Supersticiones y Leyendas Misioneras
Supersticiones y Leyendas Misioneras
Supersticiones y Leyendas Misioneras
A CUt-TURA ARO E N T I NM
Las Pampá^
, SUEÑOS AÍRES
^La Cultura Argentina» — Avenida de Mayó 645
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SDPERSTiClONES Y LEYENDAS
JUAN B. AMBROSETTI
Nació en Gualeguay (Entre Ríos) el 22 de agosto de
1865, dedicándose desde su juventud a los estudios et-
nográficos en que alcanzó merecido renombre. En Pa-
laná, con el profesor Pedro Scalabrini, contribuyó a la
formación de un museo de ciencias naturales, realizando
más tarde numerosos viajes al Chaco, Misiones, Pampa
Central, Valles Calchaquíes, Puna de Atacama,, región
iVJagallánica, etc. En todas
partes recogió cuantiosos
materiales de estudio.
En 1906 fué nombrado Director del Museo Etnográ-
fico de la Facultad de Filosofía y Letras (Universidad
de Buenos Aires), dando extraordinario impulso a su
organización y al enriquecimiento de sus colecciones.
La Facultad le nombró doctor “honoris causa”, profesoi
y académico, a cuyos títulos reunió los de niiembro efec-
tivo u honorario de numerosas instituciones científicas
nacionales y excianjeras.
Representó ai gobierno argentino en los congresos
científicos de Nueva Vork (r9U2), Viena (1908), Buenos
Aires (1910), Londres (1912), Ginebra (1912), Roma
(1912), Washington (1915), etc.
Durante treinta años escribió numerosas monografías
etnográficas y arqueológicas, consignando el fruto de
sus investigaciones en las diversas zonas que recorrió.
Describió materiales de gran valor para la prehistoria
americana y para el conocimiento de las razas indígenas
que ocuparon diversas partes del territorio en que se
ha formado la nacionalidad argentina. El índice biblio-
gráfico de sus publicaciones ha sido compilado por el
Dr. Salvador Debenedetti, para la edición del volumen
“Leyendas y Supersticiones”, editado en 1917 por “La
Cultura Argentina”.
Falleció en Buenos Aires el 28 de mayo de 1917, a los
cincuenta y dos años de edad.
••LA CULTURA AROKNTINA'*
JUAN B. AMBROSETTI
Supersticiones
y Leyendas
Región Misionera - Valles Calchaquies
Las Pampas
BUENOS AIRES
«La Cultura Argentina» — Avenida de Mayo 64§
19 17
. Ambrosetti y su obra cientifíca
En la ^
ciudad entrerriana de Gualeguay, nació
Ambrosetti el 22 de Agbsto de 1865. Cursó sus es-
nitivo.
20 INTllODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN 23
problema esbozado.
Y no sólo fué la arqueología del litoral su pre-
ocupación en sus viajes, por aquella zona : reunió,
además, cuanto dato pudo recoger sobre los indios
que actualmente ocupan el territorio: estudió sus
caracteres étnicos, recogió los restos de su música
perdida y de sus monótonas danzas, y al hablarnos
de sus usos y costumbres inicia en nuestro país los
estudios de folk-lore, es decir, ‘‘lo que sahe el
pueblo’ lo que ha quedado de su leyenda y de su
tradición.De algunos pueblos estudió el idioma,
prestando de esa manera una contribución de va-
lor a las investigaciones ligüísticas americanas, cu-
yos progresos y eonelusiones, en este momento, son
verdaderamente asombrosos.
24 INTEODITCCIÓN
26 inteoducción
horror a la llanura.
Ambrosetti por el conocimiento de lo actual tra-
tó de llegar al del pasado prehistórico; y si no lo
consiguió, en definitiva, no sólo lo intentó para
nuestras culturas extinguidas, sino que trató de
establecer vínculos entre éstas y sus vecinas.
no andino.
