Apuntes de Bateo de Oro

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Explotación del oro en placeres, vetas y rocas

Jaime Torres Trejo

El oro, huésped casi invisible de placeres, vetas y rocas, es extraído en cada caso con
técnicas especializadas. De estos yacimientos destacan los placeres por lo sencillo y
económico que resulta la obtención del metal, mediante el uso del método tradicional
de minado por bateo que se practicó en la época prehispánica y sigue vigente entre los
gambusinos.

El oro tiene propiedades físicas extraordinarias, que permiten que se puedan obtener hilos
delgadísimos, por estiramiento excesivo, o láminas extremadamente finas al aplanarlo
mediante percusión. También se puede cortar con una navaja, sin que se pulverice, y doblar
sin que se rompa, y mantiene su posición al cesar la fuerza deformante. Asimismo, se funde
a temperaturas relativamente bajas y es muy pesado (casi el doble que la plata), cualidad
que favorece su acumulación y facilita su explotación en los placeres, pero sobre todo es
inoxidable. Estas propiedades han hecho del oro un mineral altamente apreciado desde la
antigüedad por hombres y mujeres, e idóneo para manufacturar artículos diversos,
principalmente de joyería; también se le aprovecha para acuñar monedas, elaborar objetos
religiosos, piezas dentales y en las industrias electrónica y aereoespacial, entre otros usos.

Origen y yacimientos

El oro se encuentra diseminado en placeres, vetas y rocas, ya sea en estado nativo o


formando parte de otros minerales, en especial de sulfuros (pirita, arsenopirita, calcopirita,
esfalerita, marcasita, galena, etc.) y minerales de plata, con los cuales se asocia
frecuentemente, sobre todo en las vetas. Su génesis se relaciona, por lo general, con los
fluidos hidrotermales producidos durante la solidificación magmática.

Las vetas auríferas son de composición cuarzosa y se hospedan en diversas rocas, de


preferencia ígneas (granitos, granodioritas, riolitas, etc.). En estas vetas el oro aparece en
forma de láminas, escamas, hilos, dendritas y, en ocasiones, en cristales que rara vez son
perfectos.

Además de alojarse en vetas y rocas, el oro suele presentarse entre las arenas y gravas de
origen aluvial, depósitos que se conocen como placeres. En éstos, el oro se presenta en
estado nativo en forma de granos minúsculos (polvo), y en agregados compactos
redondeados por el desgaste que sufren al ser transportados; a estas partículas redondeadas
se les llama popularmente pepitas. Polvo y pepitas son liberadas por la erosión de vetas y
rocas, para luego ser conducidas y concentradas por el agua, junto con arenas y gravas en
los cauces fluviales. Durante el siglo XIX , el descubrimiento de placeres auríferos en los
Estados Unidos de América (California, Alaska) dio lugar a las célebres “fiebres del oro”,
que provocaron el traslado de miles de personas a esos sitios, en la búsqueda del preciado
metal.

En la actualidad, la minería a cielo abierto de rocas auríferas ha cobrado relevancia por las
nuevas tecnologías que hacen rentable su extracción. En estas rocas, especialmente ígneas,
el metal aparece disperso en su matriz, casi siempre como partículas irregulares, pocas
veces perceptibles a simple vista y en cantidades mínimas, apenas algunos gramos, o su
fracción, por tonelada de roca. Los yacimientos de oro son comunes en todo el mundo,
aunque su metal generalmente es escaso. En nuestro país, la mayoría de los diferentes tipos
de depósitos auríferos se localiza principalmente a lo largo del Pacífico, desde Sonora hasta
Oaxaca, en las sierras Madre Occidental y Madre del Sur. Los placeres más importantes
están distribuidos en el estado de Sonora, en especial en la región de Altar; otros
yacimientos sobresalientes son los de Baja California, Baja California Sur, Sinaloa,
Michoacán y Guerrero (Terrones Langone, 1986).

Minería

La minería es la actividad que ha permitido al hombre el acopio de minerales y rocas, por


medio del minado a cielo abierto o subterráneo. La mina está constituida por el conjunto de
excavaciones e instalaciones, subterráneas y superficiales, dedicadas a la extracción de
minerales y rocas, y el minero es la persona que labora en ella.

