Origen e Historia de La Marinera y El Huayno
Origen e Historia de La Marinera y El Huayno
Origen e Historia de La Marinera y El Huayno
Se sabe que los ritmos costeños se originaron a partir de la llegada de los españoles y los esclavos
africanos al Perú, de esta manera se produjeron una convivencia entre españoles, africanos, nativos
costeños, mulatos. Como consecuencia de esta convivencia se produjo una gran fusión cultural, dando
origen a una nueva cultura. En este contexto, fue que nacieron los ritmos costeños.
1. Marinera
La marinera es producto del mestizaje hispano-indigenista, con aportes culturales traídos por el negro
africano y caribeño.
Con la llegada de los españoles a América Latina, los ritmos diferentes del viejo mundo se refugiaron
deleitados en nuestro Continente: vino el “Fandango” que mezclado con las “Cashuas” determinó el
nacimiento de otros bailes. Luego nació el bullicioso Tas-be mejicano, el Cielo Gaucho argentino, el
Zambo venezolano, el Bambuco granadino, el Amor Fino ecuatoriano y la Sajuriana chilena (casi al
igual que en el Perú el Toro Mata que encandilara a los viejos negros en las noches bohemias cerca a los
viñedos).
Para el costumbrista FERNANDO ROMERO, la Zamba, baile colonial de bozales y mulatos, fue
madre de la Zamacueca y abuela de varias subformas coreográficas peruanas entre las que se cuenta la
Marinera.
La marinera toma el nombre en 1,879 cuando el periodista y gran folclorista costeño ABELARDO
GAMARRA “El Tunante”, bautiza con ese nombre a la Zamacueca en honor a las heroicidades del
Huáscar que sorprende al mundo combatiendo en el Pacífico a la gran flota chilena.
La Marinera originaria del Perú: Corriente peruanista que afirma que la zamacueca es de origen
netamente nacional e inclusive encuentra sus origenes en la época de expansión de los Mochicas y de
los Incas, con vinculaciones a las costumbres funerarias de los antiguos habitantes del Tahuantinsuyo,
proviniendo su nombre del quechua Zawani (Raíz: sama o zama), que significa descansar. El historiador
peruano ROMULO CUNEO VIDAL, expresa textualmente que la zamacueca fue la danza de la
holganza y de la alegría, su nombre derivado de zawani significa: baile del día de descanso,
“Zamiquiqui” esto es descansar, holgeos (en la colonia) el amo o sus siervos y empleados al cabo de
una semana de rudo trabajo. Tales afirmaciones se respaldan en la existencia de huacos que muestran
parejas danzando este baile. La mujer y el hombre tienen una especie de bolso o pañuelo, él esta con la
mano en la cintura y ella la tiene en la espalda.
Los hispanistas: Los españoles en sus manifestaciones sociales exponían bailes de salón como Minué,
Cuadrilla, Rigodón y otros que por sus elegantes movimientos de prestancia y señorío, pudieron haber
sido fuente de inspiración para la Marinera, la que pudo ser copiada por la servidumbre y gente del
pueblo que los espectaban.
Los africanistas: Estos son los que juzgan que la Marinera es de origen exclusivamente africano. Se
fundamentan, en que este baile siempre tuvo como cultores a los zambos y negros, quienes con sus
cantos y danzas imponían las costumbres del lejano continente.
La etimología del término “ZAMACUECA” sería: “ZAMACLUECA” para dar a conocer que la zamba
por sus contorneos y felinos movimientos está como la gallina que ha puesto un huevo como empollar:
“CLUECA”.
NICOMEDES SANTA CRUZ, dice que no fueron zamba y cueca las palabras que dieron origen a la
zamacueca, sino Samba y Cuque, de Kibunda “venia” para iniciar el lundú.
Recién en 1800, se acusa recibo de un baile llamado “Zamba” que posteriormente es llamado
Zamacueca, y que los africanistas sindicaron como madre de la Marinera.
Transcurre el 800 con sucesivos cambios de nombre de este baile conociéndosele como “mozamala”,
“zamacueca”, “el baile del pañuelito”, cambios que obedecen a los sucesos de la época y a la evolución
de la cultura y la condición social de la gente.
Posteriormente, teniendo en cuenta su semejanza con la cueca chilena, recogió nuestro baile el apelativo
de la chilena. Después de la guerra del 79, y por iniciativa de ABELARDO GAMARRA “El Tunante”,
se rebautizó como baile de marinería o baile de la Marinera, en homenaje a la Marina Peruana,
simbolizando las jornadas heroicas del gran Miguel Grau en el legendario Monitor “Huascar”, por el
vaivén marino que caracteriza el “cimbreo” de nuestro baile. Así se consagró definitivamente como:
“MARINERA”.
Probablemente la época de oro de nuestra Marinera, fue aquella lucha sorda entre los partidarios del
Mariscal Don Avelino Cáceres y el gran caudillo demócrata Don Nicolás de Piérola, guerra civil que
culminó con la entrada triunfal de “Los Montoneros”, en el año 1895.
