Caso de Terapia Breve Estrategica, Caso de Olivia
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Resumen
El objetivo de este trabajo es presentar la aplicación de la Terapia Breve Estratégica
en una paciente, Olivia, con un Trastorno de pánico y agorafobia. A lo largo del artículo
se detalla dicha intervención. El tratamiento fueron siete sesiones y dos seguimientos
en el que el objetivo principal consistió en sustituir las soluciones intentadas
disfuncionales por otras que fueran funcionales.
Al final del proceso de psicoterapia Olivia experimentó una mejoría completa, cuestión
que se corroboró en los dos seguimientos posteriores, a los tres y seis meses.
Palabras clave: Estudio de Caso, Terapia Breve Estratégica.
Abstract
The aim of this paper is to show a Brief Strategic Therapy intervention in a patient,
Olivia, diagnosed as having panic disorder and agoraphobia. Throughout the article
the intervention applied is shown. Treatment lasted 7 sessions and two follow-ups.
Therapy main aim was to replace dysfunctional attempted solutions with other more
functional ones.
At the end of the process of psychotherapy Olivia underwent a complete recovery. The
two follow-ups, at three and at six months showed the maintenance of this change.
Keywords: Case Study, Brief Strategic Therapy.
ISSN: 1130-5142 (Print) –2339-7950 (Online)
Introducción
En este trabajo se detalla el tratamiento de Olivia. Utilizando los criterios
diagnósticos y estadísticos del DSM-V (2013) se puede señalar que Olivia sufría un
Trastorno de pánico y agorafobia. Sus síntomas principales en relación con los
ataques de pánico eran palpitaciones, sudoración y miedo a morir. Esta última
cuestión fue fundamental en el trabajo e intervención realizada. Los ataques de
pánico iban, además, acompañados de inquietud y preocupación constante así como
comportamientos dirigidos a evitar los ataques de pánico. El componente evitador
fue una de las cuestiones centrales en el tratamiento. Por otro lado, en relación con
la agorafobia, presentaba miedo a ir en el coche de viaje y a encontrarse en lugares
cerrados en los que fuera difícil escapar.
La intervención realizada consistió en siete sesiones (con un postest en la
cuarta sesión y otro en la séptima) y dos seguimientos (octava y novena sesión) de
Terapia Breve Estratégica. Este enfoque, epistemológicamente, hunde sus raíces,
fundamentalmente, en la perspectiva sistémica (con su concepto de causalidad
circular), en la teoría de la cibernética (Foerster, 1973; Glaserfeld, 1984), en el
lenguaje persuasivo de Milton Erickson (1979) y en los principios teóricos y
pragmáticos de la comunicación de Watzlawick (1977).
Desde este enfoque terapéutico se parte de la idea de la existencia de una
causalidad circular en la construcción de una dificultad o de un problema. Así pues,
se enfatiza la relevancia de determinar las soluciones intentadas que no funcionan
puestas en marcha por el paciente ya que son las que mantienen el problema. Como
dice Nardone (1997) no existe necesariamente una relación entre cómo aparece el
problema y cómo se puede afrontar y resolver, pero sí existe una causalidad de
índole circular entre cómo el problema se mantiene y lo que el paciente hace o no
hace para resolverlo, sin conseguirlo.
El objetivo de esta psicoterapia fue bloquear y modificar las soluciones
intentadas pasando de unas que eran disfuncionales a otras que fueran funcionales.
Por tanto, en el tratamiento de Olivia quedó patente que las soluciones intentadas
que no le funcionaban fueron, primero, bloqueadas y posteriormente sustituidas por
otras que sí funcionaban.
Así pues, al final del tratamiento Olivia experimentó una mejoría completa,
cuestión que se corroboró en los dos seguimientos posteriores, a los tres y seis
meses.
Descripción de la paciente
Olivia, de 21 años de edad cuando comenzó la psicoterapia, es el pseudónimo
que el primer autor de este trabajo le dio a esta paciente en su tesis doctoral, en la
que se analizó el proceso de asimilación de la experiencia problemática de Olivia
(Stiles, Elliot, Llewelyn, Firth-Cozens, Margison, Shapiro y Hardy, 1990; Stiles,
Morrison, Haw, Harper, Shapiro y Firth-Cozens, 1991). Olivia proporcionó su
consentimiento para que las sesiones fueran grabadas, transcritas y analizadas por
REVISTA DE PSICOTERAPIA, julio, 2015, Vol. 26, Nº 101, págs. 209-226 211
Tabla 1
Puntuaciones directas y centiles en el pretest, postest 1 (cuarta sesión) y postest 2
(séptima sesión) en el SCL-90-R.