Con estos antecedentes, se puede decir que el método de explotación del oro depende, entre
otros factores, de la forma, tamaño y características (dureza, composición, etc.) de los
materiales en donde se encuentra –placeres, vetas o rocas–, pero sobre todo de su
exposición o no en la superficie, circunstancias que definen que el minado se realice a cielo
abierto o subterráneamente.

Así, los yacimientos ubicados en la superficie o a poca profundidad, normalmente son


explotados a cielo abierto, pues su extracción es más rápida y menos costosa. Por el
contrario, para acceder y explotar un yacimiento subterráneo, el minado requiere de grandes
inversiones en infraestructura (tiros, galerías, ademe, drenaje, etc.) y equipo (perforadoras,
ventiladores, bombas de desagüe, etc.), además de mineros especializados (perforistas,
ademadores, etc.).

La mayoría de las vetas y rocas auríferas –a diferencia de los placeres– son duras y
compactas y el oro que contienen está inmerso en otros minerales, por lo cual su
explotación necesita del uso de explosivos y de una planta de beneficio, para moler el
material y recuperar el oro de entre elementos sin valor económico, lo cual requiere de la
aplicación de distintos procesos metalúrgicos (amalgamación, cianuración, etc.). Por
ejemplo, gran parte del oro que se obtiene en México es producto secundario del beneficio
de sulfuros de cobre, plomo, plata y zinc (Sánchez Nava, 2009, p. 31).

El minado de las vetas auríferas es generalmente subterráneo, y el de las rocas, por su


escaso contenido en oro, es a cielo abierto, pues para que la extracción de su metal sea
rentable se deben remover grandes volúmenes de ellas. Por otra parte, los placeres con oro
nativo son yacimientos poco consolidados, se explotan a cielo abierto y el metal se recupera
mediante el lavado de arenas y gravas, utilizando bateas. Este tipo de minería ha sido desde
siempre el más sencillo y es practicado aún por los gambusinos en muchas partes del
mundo. Los gambusinos usan pico y pala para recoger la arena y la grava, y en un
recipiente con agua las lavan, para separar los granos de oro del material estéril, mediante
movimientos circulares y constantes. Este proceso de minado artesanal contrasta con el uso
moderno de dragas, plantas de lavado y bombas que impulsan fuertes corrientes de agua, y
así remueven grandes volúmenes de sedimentos y separan el oro que contienen.

Al respecto conviene señalar que México es un país con una tradición minera desde la
época prehispánica, según lo muestran, por ejemplo, las obras subterráneas y herramientas
dedicadas a la obtención de cinabrio en la Sierra de Querétaro. Después de la conquista
española, esta actividad se convirtió en una industria muy importante, por la riqueza de las
vetas auro-argentíferas, y se transformó en uno de los pilares de la economía de la Nueva
España. Desde entonces y hasta la fecha, la minería ha contribuido a que México fuera uno
de los primeros productores de plata en el mundo, aunque la producción de oro, por su
escasez en los yacimientos, se ha mantenido a la saga.

Jaime Torres Trejo. Ingeniero geólogo por el Instituto Politécnico Nacional. Investigador
de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, INAH, especializado
en el estudio petrográfico de rocas y minerales de contextos arqueológicos.

Torres Trejo, Jaime, “Explotación del oro en placeres, vetas y rocas”, Arqueología
Mexicana núm. 144, pp. 19-23.

Bateo del oro


La noticia de que se puede encontrar oro en Asturias no es nueva, pero
tampoco está muy extendida. «Haberlo, haylo», nos dice un paisano que se
sostiene en su cachava, mientras contempla el trote
TEXTO: PEDRO TOUCEDA. FOTOS: ÁNGEL DE ANTONIO
Actualizado 22/06/2008 - 15:09:39

