Planificación Estratégica, Sistémica y Prospectiva para Prevenir y Mitigar Riesgos de Desastre en Áreas Urbanas Históricas de Guatemala

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AÑO 18, 2016-2 JULIO-DICIEMBRE ISSN 1405-8626 PÁGS.

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Planificación estratégica, sistémica y prospectiva


para prevenir y mitigar riesgos de desastre en
áreas urbanas históricas de Guatemala
Strategic, systemic and forward planning to prevent and to
mitigate disaster risks in historic urban areas of Guatemala

Susana Isabel Palma-De Cuevas*


Recibido: abril 26 de 2016
Aceptado: marzo 07 de 2017

Resumen

El artículo aborda la necesidad de fortalecer el enfoque de planificación estratégica para las áreas
urbanas históricas (AUH) en Guatemala desde la perspectiva de la prevención y mitigación de
los riesgos de desastre. Para ello, resalta la importancia de adicionar dos enfoques a los procesos
de planificación: el sistémico y el prospectivo. El primero como aspecto fundamental para el
entendimiento de los riesgos de desastre, de las AUH y del mismo proceso de planificación.
Y el segundo, como una disciplina científica que contribuye a reducir la incertidumbre en la
temática de los riesgos. Además, se presentan cuatro conceptos que se espera contribuyan a la
construcción de un modelo metodológico de planificación para la seguridad urbana de estas áreas
y su patrimonio histórico. El conjunto de estos conceptos representa el objeto de este estudio.

Palabras clave: sistema urbano histórico, sistema escenario-riesgo, planificación estratégica


sistémica y prospectiva.
Summary

The article discusses the need of strengthening the strategic planning approach for historical urban
areas (AUH) in Guatemala, from a perspective of prevention and mitigation of disaster risks. For
that, the importance of adding two approaches to planning processes: systemic and prospective
is highlighted. The former as fundamental element to the understanding of: the disaster risk, the
historic urban areas, and the planning aspects. And the latter, as a scientific discipline that helps to
reduce uncertainty on the risk issue. In addition, four concepts that are expected to contribute to the
construction of a methodological model for urban planning security of these areas and their historical
heritage are presented. All these concepts represent the object of this case.

Keywords: historical urban system, scenario-risk system, strategic, systemic and forward planning.
* Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala. E.mail: [email protected]

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Susana Isabel Palma de Cuevas: Planificación estratégica, sistémica y prospectiva para prevenir y mitigar riesgos...

Introducción

Los desastres en Guatemala,1 por siglos, han afectado la vida de las personas, su
economía, el entramado de las AUH y su patrimonio cultural. Éste representa más
de cuatro mil años de historia y se encuentra constituido por sitios precolombinos,
coloniales, republicanos y contemporáneos. Todo desastre es producto del
riesgo construido por medio de procesos de deterioro, descuido o desatención.
Los desastres pueden ser socio-naturales (combina la amenaza natural con la
vulnerabilidad social), antrópicos (producto de la amenaza antrópica con la
vulnerabilidad social) y ambientales (es decir, resultado de la amenaza socio-
natural y/o antrópica con la vulnerabilidad del ecosistema) (Palma, 2015).

Las amenazas naturales son propias de los ciclos geológicos,


hidrometeorológicos y otros del planeta Tierra sin que intervenga el hombre.
En cambio, las amenazas socio-naturales se refieren a los impactos negativos
por la actividad humana provocando modificaciones en el clima, el suelo,
el balance hídrico, entre otros. Las amenazas antrópicas son las actividades
provocadas por la intervención humana, como los impactos ambientales, los
accidentes industriales y las guerras (Palma, 2014).

Figura 1. Algunos tipos de amenaza de desastre

Fuente: Palma (2016: 38).


1
El tema de los desastres ha evolucionado conceptualmente en América Latina. Hoy día no se
habla más de los desastres “naturales” en vista de que son una construcción social formada por
factores económicos, políticos y sociales de un territorio, ciudad y otro. La amenaza es lo único
que puede considerarse natural y sólo algunos tipos.

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Los desastres son cada vez más frecuentes; el cambio climático es una amenaza
global cuyo resultado es el incremento de inundaciones y deslizamientos. Entre los
desastres socio-naturales más dañinos que han afectado al patrimonio cultural del
país destacan el lahar del Volcán de Agua en 1541; los sismos de 1717, 1773 y 1976
que afectaron la primera y segunda ciudad de Guatemala; el Huracán Mitch que
devino en depresión tropical en 1998; los sismos del 2012 y 2014 que destruyeron
la ciudad de San Marcos y la tormenta tropical Agatha del 2010. Las amenazas
de tipo antrópico, como incendios, explosiones y guerras, ponen en riesgo la
información conceptual histórica, el imaginario de identidad, el legado para las
futuras generaciones y la economía local (y afectan sectores como el turismo).

