Celebración Penitencial

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Celebración Penitencial
RITO DE ENTRADA
G. Hermanos, nos encontramos reunidos para celebrar la misericordia de
Dios que siempre nos ofrece su perdón cuando nos arrepentimos de corazón.
En este clima de recogimiento recibimos a los ministros de la misericordia
que nos ofrecerán la gracia del perdón. Lo hacemos cantando.

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Saludo
Acerquémonos con seguridad y confianza al trono de la gracia;
aquí alcanzaremos misericordia y hallaremos gracia
para ser socorridos en el momento oportuno.
Oración
Hermanos, oremos para que Dios,
que nos llama a la conversión
nos conceda la gracia
de una verdadera y fructuosa penitencia.
Silencio
Padre misericordioso y Dios de todo consuelo,
que quieres la conversión
y no la muerte del pecador,
ven en ayuda de tu pueblo,
para que se convierta a ti y viva.
Ayúdanos para que,
escuchado tu palabra,
reconozcamos nuestros pecados
y te demos gracias por el perdón recibido
y, siendo sinceros en el amor,
nos santifiquemos en Cristo tu Hijo,
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
G. Con un corazón dócil escuchemos la Palabra de Dios que nos invita a una
sincera conversión.
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1° Lectura
Salmo
G. Nos ponemos de pie para escuchar la proclamación del Santo Evangelio.
Evangelio
Homilía
RITO DE LA RECONCILIACIÓN
Examen de conciencia
G. Hermanos, sentados, escuchemos con atención las preguntas que nos
servirán para que hagamos un examen de conciencia.
El Señor dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón”
1. ¿Mi corazón está verdaderamente orientado a Dios; puedo decir que
lo amo verdaderamente sobre todas las cosas y con amor de hijo, en la
observancia fiel de sus mandamientos?, ¿me dejo absorber demasiado por
las cosas temporales?, ¿es siempre recta mi intención en el obrar?
2. ¿Es firme mi fe en Dios, que en su Hijo nos ha presentado su palabra?,
¿he dado mi plena adhesión a la doctrina de la Iglesia?, ¿me preocupa mi
formación cristiana, escuchando la palabra de Dios, participando en la
catequesis, evitando lo que pueda acechar la fe?, ¿he profesado siempre con
valentía y sin temor mi fe en Dios y en la Iglesia?, ¿me he mostrado como
cristiano en la vida privada y pública?
3. ¿He rezado en la mañana y en la noche?, ¿mi oración es una verdadera
conversación de corazón a corazón con Dios, o es solo una vacía práctica
exterior?, ¿he sabido ofrecer a Dios mis ocupaciones, mis alegrías y dolores?,
¿recurro a Él con confianza también en las tentaciones?
4. ¿Tengo reverencia y amor hacia el santo nombre de Dios o lo he
ofendido con blasfemias, falsos juramentos o nombrándolo en vano?, ¿he
sido irreverente con la Virgen y los santos?
5. ¿Santifico el día del Señor y las fiestas de la Iglesia, tomando parte
con participación activa, atenta y pía a las celebraciones litúrgicas y
especialmente en la Santa Misa?, ¿he evitado hacer trabajos no necesarios en
los días festivos?, ¿he observado el precepto de la confesión al menos anual
y de la comunión pascual?
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6. ¿Existen para mí “otros dioses”, a saber expresiones o cosas por las