Pedro Queipo, presidente de la Asociación Barciaecus, muestra una de las piezas de su


colección Enrique Sanfiz fue el gran impulsor del bateo de río en Navelgas. Tres de sus
descendientes -Ismael, Luis y Hugo- con las bateas o «sartenes» en busca de alguna pepita
La noticia de que se puede encontrar oro en Asturias no es nueva, pero tampoco está muy
extendida. «Haberlo, haylo», nos dice un paisano que se sostiene en su cachava, mientras
contempla el trote bullicioso del río Navelgas, en la localidad del mismo nombre
perteneciente al Concejo de Tineo. Sin embargo, a los menos avisados y a los más
dispuestos conviene anticiparles que no existe en una cantidad importante como para
desatar -ni mucho menos- una nueva fiebre del oro como la vivida en Norteamérica enla
segunda mitad del siglo XIX y que tan bien narraran escritores como Mark Twain o Jack
London. El romance de las tierras astures con el preciado metal viene de antiguo, pues ya
los romanos supieron de la riqueza aurífera de ciertas zonas de la Península y realizaron
una explotación de distintos yacimientos, incluidos los que se encontraban en Navelgas.
«El método que utilizaban los romanos para arrancarlo de las entrañas de la tierra era el
llamado "ruina montium" (derrumbe de los montes) -nos cuenta el pintor Manolo Linares,
uno de los impulsores de las actividades de esta villa-. El "ruina montium" consistía en
horadar las montañas formando una gran red de galerías y pozos por la que posteriormente
se introducía agua para provocar el total derrumbamiento del monte. Así se lograba llegar
de una sola vez a los lugares que contaban con más oro.» Parece ser que los romanos no
dejaron mucho por la zona, pues los intentos más recientes de algunas empresas por
explotarlo, como sucediera con Aurífera Asturias en los años cincuenta del pasado siglo, no
han dado grandes frutos. Pero sí quedó en la comarca, según nos dicen, un recuerdo áureo y
no se perdió del todo el bateo, el arte de buscar oro por los ríos de una forma romántica y
ocasional.
Sin embargo, el verdadero impulsor del actual rebrote de la búsqueda de oro fue Enrique
Sanfiz, antiguo empleado de Aurífera Asturias que se entregó a este arte más como una
afición que como una forma de ganarse la vida. Sus hijos siguieron la tradición y hoy están
entre los mejores bateadores de España. «Antes de nada convieneaclarar que hay dos
formas de bateo -nos cuenta Ismael Sanfiz-, el de río y el de competición, que no se hace en
los cauces sino en unos recipientes preparados para ello. A mí, personalmente, me gusta
más el de río. Eso de salir con la fresca por la mañana y perderte por los montes con tus
aperos: el bateo o "sartén", que es con lo que se batea; el pico y la pala para remover el
lecho del río, el cubo y una barra de acero por si hay que romper alguna roca.» Sus ojos
verdes se iluminan como pepitas cuando rememora sus andanzas. «Esto es un poco como lo
de ir a pescar, pero en lugar de peces, los trofeos son pequeñas partículas auríferas. No se
encuentran grandes cosas, pero siempre sacas algo, sobre todo si conoces el río. Este
deporte, como todo, tiene su arte y sus secretos.» En sus búsquedas nunca ha olido el fétido
aliento del cuélebre, esa serpiente alada tan presente en las leyendas asturianas, ni ha
recibido la inesperada visita de las xanas. En algunos relatos sobre estas divinidades
acuáticas se habla de que se aparecen a los viajeros con su imponente belleza y con
animales de oro. «Yo nunca vi cuélebres ni xanas, no creo en esas cosas, pero sí he visto
nutrias, jabalíes y miles de truchas por los cauces. Esta tierra conserva una fauna muy
variada.» ¿Y cuál ha sido la pieza más grande de oro que vio salir del río? «Una que no
saqué yo, sino uno de mis sobrinos. Había estado todo el día por ahí bateando y recuerdo
que hice una pequeña poza. El caso es que ese día tenía que ir a arreglar un asunto y tuve
que dejar solo al chaval. Y fue algo prodigioso, porque en el primer cubo que metió en la
poza sacó una pepita de casi 28 gramos, que creemos que es la mayor que ha salido de aquí
en el último siglo.»
Los Sanfiz nos dicen, pues también están con nosotros Luis -hermano de Ismael- y su hijo