Si bien se ha avanzado en aspectos de políticas públicas para prevenir y


mitigar los desastres en el país, estos aún no han considerado al patrimonio
cultural. Mucho menos se atiende la vulnerabilidad de las AUH, pues
gobiernos municipales, profesionales y población en general, no cuentan con
herramientas para gestionar las acciones que contribuyan a reducir los riesgos
de desastre con una visión de largo plazo.

Por otra parte, la presión que reciben estas poblaciones históricas por el
fenómeno relativamente reciente de la urbanización provoca disminución
de los recursos naturales, degradación de la tierra, contaminación del aire
y agua, entre otros; efectos colaterales que facilitan la ocurrencia frecuente
de inundaciones (e.g. Antigua Guatemala).2 Por tanto, es urgente contar con
instrumentos conceptuales y metodológicos aplicados por las municipalidades
para la salvaguardia y seguridad en estas poblaciones.

Figura 2. Iglesia de Santa María de Jesús, Sacatepéquez, Guatemala

Fotografía: Palma (2016).

2
La ciudad de Antigua es conocida a nivel internacional por ser una zona vulnerable de sismos; sin
embargo, cada año se inunda debido a la colmatación de drenajes pluviales obsoletos e insuficientes.

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Metodología

El presente artículo es resultado de uno de los alcances de la tesis doctoral en


Arquitectura, cuya pregunta inicial de investigación fue si ¿la metodología
de planificación estratégica es la idónea para dar una respuesta apropiada y
oportuna a la dinámica de los riesgos de desastre en las AUH del país? De
resultar positiva esta afirmación, ¿qué aspectos debiera considerar esta
herramienta para impulsar la seguridad urbana en estas áreas? La investigación
permitió comprobar que un proceso de planificación estratégica podría ser
usado como base pero que debía ser completado por los enfoques sistémico y
prospectivo. Dentro de los aspectos que debiera considerar esta herramienta,
se encontraban los conceptos que permitieran a futuro la construcción de un
modelo de planificación para prevenir y mitigar riesgos de desastre en las AUH.

La metodología de investigación fue del tipo cualitativa y consideró nueve


fases. Se inició con un proceso de recopilación documental sobre las bases teórico-
conceptuales de la gestión de riesgos de desastre, las AUH y su planificación.
La segunda fase consistió en un mapeo de informantes clave que incluía a
funcionarios públicos (del nivel central y de municipalidades), académicos,
consultores independientes y organizaciones sociales con presencia en AUH,
todos expertos en alguno de los temas ya mencionados. Posteriormente, se
procedió a diseñar un instrumento de entrevista a profundidad, que incluyó
dieciséis preguntas y 163 variables para conocer la opinión de los expertos
acerca de la idoneidad de la metodología de planificación estratégica y de sus
fases para la planificación de la seguridad de las AUH.

La entrevista fue respondida por cuarenta expertos y su objetivo fue


valorar y completar la información documental que había sido revisada.
Seguido de los resultados cuantitativos a partir de las entrevistas realizadas,
se organizaron grupos de discusión multidisciplinarios para complementar
el estudio con aspectos cualitativos. Los integrantes de estos grupos tenían el
mismo perfil de los entrevistados.

Consecutivamente, se estructuró y seleccionó la información recabada en


las entrevistas a profundidad y en los grupos de discusión. Se obtuvieron
conclusiones útiles para el inicio de la fase posterior, destinada a la definición
de conceptos relacionados con el modelo de planificación. Una vez redactados
los conceptos (con el acompañamiento de esquemas) se procedió a convocar
mesas para su validación. Los integrantes de las mesas tenían el mismo perfil

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de los entrevistados y los grupos de discusión. Los conceptos validados


fueron siete. Aquí se presentan cuatro de los conceptos: sistema-escenario
riesgo, sistema urbano histórico, sostenibilidad, y planificación estratégica,
sistémica y prospectiva para la seguridad en AUH.3 Con los nuevos insumos
aportados en las mesas, se incluyeron mejoras a tales conceptos, los cuales
fueron validados en las respectivas mesas.

Figura 3. Metodología de investigación

Fuente: elaboración propia.

1. Áreas urbanas históricas y riesgo de desastre

Las AUH han sido definidas en la carta titulada “Principios para la salvaguardia
y gestión de las poblaciones y áreas urbanas históricas”, aprobada en La
Valeta, Malta, en 2011, por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
(ICOMOS, por su siglas en inglés). Esta carta establece que las AUH se
componen tanto de elementos materiales como inmateriales:

[los materiales comprenden] los elementos arquitectónicos, los paisajes interior


y exterior de la ciudad, los vestigios arqueológicos, las vistas, los perfiles, las
perspectivas y los hitos urbanos. Los inmateriales comprenden: las actividades,
los usos simbólicos e históricos, las prácticas culturales, las tradiciones, los testigos
de la memoria y las referencias culturales que constituyen la substancia del valor
histórico [...] son estructuras espaciales que expresan la evolución de una sociedad y
de su identidad cultural y son parte integrante de un contexto natural o antropizado
más amplio del que no pueden ser disociadas […] son un testigo viviente del
pasado que las ha modelado […] forman parte de la vida cotidiana de las personas.
Su protección e integración en la sociedad contemporánea son el fundamento de la
planificación urbana y de la ordenación del territorio (ICOMOS, 2011).