cuales me intereso o en las cuales pongo más confianza que en Dios, por
ejemplo: riqueza, superstición, espiritismo u otras formas de magia?
Canto
El Señor dice: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”
1. ¿Amo verdaderamente a mi prójimo o abuso de mis hermanos,
sirviéndome de ellos para mis intereses y reservando para ellos un
tratamiento que no quisiera que fuese usado conmigo?, ¿he ocasionado
escándalo con mis palabras y mis acciones?
2. En mi familia, ¿he contribuido con paciencia y con verdadero amor al
bien y a la serenidad de los demás?
Para cada miembro de la familia:
- Para los hijos: ¿fui obediente con mis padres, los he respetado y
honrado?, ¿les he ayudado en las necesidades espirituales y materiales?, ¿me
he esforzado en la escuela?, ¿he respetado las autoridades?, ¿he dado un buen
ejemplo en toda situación?
- Para los padres: ¿me he preocupado por la educación cristiana de mis
hijos?, ¿les he dado un buen ejemplo?, ¿los he apoyado y dirigido con mi
autoridad?
- Para los esposos: ¿he sido siempre fiel en los afectos y en las acciones?,
¿he sido comprensivo en los momentos de desasosiego?
3. ¿Sé dar de lo mío, sin mezquino egoísmo, a quien es más pobre que
yo?, ¿En cuanto a lo que depende de mí, defiendo a los oprimidos y ayudo a
los necesitados?, ¿o trato con suficiencia o con dureza a mi prójimo,
especialmente a los pobres, los débiles, los viejos, los marginados y los
inmigrantes?
4. ¿Soy consciente de la misión que me fue confiada?, ¿he participado de
las obras de apostolado y de caridad de la Iglesia, en las iniciativas y en la
vida de la parroquia?, ¿he rezado y dado mi contribución para las
necesidades de la Iglesia y del mundo, por ejemplo: para la unidad de la
Iglesia, para la evangelización de los pueblos, para la instauración de la
justicia y de la paz?
5. ¿Tengo en el corazón el bien y la prosperidad de la comunidad en la
cual vivo o cuido solo de mis intereses personales?, ¿participo, en cuanto
puedo, en las iniciativas que promueven la justicia, la moral pública, la
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concordia, las obras de beneficencia?, ¿cumplo con mis deberes civiles?, ¿he
pagado regularmente mis impuestos?
6. ¿Soy justo, comprometido, honesto en el trabajo, voluntarioso para
prestar mi servicio para el bien común?, ¿he dado el justo salario a los
obreros y a todos los dependientes? ¿he cumplido los contratos y promesas?
7. ¿He prestado obediencia y el respeto debido a las autoridades legítimas?
8. ¿Si tengo algún cargo o desarrollo funciones directivas, cuido solo mi
interés o me esfuerzo por el bien de los demás, en espíritu de servicio?
9. ¿He practicado la verdad y la lealtad, o he ocasionado el mal al prójimo
con mentiras, calumnias, denigraciones, juicios temerarios, violaciones de
secretos?
10. ¿He atentado contra la vida y la integridad física del prójimo, le he
ofendido en el honor, le he negado los bienes?, ¿he procurado o aconsejado
el aborto?, ¿he callado en situaciones donde pude animar al bien?, ¿en la vida
matrimonial soy respetuoso de las enseñanzas de la Iglesia acerca de la
apertura y respeto a la vida?, ¿he obrado contra mi integridad física?, ¿fui
siempre fiel también con la mente?, ¿he mantenido el odio?, ¿he sido
conflictivo?, ¿he pronunciado insultos y palabras ofensivas, fomentando
desacuerdos y rencores?, ¿he omitido de testimoniar la inocencia del
prójimo, de forma culpable y egoísta?, ¿conduciendo el vehículo u otro
medio de transporte he puesto en peligro mi vida o la de los demás?
11. ¿He robado?, ¿injustamente he deseado el robo a los demás?, ¿he dañado
al prójimo en sus pertenencias?, ¿he restituido aquello que sustraje y
reparado los daños causados?
12. Si he recibido males, ¿me he mostrado dispuesto a reconciliarme y
perdonar por amor a Cristo, o guardo en el corazón odio y deseo de
venganza?
Canto
G. Nos ponemos de pie para implorar a Dios su misericordia

Hermanos, confesemos nuestros pecados


y oremos los unos por los otros,
para que seamos salvados:
Todos
Yo confieso, ante Dios todopoderoso,
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y ante ustedes hermanos,


que he pecado mucho,
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.
Luego prosiguen:
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los Ángeles, a los Santos,
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
Señor, muéstrate propicio con tus servidores,
Que, delante de tu Iglesia, se reconocen pecadores,
Para que, libres por ella de todo pecado,
Merezcan darte gracias con corazón renovado.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
RITO DE COMUNION
Padre nuestro
Oremos a Dios, nuestro Padre,
con las mismas palabras que Cristo nos enseñó,
para que perdone nuestros pecados
y nos libre de todo mal.
Todos:
Padre nuestro…
Libranos de todos los males, Señor,
y concedenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia, vivamos
siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
El pueblo responde:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria
por siempre, Señor.
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Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:


La paz les dejo, mi paz les doy,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
Amén.
Canto: Cordero de Dios
Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
El pueblo responde:
Señor, no soy digno de que entres en mi casa,
Pero un apalabra tuya bastará para sanarme.
G. Alegres por que la misericordia de Dios se derrama en nuestros corazones
vayamos a comulgar el Pan de vida cantando.
Alabanza a Dios por su misericordia
Queridos hermanos demos gracias a Dios por su infinita misericordia hacia
nosotros.
Ant. Demos gracias al Señor porque eterna es su misericordia.
Te doy gracias, Señor,
porque te habías irritado contra mí,
pero se ha apartado tu ira
y me has consolado. R.
Este es el Dios de mi salvación:
Yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza y mi protección;
Él fue mi salvación. R.
Ustedes sacaran agua con alegría
de las fuentes de la salvación.
Y dirán en aquel día:
Den gracias al Señor, invoquen su nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas,
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proclamad que sublime es su nombre. R.


Cantad al Señor porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti
el Santo de Israel! R.
Oración para concluir la acción de gracias
Dios y Padre nuestro:
tú perdonaste nuestros pecados y nos diste tu paz;
concédenos perdonarnos siempre
los unos a los otros,
y ser en el mundo promotores de la paz.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
RITO DE DESPEDIDA
El Señor guie vuestros corazones en el amor de Dios y en la paciencia de
Cristo.
Todos: Amén.
Para que puedan caminar en vida nuevo y agradar a Dios en todo.
Todos: Amén.
Y que los bendiga Dios todopoderoso,
el Padre, el Hijo + y el Espíritu Santo.
Todos: Amén.
El Señor ha perdonado sus pecados. Pueden ir en paz.
Todos:
Demos gracias a Dios.

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