Hugo, que los ríos que tienen fama de llevar oro son el Navelgas y el Bárcena, que más
abajo dan cuerpo al Esva. Los tres buscadores, aunque predican su fascinación por el río,
han competido en la modalidad deportiva del bateo con buenos resultados. Hugo, de tan
sólo trece años, ha ganado premios de todos los colores en diversos campeonatos. «Llevo
bateando por el río desde los tres años. Y la verdad es que en competición he ganado
muchas medallas y trofeos. Quizá el que me hizo más ilusión fue el segundo puesto que
conseguí en la categoría alevín en los Campeonatos de Europa que se celebraron aquí en
2005. Este año, por supuesto, competiré en el Mundial.»
Planeta amarillo
La organización de este campeonato corre a cargo de la Asociación Barciaecus de
Navelgas, que preside Pedro Queipo. «A mí también me metió la afición del bateo en el
cuerpo Enrique Sanfiz, y estoy al frente de la Asociación Barciaecus desde su comienzo,
hace unos diez años. En todo este tiempo hemos ido subiendo muchos peldaños que
culminan ahora con la celebración del Campeonato del Mundo.La Federación Internacional
aglutina a 22 federaciones nacionales y nos eligió para organizar el evento después del
éxito del Campeonato Europeo que tuvo lugar aquí hace tres años.» Para Queipo, el buen
bateador debe tener «intuición y serenidad. Elmanejo del agua en la batea también es
fundamental. Uno tiene que hacer una ola en ella para que se quede la pepita y se vaya la
arena». Entre las piezas que «pescó» en el río, destaca una pepita de cinco gramos y medio
mezclada con cuarzo.
¿Y cómo separan el oro del cuarzo? «No se separa -explica Queipo-. Los bateadores
guardamos la pepita con la piedra madre en la que está engastada por la propia naturaleza.
Para nosotros tiene más valor así. Luego estas piezas las cambiamos con bateadores de
otros sitios del mundo y poco a poco uno va haciendo su colección. La mía, realizada con la
colaboración de mis hijas -que también batean- cuenta con piezas de numerosos países. Los
campeonatos son el mejor momento para realizar estos trueques.»
El hilo dorado
En Navelgas, también existe la asociación Enrique Sanfiz Fernández «Buscadores de Oro»,
creada por la familia Sanfiz y que intenta promover el bateo de río. «Nosotros estuvimos en
el origen de Barciaecus y siempre hemos colaborado y participado en los diferentes
campeonatos -dice Luis-. Pero hace unos años vimos que era necesario potenciar también el
bateo de río. Hacemos rutas para que cualquier persona, venga de donde venga, pueda
batear en esta comarca. De los miles de visitantes que han pasado por aquí, ninguno se ha
ido con las manos vacías.»
¿Cuánto oro habrá sacado usted a lo largo de su vida? «No lo he contado, pero seguro que
he recogido más de 400 gramos. Lo que pasa es que igual que viene se va. La mayoría lo he
cambiado o regalado.» «Por ejemplo -tercia su hermano Ismael-, cuando vino aquí el
Príncipe Felipe con motivo del premio Pueblo Ejemplar de Asturias -que se concedió a
Navelgas en 2003-, le hicimos distintos obsequios. Y lo mismo ocurrió con otras
personalidades que se han acercado a visitarnos.» Lili Pérez, que nos hace una pequeña
muestra del bateo de competición, asegura que hay en la comarca una auténtica fiebre con
el campeonato. «Yo era una aficionada que un año probé la experiencia, tuve la suerte del
principiante y gané. A partir de entonces he descubierto que esta práctica es a la vez
entretenida y relajante. Además, no se necesitan cualidades especiales ni grandes
inversiones de equipamiento para realizarla.»
Otro lugar de obligada visita en Navelgas es el Museo del Oro de Asturias. Situado en una
añeja casona, está preñado de curiosidades acerca de este metal. «A la gente que nos visita
le llama la atención muchas cosas -nos cuenta Alba Iglesias-, pero quizás una de las que
más sorprenda es que con un gramo de oro de 24 quilates se pueden hacer 3 kilómetros de
hilo de oro.» Tirando del hilo, acabamos en el río y llega el momento crucial. En un bateo
de poco más de treinta minutos, aparecen varios brillos dorados posados en la «sartén». Son
partículas minúsculas, pero uno piensa que lucen como todo el oro de California.