Si la dominación incaica en la región andina
es un hecho innegable según los cronistas, es in-
:
INTRODUCCIÓN 29
Salvador Debenedetti,
PARTE I
SUPERSTICIONES Y LEYENDAS 41
I. El Payé
44 JUAN B. AMBEOSETTI
.
SUPERSTICIONES Y LEYENDAS 47
SUPESSTICIONES Y LEYENDAS 49
'
SUPBESTICIONES Y LEYENDAS 51
la cuando la necesite.
(1) No hay que olvidar que en esa región suelen fumar los
dos sexos.
(2) Sobre las uñas, es muy general la creencia de qne ejercen
una acción atractiva sexua'l; en Buenos Aires, cuando un hombre
anda trastornado por una mujer, es frecuente oír decir que le han
dado cerveza con uñas,
(3) Caburey (“Glaucidium ferox”) es una lechucita llamada
también Rey de ios pajaritos.
SUPEESTICIONES Y LEYENDAS 53
54 JUAN B. AMBEOSETTI
SUPERSTICIONES Y LEYENDAS 59
da a Egipto.
La Perdiz del Monte o Macuco {Cripturus oh-
seletus) preserva de las mordeduras de serpientes
con sólo llevar consigo su cabeza seca. (2)
'I
60 JUAN B. AMBROSETTI
<
Vi de en Amante pareja
el Mocoí-cogoé (es una perdiz),
y por la noche asemeja
una tristísima queja
el canto del Giieimí-cué.
SÜPEKSTICIONES Y LEYENDAS 63
Hormiguitas, hormiguitas,
pasen por casa juntitas
SUPERSTICIONES Y LEYENDAS 65
68 JUAN B. AMBE08ETTI
SUPERSTICIONES Y LEYENDAS 69
'Supersticiones y leyendas 71
pampo.
Si se trata de riñas de gallos, harán tragar un
poco de azogue al preferido; pueden con-
si no lo
su persona.
Al ir a jugar van montados en este animal que
lesdará suerte mientras coma, para lo cual el ju-
gador va acompañado de un amigo que se encarga
de mudar constantemente de pasto al animal para
que no interrumpa su comida y con ello la suerte
de su dueño.
A pesar de estos payés, otros jugadores se preca-
SUPEESTICIONES Y LEYENDAS 73
aspiran el humo ;
así empiezan a hablar, predicien-
do el porvenir.
Para esta operación es menester que el día sea
sereno y haya buen sol.
produce quejidos ;
para no oirlos se prefiere tener
estas especies lejos de las casas.
SUPERSTICIOiíES Y LEYENDAS 75
chazados.
Felizmente es muy Paraguay hay un
raro. En el
76 JUAN B. AMBEOSETTI
SÜPSESTTCIONSB Y LEYENDAS 77
78 JUAN B. AMBKOSETTI
SIJPEESTICIONES Y LEYENDAS ,
79
dicula.
A los padres, abuelos, padrinos, tíos, hermanos
mayores, personas ancianas y viajeros, las criatu-
!
80 JUAN E. AMBROSETTI
un animal feroz.
Diciendo el hijo que estaba dispuesto a pelear
con mismo diablo, atropelló al Petey, a quien
el
atravesó de iin lanzazo, dejándolo muerto. En se-
guida, lo abrió y encontró que tanto el corazón
como todo el interior del Petey estaba cubierto
con pelos.
El viejo y el mnchaeho eran grandes cazadores
de cerdos jabalíes {Dícotyles tayazú) y en algunas
cacerías se les habían escapado muchos heridos, sin
poderlos capturar.
Ambos, al regresar del suceso dol Petey, se ex-
traviaron por el monte; ya con hambre, a los tres
92 JUAN B. AMBROSETTI
es peligrosa.
’
IX.— Fantasmas del Agua
lleza incomparable.
Varias veces he pasado por allí y nunca he de-
gen?
