Enéadas Vi de Plotino Trabajo 23 Marzo
Enéadas Vi de Plotino Trabajo 23 Marzo
Enéadas Vi de Plotino Trabajo 23 Marzo
Enéadas VI de Plotino.
VI, 4. Libro I.
Que el ente siendo uno y el mismo, está en todo a la vez en todas partes.
En VI 4, 1, 1-29 introduce el problema acerca de la presencia del alma, sobre si está o no
en todas partes y de ello se deriva si es indivisa o no.
Y para explicación de lo anterior parte explicando sobre el Universo verdadero y
la copia del mismo (naturaleza del mundos sensible), de tal modo que el mundo sensible
esta contenido y depende del Universo verdadero (VI 4, 2, 1-12). Posteriormente dice que
todo aquello cuanto existe está en este Universo participa de él, lo recibe todo de él, y que
se haya presente en todo a la vez sin perder su propia unidad, y que la aparente división
por estar en todas partes es en realidad unidad (VI 4, 2, 13-25), además dicho Universo es
primordial y es Ente. De tal manera que el ente emite las almas (y por emitirlas no
disminuye), de ahí que las almas se encarnan en los vivientes, que manifiestan en estos
una potencia del Ente, pero que aún en esa sola potencia está todo el Ente, pero que el ser
que lo ha recibido a través del alma solo ha sido capaz de recibir esa sola potencia (VI 4,
3, 5-10). Y de entre todos los seres, hay algunos que tienen todas las potencias, y en esos
se manifiesta de una manera más clara el Ente, pero al tener todas las potencias se separa
porque se particulariza, y deja de ser un todo, de estar en todas partes y por tanto es de
otro accidentalmente (VI 4, 3, 11-14).
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Dr. Alfredo Vargas.
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A continuación explica la presencia del alma en el cuerpo, pero sin tener unidad
alguna con el mismo, no se mezcla con la materia y el cuerpo, pero cada parte del cuerpo
está iluminada por el alma, y este no dejarse poseer, no mezclarse le permite conservar su
unidad (VI 4, 2, 20).
Más adelante afirma que el Ente contiene a los entes (VI 4, 4, 1) 1 y partiendo de
esta afirmación se da la explicación de cómo el alma está presente en el cuerpo en su
unidad y de modo múltiple, afirmando pues que la naturaleza del alma le concede a esta
ser una e indivisa, pero que su unidad no aniquila su multiplicidad (su presencia en todo
el cuerpo)2. Y en seguida del VI 4, 5, 1-20-6, 1-21 habla ahora de la presencia del alma en
la transformación de la masa de los cuerpos y cómo se hace presente en ellos después de
mutar.
En lo que corresponde de VI 4, 7, 8-9 y VI 4, 10-13 aplica la situación anterior
primero al cuerpo y luego a la cuestión del Universo (Ente) y lo contenido y emanado de
él su presencia total en la multiplicidad, para posteriormente tocar el tema de la
participación de las almas con este Universo a través del Ente, almas que se manifiestan
en el mundo sensible y que en ese manifestarse muestran su origen y participación.
En VI 4, 14 habla sobre el problema del mal, que se hace presente en el alma,
respondiendo que dichas almas ya eran así, de tal modo que así estaban determinadas a
ser y de la misma manera pasaron al mundo sensible. Y con esta preexistencia del alma
afirma a su vez la del hombre, siendo un alma pura e inteligencia vinculada a la esencia
pura (VI 4, 14, 15-20) y esa alma se manifiesta en un cuerpo, pero cuando este deja de
existir el alma pasa a la región inteligible y la imagen que emite el alma en el cuerpo pasa
a la región inferior, y el alma de la región inteligible se reabsorbe en el todo y deja de
existir en acto (VI 4, 16, 40-45).
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De esto se puede ver la explicación de la cuestión de las procesiones en VI 4, 4, 20-25.
2
VI 4, 4, 30-45.
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contrario sería deficiente por algún número y si todos los vivientes no fueran contenidos
en él no sería Viviente perfecto.
En VI 15, 25 ubica el número en el ser, el cual viene de la inteligencia, y que
valiéndose del número el Ser genera los seres moviéndose según el número, luego
entonces el alma se identifica con el número. Pero el numero interior que es el acto de
sumar, contar, forma parte de la sustancia del hombre que participa del número y de a
armonía, por lo que se dic que el alma es número puesto que es sustancia, y el número que
forma parte del cuerpo es sustancia al modo del cuerpo y lo que forman parte del alma son
sustancia a modo de almas.
Y donde en VI 6, 17,40 y VI 6, 18, 1-50 trata respecto a las relaciones que existen
entre las diversas hipóstasis, siendo la más perfecta el Uno-Bien, la que lo contiene todo
de manera de unidad simple, donde el número no está limitado porque no es medido, sino
que son los seres que contiene (el ser en sí) la Medida, es, dice Plotino, la vida primaria,
la luz primaria, el número primario, que es de lo que viven las almas que contiene y de lo
que se nutren las almas del mundo sensible. El Uno Bien lo identifica pues, con el Ser,
donde todo es perfecto, y los seres desean alcanzar a ser lo que son para poder así
contemplar la vida plena que hay en el Ser (proceso de purificación que tratara más
ampliamente en VI 9).
VI, 7. Sobre cómo vino a la existencia la multiplicidad de las ideas y sobre el Bien.
En este número siete de manera muy general, aunque no reductiva, se puede rescatar el
análisis que Plotino hace de la relación de la hipóstasis de la inteligencia con el Uno-Bien.
Esto se puede constatar particularmente en dos pasajes: uno donde descubre el interior de
la propia inteligencia que es VI 7, 35, 19-30:
Pues también la inteligencia está dotada de una doble potencia: una intelectiva con la que
contempla los inteligibles que hay dentro de ella, y otra, con la que contempla al que está
más allá de ella mediante una intuición receptiva por la que, primero, veía solamente, mas
luego, sin dejar de ver, cobra inteligencia y se hace una misma cosa con su objeto. La
primera es la contemplación propia de una inteligencia cuerda; la segunda es inteligencia
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Este segundo pasaje entonces bien remite al retorno de las hipóstasis para poder
llegar a su centro que es el Uno Bien del cual han emanado, y en el cual se perfeccionan
al retornar sobre sí mismas, para así llegar a él.
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