Bateo de Oro en Navelgas


Desde el principio de la civilización, en el occidente de Asturias se han explotado entre
otros recursos naturales, los minerales existentes en estas tierras. Dentro de estos
minerales cabe destacar el más buscado por los pueblos primitivos: el Oro.
El bateo es el aprovechamiento de los arrastres que hacen las aguas de las piedras de cuarzo
que en medio de las tormentas y aluviones se rompen liberando las pepitas de oro que
llevan dentro. Posteriormente estas pepitas son laminadas por los cantos rodados de los
cauces de los ríos, quedando divididas en múltiples y pequeñas partículas, que dado su alto
peso van depositándose en los fondos de los saltos de agua, en los remansos de los recodos
y en cualquier lugar propicio donde, fuera de las fuertes corrientes, las arenas permitan la
filtración de este apreciado mineral.

El bateo de oro era un sistema de explotación del mineral de forma artesanal, que en la
actualidad, debido a su baja rentabilidad, ha pasado a ser un atractivo turístico y deportivo,
recomendado como relax frente al estrés de nuestra época.

Los ríos de la zona del Valle del Oro o "Cuarto de los Valles": Ríos Navelgas, Yerbo y
Bárcena, en la zona noroccidental del municipio, son los que reúnen las mejores
condiciones para la búsqueda de pepitas de oro con batea.

Este territorio donde se encuentra ubicado el pueblo de Navelgas es conocido como el Valle
del Oro, dada la abundancia de yacimientos auríferos.

HISTORIA DE LA BUSQUEDA DEL ORO EN EL CONCEJO


Se tiene constancia de la búsqueda del metal en estas tierras desde la época castreña de los
Astures hasta nuestros días, en los que mucha gente nos visita para probar suerte en los
cauces de nuestros ríos. Sin embargo, el asentamiento del Imperio Romano, es quien nos
permite conocer el valle tal y como lo conocemos ahora.

Los romanos construyeron varias minas para extraer de ellas oro, y para ello se movieron
millones de toneladas de roca y tierra que eran lavadas con las aguas de los arroyos y de los
ríos que desviaban expresamente para este fin.

Muchas son las referencias que ha llegado hasta nuestros días gracias a cronistas como
Plinius y Strabón procedentes de la ocupación romana, pero lo cierto es que nuestros ríos
aún mantienen una gran riqueza en cuarzos auríferos, que hoy como ayer los ribereños
siguen encontrando en sus aguas por el primitivo procedimiento de la batea.

A finales del siglo XIX, principios del XX, las minas de Navelgas fueron explotadas por un
grupo de ingleses creándose posteriormente la Sociedad Aurífera Asturiana que entre 1950
y 1956 volvió a explotar estas minas que habían sido utilizadas por los romanos para
extraer a la madre tierra, el preciado metal.

Enrique Sanfiz Fernández es quizás el vecino más popular de Navelgas y su paso por esta
sociedad despertó su gran afición a la búsqueda de oro, afición que con el paso de los
tiempos se ha convertido en tradición y que han sabido mantener sus hijos y la Asociación
de Bateadores de Oro "Barciaecus", organizadora de los Campeonatos de Bateo de Oro que
ha permitido incorporarse al movimiento mundial del bateo de oro adaptado a fines lúdicos
y turísticos, habiendo recorrido desde entonces los cinco continentes por los lugares en
donde han existido las mayores explotaciones auríferas del mundo.

CAMPEONATOS DE BATEO DE ORO


Anualmente en la localidad tinetense de Navelgas, se celebra el Campeonato Nacional de
Bateo de Oro a finales del mes de julio, fiesta declarada de Interés Turístico Regional.

Los campeonatos de bateo de oro son la mejor forma de introducirse en este deporte y
aprender las técnicas de bateo. Estos eventos deportivos cuentan con una gran asistencia de
aficionados que intercambian conocimientos y noticias. En el caso del campeonato
Nacional que se celebra en Navelgas, como de otros muchos, contradiciendo su nombre,
suelen acudir también bateadores de otros países. Tanto estos campeonatos como el
Campeonato Mundial de Bateo de Oro están regidos por las normas de la Federación
Mundial de Bateo.

