Nulidad o Anulabilidad de Reconocim de Hijo
Nulidad o Anulabilidad de Reconocim de Hijo
Nulidad o Anulabilidad de Reconocim de Hijo
LA NULIDAD O ANULABILIDAD DE
RECONOCIMIENTO DE UN HIJO
I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:
II. CASOS.
Primer Problema:
Segundo Problema:
Que existe una gran discrepancia y confusión entre la gran mayoría de los
Magistrados de los Juzgados Civiles y Juzgados de Familia de las diversas
instancias, al determinar indistintamente que son o no son competentes,
para conocer las pretensiones de nulidad y anulabilidad sobre el
reconocimiento de un hijo, sin tener en cuenta, realmente la naturaleza
jurídica del acto celebrado por parte del supuesto padre, dentro de las
negocio jurídico, regulado por el Libro II del Código Civil.
Esto ha suscitado que la gran mayoría de los justiciables se sientan
confundidos al no comprender ante que juzgado debe interponer su
demanda y que pretensión demandar cuando se presente éste tipo de
controversia.
IV. JUSTIFICACION.
V. DOGMATICA JURIDICA.
1) NULIDAD.
MESSINEO, sostiene que nos encontramos frente a una nulidad, cuando
faltan uno o más elementos esenciales o constitutivos del negocio, por lo
cual está en cuestión el negocio en lo intrínseco del mismo. Consecuencia
de la nulidad es que el negocio ni crea derechos, para que aquel que podría
obtener ventaja del mismo, ni, a la inversa, importa vínculos o deberes para
aquel a cuyo cargo, en el caso de su validez, podrían nacer los mismos: en
otras palabras, el negocio nulo está destituido de todo efecto jurídico. [7]
Por otro lado, COVIELLO, manifiesta que el negocio jurídico nulo, que
frecuentemente, aunque no con mucha exactitud se equipara al que nace
muerto, no produce efectos jurídicos en ningún tiempo. Por lo que debe
entenderse que el negocio jurídico nulo no produce ninguno de los efectos
jurídicos correspondientes al fin práctico querido por las partes, conviene a
saber, ninguno de los efectos jurídicos que la ley hace derivar del tipo de
negocio jurídico abstracto a que pertenece el negocio nulo en concreto; la
nulidad, en suma, importa ineptitud del medio jurídico para alcanzar el fin
práctico determinado que se quería y no otro. Nada impide, por lo tanto, que
el negocio jurídico, aún siendo nulo, esto es, inconducente al fin,
considerado como hecho existente por sí y realmente efectuado que no
puede destruirse, pueda producir todos los otros efectos de que es capaz
como tal.[8] Al afirmar ello, Coviello se acerca a lo propuesto por STOLFI[9],
cuando reconoce que el acto jurídico nulo existe como acto pese a su
nulidad, tan es así que puede continuar produciendo efectos distintos a los
afectados por la nulidad.
En términos genéricos debe decirse que el acto jurídico será nulo, cuando
carezca de algún aspecto estructural, presupuesto o requisito, o como aquel
cuyo contenido es ilícito por atentar contra los principios del orden público,
las buenas costumbres, o una o varias normas imperativas. [10]
2) ANULABILIDAD.
c. SIMULACION.
Podemos observar que en las relaciones jurídicas diarias los seres
humanos, también se realizan una diversidad de actos simulados. Algunos
por el simple gusto de mentir otros con relevancia jurídica. En el ámbito de
los negocios jurídicos, la simulación es muy frecuente. Se usa para engañar
a terceros con los más diversos fines: aparentar solvencia o insolvencia
económica, defraudar a los acreedores, engañar a un pariente pedigüeño,
eludir prohibiciones legales, protegerse contra la delincuencia, evitar herir
susceptibilidades, evitar el pago de impuestos, beneficiar a unos hijos antes
que a otros, facilitar la realización de ciertos negocios, etc.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto podemos expresar que la
simulación es toda operación en virtud de la cual se crea una situación
jurídica aparente que difiere de la situación jurídica verdadera, producto de
la ocurrencia de determinadas circunstancias adversas a los intereses
patrimoniales de las partes contratantes.
