modelo es el SA-5, si bien discernir y cualificar resultados muy satisfactorios, y a ve-
SA-4 se basa en la tradición marcada su superioridad sobre el modelo que le ces óptimos, en el proceloso campo de
por Julius Futterman, quien siempre sigue, SA-3, a mí me ha llevado un pro- las cápsulas de bobina móvil.
preconizó la conveniencia de suprimir ceso de audiciones atentísimas duran- Ahí queda, pues, el reirato en pin-
los transformadores de salida en las eta- te mes y medio. Finalmente conseguí celada general de un gran fabricante.
pas de válvulas con el único fin de eli- descubrir una cierta mayor elegancia y Con mayor detenimiento pienso anali-
minar un intermediario entre la válvula finura en el SA-5, cuya fuente de ali- zar alguno de sus componentes en par-
y la caja acústica. El SA-4 está consi- mentación (también a base de válvulas) ticular. Es evidente, y de ello me
derado en algunos cenáculos Hi-Fi constituye una labor de ingeniería im- congratulo, que el mercado español se
como el mejor amplificador a nivel presionante. Tan dentro me caló la ex- eslá animando últimamente en ese sec-
mundial. En todo caso, si no se quiere cepcional calidad de sonido de este tor tan difícil que es el de los compo-
aceptar una afirmación tan categórica previo que, con el esfuerzo económico nentes de gran clase; ese tipo de
informaré a ustedes sobre el hecho de subsiguiente, no pude resistir el sacri- trabajos que dan a la industria de la Al-
que la publicación japonesa Slereo ficio de devolvérselo al importador. Es- ta Fidelidad un cierto toque de Arte.
sounden su última edición, correspon- le es uno de los inconvenientes que tiene
diente al otoño del présenle año 1987, el oficio de critico Hi-Fi. No tardaré en Alfredo Orozco Buezo

¿Por qué no sacarle el máximo


rendimiento a su giradiscos? (y 2)
1 mes pasado habíamos consegui-
do ajustar perfectamente el over-
íhang y el desplazamiento en
nuestro giradiscos. Cuando la aguja es- El Azimut está bien ajustada la cápsula. Habrá
tá leyendo información del disco sufre que girar en un sentido u otro, depen-
un empuje hacia el centro del disco. Si La cápsula debe estar alineada con diendo de que el ángulo sea menor o
no se corrige este empuje resultará que respecto a la superficie del disco. Para mayor de 90°.
la cápsula estará leyendo más imforma- que los canales izquierdo y derecho
ción de un canal que de otro. Esto se sean mutuamente independientes la Tipos de cápsulas
corrige con el antiskating. Normalmen- cápsula debe formar un ángulo de 90° Prácticamente todas las cápsulas
te en los brazos pivotados se aplica una con respecto a la superficie del disco. funcionan de la misma manera, produ-
pequeña fuerza que hace que el brazo Para hacer este ajuste se usa un espeji- cen una señal eléctrica debido al movi-
sufra un empuje al contrario del pro- to. Se pone sobre la goma del giradis- miento, dentro de un campo magné-
ducido por el giro del disco. En los bra- cos y se deja apoyar suavemente la tico, de un imán o de una bobina. La
zos tangenciales no ocurre este aguja sobre él. La imagen reflejada de- forma de generar la serial es lo que di-
fenómeno, ya que no hay discrepancia be ser una prolongación de la cápsula. ferencia unas cápsulas de otras. Las
en la lectura de los dos canales, por lo Si la imagen reflejada forma un ángu- cápsulas en las que se mueve un imán
que no tienen antiskating. lo con respecto a la cápsula es que no se llaman imán móvil (MC-moving

Scherzo 81
ALTA FIDELIDAD

Ortofon SPU Gold, Elac MC-1, Koet-


Tijxxte Crbtald , bridn móvi 1 NtUl Bobina su black y red. La lista se podría am-