La mecánica del campeonato consiste en encontrar, en el menor tiempo posible un número


desconocido de partículas de oro colocadas por la organización en un cubo con 20 kg. de
arena. Gana el participante que batea el material y extrae el oro en el menor tiempo
teniendo en cuenta que cada pepita perdida se penaliza con tres minutos al tiempo real
obtenido.

Pueden conocer más en el MUSEO DEL ORO DE ASTURIAS (MOA) situado en


Navelgas. Teléfono: 985 80 60 18

Cómo encontrar oro en Lleida (y divertirse


en familia)

Javi Rodríguez Godoy


7 septiembre, 2016

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<img src="https://www.escapadarural.com/blog/wp-content/uploads/2016/09/Batea-
680x513.jpg" alt="Batea" width="680" height="513" class="size-large wp-image-54108" />

Fuente: Wikipedia

El oro lleva disolviéndose en el núcleo original de los Pirineos desde el Paleozoico: hace
unos 300 millones de años. La erosión fue diluyendo esas rocas con sus minerales sobre el
río Segre, por eso hay oro en este río. Y han vuelto las actividades para buscar pepitas de
oro en el Segre, especialmente a la altura de Balaguer (Lleida). Vuelve la fiebre del oro,
pero sin prisas, sólo para pasarlo bien y enriquecerse con la experiencia.
<img src="https://www.escapadarural.com/blog/wp-content/uploads/2016/09/Or-Segre-
680x335.jpg" alt="Or Segre" width="680" height="335" class="size-large wp-image-54109" />

Fuente: Centro de Interpretación del Oro del Segre

El río Segre se considera un río aurífero. El Centro de Interpretación del Oro del Segre
divulga la historia y las características del río. Uno de los pasajes más intensos de su
historia tiene que ver con la presencia de oro.

Los árabes que conquistaron este territorio no fueron expulsados hasta el siglo XII, bien
entrada la Edad Media. Los cristianos no conseguían apropiarse de esta tierra porque los
árabes pagaban a las tropas con el oro que se extraía del Segre. Era un núcleo con recursos
naturales.

Hoy la extracción de oro del Segre es una de las actividades más divertidas y
enriquecedoras del Centro de Interpretación del Oro del Segre. Durante la actividad se
aprenden las técnicas de localización y extracción de oro. Y si consigues encontrarlo, te lo
llevas para casa. El gramo de oro de 18 Quilates se paga a 28.95 €
Cómo se extrae oro de los ríos

<img src="https://www.escapadarural.com/blog/wp-content/uploads/2016/09/Rio-680x510.jpg"
alt="Rio" width="680" height="510" class="size-large wp-image-54110" />

Fuente: Pixabay

El oro es un metal pesado: el oro permanece mientras otros metales se los lleva el río. No es
una cuestión de peso, sino de densidad. La densidad expresa la relación entre masa y
volumen. Es la cantidad de materia que hay en un volumen. Una pequeña pepita de oro es
más densa que cualquier otro metal.

¿Y?

Una vez localizada una zona de sedimentación, tal y como enseñan desde el Museu
d’Interpretació, toca ponerse las botas y coger la batea. Con la batea se recoge un puñado
de tierra y piedras. Una vez en el río, dipuestos a favor de la corriente, se acaricia con agua
el contenido de la batea.
Es una labor que requiere paciencia y cierta precisión. Unas vueltas a la batea y un pequeño
impulso hacia fuera: el objetivo es expulsar las piedras, la tierra y los minerales más
ligeros. El oro es uno de los elementos más densos del universo, por eso, si está,
permanecerá en el recipiente.

Después de cada ejercicio, bastará mirar el contenido filtrado de la batea. Hay que estar
atentos: las pepitas de oro pueden ser minúsculas. Si escogéis un día de sol, podréis
identificarlas más fácilmente por el brillo.

Si queréis aprender más, os recomendamos una escapada a Balaguer y a su Museo


d’Interpretació del Segre. También enlazamos la obra del Dr. Manuel Viladevall Solé,
ingeniero geólogo: La prospección de placeres de oro y otros minerales densos.

¿Por qué el oro se mide en “quilates”?

