Ejemplos de Cuentos
Ejemplos de Cuentos
Ejemplos de Cuentos
El cuento, El patito feo comienza en la estación de verano. La Señora Pata esperaba con
ansias la llegada de sus siete patitos. Junto con sus amigas, observaban con mucha
atención cada huevo. Un día comenzaron a romperse los cascarones y salieron seis
hermosos patitos. Se percataron que todavía faltaba un patito por salir; esperaron hasta
que de pronto salió un patito feo y muy diferente a los demás. La Señora Pata se avergonzó
porque tenía un patito feo y siempre trataba de esconderlo. Pasaban los días y el patito feo
no mejoraba, se ponía más feo. Crecía demasiado rápido; era mucho más grande que los
demás.
El patito feo se percató de que en ese lugar no lo querían y decidió escaparse. Al
huir, llegó a una granja, en donde una vieja lo recibió; éste pensó que había encontrado un
hogar. Ocurrió todo lo contrario, la vieja era mala y lo que quería era comérselo. El patito
feo huyó de ese lugar.
Llegó el invierno y tuvo que pasarlo solo. Pasó momentos de hambre, frío y de miedo; ya
que tenía que huir de los cazadores. Llegó la primavera y el patito feo fue a un estanque,
en donde se encontró con unos cisnes. Al verlos se sintió triste porque estos eran bellos y
el no. Decidió hablarles y les dijo que si podía estar en el estanque junto a ellos. Le dijeron
que sí; que todos eran como hermanos. El patito feo le dijo que no se burlarán de él y los
cisnes le dijeron que porque se burlarían de él si eran iguales. El patito feo se ve en el reflejo
del agua y nota que era un hermoso cisne. Al darse cuenta fue feliz y vivió con ellos para
siempre.
Cuento de hadas: El Hada de la noche, por César Manuel Cuervo
Hace mucho, muchísimo tiempo atrás, cuando en la Tierra comenzaron a habitar los
primeros hombres, ya existían bestias temibles que dominaban la oscuridad y sembraban
el terror a su paso.
Por fortuna, también existían seres buenos y compasivos, como las hadas, que sirvieron al
hombre y le protegieron de todo peligro. Así, para que los primeros habitantes de la tierra
no murieran de frío en el crudo invierno, el Hada de la Luz les regaló el fuego. Y para que
pudieran defenderse de los grandes monstruos, el Hada de los Metales, les regaló espadas
y escudos.
Todas las hadas bondadosas tenían algo que obsequiar a los hombres, todas menos el
Hada de la Noche, que a pesar de ser generosa, no podía encontrar un regalo que pudiera
ser de utilidad.
Con el corazón arrugado, el hada buena quiso compensarle con un noble detalle, agarró un
trozo de su vestido, hecho de la noche más oscura, y dibujó con él la silueta exacta del
muchacho. Seguidamente, la colocó sobre el suelo y la llenó de magia, y el muchacho se
llenó de alegría al ver que la silueta imitaba todos sus movimientos.
El pirata Malapata, era uno de los bucaneros con más mala suerte que surcaba los mares.
Todo lo que intentaba hacer, terminaba saliéndole al revés.
Una vez, tuvo la genial idea de secuestrar a una princesa y pedir un gran rescate por ella,
pero al hacerse de nuevo a la mar, uno de los cañones del castillo, hizo blanco en su
barco, permitiendo que la princesa quedara libre de nuevo.
En otra de sus aventuras, encontró un enorme tesoro, que amenazaba con hundir su
nueva nave. Para evitar quedarse sin barco, decidió esconder su botín en una isla
cercana. Ocultado el tesoro de ojos indiscretos, se alejaron de la isla y cual no fue su
sorpresa, cuando al mirar por última vez el lugar, vieron como un gran volcán entraba en
erupción y hacía desaparecer su preciado botín.
Superado este trance, volvió a hacerse a la mar, en un día muy tormentoso. Mientras
paseaba por la cubierta oteando el horizonte, una ola gigante lo arrastró fuera del barco.
Aferrado al ancla, vio como un tiburón se acercaba peligrosamente hasta su posición, con
muy malas intenciones. Aterrado ante la idea de acabar siendo su merienda, saltó con
todas sus fuerzas al barco y arrancó la bandera del mástil.
El pelo de Rapunzel era tan extenso, que cada vez que la bruja acudía a visitarla en
la torre, le gritaba para que se lo soltara por la ventana y ella pudiera trepar hasta la
ventana, pues no había ninguna puerta por donde entrar.