Mi distinguido amigo el doctor Moisés Bertoni,
en la quinta de sus interesantes caídas sobre el
Alto Paraná, también da a su vez otra interpreta-
ción muy parecida a esta leyenda, que transcribo.
Según la tradición y la creencia arraigada entre
guaranís, allí vive el terrible dragón gigantesco,
lagarto con alas, con garras y con hálito de fuego.
Asido dice también el nombre: Teyú, lagarto, y
Cuaré, gran cueva.
las desgracias que este monstruo
Grandes fueron
ha causado y numerosas sus víctimas: existen en
el país ancianos que saben contar con todos los de-
lechuza)
!
(1) Suinda en guarany es el nombre de iin lecliuzóu, especie
de buho del género Ryrnium.
116 JUAN U. AMBUOSETTI
ocurra.
Excusado es decir que el origen de esta leyenda
debe ser jesuítico.
:
primitivo monje.
Como la gente de por allí es muy pobre, sus
ofrendas se reducen a velas de cera, adornos de pa-
pel picado, manos, pies, cruces y demás objetos de
cera y papel, cintas e infinidad de chucherías que
los devotos cuelgan a las ropas de los santos.
Pero lo más curioso es la práctica que tienen los
que se casan, de ir luego a la capilla, y después de
rezar ambos, la mujer deja su traje de novia y los
ocultos tesoros.
En el pueblo de San Miguel (Misiones Brasile-
En
Molinos y Seclantás, recogí mayores infor-
mes que completé y rectifiqué, juntos con los de-
más, en Caclií, donde me fueron muy útiles los que
me proporcionara la señora de Mena, la señora
de Durán y la familia del señor N. Tedín.
Debo otros datos al señor Mariani, de Molino,
y a muchas otras personas ;
comp'robantes de los
que había recogido anteriormente, o aclarando al-
^lo XIX.
Los penitentes se portaron. La mayor paite lle-
vaba pedazos de cácteas en la cabeza, sufriendo los
pinchazos de las espinas y cardando unas pesadas
emees en los’ hombros, flagelándose los otros las
desnudas espaldas con disciplinas fabricadas al
'
'
SUPERSTICÍOKES Y LEYENDAS 155
le pisa en un mortero.
Muchas de estas creencias son de origen espa-
ñol y boliviano; a propósito de ellas referiré una
práctica curiosa, ya perdida, pero que hasta el
año 1873 ó 74. subsistió cerca de la ciudad de
Salta, en un barrio especial llamado del Chañar,
en su mayor parte habitado por bolivianos cono-
cidos bajo el nombre de cochabambinos por ser, en
su casi totalidad, naturales de la provincia de Co-
ehabamba.
Todos los años hacían una fiesta especial, con
el objeto de sacar almas del purgatorio. Colgaban
de un alto árbol un columpio, en el que los vo-
luntarios se hamacaban hasta poder alcanzar los
gajos superiores. De conseguirlo, el alma salía del
purgatorio; de lo contrario, quedaba en él hasta
conseguir el éxito en una nueva tentativa.
No es difícil comprender que en este peligroso
juego más de uno sufría un buen porrazo, frac-
turándose una costilla o un miembro cualquiera,
sin que por ello la fiesta cesara, antes por el con-
trario, abundaban que envalentona-
los porfiados,
dos por el alcohol ingerido en la jarana general,
tentaban su suerte.
Tan singular costumbre, de probable origen re-
moto, pertenece, seguramente, a la época preco-
lombina; algún día se hallará su razón de ser,
por ahora no es posible más que consignar el
dato
156 JUAN B. AMBROSETTI
VL—-Prácticas funerarias
4
SUÍEESTICIONES Y LEYENDAS 165
,
“Señores: servicio tero huahaíchi túcui”
“cáibi tiahjcuna yanapahuaíchi’^
“ sisachaita. ’ ’
y el procreo no mengua.