En 1893 se escribió la primera Marinera para piano y canto, llevando como letra una linda canción
callejera de José Alvarado “Alvaradito”, el más popular y criollo de los compositores capitalinos de ese
entonces y música de Abelardo Gamarra “El Tunante”, siendo llevada al pentagrama por la entonces
niña limeña Doña ROSA MERCEDES OYARZA, fue publicado en 1899 con el nombre de “Razgos
de Pluma” dedicado por su autora a don Abelardo Gamarra, con motivo de la aparición de su libro
titulado también “Rasgos de Pluma”.
En esta forma Julio Rojas Melgarejo, aclara que la “Concheperla” no es más que copia fiel de la
marinera “Rasgos de Pluma”, revela además que la primera marinera que compuso “El Tunante” se
llamó “La Antofagasta” y fue escrita en marzo de 1879, con Núñez del Prado, inspirada también en la
guerra con Chile.
Disponible en http://listamusicacriolla.com/origenes-de-la-marinera/
2. Huayno
El huayno pertenece por identidad a la sierra peruana, bailado alegremente con polleras y pañuelos al
ritmo de mayormente tristes letras y alegorías al amor perdido. Resalta además la música tocada con
arpa, que es el instrumento principal de esta música autóctona de las entrañas del Perú, donde se puede
llegar allí vía vuelos a Lima. El Huayno es relacionado directamente con lo rural, con lo apartado de la
urbe, completamente comprensible porque los exponentes y orígenes de esta música, como ya ha sido
mencionado, son andinos, de altura, del campo.
Se dice que fue el baile preferido del pueblo incaico, desde esos siglos atrás ya se podía bailar y disfrutar
de sus movimientos con fines meramente de entretenimiento, lo que no era muy común en el pueblo
incaico, muy dedicado al trabajo y a la productividad, aunque no se descarta que el huayno se halla
bailado con un fin ceremonial.
La pollera y el pañuelo se sincronizan en las manos de las mujeres para menearlos rítmicamente junto a
su pareja masculina que con otro pañuelo y ejecutando zapateo complementa la amalgama.
Este baile es tan difundido en toda la serranía que posee sus propias características en cada sector del
país (norte, centro y sur). La versión norteña es más alegrona, la central es más sentimental y menos
movida, y la sureña es pausada o lenta. Todos los estilos son interpretados con instrumentos de viento,
cuerda y percusión.
Con la migración masiva de gente del campo a la ciudad, el huayno ha ido ganando terreno en Lima,
donde se puede escuchar en algunas emisoras radiales específicas 100% de esta música en horarios
completos. La TV no es indiferente a esta realidad por lo que casi la totalidad de la señal abierta dedica
sus mañanas a programas dedicados al huayno –en mayor medida- y alguna otra música vernacular
también popular.
El baile andino por antonomasia que es el huayno tiene diversas expresiones departamentales, no sólo
se ciñe a lo que es norte centro y sur, sino también a lo hecho por cada localidad, aunque, claro,
siguiendo lo estipulado por cada zona del país.
La población limeña ve de forma despectiva esta música por ser de origen étnico, lo que deja claro el
divorcio que existe entre el campo y la ciudad en Perú. El huayno es un estilo tabú no aceptado como
gusto popular por no tener gran arraigo en la gente urbana, aunque los que disfrutan de este género son
una gran mayoría. Esto no impide que sea el símbolo musical de los andes peruanos.
El huayño, forma musical y coreográfica generalizada data de la época del Incario, de alegría y belleza
singulares, por su delicadeza, agilidad y gracia estéticas, como especie musical pertenece al cancionero
pentatónico, danza palaciega lírica más completa del Indio Quechua, llegó a un nivel muy alto dentro de
las preocupaciones culturales del imperio, depurando sus pasos, creando nuevas figuras y adquiriendo
un ritmo elegante y fecundo, se lo baila en pandilla con diversas figuras, de carácter social más común
de la zona andina. Sus frases musicales son generalmente cortas, de cuatro a ocho compases, que se
repiten varias veces y cuyo movimiento se acelera al concluir la pieza, se lo baila en todo
acontecimiento ya sea relacionado con el ciclo vital o en las festividades patronales, religiosas y
profanas.
Ha llegado a los salones de la alta sociedad, habiendo sufrido transformaciones y perfeccionamiento
con los procesos culturales, se ha proyectado a sistemas más completos como el de la Escala
heptatónica, diatónica y cromática manteniendo los giros modales propios de los cancioneros
prehispánicos.
El Huayño indígena, — dice Diaz Gaiza — es el modelo de todas las danzas en su función mixta baile
y canción. Como derivados del huayño existen las formas musicales conocidas con los nombres:
Kaluyo, Cacharpaya, Mecapaqueña y pasacalle etc., y música romántica como el Arawi de donde han
derivado el Yaraví.