<img src="https://www.escapadarural.com/blog/wp-content/uploads/2016/09/Oro_alluvionale_-
_Fiume_Ticino_Italia-680x510.jpg" alt="Pepitas de oro" width="680" height="510" class="size-
large wp-image-54114" />
Fuente: Wikipedia

Los griegos han pasado a la historia por ser los inventores de los mitos, la democracia y la
filosofía. Con tantos y tan grandes atributos, ha pasado desapercibido su contribución a la
joyería.

Quilate es un derivado de la palabra griega keratio: “algarroba”. Un quilate es una semilla


de algarrobo. Como lo oyes. Los griegos se dieron cuenta de que las semillas de algorrobo
siempre pesan lo mismo, de modo que las utilizaron como instrumento de medida. Los
romanos adoptaron las semillas en sus balanzas de peso: una moneda de oro pesaba lo
mismo que 24 semillas de algarrobo (24 quilates).

Hoy en día el “quilate” del oro indica la pureza, no el peso. Es decir: la aleación de oro con
cobre o plata. Una pieza de 18 quilates contiene 3/4 de oro y 1/4 de otro mineral. Pero en
otras joyas, como el diamente, el quilate expresa su peso. Lo mires por donde lo mires, el
oro siempre es especial.

viernes, 23 de julio de 2010

Los últimos buscadores de oro. La familia Sanfiz. Navelgas. Asturias

Corrían los arbustos


rodantes y el año 1848 por las áridas tierras californianas cuando un capataz llamado
James Marshall y sus empleados desenterraron pepitas de oro mientras trabajaban en la
construcción de un molino en el pueblecito de Coloma, cerca del río Americano. No
sirvieron de nada sus intentos de guardar el secreto, porque en apenas unos meses
llegaron a esa tierra miles de buscafortunas que se contagiaron de la llamada 'fiebre del
oro'. Aunque aún suene a película del oeste, en España hay quienes todavía van en busca
de sus destellos dorados. Y esa pasión no tiene como objetivo enriquecer el bolsillo, sino
el espíritu aventurero. En el mapa del cazatesoros español, la 'X' está puesta sobre
Asturias. Concretamente, en el pueblo de Navelgas, una pepita dorada oculta entre los
montes del concejo de Tineo, en el noroccidente asturiano, zona que se conoce como
'valle del oro', aunque sus 300 habitantes no viven montados en el euro. «¿Oro? ¡Pregunta
en el Banco de España!», responden jocosas dos vecinas, Esperanza y María Dolores,
mientras toman el vermú en Casa Nieto, en el centro del pueblo. Eso sí, los navelguenses
tienen una respuesta unánime cuando se les menciona su tesoro: «Busca a los Sanfiz».
La familia Sanfiz lleva toda la vida dedicándose al bateo de oro, la práctica tradicional
de extracción de este metal de las aguas de los ríos. «Llevamos 50 años bateando, y
todo el que viene con nosotros al río consigue ver algo de oro», garantizan Luis y Carlos
Sanfiz, los vecinos más conocidos de Navelgas, y fundadores de la Asociación de
Buscadores de Oro Enrique Sanfiz, que lleva el nombre de su padre. «Con tres años ya

iba con él a batear al río», comenta Luis.


Enrique se lo tomaba como un deporte y una forma de vida que le transmitió a sus hijos,
no sólo como un trabajo. Estuvo empleado en la Sociedad Aurífera Asturiana, empresa
que trabajó en la explotación de las minas de Navelgas hasta su cierre en 1956. «En esos
años se les vendía el oro a los dentistas», recuerda Carlos. Los intentos por explotar
industrialmente la zona en el último siglo no han dado los resultados esperados porque
los romanos ya desvalijaron las entrañas de estas tierras hace bastantes años. Utilizaban
una técnica llamada 'Ruina Montium', que consistía en abrir galerías y pozos en las
montañas para luego inundarlas de agua y provocar el derrumbamiento del monte, con
lo que conseguían llegar a los lugares que albergaban cuanta cantidad querían del
valioso metal. La técnica que no cambia es el bateo. Y lo que se necesita para sacar algo
en claro del agua es una batea. Esta herramienta tiene una forma similar a la de un
sombrero tradicional chino del revés, y puede estar hecha de chapa, aunque las de
última generación están fabricadas con una fibra sintética especial. «Son las mejores,
duran toda la vida», afirman los Sanfiz, que de esto saben un rato.

