Economia Mexicana 1982-2000
Economia Mexicana 1982-2000
Economia Mexicana 1982-2000
Introducción
A lo largo del tiempo México ha pasado por múltiples modelos económicos que junto
con filosofías políticas, derivadas de acontecimientos históricos internacionales,
determinan el rumbo que toma el país, afectando directamente el nivel de desarrollo
y producción de bienes materiales o de servicio. Y con ello, claro está, el tipo de
vida que cada uno de los habitantes de la nación posee.
Por lo tanto, es sustancial hacer un breve análisis de los hechos ocurridos durante la
época de los 80’s y 90’s, en materia de economía política, abarcando así tres
períodos presidenciales: Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.
De este modo se logrará esclarecer el origen del sistema monetario y político que
rige actualmente, dando pie al entendimiento de acontecimientos sociales
directamente relacionados con la situación socioeconómica de México.
Los nuevos intentos de frenar el gasto público resultaron inútiles, pues el gobierno
mantuvo sus programas y planes de gasto. La presión continuó y las reservas
internacionales en el Banco de México, llegaron a un nivel en el que fue imposible
cubrir la demanda de dólares, por lo que el 18 de abril de 1982, el gobierno se vio
obligado a devaluar el peso de 26.91 a 47 pesos por dólar. El gobierno tuvo que
seguir endeudándose para financiar las importaciones y los gastos por el servicio de
la deuda. Para contrarrestar estos problemas, se tomaron medidas de emergencia;
establecer un control de cambio y nacionalizar la banca.
La nacionalización de la banca
Esta inesperada noticia, trajo una mayor desconfianza a la gente dejando así al
siguiente presidente que entraba, Miguel de la Madrid en una difícil situación. En el
mismo año de la nacionalización (1982), el director general del Banco de México
decidió que los depósitos en dólares en los bancos mexicanos se pagarían a $70
por dólar, mientras los deudores los tendrían que cubrir a solo $50. Este subsidio a
las empresas deudoras equivalió a 4% del PIB e impidió el cierre masivo de
empresas.
El estancamiento económico
Los efectos de la crisis de 1982 apenas se empezaban a vislumbrar aquel año. Las
repercusiones económicas, sociales y políticas de ésta se manifestaron progresiva y
exponencialmente durante el mandato de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1987)
afectando tanto la actividad económica, como la industrial.
El panorama era desalentador debido a la huida de capital al extranjero, producto de
la desconfianza y descontento -expresado en movimientos como “México en libertad
“- del sector privado ante la nacionalización de la banca y el ataque a los derechos
de propiedad privada. Ante dicha situación, De la Madrid cambió el Artículo 25
constitucional estableciendo la “Rectoría del Estado” permitiendo así que las
empresas participaran, bajo ciertas condiciones, hasta 33.3% en las acciones de la
banca. No obstante, esta medida no satisfizo a dicho grupo quien consideró que se
estaba institucionalizando la intervención estatal, mientras que la izquierda lo
percibió como un retroceso.
Aunado a esto, se realizaron acciones inmediatas para sanear la macroeconomía,
las cuales en un principio resultaron eficaces, pero para fines de 1893 recrudecieron
las circunstancias. Entre las decisiones tomadas por el gobierno, se subieron los
impuestos, se negoció el plazo de pago de la deuda externa y se facilitó el diálogo
de la deuda privada. Si bien, por ejemplo, en el caso de la deuda externa, se llegó a
un acuerdo que prolongó el término de ésta, dicho beneficio fue relativo puesto que
no estaba exento de impuestos.
En cuanto a la deuda privada, el Fideicomiso de Cobertura de Riesgo Cambiario
(Ficosa) salvó a varias empresas de la bancarrota fomentando la negociación con
sus acreedores con el apoyo del Banco de México; sin embargo, esto no fue
suficiente para remediar la tensión con el gobierno.
Pese a las políticas asumidas por la administración, la recuperación fue
momentánea y limitada particularmente en 1982. La devaluación de la moneda,
junto con la alza de precios favorecieron la inflación.
Sumado a esto, el control del gasto público perjudicó directamente el gasto social
estancando la educación y la pobreza e, incluso, acentuando esta última luego de
haber avanzado durante treinta años. El desempleo, el deterioro de los salarios, la
disminución en la producción y la creciente desigualdad, junto con una inflación de
132% en 1987 en contraste con 1982 crearon un ambiente social precario
gravemente golpeado por los sismos del 85 y el desplome del petróleo.