r3l "Mi
Capsula pliar con muchos más modelos, pero
magnético
esto es una muestra de lo que existe en
el mercado español.
La de los brazos es una cuestión más
delicada, ya que no todas las cápsulas
van bien con todos los brazos. En fun-
ción del cálculo hecho anleriormente y
en función de la cápsula se tendrá que
vr elegir el brazo. Se podrían recomendar
"" """" los siguientes brazos: SME 3009-R
Principio El vastago se El vastago se El vastago se El vastago se y 3012-R, SME tipo V, Alphason:
dr funcio- mueve, por d mueve, poi el mueve, por el mueveh por eJ HR-I00S y HR-1002-MCS, y Rega.
namiento. ^urco del disco surco del disco. surco del disco. surco del disco.
con un peso de (3 La armadura La armadura de La bobina vibra Esta es una pequeña lista, hay mu-
a 8 gr). La magnética se hierro se mueve en el campo chas más cápsulas y brazos correctos,
ir acción del mueve entre las entre las piezas magnélico, la pero espero que esto sirva como
vastago sobre el pie?.as polare» polares señal es inducida
cristal causa la causando un cambiando la en la bobina y
muestra.
señal de salida. cambio en el flujo reluctancia del pasa por un Revisemos, pues, los conceptos que
e induciendo una campo magnético. transformador o hemos comentado e intentado aclarar
señal en la bobina e induciendo una un a lo largo de estos dos meses para ajus-
de salida. señal en la bobina prí amplificador.
de salida. tar un giradiscos.
— El giradiscos debe estar a nivel.
magner) y las de bobina móvil (MC- Veamos cómo se usaría esta gráfica. — Se tiene que ajustar el overhang
moving coil). En primer lugar tenemos que saber la para que coincida con el valor dado por
La entrada normalizada de amplifi- masa efectiva del brazo, que normal- el fabricante. De esta forma las distor-
cador para cápsulas de imán móvil {de- mente viene dada por el fabricante, y siones son mínimas. Se necesitará una
berían llamarse de bobina fija) es de 47 a continuación le sumaríamos la masa plantilla de dos puntos de distorsión
Kohm y la fuerza de apoyo típica es de de la cápsula. De esta manera tendría- cero.
1 a 1,5 gramos. Normalmente 0,5 gra- mos la medida del eje x. La medida del — Se ajustará la altura de! brazo de
mos menos que las cápsulas de bobina iu HÍ
móvil. Hay algunos factores que inter- Zona Úpu'ma de resonancia
vienen en la calidad de sonido de una
Fres =
cápsula que nunca han sido explicados. mC
Por ejemplo, las cápsulas de bobina
móvil dan una mejor calidad de soni-
do que las de imán móvil, a pesar de Fres - Frecuencia de resonancia
m = Masa del brazo * maja del srslema
que las de imán móvil tienen una señal ¡o c = Comphancc dinámica de la cápsula
de salida más elevada y tienen ventaja
en lo que se refiere a habilidad de trac-
king. Las cápsulas de alta gama nor-
malmenie son de bobina móvil. ¡ 30
Las cápsulas de bobina móvil tienen
una señal de salida baja, por lo que
normalmente se tendrán que usar con
un pre-preamplificador que eleve la se-
rial proporcionada por la cápsula. La
mayoría de las cápsulas tienen cuatro
conecto res de color para conectar los Masa efmjta del braro (en gramos)
{brazo -i- ponacápsula)
cables de señal del brazo. La mayoría
coinciden con la siguiente lista: Rojo: eje y viene dada por la compliance di- tal forma que su parte inferior esté pa-
Señal del canal derecho. Verde: Tierra námica de la cápsula. Este dato viene ralela a la superficie del disco.
del canal derecho. Blanco: Señal del ca- en las instrucciones de uso de la — Con un espejito se ajustará la
nal izquierdo. Azul (negro): Tierra del cápsula. perpendicularidad de la cápsula respec-
canal izquierdo. Proyectando los valores del eje x y to a la superficie del disco. La cápsula
del eje y obtendremos un punto de cor- debe formar un ángulo de 90° con res-
Concordancia en [re cápsula te. Lo ideal es que el punto de corte pecto a la superficie del disco.
y brazo coincida con la frecuencia de resonan- — Con una balanza se tiene que
El sistema formado por el conjunto cia de 10 Herzios. La compliance y las ajustar la fuerza de apoyo de la
brazo-cápsula tiene una frecuencia de masa efectiva del brazo determinan la cápsula.
resonancia baja. Lo ideal es que la fre- resonancia del conjunto. — En función de la fuerza de apo-
cuencia de resonancia del conjunto es- Hay ciertas combinaciones afortuna- yo se ajusta el antiskating.
té enire 10 y 12 Hz. Para calcular la das de cápsulas y brazos, por supuesto Una vez hecho todo esto se pasa a
frecuencia de resonancia particular de siempre en función de la compliance y hacer una primera escucha y posterior-
un conjunto brazo-cápsula se necesita de la masa efectiva del brazo. mente se hace un ajuste más fino, por
saber la masa efectiva del brazo y la Hay una serie de brazos y cápsulas ejemplo pequeñas modificaciones en al-
masa y la compliance de la cápsula muy recomendables por sus caracierís- tura o en fuerza de apoyo o también se
monlada. Aplicando la fórmula de la ticas. En cápsulas de bobina móvil es- puede comprobar cómo varía la calidad
figura nos daría la frecuencia de reso- tán consideradas como muy buenas las de escucha en función de las variacio-
nancia del conjunto. siguientes: Denon 103 S, Supex 2200, nes de overhang.
Carlos Gaseó
82 Scherzo
Recursos Musicales en España
Directorio de la Base de Datos de igual nombre, residente en los puntos de Información Cultural IP.I.C.) del Ministerio de Cultura.
Más de 8,000 registros con información sobre: A la vena en las librerías del Ministerio de Cultura:
• Organismos oficiales Madnd: Gran Vía, 51.
•ftreonas Tf. 91/247 21 46
•Entidades y 247 33 12.
'Actividades Barcelona: Muntaner, 221.
* Publicación» Periódicas
índices complete, onomástico, Tf. 93/322 9612
y 32293 51.
por actividad, geográfico.
M
MINISTERIO DE CULTURA
AL SERVICIO ÍRM) DE LA MÚSICA

REAL MUSICAL
CARLOS III, 1
(Frente al Teatro Rea!)
Tels.: 241 30 09 - 241 31 06
28013'MADRID

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