Batea aparte, hacen falta


una pala, un pico y unas botas. «También paciencia, y conocer muy bien el río», añade
Luis. «Hace falta mover toneladas de piedra para conseguir unos cuantos gramos». En la
actualidad, el valor del oro en el mercado es de a un euro el kilate. Esta medida indica
la proporción de oro que tiene la pieza, de manera que 24 kilates significan que ese oro
es cien por cien puro. Por ejemplo, 18 kilates implican un 75% de pureza. Para seguir
calculando el valor, hay que multiplicar por el número de gramos. En el pueblo, se
puede encontrar oro puro, de 24 kilates, en los ríos Bárcenas, Navelgas y Yerbo, todos
afluentes del Esva. Pero no son lingotes precisamente lo que aparece en la batea tras
remojarse un rato. Lo normal es encontrar pequeñas láminas de entre 0,5 y 1,2
milímetros. Además, el metal suele aparecer incrustado en otros minerales, como el
cuarzo. «Los coleccionistas le damos más valor a la pieza cuando viene con cuarzo».
Parece como si la madre naturaleza lo presentara en una vitrina natural. «Bateando nos
hemos encontrado unos cuantos anillos, crucifijos, hasta una medalla que creo que es de
cuando la guerra», comenta Carlos.
Premio a todo un día buscando
La pepita más grande aparecida en España en el último siglo la encontró otro Sanfiz,
llamado Enrique. «Fue en 1998, llevaba todo el día buscando, y en las últimas paladas,
apareció». La pepita pesaba 27 gramos y era casi tan grande como una moneda de 500
pesetas, pero la tasaron en unas 60.000. «Mi padre tenía la ilusión de encontrar un filón,
pero en toda mi vida calculo haberme sacado cerca de un kilo de oro en total», revela
Luis. «Eso sí, nunca he ganado un duro con esto, todo lo regalo, lo intercambio, lo dono
a museos... ahora tengo unos 25 gramos», añade. Según los Sanfiz, no hay político que
visite el pueblo al que no le regalen alguna de esas recompensas que deja el río tras
horas y horas de trabajo. Y alguno más caerá, porque desde hoy y hasta el domingo se
celebra en Navelgas, como cada año desde 1999, el Campeonato Nacional de Bateo de

Oro. La mecánica consiste en encontrar un número


desconocido de laminillas de oro en un cubo con 15 kilos de arena. Gana quien consiga
encontrar todo el oro en el menor tiempo posible. La cita atrae a turistas y a aficionados
de todo el mundo. Pero como no es lo mismo batear en un barreño que hacerlo en el río,
que es lo natural, la asociación Enrique Sanfiz organiza en Navelgas encuentros de
búsqueda de oro en el río. El próximo será el 31 de julio. «Nos vamos todos por la
mañana a buscar oro, intercambiamos opiniones, las piezas que hemos conseguido, y
hacemos una comida campestre», cuenta entusiasmado. En Navelgas, hay otros vecinos
que han trabajado mucho porque esta actividad viva otra época dorada. En España
también se puede encontrar oro en Ourense, Salamanca, Cáceres o Granada, atravesada
por el río Darro, antes llamado Dauro por la existencia de oro en su cauce.

La mayor pepita en
posesión de Luis Sanfiz es de 14 gramos, «y se la voy a dar a la princesa Letizia», afirma.
En cualquier caso, como no deja de repetir Luis, «el verdadero oro es pasar una tarde
disfrutando de la naturaleza con tu familia, amigos y unos bocadillos». Por cierto, que
en California, los que más ganaron fueron los visionarios que montaron tiendas de
suministros para los aventureros, que muchas veces regresaban a casa con las manos
vacías.

Para participar: Para hacer bateo de río se puede contactar con la Asociación Enrique
Sanfiz. Tel. 625767784
Fuente: El Diario Vasco y La Verdad.es
Texto: Nacho Bartolomé
Imagenes: Pedro Touceda y Ana Paredes.
Composición : Picapiedra

PUBLICADO POR PICAPIEDRA EN 18:25

ETIQUETAS: ASTURIAS, BATEO, BUSCADORES, NAVELGAS, ORO, SANFIZ, TINEO

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