Tabla 2
Puntuaciones directas y centiles en el pretest, postest 1 (cuarta sesión) y postest 2
(séptima sesión) en el SCL-90-R (continuación).
Tabla 3
Puntuaciones en el pretest, postest 1 (cuarta sesión) y postest 2 (séptima sesión)
en el BDI y en el STAI.
Tabla 5
Índice de Cambio Fiable (ICF) para el BDI y para el STAI
amigos, que evitara ver determinados programas de TV, que fuera en coche pues
experimentaba un gran sufrimiento, etc. Todo esto derivó en una sensación de
frustración y falta de seguridad al no conseguir afrontar esta experiencia problemá-
tica.
Con palabras textuales de Olivia su problema era el siguiente: “es cuando
tengo algún dolor de cabeza y todo eso, primero es superalerta del palo y mi
pensamiento es, que me da, como si me fuera a morir y entonces pasa el tiempo, pasa
el tiempo y ves que no te mueres, que estás y que no pasa nada y entonces como que
te relajas un poco”.
Resumiendo, asumimos desde la Terapia Breve Estratégica que el problema
de Olivia era una falta de control sobre sí misma que le provocaba más miedo y
evitación. En un intento de que sus temores, sus miedos, no aparecieran, dejó de
hacer determinadas acciones que podían desencadenar su malestar o las realizaba
con un sufrimiento enorme. También comenzó a utilizar la solución de intentar no
pensar cuando le aparecían pensamientos molestos, pero en su intento de no pensar,
pensaba más y así, alimentaba su problema.
Por lo tanto, los objetivos terapéuticos con Olivia, basados en la Terapia Breve
Estratégica, fueron que:
1. Fuera consciente de cómo funcionaba su problema.
2. En colaboración con el terapeuta, conociera cuáles eran las soluciones
intentadas que no le funcionaban, y que empeoraban su problema.
3. Además, por un lado, que bloqueara las soluciones que no resolvían su
problema y, por otro lado, que pusiera en práctica soluciones alternativas
más funcionales.
4. Finalmente, que afrontara su miedo y que no evitara las situaciones que le
generaban sufrimiento, con la finalidad de incrementar el control de su
vida y su seguridad personal.
Olivia acudió a todas las sesiones programadas sin que se produjera ninguna
cancelación, salvo en el primer seguimiento (octava sesión), el posterior a la séptima
sesión, que se olvidó.
La alianza terapéutica y la relación establecida entre Olivia y su terapeuta fue
muy buena, requisito indispensable para el éxito de la psicoterapia (Baldwin,
Wampold e Imel, 2007; Bucci, Seymour, Harris y Berry, 2015; Bordin, 1979;
Horvath, Del Re, Flückiger y Symonds, 2011). También hay que destacar la
estrecha colaboración que se estableció entre paciente y terapeuta desde el principio
hasta el final. Podemos asumir que el trabajo conjunto entre Olivia y su terapeuta
favoreció también el cambio terapéutico. La paciente realizó todas las tareas para
casa que el terapeuta le fue mandando entre sesiones.
Relacionado con las cuestiones acabamos de señalar, y con la finalidad de
corroborarlo desde un punto de vista complementario, se ha tomado en considera-
ción el punto de vista de la paciente sobre el funcionamiento de la terapia (a partir
de preguntas que se le formularon a Olivia en la séptima sesión y en los seguimientos):
216 Aplicación de la Terapia Estratégica
1. Olivia tenía muy claro cuál era su problema y sobre lo que se había
trabajado durante la terapia, “el miedo a la muerte, pensamientos de que
me pudiera pasar algo en cualquier momento”.
2. La paciente conocía, y por lo tanto las detalló, las actividades y tareas que
se habían realizado durante las sesiones. Por ejemplo, explicaciones de
cómo funciona el miedo, la construcción de otros puntos de vista sobre el
problema, etc.
3. Al igual que con la actividades realizadas dentro de la terapia, Olivia
también tenía perfectamente claras las tareas que había hecho fuera de la
consulta y que habían favorecido el éxito de la terapia. Por ejemplo, la
técnica de la peor fantasía (sobre las tareas para casa hablaremos con
mayor detalle en las siguientes páginas).
4. La relación con el terapeuta también se destacó como muy buena por la
paciente.
5. La paciente afirmó que durante los seis meses posteriores a la finalización
de la terapia no se produjo ningún retroceso o recaída.