Tratan al degotllarla de cerrarle la boca para
evitar los gritos, pasándole por la cara, a fin de
que no vea, la primera sangre que sale. Al mismo
tiempo, la mujer que eso ha hecho hace aspersio-
nes de sangre a los cuatro vientos, diciendo unas
palabras que no he podido conocer, habiendo úm-
.
del rebaño .
XI. —Apacheta
Viajando por los cerros, se notan en las abras
(1)' ciertos montículos de piedra, en los cuales se
y allí lo deposite.
XII.—El Farol
noso .
XIV. El Carnaval
'
XV. — Toma de posesión de un terreno
sombrero respetuosamente
.
milares .
I. La región. —
II. Supersticiones populares acerca
del sapo y sus numerosas aplicaciones terapéuti-
cas* — III. Veterinaria campestre; supersticiones
relativas al caballo, sus enfermedades y su trata-
miento. — IV. Otras supersticiones; signos de
lluvia, signos de visita, signos de desgracia, el ba-
silisco, la luz mala.
I. — La región
Estos apuntes se refieren a la región del gan-
eLo, tal como la entienden aquellos que han leído
el Martin Fierro, de Hernández, las obras de Hi-
dalgo, Ascasiibi, Del Campo, las de Eduardo Gu-
tiérrez, etc. Tienen referencia, por lo tanto, al gau-
Para
1. el dolor de muelas. — Sai uso es diverso,
a saber
2.° Se coge un sapo vivo, apretándolo fuerte-
mente con la mano derecha, hasta hacerle abrir la
boca, dentro de la que se escupe.
3. °
Limpiando un fémur de algún sapo halla-
do muerto, se fabrica con él un escarbadiente que
4.
se ha de emplear a menudo y que sirve, asimismo,
,
ccino preservativo
” Cogiendo un sapo en la forma descripta en
el l.° se pasa tres veces su barriga, en cruz, so-
bre la parte afectada.
"
Se le mata, cortando de inmediato un tro-
zo que, después de bien calentado al fuego, se
muerde con la muela dolorida mientras se puede
aguantar
Para las mordeduras de víboras. — Se suele
emplear un sapo vivo, abierto en cruz por el lomo,
que se coloca sobre la herida. La fe en la eficacia
de este expediente se funda en una conseja muy
acreditada entre la^gente a que aludimos, la que
refiriéndose a la antipatía que media entre los sa-
cada vez que salen en los baldes, por ser ellos los
ojos.
Mordedura de víbora. —
Contra accidente tan ;
guro resultado.
Enlazado y hecho caer el animal, le manean las
la pata.
,
Mal de orinu. — Este es el nombre que dan los
de potro.
Animal cansado. — Cuando carnean un animal
j
desenvuelve su vida.
Su bagaje de creencias, siempre abundante, ba
podido ser en parte aquilatado por las descripcio-
nes que relativas al sapo y a la veterinaria cam-
pestre acabo de terminar.
Obligado por la Naturaleza a ser muy observa"
dor, sus facultades se han acrecentado ante esos
dos maestros irreemplazables: la necesidad y el
Naturaleza.
¡Cuántas angustias! ¡Cuántos sinsabores! ¡Cuán
amargos momentos han experimentado en épocas
de sequía las gentes de los campos!
.¿Qué no hubieran dado en ciertos momentos,
fnistrados sus trabajos, decepcionados en la legí-
tima esperanza de obtener una recompensa a su
labor, por el providencial chaparrón, siempre dis“
tante?
Y en medio de tan desesperante vida de espera,
alternadas por ansiosas observaciones y largas mi-
radas a los cielos inmutables, las conversaciones
sobre el tema de la lluvia, informan una sola expec-
tativa lo mismo en el campo que en las ca§as, en
el sembrado y en las pulperías.
moso basilisco. ,
tores de curación.
JUAN B. AMBROSETTI
3.