Otros conceptos validados fueron: seguridad urbana, gestión estratégica de los riesgos de
3

desastre en AUH y nuevos escenarios para la seguridad urbana en AUH. Éstos pueden ser
consultados en Palma(2015).

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Esta definición denota la importancia de la gestión del patrimonio histórico


en su entorno, ya sea urbano, rural o territorial.4 Además de prestar atención
a los cambios de este entorno respecto a los valores inmateriales, la identidad,
los usos tradicionales, la integración social y la gestión ambiental.

Por otra parte, hoy en día las poblaciones históricas enfrentan una serie
de cambios que afectan a sus hábitats humanos, en general, y a su patrimonio
cultural, en particular. Dentro de los cambios se encuentra la actual
vulnerabilidad de sus entramados urbanos y la obsolescencia de muchos de
sus edificios. Por ello, en la carta de La Valeta se resalta la importancia de
la prevención de riesgos y las acciones de restauración después un desastre,
orientados a conservar los bienes culturales. En este marco, también promueve
la gestión ambiental y los principios del desarrollo sostenible.

2. Planificación para prevenir y mitigar riesgos de desastre en AUH

La planificación como actividad es muy antigua pero como disciplina es


relativamente reciente y se le considera así desde que se inicia a sistematizar.
Según la Real Academia Española, significa “acción y efecto de planificar
[…] un plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de gran
amplitud, para obtener un objetivo determinado, tal como el desarrollo
armónico de una ciudad, el desarrollo económico, la investigación científica,
el funcionamiento de una industria, etc.” (RAE, 2015).

Bajo este concepto general, en las cartas internacionales sobre patrimonio,


ha sido abordada la necesidad de distintos instrumentos de planificación, tales
como: planes reguladores (décadas 30 al 60), planes de revalorización (décadas
60 al 80) y planes de conservación (décadas del 80 al 2000). Su enfoque fue el
de una planificación tradicional, es decir, con orientación a la obtención de
un plan, dejando por fuera la necesidad de contar con adecuados procesos de
planificación participativa. Los planes fueron elaborados en forma aislada a
las dinámicas urbanas y del territorio, con una orientación sectorial, exclusiva
para el campo de la conservación. Además, en su mayoría, fueron delimitados
a un centro histórico sin permitir una mayor consideración del patrimonio
histórico en su contexto. Respecto a la temática de los riesgos, en las décadas
30 al 70 la atención estuvo en la “restauración postdesastre”, haciéndose
mención en las cartas internacionales a los desastres originados por conflicto
armado, incendios, terremotos, deslizamientos, erupciones volcánicas,
4
Aquí el término territorial se refiere a un contexto más amplio que puede incluir tanto lo
urbano como lo rural.
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inundaciones y maremotos. A partir de 1987 se dio un salto significativo y se


enfocó esta temática hacia la “prevención de los desastres”, originados tanto
por amenazas naturales como antrópicas5 (Palma, 2015).

Fue hasta el 2001 que se resaltó la necesidad de la formulación de planes


de salvaguardia y de gestión, con enfoque estratégico, en las AUH. Además se
abordó la importancia de atender los riesgos de desastre, ya que un desastre
no ocurre si previamente no han sido construidas condiciones de riesgo. De
esta cuenta, la temática se orientó a la “prevención y mitigación de los riesgos
de desastre” (Palma, 2015).

a. Planificación estratégica

Estrategia significa el “arte de dirigir las operaciones” (RAE, 2015) o “concebir


un futuro deseado así como los medios reales para conseguirlo” (Ackoff,
1973: 1). La planificación estratégica, ha sido definida como un proceso
administrativo que consiste en desarrollar y mantener un equilibrio adecuado
entre los objetivos, las habilidades, los recursos y sus oportunidades (Kotler,
2006). Asimismo, es “el proceso administrativo de crear una visión estratégica,
establecer los objetivos y formular una estrategia, así como implantar y
ejecutar dicha estrategia; posteriormente, con el transcurso del tiempo, se
considera iniciar cualesquier ajustes correctivos en la visión, los objetivos, la
estrategia, o su ejecución que parezcan adecuados” (Thompson y Strickland,
2004: 6). Otro concepto interesante de la planificación estratégica es:

la acción consistente en utilizar un conjunto de procedimientos mediante los cuales


se introduce una mayor racionalidad y organización en un conjunto de actividades
y acciones articuladas entre sí que, previstas anticipadamente, tienen el propósito
de influir en el curso de determinados acontecimientos, con el fin de alcanzar una
situación elegida como deseable, mediante el uso eficiente de medios y recursos
escasos o limitados (Ander-Egg, 2007: 25).