Para concluir con este apartado de descripción del problema de Olivia
podemos remarcar que Olivia estuvo de acuerdo con los objetivos de la terapia, que
se establecieron conjuntamente entre paciente y terapeuta. La paciente quedó muy
satisfecha con la intervención efectuada.
1999).
La Terapia Breve Estratégica consiste en proponer soluciones aparentemente
simples en la resolución de problemas humanos complicados. Es decir, no son
necesarias soluciones largas y complicadas para resolver problemas humanos
complejos y que han persistido durante años (Nardone, 2003). Es un modelo teórico
y operativo para la solución de problemas individuales, de pareja, y de familia.
En este tipo de terapia, lo esencial es provocar un pequeño cambio que provo-
que más cambios en un tiempo breve. Por breve se entiende el necesario y suficiente
para construir junto con el paciente una realidad diferente. Por lo tanto, la eficacia
y la eficiencia son las claves de este modo de hacer terapia, para lo cual los terapeutas
estratégicos se centran en determinar cómo los seres humanos se relacionan con la
realidad o, más concretamente, cómo cada uno de nosotros se relaciona consigo
mismo, con los demás y con el mundo (Nardone y Watzlawick, 1999).
En este enfoque, que pretende ser eficaz y eficiente al mismo tiempo,
diferentes aspectos e ideas se ponen en acción con la finalidad de ofrecer una
solución (o varias) al problema con el que acude a terapia el paciente (Nardone,
1997; Nardone y Portelli, 2006; Nardone y Watzlawick, 1992, 1999, 2004;
Watzlawick, 1977):
• En primer lugar, el terapeuta estratégico utiliza una comunicación
persuasiva, con el objetivo que el paciente se movilice hacia el cambio a
partir, en parte, de las palabras del terapeuta.
• En segundo lugar, que la solución encaje con el problema. Es decir, que
la solución se acomode al problema particular del paciente.
• Y finalmente, que el proceso terapéutico sea sistemático y riguroso.
Para que la solución encaje con el problema individual del paciente es
necesario, en los primeros compases de la terapia, conocer con detalle cuál es el
problema del paciente y establecer después, y de un modo conjunto, los objetivos
terapéuticos. Estos objetivos terapéuticos son esenciales ya que permiten valorar el
avance, o no, del cambio. Una vez delimitado el problema y establecidos los
objetivos, el siguiente paso es determinar y proponer soluciones para la resolución
del problema. Si la estrategia terapéutica está funcionando se percibe en el paciente
un pequeño cambio. El siguiente paso consiste en avanzar en dicha dirección para
afianzar el cambio y hacerlo cada vez más grande y con opciones de que se
mantenga en el tiempo.
El terapeuta, desde la primera sesión con el paciente, focaliza su atención en
(Nardone y Watzlawick, 1992):
1. Qué sucede en los tres tipos de relaciones interdependientes que el sujeto
mantiene consigo mismo, con los demás y con el mundo;
2. Cómo funciona el problema;
3. Cómo ha intentado el paciente afrontar el problema (soluciones intentadas
y disfuncionales);
4. Cómo cambiar del modo más rápido y eficaz esa situación problemática
218 Aplicación de la Terapia Estratégica
Primera sesión
Nos gustaría asumir que esta primera sesión con Olivia fue fundamental para
el desenlace del proceso de psicoterapia y para el éxito terapéutico.
Cuadro 1
Resumen estructura de la primera sesión de terapia
transparencia y especificidad se logre del problema mejor, ya que esto permite que
tanto terapeuta como paciente comiencen a clarificar los objetivos de la terapia.
En segundo lugar, y crucial en toda terapia breve estratégica (Nardone y
Portelli, 2006), se delimitaron las soluciones intentadas para valorar las que
funcionaban y las que no habían funcionado hasta ese momento. Las soluciones
intentadas que no funcionan (y que ahora concretaremos en el caso de Olivia)
permiten disponer de una serie de indicadores para valorar tanto por parte de la
paciente como del terapeuta la evolución del problema. Es decir, son la piedra
angular del proceso de psicoterapia para el enfoque breve estratégico. Permiten
determinar los objetivos de cambio, realizar el seguimiento del cambio y finalmente
valorar si el cambio se ha producido.
Como dijimos en páginas anteriores el problema de Olivia se puede plantear
como “miedo a morir” lo que la llevaba a realizar toda una serie de “acciones” para
reducir dicho malestar (ver Figura 1). Dichas “acciones” son las soluciones
intentadas que no funcionan.