MOSSET ITURRASPE, manifiesta que el fenómeno de simulación exhibe
02 zonas diferentes: una visible, representada por el “negocio simulado”, y
otra oculta representada por el “acuerdo simulatorio”.[14]
MORALES HERVIAS, manifiesta que la simulación es un supuesto de
discrepancia entre declaración y causa. Es un acuerdo por el cual las partes
emiten una declaración no coincidente con la causa del negocio jurídico. Se
utiliza a la declaración divergente para engañar. El elemento indefectible del
procedimiento simulatorio es el acto de consumación del engaño. Para que
haya simulación se requiere 02 elementos:
a. Acuerdo Simulatorio (contradeclaración): vincula la situación aparente y la
situación real. Este acuerdo de simular es fundamental, y no basta solo el
conocimiento por parte de uno de los contratantes del propósito que tiene el
otro de simular, es indispensable que exista un acuerdo expreso entre las
partes respecto de tal propósito, lo cual significa que la simulación deberá
siempre presentarse como “convenida”.
d. Finalidad de Engañar: hay simulación absoluta cuando las partes tienen
la finalidad de no vincularse jurídicamente. Hay simulación relativa cuando
las partes celebran un negocio distinto del negocio que se presenta a los
demás. Las partes tienen la finalidad de vincularse jurídicamente mediante
un negocio oculto.
Con la simulación las partes intentan eludir o una expectativa de mero
hecho o una expectativa jurídica, o un verdadero y propio derecho de los
otros sujetos, o en fin, una prohibición objetiva de la ley; o también de
establecer la premisa para la creación de una expectativa o de un derecho
de terceros.
Los negocios jurídicos simulados no producen consecuencias jurídicas entre
las partes que los hubieran celebrado por no corresponder a la causa. La
causa del acuerdo simulatorio es totalmente incompatible con la declaración
simulada por las partes.[15]
La necesidad de 02 sujetos que conspiren al fin simulatorio, no quiere decir
sin embargo, que la “simulación” pueda darse solamente en materia
contractual. Ciertamente el campo de los contratos es aquel en que
comúnmente ocurre, pero puede haber simulación también en los negocios
unilaterales recepticios, mediante conspiración entre el mismo declarante y
el destinatario de la declaración.[16]
CLASES:
a. PRIMER CASO:
COMENTARIO:
b. SEGUNDO CASO:
COMENTARIO:
Que si bien es cierto este segundo caso es muy parecido al caso anterior, el
demandante (Alfredo) para demandar ante los juzgados civiles, la nulidad o
anulabilidad del acto jurídico de reconocimiento, bajo la premisa que la Ley
o la Constitución no lo prohíbe expresamente; para ello tendría que
demostrar que existió una irregularidad o un vicio de tal proporción que
afectó su voluntad y la declaración al momento de reconocer al supuesto
hijo.
Debemos entender que el reconocimiento como se ha afirmado
precedentemente no es un negocio jurídico, es un acto jurídico, no es un
negocio u contrato con prestaciones económicas.
Como en el caso anterior tampoco puede demandar la impugnación de
paternidad ante los juzgados de familia, por cuanto no posee legitimidad
para obrar por cuanto solo le correspondería demandar a quien no ha
participado del acto jurídico de reconocimiento (padre o madre biológica).
El artículo n° 361 del Código Civil, regula la presunción del hijo nacido
durante el matrimonio o dentro de los 300 días siguientes a su disolución
tiene por padre “páter is est quem nuptiae demostrant”, pero ésta afirmación
puede ser enervada con una prueba en contrario. Esta presunción solo es
aplicable si es que con los siguientes requisitos: a) El matrimonio de los
progenitores y el nacimiento del hijo dentro del matrimonio; y, b) Que la
cónyuge sea la madre biológica del menor; para que sea aplicable la
presunción de paternidad el parto de la mujer casada y la identidad del hijo
en cuestión por el alumbramiento.
Lo que Alfredo pretende la anulabilidad de acto jurídico de reconocimiento,
por causal de dolo, dirigiéndola contra la madre y el hijo. El fue engañado
por la madre al hacerle “creer” que el hijo que tuvo era suyo, cuando
realmente no lo era, al margen de cuestionar la presunción establecida por
el artículo 361 del Código Civil, se dirige también a cuestionar el vicio
existente al momento de emitir su declaración, al ser engañado por la
madre, lo cual nos da como consecuencia, un cuestionamiento al vinculo
paterno filial.
La anulabilidad, es una ineficacia provocada, en el sentido de que depende
del ejercicio de un poder de impugnación. Por lo mismo, cabe afirmar que
es una ineficacia que puede sanarse, pues quien tiene la posibilidad de
impugnar o dejar de hacerlo puede igualmente confirmar el acto anulable.
Como vemos el contrato anulable adolece de un vicio o defecto menos
grave que el contrato nulo; no obstante, dicho defecto no es baladí, pues
puede llevarlo a la ineficacia total de los efectos queridos.