1. Fauna de Entre Ríos. Publicada en el Cap.
4. IV de la “Descripción Písioa y Eí&tadíeijlca de
la Prov. de E, Ríos”, por Cayetano Rlpoll —
Paraná 1887. 23 págs.
2. Observaciones sobre los reptiles fósiles oUgocenos
de los terrenos terciarios antiguos del Paraná.
6. —Bol. de la Academia Nacional de Cienoias de
Córdoba, 1890, t. X, págs. 408 al 26. Bue- —
nos Aires
— Rápida ojeada sobre el Territorio de Misiones. —
7.
Bol. del Inst. G-eográfico Arg. 1892, t. XIII,
pág. 168
—Población al 180. — Buenos ' Aires.
8. de Misiones ~ Colonias militares. “La —
Prensa”, diciembre 21 1892, y Bol. Inst. Geo-
gráfico Arg. 1892, t. XIlí, pág. 504-06.
j
Bue- —
nos Aires.
5 El Museo de Entre Ríos. —
Bol. Inst. Geográfi-
co Arg. 1893, t. XIV, pág. 131-41. — Buenos
Aires. ;
—Notas Biológicas. —
(Sobre: I Oardenales; II
Cuervos negros; III Vizcaolias; IV Nutrias' y
Carpincbos; V. ¿Qué comen los monos aullia-
dores?) —
Revista del Jardín Zoológico de Bue-
nos Aires, 1893, t. I, Entrega II, pág. 39 a 52.
— Buenos Aires.
— Viaje a la Pampa Central. — Bol. Inst. Geográfico
—
>
Aires.
10.
9. Viaje a las Misiones Argentinas y Bi'asileras por
el Alto Uruguay. —
Rev. del Museo de La Plata,
— 1894, t. ÍII, págs. 417 a 48. La Plata. —
viaje a Misiones. —
(Pué la primera confe-
rencia con proyecciones luminosas que se dio
en Buenos Aires. Tuvo lugar en el teatro Nacio-
nal con motivo del 22." aniversario de la fun-
dación de la Sdad. Científica Arg. Mereció los
11.
honores de la transcripción en “La Tribuna",
núm. 990 y sig. y en los Anales de la Sdad Ru’
12.
ral Arg., t. 29, núm. 12,) — Anales de la Socie-
dad Científica Arg., 1894, t. 37, pág. 33a 52. con
grabados. — Buenos Aires.
13.
— Segundo Viaje a Misiones, por el Alto Paraná e
Iguazú. Bol.
Inst. Geográfico Arg. 1894, t.
XV, Buenos Aires, págs. 18 a 304, con láminas
y un plano de las Cataratas del Iguazú.
—Ilotas biológicas (cont.) —
(VI Los chanchos ja-
balíes y el tigre). —
Rev. del J. Zoológico de
Buenos Aires, 1893, t. 1 entrega VII, págs. 198
a 205. —
Buenos Aires.
15. —Notas Biológicas (cont.) —
VII (El taj^ür en
Misiones. - VIII El tigre negro). Rev. J. Zoo- —
lógico, B. Aires, 1893, t. I, entrega 11 págs.
341 a 52. :
—
Buenos Aires.
14.
16.
— La región vinícola de la Prov. de Salta, f
26.
co. descrittivo. —
2.« Capítulo de la obra “Gli
Italiani neil’ Argentina”, 30 págs, con láminas.
— Descripción de algunas alfarerías Calchaquíes de-
positadas en el Museo de Entre
Ríos. Rev. —
del Museo de La Plata, 1892, t. III, págs. 65 a 80,
con 7 lámina^s. —
La Plata,
— Sobre una colección de alfarerías minuanas, re
cogidas en la Prov. de Entre Ríos, Bol. Inst.—
Geográfico Arg., 1893, t. XIV, con grabados,
38.
rrüas) (Transcripta en el “Giobus”)
.
Ana- .
—
les Sociedad Científica Argentina, 1896, G XLI,
págs. 321 a 334, con grabados. Buenos Aires.