Su problema, su miedo a morir, aparecía a través de diferentes mecanismos que
lo provocaban, viendo un vídeo, una serie de televisión que hablaba sobre la muerte,
percibir la sensación de un dolor de cabeza, una conversación con amigos sobre la
muerte, etc.
Una vez que se activaba el mecanismo del miedo la solución intentada que no
funcionaba consistía fundamentalmente en la evitación, con diferentes formatos
que ahora veremos. Aunque también intentaba focalizarse más y más en las
sensaciones físicas que experimentaba, con el efecto paradójico de que se
incrementaba el miedo.
cambiar de canal cuanto estaba viendo series que hablaban sobre la muerte como
por ejemplo “House”; también había reducido las salidas con amigos por la noche
por si le aparecía el malestar. Otra solución era distraerse del problema, lo que, al
fin y al cabo es un intento de no pensar.
Debemos remarcar que cuando se intentaba que la paciente definiera el
problema y las soluciones intentadas, eso supone ya desde la perspectiva de la
Terapia Breve Estratégica (De Santis y Nardone, 2012; Nardone, 2009, 2010, 2014)
el comienzo de la intervención porque estaba generando en Olivia un cambio de
perspectiva, un cambio de percepción acerca de lo que era su problema, que lo viera
desde un punto de vista diferente y al mismo tiempo que fuera consciente de que las
soluciones que estaba utilizando no le estaban funcionando sino que le estaban
generando un problema o dicho de otro modo estaban empeorando su malestar.
Por lo tanto, en este punto Olivia comenzó a entender, por ejemplo, que la
evitación no le ayudaba sino que cronificaba su problema. Es decir, de algún modo
se transmitió a Olivia el concepto de causalidad circular (en el sentido de que los
intentos de solución disfuncionales mantienen el problema original, no lo eliminan,
sino que lo hacen persistir) para que comenzara a persuadirse poco a poco,
gradualmente, acerca de lo que había que bloquear y cambiar, es decir, las
soluciones intentadas que hemos comentado. Por tanto, la intervención ya está
iniciándose (a nivel de generar cambios) a través de una comunicación persuasiva
(Watzlawick, 1977) que induce el cambio.
Hay que señalar que también se exploraron otras soluciones intentadas que los
“fóbicos” ponen en marcha y no funcionan pero Olivia no las utilizó. Es decir, no
fue al médico para que le realizara una exploración que le tranquilizara y tampoco
pidió ayuda a familiares, amigos, pareja, etc.
A lo largo de esta primera sesión se intenta provocar un cambio en Olivia
tomando en consideración la información obtenida acerca del problema y las
soluciones intentadas y utilizando para ello estrategias comunicativas concretas que
se van a señalar a continuación:
1. Una de las herramientas comunicativas que utilizó el terapeuta fueron las
preguntas en forma de ilusión de alternativas (esto es, una pregunta donde
aparentemente al paciente le estamos dejando elegir, pero también de algún modo
sabemos la alternativa que con una alta probabilidad va a elegir.). Por ejemplo: “¿Y
cuánto más te focalizas (en el dolor) más desaparece o menos desaparece?” o “¿El
hecho de hacer lo que haces te ayuda, resuelve la situación, resuelve la probabilidad
de que eso aparezca o no aparezca o por el contrario se puede incrementar?”
2. Psicoexplicaciones (intercalar junto con el proceso de cambio aspectos de
aprendizaje, de modo que el paciente no sólo mejore sino que aprenda cómo lo ha
hecho). Además de preguntas con ilusión de alternativas que pretendían por un lado
conocer el problema y por otro comenzar sutilmente a construir un cambio, el
terapeuta utilizó algunas psicoexplicaciones con la finalidad de hacer entender
algunas cuestiones a la paciente. Por ejemplo, “…entonces un pensamiento que yo
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Segunda sesión
En relación con la evolución del problema, con la revisión de cambios, Olivia
afirmó que durante las dos semanas anteriores había estado “muy bien, la verdad es
que los dos o tres primeros días no sé cómo que le estuve dando tantas vueltas a lo
que estuvimos hablando que no tuve ningún, no me pasó nada”. A continuación el
terapeuta le preguntó, “¿cuándo dices pensando a qué le dabas vueltas, qué
preguntas te surgían?” y la paciente señaló lo siguiente: “sobre todo en lo que me
dijiste…hubo algo que dijiste que estoy intentando controlar con los pensamientos
algo que no es controlable”. Esta cuestión que se acaba de remarcar nos parece útil
desde el marco que supone un cambio de perspectiva de la paciente en relación con
el problema. Comenzó a plantearse verlo de un modo diferente. Podemos asumir
que el terapeuta ha introducido una grieta en el sistema de percepción de la paciente.