En nuestra legislación las causas por las cuales procede la anulabilidad del
acto jurídico están contenidas en el artículo 221 del Código Civil, éstas se
refieren a los actos realizados por incapaz relativo, los realizados con vicios
resultante de error, dolo, violencia o intimidación; por simulación que
perjudica el derecho de tercero (esto mas corresponde a una acción de
ineficacia); y, cuando la ley lo declare anulable.
Conviene recordar que en nuestro Código Civil, la acción de anulabilidad
prescribe a los dos años (artículo 2001), luego de este tiempo el acto es
inatacable y continuará surtiendo los efectos que desde el inicio produjo. En
la brevedad del tiempo que el legislador ha concedido para impugnar el acto
se advierte el menor nivel de gravedad del defecto que adolece el acto
anulable versus del que sufre el acto nulo.
Volviendo al caso en análisis, lo que el actor pretende es que se anule el
reconocimiento materializado en la partida de nacimiento del presunto hijo,
por la causal de “dolo”.
El “dolo civil”, es la maquinación o artificio que se emplea para engañar a
otro. Es el error provocado por la otra parte o excepcionalmente por un
tercero con conocimiento de la parte que obtuvo beneficio de él, el vicio de
voluntad no es la falsa representación de la realidad en que incurrió la
víctima, sino la intención de la otra parte o del tercero, de provocar un error
dolosamente en la víctima.[31]
La pregunta que surge aquí es la siguiente: ¿Existió un vicio de tal magnitud
que pueda ser causal de anulación del acto jurídico, en la voluntad del
demandante, al reconocer, previo engaño de la madre, un hijo que no era
suyo?
Si, existe un vicio en la creación de la manifestación de voluntad de
Gustavo, debido a que el engaño provocado por la madre, lo ha inducido a
declarar reconocer, por error, a un hijo que no era suyo, consecuentemente
es perfectamente factible que la demanda pueda ser interpuesta ante el juez
civil y sea declarada fundada.
Sin embargo la Corte Suprema, manifiesta que el demandante debió
interponer la acción de negación de paternidad regulada por el artículo 363
del Código Civil de 1984. Veamos si es posible.
El marido que no se crea padre del hijo de su mujer puede negarlo:
a. Cuando el hijo nace antes de cumplidos los 180 días siguientes al de la
celebración de matrimonio. No estamos ante este supuesto por cuanto, el
matrimonio se celebró con fecha 05 de abril de 1986, habiendo el hijo
nacido el 14 de agosto de 1989. El hijo no ha sido concebido antes de la
celebración del matrimonio.
b. Cuando sea manifiestamente imposible, dadas las circunstancias, que
haya cohabitado con su mujer en los primeros ciento veintiún días de los
trescientos anteriores al del nacimiento del hijo. Recoge un caso de
impugnación de paternidad por el cual se alega la imposibilidad de haber
cohabitado con la madre en los primeros 121 días de los 300 anteriores al
nacimiento del hijo del cónyuge. No tenemos este dato conforme se
desprende de la casación.
c. Cuando está judicialmente separado durante el mismo período indicado
en el inciso 2); salvo que hubiera cohabitado con su mujer en ese período.
Cuando los cónyuges se encuentran separados existe una suspensión del
deber de cohabitación entre los cónyuges. no estamos frente a este
supuesto, por cuanto se divorcio mucho después del nacimiento del hijo.
d. Cuando adolezca de impotencia absoluta. Este es un segundo caso de
impugnación, alegando impotencia absoluta, que se hubiera presentado
durante el periodo de concepción.
e. Cuando se demuestre a través de la prueba del ADN u otras pruebas de
validez científica con igual o mayor grado de certeza que no existe vínculo
parental. El Juez desestimará las presunciones de los incisos precedentes
cuando se hubiera realizado una prueba genética u otra de validez científica
con igual o mayor grado de certeza. Permite la recurrencia a procedimientos
científicos que se utilicen para la investigación y determinación de la
paternidad. Con elemento probatorio es factible que el demandante pueda
interponer acción de negación, pero también es factible utilizarlo para
fundamentar la acción de anulabilidad interpuesta en un proceso civil.
Como vemos finalmente el demandante al margen de haber interpuesto una
acción civil, también puede haber interpuesto una acción de impugnación de
paternidad ante un juzgado de familia, utilizando como medio probatorio
para otorgarle certeza a su pretensión la prueba de ADN. Pero sostengo
que la Corte Suprema cometió un error al declarar infundado el recurso de
casación del demandante, por cuanto el juez civil también era
perfectamente competente de conocer el proceso de anulabilidad, aunque
teniendo siempre presente que el reconocimiento es un acto jurídico
unilateral.
c. TERCER CASO:
COMENTARIO:
X. CONCLUSIONES.
1. Las reglas contenidas en el libro II del Código Civil de 1984, que regulan
el negocio jurídico, pueden ser aplicadas a los actos jurídicos unilaterales,
sin embargo no existe artículo alguno del mencionado libro que disponga
expresamente su aplicación a diferencia del Código Civil Italiano de 1942,
que si lo hace.
