Poesia Autorreferencial
Poesia Autorreferencial
Poesia Autorreferencial
El poema autorreferencial
en la poesía española contemporánea:
Miguel d’Ors y Javier Salvago
INTRODUCCIÓN
Hasta qué punto podemos identificar al sujeto poético con el autor real de un
texto dado, no interesa en esta ocasión. Como decía, el objetivo de este artículo es
describir la tendencia real que existe en la poesía española contemporánea a la
autorreferencialidad, no analizar el grado de proximidad que existe entre voz poética
y poeta.
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Son bastantes los críticos que han tratado de dar cuenta del autobiografismo, para unos, o
autobiografismo ficticio, para otros, de los poemas actuales. Cfr., al respecto, por ejemplo,
Iravedra (2007), quien se hace eco de la polémica y explica las diferentes tendencias.
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frente al de autobiográfico, en tanto que la semántica del segundo puede ser a veces
algo ambigua. Se puede decir que un poema es autobiográfico en tanto que está, en
mayor o menor medida, inspirado en sucesos vividos por su autor; en cambio,
autorreferencial implica una referencia explícita al yo como personaje del poema.
Los procedimientos a través de los cuales los poetas establecen el pacto de
lectura al que nos estamos refiriendo son de naturaleza muy variada, pero lo común
a todos ellos es la intención de vincular el texto con la realidad extratextual a la que
se refieren; de manera que la experiencia lectora quede de algún modo encaminada.
De entre todos los índices posibles, describiré tres, que considero son los más
habituales: la aparición del nombre propio, la alusión a hechos autobiográficos y una
suerte de declaración de intenciones.
Sin duda, el recurso más empleado es la aparición del nombre propio del autor,
que a veces se da desde el más inmediato comienzo, es decir, el título del poema.
Así se puede apreciar, por ejemplo, en «Javier Salvago (j.r.)» de Variaciones y
reincidencias (1997) o en «Reproche a Miguel d’Ors», de Chronica (1982). La
onomástica de una persona es la manera más directa para designar su realidad, para
reconocerla y distinguirla, supone, en última instancia, la materialización verbal de
su identidad. De ahí que este sea uno de los principales recursos empleados por los
autores para referirse a sí mismos en sus textos.
Y, aunque como se ha visto, en ocasiones aparece desde el paratexto, lo más
usual es que asome en el texto mismo, en el poema. Así sucede en el ya citado
«Javier Salvago (j.r.)», en que el poeta anuncia desde el título que él va a ser el
tema de su propio texto y lo reitera a lo largo de su extensión, repitiendo de nuevo
su nombre propio al inicio de las estrofas primera («Javier Salvago tiene por delante
la vida»), tercera («Javier Salvago sale zumbando de la cama») y sexta («Javier
Salvago vive, como un gato, a su aire»). En clara alusión al «Nuevo Autorretrato» de
Manuel Machado (Phoenix: nuevas canciones, 1936), el autor busca elaborar un
autorretrato de su yo niño.
Veamos tres ejemplos más de la aparición del nombre propio tomados, esta
vez, de d’Ors 2. En el primero, de «Información sobre el tiempo» (Hacia otra luz más
pura, 1999), la autorreferencia le sirve para referirse a sí mismo en el presente:
2
García-Máiquez (2001: 17) ha señalado con acierto la influencia de Gil de Biedma en los
usuales desdoblamientos que efectúa el poeta en sus versos.
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imágenes dispersas,
absurdas, con que voy
[…]
construyendo un pasado
para este miguel d’ors.
Con el tercero, de «Por favor» (Hacia otra luz más pura, 1999), consigue d’Ors
integrar toda su identidad, que está conformada tanto por las pasadas como por las
futuras:
Otro de los recursos que los poetas suelen emplear también con frecuencia
para autorreferirse son las alusiones a hechos biográficos. En efecto, la mención de
un hecho histórico vivido o la ubicación del poema en un espacio que relacionamos
con su autor pueden servir asimismo como índices. Javier Salvago ofrece ejemplos
bastante similares en sus poemas «No despiertes al pájaro dormido», «Homenaje a
The Beatles» (ambos de La destrucción o el humor, 1980) y «Variaciones sobre un
viejo tópico» (Volverlo a intentar, 1989). En todos ellos presenta una serie de
imágenes generacionales que le ayudan a evocarse en el pasado. Así comienza el
primero de ellos:
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Miguel d’Ors comienza su poema «Raíces» (Es cielo y es azul, 1984) recordando
también algunos aspectos representativos de su infancia como el murmullo de la
lluvia en las tardes de domingo, las campanas de la catedral, el sonido del tren, la
madre planchando… Pero las evocaciones en esta ocasión le sirven para analizar sus
inicios vocacionales como escritor:
Resulta clave el segundo verso —«cómo vuelve esta noche, con qué mágica
luz»— que, combinado con el primero de la última estrofa —«y ahora que contemplo
mi vida»—, supone una auténtica declaración de la intención del poeta por recordar.
Hay ocasiones, finalmente, en las que el poeta anuncia su intención de
recordar su pasado ya desde el título del poema. Así se puede advertir, por ejemplo,
en «Retornos» (Chronica, 1982), también de Miguel d’Ors, donde se combina un título
que anuncia la intención de volver con la memoria al pasado, con el primer verso de
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la segunda estrofa, en que el poeta hace explícito el lugar al que retorna: «Hoy
vuelvo, verja blanca, vuelvo, niño, a cruzarte».
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Caballé se refiere al concepto tan en boga de la memoria histórica, que «tiene que ver con
la reescritura del pasado inmediato en tanto que enraizado en la propia biografía y cuya
comprensión es, por tanto, necesaria para dorar de sentido a la vida individual. El régimen de
Franco fue, sobre todo, un colosal enmascaramiento de la realidad […] y la necesidad de
desenmascarar dicha realidad para hacerla vivible y civilizada no puede posponerse una vez
desaparecida la figura del dictador» (2000-2001: 30).
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prioridad del yo –cuya recuperación es un rasgo característico del final del milenio–
antes que la clase social y el Estado; la feminización del público lector; y la
concepción de este tipo de escritura como vidas ejemplares (2006: 22).
Por tanto, los factores que han propiciado el florecimiento de la literatura del
yo en la literatura española de los últimos tiempos son numerosos y de distinta índole
(políticos, sociales, económicos, culturales, educacionales…). Sin duda creo que este
florecimiento está relacionado con la cada vez más frecuente autorreferencia en los
discursos líricos.
Asimismo, me parece que la expansión de los poemas autorreferenciales podría
relacionarse con el auge de ciertos géneros también fronterizos, que beben de igual
modo de las peculiares circunstancias socio-políticas tan acertadamente descritas por
Romera Castillo en el texto anterior. Estoy pensando en concreto en el género de la
autoficción, cada vez más frecuente en las letras hispánicas. Creo que la
proliferación de este tipo de textos (las autoficciones y los poemas
autorreferenciales) es una muestra de la nueva tendencia, tan marcada, de la
producción literaria contemporánea, a jugar con la ambigüedad de la identificación
entre autor y narrador y, en definitiva, a jugar con los límites genéricos. Como se ve,
los modelos literarios van paulatinamente cambiando y formas como las dos
anteriores, ya existentes, comienzan a cobrar cada vez mayor fuerza en un ambiente
como el actual que, qué duda cabe, resulta propicio.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA CITADA