Podríamos considerar que sería como el inicio de una reestructuración.
Así pues, el terapeuta le comentó a Olivia, que según su punto de vista, ya había
comenzado a experimentar (la paciente) un pequeño cambio y ésta confirma lo que
el profesional le sugiere.
No obstante, durante estas dos semanas, entre sesión y sesión, y aunque
acabamos de señalar que Olivia se encontró mejor, también se produjeron dos
situaciones (que realmente es la misma pero que se repitió) en las que el problema
apareció. La paciente destacó que un domingo, cuando volvían a casa ella y su novio
en el coche, se puso nerviosa (nerviosismo, nudo en la garganta, en el estómago…).
En un principio no supo cuánto tiempo duró, señalando que no utilizó el diario de
a bordo para después decir que aproximadamente duró entre cinco y seis minutos.
Al cabo de un rato volvió a notar las mismas sensaciones de nerviosismo y tensión
durante aproximadamente, también, cinco o seis minutos.
Lo más relevante de esta revisión de estas dos situaciones en las que aparece
el problema es que permiten al terapeuta y a la paciente conocer mejor cómo
funciona el problema, qué soluciones pone en marcha. Es decir, la paciente lo que
intentó aplicar como solución en esas dos situaciones es intentar no pensar, en
definitiva una especie de evitación mental.
Cuando se revisaron las tareas para casa en esta segunda sesión se pudo
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Cuadro 2
Resumen de la estructura de las sesiones de terapia
de la tercera a la séptima sesión
Los cambios que experimentó Olivia a lo largo de estas sesiones, tal y como
se puede comprobar, están relacionados con el afrontamiento de situaciones que le
desencadenaban el problema. Se vio, en sesión, que ya no utilizaba la solución
intentada de evitar sino la utilización de técnicas que le permitían estar mejor:
-Olivia especificó en la cuarta sesión una situación en la que no conseguía
dormirse porque se puso un poco nerviosa y entonces tomó la decisión de
utilizar la peor fantasía. La técnica le funcionó francamente bien como
comentó Olivia en esta cuarta sesión.
-La paciente remarcó que en clase, donde también le aparecía el miedo, se
había encontrado bien. Además había salido por la noche, cosa que antes
evitaba (Cuarta Sesión).
-Olivia comenzó a ver series sobre temas médicos, nuevamente, cosa que
hasta el momento evitaba por si le desencadenaba su malestar (Cuarta
Sesión).
-La paciente señaló que el mayor cambio experimentado en quince días
había sido ir al cine (Sexta Sesión).
-A Olivia en el intervalo de tiempo entre la quinta y la sexta sesión, tal y
como ella comentó, no le hizo falta utilizar ninguna de las técnicas con las
que había estado trabajando hasta el momento (Sexta Sesión).
-La paciente destacó que se fue seis días al pueblo de su novio y que
estuvieron de acampada. Esta cuestión la valoró como positiva ya que antes
hubiera evitado ir (Séptima Sesión).
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-Otro cambio que Olivia percibió fue que aunque le llegaban comentarios,
en conversaciones con amigos/as, sobre si “éste ha muerto o aquel también
ha muerto”, éstos no le afectaban.
Conclusiones
El objetivo de este artículo ha sido presentar un caso de terapia en el que se ha
intervenido desde el enfoque de la Terapia Breve Estratégica. Concretamente la
aplicación de este tratamiento a un caso de miedo a morir.
Como se ha descrito la paciente resolvió su problema, de modo que modificó
las soluciones intentadas disfuncionales sustituyéndolas por otras más adaptativas.
Así pues, Olivia en lugar de evitar el miedo lo afrontó. La intervención ha seguido
la estructura básica de las Terapias Estratégicas (Nardone y Portelli, 2006; Nardone,
2009, 2010, 2012, 2014), en cuanto al número de sesiones (el tratamiento completo
tiene una media de 10-15 sesiones), en cuanto a la definición del problema,
delimitación de las soluciones intentadas, soluciones alternativas y revisión del
efecto de las soluciones alternativas implantadas, con las necesarias adaptaciones
al caso particular de Olivia (por ejemplo, la adaptación del lenguaje del terapeuta
al de la paciente, la duración de cada una de las sesiones y el énfasis mayor o menor
en relación a la utilización de una determinada técnica).
También es importante remarcar que Olivia estuvo muy motivada durante
todo el proceso de la terapia, lo cual favoreció el cambio y el éxito terapéutico.
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