Con el avance en esta conceptualización, la Declaración de Xi’an


del ICOMOS reconoce que deben dedicarse recursos a la planificación
estratégica de la conservación y la gestión del entorno de las áreas de
carácter patrimonial. La carta de La Valeta reconoce que deben ser definidas
estrategias adecuadas, tiempos de implementación y acciones específicas
para precisar los objetivos de salvaguardia e identificar los conflictos
potenciales (como los desastres). Esto significa que la estrategia se concibe
para hacer más eficiente el alcance de los objetivos de salvaguardia en
5
Dentro de las amenazas antrópicas sobresalen la contaminación y las vibraciones.
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AUH, contribuyendo a un proceso de toma de decisiones. El concepto de


estrategia, además, se cristaliza en forma de planes estratégicos que buscan
también reducir y mitigar los riesgos de desastre.

La metodología de planificación estratégica ha sido considerada como una


de las herramientas más subjetivas que resta espacio a la síntesis y minimiza
el aparecimiento de estrategias emergentes (Noboa, 2006). Para otros, otorga
un énfasis excesivo en la competitividad y tiende a generar tensión en los
gerentes, además de proveer los análisis desde enfoques reactivos (Bravo,
2009). Sin duda, la planificación estratégica adopta el análisis de tendencias
sin buscar construir escenarios posibles, tan necesarios en entornos dinámicos
y cambiantes, como el de los riesgos de desastre. Sin embargo, a la fecha, la
metodología de planificación estratégica sigue plenamente vigente por lo que
ahora puede inspirar la prevención y mitigación de riesgos de desastre en AUH.

b. Planificación sistémica

El enfoque sistémico se encuentra fundamentado en la Teoría General


de Sistemas (TGS) propuesta por Ludwing von Bertalanffy, en 1950. Esta
teoría se refiere a la manera en que un fenómeno es estudiado como un
sistema o complejidad organizada, es decir, como un conjunto de elementos
consistentes en partes que interactúan entre sí. En el enfoque sistémico, las
partes de un sistema pueden ser consideradas como subsistemas, llevando a
la necesidad de identificación de jerarquías entre los componentes del sistema
para establecer la función de sistemas de mayor escala.

En este enfoque tales componentes tienden a quedar en segundo plano, pues


se priorizan sus interacciones entre sí que, en algunos casos, resultan ser muy
fuertes y no lineales, incluso se dan interacciones circulares (Aracil, 1995). Sin
embargo, si en un sistema se modifica una de las partes, puede resultar un cambio
en las relaciones resultando un sistema distinto al original; es decir, en el enfoque
sistémico son reconocidas las relaciones, las interacciones e interdependencias
entre distintos componentes, de forma tal que no resulta viable aislarlos para
su estudio y comprensión. Por tanto, el sistema es “un complejo de elementos
interactuantes [...] un orden dinámico de partes y procesos en interacción mutua
[...] manteniéndose en un estado uniforme” (Von Bertalanffy, 2000: 56 y 128).

Además, la interacción e interdependencia en una complejidad organizada


consiste en una acción recíproca entre componentes que tiende a modificar
su comportamiento o naturaleza. Si el comportamiento no cambia, se puede

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asegurar que no se ha dado una interacción entre los componentes. Por otra
parte, las interdependencias dentro de los sistemas son de vital importancia, ya
que un cambio en estas interacciones no sólo modificaría sus comportamientos,
sino que podría llegar a cambiar los mismos sistemas. Algunas características
relevantes de los sistemas son (Litterer, 1964; O’Connor y McDermott, 1998;
Checkland, 1993; Navarro Cid, 2001; y Meadows, 2008):
a) Totalidad y equifinalidad: el todo de un sistema supera la adición de sus
elementos con el alcance de resultados desde distintos puntos.

b) Emergencia y heterogeneidad: cada parte es diferente, emerge del sistema


cuando se encuentra en acción y se diferencia de su entorno mientras se
opone a las fuerzas que buscan la igualación de diferencias.

c) Organización e interacción: parte de la organización para disolver estados


de máximo desorden (entropía) mediante la interacción e información
constante de un elemento a otro dentro del sistema.

d) Homeostasis e interdependencia: busca la adaptación y equilibrio


mientras cada uno de sus elementos atiende la reducción de sus libertades
de maniobra, derivadas de la interacción de las demás partes del sistema.
El fin último es llegar a alcanzar un estado de autorregulación.

e) Adaptabilidad y entropía: mientras existe la tendencia de alcanzar un


estado de desorden, el elemento con mayores posibilidades resulta ser
más adaptable a distintos entornos, desarrollando un mejor aprendizaje.

f) Regulación, jerarquía y diferenciación: los sistemas están compuestos de


subsistemas, por lo que existen macro y micro sistemas, que necesitan
de una entidad encargada de regular sus elementos, y a la vez buscar la
diferenciación de sus funciones para adaptarse a los múltiples cambios
del entorno.

g) Retroalimentación: los sistemas mantienen un constante intercambio de


información.

