Criterios de Interpretación de Los Derechos Fundamentales Protegidos Por El Estado Colombiano
Criterios de Interpretación de Los Derechos Fundamentales Protegidos Por El Estado Colombiano
Criterios de Interpretación de Los Derechos Fundamentales Protegidos Por El Estado Colombiano
A partir del Art. 2º del D. 2591/91[1] la Corte (T-002/92; T-406/92) dentro de una
interpretación histórica, sistemática y axiológica de la Constitución ha reiterado la anterior
condición.[2]
Por tal razón la Corte con el fin de promover el principio de la seguridad jurídica ha
desarrollado una serie de criterios que sirvan para identificar los derechos susceptibles de
protección por vía de tutela. A partir de dichos criterios se pueden identificar 7 tipos de
derechos fundamentales que lejos de ser excluyentes, son complementarios o incluso
concurrentes; y que serían los siguientes:
2.- Derechos subjetivos susceptibles de ser amparados directamente por el juez contenido
en el Capítulo 1 del Título II de la Carta. Son derechos fundamentales aquellos derechos
cuya estructura -contenido deóntico- admite su aplicación judicial inmediata. En algunos
derechos como el de la paz no sería posible aplicar el anterior criterio, según lo ha
señalado la propia Corte (T-008/93; C-339/98) [3]
La Corte Constitucional ha definido el contenido del mínimo vital como “los requerimientos
básicos indispensables para asegurar la digna subsistencia de la persona y su familia, no
solamente en lo relativo a alimentación y vestuario sino en lo referente a salud, educación,
vivienda, seguridad social y medio ambiente, en cuanto factores insustituibles para la
preservación de una calidad de vida que, no obstante su modestia, corresponde a las
necesidades, más elementales del ser humano”.
De acuerdo con la Corte, la tutela sirve para proteger el derecho a la seguridad personal
en situación de riesgo extraordinario - aquel que los individuos no tienen el deber de
soportar -, y siempre que el riesgo cumpla varias de las siguientes características: que
sea específico, individualizado, concreto, presente, importante, serio, claro, discernible,
excepcional y desproporcionado. En este caso, la acción procederá, cuando tal riesgo ha
dejado de ser evaluado y/o protegido por las autoridades competentes (T-719/03).
Se debe realizar un ejercicio de ponderación entre (1) el riesgo que se busca evitar y el
principio de solidaridad en virtud del cual una persona no puede desprenderse de cargas
soportables ni tampoco puede mejorar su seguridad personal a cambio de la inseguridad
de otros; (2) la medida de protección en una situación particular y la capacidad
institucional de las autoridades responsables de evitar que se consume el riesgo
extraordinario. (T-719/03)
Recalcar que el juez deberá realizar un análisis suficiente de los hechos y del acervo
probatorio, de forma tal que pueda determinar si, efectivamente, en el caso concreto, la
vulneración o amenaza de derechos sociales o colectivos, da lugar a la violación o
amenaza de los derechos fundamentales de la persona afectada.
Mediante la utilización de la conexidad, la Corte Constitucional ha ejercido su función de
garantizar la supremacía constitucional (Art. 4 CP) y la efectividad de los derechos
fundamentales (Art. - CP). En efecto, a través de esta doctrina, ha protegido
especialmente el contenido básico de algunos derechos sociales como medio para lograr
la igualdad sustancial o '"real y efectiva", en términos del texto constitucional (Art, 13 CP),
y para asegurar la efectividad de otros derechos fundamentales como las libertades civiles
y políticas.
Es importante resaltar la aplicación de la tesis de la conexidad cuando se encuentra en
juego el derecho al mínimo vital. En efecto, gracias a este concepto es posible proteger la
efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales cuando quiera que la
violación de estos dé lugar a una vulneración de la vida digna o la integridad de las
personas, conceptos, contenidos en la formulación jurisprudencial del derecho al mínimo
vital.
La Corte ha reiterado que la acción de tutela no procede como mecanismo para solicitar el
aumento o ajuste salarial -pues no se trataría en este caso de asegurar el mínimo vital. En
el mismo sentido, la regla general es la improcedencia de la tutela para obtener el pago
de vacaciones, primas y cesantías parciales o, en general, para agilizar u obtener el pago
de otras prestaciones sociales. De manera excepcional procede para pago de
prestaciones (T-304/08; T-877/08)
En general, para que proceda la acción de tutela como mecanismo de protección colectivo
es necesario que se reúnan, cuando menos, los siguientes requisitos:
a) Existencia de conexidad entre la vulneración del derecho colectivo y la amenaza o
vulneración de un derecho fundamental.
b) El actor debe ser la persona directamente afectada en su derecho fundamental.
c) La vulneración del derecho fundamental no debe ser hipotética sino que debe
encontrarse expresamente probada en el expediente.
(d) La orden judicial debe buscar el restablecimiento del derecho fundamental afectado y
no del derecho colectivo, aunque por efecto de la decisión éste último resulte protegido.
(e) Debe demostrarse que las acciones populares no son un mecanismo idóneo en el
caso concreto para la protección efectiva del derecho fundamental vulnerado.
La Corte ha dicho que en estos casos deberá tenerse en cuenta el principio de precaución
como criterio hermenéutico en la protección ambiental, (i) ante la amenaza de un peligro
grave al medio ambiente o la salud, del cual (ii) no existe certeza científica, pero (iii) sí
existe algún principio de certeza, (iv) las autoridades deben adoptar medidas de
protección, o no pueden diferir las mismas hasta que se acredita una prueba absoluta, ya
que esto podría llevar a un daño irreversible (T-988/04, C-071/02, T-299/08)
Desde su inicio la Corte advirtió que los títulos de la Constitución no fueron aprobados por
la Asamblea sino establecidos por la Comisión Codificadora, por lo tanto sólo tienen valor
indicativo.
En este sentido, por ejemplo, el derecho a la paz (Art. 22 C.P.) no tiene el carácter de
fundamental pues de una parte, el bien jurídico que protege no es susceptible de ser
individualizado, y de otro lado, no comporta derechos o deberes concretos cuyo contenido
admita una aplicación judicial inmediata. En otras palabras, la naturaleza y estructura de
ciertos derechos no permite que los mismos puedan ser protegidos judicialmente en
casos concretos. En consecuencia, dichos derechos no pueden ser tenidos como
fundamentales.