Un día, el princípe del reino encontró la torre mientras cabalgaba por el bosque y al
observar lo que hacía la anciana para poder escalar, decidió esperar a que
terminara con su visita para probar suerte. Una vez que ella se hubo marchado se
acercó hasta ahí, e imitando la voz de la hechicera hizo que Rapunzel echara su
cabello y escaló hasta su habitación.
-¡Rápido! ¡Comprobad el tubo! -dijo el supervisor-. Como todo lo hayas hecho igual,
Donovan, vas a acabar a medio año luz de aquí.
Afortunadamente, el servicio de seguridad llegó a tiempo de sujetar el tubo que mantenía a
Donovan unido a la estación espacial, pues este estaba a punto de soltarse justo cuando
llegaron.
-¿Qué? ¿Querías ir a limpiar las ventanas de la luna? -bromeó el supervisor-. Eres el
auténtico y genuino limpia ventanas sideral, chaval.
Lejos de enfadarse con la broma, Donovan se tomó con humor el nuevo mote que parecía
que le habían puesto. Ese día Donovan recuperó el interés por el trabajo que hacía e ideó
formas de hacer más entretenido aquel tedioso quehacer diario.
Para empezar, animó su traje espacial y lo convirtió en lo más parecido a un traje de
superhéroe que se podía. Si iba a ser el limpia ventanas sideral tenía que notarse, ¿no?
Cuento de suspenso: La Cueva
Desde mi llegada a las islas, el calor abrasador me había sumido en un estado de semi-
inconciencia tal, que pasaba todo él día aletargada en un sillón, sintiendo que la vida se
me escapaba en cada gota de sudor que chorreaba por mi piel. Al final del día, en la
nochecita, nos inundaba un airecito fresco, entonces mi cuerpo revivía como el ave fénix
y escapando de aquella prisión corría a la playa. Ahí me deshacía del resto de trapos que
me ahogaban y me zambullía en el mar, dejándome llevar por una voluptuosa sensación
de placer y frescor…Esa noche como las anteriores, pasé mucho rato meciéndome entre
las olas y sin darme cuenta me alejé más de lo acostumbrado de la playa y de pronto me
encontré frente a unos islotes hasta ahora desconocidos para mí…Eran apenas un montón
de rocas pero a la luz de la luna me parecieron extrañamente misteriosos, más aún cuando
me acerqué y vi que emanaban una especie de vapor azulado. Llevada por la curiosidad
decidí investigar un poco más el lugar y fue así que me encontré caminando con dificultad
entre las rocas... La superficie lisa y mojada del islote y mis pies desnudos me dificultaban
el andar, más aún cuando a ratos me encontraba con algunas puntas filosas que
amenazaban con cortarme la piel. Pero, aún así continué mi investigación y no sin dificultad
llegué hasta la entrada de una especie de cueva… Me asustaba un poco la idea de
adentrarme en aquel lugar y ya estaba por volver sobre mis pasos, cuando vi que por una
pequeña abertura lateral salía más de ese humo azulado.. Qué sería todo esto?- Me
pregunté a la vez que mis pies pisaban el umbral de la cueva. Entonces, una sensación
rara me invadió, sentí como si todo el interior de la cueva palpitara como un ser vivo y el
piso blandengue acentuó más la sensación de estar dentro de algo o alguien
desconocido…Asustada quise salir de allí, pero con asombro vi que la abertura de la cueva
se cerraba abruptamente y me dejaba en la total oscuridad…Sin saber qué hacer y
temblando de miedo fui tanteando las paredes; instintivamente buscaba otra salida, pero
mis dedos se hundían en algo viscoso y pegajoso y casi no avanzaba…. De pronto un
fuerte olor acre y nauseabundo me golpeó y perdí la conciencia...No sé cuánto tiempo
estuve así pero cuando desperté me encontré tirada entre las rocas bañada en una especie
de líquido viscoso y no había ni rastros de la dichosa cueva ni de aquella especie de colina
que la sustentaba…Aun temblando de miedo, me arrastré como pude hacia el mar…..En
los días que siguieron presté mucha atención a los lugareños a ver si escuchaba algo sobre
la dichosa cueva, pero nada llegó a mis oídos… Así pues, llena de dudas y curiosidad,
regresé a mi ciudad y me inserté en mi vida cotidiana sin pena ni gloria…. Pero a veces,
cuando la luna está en su apogeo, extrañamente sueño con aquella cueva y veo como
aquel inmenso ser y la cueva entera son devorados por mí...