Bajo este enfoque, los riesgos de desastre, las AUH y la planificación para
prevenir y mitigar riesgos en las AUH pueden ser estudiados como sistemas.

• Enfoque sistémico del riesgo de desastres

El desarrollo teórico y conceptual a la fecha ha sostenido que el riesgo de


desastres es un fenómeno complejo, dinámico y multidimensional (Lavel, 2002)
que no puede ser abordado apropiadamente desde un pensamiento lineal y
aislado. Lo anterior queda expresado en la definición sobre el riesgo propuesta

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por la Estrategia Integral para la Reducción de Desastres de Naciones Unidas:


“Probabilidad de consecuencias perjudiciales o pérdidas esperadas (muertes,
lesiones, propiedad, medios de subsistencia, interrupción de actividad
económica o deterioro del ambiente) resultado de interacciones entre amenazas
naturales o antropogénicas y condiciones de vulnerabilidad” (EIRD, 2004: 7).

En este marco, las amenazas de desastres se vuelven complejas ya que


existe la posibilidad de que dos amenazas se interrelacionen. Por ejemplo, una
amenaza natural puede afectar algún tipo de vulnerabilidad y convertirse en
una amenaza antrópica (e.g. sismo combinado con deforestación que deviene
en deslizamientos) o bien, pueden llegar a presentarse dos amenazas naturales
en forma simultánea (e.g. erupción volcánica con fuerte lluvia); además de
darse la combinación de una amenaza socio-natural con una antrópica (e.g.
inundaciones en áreas urbanas que entran en contacto con substancias tóxicas),
presentando lo que se conoce como un escenario multirriesgo. Por ello, para
entender la complejidad de los escenarios del riesgo, se requiere analizarlo
desde el enfoque sistémico, considerando los componentes del sistema (las
amenazas naturales, socio-naturales y antrópicas y las vulnerabilidades
sociales y del ecosistema), así como las interrelaciones entre estos (figura 4).

Figura 4. Sistema-escenario riesgo

Fuente: elaboración propia.

Es posible referirse al sistema-escenario de riesgo como la representación


de determinado lugar y tiempo (e.g. un área urbana histórica en el presente)
en el que se desarrolle la “probabilidad de consecuencias perjudiciales o
pérdidas esperadas (económicas, sociales, culturales o ambientales) en un sitio
particular. Se obtiene de relacionar la amenaza o probabilidad de ocurrencia
de un fenómeno (natural, socio-natural o antrópico) con la vulnerabilidad y
exposición de comunidades humanas o de ecosistemas” (Palma, 2016).
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• Enfoque sistémico de las áreas urbanas históricas

Las AUH como representativas de una historia y cultura determinada pueden


ser analizadas como sistemas urbanos históricos, ya que se encuentran
conformadas de unidades espaciales (articuladas a territorios urbanos, rurales,
naturales, intervenidos, etc.), con componentes temporales (pasado, presente y
proyecciones a futuro) y con elementos patrimoniales (materiales e inmateriales).
Como todo sistema, se encuentran rodeadas de un entorno en donde se sitúan
amenazas y oportunidades de diversos tipos que pueden ser aprovechadas
para conducir a un desarrollo seguro. Las amenazas, como ha sido indicado,
pueden ser naturales, socio-naturales y antrópicas, y las oportunidades pueden
clasificarse en físicas, tecnológicas, económicas, sociales y políticas. Al interno
del sistema, se encuentran los elementos que pueden resultar vulnerables a
las amenazas, como la población, el patrimonio histórico, la imagen urbana,
la infraestructura, los servicios, el transporte y las actividades económicas y
administrativas (figura 5). Por lo tanto, un sistema urbano histórico se encuentra
“interconectado de actores (el gobierno, la municipalidad, las instituciones, la
sociedad civil, el sector privado, las universidades, los ciudadanos y otros)
que conjuntamente procuran la seguridad urbana y la sostenibilidad de una
población y su patrimonio cultural” (Palma, 2016).

En este marco, la sostenibilidad “no es más que la capacidad de un sistema


urbano histórico para generar los resultados de la seguridad urbana en un
plazo determinado. En este sentido, un conjunto de acciones estratégicas
contribuiría a la sostenibilidad, mientras se fortalecería la capacidad del
sistema para producir resultados valiosos, volverse resiliente y adaptarse a
las circunstancias cambiantes” (Palma, 2016).

