El Don de Sanidad
El Don de Sanidad
El Don de Sanidad
Las tres veces en las que Pablo habla del don de sanidades
(1Co.12:9,28,30), lo hace con un doble plural: los carismas de
sanidades. Esta expresión ha sido interpretada de distintas formas:
cada sanidad sería un don particular, o bien se trataría de los diferentes
aspectos el hombre (espíritu, alma y cuerpo) que tienen necesidad de
ser sanados, o de diversas clases de enfermedades, o de distintas
formas de sanidades (oración con imposición de manos o con unción
de aceite, o por un enfermo ausente...)
Dios todavía realiza milagros. Dios todavía sana a las personas. No hay
nada que impida que Dios sane a una persona a través del ministerio
de otros. Sin embargo, el don milagroso de la sanidad, como un don
espiritual, pareciera que no está funcionando hoy en día. Ciertamente
Dios puede intervenir en cualquier forma que crea conveniente, ya sea
de forma "normal" o a través de un milagro. Nuestra salvación por sí
misma es un milagro. Estábamos muertos en el pecado, pero Dios entró
en nuestras vidas y nos hizo nuevas criaturas (2 Corintios 5:17). Esa es
la mayor sanidad de todas.