Cuento El Hada Fea
Cuento El Hada Fea
Cuento El Hada Fea
Había una vez una aprendiz de hada madrina, mágica y maravillosa, la más lista y amable de las hadas.
Pero era también una hada muy fea, y por mucho que se esforzaba en mostrar sus muchas cualidades,
parecía que todos estaban empeñados en que lo más importante de una hada tenía que ser su belleza. En
la escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión para ayudar a un niño o
cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca, ya la estaban chillando y gritando:
- ¡fea! ¡bicho!, ¡lárgate de aquí!.
Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado hacer un encantamiento
para volverse bella; pero luego pensaba en lo que le contaba su mamá de pequeña:
- tu eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que es así por alguna razón
especial...
Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron el país, haciendo prisioneras a todas las hadas y magos.
Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo
pasar por bruja. Así, pudo seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta
para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos y arañas, y música de lobos aullando.
Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran hechizo consiguieron
encerrar a todas las brujas en la montaña durante los siguientes 100 años.
Y durante esos 100 años, y muchos más, todos recordaron la valentía y la inteligencia del hada fea. Nunca
más se volvió a considerar en aquel país la fealdad una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos
se llenaban de alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.
Cuento
Spanish version :
story in English
El mejor robot
Finales felices
El tigre, que era listo, rápido y fuerte, siempre se estaba riendo de los animales, en especial del canijo
abejorro y del lento y torpe elefante. Un día de asamblea hay un derrumbe y la puerta de la cueva se
bloquea. Todos esperan que el tigre resuelva el asunto pero no es capaz. Al final, el abejorro sale entre las
rocas en busca del elefante, que no había ido a la asamblea por estar triste. El elefante acude a remover
las piedras y todos los animales felicitan a ambos y quieren ser sus amigos. El último que sale es el tigre,
avergonzado, que aprende la lección y desde entonces sólo se fija en las cosas buenas de todos los
animales.
Valorar las cosas buenas de los demás, y nunca burlarse de sus debilidades