Los sistemas urbanos históricos interactúan de manera equilibrada con su


entorno o cuando son afectados por las amenazas de desastre. Además, se
conforman de distintos elementos que se encuentran relacionados pudiendo
generar riesgos entre sí y con los factores externos al sistema. En el ambiente o
entorno del sistema urbano histórico es posible identificar amenazas naturales,
socio-naturales y antrópicas, al igual que las vulnerabilidades sociales y
del ecosistema, que al interactuar generan riesgos (figura 4). También en el
interno del sistema urbano histórico se encuentran estos tipos de amenazas
y vulnerabilidades. De ahí la importancia del análisis del sistema-escenario
riesgo/sistema urbano histórico y de las diferentes unidades que lo conforman,
observando la sucesión de causa-efecto, amenaza-riesgo, evento-desastre y
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alimentación-retroalimentación desde distintas perspectivas. Estas cadenas


inician con elementos que ingresan al sistema: información, necesidades,
obligaciones, etc., a partir de dinámicas naturales, sociales, económicas,
políticas y culturales, que en seguida son modificadas para transformarse en
salidas del sistema: decisiones, acciones, prevención, mitigación, preparación,
recuperación, conservación, gobernanza, fortalecimiento de la identidad,
salvaguardia y otros, mediante un proceso social que inicia con la planificación
para orientarse a la sostenibilidad.

En el sistema urbano histórico, las reglas, políticas o normas para su


funcionamiento se dan a lo interno del sistema. En cambio, los roles están
determinados por los elementos del sistema que se encuentran relacionados
y que pueden resultar vulnerables a los desastres o ser potenciadores
de la seguridad urbana. En síntesis, en el sistema se dan los procesos de
provisión de insumos, transformación, salidas o generación de resultados y la
retroalimentación (figura 5).
Figura 5. Sistema urbano histórico

Fuente: elaboración propia.

• Enfoque sistémico de la planificación

La planificación sistémica ha sido definida como “una serie de etapas de


análisis y de planificación que se articulan para proporcionar una mejor
comprensión de la relación sistémica de factores y para el desarrollo de
estrategias de actuación dentro de sistemas complejos” (Jung y Heussen,
1998: 3). Por ende, el proceso de planificación es entendido como un sistema
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que permite orientar la prevención y la mitigación de riesgos de desastre en


las AUH. En complemento, la situación de riesgos y las AUH también son
entendidas como sistemas.

La planificación sistémica presenta el reto de resultar demasiado ambiciosa


o ambigua, ya que los enfoques de totalidad y holístico implican un tipo de
plenitud que debe ser considerado. Evidentemente, la planificación sistémica
facilita plantear un abstracto a la forma de cualquier sistema complejo, sin
embargo, esto es y continuará siendo un ideal, a pesar de la orientación
holística revelada de su enfoque.

c. Prospectiva

El término prospectiva proviene del latín prospicere que significa ver hacia
adelante, mirar a lo lejos o desde lo lejos. Se utilizó por primera vez a finales de
los años 50 para estudiar el futuro lejano como emancipación frente a variados
e indeterminados futuros, presentando cinco necesidades: mirar lejos, es decir,
las causas generan efectos a una velocidad creciente; mirar con amplitud los
asuntos humanos, ya que cualquier acción y decisión se consideran sintéticas;
analizar en profundidad, que consiste en buscar factores determinantes y
tendencias que impulsen direcciones; arriesgarse, que supone una libertad sin
someterse a lo urgente pero con prudencia respecto a las acciones inmediatas;
y pensar en el individuo, porque el pasado ya no existe, el futuro tampoco
y ambos se hallan fuera de la existencia; por consiguiente, la prospectiva se
basa en hechos humanos (Berger, 1959). Otro autor se refirió a dos conceptos
inseparables que participan de un mismo reto: la prospectiva y la estrategia;
el primero como reflexión para anticipar y el segundo como llamado a la
acción (Godet, 1993). A partir del enfoque de prospectiva se desarrolló el
concepto de gestión prospectiva del riesgo, cuyo fin es evitar la construcción
de nuevos riesgos y escenarios de inseguridad. Por lo tanto, la gestión se
enfoca en la prevención de riesgos a futuro asociados a nuevas inversiones
(que debiliten las AUH y sus procesos encaminados hacia la sostenibilidad),
por lo que implementa una adecuada toma de decisiones que garantice que
no emergerán nuevas condiciones de riesgo. Esta gestión prospectiva del
riesgo es incorporada a los procesos de planificación del desarrollo seguro y
sostenible (Lavell, 2003).

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Figura 6. Gestión prospectiva del riesgo de desastres

Fuente: elaboración propia.