Estabilización, cambio estructural y lento crecimiento en la era de la
globalización (1988-2009)
Estabilización exitosa
Para lograr un crecimiento más alto, se requería de recursos adicionales del exterior
y una reducción de la carga de la deuda. Era esencial disminuir las transferencias al
exterior, generar la repatriación de capitales y estimular las entradas de capital en
forma de inversión extranjera. En julio de 1989, con el “Plan Brady”, el gobierno de
Salinas redujo el peso de la deuda y mandó una señal a los mercados de que ese
problema estaba en vías de solución. Inmediatamente las tasas de interés internas
disminuyeron casi 20 puntos.
En 1989, el PIB creció 3.3%, cifra superior al crecimiento de la población, y
disminuyó el déficit público de 12.5% del PIB a sólo 5.6% en un año,
fundamentalmente por la reducción del pago de intereses. La inversión privada,
nacional y extranjera se reactivó.
El anuncio de la reprivatización de la banca nacionalizada en mayo de 1990, y la
decisión de negociar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, anunciada
en agosto, terminaron por convencer a los inversionistas nacionales y extranjeros de
que las medidas para contener la inflación, así como los diversos cambios
estructurales, reprivatizaciones, desregulación, etc, eran permanentes. El
crecimiento del PIB fue de 4.5%, el más alto desde el inicio de la crisis de la deuda,
estimulando el consumo privado que había caído tanto en los años 80.
Era más que claro que el país necesitaba una reestructuración al modelo económico
vigente, y pese a que este proceso comenzó durante el periodo de Miguel de la
Madrid en 1983 con la “reducción del tamaño y complejidad del sector público” (p.
534), la expansión de la economía a la competencia exterior gracias a la eliminación
de permisos previos a la importancia y reducción de aranceles, el presidente que
verdaderamente logró un sólido cambio dentro del país, fue Salinas de Gortari.
Por lo tanto, las reformas en México se orientaron a eliminar las barreras que
impidieran la competencia economía del país, disminuyendo el papel del Estado en
la producción y la construcción de infraestructura, dejándolas en manos de los
privados. Como resultado la económica se abrió a los mercados internacionales,
modificando los derechos de propiedad privada, de manera singular la del sector
rural.
Es así que, como parte de otra reforma, Salinas decidió privatizar entidades y
empresas estatales. Primero, a mediados de 1989, se decretó la privatización de
Aeronaves de México, de Mexicana de Aviación y Grupo Dina. Después, durante
1990, Teléfonos de México, la Minera Cananea y algunas plantas de Conasupo
pasaron a manos de privados, del mismo modo que lo hicieron algunas compañías
de seguros, fábricas de ferrocarriles, etc. Además, cabe rescatar, se anunció y
ejecutó la reprivatización de la banca.
Por obvias razones, las medidas tomadas por el presidente Salinas fueron
duramente criticadas, ya que, aun que algunas privatizaciones resultaron exitosas,
otras, como la de Telmex, resultaron en la conversión únicamente de un monopolio
estatal a uno privado.
Más aún, la reprivatización de la banca desató polémica debido a la alta
discrecionalidad con la que se llevó a cabo, así como el financiamiento endeble y los
precios excesivamente caros, razones por las que se presume llevaron a la crisis de
1994-1995.
Así mismo, debido a la debilidad del Estado mexicano y su insuficiencia institucional,
no se pudieron evitar “los abusos, extranjerización de empresas y actos de
corrupción” (p. 537) que colocaron los intereses personales sobre el de la mayoría.
Los orígenes de la crisis se remontan a años atrás y tuvo varias causas, pero las
dos fundamentales fueron la debilidad del sistema bancario tras su reprivatización y
la política macroeconómica. Como en crisis previas, cuando la economía ejerció un
gasto mayor que los ingresos y requirió un enorme ahorro externo, no fue
sostenible.
Fue una crisis corta, pero con secuelas profundas, se dio un rescate bancario
exitoso, fue aliviada por el paquete de líneas de crédito externo de W.Clinton de
caso 50 000 mdd, México llevó un sistema de pagos continuos, los deudores
perdieron sus activos y otros más se declararon en moratoria. Muchos negocios
locales se declararon en quiebra. Fue un proceso discreto y falto de transparencia.
Referencias
Cárdenas S, Enrique. (2015). El largo curso de la economía mexicana. De 1780 a
nuestros días. México: Fondo de Cultura económica.