:
—
— El Símbolo de la serpiente en la Alfarería Fune-
39. raria de la Región Galcliaqui. —
Bol. ítist. Geo-'
gráfico Argentino, 1896, t. VI, págs. 219 a 31, con
grabados. —
Buenos Aires,
—Los Monumentos Megalíticos del Valle de Tafí.
(Tucumán). (Publicado en “La Nación” 21-12
1836; transcripto en el “Gllobus’% de Braunscli-
40.
weig, Alemania, t. 31, 1897 y en el “Journal de
la Societé des Aniéricanistes de París” por el
41. doctor Hamy, t, I.) —
Bol. del Inst. Geográfico
Arg., 1896, t. XVÍI, págs. 105 a 116, con graba-
dos. — Buenos Aires.
—La antigua ciudad de Quilmes. (Valle Oalciiaquí),
— Bol. Inst. Geográfico Argeniino, 1897, t. 18,
33 a con grabados. — Buenos
—Elpágs. 72, Airc'S.
Diablo indígena; (Ensayo de mitología argen-
tina). — Conferencia dada en Ateneo y pu- di
1897. — Buenos
43.
blicada en “La Nación”, 16-6,
Aires.
42
44. La Civilizafion CalcJiaqul. (Región préandine des
provinces de Rio ja, Catamarca, Tucumán, Salta
45.
y Jujuy, RepuMique Argentino). Síntesis pre- ^
—
sentada a la XII reunión del Co.ngreso de Ame-
ificanlstas de París en Septiembre 1900 y publi-
cada en sus Comptes Rendus.
—Notas de Arqueología CalcJiaquí. (Primera serie).
Bol. Inst. Geográfico Argentino, 1897-99, ts. 17,
18, 19, 20, págs. 415 a 59, 351 a 66, 193 a 228 y
162 a 187, respectivamente. —
Buenos Aires
—Rastros etnográficos comunes en CalcJiaquí y Mé-
xico. — Anales Sociedad Científica Argentina,
1901, t. LI, págs. 5 a 14. — Buenos Aires.
—Noticias sobre la alfarería prehistórica de Santia-
go del Estero. —
Anales Sociedad Científica Ar-
gentina, t. Lí, págs. 164 a 76, con grabados, 1901.
—
Buenos Airas.
áñ.—Hachas votivas de piedra. (Pilian Toki) y datos
sobre rastros de la influencia araucana prebistó-
rica en la Argentina. —
Anales dei Museo Na-
—
232 INDICE BIBLIOGRÁFICO
—Apuntes Arqueología de
solare la Puna de Ata- la
cama. — Rev. del Museo de La Plata,
61.
XIT, págs. t.
Juan B. Ambrosetti 4
Aimbroeetti y su obra científica, por Salvadocr
Debenedetti 7
PARTE I
Cap. I. —
Las supersticiones de la reglón mi-
sionera: —
I. El payé. —
II. Prácticas fu-
nerarias. —
'Til. Supersticiones relativas al
amor sexual. —
IV. Supersticiones relativas
a los animales. —
V. La “hormiga de correc-
ción". —
W. Supersticiones relativas a las
faenáis rurales. —
Vil. Supersticiones rela-
tivas al Juego. —
Vin. ¡Supersticiones re-
lativas a los vegetales. —
IX. Supersticio-
nes terapéuticas. —X. La bendición. El
Compadrazgo y la Leyenda del Mboi-Tatá
(Víbora de fuego) ........ 39
Págs.
P.^RTE M
PARTE m
Folk-Lore de las Pampas
Págs.
José Armonías.
José V^anuel Estrada La política lib ral bajo la Tiranía d: Rocas..
Miguel Cañé Charlas Literarias.
Evaristo Carriego Misas Herejes— La Canción del Barrio,
Agustín Alvarez r.lncación ‘M -ral — Tres Repiq s