Para hacer viable la aplicación de la prospectiva con enfoque estratégico,


Godet definió una metodología de nueve pasos acompañada de una caja de
herramientas. Sin embargo, para algunos críticos, la prospectiva no puede
reducirse a una caja de herramientas, pues es un enfoque que desarrolla un
potencial de redes y facilita la visualización de relaciones entre los actores que
predeterminan los cambios, forjando una cultura de futuro (Goux-Baudiment,
1996). La implementación de un modelo metodológico para ser viable la gestión
prospectiva de la prevención y mitigación de los riesgos de desastre en las AUH
resulta un desafío para la reflexión pormenorizada sobre los futuros posibles,
ya que se cuenta con modelos y software que facilitan el trabajo y que podrían
volver innecesaria la reflexión sobre los problemas. Otra limitación para
aplicarla en los países latinoamericanos, como el nuestro, es la enorme cantidad
de información necesaria, que además debe encontrarse actualizada, sobre todo
en las fases iniciales del método (identificación de variables y actores).

d. Planificación estratégica, sistémica y prospectiva para la seguridad urbana

A partir de la planificación estratégica, la planificación sistémica y la


prospectiva han sido desarrollados otros modelos conceptuales como la
prospectiva estratégica (propuesta por Michael Godet), la planificación
estratégica sistémica (referida por Russell Ackoff, Juan Bravo, Steen Leleur
y Valdés Hernández) y la prospectiva sistémica (comentada por Philip Van
der Wees, Tellys Raucar y Elizabeth Rodríguez). De la interrelación de los tres
enfoques principales surge la planificación sistémica, estratégica y prospectiva
(PESP), a partir de la cual puede ser generado un modelo metodológico para
prevenir y mitigar los riesgos de desastre en las AUH. Por consiguiente, el

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proceso de planificación puede ser fortalecido de formas de ver el futuro, de


la reflexión para anticipar y del estudio de sistemas complejos, como las AUH
y los riesgos de desastre.
Figura 7. Interrelación ente planificación estratégica, sistémica y prospectiva

Fuente: elaboración propia.

Con estos aportes, la PESP se define como “la interrelación de etapas de análisis
y definición de estrategias para la anticipación y la acción, que faciliten un mayor
entendimiento de sistemas complejos, así como de las relaciones de los elementos
que los conforman”. Desde este enfoque, las soluciones a los problemas son
estudiadas por un gran número de actores y organizaciones que colaboran para
anticipar un futuro deseado y lograr resultados sostenibles de forma colectiva y
oportuna. La PESP contribuye sin duda a una gestión integral de la prevención y
de la mitigación de riesgos en las AUH haciendo legítima la cultura de seguridad
para el patrimonio histórico, además de fortalecer las capacidades de los actores
sociales, reforzar la identidad y fomentar la gobernanza.
Figura 8. Diferencias entre planificación tradicional y planificación estratégica, sistémica y
prospectiva

Fuente: elaboración propia.

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Susana Isabel Palma de Cuevas: Planificación estratégica, sistémica y prospectiva para prevenir y mitigar riesgos...

La PESP se sintetiza de la siguiente manera (figura 8):6


• Se enfoca en el proceso de planificación: esto es, para un sistema
urbano histórico y no en el producto (plan), realizando revisiones
participativas durante todas las fases. Por lo que la importancia
se da a los procesos y no a las funciones, lo que facilita mejorar la
eficiencia y la eficacia de la gestión, y hacer frente al gran dinamismo
del entorno y a las nuevas tecnologías.

• Promueve la innovación: la experiencia es base fundamental del


conocimiento pero actualmente se requiere también de la imaginación
constructiva y del pensamiento creativo para generar soluciones en
los sistemas urbanos históricos; es decir, se demanda la concepción de
nuevas ideas o conceptos o nuevas asociaciones entre ideas y conceptos
conocidos que invariablemente logre resultados diferentes o mejores.

• Propone un nuevo orden: una planificación que combine los enfoques


estratégico, sistémico y prospectivo elimina las barreras tradicionales
y propone un nuevo orden para la observación y la comprensión de
los sistemas urbanos históricos.

• Construye escenarios posibles: el énfasis está en la prospectiva porque


realiza un proceso de reflexión para anticipar múltiples futuros de
acuerdo con las dinámicas del entorno, los procesos de desarrollo,
así como las diferentes aspiraciones, posibilidades y selección de los
actores involucrados en el proceso de planificación. Los problemas,
las limitaciones o las dificultades no se consideran como algo lineal y
continuo que pueda responder a tendencias del pasado.

• Asume sistemas interdependientes: ya que concibe las AUH


como sistemas complejos interdependientes y no lineales, con
realimentaciones a distintos niveles, que les permite organizarse,
adaptarse continuamente y cambiar de forma impredecible.

• Se focaliza en las interacciones: analiza problemas complejos y procesos,


es decir, las interrelaciones entre los componentes clave del sistema
urbano histórico con su entorno, las cuales son invisibles hasta que
son identificados por los actores sociales. Además, las organizaciones
coordinan estrategias para alcanzar impactos de manera colectiva
(Fray Hanleybrown, Kania y Kramer, 2012).
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Algunos de estos aspectos fueron presentados en Palma (2016).
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• Tiende hacia la percepción de lo global: porque el todo es superior a la


suma de las partes.

• Es multisectorial: articula los distintos enfoques sectoriales para los


sistemas urbanos históricos, que pueden ser ambientales, políticos,
sociales, culturales, económicos, administrativos, tecnológicos, etc.
Es decir que también integra diversas disciplinas en el desarrollo del
proceso de planificación, hasta la obtención del plan para estas áreas.