2. Si bien es cierto el legislador peruano ha copiado las disposiciones
contenidas en el Código Civil Italiano de 1942 al Código Civil de 1984, al
regular el modelo del negocio jurídico, su aplicación analógica a los actos
jurídicos unilaterales no está prohibida por cuanto no restringe derechos.
3. El ordenamiento procesal y sustantivo peruanos no prohíben que la
persona que ha practicado un reconocimiento pueda demandar la invalidez
de dicha declaración realizada, invocando las normas del “acto” jurídico,
siendo la pretensión contenida en la demanda un petitorio jurídicamente
posible.
4. La demanda de nulidad y anulabilidad de acto jurídico unilateral, sobre
reconocimiento de un hijo, es de competencia estricta de los juzgados
civiles.
5. Es perfectamente válido ofrecer dentro del proceso civil como medio
probatorio una prueba de ADN, toda prueba biológica, genética u otra
validez científica con igual o mayor grado de certeza, que pueda ayudar a
determinar y esclarecer correctamente la paternidad.
[1] MESSINEO, Francesco, “Manual de Derecho Civil y Comercial”, Tomo II,
Ediciones Jurídicas Europa – América, Buenos Aires 1954, pág. 332 a 333.
[2] BARBERO, Doménico, “Sistema del Derecho Privado”, Parte Preliminar
– Parte General, Ediciones Jurídicas Europa América, Buenos Aires 1967,
pág. 422 y 423.
[3] TABOADA CORDOVA, Lizardo, “Nulidad de Acto Jurídico”, Editora
Jurídica Grijley, 2da. Edición abril 2002, pág. 21 y 22.
[4] MESSINEO, Francesco, “Manual de Derecho Civil y Comercial”, Tomo II,
Ediciones Jurídicas Europa – América, Buenos Aires 1954, pág. 339 a 341.
[5] [5] BARBERO, Doménico, “Sistema del Derecho Privado”, Parte
Preliminar – Parte General, Ediciones Jurídicas Europa América, Buenos
Aires 1967, pág. 433 y 434.
[6] MORALES HERVIAS, Rómulo. “Nuevas perspectivas del negocio
jurídico”. En: Derecho & Sociedad, Revista editada por estudiantes de la
Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Año
XVIII, Nº 28, Lima, 2007. Págs. 296-299.
[7] MESSINEO, Francesco, “Manual de Derecho Civil y Comercial”, Tomo II,
Ediciones Jurídicas Europa – América, Buenos Aires 1954, pág. 490 a 491.
[8] COVIELLO, Nicolás, “Doctrina General del Derecho Civil”, Unión
Tipográfica Editorial Hispano – Americana, México 1938, pág. 359.
[9] STOLFI, Giuseppe, “Teoría del Negocio Jurídico”, Editorial Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1959, pág. 83.
[10] TABOADA CORDOVA, Lizardo, “Nulidad de Acto Jurídico”, Editora
Jurídica Grijley, 2da. Edición abril 2002, pág. 87 y 88.
[11] RUBIO CORREA, Marcial, “Nulidad y anulabilidad, La Invalidez del acto
Jurídico”, Volumen IX, Biblioteca Para leer el Código Civil. Pontificia
Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial 2003, pág. 29 y 30
[12] MESSINEO, Francesco, “Manual de Derecho Civil y Comercial”, Tomo
II, Ediciones Jurídicas Europa – América, Buenos Aires 1954, pág. 495 a
496.
[13] TABOADA CORDOVA, Lizardo, “Nulidad de Acto Jurídico”, Editora
Jurídica Grijley, 2da. Edición abril 2002, pág. 84 y 85.
[14] MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Negocios Simulados, Fraudulentos y
Fiduciarios”, Editora Ediar S.A., Buenos Aires 1974, pág. 13.
[15] MORALES HERVIAS, Rómulo, “El Código Civil Comentado”, Tomo I,
Editora Gaceta Jurídica, año 2005, pág. 813-814.
[16] BARBERO, Doménico, “Sistema del Derecho Privado”, Parte Preliminar
– Parte General, Ediciones Jurídicas Europa América, Buenos Aires 1967,
pág. 547.
[17] MORALES HERVIAS, Rómulo, “El Código Civil Comentado”, Tomo I,
Editora Gaceta Jurídica, año 2005, pág. 814.
[18] BARBERO, Doménico, “Sistema del Derecho Privado”, Parte Preliminar
– Parte General, Ediciones Jurídicas Europa América, Buenos Aires 1967,
pág. 547.
[19] MORALES HERVIAS, Rómulo, “El Código Civil Comentado”, Tomo I,
Editora Gaceta Jurídica, año 2005, pág. 814.
[20] BARBERO, Doménico, “Sistema del Derecho Privado”, Parte Preliminar
– Parte General, Ediciones Jurídicas Europa América, Buenos Aires 1967,
pág. 548.
[21] Artículo 395º.- Reconocimiento como acto puro e irrevocable.
El reconocimiento no admite modalidad y es irrevocable.
[22] Artículo 395.- Irrevocabilidad del reconocimiento
El reconocimiento no admite modalidad y es irrevocable.
[23] VARSI ROSPLIGUIOSI, Enrique, “El Código Civil Comentado”, Tomo II,
Editora Gaceta Jurídica, año 2005, pág. 800.
[24] VARSI ROSPLIGLIOSI, Enrique, “El Código Civil Comentado”, Tomo II,
Editora Gaceta Jurídica, año 2005, pág. 801.
[25] Artículo 399º.- Impugnación del reconocimiento.
El reconocimiento puede ser negado por el padre o por la madre que no
interviene en él, por el propio hijo o por sus descendientes si hubiera
muerto, y por quienes tengan interés legítimo, sin perjuicio de lo dispuesto
en el artículo 395º.
[26] PLACIDO VILCACHAGUA, Alex, “El Código Civil Comentado”, Tomo II,
Editora Gaceta Jurídica, año 2005, pág. 821.
[27] Artículo 427º.- Improcedencia de la demanda.-
El Juez declarará improcedente la demanda cuando:
6.El petitorio fuese jurídica o físicamente imposible;
[28] ESCOBAS ROZAS, Freddy, “El Código Civil Comentado”, Tomo II,
Editora Gaceta Jurídica, año 2005, pág. 922.
[29] Artículo 361.- Presunción de paternidad
El hijo nacido durante el matrimonio o dentro de los trescientos días
siguientes a su disolución tiene por padre al marido.
[30] Artículo 363.- Negación de la paternidad
"El marido que no se crea padre del hijo de su mujer puede negarlo:
1. Cuando el hijo nace antes de cumplidos los ciento ochenta días
siguientes al de la celebración del matrimonio.
2. Cuando sea manifiestamente imposible, dadas las circunstancias, que
haya cohabitado con su mujer en los primeros ciento veintiún días de los
trescientos anteriores al del nacimiento del hijo.
3. Cuando está judicialmente separado durante el mismo período indicado
en el inciso 2); salvo que hubiera cohabitado con su mujer en ese período.
4. Cuando adolezca de impotencia absoluta.
5. Cuando se demuestre a través de la prueba del ADN u otras pruebas de
validez científica con igual o mayor grado de certeza que no existe vínculo
parental. El Juez desestimará las presunciones de los incisos precedentes
cuando se hubiera realizado una prueba genética u otra de validez científica
con igual o mayor grado de certeza.
[31] TABOADA CORDOVA, Lizardo, “Nulidad de Acto Jurídico”, Editora
Jurídica Grijley, 2da. Edición abril 2002, pág. 122.
[32] BARBERO, Doménico, “Sistema del Derecho Privado”, Parte II –
Derechos de la Personalidad, Derecho de Familia y Derechos – Reales,
Ediciones Jurídicas Europa América, Buenos Aires 1967, pág. 113 y 114.
[33] MESSINEO, Francesco, “Manual de Derecho Civil y Comercial”, Tomo
II, Ediciones Jurídicas Europa – América, Buenos Aires 1954, pág. 132 a
133.
Publicado por Juan Manuel Flores Cárdenas en 21:28
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Etiquetas: anulabilidad, derecho civil, nulidad
6 comentarios:
Atilio Raul Torres Vargas dijo...
Dr. me permito hacerle una consulta: tengo una hermana de 40
años, que tuvo una hija de un hombre que no lo reconocio, pero
mi hermana le puso el apellido del padre, pero resulta que esta
persona DESAPARECIO hasta la fecha, la niña ha sido criada por
los abuelos, DR. ES POSIBLE ANULAR EL APELLIDO DEL
PADRE (QUE NO LA RECONOCIO), PARA LLEVAR EL
APELLIDO DE LOS ABUELOS, espero su respuesta, muchas
gracias, correo: ([email protected]).
17 de julio de 2013, 15:15