• Es indicativa y legítima: el plan es un documento de soporte, una guía


indicativa que se vincula a las actuaciones de desarrollo sin espíritu
normativo. Es flexible porque aprovecha las diversas oportunidades que
siempre estarán presentes en los sistemas urbanos históricos, ya que “si
cuando surgiera una oportunidad, tuviéramos que correr a consultar o
modificar el plan, ya habríamos perdido toda opción” (Bravo, 2009: 55).

• Se orienta a la demanda: en el pasado, los planes se alineaban a una oferta


de servicios o productos de tipo homogéneo, pero en la actualidad,
se procura la satisfacción hacia la demanda de los sistemas urbanos
históricos atendiendo necesidades diferenciadas de su población.

• Gestiona la inteligencia competitiva: vista como la capacidad de analizar


información (tanto del interno como del entorno de un sistema urbano
histórico) que viabiliza la toma de decisiones oportuna y adecuada
para lograr resultados.

• Busca la participación focalizada de ciudadanos: fortalece sus capacidades


organizacionales. Las personas informadas y sensibilizadas que
habitan un sistema urbano histórico se involucran en el proceso de
planificación desde su inicio, y consideran las opiniones, no solo por
parte de los actores afectados por un determinado problema sino
también por los que lo originan.

• Adopta el enfoque territorial: en vista que no se restringe a un conjunto o


sector urbano (como el centro histórico) sino que considera el patrimonio
histórico en un territorio más amplio. Este territorio es considerado una
construcción social y tiene sus bases en una identidad cultural.

• Anticipa los cambios del entorno: se adelanta a posibles conflictos


o problemas, como los desastres, ya sean de tipo socio-natural,
antrópico o ambiental.

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• Construye el futuro: incluso en tiempos inestables, tanto gobernantes


y ciudadanos trabajan en la construcción proactiva del futuro de un
sistema urbano histórico.

• Se orienta a resultados sostenibles: en vista que fortalece capacidades en


sistemas urbanos históricos para generar resultados equilibrados en
un plazo determinado y mantenerlos adaptándose a las circunstancias
cambiantes.

Reflexiones finales

Al finalizar la investigación, se concluye que la planificación estratégica, como


base metodológica, resulta apropiada y oportuna para atender la dinámica de
los riesgos de desastre en las AUH del país. Indudablemente, se necesita de la
estrategia para hacer eficiente la trascendencia de los objetivos de la seguridad
urbana; sin embargo, ésta debe ser fortalecida con el enfoque sistémico y
la prospectiva. Es preciso comprender el escenario del riesgo, las AUH y
el mismo proceso de planificación como sistemas complejos. Además, se
requiere estudiar estos sistemas sociales sin olvidar que intervienen diversos
actores que pueden generar riesgos o construir visiones compartidas para la
seguridad urbana del patrimonio histórico, incluido un entendimiento común
del riesgo y un enfoque compartido para gestionarlo a través de acciones
integrales. Asimismo, el componente prospectivo o de anticipación (para este
caso, la prevención del riesgo) fuerza a la adaptación de cambios constantes
del entorno en los sistemas urbanos históricos. Una planificación de este tipo
se distingue de la tradicional porque presenta variadas ventajas.

Se reconoce que la planificación no es la solución terminante de los


problemas del riesgo de desastre en los sistemas urbanos históricos; sin
embargo, vista como sistema, estrategia y prospectiva, sí fortalece las
capacidades de planificadores y actores sociales. Con los insumos (información,
involucramiento de actores y recursos), el enfoque sistémico permite
implementar resultados de tipo colectivo para el patrimonio histórico. Los
resultados de este proceso de planificación se materializan en planes para la
salvaguardia y seguridad urbana, decisiones para la prevención y mitigación
de los riesgos de desastre, aprobación de presupuestos para la implementación
de las estrategias, coordinación (entre actores, territorios y distintos planes
que se orienten al desarrollo),7 acciones de vigilancia ciudadana para hacer
7
En el entorno del sistema de la planificación estratégica, sistémica y prospectiva para la
seguridad urbana existen políticas públicas (nacionales, departamentales y municipales para

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efectivas las inversiones y procesos de incidencia política para la conservación


del patrimonio histórico, entre otros aspectos de importancia (figura 9).

Figura 9. Sistema de la planificación estratégica, sistémica y prospectiva

Fuente: elaboración propia.

La formulación de una estrategia común puede producir resultados


notables en la creencia de los actores sociales de que el futuro de los sistemas
urbanos puede ser distinto y más prometedor, inclusive previo de efectuar
muchos de los cambios respecto a la temática del riesgo. Para los responsables
de la salvaguardia del patrimonio histórico y los pobladores que buscan
una motivación en estos tiempos difíciles de desastres e inseguridad, una
esperanza puede ser motivo suficiente para adoptar los enfoques estratégico,
sistémico y prospectivo en la planificación.

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riesgos de desastre en sistemas urbanos históricos.

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